La Revolución Rusa
La Revolución Rusa
La Revolución Rusa
El Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, de ideología marxista. Su base social era el proletariado.
Pronto se dividió en dos facciones:
- Los bolcheviques (mayoritarios), dirigidos por Lenin, que aspiraban a organizar un partido
fuerte que estableciera la dictadura del proletariado.
- Los mencheviques (minoritarios), partidarios de un partido de masas abierto al pluralismo de
tendencias y a aliarse con los liberales, hasta que pudiera hacerse la revolución.
El Partido Social-Revolucionario, que defendía el colectivismo agrario. Su base social era el
campesinado.
El Partido Constitucional Democrático, o kadete, liberal, que aspiraba a una monarquía
constitucional y parlamentaria al estilo occidental.
Sin embargo, el zar se mostró siempre reacio a cualquier intento de modernización política.
Antecedentes: la revolución de 1905.
Entre 1904 y 1905 tuvo lugar la guerra ruso-japonesa, en la que Rusia sufrió una humillante derrota. Los
descalabros militares del último año de guerra llevaron a un gran descontento que desembocaría en la
revolución de 1905.
Todo comenzó el Domingo Sangriento: una masiva manifestación, encabezada por un sacerdote ortodoxo,
se dirigió al Palacio de Invierno, residencia del zar en San Petersburgo, para pedir mejores salarios y
condiciones de vida de manera pacífica. Sin embargo, las tropas del zar abrieron fuego contra la multitud,
causando gran número de muertos y heridos.
Esa matanza dio lugar a una sucesión de huelgas obreras, revueltas campesinas y alzamientos militares,
como el motín del acorazado Potemkin. En San Petersburgo se llega a crear el primer soviet*. En este
ambiente revolucionario, Nicolás II se vio obligado a otorgar algunas libertades y derechos, y prometió la
convocatoria de una Duma* con poder legislativo elegida por sufragio universal masculino. A pesar de
ello, los sectores más radicales continuaron las revueltas, que fueron cediendo a final de año.
No obstante, la reforma política prometida por el zar fue más aparente que real, ya que la Duma quedó sin
apenas poder en la práctica. Por ello, los partidos tanto liberales como de izquierdas se inclinaron hacia
actitudes cada vez más revolucionarias.
Las Revoluciones de 1917.
El descontento popular.
Dos años después del comienzo de la Gran Guerra, las consecuencias estaban siendo terribles para Rusia.
Las derrotas se sucedían y millones de soldados habían muerto o resultado heridos. Además, los alimentos
comenzaban a escasear.
A ello se sumaba la impopularidad de la familia real. Nicolás II se había desplazado al frente para dirigir la
penosa campaña, mientras que la zarina Alejandra se hacía cargo del gobierno, creando un clima de
arbitrariedad política. Era de dominio público que un siniestro monje, llamado Rasputín, ejercía cierto
poder sobre la familia real, y se atribuían a él las principales decisiones políticas, por lo que fue asesinado
en 1916.
La revolución de febrero.
Comenzó cuando el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer según la Internacional Socialista, miles de
mujeres se manifestaron contra la carestía y el racionamiento del pan. A ellas se unieron miles de
trabajadores. Las huelgas y los tumultos se extendieron a otras ciudades a lo largo de los días siguientes,
hasta el punto de asaltar arsenales y fábricas de armas y pasar a ser una insurrección armada. Un factor
determinante para el triunfo de la revolución fue la participación d3e soldados y marinos armados.
El zar se vio obligado a abdicar y se instauró un gobierno provisional republicano, bajo la presidencia de
Lvov y compuesto por una mayoría de liberales más el socialista moderado Kerensky.
El soviet de Petrogrado, que tenía un poder real superior al del gobierno, se había constituido unos días
antes. Incluía a representantes de los trabajadores y de los soldados.
El gobierno provisional decidió continuar en la guerra mundial, lo que a la larga sería la causa principal
de su fracaso. La agitación social siguió en aumento, por lo que Kerensky asumió la jefatura del
gobierno. Su situación era difícil. Por un lado, el general Kornilov llevó a cabo un fallido golpe de Estado
que pretendía instaurar una dictadura militar. Por otro, los bolcheviques cada vez tenían más poder.
Lenin regresó del exilio en abril, y presentó un nuevo programa de actuación, las Tesis de abril, cuyos
principios básicos eran:
Retirada de la guerra.
Instauración de una república basada en el poder de los soviets, no parlamentaria.
La nacionalización de la tierra, para ponerla bajo el control de los soviets locales de campesinos.
Los contrarrevolucionarios, una amalgama de grupos que sólo tenían en común su rechazo a los
bolcheviques. Sus fuerzas militares, conocidas como Ejército Blanco, recibieron la ayuda de tropas
extranjeras, en concreto de los aliados, por temor al contagio revolucionario, aunque se retiraron en
1919.
Los comunistas, en cambio, eran una fuerza homogénea. Contaban con el Ejército Rojo, dirigido
por Trotsky.
La guerra civil sirvió al gobierno para justificar medidas extremas, como la implantación de un
comunismo de guerra, consistente en un control total de la economía por parte del Estado, y la aplicación
de una política de represión contra los supuestos “enemigos del pueblo”, a través de la Cheka*. Así, se
pasó de la colaboración con otras fuerzas de izquierda a un Estado dictatorial dirigido por el Partido
Comunista como única fuerza política. En 1918 fue ejecutada la familia real.
La Tercera Internacional (1919).
Lenin estaba convencido de que la revolución rusa sólo era el primer paso de una revolución socialista a
escala mundial. Por ello, fundó la Tercera Internacional, también conocida como Internacional
Comunista o Komitern. Sus planteamientos fundamentales eran dos:
Rechazo de la vía reformista y parlamentaria, defendida por la mayoría de los partidos socialistas
europeos.
La propagación mundial de la revolución.
El resultado fue una nueva división del movimiento obrero internacional en comunistas, partidarios del
modelo de revolución marxista-leninista, y socialistas o socialdemócratas, partidarios de la vía reformista
parlamentaria.
La creación de la URSS.
Una vez finalizada la guerra civil, se firmó un tratado de unión federal entre las repúblicas de Rusia,
Bielorrusia, Ucrania y Transcaucasia, que constituyeron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS). En 1924 se aprobó la primera Constitución federal, que definía la estructura de la URSS y
reconocía el derecho a separarse de la URSS. Los órganos de poder eran los soviets, con el Soviet Supremo
de la URSS a la cabeza, y el Partido Comunista era el único permitido.
La Nueva Política Económica (1921-1927).
Cuando la guerra civil estaba a punto de terminar, Lenin propuso la Nueva Política Económica (NEP) que
habría de sustituir al comunismo de guerra. La guerra había dejado la economía rusa en un estado
lamentable.
La NEP, considerada una etapa transitoria para salir de la depresión, consistía en aplicar un modelo de
economía mixta, que combinaba prácticas de la economía capitalista con otras de la economía socialista
bajo dirección estatal: