Frutos Secos Nutrientes
Frutos Secos Nutrientes
Frutos Secos Nutrientes
Los frutos secos han sido durante mucho tiempo los grandes olvidados en
las dietas saludables. ¿Y todo por qué? Básicamente porque venimos de un
momento en el que se ha dado demasiada importancia a las calorías y al
balance energético sin fijarnos lo suficiente en los nutrientes que nos
aportan los diferentes alimentos. Así, dado que los frutos secos
realizan un gran aporte energético, han sido vetados en la
alimentación sana.
Pero las cosas han cambiado: a día de hoy sabemos que es más interesante
analizar los nutrientes de un alimento que su aporte calórico (que también
debe de ser tenido en cuenta, sin duda), que las grasas pueden ser
saludables si elegimos las de mejor calidad, y que los frutos secos
pueden ser un alimento muy interesante en nuestra dieta, sobre
todo si somos deportistas.
Una de las grandes virtudes de los frutos secos es que tienen una gran
densidad calórica: esto es, que con una pequeña cantidad de alimento
son capaces de aportarnos muchas calorías. Como decimos, en
determinados momentos esto puede ser una virtud, como por ejemplo si
los consumimos antes de una competición o de un entrenamiento de
resistencia, ya que nos permiten obtener mucha energía a largo plazo con
una ingesta pequeña.
En este sentido, los frutos secos son muy prácticos para llevar encima, por
ejemplo, en las salidas por el monte o como snack en nuestra vida diaria:
ocupan muy poco espacio, nos aportan calorías llenas de
nutrientes (tienen un aporte de nutrientes muy interesante, no como
otros snacks industriales azucarados y llenos de grasas poco saludables que
suelen estar al alcance de nuestra mano en las máquinas de vending) y nos
mantienen saciados por largos períodos de tiempo.
Por otro lado, este alto aporte calórico nos obliga a ser más comedidos con
las raciones de frutos secos que introducimos en nuestra alimentación.
Normalmente la ración "tipo" suele rondar los 30 gramos (un
puñado generoso, si lo medimos con la mano), aunque debemos adecuarla
a nuestras necesidades calóricas diarias.
Estos hidratos pueden ser una buena fuente de energía para los
deportistas, sobre todo antes de un entrenamiento o una competición.
Incluir un puñado de nueces o de almendras en nuestro desayuno (ya sea
dentro de un smoothie bowl, troceadas sobre una tostada o pulverizadas en
un smoothie) es una buena manera de mantener las reservas de energía en
su punto.
Los pistachos, los anacardos y las nueces son también buenas fuentes de
proteína en lo que se refiere a los frutos secos. Una buena idea para
integrar su consumo dentro de nuestra alimentación es añadirlos ya
troceados a nuestras ensaladas para darles un toque crujiente.
Las grasas son, como los carbohidratos, otra de las fuentes de energía
de las que puede hacer uso el deportista durante entrenamientos y
competiciones. No es tan sencillo obtener energía de las grasas como lo es
de los hidratos de carbono, pero pueden ser útiles sobre todo en deportes
de resistencia.
Los frutos secos son una importante fuente de fibra en nuestra dieta y
pueden ayudarnos a llegar a los 25 gramos diarios recomendados
por persona. Un consumo adecuado de fibra nos ayuda a regular nuestra
salud intestinal evitando problemas como el estreñimiento y ayudándonos
a regular los niveles de colesterol y de glucosa en nuestra sangre.