Habilidades Sociales
Habilidades Sociales
Habilidades Sociales
Las habilidades sociales nos sirven para desempeñarnos adecuadamente ante los
demás. Son formas de comunicarnos tanto verbal como no verbalmente con las otras
personas. Son aquellos comportamientos eficaces en situaciones de interacción social.
Las habilidades sociales son el arte de relacionarse con las demás personas y el
mundo que nos rodea.
Otras pueden poseer buenas habilidades sociales pero tienen alguna dificultad
específica. Por ejemplo, una persona puede ser capaz de presentarse ante un grupo de
personas, acudir solo a una fiesta, hacer amigos con facilidad, hacer cumplidos o pedir
favores, pero no ser capaz de decirle a alguien algo que le molesta o permitir que no se
respeten sus propios derechos o sentimientos.
Las habilidades sociales tienen una gran importancia en el ser humano puesto que
comprende a una serie de conductas, pensamientos y emociones que permiten un
mantenimiento óptimo de nuestras relaciones interpersonales; cuando una persona es
socialmente hábil no solamente busca satisfacer sus requerimientos e intereses sino
también los de los demás, buscando siempre encontrar soluciones a los conflictos que
pudieran presentarse. Pero también debemos de absolver el cuestionamiento del
porqué de la importancia de las habilidades sociales; demostrando su prioridad por
cuanto: son la principal fuente de bienestar. Cuando existe una menor cantidad de
interacción existe un mayor riesgo de padecer alteraciones psicológicas (ansiedad,
depresión, psicosomáticas). Incrementa la calidad de vida. La falta de habilidades
sociales conlleva a la frustración, inhibición, ira obteniendo una sensación de rechazo.
Y finalmente, permite el desarrollo de la autoestima.
Dada la gran importancia que tienen las relaciones en nuestras vidas, es fundamental
desarrollar las habilidades sociales necesarias para que nos sea más fácil mantener
relaciones sanas y positivas, resolver problemas y conseguir nuestros objetivos. Y,
afortunadamente, en cualquier momento de nuestra vida podemos entrenarnos para
aprender, potenciar o mejorar estas habilidades, o alguna de ellas en particular, según
nuestras necesidades, desarrollándolas día a día con la práctica.
Pero las habilidades sociales también incluyen una manera de desenvolverse dentro del
grupo con asertividad a través de determinadas habilidades que nos permitan afianzar
nuestra respuesta, decir «no», poder expresar emociones tanto positivas como
negativas y defender nuestros derechos.
Por último, las habilidades sociales incluyen tomar en cuenta el componente no verbal.
Existen numerosas habilidades sociales, pero en general las podemos dividir en
BÁSICAS y COMPLEJAS:
4. Dar las gracias. Es una forma de reconocer al otro, a la vez que es una muestra
de respeto y de civismo. Esta habilidad tan básica y que muchos de nosotros
ponemos en práctica en nuestro día a día, de una forma casi mecánica con
muchas personas prácticamente desconocidas, a veces, se nos puede olvidar en
nuestras relaciones más cercanas, ya que podemos pensar que es un
formalismo que no innecesario cuando tenemos ya mucha confianza con alguien,
pero eso es un error, y saber dar las gracias es fundamental en cualquier tipo de
relación.
5. Presentarse y presentar a otras personas. Es una habilidad básica muy
importante que tendremos que desarrollar en distintos contextos: familia, amigos,
ámbito académico o laboral. Consiste en saber introducirnos o introducir a otros
de forma adecuada.
6. Realizar cumplidos. Al igual que dar las gracias, saber realizar cumplidos es
una forma no sólo de reconocer al otro, sino que también implica valorarlo y
saber hacérselo saber. Es necesario hacerlo de forma asertiva, ya que no
cualquier cumplido vale o no siempre es el momento adecuado. Del mismo modo
que no todo el mundo sabe realizar cumplidos de forma adecuada, a veces, por
extraño que parezca nos cuesta recibir cumplidos. Por ejemplo cuando existe
algún problema de autoestima, recibir un cumplido puede resultar difícil o
podemos no saber cómo reaccionar de forma sana, y por ello es una habilidad
social que podemos entrenar para mejorar nuestro autoconcepto.
Es importante tener en cuenta que es necesario aprender y tener cierto dominio de las
habilidades básicas para poder desarrollar habilidades sociales complejas.
Habilidades para hacer frente al estrés: formular una queja, responder a una
queja, resolver la vergüenza, saber defenderse y defender a los otros, responder
al fracaso, responder a la persuasión, enfrentarse a los mensajes
contradictorios, responder a las acusaciones, hacer frente a la presión grupal,
preparase para conversaciones difíciles.
Habilidades de planificación: toma de decisiones, buscar las causas del
problema, establecer objetivos, conocimientos de las propias capacidades,
recogida de información, jerarquizar los problemas, concentración en la tarea.
Causas
Autores como Gresham han tratado de indagar en las causas que se esconden tras la
falta de habilidades sociales en adultos. En su estudio de 1998, habla sobre posibles
orígenes de índole muy diversa. Uno de ellos sería el consumo de sustancias, como el
alcohol, que podría tener un efecto a nivel físico y también psicológico en la persona.
Incluso dicha adicción al alcohol podría afectar, no solo a la propia persona, sino a sus
hijos, en el caso de las mujeres embarazadas, pudiendo alumbrar a niños con algún
trastorno del espectro alcohólico fetal. En cualquier caso, el abuso de esta sustancia
representa una de las posibles causas de una falta de habilidades sociales en adultos.
Pero este problema también podría estar generado por alguna psicopatología, como es
el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Las personas que lo
padecen, especialmente durante la adolescencia, pueden verse rechazadas por sus
iguales. Igualmente, las personas que padecen trastorno del espectro autista, también
pueden ver alterada su forma de comunicarse e interactuar con otros individuos.
Las habilidades sociales nos ayudan a relacionarnos con los demás y tener
interacciones positivas. Tener dificultad con estas habilidades puede causar problemas
en muchos ámbitos de la vida, en la escuela, el trabajo, el hogar y la comunidad.
Tener dificultad con las habilidades sociales no es lo mismo que no ser “social”. Las
personas quieran interactuar, pero no les va bien cuando lo hacen. Pueden tener
dificultad para entablar una conversación, parecer desfasados o comportarse de una
manera que aleja a los demás.
Las personas pueden tener dificultad para captar las señales sociales y seguir las
reglas de socialización. Esto puede dificultar que se integren, que hagan amigos y
colaboren con otros. Es posible que eviten interactuar y se sientan aislados y solos con
sus problemas.
Las causas por las cuales una persona tiene dificultad para socializar son diversas. A
veces, la causa es pasajera. Sin embargo, los problemas con estas habilidades suelen
ser parte de desafíos más grandes que duran toda la vida.
Esto no significa que las habilidades sociales sean inmodificables. Hay maneras de
desarrollarlas para que sea más fácil relacionarse con los demás y tener mejores
interacciones.
Consecuencias
Las habilidades sociales, al igual que cualquier otra habilidad, se aprenden. No son
heredadas. Para aprender a conducir un coche es necesario que una persona, que ya
posee la habilidad y la destreza de conducir, actúe como modelo y nos enseñe qué
tenemos que hacer para empezar a conducir. Al igual que para aprender a montar en
bicicleta implica que una persona que ya ha adquirido la habilidad y la destreza de
montar en bicicleta enseñe a la persona novata cómo se hace.
Las habilidades sociales nos ayudan a relacionarnos con los demás y tener
interacciones positivas. Tener dificultad con estas habilidades puede causar problemas
en muchos ámbitos de la vida, en la escuela, el trabajo, el hogar y la comunidad.
- Problemas de autoestima
- Ansiedad y depresión
Por lo tanto, la falta de habilidades sociales en adultos puede derivar en cuadros que
podrían encajar con depresión y/o ansiedad, lo cual es otro motivo más para darle a
esta cuestión la importancia que se merece.
- Incapacidad de resolver conflictos
Yendo a situaciones más concretas que también pueden ser consecuencia de esta
problemática, podríamos encontrar el ejemplo de la incapacidad para la resolución de
conflictos. Los conflictos, en mayor o menor medida, son una parte rutinaria de las
interacciones humanas. Por lo tanto, la falta de habilidades sociales en adultos puede
suponer que una persona no sea capaz de enfrentarse a estas situaciones tan
habituales.
En ese sentido, un conflicto, por pequeño que fuera, podría suponer un escenario que
desbordaría al individuo, sintiéndose incapaz de enfrentarse al mismo y mucho menos
de resolverlo. A su vez, esto podría acarrear un estrés a la persona e incluso llegar a
los síntomas ansioso depresivos que veíamos en el punto anterior.
No todas las consecuencias se generan en la propia persona que tiene este déficit de
habilidades sociales. Esta situación también puede tener repercusiones en los
individuos que le rodean, que pueden preferir evitar las interacciones con ellos al saber
que tiene problemas para comportarse de una manera socialmente aceptada.
Esa percepción podría ser nociva para la autoestima del sujeto, como ya hemos visto, y
acarrear una sintomatología compatible con esa ansiedad o esa depresión de las que
hablábamos.
Existen algunas técnicas efectivas que nos pueden ayudar a trabajar las habilidades
sociales. A continuación, te presentamos tres:
Se obtiene información.
Se comprende el punto de vista.
Se disfruta la conversación.
Se aprende algo.
Prestar atención
Asintiendo periódicamente.
Sonriendo y respondiendo a las palabras con gestos y expresiones
faciales.
Prestando atención a la propia postura y asegurarse de que
muestre apertura.
Animando al orador a continuar.
Hacer comentarios
No interrumpir
Por supuesto, hay excepciones, pero aun así procede el hecho de no interrumpir
Interesarse en el interlocutor
Esta es una tarea muy difícil en nuestra era egoísta. Cualquiera que aprenda a
estar genuinamente interesado en un interlocutor aumentará instantáneamente
sus habilidades sociales.
Buscar una lista de emociones y probar nuevos estados por sí mismo. Las
emociones negativas también necesitan ser entrenadas. Esto es útil cuando el
estado de ánimo se deteriora: en tal caso el enojo no será inmediato, sino que
estará moderado.
5. Empatizar
6. Practicar
7. Confiar
Las habilidades sociales y la confianza van de la mano. Tener muy presente que
no tiene nada de malo tener un punto de vista diferente o estar en desacuerdo
con el interlocutor. Es fundamental tener confianza y no arrogancia.
8. Tener la iniciativa
Si una actividad no tiene un objetivo, queda sin sentido. Establecer una meta,
puede conducir a la construcción de una mejor comunicación; donde se
intercambien puntos de vista, enriqueciendo la interacción. Es de aquí mismo,
donde se pueden dar los pasos que lleven a la edificar el propósito.
La psicóloga Isabel Rovira Salvador aconseja algunas técnicas que podemos llevar a
cabo para mejorar la capacidad a la hora de interactuar con las personas. Estas
técnicas no deben seguirse en un orden concreto, son elementos independientes que
se pueden alargar, ampliar y repetir.
TENGA EN CUENTA