Adimu Owonrin Sogbe

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OWONRIN SOGBE

ITAN:
En tiempos remotos un personaje llamado Ijimere (primate mono pequeño) era uno de
los invitados al aniversario de Olokun. Exhortado por Orunmila, Ijimere acudió a
escuchar el sabio consejo de Ifá pues quería saber cómo sería su viaje. Ifá le dijo que
el viaje a la casa de Olokun sería seguro, pero al regresar podía tener peligro. Ifá le
recomendó hacer Ebo y en adición le dijo que no hiciera favores en su viaje. Asimismo
le dijo que:
Esu ni Adimu / Esu es el Adimu
Ijimere proveyó las cosas para el Ebo y todo se hizo debidamente. Al final de los
ceremoniales, antes que al Ebo se le diera camino para donde Ifá lo recomendara, Ifá
hizo un especial énfasis en el Orisa Adimu. Desde el día de su consulta con Ifá hasta la
fecha del tan esperado aniversario, Ijimere atendió a Esu constantemente según lo
indicado por Ifá.
El viaje de Ijimere a la casa de Olokun fue rutinario. Sin embargo su regreso estuvo
lleno de acción. En un momento de su viaje escucho un grito agonizante proveniente
de un hoyo pidiendo ayuda. Antes de que Ijimere pudiera dar vuelta, el desvalido que
se encontraba en el hoyo pedía que por favor lo sacaran de allí. Ijimere le respondió
que no tenía nada con que ayudarlo. La voz del desvalido le dijo que dejara caer su
largo rabo y que esto sería más que suficiente para la ayuda que él necesitaba. Ijimere
se convenció que verdaderamente podía ayudar a la persona dejando caer su cola en
el hueco. Así lo hizo indicándole al atrapado que se agarrara mientras él lo jalaba. Para
sorpresa de Ijimere, el rescatado era el León.
Al ver esto Ijimere exclamo: Oloola iju (rey de la selva), el más feroz, me alegro de
haberte podido rescatar ¿Cuánto tiempo haz estado ahí? ¿Qué pasó? ¿Cómo llegaste
ahí? Preguntaba Ijimere tratando de llegar al lado bueno del León. Mientras tanto el
León aun sujetaba fuertemente el rabo de Ijimere.
Ijimere trato suavemente de soltarse, pero más fuerte se aferró el León dejándole saber
que había un problema. Valientemente pero con diplomacia Ijimere le pidió al león que
lo soltara para poder seguir su camino. El León respondió: Ijimere ¿Tú dejarías escapar
una buena cena? contestó Ijimere, por supuesto que no, Oloola iju. El León expreso: Tú
eres mi primera comida en tres días, así que no podré dejarte ir. Ya se había dado
cuenta Ijimere que estaba en tremendo problema y que su vida peligraba. Así mismo,
empezó a recordar los mensajes de Ifá en su consulta. En especial recordó la
encomienda de Adimu. Empezó a tratar de zafarse del León mientras le rogaba
frenéticamente a Esu que viniera a su rescate. Un dicho de Ifá nos indica que:
Eni ru bo ni Esu ngbe
Esu responde y apoya a aquel que hace Ebo Esu al escuchar las suplicas de Ijimere,
súbitamente se convirtió en una tortuga. Llegó y saludó a Ijimere y al León. Hasta
bromeó con el León preguntándole que sí estaba en un abrazo amoroso con Ijimere.
Ijimere, siendo el que estaba en peligro, estaba ansioso por hablar. Esu lo regañó y le
dijo que no podría creer nada de lo que le dijera. En cambio Esu miró al León
saludándole calurosamente y alabándolo. Luego Esu se volvió a dirigir a Ijimere
diciéndole:
Parece que te metiste en un gran problema con el rey ¿Quieres pedirle perdón? Ijimere
intento hablar, pero Esu no le dejó diciendo: Ijimere antes de hablar vas a tener que
hacer un juramento. Así que levanta ambas manos, sacúdelas, y aplaude tres veces.
Luego expón tu caso. Ijimere siguió las instrucciones de Esu. Cuando le toco al León
exponer su caso, comenzó a hablar. Pero Esu lo detuvo diciéndole: Oloola iju,
reconozco que no lo puedo mandar, pero sería más justo que antes de hablar usted
también levantara sus manos en juramento como hizo Ijimere con sus manos. Mientras
tanto, Esu le había hecho señas para correr cuando el León levantara sus garras.
Cuando el León levanto sus garras, Ijimere salió corriendo y Esu desapareció. Furioso
el León salió corriendo detrás de Ijimere quien se trepo en un árbol grande. Al ver que
el León no podía alcanzar la cima subió hasta la copa del árbol esperanzado de que el
León fuera a buscar comida a otra parte, sin embargo, el León se había propuesto
obtener a Ijimere de cena y mantuvo una vigilancia activa al pie del árbol. Esta
situación continuó por horas y ambos estaban hambrientos y exhaustos. De modo que
Ijimere desde su escondite en el árbol comenzó a llamar a sus hijos, amigos y
familiares. Les pidió que vinieran bien armados, haciéndoles saber del peligro que
había al pie del árbol.
En lo que el León se dio cuenta de que su propia vida estaba en peligro, ya era tarde.
Llegaron las fuerzas de Ijimere atacando al León y azotándolo hasta la muerte. Al llegar
este momento y al fin del combate, Ijimere estaba tan extenuado, que sus hijos tuvieron
que cargarlo para llevarlo a casa.
De este suceso surgió una parte de los festivales de Egungun con ciertos ceremoniales
sagrados en el Agan.
Adimu de acuerdo a su correcta definición y tal como se ejemplificó en la anterior
leyenda, es un mandato que en ocasiones sale en el proceso de adivinación el cual nos
indica que la persona se debe agarrar fuertemente de alguna energía espiritual, ya sea
para rescatar, liberar, bendecir, proteger, contestar bendiciones, etc. Esa energía es la
encargada de traer el “Ire” o protección, según lo predicho por Ifá u Orisa. En el caso
de Ijimere, Esu tenía la responsabilidad de rescatarlo de las garras de la muerte. Es
claro que en el caso de Ijimere, a este se le olvido el consejo de Ifá, pues Ifá le advirtió
que no debía ser benévolo durante el transcurso de su aproximado viaje. Ijimere hizo
Ebo y le funcionó, pues está claro que Ijimere no se tropezó con el León en el camino,
sino que el Ebo hizo que el León cayera en el hoyo. Ijimere fallo porque no siguió el
consejo de Ifá. Lo que salvó a Ijimere fue Adimu (en este caso Esu). Ijimere tuvo que
aferrarse fuertemente a Esu y propiciarlo para tenerlo de su lado. Aquí pueden ver
claramente la importancia de Adimu, pues es irrefutable que si no se hubiera
concretado esta parte del ceremonial y a pesar de haber hecho el Ebo, Ijimere hubiese
perecido en garras del León. Menos mal Ijimere cumplió con el Adimu, y hasta que se
fue de viaje se mantuvo atendiendo y orándole a Èsù.

Àse Olódùmarè

ÀDÌMÚ:
Para resumir todo lo anterior, puedo decir que Adimu es la divinidad o divinidades que
se atienden previas o después de hacer el Ebo correspondiente. En términos simples
es un pequeño ceremonial previo o posterior al ceremonial mayor.
El rol de Adimu en la vida real, nos indica que en ocasiones el hecho de hacer Ebo no
resuelve totalmente el problema, sin embargo, en muchas otras ocasiones, Ebo es más
que suficiente para romper con las negatividades que aquejan a la
persona.
Adimu podría definirse en términos de la medicina occidental, como el medicamento
que hay que ingerir posterior o previo a una cirugía. También podría precisarse como
ser enviado por un médico general a ver a un especialista en una materia especifica de
la medicina para eliminar definitivamente el problema. Pero es claro que para asegurar
el éxito de la medicina, hay que eliminar primeramente ciertos impedimentos, o de lo
contrario, la medicina no surtirá el efecto deseado. Aquí Ebo y Adimu trabajaran juntos
para evitar el error médico. El Ebo asegurara que el tratamiento sea recetado y
aplicado correctamente, y Adimu asegurara que la persona aplique la medicina correcta
o que el trabajo del personal médico sea el idóneo. Un profesional experto y diligente.
El Amulu Irete Otua (Esekan Ola / Irete Opere / Irete Otun) nos legó el siguiente Itan:

HISTORIA:
(mitológica y social vista por los ojos de la religión Yoruba)

En cierto tiempo Oduduwa, el primer Olofin Aye (rey de la ciudad sagrada Ile Ife y uno
de los gobernantes supremos de la tierra), era el emperador más poderoso del mundo.
Como era de esperarse debido a su poder y jerarquía, Oduduwa llevaba a cabo
anualmente grandes festivales, por ende y como era costumbre en esa época,
Oduduwa ordeno a sus sirvientes que fueran a comprar una esclava al mercado de
Ejigbomekun con el objetivo de ser ofrecida en sacrificio a sus iconos ancestrales.
Inmediatamente después del mandato, varios súbditos del Olofin Aye salieron del
palacio y al llegar al mercado prontamente adquirieron la esclava solicitada por el
magnánimo soberano.
En el camino al palacio del Olofin Aye, la caravana donde se encontraba la esclava, se
topó con un grupo de Babalawo, quienes al verla, le dijeron que no se preocupara pues
aun no era su momento para morir y que depositara toda su fe en Orisa e Ifá, le
indicaron que ella daría a luz a un varoncito que se llamaría Adimu, le dijeron que
Adimu cambiaría totalmente su vida, le subrayaron que Adimu a muy temprana edad se
convertiría en el rey de Ile Ife y para culminar le expresaron que para que todo lo
anterior se manifestara debía prometer ser iniciada en Ifá (isefa) el mismo día que fuera
iniciado su futuro hijo Adimu.
Ella al verse esclavizada no creyó a los Babalawo pues estaba segura que
prontamente moriría, sin embargo, y a pesar de sus dudas, puso toda su fe en Orisa e
Ifá, tal y como había sido recomendado por los Babalawo. Después de algunos días de
permanecer en las mazmorras del palacio del Olofin Aye.
Finalmente llego el día del sacrificio, todos los preparativos y ceremoniales previos
dieron inicio, y al llegar el momento de ser sacrificada, todos los espectadores en el
palacio del rey de Ile Ife se percataron que la esclava se encontraba embarazada, al
notar semejante barbarie, súbitamente todos en el palacio gritaron que detuvieran el
sacrificio. En ese momento la esclava recordó las palabras de los sabios Babalawo y se
dio cuenta que gracias a su embarazo, estaba salvando su vida. Posteriormente, a los
9 meses de gestación, ella dio a luz a un varoncito a quien llamaron Adimu. Con el
paso del tiempo, Adimu se tornó en el fiel sirviente del príncipe Oranmiyan, el
magnánimo hijo de Oduduwa. Era tan cercana su relación, que Oranmiyan no veía a
Adimu como su sirviente y lo consideraba un hermano. Pasado algún tiempo y a pesar
del enorme poder de Oduduwa, este fue expulsado de la Meca por los musulmanes,
para vengar tal falta, su heroico y valiente hijo Oranmiyan, intento emprender una
expedición punitiva, la cual nunca se realizó debido a una riña con sus hermanos,
totalmente molesto, Oranmiyan se negó a regresar a Ile Ife y se instaló en el reino de
Oyo, dejando todos sus tesoros y divinidades con su fiel sirviente Adimu.
Adimu se tornó en el hombre más acaudalado de su entorno y con su inteligencia y
estrategias, pronto y a muy temprana edad se convirtió en el rey de Ile Ife, adoptando el
nombre de Ooni, cuya traducción literal es una contracción de la frase:
Omo olowooni
El hijo de la víctima que iba a ser sacrificada Gracias a Orisa e Ifá todo sucedió tal y
como había sido presagiado por los Babalawo.
Por lo que la ex esclava y ahora madre del Ooni Ife (Olu Ife / Oluufe Ooni / Ooni Ile Ife),
sintió la necesidad de cumplir su promesa y pidió ser iniciada en Ifá (isefa, mano de ifá)
el mismo día de l iniciación de su hijo tal y como se lo habían indicado. Posteriormente
a su iniciación, tanto Adimu y su madre, colmadamente felices por las bendiciones
obtenidas, empezaron a bailar y regocijarse, empezaron a rendirle tributo y a alabar a
sus Babalawo, sus Babalawo empezaron a rendirle tributo y a alabar a Ifá, ambos
dijeron que había ocurrido exactamente como había sido presagiado por sus Babalawo.
Es importante mencionar que los oficiantes Yoruba rara vez les brindamos sacrificios u
ofrendas a los Orisa sin consultar previamente los oráculos o a la posesión de las
divinidades sobre las personas.

Ogbo ató asuré Ìwòrì Wòfún

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