Separata DDHH y Policia

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DERECHOS HUMANOS Y POLICIA

1. ¿Qué entendemos por “derechos humanos”?

Los derechos humanos son garantías legales universales que protegen a los individuos y
los grupos contra aquellos actos de los gobiernos que interfieren con los derechos
fundamentales y la dignidad humana. La legislación de derechos humanos obliga a los
gobiernos a hacer algunas cosas y les impide hacer otras. A continuación, figuran algunas
de las características más frecuentemente citadas de los derechos humanos.
● Garantía internacional;
● Protección legal;
● Atención a la dignidad del ser humano;
● Protección de individuos y grupos;
● Obligación para los Estados y los agentes de los Estados;
● No pueden ser suprimidos o suspendidos;
● Igualdad e interdependencia;
● Universalidad.

2. ¿De dónde proceden las “normas” de derechos humanos?


Las normas y reglas de derechos humanos derivan de dos tipos principales de fuente
internacional, que son el “derecho internacional consuetudinario” y el “derecho
convencional”.

El derecho internacional consuetudinario es el derecho internacional que se desarrolla


mediante la práctica general y uniforme de los Estados y que se sigue debido a un sentido
de obligación legal. En otras palabras, si los Estados se comportan de cierto modo
durante un periodo porque todos ellos creen que están obligados a hacerlo, ese
comportamiento llega a ser reconocido como un principio de derecho internacional,
obligatorio para los Estados, aunque no esté establecido en un acuerdo particular. Así,
mientras que la Declaración Universal de Derechos Humanos no es en sí un tratado
vinculante, se considera que las disposiciones de la Declaración tienen el carácter de
derecho internacional consuetudinario y por lo tanto los Estados están obligados a
respetarlas.

El derecho convencional incluye la legislación en materia de derechos humanos


establecida en los numerosos acuerdos internacionales (tratados, pactos, convenios) que
han sido elaborados, firmados y ratificados (de forma bilateral o multilateral) por los
Estados. Algunos de esos tratados abarcan conjuntos completos de derechos (como el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales), mientras que otros se centran en tipos particulares de
violaciones (como la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación Racial y la Convención para la Prevención y la Sanción del
Delito de Genocidio) o en grupos particulares que deben ser protegidos (como la
Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer, la Convención Internacional sobre la protección
de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares y la Convención
sobre el estatuto de los refugiados). Otro tipo se centra en situaciones particulares, como
los conflictos armados (incluidos los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y sus dos
Protocolos adicionales). Todos estos instrumentos tienen plena fuerza jurídica obligatoria
para los Estados que son parte en ellos.

3. ¿Quién elabora esas normas?

El ordenamiento jurídico internacional, esbozado en la Carta de las Naciones Unidas, está


construido en torno a una comunidad de Estados. El derecho que gobierna ese sistema
es por consiguiente derecho para, por y sobre los Estados. Son los propios Estados los
que elaboran las normas, mediante el desarrollo de la costumbre, la elaboración de
tratados y la formulación de declaraciones, directrices y conjuntos de principios
internacionales. Los Estados acuerdan el contenido de esas fuentes y convienen en estar
obligados por ellos.
En el caso de los derechos humanos, aunque se protege a individuos y grupos, lo que se
regula es la conducta de los Estados y sus agentes.

4 ¿Dónde se elaboran esas normas?

Las normas de derechos humanos se elaboran y codifican en diversos foros


internacionales por un proceso en el que los representantes de los Estados miembros de
esos foros se reúnen, normalmente de forma repetida a lo largo de varios años, para
perfilar la forma y el contenido de los instrumentos internacionales de derechos humanos,
artículo por artículo y línea por línea. En los foros de las Naciones Unidas, todos los
Estados son invitados a asistir y participar en la redacción para garantizar que el
documento definitivo refleje las opiniones y la experiencia de todas las regiones del
mundo y todos los grandes ordenamientos jurídicos. Sea para un tratado obligatorio o
para una declaración autorizada, toda propuesta se examina con detalle y se debate
hasta que se llega a un texto definitivo. Ni siquiera entonces, en el caso de los tratados,
están los Estados obligados por el instrumento hasta que lo han firmado y ratificado (o
han manifestado su adhesión). Los instrumentos de aplicación universal son elaborados y
adoptados en órganos de las Naciones Unidas, especialmente la Asamblea General, el
Consejo y Económico Social, la Comisión de Derechos Humanos y los congresos
periódicos de las Naciones Unidas sobre prevención del delito. Además, la Subcomisión
de Promoción y Protección de los Derechos Humanos organiza todos los años estudios
de expertos sobre diversos problemas humanos, que pueden llevar a la elaboración de
nuevas normas de derechos humanos. Por último, varios importantes instrumentos
derechos humanos de ámbito regional han sido elaborados por las principales
organizaciones regionales, que son el Consejo de Europa, la Organización de Estados
Americanos y la Organización de la Unidad Africana.

Algunos órganos importantes de las Naciones Unidas que guardan relación con la
aplicación de la ley
 Asamblea General
 Consejo Económico y Social
 Comisión de Derechos Humanos
 Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos
 Congresos periódicos sobre prevención del delito y tratamiento del delincuente.

5. ¿Quién vigila los derechos humanos?


Naturalmente, la simple enumeración de un conjunto de normas no basta para garantizar
su aplicación. Por consiguiente, la aplicación de las normas de derechos humanos es
estrechamente observada en distintos niveles. En el nivel nacional, los derechos humanos
son vigilados por:
● Los organismos y servicios del gobierno interesados, incluida la policía;
● Instituciones nacionales de derechos humanos (como una comisión de derechos
humanos o un defensor del pueblo);
● Organizaciones de derechos humanos y otras organizaciones no gubernamentales
(ONG);
● Los tribunales;
● El parlamento;
● Los medios de información;
● Las organizaciones profesionales (abogados, médicos, entre otros);
● Los sindicatos;
● Las organizaciones religiosas; y
● Los centros universitarios.

En un segundo nivel, las organizaciones regionales han elaborado mecanismos para


vigilar los derechos humanos dentro de los países pertinentes. Esos mecanismos incluyen
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, la Comisión
Europea de Derechos Humanos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Comité
de Ministros del Consejo de Europa. En el nivel internacional (mundial), los derechos
humanos son vigilados por varias ONG internacionales y por las Naciones Unidas. Dentro
de las Naciones Unidas, se realizan cuatro tipos principales de vigilancia. El primero es la
vigilancia
“convencional” (o basada en los tratados). La segunda es “extraconvencional”, o vigilancia
basada en la Carta. La tercera es la vigilancia mediante las operaciones de
mantenimiento de la paz y de derechos humanos sobre el terreno. La cuarta, y más
reciente, es la vigilancia por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos en cumplimiento de su mandato mundial de promover y proteger los
derechos humanos. Cada uno de esos tipos se examina en detalle en el capítulo del
manual sobre fuentes, sistemas y normas de derechos humanos.

Algunos órganos creados en virtud de tratados

Tratado de derechos humanos Órgano correspondiente

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Comité de Derechos Económicos, Sociales y


Sociales y Culturales Culturales

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Comité de Derechos Humanos


Políticos
Convención Internacional sobre la Eliminación Comité para la Eliminación de la
de todas las Formas de Discriminación Racial Discriminación Racial

Convención sobre la eliminación de todas las Comité para la Eliminación de la


formas de discriminación contra la mujer Discriminación contra la Mujer
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Comité contra la Tortura
Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
Convención sobre los Derechos del Niño Comité de los Derechos del Niño

6. ¿Qué tipos de violaciones de los derechos humanos deben preocupar


especialmente a la policía?

Todos los tipos. La policía es la primera línea de defensa de los derechos humanos. Son
los guardianes de la ley, incluida la de derechos humanos. La comunidad depende de la
policía como encargada de proteger la gama completa de derechos mediante la aplicación
efectiva de la legislación penal de un país. A continuación se enumeran algunas de las
violaciones más graves de los derechos humanos que deben ser vigiladas por la policía:

 Genocidio
Actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo
nacional, étnico, racial o religioso, entre ellos:
a) matanza de miembros del grupo;
b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de
acarrear su destrucción física, total o parcial;
d) medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
e) traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.
 Tortura
Todo acto por el cual se inflijan intencionadamente a una persona dolores o
sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con los fines siguientes, entre otros:
a) obtener de ella información o una confesión;
b) castigar, intimidar o coaccionar a esa persona.

 Desaparición forzada o involuntaria


Todo acto de arresto, detención o traslado u otra forma de privación de libertad,
perpetrada por el gobierno o sus agentes, o con su complicidad, su autorización o su
asentimiento, que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas o
a reconocer que están privadas de la libertad.
 Ejecución extrajudicial, arbitraria o sumaria
La privación de la vida sin un proceso judicial completo y con la participación, la
complicidad, la autorización o el asentimiento del gobierno o sus agentes. Incluye la
muerte debida a un uso excesivo de la fuerza por la policía o las fuerzas de seguridad.
 Detención y prisión arbitrarias
Privación de libertad sin razón lícita o sin el debido proceso, por un acto del gobierno o
de sus agentes, o con su complicidad, autorización o asentimiento.
 Discriminación racial
Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en la raza, el color, la
ascendencia o el origen nacional o étnico que impida o entorpezca el ejercicio de los
derechos humanos de una persona en condiciones de igualdad con otras personas en
todas las esferas de la vida pública.

7. ¿No son los derechos humanos un estorbo para el orden público?

La protección de los derechos humanos es fundamental para un orden público auténtico y


duradero. La Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce que es “esencial que
los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el
hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la
opresión”. Ese mensaje es tan claro en nuestros días como lo era en 1948, cuando se
proclamó la Declaración Universal. Si no se mantiene el estado de derecho, se producen
violaciones de los derechos humanos. Y cuando se producen violaciones graves y
sistemáticas de los derechos humanos, crece la falta de respeto por la ley y las
autoridades públicas y aumenta la probabilidad de que se produzca un conflicto abierto.
La violación de los derechos humanos no puede contribuir al mantenimiento del orden
público y la seguridad; sólo puede menoscabarlos y destruirlos. Es importante reconocer
que existen limitaciones, aceptadas a escala internacional, al ejercicio de muchos
derechos humanos cuyo fin es garantizar las exigencias del mantenimiento del orden
público en una sociedad democrática. Esas limitaciones, cuando existen, se especifican
en los textos de los distintos tratados de derechos humanos. En general, esas limitaciones
y restricciones están determinadas por la ley y son necesarias:
● Para garantizar el respeto de los derechos y libertades de los demás, y
● Para satisfacer las exigencias de la moralidad, el orden público y el bienestar general en
una sociedad democrática.
Así pues, es deber de todo ciudadano respetar los derechos de los demás y observar las
exigencias legítimas y necesarias del mantenimiento del orden público en una sociedad
democrática.

8. ¿No son los derechos humanos un estorbo para la eficacia de la labor policial?

Todos hemos oído el argumento de que el respeto de los derechos humanos se opone de
algún modo a una eficaz aplicación de la ley, que con el fin de hacer cumplir la ley,
capturar al delincuente y garantizar su condena, es necesario “saltarse un poco” las
normas. Es común la tendencia a utilizar la fuerza en exceso para controlar las
manifestaciones, la presión física para obtener información de los detenidos o un uso
abusivo de la fuerza para conseguir una detención. Según este modo de pensar, la
aplicación de la ley es una guerra contra la delincuencia y los derechos humanos no son
más que obstáculos que ponen los abogados y las ONG en el camino de la policía.
Lo cierto es que las violaciones de los derechos humanos cometidas por la policía sólo
hacen que la ya difícil tarea de la aplicación de la ley resulte aún más difícil. Cuando el
encargado de hacer cumplir la ley se convierte en el infractor de la ley, el resultado es un
ataque a la dignidad humana, a la propia ley y a todas las instituciones de la autoridad
pública. Los efectos de las violaciones de los derechos humanos por la policía son
múltiples:
● Erosionan la confianza del público;
● Obstaculizan la labor eficaz de la justicia;
● Aíslan a la policía de la comunidad;
● Hacen que los culpables queden libres y los inocentes sean castigados;
● Niegan justicia a la víctima del delito por su sufrimiento;
● Fuerzan a los organismos policiales a ser reactivos más que preventivos en su
planteamiento de la delincuencia;
● Menguan la reputación de los agentes y las instituciones de la autoridad pública; y
● Agravan el desorden público.

9. ¿Qué utilidad tiene para la policía el respeto de los derechos humanos?

En realidad, el respeto de los derechos humanos por los organismos encargados de hacer
cumplir la ley aumenta su eficacia. Cuando se respetan de forma sistemática los derechos
humanos, los agentes de policía trabajan con profesionalidad en su métodos de solución y
prevención de la delincuencia y mantenimiento del orden público. En este sentido, el
respeto de los derechos humanos por la policía es, además de un
imperativo moral, legal y ético, una necesidad práctica para la aplicación de la ley.
Cuando la población observa que la policía respeta, promueve y defiende los derechos
humanos:
● La confianza del público aumenta y se fomenta la cooperación de la comunidad;
● la acción de la justicia da buenos resultados;
● Los agentes de policía son considerados parte de la comunidad y encargados de una
valiosa función social;
 Aumenta la administración imparcial de justicia y por tanto la confianza en el sistema;
● Se da ejemplo a otras personas de la sociedad en el respeto de la ley;
● Los agentes de policía pueden estar más cerca de la comunidad y por tanto en
condiciones de impedir y resolver delitos mediante una labor policial activa;
● Se consigue el apoyo de los medios, de la comunidad internacional y de las autoridades
superiores; y
● Se contribuye a la solución pacífica de conflictos y denuncias.

Un servicio policial eficaz es el que actúa como primera línea de defensa en la protección
de los derechos humanos. Sus miembros desempeñan su labor sin recurrir al miedo y al
poder sin más, sino apoyándose en el respeto de la ley, en el honor y en la
profesionalidad.

FUENTE:

OFICINA DEL ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS


DERECHOS HUMANOS. Derechos humanos y aplicación de la ley. NACIONES UNIDAS.
Nueva York y Ginebra, 2004. Pag. 13 al 17)

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