El Campo de La Didáctica
El Campo de La Didáctica
El Campo de La Didáctica
Edith Litwin
Hay, entonces, una fuerte tendencia de las comunidades profesionales a aceptar las teorías del
aprendizaje como uno de sus sustentos más sólidos.
Así fue que no sólo se redujo el objeto de la psicología al estudio del aprendizaje, sino que más
específicamente, se lo limitó al estudio del aprendizaje del alumno dejando de lado totalmente
el ámbito donde se estudia el aprendizaje de los docentes. Este pensamiento supone de alguna
manera que el proceso de enseñar no requiere aprender.
Gimeno Sacristán (1988) habla de una obsesión por la eficiencia. Dice que las concepciones
pedagógicas y didácticas, en un momento, restringieron todo su accionar a la formulación de
objetivos y a su cumplimiento como muestra de una enseñanza eficiente y eficaz imbricada en
el proceso de aprendizaje.
Las miradas que los estudiosos fueron construyendo impactaron en el campo de la didáctica y
plantearon la necesidad de recuperar la preocupación por la enseñanza en sus dimensiones
filosóficas, políticas, ideológicas y pedagógicas.
Viejos y nuevos constructos para una reconceptualización del campo. La definición del campo
de la didáctica.
Para definir las prácticas de enseñanza, Litwin distinque la buena enseñanza y la enseñanza
comprensiva.
La buena enseñanza
La palabra buena no quiere remitir a una enseñanza exitosa, o sea, acorde al cumplimiento de
los objetivos.
Dicha palabra tiene una fuerza moral y epistemológica. Moral porque equivale a preguntar qué
acciones docentes pueden justificarse basándose en principios morales y son capaces de
provocar acciones de principio por parte de los estudiantes. Desde lo epistemológico, es
preguntar si lo que se enseña es racionalmente justificable y digno de que el estudiante lo
conozca, lo crea o lo entienda.
Esta significación de la buena enseñanza implica la recuperación de la ética y los valores en las
prácticas de enseñanza, valores inherentes a la condición humana. No implica guiar una
práctica desde lo que es bueno para el hombre en un tiempo indiferenciado o lo que es bueno
desde la perspectiva del conocimiento.
La enseñanza comprensiva
La comprensión refiere a los problemas de cada campo disciplinario (física, ciencias sociales,
etc.)
Pero la psicología solo puede ofrecer algunos insumos para las prácticas de enseñanza en tanto
generan derivaciones para la tarea del aula, que a su vez requieren ser reconstruidos para el
estudio de esas prácticas. Esa reconstrucción debe emerger de las hipótesis que deberán
construir los docentes.
Para que la enseñanza sea comprensiva, entendemos que deberá favorecer el desarrollo de
procesos reflexivos, el reconocimiento de analogías, contradicciones y permanentemente
recurrir al nivel de análisis epistemológico.
Tanto la buena enseñanza como la enseñanza comprensiva hacen referencia a los campos
disciplinarios. Los currículos escolares seleccionan históricamente conceptos, ideas, principios,
relaciones dentro de diferentes campos. Esta selección es arbitraria y valida determinados
conocimientos en un momento particular.
Es por eso que a muchos profesionales investigadores se les dificulta enseñar sus resultados ya
que al elaborar su producto no tienen que preocuparse por los problemas de la
comprensividad.
Se deben recuperar las disciplinas, eso implica recuperar sus problemas, sus principios, sus
relaciones con otras y entre sus constructos. También reconocer porqué un problema es propio
de su campo y de cómo se investiga en ella.
La disciplina y la protodisciplina
La disciplina y el currículo.
Se pregunta ¿Cómo se toman y se tomaron en cuenta las decisiones con respecto a la selección
curricular? Por ej.: en la escuela primaria no se enseñan determinados campos curriculares
como la sociología o antropología.
Dentro de los tres movimientos teóricos en los que se ha enmarcado el currículo tenemos: el
tradicionalista (años 20), que se inscribió en el campo de la administración del sistema y de las
escuelas. El conceptual empirista, que puso énfasis en las disciplinas y sus estructuras (década
del 60) y el tercer movimiento es el reconceptualista que comparte presupuestos teóricos de la
teoría crítica, pero a su vez, de manera constructiva, genera una propuesta de acción.
Para Litwin, la enseñanza de las disciplinas debe implicar el reconocimiento de que los límites
que se construyen para los currículos son arbitrarios, convencionales, que se redefinen
constantemente y se transfiguran según los niveles de enseñanza. Las disciplinas, según la
autora, son medios para responder y atender a las preguntas de los profesores y alumnos y no
son fines en sí mismas. El carácter provisional de los conocimientos disciplinares marca
también las prácticas de la enseñanza, las cuales deben inscribirse en ese rasgo sustancial, e
imprime en los docentes y alumnos una búsqueda de sentido por la generación de
interrogantes.
Para entender los problemas del discurso pedagógico se puede utilizar la teoría de la acción
comunicativa que se encarga de analizar críticamente la función lingüística en el aula. El
discurso educacional se constituye en un articulador de los marcos personales y los materiales,
y contiene una profunda potencialidad para compartir y negociar significados con el objeto de
que los alumnos construyan el conocimiento.
Robert Young señala que las preguntas son una parte muy importante del discurso de clase. La
persistencia en preguntar es el método favorito de los maestros, pero la mayoría de las veces
es una respuesta, una declaración, una advertencia, una inducción, o cualquier cosa. La
utilización de formas gramaticales interrogativas no dan cuenta de que se estén formulando
preguntas.
Así como la pregunta ocupa un lugar privilegiado en el discurso educacional, entendemos que
el tipo de explicaciones que genera un docente necesita también diferenciarse en el análisis
didáctico. Para Leinhardt es posible distinguir en las prácticas de la enseñanza diferentes tipos
de explicaciones: las explicaciones basadas en los campos disciplinarios, las autoexplicaciones y
las explicaciones para la clase. Las primeras se plantean alrededor de convenciones propias de
las disciplinas, las segundas son construidas por individuos o grupos para clarificarse a sí
mismos significados particulares, las explicaciones para la clase o para la enseñanza sirven para
clarificar conceptos, procedimientos, eventos, ideas, tipos de problemas que favorecen la
comprensión.
Distintos autores afirman que llegar a saber algo implica una acción situada y distribuida. Esto
es así por la naturaleza social y cultural del conocimiento y por la naturaleza social y cultural de
la adquisición de ese conocimiento.
La enseñanza para la crítica es una enseñanza que crea en los contextos de práctica las
condiciones para el pensamiento crítico. No es posible pensar que se pueden favorecer estas
formas de pensamiento sin contar con un docente que genere para sus propias comprensiones
esta manera de pensar. La enseñanza es un proceso de construcción cooperativa y, por lo tanto,
los alcances del pensamiento reflexivo y crítico se generan en el salón de clase con los sujetos
implicados.