Comision de Monumentos
Comision de Monumentos
Comision de Monumentos
López Rodríguez
TESIS DOCTORAL
Sevilla, 2010
2
Agradecimientos
Introducción ............................................................................................................ 6
2
3.7.10 El Alcázar de Carmona ................................................................................ 110
3.7.11 Otros monumentos de la provincia de Sevilla ............................................ 113
3.7.12 Publicaciones de la Comisión durante la vicepresidencia de Claudio
Boutelou ....................................................................................................... 116
3.9 La presidencia de Andrés Parladé Heredia, Conde de Aguiar (1918-1928) .... 142
3.9.1. Introducción................................................................................................. 142
3.9.2 Edificios religiosos......................................................................................... 145
3.9.3 La Catedral de Sevilla .................................................................................... 148
3.9.4 Casas Capitulares .......................................................................................... 149
3.9.5 Actuaciones en otros edificios de la capital ................................................. 149
3.9.6 Itálica............................................................................................................. 151
3.9.10 Otros monumentos de la provincia de Sevilla ............................................ 151
3.9.11 El catálogo de la provincia de Sevilla de Adolfo Fernández Casanova ....... 154
3
3.12.4 Itálica, Santiponce y otros monumentos de la provincia ........................... 183
4.1 Los inicios del Museo de Bellas Artes de Sevilla (1835-1843) ........................ 205
4
6.4 La Comisión frente a los diferentes estilos artísticos ..................................... 255
6.9 Una difícil decisión, el traslado de piezas o la conservación in situ ................ 280
7. Conclusión ........................................................................................................302
Anexos..................................................................................................................307
Ilustraciones .........................................................................................................349
Índice de ilustraciones...........................................................................................376
Bibliografía ...........................................................................................................379
5
Introducción
1
Mencionar el artículo de M. V. Gómez de Terreros Guardiola, “Tratamiento y fortuna de los grandes
monumentos sevillanos de la segunda mitad del siglo XIX”. VII Máster en Conservación del
Patrimonio Arquitectónico. Valencia, 2007, pp. 163-196 y el de J. I. Lara Escoz, “La Comisión de
Monumentos Históricos y Artísticos de Sevilla en el siglo XIX. Una perspectiva arqueológica”, dentro
del volumen Las instituciones en el desarrollo de la arqueología en España, Sevilla, 2007, pp. 67-92.
Además tenemos los apartados dedicados a la Comisión de Monumentos en el libro de I. C.
Rodríguez Aguilar, Arte y Cultura en la Prensa. La pintura sevillana (1900-1936), Sevilla, 2000, pp. 82-
87, en el de J. Fernández Lacomba, La Escuela de Alcalá de Guadaíra y el paisajismo sevillano (1800-
1936), Sevilla, 2002, pp. 45-48 y el de M. V. Gómez de Terreros Guardiola, Arquitectura y Segunda
República en Sevilla, Sevilla, 2006, pp. 121-130.
2
Quintanilla Martínez, E. La Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra. Navarra,
1996.
3
Palencia Cerezo, J. M. Setenta años de intervención en el patrimonio histórico-artístico cordobés
(1835-1905). Córdoba, 1995.
4
Ortiz Romero, P. L. Institucionalización y crisis de la arqueología en Extremadura: Comisión de
Monumentos de Badajoz. Subcomisión de Monumentos de Mérida (1844-1971). Mérida, 2007.
6
Navarra, Oviedo y la Subcomisión de Mérida 5 y los de las Comisiones de Baleares6,
Murcia7 y Málaga8.
Para abordar este trabajo se ha tomado como límite cronológico la fecha de
la creación de la Comisión Científico-Artística de Sevilla en 1835, y como tope final
el 12 de diciembre de 1990, fecha de la última acta de reuniones de la Comisión
Provincial conservada, en la que procedía al nombramiento de tres nuevos vocales,
lo que indica cierta actividad en un momento en el que hacía tiempo que habían
desaparecido la mayoría de las Comisiones Provinciales. De esta manera la Comisión
de Sevilla sobrevivió algunos años a la ley de Patrimonio Histórico Español de 1985,
en la que estas instituciones ni siquiera eran mencionadas. Es la de Sevilla una de
las Comisiones más emprendedoras y longevas de España, que estuvo bajo la
dirección de personalidades tan destacadas como Demetrio de los Ríos, Claudio
Boutelou, José Gestoso, Antonio Sancho Corbacho, Francisco Collantes de Terán,
José Hernández Díaz y Antonio de la Banda.
El estudio ha tomado como base las actas de la Comisión, conservadas en la
Academia de Santa Isabel de Hungría y encuadernadas en ocho volúmenes, a las
que se suman algunas actas sueltas, lo que hace un total de 844 documentos. Se ha
completado con la consulta de los archivos de la Comisión, también recogidos en
dicha Academia, los fondos del Museo Arqueológico de Sevilla9 y los de las Reales
Academias de la Historia y de San Fernando. La prensa de la época ha sido
consultada, al igual que la escasa bibliografía publicada sobre el tema, siendo de
especial importancia aquella generada por los miembros de la Comisión de Sevilla.
Aunque esta institución no editó un boletín al modo de otras corporaciones como
5
AA.VV. La cristalización del pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la arqueología en
España. Málaga, 1997, pp. 223-272.
6
Morata Socias, J. “La Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de las Baleares
(1844-1987)”. Ante el Nuevo Milenio. Raíces culturales, protección y actualidad del Arte Español,
Actas XII Congreso CEHA. Granada, 2000, pp. 1143-1146.
7
García Pérez, N. “La Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Murcia (1890-
1900)”. Imafronte nº 15, pp. 71-84 y Martínez Pino, J. “La comisión provincial de los monumentos de
Murcia. Precedentes y actuaciones (1835-1865)”. Espacio, Tiempo y Forma. Serie VII, Hª del Arte, t.
18-19, 2005-2006, pp. 135-162.
8
Berlanga Palomo, M.J. “La Comisión de Monumentos de Málaga y su actuación en los
descubrimientos arqueológicos motivados por los derribos de la muralla de la Alcazaba (1904-906)”.
Baetica 22, 2002, pp. 265-287.
9
Entre sus fondos se encuentra un libro de registro de las piezas donadas por la Comisión Provincial
de Sevilla con su correspondiente número de inventario, además otros documentos relacionados
con los objetos entregados al Museo Arqueológico.
7
las de Cádiz, Valladolid, Navarra o Lugo, en los que se insertaban los acuerdos y
circulares de la Comisión, noticias de carácter histórico y artístico, documentos
inéditos o poco conocidos de los archivos, memorias y monografías, sí que sacó a la
luz varias publicaciones: Informe propuesto a la Comisión Provincial de Monumentos
Históricos y Artísticos acerca del significado de los Blasones de la Banda que
aparecen en el Alcázar de Sevilla, de 1896, Áureos y barras de oro y plata
encontrados en el pueblo de Santiponce al sitio que fue Itálica, de 1898, Necrópolis
romana de Carmona, Tumba del Elefante, de 1899, Excavaciones en Itálica (año
1903), la Memoria de los trabajos y actas de la Comisión de Monumentos Históricos
y Artísticos de la provincia de Sevilla, de 1924 y dos libros llamados Comisión de
Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Sevilla, uno de 1928 y el otro
de 1931, donde se recogían la composición de esta institución en esos años y leyes y
reglamentos relacionados con su trabajo.
Para completar los datos recogidos se han tenido presente las actuaciones
de otras Comisiones Provinciales de Monumentos con el fin de determinar los
procedimientos comunes y aquellos propios de la de Sevilla. Por último se ha
realizado un análisis de la institución desde el presente, que ha servido para poner
de manifiesto la contemporaneidad de algunos de sus trabajos o la caída en desuso
de los criterios aplicados en otros.
La tesis se estructura en ocho apartados: antecedentes, las Comisiones
Provinciales de Monumentos, Comisión de Sevilla, el Museo de Bellas Artes y el
Arqueológico y la Comisión Provincial, el papel de la Comisión de Sevilla en las
exposiciones nacionales y universales, análisis sobre los criterios de actuación,
conclusión y por último un anexo con la lista de vicepresidentes/presidentes y
vocales que participaron activamente en las tareas de institución y cuyos nombres
se recogen en las actas y publicaciones, además de un documento donde se
transcribe el borrador del proyecto de ley de monumentos elaborado por la
Comisión Provincial de Sevilla en 1875, inédito hasta ahora, y otra legislación
referente a estas instituciones. La razón de porque se ha organizado un epígrafe
dedicado a la Comisión y el Museo de Bellas Artes y el Arqueológico
independientemente del referido a sus actuaciones, se debe a la necesidad de
emplear una estructuración diferente a la usada anteriormente, con el fin de
8
mostrar los hechos de forma clara y sencilla. Mientras que las actuaciones de la
Comisión se han dividido en apartados preferiblemente coincidiendo con las
distintas vicepresidencias/presidencias, el hecho de que primero el Museo de Bellas
Artes y después también el Arqueológico pasaran por distintas etapas en las que
varias instituciones se alternaron en su dirección ha motivado esta diferenciación.
Sólo es posible entender y valorar el trabajo realizado por la Comisión de
Sevilla teniendo presente la carencia de medios humanos y sobre todo económicos
a los que tuvo que enfrentarse, y que provocó que en alguna ocasión sus miembros
pusieran dinero de su propio bolsillo, como veremos más adelante. Esta situación
fue un mal endémico que afectó a todas las Comisiones Provinciales y por ello es
frecuente la referencia a esta circunstancia en los documentos generados por ellas
o en las publicaciones posteriores10.
La composición de las Comisiones de Monumentos constaba principalmente
de una representación política y por otro lado representantes de la aristocracia y la
burguesía ilustrada. Oficialmente la Comisión de Sevilla estuvo presidida por el
Gobernador Civil al mando en cada momento, habitualmente poco implicado en las
cuestiones relacionadas con el patrimonio, mientras que era el vicepresidente la
persona que realmente dirigía la institución. Aunque se hizo de manera ocasional
durante la presidencia de José Gestoso, fue a partir del mandato de Andrés Parladé
y Heredia en 1918 cuando el título de presidente pasó del Gobernador Civil a un
miembro de la corporación.
Las reuniones de la Comisión de Monumentos de Sevilla se celebraron
principalmente en el Museo de Bellas Artes de Sevilla y a partir de 1980 en la Casa
de los Pinelo, también en la capital, pero fueron muchos los lugares que sirvieron
como sede eventual (a veces sólo por un día): las Casas Capitulares, el despacho del
Gobernador Civil, la Iglesia de San Luis, el Monasterio de Santa Paula, la Iglesia de
Santa María Magdalena, los Reales Alcázares, el Hospital de los Venerables, Itálica,
10
Por citar algunas de estas referencias: el secretario de la Comisión de Córdoba, Enrique Romero de
Torres, y el vicepresidente, Francisco de Borja Pavón, confesaron haber puesto dinero propio para
los gastos más perentorios (“Comisión Provincial de Monumentos de Córdoba”. Boletín de la Real
Academia de la Historia, Tomo 44, 1904, pp. 516 y 517). También tenemos las palabras de Ricardo
del Arco, vocal de la Comisión de Huesca: “Hace falta dotarlas de medios económicos para cumplir su
misión patriótica, hoy de una cuantía francamente irrisoria, y de fuerza coercitiva bastante para que
de ella dimanen el prestigio y la efectividad del mandato” Arco y Garay, R. Reseña de la Comisión
Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Huesca (1844-1922). Huesca, 1923, prefacio.
9
la Iglesia de San Hermenegildo, el Archivo de Indias, el Laboratorio de Arte de la
Universidad de Sevilla, el dolmen de Matarrubilla, el Museo Arqueológico y el de
Artes y Costumbres Populares, la Iglesia Nuestra Señora de la Oliva en Lebrija, la
necrópolis de Carmona….Esta diversidad estuvo muchas veces motivada por la
inquietud de la Comisión, cuyos miembros no dudaban en desplazarse hasta el lugar
sobre el que se iba a tratar en la reunión para tener toda la información posible.
Desde 1844, año de la fundación de las Comisiones de Monumentos, hasta
1990 sólo se superó o igualó la decena de reuniones anuales en trece ocasiones,
siendo la media de cinco juntas por año, como vemos bastante lejos de la obligación
impuesta por el artículo 26 del R.D. de 15 de noviembre de 1854 y el artículo 10 de
la R.O. de 24 de noviembre de 1865 de reunirse una vez por semana. Esta Real
Orden que reorganizaba las Comisiones Provinciales parece que fue un incentivo en
la vida de la institución, que pasó de celebrar sólo una sesión en 1865, a 16, 30, 18 y
10 en los años 1866, 1867, 1868 y 1869 respectivamente. También hay que tener
muy presente los difíciles momentos que se vivieron en estos años, revolución
incluida. El alto número de actas recogidas en 1895, 1897 y 1899 son una muestra
del fructífero momento que disfrutó la Comisión de Monumentos de Sevilla con la
vicepresidencia de Claudio Boutelou y que tuvo entre sus frutos tres publicaciones
editadas entre estas fechas, importantes descubrimientos en Itálica e
intervenciones algunos de los monumentos más significativos de la capital: la
Catedral, el Ayuntamiento, los Reales Alcázares y la Torre del Oro.
No se han conservado actas del año 1857, año de turbulencias y
movimientos de protesta en la provincia y momento en que la Comisión Central se
incorporó a la Academia de San Fernando y las Comisiones Provinciales pasaron a
depender de ella por la Ley de Instrucción Pública de Moyano, de 9 de septiembre
de este año. Además carecemos de ejemplares de los dos años anteriores al
fallecimiento de su entonces vicepresidente, José Gestoso, es decir, de 1916 y 1917.
Durante 1935 y 1936, años encuadrados en la vicepresidencia de Cayetano Sánchez,
no hay indicios de que se produjera alguna sesión, lo que parece indicar el motivo
por el cual abandonó su cargo al año siguiente, tras recibir la carta de uno de los
10
vocales recordándole su deber de convocar juntas11. La Comisión de Sevilla volvió a
sufrir nuevos parones entre 1943 y 1945 y en 1948, con Diego de Valencina al cargo
de la corporación. Éstos fueron consecuencia de la creación en 1938 de las
Comisarías de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, que asumieron una gran
parte de las atribuciones de las Comisiones de Momentos, relegándolas a un papel
secundario. Diego de Valencina acabó presentando su dimisión ante la acusación de
inactividad que pesaba sobre esta institución12. A partir de 1949 las sesiones se
siguieron convocando con cierta asiduidad hasta 1985, fecha desde la cual fueron
sufriendo un paulatino descenso que tocaría fondo en 1990, año en el que se
produjo la última sesión.
11
ACPMPS. Libro V. 12 de abril de 1937.
12
ACPMPS. Libro V. 4 de mayo de 1949.
11
Capítulo 1. Antecedentes
13
Quintanilla Martínez, E. “Las Comisiones Provinciales de Monumentos y su posible actualidad en la
protección del patrimonio”. Arquitectura y Ciudad II y III. Madrid, 1993, p. 301.
14
Ordieres Díez, I. Historia de la restauración monumental en España (1835-1936). Madrid, 1995, pp.
45 y 46.
15
Bercé, F. Les premiers travaux de la commission des monuments historiques, 1837-1848. París,
1979. Prèface.
12
Esta nueva conciencia tuvo como consecuencia la creación de tres
instituciones que guardarían estrechas similitudes con las Comisiones de
Monumentos españolas, nos referimos a la Commission des Monuments, la
Commission Temporaire des Monuments y la Commission des Monuments
Historiques.
La Commission des Monuments16 se creó con el fin de inventariar y
conservar aquello que el Estado estaba enajenando, prestando especial atención a
los bienes inmuebles frente a otras manifestaciones artísticas como la pintura o la
escultura, criterio compartido a menudo por la Comisión Provincial de Monumentos
Histórico- Artísticos de Sevilla. Estaba compuesta por personas cultas, muchas veces
correspondientes locales de las Academias. Esta corporación fracasó debido a varias
razones, entre las que se encontraban el excesivo trabajo asignado, que
consideraban inabarcable, la escasa preparación de muchos de sus miembros y la
falta de fondos económicos que permitieran los traslados necesarios para realizar la
catalogación de monumentos, problema con el que frecuentemente tuvieron que
convivir esta clase de instituciones en España.
Con posterioridad se estableció la Commission Temporaire des
Monuments17, que inició la formación de museos a partir de la labor realizada por
su antecesora y veló por la conservación de muchos de los principales monumentos
del país. Sus correspondientes eran principalmente arqueólogos, lo que propició
que esta institución fuese perdiendo importancia a medida que la ganaba la figura
del arquitecto conservador.
En 1830 se creó el cargo de Inspecteur Général des Monuments Historiques
con el fin de coordinar las iniciativas privadas que surgían por todas partes, y en
1837 se fundaron el Comité Historique des Arts et Monuments y la Commission des
Monuments Historiques18. Esta Comisión estaba destinada a seleccionar y encargar
los proyectos de restauración. Hasta la sesión del 13 de abril de 1839 estaba
presidida por Vatout. A partir de marzo de 1840 Ludovic Vitet recibió el título de
vicepresidente y pasó a ser presidente el Ministro de Interior. Este sistema de
16
Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, p. 45.
17
Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, pp. 45 y 46.
18
Bercé, F. Op. cit. París, 1979, pp. 1-17.
13
organización sería luego reproducido en las Comisiones de Monumentos de toda
España y al igual que en las comisiones españolas, se formaron relaciones de
monumentos para conocer el patrimonio que debía ser conservado con la ayuda de
los organismos provinciales. En 1837 Mérimée y Vitet para justificar el aumento de
ayudas y obtener créditos de la Cámara, dirigieron a los delegados una circular
pidiendo la lista de edificios de su provincia que tuvieran un interés particular y
estuvieran necesitados de trabajos urgentes. Se decidió que una comisión, de la que
formaría parte el Ministro del Interior, eligiera entre los edificios propuestos y
clasificados por orden de importancia. Junto con esta institución convivía le Bureau
des édifices diocésains, que tuvo su paralelo en España en las Juntas Diocesanas de
Reparación de Templos. En Francia ambos organismos estaban algo enfrentados, y
hasta 1907 la Comisión no pudo pronunciarse sobre las restauraciones y
modificaciones que se hacían en las catedrales. La figura del corresponsal,
introducida por la Comisión Provincial de Sevilla en 1847 con el nombramiento de
un delegado en Morón, se remonta muchos años atrás en este país. Durante la
Revolución de 1789 el abad Grégoire entre otros, movido por las destrucciones que
se estaban llevando a cabo, se dedicó a formar cuestionarios para conocer lo que se
había destruido o debía conservarse. Para ello pretendió en vano establecer una red
de corresponsales.
La investigación se reanudó bajo la dirección de la Academia durante la
Restauración, a partir de 1818. La Commission des Monuments Historiques prefirió
en un primer momento nombrar como corresponsales a arqueólogos frente a
arquitectos, aunque con el tiempo esta tendencia cambió ya que los arquitectos
proporcionaban dibujos, esquemas y planos más claros y eran considerados las
personas más adecuadas para supervisar los trabajos encomendados. En principio
se optó por arquitectos locales pero diversas decepciones llevaron a los miembros
de la Comisión a echar mano de arquitectos parisienses. El primer trabajo de la
institución fue clasificar por orden de importancia los monumentos que figuraban
en las listas hechas por los corresponsales. Esta lista se publicó en 1840 y sirvió de
referencia hasta la ley de 1887, la primera dedicada a los monumentos históricos de
Francia. La mayor parte eran edificios religiosos, seguidos de monumentos
romanos. La arquitectura civil estaba poco representada, ya que la mayoría de los
14
edificios pertenecían a manos privadas o porque su reciente fecha de construcción
no les hacía merecedores de este privilegio. La Comisión elaboró el criterio de
monumentos modelo: ya que era imposible la salvaguarda de todos los
monumentos era necesario conservar algunos ejemplos significativos. Los
miembros de la Comisión fueron además sensibles a la pátina del monumento.
Esta Comisión se interesó por los monumentos españoles y especialmente
por los andaluces, que fueron fotografiados por Lucien Marge, arquitecto agregado
y profesor de arquitectura en la Escuela de Bellas Artes de París, que en 1893 realizó
un viaje por las provincias de Córdoba, Granada, Sevilla y Toledo19.
19
ACPMPS. Libro II. 10 de mayo de 1893.
20
Anteriormente se había producido la llamada Desamortización de Godoy, desarrollada mediante
Real Decreto de Carlos IV de 19 de septiembre de 1798 y la Real Cédula de 25 del mismo mes.
21
El Decreto de 19 de febrero de 1836 puso a la venta las propiedades de las comunidades que
habían sido suprimidas, que fueron todas tras el Real Decreto de 17 de julio de 1837.
22
Areilza, J. M. “Un centenario olvidado. Las Comisiones de Monumentos del Reino”. Boletín de la
Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. Año 1º, 2º cuatrimestre. San Sebastián, 1945, pp. 147
y 148, que recoge las palabras de José Amador de los Ríos en el prólogo de la Memoria comprensiva
15
esculturas y edificios monumentales, gran parte de ellos vendidos, destruidos,
arruinados y olvidados.
de los trabajos verificados por las Comisiones de Monumentos Históricos y Artísticos del Reino desde
1º de julio de 1844 hasta igual fecha de 1845.
23
ACPMPS. Libro I, pp. 1-3, 1835.
24
ACPMPS. Libro I, pp. 1-3, 1835.
16
papel muy importante los artistas relacionados con la Real Escuela de Nobles Artes,
entre los que estaban especialmente representados el arte de la pintura, con tres
vocales, frente a uno especializado en escultura y otro en arquitectura. Durante el
primer año y dada la cantidad de trabajo que había que realizar, se acordó convocar
reuniones semanales hasta que disminuyese la intensidad del mismo25. Al año
siguiente de la instauración de esta corporación y motivados por las carencias
económicas, se optó por limitar las sesiones a los momentos en los que se
considerasen necesarias26.
Se decidió comenzar la recolección de los objetos por los conventos extramuros
ya que por su situación estaban más expuestos a los robos27, aunque más tarde se
resolvió dejar el traslado de los objetos del Convento de San Isidoro del Campo para
más adelante debido a su lejanía de la ciudad y al hecho de que la mayoría de las
piezas fuesen estatuas, lo que dificultaba mucho su transporte, sólo se hizo una
excepción con el retablo de Santiago de la Espada, de Roelas, por ser considerado el
mejor del pintor28. Las críticas sobre la forma en la que se organizó la recolección de
cuadros en la provincia de Sevilla y el “descuido en recogerlos á tiempo, y la
premura y falta de método, que dieron ocasión al extravío de muchos” no tardaron
mucho en aparecer29.
Desde los comienzos de esta corporación hubo problemas en el suministro
de fondos económicos30, lo que propició que los trabajos proyectados se retrasasen
o no llegasen a ejecutarse. Durante varios años esta corporación y el Museo de
Bellas Artes tuvieron que mantenerse sin tener asignado un presupuesto. La
carencia de medios con la que tenían que luchar estas comisiones hizo que sus
propios vocales pusieran dinero de sus bolsillos31. Esta escasez propició que muchos
objetos que estaban en pueblos lejanos a Sevilla, en vez de ser traídos a la capital,
25
ACPMPS. Libro I, p. 3. 23 de octubre de 1835.
26
ACPMPS. Libro I, p. 11. 2 de diciembre de 1836.
27
ACPMPS. Libro I, pp. 1-3, 1835.
28
ACPMPS. Libro I, pp. 12 y 13. 11 de julio de 1836.
29
Caveda, J. Memorias para la historia de la Real Academia de San Fernando. Madrid, 1868. Tomo II.
Capítulo XV, p. 368.
30
ACPMPS. Libro I, p. 5. 23 de noviembre de 1835.
31
ACPMPS. Libro I, pp. 10 y 11. 2 de diciembre de 1836.
17
se inventariaran y se dejaran en los templos como depósito, tal como ocurrió en
Estepa32. También fue frecuente la falta de asistencia de los vocales a las juntas33.
En un principio se omitieron en los inventarios aquellos cuadros que en
opinión de los comisionados carecían de valor artístico; este fue el criterio elegido
para la elaboración de los catálogos de San Agustín, la Trinidad y San Benito,
aunque poco después se decidió completarlos y no dejar de mencionar ninguna
pieza en los catálogos posteriores34. Algunos cuadros no se recogieron, con el fin de
dejarlos como adorno del edificio, y otros, como los que había de Murillo en el
Convento de Capuchinos, se reemplazaron por lienzos de menos valor de los fondos
del almacén del Museo35.
Entre las funciones36 encargadas por el Gobernador de la provincia estaba la
ejecución de medidas eficaces para evitar la sustracción y ocultamiento de pinturas.
Una de las prevenciones que tomó la Comisión en este sentido fue la petición hecha
al intendente de la provincia para que estableciese un control de los cuadros que
pasaban por el despacho de importación o exportación de la aduana, con el fin de
detectar si pertenecían a los conventos suprimidos37. Esta resolución dio sus frutos,
ya que fueron detenidos algunos cuadros sospechosos de haber sido sustraídos38.
Además se consiguió autorización para que los miembros de la Comisión pudieran
retener las pinturas que perteneciesen al Museo, fuese cual fuese su localización39.
Esta labor se dejó a cargo de pintores destacados de la época entre los que se
encontraron Joaquín Bécquer, Manuel Barrón, José Roldán, que retrató al Conde
del Águila junto al que fuera vicepresidente de la Comisión Provincial de
Monumentos de Sevilla, el Marqués de la Motilla40, y Antonio Cabral Bejarano41. A
pesar de ello no se pudo evitar la venta y la salida de España de objetos de gran
valor, como puso de manifiesto Antonio María Esquivel, vocal de la Comisión,
32
ACPMPS. Libro I, p. 10. 21 de abril de 1836.
33
ACPMPS. Libro I, pp. 36 y 37. 25 de junio de 1840.
34
ACPMPS. Libro I, p. 3. 30 de octubre de 1835.
35
ACPMPS. Libro I, p. 8. 11 de abril de 1836.
36
ACPMPS. Libro I, p. 3. 23 de octubre de 1835.
37
ACPMPS. Libro I, pp. 49 y 50. 5 de noviembre de 1840.
38
ACPMPS. Libro I, pp. 70 y 71. 25 de junio de 1841.
39
ACPMPS. Libro I, pp. 58 y 59. 3 de diciembre 1840.
40
Valdivieso, E. Historia de la pintura sevillana. Sevilla, 1992, p. 381.
41
ACPMPS. Libro I, p. 69. 25 de mayo de 1841.
18
cuando denunció la presencia en el Museo del Louvre de París de seis cuadros
originales de Valdés Leal que pertenecían al Convento de San Jerónimo de Sevilla42.
A partir del año de fundación de la corporación y hasta 1842 se formaron
una serie de pequeñas comisiones compuestas por vocales (a veces de sólo un
miembro) con el fin de inventariar y recoger los objetos artísticos de los conventos
suprimidos, instituciones y excavaciones arqueológicas. En 1835 estas comisiones
visitaron San Jerónimo de Buena Vista, San Isidoro del Campo, Capuchinos, San
Agustín, San Benito, la Trinidad43 y la Cartuja44. Durante el año 1836 se trasladaron
a Santo Domingo de Porta Celi, Montesión45, Capilla de los Flamencos de Santo
Tomás46 y San Juan de Dios47. No hay constancia en las actas de la Comisión de
Monumentos del envío de vocales entre los años 1837 y 1839. En 1840 se
encargaron del Liceo, del Hospicio48, la Iglesia de San Francisco49 y del ex-convento
de la Consolación de Utrera50. Durante 1841 los vocales recogieron cuadros de la
Diputación Provincial51, restos arqueológicos de Itálica52, la verja de hierro de la
iglesia del convento suprimido de San José53 y objetos artísticos de San Alberto y del
ex-convento de la Pasión54. Y en 1842 inspeccionaron y reunieron obras de arte del
ex-convento de San Benito Extramuros55, San Juan Jerónimo de Buenavista56
(estatua de Torrigiano), ex-convento e Iglesia de San Benito de Calatrava57, la Iglesia
de Santiago de la Espada58, las esculturas del Palacio Arzobispal de Umbrete, el ex-
42
ACPMPS. Libro I, pp. 73 y 74. 4 de octubre de 1841.
43
ACPMPS. Libro I, pp. 1-3. 1835.
44
ACPMPS. Libro I, p. 3. 23 de octubre de 1835.
45
ACPMPS. Libro I, pp. 5 y 6. 7 de marzo de 1836.
46
ACPMPS. Libro I, pp. 12 y 13. 11 de julio de 1836.
47
ACPMPS. Libro I, pp. 13 y 14. 13 de julio de 1836.
48
ACPMPS. Libro I, p. 44. 8 de octubre de 1840.
49
ACPMPS. Libro I, p. 45. 19 de octubre de 1840.
50
ACPMPS. Libro I, p. 55. 26 de noviembre de 1840.
51
ACPMPS. Libro I, p. 61. 28 de enero de 1841.
52
ACPMPS. Libro I, pp. 70 y 71. 25 de junio de 1841.
53
ACPMPS. Libro I, p. 72. 13 de julio de 1841.
54
ACPMPS. Libro I, pp. 73 y 74. 4 de octubre de 1841.
55
ACPMPS. Libro I, pp. 77 y 78. 20 de enero de 1842.
56
ACPMPS. Libro I, pp. 85 y 86. 21 de mayo de 1842.
57
ACPMPS. Libro I, pp. 87 y 88. 23 de junio de 1842.
58
ACPMPS. Libro I, pp. 90 y 91. 13 de julio de 1842.
19
convento de las Aguas Santas59, la Cartuja (sillería), el ex-convento de San Agustín y
el Calvario de Osuna60.
La labor de estas comisiones no fue fácil puesto que encontraron obstáculos
de todo tipo que dificultaban la realización del trabajo encomendado61. Además de
los problemas económicos antes mencionados, los miembros de la junta se toparon
con la oposición de la Iglesia y particulares al traslado de los objetos de arte. En
1836 los Duques de Arcos trataron de evitar que los cuadros del Convento de San
Agustín, del que eran patronos, fuesen llevados a otro lugar62. En 1840 el Duque de
Osuna reclamó cuatro cuadros que estaban en la Catedral63 y al año siguiente la
Hermandad de San Andrés solicitó la devolución de un lienzo en el que se
representaba el martirio del santo que le daba nombre64. En 1842 se tuvo que
entregar unos cuadros y enseres a Rosalía del Valle por una sentencia de la
Subdelegación de Rentas65 y en 1843 se declararon propiedad de los descendientes
de Gregorio Rivasola seis cuadros de la capilla de San Gregorio, perteneciente a la
Iglesia del ex-colegio de San Alberto66. No era extraño que los trámites para el
traslado de las obras se demoraran durante años, lo que suponía a la corporación
tener que ejercer una presión continua hasta conseguir el objetivo deseado, como
ocurrió con la sillería de coro de la Cartuja de Sevilla, pedida en octubre de 1840 por
la Comisión para destinarla al Museo67 y cedida por Carlos Pickman, tras no pocas
dificultades, el 9 de octubre de 184268. Pero aquí no acabó la historia, en 1844 la
Reina decidió ceder esta sillería a la Catedral nueva de Cádiz69 y en 1845 aparece un
documento con fecha de 3 de noviembre de la Comisión Provincial de Sevilla
tratando el tema de su traslado al Museo70 y otro sobre lo que había sufrido la pieza
al habérsele arrancado la mayoría de sus delicados detalles71.
59
ACPMPS. Libro I, pp. 95 y 96. 3 de septiembre de 1842.
60
ACPMPS. Libro I, pp. 98 y 99. 20 de octubre de 1842.
61
ACPMPS. Libro I, pp. 73 y 74. 4 de octubre de 1841.
62
ACPMPS. Libro I, p. 7. 28 de marzo de 1836.
63
ACPMPS. Libro I, pp. 51 y 52. 7 de noviembre de 1840.
64
ACPMPS. Libro I, p. 65. 7 de mayo de 1841.
65
ACPMPS. Libro I, p. 81. 17 de marzo de 1842.
66
ACPMPS. Libro I, p. 97. 14 de septiembre de 1842.
67
ACPMPS. Libro I, pp. 46 y 47. 22 de octubre de 1840.
68
ACPMPS. Libro I, pp. 98 y 99. 20 de octubre de 1842.
69
ACMHAPS 7ª. Sevilla Edificios y Monumentos 1º. 1C/ 26.
70
ACMHAPS 7ª. Sevilla Edificios y Monumentos 1º. 1C/ 26.
71
ACMHAPS 7ª. Sevilla Edificios y Monumentos 1º. 1C/ 26.
20
A través de la lectura de las actas de la Comisión Científico-Artística de
Sevilla se pueden detectar ciertas irregularidades en su funcionamiento que
llevaron a la dimisión de alguno de sus vocales. Este es el caso de José María
Cabello, que expuso ante los demás miembros su queja por la falta de periodicidad
en la celebración de sesiones, el hecho de que se hubiesen emprendido acciones sin
la sanción de la junta y la venta de cuadros de desecho del Museo de una manera
poco transparente. Tras el compromiso de realizar reuniones semanales y la
suspensión de venta de objetos sin acuerdo de la junta, el vocal retiró su dimisión72.
En 1838 se produjo un cambio de junta en la que se mantuvieron algunos vocales
de la etapa anterior como el Marques de Arco Hermoso.
Otro de los objetivos fue la creación de una biblioteca provincial con los
libros que habían pertenecido a las comunidades religiosas73, aunque en 1836 se
relevó a la Comisión del encargo de recolectar los libros de las bibliotecas de los
conventos por un oficio del Gobernador Civil74.
72
ACPMPS. Libro I, pp. 29 y 30. 3 de junio de 1840.
73
ACPMPS. Libro I, p. 16-19. 15 de enero de 1838.
74
ACPMPS. Libro I, p. 4. 6 de noviembre de 1836.
21
Capítulo 2. Las Comisiones Provinciales de Monumentos
75
Areilza, J. M. Op. cit. San Sebastián, 1945, pp. 145- 152.
76
Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, p. 29.
77
Marés Deulovd, F. Informe sobre las Comisiones de Monumentos Históricos Artísticos. ACMHAPS.
4ª/6. p. 1.
78
Grahit y Grau, J. Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Barcelona.
Memoria de la labor realizada por la misma en su primer siglo de existencia (1844-1944). Barcelona,
1947, p.1.
79
Relación de edificios antiguos que deben conservarse, 1844. RABASF. 2-52-3.
22
Arahal. Los templos de los dos conventos suprimidos de la Victoria y de San
Roque.
La Campana. El Convento de San Sebastián que fue de la provincia de los
Ángeles.
Bormujos. La capilla de Santo Domingo, patrón del pueblo.
Umbrete. El palacio que era propiedad de la dignidad arzobispal de Sevilla.
Marchena. Los templos de los suprimidos Conventos de Santo Domingo y de San
Francisco.
Carmona. La Fuente Santa en el Convento de Jerónimos extramuros y las
ermitas del Real y de San Mateo.
Osuna. La iglesia colegial y el edificio de la antigua universidad.
Écija. El extinguido Convento de Mínimos llamado de la Victoria, el Convento y
la Iglesia de San Francisco de Asís, la Iglesia del Convento de las carmelitas y
descalzos, el templo de Santo Domingo y el Convento de San Agustín.
Sevilla. Los objetos artísticos y elementos constructivos que contenía el
Convento de San Jerónimo, convertido en fábrica de cristales; San Isidoro del
Campo en Santiponce; de la Cartuja la sillería y las inscripciones, una relativa al
martirio de San Hermenegildo y otra al enterramiento del Sr. de Arcos,
conquistador de Gibraltar; San Antonio, convertido en una fundición de hierro;
el Convento de los Terceros; San Luis, Montesion, los Menores y San Pablo.
Se organizaron corporaciones en varias provincias españolas y una Comisión
Central o “Junta de Monumentos Artísticos” en Madrid, siguiendo el modelo
francés. La Comisión Central80 tenía la función de vigilar el cumplimiento de los
deberes de las provinciales, regularizar los trabajos, darles impulso, uniformarlos e
instruir al público por medio de memorias anuales. Su propósito desde un principio
era formar la estadística de todos los monumentos históricos y artísticos de las
comunidades suprimidas, considerado este trabajo como base de sus tareas
sucesivas. Las palabras de José Amador de los Ríos, secretario de la primera
Comisión Central, expresan las motivaciones que movieron a su fundación: “siendo
su misión enteramente conservadora, serían del todo inútiles las lamentaciones,
cuando sólo debía pensarse en salvar los restos de nuestra gloria nacional que
80
Caveda, J. Op. cit. Tomo II. Madrid, 1868. Capítulo XVI, pp. 425, 426.
23
afortunadamente habían sobrevivido a las pasadas borrascas”81. Con ello hacía
referencia a los daños y el expolio producido sobre el patrimonio español con la
invasión francesa y la Desamortización de Mendizábal, que habían favorecido la
salida de España de numerosas obras de arte, pasando de esta forma a manos de
colecciones particulares o de museos extranjeros.
La Comisión Central dirigió circulares a los Gobernadores de provincia, entre las
que destacó un cuestionario a rellenar por los Alcaldes, en el que se indicaban los
datos y antecedentes que se debían recoger82. Este interrogatorio tenía cuatro
apartados en los que las obras de arte se dividían por estilos: los monumentos
romanos, los de la Edad Media, los árabes y los del Renacimiento, siendo estos
últimos el tope cronológico del estudio, con lo que se dejaba de lado movimientos
artísticos posteriores tan destacados como el Barroco, tal vez por la falta de
perspectiva histórica o influenciados por las ideas románticas que despreciaban
este estilo. Las cuestiones a completar eran sencillas, pensando que las autoridades
locales que debían contestar no eran especialistas en la materia y carecían de la
formación necesaria. Dentro del apartado destinado a los monumentos romanos se
pretendía englobar a todos los yacimientos arqueológicos desde la prehistoria hasta
el fin de la presencia de los romanos en la Península. La época histórica que parecía
despertar más interés en este momento para la Comisión era la Edad Media, sobre
la que se formularon treinta y seis preguntas (en las que se hacía hincapié en los
edificios religiosos y su tipología), frente a las siete que se hicieron sobre
monumentos árabes o los nueve puntos dedicados a los monumentos del
Renacimiento. Se buscaba información no sólo referente a edificios, sino que se
interesaban también por mosaicos, monedas, estatuas, cuadros, armaduras e
inscripciones, entre otros objetos artísticos.
Las Comisiones estarían formadas por cinco personas de valía intelectual,
aunque no se especificaba su formación. Tres debían ser nombradas por el Jefe
Político, que ostentaba el cargo de presidente, y otras dos propuestas por la
Diputación Provincial, por lo que la institución nació vinculada al poder político y a
81
Areilza, J. M. Op. cit. San Sebastián, 1945, p. 146, que recoge las palabras de José Amador de los
Ríos en el prólogo de la Memoria comprensiva de los trabajos verificados por las Comisiones de
Monumentos Históricos y Artísticos del Reino desde 1º de julio de 1844 hasta igual fecha de 1845.
82
Ordieres Díez, I. Op. cit. Documento nº16. Madrid, 1995.
24
sus devenires. Siguiendo la Real Orden de 24 de julio de 1844, que contenía la
Instrucción con el Reglamento para las Comisiones Provinciales de Monumentos
Histórico Artísticos, se crearon tres secciones83 cuyos miembros debían consultarse
entre sí para mayor eficacia de las medidas a tomar y conseguir mejores resultados.
La 1ª comprendía bibliotecas y archivos, la 2ª englobaba escultura y pintura y la 3ª,
arqueología y arquitectura.
Las Comisiones Provinciales se sostendrían con aportaciones de las Diputaciones
Provinciales84. El Gobierno suministraría fondos a la Comisión Central de
Monumentos para que pudiera acudir en ayuda de las Comisiones Provinciales que
la necesitasen para emprender alguna empresa importante. El hecho de que las
Comisiones en determinados momentos no pudieran hacer ningún gasto sin la
autorización del Jefe Político, que debía consultar al Gobierno si se trataba de algún
asunto de importancia, ralentizaba las operaciones y restaba eficiencia a su
actuación85. Muchas veces los recursos fueron insuficientes y sus miembros,
además de realizar el trabajo sin remuneración alguna, aportaron fondos.
Las Comisiones Provinciales debían enviar cada tres meses una comunicación al
Ministerio de la Gobernación relatando sus actividades.
Sus funciones, recogidas en el artículo 3º del decreto fundador, eran86:
- 1. “Adquirir noticia de todos los edificios, monumentos y antigüedades que
existan en su respectiva provincia, y que merezcan conservarse.
- 2. Reunir los libros, códices, documentos, cuadros, estátuas, medallas y demas
objetos preciosos literarios y artísticos pertenecientes al Estado, que esten
diseminados en la provincia, reclamando los que hubiesen sido sustraídos y pudieran
descubrirse.
83
Ministerio de la Gobernación. “Instrucción que deben observar las Comisiones Provinciales de
Monumentos Históricos y Artísticos”. Madrid, 24 de julio de 1844, recogido en la Gaceta de Madrid
nº 3605, 28 de julio de 1844. pp. 1 y 2.
84
Pla Cargol, J. Un siglo de actuación. Comisión de Monumentos de Gerona. Gerona, 1949-1950, pp.
10, 11.
85
Marés Deulovd, F. Informe sobre las Comisiones de Monumentos Históricos Artísticos. ACMHAPS.
4ª/6. p. 5.
86
Gaceta de Madrid nº 3568. 21 de junio de 1844. p. 1 y Pla Cargol, Joaquín. Op. cit. Gerona, 1949-
1950, p. 10.
25
- 3. Rehabilitar los panteones de los Reyes y personajes célebres o de familias
ilustres, ó trasladar sus reliquias a paraje donde esten con el decoro que les
corresponde.
- 4. Cuidar de los museos y bibliotecas provinciales, aumentar estos
establecimientos, ordenarlos y formar catálogos metódicos de los objetos que
encierran.
- 5. Crear archivos con los manuscritos, códices y documentos que se puedan
recoger, clasificarlos é inventariarlos.
- 6. Formar catálogos, descripciones y dibujos de los monumentos y
antigüedades que no sean susceptibles de traslación, ó que deban quedarse donde
existen, y también de las preciosidades artísticas que, por hallarse en edificios que
conviniera enagenar, ó que no puedan conservarse, merezcan ser transmitidas en
esta forma á la posteridad.
- Proponer al Gobierno cuanto creyeran conveniente a los fines de su instituto, y
suministrarle las noticias que este pidiera.”
A pesar del elevado número de obligaciones que las Comisiones debían cumplir
fueron varias las de normas de estímulo propuestas por el Gobierno en la R.O. de 24
de julio de 1844 que quedaron completamente olvidadas87, en concreto las que
reproducimos a continuación:
Art. 32. “Cuando los servicios prestados sean de tal consideración que merezcan ser
premiados de otro modo, el Gobierno de S.M. se propone hacerlo dignamente.”
Art. 33.7. “Estimular á los hombres estudiosos que residen en los pueblos de su
jurisdiccion para que se dediquen á estos trabajos.”
Art. 34. “Los Alcaldes y curas párrocos que llevados de un verdadero patriotismo se
distinguieren en el cumplimiento de estas disposiciones, contribuyendo así á ilustrar
las glorias de su patria, serán acreedores á las recompensas honoríficas que se
indican en los artículos 31 y 32.”
Es cierto que se recogieron muchos datos de interés y se evitó la destrucción de
numerosos monumentos, pero no se puede obviar que algunas Comisiones
Provinciales dieron escasos resultados, defraudando las esperanzas de la Comisión
87
Gaceta de Madrid nº 3605. 28 de julio de 1844.
26
Central88. Según Caveda, aunque en los primeros años intentaron conservar los
objetos artísticos, después se mostraron menos solícitas para formar los catálogos
de bibliotecas, pinturas, esculturas y edificios. Este autor criticaba la falta de juicio
que muchas veces imperaba a la hora de valorar las obras de arte, a las que se les
otorgaba un mérito que no tenían o se encontraban vulgares. Según él era
frecuente la confusión de los estilos de la Edad Media y no siempre se obtenían
noticias históricas exactas.
El Real decreto de 15 de noviembre de 1854 dio más atribuciones a las
Comisiones Provinciales. Este decreto consideraba en su preámbulo que la Comisión
Central era un cuerpo facultativo y a la vez un agente directo del Gobierno. A
continuación definía sus obligaciones89:
1º Indagar el paradero de los objetos históricos y artísticos que se hayan
extraviado y pertenezcan al Estado.
2º Promover la restauración de aquellos edificios, propiedad de la nacion ó de
los pueblos, que se encuentren en estado ruinoso y sean de un verdadero precio
para las artes y la historia.
3º Dar unidad y direccion á los trabajos de las comisiones provinciales,
auxiliándolas con sus luces.
4º Cooperar al mejor éxito de sus tareas, alentando su celo, y procurando
remover los obstáculos que puedan tropezar en el ejercicio de sus funciones.
5º Contribuir eficazmente á la mejor organizacion de los museos, bibliotecas y
archivos que estas han creado.
6º Promover en el Gobierno las gestiones necesarias para evitar las
restauraciones de las fábricas monumentales, y el mal uso que de ellas pueda
hacerse en perjuicio de su buena conservacion.
7º Denunciar los abusos cometidos en el disfrute de estos edificios al concederse
para usos de utilidad pública.
8º Hacer las oportunas reclamaciones cuando sin conocimiento de su
importancia histórica y artística se pretenda enajenarlos ó demolerlos.
88
Caveda, J. Op. cit. Tomo II. Madrid, 1868. Capítulo XVI, pp. 427-431.
89
Gaceta de Madrid nº 685. 17 de noviembre de 1854, art. 12.
27
Este decreto volvió a definir las obligaciones de las Comisiones Provinciales90:
1º Procurar á la central cuantos informes, datos y antecedentes les reclamase.
2º Someter á su exámen y aprobacion las restauraciones de los edificios
confiados á su cuidado, siempre que sean de alguna importancia, ó puedan alterar
la forma y el carácter de las fábricas.
3º Remitirle anualmente una nota de sus respectivos presupuestos y de su
inversión.
4º Consultarle la creación de nuevos museos, bibliotecas y archivos, ó las
modificaciones sustanciales, ampliacion y mejora de estos establecimientos si se
hallasen ya planteados.
5º Darle conocimiento de los descubrimientos y adquisiciones de nuevos objetos
artísticos y arqueológicos.
6º Continuar los trabajos de que trata el artículo tercero de la Real Orden de 13
de junio de 1844, y sobre todo, la formacion de los índices de las bibliotecas,
archivos y museos puestos á su cargo.
7º Reconocer frecuentemente el estado de los monumentos públicos, y dar parte
desde luego al Gobernador y á la central de los deterioros que en ellos advirtiesen,
procurando su pronta reparacion.
8º Indicar al Gobierno, por conducto de la comisión central aquellas
investigaciones y diligencias que creyesen oportunas para el descubrimiento de
cualquier objeto de la propiedad del Estado que pueda interesar a las artes ó á la
historia.
9º Dirigir los trabajos y exploraciones que tengan por objeto recobrar los
documentos, lápidas, libros, pinturas, estátuas y esculturas que correspondieron a
las casas religiosas suprimidas, y que hayan podido extraviarse.
10. Reclamar ante el Gobernador contra aquellas restauraciones que desfiguran
el carácter y las formas de las obras monumentales, propiedad del Estado o de los
pueblos.
90
Gaceta de Madrid nº 685. 17 de noviembre de 1854, art. 28.
28
11. Vigilar la buena conservación de los panteones de nuestros Reyes y de los
hombres ilustres, y promover la restauración de los que se hallasen en estado
ruinoso, ó necesiten reparaciones importantes.
El decreto impulsó además la creación de algunas Provinciales donde antes no
existían.
A pesar del aumento de atribuciones de las Comisiones de Monumentos no
ocurría lo mismo con las partidas presupuestarias. Tras esta ley del 15 de noviembre
de 1854 debía figurar en el nuevo presupuesto general “un crédito proporcionado a
los varios objetivos de las Comisiones” que el Gobierno suministraría a la Central de
Monumentos “cuando le fuese indispensable para el mejor desempeño de su
cometido”91.
La Comisión Central fue absorbida por la Academia de San Fernando según el
artículo 161 de la Ley de Instrucción Pública de 9 de septiembre 1857, aunque este
propósito no se llevó a cabo hasta dos años más tarde, cuando lo dispuso la Real
Orden de 18 de enero de 1859.
El 24 de noviembre de 1865 se aprobó un nuevo reglamento formado de común
acuerdo por las Academias de San Fernando y de la Historia92. Este constaba de 5
capítulos: I. Organización, objeto y atribuciones de las Comisiones Provinciales de
Monumentos Histórico y Artísticos, II. Obligaciones de las Comisiones como cuerpos
consultivos de los Gobernadores Civiles y Centros representantes de las Reales
Academias de la Historia y Bellas Artes de San Fernando, III. Trabajos académicos,
IV. Museos provinciales, y V. Disposiciones generales y obligaciones de los Alcaldes,
oficinas de Hacienda Pública y Diputaciones provinciales en sus relaciones con las
Comisiones Provinciales de Monumentos. Este reglamento determinaba que las
Comisiones Provinciales de Monumentos estuviesen formadas por los académicos
correspondientes de las Academias de la Historia y Nobles Artes, aunque si el
número de corresponsales de alguna de las Academias excedía de seis, sólo
formarían parte de la Comisión de Monumentos los cinco miembros más antiguos
de cada una. El presidente nato sería el Gobernador de la provincia, el
91
Marés Deulovd, F. Informe sobre las Comisiones de Monumentos Históricos Artísticos. ACMHAPS.
4ª/6. p. 4.
92
Reglamento de las Comisiones Provinciales de Monumentos Históricos y Artísticos aprobado por
S.M. en 24 de noviembre de 1865. Madrid, 1882.
29
vicepresidente el académico más antiguo de cualquiera de las dos Academias, y el
secretario el más moderno. Designaba como vocales natos al Arquitecto Provincial,
al Inspector de Antigüedades de las provincias que lo tuvieran y al Jefe de la sección
de Fomento. Por el Real Decreto de 20 de marzo de 1867 se incluyeron el Jefe de la
Biblioteca y el del Archivo Histórico Provincial cuando éste se hallase establecido en
la capital de la provincia. La Real Orden de 30 de diciembre de 1881 que modificó el
reglamento dispuso que las Academias podrían reorganizar las Comisiones siempre
que lo estimasen oportuno. En las provincias donde había Academia de Bellas Artes
serían éstas las que propondrían tres ternas, una por cada sección, para que la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando eligiese los tres individuos que debían
formar parte de la Comisión de Monumentos. Se especificaba en el reglamento que
las sesiones ordinarias debían tener una periodicidad semanal, sin perjuicio de que
se celebrasen sesiones extraordinarias cuando los hechos así lo requiriesen. Para
poder celebrar estas juntas era indispensable la asistencia de un mínimo de cinco
personas, entre las que se encontrarían al menos dos correspondientes de cada una
de las Reales Academias. Las atribuciones de las Comisiones se recogen en el
artículo 17 del reglamento de 1865, éstas son similares a las antes descritas. El
artículo 18 del capítulo II se refiere a las Comisiones de Monumentos Históricos y
Artísticos como cuerpos consultivos de los Gobernadores de las provincias y su
obligación de evacuar los informes que esta autoridad les pidiera. Las Comisiones
podían comunicar con el Gobernador para reclamar contra las restauraciones
proyectadas en edificios públicos de carácter histórico y artístico, para representar
contra la inmediata enajenación, demolición o destrucción de los monumentos de
interés nacional, para pedir la restauración de las construcciones de mérito artístico
de la provincia o del municipio que lo necesitasen y para evitar que los objetos
artísticos fuesen vendidos en el extranjero. Entre los trabajos académicos que
correspondían a las Comisiones Provinciales se nombraba en el artículo 28 del
capítulo III la formación de un catálogo razonado de los edificios que existían en las
provincias que por su mérito artístico o importancia histórica los hicieran dignos de
figurar en la Estadística Monumental proyectada por la Comisión de Monumentos,
la formación de un catálogo de los despoblados, memorias y monografías dedicadas
a los objetos de los museos y biografías de pintores, escultores, arquitectos,
30
orfebres y entalladores. Los alcaldes tenían el deber de prestar su ayuda a las
Comisiones, recoger los fragmentos de lápidas, estatuas, columnas miliarias,
sarcófagos, vasos y otros objetos de antigüedad que se descubrieran en su término
y remitirlos a las Comisiones Provinciales expresando el lugar donde se hallaron y
las circunstancias del descubrimiento. Si el objeto estuviese fijo en el suelo se
comunicaría a las Comisiones Provinciales para que decidiesen éstas lo más
adecuado. Debían vigilar la conservación de los edificios clasificados como
monumentos artísticos y dar parte de su deterioro, además de retener los lienzos,
tablas, estatuas, códices y otros objetos históricos y artísticos de sospechosa
procedencia.
El 1 de enero de 1869 el Estado aprobó un nuevo decreto por el que se
incautaba de todos los archivos, bibliotecas y demás objetos de arte, literatura o
ciencia que estuvieran a cargo de órdenes eclesiásticas o militares, exceptuando lo
más indispensable para el culto y las bibliotecas de los seminarios. Este hecho se
justificó en la idea de poner todos estos objetos artísticos al servicio público,
aunque la realidad fue que muchos archivos fueron cerrados. Este decreto fue
derogado por otro con fecha del 23 de enero de 187593.
En 1918 se estableció un nuevo reglamento94 de acuerdo con los estatutos de
las Reales Academias de la Historia y Bellas Artes de San Fernando que modernizaba
el antiguo, teniendo en cuenta la ley de excavaciones de 1911 vigente en estos
momentos, aunque mantenía el espíritu de su antecesor. En 1929, y por Real
Orden, se le añadió a este reglamento una nota aclaratoria. Además de los
individuos correspondientes de las Academias de la Historia y de San Fernando
residentes en cada provincia serían individuos natos de la Comisión el Presidente de
la Diputación Provincial, el Alcalde, el Rector de la Universidad, y donde no lo
hubiera, el director del Instituto General y Técnico, el prelado de la Diócesis, los
directores de las Academias de Bellas Artes que existiesen en las capitales de
provincia y dos individuos más de su seno, el Arquitecto Provincial, el municipal de
la localidad, el diocesano correspondiente y los jefes de los museos dependientes
93
Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla, nº 184, año 1875.
94
Reglamento de las Comisiones Provinciales de Monumentos Históricos y Artísticos, aprobado por
S.M. el 11 de agosto de 1918. Sevilla, 1928.
31
del Estado o de la provincia. Se olvidaba el límite de un máximo de cinco
corresponsales por Academia que se impuso en el reglamento de 1865, tal vez para
paliar la falta de asistentes a las sesiones. La presidencia honoraria correspondía a
los Gobernadores de las provincias. Los cargos de presidente, vicepresidente,
secretario y conservador se repartirían por sufragio entre los correspondientes de
las Reales Academias, aunque con la condición de que el presidente y el
vicepresidente correspondiesen a distintas Academias y ocurriese lo mismo con el
conservador y el secretario. Estos cargos se reelegirían cada tres años. La diferencia
con el reglamento anterior estaba en que ahora eran los miembros de la Comisión
quienes designaban entre ellos aquellos que ocuparían los puestos, mientras que
antes estas funciones se repartían en relación a su antigüedad como académico. Las
reuniones debían producirse al menos una vez cada trimestre y había que enviar
copia del acta a las Reales Academias. Parece que esta disminución en la obligación
de celebrar juntas, que pasaba de una por semana en 1865 a una como mínimo
cada trimestre, era un intento de adaptar el reglamento a la realidad de las
Comisiones Provinciales. Para celebrar sesión y tomar acuerdo era preciso la
asistencia de la mitad más uno de los correspondientes de las Academias con
residencia en las capitales de provincia. Las atribuciones de las Comisiones
Provinciales de Monumentos se detallaban en el artículo 10 del capítulo II y son
muy parecidas a las del reglamento anterior. En el artículo 11 se especifican los
deberes de las Comisiones, entre los que se encontraba la obligación de evacuar los
informes que el Gobierno o las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de
San Fernando les pidieran sobre el mérito e importancia de los monumentos que
debían conservarse en la provincia. Cada semestre debía de dar cuenta de los
descubrimientos arqueológicos que se hubiesen producido en la provincia. El
artículo 15 del capítulo III marca las obligaciones de los Alcaldes de los pueblos, que
no varían en su esencia de las especificadas en el reglamento anterior. Seguirían
siendo las Diputaciones Provinciales quienes incluirían en sus presupuestos las
partidas de gastos de las Comisiones de Monumentos y las restauraciones de los
edificios monumentales de la provincia. Los Ayuntamientos debían hacerse cargo de
las reparaciones de los monumentos que se les hubiera confiado para fines de
utilidad pública.
32
A raíz de la Ley del Patrimonio Artístico Nacional, de 13 de mayo de 1933, se
formó la Junta Superior del Tesoro Artístico con sus respectivas Juntas Locales. Estas
instituciones pretendían ser el relevo de las Comisiones Provinciales de
Monumentos, tal y como se reflejaba en el artículo 12 de la citada ley, por el cual
“las Juntas locales del Tesoro Artístico, a medida que se creen, sustituirán a las
Comisiones Provinciales de Monumentos, haciéndose cargo de sus archivos,
colecciones, etcétera.” La realidad es que aunque asumieron la mayoría de las
competencias de sus antecesoras, fueron varias las Comisiones de Monumentos
que se negaron a desaparecer.
Por decreto de 22 de julio de 195895 se creó la categoría de Monumento de
Interés Histórico-Artístico, Provincial o Local, protegiendo así un sector de los
bienes culturales hasta entonces olvidados. Muchos monumentos de interés
relativo para el país se habían incluido durante los años precedentes en el Catálogo
Monumental como medida para evitar su desaparición. Sería la Dirección General
de Bellas Artes quien formularía la propuesta de declaración y estarían sometidos a
las limitaciones y beneficios que la ley señalaba para los monumentos histórico-
artísticos. La vigilancia de los monumentos provinciales o locales se encomendó a
un inspector dependiente de la Diputación Provincial, que estaría asesorado por
una comisión integrada por representantes de las Comisiones de Monumentos y
Diocesana, Centros de Estudios Regionales si los hubiere en la provincia, y las
personalidades o representantes de entidades que estimase la Dirección General de
Bellas Artes. La comisión estaría presidida por el Comisario de Zona del Patrimonio
Artístico Nacional o el Apoderado Provincial en quien delegase.
La institución por decreto el 22 de octubre de 1970 de la Comisión del
Patrimonio Histórico-Artístico Nacional sumió a las Comisiones Provinciales de
Monumentos en un lento declive. Con esta nueva institución se llegó a una
situación de dualidad de funciones y competencias, sin tener en cuenta la existencia
de la Comisión Central de Monumentos ni de las provinciales96. Este hecho y la falta
de asignación de responsabilidades y fondos con los que llevar a cabo sus trabajos
95
Decreto recogido en la p. 12 del Reglamento de las Comisiones Provinciales de Monumentos
Históricos y Artísticos aprobado por S.M. en 11 de agosto de 1918. Madrid, 1961.
96
Marés Deulovol, F. Informe sobre las Comisiones de Monumentos Históricos Artísticos. ACMHAPS.
4ª/6. p. 10.
33
conllevaron la desaparición de muchas de las Comisiones Provinciales o una
existencia nominal carente de actividad en el resto de los casos. Tal es el caso que
planteó Federico Marés Deulovol en el informe que redactó en los años 70 sobre las
Comisiones de Monumentos Histórico Artísticos en el que exponía que la Comisión
de Barcelona subsistía por estar en vigor la ley que la creó, pero no de hecho, ya
que se hallaba suplantada por la Comisión Delegada del Patrimonio Histórico-
Artístico. Ante esta situación algunas Comisiones propusieron soluciones que
permitieran su supervivencia. José Hernández Díaz97, en Sevilla, pensaba que la
salida adecuada pasaba por refundición de las Comisiones de Monumentos con las
de Patrimonio Artístico, mientras que Marés Deulovd propuso un deslinde entre la
Comisión Provincial de Monumentos y la Comisión Delegada del Patrimonio
Nacional98, en el que correspondería a la Comisaría Delegada de la Dirección
General del Patrimonio Histórico- Artístico:
1º Recoger, fomentar iniciativas; informar, orientar sobre apertura y encauce de
solicitudes de expedientes de declaración de Monumentos de interés Histórico-
Artístico de carácter Nacional, Provincial o Local.
2º Velar, controlar el estricto cumplimiento de los acuerdos recaídos en la
resolución de expedientes, ya que muchas resoluciones no se cumplían o sólo se
hacía en parte.
Las Comisiones Provinciales de Monumentos Histórico-Artísticos tendrían función
consultiva del Senado: estudios y revisión de los expedientes que les remitiera la
Real Academia de San Fernando, que una vez informados y devueltos a la Academia
servirían para elevar el correspondiente dictamen a la Dirección General del
Patrimonio Histórico-Artístico con el fin de que emitiese juicio resolutivo.
Lo cierto es que ninguna de las propuestas fue aceptada y las Comisiones
Provinciales de Monumentos han caído en el olvido.
97
ACPMPS. Libro VI. pp. 182-184. 6 de abril de 1978.
98
Marés Deulovd, F. Informe sobre las Comisiones de Monumentos Históricos Artísticos. ACMHAPS.
4ª/6. pp. 11, 12.
34
Capítulo 3. La Comisión Provincial de Monumentos Históricos y
Artísticos de la provincia de Sevilla
99
ACPMPS. Libro I, p. 101, 7 de agosto de 1844.
100
ACPMPS. Libro I, pp. 1-3, 1835.
101
ACPMPS. Libro I, p. 114. 3 de octubre de 1846.
35
Se formaron tres secciones102, siguiendo la Real Orden de 24 de julio de 1844,
que contenía la Instrucción con el Reglamento para las Comisiones Provinciales de
Monumentos Histórico Artísticos. De la 1ª, que comprendía Bibliotecas y Archivos,
se encargarían Motilla y Colón; su función era la formación y el fomento de los
mismos. Se creó una de las bibliotecas considerada de las más notables entre las
que fundaron las Comisiones Provinciales, con treinta y seis mil ejemplares entre los
que se encontraban las publicaciones más selectas, que llegaban hasta principios
del siglo XVIII, predominando los volúmenes que trataban de materias eclesiásticas
y jurisprudencia, y en menor medida, de historia103. De la 2ª, de Escultura y Pintura,
eran responsables Carvajal y Casajús, a los que se les encargó mejorar, conservar e
inspeccionar los Museos de Pintura y Escultura, y la 3ª, de Arqueología y
Arquitectura, formada por Cepero y Carvajal (que pertenecía también a la sección
de Escultura y Pintura), debía promover y dirigir excavaciones, recoger el material
obtenido en ellas, coleccionar monedas, medallas y otros objetos, clasificar los
hallazgos y poner todo el empeño en la debida conservación de los monumentos de
valor artístico, histórico y arqueológico ubicados en la provincia. La Comisión
Provincial tenía que conocer los trabajos que desarrollaba cada sección con el fin de
que los otros vocales pudieran contribuir con su saber y experiencia104.
Esta institución tenía asignada un presupuesto a cargo de la Diputación
Provincial105 aunque, como ocurrió con su predecesora, era frecuente que el dinero
no llegase a tiempo o en la cantidad esperada.
Una de las preocupaciones constantes de la Comisión Central fue tener
conocimiento de los monumentos que habían desaparecido y de los que debían
conservarse dados sus valores artísticos o históricos. Se pretendía así contribuir a su
conservación y evitar que desde la ignorancia se dañase aún más el malogrado
patrimonio cultural español. Para ello encargó a las Comisiones Provinciales de todo
el país relaciones de los monumentos dignos de conservarse en la provincia.
Algunas de estas listas nunca llegaron a realizarse ya que existían inconvenientes,
como las amplias zonas que se veían afectadas y la escasez de personal y de fondos
102
ACPMPS. Libro I, p. 102, 11 de septiembre de 1844.
103
Caveda, J. Op. cit. Tomo II. Madrid, 1868. Capítulo XVI, p. 428.
104
Pla Cargol, J. Op. cit. Gerona, 1949-1950, p. 11.
105
ACPMPS. Libro I, pp. 103 y 104. 23 de noviembre de 1844.
36
para llevar a cabo este complejo trabajo. En el año de la fundación de la Comisión
de Sevilla la Central pidió a ésta la relación de los conventos suprimidos que por sus
características artísticas merecieran conservarse. Hay que recordar que sólo habían
pasado nueve años desde la Desamortización de Mendizábal y este tipo de
arquitectura es la que había sufrido más duramente sus consecuencias. La
corporación de Sevilla se vio insuficiente para poder hacer el trabajo, por lo que
decidió pedir ayuda a la Academia de Nobles Artes de Santa Isabel de Hungría, a la
de Bellas Artes de San Fernando y de la Sociedad Económica de Amigos del País106.
Parece que los trabajos realizados por la anterior junta del Museo no sirvieron de
punto de partida de la nueva institución ya que todos los documentos generados
por ella estaban en paradero desconocido107. Un año después, en 1845, el
secretario hizo partícipe a la Comisión de haber concluido la lista de los
monumentos destacados de la provincia, haciéndola pasar al examen de la sección
de Arqueología y Arquitectura antes de su envío a la Comisión Central108. Desde
esta Comisión Central siempre se intentó inculcar a las Provinciales la necesidad de
evitar la desaparición de edificios significativos y que en el caso de que éstas no
pudieran hacer nada por impedirlo recurrieran a ella109. Desde el Gobierno se
intentó dar atribuciones a las Comisiones Provinciales y así, por Real Orden del
Ministerio de Comercio, antes de demoler o hacer obras en los edificios públicos
había que consultar a estas corporaciones para que diesen su dictamen, oyendo
previamente a las Academias de Bellas Artes de las provincias respectivas, o en su
defecto a la Real de San Fernando110.
Es en estos años cuando la Comisión empezó a criticar el estado de
abandono que sufrían las murallas de la zona norte de Sevilla, especialmente en el
tramo que comprendía desde la Puerta de San Juan hasta la Barqueta111. En este
caso como en otros, las denuncias presentadas con el fin de asegurar la
conservación de obras emblemáticas de la ciudad no surgieron el efecto deseado,
ya que algunos años después la Comisión mantuvo una fuerte disputa con el
106
ACPMPS. Libro I, p. 103. 7 de noviembre de 1844.
107
ACPMPS. Libro I, pp. 105 y 106. 7 de febrero de 1845.
108
ACPMPS. Libro I, p. 108. 7 de mayo de 1845.
109
ACPMPS. Libro I, pp. 117 y 118. 16 de diciembre de 1846.
110
ACPMPS. Libro I, pp. 142 y 143. 27 de mayo de 1850.
111
ACPMPS. Libro I, pp. 142 y 143. 27 de mayo de 1850.
37
Ayuntamiento, que pretendía, y finalmente consiguió, la demolición de parte del
monumento, imponiéndose así criterios urbanísticos frente al carácter histórico de
la construcción defensiva.
Como ocurriera anteriormente, la Comisión cedió algunos de los cuadros
que se consideraban carentes de valor artístico a ciertas instituciones públicas como
la Diputación Provincial112 y entregó en depósito las esculturas del Palacio
Arzobispal de Umbrete para adornar el nuevo paseo de la Magdalena113.
Ante la imposibilidad de los vocales de la Comisión Provincial para poder
visitar todos los monumentos de la provincia y estar al día de los nuevos
descubrimientos arqueológicos que se realizaban, se creó la figura del corresponsal
en algunos pueblos estratégicos. El primero que se designó fue en Morón114,
aunque fue en etapas posteriores cuando se extendieron este tipo de
nombramientos. Durante este período se pidieron muestras del mosaico hallado en
la Plaza de Abastos de Carmona115 y se solicitó información de otro ejemplar
descubierto en Morón116. En esta misma población se descubrió un baño romano
perfectamente conservado y en Alcalá de Guadaíra unas urnas funerarias con vasos
lacrimatorios de vidrio y barro117.
La Comisión de Sevilla en este período inicial de su formación hizo
numerosos intentos por potenciar las excavaciones en Itálica, que estaban en total
abandono, incluyendo una partida de 20.000 reales de vellón en el presupuesto de
los años 1847118, 1849119, 1850120 y 1852121. Mientras se conseguía la ayuda
económica necesaria para efectuar prospecciones arqueológicas, los vecinos de la
localidad realizaban excavaciones con el fin de localizar algún objeto de valor que
112
ACPMPS. Libro I, pp. 117 y 118. 16 de diciembre de 1846.
113
ACPMPS. Libro I, p. 108. 7 de mayo de 1845.
114
ACPMPS. Libro I, p. 121. 21 de junio de 1847.
115
ACPMPS. Libro I, pp. 103 y 104. 23 de noviembre de 1844 y ACMHAPS.12ª. Sevilla Provincia.
2º/23.
116
ACPMPS. Libro I, pp. 117 y 118. 16 de diciembre de 1846.
117
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/23.
118
ACPMPS. Libro I, pp. 114-116. 7 de octubre de 1846.
119
ACPMPS. Libro I. 6 de septiembre de 1848.
120
ACPMPS. Libro I, p. 137. 1849.
121
ACPMPS. Libro I, pp. 143-145. 4 de enero de 1851.
38
pudieran vender y se extraían sillares de las antiguas construcciones romanas para
reutilizarlos en nuevas edificaciones122.
Se mantuvieron relaciones con algunas Comisiones Provinciales de otros
lugares de España. Destaca Badajoz, que en 1845 consultó sobre la existencia de
una historia de la población escrita en 1608 por Francisco Coria y de la que constaba
que existía un ejemplar en la Biblioteca Colombina123. La Comisión de Sevilla lo
localizó y se iniciaron las gestiones para realizar una copia. Estas relaciones
continuaron en las sucesivas etapas de la Comisión.
La Real Orden que organizaba las atribuciones de las Comisiones de
Monumentos dejaba la Biblioteca al cargo y bajo la dirección de las Comisiones
Provinciales124, a pesar de ello, al principio la Universidad no reconoció la autoridad
de la Comisión sobre la biblioteca125. Fue la Comisión Central la que estableció el
modelo del catálogo de los libros que formarían la Biblioteca Provincial, aunque la
Comisión de Sevilla modificó algunos de los campos adaptándolos a su criterio126.
Con el fin de velar por la conservación de todos los ejemplares reunidos, la
Comisión Central remarcó a esta Comisión Provincial la obligación de no vender
ninguno de los libros que estuvieran duplicados o incompletos127. En estos años la
corporación provincial se interesó por el paradero de los libros de San Luis y los del
Convento de los Remedios128.
122
ACPMPS. Libro I, p. 109. 4 de julio de 1845 y ACMHAPS. 11ª. Itálica. 1º/ 4.
123
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia.1º/ 7.
124
ACPMPS. Libro I, pp. 103 y 104. 23 de noviembre de 1844.
125
ACPMPS. Libro I, pp. 103 y 104. 23 de noviembre de 1844.
126
ACPMPS. Libro I, pp. 109 y 110. 3 de octubre de 1845.
127
ACPMPS. Libro I, pp. 117-118. 16 de diciembre de 1846.
128
ACPMPS. Libro I, pp. 104 y 105. 11 de enero de 1845.
39
3.2 La Comisión desde su reorganización en 1854 hasta 1858
129
Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, p. 31.
130
ACPMPS. Libro II. 15 de enero de 1855.
131
ACPMPS. Libro II. 29 de febrero de 1856.
40
3.3 La Comisión desde 1858 hasta 1865, año en el que se produce la
reorganización de las Comisiones Provinciales al incorporarse la Academia
de la Historia
132
ACPMPS. Libro II. 7 de junio de 1858.
133
ACPMPS. Libro II. 12 de marzo de 1862.
134
ACPMPS. Libro II. 7 de diciembre de 1861.
135
Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, p. 66.
136
Así ocurrió cuando el Gobernador Civil propuso el derribo de la pared exterior del ex-convento de
religiosas mínimas de Triana, que fue aprobado por la Comisión. ACPMPS. Libro II. 24 de enero de
1860.
41
varios portillos en las murallas de la ciudad137 (ilustraciones 1 y 2). En 1862 el
Gobernador de la provincia preguntó a la Comisión sobre la posibilidad de derribo
de la portada exterior de ingreso del edificio de la Fábrica de Tabacos138. En otras
ocasiones las demoliciones se producían sin que la Comisión fuese informada, como
ocurrió con la Puerta Real139.
La Comisión Central de Monumentos acordó colocar una estatua del pintor
Murillo en la Plaza del Museo140, lo que es una muestra más de la alta valoración del
pintor a lo largo de estos años. Esta veneración se evidenció de nuevo cuando la
Comisión Provincial escribió al Ayuntamiento solicitando el embellecimiento de la
plaza donde se iba a colocar la efigie, refiriéndose a Bartolomé Esteban Murillo
como “príncipe de los pintores andaluces”141.
En este período los vocales mostraron su preocupación por el estado que
presentaban los frescos del monasterio de San Isidoro del Campo, que además de
sufrir el paso del tiempo mostraban los signos de daños infringidos por la mano del
hombre, a pesar de que se habían recubierto con una espesa capa de cal que había
evitado su destrucción total. Para poder proponer medidas efectivas en la
conservación de las pinturas, en 1858 se pidió la ayuda de la Academia de Bellas
Artes de Primera Clase de la capital, con el fin de crear una comisión compuesta por
algunos de sus miembros y Demetrio de los Ríos como representante de la
Provincial de Sevilla142. Parece que estas gestiones no llegaron a ningún fin ya que
cinco años más tarde dos vocales de la Comisión Provincial volvían a pedir la
restauración de los frescos del primer patio del Convento de San Isidoro del Campo.
En esta ocasión se decidió encomendar la restauración al pintor historicista Eduardo
Cano143 cuando se dispusiese de fondos y después cubrirlos con tablas para
favorecer su conservación144.
137
ACPMPS. Libro II. 17 de mayo de 1863.
138
La Comisión se mostró de acuerdo con verificar el derribo siempre que se cumpliesen las Reales
Órdenes de 4 de mayo de 1850 y 23 de junio de 1851. ACPMPS. Libro II. 8 de mayo de 1862.
139
ACPMPS. Libro II. 12 de diciembre de 1864.
140
ACPMPS. Libro II. 1 de junio de 1863.
141
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/ 24.
142
ACPMPS. Libro II. 30 de noviembre de 1858.
143
Valdivieso, E. Op. cit. Sevilla, 1992, pp. 411 y 412.
144
ACPMPS. Libro II. 17 de mayo de 1863.
42
En 1859 las Ruinas de Itálica aún no eran valoradas como parte del
patrimonio monumental de la provincia y los campesinos intentaban sembrar las
tierras del anfiteatro145. Los trabajos de investigación y las excavaciones en busca de
nuevos restos arqueológicos recibieron su primer gran impulso en 1860 con el
nombramiento de Demetrio de los Ríos como director de las Ruinas de Itálica146 y la
adjudicación de fondos por parte de la Diputación Provincial desde ese año147. El
primer encargo que le realizó la Comisión sobre este asunto era descubrir el
perímetro de la antigua ciudad, centrándose en la localización de “monumentos de
inmediato y útil estudio y no merodear en busca de pequeños objetos”148. El sistema
de trabajo pretendía ser diferente del empleado hasta entonces, ya que la
búsqueda de lápidas, candiles o trozos de estatuas habían provocado la destrucción
de cimientos de edificios y las huellas de calles y plazas. Durante estas
prospecciones aparecieron varios recipientes con esqueletos149. Se contrató la
extracción de la tierra que cubría el centro del anfiteatro150 y se levantó un plano
del lugar en 1861 (ilustración 3). Para conocer a fondo estos trabajos resulta de
especial interés la memoria que escribió Demetrio de los Ríos sobre las
excavaciones que dirigió desde 1861 hasta 1862151 y una memoria de 1861 sobre las
termas menores redactada en italiano que envió al Instituto Prusiano de
Arqueología establecido en Roma152. Estas obras pusieron de relieve la importancia
del anfiteatro, tenido hasta entonces por el más pequeño y bárbaro del imperio
romano y que desde ese momento pasó a la categoría de tercero del mundo en
magnitud. Además se localizó la necrópolis moderna de Itálica, donde
probablemente se enterraban los cristianos, a diferencia del que existía al Oeste,
lugar de enterramiento de los gentiles. También apareció un fresco, lápidas, un
trozo de estatua pequeño, una bella cabeza de mármol menor que el natural, trozos
145
ACPMPS. Libro II. 5 de febrero de 1855.
146
ACPMPS. Libro II. 24 de enero de 1860.
147
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 5º/ 4.
148
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 5º/ 4.
149
ACPMPS. Libro II. 23 de septiembre de 1861.
150
ACPMPS. Libro II. 17 de mayo de 1863.
151
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 1º/ 5 y Ríos, D. de los. Memoria arqueológico-descriptiva del Anfiteatro de
Itálica, acompañada del plano y restauración del mismo edificio. Madrid, 1862.
152
Ríos, D. de los. Terme d’Italica. Annali dell’Istituto di Correspondenza Archeologica. 1861, pp. 375-
379.
43
de cornisas, ocho capiteles y el trozo colosal de arquitectura de un templo153. Los
restos que iban saliendo fueron llevados al recientemente creado Museo
Arqueológico154 o se mantuvieron en el lugar del hallazgo por las dificultades que
presentaba su traslado, como el mosaico encontrado junto al de las Musas155.
Demetrio de los Ríos se quejaba en sus informes de que muchos de los terrenos en
los que se podrían encontrar restos importantes pertenecían a particulares, por lo
que proponía la expropiación de algunas tierras156. Tras la visita de Su Majestad en
1863 a la capital hispalense se concedió la cantidad de 10.000 reales destinados a la
continuación de las excavaciones157, que hubiesen supuesto una importante suma
de dinero y un empuje para las excavaciones de haberse cobrado. Lo cierto es que
hasta 1867 no se volvieron a ejecutar trabajos de limpieza en Itálica ya que no se
recibieron fondos para ello158.
153
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 5º/ 4.
154
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 5º/ 4.
155
ACPMPS. Libro II. 12 de diciembre de 1864.
156
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 5º/ 4.
157
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 5º/ 4.
158
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 5º/ 4.
44
3.4 Desde 1865 hasta el inicio de la vicepresidencia de Demetrio de los
Ríos en 1869
159
ACPMPS. Libro II. 10 de julio de 1866.
160
ACPMPS. Libro II. 20 de diciembre de 1867.
161
ACPMPS. Libro II. 16 de junio de 1868.
162
ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de 1867.
45
un interés especial163. Esta medida no era nueva, ya en 1847 se había designado a
un corresponsal en Morón.
La Provincial de Sevilla tuvo que enfrentarse en estos años a numerosos
problemas similares a los de períodos anteriores, además de a una pérdida de
competencias en los museos provinciales que trajo consigo la desmotivación de los
vocales y la imposibilidad de celebrar sesiones durante largos espacios de tiempo
debido a la falta de asistencia de los miembros de la corporación. En 1867 el
vicepresidente se quejaba de que a pesar de que Sevilla era una provincia muy rica
en monumentos, muchos se perdían apenas eran descubiertos ya que eran
destruidos o comprados por extranjeros. Estas prácticas eran favorecidas por la
inestabilidad en la custodia de los Museos de Arqueología o Pintura. La Comisión
veía impotente como esto sucedía sin poder evitarlo, ya que carecía de fondos con
los que poder adquirir los objetos en los casos más urgentes, como había sucedido
con la colección de monedas romanas de Antonio Delgado164.
En 1868 acaeció un suceso de importantes consecuencias para el patrimonio
sevillano, “la Gloriosa”, levantamiento revolucionario que tuvo lugar en septiembre
de ese año y supuso el destronamiento de la reina Isabel II. Tras la revolución tomó
el poder en Sevilla la conocida como Junta Revolucionaria, que suprimió el 6 de
octubre de ese año doce parroquias y veintitrés templos que no tenían este
rango165. Además de destrucción, “la Gloriosa” trajo consigo un período de pillaje y
desconcierto donde se perdieron numerosas obras de arte, tal y como relata el
miembro de la Comisión Provincial de Monumentos Francisco Mateos Gago en la
renuncia que presentó a su cargo en esta institución166: “Excusado es que yo pinte a
163
ACPMPS. Libro II. 9 de octubre de 1866.
164
ACPMPS. Libro II. 10 de diciembre de 1867.
165
Diario la Andalucía. 7 de octubre de 1868. Se vieron afectadas las parroquias de San Miguel,
Santa Marina, Omnium Sanctorum, San Marcos, San Andrés, San Juan de la Palma, San Esteban,
Santa María de la Blanca, Santiago, Santa Catalina y San Nicolás. Los templos de San Luis, la Trinidad,
los Capuchinos, San Antonio, San Hermenegildo, San Francisco de Paula, San Antonio Abad, Jesús de
los Baños, El Carmen, San Pedro de Alcántara, San Felipe Neri, el Valle, San José, Montesino, El
Ángel, La Pasión, las Calatravas, Los Remedios, Regina, Los Descalzos, San Buenaventura, San Basilio
y Belén y las capillas del Carmen, San Andrés, Siervos de María, Los Dolores en el Caño Quebrado y
en el Compás de la Laguna, La Expiración, dos en la Carretería, otras dos en Triana, una en los
Humeros, una en la Plaza de la Libertad y otra en Perafán de Rivera.
166
La renuncia de Francisco Mateos Gago a su cargo de vocal de la Comisión Provincial de
Monumentos de Sevilla fue enviada al director de la Real Academia de San Fernando con fecha de 14
de noviembre de 1868. Tres meses después, en febrero de 1869, recibió una comunicación de la
46
V.E. el fúnebre y tristísimo cuadro que presentaba esta ciudad, apenas caían las
sombras de la noche, en los días que se verifica la traslación de las religiosas, y la
incautación, como ahora se dice, en las iglesias parroquiales. Las alhajas, pinturas y
esculturas, mudaban de domicilio, y el silencio y acompasado andar de sus
conductores nos traían a la triste memoria las horribles noches de las grandes
epidemias coléricas. Todo se ha hecho con precipitación y desconcierto, y es seguro
V.E. de que la galería de cualquier particular puede enriquecerse tanto, y más, que el
Museo en estas circunstancias. Algún periódico ha instado, más de una vez, para
que se publique el inventario de los objetos incautados; exigencia inútil: en la mayor
parte de las iglesias se ha verificado la incautación sin formalizar el inventario, y los
incautadores, en cuyo poder están las llaves, abren cuando quieren y sacan objetos
que conducen a donde les mandan.”167 Francisco Mateos Gago justificaba lo que
estaba sucediendo de la siguiente manera: “A lo que yo entiendo, todo pende de
haber subido a los primeros puestos, por los medios que tan fáciles son en épocas
revolucionarias, hombres que tienen la desgracia de no haber gustado jamás la
belleza artística, en que tanto se reflejan las civilizaciones, y que, por su condición de
forasteros en su mayor parte, han dado poca importancia a las glorias que siempre
ha vivido este pueblo. Sevilla, entre tanto, duerme aletargada el sueño del opio que
en grandes dosis se le administra; mañana despertará y llorará para siempre las
inmensas pérdidas que ha sufrido en pocos días, tanto en honra, por lo que de
nosotros digan los pueblos cultos, cuanto en intereses materiales.”168
misma institución rechazándola. Mateos Gago, dolido por todo lo que estaba sucediendo en la
ciudad tras “la Gloriosa”, justificaba su dimisión con las siguientes palabras “El periódico la Andalucía
publicó ayer un artículo, en el que su equivocado autor se congratula porque los derribos se están
verificando de una manera normal, y asegura, en prueba de ello, que el Municipio oye en este asunto
a la Academia de Bellas Artes. Yo puedo asegurar a V.E. que esto no es verdad, y que la sabia
Academia no ha tenido en todo más intervención que la de haber recogido algunos objetos para el
Museo. Hoy, pues, se quieren disculpar los desaciertos a costa de la academia; mañana se pretenderá
lo mismo con nuestra Comisión de Monumentos; y como yo deseo que mi nombre no se ha barajado
nunca con los de estos demoledores, por eso suplico a V.E. se sirva admitirme la renuncia del cargo
de individuo de la Comisión de Monumentos históricos y artísticos de esta ciudad. Nombre V.E. otro
individuo que, por su ilustración, sepa mejor que yo contribuir a poner un dique a este torrente
devastador, y, por su temperamento, se encuentre en condiciones de resistir en esta horrible lucha
que tanto, y tan sin fruto, ha destrozado mi alma.” Sus afirmaciones recibieron, entre otros, el apoyo
del entonces arquitecto municipal y posteriormente vocal de la Comisión de Monumentos de Sevilla,
Juan Talavera de la Vega. Tassara y González, J. M. Apuntes para la historia de la revolución de
septiembre del año de 1868, en la ciudad de Sevilla. Sevilla, 2000, pp. 38 y 39.
167
Tassara y González, J. M. Op. cit. Sevilla, 2000, pp. 28 y 29.
168
Tassara y González, J. M. Op. cit. Sevilla, 2000. p. 36.
47
Demetrio de los Ríos fue confirmado en los cargos de las excavaciones de
Itálica, representante de la Junta de la Exposición Universal de París y en la
Diocesana de Reparación de Templos y se le encargó que llamase la atención de
ésta sobre las restauraciones que se habían hecho o que se estaban haciendo en la
Iglesia de Santa Ana169. Parece ser que una intervención desacertada había
deteriorado sensiblemente las tablas de Pedro de Campaña que componían el
retablo mayor170, otro retablo en tabla del mismo autor y una tabla de Alejo
Fernández que representaba la imagen de Nuestra Señora de los Remedios con el
Niño Jesús y varios ángeles. La Comisión ofreció el asesoramiento de sus miembros
como especialistas en la materia para evitar que estos hechos volvieran a repetirse
y pidió que no se restaurase ninguna de las pinturas ni de los objetos artísticos que
se conservaban en los templos sin su previa consulta171.
No hemos de olvidar que los criterios que regían las actuaciones de la
Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla eran contemporáneos a los ideales
estéticos y culturales de la época, por ello no ha de extrañarnos el desprecio que
muchos de sus miembros manifestaban hacia el estilo barroco, como se aprecia en
la comunicación que el vocal Vicente L. Hernández envió referente a las
restauraciones hechas en el retablo de la Iglesia de San Leandro, en la que se
mostraba contrario a ellas “porque la obra en la que han recaído pertenece a la
decadencia del arte”.172
Como hemos visto, eran frecuentes las complicaciones que impedían a la
Comisión cumplir con la obligación asignada de salvaguarda de los objetos y
169
ACPMPS. Libro II. 16 de octubre de 1866.
170
Considerado por Félix González de León como “uno de los buenos de esta ciudad”. González de
León, F. Noticia artística de todos los edificios públicos de esta muy noble ciudad de Sevilla. Sevilla,
1973, p. 571.
171
ACPMPS. Libro II. 13 de noviembre de 1866 y ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 3
A.
172
ACPMPS. Libro II. 13 de noviembre de 1866. Sobre este retablo escribió Félix González de León en
1844 “El altar principal está sobre el alto presbiterio de gradas, y es de muy mal gusto y del tiempo
de la decadencia de las artes...”. González de León, F. Op. cit. Sevilla, 1973, p. 88. Tuvieron que pasar
varios años antes de que este concepto empezara a cambiar, como se aprecia en la descripción que
Francisco Farfán Ramos hacía de la capilla sacramental de Santa Catalina: “curioso ejemplar entre los
varios que en Sevilla hay, que los discípulos de Churriguera, siguiendo la escuela de su maestro,
implantador en España del estilo que nos importaron Borromini y Bernini, y que hasta hace poco
fuera presentado como muestra de mal gusto y decadencia, y que hoy la crítica señala al barroco
entre los distintos estilos un lugar para discutir sus aberraciones, pero dentro de ellas también sus
bellezas que no son pocas”. Periódico LA UNIÓN, sección “los barrios” del 24 de noviembre de 1923.
48
monumentos histórico-artísticos de la provincia. En algunas ocasiones y por motivos
ajenos a ella (políticos, económicos...), no se podía conseguir este importante
objetivo, por lo que se emplearon otras técnicas que permitían la transmisión al
futuro al menos de la imagen de la obra de arte. Con este fin se incluyó en los
presupuestos una partida destinada a financiar la copia de frescos, sacar planos y
reproducir vaciados de estatuas, adornos y otros objetos preciosos próximos a
desaparecer173. En el caso de Itálica se encargaron reproducciones de frescos que
estaban sufriendo acusados procesos de deterioro a discípulos aventajados de la
Escuela de Bellas Artes174.
Los vocales solían llamar la atención sobre las obras de arte que estaban en
peligro con el fin de la Comisión intentase evitar su final. Boutelou puso en
conocimiento de la corporación el deterioro del fresco del Hospital de la
Misericordia175 debido al abofado de la pared176. En 1893 se volvió a estudiar la
posible restauración de este Juicio Final, que según la inspección realizada por
Eduardo Cano y Francisco Requena, presentaba abofados de mucha consideración
en el centro y en el lado izquierdo177. Parece que en este caso no se consiguió el
objetivo que se pretendía, ya que en 1965 la Comisión volvió a platearse la
necesidad de conservación de este fresco y emitió un informe en el que
mencionaba la desaparición de la parte inferior, donde se representaban a los
justos y a los condenados, al igual que dos franjas verticales a ambos lados. La parte
inferior se había cortado con la colocación de una moldura178. En 1978179 y con
173
ACPMPS. Libro II. 14 de diciembre de 1866.
174
ACPMPS. Libro II. 6 de noviembre de 1866.
175
En las actas de la Comisión del año 1866 se atribuye esta pintura al artista renacentista Luis de
Vargas, aunque casi un siglo después, cuando se volvió a intentar solucionar el tema, los miembros
de la Comisión dieron como autor a Luis de Valdivieso, y el año de ejecución el 1567, basándose en
una carta de pago encontrada en el archivo de la Junta de Beneficencia de Sevilla. Este pintor fue
mencionado por Pacheco como discípulo del anterior. ACMHAPS 10ª. Sevilla. Varios. 1º/2, y
Valdivieso, E. Op. cit. Sevilla, 1992, p. 84.
176
ACPMPS. Libro II. 27 de noviembre de 1866.
177
ACPMPS. Libro III. 16 de noviembre de 1893.
178
ACMHAPS 10ª. Sevilla. Varios. 1º/2.
179
ABC. “El Juicio Final” de Valdivieso, depositado en el Museo de Bellas Artes. 24 de mayo de 1978.
p. 33.
49
motivo de unas obras en el edificio, el fresco fue trasladado al Museo de Bellas
Artes de Sevilla, donde permanece almacenado180.
Durante estos años el Ayuntamiento de Sevilla, motivado por cuestiones
políticas y urbanísticas, acometió numerosos derribos de edificaciones de carácter
histórico artístico sin consultar la opinión de la Comisión Provincial181. Entre estos
monumentos se contaban la Puerta de Triana182, parte de la Capilla de San
Hermenegildo183 y de la muralla de la ciudad184, además de estar proyectadas la de
las puertas de San Fernando185, Carmona186 y Osario187. El derribo de las puertas de
la ciudad se argumentó por parte de las instituciones públicas por necesidades de
salubridad y comunicación, aunque casi a la vez que se producían estas
demoliciones en Sevilla en otras ciudades se empleaban soluciones menos
drásticas, como años después se lamentaba José María Tassara y González, persona
relacionada con varios miembros de la Comisión y afín a sus posturas “Da pena, e
indigna al mismo tiempo, pensar el aspecto que hoy presentaría la calle de San
180
Albardonero Freire, A. J. “La Iglesia Nueva del Hospital de la Misericordia. Un proyecto de Asensio
de Maeda con importantes colaboraciones (1595-1606)”. Laboratorio de Arte. Núm. 16, 2004, p. 80 y
ABC. “El Juicio Final” de Luis de Valdivieso sigue embalado 30 años después. 29 de julio de 2005, p.
16.
181
“Oficio de traslado al Gobernador Civil de Sevilla en el que se comunica que ante la desatención
de la Junta Revolucionaria a que se oiga el parecer de la Comisión de Monumentos antes de
proceder al derribo de los edificios eclesiásticos y públicos, se ruega se conserven la iglesia de San
Miguel, el artesonado de la iglesia del exconvento de Madre de Dios, los retablos de la iglesia del
exconvento de Dueñas, la capilla del exseminario, la iglesia de San Marcos y su torre, así como las
torres de Santa Catalina y Santa Marina, atendiendo a las leyes municipales vigentes”. 6 de
noviembre de 1868. Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia, y Tassara y
González, J. M. Op. cit. Sevilla, 2000. p. 38.
182
ACPMPS. Libro II. 25 de septiembre de 1868.
183
ACPMPS. Libro II. 23 de marzo de 1869.
184
El Ayuntamiento había comenzado la destrucción del lienzo de muralla que iba desde la Puerta
del Sol a la de Córdoba poniendo como pretexto el informe redactado por la antigua Comisión el 18
de marzo de 1863. ACPMPS. Libro II. 24 de enero de 1867. Tres años después se volvieron a tener
noticias en la Comisión Provincial de las intenciones del Ayuntamiento de continuar con los derribos.
ACPMPS. Libro II. 16 de marzo de 1868.
185
Esta decisión fue tomada por el Cabildo el 1 de septiembre de 1864 basándose en las molestias
que producía, especialmente durante la celebración de la feria de abril y a los viajeros que se
trasladaban en ferrocarril a Cádiz. La resolución fue reclamada por el Alcaide de los Reales Alcázares
argumentando que el Real Patrimonio conservaba ciertos derechos sobre dicha puerta y los castillos
laterales, aunque no pudo demostrarlos. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 50 F.
Cuando la Comisión Provincial de Sevilla tuvo noticia del expediente de derribo encargó que se
sacasen su planta y alzado, una fotografía de sus dos caras y una reconstrucción de como quedaría el
lugar tras la demolición proyectada. ACPMPS. Libro II. 12 de mayo de 1868. Para ver una descripción
de la puerta consultar Tassara y González, J. M. Op. cit. Sevilla, 2000, pp. 64-66.
186
Para tener una descripción ver: Tassara y González, J. M. Op. cit. Sevilla, 2000, pp. 57-60.
187
ACPMPS. Libro II. 25 de septiembre de 1868. Ver descripción en: Tassara y González, J. M. Op. cit.
Sevilla, 2000, pp. 61-63.
50
Fernando, con el ensanche y mejoras que en ella se están efectuando, teniendo al
fondo exenta, como está la de Alcalá en Madrid, y las de Saint-Martin y las de Saint-
Denis en París, esta puerta, con sus dos grandiosos torreones a los costados, tan
característicos, que, como habrá visto el lector, pluma tan autorizada como la de
188
Mateos Gago los compara nada menos que con la Giralda” . En 1866 la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando mostró su temor a la Comisión de que se
destruyeran parte de las Casas Consistoriales189 por la regularización de la Plaza de
San Francisco190. En este año se había abierto una ventana en la antigua sala
capitular y había proyectada otra puerta191. A pesar del cuidado que puso la
Comisión, en sus actas del año siguiente192 se hacía referencia a la galería demolida
de las Casas Capitulares (ilustración 4). Una vez más la Comisión mostró su malestar
por el hecho de que el Ayuntamiento no le consultase antes de emprender el
derribo de la galería fronteriza a la Plaza de San Francisco, como entidad encargada
específicamente de esta materia y lamentó que durante todos los años que estuvo
apuntalada la galería no se habían sacado planos y dibujo de la parte demolida,
aunque fuese un poco posterior al resto del edificio y no estaba considerada del
mismo mérito. La Comisión se adhirió al dictamen de la Academia de Bellas Artes de
Sevilla de 23 de marzo de 1866 en el que se concluía que las dos fachadas del
edificio no tenían entre sí relación alguna de estilo y decoración, por lo que debían
considerarse como dos monumentos distintos y no había razón para que tuviesen
un mismo eje193. La Sección de Arquitectura de la Academia de Bellas Artes de
Sevilla (de la que era secretario Demetrio de los Ríos) emitió un informe con fecha
de 23 de marzo de 1867194 en el que se mostraba disconforme con la cubrición de
una escalera, entre otras obras proyectadas.
188
Tassara y González, J. M. Op. cit. Sevilla, 2000, p. 66
189
Los estudios de Alfredo Morales son de especial importancia para ampliar la información
relacionada con las obras en la Casa Consistorial de Sevilla. Entre sus publicaciones sobre este tema
citaremos El Ayuntamiento de Sevilla. Arquitectura y simbología y La obra renacentista del
Ayuntamiento de Sevilla, ambas de 1981.
190
ACPMPS. Libro II. 11 de diciembre de 1866 y ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 12
A.
191
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 12 A.
192
ACPMPS. Libro II. 29 de enero de 1867.
193
ACPMPS. Libro II. 9 de junio de 1867.
194
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 12 A.
51
S.M. la Reina aprobó por Real Orden de 28 de febrero de 1868 el proyecto
de las fachadas monumentales de las Casas Capitulares por la Plaza de la
Constitución que había formado el arquitecto Demetrio de los Ríos, además de
disponer la creación de una comisión compuesta de dos concejales, un académico
de la Sevillana de Bellas Artes, un individuo de la Junta Provincial de Monumentos
Históricos (Eduardo García Pérez, se fue de viaje y en el 69 se pidió que se le
nombre sustituto) y el autor del proyecto195.
La Comisión intentó salvar la Iglesia de San Miguel196 (ilustración 5),
reuniéndose con representantes del Ayuntamiento y presentando varias opciones.
La Provincial propuso que se conservasen las tres naves y el ábside, y se eliminasen
las agregaciones que oscurecían su apariencia, petición a la que no se accedió
argumentando la falta de dinero para estas obras, por lo que quedaría en el centro
de la ciudad un edificio en ruinas sin utilidad alguna. Se planteó dejar el inmueble y
restaurarlo en una mejor ocasión, especialmente en su parte interior, propuesta
que también fue denegada con las mismas argumentaciones que la anterior. Lo
mismo ocurrió con la sugerencia del vicepresidente de facilitar fondos para la
restauración, siempre que el edificio volviera a dedicarse al culto197. Un año
después el derribo de la parroquia era inminente por lo que se encargó a dos
vocales, Ríos y García Pérez, que examinasen los restos de la iglesia para saber si era
posible obtener algún provecho de las lápidas y demás objetos que allí se
guardaban198 y tras cuya inspección fueron llevados al Museo Arqueológico.
Asimismo se pidió a estos vocales que hicieran el informe de la demolición de San
Miguel, que fue enviado a la Academia de la Historia y a la de San Fernando para
que tuviesen constancia de los derribos de monumentos en la ciudad199. Además, la
195
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 12 A.
196
De obligada consulta para ampliar los conocimientos sobre todos los sucesos relacionados con el
derribo de San Miguel son el “oficio de traslado del vicepresidente de la Comisión de Monumentos
de Sevilla sobre el estado del derribo de la iglesia de San Miguel y las intenciones del derribo de
otros edificios, para que informe la Comisión de Antigüedades”. 3 de abril de 1869, Gabinete de
Antigüedades de la Real Academia de la Historia y Tassara y González, J. M. Op. cit. Sevilla, 2000, pp.
30-38 y 69-75.
197
ACPMPS. Libro II. 13 de noviembre de 1868 y Tassara y González, J. M. Op. cit. Sevilla, 2000, pp.
34 y 35.
198
ACPMPS. Libro II. 4 de marzo de 1869.
199
ACPMPS. Libro II. 16 de marzo de 1869. Dos años más tarde la Real Academia de las Tres Nobles
Artes de San Fernando lamentaba la desaparición de este monumento. ACMHAPS. 7ª. Sevilla.
Edificios y Monumentos. 1º. 48E.
52
corporación provincial pidió que se conservasen las tres torres árabes adosadas a
los templos de Santa Marina, San Marcos y Santa Catalina200, intentó evitar la
destrucción del patio del Convento del Monasterio de los Jerónimos201, la venta del
templo de Madre de Dios, incluidos los objetos que poseía, al igual que los
elementos estructurales como los azulejos del patio del refectorio y de la escalera, y
las columnas y capiteles mudéjares202. Asimismo solicitó permiso para recoger los
azulejos de conventos suprimidos203.
Los derribos de edificios de carácter monumental no sólo se estaban
produciendo en la capital, ya que a la Comisión llegaban noticias de hechos
similares en los pueblos de la provincia a los que también intentó poner freno. Con
este motivo la corporación se dirigió al Alcalde de San Juan de Aznalfarache para
evitar que se demoliesen sus murallas204.
Ante lo que estaba ocurriendo, la Comisión acordó pasar una comunicación
a la Junta Provincial pidiendo que se oyese su dictamen antes de proceder a las
demoliciones205. También se decidió escribir al Gobernador de la provincia y a las
Academias de la Historia y de San Fernando con el fin de ponerles en conocimiento
de la situación e intentasen hacer lo posible para que la Comisión Provincial fuese
tomada en consideración, y de esta manera poder cumplir con el deber de vigilar las
riquezas artísticas de la provincia206. Poco tiempo después el nuevo Gobernador
Civil dijo haber parado las órdenes de demolición sobre iglesias y conventos y pidió
a la Comisión que informase con urgencia de los conventos que debían
conservarse207, ya que estos debían ser reducidos a la mitad según lo dispuesto por
decreto del Ministerio de Gracia y Justicia de 18 de octubre de 1868208. La Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando también pidió una relación de los
200
ACPMPS. Libro II. 7 de octubre de 1868.
201
ACPMPS. Libro II. 11 de febrero de 1869 y ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y monumentos. 2ª. 3G.
202
ACPMPS. Libro II. 11 de febrero de 1869.
203
ACPMPS. Libro II. 4 de marzo de 1869 y ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y monumentos. 2ª. 22 M.
204
ACPMPS. Libro II. 12 de marzo de 1867.
205
ACPMPS. Libro II. 7 de octubre de 1868.
206
ACPMPS. Libro II. 3 de noviembre de 1868.
207
ACPMPS. Libro II. 2 de diciembre de 1868.
208
Por efecto del decreto se suprimían todas las casas fundadas con anterioridad al 29 de julio de
1837 y todos los bienes raíces, rentas, derechos y acciones de las casas de comunidades de ambos
sexos suprimidas pasarían a ser propiedad del Estado. Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, p. 31.
53
edificios de valor histórico-artístico que corriesen peligro de ser demolidos o
enajenados209.
En 1867 el administrador del Duque de Altamira ofreció a la Comisión la
adquisición del retablo que había presidido la Capilla Mayor del Convento de San
Francisco por un precio de venta de 6.000 escudos, en el que no se incluían los
bustos de los fundadores y los escudos de armas210. Esta obra de tres cuerpos y
fechada en 1532, fue realizada por los hermanos Aprile en mármol estatuario de
Génova. Tras la demolición del convento, el retablo se depositó primero en el
Convento de Regina de Sevilla y más tarde en el palacio de Altamira. La Provincial
no llevó la adquisición a cabo, por lo que unos años después, concretamente en
1883, la obra fue comprada por los Duques de Medina de las Torres y trasladada a
su actual emplazamiento, el Monasterio de San Lorenzo de Transouto, en Santiago
de Compostela211.
En este período la preocupación de la Comisión por Itálica seguía viva. Se
pidió al Gobernador que se abstuviese de dar autorización a un propietario de
tierras de la zona para demoler varios restos existentes en su propiedad, razonando
su decisión en que eran parte de los cimientos de la antigua ciudad y que estas
demoliciones iban en contra del artículo séptimo de la ley tercera, título veinte,
libro octavo de la Novísima Recopilación y de las circulares del Consejo Real de 2 de
octubre de 1818 y 19 de septiembre de 1827212. Las gestiones realizadas por la
corporación provincial consiguieron que el Gobierno prestase más atención a las
Ruinas de Itálica. Se obtuvieron importantes créditos, entre ellos uno del Ministro
de Fomento de 4.000 escudos para continuar las obras en el anfiteatro, aunque
desde el Gobierno Central se recalcó que los objetos encontrados en las
excavaciones financiadas por el Estado pertenecían a la nación y debían ser
remitidos al Museo Arqueológico Nacional, mientras que serían propiedad de los
museos provinciales las piezas descubiertas en prospecciones costeadas por la
209
ACPMPS. Libro II. 11 de febrero de 1869.
210
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 55 F.
211
Del Castillo Utrilla, Mª J. El Convento de San Francisco, Casa Grande de Sevilla. Sevilla, 1988, pp.
62 y 63.
212
ACPMPS. Libro II. 13 de noviembre de 1866.
54
provincia213. En las obras de limpieza de la cavidad interior del anfiteatro de Itálica
se hallaron diecisiete piedras con inscripciones, entre otros descubrimientos214.
En estas Ruinas se encontraba el conocido como “Mosaico de las Musas”
(ilustración 6) sobre el que Demetrio de los Ríos consideraba que lo más razonable
era trasladar los restos al Museo, frente a aquellos que defendían su permanencia
in situ215. Tras las quejas presentadas por la Comisión Provincial, que se hizo
partícipe de la opinión del secretario, el Gobernador dispuso el traslado de la cenefa
del mosaico, única parte que se conservaba, al Museo de la ciudad216. Este
ejemplar, descubierto en 1839, sufrió desde su localización importantes daños que
conllevaron su desaparición, ya que el solicitado cambio de ubicación nunca llegó a
realizarse217.
213
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 5º y ACPMPS. Libro II. 25 de septiembre de 1868.
214
ACPMPS. Libro II. 21 de junio de 1869.
215
“Oficio de Demetrio de los Ríos al Presidente de la Comisión de Monumentos de Sevilla, de 16 de
marzo de 1865”. ACMHAPS.12ª. Sevilla Provincia. 2º/23.
216
“Oficio del Gobernador al vicepresidente de la Comisión de Monumentos Históricos y Artístico de
la provincia de Sevilla, de 5 de abril de 1865”. ACMHAPS.12ª. Sevilla Provincia. 2º/23.
217
Ríos, D. de los. Descripción del mosaico de las Musas descubierto en 1839. Museo Español de
Antigüedades. T. I, Madrid, 1872, pp. 185-192 y Fernández Gómez, F. Op. cit. Córdoba, 1988, pp. 49-
54.
55
3.5 La vicepresidencia de Demetrio de los Ríos (1869-1878)
218
ACPMPS. Libro II. 24 de enero de 1860.
219
Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, p. 135.
220
Luzón Nogué, J.M. Sevilla la vieja, un paseo histórico por las ruinas de Itálica. Sevilla, 1999, p. 88.
221
Fernández Gómez, F. Las excavaciones de Itálica y Don Demetrio de los Ríos a través de sus
escritos. Córdoba, 1998.
222
ACPMPS. Libro II. 7 de febrero de 1874.
223
Circular de la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla, 6 de julio de 1874 (reproducida en
los anexos).
La Academia de Bellas Artes se mostró de acuerdo con los puntos mencionados en la circular de la
Comisión sevillana como base de la futura ley. “Circular de la Academia a los vicepresidentes de las
Comisiones provinciales de 14 de agosto de 1874”. Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, p. 265.
224
ACPMPS. Libro II. 6 de febrero de 1875.
56
visto bueno y fue enviado a Madrid con unos comisionados de la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando que estaban en Sevilla con motivo de la restauración
del cuadro de San Antonio de Murillo, a fin de que este trabajo pudiera ser tenido
en cuenta por la comisión de dicha Academia que estaba preparando el proyecto de
ley225. La Provincial de Sevilla no quería que sus esfuerzos y el hecho de haber sido
la primera en estimular a las demás comisiones del país pasasen desapercibidos.
Aunque algunos estudiosos consideraban que el proyecto de ley elaborado por la
Comisión sevillana se había perdido226, reproducimos el texto íntegro en los anexos
de este estudio.
Como se menciona en apartados anteriores, uno de los proyectos principales
de las entidades encargadas de velar por el patrimonio histórico artístico era el de
formar un inventario de los monumentos con fin de conocer lo que existía para
poder conservarlo. Esta mentalidad bebía de los trabajos emprendidos por la
Commission des Monuments Historiques, que en 1840 publicó la primera lista de los
monumentos franceses227. Durante este período la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando seguía con el intento de formar una estadística monumental a
partir de los datos que debían suministrarle las comisiones provinciales228. Varios
años antes la antigua Comisión Central de Monumentos inició los trámites para
crear una estadística monumental de España con la cooperación de las comisiones
provinciales, a las que se pidieron datos mediante circulares que incluían
interrogatorios metódicos y fáciles de contestar. La respuesta de los organismos
provinciales fue desigual, mientras unos contestaron de modo satisfactorio, otros
muchos remitieron noticias más o menos exactas y los demás se limitaron a hacer
uso del silencio. Los intentos de continuar esta labor por parte de Real Academia de
las Tres Nobles Artes de San Fernando volvieron a repetirse a partir del año 1858,
momento en el que absorbió las funciones de la Comisión Central. En 1871 se pidió
a las comisiones provinciales que enviaran las noticias más exactas posibles de los
monumentos que existieran en su territorio, ya fuesen religiosos o civiles,
225
ACPMPS. Libro II. 15 de junio de 1875.
226
Lara Escoz, J.I. Op. cit. Sevilla, 2007. p. 87.
227
Bercé, F. Op. cit. París, 1979, p. 14.
228
“Circular de 13 de enero de 1871 de la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando”.
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 18º/1.
57
especificando “su origen, época y circunstancias de su fundación, estilo o período
del arte a que correspondan, destino que en principio tuvieron y el que hoy tengan,
reseñando las vicisitudes que hayan sufrido, su importancia para la Historia del Arte,
su estado actual de conservación, y todo cuanto pueda contribuir a dar a la
Academia una idea perfecta de cada edificio”229. La estadística buscaba conseguir
de las Cortes del Estado una ley que declarase estos monumentos con la categoría
de monumentos nacionales, y de esta manera asegurar su conservación. En el caso
de la Comisión Provincial de Sevilla la falta de fondos con la que elaborarla
retrasaba continuamente su ejecución, ya que sin ellos era imposible hacer las
visitas necesarias a los pueblos de la provincia230, además los vocales se quejaban
de carecer de una pauta con la que emprender los trabajos231. La Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando acordó entonces renovar el interrogatorio enviado en
su día por la Comisión Central232. La falta de dinero fue también el motivo que alegó
la Provincial de Sevilla para no poder hacer la relación de las fincas que por su
carácter de obra de arte mereciesen exceptuarse de la amortización, pedida por la
Dirección General de Propiedades y Derechos del Estado, aunque sí se tomaron
medidas para elaborar la relación de los monumentos de la capital233. Un año más
tarde la misma Dirección General pidió nota de las casas del extinguido patrimonio
de la corona que por su carácter de obras de arte debían exceptuarse de la venta
pública, en esta ocasión se objetó la falta de datos, que debían ser suministrados
por la Administración Económica234. A pesar de todos los inconvenientes la
necesidad de formar el catálogo nunca dejó de estar presente (aunque no se
consiguiera hasta bastantes años después, con resultados desiguales según las
provincias), y en 1874 se creó una delegación compuesta por el presidente, Leoncio
Baglietto y Antonio Cantos y Torralba para que se ocupasen de su confección235.
229
“Circular de 13 de enero de 1871 de la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando”.
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 18º/1.
230
ACPMPS. Libro II. 30 de marzo de 1871.
231
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 18º/1.
232
“Circular de 30 de enero de 1871 de la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando”.
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 18º/1.
233
ACPMPS. Libro II. 28 de septiembre de 1872.
234
ACPMPS. Libro II. 7 de febrero de 1874.
235
ACPMPS. Libro II. 7 de febrero de 1874.
58
La Comisión solicitó autorización para nombrar delegados en varios pueblos
de la provincia con el fin de poder evacuar los informes que le eran pedidos y que
no se realizaban por falta de dinero para hacer viajes236. Ya hemos visto que la
figura del corresponsal había sido usada en los comienzos de esta organización
como forma de subsanar los impedimentos que la falta de medios económicos
había impuesto237.
Durante este período, como se venía haciendo anteriormente, se realizaron
varios informes solicitados por el Administrador Económico de la provincia sobre el
mérito artístico de algunos edificios, entre los que se encontraban los ex-conventos
de Madre de Dios, Santa Ana238, San José239 y la Asunción240 en la capital y Santa
Clara de Cazalla, que se pensaba reutilizar como hospital por el Ayuntamiento241 y el
Convento de la Victoria en Osuna como escuela pública242. El Gobernador de la
provincia solicitó otros informes acerca de los Conventos de San Pablo, la Merced,
Santa Ana y el Pópulo243 y el Comisionado de Propiedades y Derechos del Estado
pidió el de la Capilla de Santa Cruz de María Santísima del Rosario en la
Maestranza244.
La corporación mostró la necesidad de una determinación que hiciese oír a
las Comisiones de Monumentos antes de la venta de edificios monumentales del
Estado. Con este motivo propuso que un individuo de éstas formase parte de las
comisiones de ventas para evitar el anuncio de subasta y posterior paralización por
las gestiones de la Comisión245. En un oficio de la Real Academia de las Tres Nobles
Artes de San Fernando al Ministro de Hacienda, de 3 de mayo de 1872246, se adhería
a la petición de la Comisión de Sevilla para que no se resolviese la venta de ningún
236
ACPMPS. Libro II. 10 de febrero de 1873. Tuvieron que pasar tres años hasta que la Real Academia
de Bellas Artes de San Fernando dio su aprobación. (ACPMPS Libro II. 29 de abril de 1876).
237
El primer corresponsal que se nombró fue en Morón. ACPMPS. Libro I, p. 121. 21 de junio de
1847.
238
ACPMPS. Libro II. 24 de febrero de 1870.
239
ACPMPS. Libro II. 16 de marzo de 1870.
240
ACPMPS. Libro II. 1 de junio de 1871.
241
ACPMPS. Libro II. 30 de marzo de 1871.
242
ACPMPS. Libro II. 30 de octubre de 1872.
243
ACPMPS. Libro II. 7 de febrero de 1874.
244
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 42C y ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de
1873.
245
ACPMPS. Libro II. 4 de abril de 1872.
246
“Oficio de la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando al Ministro de Hacienda, de
3 de mayo de 1872”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 11A.
59
edificio sagrado o profano que por su antigüedad o importancia pudieran merecer
respeto, sin oír antes el parecer de la respectiva Comisión de Monumentos. En el
escrito se manifestaba lo siguiente “Hoy todos los países cultos profesan profunda
veneración a sus monumentos artísticos e históricos, los cuidan, los conservan, los
restauran y procuran perpetuarlos a fuerza de esmero y de cuidados incesantes.
España, que relativamente a su territorio es uno de los países que más riqueza
artística ha poseído, no puede, sino arrastrar una infamante reputación de
ignorancia y de indolencia, verlos desaparecer a manos de la incuria, del abandono y
a veces de la avaricia de los especuladores”. Estas palabras son un reflejo más del
estado general que presentaba la restauración monumental en España, y del que se
podrían aportar numerosos testimonios. Uno de los ejemplos más representativos
ocurridos en Sevilla a principios de los años 70 tuvo como protagonista la Iglesia de
San Esteban. En 1871 se pidió al Ministro de Hacienda y Fomento la exclusión de la
venta pública dicha iglesia247, de estilo mudéjar, período considerado por la
Comisión como el “único del que nos podemos vanagloriar los españoles como
nacional y expresivo de nuestras glorias más brillantes248”. El templo había sido
mencionado por el Gobierno en la obra Monumentos Españoles por ser el ejemplar
más íntegro y mejor conservado de los que había de su género en Sevilla, y cuando
por disposición de la Junta Revolucionaria se cerraron o suprimieron varios templos,
se hizo un reconocimiento general de todos ellos, siendo el de San Esteban uno de
los primeros que se designaron como dignos de conservarse249. En esta ocasión la
Comisión fue oída tras pedir ayuda a varias instituciones y a Santiago Angulo250 ya
que la Dirección General de Propiedades y Derechos del Estado anuló la subasta en
la que se ofrecía su venta basándose en la consideración del edificio como templo
monumental251.
247
ACPMPS. Libro II. 30 de marzo de 1871 y ACPMPS. Libro II. 23 de abril de 1872.
248
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 48E.
249
“Oficio de la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando al Ministro de Hacienda del
27 de septiembre de 1871”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 48E.
250
“Carta de Demetrio de los Ríos a Santiago Angulo de 20 de octubre de 1871”. ACMHAPS. 7ª.
Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 48E.
251
“Oficio de la Administración Económica de la provincia de Sevilla, sección administrativa, ramo de
propiedades, de 22 de julio de 1872”, ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 48E y
ACPMPS. Libro II. 23 de julio de 1872.
60
Gracias a las gestiones realizadas por el vicepresidente se suspendió la
subasta del ex-convento de San Jerónimo de Buenavista, propiedad de Manuel
Lafon252 (ilustración 7), que aunque estaba en ruinas y era usado en parte como
lodazal de cerdos, aún conservaba estructuras arquitectónicas de gran belleza y
valor artístico entre las que destacaban sus claustros253.
El 16 de diciembre de 1873 el Gobierno de la Republica emitió un decreto
motivado por los derribos de notables monumentos ocurridos en los últimos
tiempos. De esta disposición destacan los dos primeros artículos: Art 1º. “Siempre
que por la iniciativa de los Ayuntamientos o Diputaciones provinciales se intente
proceder a la destrucción de un edificio público que por su mérito artístico o por su
valor histórico deba considerarse como monumento digno de ser conservado, los
gobernadores de la provincia suspenderán inmediatamente la ejecución del derribo,
dando parte a esta superioridad. Si los gobernadores no cumplieran esta disposición
con la prontitud debida las Comisiones de Monumentos, las Academias de Bellas
Artes, los rectores de las universidades y los directores de Institutos, estarán
facultados para comunicar a esta superioridad la noticia del proyectado derribo”.
Art 2º “La superioridad pedirá informe a la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando y si merece conservarse se anulará la orden de derribo”254. Se puede ver
en ellos un intento de limitar el poder que ejercían sobre edificios monumentales
ayuntamientos y diputaciones provinciales y un aumento de las atribuciones de las
Comisiones Provinciales, aunque la realidad fue distinta y en muchas ocasiones las
Comisiones tuvieron que observar cómo se producían las demoliciones sin que su
opinión fuese requerida. Como muestra de lo que decimos en 1875 se destruyó la
Cruz de los Caballeros sin que la Comisión hubiese tenido ninguna noticia anterior.
Al enterarse Demetrio de los Ríos pidió su reconstrucción a expensas de la
Diputación255. En 1877 la Provincial de Sevilla se enteró por los periódicos de la
252
La convocatoria de la subasta del edificio se hizo pública en el Boletín de la provincia de Sevilla del
martes 11 de septiembre de 1877, nº 62.
253
ACPMPS. Libro II. 9 de octubre de 1877 y ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 3G.
254
“Legislación de las Comisiones de Monumentos Histórico y Artísticos”. ACMHAPS 4ª.
Generalidades. 7º.
255
ACPMPS. Libro II. 3 de mayo de 1875.
61
intención de las autoridades de cubrir el foso de la Fábrica de Tabacos, alegando
motivos de higiene y la pérdida de su función defensiva256.
Durante la vicepresidencia de Demetrio de los Ríos fue constante en la
corporación la preocupación por las obras que se estaban llevando a cabo en el
Ayuntamiento. De los Ríos conservaba una estrecha relación con el monumento ya
que en 1868 fue el arquitecto encargado de hacer la ampliación de las Casas
Consistoriales hacia la Plaza de San Francisco. En 1873 el vicepresidente se mostró
complacido por los trabajos realizados en la sala capitular, que habían dejado al
descubierto la primitiva construcción de piedra tras la eliminación del revestimiento
del muro257. La decisión del Ayuntamiento de derribar parte de la fachada Sur de
sus casas, bajo el pretexto de la necesidad de ensanche de la vía pública por aquel
sitio, motivó que la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla convocase a sus
miembros en sesión extraordinaria. El hecho fue calificado como “atentado contra
uno de los monumentos de gusto plateresco que se conservaba en España” y una
vez más se tuvo que lamentar que la medida fuese tomada sin oír a las
corporaciones llamadas por ley para dar su dictamen258. Durante un tiempo las
obras permanecieron suspendidas, hecho que la Comisión consideró como un grave
peligro para el monumento al estar destechada la parte más artística y
abandonadas las bóvedas a la intemperie259.
Los miembros de la Comisión al ser conocedores de la ejecución de obras en
la puerta grande de la Santa Iglesia Catedral propusieron la conclusión de las tres
portadas260.
La Comisión accedió a la cesión de la Iglesia de Madre de Dios, que estaba a
su cargo261, a la Escuela Libre de Medicina y Cirugía de la ciudad262, asentada en el
256
ACPMPS. Libro II. 9 de octubre de 1877 y ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 54 F.
257
“Oficio de la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla al Alcalde de la ciudad, de 25 de
febrero de 1873”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 1A/12.
258
ACPMPS. Libro II. 16 de diciembre de 1873.
259
ACPMPS. Libro II. 6 de febrero de 1875 y “Oficio de la Comisión de Monumentos Históricos y
Artísticos de la Provincia de Sevilla al Alcalde de Sevilla de 18 de febrero de 1875”. ACMHAPS. 7ª.
Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 1A/12.
260
ACPMPS. Libro II. 26 de septiembre de 1878 y “Oficio de Demetrio de los Ríos al Arzobispo de la
diócesis sevillana, de 5 de diciembre de 1877”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 38.
261
En el acta se describen todos los objetos que pertenecían al edificio, entre ellos cuatro retablos
“del gusto del renacimiento más puro y por tanto de un mérito indisputable”. “Acta oficial de entrega
de la Iglesia de Madre de Dios a la Comisión de Monumentos de Sevilla, de 10 de junio de 1870”.
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 22M.
62
convento desde hacía dos años263. La Escuela tomó posesión del edificio el 24 de
agosto de 1872264, aunque la entrega definitiva del edificio se demoró por un
tiempo265.
En estas fechas la Comisión continuó con la intención de evitar la venta de la
casa nº 1 de la calle Mármoles donde se encontraban tres columnas romanas266, por
lo que pidió a la Academia de San Fernando que utilizase su influencia con el
Ministro de Hacienda para conseguir la propiedad o usufructo de la casa con el fin
de realizar una exploración científica que pusiera de manifiesto la planta íntegra y
parte del alzado. Los únicos datos que sobre ellas se habían recogido eran su altura
de 8 metros con 25 centímetros, el diámetro de 1 metro y la luz entre una y otra de
2 metros con 90 centímetros, y se habían descrito como “tres monolitos a la vista,
dos en el patio y uno en el muro contiguo a la escalera que da entrada desde el
zaguán al patio, estando enterradas unos cuatro metros hasta la base no
conociéndose la altura del pedestal”267. En 1866 el encargado de realizar el informe
solicitado por la superioridad de estos restos arqueológicos había sido el ahora
vicepresidente de la Comisión, Demetrio de los Ríos. También había sido él quien
había encargado en 1872 a García Pérez la dirección de las obras de limpieza de un
subterráneo con galerías que partían en distintas direcciones y tenía entrada por el
nº 16 de la calle Abades268. Para poder hacer un estudio más completo se pidió a
262
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 22M, ACPMPS. Libro II. 23 de abril de 1872 y
ACPMPS. Libro II. 23 de julio de 1872.
263
“Oficio de la Administración Económica de la Provincia de 8 de junio de 1870”. ACMHAPS. 7ª.
Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 22M.
264
ACPMPS. Libro II. 7 de septiembre de 1872.
265
ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de 1873, ACPMPS. Libro II. 14 de diciembre de 1874 y ACPMPS.
Libro II. 6 de febrero de 1875.
266
Fue en 1866 cuando la Comisión comenzó el intento de adquirir esta parcela donde se localizaban
las columnas, que junto al laberinto de la calle Abades, eran considerados “los únicos y exclusivos
monumentos de la denominación romana que conserva Sevilla, y por tanto los de más importancia
arqueológica”. “Oficio del Gobernador de la provincia al Presidente de la Comisión de Monumentos
de Sevilla, de 15 de junio de 1866”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 25M.
267
ACPMPS. Libro II. 16 de marzo de 1870 y ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 25M.
268
Posteriormente pasó a ser el número 28. Este subterráneo fue identificado por Ramón Corzo
como unas termas romanas en su discurso de ingreso a la Real Academia de Bellas Artes de Santa
Isabel de Hungría. Corzo Sánchez, R. “Las termas, la ciudad y el río de Sevilla en la antigüedad.
Excavaciones en la calle Abades”. Temas de Estética y Arte V. Sevilla, 1991, pp. 67-99
63
Basilio del Camino, propietario de otra casa en la misma calle donde estuvo
establecido el Monte de Piedad, permiso para continuar la investigación269.
La Comisión intentó evitar restauraciones y operaciones de mantenimiento
desacertadas que se producían en algunos templos de la provincia, entre las que se
encontraba el blanqueamiento de los muros de las iglesias con cal de chorrón270.
Las construcciones defensivas, elementos destacados del patrimonio cultural
e histórico de la provincia, volvieron a sufrir grandes pérdidas en estos años.
Muchas eran las que corrían el peligro de perderse, unas veces por cuestiones
urbanísticas o económicas y otras por la dejadez de las autoridades que las tenían a
su cargo. En la capital se realizaron nuevos derribos en las murallas, por lo que la
Comisión tuvo que velar por el cumplimiento del convenio con el Ayuntamiento271,
que se había comprometido a respetar el lienzo comprendido entre la Puerta de
Córdoba y la Macarena272. Otro de los monumentos sevillanos que la Comisión
consideraba en peligro eran los Reales Alcázares. La corporación no aprobó la venta
de algunas casas del Patio de Banderas y previno al Alcalde de los males que ésta
operación podía conllevar273. En estas fechas algunos propietarios de las viviendas
solicitaron permisos para abrir huecos en las murallas del Alcázar274 y otros los
realizaron sin hacer consulta alguna275, con este motivo la Comisión acordó pedir al
Ayuntamiento que no permitiese que ninguno de los compradores de las casas del
Patio de Banderas hiciera obras que perjudicasen el carácter monumental de estas
murallas276. Poco después la Comisión tuvo noticia del proyecto de una estación de
ferrocarril en el Patio de Banderas al que se opusieron, intentando evitar la
ejecución del proyecto sin examen ni informe277. A partir de las gestiones
emprendidas por la corporación, el Gobernador remitió el expediente formado para
269
ACPMPS. Libro II. 28 de febrero de 1872 y “Carta de la Comisión Provincial de Sevilla a Basilio del
Camino, de 4 de marzo de 1872”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 16ª.
270
ACPMPS. Libro II. 10 de febrero de 1873.
271
ACPMPS. Libro II. 31 de marzo de 1873.
272
ACPMPS. Libro II. 20 de noviembre de 1869.
273
ACPMPS. Libro II. 24 de febrero de 1870.
274
ACPMPS. Libro II. 24 de febrero de 1870.
275
ACPMPS. Libro II. 16 de marzo de 1870 y “Oficio de la Alcaldía de los Alcázares Nacionales de
Sevilla al presidente de la Sociedad Arqueológica de la provincia”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y
Monumentos. 1º. 11A.
276
ACPMPS. Libro II. 24 de mayo de 1873.
277
ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de 1873.
64
el establecimiento de una estación de ferrocarril en la Huerta del Retiro, el Patio de
Banderas del Alcázar y la Plaza del Triunfo con el fin de que la Comisión
informara278. Como se podía suponer, la institución se negó al establecimiento en el
Patio de Banderas de la estación de ferrocarril amparándose en el carácter
discordante de la construcción en un lugar tal emblemático de la ciudad279. Pero
aquí no acabaron los peligros para el monumento, ya que en 1874 la Comisión tuvo
que avisar en contra de la utilización del edificio como Palacio de la Audiencia280 y
en 1875 se dio cuenta a la superioridad de la venta de dos salones del Alcázar, junto
con la parte del edificio llamada de “la contratación”281.
Siguiendo en la capital, Demetrio de los Ríos, al tener noticias por los
periódicos de que se estaba tratando la enajenación de la Torre del Oro, como unos
años antes se había pretendido, intentó evitarlo acudiendo a la Real Academia de
San Fernando para denunciar el suceso y al Gobernador de la provincia con el fin de
que suspendiera todo procedimiento mientras el Gobierno resolvía sobre este
particular282. Además solicitó del Ministro de Fomento su custodia283. La Real
Academia actuó en consecuencia defendiendo los valores históricos, artísticos y el
estado de conservación de la torre, además de su carácter distintivo dentro de la
ciudad, considerando que su demolición supondría “un atentado contra las glorias
de Sevilla, contra la Historia y contra el Arte” en sendos oficios dirigidos al Ministro
de Hacienda284 y al Ministro de Fomento285.
278
“Oficio de la Administración Provincial de Fomento de Sevilla a la Comisión de Monumentos
Históricos y Artísticos de Sevilla, de 10 de febrero de 1874”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y
Monumentos. 1º. 11ª y ACPMPS. Libro II. 4 de abril de 1874.
279
“Informe de la Comisión de Monumentos de Sevilla sobre la estación de ferrocarril en la Huerta
del Retiro, de 10 de abril de 1874”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 11A.
280
“Informe de la Comisión de Monumentos de Sevilla al Ministro de Gracia y Justicia sobre la
concesión del Consulado o el Alcázar para palacio de la Audiencia”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y
Monumentos. 1º. 11A.
281
ACPMPS. Libro II. 31 de mayo de 1875.
282
ACPMPS. Libro II. 2 de mayo de 1871, ACPMPS. Libro II. 28 de octubre de 1871, ACMHAPS. 7ª.
Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 36T y ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 36T
283
“Oficio de la Comisión Provincial de Monumentos Histórico y Artísticos de Sevilla al Ministro de
Fomento, de 20 de junio de 1871”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 36T.
284
“Oficio de la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando de 17 de mayo de 1871
dirigido al Ministro de Hacienda”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 36T.
285
“Oficio de la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando de 27 de junio de 1871
dirigido al Ministro de Fomento”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 36T.
65
Ya en los pueblos de la provincia, la corporación tuvo noticia en 1877 de la
ruina del antiguo Alcázar de Carmona286. Ante la alarma de la Comisión, el
Gobernador Civil puntualizó que la única parte derribada había sido un castillo a la
izquierda de la entrada, y que el patio segundo, que había sido cedido a un
particular por veinte años para usarlo a modo de plaza de toros, no había sufrido
ningún deterioro más que el producido por el paso del tiempo, al igual que la
fachada principal287. En este mismo año Demetrio de los Ríos tuvo conocimiento de
la intención de destruir la Puerta de Sevilla en Carmona con el pretexto de
ensanchar la vía pública, por lo que se apresuró a hacer gestiones para evitarlo288.
Para impedir que se repitiesen sucesos como los anteriores se nombró a Antonio
Calvo Cassini, corresponsal de la Comisión en Carmona, conservador del
monumento, especialmente de las construcciones que constituían la denominada
Puerta de Sevilla289. Unos meses antes de su nombramiento el corresponsal tenía
duras palabras hacia los gobernantes, ya que según él “en todas las naciones
civilizadas se dispensa por los gobiernos, las corporaciones y por los particulares
ilustrados, grande esmero en la conservación de los monumentos públicos, porque
ellos además de constituir una gloria nacional a la que ningún pueblo debe
renunciar, porque lo contrario es renegar de su historia y de sus tradiciones, sirven
de estudio a los artistas, dan una idea del poder y de la cultura de los siglos pasados,
y la exacta medida de lo que fue y significó en épocas anteriores el carácter entero
del país. El espíritu de destrucción que anima a los españoles, su soberbia, hija de la
presunción y de la ignorancia, en detestar de todo corazón a lo pasado sólo por
serlo, han sido las causas principales de la completa o parcial ruina de infinitos
monumentos históricos, de magnificas obras de arte de todo género destruidas por
la barbarie y explotadas por la codicia moderna. En el presente caso se toca la
inconcebible anomalía de que la agresión devastadora no parte del rústico soez que
desconoce el mérito y estima del objeto, ni de la turba destructora armada de la
286
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/12 y ACPMPS. Libro II. 5 de abril de 1877, 4 de junio de 1877
y 9 de octubre de 1877.
287
“Oficio del Gobierno Civil de la provincia de Sevilla a la Comisión de Monumentos Históricos y
Artísticos de Sevilla de 18 de mayo de 1877”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/12.
288
“Carta de Demetrio de los Ríos a Antonio Calvo Cassini, de 5 de agosto de 1877”. ACMHAPS. 12ª.
Sevilla Provincia. 1º/12.
289
“Notificación de Demetrio de los Ríos a Antonio Calvo Cassini, de 13 de octubre de 1877”.
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/12.
66
piqueta revolucionaria. La agresión parte, aun cuando cueste rubor el decirlo, de
una corporación a quien debíamos suponer ilustrada (el Ayuntamiento de
Carmona), y como tal, celosa guardadora de las glorias y grandezas de su
pueblo”290. En 1878, un año después, Antonio Calvo informaba de haber visto
caballerías cargadas con trozos de los restos del Alcázar de la Puerta de Córdoba
que se estaban utilizando en la construcción de una fábrica o molino de aceite
levantado por un tal José de la Cerda a orillas de la población291. Los destrozos se
siguieron sucediendo y se nombró una comisión encargada de verificar los datos
recibidos y de dar dictamen sobre las fortalezas de la Puerta de Sevilla y la de
Marchena por si merecían ser declarados monumentos nacionales292. La
construcción defensiva estaba amenazada desde hacía algunos años, ya en 1867 la
Comisión mostró su preocupación por las noticias que le habían llegado sobre
demoliciones en el alcázar, aunque el Alcalde se encargó de desmentirlas293.
Por una comunicación del Alcalde de San Juan de Aznalfarache se supo que
el torreón que dominaba el cerro de María Cabeza estaba dañado por su base y
amenazaba con desprenderse sobre las casas que se habían construido a sus pies294.
La situación no cambió durante dos años, hasta que tras nuevas denuncias del
Ayuntamiento se acordó que el vocal García Pérez y el Arquitecto Provincial lo
examinasen295. También llegaron noticias a la Comisión, a través de su vocal
Bécquer, de la destrucción del Alcázar de Aznalcóllar296.
La situación del monasterio de San Isidoro del Campo seguía siendo
preocupante297. Su localización, fuera de la ciudad de Sevilla, impedía que se
mantuviera una exhaustiva vigilancia sobre el monumento. Los frescos, motivo de
intranquilidad por parte de la Comisión pocos años antes, volvían a peligrar debido
290
“Comunicación de Antonio Calvo Cassini al Presidente de la Comisión de Monumentos Históricos
y Artísticos de la provincia de Sevilla, de 10 de agosto de 1877”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia.
1º/12.
291
“Carta de Antonio Calvo Cassini a Demetrio de los Ríos, de 4 de septiembre de 1878”. ACMHAPS.
12ª. Sevilla Provincia. 1º/12 y ACPMPS. Libro II. 26 de septiembre de 1878.
292
“Minuta de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Sevilla al
Gobernador Civil de la provincia, de 4 de octubre de 1878”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/12.
293
ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de 1867.
294
ACPMPS. Libro II. 14 de diciembre de 1870.
295
ACPMPS. Libro II. 28 de febrero de 1872.
296
ACPMPS. Libro II. 31 de marzo de 1873.
297
ACMHAPS. 11ª. Itálica.9.
67
al estado de ruina del edificio298, al igual que los muchos objetos artísticos que
poseía299. Su situación era tan delicada que la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando pidió a la Provincial de Sevilla que velase por su conservación300. Las
gestiones realizadas y los rumores de abusos y extracciones en el convento
motivaron que el Gobernador de la provincia solicitase que un delegado suyo en la
diócesis, el Alcalde de Santiponce y algunos miembros de la Comisión hicieran un
inventario de los objetos que contenía el ex-convento301, además de declarar la
intención de poner un guarda encargado de su vigilancia, anteriormente en manos
del cura y de un vigilante de Itálica302. Como se intuía, el inventario sirvió para tener
constancia de la falta de algunos objetos y destrozos ocasionados en sepulcros y
otras partes del edificio, además de aportar una valoración artística de retablos,
esculturas, pinturas y vestimenta litúrgica303. El Gobernador aprobó el presupuesto
de las obras indispensables para la reparación del monumento, pero de nuevo la
Comisión tuvo que interceder para evitar que se encargasen las obras a una persona
sin cualificación y no al Arquitecto Provincial304 e intentar suspender la subasta del
ex monasterio305. El nuevo administrador realizó obras con las que la Comisión no
estaba de acuerdo, por lo que el Gobernador ordenó su paralización306, además el
guarda denunció en este período la falta de algunos azulejos y otros objetos307. Las
vicisitudes por las que tuvo que pasar el edificio no acabaron aquí, en 1873 y
durante un levantamiento cantonal, los vecinos de Santiponce sustrajeron puertas y
ventanas, dejando al monumento a merced de las inclemencias del tiempo y de los
298
Estos frescos no sólo acusaban el paso del tiempo, sino que eran víctimas de actos vandálicos y de
pillaje, llegando incluso a ser arrancados. ACPMPS. Libro II. 23 de abril de 1872.
299
ACPMPS. Libro II. 2 de junio de 1870.
300
ACPMPS. Libro II. 2 de mayo de 1871.
301
La Comisión nombró para este cometido a los vocales Gago, Álvarez y Ríos. ACPMPS. Libro II. 2 de
mayo de 1871.
302
ACPMPS. Libro II. 21 de junio de 1871.
303
“Inventario de los objetos artísticos que contiene la iglesia de San Isidoro del Campo, en la
inmediata villa de Santiponce, y estado general del edificio”. 18 de junio de 1871. RABASF (2-51-1) y
ACPMPS. Libro II. 28 de noviembre de 1871.
304
ACPMPS. Libro II. 16 de diciembre de 1871 y ACPMPS. Libro II. 28 de febrero de 1872.
305
ACPMPS. Libro II. 6 de abril de 1872.
306
ACPMPS. Libro II. 28 de septiembre de 1872. A pesar de la orden el administrador siguió actuando
a su antojo, lo que motivó que la Comisión volviera a pedir el cese de las obras. ACPMPS. Libro II. 19
de octubre de 1872 y ACPMPS. Libro II. 10 de febrero de 1873.
307
ACPMPS. Libro II. 7 de septiembre de 1872.
68
robos308. El nombramiento del cura Antonio Solís como administrador309 parecía el
inicio de una etapa más tranquila para San Isidoro, pero pronto los robos y la
pasividad de las autoridades de la villa volvieron a repetirse una vez más310. Ante
esta situación y debido al riesgo que corrían algunos frescos la Comisión acordó que
fueran trasladados al Museo Arqueológico311. Las actuaciones llevadas por esta
institución encaminadas a la salvaguarda del ex monasterio durante estos años
fueron reconocidas por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que la
felicitó por el trabajo realizado312 y especialmente con la declaración en 1872 del
monasterio como monumento perteneciente al Tesoro Artístico Nacional313.
La Comisión impidió que se dieran permisos para la construcción de más
edificaciones en Itálica como medida para proteger los restos, de esta forma se
trataba de evitar, además, las excavaciones ilegales tan frecuentes en este paraje314.
Esta resolución no tuvo ningún efecto ya que sólo unos meses más tarde se tuvo
conocimiento por el guarda de las ruinas de que los vecinos de Santiponce estaban
construyendo veinticinco casas, por lo que se solicitó del Gobernador Civil que
suspendiese los trabajos315, como así lo hizo316. Para evitar que esta situación
volviera a repetirse, el Jefe de Fomento, Vicente Torres, formuló una proposición al
Gobierno de Su Majestad, que fue aceptada por la Comisión en todas sus partes, en
la que se pedía la expropiación forzosa de las 200 hectáreas que se consideraban el
perímetro de Itálica, acogiéndose al decreto ley de 14 de noviembre de 1868. Con el
fin de obtener medios para continuar las excavaciones, además de contar con la
subvención del Estado, de la provincia y del municipio de Sevilla, Vicente Torres
propuso con la aprobación de los vocales la venta de aquellos materiales
308
ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de 1873. Todos estos destrozos hicieron temer por el retablo de
Montañés, así que se planteó su traslado al Museo Provincial o a la Catedral. ACPMPS. Libro II. 18 de
diciembre de 1873.
309
ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de 1873. En este momento los daños ocasionados eran tantos
que el secretario de la Comisión y el vocal Álvarez pidieron a los demás concentrar las fuerzas en la
iglesia, el Patio de los Muertos y otro en el que se hallaban los frescos, puesto que ya no existía el de
los aljibes y el resto eran escombros y ruinas. ACPMPS. Libro II. 18 de diciembre de 1873.
310
ACPMPS. Libro II. 7 de octubre de 1874.
311
ACPMPS. Libro II. 23 de septiembre de 1875.
312
ACPMPS. Libro II. 23 de septiembre de 1875.
313
Real Orden de 10 de abril de 1872.
314
ACPMPS. Libro II. 30 de marzo de 1871.
315
ACPMPS. Libro II. 16 de diciembre de 1871.
316
ACPMPS. Libro II. 28 de febrero de 1872.
69
encontrados en la excavación que no tuvieran aplicación a sus obras, la enajenación
de objetos artísticos que se hallasen muy repetidos y el establecimiento de un
derecho de visita317. En 1873 se siguieron levantando casas en la zona de Itálica
denominada “Eras del Convento”, lugar muy interesante desde el punto de vista
arqueológico318. Un año más tarde fue propuesto a la Academia de la Historia el
nombramiento de Manuel Gómez Imáz como corresponsal de la Comisión en
Santiponce e Itálica319.
La climatología también afectó negativamente a la conservación de esta
zona arqueológica, en concreto al anfiteatro, que fue inundado por las lluvias320. La
corporación sevillana no fue la única que dio la voz de alarma sobre el estado de las
Ruinas de Itálica, en 1873 Luis Vargas escribió Las Ruinas de Itálica. El objetivo del
libro era, según sus propias palabras “recordar el patriótico pensamiento que surgió
de la Comisión de Monumentos de la provincia de Sevilla”321. En él se lamentaba que
en España, al contrario que en el resto de Europa, se había suspendido “la
protección oficial tan necesaria para el desenvolvimiento interior, científico, literario
y artístico”322 y protestaba por la escasa subvención que recibía la Comisión de
Monumentos sevillana, que ni siquiera llegaba para cubrir los gastos ordinarios323.
Además denunciaba el abandono que sufrían otros monumentos destacados de la
provincia, como las Murallas de Sevilla o el Monasterio de San Isidoro del Campo324.
La Comisión tuvo conocimiento de la existencia de un rico mosaico, del que
sólo se conservaba una parte, en las tierras de Ignacio Vázquez colindantes al
anfiteatro de Itálica325, aunque éste no fue el único ejemplar que se encontró en sus
terrenos. Los mosaicos, una vez localizados se dejaban al descubierto, con lo que
quedaban a merced de las condiciones climáticas, para evitar su deterioro por las
317
ACPMPS. Libro II. 28 de febrero de 1872.
318
ACPMPS. Libro II. 24 de mayo de 1873.
319
ACPMPS. Libro II. 7 de febrero de 1874.
320
ACPMPS. Libro II. 28 de febrero de 1872.
321
Vargas Machuca, J. Las Ruinas de Itálica. Sevilla, 1873, p.16.
322
Vargas Machuca, J. Op. cit. Sevilla, 1873, p. 8.
323
Vargas Machuca, J. Op. cit. Sevilla, 1873, pp. 6 y 11.
324
Vargas Machuca, J. Op. cit. Sevilla, 1873, p. 9.
325
En relación con los descubrimientos que se produjeron en Itálica entre 1872 y 1875,
especialmente los mosaicos, es interesante consultar el artículo de Demetrio de los Ríos en la revista
la Ilustración Española y Americana. “Itálica. Últimos descubrimientos de 1874”. Año XIX nºII, 1875,
pp. 34 y 35, y Fernández Gómez, F. Op. cit. Córdoba, 1998.
70
lluvias la Comisión requirió que se cubrieran326. En el caso del ejemplar localizado
en la propiedad de Ignacio Vázquez los vocales temían que fuera totalmente
destruido dada la poca profundidad a la que se encontraba, de manera que pidieron
al propietario permiso para extraerlo y llevarlo el Museo Arqueológico327. El
mosaico fue ubicado en el museo pero pocos años después fue reclamado por la
Alcaldía de Sevilla. Esta institución deseaba embellecer la sala de su archivo con
otro ejemplar localizado en los olivares de la viuda de Vázquez aunque las
dificultades que presentaba su extracción hicieron que el Ayuntamiento solicitara el
mosaico que había sido trasladado al Arqueológico tiempo atrás328. La Comisión se
mostró reacia a la petición alegando que al estar dividido en varios fragmentos no
se podía apreciar el primitivo dibujo, también aducía que se había extraído con
fondos de la Diputación Provincial, por lo que la propiedad correspondía a esta
institución329.
La Provincial mostró mayor interés en la conservación del patrimonio
monumental que en la del patrimonio mueble y así lo demuestra el número de
actuaciones destinadas a favorecer la conservación en uno y otro sentido. Esto no
significa que se desentendieran de los objetos artísticos, especialmente los
asociados a algún monumento, por ejemplo los vocales de la Comisión denunciaron
el mal estado que presentaba la tabla central de la Capilla del Mariscal, en la
Catedral hispalense, obra de Pedro de Campaña. Tras algunas gestiones la pintura
fue restaurada por el restaurador de la Catedral, Manuel Lucena, bajo la dirección
de la Comisión. Entre las operaciones que se le practicaron destacaban la retirada
del barniz antiguo en busca de los primitivos colores, la consolidación de la pintura y
la restitución en algunas partes, aunque siempre procurando dañar lo menos
posible la obra330. La corporación hispalense ofreció toda la ayuda que pudiesen
prestar sus vocales en la restauración del cuadro de San Antonio de Murillo que se
326
ACPMPS. Libro II. 3 de mayo de 1875 y 29 de abril de 1876.
327
“Carta de la Comisión de Monumentos de Sevilla a Ignacio Vázquez de 7 de agosto de 1872” y
ACPMPS. Libro II. 1 de agosto de 1872.
328
“Oficio de la Alcaldía de Sevilla a la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla, de 20 de
diciembre de 1875”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 1A/12.
329
ACPMPS. Libro II. 4 de enero de 1876 y “Oficio de la Comisión de Monumentos de Sevilla al
Alcalde de Sevilla de 12 de enero de 1876”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 12A.
330
ACPMPS. Libro II. 7 de noviembre de 1876, e Informe emitido a la Real Academia de San Fernando
referente a la restauración de las pinturas de Pedro de Campaña en la Capilla del Mariscal- Catedral.
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 18º/7.
71
encontraba en la Catedral y las bóvedas del edificio331 y con este motivo nombró
una representación formada por Ángel Ayoli, Manuel Portillo, Claudio Boutelou y el
vicepresidente.
En estos años el vicepresidente tuvo noticias del descubrimiento de unos
frescos localizados en Triana332. Además la Provincial de Sevilla intentó evitar la
pérdida de los objetos muebles de los edificios enajenados que se estaban
vendiendo y por este motivo reclamó los azulejos de la portada de la Iglesia de San
Francisco de Paula a sus nuevos dueños, que la habían adquirido con intención de
dedicarla al culto protestante333, amparándose en la ley que los exceptuaba de la
venta334. Poco después se conoció la noticia de la venta de los mismos, por lo que se
decidió dirigir una exposición al Ministerio de Fomento y Hacienda fundándola en lo
que preveían las leyes vigentes acerca de la excepción de los objetos artísticos en la
venta de bienes de propiedad del Estado335. La Real Academia de las Tres Nobles
Artes de San Fernando apoyó a la Comisión de Monumentos de Sevilla citando la
Real Orden de 14 de diciembre de 1836 que exceptuaba de la desamortización
todos los cuadros de los conventos suprimidos y todas las riquezas artísticas de los
mismos, la Real Orden de 29 de julio de 1835, la Real Orden de 27 de mayo de 1837
que dictaba reglas para la conservación y el destino de los objetos científicos y
artísticos procedentes de los conventos, ampliando a todo el reino las que se habían
dictado ya para algunas provincias y en cuyo preámbulo expresaba Su Majestad “la
esperanza de ver en breve á salvo de la codicia extrangera, y convertida en provecho
de la ilustracion nacional, la vasta riqueza que España posee en obras de literatura,
ciencia y artes”, el Decreto de las Cortes de 29 de julio de 1837, la ley sobre la venta
de fincas del clero secular de 2 de septiembre de 1841 y el Real Decreto de 11 de
marzo de 1843, la ley de desamortización de 1 de mayo de 1855 y la legislación
331
ACPMPS. Libro II. 6 de febrero de 1875 y ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 38.
332
ACPMPS. Libro II. 7 de noviembre de 1876.
333
ACPMPS. Libro II. 2 de junio de 1870.
334
ACPMPS. Libro II. 30 de marzo de 1871. Los azulejos querían destinarse al Museo Arqueológico,
una de las razones que se argumentaron para intentar quitarlos del templo fue que el edificio iba a
ser destinado a otro culto que no era el católico y con el que no era compatible su manifestación
exterior y pública. Demetrio de los Ríos llegó a expresar en una carta a Santiago Angulo su temor de
que se tuviese intención de llevarlos fuera del país. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos.
1º. 53F
335
ACPMPS. Libro II. 16 de diciembre de 1871.
72
establecida por la revolución336. La batalla por los azulejos fue larga ya que en 1875
se seguían reclamando a los dueños de la iglesia337.
336
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 53F.
337
ACPMPS. Libro II. 15 de junio de 1875.
73
3.6 La vicepresidencia de Vicente Rodríguez García (1879-1882)
338
ACPMPS. Libro II. 29 de junio de 1880.
339
Los azulejos formaban un alto zócalo en uno de los lados del patio del edificio y estaban fechados
en 1624. Representaban una escena de caballeros rejoneando toros con los trajes de los últimos
años de Felipe III y primeros de Felipe IV. La Comisión se quejaba de que éstos formaban una
importante página de la cerámica sevillana y sólo en esta ciudad tenían este valor, por lo que al ser
trasladados a otro sitio perderían parte de su importancia, quedando reducidos a ejemplares
aislados, a la vez que muchos se destruirían en su traslado a Alcalá de Henares. ACMHAPS. 7ª. Sevilla.
Edificios y Monumentos. 1º. 29 y ACPMPS. Libro II. 13 de enero de 1881.
340
ACPMPS. Libro II. 4 de octubre de 1879.
341
ACPMPS. Libro II. 2 de diciembre de 1880.
342
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 37C.
343
ACPMPS. Libro II. 19 de septiembre de 1881.
344
ACPMPS. Libro II. 19 de septiembre de 1881.
74
en la calle Pescadores345 y así evitar que se perdiese como otros descubiertos en la
propiedad de la viuda de Vázquez346, aunque finalmente se optó por dibujarlo y
extraerlo para llevarlo al Museo Arqueológico Provincial347.
Parece que en estos años las Ruinas de Itálica presentaban un lamentable
estado de abandono que motivó la muerte de un arqueólogo inglés y que la
Comisión tuviera que presentar un informe a la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando348. Fue en estos años cuando el Duque de Medina tomó posesión del
ex monasterio de San Isidoro del Campo349.
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando pidió a la Comisión que
inspeccionase la pintura mural descubierta en la Casa Consistorial de Utrera e
informase de su estado y mérito antes de que se iniciara la restauración dispuesta
por el Alcalde350. Con este fin se designó a Leoncio Baglietto y José Gestoso, que la
345
ACMHAPS. 11ª. Itálica.9 y ACPMPS. Libro II. 8 de febrero de 1879.
346
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 3 y ACPMPS. Libro II. 12 de abril de 1879.
347
ACPMPS. Libro II. 13 de febrero de 1879. La acordada extracción y traslado al Museo Arqueológico
Provincial no se hizo hasta quince años después. ACPMPS. Libro III. 2 de abril de 1894. En 1897
Manuel de Campos y Munilla hacía de él la siguiente descripción “.. Buena prueba de ello es el
mosaico que se conserva en este Museo provincial con el número 2.269, descubierto en la calle
Pescadores, de la villa de Santiponce. Los cinco trozos, formados de pequeñas piedras y vidrios,
miden aproximadamente cada uno 1´25x 0,91=1’15x1,04=0,90x0,82=1,98x1,31=0,79x0,90- Tritón,
dios marino, hijo de Neptuno y su trompetero (buccinator), con el tiempo se multiplicó, poblando los
abismos de las aguas de infinitos Tritones y Tritónidas. Representados con bustos de hombres, la
parte inferior de sus cuerpos, como la de los monstruos del mar, llevan los de este mosaico, a más de
la bucina, uno, palma y los otros tres el pedum o callado, que usaron así mismo los Centauros y otros.
Hoy conservan los rifeños esta forma de arma arrojadiza para la cacería de la liebre. Los gigantes que
hacían la guerra a los dioses están representados como Centauros-peces. Uno de los mosaicos más
notables descubiertos, es el que se encontró en Otrícoli, y se custodia en el Museo Clementino de
Roma, en cuyo centro se figura la cabeza de Medusa, y alrededor de ella combates de centauros y
grupos de tritones y nereidas. En el Museo de Carmona me han dicho sus ilustrados Directores, que
se conserva un pequeño mosaico descubierto en Alcolea del Río (que según Bonsor fue la antigua
Canama), con tritones en igual disposición que los del Museo provincial, conteniendo en el centro la
cabeza de Medusa. Es pues seguro que en el descubierto en Santiponce, estaría representada la
cabeza de la Gorgona Reina, amante de Neptuno, en la parte central, que al descubrirse el mosaico
se halló completamente destrozada, formando un círculo, que algunos creyeran fuera el sitio de una
fuente. Creo fuera de toda duda que este mosaico pertenece a la época del alto imperio. Así bien
claro lo demuestran el dibujo y colorido de los tritones y el gusto que domina en toda la composición
y adornos; si se quisiera acercar el período de su construcción, se opondría a ello la belleza y
perfección del arte que el mosaico revela.” Campos y Munilla, M. Mosaicos del Museo Arqueológico
Provincial de Sevilla. Sevilla, 1897, pp. 14-17.
Para más información consultar: Blanco Freijeiro, A. Mosaicos romanos de Itálica (I). Madrid, 1978,
pp. 32-34.
348
ACPMPS. Libro II. 7 de octubre de 1881.
349
ACPMPS. Libro II. 19 de septiembre de 1881.
350
“Comunicación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando al vicepresidente de la
Comisión de Monumentos de Sevilla, de 27 de noviembre de 1879”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia.
2º/ 19.
75
fecharon en el siglo XVIII y juzgaron que carecía por completo de mérito histórico,
artístico o arqueológico351. La pintura, de la que sólo quedaban vestigios,
representaba la imagen de la Concepción y a los dos mártires patronos de la ciudad,
San Estratón y San Artemidoro352.
Se dio cuenta de unos sepulcros descubiertos en unos terrenos públicos de
Carmona353.
Estos años continuaron los destrozos en varias construcciones defensivas de
la provincia. José Gestoso, nombrado corresponsal de la Comisión en el primer año
de la presidencia de Vicente Rodríguez García354 a propuesta del que fuera anterior
vicepresidente, Demetrio de los Ríos355, fue el encargado de emitir un informe
sobre los nuevos derribos356 en la Muralla de San Juan de Aznalfarache357. En dicho
informe ponía de manifiesto el lamentable estado que presentaba esta
construcción defensiva, especialmente el lienzo localizado en los terrenos de
Amparo López del Baño358, y el desplome en el lado sur de un trozo de muralla, de
unas tres varas, a causa de las fuertes lluvias caídas este año, que había motivado
los rumores de destrucción en el monumento. El corresponsal solicitó de la
Comisión la reparación de las murallas para evitar su destrucción total y la
reintegración de los trozos desprendidos a uno de los torreones que miraban a
oriente359.
351
ACPMPS. Libro II. 12 de enero de 1880.
352
“Comunicación del Gobierno Civil de la provincia de Sevilla al vicepresidente de la Comisión de
Monumentos Históricos y Artísticos de 2 de diciembre de 1879”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia.
2º/ 19.
353
ACPMPS. Libro II. 11 de diciembre de 1879.
354
ACPMPS. Libro II. 8 de febrero de 1879.
355
ACPMPS. Libro II. 26 de septiembre de 1878.
356
La Comisión venía interviniendo a favor de la conservación del monumento desde al año 1867.
ACPMPS. Libro II. 12 de marzo de 1867.
357
ACPMPS. Libro II. 8 de febrero de 1879.
358
Este deterioro estaba motivado por la extracción de materiales por el encargado de dicha señora
para las obras del río. “Comunicación del Gobierno de la provincia de Sevilla al presidente de la
Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Sevilla de 7 de marzo de 1867”.
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/ 18.
359
“Comunicación de José Gestoso al vicepresidente de la Comisión de Monumentos Históricos y
Artísticos de la provincia de Sevilla de 3 de febrero de 1879”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/
18.
76
El Castillo de Alcalá de Guadaíra (ilustración 8) fue puesto en 1874 bajo la
inspección y vigilancia de la Comisión por el Ayuntamiento de Sevilla360 ante la
progresiva destrucción que estaba sufriendo el monumento por parte de los vecinos
de la localidad y la extracción de tierra, cal y otros materiales con destino a los
hornos. La mala gestión durante el período en que Manuel Trigo actuó como
conservador del Castillo de Alcalá de Guadaíra motivó su cese por parte de la
Provincial y el nombramiento de un sustituto361. A pesar de las medidas tomadas,
los abusos se siguieron produciendo362.
Claudio Boutelou y Fernando Belmonte, en nombre de la Comisión, fueron
los encargados de hacer un reconocimiento de los derribos efectuados por acuerdo
del Ayuntamiento en los arcos y Murallas de Marchena363, en concreto los arcos
llamados de la Carrera, y de San Francisco, ambos de entrada a la villa, y algunos
torreones. Además de las demoliciones, los vocales tuvieron constancia del
aprovechamiento por particulares de estancias pertenecientes a la construcción
defensiva364.
360
“Comunicación de la Alcaldía de Sevilla al vicepresidente de la Comisión de Monumentos
Históricos y Artísticos de la provincia de Sevilla de 16 de enero de 1874”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla
Provincia. 1º/ 5.
361
ACPMPS. Libro II. 22 de febrero de 1880.
362
ACPMPS. Libro II. 7 de octubre de 1881.
363
“Informe emitido por los Sres. D. Claudio Boutelou y D. Fernando Belmonte referente a los
derribos y destrucción de los monumentos históricos y artísticos de Marchena”. ACMHAPS.4ª.
Generalidades. 18/6 y ACPMPS. Libro II. 2 de diciembre de 1880.
364
“Comunicación del Gobierno Civil de la provincia de Sevilla al vicepresidente de la Comisión de
Monumentos Históricos y Artísticos de 28 de octubre de 1880”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/
9.
77
3.7 La vicepresidencia de Claudio Boutelou (1882-1902)
3.7.1 Introducción
Claudio Boutelou fue elegido vicepresidente tras el fallecimiento de Vicente
Rodríguez y la renuncia de Fernando Belmonte, el vocal más antiguo365. Este
período fue uno de los más complicados y fructíferos en la historia de la Comisión
de Monumentos Histórico-Artísticos de la provincia de Sevilla, que tuvo que
enfrentarse a la restauración de muchos de los monumentos más emblemáticos de
la ciudad, como la Catedral y la Giralda, los Reales Alcázares, la Torre del Oro, las
murallas y las Casas Consistoriales, además de intervenciones y descubrimientos
importantes en Itálica, Carmona y Écija. En este contexto destacó la intervención no
sólo del vicepresidente, sino también de vocales como José Gestoso y
corresponsales como Antonio Calvo Cassini.
Durante el mandato de Claudio Boutelou se presentó la idea de crear un
archivo de noticias artísticas acerca de los monumentos y los objetos artísticos y
arqueológicos de la provincia para que fuesen consultados por los estudiosos366. Se
invitó a los vocales a que enviasen escritos, limitándose por el momento a hacer
descripciones exactas de los objetos y monumentos que examinasen en las que se
incluiría su estado de conservación. Era recomendable además recoger copias fieles
de documentos, fotografías y dibujos. Para ello se pidió colaboración al Cabildo de
la Catedral con el fin de que buscase en sus archivos la confirmación de algunos
datos y diese autorización para el estudio y la toma de datos367. Algunas de las
personas que presentaron trabajos para el archivo fueron el vicepresidente, Virgilio
Mattoni, Narciso Sentenach y Antonio Morgado368.
Como en otras ocasiones, en este período se puso de manifiesto la
necesidad de formar la estadística monumental de la provincia, a pesar de que
como en épocas anteriores se carecía de medios para ello369. Fue durante la
presidencia de Claudio Boutelau cuando una mujer entró a formar parte por
365
ACPMPS. Libro II. 30 de enero de 1882.
366
ACPMPS. Libro II. 4 de junio de 1882.
367
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 18º/1.
368
ACPMPS. Libro II. 2 de noviembre de 1882.
369
ACPMPS. Libro II. 4 de marzo de 1885.
78
primera vez de la Comisión370, aunque con estatus de socia horaria y no de vocal. La
elegida, la Marquesa Viuda de Casa Hinestrosa, fue designada en el cargo por el
papel que había jugado en los importantes descubrimientos que se hicieron en Écija
durante estos años371, sus conocimientos en arqueología, su afán de cooperación y
los donativos que realizó372.
La falta de asistencia de los vocales siguió siendo uno de los problemas
habituales de la corporación que incluso impidió la celebración de algunas
sesiones373. A esto se unía el estado angustioso de la Comisión por la carencia de
fondos374 y las noticias extraoficiales de que se le iba a disminuir el presupuesto
asignado375. Ante esta situación todos los miembros de la Comisión (exceptuando al
secretario, Manuel Portillo376) acordaron pedir ayuda a las Reales Academias,
amenazando con la dimisión de todos los vocales en pleno377.
En 1902, y tras la reforma de la composición de las Comisiones Provinciales,
esta institución nombró vocales natos de la Comisión al Presidente de la Diputación
Provincial, al Alcalde, al Rector de la Universidad Literaria y al director del Instituto
General y Técnico378.
370
En la actualidad la Ley 14/2007, de 26 de noviembre del Patrimonio Histórico de Andalucía en su
capítulo II, artículo 101, establece que los órganos consultivos del Patrimonio Histórico esté
representado cada sexo con al menos un 40% de las personas en cada caso designadas.
371
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/2.
372
ACPMPS. Libro II. 10 de febrero de 1886.
373
ACPMPS. Libro III. 16 de mayo de 1898 y 15 de junio de 1898.
374
ACPMPS. Libro II. 19 de enero de 1888.
375
ACPMPS. Libro II. 26 de mayo de 1888.
376
ACPMPS. Libro II. 9 de junio de 1888.
377
ACPMPS. Libro II. 29 de mayo de 1888.
378
ACPMPS. Libro III. 19 de enero de 1902.
79
ordenase a los párrocos que las portadas fueran limpiadas, siguiendo el ejemplo de
Omnium Sanctorum y Santa Marina y San Marcos de Sevilla. Esta determinación ya
había sido tomada por su antecesor, el Cardenal González, pero no se cumplía379.
También siguieron la recomendación de la Real Academia de San Fernando de 14 de
noviembre de 1882 de mantener buenas relaciones con los curas párrocos para que
las reparaciones de los templos se hicieran lo mejor posible, por ello se efectuaron
visitas a la Parroquia de San Marcos y a la Iglesia de San Andrés, ambas en obras380.
En el primer caso se consiguió que al recomponer la techumbre y el friso de la
misma se sustituyeran los canecillos y tablas destruidos por otros nuevos con la
misma forma y decoración. En el de San Andrés se decidió que se quitasen las
cornisas y demás pegadizos que ocultaban la forma del arco toral y la eliminación
de las cornisas de los pilares de las naves, dejando a la vista las primitivas, además
se entregó a la Comisión algunos objetos procedentes de la iglesia por si podían ser
de interés para el Museo Provincial381. En los dos ejemplos dominaba la opinión de
favorecer la desaparición de pegadizos de mal gusto que ocultasen las obras
primitivas y hacer que se descubriese y se conservase todo lo que correspondiese a
la antigua construcción, con el fin de restablecer el carácter de los monumentos382,
siguiendo los postulados del arquitecto francés Viollet-le-Duc (1814-1879) y de su
corriente restauradora, muy extendida en España, que defendía la unidad formal
del monumento, muchas veces conseguida a través de la eliminación de añadidos
de épocas posteriores que podían empañar la visión de la misma.
Fue en 1882 cuando José Lamarque y Novoa, de la Academia de la Historia,
expuso que, como ocurría en otros templos, había visto que delante del altar mayor
de la Iglesia de San Esteban se había colocado otro altar portátil que tocaba sobre el
primero, lastimando el cuadro que representaba el martirio del santo patrono. Para
evitar daños a las obras de arte que se encontraban en los edificios religiosos se
acordó pasar un oficio al Cardenal Arzobispo de la Diócesis con el fin de que
ordenase a los curas párrocos la prohibición absoluta de colocar con punto de
379
ACPMPS. Libro III. 18 de febrero de 1902.
380
ACPMPS. Libro II. 16 de julio de 1884.
381
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 4A.
382
ACPMPS. Libro II. 16 de julio de 1884.
80
apoyo ningún objeto que pudiera lastimar la parte artística o arqueológica de los
templos religiosos383.
Teóricamente la corporación debía ser consultada cuando se iban a efectuar
obras en edificios de carácter monumental, aunque esta premisa no se cumplía
siempre. Por este motivo el Gobernador pidió a la Comisión que efectuase un
estudio sobre las obras en la Parroquia de San Nicolás. La respuesta fue que la
iglesia no podía considerarse monumental ni por su estilo ni por la época de su
construcción, por lo que no era de su incumbencia emitir dictamen. La Comisión
sólo hizo una anotación, que el chapitel con el que debía terminar la torre Este
debía estar en concordancia con el estilo general del edificio384.
El vicepresidente hizo gestiones oficiales para que no se destruyese la torre
de la Iglesia de Santo Tomás, cuyas obras de demolición habían empezado y habían
tenido que ser suspendidas por el Capitán General385. Al año siguiente dicho Capitán
General informó a la Comisión de que el artesonado que cubría la antigua capilla del
colegio de la orden de Predicadores del ex-convento de Santo Tomás, en estos
momentos con funciones de edificio militar, iba a ser destruido por efecto de las
obras proyectadas y aprobadas por orden de 13 de octubre de 1888, por lo que
pidió a la Comisión propusiese las bases para la entrega del mismo al Museo de
Antigüedades386. La Comisión acordó que en virtud de lo dispuesto por Real Orden
de 18 de diciembre de 1873, que constituía el número primero del artículo 21 de su
reglamento, no podía autorizar la demolición de esta joya del S. XVI y puso el tema
en conocimiento de la Real Academia de San Fernando para que resolviese lo más
conveniente. La Provincial propuso, si no era posible conservar el total en su lugar
de origen, al menos dejar algún ejemplar que pudiera servir en el futuro de consulta
y estudio, aunque esta institución no podía hacerse cargo de la recogida del
383
ACPMPS. Libro II. 23 de abril de 1882.
384
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 26N y ACPMPS. Libro II. 27 de marzo de 1882.
385
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 33 T y ACPMPS. Libro II. 11 de febrero de 1887.
386
“Oficio de la Capitanía General de Andalucía al Presidente de la Comisión de Monumentos
Artísticos de Sevilla de 16 de mayo de 1888”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 33
T.
81
artesonado ya que carecía de local donde instalarlo y de recursos para pagar los
gastos de la operación387.
En 1889 Manuel Martín Campos, cura de las parroquias unidas de Santa
Marina y San Marcos, pidió a la Comisión que autorizase las obras de restauración
proyectadas en la torre de la primera de las iglesias. Tras la visita de los vocales a las
obras se tomó acuerdo sobre cómo había de quedar la parte superior de la torre
cuando fuese destruido el antepecho que la coronaba y sobre si había de sustituir el
pináculo que servía de sostén a la cruz en la que remataba la cúpula. Se decidió que
se respetase el soporte de la cruz y que el destruido antepecho fuese sustituido por
un coronamiento de almenas dentelladas, inspirándose para su ejecución en el de la
torre de la Parroquia de Santa Catalina, además se designó al pintor Virgilio Mattoni
para que asesorase en las obras388.
La Comisión siempre estaba atenta a posibles descubrimientos de interés,
así que cuando llegaron noticias de que en el Convento de Santiago de la Espada se
habían encontrado riquezas arquitectónicas de importancia389 se envió al
vicepresidente y al secretario. Ambos vocales dieron razón de la belleza de su
ábside y sacristía, a la vez que aprobaron las obras que allí se estaban llevando a
cabo390. Esta institución también se personaba cuando tenía conocimiento de que
se estaban ejecutando obras con consecuencias negativas para la integridad de
algún monumento, y así actuó, enviando a su secretario a la Parroquia de San Gil
cuando se supo que en su portada Sur se hacían obras que la afeaban, escudándose
en la desfiguración que respecto a su aspecto original había sufrido desde su
construcción391.
Una vez más la Comisión de Monumentos tuvo que enfrentarse a la venta de
objetos artísticos por parte de particulares y eclesiásticos, de las que con frecuencia
no era informada y sólo tenía conocimiento de ellas a través de periódicos o
terceras personas. Como ejemplo de lo sucedido en este período tenemos un cáliz
387
“Oficio de la Comisión de Monumentos de Sevilla al Director de la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando, de 29 de mayo de 1888”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 33 T.
388
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 23 y ACPMPS. Libro III. 15 de diciembre de
1899.
389
ACPMPS. Libro III. 15 de diciembre de 1894.
390
ACPMPS. Libro III. 16 de enero de 1895.
391
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 2 y ACPMPS. Libro III. 19 de enero de 1902.
82
del siglo XIV y una teca o relicario de la época de los Reyes Católicos que se
custodiaban en la Parroquia de San Vicente y que había sido salvada de la venta un
tiempo atrás por Claudio Boutelou392. Como en otras ocasiones los miembros de la
Comisión ejercieron toda su influencia para intentar evitar la venta393.
A veces era el Gobernador Eclesiástico quien pedía a la Comisión que
reconociese los objetos que querían enajenarse, como sucedió con los del
Monasterio de Santa Inés394 y los de la Hermandad Sacramental de la Parroquia de
Santa Catalina395. Para impedir la venta de los objetos religiosos, se acordó a
propuesta de Francisco Tubino que se evitase su enajenación publicando una
circular en el Boletín del Arzobispado, además de pedir al Gobernador que
intercediese ante los Alcaldes para que ayudasen con el mismo fin396.
La Comisión recibió los azulejos procedentes del antiguo Convento del
Carmen, en estos momentos Cuartel del Carmen, y una teja romana de grandes
dimensiones procedentes del mismo edificio397. Estos azulejos no fueron destinados
al Archivo Histórico de Alcalá de Henares como se había pretendido en un
principio398, sino que fueron reclamados por el Presidente de la Academia de Bellas
Artes para colocarlos en alguna parte del edificio del Museo de Pinturas, donde ya
se encontraban otros ejemplares de varias iglesias y comunidades, petición a la que
se acordó acceder formando el oportuno inventario399.
Con cierta frecuencia la Comisión de Monumentos de Sevilla seguía siendo
consultada por las autoridades acerca del posible mérito artístico de los edificios
que iban a ser enajenados o cedidos. En 1895 el Administrador de Hacienda de la
provincia pidió informe a la Provincial sobre la posible cesión de la parte Sur del ex-
convento de San Pablo a la Diputación400. Esta corporación acordó informar que la
parte a la que se refería la comunicación no tenía ningún valor artístico si se trataba
desde la puerta de la sala de sesión de la Diputación hasta la huerta o jardines que
392
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 18/4 y ACPMPS. Libro II. 22 de febrero de 1883.
393
ACPMPS. Libro II. 10 de marzo de 1883.
394
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 7I y ACPMPS. Libro II. 10 de marzo de 1883.
395
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 30C y ACPMPS. Libro II. 3 de diciembre de
1883.
396
ACPMPS. Libro II. 18 de mayo de 1885.
397
ACPMPS. Libro II. 8 de marzo de 1884.
398
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 28
399
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 29 y ACPMPS. Libro III. 16 de marzo de 1895.
400
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 29 y ACPMPS. Libro III. 15 de junio de 1895.
83
tenían su entrada por la Plaza de la Gavidia, quedando fuera de esta demarcación el
vestíbulo anterior a la puerta del salón de sesiones, donde estaba la escalera
principal y el resto del ex-convento. Poco después la Comisión se encontró con la
pretensión del Ayuntamiento de Sevilla de que le fuesen cedidos los azulejos que
formaban el zócalo de la escalera principal de este ex-convento con objeto de que
figurasen en el Museo Arqueológico Municipal401. A ello se opusieron varios vocales
y el Arquitecto Provincial, ya que consideraban que con ello se destruiría la
hermosura del monumento. Ante la división de opiniones se formó una
subcomisión formada por el vicepresidente, Álvarez y Mattoni para que visitase el
edificio. En su informe destacaron la armonía del zócalo con los otros elementos
decorativos del edificio como el artesonado y los medallones de yesería. Esta
subcomisión recomendó su restauración, aunque se encontraron con la negativa de
la Administración, que argumentaba problemas económicos402. La Real Academia
de San Fernando pidió a la Comisión hiciera uso de las facultades que le conferían
los artículos 17 y 21 de su reglamento y de cuantos medios estuvieran a su alcance
para que dichos azulejos fueran restaurados y entregados al Museo Arqueológico
Municipal. Esta decisión causó gran revuelo entre los vocales que defendían
posturas opuestas, y mientras Gestoso, Caballero Infante y Ariza argumentaban que
los azulejos no se podían conservar en su lugar de origen por falta de medios, otros
miembros de la corporación abogaban por dejarlos in situ403.
84
alarma por el “estado de ruina inminente” del monumento405. Su informe motivó
que se nombrase una junta para que vigilase el acierto de las obras, compuesta,
como prevenía la orden circular de 24 de mayo de 1873, por el Arzobispo, el
vicepresidente de la Comisión Provincial de Monumentos, el ingeniero jefe de obras
públicas de la provincia, del arquitecto director de las obras y del secretario de la
Comisión de Monumentos como secretario de la junta e interventor de las obras406.
En este período la Comisión fue invitada en numerosas ocasiones a dar su parecer
sobre diferentes aspectos de los trabajos que se estaban realizando, como el
encinchado de la bóveda del crucero407 o la nueva bóveda del Evangelio408, y fue
informada con asiduidad de los pasos que se iban a seguir en la conservación del
conjunto monumental. Así ocurrió cuando Adolfo Fernández quiso colocar antiguos
capiteles en la fachada Sur de la Giralda o comunicó haber descubierto parte de la
obra primitiva409. Además este arquitecto hizo entrega al Museo Arqueológico, en
calidad de depósito, de numerosos objetos procedentes de la obra de reparación
del edificio410. En correspondencia con estas atenciones y como muestra de apoyo a
la labor desempeñada, la Comisión de Monumentos de Sevilla intervino para que
Adolfo Fernández Casanova continuase como encargado de las obras de
restauración tras su nombramiento como catedrático de las Escuela Preparatoria411,
aunque tras el derrumbe del cimborrio que cubría el crucero del templo412 se
revocó la orden de incorporación a la Escuela413. Esta no fue la única desgracia
acaecida estos años sobre el conjunto monumental, ya que el 25 de abril de 1884
405
“Obras de reparación de la Catedral de Sevilla”. BRASF, 1882, p. 37.
406
“Obras de reparación... “. Op. cit, 1882. p. 38.
407
ACPMPS. Libro II. 16 de octubre de 1883 y “Descripción de las obras de restauración de la
Catedral de Sevilla”. BRASF, 1883, pp. 120-122.
408
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 33C y ACPMPS. Libro II. 23 de noviembre de
1885.
409
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 39C
410
ACPMPS. Libro II. 26 de mayo de 1888.
411
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 39C.
412
“Proyecto de acodados para la Catedral de Sevilla”. BRASF, 1889, pp. 109-116 y Fernández
Casanova, A. Memoria sobre las causas del hundimiento acaecido el 1º de agosto de 1888 en la
Catedral de Sevilla. Sevilla, 1888. En este libro el director de las obras de la Catedral hace una
enumeración de los antecedentes históricos de los daños que había sufrido el Templo, además de un
estudio de los materiales empleados. Refleja, además, que el juicio pericial de la comisión de
arquitectos nombrada por el Ministro de Fomento declinaba toda responsabilidad de la obra nueva.
413
ACPMPS. Libro II. 22 de octubre de 1888.
85
un rayo causó importantes desperfectos en la Giralda414. Con este motivo los
miembros de la Comisión procedieron a inspeccionar los desperfectos y dar cuenta
de ellos a las Reales Academias, pudiendo comprobar con alegría que no se habían
producido daños estructurales415.
La conclusión de las portadas de este monumento tan emblemático para la
ciudad fue motivo de preocupación en estas fechas (ilustraciones 9-12), ya que de
los nueve ingresos que daban entrada al templo, tres de los más importantes
estaban sin acabar416.
En 1887 la Real Academia de San Fernando pidió a la Comisión un informe
en el que se especificase el tamaño, carácter y adecuada instalación de las cuatro
estatuas recientemente colocadas en la primera andanada de pedestales de la
portada principal de la Catedral, teniendo en cuenta su adecuación al conjunto417.
Estas esculturas estaban fabricadas en cemento Portland, y se habían situado en la
nave central, en la fachada a los pies de la iglesia. La Comisión manifestó que en su
opinión las estatuas eran grandes con relación a las plantas de las repisas, a la altura
de los doseletes y al ancho y fondo de las hornacinas, y que a excepción de la de San
Andrés, en la que había espacio suficiente entre la parte superior de la cabeza y el
doselete, las otras tres eran demasiado altas. Además las cuatro traspasan
ampliamente por los lados las líneas externas de las hornacinas. Se resaltó que en
las otras portadas de la Catedral las esculturas nunca superaban en anchura los
baquetones que limitaban las hornacinas, y respecto a la altura, la mayor parte
dejaban bastante espacio antes de llegar a los doseletes. En el caso de algunos
obispos mitrados, que se elevaban más, quedaban las puntas de las mitras cobijadas
bajo el centro de éstos dejando siempre algún espacio vacío. En las esculturas de
nueva factura los doseletes no cobijaban bien las figuras, y aunque se habían
rebajado por detrás, éstas seguían siendo demasiado anchas y voluminosas en
relación con el sitio en el que estaban colocadas, rompiendo la unidad de conjunto.
414
“Desperfectos en la Giralda de Sevilla”. BRASF. Año 1884, pp. 196-206. En este artículo se recoge
el informe realizado al respecto por Adolfo Fernández Casanova, de 3 de mayo de 1883 y el acta de
reconocimiento de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Sevilla, de
26 de abril de 1883.
415
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 39C y ACPMPS. Libro II. 26 de mayo de 1888.
“Catedrales de Córdoba y Sevilla”. BRASF, 1883, p. 55.
416
417
ACPMPS. Libro II. 14 de enero de 1888.
86
La Comisión consultó las obras del escultor sevillano del siglo XV, Pedro Millán, al
que se atribuía la autoría de las estatuas de la portada de la Catedral del Baptisterio,
la de la Virgen del Pilar en su capilla, un San Jorge en poder de un particular, la
estatua de Santiago el Menor, que aunque no estaba firmada era obra de Millán, y
también estudió las esculturas del retablo mayor, especialmente las del frente hasta
la Virgen, realizadas por Dancart y su escuela, además de las mejores estatuitas del
coro de Nufro Sánchez como ejemplos más característicos y destacados de la
producción escultórica de Sevilla del siglo XV y principios del XVI. En ellas se
observaban proporciones esbeltas, sencillez y reposo en las actitudes, delicadeza y
elegancia en las formas, expresión elevada y religiosa, características que según la
Comisión de Sevilla debían cumplir las nuevas estatuas de la portada principal,
además de armonizar con las líneas arquitectónicas de la fachada y su
ornamentación, fina, menuda y de poco relieve. Por todos estos motivos la
corporación sevillana no se mostró satisfecha con las esculturas elegidas418.
Otras de las ocasiones durante esta etapa en la que la Comisión se vio
implicada en decisiones referentes a este edificio religioso data de 1886, cuando fue
invitada por Lamarque e Ysern para examinar el mausoleo del Cardenal Lluch419 en
la capilla de San Laureano de la Catedral y diera dictamen de su mérito artístico.
Tras su estudio se decidió que la obra realizada estaba conforme con el proyecto
aprobado por la Real Academia, a pesar de la polémica suscitada por las críticas de
uno de sus miembros, Francisco Mateos Gago, publicadas en el Diario de Sevilla420,
y de los comentarios vertidos en 1897 cuando Mattoni llamó la atención sobre la
restauración de la sillería del coro de la Catedral y sobre el raspado de los pilares de
dicha iglesia para armonizar su color con los de nueva construcción. Este vocal
opinaba que debía protestarse por este asunto y acudir a la Real Academia de San
Fernando, a lo que el vicepresidente contestó que dichas obras se realizaban por un
arquitecto nombrado por la Real Academia de San Fernando y eran examinadas por
un inspector designado por la misma, por lo que no debía cuestionarse su
418
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 34 C y ACPMPS. Libro II. 19 de enero de 1888.
419
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 40.
420
“Cartas del Sr. Dr. D. Francisco Mateos Gago al director del Diario de Sevilla”, publicada en dicho
periódico el 19 de enero y el 22 de enero de 1886.
87
actuación. Se acordó que ya que Mattoni y el vicepresidente pertenecían a la junta
de obras, se hiciesen allí las oportunas reflexiones421.
421
ACPMPS. Libro III. 16 de octubre de 1897.
422
ACPMPS. Libro II. 23 de abril de 1882.
423
En realidad la declaración de las murallas como monumento nacional no se realizó hasta la R.O de
11 de enero de 1908.
88
acuerdo. Durante este año se realizó un dibujo del estado de las murallas y se pensó
en acudir al Gobernador y Reales Academias si el Ayuntamiento no cumplía con los
compromisos adquiridos424. Poco después se supo que se habían empezado a
reponer las almenas de la muralla con poco esmero y que se había enlucido en su
mayor parte el trozo de barbacana que empezaba junto al Jardín de Capuchinos,
aunque dichos revocados no se permitían sin el examen de la Real Academia de San
Fernando425. La Comisión acordó pasar una comunicación al Ayuntamiento dándole
a conocer las actuaciones admitidas según la legislación vigente y donde se le hacía
saber que el revocado tenía que desparecer, ofreciendo sus conocimientos para
conseguir un resultado satisfactorio426. En 1899 seguía habiendo problemas
referentes a la conservación de las murallas sevillanas, ya que en este año la
Comisión tuvo que pedir al Acalde que hiciera las reformas necesarias para la
conservación de los restos existentes entre las puertas de Córdoba y Macarena, en
cuyo sentido actuó la autoridad municipal427.
Motivados por lo ocurrido con las Murallas de Sevilla, y con el fin de agilizar
su capacidad de actuación, los miembros de la Comisión Provincial autorizaron al
vicepresidente para que en casos extraordinarios y urgentes pudiera pasar las
comunicaciones y tomar medidas que evitasen perjuicios a los monumentos y
objetos arqueológicos, asesorándose si lo creyese preciso de un vocal de la
Comisión y dando cuentas a ésta con la mayor brevedad428. Algunos años más
tarde, aún bajo la vicepresidencia de Claudio Boutelou, y tras el importante
descubrimiento de monedas en Itálica en 1898, se formó una subcomisión
permanente compuesta por él mismo y el secretario para que ellos o una
delegación de vocales pudiesen obrar en casos urgentes de descubrimientos429.
424
ACPMPS. Libro II. 15 de mayo de 1882.
425
Real Orden de 30 de diciembre de 1881, art. 21, que reformaba el reglamento del Real Decreto de
24 de noviembre de 1865.
426
ACPMPS. Libro II. 4 de junio de 1882.
427
ACPMPS. Libro II. 19 de noviembre de 1899.
428
ACPMPS. Libro II. 4 de junio de 1882.
429
ACPMPS. Libro III. 18 de febrero de 1898.
89
3.7.5 Las Casas Capitulares
Durante esta etapa continuaron las obras en las Casas Consistoriales,
especialmente en su fachada. En 1890 el Ayuntamiento nombró al profesor de la
Escuela de Bellas Artes Pedro Domínguez y López430 para que bajo su dirección se
restaurase la parte monumental del Ayuntamiento. Este nombramiento fue
aprobado por los miembros de la Comisión431. La Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando designó a la Comisión sevillana para que, con arreglo al reglamento
de Comisiones Provinciales de Monumentos de 24 de noviembre de 1865
reformado en 30 de diciembre de 1881, vigilase la ejecución de estas obras
poniendo especial cuidado en que no se alterase el carácter y estilo arquitectónico
del edificio432. En esta ocasión la Provincial de Sevilla participó de manera destacada
en las obras de restauración del edificio, como prueba la abundante documentación
que se conserva en los archivos de la Comisión y en las actas de las sesiones. El
director de la restauración informó de la imposibilidad de emplear la piedra con la
que estaba hecha la parte antigua porque esas canteras estaban agotadas y los
restos que aún existían eran de malísima calidad y no ofrecían garantías de
permanencia, por lo que sugería utilizar la de Monovar433. Para llegar a esta
decisión se realizó primero un informe sobre las calizas evaluadas, que fueron
cuatro: dos tipos de caliza terciaria de Monovar, martelilla de Jerez y una caliza
arenosa terciaria de Alcalá434. Los criterios de restauración que debían seguirse en
esta obra fueron acordados por los miembros de la corporación, que decidió que
todo lo primitivo y las restauraciones posteriores que se encontrasen en buen
estado fuesen respetados y se repusieran las partes que tuvieran algún daño si así
lo creía la Comisión. Los tableros o piedras que faltasen o estuviesen destruidos se
harían de nuevo reproduciendo los mismos motivos primitivos cuando éstos se
pudieran apreciar. Si ello no fuera posible o eran restauraciones posteriores
destruidas, las nuevas debían ser fieles reproducciones de ejemplares antiguos que
430
“Oficio de la Alcaldía de Sevilla al Presidente de la Comisión de Monumentos Históricos y
Artísticos de Sevilla de 20 de febrero de 1890”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º.
13A.
431
ACPMPS. Libro II. 25 de febrero de 1890.
432
ACPMPS. Libro II. 24 de marzo de 1890.
433
ACPMPS. Libro II. 18 de junio de 1890.
434
“Informe sobre las calizas consultadas”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 13A.
90
existiesen en el monumento y que se adaptasen a la piedra que hubiera de colocar.
Si alguna vez los motivos de medallones y cartelas no se consideraban adecuados se
tomarían como modelo los de la Sacristía Mayor de la Catedral435. En el caso de que
faltasen motivos completos con los que decorar las partes nuevas, se haría la
composición adoptando elementos ornamentales de la construcción primitiva436. La
Comisión pidió al escultor que los objetos que debían ser arrancados debido a su
estado de conservación fueran llevados al Museo437. En general los miembros de la
corporación sevillana dieron el visto bueno a los modelos que le iban presentando,
pero también hicieron valer su opinión cuando lo consideraban necesario. Las obras
no se limitaron a sustituir elementos dañados y completar la fachada
monumental438, sino que incluso se eliminaron relieves originales por considerarlos
de calidad inferior al resto (ilustración 13).
Anteriormente a estas fechas, concretamente en 1884, se habían sacado
moldes de algunas partes de la ornamentación de la fachada mediante la técnica de
la gelatina o calco con barro, aunque el trabajo lo había realizado un particular para
su deleite personal439.
Gestoso intervino en las obras en la fachada de las Casas Capitulares, junto
con Boutelou, Eduardo Cano y Ariza presentando a la Comisión los modelos en yeso
que se iban a emplear y supervisando las obras440. La intención de esta institución
era que se utilizasen los mismos esquemas compositivos en la parte nueva de la
fachada que en la antigua con el fin de dotarla de unidad estilística441. En 1899 el
Alcalde de la ciudad anunció la paralización de las obras de la fachada hasta que la
Comisión Municipal de Obras Públicas propusiese al Cabildo otra manera más breve
435
“Oficio de la Comisión de Monumentos al Presidente del Ayuntamiento de Sevilla de 26 de marzo
de 1890”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 13ª y ACPMPS. Libro III. 20 de
noviembre de 1897.
436
ACPMPS. Libro II. 24 de marzo de 1890.
437
ACPMPS. Libro III. 13 de febrero de 1894.
438
El 31 de enero de 1891 la Comisión Provincial solicitó que se sustituyesen los dos medallones de
las ventanas laterales a la puerta de la fachada Este, ya que eran de calidad muy inferior a la del
resto del conjunto. “Nota de los modelos aprobados por la Comisión Provincial de Sevilla”.
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 13A.
439
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 15A y ACPMPS. Libro II. 15 de noviembre de
1884.
440
ACPMPS. Libro III. 16 de febrero de 1895 y 17 de noviembre de 1896.
441
ACPMPS. Libro III. 20 de noviembre de 1897.
91
y económica de ejecutarlas442. Tres años más tarde la corporación municipal estudió
la posibilidad de retomar las obras y pidió a la Comisión una descripción detallada
de los elementos que quedaban por restaurar, además de consultarle sobre la
persona más indicada para llevar a cabo este trabajo. La Comisión propuso a José
Roldán y a Augusto Granzi443, pero no sería hasta 1914 cuando se llegó a un acuerdo
para continuar las obras, encargadas por el Ayuntamiento al profesor de la Escuela
Superior de Artes e Industrias José Ordóñez444 tras el fallecimiento de Pedro
Domínguez445. La Provincial intervino para que la verja que había encargado el
Ayuntamiento con el fin de proteger la fachada de las Casas Capitulares fuese
modificada tomando como modelo obras sevillanas del siglo XVI446, así la crestería
debía parecerse a la de la Capilla de la Visitación de la Catedral hispalense y la forma
de los pilares aproximarse a los grandes balaustres del segundo cuerpo de la verja
de la Capilla de Escala 447.
Éste fue otro de los importantes monumentos sevillanos afectados por obras
de restauración en estos años. En 1893 la Comisión fue consultada por el Alcaide
del Alcázar sobre la posibilidad de que existieran restos históricos y artísticos en la
Casa del Real Patrimonio denominada de la Contratación, ya que se iban a ejecutar
en ella obras y se deseaba conservar los restos importantes que pudieran existir, a
lo que se contestó tras una visita del vicepresidente con otros dos vocales a la
citada casa, que no habían encontrado ningún resto histórico ni artístico que
debiese respetarse448.
En 1897 la Comisión estudió el informe presentado por José Gómez Otero
referente a las obras de restauración de la fachada principal del Alcázar de
442
“Oficio de la Alcaldía de Sevilla al Presidente de la Comisión de Monumentos Históricos y
Artísticos de esta provincia de 10 de agosto de 1899”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos.
1º. 13A y ACPMPS. Libro III. 31 de agosto de 1899.
443
ACPMPS. Libro III. 19 de enero de 1902.
444
ACPMPS. Libro III. 17 de octubre de 1914.
445
“Oficio de la Alcaldía de Sevilla al Presidente de la Comisión de Monumentos Históricos y
Artísticos de esta provincia de 10 de enero de 1902”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos.
1º. 13A
446
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 20A.
447
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 14 y ACPMPS. Libro III. 28 de febrero de 1892.
448
ACPMPS. Libro III. 16 de noviembre de 1893.
92
Sevilla449. En él se ponía de manifiesto el estado ruinoso de la entrada al
monumento, tanto de sus partes decorativas como estructurales. Se vio que el alma
de los grandes soportes laterales del alero, al quitarlos, estaban podridos e inútiles
para soportar el gran peso de cubierta y por ello era necesario la reconstrucción de
elementos esenciales de la portada, además de la sustitución de los tableros
exteriores de los soportes por otros de madera tallada tomando de la portada
motivos auténticos para su decoración, al igual que se hacía en la fachada de las
Casas Consistoriales. Las partes más salvaguardadas conservaban el oro y pinturas
en buen estado, mientras que el primer friso y las arcadas de pequeñas columnas
habían perdido el dorado, quedando la madera expuesta a los efectos de la lluvia y
el sol, por lo que parecía necesario pintar no sólo la parte nueva sino también
aquellas en las que había desaparecido la pintura y el oro. En la parte restaurada se
había empleado pintura al óleo siguiendo las instrucciones de la Real Academia de
San Fernando450, de esta manera las maderas quedaban bien protegidas y su
coloración se asemejaba bastante a lo que se había conservado. No sucedía igual
con el dorado ya que se habían hecho varias pruebas para amortiguar el brillo
usando distintos barnices y aunque se consiguió el resultado, fue a costa de la vida
del dorado, mientras que si se usaban templas flojas se podía lograr parte de lo que
se deseaba sin afectar a su duración. La Comisión Provincial de Sevilla decidió que
debía pintarse toda la fachada de la forma aconsejada por la Real Academia de San
Fernando, ya fuese empleando templas que no destruyesen el material o bien
amortiguando la brillantez del oro exponiéndolo a la intemperie para que en un
corto plazo de tiempo se consiguiese la completa armonía del conjunto. Para el
resto de las obras de restauración que debían ejecutarse el Gobernador Civil de la
provincia aconsejó a la Comisión la consulta de la obra de Henry Cros y Charles
Henry, L'encaustique et les autres procédés de peinture chez les anciens, publicada
en París en 1884451, además de pedir opinión a arquitectos de renombre y peritos
restauradores para conseguir un aspecto uniforme de la fachada, sin que se notase
449
ACPMPS. Libro III. 8 de mayo de 1897.
450
“Informe emitido por la Real Academia de San Fernando sobre el procedimiento que se ha
observado para pintar las obras nuevas de madera tallada y yeso en la parte superior de la fachada
del Alcázar de Sevilla”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 10.
451
Cros, H. L’encaustique et les autres procédés de peinture chez les anciens. París, 1988.
93
la diferencia entre lo antiguo y lo nuevo. Si esto resultase imposible, el Gobernador
proponía que se conservase el oro antiguo y se dejase lo nuevo en el color de la
madera, impregnándolo todo con sustancias que hiciesen resistir los efectos de la
intemperie. José Gestoso tras una visita a las obras dio conocimiento del estado
deplorable de las maderas del tejaroz de la portada, considerando que debían ser
doradas y pintadas de nuevo teniendo en cuenta que los tonos brillantes podían
debilitarse para conseguir una imagen armónica del tejaroz con el resto de la
fachada. En el año 1900, cuando se estaba ultimando la policromía en las galerías
laterales se procedió a levantar una gran parte del revestimiento de los muros con
el fin de hacer desaparecer las grandes manchas de humedad, descubriéndose bajo
el enfoscado de la fachada principal del Real Alcázar unos restos arqueológicos. Con
este motivo el Teniente de Alcaide consultó a la Comisión sobre el procedimiento a
seguir452. Algunos miembros de la corporación visitaron el Patio de la Montería,
donde pudieron comprobar que bajo el revestido de los muros que formaban la
fachada principal del Real Alcázar y a derecha e izquierda de la puerta de entrada al
mismo habían aparecido ocho arcos peraltados con sus recuadros
correspondientes, macizados en todo su espesor, apoyados en pilares octogonales
ligeramente desplomados, revestidos algunos en su fábrica, desprovistos de plinto
(al menos uno que se había reconocido) y cuyos pedestales asomaban a 0,25
metros por debajo del piso del patio. Ambas arcadas daban acceso a una galería de
0,80 m de ancho, y en la parte superior del muro del fondo había cuatro pequeñas
ventanas tapadas antes del descubrimiento, situadas a mayor altura que la clave de
los arcos, y en la inferior un podio en tosco que corría por todo el frente. Las
cimbras, recuadros y pilares eran de ladrillo ordinario sin señales visibles de haber
tenido revestimiento ni decoración de ninguna clase, al igual que el muro del fondo
y el podio, que estaban desnudos de ornamentación. El pilar central de las arcadas
había sido cortado a la mitad de su altura para abrir dos grandes huecos simulando
ventanas ajimezadas mediante la adición de una grapa de hierro en que aparecían
recostados dos arquitos de herradura y la columnilla, también de hierro con capitel
corintio que la sostenía. El perfecto adosamiento del muro y las pilastras laterales
de la portada central y el del fondo de la galería y los pilares de los arcos era buena
452
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 8.
94
prueba de que ambas construcciones eran contemporáneas. En opinión de la
Comisión la solución más idónea era hacer desaparecer las dos ventanas
ajimezadas, cuya decoración consideraban ridícula, volver a revestir el exterior de
los muros dejando o no visibles los perfiles de los arcos, recuadros y pilares y abrir
una pequeña puerta en el vacío de la galería por detrás y a un lado de las referidas
ventanas, para que se pudiesen estudiar estos nuevos detalles de la construcción,
aunque los miembros de la Comisión decidieron dejar la respuesta en manos de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que era la corporación autorizada
para dar consejo. La Academia envió a uno de sus miembros para que hiciese un
reconocimiento del lugar acompañado del Alcaide, el Arquitecto del Patrimonio y
un individuo de la Comisión Provincial. Tras ello la Academia de San Fernando
concluyó que se abriese la puerta tabicada situada en el ángulo del vestíbulo
próximo a la fachada, se cubriese con una celosía para dejar penetrar la luz y que las
obras se limitasen a reconstruir los macizados de las arcadas, reduciendo su espesor
con el fin de resaltar las primitivas estructuras453. La Comisión Provincial de Sevilla
determinó en 1904 que en vista de las dificultades que conllevaba efectuar las obras
aconsejadas destinadas a dejar a la vista la arquería descubierta, se podía conseguir
el mismo resultado dejando al descubierto las fábricas antiguas por su parte interna
en vez de hacerlo por la externa, de esta manera se evitaba tocar los huecos y
alterar en lo más mínimo el aspecto exterior de la fachada monumental, a la vez
que llamaba la atención sobre la necesidad de hacer desaparecer los ajimeces
simulados con chapas de hierro en las dos ventanas bajas de la fachada y la
sustitución de la puerta de entrada, cuyos adornos imitando antiguas taraceas se
habían desprendido en muchas partes454.
453
“Comunicación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando al vicepresidente de la
Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Sevilla, de 5 de julio de 1901”. ACMHAPS. 7ª.
Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 8.
454
“Comunicación de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Sevilla al
Alcaide de los Reales Alcázares de esta ciudad de 26 de julio de 1904”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla.
Edificios y Monumentos. 1º. 8.
95
3.7.7 Actuaciones sobre otros monumentos de la ciudad de Sevilla
En 1883 la Comisión tuvo conocimiento del proyecto de extracción de las
tres columnas romanas de la Calle de los Mármoles455 con destino al monumento
del Rey Fernando el Santo, en la plaza del mismo nombre456. En esta ocasión la Real
Academia de la Historia encomendó a la corporación sevillana velar por las obras
que se iban a realizar, además de actuar de informador. Un año después el
Ayuntamiento pidió informe sobre la adquisición que trataba de hacer de la casa nº
1 de la Calle Mármoles donde estaban los tres monolitos y con este motivo se envió
para su reconocimiento al Arquitecto Provincial, Manuel Portillo, junto a algunos de
los individuos de la Comisión457. Tras esta visita se decidió que lo adecuado era la
adquisición de la vivienda con el fin de conservar las columnas en su emplazamiento
original y se puso de manifiesto la necesidad de cercar el monumento con el fin de
iniciar el estudio del mismo458.
La Provincial también intentaba estar al día de los últimos descubrimientos y
adquisiciones, por ello, cuando se enteró de que José Domingo de Yrureta Goyena
había adquirido una pila de mármol árabe con relieves e inscripción, le pidió una
fotografía e impronta de las inscripciones459.
455
ACMHAPS 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos 2º. 25M.
456
ACPMPS. Libro II. 2 de julio de 1883.
457
ACPMPS. Libro II. 20 de octubre de 1884.
458
ACPMPS. Libro II. 16 de diciembre de 1884.
459
ACPMPS. Libro III. 15 de marzo de 1899.
460
José Gestoso fue corresponsal de la Comisión en Constantina desde 1879 hasta 1885.
461
ACPMPS. Libro II. 18 de mayo de 1885.
96
portapaz de Santa Ana de Triana y de dos verjas de estilo renacentista, una era la
que cerraba la entrada de la capilla de la Virgen del Rosario de la parroquia de San
Vicente y la otra la que estaba en el arco de la capilla de Santa Teresa, en el tránsito
a la sacristía462. Tras la inspección que llevó a cabo en la capilla de Santa Marina,
lugar donde la Hermandad de la Piedad había realizado obras, informó de la venta
por parte de dicha hermandad de los azulejos del siglo XVII que decoraban
anteriormente la capilla. La hermandad volvió a adquirirlos, aunque sin restituirlos a
su lugar original463. Además fue miembro de la delegación464 encargada de
supervisar la restauración de los frescos del atrio de la Iglesia del Hospicio de los
Venerables Sacerdotes, pintados en el siglo XVII por Lucas Valdés465. La Comisión
recomendó a Adolfo Fernández Casanova y al restaurador de la Catedral, Manuel
Lucena (que rechazó el trabajo debido al lamentable estado de las pinturas) como
las personas más indicadas para hacer los ensayos necesarios para asegurar las
conchas desprendidas. Para evitar su destrucción la Comisión acudió con el
restaurador Francisco Solano Requena, que dio un informe más favorable en el que
resaltaba la importancia de las partes originales que se conservaban466.
Gestoso informó de las obras que se estaban efectuando en la casa número
1 de la calle Mármoles, donde estaban las columnas romanas467 y en 1887 formó
parte del grupo de vocales de la Comisión que decidió, tras considerar imposible su
restauración, la destrucción de los lienzos centrales de la rampa 6-7 de la Giralda,
de Luis de Vargas468.
En 1890 la Comisión tuvo noticias a través de su vicepresidente de que iba a
ser consultada respecto al proyecto de pintar la Torre del Oro469, por lo que
anticipándose a la petición, varios vocales practicaron un reconocimiento
extraoficial tras el cual se acordó no dar la autorización si se pidiera, aconsejando
que se hiciera cuando fuera posible la completa rehabilitación de la edificación, ya
462
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 35 y ACPMPS. Libro II. 23 de noviembre de
1885.
463
ACPMPS. Libro II. 1 de junio de 1886.
464
Compuesta además por el vicepresidente de la Comisión, Belmonte y Cano.
465
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 52F y ACPMPS. Libro II. 25 de octubre de 1886.
466
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 52F.
467
ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de 1886.
468
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 39C y ACPMPS. Libro II. 29 de abril de 1884.
469
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 37.
97
que pintarla, además de no estar conforme a la buena restauración del
monumento, sería de pésimo efecto470. Como se había previsto, un año después se
hizo la petición a través de un oficio del Gobierno Civil de la provincia que
transcribía otro del Comandante de Marina y Capitán del puerto de Sevilla, en el
que manifestaba la necesidad de asear y reparar la fachada de la Torre del Oro,
donde estaba establecida dicha comandancia, y solicitaba que la Comisión señalase
el color más conveniente para restaurar todo el perímetro del monumento. Al
contrario de lo acordado, la Comisión no señaló su parecer opuesto a que fuese
pintada la torre, sino que contestó que, según lo expresado en el artículo 21 del
reglamento de las Comisiones, no estaba en sus facultades el resolver el punto que
se le consultaba por ser competencia de la Real Academia de San Fernando471. Poco
tiempo después la Alcaldía pidió a la Comisión Provincial que dictaminase sobre la
restauración pretendida a fin de evitar errores que perjudicasen la integridad del
monumento. De nuevo la Comisión consideró que este trabajo correspondía a la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y no a miembros de su corporación,
por lo que designó al vicepresidente, a Gestoso y a Ariza para informar a la Real
Academia472. Fue en 1899 cuando la Comisión nombró a José Gestoso, con
autorización de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, como persona
encargada de asesorar en las obras de restauración de la torre473 aunque varios
problemas le llevaron a presentar su dimisión al poco tiempo, renuncia que no fue
admitida474.
Junto con Boutelou, Gestoso recomendó que los muros de los Reales
Alcázares fueran revestidos de un color adecuado imitando a los sillares y que el
león pintado de la puerta del mismo nombre fuese sustituido por otro de azulejos
ya que el existente debía de ser continuamente restaurado por la poca firmeza de
sus tintas475. Con este motivo se realizó un modelo del león (ilustración 14)
inspirado en las formas arcaicas de los animales de la misma especie que se
conservaban en algunas partes del palacio, como las techumbres, y en los que
470
ACPMPS. Libro II. 24 de marzo de 1890.
471
ACPMPS. Libro II. 30 de octubre de 1891.
472
ACPMPS. Libro III. 20 de febrero de 1892.
473
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 37 y ACPMPS. Libro III. 6 de octubre de 1899.
474
ACPMPS. Libro III. 15 de diciembre de 1899.
475
ACPMPS. Libro III. 13 y 26 de febrero de 1894.
98
formaban la orla bordada del antiguo pendón hispalense, con un marcado carácter
heráldico476. José Gestoso junto con Eduardo Cano cuidó de que se respetasen las
instrucciones dadas por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando sobre la
restauración en la parte superior de la portada del Alcázar, además de aportar su
criterio477 y con el vicepresidente gestionó ante la Junta de Obras de la Catedral el
traslado de la sillería de coro a un lugar más adecuado para su conservación,
sugiriendo el Salón de Carlos V en los Reales Alcázares478. También decidió la
destrucción, debido a su estado de inutilidad, de una de las campanas de la Giralda,
fundida por Francisco Fernández en 1829479.
En 1897 informó a la Comisión de la intención de derribo de dos de los arcos
del acueducto de los Caños de Carmona en Sevilla480. Un año más tarde formó parte
de la subcomisión destinada a informar a la Comisión para decidir el emplazamiento
del monumento realizado en memoria del almirante Cristóbal Colón en la Santa
Iglesia Catedral. Junto a él estaban encargados de esta labor Boutelou, Mattoni,
Campos y Álvarez481. La mayoría de los vocales votó a favor de que se emplazara en
la Capilla de Nuestra Señora de la Antigua, frente a los votos contrarios de Gestoso
y Leal482.
A petición de José Gestoso la Comisión sevillana ofició al Ayuntamiento para
evitar que el trozo de murallas de Capuchinos siguiese siendo un muladar483. Este
vocal fue quien informó sobre el proyecto del Arzobispo de esta diócesis de
desmontar el retablo de la capilla del seminario para trasladarlo, en unión del
zócalo de azulejos que en la misma existía, al Palacio de San Telmo, destinado a
servir de seminario en lo sucesivo. Con esta acción se pretendía salvar algo de la
histórica capilla, expuesta a desaparecer el día que se procediese al ensanche de la
calle San Gregorio. Se designó una subcomisión formada por Claudio Boutelou,
Virgilio Mattoni y Manuel Fernández López para que visitasen al Arzobispo, al
476
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 7.
477
ACPMPS. Libro III. 15 de octubre de 1895 y 15 de enero de 1896.
478
ACPMPS. Libro III. 24 de mayo de 1895.
479
ACPMPS. Libro III. 27 de abril de 1896.
480
ACPMPS. Libro III. 15 de marzo de 1897.
481
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 32C y ACPMPS. Libro III. 24 de diciembre de
1898.
482
ACPMPS. Libro III. 26 de diciembre de 1898.
483
ACPMPS. Libro III. 20 de febrero de 1899.
99
Alcalde y al rector de la Universidad, pidiendo que fuese respetado el
emplazamiento de la capilla y si esto no fuera posible, se desmontase y se
trasladase al sitio que definitivamente se iba a quedar484. Poco después la capilla del
antiguo seminario Conciliar de Sevilla fue declarada Monumento Nacional Histórico
Artístico por Real Orden de 8 de mayo de 1901485.
En 1901 la Comisión designó a José Gestoso y Virgilio Mattoni para examinar
las pruebas ejecutadas por el pintor Rosendo Fernández con motivo de la
restauración de las pinturas al fresco que decoraban toda la galería de Carlos V en el
Alcázar486. Ambos vocales dieron su aprobación a las pruebas realizadas por
hallarlas ajustadas al estilo y carácter de las antiguas487. En 1902 formó parte junto
con Talavera y Mattoni de la delegación encargada de estudiar las obras
proyectadas en una de las capillas de Santa Marina488.
José Gestoso informó que las tablas de la Purificación de la Catedral
restauradas por Manuel Lucena estaban en mal estado al igual que la Virgen del
Madroño, y debido a esta noticia la Comisión acordó nombrar una subcomisión
compuesta por este vocal, José Leal, Gonzalo Bilbao y Virgilio Mattoni para que se
reuniesen con los encargados de la restauración de objetos artísticos del templo y
se les llamase la atención sobre el peligro que corrían dichas tablas e imagen489.
Gestoso hizo, además, algunas donaciones a la Comisión, como un vaciado en yeso
de la lápida musulmana que se conservaba en la torre de la parroquia del Salvador
de Sevilla490.
Anteriormente este miembro de la Comisión Provincial de Sevilla había
realizado una importante labor de salvaguarda de los monumentos desde su cargo
de corresponsal en San Juan de Aznalfarache y Constantina. Fue él quien informó de
la evolución de la reparación del retablo mayor de la Iglesia de la villa de
Constantina que se estaba llevando a cabo con la autorización del prelado de la
484
ACPMPS. Libro III. 6 de mayo de 1901.
485
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º.31 y ACPMPS. Libro III. 4 de julio de 1901.
486
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 6A.
487
ACPMPS. Libro III. 21 de enero de 1901.
488
ACPMPS. Libro III. 18 de febrero de 1902.
489
ACPMPS. Libro III. 26 de noviembre de 1902.
490
ACPMPS. Libro II. 15 de octubre de 1884.
100
diócesis, aportando como documentación gráfica un dibujo de su estado491. La Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando, amparándose en la Real Orden de 30 de
diciembre de 1881, ordenó la suspensión de la obra ya que no había pasado la
censura previa de esta Real Academia. El retablo estaba compuesto por dos
cuerpos, un ático y el basamento, y según la Provincial, que basaba su juicio en los
informes enviados por Gestoso “su traza es correcta y elegante; hallase dorado y
estofado primorosamente y su estilo del Renacimiento no tiene la pompa plateresca
de la época del Emperador, sino que su sencillez manifiesta haber sido ejecutado en
la primera mitad del siglo XVII.” La restauración pretendía la completa renovación
de las esculturas del retablo, mientras que la Comisión consideraba que dichas
esculturas sólo estaban algo mutiladas y oscurecidas, y una restitución del tipo que
se estaba haciendo le haría perder majestuosidad. Las diez esculturas restauradas
hasta el momento resultaban demasiado brillantes y nuevas y se debía estudiar el
medio de rebajar el color492.
José Gestoso junto con Francisco María Tubino fue el encargado de informar
sobre las obras que se estaban haciendo en la parroquia de Santa Cruz y reunir
datos del convento de monjas de Santa Teresa de Écija493, de estilo mudéjar. En el
informe presentado494 resaltaban el mérito del arco mudéjar de la Iglesia de Santa
Cruz, lo que lo hacía digno de que se mantenerlo para el futuro. Al parecer este arco
iba a ser conservado en el mismo sitio en el que se encontraba tras la obra de la
nueva capilla pero las observaciones sobre su adecuada conservación no fueron
tomadas en cuenta ya que a principios del siglo XX el vocal Bilbao tuvo que volver a
dar la voz de alerta sobre la amenaza de ruina que pendía sobre él495. En la iglesia ya
había comenzado la cimentación y se había encontrado a cierta profundidad un
sarcófago decorado de bajo relieve496, de tan alto interés que por su
excepcionalidad hubo una proposición de la Comisión para que fuera trasladado al
491
ACPMPS. Libro II. 16 de febrero de 1882.
492
“Oficio de la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla al Gobernador Civil de la provincia de
28 de febrero de 1882”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/23.
493
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/2 y ACPMPS. Libro II. 15 de enero de 1886.
494
ACPMPS. Libro II. 10 de febrero de 1886.
495
ACPMPS. Libro III. 26 de noviembre de 1902.
496
Sobre el sarcófago y los otros descubrimientos de Écija aparecieron algunos artículos en la prensa,
entre ellos la carta de Francisco Mateos Gago a Sebastián Becerra y Rafael Fernández del Rincón,
párrocos de la Iglesia de Santa Cruz de Écija, publicada en el Diario de Sevilla de 17 de enero de 1886,
y la editorial del periódico la Andalucía, de 6 de febrero de 1886.
101
Museo Arqueológico Provincial mientras se creaba el proyectado Museo
Diocesano497. Su descubrimiento motivó algunos artículos como el de Fidel Fita
publicado en el Boletín de la Real Academia de la Historia498 y la Comisión consiguió
un vaciado del mismo para su estudio. Unos meses después apareció en el mismo
templo un mosaico y una basa de columna499. A juicio de ambos vocales existía una
cripta que había sido perjudicada con los trabajos hechos, por lo que tras su
informe la Comisión acordó oficiar al Alcalde de Écija para que se suspendieran las
obras de la capilla de Santa Cruz con el fin de que se cumpliesen las disposiciones
vigentes y además se decidió oficiar al Gobernador dándole conocimiento del valor
artístico y arqueológico del sarcófago. La información aportada por Gestoso y
Tubino acerca del monasterio de Santa Teresa de Écija, en la que se hacía la
descripción de los restos de un palacio encontrados en el edificio, hizo que la
Comisión Provincial de Sevilla iniciara medidas destinadas a conseguir la
conservación de los mismos, además de procurar que quedaran fuera de la zona de
clausura de las monjas con el fin de que pudieran ser examinados por los amantes
del arte.
En 1885 se le encargó a José Gestoso los trabajos para la estadística
monumental de Écija y Constantina500, localidad sobre la que se le volvió a
encomendar la misma tarea un año después501. También formó parte en 1893 junto
con el vicepresidente y Ariza de la subcomisión enviada a Itálica y al Monasterio de
San Isidoro del Campo tras conocer la enajenación de todo o parte del
monumento502. Al año siguiente y junto con algunos de sus compañeros supervisó
las obras de traslado del mosaico de la Calle Pescadores de Santiponce al Museo
Arqueológico503. Fue este vocal el que volvió a hacer pública la queja por el delirio
excavatorio de los vecinos de Santiponce, la venta de los objetos arqueológicos
497
ACPMPS. Libro III. 2 de abril de 1894.
498
Fita, F. “Sarcófago cristiano de Écija”. Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo X, 1887,
pp. 268-273.
499
ACPMPS. Libro II. 1 de junio de 1886.
500
ACPMPS. Libro II. 22 de agosto de 1885.
501
ACPMPS. Libro II. 1 de junio de 1886.
502
ACPMPS. Libro III. 4 de mayo de 1893.
503
ACPMPS. Libro III. 9 de enero de 1894.
102
obtenidos en estas excavaciones ilegales y de la destrucción de los muros de
monumentos que muchas veces conllevaba504.
En 1898 José Gestoso informó a favor de la demolición del Puente de las
Alcantarillas y del Castillo en Utrera amparándose en su mal estado de
conservación. Para perpetuar la memoria de la construcción defensiva sugirió que
se le sacasen fotografías, como ya se había hecho anteriormente con otros
monumentos505.
504
ACPMPS. Libro III. 18 de febrero de 1902.
505
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/3 y ACPMPS. Libro III. 30 de junio de 1898.
506
ACPMPS. Libro II. 29 de marzo de 1884.
507
ACPMPS. Libro II. 18 de mayo de 1885.
508
ACPMPS. Libro II. 30 de octubre de 1891.
509
ACPMPS. Libro III. 5 de julio de 1894.
103
del edificio pues ella carecía de medios para la reparación510 y le informó
favorablemente sobre la propuesta de establecer un cementerio a 200m de las
ruinas y a un kilómetro de Santiponce511.
De los descubrimientos que se produjeron en estos años, muchos de ellos
casuales, destacaron:
Unos mosaicos hallados en una plaza de Santiponce que fueron destruidos al
abrirse las cimentaciones512.
Un pozo en una de las calles de la villa de Santiponce, cubierto por los
extremos con cuatro losas y un trozo de columna sin labor de ninguna clase513, del
que dio parte el guarda de Itálica.
Un sarcófago y una copa de cristal. De nuevo gracias a los partes de los
guardas de Itálica y de San Isidoro del Campo, la Comisión tuvo conocimiento de
que Manuel López Sevillano, vecino de Santiponce, había descubierto en el paraje
de la Alcantarilla un sarcófago herméticamente cerrado de plomo con restos
mortales y una copa de cristal que se hizo pedazos, objetos que el Alcalde de estos
pueblos había remitido a Antonio Ariza, vecino de Sevilla514. La Comisión envió
comunicaciones al Gobernador Civil y al dueño del terreno donde se encontraron
estos restos para que dichos objetos fueran cedidos al Museo Arqueológico, por
entonces bajo la inspección de esta institución. Estas gestiones dieron el resultado
deseado con la cesión gratuita del sepulcro al Museo Provincial de Antigüedades
por parte Antonio Ariza. El vicepresidente solicitó al Gobierno Civil que interpusiera
su autoridad para que los objetos descubiertos en terrenos particulares fuesen
examinados por esta Comisión por si convenía adquirirlos para el Museo, a lo que se
contestó que había dado órdenes al Alcalde de Santiponce para que evitase daños a
las Ruinas de Itálica y diese cuenta de los descubrimientos que se hiciesen en
terrenos de propiedad particular.
510
ACPMPS. Libro III. 24 de noviembre de 1894.
511
ACPMPS. Libro III. 19 de octubre de 1896 y 17 de noviembre de 1896.
512
ACPMPS. Libro III. 23 de noviembre de 1885.
513
ACPMPS. Libro III. 23 de noviembre de 1885.
514
ACPMPS. Libro II. 25 de febrero de 1890.
104
Por un oficio del guarda de Itálica515 se supo del hallazgo de un mosaico en la
casa perteneciente a José María Velázquez, dueño de la propiedad donde se había
encontrado el mosaico de la calle Pescadores516, de más de seis varas por tres de
ancho, con labores entre las que se veían jarrones con flores.
Aunque como hemos podido comprobar la figura de los guardas de las
ruinas fue fundamental a la hora de informar a la Comisión y de evitar más
desgracias al monumento, en ocasiones hubo que recordar a este cuerpo su deber
de vigilancia y de suministrar información. La Provincial mostró su queja al
Gobernador por el uso que se había dado a las Termas Chicas de Itálica, que se
habían empleado como estercolero, motivo por el que esta autoridad pidió al
Alcalde de Santiponce que resolviese la situación517. En 1893 se ofició al vigilante de
Itálica para que dijese lo que supiese sobre unas monedas de oro, un disco de barro
que sirvió como molde para tapadera de lamparillas y un busto de mármol, además
de dar a conocer el sitio y época donde habían sido encontrados518.
En 1895 se dio cuenta del descubrimiento durante los días 17 y 18 de
febrero, en el paraje de las Alcantarillas, por el propietario de las mismas, José
Rodríguez Silva, de un busto completo de anciano, dos cabezas de mujer, una
estatua decorativa y un grupo escultórico519 (ilustración 15). El busto del anciano520,
sin brazos y representado hasta la altura de la cintura, estaba vestido con túnica de
la que se veía parte en el lado izquierdo. La base era de forma circular, de la que
salían hojas alrededor de la cintura. La cabeza era de bulto redondo y el cuerpo sólo
estaba trabajado por delante, con la espalda sin labrar. Hecha a tamaño natural y de
buen mármol blanco, representaba un anciano de frente espaciosa y noble, calvo,
con cabellos sólo en la parte inferior, peinados hacia arriba y cubriendo algo de la
cabeza. Sus facciones estaban acentuadas y hondas arrugas le surcaban la frente,
los ojos y las mejillas, por lo que los vocales tuvieron la impresión de se trataba de
un hombre acostumbrado al mando. Con barba grande y redonda, representaba a
una persona algo gruesa, de orejas grandes y afeitado, a la que le faltaba parte de la
515
ACPMPS. Libro III. 28 de febrero de 1892.
516
ACPMPS. Libro II. 8 de marzo de 1884.
517
ACPMPS. Libro III. 15 de abril de 1899.
518
ACPMPS. Libro III. 19 de diciembre de 1893.
519
ACMHAPS. 11ª. Itálica.1 y ACPMPS. Libro III. 16 de marzo de 1895.
520
León, P. Esculturas de Itálica. Sevilla, 1995, pp. 92-95.
105
nariz. El realismo del retrato hizo pensar en que era una reproducción casi exacta
del modelo, con una verruga en la mejilla derecha y otra más pequeña bajo la ceja
izquierda.
La primera cabeza de mujer era de una joven bella y distinguida, de mármol
estuario muy fino y transparente. Estaba peinada con el cabello liso y raya en medio
con un caracolito o patilla delante de la oreja. Rodeando la cabeza tenía una corona
de cabello compuesta de trenzas. De tamaño natural, se encontró sólo esta parte
del cuerpo aunque se ignoraba si era un busto solamente o una estatua.
La segunda cabeza de mujer representaba una joven de mármol blanco
estatuario, de tamaño natural, bella y enérgica, con largo y hermoso cuello. Sus
líneas eran decididas frente a las dulces y delicadas de la cabeza anterior. El peinado
era liso con raya en medio y por delante levantado sobre la frente, echado detrás
de la oreja y concluyendo con cabello suelto ondulante por el cuello.
La estatua decorativa encarnaba una diosa con actitud de marchar
precipitadamente. Vestía túnica muy movida, ceñida con faja y hasta las caderas
tenía una segunda ropa con abundantes y movidos pliegues que aportaban
dinamismo al conjunto. En el pecho tenía esculpido un relieve de cabeza de niño
con dos alas sobre la cabeza y un collar de víboras, mientras que sus pies estaban
calzados con sandalias. Tenía mangas cortas que parecían cerradas con adornos de
hojas y le faltaba la cabeza y las manos. Sus dimensiones eran del cuello a la cintura
0,50 m, de la cintura a los pies 0,51 m, de hombro a hombro 0,31 m y de rodilla a
rodilla 0,30 m. Estaba dividida en dos trozos sobre un plinto triangular con los
costados cortados. Las características del plegado, seco y sin bellas ondulaciones,
daban la impresión de que la estatua había sido concebida para ser vista de lejos y
al aire libre.
El grupo escultórico estaba realizado en mármol blanco, y tenía una altura
de 0,35 m. A él pertenecía una tosca figura sedente mal conservada, tapada con
piel de león y la cabeza cubierta por capuchón, por cuya espalda aparecían dos
patas de animal.
Las esculturas fueron adquiridas por la Condesa de Lebrija con objeto de que
pasaran a formar parte de su colección particular. Años más tarde el Conde de
106
Bustillo cedió el busto conocido como “viejo de la verruga” al Museo Arqueológico
de Sevilla521.
A la vez que se informó de estos importantes descubrimientos se comunicó
la localización de otros objetos no encontrados en las Alcantarillas: un pequeño
grupo de barro, al parecer formado por un caballo sujetado por un hombre,
deteriorado y de factura tosca y dos losas de mármol veteado en azul y blanco,
descubiertos en las “Eras del Convento”.
En este mismo año de 1895 se produjeron nuevos hallazgos en la zona, tales
como fragmentos de mosaicos de importancia realizados en vidrio de colores, uno
con cuatro cabezas de mujer "medusa" en sus ángulos y en el centro una figura que
no había sido descifrada sobre la que había una leyenda que no podía leerse al
haber sido mal copiada. En otro aparecían peces en los resaltaba el color verde, y en
el centro, al parecer, Hércules luchando con un toro. Debido a lo destacado de los
descubrimientos se acordó hacer una visita a Itálica, hacer una memoria y mandar
una copia de estos trabajos a la Real Academia de la Historia522.
En 1896 Antonio M. Ariza informó a la Comisión de los nuevos mosaicos
encontrados en las tierras de José Rodríguez, en el paraje de las Alcantarillas,
Santiponce523. Uno de ellos, de entre cuatro y cinco metros, representaba el rapto
de Europa dentro de un círculo en su centro, algo dañado. El resto estaba formado
por delicadas labores en colores muy vivos. Este ejemplar fue remitido al Museo por
la Comisión de monumentos en cincuenta y un trozos el 26 de junio de 1896524.
Había parte de otro525 con una figura alada y sobre ella una leyenda en la que
faltaba la primera palabra pero que decía así: --- SOTERVS DICIT. También
aparecieron partes de otros mosaicos de calidad. Estos ejemplares fueron
comprados por la Comisión con 250 pesetas donadas por la Diputación Provincial526.
Además de lo anteriormente mencionado, la Comisión entregó al Museo
Arqueológico Provincial siete monedas de cobre, una pequeña estatua de plomo,
521
Luzón Nogué, J.M. Op. cit. Sevilla, 1999, p. 111.
522
ACPMPS. Libro III. 23 de abril de 1895.
523
ACMHAPS. 11ª. Itálica.9, ACPMPS. Libro III. 15 de enero de 1896 y Blanco Freijeiro, A. Op. cit, pp.
31 y 32.
524
Campos y Munilla, M. Op. cit. Sevilla, 1897, p. 17.
525
Campos y Munilla, M. Op. cit. Sevilla, 1897, p. 19.
526
ACPMPS. Libro III. 20 de febrero de 1896.
107
una cabeza pequeña de caballo de bronce, tres instrumentos de bronce que
parecían espátulas, un fragmento de asa de barro con sello, tres pequeñas piedras
que podían ser posadas, un cascabelillo de cobre, cuatro lucernas de barro, un trozo
inferior de una cara varonil de piedra, un fragmento de mármol de una cabeza de
ave, cuatro fragmentos de un vaso de barro en parte vidriado en verde, dos
instrumentos prehistóricos de piedra y varios fragmentos de un trozo de pintura
mural que existía en una de las galerías del anfiteatro de Itálica527.
En 1896 la institución supo del descubrimiento de varios enterramientos en
las tierras de las Alcantarillas, en Santiponce528 y envió una delegación compuesta
por el vicepresidente, el Arquitecto Provincial y el profesor de Ciencias Médicas
Manuel Fernández López, correspondiente de la Academia de la Historia. Un tiempo
después informaron de su visita a uno de los enterramientos de Alcantarilla, en el
que había aparecido un cadáver de un hombre colocado en una sepultura abierta
en un pavimento de argamasa, en posición horizontal, con los brazos extendidos a
los costados, el cráneo perforado con un clavo de bronce y los pies destacados. La
delegación estudió otros enterramientos y varias catas hechas en aquel paraje,
donde se había hallado una gran cisterna que conservaba un metro de agua y en
cuyo foso se habían encontrado trozos de columnas rotas, varios trozos informes de
mármol y una escultura de medio cuerpo de mujer, ejecutada en el mismo material,
de hermosas formas a la que le faltaba la cabeza y los brazos, vestida con un ligero
manto sujeto por un broche al hombro derecho y que dejaba al descubierto parte
del pecho y hombro izquierdo529. Esta pieza fue adquirida por la Condesa de Lebrija,
en cuyo palacio puede contemplarse en la actualidad530.
En 1897 se supo del descubrimiento de un nuevo mosaico la casa de José
Rodríguez de Santiponce y otro en una casa contigua531, al igual que dos anillos de
bronce y uno de oro con un peso de más de cuarenta pesetas con la Fortuna
grabada en el chantón que hicieron que la junta acordase realizar una visita al
527
ACPMPS. Libro III. 19 de octubre de 1896.
528
ACPMPS. Libro III. 27 de abril de 1896.
529
ACPMPS. Libro III. 6 de junio de 1896.
530
León, P. Op. cit. Sevilla, 1995, pp. 134 y 135.
531
ACPMPS. Libro III. 15 de enero de 1897.
108
lugar532. En las mencionadas tierras de José Rodríguez apareció una planchita de
plata con caracteres griegos, que según Francisco Caballero Infante, encargado de
hacer un informe del hallazgo, debía ser una invocación a los dioses de los difuntos
por los paralelismos con otras encontradas en Itálica533.
En 1898 se encontró en Itálica un importante grupo de monedas de origen
romano534, por lo que la Comisión Provincial de Monumentos convocó una junta
extraordinaria con este motivo. Las piezas fueron localizadas por dos personas de
las que se conocía el nombre de una de ellas, Antonio Marín Castillo, que presentó
ciento treinta y cinco monedas imperiales de oro y una barra de plomo535. Esta
institución supo que los descubridores habían depositado una barra de oro en
poder del vecino de Santiponce Francisco Castillo, el cual se negaba a entregarla,
por lo que se ordenó al Juez Municipal y a la Guardia Civil que la recuperasen y
fuese depositada con las monedas y con la otra barra, que resultó ser de plata. Los
miembros de la Provincial querían que este caso se mirase con atención para que
sirviera de precedente y expresaron a su vez la necesidad de deslinde de los
terrenos y la conveniencia de que se realizasen excavaciones bien organizadas para
las que se podían emplear presos de las cárceles. La junta no se consideró
competente para definir a quien pertenecía la propiedad del hallazgo, por ello
pusieron el tesoro en depósito provisional a disposición del Juez de Instrucción del
Distrito de San Vicente de esta ciudad para que resolviese la propiedad de los
objetos, dando cuenta al Delegado de Hacienda por si juzgaba necesario oír al
Abogado del Estado. Caballero Infante se ofreció a hacer una memoria sobre el
estudio y clasificación de los objetos hallados que fue presentada en sesión
ordinaria536 y que se imprimió con los fondos de la Comisión537.
En 1900 la Comisión participó activamente en la compra de una de las piezas
más destacadas del Museo Arqueológico, una estatua de Diana Cazadora aparecida
en Santiponce, de la que se ofrecen más datos en el apartado correspondiente
532
ACPMPS. Libro III. 15 de febrero de 1897.
533
ACPMPS. Libro III. 8 de mayo de 1897.
534
ACMHAPS. 11ª. Itálica.9.
535
ACPMPS. Libro III. 18 de febrero de 1898.
536
ACPMPS. Libro III. 28 de abril de 1898.
537
Caballero-Infante y Zuazo, F. Áureos y barras de oro y plata encontrados en el pueblo de
Santiponce al sitio que fue Itálica. Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de
Sevilla. Sevilla, 1898.
109
dedicado al Museo Arqueológico. Las fructíferas gestiones hechas por la Comisión
de Sevilla ante la Diputación Provincial para que la estatua fuera adquirida para el
museo y el envío de dos fotografías de dicha obra le valieron la felicitación de la
Real Academia de la Historia538.
Muy cerca de las Ruinas de Itálica, en el ex monasterio de San Isidoro del
Campo, la Comisión ofreció al Duque de Medina Sidonia, dueño del edificio, toda su
ayuda para la conservación de este destacado monumento539.
110
sitio del patio, la corporación no tomó acuerdo porque esta propuesta podía alterar
el área del alcázar y ser perjudicial para alguno de los tres propietarios, entre los
que figuraba el Estado, de quien la Comisión no tenía facultades para autorizar la
referida propuesta541. En 1888 se impugnaron algunos párrafos del convenio
mencionado542. En este mismo año se supo por una comunicación del corresponsal
en Carmona, Juan Fernández López, que no se había verificado la apertura del
Alcázar de la Puerta de Sevilla a pesar de las órdenes del Gobernador al Alcalde, por
lo que se acordó pasar esta comunicación a dicha autoridad para la pronta
resolución del asunto543. Este mismo corresponsal indicó a la Comisión donde era
posible dar acceso al Alcázar sin grandes gastos544 y el Gobernador volvió a dar
orden al Alcalde de que se diese entrada a la construcción defensiva545. Para que se
llevase a cabo esta decisión el Arquitecto Provincial emitió un informe con el que no
se mostró conforme la corporación sevillana, la cual seguía pensando que lo más
conveniente era que el monumento tuviera una entrada propia e independiente
que diese a la vía pública y que se cerrasen todas las comunicaciones que existían
en las casas colindantes, ya que tenían conocimiento de la presencia de una tapia
que daba a terreno público en la que consideraban que debía abrirse la puerta546.
En 1894 José Gestoso, Francisco Álvarez y el secretario, en representación
de la Comisión, fueron a Carmona para dar dictamen sobre la posible demolición
del arco exterior de la Puerta de Sevilla, erigido con motivo de la entrada de Felipe II
en dicha ciudad (ilustraciones 17 y 18), y sobre la que se había mostrado a favor el
Arquitecto Provincial argumentado el estado de ruina del monumento547. En este
informe concluyeron que el arco cuya demolición estaba proyectada carecía de
valor artístico o monumental que aconsejase su conservación y que si finalmente se
llevaba a cabo su demolición, tanto las inscripciones como los escudos debían
conservarse en las Casas Consistoriales. Respecto al alcázar, se informó de que
seguía careciendo de entrada y que se encontraba convertido en patrimonio de los
541
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/16 y ACPMPS. Libro II. 17 de octubre de 1887.
542
ACPMPS. Libro II. 14 de enero de 1888.
543
ACPMPS. Libro II. 26 de mayo de 1888.
544
ACPMPS. Libro II. 7 de julio de 1888.
545
ACPMPS. Libro II. 22 de octubre de 1888.
546
ACPMPS. Libro II. 16 de septiembre de 1889.
547
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/16.
111
dueños de las dos casas lindantes con el terreno de entrada al monumento, que se
usaba como albergue de ganado y que el patio tenía plantadas numerosas
higueras548. Tras este informe los miembros de la Comisión acordaron dar su
aprobación a la demolición del arco, pero pidiendo que antes se diera cuenta a la
Real Academia de San Fernando549. Un año después el Alcalde de Carmona volvía a
pedir permiso para demoler el arco de Felipe II de la Puerta de Sevilla, amparándose
en su estado de ruina, aunque detrás de esta argumentación existían, una vez más,
motivaciones de tipo urbanístico. Teniendo en cuenta la excepcionalidad del arco se
acordó que pasase a Carmona una Comisión compuesta por los vocales José
Gestoso Pérez, Aurelio Álvarez, también Arquitecto Provincial y Virgilio Mattoni550.
Esta subcomisión resolvió tras su visita recomendar no acceder a la solicitada
demolición, ya que dicho arco y el contiguo formaban un monumento notable, así
que con dicho dictamen se acordó informar al Gobernador de la provincia. De esta
manera, al contrario de lo que había ocurrido sólo un año antes, se defendía la
unidad del conjunto: “dicho arco así como el contiguo y su tránsito forman un
monumento notabilísimo y de importancia suma, que debe ser respetado en
absoluto y lo que debiera hacerse es cuidar, con el mayor esmero de su reparacion á
fin de evitar, que transcurrido el tiempo, venga á producirse la ruina desapareciendo
uno de los monumentos más importantes de la epoca arabe y romana, pudiendo
ademas asegurarse, que con la demolicion del arco, que hoy se solicita, no se
consigue, ni aun si quiera el ensanche de la vía, lo cual se conseguiría fácilmente
551
espropiando algunas propiedades de bien poco valor” . Su decisión estaba
apoyada en todos los puntos por el informe de Juan Fernández López, corresponsal
de la Comisión en Carmona552. Finalmente el arco de Felipe II fue derribado ese
mismo año553.
548
ACPMPS. Libro III. 5 de julio de 1894.
549
ACPMPS. Libro III. 14 de noviembre de 1894.
550
ACPMPS. Libro III. 24 de mayo de 1895.
551
ACPMPS. Libro III. 15 de junio de 1895.
552
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/15. Informe de 9 de junio de 1895.
553
Si tenemos en cuenta la documentación de la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla el
derribo del arco de Felipe II se produjo ese año y no en 1892, como indica Alfonso Jiménez en la
Puerta de Sevilla en Carmona, p. 140.
112
La Comisión Provincial de Sevilla tuvo que enfrentarse con nuevos
problemas relacionados con el monumento en 1905, y con posterioridad durante
los años comprendidos entre 1919 y 1932.
554
ACPMPS. Libro II. 15 de mayo de 1882.
555
Fernández Casanova, A. “Carmona, Importancia histórico-artística de la Iglesia Prioral de Santa
María, memoria y planos”. RABSF (5-79-17) y ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/18.
556
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/18.
113
iglesias parroquiales de la Diócesis Sevillana”557. Hay constancia de que se sacaron
nueve fotografías que completarían el informe de Antonio Calvo gracias a que se
conserva la carta enviada por el fotógrafo reclamando el importe de su trabajo558.
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando decidió tras estudiar ambos
informes, que la iglesia no merecía la consideración de Monumento Nacional,
expresando que “de lo dicho se infiere que el templo de la Iglesia Prioral de Santa
María de Carmona es una construcción notable del último período de la arquitectura
gótica en nuestro país, digno de conservarse cuanto sea posible, pero que no lleva
impreso el sello que da a los edificios de este estilo, el carácter de modelos dignos de
imitación, ni reúne tampoco tradiciones de elevados hechos históricos..”559. La idea
de salvaguardar “modelos dignos de imitación” o edificios tipo ya había sido
empleada con anterioridad en Francia por la Commission des Monuments
Historiques. También se pidieron datos a este corresponsal560 cuando la dirección
de Instrucción Pública561 solicitó presupuesto de los gastos de traslación y
colocación en el Museo Arqueológico de Sevilla de los sepulcros romanos decorados
con pinturas murales descubiertos en Carmona a finales del año 1879.
Como hemos mencionado en anteriores ocasiones, la figura del
corresponsal, que normalmente vivía en la zona asignada, suplía la lejanía de la
Comisión de Monumentos ejerciendo una importante labor de vigilancia y
salvaguarda. Fue uno de ellos, Antonio María Ariza, quien en un informe hizo notar
la desaparición de dos lápidas de mármol del Convento de San Francisco de Écija
que estaban adosadas al exterior de dicho edificio y que habían sido mencionadas
por el Padre Martín de Roa en sus Santos de Écija, en los folios 37 vuelto y 38. Al
parecer fueron enajenadas por el encargado del convento para dedicar el importe
de su venta a la obra de la iglesia, y vendidas al Ingeniero de la Compañía de
Ferrocarriles Andaluces. Ariza también alertó del peligro que corría el arco mudéjar
de la Parroquia de la Santa Cruz, por lo que se acordó oficiar al Gobernador para
557
Fernández Casanova, A. “Carmona, Importancia histórico-artística…”, p. 11. RABSF (5-79-17).
558
“Carta de Ramón Pinzón al vicepresidente de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos
de la Provincia de Sevilla de 6 de abril de 1884”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/18.
559
“Oficio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando al vicepresidente de la Comisión
Provincial de Monumentos de Sevilla de 6 de abril de 1883”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/18.
560
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/ 18.
561
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/ 19 y ACPMPS. Libro II. 27 de marzo de 1882.
114
evitarlo562. Tras esta misiva el Gobernador Civil escribió al Alcalde del Ayuntamiento
de Écija, que contestó que el arco iba a formar parte importante de la capilla que se
estaba construyendo a la patrona de la ciudad en dicha iglesia.
Estos delegados de la Comisión eran los encargados de evacuar informes
sobre descubrimientos, daños producidos en algún monumento o acerca de las
obras de restauración que en sus localidades se realizaban. La Comisión pidió
informe al corresponsal de Osuna, Antonio Valderrama, sobre las obras de
restauración realizadas en el edificio del siglo XVI denominado el Santo Entierro,
enterramiento de los Girones563. Éste comentó que las remodelaciones hechas en la
capilla ducal habían afectado a los ornamentos del culto y no se había tocado la
parte artística de la edificación564. La puerta de entrada desde la calle, de moderna
construcción, había sido sustituida por una portada de azulejos de Triana siguiendo
el modelo del zócalo y pilares del convento de monjas de Santa Inés de Sevilla. En el
patio interior o claustro de la capilla se había abierto una puerta que comunicaba
con el patio de la entrada y se había cerrado con una verja antigua de hierro que
estaba colocada a la subida de una escalera del mismo edificio en un lugar menos
visible. Además, el mencionado patio de entrada había sido convertido en jardín.
Manuel Lucena, responsable de la restauración del cuadro de la Gamba de la
Catedral de Sevilla, había restaurado también algunas tablas de la sacristía.
En el caso de la Iglesia de Lebrija, situada en el centro del castillo, no fue un
corresponsal sino el académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando, Francisco Tubino, el que puso de manifiesto el mal estado por el que
atravesaba el edificio565, y fue el motivo por el que los miembros de la Comisión
pidieron al Gobernador que se dejasen de extraer tierras del cerro donde se
conservaba este monumento de interés artístico y arqueológico566.
Otras veces eran los propios arqueólogos los que ponían al día a la
corporación sevillana sobre sus hallazgos. Juan Fernández y Jorge Bonsor enviaron
un oficio referente a sus descubrimientos en dirección norte de la necrópolis de
562
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/2 y ACPMPS. Libro II. 23 de noviembre de 1885.
563
ACPMPS. Libro III. 19 de octubre de 1896.
564
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/15.
565
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/8 y ACPMPS. Libro II. 4 de marzo de 1885.
566
ACPMPS. Libro II. 18 de mayo de 1885.
115
Carmona, en el que hablaban de un monumento combinado de circo, teatro y
anfiteatro567 (ilustración 19). Ante la importancia de los descubrimientos la
Comisión nombró a Boutelou, Gestoso, Belmonte y Portillo para que fueran a
efectuar un reconocimiento568.
En ocasiones las noticias llegaban a través del Gobernador, como ocurrió con
la referente al descubrimiento de sepulcros en Palma del Río y Peñaflor569, y otras
por la comunicación de un particular, como el caso de Vicente Velloc, de Alcalá de
Guadaíra, persona por la cual la Comisión supo que la empresa de aguas de Sevilla
intentaba establecer un depósito en el castillo de dicha localidad. Para evitarlo el
vicepresidente se puso en contacto con el Ayuntamiento de esta ciudad570.
567
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/21 y .ACPMPS. Libro II. 10 de febrero de 1886.
568
ACPMPS. Libro II. 1 de junio de 1886.
569
ACPMPS. Libro III. 24 de diciembre de 1898.
570
ACPMPS. Libro III. 16 de noviembre de 1893.
571
Reglamento de las Comisiones Provinciales de Monumentos Históricos y Artísticos aprobado por
SM. en 24 de noviembre de 1865. Madrid, 1882, pp. 12 y 13.
116
ocurrió en otras Comisiones Provinciales de Monumentos como en la de Cádiz,
Valladolid, Oviedo, Orense, Albacete, Burgos, Lugo o Navarra, la de Sevilla nunca
llegó a contar con un boletín donde sus miembros pudieran exponer sus trabajos
acerca de la Historia y el Arte.
José Gestoso Pérez y Francisco Caballero-Infante y Zuazo fueron los autores
del informe sobre los blasones de la banda del Alcázar572. Los dos miembros de la
Comisión presentaron un escrito en el que intentaban esclarecer su significado. La
idea de investigar sobre el tema surgió durante la visita de la ex emperatriz Eugenia
al monumento durante la que se interesó por la razón por la que alternaban en la
portada y otros lugares los escudos de Castilla y León con otro que llevaba sobre
campo de plata banda sable y dragantes oro lengüetados de gules573. La teoría que
ambos estudiosos consideraron más acertada era la que defendía un arqueólogo
anónimo, por la que el blasón pertenecería a la orden de la Banda, instituida según
unos en Vitoria, y según otros en Burgos, entre 1330 y 1332574. Tras le lectura del
mismo en sesión extraordinaria de la Comisión de 13 de julio de 1896 los vocales
acordaron hacer suyo el informe y que se imprimiera a cuenta de la institución575.
Dos años después Francisco Caballero-Infante y Zuazo escribiría Áureos y
barras de oro y plata encontrados en el pueblo de Santiponce al sitio que fue Itálica.
Francisco Caballero, académico de la Real Sevillana de Buenas Letras y
correspondiente de la de la Historia y de la de San Fernando, fue el encargado de
redactar esta memoria presentada en la junta extraordinaria de la Comisión de 28
de abril de 1898, en la que se decidió imprimir el trabajo por cuenta de la
corporación sevillana junto con una lámina en la que se reproducirían las piezas más
significativas576. Era el estudio de un tesoro encontrado en Santiponce y del que la
Comisión había tenido noticias por el guarda de las Ruinas de Itálica. El
vicepresidente, Claudio Boutelou, el secretario, Antonio María Ariza, Francisco
572
“Informe acerca del significado de los blasones de la banda que aparecen en el Alcázar de Sevilla”.
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 9
573
Caballero-Infante y Zuazo, F. y Gestoso Pérez, J. Informe propuesto a la Comisión Provincial de
Monumentos Históricos y Artísticos acerca del significado de los Blasones de la Banda que aparecen
en el Alcázar de Sevilla. Sevilla, 1896, p. 5.
574
Caballero-Infante y Zuazo, F. y Gestoso Pérez, J. Op. cit. Sevilla, 1896, p. 12.
575
Caballero-Infante y Zuazo, F. y Gestoso Pérez, J. Op. cit. Sevilla, 1896, p. 25.
576
Caballero-Infante y Zuazo, F. Op. cit. Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la
provincia de Sevilla. Sevilla, 1898, p. 5.
117
Caballero y un representante de la Diputación, que era la institución que costeaba
las obras en el anfiteatro italicense, formaron la subcomisión encargada de
examinar las piezas encontradas, principalmente monedas de oro y barras de oro y
plata577. Las dudas sobre la posible ocultación de algunas monedas por parte de los
descubridores hicieron que la Comisión no se atreviese a datar el hallazgo578,
además se sabía que la madre de la persona que había encontrado el tesoro había
vendido nueve áureos al arqueólogo francés Arthur Engel579.
Manuel Fernández López fue el autor de Necrópolis romana de Carmona,
Tumba del Elefante, publicado 1899580. La Comisión acordó imprimir la memoria
con cargo a sus fondos tras la lectura por su autor en la sesión del 22 de junio de
1899581. Éste es un completo estudio sobre la tumba del Elefante de Carmona,
ilustrado con algunas fotografías, esquemas y planos. La tumba fue descubierta en
1880582 y desde que se iniciaron las obras de limpieza en agosto de 1885 hasta
marzo de 1886 se extrajeron mil cuatrocientos metros cúbicos de tierra y piedras de
su interior, dejando así su belleza al descubierto583. En el libro el autor hacía una
descripción del monumento funerario y exponía algunas teorías acerca de
diferentes aspectos de la tumba, además de poner de manifiesto el mal estado de
conservación de la misma y el desmoronamiento progresivo del baño y triclinios,
que a su juicio imponían la necesidad de una próxima restauración584.
577
Caballero-Infante y Zuazo, F. Op. cit. Sevilla, 1898, pp. 8 y 9.
578
Caballero-Infante y Zuazo, F. Op. cit. Sevilla, 1898, p. 45.
579
Caballero-Infante y Zuazo, F. Op. cit. Sevilla, 1898, p. 43.
580
Fernández López, M. Necrópolis romana de Carmona, Tumba del Elefante. Comisión de
Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1899.
581
ACPMPS. Libro III. 22 de junio de 1899.
582
Fernández López, M. Op. cit. Sevilla, 1899, p. 8.
583
Fernández López, M. Op. cit. Sevilla, 1899, p. 10.
584
Fernández López, M. Op. cit. Sevilla, 1899, p. 63.
118
3.8 La vicepresidencia de José Gestoso (1903-1917)
3.8.1 Introducción
La elección de José Gestoso como vicepresidente de la Comisión de
Monumentos Histórico Artísticos de la provincia de Sevilla se hizo en el año 1904,
tras la lectura de la comunicación de Claudio Boutelou en la que expresaba su
dimisión argumentando el traslado de su residencia a Madrid585, aunque lo cierto es
que Gestoso venía desempeñando las labores del cargo desde un año atrás.
Gestoso ostentó el cargo de vicepresidente hasta su muerte, en 1917. En el
momento de su defunción la Comisión de Monumentos de Sevilla vivía un período
de inactividad que se inició a mediados de 1915 y concluyó en 1918.
Durante estos años la Comisión volvió a vivir momentos de impotencia a
causa de la falta de fondos, unas veces escasos y otras inexistentes586. Además esta
corporación veía como parte de las atribuciones que consideraba suyas se iban
diluyendo en otras instituciones. Esta situación motivó una exposición dirigida a los
poderes públicos para que dictasen una soberana disposición que regulase de
manera clara las atribuciones de la Comisión de Monumentos en lo referido al
nombramiento y separación del personal que tenía que custodiar monumentos, ya
que los miembros de la junta no veían acertado que estos nombramientos se
hicieran por personas ajenas a la situación y necesidades de los edificios histórico-
artísticos587.
Fue en esta etapa cuando el Arzobispo de Sevilla creó una Junta Diocesana
Artística, a la que pertenecían los miembros de la Provincial, Bilbao y Mattoni. Este
naciente organismo suponía, otra nueva intromisión en las funciones de la
Comisión, ya que el encargo de la junta era inspeccionar todo aquello que se
relacionase con el arte. Mattoni y Bilbao mostraron su fidelidad a la Comisión de
Sevilla afirmando que fuesen las que fuesen las atribuciones que se les dieran más
585
ACPMPS. Libro III. 23 de junio de 1904.
586
En el año 1906 la Diputación Provincial no giró fondos a la Comisión. ACPMPS. Libro III. 26 de
enero de 1907.
587
ACPMPS. Libro III. 28 de noviembre de 1913.
119
adelante, no olvidarían que antes de dicha junta, eran vocales de la Comisión de
Monumentos588.
Dentro de las actuaciones de la Comisión y motivados por los importantes
descubrimientos arqueológicos que se estaban llevando a cabo, especialmente en
Itálica, se acordó diseñar un plan de adquisiciones de terrenos donde se sospechaba
que pudieran existir restos. Este plan incluiría la compra de objetos encontrados en
propiedad particular para evitar su venta. Con el fin de obtener los fondos
necesarios para hacer realidad este plan de actuación se dio el encargo a José
Gestoso, Gonzalo Bilbao, Fernando Reinoso y al Conde de Aguiar de que visitaran a
senadores y diputados589.
588
ACPMPS. Libro III. 31 de marzo de 1903.
589
ACPMPS. Libro III. 15 de abril de 1908.
590
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 36 y ACPMPS. Libro III. 18 de noviembre de
1904.
591
ACPMPS. Libro III. 27 de febrero de 1908.
120
Durante las sesiones de la Comisión se llegó a proponer la aportación de
parte de sus escasos fondos para efectuar labores de conservación en la sede
catedralicia. Tras algunas gestiones para que la Puerta del Perdón fuese limpiada, y
ante la respuesta negativa del Cabildo Catedral, que argumentaba la falta de
recursos, Manuel Hoyuela, Presidente de la Diputación Provincial, ofreció la
consignación de los viajes de la Comisión para que se limpiase dicha puerta592.
Tal y como hemos podido comprobar a lo largo de este estudio, las murallas
de la capital habían sufrido importantes daños desde el comienzo de los trabajos de
la Comisión de Monumentos, no sólo causados por particulares, sino también por
las instituciones públicas movidas en muchas ocasiones por la especulación
urbanística. En el período de tiempo que abarca la vicepresidencia de José Gestoso
estos hechos volvieron a reproducirse incluso con más intensidad si cabe. Fue el
vicepresidente quien a comienzos de su mandato promovió la protesta de la
Comisión ante el Ayuntamiento por el depósito de basuras que se había formado a
los pies de la muralla en la zona de la Macarena, ya que afeaban considerablemente
la apariencia de un monumento continuamente visitado por los extranjeros que se
encontraban en la ciudad593. En 1906 saltó la alarma entre los miembros de la
Comisión al enterarse de que existía un proyecto que contemplaba la demolición o
la cesión de los terrenos situados delante de las murallas, consideradas entonces
romanas. Para evitarlo la corporación provincial acordó solicitar su declaración
como monumento nacional594 y con este motivo envió un informe firmado por José
Gestoso al director de la Real Academia de la Historia595. Esta medida de protección
fue cada vez más empleada por la Comisión como medio de defensa ante los
destrozos que se causaban en los monumentos, aunque en ocasiones se acusó a la
Provincial de hacerla demasiado popular. La Comisión sevillana contó en esta
ocasión con el apoyo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y uno de
592
ACPMPS. Libro III. 14 de marzo de 1911.
593
ACPMPS. Libro III. 23 de junio de 1904.
594
ACPMPS. Libro III. 17 de octubre de 1906.
595
“Oficio en el que tras exponer todos los antecedentes sobre las murallas de Sevilla se solicita que
sean declaradas Monumento Nacional”. 24 de noviembre de 1906. Gabinete de Antigüedades de la
Real Academia de la Historia. CASE/9/7971/060(02)
121
sus miembros, Ángel Avilés, evacuó un informe favorable a la conservación de la
construcción defensiva596. Pero en este caso los esfuerzos fueron en balde y el
Ayuntamiento continuó con la intención de hacer obras en el lienzo que
comprendía las puertas de la Macarena y la de Córdoba, argumentando que de esta
manera se facilitarían las comunicaciones entre el populoso barrio de San Julián con
la Ronda y contribuiría a la higienización del mismo. El Alcalde llegó a pedir
autorización sobre el tema a la Comisión, que no se creía con poder para tomar tal
decisión y delegó en las Academias de la Historia y de San Fernando, que pidieron
un informe que les ayudase a emitir una resolución597. Al año siguiente llegó la
ansiada Real Orden598 que declaraba Monumento Nacional el lienzo de muralla
existente entre las Puertas de Córdoba y la Macarena. Cuando la Comisión tuvo
noticia de ello acordó trasladar la orden al Ayuntamiento de la capital para pedirle
que se restaurasen los portillos y eliminase el vertedero de basuras establecido al
pie de estas murallas, recordándole además el acuerdo capitular, no cumplido, de
colocar verjas de hierro para evitar el acceso a las mismas599. La declaración no
sirvió para salvar a esta construcción defensiva de un importante deterioro ya que
sólo un año después la Alcaldía pedía a la Comisión un informe para la apertura de
pasos en la parte comprendida entre las Puertas de la Macarena y de Córdoba,
explicando que se habían cerrado los portillos abiertos por terceras personas. La
Provincial contestó que carecía de facultades y envió copia del oficio y del plano a la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para que dictaminara sobre el
asunto600. Además mostró su desconcierto acerca de los pasos que supuestamente
habían sido cegados ya que aquellos que con más comodidad facilitaban el acceso a
las murallas y los situados en la barbacana al pie del torreón de la Tía Tomasa se
encontraban en las mismas condiciones que estaban meses atrás, por lo que se
pedía que los mandasen cerrar. Ante las muestras de desacuerdo de la Comisión
por la apertura de estos pasos que comunicarían el barrio de San Julián con la
Ronda, el Ayuntamiento se comprometió a hacer importantes concesiones
596
ACPMPS. Libro III. 26 de enero de 1907.
597
ACPMPS. Libro III. 12 de abril de 1907.
598
Real Orden de 11 de enero de 1908.
599
ACPMPS. Libro III. 30 de enero de 1908.
600
ACPMPS. Libro III. 6 de junio de 1908.
122
encaminadas a la conservación del monumento601. Un año después el
vicepresidente tuvo que volver a pedir al Alcalde que se cerrasen los portillos que
estaban abiertos para evitar el acceso a las murallas602. El golpe definitivo para el
monumento llegó con la Real Orden del 5 de febrero de 1910, que autorizaba al
Ayuntamiento la apertura de los portillos proyectados603. La Comisión, en
conversaciones con concejales del Ayuntamiento y tras muchas discusiones, aceptó
acatar dicha Real Orden604 (ilustraciones 20-22). La Provincial tuvo que seguir
luchando, ahora para que los portillos fueran abiertos de la manera ordenada por la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o bien para que fuesen reparados si
no se habían cumplido estas directrices. En el informe que Gonzalo Bilbao había
realizado para la Real Academia de Bellas Artes sobre los proyectos de reforma que
el Ayuntamiento había acordado, denunciaba actos anteriores como la destrucción
de las murallas existentes desde del barrio de Santa Cruz a la Huerta del Retiro y
hablaba de la posible destrucción de las Iglesias de San José y Santa Catalina, del
jardín y foso de la Fábrica de Tabacos, del acueducto y del Barrio de Santa Cruz y su
pretendido ensanche. Además denunciaba el modo en el que se habían roto las
Murallas de la Macarena, declaradas Monumento Nacional, de manera contraria a
lo proyectado. Todo esto le llevaba a manifestar que el mal general de España era el
de demoler lo que era de interés conservar para sus poblaciones, conclusión a la
que se sumaron todos los miembros de la Comisión exceptuando al Presidente de la
Diputación Provincial, Manuel Hoyuela, y motivó la creación de una subcomisión
destinada a hablar con el Alcalde para que se realizasen las obras acordadas,
amenazando con acudir a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando si no se
cumplía lo establecido605. Incluso se realizaron gestiones para que la población
ayudase a costear los gastos de reparación de los huecos abiertos en las murallas
según lo ordenado por la Academia, aunque estas no dieron resultado606. Fueron
varias las voces que se levantaron frente a las obras ejecutadas por el
Ayuntamiento, entre ellas la del que fuera Ministro de Hacienda, Guillermo Joaquín
601
ACPMPS. Libro III. 11 de junio de 1908.
602
ACPMPS. Libro III. 14 de agosto de 1909.
603
ACPMPS. Libro III. 10 de febrero de 1910.
604
ACPMPS. Libro III. 10 de marzo de 1910.
605
ACPMPS. Libro III. 22 de febrero de 1911.
606
ACPMPS. Libro III. 14 de marzo de 1911.
123
de Osma, que hizo presente su intención de comunicar a la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando que lo que se había hecho en las Murallas de la Macarena
constituía una herejía artística y que se debía exigir las responsabilidades al Alcalde.
El Alcalde, tras tener noticias por boca de José Gestoso y Fernando Reinoso, director
del Instituto General y Técnico, de estas discrepancias se ofreció a comenzar los
trabajos inmediatamente607.
607
ACPMPS. Libro III. 28 de abril de 1911.
608
ACPMPS. Libro III. 17 de octubre de 1914.
609
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 14 y ACPMPS. Libro III. 28 de febrero de 1892.
610
ACPMPS. Libro III. 19 de diciembre de 1914.
611
ACPMPS. Libro IV. 25 de noviembre de 1918.
124
nuevas obras proyectadas612. Estos tres vocales se reunieron con el Alcaide y el
arquitecto del Real Patrimonio y decidieron que se volviese a enlucir los muros de la
fachada, dejando visibles y bien acentuados los contornos de recuadros, arcos y
pilares, que desaparecieran las ventanas ajimezadas del piso bajo sustituyéndolas
por huecos cuadrilongos a los que se pondrían rejas sencillas, y que entre el muro
exterior y el vestíbulo se abriesen pequeñas puertas que permitiesen el completo
estudio de dichas construcciones613.
La Comisión también fue consultada sobre un retablo y la conveniencia de
alicatar el vestíbulo del edificio. En el primer caso fueron examinados dos proyectos
de un retablo de madera enviados por el Alcaide de los Reales Alcázares para que se
decidiese cual era el más adecuado para conservar cinco importantes tablas del
siglo XVI procedentes del retablo de la antigua Casa de la Contratación,
aprobándose el más sencillo de los dos614. Sobre el segundo tema, la Comisión
prefirió personarse en este salón que mediaba entre el patio principal y el Patio de
las Doncellas antes de tomar ninguna decisión. Tras la visita se aconsejó que se
efectuaran las obras de alicatado, sistema decorativo del que existían vestigios en la
sala. Los dibujos que debían emplearse no tenían que ser los más complicados sino
que debían estar tomados de modelos antiguos existentes en las salas colaterales al
Salón de los Embajadores, y para que no existiese dudas en el futuro de la
cronología de la nueva obra la Provincial propuso que se pusiera una pequeña
inscripción en el plinto del alicatado en la que constase la fecha de su colocación615.
612
ACPMPS. Libro III. 23 de junio de 1904.
613
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 8 y ACPMPS. Libro III. 16 de octubre de 1904.
614
ACPMPS. Libro III. 12 de octubre de 1905.
615
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 5 y ACPMPS. Libro III. 10 de marzo de 1905.
616
ACPMPS. Libro III. 31 de marzo de 1903.
125
miembros de la Comisión y afirmó que la Provincial sería consultada por la
compañía arrendataria de la fábrica antes de hacer nada617.
Varios vocales mostraron su preocupación por el riesgo que corría el Torreón
de Don Fadrique618 (ilustración 23) en la huerta del Convento de Santa Clara por lo
que se acordó pedir al Alcalde la adquisición de la parcela donde estaba el
monumento619. En ese mismo año de 1905 se emprendió otro camino para intentar
evitar la pérdida de la torre, la Comisión pidió que fuese declarado Monumento
Nacional argumentando valores históricos y artísticos620 y se presentó un informe
de Rodrigo Amador de los Ríos621. La Provincial contó además en este empeño con
el informe favorable de las Reales Academias622. Estas gestiones no dieron su fruto
hasta bastante tiempo después, concretamente hasta 1931, momento en el que el
edificio fue declarado Monumento Histórico Artístico. Hasta esa fecha la venta de
parcelas de la huerta por parte de las monjas de Santa Clara, que vivían una
lamentable situación de penuria económica, hizo peligrar la vida de la construcción
y motivó los desvelos de la Comisión623.
Algunas de las obras urbanísticas proyectadas por el Ayuntamiento tuvieron
consecuencias fatales sobre los monumentos de la ciudad. Ya conocemos el caso de
las Murallas de Sevilla y ahora hablaremos del antiguo seminario624. Estaba
proyectada la realización de una nueva vía que uniría la Plaza de Santo Tomás con la
Puerta de Jerez. Esta vía atravesaría el vestíbulo o zaguán del ex seminario
(ilustración 24), el cual desaparecería con todo el alzado de la portada y las
dependencias que constituían parte integrante de la capilla, que había sido
declarada Monumento Nacional mediante Real Orden de 8 de mayo de 1901. La
Comisión redactó un escrito de protesta dirigido al Alcalde de Sevilla donde se le
recordaba la Real Orden de su declaración y el acta oficial de deslinde y de
inventario que levantaron representantes del Arzobispado y la Comisión, y que
justificaba la exclusión de venta del vestíbulo o zaguán del ex seminario ya que
617
ACPMPS. Libro III. 11 de septiembre de 1903.
618
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 1.
619
ACPMPS. Libro III. 17 de mayo de 1905.
620
ACPMPS. Libro III. 10 de marzo y 12 de octubre de 1905.
621
ACPMPS. Libro III. 17 de octubre de 1906.
622
ACPMPS. Libro III. 26 de enero de 1907.
623
ACPMPS. Libro III. 22 de febrero de 1911.
624
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 31.
126
constituía parte integrante de dicha capilla625. Ante las gestiones realizadas por la
Provincial, la Alcaldía propuso una alternativa consistente en trasladar la portada y
el vestíbulo, la primera a la línea de la nueva vía para formar con ella la fachada de
la parte que la Iglesia se había reservado y la segunda a la crujía interior de aquella
misma parte. Los vocales decidieron reunirse en la capilla del ex seminario antes de
tomar ningún acuerdo626.
Por otro lado Mariano González de Rojas, en concepto de arquitecto del
Arzobispado, avisó a la Comisión de que Juan Bautista Calvi, propietario del ex
seminario, le había anunciado que se había comenzado la ejecución de obras de un
edificio destinado a casa residencia adosado a la capilla del ex seminario, y que este
señor le había ordenado que lo pusiera en conocimiento de la Comisión. Para
inspeccionar las obras se designó a Francisco Aurelio Álvarez, Mariano González de
Rojas y Gonzalo Bilbao627. El Arzobispado comenzó las obras en el ex seminario con
problemas administrativos, ya que el Ayuntamiento se demoraba en la concesión de
la licencia para cerrar con un muro medianero parte del vestíbulo y fue el propio
Gobernador quien pidió al Alcalde una pronta resolución del asunto para prevenir
cualquier contingencia en dicha parte del monumento628. La resolución fue negativa
y la Comisión y el Gobernador manifestaron su oposición ya que de esta manera se
perjudicaba las condiciones de seguridad del vestíbulo, que formaba parte del
monumento nacional629. Dos meses después el Ayuntamiento cambió de parecer y
autorizó las obras. Por su parte la Comisión decidió elevar una consulta a la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando para que resolviese si el vestíbulo
formaba parte del monumento nacional, ya que el Ayuntamiento y el propietario
del ex seminario consideraban que dichas partes no se hallaban comprendidas en el
texto de la Real Orden de 11 de enero de 1908630.
Una vez concedida la licencia el Gobernador Eclesiástico solicitó autorización
a la Comisión para hacer obras en la capilla de Maese Rodrigo del ex seminario con
el fin de abrirla al culto. Estas modificaciones consistían en cerrar la antigua puerta
625
ACPMPS. Libro III. 15 de marzo de 1909.
626
ACPMPS. Libro III. 21 de junio de 1909.
627
ACPMPS. Libro III. 6 de abril de 1909.
628
ACPMPS. Libro III. 29 de julio de 1909.
629
ACPMPS. Libro III. 14 de agosto de 1909.
630
ACPMPS. Libro III. 2 de octubre de 1909.
127
que comunicaba con el Seminario y abrir otra para el servicio del público, deshacer
unos poyos adosados alrededor de las paredes y sustituir los azulejos blancos por
otros que armonizasen con el alicatado de la época existente, remover el púlpito de
su lugar y quitar el relleno del arco primitivo cegado para alojar en el mismo un altar
lateral (ilustraciones 25 y 26). Esta autoridad pidió que la Comisión nombrase
algunos de sus miembros para que con los elegidos por la autoridad eclesiástica,
interviniesen en las obras del derribo del zaguán o vestíbulo de capilla, autorizado
por Real Orden de 29 de noviembre de 1909. La orden se fundamentaba en la
urgencia de la Alcaldía de Sevilla por abrir la calle cuyo trazado, en uno de sus
extremos, atravesaba en sentido diagonal el vestíbulo de la capilla de seminario
conciliar, y en las compensaciones que daba el propietario del seminario por el
derribo del vestíbulo, ya que se ofrecía a trasladar la artística techumbre del
vestíbulo a la segunda crujía y la reubicación de la portada gótica que servía de
ingreso al vestíbulo. Para este trabajo se nombró a los arquitectos Francisco Aurelio
Álvarez y Mariano González de Rojas y a Gonzalo Bilbao631.
En sus actas, la Comisión de Monumento dejó constancia que esta Real
Orden de 29 de noviembre que autorizaba el derribo del vestíbulo del ex seminario
no había sido trasladada a la Comisión hasta el 7 de enero, y que, aunque en ella se
decía que la Comisión de Monumentos había aceptado el proyecto, ésta sólo había
hecho una consulta sobre lo que se debía hacer con el monumento632. Tres años
después aparece en las actas de la Provincial la referencia a la comunicación del Jefe
del Museo Arqueológico en la que informaba que la Subsecretaría de Instrucción
Pública había ordenando al Arquitecto Provincial que formase el presupuesto para
la traslación y el emplazamiento de la portada de piedra que estuvo en el antiguo
seminario al Museo Arqueológico de Sevilla633. Hoy en día la portada puede
contemplarse en el Convento de Santa Clara (ilustración 27).
Otro de los monumentos que estuvo en peligro por la reordenación
urbanística de estos años fue la Capilla de San José. El vicepresidente intentó evitar
la demolición de la capilla, afectada por el proyecto de alineación de la calle
631
ACPMPS. Libro III. 27 de diciembre de 1909.
632
ACPMPS. Libro III. 10 de febrero de 1910.
633
ACPMPS. Libro III. 5 de febrero de 1913.
128
Jovellanos634. Siguiendo esta línea la Comisión pidió a la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando que se nombrasen Monumentos Nacionales la Capilla de San
José y la Iglesia de Santa Catalina con el fin de evitarles daños. No todos estaban a
favor de la proliferación de las declaraciones de Monumentos Nacionales, como en
el caso de Rodrigo Amador de los Ríos, que no se mostró de acuerdo pero
manifestó que prestaría su apoyo a las decisiones de la Comisión635. La Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando intervino enviando un oficio al
Subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes donde apoyaba la
postura de la Comisión ante estos edificios religiosos y lamentaba que bajo el
pretexto del bien general y de la higiene se estuvieran realizando verdaderos
atentados artísticos, mutilando notables monumentos636. Finalmente ambos
edificios fueron declarados Monumentos Nacionales por la Real Orden de 5 de
septiembre de 1912 con la ayuda de Fernández Casanova637.
El acueducto de los Caños de Carmona (ilustraciones 28 y 29) también se vio
afectado por las remodelaciones de la ciudad. Ante la noticia de que su demolición
estaba proyectada la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando envió a
Rodrigo Amador de los Ríos con el fin de que informase sobre la importancia de la
construcción. Amador de los Ríos encontró vestigios árabes en algunos arcos y
restos de época romana, aunque éstos no tenían la importancia de otros de su clase
como el de Segovia o el de Mérida, por lo que opinó que no debía conservarse en su
totalidad sino que sólo debía mantenerse alguna parte de las que guardase más
carácter árabe o romano638. Rápidamente el Gobernador de la provincia ordenó la
suspensión de las obras de demolición a través de un telegrama y pidió a la
Comisión de Monumentos que incoase el expediente para la declaración de
Monumento Nacional del acueducto639.
634
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 31 y ACPMPS. Libro III. 22 de febrero de 1911.
635
ACPMPS. Libro III. 14 de marzo de 1911.
636
“Oficio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando al Subsecretario del Ministerio de
Instrucción Pública y Bellas Artes, de 4 de mayo de 1911”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y
Monumentos. 1º. 31.
637
ACPMPS. Libro III. 11 de septiembre de 1912.
638
ACPMPS. Libro III. 22 de marzo de 1911.
639
“Telegrama del Gobernador Civil de 6 de mayo de 1911”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y
Monumentos. 1º. 24.
129
Con este motivo los miembros de la Comisión volvieron a plantearse el valor
artístico del acueducto, poniéndose a favor de las tesis defendidas por José Gestoso
en un informe que se le había pedido sobre el monumento. En él decía refiriéndose
al acueducto “ni todo lo antiguo por el sólo hecho de serlo entraña importancia e
interés para la historia, para la arqueología y para el arte, ni puede sostenerse el
criterio de anteponer a verdaderas necesidades de higiene y a exigencias justas y
razonables de urbanización el abolengo más o menos remoto de vulgares
construcciones”640. El resto de vocales se sumó a la idea de que el acueducto carecía
de mérito artístico641. Poco tiempo después Fidel Fita, José Ramón Mélida y el
Marqués de Cerralbo presentaron a la Real Academia de la Historia otro informe en
el que se defendía una postura contraria a la de la Comisión de Sevilla y donde se
lamentaban de que no hubiese sido ella quien fuera la primera en dar la voz de
alarma sobre el peligro que corría el antiguo acueducto. Este trabajo defendía la
necesidad de conservar el monumento ante la escasez de memoria que existía en la
ciudad de la Híspalis romana frente a los recuerdos árabes y de la reconquista,
además del valor intrínseco que poseía esta obra de ingeniería642.
La Comisión y especialmente su vicepresidente velaron por el estado del
templete de la Cruz del Campo (ilustración 30), en malas condiciones, e intentaron
que desde la Alcaldía se procurase la reparación de un monumento tan
importante643. Siguiendo estas indicaciones el Ayuntamiento accedió a proceder al
arreglo del templete y de la verja que lo circundaba, además de pedir a la Comisión
su colaboración en los trabajos de restauración644.
Esta corporación continuaba informando a las Reales Academias de nuevos
descubrimientos o de los hechos importantes que en la provincia de Sevilla ocurrían
referentes a sus monumentos. La Real Academia de la Historia pidió a la Comisión a
través de dos comunicaciones, una del 14 de febrero de 1913 y otra del 23 de abril,
que informase respecto a unos pretendidos descubrimientos anterromanos en la
640
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 24 y ACPMPS. Libro III. 8 de mayo de 1911.
641
“Lo de los Caños de Carmona, reunión en el Gobierno Civil”. El Liberal. 10 de mayo de 1911, p.2.
642
“Informe dado a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando sobre el antiguo acueducto
conocido con el nombre de Caños de Carmona”, de 26 de mayo de 1911. ACMHAPS. 7ª. Sevilla.
Edificios y Monumentos. 1º. 24.
643
ACPMPS. Libro III. 4 de julio de 1912.
644
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 46.
130
Cuesta del Rosario sobre los que se habían publicado artículos en los periódicos The
Times, de Londres y el Fígaro de Sevilla, a lo que se contestó que no existían tales
descubrimientos sino restos comunes de época romana sin importancia645.
Fue uno de los miembros de la Provincial, Miguel Sánchez Dalp, quien avisó
por carta que había evitado la destrucción de un templete situado en los linderos
del cortijo llamado de "la Tercia" en las cercanías de las ruinas del Monasterio de
San Jerónimo, aportando cuatro fotografías con vistas del monumento para
completar la información646 (ilustración 31).
3.8.7 Itálica
Los importantes descubrimientos que se llevaban a cabo en Itálica
motivaron alguna que otra sesión extraordinaria de la Comisión. En la del 11 de
septiembre de 1903 el vicepresidente dio cuenta de los resultados obtenidos en las
excavaciones financiadas por la Diputación Provincial y de la designación de dos
miembros de la junta al frente de estos trabajos, José Gestoso y Manuel Fernández
López. Los vocales conocieron el descubrimiento de la necrópolis italicense en la
llamada “Vegeta de Santiponce”, buscada hasta entonces en balde. La relación de
los hallazgos levantó la expectación de todos los presentes ya que se trataba de:
siete cajas sepulcrales de plomo, algunas con adornos bizantinos en relieve, cinco
hermosos ungüentarios de vidrio policromo, algunas monedas del alto y bajo
imperio, fragmentos de vasijas de barro, un curioso mosaico sepulcral, una vía
romana de seis metros de anchura construida con igual o mayor esmero que la vía
Appia, y que unía la ciudad con la necrópolis, y enterramientos de gentiles y
cristianos de todas clases y formas, en extraña confusión. La importancia de los
hallazgos hizo que los vocales encargados pidieran que se les unieran otros
miembros para asesorarlos en estos complejos trabajos647. El vicepresidente, en
vista de los buenos resultados y con objeto de que al año siguiente pudieran
realizarse excavaciones en mayor escala, había gestionado con la Diputación
Provincial el aumento de la consignación que venía figurando en los presupuestos
645
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 47 y ACPMPS. Libro III. 29 de abril de 1913.
646
“Descubrimiento arqueológico”, El Liberal, 30 de octubre de 1914; “el descubrimiento
arqueológico”. El Liberal, 1 de noviembre de 1914 y ACPMPS. Libro III. 19 de diciembre de 1914.
647
ACPMPS. Libro III. 11 de septiembre de 1903.
131
provinciales. La Diputación prometió que la partida se elevaría al doble y que sería
incluida dentro de los gastos preferentes o necesarios. Una vez terminados los
trabajos en la necrópolis las excavaciones continuaron en la zona denominada las
“Eras del Convento”, de donde se había extraído el hermoso pedestal dedicado a
Mercurio existente en el Museo Arqueológico Provincial. Para evitar que los vecinos
del lugar destruyesen los restos de la necrópolis realizando excavaciones ilegales se
pidió al Alcalde de Santiponce que tuviera especial cuidado648.
La buena marcha de las excavaciones durante 1903 se reflejó en un libro
cuya publicación fue financiada en parte por la Comisión de Monumentos de Sevilla
y en parte por su secretario y autor, Manuel Fernández López, ya que la corporación
carecía de medios para cubrir todos los gastos. La edición fue de 560 ejemplares, de
los cuales se pusieron a la venta en el anfiteatro de Itálica 300 libros a un precio de
2,50 pesetas649. En Excavaciones en Itálica (año 1903) Fernández López describía a
lo largo de sus páginas los enterramientos cristianos y paganos antes mencionados
descubiertos en Itálica. Además recogía la opinión de alguno de los vocales de la
Comisión respecto a lo que se debía hacer con los restos, como Virgilio Mattoni, que
argumentó la necesidad de que se mantuviesen en el lugar donde se encontraban
en vez de ser llevados al Museo Arqueológico o destruidos650. Este estudio volvía a
poner de manifiesto la precaria situación de la Comisión Provincial y el interés que
los vocales demostraban, ya que la falta de fondos les había obligado a poner parte
del dinero de las excavaciones para poder realizarlas651. Dos años después
aparecería la reseña del libro de Fernández López escrita por José Ramón Mélida,
destacado arqueólogo y miembro de la Real Academia de la Historia y de la de San
Fernando, en la que felicitaba a su autor y a la Comisión de Monumentos de Sevilla
por el trabajo desarrollado. Mélida comentaba que era frecuente en España que los
hallazgos arqueológicos fueran fruto de la casualidad y que la codicia e ignorancia
648
ACPMPS. Libro III. 12 de octubre de 1903.
649
ACPMPS. Libro III. 16 de octubre de 1904.
650
Fernández López, M. Excavaciones en Itálica (año 1903). Sevilla, 1904, p. 72.
651
Fernández López, M. Op. cit. Sevilla, 1904, p. 87.
132
hacían que muchas veces se imposibilitase su estudio, por lo que era más aún de
destacar el papel jugado por la Comisión en este caso652.
Además de las excavaciones seguían produciéndose hallazgos ocasionales.
Durante el invierno de 1904, al extraer tierra para la construcción del terraplén del
ferrocarril de Cala a San Juan de Aznalfarache, los trabajadores encontraron una
basa ática de mármol y un capitel de orden compuesto también de mármol,
perteneciente a alguno de los edificios que hubo en la necrópolis italicense. Los
objetos se depositaron en la casa de José Rodríguez de Santiponce para que fuesen
recogidos por la Comisión, a la que pertenecía su custodia al haberse encontrado en
terreno público653.
En prospecciones efectuadas en 1904 en la “Vegeta de Santiponce” apareció
una sepultura, datada en el siglo V, con dos cubiertas sobrepuestas. En la externa,
de mosaico ordinario, se veía el epitafio apenas legible, dos peces en forma de arco
con las bocas casi juntas y dos hermosas palomas picando en las flores de que
estaba lleno el campo. La cubierta situada por debajo estaba formada por una tabla
de estuco pintada al fresco, en la que se leía pintado con letras rojas: Maria Severa-
vix ann XXX. Mens V.- dies VIII., con un pez y dos pavos reales (o palomas, según
Antonio Blanco Freijeiro), encerrado todo en una ancha guirnalda compuesta de
hojas, fruta y flores654. Ambas piezas fueron llevadas al Museo Arqueológico
Provincial y colocadas sobre la sepultura que cubrían, reconstruida con sus mismos
materiales.
En la misma Vegeta se halló un mosaico de 2,90m de largo por 2,30m de
ancho, del que se conservaban tres cuartas partes, con restos de un pequeño
murete revestido de mármol que lo limitaba. Su decoración se reducía a cuatro
series de pequeños cuadrados negros dispuestos en filas paralelas en cuyo centro
estaba dibujada una cruz con teselas blancas. En el centro del lado de poniente se
descubrió una rotura semicircular por abajo y cuadrilonga por arriba que
probablemente sirvió de asiento a la inscripción funeraria. En el centro del lado
Norte se veía una especie de pileta de mármol blanco con abertura circular en el
652
Mélida, J. R. Excavaciones en Itálica, de Manuel Fernández López. Revista de archivos, bibliotecas
y museos, 1905, pp. 283 y 284.
653
ACPMPS. Libro III. 12 de marzo de 1904.
654
Blanco Freijeiro, A. Op. cit, pp. 47 y 48.
133
medio, que comunicaba con una teja romana dispuesta a través y empotrada en el
murete exterior, destinada a recibir las aguas que entraran por el canalillo. Los
miembros de la Comisión pensaron que debido a sus dimensiones el mosaico
posiblemente cubría una sepultura bisoma o doble. La oposición de la dueña del
terreno a que se continuase con las excavaciones impidió que se trajese este
ejemplar al Museo Arqueológico y motivó que desde entonces las excavaciones
continuaran en el anfiteatro655.
Durante este tiempo los miembros de la Comisión dieron prioridad entre sus
objetivos a la adquisición de terrenos donde presumiblemente podían existir restos
arqueológicos, y en esta dirección encaminaron muchos de sus pasos. En 1908 se
designó a José Gestoso, Gonzalo Bilbao, Fernando Reinoso y al Conde de Aguiar con
el fin de que visitaran a senadores y diputados para obtener fondos con los que
comprar dichos terrenos, antes de lo cual debían redactar un plan general de
adquisiciones656. En 1910 la Comisión volvió a resaltar al Ministro de Instrucción
Pública y Bellas Artes la urgencia de obtener las propiedades donde radicaban las
ruinas para evitarles cualquier perjuicio657 y un año después se consiguieron
algunos fondos para este fin658.
En 1911 Rodrigo Amador de los Ríos fue designado director de las
excavaciones de Itálica, aunque se mantuvo la atenta supervisión de la Comisión de
Monumentos659. Siguiendo con la línea de actuación llevada, la mayoría de sus
miembros le aconsejó como necesario la adquisición de terrenos en las cercanías de
la villa de Santiponce, sin que se abandonasen los trabajos en torno al anfiteatro. La
representación de la Comisión sevillana en los trabajos de Itálica recayó en los dos
arquitectos de la misma, Francisco Aurelio Álvarez y Mariano González de Rojas660.
Se decidió tomar como punto fijo de partida de las prospecciones el sitio en el que
fue encontrada la estatua de Diana que se conservaba en el Museo Arqueológico.
Pronto empezaron las diferencias con el director de las excavaciones, mientras éste
655
ACPMPS. Libro III. 18 de noviembre de 1904.
656
ACPMPS. Libro III. 15 de abril de 1908
657
ACPMPS. Libro III. 10 de marzo de 1910.
658
ACPMPS. Libro III. 22 de febrero de 1911.
659
ACPMPS. Libro III. 22 de febrero de 1911. La prensa recogió su llegada a Sevilla (El Liberal, sección
noticias, 15 de marzo de 1911)
660
ACPMPS. Libro III. 18 de marzo de 1911.
134
opinaba que los objetos encontrados debían llevarse al Museo Arqueológico de
Madrid ya que era el Estado quien sufragaba las excavaciones, los vocales de la
Comisión defendieron la necesidad de llevarlos al Museo Arqueológico de Sevilla,
que también pertenecía al Estado661.
Al año siguiente el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes emitió la
resolución, con fecha de 13 de diciembre de 1912, por la que se declaraba
Monumento Nacional las Ruinas de Itálica662.
Rodrigo Amador de los Ríos fue presentando a la Provincial los nuevos
hallazgos que se iban produciendo, entre ellos tres mosaicos encontrados en el sitio
de "los Palacios"663. Miembros de la Comisión y de la Diputación Provincial viajaron
a Itálica para comprobar el valor de los ejemplares descubiertos. Una vez allí
pudieron constatar su importancia arqueológica y se les sacó fotografías con el fin
de enviarlas a la Real Academia de la Historia664 (ilustraciones 32 y 33). Dos de los
mosaicos fueron extraídos por el Comité de la Exposición Hispano Americana y
restaurados, para más tarde ser llevados a los salones del Museo Arqueológico. El
otro ejemplar, identificado por Antonio Blanco como “los amores de Zeus” y datado
en la segunda mitad del siglo II665, fue adquirido por la Condesa de Lebrija, Regla
Manjón666, pasando de esta manera a formar parte de su colección. En un artículo
publicado sobre el asunto la condesa justificaba la adquisición del mosaico, al que
denominó como “el mejor mosaico de Itálica”, en su ignorancia sobre la reciente ley
de excavaciones de 7 de julio 1911, y que como ella misma escribía, había sido
invocada para protestar por la compra: “unos y otros invocaron la reciente ley para
impedir que el hermoso mosaico fuera arrancado del sitio donde apareció.”667 La
Condesa de Lebrija continuaba argumentando su actuación con las siguientes
palabras: “era, sin embargo, urgente su inmediato levantamiento. El campo abierto
en que se encontraban, y en el cual, por temor á los merodeadores, precisaba
tenerles pagados guardas noche y día; la necesidad en que su dueño se iba a ver
661
ACPMPS. Libro III. 22 de marzo de 1911.
662
ACMHAPS. 11ª. Itálica.2 y ACPMPS. Libro III. 5 de febrero de 1913.
663
ACMHAPS. 11ª. Itálica.2.
664
ACPMPS. Libro III. 23 de marzo de 1914.
665
Blanco Freijeiro, A. Op. cit. Madrid, 1978, pp. 25 y 26.
666
ACPMPS. 26 de enero de 1970.
667
Manjón y Mergelina, R. “El mejor mosaico de Itálica”. Boletín de la Real Academia de la Historia,
tomo 67 (septiembre-octubre 1915), p.236.
135
bien pronto de labrar el terreno, hacían forzosa su traslación á lugar seguro, si no
habían de sufrir en breve plazo la suerte de los bellísimos mosaicos de las Musas y
otros semejantes, de los cuales se puede decir, parodiando al cantor de Itálica, de
todo ello no quedan señales”668. Finalmente el mosaico fue instalado en las
dependencias de su palacio en la calle Cuna de Sevilla, donde aún puede
observarse, y obtuvo la propiedad en concepto de usuaria vitalicia aunque con la
imposibilidad de disponer de él ni hacer cesión del usufructo669. El ejemplo de la
condesa, amante de las antigüedades, es interesante para ilustrar la mentalidad que
pervivió respecto a la conservación patrimonial hasta al menos la segunda década
del siglo XX. Regla Manjón compró importantes piezas procedentes de excavaciones
o hallazgos fortuitos que sirvieron para decorar su palacio. Su forma de actuar era
valorada positivamente por una persona tan cercana a la Comisión y a Itálica como
el que fuera director de sus excavaciones, Rodrigo Amador de los Ríos, que se
pronunció al respecto de la siguiente forma: “…, elogiar sobremanera, como es de
justicia, y presentar cual modelo digno de imitación por otras muchas damas
aristocráticas, la nobilísima conducta de la respetable Sra. Dª. Regla Manjón, quien
no ha vacilado en sacrificar su fortuna y en consagrar su actividad incansable á la
empresa por tantos motivos generosa y plausible de recoger y conservar
dignamente las reliquias de todo género que el acaso pone con tanta frecuencia de
manifiesto aún, en el tantas veces removido y explotado solar de la famosa
Itálica”670. Se entendía que la condesa estaba velando por la conservación de
importantes piezas arqueológicas que de otra manera podrían perderse, aunque
fuera para disfrute personal.
Otros descubrimientos de estos años fueron un trozo de mármol
representando un monumento funerario romano y la parte inferior de una estatua
bastante curiosa pues parecía tratarse de una escultura egipcia, lo que le daba un
668
Manjón y Mergelina, R. Op. cit., p.236.
669
Gaceta de Madrid nº 186. 5 de julio de 1914, p. 46
670
Amador de los Ríos, R. “El museo de antigüedades italicenses de la Excma. Sra. Dª Regla Manjón,
viuda de Sánchez Bedoya, en Sevilla”. Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Tomo XXVII. Madrid,
1913, p. 289.
136
especial valor ya que en Itálica no se habían descubierto antigüedades de esta
especie671.
Poco a poco las fricciones de la Comisión con el director de las Ruinas de
Itálica se fueron haciendo cada vez más evidentes, tanto que el Gobernador de la
provincia tuvo que convocar una reunión a petición de varios vocales que
protestaban contra la actuación de Rodrigo Amador de los Ríos. Le acusaban de
desatenciones con la Comisión y de intentar desprestigiarla. Además, los
componentes de esta institución estaban en contra del propósito públicamente
enunciado del derribo del edificio recientemente construido a expensas de la
Diputación Provincial (ilustración 34). Amador de los Ríos defendió su postura ya
que consideraba desacertado el emplazamiento del edificio para recibir visitantes,
que molestaba en las excavaciones que se proponía realizar. También se mostró
desacuerdo con la instalación de una máquina centrífuga para desaguar partes del
monumento. Adolfo Rodríguez Jurado, Presidente de la Diputación Provincial,
apoyó a la Comisión manifestando que antes de construir el edificio se habían
hecho catas para asegurarse que no existían restos en el lugar. El tono de la reunión
fue subiendo hasta que Rodrigo Amador de los Ríos afirmó que se consideraba
desligado de la Comisión de Monumentos, a la que no tenía que dar explicación de
sus actos. Como respuesta los vocales electivos manifestaron su propósito de
dimitir de sus cargos si él continuaba al frente de las excavaciones672. Amador de los
Ríos continuó en el cargo unos años más, hasta 1919, fecha en la que se nombró
director de las excavaciones de Itálica al por entonces vicepresidente de la Comisión
Provincial de Monumentos de Sevilla, el Conde de Aguiar673.
Como había ocurrido anteriormente fueron varias las calamidades que las
Ruinas de Itálica sufrieron en los años que comprenden la vicepresidencia de José
Gestoso. Destacan las de tipo climático, la falta de fondos y la rapiña de
particulares. En este período existen algunas referencias a los daños causados por
las precipitaciones: en 1908 los miembros de la Comisión volvieron a constatar, tras
una visita a las ruinas, el estado en el que había quedado el anfiteatro tras las
671
ACPMPS. Libro III. 19 de diciembre de 1914.
672
ACPMPS. Libro III. 17 de abril de 1915.
673
ACPMPS. Libro IV. 9 de enero de 1919.
137
lluvias674 y en 1914 Rodrigo Amador de los Ríos manifestó que las aguas habían
hecho inútiles buena parte de sus trabajos del año anterior en el anfiteatro de
Itálica675. Para empeorar la situación algunas de las obras emprendidas para
mejorar el desagüe poco tiempo atrás se revelaron inútiles, como la cloaca hecha
por Demetrio de los Ríos, que había dejado de funcionar y tuvo que deshacerse676.
Aunque al principio del período las subvenciones fueron más copiosas de lo
acostumbrado debido a los importantes descubrimientos que se estaban llevando a
cabo, la escasez de fondos para los trabajos pronto volvió a ser la tónica habitual.
En 1914 Rodrigo Amador de los Ríos se encontró con la negativa de la Diputación de
entregar fondos para nuevas obras, limitándose a cubrir los gastos de la
conservación de lo descubierto677. La situación motivó la imposición una cuota de
entrada a los visitantes de Itálica para atender a sus gastos de mantenimiento678.
A través de los partes de los guardias de las ruinas la Comisión supo que una
vecina de Santiponce llamada Carmen Jiménez había abierto un hueco en el Patio
de las Musas, haciendo el sitio como suyo, por lo que hubo que tomar medidas. Las
excavaciones ilegales ocasionaban que la Comisión tuviera que pedir a los dueños
de los terrenos que no las permitiesen, como en el caso de Joaquina Urzaiz de
Valenzuela, que autorizó a la Comisión para que diese órdenes al guarda de Itálica
de que evitase que se hiciesen excavaciones en “la Vegeta”, “el Prado” y “la Casa de
los Frailes”679.
Las excavaciones oficiales que se efectuaron estos años no estuvieron
exentas de polémica tras la publicación de un artículo en el Heraldo de Madrid,
firmado por Castillejo, que denunciaba las destrucciones que se estaban
produciendo en Itálica por el empleo de dinamita. Este artículo fue contestado por
el vicepresidente, José Gestoso y su publicación motivó el viaje de algunos
miembros de la Comisión junto con José Ramón Mélida a Itálica para comprobar la
forma en la que se estaban realizando los trabajos680.
674
ACPMPS. Libro III. 27 de febrero de 1908.
675
ACPMPS. Libro III. 23 de marzo de 1914.
676
ACPMPS. Libro III. 16 de octubre de 1904.
677
ACPMPS. Libro III. 23 de marzo de 1914.
678
ACPMPS. Libro III. 19 de diciembre de 1914.
679
ACPMPS. Libro III. 26 de enero de 1907.
680
ACPMPS. Libro III. 15 de abril de 1908
138
3.8.8 Otros monumentos de la provincia
Osuna, Carmona, Morón y Santiponce fueron las principales localidades
donde la Provincial fijó su atención en este período.
Durante estos años se estaban llevando a cabo importantes descubrimientos
arqueológicos en Osuna bajo la dirección de Arthur Engel, por lo que se delegó en el
vicepresidente la función de examinarlos e informar a la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando681.
La Puerta de Sevilla en Carmona continuó sufriendo graves agresiones que
pusieron en peligro su integridad, por lo que la Comisión y su corresponsal en esta
localidad, Juan Fernández López, tuvieron que intervenir. Juan Fernández solicitó al
Gobernador Civil con fecha del 27 de enero de 1905 que se suspendieran los
trabajos que se hacían en uno de los muros de sostén del arco almohade de la
puerta, y al día siguiente pidió al Alcalde de Carmona que se parase la extracción de
sillares, requerimiento que no fue atendido. Para que el Gobernador Civil tuviera
constancia gráfica de lo que estaba ocurriendo este corresponsal envió una
fotografía del arco y un dibujo en el que indicaba las partes que habían sido
extraídas, las cuales comprendían un metro y medio de altura y un metro de
profundidad. El Gobernador Civil pasó los documentos a la Comisión. Esta
corporación aconsejó la suspensión de los trabajos, sugerencia atendida por el
Gobernador, que dio la orden de paralización de las obras. Por su parte la Provincial
acordó que fueran a visitar el monumento José Gestoso, Fernando Reinoso y
Francisco Aurelio Álvarez682. Esta subcomisión pudo observar en su visita a Carmona
que se había socavado la base de uno de los muros de sostén de la puerta,
extrayéndose algunos sillares romanos con la excusa de facilitar el tránsito de carros
y sin el consentimiento de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Además, con el pretexto de suavizar la pendiente de la calle se había rebajado el
piso, dejando al descubierto la roca arenisca sobre la que el monumento se
asentaba. Tras la sesión en la que se expusieron estas observaciones la Comisión
acordó trasladar el informe al Gobernador Civil de la provincia pidiéndole que las
681
ACPMPS. Libro III. 31 de marzo de 1903.
682
ACPMPS. Libro III. 3 de febrero de 1905.
139
cosas volvieran a su estado anterior683. Todas estas actuaciones tuvieron como
consecuencia que la Real Academia de la Historia encargase a uno de sus miembros,
el Conde de Cedillo, que emitiese un informe sobre la situación de la construcción
histórica, el cual fue del todo favorable a la opinión de la Comisión de Monumentos
de Sevilla684. Para evitar que continuase la destrucción de esta edificación defensiva
y como haría con otros monumentos como la Torre de Don Fadrique de Sevilla este
mismo año, la Comisión Provincial pidió la declaración de Monumento Nacional
para la Puerta de Sevilla de Carmona685, que fue concedida por la Real Orden de 6
de julio de 1906686. Con esta declaración no acabaron las desgracias de los
monumentos carmonenses, en 1914 Juan Fernández López informó por carta a la
Comisión de la demolición de un tercio de la segunda torre o castillo que limitaba la
plaza de armas en el Alcázar de la Puerta de Marchena y de su actuación con el
secretario del Ayuntamiento de Carmona para evitar que se llevaran los restos
caídos. La Comisión acordó ponerlo en conocimiento de la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando687.
Esta Real Academia continuaba utilizando a la Comisión como fuente de
información de las novedades sucedidas en los monumentos de la provincia. En
estos años pidió los datos sobre la posible demolición del Castillo de Morón, que
había sido comprado por un particular que al parecer pretendía enajenar sus
materiales, así que la institución nombró a Rojas y Gestoso para que visitasen el
castillo688. Poco después se recibió una comunicación de la Academia de la Historia
solicitando información acerca del mismo hecho, que se resolvió remitiendo una
carta de José Plata y Nieto, correspondiente de la Comisión en el citado pueblo,
que informaba sobre el asunto, confirmaba los datos de la venta y la destrucción de
la construcción defensiva y afirmaba que el Alcalde de esta localidad había formado
un expediente para que el dueño del castillo lo reedificase o destruyese689.
683
ACPMPS. Libro III. 17 de febrero de 1905.
684
López de Ayala y Álvarez de Toledo, J. “La Puerta de Sevilla en Carmona”. Boletín de la Real
Academia de la Historia, Tomo 46 (1905), pp.358-360.
685
ACPMPS. Libro III. 12 de octubre de 1905.
686
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/12.
687
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/22 y ACPMPS. Libro III. 23 de marzo de 1914.
688
ACPMPS. Libro III. 30 de enero de 1908.
689
ACPMPS. Libro III. 27 de febrero de 1908.
140
Fue en 1914 cuando la Comisión supo del nombramiento por parte de la
subsecretaría del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, de Manuel
Serrano Ortega como conservador del Museo Nacional denominado San Isidoro del
Campo690. Ya en posesión de su cargo, Serrano escribió a la corporación poniendo
de manifiesto que en el Monumento Nacional encomendado a su custodia se daban
cabida a espectáculos taurinos. En esta ocasión la Comisión se limitó a darse por
enterada, ya el edificio era de propiedad particular691.
690
ACPMPS. Libro III. 4 de marzo de 1914.
691
ACPMPS. Libro III. 17 de octubre de 1914.
141
3.9 La presidencia de Andrés Parladé Heredia, Conde de Aguiar (1918-1928)
3.9.1. Introducción
Virgilio Mattoni fue nombrado vicepresidente tras la muerte de José Gestoso
en 1918692, aunque el pintor apenas desempeñó el cargo unos meses ya que tras la
reforma efectuada en la Comisión siguiendo las directrices de la Real Orden del 11
de agosto de este año, pasaron a formar parte de ellas nuevos elementos693 y se
designó a Andrés Parladé como nuevo vicepresidente694. Parladé era un antiguo
senador por la provincia de Sevilla en la legislatura de 1908-1909 y ejerció como
director de las excavaciones en las Ruinas de Itálica tras el cese de Rodrigo Amador
de los Ríos.
Entre las novedades que establecía el reglamento estaba la condición de que
el presidente y el vicepresidente correspondiesen a distintas Academias, y lo mismo
debía suceder con los puestos de conservador y secretario. Estos cargos se
reelegirían cada tres años entre los miembros de la Comisión, mientras que antes
estas funciones se repartían de acuerdo a la antigüedad de cada vocal como
académico695.
Como en tantas ocasiones la junta se propuso a finales de 1919 hacer un
catálogo de los monumentos de interés histórico y artístico de la provincia. Para
tener una ayuda en esta misión se solicitó al Ministro de Instrucción Pública el
proyecto del catálogo que preparaba Fernández Casanova696. Unos meses después
se nombró una ponencia formada por el presidente, Campos Munilla, Sebastián y
Bandarán, Gómez Millán y el secretario con el fin de proponer en una junta la lista
de los monumentos que debían ser sometidos a las Academias de la Historia y
Bellas Artes de San Fernando para que fuesen declarados de interés histórico y
692
ACPMPS. Libro IV. 14 de junio de 1918.
693
ACPMPS. Libro IV. 12 de septiembre de 1918.
694
ACPMPS. Libro IV. 23 de septiembre de 1918.
695
Reglamento de las Comisiones Provinciales de Monumentos Históricos y Artísticos, aprobado por
S.M. el 11 de agosto de 1918. Sevilla, 1928.
696
ACPMPS. Libro IV. 1 de diciembre de 1919.
142
artístico697. Tras la conclusión del informe se acordó enviarlo a la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando698.
En este período volvieron a aparecer conflictos de competencias con otras
instituciones o cargos con deberes similares a los de la Comisión. Así sucedió
cuando la Dirección General de Bellas Artes confirmó en el cargo de conservador de
los Monumentos Histórico y Artísticos de la provincia de Sevilla a Antonio Cueto y
Monti, motivo por el que la Provincial tuvo que oficiar a dicha dirección general
para que señalase las atribuciones del conservador vocal de la Comisión, Juan
Talavera699.
En 1924 se encargó al secretario, Santiago Montoto, que redactase una
memoria de los trabajos realizados por la Comisión de Monumentos y que se
imprimiese700 con el fin de poner de manifiesto que “las Comisiones de
Monumentos Históricos y Artísticos no son organizaciones muertas”701. El libro
hablaba de las gestiones realizadas en el Convento de Santa Paula, la portada de la
Parroquia de Santa Ana, la Parroquia de San Marcos, la Iglesia de Santa Catalina, la
Capilla de San José, la Iglesia de San Luis, el Retablo del Altar Mayor de la Catedral,
la Iglesia de San Francisco de Utrera, el Castillo de la Aguzadera en el Coronil, el
Castillo de Alcalá de Guadaíra, con los objetos de oro encontrados en Lebrija, las
Ruinas de Itálica, el depósito en el Museo de Pinturas de los lienzos de Zurbarán del
Hospital de las Cinco Llagas o el depósito en el Arqueológico de una estatua romana
representando un jurista encontrada en Alcalá del Río.
La memoria también reflejaba las actuaciones de la Comisión sobre
monumentos u objetos artísticos que no habían dado resultados702: las obras en la
Parroquia de San Pedro, el lienzo de la Inmaculada del retablo de San Pedro de
Zurbarán que se conservaba en la Catedral, el Monasterio de San Clemente, la
Iglesia de San Mateo en Carmona y el Mosaico de Casariche.
697
ACPMPS. Libro IV. 3 de julio de 1920.
698
ACPMPS. Libro IV. 26 de noviembre de 1920.
699
ACPMPS. Libro IV. 15 de mayo de 1920.
700
ACPMPS. Libro IV. 11 de noviembre de 1923.
701
Montoto, S. Memoria de los trabajos y actas de la Comisión de Monumentos Históricos y artísticos
de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1924, p. 7.
702
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, pp. 16-19.
143
El secretario hacía además una relación de los monumentos que la Comisión
había propuesto como Monumentos de Interés Arquitectónico o Artístico y como
Monumentos Nacionales703. Entre los primeros se encontraban el Castillo de
Morón, la necrópolis romana y Alcázar de la Puerta de Marchena de Carmona,
Alcantarilla de las Madejas en Sevilla, los restos del templo de Hércules de Sevilla, el
sepulcro romano de la Parroquia de Santa Cruz de Écija, los restos de la mezquita de
Lebrija, los restos de la mezquita principal de Carmona, la Iglesia prioral de
Carmona, el Castillo de Marchenilla, las Iglesias de Santiago y Santa María de
Utrera, la Iglesia de Santiago de Écija, la Iglesia de Santa María de Sanlúcar la
Mayor, las Iglesias de San Juan de la Palma, Santa María la Blanca, San Pedro, Santa
Clara, Hospital de las Cinco Llagas, San Jorge, San Pablo, San Luis, Hospital de
Venerables Sacerdotes, San Clemente, Santa Inés, Salvador, Madre de Dios, la Cruz
del Campo, la Casa de Pilatos (Palacio de Medinaceli), el Palacio de las Dueñas, el
Convento de Santa Clara, la Fábrica de Tabacos, el Palacio de San Telmo, los restos
del Monasterio de San Jerónimo, los Conventos de San Clemente y Santa Inés de
Sevilla, la Iglesia parroquial de Aznalcázar, la Iglesia de San Juan de Marchena, la
Iglesia Mayor de Lebrija, la Iglesia de Nuestra Señora de Consolación de Cazalla y la
Universidad de Osuna. Entre los Monumentos Nacionales propuestos por la
Comisión se citaban al Alcázar, la Catedral, las Torres del Oro, de la Plata, del
Homenaje y de Don Fadrique, las Iglesias de San Esteban, San Marcos, Santa
Marina, Santa Ana, Omnium Sanctorum, Santa Paula, la Iglesia de la Universidad, el
Ayuntamiento y Casa Lonja de Sevilla, el Panteón de los Duques de Osuna en Osuna
y el Castillo de Alcalá de Guadaíra.
Como dato anecdótico sabemos que el Duque de Alba se ofreció en el año
1924 a enviar a la Comisión de Sevilla las películas de los descubrimientos de la
tumba de Tutankamon, hallada dos años antes, para que fuesen dadas a conocer en
Sevilla704. Las exhibiciones de las proyecciones se hicieron a finales del año siguiente
en el local del Ateneo705. En esta legislatura otra mujer participó activamente en las
703
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, p. 26.
704
ACPMPS. Libro IV. 18 de diciembre de 1924.
705
ACPMPS. Libro IV. 19 de diciembre de 1925.
144
actuaciones de la Comisión, Regla Manjón, Condesa de Lebrija706, ya mencionada en
este estudio por la adquisición del mosaico proveniente de Itálica conocido como
“los amores de Zeus” durante la vicepresidencia de José Gestoso.
El 9 de agosto de 1926 se aprobó por Real Decreto el primer cuerpo
normativo que intentaba proteger a la totalidad del patrimonio de modo
sistemático. Muchos de sus principios aún conservan toda su vigencia y han sido
recogidos en la Ley de 1985 del Patrimonio Histórico Español y en las leyes de 1991
y 2007 del Patrimonio Histórico Andaluz. Una de las novedades más destacadas es
la inclusión en la definición de Tesoro Artístico Arqueológico Nacional del
patrimonio mueble, que no había sido considerado en las leyes anteriores, y la
referencia al valor cultural. Formarían
parte de este Tesoro Artístico Nacional los monumentos histórico-artísticos
nacionales, los sitios pintorescos y las ciudades. Este Real decreto sirvió de base a la
Comisión Provincial de Monumentos Histórico y Artísticos de Sevilla para la
incoación de la declaración como Monumento Nacional de edificaciones artísticas o
con elevado valor histórico707.
706
La Condesa de Lebrija fue vocal de la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla desde 1920
hasta su fallecimiento en 1938.
707
ACPMPS. Libro IV. 20 de agosto de 1926.
708
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, p. 8.
709
ACPMPS. Libro IV. 16 de abril de 1920.
710
Montoto. Op. cit. Sevilla, 1924, pp. 18 y 19.
145
designase una subdelegación encargada de comprobar las denuncias y de que
actuase para evitar la ruina del edificio711. Unos años después, y a petición de su
abadesa, se designó al presidente para que gestionase la conservación de la iglesia
del monasterio712.
No siempre la corporación sevillana era informada de los hechos
importantes que tenían relación con los monumentos y objetos artísticos de la
provincia. En 1919 la institución se lamentaba de no haber tenido conocimiento
oficial de los descubrimientos arqueológicos hallados durante unas obras en la
Iglesia de San Pedro713, así que se acordó hacerle una visita para dar conocimiento a
la autoridad correspondiente y expresar el malestar de la Provincial714. Tras la
inspección se decidió dirigirse al Cardenal rogándole que pusiera en conocimiento
de la Comisión el proyecto de restauración que se iba a llevar a término en dicho
templo715. Una vez estudiados todos los pormenores la Comisión no se mostró de
acuerdo con el modo en el que se estaba restaurando la iglesia y así se lo hizo saber
al Gobernador Civil a través de una visita del presidente y del secretario en la que
pidieron la suspensión las obras conforme a la legislación vigente716.
En otras ocasiones la Comisión intervenía a partir de las observaciones que
presentaba alguno de sus miembros en las juntas. En este período la Provincial
realizó gestiones encaminadas a la restauración de la portada del Convento de
Santa Paula717que culminaron en el objetivo pretendido718. También siguió
ejerciendo una labor de inspección en las obras que se llevaban a cabo en los
monumentos de interés y con este motivo se nombró una subcomisión formada por
el Conde de Aguiar, Talavera, Gómez Millán y González Rojas para visitasen la Iglesia
de San Marcos en Sevilla, en la que se estaban haciendo reparaciones muy
criticadas que quedaron en suspenso tras la inspección de los vocales719. Además la
711
ACPMPS. Libro IV. 12 de diciembre de 1921.
712
ACPMPS. Libro IV. 14 de agosto de 1926.
713
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, p. 16.
714
ACPMPS. Libro IV. 12 de mayo de 1919.
715
ACPMPS. Libro IV. 20 de mayo de 1919.
716
ACPMPS. Libro IV. 23 de julio de 1919.
717
ACPMPS. Libro IV. 22 de octubre de 1918.
718
ACPMPS. Libro IV. 25 de noviembre de 1918 y Santiago Montoto. Op. cit. Sevilla, 1924. p. 8.
719
ACPMPS. Libro IV. 12 de abril de 1919 y Santiago Montoto. Op. cit. Sevilla, 1924. p. 8.
146
corporación sevillana pidió al Ayuntamiento que vigilase la Capilla de San José720,
que había sufrido en estas fechas importantes destrozos y rogó a esta institución
que quitase la parada de coches de alquiler existente junto a la capilla721. Así mismo
los miembros de la Comisión mostraron su preocupación por el estado de abandono
de la Iglesia de Santa Catalina722, por lo que decidieron hacer una llamada de
atención a la comunidad eclesiástica723. Poco después, y ante la petición de ayuda
del cura coadjutor de la iglesia, Talavera y Gómez Millán fueron nombrados para
que dictaminasen sobre el estado de conservación del templo y propusiesen las
obras que debían hacerse para elevar el informe a los organismos competentes724.
La Comisión incluso acordó contribuir con un donativo de 100 pesetas para los
trabajos que se iban a realizar en la iglesia725. Tras las gestiones hechas ante el
Gobernador Civil, el Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes encargó al
Arquitecto del Estado, Francisco Javier de Luque, la formación del proyecto de
restauración de la iglesia726. Todos los esfuerzos efectuados por la Comisión con el
fin de salvar el monumento hasta el encargo al arquitecto Luque aparecieron en la
prensa en un artículo publicado el 23 de febrero de 1923 titulado Comisión de
Monumentos, las obras de Santa Catalina. En este año de 1923 la población de
Sevilla estaba convencida de la próxima destrucción de la iglesia ante el estado del
edificio y la política urbanística de ensanches que vivía la ciudad727. En 1927 seguían
levantándose voces que denunciaban el abandono del templo, por el que, según se
aseguraba, no se había hecho nada en los últimos cinco años, y denunciaban la
apatía de una población impasible ante los hechos, a pesar de la convicción general
de su valor artístico728.
720
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, pp. 15 y 16.
721
ACPMPS. Libro IV. 22 de septiembre de 1919.
722
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, pp. 9-15.
723
ACPMPS. Libro IV. 3 de julio de 1920.
724
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 30 y ACPMPS. Libro IV. 25 de septiembre y 25
de octubre de 1920
725
ACPMPS. Libro IV. 26 de noviembre de 1920.
726
ACPMPS. Libro IV. 15 de noviembre de 1922.
727
Artículo de Juan Hispaleto titulado “sobre el derribo del templo de Santa Catalina. Hablando con
el arquitecto señor Luque”, aparecido en prensa el 16 de febrero de 1923.
728
Artículo publicado en prensa el 20 de abril de 1927.
147
3.9.3 La Catedral de Sevilla
En este período la Comisión de Sevilla intervino principalmente en la
restauración del retablo mayor729 y de las vidrieras. Fue a finales de 1919 cuando el
vocal Gómez Maldonado informó de la decisión del Cabildo Catedral de restaurar
este retablo y pidió que se nombrara personal para que asesorara e inspeccionara
los trabajos, así que con este motivo se designó una representación de la Provincial
compuesta por este vocal y Cayetano Sánchez Pineda730. El Cabildo se decidió a
emprender la restauración del retablo después de comprobar el estado de
destrucción de la obra (estaba mal pintada con pintura amarilla, muchas partes
estaban unidas por alambres, especialmente en la crestería y en algunos doseletes y
faltaban bastantes elementos de estatuas, frisos y casetones, rotos y corroídos) y lo
inapropiado de las reparaciones hechas en el siglo XVIII, que querían hacerse
desaparecer. Para financiar las obras el Cabildo Catedral contaba con el auxilio de la
viuda de Tomás de Ibarra. Pronto aparecieron publicadas en los periódicos críticas
poco favorables a la restauración de las que el Cabildo se defendió argumentando
que ésta se hacía con el visto bueno de la Comisión de Monumentos, que había
comprobado el buen hacer de los trabajos. El criterio seguido fue imponer el dorado
de todo lo nuevo con la condición de darle después el tono de color que con los
años había tomado el retablo, que es lo único que faltaba hacer del trabajo. Debido
a las críticas aparecidas en los periódicos y a las observaciones de algunos
académicos de la Historia, las obras se suspendieron ante el deseo del Cabildo
Catedral de que la Comisión, y si fuera necesario, la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando, ratificara la conveniencia de lo hecho. La Provincial valoró
positivamente la actuación de sus vocales Moreno Maldonado y Sánchez Pineda y
así se lo hizo saber a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando731. Además
quiso hacer pública su aprobación a las obras encargando la publicación de esta
decisión en prensa732. Unos meses después fue la Real Academia de Bellas Artes de
729
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, pp. 16-18.
730
ACPMPS. Libro IV. 1 de diciembre de 1919.
731
ACPMPS. Libro IV. 18 de enero de 1921.
732
ACPMPS. Libro IV. 9 de marzo de 1921.
148
San Fernando la que aprobó la gestión de la Comisión en las obras de restauración y
limpieza del retablo de la Capilla Mayor733.
Otras veces era la propia Comisión de Monumentos la que solicitaba su
intervención en las obras que sabían que iban a realizarse, y así pidió al Director
General de Bellas Artes que un individuo de su seno formase parte de la junta que
tenía que vigilar la restauración de las vidrieras de la Catedral de Sevilla734.
La Comisión también encargó al vocal Moreno Maldonado que gestionase
con los Capellanes Reales de San Fernando el traslado de los restos mortales de
Alfonso X el Sabio a su antiguo lugar, en la Capilla de la Virgen de los Reyes735. Así
mismo, la corporación sevillana hizo llegar su opinión cuando no estaba conforme
con las reformas que se emprendían en el edificio catedralicio o sus bienes
muebles, tal y como hizo saber al Cardenal Arzobispo tras la restauración del rostro
de la imagen de la Virgen de los Reyes736.
733
ACPMPS. Libro IV. 26 de julio de 1921.
734
ACPMPS. Libro IV. 20 de agosto de 1926.
735
ACPMPS. Libro IV. 25 de noviembre de 1920.
736
ACPMPS. Libro IV. 20 de agosto de 1926.
737
ACPMPS. Libro IV. 10 de julio de 1919.
738
ACPMPS. Libro IV. 23 de marzo de 1926.
739
ACPMPS. Libro IV. 10 de julio de 1919.
149
- Aprobó el proyecto del monumento a San Fernando aunque creía
conveniente que se suprimiese el último cuerpo y se redujese el almenado
de la base. Sobre la parte escultórica del monumento prefirió no hacer
observaciones ya que en el proyecto presentado no encontró elementos de
juicio suficientes para poder dictaminar740.
- Asesoró al Ayuntamiento sobre el posible carácter monumental de la Plaza
de San Fernando, a lo que se contestó en sentido negativo741. El
Ayuntamiento pidió informe a esta institución sobre un dictamen de la
Comisión de Obras Públicas referente a las nuevas edificaciones en esta
plaza, la cual se ratificó en el acuerdo tomado el 24 de noviembre de 1925
en el se quejaba de que no había reglas suficientes para conseguir que las
nuevas fachadas correspondieran a la importancia de un lugar tan céntrico
de la ciudad. Para conseguir este fin la Comisión Provincial propuso que en
la Plaza de San Fernando no se permitiera edificar libremente como en los
demás sitios de la ciudad, teniendo en cuenta que se trataba de la parte más
importante del centro urbano, por lo que se debería ejercer una cuidadosa
inspección sobre los proyectos que en la misma tratasen de desarrollar.
Según la Provincial podía exigirse que los nuevos edificios tuvieran una
altura determinada, incluso superior a la de los actuales puesto que las
dimensiones de la plaza lo permitían y su decoración central lo exigía. La
altura debía fijarse en 20 metros, de la que sería conveniente variar algunos
puntos con miradores, cuerpos decorativos o torreones que rompiesen la
monotonía de la línea horizontal en toda la plaza. Partiendo de 20 metros
para el total y 5 metros como mínimo para el bajo, las fachadas deberían
tener 19 metros a la línea superior de la cornisa y balaustrada o baranda de
1 metro742.
- La corporación sevillana, basándose en el recientemente publicado Real
Decreto de 9 de agosto de 1926 referente a la conservación del Tesoro
Artístico Nacional, pidió que el Barrio de Santa Cruz fuese declarado de
740
ACPMPS. Libro IV. 15 de octubre de 1919.
741
ACPMPS. Libro IV. 24 de septiembre de 1925.
742
ACPMPS. Libro IV. 12 de septiembre de 1926.
150
interés artístico y pintoresco y manifestó su intención de estudiar más
adelante otros lugares de Sevilla con el fin de obtener para ellos igual
declaración oficial743.
Por otro lado Talavera informó de que haciendo unas cimentaciones en una casa
de la Calle Laraña se habían hallado unos mosaicos romanos de dibujos
geométricos a cuatro metros de profundidad y ofreció donar a la Comisión
algunos trozos de dicho mosaico744.
3.9.6 Itálica
En estos años la documentación de la Comisión no refleja tanta actividad
referente a las ruinas como en otras ocasiones745. Apenas aparecen noticias sueltas
relacionadas con cuestiones administrativas o con el descubrimiento de algunos
mosaicos en la zona. La corporación intervino en el nombramiento del conservador
de las Ruinas de Itálica a petición del Director General de Bellas Artes746. Además se
encargó a Santiago Montoto, autor de la memoria de las actividades de la Comisión,
que redactase un folleto con un resumen de la historia de Itálica para luego
publicarlo747. Acerca del descubrimiento de nuevos mosaicos, en 1925 el Conde de
Aguiar dio la noticia del hallazgo de un ejemplar de mármoles de colores de gran
valor, que la Comisión acordó adquirir748.Unos meses después se decidió depositar
en la Casa Museo de Itálica el mosaico descubierto en una casa de la calle de Doña
Saturnina de Santiponce749.
743
ACPMPS. Libro IV. 20 de agosto de 1926.
744
ACPMPS. Libro IV. 8 de octubre de 1921.
745
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, p. 27.
746
ACPMPS. Libro IV. 25 de octubre de 1920.
747
ACPMPS. Libro IV. 6 de agosto de 1923.
748
ACPMPS. Libro IV. 15 de mayo de 1925.
749
ACPMPS. Libro IV. 19 de diciembre de 1925.
750
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, pp. 22 y 23.
151
Utrera, como medio de evitar su destrucción. Fue el Gobernador Civil de la
provincia el que pidió a la Comisión que hiciera una visita al Castillo de la Aguzadera
para determinar el estado de solidez del edificio y su mérito artístico. Con este
motivo se nombró una subdelegación compuesta por el presidente, el conservador
y el secretario752. Poco después sabemos del inicio de la incoación del expediente
para su declaración por la petición del Gobernador Civil a la Comisión del envío de
fotografías del Castillo al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes para que
figurasen en el expediente iniciado por el empuje de la Comisión753. El Castillo de la
Aguzadera, en el término municipal del Coronil, fue declarado Monumento de
Interés Histórico y Arqueológico por la Real Orden del 12 de febrero de 1923 y no
Monumento Nacional, siguiendo el criterio emitido por Vicente Lampérez y Romea
en el informe solicitado por la Academia de la Historia, en el se pronunciaba sobre
la cuestión de la siguiente forma: “Todos los castillos y fortalezas mediavales de
España, constituyen una riqueza histórica que debe conservarse con la mayor
solicitud posible, pues todos y cada uno pueden señalarse como pruebas y testigos
de nuestro pasado heroico. No obstante, dentro de este criterio, no aparece el
Castillo de la Aguzadera poseer titulos muy sobresalientes para que el interes
alcance la elevada categoria de monumento nacional, pareciendo suficiente la de
monumento arquitectónico-artístico, a tenor de la Ley de Excavaciones y
Antiguedades de 4 de Marzo de 1915, con lo que ya queda bajo protección
oficial.”754
Las gestiones para la declaración de Monumento de Interés Histórico y
Artístico del Castillo de Alcalá de Guadaíra comenzaron tras la visita de algunos de
los miembros de la Provincial, donde pudieron constatar el estado de abandono de
la construcción defensiva. Ello motivó la petición al Alcalde de Sevilla de medidas
para evitar los daños, ya que el castillo era propiedad de este Ayuntamiento. Fue
entonces cuando se decidió pedir su declaración dada su importancia histórica y de
esta manera impedir su deterioro, encargando a Santiago Montoto la redacción del
751
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, pp. 23-25.
752
ACPMPS. Libro IV. 1 de diciembre de 1919.
753
ACPMPS. Libro IV. 29 de febrero de 1920.
754
“Informe sobre la declaración de Monumento Arquitectónico-Artístico a favor del castillo de las
Aguzaderas en el término el El Coronil”. 30 de octubre de 1922. Gabinete de Antigüedades de la Real
Academia de la Historia. CASE/9/7971/088
152
escrito y a Juan Talavera los planos y la delimitación del monumento, aunque el
arquitecto no aceptó el encargo hasta que no fuera autorizado por el
Ayuntamiento755. De nuevo las gestiones dieron el resultado deseado y el Castillo de
Alcalá de Guadaíra fue declarado Monumento de Interés Histórico y Arqueológico
por la Real Orden del 4 de abril de 1924.
Para solicitar la declaración de Monumento de Interés Arquitectónico
Artístico del Castillo de Utrera se encomendó al secretario la redacción del informe.
Tras las experiencias anteriores se intentó conseguir un adecuado mantenimiento
de este tipo de edificaciones, por lo que se solicitó del Alcalde de Sevilla la creación
del puesto de Alcaide de los castillos propiedad del Ayuntamiento, nombramiento
que según aconsejaba la corporación, debía recaer en académicos de la Historia y
Bellas Artes de San Fernando756.
La Comisión efectuó otras intervenciones en la provincia, destacando las
acometidas en Carmona, Osuna, Casariche, Lebrija y Lora de Estepa. Esta institución
fue conocedora de unas obras realizadas en 1919 en la Iglesia de San Mateo de
Carmona757 que al parecer estaban alterando la fisonomía del monumento, por lo
que sus vocales acordaron hacer una visita al templo758. No hay más detalles en la
documentación conservada hasta unos meses más tarde, cuando el vocal Jorge
Bonsor solicitó otra visita al edificio759.
La Provincial se mostró muy satisfecha con la restauración de la torre de la
Iglesia Colegial de Osuna, de la que fue informada por el Cardenal con planos y una
comunicación, y por ello acordó felicitar a su autor, José Gómez Millán760.
Dentro de los descubrimientos arqueológicos más destacados que se
efectuaron en la provincia durante esta etapa se encontraban el Mosaico de
Casariche761 (ilustraciones 35 y 36) y unos objetos de oro de Lebrija762, ambos
hallazgos mencionados en la memoria de Santiago Montoto. Tan pronto se tuvo
noticia del hallazgo del mosaico la corporación sevillana decidió visitar la
755
ACPMPS. Libro IV. 11 de noviembre de 1923.
756
ACPMPS. Libro IV. 27 de marzo de 1925.
757
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, p. 21.
758
ACPMPS. Libro IV. 12 de abril de 1919.
759
ACPMPS. Libro IV. 1 de diciembre de 1919.
760
ACPMPS. Libro IV. 10 de julio de 1919.
761
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, pp. 21 y 22.
762
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, pp. 26, 27.
153
localidad763. La importancia del ejemplar romano hizo que la Comisión de
Monumentos informara de ello a las Academias de Bellas Artes de San Fernando y
de la Historia y que se comenzaran gestiones para trasladarlo a Sevilla764. Estos
trámites resultaron infructuosos, como reflejó Montoto en su memoria765, aunque
la Provincial continuó en su empeño dirigiendo una comunicación al Presidente del
Directorio Militar en la que solicitaba que el mosaico, que se encontraba en poder
del Duque del Infantado, volviera a ser propiedad del Estado766. Parece que este
ejemplar se trasladó al Castillo de Viñuelas y en 1971 se llevó a la casa de su
propietario en Somosaguas (Madrid)767. La noticia del descubrimiento de los
candelabros de oro de Lebrija llegó a la Comisión Provincial de la mano del
Gobernador Civil, tras la cual se nombró una delegación compuesta por el Conde de
Aguiar, Moreno Maldonado, Bilbao y el secretario para que se trasladase a
examinar los objetos768. Una vez más la importancia del hallazgo hizo que se
solicitase su adquisición por el Estado a través de un informe y una fotografía
enviada al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y se participó del asunto a
las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes769.
Otro de los descubrimientos de los que se tuvieron noticias fue el de unas
ruinas romanas en el término de Lora de Estepa, de las que informó un vecino del
lugar, Eloy Muñoz. La Comisión decidió ponerlo en conocimiento del Gobernador
Civil de la provincia770.
763
ACPMPS. Libro IV. 12 de mayo de 1919.
764
“Oficio en el que se comunica el hallazgo de un mosaico romano y se solicita permiso para hacer
excavaciones para completar el descubrimiento”. 19 de mayo de 1919. Gabinete de Antigüedades de
la Real Academia de la Historia. CASE/9/7971/090(02) y ACPMPS. Libro IV. 20 de mayo de 1919.
765
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924.
766
ACPMPS. Libro IV. 15 de mayo de 1925 y “El mosaico de Casariche, escrito de la Comisión de
Monumentos”. El Liberal. 29 de mayo de 1925.
767
Mondelo, R. y Torres Carro, M. “El mosaico romano de Casariche (Sevilla)”. Boletín del Seminario
de Estudios de Arte y Arqueología. Tomo 51, 1985. pp. 143-158.
768
ACPMPS. Libro IV. 3 de mayo de 1923.
769
ACPMPS. Libro IV. 6 agosto de 1923.
770
ACPMPS. Libro IV. 14 de agosto de 1926.
154
económico, los que impidieron que se llevase a cabo. Durante 1920 la Comisión
volvió a intentar este propósito partiendo del trabajo realizado entre 1907 y 1909
por Adolfo Fernández Casanova771. Unos meses después y gracias a las gestiones de
Cañal y Barras de Aragón, el Ministerio de Instrucción Pública entregó a la Comisión
este catálogo para que sirviera de auxiliar en los estudios que se realizaban772. La
corporación sevillana consideró esta obra inédita de “positivo valor” en la Memoria
de los trabajos y actas de la Comisión de Monumentos Históricos y artísticos de la
provincia de Sevilla773, frente a las voces que se levantaron en su contra y que
llevaron a formular la necesidad de un nuevo catálogo, que fue encomendado esta
vez a Francisco Murillo y Diego Angulo por la Real Orden de 1 de julio de 1930, tras
la propuesta del director del Laboratorio de Historia del Arte de la Universidad de
Madrid a la Comisión Revisora del Inventario Monumental de España774.
El catálogo de Fernández Casanova775 se estructura en períodos artísticos,
llegando su cronología hasta el barroco y olvidando estilos posteriores. Esta
distribución difiere de la utilizada en guías monumentales de la provincia, como la
de Serrano Ortega, premiada por el Ateneo de Sevilla en 1911776 y el posterior
Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Sevilla de José Hernández Díaz,
Antonio Sancho Corbacho y Francisco Collantes de Terán777, este último organizado
por localidades y mucho más completo que el de Fernández Casanova pero
inacabado.
El principal motivo de estudio del catálogo fueron los bienes inmuebles,
frente a los bienes muebles, a los que se hacían referencia sólo si pertenecían a
algún edificio monumental, con la excepción del sepulcro de la parroquia de Santa
Cruz de Écija y la Gran Taza de la fuente del Patio de los Naranjos de la Catedral de
Sevilla, ambos del período visigótico. El formato en el que lo recibió la Comisión
771
ACPMPS. Libro IV. 1 de diciembre de 1919. El estudio de Adolfo Fernández Casanova se incluye en
este apartado a pesar de ser de fecha anterior, por sus repercusiones en los trabajos de la Comisión
Provincial de Monumentos de Sevilla de 1920.
772
ACPMPS. Libro IV. 16 de abril de 1920.
773
Montoto, S. Op. cit. Sevilla, 1924, p. 25.
774
Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, p. 62.
775
“Extracto del Catálogo Monumental y Artístico de la Provincia de Sevilla de Adolfo Fernández
Casanova”. ACMHAPS sección 4ª/19.
776
Serrano Ortega, M. Monumentos de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1911.
777
Hernández Díaz, J., Sancho Corbacho, A. y Collantes de Terán, F. Catálogo arqueológico y artístico
de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1939 (tomo I), 1943 (tomo II), 1951 (tomo III) y 1955 (tomo IV).
155
fueron pequeñas fichas que se limitaban a citar el nombre del monumento y la
localidad, al menos hasta el apartado de Baja Edad Media, Arte Mahometano. En
los epígrafes posteriores las fichas se completaban con alguna información sobre el
edificio, aunque casi siempre de manera muy escueta. Llama la atención que el
ejemplar conservado en los archivos de la Comisión tenga importantes lagunas
como no mencionar Itálica entre las obras romanas de la provincia. Los apartados y
monumentos citados eran:
Arte prerromano.
Castilleja de Guzmán.- Colima de la Estribación del Valle del Guadalquivir.
Cueva de la Pastora.
Sevilla.- Parte del primitivo recinto de la ciudad. Lienzo de Murallas Púnica entre
las Puertas del León y del Palacio de la Justicia (del Alcázar).
Arte romano
Écija.- Puente romano de 10 claros sobre el Singilis.
Morón.- Ruinas de su castillo.
Carmona.- Necrópolis romana.
Carmona.- Alcázar de la Reina o Puerta de Córdoba.
Carmona.- Alcázar de arriba o de la Puerta de Marchena.
Carmona.- Puerta de Sevilla.
Sevilla.- Murallas.
Alcalá de Guadaíra.- Puente romano.
Sevilla.- Los tres arcos de las Alcantarillas de las Madejas.
Sevilla.- Subterráneos de la Calle Abades nº 16.
Sevilla.- Basas y fustes del templo de Hércules 3 de la calle de los Mármoles y 2
de la Alameda de Hércules.
Dos Hermanas.- Torre de los Herberos (asiento de San Fernando durante el
asedio de Sevilla).
Utrera.- Puente romano de dos claros con torres defensivas en sus cabezas.
156
Écija.- Sepulcro de la parroquia de Santa Cruz.
Sevilla.- Gran Taza de la fuente del Patio de los Naranjos de la Catedral.
Baja Edad Media Arte Mahometano.
Lebrija.- Mezquita (Santa María la Mayor).
Lebrija.- Ermita del Castillo dedicada a Santa María de la Oliva. En sus
anotaciones critica las obras hechas en el templo en el siglo XVIII y con
posterioridad y los daños ocasionados por los soldados franceses.
Ixbilia (Sevilla).- Antigua mezquita hoy Iglesia de Santa Catalina. De ella dice que
con las reparaciones de 1881 perdió parte de sus característicos ornatos.
Ixbilia (Sevilla).- San Marcos.
Ixbilia (Sevilla).- Antigua mezquita hoy Iglesia de San Esteban.
Ixbilia (Sevilla).- Mezquita principal y bóveda estalactítica.
Ixbilia (Sevilla).- Santa Marina.
Ixbilia (Sevilla).- Todos los Santos.
Ixbilia (Sevilla).- Convento de Santa Inés.
Carmona.- Restos de la mezquita principal.
Alcalá de Guadaíra.- Castillo.
Ixbilia (Sevilla).- Callejón del agua- torre de Santo Tomás, torre de la plata, torre
del oro.
157
Écija.- Iglesia de Santiago.
Estilo Mudéjar.
Sevilla.- Las Dueñas.
Sevilla.- Casa del Marqués de Algaba.
158
Edad Moderna. Estilo Renacimiento.
Lebrija.- Iglesia Mayor.
Utrera.- Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Cazalla de la Sierra.- Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, parte
moderna.
Écija.- Casa del Marqués de Villaseca.
Osuna.- Universidad.
Osuna.- Iglesia de San Juan Bautista.
Utrera.- Iglesia de Santa María.
Sevilla.- Iglesia de Santa Paula.
Sevilla.- Postigo del Aceite.
Sevilla.- Casa de los Pinelos.
Sevilla.- Monasterio de San Clemente.
Sevilla.- Antigua Casa Capitular.
Sevilla.- Convento de Santa Clara.
Estilo Herreriano.
Sevilla.- Hospital de las Cinco Llagas.
Sevilla.- Iglesia de la Universidad.
Sevilla.- Casa Lonja.
Carmona.- Torre de San Pedro.
Estilo Barroco.
Sevilla.- Iglesia del Salvador.
Sevilla.- Iglesia de la Caridad.
Sevilla.- Iglesia de San Pablo.
Sevilla.- San Telmo. En el comentario sobre la portada del edificio se adivina un
cierto desdén por el estilo barroco, muy propio de una mentalidad que poco a
poco se iba dejando de lado. En esta ficha dice “A pesar de la excesiva
prodigalidad ornamental y las atormentadas hormas de la puerta de ingreso y
del triple marco que rodea el hueco del balcón, el conjunto ofrece sin embargo
cierto aire de elegancia y originalidad que le hacen atractivo”.
159
Sevilla.- Iglesia de San Luis.
Sevilla.- Palacio Arzobispal.
Sevilla.- Fábrica de Tabacos.
Sevilla.- Cruz de la Cerrajería.
Sevilla.- Hospital de los Venerables Sacerdotes.
160
3.10 La presidencia de Carlos Cañal y Migolla (1928-1931)
3.10.1 Introducción
El arqueólogo sevillano fue elegido presidente de la Comisión de
Monumentos de Sevilla por sus miembros para el trienio de 1928 a 1931,
sustituyendo al Conde de Aguiar. Junto a él se designaron los cargos de
vicepresidente, conservador y secretario, que recayeron en Nicolás Tenorio Cerezo,
Juan Talavera Heredia y Santiago Montoto de Sedas respectivamente778.
Desde el principio de esta presidencia la Comisión consideró que una de sus
prioridades era velar por la conservación y pureza del tesoro artístico nacional y
ponerse a la disposición de propietarios, usufructuarios u ocupantes de
monumentos históricos y artísticos, civiles y eclesiásticos para asesorarlos en los
intentos de obras o de nueva decoración que deseasen realizar. El motivo para
seguir esta línea de actuación era la relativa frecuencia con la que los vocales se
enteraban de intervenciones poco adecuadas en monumentos de la provincia779.
La efervescencia urbanística que vivió estos años la ciudad de Sevilla y que
afectó a la integridad de muchos monumentos, hizo que la Comisión tomase cartas
en el asunto y plantease al Ayuntamiento la idea de que pasasen por manos de la
corporación todos los proyectos de obras que se refiriesen a determinadas zonas de
la capital780. Un par de meses después la Alcaldía aceptó que no se construyeran
fincas en algunas zonas de la ciudad sin previo dictamen de la Comisión y le remitió
para informe el proyecto de reconstrucción de la casa de la Plaza de Doña Elvira,
esquina a calle Susona Vida781.
778
ACPMPS. Libro IV. 20 de diciembre de 1927.
779
ACPMPS. Libro IV. 21 de junio de 1928.
780
ACPMPS. Libro IV. 29 de diciembre de 1930.
781
ACPMPS. Libro IV. 27 de febrero de 1931.
782
ACPMPS. Libro IV. 3 de enero de 1928.
161
arquitecto Juan Talavera con la aprobación de los vocales arquitectos783. Estos
trabajos de conservación y restauración del templo fueron encomendados a la
Provincial por una Real Orden del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes784.
En junio de 1928 el vocal conservador Talavera Heredia comunicó el comienzo de
las obras785. Durante las labores de adecentamiento del monumento se colocó la
antigua portada de piedra de la Iglesia de Santa Lucía (ilustración 37), que había
sobrevivido a la destrucción del edificio en 1868786, con las cantidades de dinero
suministradas por el Estado y por el Cardenal Ilundain787. En julio de 1930 Talavera
dio cuenta de la total terminación de las obras de Santa Catalina a falta de montar
los altares, que se haría en breve, por lo que se podría abrir de nuevo el templo al
culto cuando la autoridad eclesiástica lo dispusiese788. La iglesia quedaba en espera
de que el Ayuntamiento realizase las obras de adoquinado y urbanización en los
alrededores del templo y un miembro de la corporación, el Conde de las Torres de
Sánchez Dalp, se ofreció a costear las vidrieras del templo789.
Otro de los monumentos sobre el que la Comisión pidió más atención al
Ayuntamiento fue el Monasterio de San Clemente, en el que se iniciaron obras de
restauración a comienzos de 1928790. En esta ocasión la corporación sevillana
recurrió a otra institución para solicitar ayuda para cubrir los gastos de restauración,
la Real Maestranza de Caballería, a la que apeló recordándole la historia de este
edificio unido a la ciudad de Sevilla desde que el rey Fernando III ordenó su
construcción791. Las obras en San Clemente continuaron tras la venta de parte del
edificio al Ayuntamiento con motivo del ensanche de la calle Torneo y se encargó el
estudio del proyecto del arreglo del compás del convento con cargo a los fondos de
la Real Maestranza792.
783
ACPMPS. Libro IV. 12 de marzo de 1928.
784
ACPMPS. Libro IV. 3 de abril de 1928.
785
ACPMPS. Libro IV. 21 de junio de 1928.
786
Tassara y González, J. M. Op. cit. Sevilla, 2000, pp. 81 y 82.
787
ACPMPS. Libro IV. 18 de octubre de 1928.
788
ACPMPS. Libro IV. 3 de julio de 1930.
789
ACPMPS. Libro IV. 6 de octubre de 1930.
790
ACPMPS. Libro IV. 3 de enero de 1928.
791
ACPMPS. Libro IV. 4 de diciembre de 1928.
792
ACPMPS. Libro IV. 29 de diciembre de 1930.
162
El párroco de San Roque pidió el asesoramiento de la Comisión en las obras
de restauración que se estaban realizando en el templo, a lo que se acordó acceder
con el mayor gusto793.
Dentro de los edificios de Sevilla que fueron propuestos en estos años para
su declaración de Monumento adscrito al Tesoro Artístico Nacional estaba el
antiguo Convento de los Remedios de Triana, notablemente restaurado y en el que
se hallaba instalado el Instituto Cultural Hispano-Cubano. La petición se argumentó
teniendo en cuenta su importancia histórica, los restos artísticos que formaban
parte del templo y los fines pedagógicos a los que el local estaba dedicado794. La
declaración del convento como Monumento Nacional llegó a través de la Real
Orden de 9 de febrero de 1931. Por la Real Orden de 29 de diciembre de1928 se
produjo la declaración de la Catedral de Sevilla como Monumento Nacional aunque
no ha quedado constancia de este hecho tan significativo en la documentación de la
Comisión de Monumentos de Sevilla.
793
ACPMPS. Libro IV. 1 de junio de 1929.
794
ACPMPS. Libro IV. 1 de junio de 1929.
795
ACPMPS. Libro IV. 3 de enero de 1928.
796
ACPMPS. Libro IV. 3 de abril y 5 de junio de 1928.
797
ACPMPS. Libro IV. 29 de abril de 1929.
163
visión del monumento fue hacer una petición al Alcalde para que fuesen eliminados
los postes de teléfono allí colocados798.
El Ayuntamiento emprendió obras de conservación en el trozo de murallas
de la Puerta Macarena a la de Córdoba bajo la dirección de Talavera, centradas
sobre todo en el torreón principal, que tenía fácil acceso desde la calle por una
escalera. La Comisión veló porque esta autoridad siguiese haciendo progresos en la
preservación de este monumento y solicitó fondos para continuar las labores de
conservación y vigilancia799. La comisión permanente municipal aprobó una partida
para continuar las obras y se dispuso el nombramiento de un guarda que vigilase las
murallas800. En 1929 se terminó la reconstrucción de la barbacana en el sitio que
ocupó la casa adosada a las murallas. Con estos trabajos se consiguió que todo el
lienzo de muralla desde la Iglesia de San Hermenegildo hasta el Arco de la
Macarena quedase en condiciones de ser recorrido por los visitantes801.
Precisamente este arco fue motivo de interés por parte de los vocales de la
corporación ya que el mal estado de su decoración y su iluminación ofrecía un feo
contraste con las murallas a las que estaba unido, y que como sabemos habían sido
recientemente arregladas. Las obras de adecentamiento del Arco de la Macarena,
que debían correr con cargo al Ayuntamiento, serían dirigidas por Gonzalo Bilbao,
Conde de Aguiar y Talavera Heredia802. En octubre de 1930 la Comisión, tras
hacerse eco de la finalización de los trabajos efectuados en las Murallas y Puerta de
la Macarena, solicitó del Ayuntamiento que rodease el arco con un acerado para
impedir el destrozo que podía causar el paso de vehículos803.
En 1928 la Alcaldía de Sevilla se propuso dar un gran impulso a las obras que
se ejecutaban en la parte monumental de la Casa Consistorial, simultaneando los
trabajos con los sectores que eran independientes por su composición. Con este
motivo se pidió la opinión a la Comisión sobre las obras realizadas en el cuerpo alto
798
ACPMPS. Libro IV. 5 de junio de 1928.
799
ACPMPS. Libro IV. 18 de octubre de 1928.
800
ACPMPS. Libro IV. 4 de diciembre de 1928.
801
ACPMPS. Libro IV. 1 de junio de 1929.
802
ACPMPS. Libro IV. 19 de octubre de 1929 y 22 de enero de 1930.
803
ACPMPS. Libro IV. 6 de octubre de 1930.
164
de la parte antigua del edificio, sobre el "Arquillo" y fachada Norte, y se cuestionó
que si dada la utilización de aquella parte procedía sólo su decoración o sería
conveniente una reforma más radical. La Provincial pidió antes de tomar una
decisión la remisión un proyecto total de decoración, bien consistente en la revisión
y modificación del que existía, o bien otro nuevo. Además se eligió una subcomisión
compuesta por Talavera, Sánchez Pineda y el secretario, que serían los encargados
de llevar el asunto804. Unos meses después y dada la importancia de la obra y el
carácter histórico del edificio, la Comisión consideró como lo más conveniente
convocar un concurso libre de proyectos de reforma y ofreció su colaboración en la
próxima eliminación de remates considerados antiestéticos a la que se iba a
proceder en el edificio805. La capacidad de intervención de la Provincial en el
inmueble se vio mucho más limitada que en ocasiones anteriores, como se
reconocía en una de sus sesiones, ya que el Ayuntamiento no estaba declarado
como Monumento Nacional806.
804
ACPMPS. Libro IV. 21 de junio de 1928.
805
ACPMPS. Libro IV. 18 de octubre de 1928.
806
ACPMPS. Libro IV. 29 de diciembre de 1930.
807
ACPMPS. Libro IV. 3 de abril de 1928.
808
ACPMPS. Libro IV. 22 de enero de 1930.
809
ACPMPS. Libro IV. 3 de julio de 1930.
810
ACPMPS. Libro IV. 6 de octubre de 1930.
165
Parece que este año la Provincial no consiguió alcanzar los objetivos que se había
propuesto con este monumento y así lo hizo constar en sus actas811.
Poco a poco la Comisión de Monumentos de Sevilla encaminó sus
actuaciones al cuidado de conjuntos monumentales o pintorescos de la ciudad,
ampliando así el concepto de monumento, hasta ahora reducido a un sólo edificio.
Poco tiempo atrás pudimos ver su preocupación por la altura de los edificios de la
antigua Plaza de San Fernando, ahora Plaza Nueva, y su deseo de intervenir en las
nuevas obras urbanísticas de la ciudad. En estos momentos fue el Barrio de Santa
Cruz el motivo de sus desvelos. Primero pidió a la Alcaldía que cuidase la estética de
las farolas del barrio de acuerdo con el carácter típico del lugar, especialmente en la
Plaza de Santa Cruz y en la de Doña Elvira812. Poco después la Provincial nombró una
delegación formada por Delgado Brackembury, Lafita, Talavera y Sebastián
Bandarán para que estuvieran pendientes de lo relacionado con las nuevas
construcciones en el Barrio de Santa Cruz y se encargasen de su vigilancia813.
También se pidió al Ayuntamiento que antes de conceder permiso para derribar,
restaurar o construir casas de este barrio declarado de Interés Artístico, la Comisión
fuese convenientemente informada y pudiese emitir un dictamen guiándose por la
estética y altura de los edificios colindantes, ya que la línea de calles y plazas era
intangible814.
La Alcaldía consultaba en ocasiones a la Comisión acerca de cuestiones
relacionadas con la estética de la ciudad y así lo hizo cuando Delgado Brackembury
pretendió hacer modificaciones en las fuentes de las que era autor, situadas en la
Plaza de Nuestra Señora de los Reyes y en la de Juan de Austria815.
El acueducto de los Caños de Carmona volvió a estar en el punto de mira del
Ayuntamiento tras la polémica acerca de su conservación levantada en 1911. En
esta ocasión la Comisión respondió de forma negativa a la propuesta de derribo
hecha al Ayuntamiento por propietarios, vecinos e industriales de la calle Luis
Montoto. Los restos, según argumentó la corporación esta vez, poseían un alto
811
ACPMPS. Libro IV. 29 de diciembre de 1930.
812
ACPMPS. Libro IV. 12 de marzo de 1928.
813
ACPMPS. Libro IV. 21 de junio de 1928.
814
ACPMPS. Libro IV. 6 de octubre de 1930.
815
ACPMPS. Libro IV. 3 de julio de 1930.
166
valor arqueológico y su situación, al lado del paso superior en construcción del
ferrocarril a Cádiz, no molestaban el desenvolvimiento urbano, sino que cuidados y
aislados con una pequeña verja y revestidos en parte de una enredadera, ofrecerían
un mayor atractivo816.
Los vocales seguían al tanto para que los posibles hallazgos arqueológicos
que se realizaran en las obras de la ciudad no pasasen desapercibidos. El presidente
avisó del descubrimiento de unos mosaicos romanos en la Cuesta del Rosario y
trató con el Ayuntamiento para que fuesen trasladados al Museo Arqueológico
Municipal, aunque el arquitecto municipal presentó trabas al respecto. La Comisión
también supo a través de Delgado Brackembury que se estaban haciendo obras de
albañilería en el interior y exterior de la Fábrica de Tabacos, aunque no era fácil
intervenir en una entidad industrial, por lo que se encomendó al vocal que
estudiase las modificaciones que se estaban haciendo en la fachada del edificio817.
3.10.6 Itálica
816
ACPMPS. Libro IV. 6 de octubre de 1930.
817
ACPMPS. Libro IV. 27 de febrero de 1931.
818
ACPMPS. Libro IV. 3 de enero de 1928.
819
ACPMPS. Libro IV. 12 de marzo de 1928.
820
ACPMPS. Libro IV. 5 de junio de 1928.
167
El Conde de Aguiar, antiguo presidente de la institución y director de las
excavaciones de Itálica, mantuvo informado a los vocales de las novedades que se
producían en estos terrenos. Comunicó el descubrimiento en una propiedad de
Ignacio José Vázquez de una calle de la antigua ciudad y de los mosaicos muy bien
conservados que formaban las solerías de una de las casas.
Poco a poco fueron llegando ayudas por parte de algunas instituciones que
permitieron realizar las excavaciones y la adquisición de terrenos821. Además se
empezó a contar con cierto apoyo de empresas privadas, como la Compañía
Sevillana de Electricidad, que llevó a Itálica la corriente de alta tensión necesaria
para tener en condiciones un motor con el que realizar la desecación del
anfiteatro822. También la Sociedad Española Puricelli se ofreció a pavimentar alguna
solería en mal estado823. Las obras de adecuación de las ruinas, principalmente
encaminadas a evitar nuevas inundaciones, las tareas de conservación y las
excavaciones se fueron sucediendo824. Muchas de las piezas encontradas se fueron
llevando al museo que se había construido en Itálica, como una inscripción romana
en mármol descubierta por un vecino de Santiponce en su casa. Los nuevos
hallazgos y la proximidad de la Exposición Iberoamericana hicieron que la Provincial
considerase indispensable consignar una partida en el presupuesto de 1929 para un
nuevo guarda, petición atendida por la Diputación Provincial825, y mayor cantidad
de dinero para la limpieza y arreglo del anfiteatro826.
821
ACPMPS. Libro IV. 29 de marzo de 1929 y 22 de enero de 1930.
822
ACPMPS. Libro IV. 18 de octubre de 1928.
823
ACPMPS. Libro IV. 14 de febrero de 1929.
824
ACPMPS. Libro IV. 1 de junio, 19 de octubre de 1929 y 3 de julio, 6 de octubre y 29 de diciembre
de 1930.
825
ACPMPS. Libro IV. 22 de enero de 1930.
826
ACPMPS. Libro IV. 4 de diciembre de 1928.
827
ACPMPS. Libro IV. 3 de enero de 1928.
168
Guadaíra en marzo de 1928828. Para el presidente la adecuada conservación de la
construcción defensiva pasaba por la necesidad de que los Ayuntamientos de Sevilla
y Alcalá de Guadaíra realizaran una labor conjunta de custodia829. La Comisión
encargó al Conde de las Torres de Sánchez-Dalp y a Talavera Heredia la formulación
del proyecto y presupuesto de las obras necesarias en el castillo en unión del
técnico municipal Arévalo830. A pesar de la especial dedicación que la Comisión de
Monumentos de Sevilla destinó a esta edificación parece que las autoridades
implicadas no mostraron el mismo interés, por lo que la Provincial reflejó en uno de
sus informes anuales su desánimo por la escasa atención prestada por los Alcaldes
de Sevilla y Alcalá al Castillo de esta localidad831.
En estos años se hizo todo lo posible para que la necrópolis romana de
Carmona fuese declarada Monumento Nacional. En 1928 el Ayuntamiento de esta
población solicitó este reconocimiento con el apoyo de la Comisión Provincial, que
ya había hecho idéntica petición al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes
hacía algunos años832. Los vocales redactaron el informe que se elevaría a las Reales
Academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando acerca de la declaración,
al que acompañaban dos series de fotografías y planos de los restos833. La
necrópolis romana fue declarada Monumento Nacional por Real Orden de 2 de julio
de 1930, y donada al Patrimonio Nacional tras el fallecimiento de su descubridor,
Jorge Bonsor834. Además el Director General de Bellas Artes designó un conservador
para la necrópolis, nombramiento que recayó en Juan Rodríguez Jaldón835. Otras
gestiones que la Comisión llevó a cabo en Carmona durante esta etapa fueron las
relacionadas con la Puerta de Sevilla. Carlos Cañal mantuvo conversaciones con el
Alcalde de Carmona, Díaz Villasante, y el Teniente de Alcalde con el fin de conseguir
dar una entrada independiente a la parte alta de dicho monumento, antiguo Alcázar
de Carmona, en el menor tiempo posible836. En una nueva visita de los vocales de la
828
ACPMPS. Libro IV. 12 de marzo de 1928.
829
ACPMPS. Libro IV. 5 de junio de 1928.
830
ACPMPS. Libro IV. 21 de junio de 1928.
831
ACPMPS. Libro IV. 29 de diciembre de 1930.
832
ACPMPS. Libro IV. 18 de octubre de 1928.
833
ACMHAPS. 13ª. Sevilla Provincia. Asuntos varios. 4º y ACPMPS. Libro IV. 1 de junio de 1929.
834
ACPMPS. Libro IV. 6 de octubre de 1930.
835
ACPMPS. Libro IV. 29 de diciembre de 1930.
836
ACPMPS. Libro IV. 22 de enero de 1930.
169
Provincial837 se comprobó que la Alcaldía había secundado los deseos de la
Comisión sobre la Puerta de Sevilla y de la parte del alcázar situado sobre la misma,
y se acordó insistir a las compañías de teléfono y de electricidad para que hicieran
desaparecer cuanto antes los apoyos que habían colocado en estos monumentos
nacionales838, instalaciones que fueron retiradas poco tiempo después839. La Puerta
de Córdoba también se encontraba en muy mal estado de conservación, así que con
este motivo los vocales de la Provincial acordaron dirigirse al Ayuntamiento de
Carmona840.
Se registraron otras actuaciones de la Comisión Provincial de Sevilla en las
poblaciones de Constantina, de donde se tuvo noticia a través de Víctor González
San Román de la mala situación en la que se encontraban las murallas del antiguo
alcázar debido al exceso de arbolado, por lo que se acordó pasar el escrito al Alcalde
de la localidad841 , y Marchena, concretamente en el monumento conocido como el
Arco de la Rosa, donde se habían realizado obras con las que no estaba de acuerdo
la Provincial, así que fueron interrumpidas842.
837
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/16 y ACPMPS. Libro IV. 3 de julio de 1930.
838
ACPMPS. Libro IV. 6 de octubre de 1930.
839
ACPMPS. Libro IV. 29 de diciembre de 1930.
840
ACPMPS. Libro IV. 29 de diciembre de 1930.
841
ACPMPS. Libro IV. 3 de julio de 1930.
842
ACPMPS. Libro IV. 3 de julio de 1930.
170
3.11 La presidencia de Cayetano Sánchez Pineda (1931-1937).
3.11.1 Introducción
Cayetano Sánchez accedió al cargo de presidente de la Comisión tras la
dimisión en pleno de la anterior junta de gobierno a mediados de 1931843. Su
mandato no fue de los más fructíferos y la Comisión de Monumentos no se reunió
durante los años 1935 y 1936. En la sesión del 12 de abril de 1937 Cayetano
Sánchez presentó su dimisión tras haber recibido la carta de uno de los vocales en la
que se le recordaba el deber de convocar juntas844.
En este período continuó la proliferación de declaraciones de Monumentos
Nacionales, entre las que se incluyeron la Cueva de la Pastora y la de Matarrubilla,
ambas en Valencina de la Concepción845. En 1933 se repartió entre los vocales de la
Comisión la custodia de 39 monumentos nacionales para tener así más atendida su
vigilancia846.
Durante el Gobierno de la Segunda República se creó la primera Ley del
Patrimonio Artístico Nacional, el 13 de mayo de 1933. Para su atención se implantó
una Junta Superior del Tesoro Artístico, que a su vez organizó las Juntas Locales del
Tesoro Artístico, instituciones que sustituían a las Comisiones Provinciales de
Monumentos. Sin embargo, el Reglamento para la aplicación de la Ley, creado el 16
de abril de 1936, nunca llegó a aplicarse por lo que las Comisiones de Monumentos
no fueron realmente extinguidas847.
Una de las iniciativas de la Provincial fue pedir al director de Bellas Artes y al
Ministro de Instrucción Pública que la disposición ministerial por la que se creaba
una "Junta de Protección a Villas Artísticas, Históricas y Monumentales" en Madrid
se adaptase a Sevilla y que estuviese formada solamente por personas escogidas de
la ciudad848.
843
ACPMPS. Libro IV. 3 y 11 de junio de 1931.
844
ACPMPS. Libro V. 12 de abril de 1937.
845
ACPMPS. Libro IV. 11 de junio de 1931.
846
ACPMPS. Libro V. 2 de noviembre de 1933.
847
Maier Allende, J. y Salas, J. Comisión de Antigüedades de la Real Academia de la Historia.
Andalucía. Catálogo e Índices, Madrid, 2000, p. 42.
848
ACPMPS. Libro V. 24 de mayo de 1934.
171
3.11.2 La Catedral de Sevilla
Pocas referencias tenemos de lo que sucedió en el templo catedralicio
durante este período. El presidente de la Comisión, Sánchez Pineda, pidió la
restauración del patio de los Naranjos, el cual presentaba un estado lamentable y
en el que incluso se tendía ropa849. La restauración deseada no se llevó a cabo y los
vocales volvieron a solicitarla en 1933 y 1934 al Director General de Bellas Artes850.
En 1933 se concluyeron los trabajos de restauración de las ochenta y dos
vidrieras de la Catedral, en los que habían intervenido el Cardenal, el arquitecto
Javier Luque y el Catedrático de Arte de la Universidad, Francisco Murillo, y que
contaron con el beneplácito de la Comisión851.
849
ACPMPS. Libro IV. 11 de enero de 1932.
850
ACPMPS. Libro V. 23 de enero de 1933 y 24 de octubre de 1934. En las actas de la Comisión no
hubo noticias de que los trabajos de limpieza y conservación de este espacio fueran llevados a cabo
hasta 1941. ACPMPS. Libro V. 16 de enero de 1941.
851
ACPMPS. Libro V. 23 de enero de 1933.
852
ACPMPS. Libro V. 24 de mayo de 1934.
853
ACPMPS. Libro V. 24 de octubre de 1934.
172
3.11.4 Los Reales Alcázares
El Alcalde continuó contando con la Comisión en todo lo referente a la
conservación del monumento. En 1931 se realizaron algunas obras en las viviendas
del Estado que sembraron la alarma. En este mismo año y tras un inventario de las
pertenencias del edificio se descubrió la falta de algunos tapices854, además de la
pintura en tabla conocida como "la Virgen de los Mareantes", lo que llevó a la
Alcaldía a pedir a la Provincial que solicitase que estos objetos volvieran a su lugar
de procedencia855. Una vez las peticiones de la Comisión cayeron en saco roto y
unos años después tuvieron que volver a pedir el regreso de los objetos llevados a
Madrid856.
Al año siguiente la Alcaldía hizo partícipe a la corporación de la idea de
dedicar algunas de las estancias del alcázar como lugar permanente de exhibición
de pinturas, esculturas y objetos de arte. La Comisión se mostró en contra
argumentando el carácter del edificio y el que no hubiera necesidad de ello ya que
el Ayuntamiento poseía los palacios de la Plaza de la Audiencia, más adecuados a
este fin, además de otros que ya habían sido utilizados857. Pocos meses después los
vocales fueron convocados a junta en el salón de Carlos V del Alcázar, de esta
manera, acercando la sesión al monumento, se alcanzaba un mayor grado de
conciencia de los problemas que aquejaban al edificio sobre el que se le realizaba la
inspección858. La custodia del Alcázar, confiada a la Comisión de Sevilla, le permitía
tener el poder de decidir que no se realizase ninguna acción sin que la Comisión
tuviera conocimiento de ello y acordar que ni en los jardines del Alcázar ni en
ningún otro sitio del monumento se debía autorizar la instalación de la Escuela al
Aire Libre, ni ninguna otra instalación que afectase a su carácter arqueológico y sus
valores históricos859.
854
Estos tapices han sido identificados por Mª del Valle Gómez de Terreros Guardiola como los
tapices de la conquista de Túnez que regresaron a Sevilla tras las gestiones de Romero Murube (op.
cit. Madrid, 2006, p. 123)
855
ACPMPS. Libro IV. 5 de noviembre de 1931.
856
ACPMPS. Libro V. 6 de noviembre de 1934.
857
ACPMPS. Libro IV. 11 de enero de 1932.
858
ACPMPS. Libro IV. 31 de mayo de 1932.
859
ACPMPS. Libro IV. 7 de junio de 1932.
173
En este año de 1932 algunos periódicos de Madrid y Sevilla dieron la noticia
relativa a supuestos atropellos realizados en el alcázar, lo que motivó una nueva
visita de inspección en la que se pudo comprobar que se había colocado un puesto
para la venta de fotografías, castañuelas y otros recuerdos sevillanos en los salones
de Carlos V, contra cuyo emplazamiento se mostró la Comisión y así lo hizo saber al
Ayuntamiento pidiendo su retirada de la zona monumental. Se decidió que los
jardines nuevos localizados en la Huerta del Retiro e ideados por el Marqués de
Vega Inclán, conservasen el plan y distribución de los primitivos, respetando el
ambiente singular del recinto860. Además se observó que se había llevado a efecto la
idea de colocar un espacio expositivo en el apeadero, con cuadros y muebles
procedentes del Alcázar, por lo que la Provincial solicitó que fuese suprimido y que
los objetos fuesen reintegrados a sus primitivos lugares. Esta petición no fue
concedida y durante el año de 1934 la Comisión volvió a hacer constar su
contrariedad ante este hecho en otras dos ocasiones, una en agosto861 y otra en
octubre862, amparándose en el Real Decreto de 3 de mayo de 1913 confirmado por
la Real Orden de 20 de junio de 1922.
La Alcaldía siguió en su idea de emplear parte del monumento para nuevas
instalaciones y presentó a la Comisión unos planos del arquitecto Talavera Heredia
donde los garajes situados al fondo de los jardines eran transformados en Escuelas
Maternales. Esta forma de actuación era opuesta a la manera de pensar de la
Provincial, como había manifestado en numerosas ocasiones, la última en el
acuerdo del 7 de junio de 1932 contrario a que se realizaran obras en el Alcázar que
pudieran menoscabar en lo más mínimo su carácter arqueológico863.
860
ACPMPS. Libro IV. 24 de octubre de 1932.
861
ACPMPS. Libro V. 2 de agosto de 1934.
862
ACPMPS. Libro V. 24 de octubre de 1934.
863
ACPMPS. Libro V. 23 de enero de 1933.
174
solicitó el dictamen de la Comisión sobre el cambio de los escudos existentes por
otros más adecuados al momento. El presidente de la Provincial pidió que se
mantuviese el escudo de la coronación de la fachada y el de Felipe II de la escalera
debido a su valor artístico, y que los cuatro escudos representativos de las cuatro
Provincias que correspondían a esta Audiencia se podían quitar por ser muy
recientes o bien oficiar a las distintas Provincias pidiendo datos de sus atributos
para rectificarlos864.
Uno de los miembros de la junta, Juan Lafita Díaz, pidió que la Comisión se
interesase por la Torre de la Plata, se solicitase que el monumento fuera visitable
por las personas interesadas y que se investigasen los títulos que tuviera su
propietario865. Dos años después se retomó el tema y se acordó que se buscasen
antecedentes sobre la propiedad de las torres de Abdelaziz y de la Plata866.
Continuaron las actuaciones encaminadas a favorecer la conservación de la
fisonomía del Barrio de Santa Cruz, como la petición al Ayuntamiento de la
activación de la policía artística867 y que no se permitiesen las edificaciones altas en
esta área de la ciudad ya que podrían perjudicar su carácter artístico868.
La Comisión supo del descubrimiento de unas galerías subterráneas en
tierras propiedad del Duque de Alba, que visitarían cuando los terrenos estuvieran
en condiciones869.
3.11.6 Itálica
Juan María Aguilar Calvo, secretario del Gobernador que ejercía su
representación en la Comisión de Monumentos de Sevilla, propuso a la corporación
que mantuviese una continua relación con la Junta de Excavaciones de Itálica para
velar por la conservación de este monumento870. A fin de conseguir estas buenas
relaciones entre los encargados de las excavaciones de Itálica y la Comisión, que
tantas veces había velado por el buen fin de estos trabajos, el presidente recibió la
864
ACPMPS. Libro IV. 5 de noviembre de 1931.
865
ACPMPS. Libro IV. 24 de noviembre de 1932.
866
ACPMPS. Libro V. 24 de octubre de 1934.
867
ACPMPS. Libro IV. 24 de noviembre de 1932 y Libro V. 2 de noviembre de 1933.
868
ACPMPS. Libro V. 23 de enero de 1933.
869
ACPMPS. Libro V. 24 de mayo de 1934.
870
ACPMPS. Libro IV. 7 de junio de 1932.
175
visita del excavador oficial de las ruinas, Juan de Mata Carriazo, en la que manifestó
su intención de estar siempre en relación con la Junta871.
Aguilar también mostró su queja ante el estado de abandono de los
mosaicos últimamente descubiertos, expuestos a los rigores de la intemperie y por
ello destinados a desaparecer, por lo que no tendría sentido su hallazgo. La
situación de los mosaicos de Itálica instalados en el Palacio Mudéjar de la Plaza de
América no era mucho mejor ya que el edificio estaba sufriendo hundimientos que
ponían en peligro la integridad de los ejemplares que allí se encontraban, por lo que
se pidió al Ayuntamiento su traslado al Palacio de Bellas Artes872.
Las filtraciones producidas por las inclemencias meteorológicas volvieron a
afectar negativamente a las obras del anfiteatro873. En relación a hallazgos
ocasionales sabemos del hecho por una brigada de obreros bajo la dirección del
arquitecto de la Diputación Provincial, que localizó unas monedas y alhajas oro en
un camino vecinal de Alcantarillas874.
176
revocado el acuerdo ante la posibilidad de que el azulejo fuese dañado en el
traslado876. A pesar de ello la junta se ratificó en la decisión tomada con
anterioridad877 y finalmente el cambio fue ejecutado como estaba pensado y la
mayoría de las casas adosadas al monumento destruidas. Así lo pudo comprobar el
presidente de la Provincial en su visita a la población en octubre de 1932878.
Otro de los monumentos de Carmona que estaba sufriendo un importante
deterioro era la Puerta de Marchena tal y como hizo saber Aguilar a la Provincial. La
construcción defensiva se había convertido en una zahúrda en la que una familia
criaba dentro ganado, por lo que pidió que se gestionase en el Ayuntamiento de
Carmona la salida de esta familia, que se adecuase el lugar y que la llave estuviera
en el Ayuntamiento a disposición de los amantes del arte879. Poco después el mismo
miembro de la Comisión sevillana volvió a llamar la atención sobre el mismo
problema y se quejó de que las casas edificadas en este lugar tenían como
servidumbre los muros del monumento, por lo que creía que los títulos de
propiedad de aquellas casas debían ser revisados por si se podía conseguir su
derrumbamiento y dejar libre la edificación880. En junio de 1932 la junta nombró al
conservador de la necrópolis, Juan Rodríguez Jaldón, como su representante en
Carmona para que la tuviera al corriente de lo que ocurría en los monumentos de la
localidad881.
Como había sucedido en otras ocasiones los Ayuntamientos de las
poblaciones de la provincia recurrían a la Comisión de Monumentos en busca de
asesoramiento y consejo. La Alcaldía de Sanlúcar la Mayor pidió a la corporación
sevillana que fuesen reparadas las anormalidades artísticas que se habían cometido
en la Iglesia de San Pedro, por lo que se formó una delegación compuesta por el
presidente, el vicepresidente, Gómez Millán, Bilbao, Aguilar Calvo, Sánchez Dalp,
Lafita y Martínez Sequera para que hiciesen una visita e informasen sobre este
particular882. En la inspección pudieron comprobar que las obras de las que hablaba
876
ACMHAPS. 13ª. Sevilla Provincia. Asuntos varios. 5º.
877
ACPMPS. Libro IV. 26 de julio de 1932.
878
ACPMPS. Libro IV. 24 de octubre de 1932.
879
ACPMPS. Libro IV. 11 de enero de 1932.
880
ACPMPS. Libro IV. 7 de junio de 1932.
881
ACPMPS. Libro IV. 7 de junio de 1932.
882
ACPMPS. Libro IV. 7 de junio de 1932.
177
el Alcalde en su denuncia fueron realizadas bastantes años atrás y con anterioridad
a la declaración de Monumento Histórico Artístico, y que el estado de conservación
de este ejemplar de arquitectura mozárabe era el adecuado. Por otro lado los
vocales enviados trataron con la Compañía Sevillana de Electricidad el problema de
suprimir las palometas adheridas a las torres e Iglesias de Santa María y San Pedro,
ambos Monumentos Histórico Artísticos 883.
En 1932 se produjo el descubrimiento de un mosaico en Osuna en el sitio
conocido como "el Garrotal del Postigo". Una vez enterada la Comisión envió una
delegación formada por Gómez Millán y Lafita Díaz para inspeccionar el ejemplar y
hacer dibujos del mismo. Por sus observaciones pudieron fecharlo en época de
Adriano, en el siglo II y afirmaron que presentaba muchas similitudes con el de la
Condesa de Lebrija. Según estos vocales debía ser enviado a Sevilla u Osuna, siendo
un sitio muy adecuado la antigua universidad. Como el Ayuntamiento de Osuna no
tenía medios económicos para su traslado se acordó preservarlo con una capa de
arena mientras se conseguía el dinero y su descubrimiento se puso en conocimiento
del Ministro de Instrucción Pública, el Director General de Bellas Artes, el
presidente de la Academia de Bellas Artes y del Gobernador Civil884. En octubre de
este año el mosaico seguía en el sitio que fue encontrado por lo que la Comisión
solicitó al Alcalde de la localidad que ordenase la colocación de un muro que evitase
el paso de vehículos sobre el mismo mientras llegaban los técnicos encargados de
su levantamiento y traslado al Museo Provincial de Sevilla885. Sabemos que éste se
produjo a través de las noticias aportadas por Lafita, que comentó que había sido
llevado al Palacio Renacimiento de la Plaza de América con carácter provisional886.
Parece que el mosaico desapareció unos años después y según la teoría defendida
por José Ildefonso Ruiz, fue sustraído por las tropas italianas cuando estuvieron
instaladas en este palacio durante la Guerra Civil887.
La Comisión de Monumentos de Sevilla supo a través de un diario de la
localidad que en la Capilla de San Miguel de Alcalá de Guadaíra, Monumento
883
ACPMPS. Libro IV. 26 de julio de 1932.
884
ACPMPS. Libro IV. 7 de junio de 1932.
885
ACPMPS. Libro IV. 24 de octubre de 1932.
886
ACPMPS. Libro V. 2 de noviembre de 1933.
887
Ruiz Cecilia, J. I. “Sobre un mosaico hallado en Osuna en 1932”. Apuntes 2, p. 152.
178
Nacional, se había construido una casa, por lo que se ofició al Ayuntamiento.
Talavera Heredia, arquitecto municipal y vocal de la Provincial dio informe del
estado de abandono del castillo y de que su foso servía de almacén de despojos de
algún matadero de reses. Según la opinión del arquitecto, a la que se sumó el resto
de vocales, esto se podía evitar pidiendo que dichos lugares se declarasen de
Interés Artístico y poniendo un guarda para su vigilancia. Lafita ahondó más en la
solución proponiendo que se cobrase una entrada de 0,50 pesetas todos los días
exceptuando los domingos, con lo que se podría contribuir al sostenimiento del
guarda y hacer un cerramiento para defender el lugar del abandono888. Unos meses
después algunos miembros de la junta realizaron una visita al castillo para
comprobar las denuncias relacionadas con las obras de la casa cercana a un arco de
acceso al recinto amurallado, y en la que informaron al propietario de la manera
oportuna de realizarlas de forma que no se lastimase al monumento889.
888
ACPMPS. Libro V. 24 de mayo de 1934.
889
ACPMPS. Libro V. 24 de octubre de 1934.
179
3.12 La presidencia de Fray Diego de Valencina (1937-1949)
3.12.1. Introducción
890
ACPMPS. Libro V. 12 de abril de 1937.
891
BOE nº 549 de 23 de abril de 1938.
892
Para saber más sobre el tema consultar: Gómez de Terreros Guardiola, Mª del Valle. “La
conservación del patrimonio arquitectónico sevillano, 1936-40”. Temas de Estética y Arte, tomo XXIII.
Sevilla, 2009, pp. 351-389.
893
ACPMPS. Libro V. 9 de octubre de 1939.
180
del nacimiento de esta nueva institución recogemos muestras de su negativa
influencia sobe la Provincial de Sevilla. En una de las juntas de 1946 el presidente
justificó la tardanza en convocar sesión por la pasividad a la que había sido reducida
oficialmente la Comisión al encomendarse a la Comisaría de Defensa del Patrimonio
todo lo que anteriormente era de su competencia, por lo que la Comisión de Sevilla
había quedado reducida a una vida nominal. A pesar de ello los vocales allí reunidos
querían seguir luchando por mantener su importancia y tomaron la medida de
celebrar reuniones trimestrales para dar sensación de actividad894.
Anteriormente la Provincial, a iniciativa de Sebastián Bandarán, había
mostrado su descuerdo con que en la Junta de Cultura Histórica y del Tesoro
Artístico, creada por Orden de 23 de diciembre de 1936, y en su antecesora no
hubiese una representación de la Comisión de Monumentos como hubiese sido lo
deseado y así se especificaba en sus decretos de creación, a pesar de los
importantes esfuerzos que la corporación sevillana había realizado a favor de los
monumentos de la provincia durante todos estos años895. En otras cuestiones en las
que si se dio cabida a la Comisión fue en el Patronato del Museo Provincial de Bellas
Artes, del que formaba parte uno de sus miembros, concretamente el presidente,
según una disposición de la Dirección General de Bellas Artes896. El Alcalde de la
capital hispalense también solicitó que se designase un vocal para integrarlo en la
junta técnica encargada de la redacción del anteproyecto de ordenanzas
municipales, cargo para el que fue elegido Sebastián y Bandarán897.
En 1946 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que no se sentía
satisfecha con el trabajo que se estaba haciendo desde Sevilla, pidió que se excitase
el celo de esta Comisión Provincial de Monumentos898. A partir de aquí se tomaron
algunas iniciativas como estudiar la lista de edificaciones arquitectónicas de la
capital y de la provincia que aún no estaban declaradas Monumento Nacional y
proponer a la Dirección General de Bellas Artes esta declaración899.
894
ACPMPS. Libro V. 21 de junio de 1946.
895
ACPMPS. Libro V. 12 de mayo de 1937.
896
ACPMPS. Libro V. 30 de septiembre de 1940.
897
ACPMPS. Libro V. 16 de enero de 1939.
898
ACPMPS. Libro V. 21 de junio de 1946.
899
ACPMPS. Libro V. 21 de mayo de 1947.
181
Una vez finalizado el cuarto trienio de la presidencia de Diego de Valencina,
el secretario, Sebastián Bandarán, presentó su dimisión irrevocable expresando su
deseo de que los nuevos vocales rechazasen la acusación de inactividad que sobre
ella pesaba. Fue en este momento cuando el hasta entonces presidente se unió a
este deseo y presentó su dimisión900.
900
ACPMPS. Libro V. 4 de mayo de 1949.
901
ACPMPS. Libro V. 17 de abril de 1937.
902
ACPMPS. Libro V. 30 de abril de 1940.
903
ACPMPS. Libro V. 21 de junio de 1946.
904
ACPMPS. Libro V. 30 de abril de 1940.
182
pronta solución, la Provincial también pidió auxilio a la Alcaldía y dio noticia al
arquitecto de zona para reparar estos daños905.
La Comisión de Monumentos de Sevilla también supo a través del conserje
de la Capilla del Seminario de daños en la fábrica de aquel monumento y se dio
cuenta a la Comisión Diocesana de Arte Religioso del recubierto que se había dado a
la portada del templo de religiosas franciscanas de Santa María de Jesús, con capas
de cal teñida de negro que habían supuesto sensibles daños para su belleza906.
905
ACPMPS. Libro V. 4 de mayo de 1949.
906
ACPMPS. Libro V. 30 de septiembre de 1940.
907
ACPMPS. Libro V. 17 de abril de 1937.
908
ACPMPS. Libro V. 12 de mayo y 27 de septiembre de 1937.
909
ACPMPS. Libro V. 19 de septiembre de 1938.
910
ACPMPS. Libro V. 27 de septiembre de 1938.
911
ACPMPS. Libro V. 21 de abril de 1938.
183
en lugares tan dispares como el Museo Arqueológico Provincial, el Museo Municipal
o el pequeño museo adyacente a las ruinas912.
Fue en este período cuando tomó más importancia la conservación de los
monumentos prehistóricos de la provincia, a pesar de que dólmenes como los de la
Pastora o Matarrubilla habían sido descubiertos bastante tiempo atrás913. La
Comisión pidió al dueño de la Cueva de la Pastora que arreglase su acceso914 y se
solicitó a la Dirección General de Bellas Artes que fuera inspeccionada la Cueva de
Matarrubilla en Valencina de la Concepción tras unos hundimientos para evitar
mayores daños en el monumento915. Se supo a través de Juan de Mata Carriazo de
las obras de conservación que Federico Jiménez Ontiveros realizaba en dólmenes
cercanos a sus tierras en Valencina de la Concepción y del descubrimiento de otro
nuevo dolmen en aquel paraje916.
Sobre otros monumentos de la provincia se conoció a partir de una
comunicación del Ayuntamiento de Bollullos de la Mitación el mal estado en el que
se encontraba la Capilla de Nuestra Señora de Cuatrovitas, Monumento Nacional917
y de la situación de ruina del templo parroquial de Santiponce por el Arzobispado
de Sevilla918.
912
ACPMPS. Libro V. 16 de enero de 1941.
913
El dolmen la Pastora fue descubierto en 1860 durante unas labores agrícolas, pero no fue
excavado hasta 1868. El de Matarrubilla fue hallado por unos labradores en el año 1917.
914
ACPMPS. Libro V. 21 de abril de 1938.
915
ACPMPS. Libro V. 21 de mayo de 1947.
916
ACPMPS. Libro V. 4 de mayo de 1949.
917
ACPMPS. Libro V. 30 de abril de 1940 y 17 de diciembre de 1942.
918
ACPMPS. Libro V. 21 de junio de 1946.
184
3.13 La Comisión de Monumentos desde 1949
919
ACPMPS. Libro V. 7 de septiembre de 1949.
920
ACPMPS. Libro V. 7 de febrero de 1951.
921
ACPMPS. Libro V. 20 de septiembre de 1957.
185
Real Fábrica de Tabacos. Sobre este monumento hubo diversidad de
opiniones acerca de qué partes debían ser declaradas. Illanes propuso que
sólo se hiciera con la portada, mientras Hernández Díaz, en esos momentos
presidente de la Comisión, dio su opinión referente a los peligros de limitar
la declaración de Monumento Nacional ya que a su carácter monumental
indiscutible se unía originalidad por ser el único ejemplar de este tipo que
quedaba en España922. Cuando las gestiones para la cesión del edificio a la
Universidad comenzaron se decidió acelerar la declaración de Monumento
Nacional923. El presidente de la Comisión llegó a entregar personalmente el
expediente al Comisario General del Patrimonio Artístico924.
Edificio de la Audiencia Territorial. La Comisión aportó memoria y plano para
sustanciar el expediente de la declaración925.
Ciudad de Sevilla.
Palacio de San Telmo. El presidente de la Provincial, Antonio Sancho
Corbacho, pidió la declaración de este edificio tras conocer la existencia de
una oferta en firme de comprar el Palacio de San Telmo para su
transformación en un hotel926.
Palacio de los Condes de Casa Galindo. Se hicieron gestiones para que su
declaración como Monumento Nacional garantizase su conservación927 y se
realizó un informe con este fin928.
Palacio de los Condes de Santa Coloma. Se intentó que la declaración
protegiese al edificio929.
Real Casa de la Moneda. La declaración de este monumento se hizo a
propuesta de los miembros de la Comisión930. Al expediente se le unió un
plano y fotografías931.
922
ACPMPS. Libro V. 11 de agosto de 1949.
923
ACPMPS. Libro V. 3 de noviembre de 1949.
924
ACPMPS. Libro V. 5 de julio de 1950.
925
ACPMPS. Libro VI. 13 de julio de 1963.
926
ACPMPS. Libro VI. 27 de julio de 1967.
927
ACPMPS. Libro V. 20 de septiembre de 1957.
928
ACPMPS. Libro VI. 16 de enero de 1968.
929
ACPMPS. Libro V. 20 de septiembre de 1957.
930
ACPMPS. Libro VI. 25 de junio de 1969.
931
ACPMPS. Libro VI. 9 de julio de 1969.
186
Iglesia de la Magdalena. Se preparó la información para pedir que se incoase
el expediente de Monumento Nacional932.
Hospital de los Venerables Sacerdotes. Fue Bandarán quien expuso el interés
de declarar Monumento Nacional al Hospicio de los Venerables
Sacerdotes933 y la Comisión de Monumentos fue la encargada de preparar la
información para pedir que se incoase el expediente934.
Puente de Isabel II. La Provincial decidió solicitar la incoación del expediente
de declaración de Monumento Histórico-Artístico del puente y de su
entorno ya que consideraba preciso conservar la capilla de la Virgen del
Carmen, de Aníbal González y excavar los restos del antiguo Castillo de San
Jorge, que con el nuevo proyecto de puente sería imposible realizar. La
Comisión de Monumentos de Sevilla pidió que estas obras de 1974
respetasen la fisonomía y la estética de la construcción. No todos sus
miembros se mostraron de acuerdo con esta decisión, Galnares y Gómez
Castillo aprobaron la incoación del expediente para el entorno pero no para
el puente ya que querían que se realizara una obra nueva que recordase a la
anterior935.
932
ACPMPS. Libro VI. 12 de enero de 1970.
933
ACPMPS. Libro V. 26 de enero de 1955.
934
ACPMPS. Libro VI. 12 de enero de 1970.
935
ACPMPS. Libro V. 1 de octubre de 1974.
936
ACPMPS. Libro VI. 21 de febrero de 1971.
187
La Comisión Provincial de Monumentos Histórico Artísticos de Sevilla fue una
de las instituciones que ayudó a obtener la declaración de la ciudad de Sevilla como
Monumento Nacional en 1964937. Mucho antes de esta fecha, en 1949, los vocales
delimitaron las zonas de la ciudad que debían de conservarse tras comprobar que
las Ordenanzas de la Edificación que estaba preparando el Ayuntamiento no
describían con precisión las zonas sobre las que se debía ejercer una política de
salvaguarda, exceptuando el Barrio de Santa Cruz. El proyecto del "Informe de la
Comisión Provincial de Monumentos sobre las zonas artísticas de Sevilla”938 además
de señalarlas consideraba necesario dictar ordenanzas especiales para cada una de
ellas como manera de garantizar la conservación, poniendo el ejemplo de la
reciente pérdida del viejo edificio de las Atarazanas como muestra de que otros
inmuebles de mérito artístico podían desaparecer, víctimas del aumento del valor
de los solares céntricos. “Si no se acude pronto con el remedio, asistiremos a la
destrucción del monumento más importante de la ciudad que es la ciudad misma"
decía el informe. La preocupación de los vocales era conservar las características
propias de la ciudad de Sevilla para que ésta no se convirtiese en un núcleo urbano
destacado por su número de habitantes pero desprovisto de personalidad.
En el informe se denunciaba la ausencia de una política de urbanización que
hubiese señalado los cauces de la expansión del caserío, tanto en los nuevos
núcleos de población adheridos a la periferia como en el casco antiguo, que trataba
de ganar espacio aumentando la altura de sus edificaciones y con ello atentando
contra la estética de la ciudad y contribuyendo a la congestión de sus estrechas
calles. Se hacía una breve reseña histórica del urbanismo de la ciudad desde
principios del siglo XIII, cuando el casco urbano quedó encerrado dentro de un
recinto de murallas y dividido en los barrios que hoy conocemos, cada uno con una
personalidad propia y todos con una fisonomía semejante. Fue en el siglo XV
cuando apareció plenamente formado el arrabal de Triana, que absorbía el
crecimiento demográfico. El conjunto encerrado dentro de las murallas se
caracterizaba por su traza medieval y constituía el núcleo fundamental de Sevilla. En
937
“Disposición por la que se declaran conjuntos y monumentos histórico-artísticos diversas zonas y
edificios de la ciudad de Sevilla”. 16 de septiembre de 1964. ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 9º
938
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 9º y ACPMPS. Libro V. 3 de noviembre de 1949.
188
él se encerraban los monumentos más importantes desde el punto de vista
histórico y artístico, por lo que a juicio de la Comisión de Sevilla debía ser
conservado sin que se variasen esas características que definían a la ciudad. La
Provincial era consciente de que el aumento demográfico y las nuevas necesidades
urbanísticas implicaban necesariamente una reforma del trazado de la urbe, aunque
consideraba que el diseño de vías en cruz o en estrella suponía un grave peligro
contra la planta de la ciudad que además no resolvería el problema. Asimismo
pensaba que no era una solución factible debido al alto valor de las expropiaciones.
Los vocales veían cierta incompatibilidad entre progreso e historia, llegando a
afirmar que “nuestras ciudades históricas, so pena de su total destrucción, nunca
podrían ser accesible a los vehículos modernos, cada vez más numerosos y de mayor
tamaño”. Daban como solución la prohibición de establecer industrias y almacenes
dentro del casco urbano, ya instituida en las ordenanzas, la limitación del tránsito
de vehículos pesados reduciéndolo a un horario determinado, la fijación de zonas
de estacionamiento, el desplazamiento de los centros vitales hacía la periferia, la
prohibición de elevar los edificios dentro de murallas y el establecimiento de las
principales oficinas públicas fuera de los muros. Otra de las normas que
propusieron consistía en que cada nuevo proyecto de fachada se estudiase en
relación al estilo tradicional, acompañándolo de gráficos en los que apareciesen
para su comparación las fachadas de los edificios limítrofes.
Aunque las nuevas Ordenanzas de la Edificación contenían normas en las
que se señalaban las alturas máximas de las edificaciones según las calles, los
miembros de la Comisión propusieron que en el trozo de la avenida Queipo de
Llano comprendido entre las calles del Almirantazgo y García de Vinuesa, la fachada
de los edificios tuvieran una altura máxima de 16 metros y no debería pasar de 18 la
altura total, incluidos los áticos interiores retranqueados, a fin de que ninguna
edificación hiciera sombra al conjunto arquitectónico de la Catedral y del Sagrario.
Para que la ciudad conservase su especial fisonomía se debían evitar las fachadas de
estilos no tradicionales. Además había que procurar que la excesiva altura de los
nuevos edificios no ocultase las vistas características del centro desde otros puntos
de la ciudad.
189
En el informe se señalaban los núcleos que constituían la zona artística de
Sevilla, diez dentro del recinto amurallado y tres extramuros, aunque la
delimitación era complicada ya que muchas de las áreas señaladas estaban situadas
dentro del casco urbano, muy próximas entre sí. Los núcleos establecidos fueron:
La Catedral. Junto con la Giralda constituía la base de la composición de
Sevilla como conjunto y por tanto debía ser exaltado, lo mismo que el interior del
casco urbano, desde las vistas próximas y remotas. Esta zona comprendía además
otros edificios de primera importancia, como el Alcázar con el Patio de Banderas, el
Palacio Arzobispal y la Casa Lonja, así como las Plazas del Triunfo y de la Virgen de
los Reyes, el callejón y la plazuela de Santa Marta, las calles de Santo Tomás,
Alemanes y Placentines, y todas aquellas próximas que ofrecían puntos de vista
favorables a la contemplación total o parcial de la Catedral o de la Giralda. Estas
calles debían conservarse con su anchura actual ya que su estrecha salida ofrecía un
punto de vista único a la Giralda, que destacaba la monumentalidad de la torre. El
barrio de la Carretería, situado al Oeste de la Catedral y comprendido entre las
calles Almirante Lobo, Queipo de Llano, Paseo de Colón, García de Vinuesa y
Adriano, Almirantazgo, Postigo del Aceite y Dos de Mayo, constituía una zona que
encerraba monumentos tan importantes como la Iglesia y el Hospital de la Santa
Caridad y la Plaza de la Maestranza. Para no ocultar la vista del edificio de la
Catedral debían ser observadas las alturas establecidas en las ordenanzas.
Ayuntamiento. Las Plazas de San Francisco y San Fernando con el
Ayuntamiento formaban otra zona de interés artístico y era lógico que las
construcciones que se hiciesen en sus cercanías respetasen su escala de altura para
no restarle preponderancia. Cuando se construyó en la Plaza de San Francisco la
sucursal del Banco de España, se respetó la altura tradicional en los edificios
sevillanos y no se superó la de las Casas Consistoriales. Años después se permitió
que el edificio del Fénix, también frontero al Ayuntamiento, se elevase
considerablemente sobre éste. La Plaza de San Fernando debía conservar su
fisonomía y en la de San Francisco los edificios respetarían la altura de la Audiencia.
Plaza del Salvador. La Iglesia de este nombre y la de San Juan de Dios, cuya
altura señalaría la máxima de los edificios de la plaza, constituían el centro de una
190
amplia zona que comprendía calles comerciales típicas como las de Gallegos,
Córdoba, Puente y Pellón y la Alcaicería cuyo carácter convenía conservar.
San Isidoro. Estaba en la cota más alta del recinto de Sevilla. La Iglesia de San
Isidoro con la de San Alberto y las calles limítrofes formaban otra zona con
personalidad definida. Era de desear que en las proximidades de los templos no se
hicieran edificios que impidiesen su contemplación.
San Ildefonso. El templo neoclásico era el centro de un núcleo en el que
abundaban casas del siglo XIX y un convento tan interesante como el de San
Leandro que no debía quedar ahogado entre construcciones de altura excesiva.
Plaza de Pilatos- San Esteban. Este núcleo, situado al norte del recinto
amurallado, llegaba hasta la Puerta de Carmona y comprendía otros palacios
además del de Medinaceli, y la Iglesia de Santiago.
Zona Nordeste. Este sector comprendía las Murallas de la Macarena, la calle
de la Feria, las de Regina, Imagen, Jáuregui y María Auxiliadora. En él se encontraba
la Iglesia de San Luis, las de Omnium Sanctorum, San Marcos, Santa Marina, San
Román, San Gil y San Julián y los Conventos de Santa Isabel, Santa Paula, la Paz, el
Socorro, etc. Era una zona de acusada personalidad, superpoblada desde la época
de la reconquista. Había que procurar que las nuevas construcciones no ocultasen
los puntos de vista que aún ofrecía.
El barrio de San Vicente y de San Lorenzo. De trazado más regular que los
restantes del recinto, no ofrecía problema en cuanto a la circulación interior.
Comprendía los importantes monumentos de las Iglesias de San Vicente, San
Lorenzo y los Conventos de Santa Clara, San Clemente, Santa Ana entre otros. Junto
a ellos la Alameda de Hércules con su destacada tradición en la historia sevillana.
La Magdalena. La iglesia barroca era el centro de otro núcleo rodeado por
las calles de San Pedro, Bailén, Canalejas y Marqués de Paradas. Había que cuidar
las vistas que ofrecía el conjunto del templo desde la calle de Reyes Católicos y
desde el puente de Triana, y evitar que se construyera un edificio de altura excesiva
en la esquina de San Pablo-Bailén.
Barrio de Santa Cruz. Las ordenanzas lo delimitaban como zona artística. Era
preciso procurar que se conservasen los patios y jardines de las casas con su
superficie actual y que se impusiera un elevado tanto por ciento de superficie no
191
edificada en las construcciones nuevas, a fin de que la luz de los patios iluminase las
estrechas calles.
192
Teniendo en cuanta las consideraciones generales hechas acerca de la planta
de la ciudad, la escala de la altura de sus edificios y la fisonomía exterior de los
mismos, la Comisión señalaba en Sevilla tres grandes zonas artísticas:
1. El casco intramuros. Considerando como tal el espacio comprendido entre el
Paseo de Colón, calles de Arjona, Torneo, Resolana, Capuchinos, Mª Auxiliadora,
Recaredo, Menéndez Pelayo, Rábida y Paseo de las Delicias.
2. El Barrio de Triana, cuyo trazado sólo interesaba conservar en la parte situada al
Este de la Calle de San Jacinto y cuyas alturas no debían rebasar lo establecido por
las ordenanzas, a fin de que no quitasen la vista al núcleo de Sevilla.
3. La Ronda, zona de transición entre Sevilla y el ensanche, cuyas alturas, por igual
motivo, debían ajustarse a lo establecido en las nuevas ordenanzas y conservar la
fisonomía exterior típica de las calles sevillanas.
La Provincial recomendaba al Ayuntamiento la creación de una asesoría
artística que emitiera un informe en cada caso concreto y que contaría con el apoyo
de la Comisión de Monumentos y posiblemente con el de la Academia de Bellas
Artes, la Comisaría del Tesoro Artístico y el Laboratorio de Arte de la Universidad.
939
ACPMPS. Libro V. 12 de noviembre de 1952.
193
edificios monumentales aislados y distantes de estas zonas940. Aunque un año
después se decía que estaba muy adelantado el expediente de declaración de
Monumento Nacional de Sevilla941 no fue hasta 1964 cuando por decreto 2.803/64
de 27 de agosto se convirtió en una realidad942.
El artículo 1º delimitaba dos zonas (el centro histórico y el parque María
Luisa con la Plaza de España) y un área de respeto que concernía únicamente a los
volúmenes de la edificación con el fin de proteger la silueta urbana que afectaba a
la parte del río que iba desde el puente del Cristo de la Expiración hasta el puente
movible de San Telmo.
En el artículo 2º se declaraban los monumentos históricos artísticos
comprendidos fuera de las zonas monumentales:
Los restos del Convento de San Agustín (claustro y refectorio).
La Iglesia de San Benito de la Calzada.
El templete de la Cruz del Campo.
El Convento de la Santísima Trinidad.
El Convento de Capuchinos.
El Hospital de San Lázaro.
El templete y el monasterio de San Jerónimo de Buenavista.
La Cartuja de Santa María de las Cuevas.
940
ACPMPS. Libro V. 3 de diciembre de 1952.
941
ACPMPS. Libro V. 4 de febrero de 1953.
942
“Disposición por la que se declaran conjuntos y monumentos histórico-artísticos diversas zonas y
edificios de la ciudad de Sevilla”. 16 de septiembre de 1964. ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 9º
194
Un poco antes de que se iniciara su construcción el Ayuntamiento puso en
vigencia unas nuevas ordenanzas de la edificación en las que se señalaba las alturas
máximas de los inmuebles según las calles. A esas medidas la Provincial propuso
que en el trozo de la avenida Queipo de Llano (en la actualidad Avenida de la
Constitución) comprendido entre las calles del Almirantazgo y García de Vinuesa la
fachada de los edificios tuvieran una altura máxima de 16 metros y 18 metros de
altura total incluidos los áticos interiores retranqueados, a fin de que el conjunto
arquitectónico de la Catedral y el Sagrario quedase exaltado como merecía943. A
finales del año 1949 el entonces presidente Hernández Díaz puso en conocimiento
de los otros miembros de la corporación que la altura proyectada para el edificio del
Instituto Nacional de Previsión era de 20 metros hasta la cornisa principal y 23,50 o
27 metros de altura total, según llevase uno o dos áticos retranqueados, muy lejos
de los 16 o 18 metros que la Comisión defendía para una zona tan característica de
la ciudad944. Una vez confirmada esta información con los gráficos del arquitecto
Antonio Illanes del Río se consultó a la Alcaldía, a las Reales Academias de la
Historia, de Bellas Artes y de San Fernando, a la Dirección General de Arquitectura y
a la Comisaría General de Bellas Artes sobre la conveniencia de los 23,50 metros
aprobados por el municipio, ya que esta elevación perjudicaría la visión y el goce
estético de la Catedral945. Tras estas gestiones la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando y el arquitecto conservador de monumentos de la sexta zona
emitieron informes que ratificaban el criterio mantenido por la Comisión de
Monumentos de Sevilla946. Los resultados no se hicieron esperar y un mes después
Hernández Díaz dio cuenta de tener noticias no oficiales de que el Instituto Nacional
de Previsión había acordado suprimir el ático del edificio947. La noticia oficial llegó a
la corporación el 6 de septiembre de 1950948.
943
ACPMPS. Libro V. 11 de noviembre de 1949.
944
ACPMPS. Libro V. 7 de diciembre de 1949.
945
ACMHAPS 9ª. Sevilla. Planos y Proyectos. 43 y ACPMPS. Libro V. 11 de enero y 1 de febrero de
1950.
946
ACPMPS. Libro V. 7 de junio de 1950.
947
ACPMPS. Libro V. 5 de julio de 1950.
948
ACPMPS. Libro V. 6 de septiembre de 1950.
195
3.13.4 Monumentos prehistóricos
Como hemos comentado en el apartado correspondiente, las construcciones
prehistóricas cobraron especial importancia para la Comisión Provincial de
Monumentos de Sevilla a partir de la presidencia de Fray Diego de Valencina. La
corporación realizó trabajos de restauración en las Cuevas de la Pastora y
Matarrubilla (ilustraciones 38 y 39) que en algún caso llegaron a aportar nueva
información sobre los monumentos949 . Este tipo de construcciones fueron objeto
de una especial vigilancia ya que eran frecuentes los actos vandálicos que afectaban
a estos restos950
3.13.6 Metro
A mediados de la década de los 70 la Comisión de Monumentos de Sevilla
fue la encargada de informar a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
sobre los peligros y las medidas que se debían tomar antes de la construcción del
949
ACPMPS. Libro V. 20 de enero de 1959. Libro VI, 13 de julio y 27 de septiembre de 1963, 16 de
septiembre de 1970 y 28 de junio de 1973.
950
ACPMPS. Libro V. 13 de abril de 1961 y libro VI. 9 de septiembre de 1970.
951
ACPMPS. Libro V. 15 de octubre de 1958.
952
ACPMPS. Libro VI. 30 de julio de 1964.
953
ACMHAPS 6ª. Sevilla Capital. 2º. y ACPMPS. Libro VI. 11 de septiembre de 1965.
196
Metro de Sevilla, ya que la riqueza arqueológica del subsuelo de la ciudad podía
resultar dañada irreversiblemente954. La Provincial dictaminó que no había peligro
alguno porque el trazado del metro discurriría por unas cotas muy inferiores a las
zonas arqueológicas de la ciudad955.
3.13.7 Coliseo
954
ACPMPS. Libro VI. 21 de diciembre de 1974.
955
ACPMPS. Libro VI. 5 de febrero de 1975.
956
ACPMPS. Libro VI. 5 de febrero de 1975.
957
ACPMPS. Libro VI. 26 de febrero de 1975.
958
ACPMPS. Libro VI. 9 de mayo de 1975.
959
ACPMPS. Libro VI. 25 de junio de 1975.
197
de la extracción960, aunque dos años después sabemos que el proyecto fue
ejecutado por el catedrático de restauración de la Escuela Superior de Bellas Artes
de Santa Isabel de Hungría, Francisco Arquillo Torres, y las pinturas trasladadas a
esta Escuela Superior961.
960
ACPMPS. Libro VI. 5 de octubre de 1975.
961
ACPMPS. Libro VI. 10 de febrero de 1977.
962
ACPMPS. Libro VI. 7 de diciembre de 1976.
963
ACPMPS. Libro VI. 10 de febrero de 1977.
964
ACPMPS. Libro VI. 17 de marzo de 1977.
965
ACPMPS. Libro VII. 13 de diciembre de 1978 y 25 de enero de 1979.
966
ACPMPS. Libro VII. 25 de enero de 1979.
198
del crucifijo que se levantaba sobre la columna con objeto de completar la imagen y
elementos decorativos de la cruz967.
- El río. La Comisión participó activamente en contra del cegamiento de una parte
del río Guadalquivir968
Además de estas intervenciones los vocales se mantuvieron informados de
todo aquello relativo a la conservación monumental, como el proyecto de
desmontar las partes cristianas de la mezquita de Córdoba, contra el que Juan de
Mata Carriazo mostró su total desacuerdo por encontrarlo completamente
descabellado969.
967
ACPMPS. Libro V. 3 de abril de 1957.
968
ACPMPS. Libro V. 6 de septiembre, 4 de octubre, 15 de noviembre y 13 de diciembre de 1950. 3
de octubre y 5 de diciembre de 1951, 16 de enero de 1952 y 25 de febrero de 1958. Libro VI. 9 de
junio y 9 de julio de 1962.
969
ACPMPS. Libro VI. 13 de octubre de 1972.
199
3.14 El final de la Comisión Provincial de Monumentos Histórico Artísticos
de Sevilla
A medida que pasaban los años cada vez se hacía más evidente el olvido al
que eran sometidas las Comisiones de Monumentos de toda España por parte de
otras entidades. Las noticias en estas fechas eran que la Dirección General de Bellas
Artes tenía en proyecto una reestructuración de las Comisiones de Monumentos en
la que se le otorgaría poder ejecutivo y pasarían a depender de esta Dirección
General, al igual que las Academias, ya que de otro modo se fundirían con las del
Ayuntamiento creándose comisiones mixtas. En el primero de los casos la Comisión
sería el órgano asesor del Delegado Consejero de la Dirección General de Bellas
Artes de cada provincia, tal y como había propuesto Sancho Corbacho, presidente
de la Provincial de Sevilla en estos momentos, a Florentino Pérez Embid, Director
General de Bellas Artes970. Al año siguiente la Comisión de Sevilla se encontró a
través de Sancho Corbacho con el rumor de su posible desaparición, aunque
Collantes de Terán y Molinero Pérez intentaron calmar los ánimos afirmando que lo
más probable era que se produjese una reforma de la institución, que ya había
dejado de existir en algunas provincias españolas971.
Las esperadas reformas que dotarían de nuevo de vida a este organismo nunca
llegaron, en cambio sí se crearon otras entidades con similares competencias,
contribuyendo así a conseguir que las Comisiones Provinciales de Monumentos se
limitasen a una vida nominal en el mejor de los casos o a su desaparición en la
mayoría de las provincias españolas. Por el decreto de 22 de octubre de 1970 sobre
protección de monumentos y conjuntos histórico artísticos se creó la figura de las
Comisiones de Patrimonio Histórico- Artístico y poco después, por orden de 20 de
enero de 1971, se constituyó la Comisión de Protección del Patrimonio Histórico
Artístico de Sevilla. El entonces presidente de la Provincial de Sevilla, Collantes de
Terán, supo ver en esta disposición el final de la vida útil de la corporación que él
presidía, aunque otros vocales como Antonio de la Banda y Benjumea defendieron
la idea de que la orden se refería a una ampliación de la Comisión Mixta de
970
ACPMPS. Libro VI. 25 de junio de 1969.
971
ACPMPS. Libro VI. 12 de enero de 1970.
200
Urbanismo con objeto de facilitar las facultades de autorización de obras972. En las
normas de la Comisión del Patrimonio Histórico Artístico de Sevilla se recogían las
competencias de la recién creada la institución, como vemos, muy similares a las
que había venido desempeñando la Comisión Provincial de Monumentos Histórico
Artísticos de Sevilla973:
a. Examinar todos los proyectos de obras a realizar en la población, aprobar los
que se estime procedentes y remitir con su informe a la Dirección General del
Patrimonio Artístico, Archivos y Museos los que estime que no procede a su
aprobación, así como los que, por su importancia, considere deben
someterse a su conocimiento y resolución.
b. Velar por la conservación de las obras de arte y los valores histórico-
artísticos, ambientales, pintorescos, arqueológicos y etnológicos de la ciudad
y su término municipal.
c. Colaborar con el servicio de Información Artística, Arqueológica y Etnológica
en la formación del inventario del Patrimonio Histórico-Artístico y en general,
con las tareas de todos los servicios integrantes de la Comisaría General del
Patrimonio Histórico-Artístico Nacional.
A pesar de los obstáculos que se iban encontrando en el camino los vocales
lucharon por conseguir revitalizar una institución que había demostrado su valía
durante más de un siglo. En 1975 Hernández Díaz desde su cargo de presidente
mantuvo una entrevista con el subsecretario de Educación y Ciencia, Federico
Mayor Zaragoza, en la búsqueda de nuevas soluciones para el pleno desarrollo de
las Provinciales de Monumentos974. Hernández Díaz no cesó en su empeño y se
dirigió un tiempo después a Joaquín Pérez Villanueva, presidente del Consejo
Superior de Cultura y Bellas Artes, al que llegó a entregarle un informe donde
aportaba medidas que podían resultar eficaces975. En estas fechas se presentaron
otros informes relativos a este asunto: el estudio de Joaquín María de Navascúes
que quedaría en poder de la Real Academia de la Historia y el encargado por
Joaquín Pérez Villanueva a una subcomisión compuesta por Gratiniano Nieto Gallo,
972
ACPMPS. Libro VI. 27 de enero de 1971.
973
Normas de la Comisión del Patrimonio Histórico Artístico de Sevilla.
974
ACPMPS. Libro VI. 25 de junio de 1975.
975
ACPMPS. Libro VI. 20 de enero de 1977.
201
Manuel Chamoso Lama y Juan José Martín González976. Este último informe
describía con total claridad la situación que se vivía en estos años977:
Existen, pues, dos Comisiones Provinciales dedicadas a idénticas finalidades, una
anterior, compuesta por un crecido número de miembros con vinculante
representación, minuciosamente relacionada en el Decreto de 11 de agosto de 1918,
pero cuya acción, de acuerdo con la Real Orden de 26 de marzo de 1929 sobre
“Comisiones Provinciales de Monumentos”, no tiene facultades ejecutivas, pues su
misión es pura y meramente de vigilancia e información; y otra surgida del Decreto
de 22 de octubre de 1970 “sobre protección de monumentos y conjuntos histórico-
artísticos”, la cual, bajo la presidencia del Delegado Provincial del Ministerio de
Educación y Ciencia, está integrada por el Consejero Provincial de Bellas Artes como
vicepresidente, un arquitecto designado por el Ministerio de la Vivienda, un
representante de los Servicios técnicos de la Dirección General de Bellas Artes, un
Delegado del Alcalde de la localidad y dos representantes de las Corporaciones
Culturales o de los Centros docentes existentes. Esta Comisión, según el apartado a)
del artículo segundo de dicho Decreto, que dice: “examinará los proyectos de obras
a realizar en la población (declarada Conjunto Histórico-Artístico o Monumental),
aprobar los que estime procedentes y remitir con su informe a la Dirección General
de bellas Artes los que juzgue que no procede su aprobación, así como los que por su
importancia considera que deben someterse a su conocimiento y resolución”, está
facultada para ejercer una acción ejecutiva.
El escrito proponía dos soluciones, la fusión de ambas instituciones o una
reestructuración de éstas. La primera fue pronto descartada ya que el crecido
número de componentes que la formarían la llevaría a la inoperancia. La segunda
opción parecía la más adecuada, aunque no sin antes proceder a la eliminación en
las Comisiones de Monumentos de los componentes que tuvieran una mera función
oficial y dotando a las Provinciales de una misión fundamentalmente informativa,
consultiva y de asesoramiento de la Comisión Provincial de Protección del
Patrimonio Artístico, Monumentos y Conjuntos Histórico-Artísticos, con la
976
ACPMPS. Libro VI. 17 de marzo de 1977.
977
Chamoso Lama, M. Comisiones Provinciales de Monumentos Histórico-Artísticos y Comisiones
Provinciales de Protección de Monumentos y Conjuntos Histórico- Artísticos. Consejo Superior de
Cultura y Bellas Artes. Julio de 1977.
202
obligación de reunirse un mínimo de cuatro veces por año. En cuanto a la Comisión
del Patrimonio, aconsejaba que se incorporasen dos nuevos vocales pertenecientes
a la Comisión Provincial de Monumentos, y que sus miembros tuvieran la obligación
de reunirse al menos una vez al mes.
Otro informe presentado sobre las Comisiones de Monumentos en el que se
ponía de relieve su importante papel a lo largo de la historia de la conservación
monumental en España fue el de Federico Marés Deulovol978, presidente de la de
Barcelona. Éste coincidía en parte con el enviado por Hernández Díaz a la Dirección
General del Patrimonio Artístico, Archivos y Museos, aunque en opinión del
presidente de la corporación sevillana las Comisiones de Monumentos debían
refundirse con las de Patrimonio Artístico, mientras que para Marés era viable un
deslinde de servicios entre la Comisión de Monumentos y la del Patrimonio,
esbozando un plan general de facultades entre las dos comisiones. Lo que estaba
claro en 1978 para muchos de los vocales de Sevilla era que la misión de las
Comisiones de Monumentos aún no había concluido979. Para hacer partícipe al resto
de instituciones locales invitaron al Alcalde o a un representante a las sesiones, así
como a un arquitecto municipal. También se pidió al presidente de la Diputación
Provincial que nombrase un delegado para que asistiese a las juntas980.
Ninguna de estas acciones dieron los frutos deseados y a finales de 1979 el
Ayuntamiento retiró la subvención de 5.000 pesetas que otorgaba tradicionalmente
a la Comisión981. Dos años después se constituyó el patronato de Itálica, por lo que
la Provincial quedaba totalmente apartada de la gestión de las ruinas romanas982,
una de las pocas funciones que daban sentido a su existencia.
Aunque el desánimo reinaba entre los componentes de la corporación sevillana
estos pusieron sus últimas esperanzas en el proyecto de ley del patrimonio que
luego desembocaría en la Ley 16/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico
978
Marés Deulovol, F. Op. cit. 1978.
979
ACPMPS. Libro VI. 6 de abril de 1978.
980
ACPMPS. Libro VII. 13 de junio de 1979.
981
ACPMPS. Libro VII. 6 de diciembre de 1979.
982
ACPMPS. Libro VII. 25 de febrero de 1981.
203
Español, para el que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando propuso se
tuvieran en cuenta a las Comisiones de Monumentos983.
En 1982 Hernández Díaz pidió la fusión de las Comisiones de Patrimonio y
Monumentos sin ningún resultado984. El golpe final llegó en 1986 cuando la
Delegada de Cultura de la Diputación Provincial, Isabel Pozuelo, suprimió la
subvención que se abonaba anualmente a la Comisión Provincial de Sevilla. A pesar
de ello la Comisión decidió seguir reuniéndose desinteresadamente e hizo saber al
presidente de la Diputación Provincial que mientras la ley no lo hiciera no se
disolvería985. De hecho, en 1990 la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla
nombró tres nuevos vocales, Armando del Río Llabona, Juan Miguel Serrera
Contreras y Antonio Miguel Bernal, los dos primeros pertenecientes a la Real
986
Academia de Bellas Artes de San Fernando y el último de la de la Historia , que
tomaron posesión de su cargo un año después987.
La Comisión Provincial de Monumentos Histórico Artísticos de Sevilla sigue
existiendo, aunque de forma nominal, como caso casi único en España y como
recuerdo de una institución que, a pesar de las críticas que recibió, jugó un papel
importantísimo en la conservación monumental de este país.
983
ACPMPS. Libro VII. 21 de enero de 1982.
984
ACPMPS. Libro VII. 21 de enero de 1982.
985
ACPMPS. Libro VII. 18 de marzo de 1986.
986
ACPMPS. Libro VII. 17 de mayo de 1989.
987
ACPMPS. Libro VII. 12 de diciembre de 1990.
204
Capítulo 4. La Comisión de Monumentos, el Museo de Bellas Artes y el
Museo Arqueológico
988
ACPMPS. Libro I, pp. 1-3. 1835.
989
ACMHAPS. 6ª. Sevilla capital. 1º/ 2.
990
ACPMPS. Libro I, p. 21. 7 de octubre de 1839.
991
Valdivieso, E. Op. cit. Sevilla, 1992, pp. 360-362.
992
ACPMPS. Libro I, pp. 1-3. 1835.
993
ACPMPS. Libro I, p. 3. 30 de octubre de 1835.
205
donde también se llevaron esculturas de Itálica994. En algunos casos concretos, y
debido a su excesivo tamaño, algunos cuadros fueron ubicados en otros lugares
más adecuados para su almacenaje, como ocurrió con las pinturas de Santo Tomás,
que fueron trasladadas a la Catedral995. Sobre este tema escribía José Amador de los
Ríos: “cuando, desposeída la junta, que se creó con semejante objeto, de local
seguro y conveniente para custodiar los sublimes lienzos de Murillo y de los demas
profesores sevillanos, se vieron estas producciones espuestas á ser presa de
mezquinas ambiciones ó á perecer tal vez entre ruinas; aquel honrado sacerdote,
(refiriéndose a Manuel López Cepero) que era á la sazon mayordomo de fábrica de
la santa y patriarcal iglesia, les ofreció un asilo respetable en la catedral de Sevilla,
cuyos muros enriquecieron por algún tiempo”996.
En 1838, y ante la negativa a la concesión del Convento de San Pablo como
sede del museo, la Comisión solicitó a la Junta de Enajenación de Conventos el de la
Merced997, a lo que accedió al año siguiente998. Al principio el edificio además de
albergar la pinacoteca, servía de sede de la cofradía del Santo Entierro en la Merced
y de la Sociedad Económica de Amigos del País. Pronto la Comisión pidió el local de
la cofradía con el fin de destinarlo a portería y el Convento de San Buenaventura
para la Sociedad Económica999 con la intención de poder disponer de la totalidad del
inmueble. Una vez conseguido el lugar idóneo donde albergar el museo, fue
necesaria la ejecución de varias obras con el fin de adecuar el antiguo convento a su
nuevo uso, aunque otra vez la Comisión se encontró con problemas económicos
que le impedían financiarlas. Durante varios años este organismo careció de
presupuesto propio1000, por lo que se tuvo que agudizar el ingenio y recurrir a los
procedimientos más variados para obtener el dinero necesario, entre los que se
encontraban las rifas y la organización de bailes de máscaras1001.
994
ACPMPS. Libro I, p. 9. 14 de abril de 1836.
995
ACPMPS. Libro I, p. 15. 29 de julio de 1837.
996
Amador de los Ríos, J. Sevilla pintoresca o descripción de sus más celebres monumentos artísticos.
Sevilla, 1844, p. 355
997
ACPMPS. Libro I, pp. 16-19. 15 de enero de 1838.
998
ACPMPS. Libro I, p. 21. 7 de octubre de 1839.
999
ACPMPS. Libro I, p. 22. 18 de noviembre de 1839.
1000
ACPMPS. Libro I, p. 15. 29 de julio de 1837.
1001
ACPMPS. Libro I, pp. 53 y 54, 56 y 57. 16 y 28 de noviembre de 1840.
206
El museo contaba con ricos fondos, la mayor parte cuadros frente a otras
manifestaciones artísticas como la escultura, a pesar de que existían importantes
ejemplos en la ciudad y cuya carencia hizo notar José Caveda1002 en su libro
Memorias para la historia de la Real Academia de San Fernando.
En 1838 la nueva junta entrante acordó la elaboración de un catálogo de los
cuadros recogidos por la anterior junta del Museo para que, una vez clasificados, se
seleccionasen los lienzos que se expondrían en el establecimiento1003.
Posteriormente el catálogo tuvo que sufrir algunas modificaciones debido a la venta
de algunas de las obras o a la adquisición de otras. En estos catálogos se recogía el
número asignado a la pieza, el asunto, el autor, el tamaño en altura y anchura en
pies y pulgadas, la procedencia y las observaciones, los campos que se desconocían
se dejaban en blanco1004. Más tarde se completó la información especificando el
material en el que estaba pintado, la escuela a la que pertenecía y el estado de
conservación. A petición del Jefe Político, la Comisión realizó inventarios de los
cuadros desechados por considerarlos de escaso mérito o por su estado
irrestaurable.
En 1840 se estimó que el número de pinturas del museo procedentes de los
conventos suprimidos de la provincia ascendía a 4168, sin contar las de papel, las
embutidas en la pared y las que no eran de inmediata recolección1005.
No siempre hubo consenso sobre las obras que debían formar parte de los
fondos, en 1842 los profesores Joaquín Bécquer y José Roldán mostraron su
disconformidad con los lienzos apartados por Antonio María Esquivel y Antonio
Bejarano, por lo que la junta nombró a este último y a José María Cabello para dar
dirección al expediente de enajenación de los cuadros1006.
Los problemas económicos llevaron al Marqués de Arco Hermoso a
proponer en 1837 la venta de pinturas consideradas de poco mérito y recolectadas
de los conventos suprimidos con el fin de obtener fondos aprovechando que la
Comisión del Museo estaba autorizada a ello por el Gobierno. A pesar de las
1002
Caveda, José. Op. cit. Madrid, 1868. Tomo II. Capítulo XV, p. 370.
1003
ACPMPS. Libro I, p. 16-19. 15 de enero de 1838.
1004
ACMHAPS. 6ª. Sevilla capital. 1º/ 2.
1005
ACPMPS. Libro I, pp. 27 y 28. 30 de abril de 1840.
1006
ACPMPS. Libro I, pp. 82 y 83. 9 de abril de 1842.
207
necesidades que estaban pasando, la propuesta fue rechazada1007. Pocos años más
tarde tuvieron que recurrir a esta medida, lo que como hemos mencionado
anteriormente, motivó la rectificación del inventario de las obras del Museo1008.
Durante el proceso de adecuación del edificio a museo se siguieron algunas
pautas para la apropiada conservación de las obras de arte que allí se iban a
exponer, como la colocación de cortinas exteriores de esparto en la mitad de los
balcones de las galerías altas para evitar la luz solar1009. Sobre el aspecto que
inicialmente presentaba el museo tenemos algunas pinceladas descriptivas de la
mano de José Amador de los Ríos: “iba ya bastante adelantada la obra, cuando en
Septiembre de 1840 fueron trasladados al referido convento todos los lienzos, que
en la catedral se custodiaban, colocándose la mayor parte de los de Murillo en un
salon, construido ex profeso, para depósito de sus bellísimas producciones”1010, “á
escepcion de los lienzos de Murillo están todos dispuestos con poco órden y esto
será tal vez efecto de la prisa con la que se han colocado. Nosotros tenemos por mas
conveniente y ventajoso el poner unidos todos los cuadros de un mismo profesor,
para conocerlos y estudiarlos comparativamente”1011.
En relación a la disposición de los objetos arqueológicos que se iban
acumulando en el museo, podemos citar la impresión que Richard Ford dejó
reflejada en su libro Manual para viajeros, escrito tras el viaje que realizó por
España entre 1830 y 1833: “en el Museo están amontonados, como en el patio de
un picadero, algunas antigüedades de poco mérito artístico, encontradas en el
trazado de alguna carretera y en excavaciones aisladas en Itálica; y es que aquí la
gente raras veces excava en busca de “piedras viejas”, por mucho que, por el
contrario, anden por doquier en busca de tesoros perdidos”1012.
Con el fin de poner orden en aspectos cotidianos del Museo se aprobó en
1840 un reglamento provisional que fue distribuido entre los altos cargos de la
1007
ACPMPS. Libro I, p. 15. 29 de julio de 1837.
1008
ACPMPS. Libro I, p. 26. 13 de febrero de 1840.
1009
ACPMPS. Libro I, pp. 90 y 91. 13 de julio de 1842.
1010
Amador de los Ríos, J. Op. cit. Sevilla, 1844, p. 355.
1011
Amador de los Ríos, J. Op. cit. Sevilla, 1844, p. 357.
1012
Ford, R. Manual para viajeros por Andalucía y lectores en casa. Madrid, 1981, p. 212.
208
provincia1013. Entre otros asuntos, esta normativa trataba de las funciones del
personal del establecimiento.
Desde el principio los artistas mostraron interés por copiar algunas de las
obras maestras que el antiguo convento albergaba. A finales del año 1839 ya estaba
preparada la galería del edificio destinada a aquellos que deseasen sacar copias1014.
En estos años la mayoría de las peticiones que los pintores hacían al Museo se
referían a la ejecución de copias de obras de Murillo1015.
En 1840, por Real Orden de la Regencia Provisional de 4 de diciembre, se
formó el Museo de Arqueología con los materiales extraídos de Itálica, pensado en
principio como parte del Museo de Pinturas1016.
1013
ACPMPS. Libro I, pp. 27 y 28. 30 de abril de 1840.
1014
ACPMPS. Libro I, p. 22. 18 de noviembre de 1839.
1015
ACPMPS. Libro I, pp. 22, 27, 28 y 80. 18 de noviembre de 1839, 30 de abril de 1840 y 25 de
febrero de 1842.
1016
“Inventarios de los cuadros y esculturas del Museo Provincial”. ACMHAPS. 6ª. Sevilla capital. 6º/
2. Asuntos generales.
209
4.2 El Museo Provincial de Pinturas y Antigüedades de Sevilla con la
Comisión Provincial de Monumentos
210
De 1849, año en el Museo de Bellas Artes pasó a manos de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando, hasta 1854.
De 1854, momento en el que Museo volvió a estar a cargo de la
Comisión, hasta 1865.
De 1865, fecha en la que la Comisión sufrió una importante
reestructuración al incorporarse la Academia de la Historia, hasta 1867,
año en el que por Real Orden de 17 de abril los Museos Arqueológicos
Provinciales quedaron bajo la responsabilidad del Cuerpo de Archiveros-
Bibliotecarios y por otra Real Orden de 11 de junio del mismo año los
Museos de Pintura quedaban al cuidado de las Academias de Bellas
Artes.
De 1868 a 1882, año en el que se dispuso el traspaso del Museo de Bellas
Artes a la Comisión Provincial de Monumentos.
1882-1883. El Museo de Bellas Artes vuelve a estar en manos de la
Comisión de Monumentos.
A partir de 1883. La R.O. de 24 de abril ordenó que en las poblaciones
donde existieran Academias de Bellas Artes los museos estarían a cargo
de éstas, con la intervención de dos individuos de las Comisiones de
Monumentos que no pertenecieran a las Academias, y turnar por
anualidades el desempeño de este cargo en unión de los individuos de la
Academia respectiva.
1017
ACPMPS. Libro I, pp. 104 y 105. 11 de enero de 1845.
1018
ACPMPS. Libro I, pp. 104 y 105. 11 de enero de 1845.
1019
ACPMPS. Libro I, p. 109. 4 de julio de 1845.
211
cumplir a la hora de copiar cuadros1020 (sobre este aspecto la Comisión acordó, al
igual que se venía haciendo en el Museo del Prado de Madrid, prohibir la instalación
de tablados1021) y se resolvió imprimir el catálogo con los objetos de la colección1022.
Las obras de adecuación del salón grande se ejecutaron siguiendo modelos traídos
de Córdoba1023. Además se convocó un concurso para arquitectos con el fin de
concluir la portada del museo1024 y los vocales de la Comisión buscaron financiación
para las obras necesarias mediante la realización de bailes y el alquiler del salón del
edificio a la Sociedad Filarmónica1025.
En el momento de la creación de la Comisión Provincial de Monumentos de
Sevilla se decidió mantener en el puesto de conservador del Museo de Bellas Artes
a Antonio Cabral Bejarano, que venía ejerciendo como tal desde 18391026, hasta que
la corporación se hiciera cargo por inventario de los objetos1027. El pintor llegó a
donar su sueldo de conservador en 1848 para que fuese destinado a la restauración
de lienzos1028, ya que los fondos de los que disponía el museo eran insuficientes
para cubrir todas sus necesidades. La Comisión, agradecida por este generoso gesto
y por el buen resultado de las operaciones hechas en los cuadros de Murillo por el
artista, decidió buscar una obra con la que obsequiarle1029. El catálogo de pinturas,
realizado por Cabral Bejarano, Salvador Gutiérrez, Juan de Astorga y José María
Romera estuvo disponible a finales de 18451030. El buen hacer de Antonio Cabral
Bejarano hizo que el pintor se mantuviese en el puesto hasta su muerte, tras la cual
fue su hijo, Francisco Cabral y Aguado, el elegido para continuar la labor del
padre1031.
1020
ACPMPS. Libro I, p. 121. 21 de junio de 1847.
1021
ACPMPS. Libro I, pp. 133 y 134. 13 de noviembre de 1848.
1022
ACPMPS. Libro I, p. 121. 21 de junio de 1847.
1023
ACPMPS. Libro I, p. 109. 4 de julio de 1845.
1024
ACPMPS. Libro I, p. 105. 17 de enero de 1845.
1025
ACPMPS. Libro I, p. 119. 2 de febrero de 1847.
1026
ACPMPS. Libro I, p. 21. 7 de octubre de 1839.
1027
ACPMPS. Libro I, p. 102. 11 de septiembre de 1844.
1028
ACPMPS. Libro I, p. 139. 9 de febrero de 1849.
1029
ACPMPS. Libro I, pp. 140 y 141. 26 de septiembre de 1849.
1030
AAVV. “Catálogo de los cuadros que existen en el Museo de pinturas establecido en el edificio de
la Merced de esta capital”. 31 de diciembre de 1845. RABSF (5-164-3)
1031
ACPMPS. Libro II. 23 de septiembre de 1861. Francisco Cabral y Aguado, pintor como su
progenitor, cuenta entre sus obras un retrato del Deán López Cepero, presidente de la primera
Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Sevilla.
212
Varias fueron las piezas adquiridas en este período, entre ellas una reja
romana1032, los 9 cuadros de la Iglesia del Convento de San Francisco de
Marchena1033, la lápida de la Cartuja y un trozo de columna con inscripción
árabe1034. El Alcaide del Alcázar dio su consentimiento para que se trasladasen al
Museo Provincial las antigüedades de Itálica que se custodiaban en el palacio1035.
Aunque es cierto que la Comisión Provincial buscaba incorporar al museo el mayor
número posible de objetos de arte de la provincia, en ocasiones primaron los
valores intrínsecos de la obra de arte frente al afán de poseer los mejores fondos
museográficos. Con este motivo se pidió el traslado de la escultura del Cristo de
Montañés a la Catedral1036, al carecer el museo de un lugar adecuado para su
exposición y veneración. La Comisión fue escuchada y por Real Orden de 28 de
marzo de 1845 se ordenó su traslado1037.
En esta etapa inicial de Museo Provincial empezó a ser evidente la
predilección por la obra del pintor Bartolomé Esteban Murillo, que sirvió de modelo
a seguir a muchos artistas de la época. En 1848 se acordó asentar y forrar los
cuadros de Murillo que estaban en peor estado, se pensó en realizar una linterna en
la sala dedicada al pintor1038 y varios artistas pidieron copiar sus cuadros. A raíz de
la concesión de un permiso a Rafael Benjumea1039, pintor romántico de obras de
carácter histórico y costumbrista1040, para exponer dos cuadros en los salones del
museo en los que no había pinturas si éstos no ofendían al decoro, los pintores más
importantes de la ciudad solicitaron la realización de una exposición pública en el
mes de abril del año siguiente1041. El manifiesto de esta exposición, que se pensaba
realizar con representantes de las tres nobles artes, era muy elocuente: “Sevilla va
sin duda a disfrutar en la exposición pública que anunciamos de uno de los
espectáculos más gratos que se la pueden ofrecer; y la feliz circunstancia de haber
sido solicitada por varios de los principales artistas de la Capital, nos hace presumir
1032
ACPMPS. Libro I, p. 122, 123. 2 de septiembre de 1847.
1033
ACPMPS. Libro I, p. 124. 23 de septiembre de 1847.
1034
ACPMPS. Libro I, p. 121. 21 de junio de 1847.
1035
ACPMPS. Libro I, pp. 127 y 128. 24 de febrero de 1848.
1036
ACPMPS. Libro I, p. 106. 5 de marzo de 1845.
1037
ACMHAPS 7ª. Sevilla Edificios y Monumentos 1º/ 26.
1038
ACPMPS. Libro I, p. 129. 3 de mayo de 1848.
1039
ACPMPS. Libro I. 16 de junio de 1848.
1040
Valdivieso, E. Op. cit. Sevilla, 1992, p. 399.
1041
ACPMPS. Libro I, p. 132 y 133. 21 de octubre de 1848.
213
que a porfía van a esmerarse estos en presentar todo cuanto su ingenio y saber les
sugieran. Háganlo así y den con ello una prueba de que no en balde se conservan en
este privilegiado suelo las cenizas de Bartolomé Esteban Murillo y que sus
favorecidos hijos no pierden nunca de vista el noble ejemplo de emulación que aquel
les diera"1042. Otra prueba más de la alta estima en la que tenían los vocales de la
Comisión a Murillo es la descripción de la sala donde se exponían las obras del
artista, a la que calificaron como “la más rica joya del Museo”1043. Esta iniciativa
consistente en introducir obra de artistas contemporáneos en el museo culminó en
1902, con el establecimiento de una sala dedicada al arte del siglo XIX y pintura
contemporánea en uno de los salones de la parte alta del edificio1044.
Pocas fueron las decisiones que se tomaron relativas a objetos escultóricos,
pero entre ellas cabe destacar la restauración de la estatua de San Jerónimo1045.
1042
ACPMPS. Libro I, pp. 134-136. 23 de diciembre de 1848.
1043
ACPMPS. Libro I, p. 140. 12 de julio de 1849.
1044
“Noticias locales”. El Baluarte. 12 de julio de 1902.
1045
ACPMPS. Libro I, pp. 134-136. 23 de diciembre de 1848.
1046
ACPMPS. Libro I, pp. 141 y 142. 3 de abril de 1850.
1047
ACPMPS. Libro I, pp. 150 y 151. 20 de julio de 1853.
1048
ACPMPS. Libro I, p. 149. 3 de mayo de 1853.
214
Algunas de las piezas arqueológicas que se iban encontrando en la ciudad y
provincia eran donadas al museo. En este período podemos citar una inscripción
romana hallada en las Ruinas de Itálica1049, una plancha de bronce grabada al estilo
gótico1050 y una lápida con inscripción árabe encontrada en la Plaza de San
Francisco1051.
Se restauraron lienzos de varios artistas entre los que se encontraban de
nuevo los de Murillo. En las actas de la Comisión se hace referencia a las
intervenciones que se hicieron en las obras de Juan de Espinal, considerado como la
gran figura del panorama pictórico sevillano de la segunda mitad del siglo XVIII y
uno de los mejores pintores hispanos en el rococó que eligió alejarse del
predominio murillesco1052, y Antonio María Esquivel, representante destacado del
romanticismo sevillano1053 y miembro de la llamada Comisión del Museo1054. Tras la
restauración de los cuadros de este último pintor se hizo presente la falta de
espacio en el edificio para exponer todas las obras al público, por lo que la Comisión
decidió que fuese la Academia de Bellas Artes la encargada de hacer la selección de
los lienzos que debían mostrarse1055. Poco tiempo después se volvió a estudiar la
posibilidad de exhibir todos los cuadros en las salas del Museo, ya que aquellos que
carecían de mérito artístico y eran guardados en el almacén, estaban sufriendo un
grave deterioro debido a la falta de acondicionamiento del lugar para las labores a
las que estaba destinado. Como medida para evitar que los daños fueran en
aumento finalmente la Comisión decidió exponer todas las obras a la vista del
público1056.
En estos años se vendieron algunos de los lienzos de la colección, en total
hay constancia de la venta de 50 ejemplares, 49 de los cuales fueron localizados y
devueltos a los fondos de la pinacoteca cuando el Gobernador de la provincia tuvo
1049
ACPMPS. Libro I, p. 147. 30 de abril de 1852.
1050
ACPMPS. Libro I, p. 149. 3 de mayo de 1853.
1051
ACPMPS. Libro I, pp. 145 y 146. 1 de mayo de 1851.
1052
Valdivieso, E. Op. cit. Sevilla, 1992, pp. 328-335.
1053
Valdivieso, E. Op. cit. Sevilla, 1992, pp. 366-371.
1054
Entre otras labores, formó parte del equipo encargado de seleccionar las obras que merecían
constituir parte de la pinacoteca sevillana, aunque sus decisiones no parecieron ser del gusto de
todos los miembros de la corporación. ACPMPS. Libro I, pp. 82 y 83. 9 de abril de 1842.
1055
ACPMPS. Libro I, p. 143. 3 de noviembre de 1850.
1056
ACPMPS. Libro I, pp. 149 y 150. 3 de julio de 1853.
215
noticia de lo sucedido y ordenó su restitución. Este incidente obligó a un nuevo
recuento de las obras y su cotejo con los inventarios existentes1057.
1057
ACPMPS. Libro I, pp. 149 y 150. 3 de julio de 1853.
1058
ACPMPS. Libro II. 30 de enero de 1854.
1059
ACPMPS. Libro II. 10 de marzo de 1854.
1060
ACPMPS. Libro II. 7 de febrero de 1854.
1061
ACPMPS. Libro II. 11 de octubre de 1863.
1062
ACPMPS. Libro II. 1 de junio de 1863.
1063
Para conocer más sobre la figura de Francisco de Bruna y su colección consultar: López
Rodríguez, J. R., “El largo camino de una colección, la lenta gestación de un museo”, en AA.VV. Itálica
en el Museo Arqueológico de Sevilla, Sevilla, 1995, pp.11-25.
216
objetos arqueológicos procedentes de Itálica y con sede hasta ese momento en los
mencionados alcázares, fuese trasladada al museo, dando así uno de los pasos
definitivos para la creación del Museo de Antigüedades. El proceso que emprendió
la Comisión de Monumentos de Sevilla para conseguir que la colección Bruna
pasase a formar parte de los fondos del museo se alargó bastante en el tiempo ya
que las primeras reclamaciones datan de 18401064. En ellas se argumentaba que las
piezas se depositaron en el alcázar porque en esos momentos era el lugar más
seguro para su conservación, pero tras la creación del museo este motivo habría
dejado de tener validez. En 1842 la Comisión tuvo que luchar para impedir que los
objetos fueran trasladados a Madrid1065.
La creación del Museo Arqueológico se aprobó en 1863, ubicándose en las
galerías bajas del Museo de Pinturas y con fondos formados principalmente con los
restos que habían aparecido en Itálica1066 .
1064
ACPMPS. Libro I. 19 de junio y 22 de octubre de 1840. ACPMPS. Libro I. 24 de febrero y 3 de
mayo de 1848.
1065
ACPMPS. Libro I. 21 de mayo y 23 de junio de 1842.
1066
ACPMPS. Libro II. 11 de octubre de 1863.
1067
ACPMPS. Libro II. 30 de octubre de 1866.
1068
ACPMPS. Libro II. 4 de diciembre de 1866.
1069
ACPMPS. Libro II. 30 de octubre de 1866.
1070
Valdivieso, E. Op. cit. Sevilla, 1992, pp. 382-386.
217
restaurados con más urgencia. Los elegidos fueron, por este orden1071: San Antonio
y Santo Tomás de Murillo, El martirio de San Andrés, de Roelas, El Nacimiento de
Murillo, San Bruno de Zurbarán, San Leandro y San Buenaventura de Murillo y la
Concepción Grande del mismo pintor. Es llamativo que de los siete lienzos, cinco
pertenecían al mismo artista, Bartolomé Esteban Murillo, lo que es otra muestra
más de la alta valoración en la que se tenía al pintor en esta época.
A veces se producían hechos curiosos como la aparición detrás del cuadro de
Santo Tomás de Aquino de Zurbarán de un papel en el que se narraba las peripecias
del lienzo entre 1810 y 1819 y los traslados que sufrió a consecuencia de la invasión
francesa1072.
Poco a poco cobraron mayor importancia conceptos museográficos
referentes a la manera de exhibir pinturas y esculturas1073. Esta preocupación se
hacía patente en una nota de Demetrio de los Ríos datada en 18651074 donde
proponía una división de las obras del Museo Arqueológico pertenecientes a los
períodos históricos más representados en la colección, que a su entender eran la
primera decadencia de Roma, la de la decadencia definitiva y la de la dominación
visigoda. De los Ríos clasificaba estos objetos en:
1. Lápidas, cipos y pedestales y demás inscripciones de la decadencia más
completa y del arte hispano-visigodo.
2. Estatuaria. De buenos y medianos tiempos, de la decadencia más completa y
del arte hispano-visigodo.
3. Restos arquitectónicos. Capiteles y frisos de las enunciadas épocas, en
especial de las últimas.
4. Algunos vasos de barro cocido pertenecientes a la industria cerámica de
aquellos tiempos.
5. Objetos menudos de varias industrias.
6. Trozos aunque muy escasos de mosaicos.
7. Muy pocas o casi ningunas monedas.
1071
ACPMPS. Libro II. 22 de enero de 1867.
1072
ACPMPS. Libro II. 4 de junio de 1867.
1073
ACPMPS. Libro II. 2 de abril de 1867.
1074
ACMHAPS. 6ª. Sevilla Capital. 3º.
218
Para su exhibición se contaba con los claustros del patio grande del Museo de
Pinturas y si era necesario con los del patio pequeño de entrada y del vestíbulo. Las
estatuas debían colocarse sobre fondo gris para hacerlas resaltar y en lo alto de las
paredes se colgarían algunos cuadros de los que no convenía que se deteriorasen
en los almacenes. La Comisión recomendó que se siguiese un criterio científico
frente a pautas artísticas a la hora de colocar las obras. También sugirió que uno de
los vocales tomase el cargo de director del Museo para que este siempre estuviese
en manos de la Comisión.
Se siguió con la recolección de piezas que pudieran ser de interés para las
colecciones del museo, especialmente para el Arqueológico. Gracias a donaciones
desinteresadas se consiguieron importantes objetos. Otro método de adquisición
fueron las peticiones de piezas arqueológicas concretas a sus poseedores, como las
que se hicieron a Antonio del Canto, al que se solicitó y se obtuvo una lápida
sepulcral cristiana del siglo VI1075 y a Francisco Collantes, del que se quería obtener
un cipo1076. Algunas veces, además del objeto en cuestión los poseedores
proporcionaban interesantes datos sobre su hallazgo o datación. Francisco Aponte,
que cedió al Museo Provincial de Antigüedades en 1866 un cipo pedido por la
Comisión1077, contaba como éste fue encontrado en 1857 al abrir los cimientos para
edificar su casa de la calle Gallegos nº 28 y 29. Las tres huellas que tenía al dorso
indicaban que había estado sirviendo de dado al espigón de una gran puerta.
Consideraba que pertenecía al siglo tercero de la era cristiana y que en el lugar
debió existir un gran edificio de piedra por la gran cantidad que se encontraron,
algunos sillares de gran tamaño se utilizaron en los cimientos y sólo se sacaron las
necesarias para labrar la esquina de la casa hasta poco más de la altura del zócalo.
Otras donaciones y depósitos fueron la lápida que dio Manuel Bascones1078 o el
retrato de Alonso Cano pintado por Bocanegra que estaba en la casa cuna de la
ciudad1079. El Ayuntamiento prestó las piezas de arte procedentes de la galería
demolida de las Casas Capitulares y diversas lápidas entre las que se encontraba la
1075
ACPMPS. Libro II. 8 de enero de 1867.
1076
ACPMPS. Libro II. 16 de octubre de 1866.
1077
ACPMPS. Libro II. 27 de noviembre de 1866.
1078
ACPMPS. Libro II. 7 de mayo de 1867.
1079
ACPMPS. Libro II. 9 de abril de 1867.
219
de la suprimida Puerta de Jerez1080 y la de la Diputación Arqueológica1081 y la reina
Isabel II cedió un bajo relieve en yeso de Nicasio Sevilla titulado La entrega de las
llaves de Coimbra y los cuadros de Mariano de la Roca representando a Doña
Berenguela coronando a su hijo Fernando III el Santo, el de Martín Rico Las
lavanderas de Laucavue y el de Alejo Vera Santa Cecilia y San Valeriano1082. Se pidió
al Ayuntamiento de Sevilla los trozos de una lápida árabe hallados en una
excavación practicada con motivo de una cañería de la Plaza de San Francisco1083 y
las mencionadas inscripciones de la Puerta de la Carne1084. La falta de fondos de la
Comisión motivaba que muchos objetos arqueológicos que aparecían en los
pueblos de la provincia no pudieran ser enviados a la capital, por lo que se pedía a
los alcaldes de estas localidades que los custodiasen hasta que se pudiera llevar a
cabo el traslado. Al Alcalde de Lebrija se le solicitó la extracción de una estatua
romana localizada en la esquina de las Casas Capitulares, que tenía la función de
guarda cantón1085 y que se conserva en el Museo de Cádiz, y al de Osuna varias
lápidas incrustadas en el muro interior de la Casa Calle de la Compañía, donde sirvió
el maestro de obras Pastrana1086.
Se intentaba estar al día de los descubrimientos arqueológicos que se
producían en la provincia con las miras puestas en posibles adquisiciones para el
Museo Arqueológico y la conservación de los restos. En 1867 se tuvo noticia de la
aparición de una inscripción antigua y ocho candelabros de vidrio en una excavación
del camino de Salteras a Valencina1087.
Era común que la Comisión encontrase la oposición de la Iglesia o de algún
organismo contrario a la adquisición de objetos artísticos con destino a algunos de
los dos museos. Tras la negativa del párroco de San Bernardo extramuros de Sevilla
a que se produjera el traslado al museo de varias piezas procedentes del extinguido
Convento de Porta Coeli (un apostolado, una Virgen y dos altos relieves, uno de la
1080
ACPMPS. Libro II. 29 de enero de 1867.
1081
ACPMPS. Libro II. 12 de marzo de 1867.
1082
ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de 1867.
1083
ACPMPS. Libro II. 15 de julio de 1866.
1084
ACPMPS. Libro II. 23 de octubre de 1866.
1085
ACPMPS. Libro II. 15 de julio de 1866.
1086
ACPMPS. Libro II. 15 de julio de 1866.
1087
ACPMPS. Libro II. 26 de marzo de 1867 y 7 de mayo de 1867 y ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia.
2º/23.
220
Virgen y otro de la Trinidad)1088 la Comisión acordó que cuando fuera posible se
nombraría una comisión encargada de entenderse con las corporaciones o
autoridades competentes y limar estas dificultades1089.
La Comisión Provincial continuó con la práctica de ceder en depósito algunos
cuadros para adornar las iglesias. En esta línea fueron devueltos a la Iglesia de San
Francisco de Paula 12 lienzos con la vida del santo1090.
Los ideales de salvaguarda del patrimonio que defendía esta corporación
iban más allá de los límites de la provincia, por lo que se interesó por obras de
comunidades cercanas a Andalucía que corrían peligro de desaparecer. Este es el
caso de dos estatuas consulares y varios fragmentos expuestos en la escuela pública
de párvulos de Medina de las Torres, en la vecina provincia extremeña de Badajoz.
La Comisión sevillana, al enterarse de su existencia por boca de uno de sus vocales y
ante el temor de que éste no fuera el lugar adecuado para su conservación,
partiendo de que no existía museo en la provincia, decidió pedir autorización a la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para su traslado al museo de Sevilla
basándose en lo establecido en el artículo cuarto del reglamento1091.
En 1867 el Gobierno Central manifestó su decisión de crear un Museo
Arqueológico Central y con este motivo pidió a las Comisiones Provinciales que
enviasen a Madrid aquellos objetos que estuvieran duplicados o que fueran una
muestra destacada de la historia del arte en España procedentes de los fondos de
los museos arqueológicos. La Comisión de Sevilla se mostró reticente a enviar piezas
exponiendo que no había duplicados y aquellas más destacadas del pasado histórico
español estaban en el establecimiento en calidad de depósito, por lo que no se
podía disponer de ellas1092. También en este año el director de Instrucción Pública
comunicó la posibilidad de crear en todo el país museos de monumentos de
antigüedades cristianas, como había propuesto la Comisión de Monumentos de
1088
ACPMPS. Libro II. 6 de noviembre de 1866.
1089
ACPMPS. Libro II. 27 de noviembre de 1866.
1090
ACPMPS. Libro II. 14 de julio de 1867.
1091
ACPMPS. Libro II. 2 de octubre de 1866, y ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 7º.
1092
ACPMPS. Libro II. 9 de diciembre de 1867.
221
Barcelona, y pidió a las provinciales que junto con el Arzobispo de la diócesis
propusieran el templo más artístico donde ubicar el museo1093.
1093
ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de 1867.
1094
ACPMPS. Libro II. 10 de diciembre de 1867.
1095
ACPMPS. Libro II. 5 de noviembre de 1867.
1096
ACPMPS. Libro II. 10 de diciembre de 1867.
1097
ACPMPS. Libro II. 15 de febrero de 1877.
1098
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 36T y ACPMPS. Libro II. 30 de marzo de 1871.
1099
ACPMPS. Libro II. 22 de noviembre de 1875.
1100
ACPMPS. Libro II. 29 de abril de 1876.
222
de 1879 y el nombramiento de ayudante de tercer grado en la sección de museos
del Cuerpo de Archiveros Bibliotecarios y Anticuarios a favor de Manuel Campos
Munilla motivó la decisión por parte de la Comisión de entregar el Museo
Arqueológico con todos los objetos que lo constituía por inventario a dicho señor.
Este cambio de poderes y la cesión de objetos se llevaron a efecto un año más
tarde1101 debido al retraso de Demetrio de los Ríos en la entrega del inventario
clasificado que estaba realizando1102.
Por estas fechas algunas de las comisiones ya habían redactado el catálogo de
los objetos que habían reunido y que conservaban en sus museos, e incluso la de
Valencia lo había impreso y publicado. Estos inventarios tenían la finalidad de
acercar los aficionados a los estudios arqueológicos y eran necesarios para la
administración de los Museos Provinciales de Antigüedades, por lo que la Academia
de la Historia solicitó su ejecución a las corporaciones que aún no lo hubieran
realizado, entre las que se encontraba la de Sevilla1103.
La Comisión de Sevilla realizó una intensa labor con el fin de obtener piezas
que completasen los fondos del Museo Arqueológico Provincial a través de
donaciones, depósitos y adquisiciones, aunque desde el momento de la creación del
Museo Arqueológico Central algunas de las donaciones se dirigían a este organismo,
eso sí, procurando no descuidar al Provincial. En 1868 el Conde de Castilleja de
Guzmán donó 14 flechas de cobre halladas en una galería subterránea de su
propiedad en 1860 al museo de Madrid, y otras tantas al de Sevilla1104. Como
medida para incrementar las colecciones de los museos provinciales, Demetrio de
los Ríos presentó una lista de anticuarios a los que se debía pedir objetos o
proponerles el depósito de alguna pieza si no se mostraban conforme con la
primera opción, en todos los casos constaría el nombre del dueño como medida
para fomentar estos comportamientos1105.
1101
ACPMPS. Libro II. 29 de junio de 1880.
1102
ACPMPS. Libro II. 12 de febrero de 1880.
1103
“Oficio de la sección de Fomento del Gobierno de la Provincia de Sevilla a la Comisión Provincial
de Monumentos Históricos y Artísticos de Sevilla, de 21 de abril de 1871”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla.
Edificios y Monumentos. 1º. 1A/12.
1104
ACPMPS. Libro II. 4 de junio de 1868 y ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/23.
1105
ACPMPS. Libro II. 26 de junio de 1875.
223
Entre las donaciones que se hicieron al Museo Arqueológico Provincial se
encontraba un fragmento de mármol de estilo mudéjar encontrado en los cimientos
de la casa del Conde de Bagaes, en la calle de las Palmas1106. Vicente Fernández
cedió una estatua de piedra sin cabeza que habían descubierto sus trabajadores
arando en el “sitio de los Palacios”, en Santiponce. Junto a ésta se había hallado
otro ejemplar que se había quedado el dueño de las tierras con intención de
venderla y que el vicepresidente, al enterarse, había pedido que cediera al Museo
Arqueológico1107. Manuel Ferrer y Juvite regaló un mosaico1108 y Alejandro Quijano
dio un capitel1109.
Precavida, la Comisión pidió que se cediera al Museo Arqueológico Provincial
cualquier objeto artístico que se encontrase en las obras ferroviarias que en ese
momento se estaban realizando bajo el Castillo de Alcalá de Guadaíra1110 y
recogieron algunos de los capiteles del destruido templo de San Miguel1111.
Demetrio de los Ríos consiguió dos ladrillos de cobre con la marca de un animal
parecido a un toro y que tenían dibujada una cruz encima del lomo1112. Se autorizó
al vicepresidente la adquisición de dieciséis tinajas de carácter árabe, de entre las
cuales se haría una selección para destinarlas al Museo Arqueológico1113. Esta
institución se hizo cargo de dos figuras en losetas de cerámica, de carácter religioso,
procedentes del ex-convento del Pópulo, ahora cárcel nacional, que fueron llevadas
al museo1114. Por Real Orden se autorizó la entrega a la Comisión de dos estatuas
existentes en la tercena de tabacos de la capital1115. Los vocales de la Comisión
acordaron pedir para el Museo Arqueológico las lápidas del Salvador, la de la
Colombina y la de la Biblioteca Provincial1116, además de varios objetos que se
encontraban en la biblioteca de la Universidad1117. Además el vicepresidente solicitó
1106
ACPMPS. Libro II. 23 de julio de 1872.
1107
ACPMPS. Libro II. 7 de octubre de 1874.
1108
ACPMPS. Libro II. 29 de abril de 1876.
1109
ACPMPS. Libro II. 19 de septiembre de 1881.
1110
ACPMPS. Libro II. 30 de octubre de 1872.
1111
ACPMPS. Libro II. 23 de abril de 1872.
1112
ACPMPS. Libro II. 14 de diciembre de 1872.
1113
ACPMPS. Libro II. 26 de junio de 1875.
1114
ACPMPS. Libro II. 21 de junio de 1871.
1115
ACPMPS. Libro II. 22 de noviembre de 1875.
1116
ACPMPS. Libro II. 22 de noviembre de 1875.
1117
ACPMPS. Libro II. 4 de enero de 1876.
224
el puteal del cuartel de la guardia civil de Huelva, luego llevado al patio del
Gobierno de la provincia1118, una ventana mudéjar propiedad de los Señores
Fuentes y dos capiteles latino-bizantinos del hospital de Niebla, propiedad del
Estado, basándose en que la Comisión de esta provincia estaba disuelta y en los
artículos 40 y 41 del reglamento de las Comisiones de Monumentos, en los que se
disponía que cuando una provincia no pudiese establecer un museo arqueológico
los objetos de la misma debían pasar a componer parte del museo provincial que
dispusiese la Real Academia de la Historia o de San Fernando1119. Al Alcalde de
Peñaflor se le solicitó un capitel, al Conde de Valdeflores que autorizase a la
Comisión para sacar un mosaico de una casa de su propiedad1120 y a la Diputación
Provincial una fuente bautismal de cerámica del Hospital de San Lázaro para el
Museo Arqueológico1121. Se tuvo intención de recoger el ajimez de la casa nº 8 del
callejón de los estudiantes, pero se abandonó la idea al saber que su dueño lo había
colocado en una casa recién construida1122 y se compraron a Eduardo Sánchez doce
tinajas antiguas depositadas en Valencina1123.
En este período siguieron surgiendo problemas con algunas autoridades que se
oponían a la cesión de los bienes que tenían bajo su custodia, aunque la orden
proviniese del Gobernador de la provincia. En 1869 se inició la pelea por la posesión
del manto del Emperador Carlos V que estaba en la Iglesia de Santiago y que el
Gobernador de la diócesis se negaba a ceder al museo como pieza arqueológica1124.
Los únicos datos que se recogen en las actas de estos años referentes a la
relación de la Comisión con el Museo Provincial de Pinturas es la petición que hizo
al Gobernador de la provincia para que se consiguiese en depósito una tabla de
1118
Se tiene noticia de que el puteal salió de Huelva en barco con destino a Sevilla dos años después
de las primeras gestiones realizadas. “Oficio de Antonio Fernández García al Presidente de la
Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Sevilla, de 26 de febrero de
1878”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/23.
1119
ACPMPS. Libro II. 29 de abril de 1876 y ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/23.
1120
ACPMPS. Libro II. 20 de junio de 1876.
1121
ACPMPS. Libro II. 7 de noviembre de 1876.
1122
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 49E y ACPMPS. Libro II. 18 de noviembre de
1876 y 15 de febrero de 1877.
1123
ACPMPS. Libro II. 10 de abril de 1878.
1124
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 32 T.
225
Sánchez de Castro procedente del ex monasterio de San Isidoro del Campo1125, pero
la autoridad eclesiástica no dio su autorización1126.
1125
ACPMPS. Libro II. 3 de julio de 1875.
1126
ACPMPS. Libro II. 23 de septiembre de 1875.
1127
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 7º.
1128
ACMHAPS. 6ª. Sevilla Capital. 6º/3.
1129
ACMHAPS. 6ª. Sevilla Capital. 6º/3.
1130
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 7º.
226
presidente como vocal en el Patronato del Museo Provincial de Bellas Artes
siguiendo una disposición de la Dirección General de Bellas Artes1131. La
preocupación de sus vocales aparece ahora centrada exclusivamente en el
Arqueológico Provincial. Muchas de las piezas con las que este museo enriqueció
sus fondos fueron encontradas en las Ruinas de Itálica o alrededores. Como había
ocurrido desde su fundación los procedimientos por los que los objetos solían llegar
al establecimiento eran a través de donaciones procedentes de particulares,
donaciones de la Comisión o gracias a las gestiones que esta última corporación
realizaba con el fin de obtener la venta o cesión del objeto deseado. La cantidad de
piezas que se iban incorporando a la colección del Museo Arqueológico hizo que el
espacio destinado a su exhibición pronto se quedase pequeño y que el jefe del
museo solicitase la ampliación de la institución. La Comisión apoyó la petición y
sugirió la incorporación de un salón unido a la Escuela Superior de Maestros, que
era empleado en las clases de gimnasia y que tenía fácil acceso al museo si se
convertían las ventanas en puertas1132.
Durante el año 1884 la Comisión hizo numerosos donativos al Museo
Arqueológico Provincial. Entre estos objetos destacaban1133 algunos de la Catedral
hispalense cedidos por Adolfo Fernández Casanova (tres florones, tres dovelas
orladas de capullos y cinco dovelas orladas de hojas), una teja enviada por el cuerpo
de ingenieros militares, un racimo de estalactitas del alfarje de San Andrés
considerado de exquisito trabajo y especial gusto donado por su cura párroco y tres
piezas procedentes de Itálica (un trozo de estatua de mujer desnuda en mármol y
dos basas de columna de mármol mutiladas). Eusebio Domínguez entregó en 1885
un capitel que había encontrado en el paraje de las "Eras del Convento" en Itálica al
sacar tierra para hormigón delante de la fachada de su casa lindante con la
carretera. Éste medía 0'49m de altura y 0'19m de radio en la base y se encontraba
algo mutilado. Otros objetos entregados al Museo procedentes del mismo lugar
fueron un trozo de caño de 0,72m de largo, un capitel pequeño de 0'12m de altura
y 0'06m de radio en la base, una tinaja bastante mutilada sin asiento, rajada y con
1131
ACPMPS. Libro V. 30 de septiembre de 1940.
1132
ACPMPS. Libro III. 2 de abril de 1894.
1133
ACPMPS. Libro II. 16 de julio de 1884.
227
varios taladros, de 1'12m de altura, una basa de columna, un trozo de cornisa y un
fragmento pequeño de capitel1134.
La Comisión también hizo gestiones para que fuese trasladado al
Arqueológico un sarcófago de plomo encontrado en Santiponce1135 y pidió al
Gobierno Civil que los objetos descubiertos en terrenos particulares fuesen
examinados por la Provincial de Sevilla por si creía conveniente adquirirlos para la
colección. De 1896 tenemos constancia de otras piezas que fueron llevadas al
Museo Arqueológico: un mosaico que representaba el rapto de Europa dividido en
51 trozos procedente de Itálica, siete monedas de cobre, una pequeña estatua de
plomo, una cabeza pequeña de caballo de bronce, tres instrumentos de bronce que
parecían espátulas, un fragmento de asa de barro con sello, tres pequeñas
piedrecitas que podían ser posadas, un cascabelillo de cobre, cuatro lucernas de
barro, un trozo inferior de una cara varonil de piedra, un fragmento de mármol de
una cabeza de ave, cuatro fragmentos de un vaso de barro en parte vidriado en
verde, dos instrumentos prehistóricos de piedra y varios fragmentos de un trozo de
pintura mural que existía en una de las galerías del anfiteatro de Itálica1136.
Una de las piezas más importantes que la Comisión de Monumentos de
Sevilla adquirió para el Museo Arqueológico Provincial fue la escultura de una Diana
cazadora (ilustraciones 41 y 42). En 1900 algunos de sus miembros junto con otros
de la Diputación Provincial fueron a Santiponce para comprar la estatua
recientemente descubierta1137 por 1790 pesetas, además de conseguir permiso del
vendedor para explorar el terreno a fin de buscar los trozos que le faltaban. Se
acordó empezar las excavaciones en el corral donde se había encontrado la estatua,
e incluso los vocales de la Comisión decidieron poner dinero de su bolsillo para
comenzar las obras siempre que la Diputación Provincial ofreciese el reintegro más
tarde. Además se decidió que Manuel Fernández López escribiese una memoria
histórico-descriptiva de la diosa y que fuese impresa a costa de la Comisión,
acompañada del correspondiente grabado. La Comisión encargó también una
acuarela de la pieza a Virgilio Mattoni. La historia de este hallazgo casual, contada
1134
ACPMPS. Libro II. 22 de agosto de 1885.
1135
ACPMPS. Libro II. 25 de febrero de 1890.
1136
ACPMPS. Libro III. 19 de octubre de 1896.
1137
ACMHAPS. 11ª. Itálica.1, ACMHAPS. 11ª. Itálica.6 y ACPMPS. Libro III. 8 de noviembre de 1900.
228
por Francisco Caballero Infante y Manuel de Campos y Munilla antes de que se
extrajera del todo, es la siguiente1138: Casimiro Arias, propietario de unas tierras a
espaldas del sitio llamado el Peladero, en parte exterior del recinto amurallado de
Itálica, haciendo las labores propias de la estación, encontró enterrados a un metro
de profundidad y cubiertos en parte por un gran bloque de mortero, procedente tal
vez del viejo muro, las columnas con sus basas correspondientes, los capiteles y una
estatua de mármol blanco de 2,29 metros de altura, con la cabeza separada del
tronco y a la que le faltaba más de la mitad de la pierna derecha, desde el arranque
del tercio inferior hasta un par de traveses de dedo por encima de la rodilla. La
estatua estaba tocada de forma elegante y vestía con una túnica sin mangas y
estola, la primera caía hasta cerca de las rodillas y la segunda, recogida, estaba
enrollada por debajo de la cintura; los pliegues resultaban bien estudiados,
colocados con naturalidad y sin rigidez. El cíngulo cerraba con un broche que
representaba la cabeza de un macho cabrio. A modo de bandolera le cruzaba el
pecho de derecha a izquierda una delgada correa cuyos extremos se perdían en los
pliegues de la estela, sin que se pudiera decir en ese momento, a causa de la
imposibilidad de mover el tronco, si la bandolera era para mantener recogida la
falda o si de ella colgaba la aljaba o cualquier otro objeto. En los pies llevaba una
especie de borceguíes, muy parecidos al calzado de los senadores romanos,
rematados por arriba en apéndices o aletas colgantes figurando cabezas y garras de
león y cerrados por la parte anterior con trenzados de correa, limitados por doble
fila de botones. La estatua estuvo colocada sobre su basa, que se conservaba, de pie
y en actitud de reposo, y debió apoyarse con su mano izquierda en un pequeño pilar
que aparecía cubierto por una piel, posiblemente de jabalí doblada a lo largo. Era
una representación de Diana Cazadora, hija de Júpiter, hermana de Apolo y diosa de
los bosques y de la caza. Debió de ser esculpida en el siglo II d.C., entre Adriano y los
Antoninos. Poco después estaba concluida la instalación de la escultura en el Museo
Arqueológico Provincial1139. Antes de su colocación se le había añadido en yeso
parte de la pierna derecha, buscando aumentar las condiciones de estabilidad de la
escultura y evitar el deplorable efecto estético de la muleta de madera que llevaba.
1138
ACPMPS. Libro III. 8 de noviembre de 1900.
1139
ACPMPS. Libro III. 28 de marzo de 1901.
229
En general los miembros de la Comisión Provincial de Sevilla se mostraron
conformes con esta adición, exceptuando Mattoni, que quiso que constase en acta
su protesta. Para evitar falsos históricos se acordó que en la tarjeta que había de
ponerse en el pedestal de la escultura se anotasen las dimensiones de la parte
añadida y el nombre del autor de la restauración, Francisco Narvona, profesor de la
Escuela Provincial de Bellas Artes. Algunos años después, bajo la Vicepresidencia de
José Gestoso, los periódicos mencionaron el descubrimiento de unos brazos que
podían pertenecer a la Diana Cazadora1140.
Otra importante pieza llevada al Museo Arqueológico fue la sepultura con
dos cubiertas sobrepuestas encontrada durante las excavaciones efectuadas en
1904 en la Vegeta de Santiponce1141 y descrita en el apartado dedicado a la
vicepresidencia de José Gestoso.
La Comisión también depositó en estas fechas en el Museo Arqueológico
una cabeza romana1142 y los objetos y monedas que la institución poseía originarios
de Itálica1143. Unos años más tarde también fueron llevados al museo los objetos
procedentes de la malograda Casa Museo de Itálica1144. La Provincial intervino para
conseguir un sepulcro romano-cristiano de propiedad particular que existía en el
jardín de ingreso a la Iglesia de San Sebastián de la capital1145 y un capitel visigótico
existente en un ángulo de la casa calle Corral del Rey nº 11 que estaba sufriendo
desperfectos por el paso de vehículos1146. Al inicio de su presidencia Hernández Díaz
propuso que fuesen extraídos del torreón de las Alcantarillas de Utrera tres sillares
con dibujos incisos con forma de castillos para llevarlos al Museo Arqueológico y
que se sustituyesen por otros a efectos de la consolidación del monumento1147.
En 1915 la Comisión apoyó la decisión del director de colocar unidas la
pierna de una estatua de Mercurio que había en el establecimiento y la escultura
marcada con el número 108 del inventario1148.
1140
ACPMPS. Libro III. 27 de febrero de 1908.
1141
ACPMPS. Libro III. 18 de noviembre de 1904.
1142
ACPMPS. Libro III. 19 de diciembre de 1914.
1143
ACPMPS. Libro IV. 24 de septiembre de 1925.
1144
ACPMPS. Libro IV. 5 de junio de 1928.
1145
ACPMPS. Libro V. 15 de mayo de 1937.
1146
ACPMPS. Libro V. 21 de junio de 1946.
1147
ACPMPS. Libro V. 6 de julio de 1949.
1148
ACPMPS. Libro III. Marzo de 1915.
230
Además del Museo Arqueológico Provincial existía en Sevilla otro museo de
las mismas características perteneciente al Ayuntamiento fundado en 1886 e
instalado en la Torre de Don Fadrique desde 1920. Ambos museos se unieron 1941,
cuando el Ayuntamiento suprimió el Museo Municipal y sus fondos pasaron al
Arqueológico Provincial. A partir de 1942 se comenzó el traslado de la colección al
Pabellón del Renacimiento en la Plaza de América. La inauguración se hizo el 25 de
mayo de 19461149 y desde entonces el edificio ha sufrido varias obras de adecuación
debido al lastimoso estado que presentaba, como las emprendidas en 1960
(ilustración 43) y recientemente en 2009.
1149
López Rodríguez, J. R. Op. cit. Sevilla, 1995, pp. 11-25.
231
Capítulo 5. Exposiciones Nacionales y Universales. El papel de la
Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla
1150
“Comunicación del gobierno provincial al Presidente de la Comisión de Monumentos Artísticos
de 25 de octubre de 1865”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/ 12.
1151
“Circular del Ministerio de Fomento de 24 de noviembre de 1872”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla
Provincia. 2º/ 12.
1152
“Comunicación del Gobierno Civil de la Provincia de Sevilla al vicepresidente de la Comisión de
Monumentos Artísticos de 30 de enero de 1882”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/ 12.
232
proyección exterior de la ciudad durante el evento1153. Además este presidente
intervino como comisario regio de la exposición1154.
Como hemos mencionado la colaboración de la Comisión de Sevilla no fue
solicitada en nada de lo concerniente a la Exposición Universal de 19921155, y
aunque los vocales mostraron su desacuerdo con la decisión, no era de extrañar si
tenemos en cuenta la escasa actividad que la corporación presentaba desde
bastante tiempo atrás.
1153
ACPMPS. Libro IV. 3 de enero de 1928.
1154
ACPMPS. Libro IV. 3 de julio de 1930.
1155
ACPMPS. Libro VII. 21 de enero de 1986.
233
6. Análisis sobre los criterios de actuación
1156
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 9º y ACPMPS. Libro V. 3 de noviembre de 1949.
234
conjunto urbano al romper la armonía arquitectónica. Desde la Comisión de
Monumentos se hizo lo posible para evitar las posibles consecuencias negativas que
el progreso pudiera tener en la ciudad y en numerosas ocasiones hizo uso de su
influencia con el Ayuntamiento en este sentido. En 1928 se designó a una comisión
multidisciplinar compuesta por el escultor Manuel Delgado Brackembury, el pintor
Juan Lafita Díaz, el arquitecto Juan Talavera Heredia y el sacerdote José Sebastián
Bandarán para que estudiasen lo relacionado con las nuevas construcciones en el
barrio de Santa Cruz y su especial cuidado y vigilancia1157 y de 1930 es la petición a
la Alcaldía de que pasasen por sus manos los proyectos de las obras que pudieran
efectuarse en este barrio, declarado de Interés Artístico, para controlar la estética y
altura de los edificios respecto a las construcciones colindantes1158.
En relación con este tema hay que destacar el “Informe de la Comisión
Provincial de Monumentos sobre las zonas artísticas de Sevilla” de 19491159,
ampliamente comentado en el apartado de esta tesis “Sevilla como monumento
nacional”. Este informe, solicitado por la Comisión Municipal Permanente y
redactado por los arquitectos Antonio Illanes del Río y Antonio Gómez Millán junto
con el catedrático de la Universidad de Sevilla Enrique Marco Dorta1160, delimitaba
las zonas artísticas de la ciudad y proponía medidas que podían ayudar a la
conservación de cada una de ellas marcando alturas máximas y poniendo como
referencias edificaciones emblemáticas que no debían superarse (el Ayuntamiento,
la Catedral y el Sagrario, etc.). También ha quedado abundante documentación de
la polémica despertada por la construcción del Instituto Nacional de Previsión,
desarrollada en el capítulo de la tesis con el mismo nombre, ya que su situación
junto a la Catedral y la altura proyectada (entre 23,50 metros y 27 metros) se
alejaban bastante de los 18 metros como máximo que la Comisión de Monumentos
consideraba adecuados. Otros casos que también se estudiaron fue la fachada de la
casa nº 15 de la calle Santa María la Blanca, inmediata a la iglesia de la misma
1157
ACPMPS. Libro IV. 21 de junio de 1928.
1158
ACPMPS. Libro IV. 6 de octubre de 1930.
1159
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 9º y ACPMPS. Libro V. 3 de noviembre de 1949. El informe se
presentó en una sesión en la que participaron José Hernández Díaz como presidente, Enrique Marco
Dorta vicepresidente, Antonio Gómez Millán, Antonio Jurado Armario, el Marqués de San José, el
Conde del Bustillo, Juan Lafita Díaz, Jos Pérez, Joaquín Romero Murube, Joaquín Barras de Aragón,
Juan Talavera Heredia, Alfonso Grosso y Sánchez y Julio González y González como secretario.
1160
ACPMPS. Libro V. 7 de septiembre de 1949.
235
advocación, en el que una comisión formada por el presidente José Hernández Díaz,
Antonio Arévalo, Francisco Collantes de Terán, Enrique Marco Dorta, Francisco
Barras de Aragón, Juan Lafita Díaz, Alfonso Grosso y Antonio Sancho Corbacho, que
actuó como secretario, decidió que no podía elevarse por encima de la espadaña
del edificio religioso1161.
El impacto visual que las edificaciones de nueva construcción puedan tener
en el conjunto de la ciudad sigue siendo un tema controvertido y se ha recogido en
numerosos referentes teóricos y reglamentos jurídicos, desde la Carta de Venecia
de 19641162 (artículo 6º) hasta la ley 14/2007 de 26 de noviembre del Patrimonio
Histórico de Andalucía (artículo 19, a). Basta poner de ejemplo la polémica existente
alrededor de los llamados Parasoles de la Encarnación, situados sobre un
importante yacimiento arqueológico, o de la edificación de la conocida como Torre
Pelli1163, con 178 metros proyectados en altura, al límite del casco histórico y sobre
la que el ICOMOS, organismo asesor de la UNESCO en materia de patrimonio
histórico, ha realizado un informe de 31 páginas en el que concluye que “la
protección de los bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial situados en
Sevilla no es compatible con la construcción de la Torre Pelli. El impacto al menos en
dos de ellos: Catedral-Giralda y Alcázar (en sus jardines, y sobre todo desde el
adarve superior de la galería de grutescos) será prácticamente irreversible”1164. Para
evitar su construcción se ha creado una plataforma que cuenta con el apoyo de
1161
ACPMPS. Libro V. 7 de febrero de 1951.
1162
Carta internacional sobre la conservación y la restauración de monumentos y de conjuntos
histórico-artísticos. II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos,
Venecia 1964
1163
La aparición en prensa de informaciones relacionadas con la torre es constante debido a la
intensa polémica despertada en la ciudad. Por citar algunas de las noticias aparecidas al respecto:
Diario de Sevilla. “La Unesco mira con lupa a Sevilla”. 23 de julio de 2008.
ABC. “Las otras torres Pelli”. 10 de noviembre de 2008.
ABC. “Urbanismo estudia el espacio que tendrá en la Torre Pelli si se muda allí”. 8 de abril de 2009.
ABC. “El Ministerio defenderá la Torre Pelli ante la UNESCO, según el Ayuntamiento”. 28 de mayo de
2009.
El Mundo. “Edificios altos en el entorno de Sevilla”. 15 de junio de 2009.
El Correo de Andalucía. “La UNESCO Analizará el Impacto de la Torre Pelli al margen de Cultura”. 23
de junio de 2009.
El Mundo. “La UNESCO decidirá si “expulsa” a Sevilla tras oír a sus expertos”. 23 de junio de 2009
1164
Informe sobre la construcción de la Torre Pelli para Cajasol en Sevilla. ICOMOS (Consejo
Internacional de Monumentos y Sitios) Comité Nacional Español.
236
profesionales como el arquitecto Fernando Mendoza1165, Premio Nacional de
Restauración y Conservación de Bienes Culturales 2008.
Otra de las consecuencias negativas que conllevó el aumento de valor del
suelo urbano fue la destrucción de parte o la totalidad de algunos monumentos,
como por ejemplo las últimas cinco naves del flanco Sur de las Reales Atarazanas de
Sevilla con motivo de la construcción del edificio de la delegación de Hacienda1166.
La situación de este edificio, que ha sufrido los usos más diversos (aduana,
pescadería, hospital, dependencias del ejército y últimamente sala de exposiciones
y sede de conferencias) ha vuelto a la actualidad tras su cesión por parte de la Junta
de Andalucía a la entidad financiera La Caixa durante un período de 75 años para su
conversión en centro cultural. Esta cesión conllevará una reforma millonaria e
integral del edificio que “incorporará la potenciación de los elementos históricos y
arqueológicos más relevantes de este conjunto”1167.
Durante los años en los que la Comisión desarrolló su trabajo tuvo que
enfrentarse con la demolición de construcciones de valor histórico y artístico, en
ocasiones de manera indiscriminada, bajo el argumento de necesidades de
salubridad y mejora de comunicaciones, como ilustran estas palabras del que fuera
vicepresidente de la institución, José Gestoso “Desgraciadamente no han sido raras
en los tiempos presentes, las demoliciones de monumentos por los municipios, bajo
el pretexto ya tan desacreditado de pública utilidad, y sabido es, que en no pocos
casos, las particulares conveniencias, que no el general interés, se han impuesto,
triunfando en mala hora, de las justas y razonadas protestas de aquellas
corporaciones que tienen a su cargo velar por nuestra riqueza monumental”.1168 En
este apartado merece especial mención la destrucción de parte importante del
cinturón de murallas de la ciudad de Sevilla, cuyas vicisitudes durante estos años
han sido desarrolladas en capítulos anteriores de este estudio, sobre todo en los
dedicados a la presidencia de Claudio Boutelou (1882-1902), José Gestoso (1903-
1165
ABC. “La Torre Pelli es ilegal y lo denunciaremos en los tribunales”. 28 de junio de 2009.
1166
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 9º y ACPMPS. Libro V. 3 de noviembre de 1949.
1167
ABC. “La Junta le da a la Caixa las llaves de las Atarazanas para los próximos 75 años”. 1 de abril
de 2009.
1168
“Oficio en el que tras exponer todos los antecedentes sobre las murallas de Sevilla se solicita que
sean declaradas Monumento Nacional”. 24 de noviembre de 1906. Gabinete de Antigüedades de la
Real Academia de la Historia. CASE/9/7971/060(02)
237
1917) y Carlos Cañal y Migolla (1928-1931). El Alcalde de Sevilla, Fernando Barón y
Martínez de Agulló, se justificaba así en el año 1907 “Al preocuparse el Excmo.
Ayuntamiento que me honro en presidir, de la higiene y salubridad del populoso
barrio de San Julián y de la indispensable necesidad de facilitar la comunicación del
mismo por la ronda, ha reconocido desde luego que son poderosas las razones que
aconsejan estas mejoras por la opinión pública, y el saneamiento de aquella
importante zona de la ciudad, no lo son menos las que siempre ha considerado la
Corporación esenciales para estimar un deber la conservación del trozo de muralla
comprendido entre las puertas de la Macarena y la de Córdoba.”1169 Cuando
observamos la postura defendida por la Comisión ante demoliciones justificadas por
la necesidad de obtener nuevos terrenos para construir edificios o la mejora de
comunicaciones y la salubridad de la ciudad, la posición adoptada es casi siempre
conservacionista, aunque también se atendieron a presiones políticas o se
consideraron acertadas estas razones, haciéndolas prevalecer sobre los valores
artísticos o históricos de la construcción puesta en el punto de mira. En el citado
caso del lienzo de murallas de Sevilla, a pesar de la lucha emprendida por los
vocales de la Comisión desde sus inicios (la primera noticia que tenemos es de
1850, seis años después de que se fundase esta institución, con Manuel López
Cepero en el puesto de vicepresidente) hasta que se consiguió que fueran
declaradas Monumento Nacional con el apoyo de la Academia de San Fernando por
R.O de 11 de enero de 1908, la Comisión cedió a la apertura de portillos en la
misma en 1910. Otro caso en el que la Comisión defendió la desaparición de una
construcción histórica fue con el acueducto conocido como los “Caños de
Carmona”. Esta postura estaba encabezada por su vicepresidente, José Gestoso,
que pretendía hacer valer cuestiones urbanísticas frente a otras de carácter
histórico. José Gestoso se pronunciaba de la siguiente manera en 1911 sobre estos
restos arqueológicos: “Tras el estado y aspecto que actualmente presenta el
acueducto, en cuya construcción el ojo más perspicaz no descubre ni el más
insignificante rasgo artístico, ni de interés arqueológico, ni en su conjunto ni en sus
1169
“Oficio de traslado del Alcalde de Sevilla en el que solicita se abran vías de comunicación en el
tramo de muralla comprendido entre la Puerta de la Macarena y la de Córdoba por necesidades de
salubridad sin detrimento de la conservación de dicho monumento”. 26 de marzo de 1907. Gabinete
de Antigüedades de la Real Academia de la Historia. CASE/9/7971/060(08)
238
pormenores, pues no pasa de vulgar y corriente albañilería de los antiguos
tiempos…….Estima el que suscribe que son de tal índole e importancia las exigencias
del interés público que reclaman la destrucción del acueducto, que en este caso ni
pueden ni deben posponerse a un exagerado espíritu conservador, que si es loable
en la mayoría de los casos, es inadmisible en el presente, pues sólo se fundamenta
en una tradición de antigüedad, no en un verdadero mérito“1170. La argumentación
fue adoptada de manera general por el resto de los miembros de la Comisión1171,
enfrentándose de forma manifiesta con la Real Academia de la Historia, que
defendía la conservación íntegra del monumento1172 y lo tachaba no de obra de
arte, pero sí de obra de ingeniería cargada de valores históricos que le otorgaban
valores culturales más allá de lo meramente artístico.
El objetivo de la Comisión de Monumentos fue siempre velar por preservar
los elementos singulares que definían la ciudad de Sevilla, intentando evitar que la
urbe se convirtiera en un lugar poblado desprovisto de personalidad alguna. Es
cierto que bajo estas premisas se caía en riesgo de fomentar un “falso tipismo”, en
el que no tendrían cabida los nuevos movimientos arquitectónicos que surgieron
durante el amplio abanico de tiempo durante el cual la Comisión de Monumentos
de Sevilla permaneció activa. El ejemplo mejor documentado sobre este tema lo
tenemos siendo presidente de la Comisión José Hernández Díaz en el “Informe de la
Comisión Provincial de Monumentos sobre las zonas artísticas de Sevilla”1173 de
1949. Una de las propuestas que en él se recogía era que los nuevos proyectos de
fachada que se fueran a realizar se estudiasen en relación al estilo tradicional, por lo
que estos proyectos debían de acompañarse de gráficos que los contextualizasen
con las edificaciones limítrofes. No se pretendía ejercer sólo el control sobre la
altura de las construcciones, sino que de esta manera se estaba fomentando un
“ambientalismo mimético”. Tras esta premisa subyacía la preocupación por
mantener los rasgos característicos y reconocibles de la urbe, aquellos que la hacían
1170
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 24
1171
“Lo de los Caños de Carmona, reunión en el Gobierno Civil”. El Liberal. 10 de mayo de 1911.
1172
“Muy doloroso es a esta Academia tener que sustentar un criterio de todo punto contrario al de
aquella Comisión, y tener que lamentar que no haya sido ella quien levantara primeramente la voz,
ante la Academia, del peligro que corría aquel antiguo acueducto” Fita, F., el Marqués de Cerralbo y
Mélida, J. R. “El antiguo acueducto hispalense conocido con el nombre de "Caños de Carmona”.
Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo 58 (1911), p. 519.
1173
ACMHAPS. 4ª. Generalidades. 9º y ACPMPS. Libro V. 3 de noviembre de 1949.
239
identificable para cualquier persona, evitando que esta estética se viese alterada en
el futuro. Por otro lado se caía en el peligro de crear una ciudad-decorado, sin
cabida para nuevos estilos arquitectónicos que pudieran enriquecer su
personalidad. La idea ya aparecía recogida en el art. 6 de la Carta del Restauro de
1932 y representaba uno de los aspectos más discutidos del documento1174.
El progreso afectó a la fisonomía de la ciudad no sólo en la anchura de las
vías, la altura o el estilo constructivo de sus edificios. La introducción de nuevos
elementos como paradas de tranvías o autobuses, el mobiliario urbano o los
carteles anunciadores se convirtieron progresivamente en tema de preocupación
que fue en aumento entre los miembros de la Comisión de Monumentos, sobre
todo a medida que transcurría el siglo XX y crecía de forma descontrolada su
presencia en la urbe. Son varios los ejemplos que podemos citar como muestra de
este interés por no desvirtuar o evitar que se ensombreciera de algún modo los
valores intrínsecos del patrimonio arquitectónico de Sevilla. En 1937 la Comisión
acordó en sesión ordinaria, a la que asistieron el entonces presidente Fray Diego de
Valencina, Juan Lafita Díaz, Juan Talavera Heredia, Cayetano Sánchez Pineda, A.
Gómez Millán y el secretario José Sebastián y Bandarán, oficiar a la Jefatura
Provincial de la Falange Española de las J.O.N.S. (Juntas de Ofensiva Nacional-
Sindicalista) para que no se empleasen los paramentos y fachadas de los
Monumentos del Tesoro Artístico de la provincia para fijar en ellos anuncios ni
carteles1175.
Desde que en 1939 el Alcalde de la ciudad pidió que se integrase a uno de
los miembros de la Comisión en la junta encargada de la redacción del proyecto de
las ordenanzas municipales1176, los vocales participaron activamente asesorando al
Consistorio hispalense en distintos temas vinculados a urbanismo y patrimonio
presentando informes. Fue bajo la primera presidencia de José Hernández Díaz
(1949-1966)1177 cuando las actas reflejan un mayor número de resoluciones en
contra de la colocación de cualquier tipo de elemento que pudiera distorsionar la
1174
González-Varas, I. Conservación de Bienes Culturales. Teoría, historia, principios y normas.
Madrid, 2008, pp. 440 y 441.
1175
ACPMPS. Libro V. 17 de abril de 1937.
1176
ACPMPS. Libro V. 16 de enero de 1939.
1177
No olvidemos que José Hernández Díaz también fue Alcalde de la ciudad de Sevilla desde 1963 a
1966.
240
visión de los edificios monumentales. Hay noticias en las actas del 5 de marzo de
1952 del oficio que se había enviado al Alcalde para que se suspendiese la
colocación de un anuncio indicador de la oficina de turismo en la fachada de las
Casas Capitulares1178. Las personas que participaron en esa reunión, además del
presidente José Hernández Díaz, fueron Francisco Barras de Aragón, Sebastián
Bandarán, el Conde de Bustillo, Alberto Balbotín Orta, Antonio Gómez Millán, Juan
Lafita Díaz, Enrique Marco Dorta y el secretario, Antonio Sancho Corbacho. Otro
ejemplo que podemos citar en este sentido es la resolución alcanzada en las
sesiones del 18 de marzo y 6 de mayo de 1953, en la que los vocales1179 acordaban
no aprobar el proyecto de anuncio luminoso de la calle Jovellanos inmediato a la
Capilla de San José “cuyo único punto de vista incluiría el anuncio, afeando
notablemente el conjunto”1180 y en cambio se daba vía libre al ideado en la Avenida
de Queipo de Llano nº 46, en la actualidad Avenida de la Constitución, aunque
solicitando que en vez de colocarse en forma de banderola, fuese adosado a el
muro de la fachada1181.
La Comisión también tuvo presente en sus resoluciones el posible impacto
visual del mobiliario urbano en zonas monumentales, principalmente las paradas de
tranvía y autobuses. Gracias a las actas de las reuniones de la Comisión sabemos
que uno de los vocales más concienciado con el tema fue José María de la Peña y
Cámara, director del Archivo General de Indias, que en varias ocasiones promovió
las críticas de la Comisión frente al Ayuntamiento por la instalación de este tipo de
elementos en el casco histórico, como en las de junio de 19591182. No había
transcurrido un año cuando volvieron a aparecer indicaciones en este sentido en
una sesión en la que participaron además del citado José María de la Peña y
Cámara, el entonces presidente de la institución, José Hernández Díaz, Concepción
Fernández-Chicarro, Juan de Mata Carriazo y Arroquia, Alfonso Grosso Sánchez,
1178
ACPMPS. Libro V. 5 de marzo de 1952.
1179
Participaron en ambas reuniones el presidente de la corporación José Hernández Díaz, Juan
Lafita Díaz, Francisco Collantes de Terán, Enrique Marco Dorta, Francisco Barras de Aragón, Juan
Miguel Sánchez Fernández y el secretario Antonio Sancho Corbacho. Además contaron la presencia
de Alberto Balbotín Orta, José Granados de la Vega y Antonio Jurado Armario en la sesión del 18 de
marzo y con el Conde de Bustillo, Brú Vilaseca representante del Ayuntamiento, José Sebastián y
Bandarán, Antonio Gómez Millán y Jos Pérez en la sesión del 6 de mayo.
1180
ACPMPS. Libro V. 6 de mayo de 1953.
1181
ACPMPS. Libro V. 18 de marzo de 1953. 6 de mayo de 1953.
1182
ACPMPS. Libro V. 4 de junio de 1959.
241
Antonio Cano Correa, Juan Miguel Sánchez Fernández, Enrique Marco Dorta,
Gabriel Sánchez de la Cuesta y el secretario Antonio Sancho Corbacho, y donde se
pidió que en la ordenación definitiva de las paradas de autobuses quedase libre la
principal zona monumental de la ciudad y en el caso de que fuera imprescindible el
mantenimiento de alguna de ellas, se procurase evitar que fuera acompañada de
toldos o instalaciones que remarcasen su visibilidad1183. Peña y Cámara no sólo se
opuso a la instalación de paradas de transporte público en lugares señalados sino
que siguiendo esta línea actuación reacia a la incorporación de elementos que
pudieran distorsionar la visión del monumento, llegó a proponer la supresión de los
árboles que tapaban la fachada del Archivo de Indias1184. El que fuera director del
Archivo General de Indias también advirtió del perjuicio que suponía la
contaminación ambiental generada por el paso de vehículos, ya que la consideraba
el origen de la aceleración del deterioro de la piedra de las construcciones
sometidas a sus efectos1185.
Esta forma de entender la defensa del patrimonio, donde prevalece el
respeto a los valores del monumento, aparecerá recogida años más tarde en la Ley
16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, cuyo artículo 19.3 dice:
“Queda prohibida la colocación de publicidad comercial y de cualquier clase de
cables, antenas y conducciones aparentes en los Jardines Históricos y en las
fachadas y cubiertas de los Monumentos declarados de interés cultural. Se prohíbe
también toda construcción que altere el carácter de los inmuebles a que hace
referencia este artículo o perturbe su contemplación”.
Si nos fijamos en la legislación andaluza, la ley 1/1991 de Patrimonio Histórico
no aportaba ningún punto específico sobre el tema, aunque siempre menciona el
respeto a los valores del monumento. Esta omisión se ha salvado en la Ley 14/2007,
de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía. Título I, capítulo III,
artículo 18, con medidas que contemplan el control de los siguientes elementos:
a. Las construcciones o instalaciones de carácter permanente o temporal que
por su altura, volumetría o distancia puedan perturbar su percepción.
1183
ACPMPS. Libro V. 18 de mayo de 1960.
1184
ACPMPS. Libro VI. 30 de julio de 1964.
1185
ACPMPS. Libro VII. 30 de junio de 1983.
242
b. Las instalaciones necesarias para los suministros, generación y consumo
energéticos.
c. Las instalaciones necesarias para las telecomunicaciones.
d. La colocación de rótulos, señales y publicidad exterior.
e. La colocación de mobiliario urbano.
f. La ubicación de elementos destinados a la recogida de residuos urbanos.
La vigencia de las recomendaciones dictadas por la Comisión de Monumentos
en materias de ordenación urbanística no se observa únicamente en la legislación
anteriormente citada. La limitación del acceso de los vehículos al centro histórico de
la ciudad se ha convertido en Sevilla capital en una realidad palpable con la
peatonalización de calles como San Fernando y Avenida de la Constitución, donde
sólo es posible circular en transporte público.
243
6.2 Una asignatura pendiente: la formación del catálogo
Una de las misiones principales de las Comisiones Provinciales de
Monumentos fue la elaboración de un catálogo de los monumentos incluidos en su
jurisdicción, tarea que se les encomienda ya desde su fundación por la Real Orden
del Ministerio de Gobernación del 13 de junio de 18441186, en el artículo 3. 6 por el
que será atribución de estas Comisiones “Formar catálogos, descripciones y dibujos
de los monumentos y antigüedades que no sean susceptibles de traslación, o que se
deban quedar donde existen, y también de las preciosidades artísticas que, por
hallarse en edificios que convenga enajenar o que no puedan conservarse, merezcan
ser transmitidas en esta forma a la posteridad.”
Como hemos podido comprobar a lo largo de todo el estudio, la Comisión de
Sevilla fue pionera en muchas de las actuaciones concernientes a la conservación
del patrimonio, aunque también encontramos ciertas deficiencias en el
cumplimiento de sus atribuciones relacionadas con la precariedad con la que se vio
obligada a trabajar. Uno de los aspectos que quedó incompleto fue la elaboración
del catálogo exacto de los monumentos de la provincia. Fueron muchos los intentos
encaminados en este sentido pero la falta de recursos económicos que posibilitasen
el traslado de los vocales en unas ocasiones o la dejadez y carencia de personal
adecuado en otras, hizo que nunca se llevase a cabo este propósito al igual que
ocurrió en muchas provincias, entre las que podemos citar Badajoz1187, Murcia1188 y
Navarra, cuyo intento más serio fue el encargo que hizo su Comisión Provincial en
1919 al vocal Altarill de elaborar una circular, llamada índice de los monumentos
históricos y artísticos de Navarra, que serviría para recabar los datos que después
ayudarían para hacer la catalogación de los edificios del lugar1189. Otras provincias
lograron finalizar este empeño, como Palencia, que publicó un catálogo en tres
tomos entre los años 1930 y 1946, o Córdoba, que dejó el encargo a manos de su
vocal Rafael Ramírez de Arellano y cuyo trabajo no vio la luz hasta 19821190.
Instituciones nacidas con posterioridad relacionadas con la conservación del
1186
Gaceta de Madrid nº 3568. 21 de junio de 1844, p. 1
1187
Ortiz Romero, P. L. Op. cit. Mérida, 2007, p. 388.
1188
Martínez Pino, J. Op. cit., 2005-2006. p. 161.
1189
Quintanilla Martínez, E. Op. cit. Navarra, 1996, p. 341.
1190
Palencia Cerezo, J. M. Op. cit. Córdoba, 1995, p. 151.
244
patrimonio de la provincia, como la Junta Conservadora del Tesoro Artístico de la 2ª
división y su heredera, la Junta de Cultura Histórica y Tesoros Artísticos de Sevilla,
emprendieron esta misma tarea con resultado tan negativo como el de la Comisión
Provincial de Monumentos.
Además del catálogo de bienes inmuebles se echa en falta el relativo a los
bienes muebles y el de yacimientos arqueológicos o lugares susceptibles de serlo,
que hubiesen servido como mapa-guía que delimitase los terrenos en los que era
necesario ejercer una especial vigilancia y evitar su destrucción. Sobre este último
tenemos noticias en 1868 de la solicitud de la Real Academia de la Historia a las
Comisiones Provinciales de Monumentos para que remitiesen el catálogo de
despoblados donde debían hacerse excavaciones. La Comisión de Sevilla no llegó a
enviarlo, argumentando problemas relacionados con los acontecimientos políticos
acaecidos ese año (no olvidemos que es el año de “la Gloriosa”), y como en
ocasiones anteriores, carencia de dinero y personal para evacuar un trabajo tan
extenso1191. A pesar de muchos de estos inconvenientes eran casi un mal endémico
de la mayoría de las Comisiones de Monumentos, otras corporaciones provinciales
pudieron presentar sus respectivos informes: Cáceres1192, Cuenca1193, Gerona1194….
La preocupación porque se hiciera no ya un inventario sino una enumeración
de los monumentos antecede a la creación de las Comisiones Provinciales. Desde
1835 la Comisión Científico Artística de Sevilla realizó inventarios de los conventos
desamortizados, aunque los primeros ejemplos no incluían las piezas consideradas
de escaso valor artístico. Éstos fueron de los pocos intentos por abarcar el
conocimiento de los bienes muebles, ya que el resto de iniciativas estuvieron
enfocadas hacia el patrimonio arquitectónico.
1191
“Oficio en el que se comunican las dificultades que ha tenido la Comisión de Monumentos de
Sevilla para remitir el catálogo de los despoblados de la provincia donde debieran hacerse
excavaciones, requerido por la Real Academia de la Historia”. 24 de octubre de 1868. Gabinete de
Antigüedades de la Real Academia de la Historia. CASE/9/7970/018(01)
1192
“Oficio en el que la Comisión de Monumentos de Cáceres informa de los despoblados existentes
en la provincia con vistas a futuras excavaciones”. 10 de junio de 1868. Gabinete de Antigüedades de
la Real Academia de la Historia. CACC/9/7948/07(1)
1193
“Copia de informe sobre los despoblados que existen en la provincia de Cuenca”. 12 de
noviembre de 1867. Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia.
CACU/9/7953/06(2)
1194
“Oficio en el que se comunica que los "despoblados" de la provincia son "Emporiae" y
"Rodetion", la ubicación exacta de la que se desconoce”. 11 de julio de 1868. Gabinete de
Antigüedades de la Real Academia de la Historia. CAGE/9/7954/09(1)
245
En 1844, unos meses antes de formación de estas instituciones, la R.O. de 2
de abril pedía que se enviase al Ministro de Gobernación nota de los edificios,
monumentos y objetos artísticos de cualquier tipo. Como hemos mencionado
anteriormente los listados remitidos fueron escasos e incompletos. El informe de la
provincia de Sevilla1195, citado en el segundo capítulo de este estudio, no destacó
por su minuciosidad. El Gobernador de la provincia se lamentaba de la escasa
colaboración de los ayuntamientos1196 y de los exiguos datos aportados por el
arquitecto en el que había delegado el asunto el consistorio de la capital. Los
edificios mencionados en la nota, de apenas cuatro páginas, eran mayoritariamente
de carácter religioso si descartamos la Universidad de Osuna, aunque ésta no se
salvaba de la excepción si tenemos en cuenta sus orígenes, ya que el 10 de octubre
de 1548 el Papa Paulo III promulgó la Bula "In Supereminenti Apostolicae Sedis", por
la que se autorizaba la erección en la villa de Osuna de un Estudio General, bajo la
advocación de la Pura y Limpia Concepción de la Virgen María. También hay que
resaltar que cronología de conjunto de las edificaciones era muy restrictiva (todas
se encuadraban entre el siglo XIV y el XVIII), ignorándose cualquier construcción
anterior y la mención de restos arqueológicos tan importantes como las Ruinas de
Itálica. Por último hay que hablar la escasa relación de objetos artísticos, que si
alguna vez eran mencionados era siempre como parte de alguna edificación. Otras
provincias consiguieron una respuesta más completa, como Guadalajara, que
recogió 352 cuestionarios, aunque los resultados nunca fueron publicados1197.
Un año después de la constitución de la Comisión Provincial de Monumentos
de Sevilla esta institución tenía preparada la lista de monumentos de la
provincia1198, aunque por desgracia no hemos podido localizar el documento donde
se presentaba la relación detallada. En sucesivos reglamentos como el del 24 de
noviembre de 1865 de las Comisiones Provinciales de Monumentos Históricos y
1195
“Relación de edificios antiguos que deben conservarse, 1844”. RABASF. 2-52-3.
1196
Sólo aportaron alguna información los ayuntamientos de Fuentes de Andalucía, el Arahal, la
Campana, Bormujos, Umbrete, Marchena, Carmona, Osuna, Écija y Sevilla.
1197
López Trujillo, M. A. “Un inventario arqueológico y artístico inédito. La Comisión de Monumentos
de Guadalajara 1844-1845)”. La cristalización del pasado…pp. 231-237.
1198
ACPMPS. Libro I, p. 108. 7 de mayo de 1845.
246
Artísticos, aprobado por S.M., artículo 28 del capítulo III1199, se vuelve a recoger este
cometido, encomendando a las Comisiones Provinciales la formación de un catálogo
razonado de los edificios que existían en las provincias que por su mérito artístico o
importancia histórica los hicieran dignos de figurar en la Estadística Monumental
proyectada por la Comisión de Monumentos. La necesidad de crear de este
catálogo radica en la máxima de que para conservar hay que conocer el patrimonio
existente, ya que aquello que se desconoce difícilmente puede ser valorado o
puesto a salvo.
También hay documentación referente a diversas tentativas de confección
del catálogo de la provincia en 18741200, coincidiendo con la elaboración de su
proyecto de ley de monumentos cuyo título IX estaba exclusivamente dedicado a las
Comisiones de Monumentos y la estadística monumental, y a la formación de esta
estadística en 1885. El último intento serio del que tenemos constancia data de
finales de 1919, cuando la junta tomó como referencia el catálogo elaborado por
Adolfo Fernández Casanova1201, a pesar de que éste tenía importantes lagunas y en
muchas ocasiones no pasaba de una simple enumeración de monumentos1202. Si
bien la obra de Fernández Casanova pudo ser examinada por los vocales de la
Comisión1203, su publicación nunca llego a producirse y quedó inédita, dificultando
con ello su consulta por especialistas y curiosos. Esto ha inducido al error de pensar
que estaba dedicado sólo a la provincia de Sevilla, dejando de lado a la capital1204
aunque como podemos comprobar en el apartado de este estudio reservado a ese
catálogo, se enumeran también los monumentos de la ciudad de Sevilla.
Ya antes de que la Comisión de Monumentos de Sevilla se crease hubo intentos
hechos por particulares con la intención de recoger las reseñas de los monumentos
de la capital, como la Sevilla artística de Colón (1841), Noticia histórica de los
principales monumentos artísticos de Sevilla formada por los editores de el Sevillano
(1842) o Noticia artística, histórica y curiosa de todos los edificios públicos, sagrados
1199
Reglamento de las Comisiones Provinciales de Monumentos Históricos y Artísticos aprobado por
S.M. en 24 de noviembre de 1865. Madrid, 1882.
1200
ACPMPS. Libro II. 7 de de febrero de 1874.
1201
“La Comisión de Monumentos”. El Liberal. 4 de diciembre de 1919, p. 3.
1202
“Extracto del Catálogo Monumental y Artístico de la Provincia de Sevilla de Adolfo Fernández
Casanova”. ACMHAPS sección 4ª/19.
1203
ACPMPS. Libro IV. 3 de julio de 1920.
1204
AA.VV. Guía artística de Sevilla y su provincia. Sevilla, 2004. Tomo I, p. 23
247
y profanos de esta ciudad de Sevilla de Félix González de León y Sevilla pintoresca o
descripción de sus más celebres monumentos artísticos, de José Amador de los Ríos,
entonces secretario en la Comisión Central de Monumentos, ambas publicadas el
mismo año de la constitución de la Comisión Provincial. Estas obras resultaban
incompletas y se limitaban exclusivamente a la capital, dejando de lado las
referencias a los pueblos de la provincia. Son muestra del menosprecio generalizado
entre los intelectuales de estos años hacia el estilo barroco, aunque a pesar de su
rechazo no dejan de consignar estas obras arquitectónicas en sus respectivos
trabajos debido al papel destacado que jugaban en la ciudad1205. En ellas se hacía
referencia también a bienes muebles, especialmente a obras de carácter pictórico,
siendo destacables los sendos apartados de Colón y Amador de los Ríos dedicados
al Museo de Pinturas. Interesa resaltar del estudio de González de León las
referencias a edificios, esculturas y pinturas ya desaparecidos en el momento de
redactar los dos volúmenes de los que constaba la obra con la idea de perpetuar su
memoria.
De principios del siglo XX es la Guía de los Monumentos Históricos y Artísticos de
los pueblos de la provincia de Sevilla (Sevilla, 1911), de Manuel Serrano Ortega. En
ella se hace una pequeña reseña de los pueblos de la provincia y de sus
monumentos aunque en esta ocasión es la capital, Sevilla, la que no es mencionada.
Abarca una cronología que va desde restos prehistóricos hasta edificaciones del s.
XVIII. Además incluye información de tipo práctico como un mapa, restaurantes,
hoteles, comunicaciones…La organización de la obra parte del orden alfabético del
nombre de los pueblos mencionados, fórmula que volvió a utilizarse como veremos
1205
Como ejemplo algunos de los comentarios vertidos en relación al Palacio de San Telmo: “este
edificio es de muy mal gusto” Noticia histórica de los principales monumentos artísticos de Sevilla
formada por los editores de el Sevillano, p. 30, “todos los adornos de este edificio son de pésimo
gusto i detestables, adolecen con mucho del estado lastimoso en que se hallaban las artes en la
epoca infeliz de su construccion”. Colón i Colón, J. Sevilla artística. Sevilla, 1841. p. 116 o “El Colegio
de San Telmo pertenece a una época, en que desgraciadamente no conservaban ya las artes la más
leve conexión con lo que el siglo XVI habían sido. Sometidas al capricho de hombres poco doctos y
demasiado antojadizos, habían trocado su graciosa sencillez por la indigesta e innecesaria hojarasca
de Churriguera y a la abundancia y riqueza del género plateresco había sucedido también la
estudiada pesadez y mal cohonestada hinchazón de aquella escuela, que tantas huellas ha dejado en
todas partes de su fatal existencia”. Sevilla pintoresca o descripción de sus más celebres monumentos
artísticos. pp. 268 y 269. Con similar desprecio se hablaba de otros edificios como la antigua Fábrica
de Tabacos o el Palacio Arzobispal.
248
más adelante en 1939 en el Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de
Sevilla.
Aunque el catálogo de los monumentos de Sevilla y su provincia nunca llegó a
materializarse por parte de la Comisión Provincial, es cierto que algunos de sus
individuos, conscientes de la importancia de la tarea, realizaron tentativas de forma
individual o colectiva. Por su relación con la Provincial creemos que deben citarse
las obras de cuatro de sus vicepresidentes o presidentes: José Gestoso Pérez, José
Hernández Díaz, Antonio Sancho Corbacho y Francisco Collantes de Terán.
José Gestoso publicó el tercer y último tomo de la conocida Sevilla Monumental
y Artística apenas un año antes de ser nombrado vicepresidente en 1903. La obra
venía precedida por la Guía artística de Sevilla: historia y descripción de sus
principales monumentos religioso y civiles (1884), y se estructuraba por períodos
históricos al igual que el catálogo de Fernández Casanova. Su ámbito de estudio se
limitaba a Sevilla capital y cercanías (Itálica, San Isidoro del Campo, Santa María de
las Cuevas, la Cruz del Campo, el Hospital de San Lázaro y San Jerónimo de
Buenavista), por lo que los pueblos de la provincia seguían careciendo de un estudio
exhaustivo. Cuestiones a señalar son la mención de monumentos ya desaparecidos,
la inclusión de ilustraciones fotográficas y la trascripción de documentos,
especialmente los relacionados con el Alcázar y las Atarazanas. También hay que
destacar en este sentido su Catálogo de las pinturas y esculturas del Museo
Provincial de Sevilla (1912).
Interesantes por su trabajo de recopilación y documentación son las obras de
José Hernández Díaz y Antonio Sancho Corbacho, Estudio de los edificios religiosos y
objetos de culto de la ciudad de Sevilla, saqueados y destruidos por los marxistas, de
1936, y el tomo dedicado a la provincia, Estudio de los edificios religiosos y objetos
de culto saqueados y destruidos por los marxistas en los pueblos de la provincia de
Sevilla, un año posterior. Poco después iniciaron junto a Francisco Collantes de
Terán la obra de referencia en relación a la catalogación del arte de la provincia,
Catálogo Arqueológico y Artístico de la Provincia de Sevilla. Minuciosa y completa,
se estructuró siguiendo el orden alfabético de las localidades con la idea de dejar el
tomo de Sevilla capital en último lugar, ya que sus autores entendían que era
prioritario cubrir el vacío de noticias sobre los pueblos de la provincia. El límite
249
cronológico se estableció a finales del siglo XVIII, período histórico que según
escribía José Hernández Díaz en el prólogo del tomo segundo, no había sido
debidamente valorado1206. En su realización intervino un equipo multidisciplinar y
se dio especial protagonismo a la ilustración de fotografías y planos. La información
venía acompañada de bibliografía y la documentación de hallazgos arqueológicos
cobró importancia frente a estudios anteriores. Otro de los elementos a resaltar fue
la huída de criterios excesivamente rígidos que podían llevar a valoraciones tan
negativas como las que hemos visto en obras anteriores cuando hacían mención a
monumentos como el Palacio de San Telmo, por ejemplo. Es de lamentar que sólo
se publicasen cuatro tomos, que eran los que abarcaban las localidades
comprendidas entre la A y la H.
Es un hecho reconocido por todos y confirmado por lo expuesto a lo largo de
este apartado la necesidad de una adecuada y completa catalogación del
patrimonio existente como primer paso para su conservación, y por este motivo se
constituyó la figura del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz por la ley
de Patrimonio Histórico de Andalucía de 1991, en su artículo 6.1, como instrumento
para la salvaguarda de los bienes en él inscritos, la consulta y divulgación del
mismo. Tal es su vigencia que esta fórmula se ha mantenido en nueva ley, también
de carácter autonómico, de 26 de noviembre de 2007, en el título I, capítulo I.
Además esta ley 14/2007 del Patrimonio Histórico de Andalucía crea en su título I,
capítulo II, el Inventario de Bienes reconocidos del Patrimonio Histórico Andaluz, del
que no forman parte los bienes inscritos en el Catálogo General del Patrimonio
Histórico Andaluz.
Una cuestión a tener presente es la evolución acerca de lo que debe
conservarse y documentar para generaciones posteriores. Hemos pasado de la idea
de monumento, en el que primaban los valores artísticos o históricos, al concepto
actual, mucho más amplio, de bien cultural, que engloba además de las categorías
ya consagradas, al patrimonio industrial y etnológico, abarcando de esta manera
manifestaciones materiales e inmateriales de la cultura que hasta hace
relativamente poco tiempo no eran objeto de consideración ni estudio.
1206
Collantes de Terán, F.; Hernández Díaz, J. y Sancho Corbacho, A. Catálogo arqueológico y artístico
de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1943. Tomo II, p. IX.
250
6.3 Aportación gráfica
El dilatado espacio de tiempo en el que la Comisión Provincial de Sevilla
desarrolló su labor, junto con los hechos históricos que se produjeron en este
período, provocó que viviera etapas realmente difíciles para la conservación del
patrimonio. Nos referimos esencialmente a los ecos de la desamortización, la
revolución de 1868, la Guerra Civil Española y al posterior auge desarrollista de los
años 60 y 70 del siglo XX. Asimismo hemos de tener en cuenta que la conciencia
general del concepto de patrimonio no estaba tan extendida como en nuestros días,
por lo que muchos edificios y objetos que hoy tienen la categoría de obras de arte
sufrieron las consecuencias del olvido, la dejadez y del paso del tiempo, sin que se
tomasen medidas de conservación preventiva que pudieran evitar su pérdida total y
definitiva. Ante esta situación y la escasez de recursos, la Comisión se vio obligada a
priorizar sus actuaciones y esfuerzos sobre aquellos monumentos que entendía
como indispensables.
La jerarquización en la conservación de las obras de arte, muchas veces
inevitable cuando no se dispone de los medios necesarios para atender a todas las
necesidades derivadas de un adecuado mantenimiento, trae consecuencias
negativas y perdidas irrecuperables. No hemos de olvidar que los criterios estéticos
no son inamovibles, más bien al contrario, muchas veces van de la mano de una
época histórica determinada, y es frecuente que con el tiempo se produzca una
puesta en valor de estilos artísticos denostados anteriormente, o que en ocasiones
nuevos hallazgos ayuden a completar el significado de alguna pieza que en principio
no parecía tener gran relevancia. Estas consideraciones fueron tenidas en cuenta
por la Comisión, que tomó todas las medidas que estaban en sus manos para paliar
estos efectos con vistas al futuro, principalmente con la recogida de testimonios
gráficos desde casi sus inicios a pesar de las dificultades que ello conllevaba. El
levantamiento de planos y alzados junto con la toma de fotografías servía como
material de trabajo para aquellos miembros de la corporación que por distintas
circunstancias no habían tenido acceso al monumento o como testimonio de su
existencia para generaciones venideras ante una próxima desaparición.
251
Acerca del levantamiento de planos tenemos ejemplos tempranos,
especialmente relacionados con las Ruinas de Itálica, cuyo gasto para ejecución y
difusión del mismo se consignaron en el presupuesto de la Comisión Provincial1207 y
de 1866 es la partida presupuestaria de 600 escudos destinada a copiar frescos,
sacar planos y reproducir vaciados de las estatuas, adornos y otros objetos
preciosos que estaban próximos a desaparecer1208. La relación de los dibujos
conservados en los archivos de la Provincial es bastante reducida y su presencia fue
perdiendo importancia a medida que la fotografía se hacía un medio más accesible
y ganaba consideración como la forma de representación más cercana a la realidad.
A pesar de ello sabemos que se ordenaron varios, como el del estado de las
murallas en 18671209 y el del mosaico descubierto en la calle Pescadores de
Santiponce1210. Incluso se acordó pedir al Gobierno de Su Majestad 2.500 Ptas.
anuales para crear un cuerpo artístico destinado a reproducir los objetos artísticos
que se descubriesen en la provincia1211 y dos años después se presentó la idea de
hacer un archivo de noticias artísticas con descripciones, fotografías y dibujos1212.
De los ejemplares que han llegado a nuestros días destacan unos dibujos realizados
por el pintor Gumersindo Díaz y las reproducciones de los restos escultóricos
descubiertos en 1895 en el lugar denominado “las Alcantarillas”1213. Los primeros
forman un conjunto de 51 dibujos datados aproximadamente sobre 1869, que es la
fecha que aparece en algunos de ellos (ilustraciones 44-47). La mayoría hacen
referencia a monumentos de la capital, algunos desaparecidos, como la Puerta del
Sol, mientras que otros representan elementos arquitectónicos y edificaciones de la
provincia (Castillo de Alcalá de Guadaíra, puertas árabes de Marchena, castillo
árabe de Utrera...) y del resto de España (Castillo e Iglesia del Puerto de Santa
María, Monasterio de Regla de Chipiona, Castillo de Niebla, castillo antiguo romano
de Cartagena, interior de San Miguel de Lillo en Oviedo…). La elección de la
temática elegida para el álbum refleja interés por restos romanos (Ruinas de Itálica),
1207
ACPMPS. Libro II. 12 de marzo y 11 de abril de 1862.
1208
ACPMPS. Libro II. 14 de diciembre de 1866.
1209
ACPMPS. Libro II. 29 de enero de 1867.
1210
ACPMPS. Libro II. 13 de febrero de 1879.
1211
ACPMPS. Libro II. 29 de junio de 1880.
1212
ACPMPS. Libro II. 4 de junio de 1882.
1213
ACMHAPS. 11ª. Itálica. 1.
252
árabes (capiteles de la Giralda) y monumentos góticos y mudéjares (San Gil).
Aunque estos dibujos han sido considerados en alguna ocasión un encargo directo
de la Comisión de Monumentos de Sevilla1214, pensamos que no fue tal sino una
adquisición directa al artista en 1878 con destino al Museo Arqueológico, por los
que se pagaron 375 pesetas1215. Parece una conclusión lógica si tenemos en cuenta
que en las actas de la Comisión no se menciona ningún encargo, sólo la compra de
este álbum, y la temática de algunos dibujos, especialmente los que hacen
referencia a Asturias, lugar de origen de Gumersindo Díaz, que parecen responder
más a los gustos del artista que a las inquietudes de los miembros de la Comisión,
preocupados principalmente por la provincia de Sevilla. La inexistencia de otros
dibujos del pintor en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, que fuera sede la
Comisión, o en el Museo Arqueológico, lugar para el que estaba destinado el
mencionado álbum comprado en 1878, apoyan este razonamiento.
La Comisión de Monumentos, consciente de la necesidad de documentar
todo lo relacionado con los monumentos de la provincia, llegó a mostrar su
malestar porque este proceso no se había realizado con la galería del edificio
consistorial situada en la fachada de la Plaza de San Francisco, que fue demolida y
de la que no se levantó testimonio a pesar de que estuvo bastante tiempo
apuntalada1216.
La toma de fotografías se hizo incluso antes de que fueran consideradas
como necesarias para completar los informes, tal y como se recogió en el Real
Decreto de 14 de febrero de 19021217, que disponía las normas para la realización
del Inventario General de Monumentos Histórico-Artísticos, en el que dice
textualmente en su artículo 9: “…la descripción de los monumentos se presentará
ilustrada con planos, dibujos y fotografías.” De hecho, el empleo de la fotografía de
manera documental hasta 1875 se hizo de manera puntual y desigual en España1218,
por lo que es de destacar que ya en 1868 la Comisión de Sevilla se encargase de
completar el expediente de derribo de la Puerta de San Fernando de la capital con
1214
Fernández Lacomba, J. La Escuela de Alcalá de Guadaíra y el paisajismo sevillano 1800-1936.
Alcalá de Guadaíra, 2002, p. 45.
1215
ACPMPS. Libro II. 10 de abril de 1878.
1216
ACPMPS. Libro II. 9 de junio de 1867.
1217
Gaceta de Madrid nº 49. 18 de febrero de 1902. pp. 734 y 735.
1218
González Reyero, S. La fotografía en la arqueología española (1860-1920). Madrid, 2007. p. 198.
253
la planta, el alzado y fotografías de la construcción1219 y lo mismo se hizo un año
después cuando hubo de redactar el informe que trataría de evitar la destrucción
del patio del Monasterio de los Jerónimos1220. Este tipo de aporte gráfico servía
además, como hemos comentado, para hacer públicos nuevos descubrimientos, y
de él se valió el que fuera miembro de la Comisión, Miguel Sánchez Dalp, para dar a
conocer ante los vocales un templete situado en las cercanías del cortijo "la Tercia"
próximo al Monasterio de San Jerónimo1221. Desde estas fechas es frecuente
encontrar ejemplos donde se dice emplear estas técnicas de documentación, como
reflejan las actas de la institución, e incluso tenemos noticias datadas en 1925 del
empleo de la fotografía aérea, en el caso de Itálica, traídas de la mano de escultor y
miembro de la institución, Manuel Delgado Brackembury1222.
A pesar de este esfuerzo hay que lamentar que hayan sido escasos los
dibujos, planos o instantáneas que se han conservado hasta nuestros días en el
archivo de la Comisión de Monumentos de Sevilla, cuyo estudio puede ser
completado por los ejemplares que se enviaron a las Reales Academias de la
Historia y San Fernando, hoy recogidos en sus respectivas bibliotecas. Por el
contrario otras comisiones provinciales corrieron más suerte en cuanto a la
conservación de su archivo gráfico se refiere. Tal es el caso de la de Granada, de la
que se conservan un total de 177 fotografías que fueron digitalizadas en el año
2001 y publicadas en formato electrónico en el 20041223.
1219
ACPMPS. Libro II. 12 de mayo de 1868.
1220
ACPMPS. Libro II. 11 de febrero de 1869.
1221
ACPMPS. Libro III. 19 de diciembre de 1914.
1222
ACPMPS. Libro IV. 27 de marzo de 1925.
1223
Catálogo fotográfico de la Comisión Provincial de Monumentos Histórico-Artísticos de Granada.
Granada, 2004.
254
6.4 La Comisión frente a los diferentes estilos artísticos
La Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla siempre estuvo cercana a
las corrientes de pensamiento del momento y fue evolucionando a medida que la
sociedad lo hacía. Sus decisiones, cercanas a su tiempo, son muestra de que esta
institución no se regía por criterios rígidos anclados en el pasado. Un claro ejemplo
sería la diferente valoración artística que se hizo del estilo barroco, sobre todo en
arquitectura, denostado en un primer momento y cada vez más apreciado a medida
que pasaban los años. Hemos de recordar que cuando la Comisión Central intentó
hacer en los comienzos de este tipo de instituciones un inventario de los
monumentos de España a través de un cuestionario que debía de ser rellenado por
los alcaldes, se puso como límite cronológico las manifestaciones artísticas del
renacimiento1224, obviando los monumentos barrocos.
En las actas de la Comisión de Monumentos de Sevilla aparecen referencias
clarificadoras por parte de sus vocales en contra de esta corriente artística,
considerada de mal gusto y decadente, aunque este tipo de manifestaciones no
eran patrimonio exclusivo de sus miembros sino más bien frecuentes entre otras
comisiones provinciales de monumentos1225 y especialistas en la materia, al menos
hasta el inicio del siglo XX. Para muestra del ambiente que se vivía en el momento
del nacimiento de esta institución citaremos un párrafo de la obra Sevilla
pintoresca, de José Amador de los Ríos, historiador, crítico literario y arqueólogo,
además de secretario de la Comisión Central de Monumentos: “Desgraciadamente
para Sevilla no es el palacio Arzobispal uno de aquellos monumentos, en que han
derramado las artes sus encantos y bellezas, como en otros muchos de los que
llevamos descritos. La época aciaga en que se construyó, época que hemos tratado
de dar a conocer anteriormente, no era en verdad la más a propósito para producir
obras selectas y por esta causa no puede menos de resentirse este edificio de los
lamentables extravíos del gusto, que por entonces dominaba a la arquitectura.”1226
1224
Ordieres Díez, I. Op. cit. Documento nº16. Madrid, 1995.
1225
Quintanilla Martínez, E. La apreciación del Barroco por parte de la Comisión de Monumentos
Históricos de Navarra (1844-1940). BIBLID 1137-4403 (2000), 19, pp. 201-209.
1226
Amador de los Ríos, José. Op. cit. Sevilla, 1844. p. 282.
255
Ya centrándonos en la Comisión de Sevilla podemos poner ejemplos como la
actitud del vocal Vicente L. Hernández, que durante la vicepresidencia de Demetrio
de los Ríos mostró su oposición a los trabajos de restauración hechos en el retablo
de la Iglesia de San Leandro “porque la obra en la que han recaído pertenece a la
decadencia del arte”1227. También tenemos otra ilustrativa muestra en el oficio que
envió la Comisión al Gobernador Civil de Sevilla y al Alcalde del Ayuntamiento
Revolucionario sobre aquellos monumentos que a su juicio debían o no
conservarse, fechado en 1868, momento en el que la piqueta de la Junta
Revolucionara estaba haciendo estragos en edificios de carácter religioso: “carecen
de mérito artístico y no merecen designarse como monumentos las iglesias
parroquiales suprimidas de Santiago, Santa María la Blanca y San Nicolás, por estar
construidas en época de decadencia y hallarse sobrecargadas algunas de ellas de
hojarascas churriguerescas de pésimo gusto. Respecto de las iglesias parroquiales
de S. Luis, aunque de gusto no muy exquisito, es grandiosa y puede considerarse
como acabado modelo de buena construcción…”1228. Este oficio, firmado por el
entonces vicepresidente de la institución, Eusebio Campuzano, argumenta en
muchas ocasiones la falta de mérito artístico de las parroquias enumeradas
basándose en el estilo arquitectónico en el que están construidas, el barroco.
También tenemos el testimonio de Francisco Mateos Gago en la relación a la
demolición que se estaba acometiendo del templo de San Miguel en 1868, cuando
tras la entrada de la piqueta destructora en la iglesia, relata el vocal de la Comisión
“Entonces vieron los sevillanos toda la belleza de aquel templo, porque destruido ya
el inmenso y pesado retablo de madera en que manos bárbaras habían colocado el
altar mayor en épocas pasadas, aparecía en toda su lindeza el ábside de tres caras
1227
ACPMPS. Libro II. 13 de noviembre de 1866. Sobre este retablo escribió Félix González de León
en 1844 “El altar principal está sobre el alto presbiterio de gradas, y es de muy mal gusto y del
tiempo de la decadencia de las artes...”. González de León, F. Op. cit. Sevilla, 1973, p. 88.
1228
“Oficio de traslado al Gobernador Civil de Sevilla y al Alcalde del Ayuntamiento Revolucionario de
Sevilla en el que se especifica cuáles son los monumentos que, a juicio de la Comisión de
Monumentos de Sevilla entre los que destaca los mudéjares, pueden ser demolidos o han de
conservarse”. 18 de noviembre de 1868. Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la
Historia. CASE/9/7970/018(03).
Entre los edificios religiosos de la capital que a juicio de la Comisión carecían de valor monumental
se continúa citando a las iglesias de San Hermenegildo, San Antonio, San Francisco de Paula, San
Antonio Abad, San Pedro de Alcántara, Ángel, San Buenaventura, Belén, San José y de los Descalzos.
Entre los conventos se mencionan al de la Real, Santa Ana, la Asunción, San José, la Concepción, las
Mínimas, San Felipe, las Dueñas y el de las Mercenarias.
256
con ojivas góticas que cerraba la gran nave.”1229 Hay que pensar que muchas
edificaciones de Sevilla, especialmente de tipo religioso, fueron construidas o
remodeladas empleando elementos barrocos, y que esta circunstancia pudo influir
negativamente en su valoración y conservación posterior.
Durante este mismo período nos encontramos por contra con otros estilos
altamente valorados, como es el caso del mudéjar o del renacimiento. Así, el
primero de ellos era considerado en 1872 como el “único del que nos podemos
vanagloriar los españoles como nacional y expresivo de nuestras glorias más
brillantes”1230, mientras que en el acta oficial de entrega de la Iglesia de Madre de
Dios a la Comisión de Monumentos de Sevilla, fechada en 1870, podemos leer
noticias de cuatro retablos “del gusto del renacimiento más puro y por tanto de un
mérito indisputable”1231. Hay que observar las connotaciones patrióticas que se
identifican con el mudéjar, que van más allá de valoraciones meramente artísticas.
El mudéjar es proclamado como el estilo más representativo de nuestra nación, ya
que se considera una creación propia surgida de las especiales condiciones
históricas que confluyeron en su nacimiento, una unión de culturas e ideas, frente al
resto de corrientes arquitectónicas, que habían sido exportadas de otros países, y
por tanto carentes de los valores propios con los que se revestía el mudéjar.
Interesante es el oficio de la Comisión firmado el 18 de noviembre de 1868 por su
entonces vicepresidente, Eusebio Campuzano, y dirigido al Gobernador Civil de
Sevilla y al Alcalde del Ayuntamiento Revolucionario, en el que se afirmaba en
relación a este estilo “los monumentos históricos de la patria son testimonio
fehacientes los más brillantes de su historia, y que atentar contra ellos es echarse
borrón sobre los claros timbres de un pueblo civilizado. Figuran dentro de Sevilla en
primer lugar ciertos monumentos que señalan la reconquista del pueblo español, y
que son testigos, más que de la tolerancia religiosa y libertad de cultos, de la fusión
armónica y admirable de razas vencidas y vencedoras, que caminan a formar un
solo pueblo, el pueblo español. Esos monumentos asimilando en su arte el árabe y el
cristiano de varias épocas, son la más genuina muestra del arte nacional único y
1229
Tassara y González, J. Op. cit. Sevilla, 2000, p. 32.
1230
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 48E.
1231
“Acta oficial de entrega de la Iglesia de Madre de Dios a la Comisión de Monumentos de Sevilla,
de 10 de junio de 1870”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 22M.
257
legítimo. Aludimos al arte mudéjar, exclusivamente español, como que los otros
antes todos son importaciones extrañas y este fruto peculiar de nuestro suelo.
Atentar contra el arte mudéjar es atentar contra el arte español, sin desconocer que
no hay otro arte en nuestro suelo que mejor merezca el nombre de arte patrio”1232.
En este mismo escrito se presenta una lista de los monumentos mudéjares que
deben conservarse en la ciudad de Sevilla, y que por orden de importancia eran: 1º
Omnium Sanctorum, 2º San Esteban, 3º San Marcos, 4º San Miguel, 5º Santa
Catalina, 6º Santa Marina, 7º la capilla del ex-seminario de Maese Rodrigo y por
último el artesonado de la Iglesia de Madre de Dios.
Más de una década después seguimos encontrando en la documentación
reseñas negativas en relación a la calidad o belleza de las edificaciones barrocas.
Como ejemplo podemos citar la argumentación defendida por la Comisión de
Monumentos frente al Gobernador Civil, en la que se negaba el carácter de
monumento a la Parroquia de San Nicolás al entenderse que ni su estilo ni la época
de construcción (el siglo XVIII), la hacían merecedora de pertenecer a esta
categoría1233.
Poco a poco la mentalidad de los miembros de la Comisión fue
transformándose hasta llegar a aceptar al barroco como un estilo más, merecedor
de estudio y consideración. Esta variación se deja entrever en la ficha que Adolfo
Casanova dedicó en su inventario al Palacio de San Telmo, donde criticaba el exceso
ornamental de la fachada pero estimaba el aire elegante y original del conjunto1234,
y se aprecia claramente en una obra escrita algunos años antes por el destacado
miembro de la Comisión de Monumentos, José Gestoso1235. Nos referimos al tomo
III de su Sevilla Monumental y Artística, en el que en apartado dedicado al Palacio
de San Telmo dice: “Cierto que la portada de San Telmo adolece de cargazón en sus
1232
“Oficio de traslado al Gobernador Civil de Sevilla y al Alcalde del Ayuntamiento Revolucionario de
Sevilla en el que se especifica cuáles son los monumentos que, a juicio de la Comisión de
Monumentos de Sevilla entre los que destaca los mudéjares, pueden ser demolidos o han de
conservarse”. 18 de noviembre de 1868. Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la
Historia. CASE/9/7970/018(03)
1233
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 2º. 26N y ACPMPS. Libro II. 27 de marzo de 1882.
1234
“Extracto del Catálogo Monumental y Artístico de la Provincia de Sevilla de Adolfo Fernández
Casanova”. ACMHAPS sección 4ª/19.
1235
El Catálogo Monumental y Artístico de la Provincia de Sevilla de Adolfo Fernández Casanova está
fechado entre 1907 y 1909 y el tercer tomo de la Sevilla Monumental y Artística de Gestoso se
publicó en 1902.
258
ornatos, que éstos hállanse ejecutados ampulosa y convencionalmente, huyendo de
la naturalidad y de la sencillez, pero en medio de estos defectos, hijos del extraviado
gusto que dominaba en toda Europa ¿Quién puede negar que esta obra es una
página interesante de nuestra historia artística, cuyo conjunto no carece de
elegancia y cuyos ostentosos ornatos le prestan majestad y producen agradable
efecto, abarcándola con la vista totalmente? La crítica moderna no juzga con tanta
severidad, como nuestros fríos clásicos del siglo pasado, estas obras borrominescas
y un criterio más amplio y tolerante sabe distinguir, en medio de los extravíos del
gusto, los rasgos de la fantasía, de la composición artística y la delicadeza de
ejecución, que las avalora en muchos casos.”1236
Como prueba definitiva del cambio tenemos la actuación de los vocales de
la Provincial en 1953, que pusieron todo su esfuerzo para evitar la destrucción de la
decoración barroca de la Iglesia de la Cartuja de Jerez, eliminación que se pretendía
ejecutar amparándose en su mal estado de conservación y en el deseo de llevar a
cabo la reconstrucción de los elementos arquitectónicos primitivos1237.
La Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla, o al menos parte de sus
miembros, fueron defensores de nuevos estilos arquitectónicos que iban surgiendo,
frente a otros criterios que abogaban por movimientos más conservadores. Es el
caso concreto del racionalismo, corriente que se implantó en la ciudad
aproximadamente en el segundo cuarto del siglo XX, que no fue del todo bien
acogida desde la Alcaldía, aunque no nos debe extrañar esta postura ya que de
estas fechas datan las afirmaciones que lo describen como “anticristiano y
antiespañol”, además de “frío”1238. Frente a esta corriente de pensamiento
reaccionaria podemos citar varios arquitectos unidos a la Comisión que no sólo
defendieron el racionalismo sino que crearon algunas de las obras más
representativas en la ciudad, recogidas desde hace algunos años en el Registro
Andaluz de Patrimonio Arquitectónico del siglo XX1239. Cuando se realizó la Casa
Lastrucci (ilustración 48) en 1934, apenas habían pasado 5 años desde la Exposición
1236
Gestoso y Pérez, J. Sevilla Monumental y Artística. Sevilla, 1902. Tomo III, pp. 508 y 509
1237
ACPMPS. Libro V. 4 de febrero de 1953.
1238
Gómez de Terreros Guardiola, M. V. Op. cit. Sevilla, 2006, p. 172.
1239
http://www.juntadeandalucia.es/cultura/iaph/sys/productos/DOCOMOMO/presentacion.html.
La misión de este registro es ofrecer una imagen coherente y completa, a todos los niveles, del
fenómeno arquitectónico que constituyó el Movimiento Moderno en el ámbito regional
259
Iberoamericana del 29 y Sevilla seguía bajo el fuerte influjo de la arquitectura
regionalista. Esta edificación fue obra de los arquitectos Juan Talavera Heredia y
Antonio Delgado Roig1240 y contó con la intervención de Alfonso Toro Buiza, los tres
relacionados con la Comisión de Monumentos. El nombre de Toro Buiza también
aparece unido a otras construcciones, como la Universidad Laboral, de 1942 o el
edificio de viviendas y locales comerciales sito en la calle Rodríguez Jurado, nº6,
fechado entre 1935 y 1936 (ilustración 49), obra del arquitecto de la Comisión José
Galnares Sagastizábal. Otro de los arquitectos de la Provincial que participó en una
de las primeras obras del racionalismo en Sevilla fue Aurelio Gómez Millán, quien
intervino en el mercado Puerta de la Carne, obra realizada entre 1927 y 1929. Las
objeciones que se presentaron por parte de las autoridades locales a la nueva
corriente arquitectónica eran especialmente fuertes cuando se trataba de edificios
localizados en el centro histórico, siempre inducidas por el miedo a romper con la
visión tradicional de la ciudad. Esto no quiere decir que el racionalismo dejara de
implantarse con cierto éxito, como demuestra el hecho de que tres de los ejemplos
citados anteriormente (el edificio de viviendas y locales comerciales de la calle
Rodríguez Jurado, el mercado Puerta de la Carne y la Casa Lastrucci) se llevaran a
cabo en este sector de la ciudad.
Estudiando toda la documentación generada por la Comisión de
Monumentos de Sevilla se puede observar que hay determinados períodos
históricos que no llegaron a ser tan mal considerados como los antes mencionados
pero que tampoco recibieron toda atención que merecen, de esta manera es
curioso que aunque monumentos megalíticos tan destacados como los dólmenes
de la Pastora o de Matarrubilla, fueron descubiertos en una etapa en el que esta
institución se encontraba activa (1860 y 1917 respectivamente), no encontramos
apenas mención de este tipo de construcciones hasta la vicepresidencia de Fray
Diego de Valencina1241.
1240
Jiménez Ramón, J. M. Cuatro ensayos en torno a la arquitectura racionalista en Sevilla. Sevilla,
2001, p. 66
1241
Si recordamos su mandato se encuadra entre los años 1937 y 1949.
260
6.5 La importancia de la arquitectura frente a otras manifestaciones
artísticas
1242
A destacar sus trabajos en relación al Ayuntamiento, San Miguel, Santa Catalina y las murallas de
Sevilla, Itálica y el Alcázar de Carmona, por citar sólo algunos ejemplos.
1243
ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 2º/2 y ACPMPS. Libro II. 23 de noviembre de 1885.
1244
“Oficio de la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla al Gobernador Civil de la provincia
de 28 de febrero de 1882”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/23.
261
Ríos fue nombrado director de las excavaciones en 1860, Andrés Parladé fue
director en 1919 y Juan de Mata Carriazo en 1933)1245.
En relación al patrimonio bibliográfico sólo encontramos alguna mención en
los primeros años de vida de la Comisión, bajo la vicepresidencia de Manuel López
Cepero, referida principalmente a la creación de una biblioteca provincial y la
localización de los libros de los conventos suprimidos para que formasen parte de
sus fondos1246. Estos trabajos eran una continuación de los que había venido
desarrollando su antecesora, la Comisión Científico-Artística de Sevilla.
Como hemos mencionado anteriormente, la documentación consultada
revela una mayor preocupación relativa a los monumentos de la capital frente a los
monumentos de la provincia. Este hecho se refleja también en el número de
declaraciones de Monumentos Históricos y Artísticos de Sevilla desde 1872 hasta
1975, un total de 45 sólo en la capital hispalense frente a los 31 del resto de la
provincia. La explicación a este fenómeno guarda relación con la escasez de fondos
y personal de los que disponía la Comisión y la limitación de movimiento que ello
conllevaba.
Las declaraciones referentes a monumentos de la ciudad de Sevilla durante
los años 1908 y 1976 muestran una paridad entre las declaraciones de edificios
pertenecientes a la arquitectura civil (un total de 23) y aquellos encuadrados en la
arquitectura eclesiástica (22 edificaciones). Respecto al número de monumentos de
la provincia declarados entre 1872 y 1971 la balanza se inclinó levemente hacia los
monumentos civiles, que sumaban 15, frente a las 12 construcciones de
arquitectura religiosa.
Por el contrario, la Comisión de Sevilla no hizo nunca una aproximación a
otras formas de patrimonio tipificados en las leyes actuales, como es el caso del
etnológico, cuya definición recogen el título VI de la ley 16/1985 del Patrimonio
Histórico Español y de la ley 14/2007 del Patrimonio Histórico de Andalucía. Otras
Comisiones Provinciales si lo hicieron, como es el caso de la de Albacete, que en
1929 encargó a su conservador, Joaquín Sánchez Jiménez, la elaboración de una
encuesta que recogiese los aspectos sobre la arqueología y folklore de los
1245
AA.VV. Itálica arqueológica. Sevilla, 1999, pp. 46-48.
1246
ACPMPS. Libro I. pp. 104 y 105. 11 de enero de 1845.
262
municipios del territorio. Este documento se envió al Alcalde, al maestro nacional, al
cura párroco, al médico titular, al secretario del Ayuntamiento y al secretario del
juzgado de cada uno de los municipios de la provincia, aunque parece que la
iniciativa no tuvo el éxito esperado y fueron pocas las respuestas recibidas1247.
1247
Sánchez Ferrer, J. “Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Albacete: la
encuesta etnológica de 1929”. Boletín de Información "Cultural Albacete", julio - agosto 1990, nº 45.
263
6.6 La Comisión Provincial de Sevilla y la legislación patrimonial
Declaración del conjunto frente a lo individual
A través del estudio de las actuaciones de la Comisión de Monumentos de
Sevilla a lo largo de su existencia activa se comprueba el interés de sus miembros en
incentivar los avances en lo referente a la reglamentación del patrimonio, como
ocurrió en 18741248, o su preocupación por asumir la nueva normativa que entraba
en vigor al respecto.
El decreto ley de 9 de agosto de 1926 introdujo dentro del concepto de
Tesoro Artístico Nacional entre otras “las edificaciones o conjunto de ellas, sitios y
lugares de reconocida belleza, cuya protección y conservación sean necesarias para
mantener el aspecto típico, artístico y pintoresco característico de España, siempre
que así se haya declarado o en lo sucesivo se declare por el Ministerio de Instrucción
Pública y Bellas Artes” (artículo 2.b). De esta manera la legislación da un paso
adelante en la conservación de los bienes culturales ampliando el concepto de
monumento, hasta ahora considerado como un ente individual, y comienza a tener
en cuenta el conjunto. Esta noción se desarrollará con la ley de protección del
Tesoro Artístico Nacional aprobada el 13 de mayo de 1933 durante la Segunda
República y que hacía susceptibles de incorporarse al Catálogo de Monumentos
Histórico-Artísticos los conjuntos urbanos y los paisajes pintorescos.
Inmediatamente después de que se promulgara el mencionado decreto ley de 9 de
agosto de 1926, la Comisión solicitó que el Barrio de Santa Cruz entrase dentro de la
categoría de lugar de interés artístico y pintoresco1249 por considerarlo como uno de
los espacios más característicos de la ciudad, y unas semanas más tarde propuso al
Ayuntamiento que las edificaciones de la Plaza San Fernando no superasen los 20
metros, debido a que ésta se encontraba en uno de los lugares más importantes de
la capital1250. Esta institución aprovechó al máximo las posibilidades que se abrían
con la declaración de conjunto monumental mencionada en la ley de 1933 cuando
1248
La Comisión, encabezada por Demetrio de los Ríos, hizo lo posible para que en 1874 el Estado
1248
elaborase una ley sobre monumentos ante la carencia legislativa que existía en este ámbito .
1249
ACPMPS. Libro IV. 20 de agosto de 1926.
1250
ACPMPS. Libro IV. 12 de septiembre de 1926.
264
en 1964, junto con otras entidades, promovió la declaración de la ciudad de Sevilla
como Monumento Nacional1251.
En la actualidad la tipología de monumento es sólo una más en la
clasificación de Bienes de Interés Cultural, ahora divididos en ocho tipos1252 si
tomamos como referencia la ley 14/2007 del Patrimonio Histórico de Andalucía.
1251
“Disposición de 16 de septiembre de 1964 por la que se declaraban conjuntos y monumentos
histórico-artísticos diversas zonas y edificios de la ciudad de Sevilla”. ACMHAPS. 4ª. Generalidades.
9º
1252
Según esta ley los Bienes de Interés Cultural se dividen en Monumentos, Conjuntos Históricos,
Jardines Históricos, Sitios Históricos, Zonas Arqueológicas, Lugares de Interés Etnológico, Lugares de
Interés Industrial y Zonas Patrimoniales. Esta última tipología, que comprende aquellos territorios o
espacios que constituyen un conjunto patrimonial, diverso y complementario, integrado por bienes
diacrónicos representativos de la evolución humana, que poseen un valor de uso y disfrute para la
colectividad y, en su caso, valores paisajísticos y ambientales, nace con la mencionada ley en un
intento de abarcar de la forma más completa posible la definición de los bienes culturales y de esta
manera contribuir a su conservación.
265
merecedor de tal alta distinción. Esta medida, que en ocasiones podía considerarse
de excesiva y que llegaba a producir desacuerdo entre los miembros de la Comisión,
era la forma más contundente de hacer frente a los estragos que sufría el
patrimonio de la provincia, muchas veces de la mano de una mal entendida
modernidad. Entre los monumentos que sabemos que se solicitó la declaración para
evitar su desaparición se encuentran en Sevilla capital el Torreón de Don Fadrique
en el año 19051253 y el lienzo de murallas en 19061254. Ya en relación con otros
pueblos de la provincia conocemos la iniciativa tomada respecto al Castillo de Alcalá
de Guadaíra en 1924 tras comprobar su estado de deterioro1255. Como hemos
mencionado, esta forma de actuar no era compartida por todos los miembros de la
institución por entender que aunque la intención era buena, la declaración masiva
de monumentos no dignos de esta consideración conllevaría la devaluación de esta
medida. Rodrigo Amador de los Ríos, sobrino del que había sido vicepresidente de
la Comisión, Demetrio de los Ríos, y recién nombrado director de las excavaciones
de Itálica, se mostró contrario a la proliferación de este tipo de declaraciones y así
lo hizo saber cuándo se discutió proponer la Iglesia de Santa Catalina y la Capilla de
San José en 1911 para que fuesen reconocidas con tal distinción1256. En artículo
publicado en el diario El Liberal, con fecha de 16 de marzo1257, se alababa la postura
defendida por Rodrigo Amador de los Ríos, argumentando que hasta esa fecha sólo
habían sido declarados monumentos nacionales San Isidoro del Campo, la Capilla
del Seminario Antiguo y el trozo de muralla que estaba comprendido entre la Puerta
de Córdoba y la Macarena, y que aún carecían de dicho reconocimiento
construcciones tan emblemáticas para la ciudad como la Catedral y la Torre del Oro.
La falta de rigor en las declaraciones, decía el artículo, podría llevar a que “de seguir
aplicando lo de monumento nacional, según las circunstancias, se llegaría á que
viéramos como monumentos del Estado la Pila del Pato o la Gruta de las Delicias,
1253
ACPMPS. Libro III. 17 de mayo de 1905.
1254
ACPMPS. Libro III. 17 de octubre de 1906. Mélida, J. R. y Saavedra, E. “Las murallas romanas de
Sevilla”. Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo 50, 1907, pp. 438-441.
1255
ACPMPS. Libro IV. 11 de noviembre de 1923. Unos meses más tarde el castillo sería declarado
como Monumento de Interés Histórico y Arqueológico (ACPMPS. Libro IV. 12 de junio de 1924).
1256
ACPMPS. Libro III. 14 de marzo de 1911.
1257
El Liberal. “Los Monumentos Nacionales”. 16 de marzo de 1911
266
mientras que se derrumban, por falta de quien velara por ellas, la Torre de Don
Fadrique, la de San Marcos ó la Catedral.”
En 1931, curiosamente coincidiendo con el año de la elaboración de la Carta
de Atenas, se produjo un alto número de declaraciones de Monumentos Histórico
Artísticos en la provincia de Sevilla (ver gráfico), al igual que ocurriría en muchas
partes de España como resultado del decreto de 3 de junio de este año1258,
elaborado a su vez en virtud del decreto ley de 9 de junio de 1926. Esta disposición
sirvió para declarar más de 750 monumentos de una vez1259.
20
0
1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980
Sevilla capital
Sevilla provincia
1258
Decreto publicado en la Gaceta de Madrid, núm. 155, de 4 de junio de 1931.
1259
Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, p. 63.
267
desgraciadamente fue reemplazado por edificios comerciales de características
meramente funcionales en pocos años1260. Las fuentes conservadas de la Comisión
sólo hacen mención del peligro de derribo que corría el palacio del Marqués de
Palomares, sin aportar datos sobre lo que ocurrió con el resto de edificaciones. El
palacio fue comprado en subasta en 1879, por Juan Antonio Fernández de la Arriba,
un comerciante que convirtió el edificio en los conocidos como Almacenes del
Duque. Fue en 1965 cuando se realizó la venta a la empresa El Corte Inglés
(ilustración 51) a través de un intermediario. El tema de su posible derribo se
debatió en la sesión del 3 de enero de 1966, donde se presentaron dos posturas
enfrentadas. Por un lado Joaquín Romero Murube y el secretario en esos
momentos, Antonio Sancho Corbacho, defendían su valor artístico argumentando
que se trataba de un “palacio romántico, único modelo en Sevilla de un mudéjar
1261
tardío que debería conservarse” , por el otro, Juan de Mata Carriazo disentía
sobre su valor artístico. La decisión final de la Comisión fue que el presidente José
Sebastián Bandarán planteara el problema a la Dirección General de Bellas Artes
para que obrase lo más oportuno.
Algunos años después, en 1974, la propuesta de demolición del Palacio de
Surga1262 por parte del arquitecto municipal de Utrera promovió que dos miembros
de la Comisión, José Hernández Díaz y José Galnares Sagastizábal se trasladaran a
esta localidad para estudiar el estado del palacio barroco, que por lo que pudieron
comprobar, se encontraba abandonado desde hacía 15 años pero que su fachada y
elementos principales se encontraban en buen estado, a falta del apuntalamiento
de una fachada lateral. A propuesta de ambos vocales la Comisión de Monumentos
de Sevilla acordó iniciar el expediente de declaración de Monumento
Arquitectónico Artístico del palacio y telegrafiar al Alcalde de Utrera, al Gobernador
1260
El Palacio Sánchez Dalp y el del Marqués de Palomares fueron echados abajo, en su lugar se
levantó la sede principal de El Corte Inglés de la Plaza del Duque. El Palacio Cavaleri también fue
derribado y convertido en dependencias del Corte Inglés, aunque se conserva la portada original. El
hotel Venecia corrió la misma suerte y fue destruido, hoy es propiedad de la tienda de ropa Sfera,
perteneciente al mismo grupo comercial.
1261
ACPMPS. Libro VI, 3 de enero de 1966.
1262
Este monumento fue estudiado por otro miembro activo de la Comisión de Monumentos,
Antonio Sancho Corbacho, en su libro Arquitectura Barroca Sevillana del siglo XVIII. Madrid, 1952,
pp. 314 y 315
268
Civil y al director general de Bellas Artes para evitar el derribo del edificio1263. En
esta ocasión el esfuerzo dio sus frutos y el palacio de Surga fue declarado Bien de
Interés Cultural con la categoría de monumento histórico mediante Real Decreto
1483/1977, de 13 de mayo (BOE nº 154 de 29 de junio de 1977). Esta declaración ha
permitido que la construcción haya llegado hasta nuestros días, pero como muchos
otros casos, no ha significado la puesta en valor del monumento, ya que continúa
sumido en el abandono a pesar del proyecto del consorcio Aguas del Huesna de
convertirlo en su sede central1264.
El empleo de la declaración de un bien como monumento nacional como
medida de salvaguarda no fue usada exclusivamente por la Comisión de Sevilla. De
la misma manera actuó en 1913 la Comisión de Huesca para conseguir la reparación
del ábside de San Miguel de Foces, en estado de ruina1265, y la Comisión de Navarra
con el Monasterio de San Salvador de Leire, por citar algún ejemplo. El monasterio,
de época medieval, fue desamortizado en 1836, momento a partir del cual se
degradó considerablemente. En 1867 se adjudicó por subasta pública a Pedro
García de Goyena, por 840 escudos, valorándolo sólo por el precio que resultaría del
derribo de sus materiales de construcción. La Comisión de Navarra, ante el peligro
de su pérdida irremediable, acudió a la Academia de San Fernando y consiguió la
anulación de su venta y la declaración de monumento nacional1266.
269
de la novedosa figura establecida en los artículos 48 y 49 de la ley 1/1991 de 3 de
julio, de Patrimonio Histórico de Andalucía, denominada zona de servidumbre
arqueológica, y mantenida en la ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio
Histórico de Andalucía, que el título V, artículo 48, la define como “aquellos
espacios claramente determinados en que se presuma fundadamente la existencia
de restos arqueológicos de interés y se considere necesario adoptar medidas
precautorias”. Aunque este tipo de declaraciones no existía en legislación vigente
en aquellos años, los miembros de la Comisión procuraron la protección de unos
terrenos en los que, aunque no habían sido excavados en su totalidad, existían
sospechas más que fundadas de su pertenencia a Itálica.
1269
Por poner un ejemplo vigente en nuestros días, la definición del término monumento recogida
en el artículo 26 de la ley del Patrimonio Histórico de Andalucía del 26 de noviembre de 2007 es la
siguiente: “Son Monumentos los edificios y estructuras de relevante interés histórico, arqueológico,
paleontológico, artístico, etnológico, industrial, científico, social o técnico, con inclusión de los
muebles, instalaciones y accesorios que expresamente se señalen.”
270
Tiempo es ya de pensar de que se promulgue una Ley de Monumentos históricos y
artísticos….”1270 Un mes después y siguiendo la iniciativa sevillana, era la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando quien se dirigía a todas las Comisiones
Provinciales de España para que diesen su opinión sobre los puntos que debía tratar
la ley1271. La Comisión de Sevilla no se limitó a enviar estos puntos sino que hizo
llegar a la Academia de San Fernando un proyecto de ley, redactado por Demetrio
de los Ríos y aprobado por los vocales de la Provincial con fecha de 15 de junio de
18751272. El desarrollo de la ley estaba compuesto de diez títulos1273 y ciento
veinticuatro artículos, y aunque era bastante completa, tras su lectura se observa la
presencia de algunos artículos accesorios que no aportan significado al conjunto y
ciertos errores en la numeración de títulos y artículos.
Cabe destacar que la definición de monumento1274 no se enmarcaba en una
limitación cronológica que pudiera afectar negativamente a su conservación, como
posteriormente se hizo en la ley de protección del Tesoro Artístico de 13 de mayo
de 1933, que introdujo el factor cronológico (antigüedad superior a 100 años) con la
salvedad de aquellos bienes de interés que tuvieran un valor artístico e histórico
indiscutible, consideración que no dejaba de ser un tanto subjetiva.
La ley introduce la clasificación de monumentos en artísticos, arqueológicos,
históricos y conmemorativos1275. Éstos no son sólo merecían esta consideración por
su belleza o valor histórico ya que también se englobaban en esta ley los
1270
“Circular de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Sevilla”. 6 de
julio de 1874. ACMHAPS.
1271
“Circular de la Academia a los vicepresidentes de las Comisiones provinciales de 14 de agosto de
1874”. Ordieres Díez, I. Op. cit. Madrid, 1995, p. 265.
1272
Texto reproducido en los anexos de este estudio.
1273
Aunque el número de títulos reales en los que se divide el proyecto de ley son diez, hay una
errata en la numeración del manuscrito, que salta del VII directamente al IX. Los títulos son los
siguientes:
Título I: de los monumentos y su clasificación. Título II: declaración de los monumentos nacionales.
Título III: inmunidades de los monumentos. Título IV: vigilancia, custodia y conservación de los
monumentos. Título V: reparación y restauración de los monumentos. Título VI: Monumentos de
propiedad particular. Título VII: museos. Objetos artísticos y arqueológicos. Título IX: Comisiones de
Monumentos y estadística monumental. Título X: objetos arqueológicos y artísticos. Título XI:
monumentos conmemorativos.
1274
Proyecto de ley de 1875. Título I, artículo 1.
1275
Proyecto de ley de 1875. Título I, artículo 2.
271
testimonios industriales. A su vez los monumentos se dividían en monumentos de
primer, segundo y tercer orden1276.
El título II estaba dedicado a la figura del monumento nacional como medida
de protección, una fórmula que no es nueva y que se venía utilizando desde tiempo
atrás, por ejemplo con el Monasterio de San Isidoro del Campo, que fue declarado
Monumento Artístico Nacional en 1872.
Los recientes acontecimientos políticos y sus consecuencias se tuvieron en
cuenta a la hora de redactar el proyecto de ley. Las secuelas de la desamortización
aún seguían muy presentes para los vocales de la institución, por lo que se pedía
que los declarados monumentos de procedencia pública fuesen inenajenables1277.
También se intentó protegerlos de las consecuencias de conflictos bélicos y
levantamientos1278, que aún seguían en la memoria de todos tras la reciente
revolución de 1868, y se mostró especial hincapié en la vigilancia de las fronteras
nacionales para evitar la salida de cualquier objeto artístico1279.
El título IX de la ley trataba sobre las Comisiones de Monumentos y la
estadística monumental. Si tenemos en mente la procedencia de esta iniciativa no
ha de extrañarnos que el proyecto de ley otorgase un papel protagonista a las
comisiones provinciales de monumentos e intentase solventar sus problemas de
financiación previendo la disposición de fondos necesarios para la ejecución de los
trabajos encomendados1280. Además el proyecto de ley ampliaba la estructura de
las Comisiones Provinciales de Monumentos respecto al reglamento vigente de 24
de noviembre de 1865, introduciendo en su composición a un individuo eclesiástico
de la Junta Diocesana de Reparación de Templos, un ingeniero de caminos jefe del
distrito o de la provincia, un ingeniero militar, el anticuario del museo arqueológico
y dos individuos de la Diputación Provincial1281. De esta manera se pretendía
involucrar a un número mayor de personas relacionadas de manera directa o
indirecta con la conservación monumental. El nuevo reglamento de las Comisiones
de Monumentos, de 11 de agosto de 1918, recogió esta idea en su artículo segundo,
1276
Proyecto de ley de 1875. Título I, artículo 3.
1277
Proyecto de ley de 1875. Título III, artículo 19.
1278
Proyecto de ley de 1875. Título III, artículos 28, 29 y 30.
1279
Proyecto de ley de 1875. Título X, artículo 114.
1280
Proyecto de ley de 1875. Título IX, artículos 96 y 98.
1281
Proyecto de ley de 1875. Título IX, artículo 95.
272
aumentando el número de personalidades procedentes de diversos campos que
hasta entonces se consideraban vocales natos.
Como hemos mencionado antes, el título IX estaba dedicado también a la
estadística monumental, otra de las grandes preocupaciones de la Comisión de
Monumentos de Sevilla. La elaboración de esta estadística aparece como una de las
obligaciones principales de las Comisiones Provinciales1282, por ello y para evitar el
fracaso de experiencias anteriores, se puso especial hincapié en que el trabajo fuese
remunerado y contase con los recursos económicos y humanos que fuesen
necesarios1283. Además de los diversos datos de tipo histórico, artístico, etc. que
debían consignarse1284, se introducía la sugerencia de ilustrar el bien con dibujos,
fotografías o planos1285, aunque todavía no se indica que esta documentación fuera
indispensable, sino más bien parece que su función fuera la de aportar información
adicional que complementaría las noticias estadísticas.
La Comisión de Sevilla, sabedora de que una parte importante de los bienes
culturales se encontraban en manos particulares, introdujo en el proyecto de ley
ciertos incentivos a los poseedores de monumentos y obras de arte, eximiéndolos
de los impuestos asociados a la propiedad1286, reconociendo la donación de objetos
mediante la mención del donante en todos los casos posibles1287 e incluso
otorgando premios en determinadas ocasiones1288.
El proyecto de ley recoge además disposiciones relacionadas con la vigilancia
de los monumentos, su restauración, la propiedad de los hallazgos arqueológicos y
los museos, entre otros asuntos destacados. Durante todo su desarrollo son
frecuentes las alusiones patrióticas.
La importancia del proyecto radica no sólo en su amplitud y complejidad,
sino sobre todo porque nos encontramos ante el primer intento de elaborar una ley
general de protección de los bienes culturales, meta que no se alcanzó hasta la
1282
Proyecto de ley de 1875. Título IX, artículo 100.
1283
Proyecto de ley de 1875. Título IX, artículos 106 y 108.
1284
Proyecto de ley de 1875. Título IX, artículo 103.
1285
Proyecto de ley de 1875. Título IX, artículo 104.
1286
Proyecto de ley de 1875. Título IV, artículo 64.
1287
Proyecto de ley de 1875. Título VIII, artículo 85. Esta fórmula era ya usada por las Comisiones de
Monumentos en las cartelas de los objetos donados. Algunas como la de Murcia también decidieron
publicar en periódicos y en el Boletín de Ventas los nombres de las personas que contribuían al
museo. Martínez Pino, J. Op. cit., 2005-2006, p. 158.
1288
Proyecto de ley de 1875. Título VIII, artículo 86.
273
aprobación Ley del Tesoro Artístico Nacional de 1933. Hasta ese momento las
cuestiones relacionadas con el patrimonio fueron resolviéndose por medio de
decretos y leyes puntuales. Además, el proyecto de ley de 1875 introduce
novedades atribuidas a la Ley de Conservación de Monumentos Históricos y
Artísticos, de 4 de marzo de 1915, como es la inclusión en el ámbito de la ley de
todos los monumentos con independencia de su estilo artístico1289 y adelanta
criterios fundamentales como la elaboración de la estadística monumental como
medida de conocimiento y protección.
1289
González-Varas, I. Op. cit. Madrid, 2008, p. 512.
274
6.7 La reutilización de monumentos
La Comisión de Sevilla apoyó en numerosas ocasiones la reutilización de
edificios históricos, a los que se les dotaba de un fin completamente diferente del
original con la intención de darle vida y evitar su pérdida, especialmente si tenemos
en cuenta que tras la desamortización de Mendizábal y la revolución de 1868
muchos inmuebles que habían pertenecido a la Iglesia corrían peligro de
desaparecer y ésta era la única vía de salvación posible. Hay que resaltar que en los
casos en los que intervino esta institución promovió que las construcciones
albergasen usos respetuosos con función inicial, evitando ejemplos tan conocidos
como el del monasterio de la Cartuja de Santa María de las Cuevas comprada por el
inglés Charles Pickman en 1840 para convertirla poco después en fábrica de
cerámica o el del monasterio de San Isidoro del Campo, que tras la desamortización
fue empleado como correccional de mujeres durante un tiempo.
Es en estas fechas cuando las teorías de Eugéne E. Viollet-le-Duc (1814-
1879), arquitecto, teórico y restaurador francés, se imponían con fuerza en Europa.
Su reconocimiento en España fue tal que incluso fue nombrado Académico
Honorario de la Real Academia de San Fernando el 20 de abril de 1868. Este teórico
francés, al igual que luego defendieron los miembros de la Comisión de Sevilla,
postulaba que “el mejor medio para conservar un edificio es encontrarle un
destino”, y de la misma manera que hicieron los vocales de la Provincial, advirtió de
que esta funcionalidad debía de ser compatible con el carácter del edificio1290.
Entre los usos ampliamente aceptados por la Comisión para la reutilización
de monumentos arquitectónicos estaba su adaptación a museo. Algunos de los
edificios monumentales que fueron propuestos como sede de este tipo de
instituciones o que llegaron a serlo fueron el antiguo Convento de la Merced, hoy
en día Museo de Bellas Artes, la Iglesia de Santa Clara y parte de las estancias del
Palacio de San Telmo, cuyo uso como emplazamiento del Museo Diocesano fue
considerado por los vocales de la Provincial en 1977. En el caso del ex-convento de
la Merced la mayor preocupación era la adaptación del edificio a las piezas que iba
albergar, anteponiendo su nueva función de contenedor a su consideración como
1290
González-Varas, I. Op. cit. Madrid, 2008, p. 161.
275
monumento. Aunque en algunos casos puede que no sea la forma más idónea de
conservación, no podemos olvidar que la reutilización de edificaciones con
connotaciones histórico artísticas ha servido como una eficiente medida para evitar
su desaparición. El empleo de este tipo de construcciones como sede museográfica
no siempre fue apoyado por los vocales, de hecho sabemos que en 1932 la
Provincial protestó enérgicamente contra la exposición de cuadros y muebles que
se había dispuesto en el apeadero del Alcázar de Sevilla1291.
También encontramos ejemplos de la reconversión de usos de
construcciones de carácter particular. Uno de los casos a destacar por su cercanía
con la Comisión de Monumentos fue la transformación en 1980 de la Casa de los
Pinelo en su sede, además de la de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel
de Hungría y de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras, dotando al
monumento de uso respetuoso con su concepción inicial y asegurando de esta
manera su conservación en el futuro. La mayoría estas actuaciones se hicieron bajo
las dos presidencias de José Hernández Díaz y la de Antonio Sancho Corbacho. A lo
largo de los años esta casa palacio fue convertida en la Pensión Don Marcos y
estuvo a punto llegar a ser un local comercial, motivo por el que la Provincial acordó
solicitar su declaración de Monumento Nacional en 19491292, objetivo que se
materializó en 19541293. En 1968 El Ayuntamiento adquirió el edificio con idea de
albergar la hemeroteca y el museo histórico de la ciudad y comenzó su restauración
de la mano de uno de los miembros de la Comisión, el arquitecto Rafael Manzano
Martos1294. Aunque seis años antes se había barajado la capilla de San
Hermenegildo como sede de la Comisión de Monumentos a propuesta de uno de
sus miembros1295, José María Mena Calvo, en 1980, como antes mencionamos, se
dotó al edificio de su uso actual. La Comisión empleó el edificio además para
instalar en un patio interior primero una fuente del Palacio de los Levíes1296
(ilustración 52), edificio destruido en la década de los sesenta del siglo XX, y años
después la escultura de la diosa Pomona, obra de Juan Luis Vasallo que podía
1291
ACPMPS. Libro IV. 24 de octubre de 1932.
1292
ACPMPS. Libro V. 20 de julio de 1949.
1293
ACPMPS. Libro V. 10 de marzo de 1954.
1294
ACPMPS. Libro VI. 16 de enero de 1968.
1295
ACPMPS. Libro VI. 13 de febrero de 1974.
1296
ACPMPS. Libro VI. 18 de noviembre de 1969.
276
contemplarse en la parte exterior del Mercado de la Encarnación y que fue retirada
en 1974 cuando el edificio fue demolido1297. Aunque José Hernández Díaz propuso
la ubicación de Pomona en el rellano de la escalera1298, la escultura estuvo algún
tiempo en la galería del piso superior hasta que finalmente a principios de la década
de los 90 del siglo XX se optó por colocarla en el patio interior, junto a la fuente, ya
que este lugar se adecuaba mejor a sus dimensiones.
La reutilización de arquitecturas de tipo histórico-artístico y su empleo para
funciones diferentes de las originales pero respetuosas con el monumento es una
medida usada con asiduidad en nuestros días para asegurar su conservación.
Edificios como el Convento de San Jerónimo de Buenavista de Sevilla, que tras su
venta a manos privadas pasó a convertirse lazareto, colegio, fábrica de cristales y
cebadero de cerdos, y que fue adquirido por el Ayuntamiento de esta ciudad en
1984 con la intención de destinarlo a eventos culturales en un intento de salvarlo de
una destrucción segura, o el ya mencionado Monasterio de la Cartuja, sede
actualmente del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, el Instituto Andaluz de
Patrimonio y la UNIA, son dos ejemplos que siguen el camino iniciado por la
Comisión Provincial de Sevilla en el siglo XIX .
1297
ABC. “Pomona se muda”. 12 de julio de 1974.
1298
ACPMPS. Libro VII. 22 de mayo de 1980.
277
6.8 Defensa de la permanencia en la provincia de los bienes muebles
adscritos a ella
1299
ACPMPS. Libro I, pp. 49 y 50. 5 de noviembre de 1840.
1300
ACPMPS. Libro I, pp. 73 y 74. 4 de octubre de 1841.
1301
Amador de los Ríos, J. Op. cit. Sevilla, 1844, p. 354.
278
pertenecientes a los fondos de los Museos Arqueológico1302, las hallados en
excavaciones como las de Itálica, que en opinión de Rodrigo Amador de los Ríos
debían viajar a Madrid1303 o las localizadas en inmuebles de indudable interés
1304
histórico artístico tales como los Reales Alcázares . Frente a esta actitud, otras
Comisiones como la de Huesca si cedieron ante las peticiones del Museo
Arqueológico de Madrid, en este caso concreto entregándole dos tablas que
estaban a los dos lados del altar de la capilla del Instituto a cambio de otras
duplicadas del Nacional1305.
1302
ACPMPS. Libro II. 9 de diciembre de 1867.
1303
ACPMPS. Libro III. 22 de marzo de 1911.
1304
ACPMPS. Libro IV. 5 de noviembre de 1931 y Libro V. 6 de noviembre de 1934.
1305
Arco y Garay, R. Op. cit. Huesca, 1923, p. 16
279
6.9 Una difícil decisión, el traslado de piezas o la conservación in situ
No fueron pocas las veces que los miembros de la Comisión de Sevilla
tuvieron que enfrentarse a la disyuntiva de conservar in situ, manteniendo de este
modo la ubicación del objeto artístico dentro de su contexto inicial y facilitando una
lectura completa del bien, o trasladarlo a un lugar más apropiado para su
conservación como podía ser el Museo Arqueológico. Si hacemos un repaso del
procedimiento seguido por esta institución cuando se localizaba un mosaico
podremos comprobar que aunque a veces se optó por cercarlo o taparlo1306 para
evitar su destrucción, en la mayoría de los casos era arrancado y llevado a algún
lugar seguro. Hasta el último cuarto del siglo XIX era práctica habitual cubrir los
mosaicos descubiertos ya que tampoco existía un lugar adecuado donde llevarlos,
pero esta medida supuso la pérdida de algunos de ellos al no documentarse su
ubicación exacta, impidiendo de esta manera su localización posterior. Así, en 1902
tenemos el testimonio de Pelayo Quintero sobre el conocido como “Mosaico de las
Musas” encontrado en unas excavaciones dirigidas por Ivo de la Cortina en Itálica
en 1839: “enterrado de nuevo, pero sin fijar previamente el lugar preciso en que
estaba, nos ha sido imposible encontrarlo, a pesar de cuantas investigaciones hemos
hecho para conseguirlo”1307. Demetrio de los Ríos escribió un artículo para el Museo
Español de Antigüedades sobre estas excavaciones y los motivos que llevaron a
cubrir los restos encontrados: “Llegando la notica de tales profanaciones y las
quejas de los hombres doctos á las esferas administrativas, formóse expediente
administrativo para ponerles coto, y resolvióse en consecuencia que se entrarresen
de nuevo los mosaicos, como medida más fácil y económica, para evitar mayores
destrozos. Mas como esta operacion se realizaba de improviso, sin fijar puntos ni
tomar medidas prévias, sujetas á oportuno plano topográfico, producía el efecto
contrario á la intencion que la dictaba: los mosaicos se hundian de nuevo en las
entrañas de la tierra, acaso para no volver á exhibirse á la luz del dia, y hurtábanse
para siempre á la contemplacion y estudio de los arqueólogos; pues es
1306
ACPMPS. Libro II. 3 de mayo de 1875.
1307
Quintero Atauri, P. “Principales mosaicos encontrados en Itálica”. Real Academia de la Historia,
1902, p. 12.
280
dolorosamente más que probable, dado el habitual trasiego del laboreo de aquellos
terrenos, que se hayan del todo aniquilado.”1308
La decisión de mover los ejemplares musivarios de su emplazamiento original
no dejaba de ser polémica y muchas veces no era tomada con el apoyo unánime de
todos los miembros de la Comisión. Uno de los vocales que se mostró claramente a
favor del traslado de piezas fue precisamente Demetrio de los Ríos, del que
sabemos que se encontraba entre los impulsores del cambio de ubicación del
Mosaico de las Musas de Itálica al Museo Arqueológico Provincial cuando aún era
secretario de la Comisión1309 y que como vicepresidente participó en el traslado de
un ejemplar descubierto en tierras de Ignacio Vázquez1310. Esta misma opción se
tomó a lo largo de diferentes mandatos y así se actuó con el mosaico aparecido en
la calle Pescadores de Santiponce siendo vicepresidente Vicente Rodríguez1311, al
igual que con el conocido como “Rapto de Europa”, bajo el mandato de Claudio
Boutelou1312 y los localizados en el “sitio de los Palacios” en la vicepresidencia de
1313
José Gestoso y en el “Garrotal del Postigo” (de Osuna) estando Cayetano
Sánchez Pineda al cargo de la institución1314. También se solicitó el envío a Sevilla
del ejemplar localizado en Casariche en 1919 bajo la presidencia del Conde de
Aguiar1315 y el Museo Arqueológico de Sevilla hubiese sido el destino final del
mosaico adquirido por la Condesa de Lebrija en 1914 si se hubieran seguido los
deseos de la Comisión1316. Aunque con estos traslados se salvaron muchos
ejemplares de una destrucción segura, en esta acción subyace el concepto del
objeto como un elemento independiente, que no necesitaba de su entorno original
para ser contextualizado, ya que en el caso de los mosaicos y otro tipo de bienes,
predominaba su carácter decorativo frente a otros valores como el documental. Si
1308
Ríos, D. de los. Op. cit. Madrid, 1872, p. 187. El artículo estaba ilustrado con un dibujo de su
hermano José Amador de los Ríos.
1309
“Oficio de Demetrio de los Ríos al Presidente de la Comisión de Monumentos de Sevilla, de 16 de
marzo de 1865”. ACMHAPS.12ª. Sevilla Provincia. 2º/23.
1310
“Carta de la Comisión de Monumentos de Sevilla a Ignacio Vázquez” de 7 de agosto de 1872 y
ACPMPS. Libro II. 1 de agosto de 1872.
1311
ACPMPS. Libro II. 13 de febrero de 1879.
1312
Campos y Munilla, M. Op. cit. Sevilla, 1897, p. 17.
1313
ACPMPS. 26 de enero de 1970.
1314
ACPMPS. Libro V. 2 de noviembre de 1933.
1315
ACPMPS. Libro V. 20 de mayo de 1919.
1316
Gaceta de Madrid nº 186. 5 de julio de 1914, p. 46.
281
observamos el panorama europeo, ya en la Carta del Restauro (Italia, 1932) se
hablaba en su artículo 10 de la protección in situ de los yacimientos arqueológicos
en aquellos casos que fuera posible, dando un paso adelante en la valoración del
objeto más allá de su significado individual y en la puesta en valor del yacimiento
arqueológico como tal.
No sólo los mosaicos eran llevados a lugares considerados seguros, esta
situación se repetía con muchos de los hallazgos arqueológicos de Itálica. Como en
otras ocasiones este tipo de decisiones no eran tomadas con el voto a favor de
todos los miembros de la corporación y en este caso fue Virgilio Mattoni quien
intentó que algunos de estos restos se conservasen en su emplazamiento original
1317
.
La Comisión de Monumentos, siguiendo lo preceptuado por las leyes del
momento y tal y como sus miembros recogieron en el artículo 111 del proyecto de
ley de monumentos de 1875, veló para que los objetos artísticos y elementos
decorativos asociados a los inmuebles enajenados tras los procesos de
desamortización fueran exceptuados de la venta. Desaparece de nuevo la visión del
conjunto frente al objeto, aunque el objetivo fuese el de conservar al menos
aquellos bienes muebles expuestos a desaparecer al pasar a manos privadas. Por
ello se reclamaron los azulejos de la portada de la Iglesia de San Francisco de Paula
tras su venta porque según escribía el entonces vicepresidente Demetrio de los Ríos
al director de la Real Academia de San Fernando “aunque hasta hoy no se les ha
tocado, teme (la Comisión de Monumentos de Sevilla) que acallado por algun
tiempo éste asunto, desaparezcan por un golpe de mano, ó en momentos de una
revuelta popular”1318. De la misma manera se actuó bajo la vicepresidencia de
Vicente Rodríguez, consiguiendo que los azulejos del ex-convento del Carmen, por
estas fechas convertido en cuartel militar, no se instalasen en el Archivo Histórico
de Alcalá de Henares como había dispuesto la Real Orden de 14 de diciembre de
18811319.
1317
Fernández López, Manuel. Op. cit. Sevilla, 1904, p. 72.
1318
“Oficio del vicepresidente de la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla al director de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando”. 11 de abril de 1872. Gabinete de Antigüedades de
la Real Academia de la Historia. CASE/9/7970/021(1)
1319
ACPMPS. Libro II. 13 de enero de 1881.
282
En otros casos, aunque fuese menos frecuente, se tomó la decisión contraria,
apostando por la conservación in situ. Así ocurrió inicialmente bajo la
vicepresidencia de Claudio Boutelou con el zócalo de la escalera principal del
Convento de San Pablo, aunque la propuesta no contaba con el apoyo de tres de
sus miembros (Gestoso, Caballero Infante y Ariza), que temían que los azulejos
desaparecieran si se mantenían en su lugar de origen1320. Otro ejemplo lo tenemos
estando también al cargo de la Comisión Boutelou, con las columnas del templo de
la calle Mármoles. Los vocales de la corporación recomendaron la adquisición de la
casa donde se encontraban para de esta manera conservarlas en su emplazamiento
original y se pudiera profundizar en el estudio de los restos arqueológicos1321. Años
después, en época de José Gestoso, la Comisión intervino para evitar que los restos
fueran extraídos con el fin de ser utilizados en un monumento dedicado a la
memoria de Cristóbal Colón1322.
En la actualidad y debido a las leyes vigentes concernientes a la conservación
del patrimonio, no puede trasladarse o modificarse el ornato de los edificios
protegidos, asegurándose así la conservación integral del monumento. Un ejemplo
de ello es el paño de azulejos de la calle Tetuán número 9 de Sevilla que realizó en
1924 Enrique Orce Mármol para anunciar los Studebaker, automóviles de 6
Cilindros, y que se ha convertido a lo largo de los años en parte de la historia de la
ciudad. Su ubicación, en la planta baja y a la mano de los transeúntes, ha provocado
que haya sufrido continuas agresiones que han hecho pensar en la posibilidad de
trasladarlo a una altura superior, aunque como comentábamos antes, no se llevará
a cabo debido a su situación en un edificio protegido1323. En el caso de
descubrimientos arqueológicos se sigue optando por el traslado de ciertas piezas
como mosaicos a un lugar resguardado, generalmente museos, que además de
asegurar la salvaguarda permiten su contemplación al público en general. Así
ocurrió con el ejemplar bautizado como “de las Estaciones”, descubierto en una
1320
ACPMPS. Libro III. 15 de diciembre de 1896.
1321
ACPMPS. Libro II. 16 de diciembre de 1884.
1322
“Oficio en el que se comunica que se pretende extraer los fustes de columnas existentes en la
calle Mármoles para emplearlos en un monumento a Cristóbal Colón por lo que se ruega la
intervención de la Real Academia de la Historia”. 21 de marzo de 1917. Gabinete de Antigüedades de
la Real Academia de la Historia. CASE/9/7971/082(6).
1323
ABC, “Urbanismo acuerda la restauración del “Studebaker”. 7 de marzo de 2009.
283
calle céntrica de Carmona en el año 2008, que fue restaurado y expuesto en el
museo de la ciudad1324.
1324
Diario de Sevilla, “Descubren un gran mosaico romano en pleno casco histórico de Carmona”. 13
de febrero de 2008 y “Arrancan los trabajos de restauración del mosaico romano”. 6 de agosto de
2008.
284
6.10 Los diferentes criterios de la Comisión de Monumentos de Sevilla en la
enajenación, conservación y restauración de los bienes culturales
1325
“Oficio del vicepresidente de la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla, Eusebio
Campuzano, al Gobernador Civil de Sevilla y al Alcalde del Ayuntamiento Revolucionario de Sevilla”.
18 de noviembre de 1868. Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia.
CASE/9/7970/018(03)
1326
ACPMPS. Libro I, p. 26. 13 de febrero de 1840.
1327
ACPMPS. Libro II. 28 de febrero de 1872.
1328
El artículo dice textualmente: “Las obras desechadas por la comisión se venderán en pública
subasta, y su producto se aplicará a los gastos de formación de inventarios, traslación de efectos y
establecimientos de bibliotecas.”
285
antigüedad de un objeto no le confería por sí misma un valor histórico o artístico.
Ésta es la postura que defendió José Gestoso en un informe sobre el acueducto de
los Caños de Carmona, en cuya argumentación primaban las necesidades de
expansión de la ciudad frente a la importancia histórica del monumento1329. La
actitud tomada por José Gestoso era contraria a la ley que vio la luz ese mismo año
de 19111330, cuyo ámbito de aplicación eran “todas las obras de arte y producciones
industriales pertenecientes a las edades prehistóricas, antigua y media” y en la que,
por lo tanto, tenía cabida este acueducto. Esta equivalencia de antigüedad como
sinónimo de obra de interés artístico o histórico se rompió poco después con la Ley
de Conservación de Monumentos Históricos y Artísticos, publicada el 4 de marzo de
1915, cuya definición de monumento, recogida en el art. 1, dice: “Se entiende por
monumentos arquitectónicos artísticos a los efectos de esta ley, los de mérito
histórico o artístico, cualquiera que sea su estilo, que en todo o en parte sean
considerados como tales en los respectivos expedientes que se incoarán..”.
1329
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 24 y ACPMPS. Libro III. 8 de mayo de 1911.
1330
Ley de 7 de junio de 1911, que establecía las reglas a que habían de someterse las excavaciones
artísticas y científicas y la conservación de las ruinas y antigüedades.
1331
Para ampliar la información consultar: López Rodríguez, R. “La Comisión Provincial de
Monumentos Histórico Artísticos de la provincia de Sevilla y la fachada monumental del
Ayuntamiento hispalense”. Temas de Estética y Arte XX. Sevilla, 2006, pp. 145-166.
286
relación con el estilo y decoración de la otra fachada1332. Fue en 1874 cuando se
levantó de nuevo esta parte de la edificación y hubo que enfrentarse a la
problemática de la decoración del conjunto. En los trabajos llevados en dicha
fachada se aprecian posturas claramente diferenciadas, fruto de diversas corrientes
en teoría de restauración y de distintos momentos históricos. En 1862 Leoncio
Baglietto y Demetrio de los Ríos, ya unido entonces a la Comisión por sus cargos de
Arquitecto Provincial y director de las Ruinas de Itálica, se mostraban a favor de la
restauración de las fachadas del monumento completando su decoración, aunque
eran contrarios a la reproducción de motivos preexistentes en el Ayuntamiento ya
que “repugna a su variedad infinita y a su extrema riqueza”1333. Esta opinión se
enfrentaba con la defendida por la Comisión cuando fue designada como organismo
responsable de las obras por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en
18901334, siendo vicepresidente Claudio Boutelou y ya fallecido Demetrio de los
Ríos. Es en ese momento cuando la Provincial de Monumentos decidió la
continuación de las obras de restauración y que la decoración ornamental del
edificio fuese completada con motivos ya existentes, o en el caso de que no se
encontrasen los adecuados, se tomase como modelo alguno de otro monumento
del mismo período histórico y similar estilo, como la Sacristía Mayor de la Catedral
de Sevilla. Se decidió respetar la parte primitiva y las restauraciones posteriores1335
y se procuró que la piedra empleada en los trabajos fuese lo más parecida posible
en consistencia y color a la original1336, buscando la unidad estilística de la fachada.
No sólo se restauraron las partes dañadas o incompletas, sino que también se
sustituyeron ornamentos originales que no eran considerados de buena calidad
artística: “…Se acordó que se sustituyesen los dos medallones de las ventanas
laterales a la puerta de la fachada del Este variando los modelos actuales por creer
muy inferior su ejecución a todo lo hermoso y auténtico que resta en el edificio
1332
ACPMPS. Libro II, 9 de junio de 1867.
1333
Según se recoge en el informe “Restauración de las Casas Capitulares de Sevilla” firmado por
Demetrio de los Ríos y Leoncio Baglietto. Morales, A. J. La obra renacentista del Ayuntamiento de
Sevilla. Sevilla, 1981, p. 140.
1334
ACPMPS. Libro II. 24 de marzo de 1890.
1335
“Oficio de la Comisión de Monumentos al Presidente del Ayuntamiento de Sevilla de 26 de marzo
de 1890”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 13ª y ACPMPS. Libro III. 20 de
noviembre de 1897.
1336
ACPMPS. Libro II. 18 de junio de 1890.
287
obligando al restaurador sean los que se coloquen interpretados lo más
exactamente posible a otros que en el bello monumento se encuentran”1337. Entre
los motivos eliminados sabemos que se encontraban los retratos de Carlos I e Isabel
de Portugal, que fueron cambiados en 1895 por otros sin relación con los originales,
alterando así el discurso iconográfico de la fachada1338. Durante esta etapa además
del importante papel jugado por Boutelou hay que citar a José Gestoso, Francisco A.
Álvarez y Virgilio Mattoni como miembros de la delegación encargada de vigilar las
obras. Esta forma de entender la restauración nace de la doctrina del arquitecto
francés Viollec le Duc, que defendía la conclusión o corrección de monumentos
dotándolos de un grado de integridad que pudieron no haber tenido nunca.
Casi cuatro décadas después se vuelve a apreciar un giro importante en los
criterios de restauración aconsejados para la sede del Ayuntamiento, esta vez de la
mano de Cayetano Sánchez Pineda como presidente y Antonio Gómez Millán y Juan
Lafita como encargados de vigilar las obras. En esta ocasión se pretendía respetar la
apariencia original de las partes que no habían sido concluidas y por lo tanto no
continuar con su ornamentación, aunque como caso excepcional se permitía seguir
con la zona del Arquillo1339. Esta forma de actuación sigue los postulados de la
escuela conservadora en España y de Leopoldo Torres Balbás, una de sus figuras
más destacadas, que condenaba la restauración entendida como reconstrucción1340.
En el segundo caso que trataremos, la Catedral hispalense, nos centraremos
concretamente en la decoración de la fachada principal, situada a los pies de la
iglesia, que al igual que otros dos accesos más se encontraban inconclusos en el
siglo XIX. En 1878 la Provincial solicitó la terminación de las tres portadas y una
década después evaluó los trabajos realizados en este sentido a solicitud de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando1341. Los vocales argumentaban la
necesidad finalizar el edificio en la idea de que “restaurando nuestras Santas
Catedrales, se restaura también el decadente espíritu religioso de nuestros
1337
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 13ª.
1338
Morales, A. J. Op. cit. Sevilla, 1981, pp. 138, 139.
1339
ACPMPS. Libro V. 24 de mayo de 1934.
1340
González-Varas, I. Op. cit. Madrid, 2008, p. 301
1341
ACPMPS. Libro II. 14 de enero de 1888.
288
contemporáneos”1342. Es en estas fechas cuando se las emprende la restauración de
otras catedrales españolas de la mano de las Comisiones Provinciales de
Monumentos, como la Mezquita Catedral de Córdoba1343.
A juicio de los vocales, las esculturas recientemente elaboradas para la
portada de Sevilla eran demasiado grandes en relación a las repisas, por lo que
propusieron como modelos a seguir obras de escultores sevillanos del siglo XV que
habían intervenido en otras partes de la Catedral y que a su juicio, guardaban la
debida proporción y elegancia, a la par de concordar con el resto de la
ornamentación de la portada, más menuda y de menos relieve. Vemos que esta
restauración trasciende los valores formales del edificio, apropiándose de
connotaciones ideológicas que van más allá de la contemplación estética y
poniendo de manifiesto una vez más el acercamiento de la Comisión a los
postulados de Viollec-le-Duc (+1879)1344, precursor de la conocida como
“restauración estilística”. Para Viollec-le-Duc la restauración no se trataba de
limpiar el edificio o volver a rehacerlo, sino acabarlo como debería ser, al igual que
se pretendía en la Catedral.
- La restauración de estilo.
En relación con la Comisión de Sevilla son varios los ejemplos de
conservación monumental que mantuvieron la línea de intervención seguida en la
portada principal de la Catedral. En 1894 José Gestoso planteó el problema de
conservación del león pintado en la puerta del mismo nombre situada en los Reales
Alcázares de Sevilla. Gestoso propuso y se llevó a cabo su sustitución por una serie
de azulejos en los que se representaba el mismo animal1345. El nuevo modelo estaba
inspirado en otros ejemplares conservados en los Alcázares y aunque es conocido
por todos que fue realizado con posterioridad al conjunto monumental, su estética
puede hacer pensar lo contario al visitante.
1342
ACPMPS. Libro II. 26 de septiembre de 1878 y “Oficio de Demetrio de los Ríos al Arzobispo de la
diócesis sevillana, de 5 de diciembre de 1877”. ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 38.
1343
Palencia Cerezo, J. M. Op. cit. Córdoba, 1995, p.113.
1344
Esta es la definición que da Viollec-le-Duc de la restauración en su diccionario razonado de la
arquitectura francesa, de 1863: “restauration. Le mot et la chose sont modernes. Restaurer un édifice
ce n’est pas l’entretenir, le réparer ou le refaire ; c’est rétablir dans un état complet qui peut n’avoir
jamais existé à un moment donné…Ce n’est à dater que du second quart de notre siècle qu’on a
prétendu restaurer des édifices d’un autre âge ”. Viollet-Le-Duc, E. Dictionnaire raisonné de
l'architecture française du XI au XVI ème siècle. Paris, 1875. Tomo VIII, p.14.
1345
ACPMPS. Libro III. 13 y 26 de febrero de 1894.
289
En 1901 la corporación, representada por José Gestoso y Virgilio Mattoni,
dio el visto bueno a las pruebas ejecutadas por Rosendo Fernández con motivo de la
restauración proyectada en la galería de Carlos V del mismo monumento. Una vez
más se valoró que el proyecto presentado se ajustase al estilo del original1346.
Cuatro años después se planteó la posibilidad de alicatar el salón situado entre el
patio principal y el conocido como Patio de las Doncellas, también en los Reales
Alcázares. Una vez más se sugirió que los dibujos fueran tomados de los modelos
existentes en las salas colaterales, aunque en este caso la Comisión de Sevilla
propuso la colocación de una inscripción en el plinto del alicatado con la fecha de la
obra, evitando así cualquier confusión posterior1347. Se constata de esta forma un
cambio paulatino en la mentalidad restauradora de los vocales de la institución que
desembocará en años posteriores en la clara diferenciación de las partes
restauradas, tal y como recomendaban Hernández Díaz y Sancho Corbacho en 1937:
“Será requisito indispensable la máxima solicitud en hacer notar con plena honradez
expresiva las partes reconstruidas evitando el plagio intencionado que pudiera
desorientar históricamente en el estudio del edificio”1348.
La Comisión de Monumentos intervino en la restauración de algunos
retablos entre los que se encontraban el de la Iglesia de Constantina cuando
Gestoso era corresponsal en esa región1349 y años después en el de la Catedral de
Sevilla1350. En ambos casos se procuró que el dorado añadido durante la
restauración fuese rebajado para conseguir un tono cercano al que presentaba la
madera en ese momento, invitando una vez más al equívoco.
Se impone en todos los casos una “restauración de estilo” de influencia
francesa, en la que se busca la similitud con el original. Sólo en un caso de los
citados, el de los azulejos de los Reales Alcázares, ya de principios del siglo XX, se
procura resaltar de alguna manera la diferencia entre lo moderno y lo antiguo,
camino por el que se desarrollarán las futuras restauraciones en España gracias a la
1346
ACPMPS. Libro III. 21 de enero de 1901.
1347
ACPMPS. Libro III. 10 de marzo de 1905.
1348
Hernández Díaz, J. y Sancho Corbacho, A. Edificios religiosos y objetos de culto saqueados y
destruidos por los marxistas en los pueblos de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1937, p. 13
1349
“Oficio de la Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla al Gobernador Civil de la provincia
de 28 de febrero de 1882”. ACMHAPS. 12ª. Sevilla Provincia. 1º/23.
1350
ACPMPS. Libro IV. 18 de enero de 1921.
290
introducción de una nueva corriente de pensamiento encabezada por Camilo Boito,
entre cuyas premisas principales estaba la diferenciación de estilo entre lo nuevo y
lo viejo.
- La eliminación de adiciones posteriores al monumento.
Hemos podido comprobar cómo a lo largo de todo el estudio la Comisión de
Monumentos de Sevilla permaneció permeable a las ideas venidas de fuera en
criterios de restauración y conservación de monumentos. Dentro de las influencias
ya mencionadas está la del francés Eugéne Viollet-le-Duc, que defendía la unidad de
estilo del monumento, un estado ideal independiente de las variaciones
experimentadas a lo largo de su historia. Para llegar a este punto se consideraba
válida la eliminación de las trasformaciones posteriores que hubiera sufrido el bien,
persiguiendo una vuelta a su supuesto estado original. Varias de las actuaciones de
la Provincial se encaminaron en este sentido, aunque no de manera tan radical
como las intervenciones dirigidas por Viollet-le-Duc. Podemos citar las
recomendaciones vertidas sobre la Iglesia de San Miguel y la de San Andrés de
Sevilla. La Iglesia San Miguel fue uno de los monumentos caídos durante la
revolución de 1868. Sobre él escribía José Amador de los Ríos “pertenece á la
arquitectura gótica, si bien ha sufrido grandes é importantes alteraciones que han
contribuido a desfigurarlo de todo punto.”1351 Estas adiciones posteriores
oscurecían, a juicio de los miembros de la Comisión presidida entonces por Eusebio
Campuzano, la apariencia del monumento, por lo que cuando a finales de los años
70 del siglo XIX se estaba debatiendo el futuro del edificio, esta corporación
propuso su restauración y la eliminación de estos aditamentos posteriores1352. En la
restauración que se llevó a cabo en 1884 en la Iglesia de San Andrés, la Provincial
con Claudio Boutelou al mando consiguió que fuesen suprimidos los pegadizos que
ocultaban el arco toral y las cornisas de los pilares de las naves, en un intento de
devolver al templo a su estado original1353.
- La eliminación de construcciones adosadas al monumento.
1351
Amador de los Ríos, J. Op. cit. Sevilla, 1844, p. 309.
1352
ACPMPS. Libro II. 13 de noviembre de 1868.
1353
ACMHAPS. 7ª. Sevilla. Edificios y Monumentos. 1º. 4 A.
291
A partir de los últimos años de la segunda década del siglo XX descubrimos
en la Comisión de Monumentos de Sevilla varias acciones encaminadas a la
eliminación de construcciones y elementos adosados a los monumentos que
pudieran impedir su visión sin interferencias. En 1928, durante la presidencia de
Carlos Cañal, la institución procuró la expropiación de una casa de la calle Don
Fadrique adosada a la Muralla de la Macarena para que fuese destruida1354, en
1923, por iniciativa de Juan María Aguilar se pidió que fueran eliminadas las
construcciones adosadas al Alcázar de la Puerta de Marchena en Carmona1355 y en
1943, con Diego de Valencina al mando, la institución manifestó su conformidad
con los derribos efectuados por la Alcaldía delante de las Murallas de Sevilla y en las
proximidades de la Iglesia de María Magdalena de la capital1356. Estas demoliciones
muestran una percepción del monumento como objeto individualizado y aislado del
contexto arquitectónico circundante, aunque a la vez revelan una nueva forma de
proteger los bienes inmuebles, cuyos límites de la intervención rebasaban las
paredes del edificio colindantes con el exterior. No se protegía sólo a los elementos
físicos que forman el monumento, sino también al modo en el que los ciudadanos
se relacionan con él a través de su contemplación. La legislación española ya había
recogido en el Real Decreto de 9 de agosto 1926 medidas encaminadas a la
protección del entorno de este tipo de edificaciones en el art. 18, que citamos a
continuación: “Se prohíbe igualmente la transformación, adosamiento o apoyo de
viviendas hechas o intentadas en murallas, castillos, solares y ruinas de cualquier
clase de monumentos. Las edificaciones consignadas en este artículo serán
reputadas como clandestinas e inmediatamente demolidas, y los autores de ellas-
propietarios y ejecutantes-, así como todos los que extraigan materiales incurrirán
en las responsabilidades que determina el reglamento”. Posteriormente se dictaron
disposiciones similares en la Ley de 1933 (art. 34) y en su reglamento de 16 de abril
1936 (art. 25). Si hacemos una panorámica de lo que sucedía en Europa y el resto de
España vemos que la institución sevillana no era única en su modo de hacer, ya que
desde finales del XIX catedrales como la de Notre Dame en París, el Duomo de
1354
ACPMPS. Libro IV. 3 de abril y 5 de junio de 1928.
1355
ACPMPS. Libro IV. 7 de junio de 1932.
1356
ACPMPS. Libro V. 17 de abril de 1937.
292
Milán o las de León, Burgos u Oviedo en España fueron restauradas y aisladas de su
entorno histórico1357. Es a partir de la carta italiana del Restauro de 1932,
concretamente en su art. 6, cuando empieza a cuestionarse este tipo de
intervenciones aunque defendiendo la integridad del monumento a través de la
prohibición de la construcción de edificaciones de nueva planta próximas al
inmueble protegido.
- Ocultar para preservar.
Como hemos comprobado, con anterioridad al siglo XX fue frecuente que los
mosaicos encontrados que estuvieran en peligro de desaparecer fueran enterrados.
Una técnica similar es la que empleó la Comisión con los frescos del Monasterio de
San Isidoro del Campo, que preocupada por el estado del edificio y sus pinturas tras
la exclaustración de los monjes en 1835 solicitó que los frescos fueran restaurados
por Eduardo Cano y fuesen cubiertos con tablas para evitar su destrucción1358.
1357
González- Varas, I. Op. cit. Madrid, 2008, p. 352.
1358
ACPMPS. Libro II. 17 de mayo de 1863.
293
mejor interpretación histórica y cultural del mismo. Las partes suprimidas quedarán
debidamente documentadas.
3. Los materiales empleados en la conservación, restauración y rehabilitación
deberán ser compatibles con los del bien. En su elección se seguirán criterios de
reversibilidad, debiendo ofrecer comportamientos y resultados suficientemente
contrastados. Los métodos constructivos y los materiales a utilizar deberán ser
compatibles con la tradición constructiva del bien.
4. En el caso de bienes inmuebles, las actuaciones a que se refiere el apartado 3
evitarán los intentos de reconstrucción, salvo cuando en su reposición se utilicen
algunas partes originales de los mismos o se cuente con la precisa información
documental y pueda probarse su autenticidad. Si se añadiesen materiales o partes
indispensables, las adiciones deberán ser reconocibles y evitar las confusiones
miméticas.
La forma de entender la restauración de este artículo de la ley de 2007
procede de corrientes de pensamiento posteriores al auge de la Comisión de
Monumentos de Sevilla, cuya actividad empezó a decaer en 1928 con la
vicepresidencia de Carlos Cañal y Migolla. Tras el estudio de los trabajos que se
desarrollaron por parte de la Provincial desde sus inicios en 1844 hasta esa fecha de
1928 se puede observar, tal y como hemos ido especificando en cada caso, que
todas las decisiones tomadas se encuadraban dentro las escuelas de restauración
europeas y nacionales coetáneas a ella como la “restauración estilística” de Viollet-
le-Duc, las influencias de Camilo Boito, la “escuela restauradora” de Vicente
Lampérez y la “escuela conservadora” de Leopoldo Torres Balbás y por tanto aún
lejanas a los principios posteriores que inspiraron las leyes actuales de patrimonio.
294
6.11 El Museo de Bellas Artes y el Museo Arqueológico
La Comisión Provincial de Monumentos de Sevilla mantuvo desde los inicios
del Museo de Bellas Artes de Sevilla, y con el de Antigüedades (en un primer
momento ambos estaban localizados en el Convento de la Merced) una estrecha
relación, aunque marcada por los altibajos debidos a los frecuentes cambios de
titularidad de la institución museística. Estas variaciones dificultaron la posibilidad
de ejercer una labor continuada encaminada en una misma dirección, ya que se
perdía mucho tiempo y esfuerzo en el traspaso de poderes cada vez que el museo
volvía a cambiar de manos. Así, desde 1835 (fecha de su fundación por el Real
Decreto de 16 de septiembre) a 1883, el museo, que inicialmente dependió de la
Comisión Científico Artística de Sevilla, fue alternando su titularidad cada cierto
tiempo entre la Comisión Provincial de Monumentos y la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando. Nuestro estudio en este tema no deja de ser parcial, ya que
siempre se ha hecho desde la perspectiva de la Comisión de Monumentos, cuya
dedicación al Museo de Pinturas y Antigüedades fue variando en intensidad
dependiendo de las circunstancias hasta concentrarse casi exclusivamente en el
Museo Arqueológico entre 1883 y 1949.
Los fondos del Museo de Bellas Artes, procedentes generalmente de
edificios religiosos desamortizados, estaban compuestos en su mayoría por
pinturas, frente a otras manifestaciones artísticas como la escultura, un hecho que
no pasó desapercibido para algunos estudiosos como José Caveda, que escribió
sobre el tema: “Aunque tan temprano como lá Pintura, tuvo la Escultura
distinguidos profesores en Sevilla, no aparecen en el Museo relieves ni estatuas
anteriores al siglo XVI. Habían adornado la ciudad con sus obras Lorenzo
Mercadante en 1473, Nufro Sánchez en 1480, Dancart poco tiempo después, y ni
una sola de sus obras aparece aquí como muestra del Arte, antes que los propios y
los extraños, despojándole de la rudeza gótica, viniesen á engrandecerle dándole
nueva vida. Más extraña parecerá todavía la carencia absoluta de las afamadas
esculturas de Alonso Berruguete, Diego Siloe, Vergara el viejo, Felipe de Borgoña y
otros acreditados artistas, que tanto trabajaron en las Andalucías durante el siglo
XVI. Y ¿cómo comprender que no nos sea dado citar tampoco una muestra siquiera
295
del delicado cincel de Alonso Cano, Racionero de la Iglesia de Sevilla, residente en
ella largo tiempo, allí formado y honra del Arte en el siglo XVII? Dejó aquí largas
pruebas de su saber y laboriosidad, y entre otras la Concepción del retablo de la
parroquial de San Andrés, la del mayor de la iglesia de Santa Lucía; la del convento
del mismo nombre, trabajada en piedra; los tres retablos del colegio de San Alberto
con sus bellas esculturas; el San Juan Evangelista de las monjas de Santa Ana; los
colaterales de la iglesia de las monjas de Santa Paula, realzados por sus estatuas y
relieves. Pues bien: en medio de tantas obras maestras, en vano buscaremos á Cano
en el Museo: no le encontraremos como escultor. Si algo pudiera consolarnos de su
ausencia, sería sin duda la famosa estatúa de San Jerónimo penitente, de
Torrigiano, traída del monasterio de Buenavista, tan conocida y admirada de los
inteligentes, y una de las producciones más notables de este eminente escultor,
digno émulo de Miguel Ángel. Figuran á su lado, aunque en menor escala, un
Crucifijo y un Santo Domingo, de Martínez Montañés, y las Cuatro Virtudes,
trabajadas en madera por Solís. Nos sorprende que del primero de estos dos
artistas, siendo tan merecida su reputación, no se vean en el Museo más esculturas,
habiendo tantas de su mano en las casas religiosas de Sevilla, donde por largos años
fijó su habitual residencia. Antes de la exclaustración eran un objeto de estudio para
los inteligentes las imágenes y relieves que dejó en los conventos de la Merced
Calzada, los Mercenarios descalzos, los PP. de la Orden tercera, las Vírgenes, Santa
Clara, las monjas de la Concepción, las de Santa Ana, las de San Leandro y Santo
Domingo de Portaceli”.1359 La colección de arqueología se desarrolló entre otros
factores importantes, gracias a la cesión al museo de la colección Bruna en 1854,
objetivo que había perseguido insistentemente la Comisión de Monumentos, y a las
piezas procedentes de Itálica. Algunos de estos objetos arqueológicos se localizaban
en excavaciones programadas, pero la realidad es que la mayoría fueron hallazgos
fortuitos. Otra forma empleada para aumentar los fondos del Museo de Pinturas y
Antigüedades fue a través adquisiciones, y la donación o depósito de sus
propietarios, actuación que se veía recompensada con la mención de su nombre en
la cartela correspondiente a cada objeto. Esta medida dirigida a fomentar la cesión
y reconocer a sus poseedores llegó a reflejarse en el artículo 85, título VIII, del
1359
Caveda, J. Op. cit. Madrid, 1868. Tomo II. Capítulo XV, pp. 370-372.
296
proyecto de la ley de monumentos elaborado por la Comisión en 1875. Por el
contrario, el museo también prestó en depósito obras recolectadas tras la
desamortización destinándolas a edificios de culto (Iglesia de San Francisco de
Paula1360) y a la ornamentación de edificios y espacios públicos (sede de la
Diputación Provincial1361 o las esculturas de palacio arzobispal de Umbrete para el
paseo de la Magdalena1362).
La máxima figura responsable de las colecciones del museo era el
conservador1363, que en el caso del de Bellas Artes estuvo mucho tiempo ocupada
por pintores de reconocido prestigio de la escena sevillana como Antonio Cabral
Bejarano, su hijo, Francisco Cabral y Aguado, Joaquín Domínguez Bécquer y Eduardo
Cano.
De todos los artistas representados en el museo hay un nombre que se
repite continuamente como figura de referencia desde los tiempos de la Comisión
Científico Artística, el de Bartolomé Esteban Murillo1364. El museo conservó una
destacada muestra de la obra del reputado pintor a pesar de que su trabajo fuese el
objetivo principal en los saqueos que vivió la ciudad bajo las órdenes del Mariscal
Soult, Duque de Dalmacia, durante la invasión francesa1365. Es a Murillo a quien se
dedicó el salón principal del museo y sus cuadros fueron de los primeros en ser
restaurados cuando se dispuso de fondos para ello. Las peticiones para copiar sus
lienzos y estudiarlos eran frecuentes por parte de profesores como José Romero,
artistas (Joaquín Bécquer, Antonio Quesada, Virgilio Mattoni...) y estudiosos. En las
actas de la Comisión también aparecen solicitudes de importantes fotógrafos que
deseaban retratarlos, como Francisco de Leygonier. La Comisión Central de
1360
ACPMPS. Libro II. 14 de julio de 1867.
1361
ACPMPS. Libro I, pp. 117, 118. 16 de diciembre de 1846.
1362
ACPMPS. Libro I, p. 108. 7 de mayo de 1845.
Años más tarde, sobre 1863, una parte importante de las esculturas que se trajeron de Umbrete en
1844 fueron trasladas al paseo de las Delicias. Amores Martínez, F. “Los antiguos jardines del Palacio
Arzobispal de Umbrete”. Laboratorio de Arte, 17. Sevilla, 2004, pp. 327-341.
1363
Las funciones del conservador vienen definidas en el capítulo IV, artículo 35 del reglamento de
las Comisiones Provinciales de Monumentos Históricos y Artísticos de 1865. “Será obligacion de los
Conservadores la ordenacion metódica y cientifica de cuantos objetos constituyeren los Museos de
Antigüedades, así como tambien la formacion de los catálogos razonados de los mismos.”
1364
La Comisión Científico Artística gestionó la posibilidad de erigir en honor a Murillo un panteón
costado por el Marqués de las Marismas. ACPMPS. Libro I, p. 21. 7 de octubre de 1839.
1365
Prólogo de Enrique Valdivieso al Inventario de cuadros sustraídos por el gobierno intruso en
Sevilla, año de 1810, de Gómez Imaz, M. Sevilla, 2009, p.16.
297
Monumentos llevada también por la admiración a Murillo, al que denominaba
“príncipe de nuestros pintores”1366, decidió honrarle con una escultura en la puerta
del museo de Sevilla1367.
Si bien no tenemos datos sobre la forma de actuar en las restauraciones de
los lienzos sí que hay mención sobre dos intervenciones en escultura, una era la
Diana descubierta en 19001368 y la otra una escultura de Mercurio1369, ambas
realizadas durante el período en el que Manuel Campos Munilla fue director del
Museo Arqueológico. En el primer caso y por motivos de estabilidad de la pieza se
completó parte de la pierna derecha con una reconstrucción realizada en yeso,
actuación que fue desaprobada por Virgilio Mattoni. Hemos de resaltar que si se
decidió completar la figura con una pierna postiza fue por motivos estructurales ya
que este apoyo era necesario para su estabilidad. Anteriormente se había optado
por ayudarla con una muleta, pero resultaba una solución que afectaba de manera
negativa a la contemplación estética de la obra. Para evitar cualquier confusión,
datos como el tamaño del añadido o el nombre del restaurador se incluyeron en la
cartela. El ejemplo de la Diana se encuadra dentro de los nuevos criterios de
restauración escultórica seguidos en Europa, que pretendían evitar falseamientos
históricos y confusiones. De esta manera se descartaba el empleo de la hipótesis a
la hora de completar las partes que faltaban, se promovió el uso de materiales
diferentes del original que permitían su clara identificación y se insistió en la
documentación de las intervenciones llevadas a cabo. En este texto del libro de
términos artísticos de J. Adeleine del último cuarto del siglo XIX, traducido y
ampliado por el que fuera director del Museo Arqueológico Nacional, José Ramón
Mélida, se aprecia el cambio de mentalidad anteriormente mencionado:
“La restauración de estatuas, principalmente de las antiguas, en mármol,
presenta todavía más dificultades que la de los cuadros, y exige no menos
escrúpulos. Se restauran o reemplazan fácilmente ciertos fragmentos poco
importantes de una figura, tanto por medio de yeso coloreado que se acerque lo
más posible al tono original, como por medio de trozos de mármol que se fijan en su
1366
ACPMPS. Libro II. 1 de junio de 1863.
1367
ACPMPS. Libro II. 12 de enero de 1864.
1368
ACPMPS. Libro III. 28 de marzo de 1901.
1369
ACPMPS. Libro III. Marzo de 1915.
298
lugar por medio de tendones o espigas de cobre. Pero, en general, la restauración de
las estatuas debería circunscribirse a la realización de los trabajos estrictamente
necesarios para dar consistencia a una obra. No se le ocurrirá a ningún escultor
restaurar el brazo de la Venus de Milo. En los dos últimos siglos se trataban con
menos cuidado las obras antiguas. Se las restauraba poniendo, donde faltaba una
cabeza, otra de procedencia diferente”1370.
No podemos valorar por falta de información la actuación dirigida sobre la
estatua de Mercurio, para la que el director del Museo Arqueológico solicitó a la
Comisión de Monumentos de Sevilla, que en esos momentos presidía José Gestoso,
que se le añadiese una pierna que también se encontraba en el museo.
Desconocemos si había documentación suficientemente clara sobre si esta pieza
pertenecía al original o si por el contrario formaba parte de otra escultura diferente,
aunque todo parece indicar que se trata del Hermes Dionysóphoros de época
adrianea mencionado por Pilar León en su monografía sobre las esculturas de
Itálica1371. Si así fuera ambas piezas formarían parte de un único conjunto, aunque
se localizaron en fechas diferentes: el torso y la pierna izquierda hasta la rodilla
aparecieron en 1788 en “los Palacios” y en 1901 se encontró en la zona alta del
Teatro la pierna derecha con el plinto, el tronco de árbol que sirve de apoyo y la lira.
De esta manera en la restauración efectuada no se estaría haciendo otra cosa que
una reintegración de las piezas originales.
Hay ciertas formas de proceder de la Comisión relacionadas con la gestión
de los fondos de la pinacoteca, sobre todo en sus inicios, que analizadas desde un
punto de vista actual serían cuestionables, aunque nunca hay que olvidar que están
enmarcadas dentro de un contexto histórico diferente, donde la consideración de la
obra de arte y su propiedad se movían bajo límites diferentes. Nos referimos a la
cesión de obras a particulares a cambio de los servicios prestados, como ocurrió con
Antonio Cabral Bejarano, que tal y como ya hemos comentado, fue obsequiado una
obra en pago a la restauración de algunos lienzos de Murillo1372, y a la venta de
lienzos con la intención de obtener fondos (hay que tener presente la escasez de
1370
Adeline, J. Vocabulario de términos de arte. Traducido, aumentado y anotado por José Ramón
Mélida. Madrid, 1888, p. 458.
1371
León, P. Op. cit. Sevilla, 1995, pp. 104-107.
1372
ACPMPS. Libro I, pp. 140, 141. 26 de septiembre de 1849.
299
recursos económicos tantas veces mencionadas en las actas de la Comisión). La
comercialización de obras estaba amparada por el artículo 4º de la R.O. de 27 de
mayo de 1837, aunque estas actuaciones pronto dejaron de ponerse en práctica ya
que hay testimonios de 1853 en los que el Gobernador de la provincia ordenaba la
recuperación de los lienzos vendidos1373.
Son escasas las referencias en la documentación de la Comisión acerca de
los criterios museográficos seguidos, aunque sabemos que en los inicios del Museo
de Pinturas se ajustaron a un juicio meramente práctico, donde se primaba la
conservación de los fondos frente a una museografía de carácter educativa o
destinada a recrear la visión del público, en la que se podría contemplar una
exposición de las piezas más significativas. Por ello se optó por mostrar todos los
cuadros en las paredes del museo y de esta manera evitar que siguieran
aumentando los daños entre las piezas almacenadas1374. Esta medida se usó
durante un tiempo ya que en 1865 Demetrio de los Ríos mencionaba la necesidad
de colgar en las paredes cuadros que no convenía que se estropearan en los
almacenes1375. Ya hemos visto, que según la descripción de José Amador de los Ríos
del Museo de Pinturas en los albores de la institución, la colocación de las obras
sólo se había dispuesto por autores en el caso de Murillo y que el resto no estaba
expuesto de forma ordenada, lo que distaba de la museografía empleada en estos
momentos en otras ciudades de Europa, que entendían la función del museo como
un lugar de instrucción y que solía mostrar las obras clasificándolas por escuelas
siguiendo en su orden una línea cronológica.
La preocupación por exhibir las piezas de la manera más adecuada siguió
presente entre los miembros de nuestra Comisión y por ello se encargó en 1867 a
Joaquín Domínguez Bécquer que partiendo del conocimiento global de la colección
(tanto pinturas como esculturas) estudiase la mejor manera de dar a conocer las
obras, teniendo en cuenta factores tan importantes como la luz1376.
Según los testimonios que se conservan, como el citado viaje de Richard
Ford por España, el desorden era aún mayor entre las piezas arqueológicas, que se
1373
ACPMPS. Libro I, pp. 149, 150. 3 de julio de 1853.
1374
ACPMPS. Libro I, pp. 149, 150. 3 de julio de 1853.
1375
ACMHAPS. 6ª. Sevilla Capital. 3º.
1376
ACPMPS. Libro II. 2 de abril de 1867.
300
repartían entre patios y pasillos. Fue en 1875 cuando se organizó la colección del
Museo Arqueológico de la mano de Demetrio de los Ríos (con la ayuda de Leoncio
Baglietto en el apartado escultórico), que la dividió en elementos arquitectónicos,
cerámicos o epigráficos y dispuso cada categoría en una galería. Vemos como en el
tercer cuarto del siglo XIX es cuando definitivamente el Museo de Bellas Artes y el
Arqueológico dejaron de concebirse como meros contenedores de obras y el
Convento de la Merced abandonó la función casi exclusiva que había venido
desempeñando hasta ese momento de edificio protector, de almacén, para
convertirse en lugar de estudio, aprendizaje y claro está, de experiencia estética
donde el objeto pasa a compartir protagonismo con el visitante.
Es interesante resaltar que desde muy temprano la Comisión fijó entre los
objetivos del museo de Bellas Artes la difusión de las obras de artistas andaluces en
el Estado español, utilizando para ello dos vías, la adquisición de fondos que
reforzasen la colección en este sentido y el envío de piezas de artistas fuera del
museo para de esta manera acercar Sevilla y sus creadores al público foráneo. Esta
iniciativa parece enmarcarse en la vicepresidencia del que fuera anteriormente
Alcalde de Sevilla, Miguel de Carvajal (1858-64), ya que la documentación
consultada no nos deja saber si se convirtió en una práctica habitual o más bien se
redujo a un mero hecho anecdótico. Otra decisión a destacar fue la introducción de
la obra de artistas vivos en las salas del museo que no estaban ocupadas en 1848,
cuando se mostró el trabajo del pintor Rafael Benjumea, y la proyección de una
exposición colectiva de artistas coetáneos sevillanos al año siguiente, iniciando así
un camino que acabaría con la creación de los museos de arte contemporáneo en
España a finales del siglo XIX.
301
7. Conclusión
302
religiosos de Sevilla que a juicio de sus vocales debían o no conservarse, se aludía
expresamente a las iglesias de San Luis y Santa María la Blanca entre aquellas
construcciones no merecedoras de ser consideradas como monumento. Esta
postura contrasta con la iniciativa mencionada años después en la memoria de
1924, redactada por Santiago Montoto, secretario de la institución, por la que se
solicitaba la declaración de ambas iglesias como Monumentos de Interés
Arquitectónico y Artístico.
También es evidente una evolución en relación a los criterios de
restauración. Mientras que en épocas iniciales se puede ver una fuerte influencia de
las teorías francesas y en concreto de la escuela violletiana, fácilmente apreciable
en los trabajos emprendidos en la fachada del Ayuntamiento de Sevilla con vistas a
la Plaza de San Francisco durante la segunda mitad del siglo XIX, que consistieron en
completar la decoración del conjunto, a partir de las primeras décadas del siglo XX
se avanza hacia posturas menos intervencionistas en el patrimonio. Siguiendo con el
mismo ejemplo de la fachada de las Casas Consistoriales, fue a partir de 1934
cuando se produjo un giro en la forma de entender el monumento y se consideró
que había que respetar la apariencia original de la construcción, evitando dotarla
de una apariencia ideal que nunca había tenido.
Desde 1844, momento en el que inició su camino la Comisión de Sevilla,
hasta fines del siglo XX, fueron varias las etapas que destacaron por su actividad y
por los resultados obtenidos. Ya hemos mencionado la innovadora iniciativa en
cuestiones legislativas emprendida durante la vicepresidencia de Demetrio de los
Ríos (1869-1878), pero no podemos dejar de citar el trabajo desempeñado por los
vocales durante el mandato de Claudio Boutelou (1882-1902), que intervinieron en
todo lo relacionado con los monumentos más importantes de la ciudad de Sevilla y
publicaron el grueso de los escritos promovidos por la Provincial en toda su
existencia. Medio siglo después, siendo Hernández Díaz presidente de la institución,
se emitió el informe sobre las zonas artísticas de Sevilla que sirvió de preludio para
la obtención de la declaración por parte de la capital hispalense de la consideración
como Monumento Nacional en 1964.
Ya desde sus comienzos la Comisión mantuvo un estrecho lazo con las
Ruinas de Itálica y luchó intensamente por sacarlas del completo estado de
303
abandono en el que estaban sumidas, invirtiendo en ellas parte de su exiguo
presupuesto. Además, la Comisión estuvo ligada de una u otra forma al Museo de
Bellas hasta 1883, vínculo que conservó durante toda su vida activa con el Museo
Arqueológico, promoviendo las donaciones entre sus miembros y los propietarios
de las piezas y solicitando cuantos hallazgos fueran de interés para completar los
fondos de esta institución.
La Comisión de Monumentos de Sevilla intervino de forma habitual durante
su vida activa en la conservación del Ayuntamiento, los Reales Alcázares, la Catedral
y la Torre del Oro, edificación emblemática para la ciudad que estuvo a punto de ser
enajenada en varias ocasiones.
Hemos podido comprobar a lo largo de este estudio la inclinación que la
Comisión de Monumentos de Sevilla mostró siempre por aquellas construcciones
realizadas en estilo mudéjar, al considerar este movimiento como el único que
podía declarase como propio del territorio español. En 1868, con motivo de los
movimientos revolucionarios que estaban teniendo lugar en estos momentos, se
produjeron importantes cambios políticos en la ciudad de Sevilla que conllevaron la
puesta en cuestión de la existencia del elevado número de edificaciones religiosas
de la ciudad. Ante el peligro de destrucción al que se enfrentaban conventos e
iglesias, los miembros de la Provincial redactaron un informe donde se enumeraban
las construcciones que a su entender debían conservarse, y en el que se enfatizaba
la necesidad de preservar siete iglesias, todas mudéjares, seis de las cuales
(Omnium Sanctorum, San Esteban, San Marcos, Santa Catalina, Santa Marina y la
capilla del seminario de Maese Rodrigo) fueron propuestas por la Comisión mucho
tiempo después (en 1924 concretamente) como arquitecturas dignas de recibir la
declaración de Monumento Nacional, es decir, el máximo nivel de protección y
reconocimiento.
En este sentido se iniciaron importantes esfuerzos hasta conseguir la
anulación en 1872 de la subasta en la que se ponía a venta la Iglesia de San Esteban,
evitando que el monumento sufriera importantes daños o incluso su desaparición al
pasar a manos privadas.
Otros monumentos que estuvieron en serio peligro de desaparecer y que
hoy en día pueden contemplarse gracias a la intervención de la Comisión de Sevilla
304
son la Torre de Don Fadrique, en riesgo constante por la penuria económica a la se
veían sometidas las monjas de Santa Clara, dueñas de los terrenos, hasta que fue
declarado Monumento Histórico Artístico en 1931; la Capilla de San José, afectada
por el proyecto de 1911 de alineación de la calle Jovellanos; el templo de la Calle
Mármoles, para cuya preservación se consiguió la adquisición de la casa donde
estaba ubicado; la Iglesia de Santa Catalina, que ha llegado a nuestros días gracias al
apoyo a las labores de restauración que se efectuaron entre 1928 y 1930 y que la
sacarían, al menos momentáneamente, del estado de abandono en el que estaba
sumida, y la portada de la Iglesia de Santa Lucía, edificio que en 1868 había sido
adquirido por un particular y convertido en almacén, por lo que para evitar la
pérdida de la mencionada portada los vocales de la Provincial promovieron su
instalación en la Iglesia de Santa Catalina en 1930. Ya fuera de Sevilla destaca su
labor en relación al Castillo de Alcalá de Guadaira, puesto bajo la inspección de la
Comisión por el Ayuntamiento de Sevilla en 1874.
Entre los puntos negros que manchan el brillante expediente de esta
corporación se puede mencionar la pérdida de algunos monumentos de destacado
interés durante su vigencia como organismo responsable del patrimonio de la
provincia. Citaremos por ejemplo la eliminación del Arco de Felipe II en 1895 en el
Alcázar de la Puerta de Sevilla en Carmona además de otras zonas de la citada
construcción defensiva, el vestíbulo del antiguo seminario de Sevilla en 1909 y
algunos de los arcos del acueducto de los Caños de Carmona, en la capital. Tampoco
se pudo evitar la destrucción de una parte importante del cinturón de murallas de la
ciudad hispalense y de varias de las puertas de acceso a la misma como la de Triana,
la de San Fernando, la de Carmona y la de Osario, pérdidas producidas en la década
de los sesenta del siglo XIX.
Una de las demoliciones que más afectó a la Comisión de Monumentos fue
la de la Iglesia de San Miguel en 1868, ya que a pesar de todos sus esfuerzos y de la
alta consideración en la que tenían al monumento (ocupaba el cuarto puesto en la
lista redactada en 1868 de edificios religiosos que consideraban que debían
conservarse en la capital), no pudo conseguir que se librara de la piqueta.
En relación al patrimonio arqueológico se perdieron destacados
hallazgos que fueron adquiridos por particulares, ya que al menos hasta la
305
promulgación de la Ley de Excavaciones de 7 de junio de 1911, no había forma de
evitarlo.
La visión de conjunto de la actividad de la Comisión de Monumentos de
Sevilla, permite comprender las razones por las que se han conservado muchos
monumentos sevillanos, que antes de la promulgación de la legislación protectora
no tuvieron otro instrumento de defensa que la tenacidad de los miembros de la
Comisión, aunque sus criterios históricos y estéticos fueran variables y a pesar de la
carencia permanente de medios con los que desarrollar una labor más extensa.
306
ANEXOS
ACMHAPS
307
Tiempo es ya de pensar y de que se promulgue una ley de Monumentos
históricos y artísticos en la que se fijen las condicionen indispensables que han de
tener estos para ser considerados tales; las formalidades á que se ha de sujetar esta
declaracion; las inmunidades y preeminencias legítimas y racionales que deben
disfrutar para ser respetados por todo el mundo y el procedimiento que debe
emplearse en cada caso segun el Monumento pertenezca al Estado, la provincia, el
Municipio ú otras corporaciones de carácter público, fundándose la teoría armónica
entre el individuo y la sociedad para recabar en beneficio de esta y sin perjuicio de
nadie la salvación de infinitos Monumentos de propiedad particular que muchas
veces compiten con los públicos y aun les superan en importancia arqueológica y
artística
Anhelosa de conseguir este trascendental y levantado propósito la Comisión
Sevillana de Monumentos Históricos y Artísticos excita á todas las de España para
que unan su autorizada voz á la suya y trabajen con su valiosa influencia y
representacion ante las Academias Nacionales que nos presiden, á fin de que todas
las fuerzas intelectuales y vitales del Pueblo Español se dirijan en el primer
momento mas oportuno á sus representantes en las Córtes y estos acojan y hagan
suyo el proyecto de ley que les ofrecerán bosquejado las Academias, ó en su
defecto formulen la que llene de una vez el vacío que lamentamos y sobre bases
fijas y sólidas asienten los deberes de todo español en punto á la conservación de
las manifestaciones artísticas é industriales, que revelando las distintas faces del
trabajo en caractéres indelebles, trazan la historia de la actividad humana y la
peculiar de cada nacionalidad.
Dios guarde á muchos años, Sevilla 6 de julio de 1874
EL VICE-PRESIDENTE
Demetrio de los Rios
308
Proyecto de la ley de monumentos redactado por la
Comisión de Monumentos de Sevilla en 1875
RABASF 52-3/2
309
magnificencia, su mérito estético absoluto; los problemas arduos de la ciencia y el
Arte resueltos por virtud de ellos; su rareza en la historia del Arte; el estado de
conservacion en que se encuentren, y demas circunstancias de todo géneros, que
los avaloren en la consideracion de los inteligentes. Son, pues, monumentos de 1er
órden las catedrales, básilicas, monasterios, templos parroquiales y demas edificios
religiosos de esta especie; los palacios y alcázares, hospitales y otros civiles de
analogas magnitud y suntuosidad, y las fortalezas y demas construcciones militares
de la mayor importancia. En segundo órden pueden colocarse los demas edificios
civiles, religiósos y militares, y en tercero, los trozos de los primeros, y segundo y
pormenores de los mismos, como claustros, arcadas y arcos, portadas, sepulcros,
etc= El mérito estético y la rareza arqueologica podrán sin embargo, ser tales, que
rebajen un edificio de grande planta á segundo ó tercer órden, ó realcen un
pequeño edificio ó parte de su ruina á la primera categoría entre los monumentales;
conforme á la concienzuda y detenida apreciacion de los doctos en semejante
materia.
Articulo 4º= Todos, sin escepcion, serán protegidos por esta Ley en la forma que
determina, y muy señaladamente los clasificados, como nacionales, previa la
declaracion competente, si esta fuere indispensable.
Ademas de los denominados monumentos, esta Ley, ampara los objetos ártisticos ó
árqueologicos, que deben figurar en los museos nacionales; se hallan en las iglesias
ó pertenecen a particulares, españoles, ó estranjeros avecinados en España.
310
universalmente reconocido; no han menester de nuevo, ni más solemne testimonio
del respeto y del amor unanime de propios y de estraños.
Articulo 7º= Tampoco necesitan de aquella declaracion, los monumentos
arquitectonicos de 1ª, 2ª ó 3ª clases que ya lo hayan sido por anteriores
disposiciones, pero incluidos en un cuadro general, se publicará éste en la Gaceta y
demas periodicos oficiales por el ministerio correspondiente.
Articulo 8º= Los demas monumentos arqueológicos de cualquier órden, necesitarán
de la declaracion oficial, cuya publicidad será la más ámplia posible para
conocimiento de todos los españoles.
Articulo 9º= Para que se efectúe la indicada declaracion, bastará, que el
monumento se halle incluso en la clase de 1º, 2º y 3er órden entre los artisticos ó
historicos de la Estadística nacional de monumentos, formada competentemente al
efecto. El ministro de Fomento autorizará la declaracion por medio del oportuno
decreto acompañado de los cuadros estadísticos de monumentos, que se
publicarán por provincias en la Gaceta y demas documentos oficiales de toda la
nacion.
Articulo 10º= Mientras no se forme la estádistica nacional de monumentos bastará
que las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando, incoen
expediente, que aprobado por el Ministerio de Fomento, de margen al decreto de
declaracion= A este fin, la Hacienda pública remitirá á las referidas Academias nota
circunstanciada con los antecedentes necesarios de todos los edificios que en su
concepto crean monumentales.
Articulo 11º= Cuando el monumento historico ó ártistico radique en cualquier
punto de las provincias, á las comisiones provinciales de Monumentos incumbe su
examen y calificacion, que aprobada por la Academia Nacional respectiva, será
elevada al ministerio del ramo para los fines correspondientes. Si el monumento
fuese de dominio particular ó de tal naturaleza que necesitase previo permiso para
su examen, las Comisiones le obtendran con arreglo á las practicas y á las leyes que
esten vigentes.
Articulo 12º= Un decreto de declaracion puede referirse á uno ó muchos
monumentos. En todo caso se espresará la catégoria de estos, y demas
circunstancias cientificas que lo hacen acreedor á la declaracion.
311
Articulo 13º= Declarado un edificio monumento nacional, seguirá prestando uso útil
á sus respectivos poseedores en la misma forma que siempre; pero con sugecion á
las prescripciones que esta Ley señala para los monumentos nacionales. Si las
corporaciones que utilizan un edificio no son sus propietarias; sino únicamente
autorizadas para ello por el Estado, las Diputaciones ó quien corresponda, satisfaran
indemnizacion capitalizada del uso que hagan.
Articulo 14º= Los monumentos declarados, que por su naturaleza ó estado de
conservacion no puedan prestar, ó nó convenga que presten, uso util a ninguna
corporacion; sino que solo se han de conservar para simplemente como tales
monumentos para la admiración y estudio de propios y de estraños, se entregarán
al ministerio y corporaciones competentes y responsables, para su vigilancia y
conservacion inmediata.
Articulo 15º= La Nacion ampara sus monumentos con todo su poder, cimentada en
sus leyes generales, y por medio de la presente, encaminada á la vigilancia,
conservacion, reparacion y restauracion de los mismos.
Articulo 16º= Los monumentos nacionales gozan de todos los esenciones legales
reconocidos respecto de los edificios publicos. En tal concepto, los monumentos no
admiten, ni imponen servidumbre de ninguna especie; ni á las ya impuestas sobre
ellos, ó á las que contraviniendo esta Ley se impusieren en lo sucesivo, es aplicable
la prescripcion; que jamas será valedera, por ningún concepto, tratandose de su
dominio absoluto.
Articulo 17º= Lo dispuesto en el articulo anterior se entiende si el monumento
pertenece al citado. Pero si el monumento, declarado nacional, es propio de la
provincia, municipio ú otra corporacion pública, que lo haya erigido ó costeado á
sus expensas, sú uso conservacion y reparacion pertenece al poseedor; mas, bajo la
directa vigilancia de la nacion; quien intervendrá en las reparaciones y
restauraciones del modo mas eficaz e inmediato, segun en el título correspondiente
se preceptua.
312
Articulo 18º= Tambien alcanza la vigilancia de la nacion, por medio del ministerio
del ramo y corporaciones competentes, á los monumentos árquitectonicos propios
de particulares y esta ley señala en su título oportuno los procedimientos que
deben emplearse para obtener los mejores resultados en pro de la referida especie
de monumentos.
Articulo 19º= Los monumentos declarados nacionales de procedencia pública; son
inenagenables de todo punto cualesquiera que sean su origen, clase, propiedad y
actual destino.
Articulo 20º= Tampoco son hipotecables, ni por ningún concepto estarán afectos al
pago de ninguna obligacion, por sagrada que esta se suponga, arduo el monumento
que al parecer lo exija, y supremo el poder que intente decretarla.
Articulo 21º= Si algun monumento, ú objeto ártistico, fuere vendido por ignorancia
de los empleados públicos; podrá anularse el contrato sin necesidad de declararse
nacional; previa reclamacion en forma de las comisiones ó cuerpos competentes. Si
la declaracion de monumento nacional hubiese recaído sobre cualquier edificio
vendido, aquella formalidad implica necesariamente la redencion de la venta.
Articulo 22º= La prescripcion no es aplicable á los monumentos; ningún tiempo por
tanto será suficiente á evitar la anulacion de la venta de un monumento nacional á
contar desde la promulgacion de esta Ley.
Articulo 23º= La responsabilidad contraída por la venta de un monumento
declarado, será mucho mayor que la referente á otra que carezca de semejante
requisito, y al tenor del árticulo 20 nó estará esento de ella ninguna corporacion, ni
empleado público, cualesquiera que sean su categoría, su autoridad administrativa,
militar, civil ó religiosa.
Articulo 24º= Todo español, que destruya total ó parcialmente un monumento
declarado nacional, sufrirá la pena impuesta por el código á los incendiarios de
archivos ó museos del Estado, capítulo VII articulo 561 párrafo 1º, aplicándosele la
inmediata, si el monumento careciere de aquel requisito.
Articulo 25º= Procede la espropiacion en beneficio de los monumentos nacionales,
segun se espresará en el título correspondiente.
313
Articulo 26º= La espropiacion forzosa por causa de utilidad y comodidad públicas no
es aplicable á los monumentos declarados nacionales, que son absolutamente
inenagenables.
Articulo 27º= Si el monumento no ha sido declarado, y sobre su espropiación se
abriese espediente no tendrá éste curso sin oír á las comisiones respectivas y
Academias correspondientes, cesando la accion entablada cuando se resuelva en
toda forma que ha lugar á la declaracion de monumento nacional.
Articulo 28º= La defensa de la patria, y mucho menos en las discordias civiles, no
justificará la destruccion monumentos nacionales. El ingeniero que encargado de
fortificar una poblacion destruyese un monumento con semejante pretesto, será
responsable del daño, asi como el gefe militar que lo órdene.
Articulo 29º= En la expugnacion de una plaza Española sostenida por enemigos de
la patria ó del gobierno, jamás se dirigirán los tiros contra ningun monumento de
los universalmente reconocidos por los primeros de la Nacion.
Articulo 30º= El Gobierno que transcurrido un periodo de insurreccion militar ó
popular, no castigue ni repare en lo posible los desmanes contra los monumentos
de la patria, incurrirá en responsabilidad ante los tribunales competentes.
Articulo 31º= La nacion se obliga á mantener en el mejor estado de conservacion
posible los monumentos, reparandolos directamente, si le compete esta obligacion,
segun el árticulo 17, ú órdenando su reparacion las respectivas corporaciones=
Tambien dirigirá el Gobierno las restauraciones, cuidando de colocar para rayos en
los parages mas espuestos de los monumentos arquitectonicos de primer órden;
procurando su aislamiento absoluto de las casas y demas construcciones estrañas,
próximas ó adosadas á ellos; y evitando con sabia previcion, su ruina y deterioro;
cualquiera que sea la causa que pueda ocasionarlos.
314
Articulo 32º= Cuidaran de la vigilancia de toda especie de monumentos:
1º El Ministro de Fomento
2º Las Reales Academias de la Historia y Bellas Artes de San Fernando
3º Las comisiones provinciales de monumentos historicos y artisticos
4º Las Academias provinciales de Bellas Artes
5º Las demas Academias oficiales, Universidades é Institutos
Articulo 33º= Al Ministro de Fomento corresponde la direccion suprema en este
punto asesorándose de las Reales Academias de la Historia y San Fernando.
Articulo 34º= Estas Academias evacuarán todos los ínformes que se les pidan sobre
el asunto, pudiendo ademas proponer lo que estimen más conveniente.
Articulo 35º= Las comisiones provinciales de monumentos tendrán respecto á las
referidas Academias las mismas obligaciones y derechos, que estas últimas en
órden al ministerio de quien dependen. En caso urgente, se entenderán por
conducto de los Gobernadores, ó directamente, con el ministro del ramo, segun
previene el reglamento.
Articulo 36º= Las Reales Academias de la Historia y las comisiones provinciales de
monumentos mantendrán bajo su respectiva vigilancia, el museo nacional y los
provinciales arqueologicos y artisticos, segun más adelante se establece.
Articulo 37º= Las demas academias, las universidades é institutos, no tendrán más
participacion en la vigilancia de los monumentos nacionales que la de representar
en su defensa, cuando las circunstancias y su celo patriotico, se lo aconsejen.
Articulo 38º= La vigilancia es directa ó indirecta, segun se trate de monumentos de
patrimonio público ó particular. Todo monumento público declarado ó no nacional
estará bajo la vigilancia directa de las corporaciones designadas; y bajo la indirecta,
los particulares.
Articulo 39º= La vigilancia directa autoriza á las corporaciones competentes para
girar visitas en las capitales y pueblos de la provincia á todos los monumentos, y á
los museos donde los objetos ártisticos é historicos se conserven.
Articulo 40º= En la vigilancia indirecta, los individuos de las corporaciones
emplearán los medios personales y amistosos que su influencia permita, pudiendo
tomar las corporaciones voz colectiva, pero siempre en el terreno amigable, para
315
indicar á los dueños cuanto deben estimar sus monumentos, y el cuidado que
merecen.
Articulo 41º= Para que las Comisiones provinciales alcancen con su vigilancia á las
poblaciones mas pequeñas y despoblados de su jurisdicción, nombraran los
correspondientes necesarios, cuidando de que este encargo recaiga siempre en las
personas más ídoneas y activas.
Articulo 42º1377= Por medio de la vigilancia egercida sistemáticamente en toda
España se podrá saber
1º Si alguna corporación ó persona atenta contra algun monumento declarado
nacional.
2º Si este ha sufrido detrimento alguno por disposicion acordada; por punible
abandono, por injurias del tiempo, ó por algun accidente cualesquiera.
3ª Los medios más conducentes á la buena conservacion del monumento.
4ª Las reparaciones que ha menester para que subsista, ó la restauracion que
convendria emprender para devolverle todo su antiguo esplendor=
5º En suma: cuando sea indispensable, ó mejor cumpla al cuidado de los
monumentos nacionales, segun el acto y patriotismo de las corporaciones
encargadas.
En todo caso estas propondrán lo que juzguen conveniente para los efectos
oportunos.
Articulo 44º1378= Ademas de la vigilancia, el Ministro de Fomento y las Academias y
comisiones provinciales están encargadas de la custodia y conservacion de los
monumentos nacionales.
Articulo 45º= Para esta custodia, y para la conservacion de los monumentos las
Reales Academias y Comisiones inmediatamente encargados y responsables,
disfrutarán de los fondos indispensables para personal y material que suministrará
el Estado, municipio y provincia, segun el origen de los monumentos.
Articulo 46º= Cuando la conservacion de un monumento pertenece á la
corporación ó autoridad que la utiliza, será compelida á cumplir con este deber, si lo
1377
Artículo suprimido. Sobre él se escribe “Parece este artículo, meramente explícito, impropio de
una ley, que sólo debe preceptuar, sin entrar en prever el resultado de sus mandatos”
1378
Hay un salto en la enumeración, por la que se omite el artículo 43º
316
olvida, por la autoridad competente, y previa la reclamacion de las Reales
Academias y las comisiones.
Articulo 47º= El Ministro de Fomento cuidara de que la conservacion de los
monumentos nacionales este asegurada
1º Por medio de pararrayos colocados en los parages convenientes de los de primer
órden mas importantes.
2º Por el aislamiento mas completo, respeto de las casas y demas construcciones
extrañas, próximas ó adosadas á los mismos.
3º Fortaleciendo el terreno que le sirve de base con obras de fábrica que contengan
el movimiento de las tierras, la acción de las aguas corrientes, etc.
4º En suma: evitando con suma previsión los efectos perniciosos, que puedan
sobrevenir por abandono ú ojeriza de los hombres, é injurias del tiempo.
Articulo 48º= Respecto á los monumentos nacionales del Estado, corresponde toda
la accion al Gobierno supremo, asesorado de antemano por las Reales Academias
correspondientes y bajo su direccion, sí así lo estima oportuno, ejecutará las obras
de reparacion y restauracion en los nacionales de primer órden civiles y religiosos.
Articulo 49º= Respecto á los militares de primer órden, si estos son fortalezas, la
Real Academia respectiva se pondrá de acuerdo con la direccion del cuerpo de
ingenieros militares, y si pertenecen al cuerpo de caminos, con la direccion del
mismo.
La direccion de las obras de los monumentos municipales y provinciales de 1er
órden pertenece tambien á la Real Academia de San Fernando, quien podrá
proponer la terna de Arquitectos elegidos por al misma para su reparacion y
restauracion ó sacar este cargo á oposicion previos los ejercicios señalados por la
misma, á la que, en este y los demas casos, siempre se reservará, la alta inspeccion
y el juicio de consulta.
Articulo 50º= Si el monumento fuese del Estado, de segundo ó tercer órden, y solo
se tratase de reparacion ó restauracion poco importante, el arquitecto del Estado
317
que hubiese en la provincia, ú otro propuesto por la comision de monumentos y
elegido por el Gobernador podrá dirigir la obra bajo la inspeccion de una junta
compuesta de éste, como presidente, dos vocales de la referida comision de
monumentos, el gefe del establecimiento civil y el Arquitecto director de las obras.
Articulo 51º= Si el monumento fuese de los entregados á la comision de
monumentos para su custodia, la obra se hará por esta dirigiendo el director y bajo
la presidencia del Gobernador de la provincia.
Articulo 52º= Si el monumento de 2º ó 3er órden, pertenece á las obras públicas que
prestan uso, como por ejemplo, un puente ó faro de órigen y caracter monumental,
las obras de su reparacion ó restauracion se verificarán por el ingeniero
competente, con el auxilio de una junta, compuesta del director y otro ingeniero de
caminos canales y Puertos y dos individuos de la comision provincial de
monumentos bajo la presidencia del Gobernador de la provincia.
Articulo 53º= Cuando el monumento de 2º ó 3er órden, fuese de caracter militar con
uso y dependencia del cuerpo de Ingenieros militares, las obras se efectuarán de
manera análoga á al dispuesta en el articulo anterior, esto es, por un ingeniero
militar, y con el ausilio de una junta á que pertenecerá el mismo director, otro
ingeniero y dos individuos de la comision de monumentos, todos bajo la presidencia
del Capitán general del Distrito.
Articulo 54º= Los hospitales, conventos, iglesias y demas edificios de órigen civil ó
religioso que por cualquier concepto dependan de la autoridad militar, y se
declaren monumentos de 2º ó 3er órden, se repararán y restaurarán
necesariamente por arquitectos y la junta se formará del director, del gefe militar
del establecimiento, dos individuos de la comision y el capitán general del Distrito, ó
un subdelegado suyo, como presidente.
Articulo 55º= Los monumentos religiosos de cualquiera especie, si pertenecen á 2º
ó 3er órden, se repararán y restaurarán por arquitecto nombrado por el Diocesano y
con el auxilio de una junta presidida por el mismo y compuesta de dos individuos
eclesiasticos de la Diocesana de creacion y reparacion de templos, y otros dos de la
comision de monumentos, uno de los cuales será necesariamente el vocal de la
misma comision que lo es de la diocesana.
318
Articulo 56º= Las reparaciones esenciales de un monumento de cualquier órden se
harán por administración, y jamás por subasta pública.
Articulo 57º1379= La subasta pública no tiene aplicacion jamás en las restauraciones
ártisticas de los monumentos de cualquier órden que sean.
Articulo 58º= Después de ganado por oposición ó concurso el cargo de restaurador
de un monumento, el artista puede sugetarse á un contrato libremente pactado
sobre el particular.
Articulo 59º= Cuando un edificio monumental en uso ó propiedad de las
Diputaciones de Provincias, las obras se harán á sus espensas, bajo la direccion del
Arquitecto provincial ú otro que por eleccion ú oposicion dicha corporación designe,
y bajo la inspeccion de una junta mista compuesta de dos vocales de la Diputacion,
dos individuos de la comision de Monumentos, y el director de las obras, bajo la
presidencia de Diputacion o la del de la comision permanente.
Articulo 60º= Si la obra del monumento fuese costeada por los Municipios, la junta
inspectora, se compondrá, del Alcalde presidente, que lo será de ella, de dos
concejales, dos individuos de la comision de Monumentos, y el director de los
trabajos, que podrá ser el Arquitecto municipal, ú otro elegido libremente por
concurso ú oposición.
Articulo 61º= En la restauraciones importantes se preferirá la oposición, y en la
escultura y tabla de los monumentos será siempre forzosa.
Articulo 62º= Las Diputaciones ó Municipios, que sin sugetarse a esta Ley,
emprendieren en los monumentos obras perjudiciales á los mismos, ó derribasen
parte de ellos, no solo incurriran colectiva e individualmente en las penas impuestas
por esta Ley, Título III, árticulo 24 sino que serán compelidos á reparar á sus
espensas el daño ejecutado, si este fuese reparable, y si nó lo fuere, á pagar previo
embargo de bienes, el cuadruplo del valor de la parte monumental destruida.
1379
Artículo suprimido.
319
Articulo 63º= Estos pueden proceder de herencia ó donaciones antiguas ó de
compra de los bienes nacionales.
Cuando el monumento particular hubiese sido costeado por los assendientes de
una familia ó adquirido en premio de merítos; por donacion de Reyes, etc. la
gestión de las Comisiones y Academias, debe reducirse á recomendar oficiosamente
su conservacion á los dueños, instruyendolos acerca de su importancia é ínteres
público.
Si los monumentos procediesen de recientes ventas, realizadas por ignorancia y
contra las leyes de desamortización promulgadas hasta el presente, puede
establecer la reversion voluntaria.
Para la reversion bastará que el propietario se presta á devolver el monumento
comprado, abonándole su valor á justa tasacion de peritos.
Articulo 64º= A fin de estimular indirectamente á los propietarios de monumentos
artísticos é historicos para que los conserven, reparen y restauren, la nacion los
exime de las contribuciones y demas cargos á que están sugetas las fincas rústicas ó
urbanas.
Articulo 65º= El propietario que quiera disfrutar este beneficio, solicitará el
reconocimiento facultativo de la comision de Monumentos respectivas que lo
ejecutará sin níngun género de recompensa, á los efectos del anterior árticulo. En la
declaracion es indispensable que el monumento figure clasificado al menos en
tercer lugar entre los necesarios á esclarecer la historía patria ó las de las Artes
españolas.
Articulo 66º= A virtud de lo dispuesto en el árticulo anterior la nacion adquirirá el
deber de inspeccionar, si el propietario cumple con el compromiso de reparar ó
cuando menos de conservar el monumento; y si á juicio de las Comisiones de
Monumentos resultase no haberlo hecho en cinco años consecutivos, perderá todo
derecho á consideracion ninguna, abonará las contribuciones de los cinco años
transcurridos, y sufrirá ademas un recargo de un cinco por ciento sobre el adeudo
total.
Articulo 67º= La nacion adquirirá los monumentos particulares (siempre que el
Estado de sus arcas se lo permita) bajo las condiciones siguientes
320
1º Que el monumento sea declarado nacional ó indispensable para el estudio de las
artes y de la historia.
2º Que el propietario lo ceda por el valor que todos los de su especie tiene
ordinariamente en el mercado público.
El Estado abonará no obstante un 5 por ciento sobre el valor total= Este árticulo se
refiere á los monumentos árquitectonicos, lo mismo que á las tierras que encierran
ruinas arqueológicas.
Articulo 68º= Se prohíbe toda especie de escavación en terrenos de la Hacienda
pública, ó en los propios administrados por municipios etc. Si de dichos terrenos se
estrayesen objetos arqueologicos ó se destruyese, el contraventor ó contraventores
incurrirán en las penas impuestas en el árticulo 24.
Articulo 69º= Solo las Comisiones de Monumentos previamente autorizadas por el
Gobierno con parecer de la Real Academia de la Historia, pueden dirigir
excavaciones costeadas con fondos del Estado, municipios ó provincias.
Articulo 70º= Si un propietario tuviese que labrar sus tierras sobre muerdo antiguo
ó cimientos de edificios pertenecientes á ruinas, declarados monumentos
nacionales, podrá rebajar 0,60 metros dichos muros ó cimientos, á juicio de la
comisión competente la planta del edificio arruinado mereciese conservarse, y si de
verificar el rebajo no desaparece por completo aquella. En níngun caso podrá el
propietario destruir mosaicos, ni otros pavimentos hallados á menos ni mas
profundidad que los 0,60 metros referidos, so pena de incurrir en las penas del
árticulo 24. Al hallar dichos restos, lo participara al Alcalde del pueblo, quien
inmediatamente lo comunicará a la Comision respectiva.
Articulo 71º= Si existiese alguna poblacion sobre las ruinas de parte de otra antigua,
y la nueva necesitase ampliacion despues de declarada la finca de la primera
monumento nacional, la comision provincial de Monumentos formará un proyecto,
previo expediente formado al efecto, y manifestará que en parte se puede o no
labrar y con sugecion al mismo y bajo las responsabilidad del municipio
correspondiente se emprenderán las obras.
Articulo 72º= El que edificare sobre las referidas ruinas de que habla el árticulo
anterior contra lo espresamente preceptuado en esta Ley, perderá el solar y la
edificacion, que será derribada á espensas del contraventor, quien incurrirá en las
321
penas del árticulo 24 si al abrir cimientos, ó desmontar el suelo hubiese causado
destrozos en las ruinas.
Articulo 73º= Si prevaliéndose de un desórden público algun propietario labrase
finca sobre ruinas declaradas monumentos nacionales, y aquellas no fuesen
derribadas, segun el árticulo anterior, tan luego como el órden se restablezca, la
Comision respectiva que lo supiere y la autoridad de cualquier especie que lo
tolerase, incurriran en responsabilidad; pues ninguna prescripción es aplicable á los
monumentos nacionales por esta Ley; ni aquella procede cuando se obra
maliciosamente.
Articulo 74º= Los objetos que se estraigan ó puedan estraerse de las ruinas
declaradas monumentos nacionales pertenecen exclusivamente á la Nacion.
Articulo 75º= Dichos objetos son decomisables cualquiera que sean las
corporaciones ó personas, que indebidamente los adquiriesen; pues solo deben
figurar en los museos nacionales ó de provincias.
Articulo 76º= La propiedad particular de ruinas declaradas monumento nacional no
autoriza al dueño del predio, para considerarse dueño tambien de los objetos
árqueologicos extraídos del mismo; estos serán decomisados por la Autoridad que
hechá la correspondiente informacion, pasará el tanto que resultase, al juez
correspondiente, si hubiese ocultacion de objetos retenidos, ó por la destruccion de
estos el contraventor incurriese en el árticulo penal de esta ley.
Articulo 77º= Toda especie de hallazgos que los particulares verifiquen en terrenos
propios y ruinas no conocidos ni declarados monumentos nacionales será
presentado á la Autoridad quien oyendo á la Comision provincial acordará la
recompensa ó premio que el interesado mereciese.
Articulo 78º= Los ingenieros del cuerpo de caminos canales y Puertos están
obligados á dár cuenta á la Autoridad civil de las ruinas ú objetos arqueologicos que
se hallasen las obras que dirijan o inspeccionen, impidiendo á las empresas
particulares al cumplimiento de semejante deber.
Articulo 79º= Los ingenieros de minas, montes y agrónomos, darán cuenta así
mismo de las ruinas ú objetos encontrados en minas montes y despoblados sugetos
a su examen é inspeccion.
322
Articulo 80º= Los ingenieros militares estarán sujetos al precepto anterior cuando
se trate de construcciones que dirijan.
Articulo 81º= Si algun propietario solicitase de la Autoridad competente hacer
escavaciones á sus espensas en su propio terreno, con objeto de esplorarlo
arqueologicamente, y este perteneciese á ruinas declarado monumento nacional,
podrá otorgársele con conocimiento de las Reales Academias y del Gobierno, y
previo informe de la Comision provincial; si el solicitante se comprometiese
solemnemente y en documento público á rodear de tapias lo hallado,
resguardándolo de la intemperie y conservandolo con entera seguridad bajo la
vigilancia constante de la Comision respectiva= En este caso, el dueño del terreno
podrá exigir de los curiosos que lo visiten un módico estipendio.
Articulo 82º= Si el propietario á que se refiere el anterior árticulo ó sus herederos
faltasen á la obligacion contraida, abandonando las ruinas halladas, ó por cualquier
otro caso fuera de todo punto imposible evitar su destruccion á juicio de la
comision competente, procederá la expropiacion bajo las siguientes bases y
condiciones
1º Que el monumento sea declarado presisamente nacional
2º Que se entregue al dueño su valor segun tasacion de peritos
3º Que aquél ceda así mismo todas las tierras necesarias para poder visitar, vigilar y
conservar cómodamente el monumento
4º Que tambien se abonen daños y perjuicios que el resto de las tierras padeciesen.
5º Que si el propietario labró tapia de seguridad y excavó con permiso competente,
y despues manifestase no poder cumplir su compromiso por razones justas ó
equitativas patentes tambien se le abonen los trabajos de excavaciones y fabrica de
tapiales.
6º Por último; que se le satisfaga igual tanto por ciento al asignado por espropiacion
en las obras públicas
Articulo 83º= La espropiacion forzosa se aplicará á la total extincion de las
servidumbres ímpuestas hasta la fecha sobre los monumentos que se declaren
nacionales; despues de agotados todos los medios conciliatorios que establece la
presente ley.
323
En el orden de los espedientes se comenzará por los edificios religiosos de primer
órden, como catedrales, basílicas, etc. y continuando por los civiles y militares de la
misma catégoria se proseguirá con los de la segunda y tercera analogamente. En
todos los casos la expropiación se aplicará a tenor del árticulo anterior.
Articulo 84º= Todos los objetos arqueologicos descubiertos ó adquiridos, y los que
en lo sucesivo se descubran o adquieran, segun esta ley, se conservarán en Museos
nacionales y provinciales bajo la vigilancia establecida para los monumentos en el
título IV.
Articulo 85º= Los nombres de los individuos y corporaciones que diesen objetos, ó
los depositen en los museos, constarán en los catálogos y targetas colocadas en los
mismos objetos, que por su naturaleza lo permitan.
Articulo 86º= A propuesta de las Reales Academias y Comisiones correspondientes,
serán premiados los particulares ó corporaciones que den objetos ó los depositen
en los museos nacionales o provinciales de España.
Articulo 87º= Estos establecimientos estarán sometidos á la autoridad del Ministro
de Fomento e inspeccion de las Reales Academias de la Historia, ó comisiones
provinciales de monumentos, y servidos por individuos del cuerpo de Bibliotecarios,
archiveros y anticuarios.
Articulo 88º= Son Museos arqueologicos nacionales los fundados y costeados por el
Estado en cualquier punto de la Peninsula, y Provinciales los fundados y sostenidos
por toda Diputación en la capital respectiva de las provincias.
Articulo 89º= Los museos nacionales serán particulares de cada ramo arqueológico
ó generales de todos ellos, abrazando una ó varias épocas de la antigüedad. Lo
mismo se establece en órden á los provinciales. En cualquiera de ellos se
custodiarán también ciertas obras del Arte antiguo, no pertenecientes á los museos
de Bellas Artes, que solo contendrán cuadros ó estampas y dibujos de toda especie,
estatuas de Arte moderno, y planos o modelos de Arquitectura.
324
Articulo 90º= El Gobierno de la nacion por medio de su ministerio correspondiente,
designará en cada caso el punto, edificio y la plantilla de empleados facultativos y
demas dependientes de cada museo nacional.
Articulo 91º= Los arqueologicos Provinciales, tendrán un director honorario que lo
será el vice-presidente de la Comision respectiva, un anticuario del cuerpo de
Archiveros, vice-director, dos escribientes, un consege y dos porteros. En los
artísticos, será vice-director un individuo artista de la comision de monumentos,
propuesto en terna y elegido por la Academia Real de San Fernando, y ademas
tendrá uno o mas restauradores dotados convenientemente por la respectiva
provincia.
Si el Museo arqueológico se estableciese en el local del Artístico, el conserge y
porteros de este último, lo serán del primero sin alguno de retribucion.
Articulo 93º= Se concede á las diputaciones provinciales de la peninsula, tres años á
contar desde la publicacion de esta Ley, para que preparen el local y cubran la
plantilla de los servidores de sus museos arqueologicos, en el concepto de que si
transcurrido dicho plazo no los hubiesen fundado con los objetos que posean, estos
pasarán al museo nacional más inmediato, y así mismo los objetos que en lo
sucesivo se estrageren.
325
Diputacion será Presidente honorario en las sesiones de la Comision de
Monumentos si el Gobernador civil no se hallase presente.
Articulo 96º= Para que estas Comisiones puedan cumplir con todos los deberes que
le recomienda esta Ley, dispondrán de fondos del Estado y de la provincia en la
proporcion y manera que esta Ley establece.
Articulo 97º= Todos los años y con la antelacion debida pasarán las Comisiones á las
respectivas Reales Academias un presupuesto de las obras de conservacion ó
reparacion que han de hacerse en los monumentos que custodian y la nómina de
los guardias de estos, si pertenecen al Estado. Las Academias nacionales reunirán
todos estos presupuestos en uno, con designacion de lo concerniente á cada
provincia, y lo pasarán al Ministerio de Fomento para su aprobacion é inclucion en
los presupuestos generales del ramo. Respecto á la provincia harán las Comisiones
sus presupuestos ánalogos de lo correspondiente al propio sosten y decoro de la
Comision, á los museos si los hubiere á la exploracion de ruinas, traslacion de
objetos, y demas que espresa esta ley.
Cuando hubiera espropiaciones se incluirán sus gastos en el presupuesto del Estado,
y los de la estadistica en los de la provincia.
Articulo 98º= Los gastos de Secretaria, traslacion de objetos, viages de los
individuos de la Comision y demas individuos de la Comisión y demas inherentes á
la libre y activa gestion de esta, en cumplimiento de su instituto, son obligatorios y
preferentes para las diputaciones provinciales, que en ningun caso podrán negarse
á satisfacerlos cumplidamente.
Articulo 99º= Si así no lo hisiesen ó bajo pretesto de escasez de fondos, los
redugesen demasiadamente á las comisiones incurrirán en responsabilidad, si acto
contínuo no acuden al Gobierno Supremo de la Nacion, directamente ó por
conducto de las respectivas Reales Academias, reclamando los medios
indispensables para el cumplimiento de sus deberes.
Articulo 100º= Ademas de las obligaciones impuestas á las comisiones por esta Ley,
y por los estatutos anteriores tendrán el cargo muy especial de formar la estadistica
provincial de los monumentos nacionales.
Articulo 101º= Todos los nombramientos de personas inmediatamente
dependientes de las comisiones, serán de su esclusiva pertenencia.
326
Articulo 102º= Ademas de todas las obligaciones impuestas á las Comisiones por
esta Ley y por los estatutos anteriores á ella, hará encargo muy especial de dichas
corporaciones, la formación de la estadistica provincial de los monumentos
nacionales.
Articulo 103º= En esta, formada por partidos judiciales y municipios, se espresará si
es edificio, por egemplo:
1º El monumento designado por su nombre historico y por el vulgarmente conocido
=2º= Su situacion topografica perfectamente señalada= 3º= Su clase de civil,
religioso ó militar = Público o particular= Del Estado, provincia ó municipio, etc.= 4º
Su estension superficial, clase de construccion, su estado de entereza y
conservacion= 6º= Su caracter ártistico é historico, género y estilo á que pertenece=
9º Su merito historico relativo y el absoluto estetico que tenga 8º Su clasificacion en
1º, 2º ó 3er órden apoyada en solidos fundamentos, y como resultado de la
compilacion de todos los datos anteriores, anotando por último en las
observaciones, cuantos surgieran á cada comision su celo é inteligencia. La parte
señalada para los edificios, aplicase á las ruinas, atendiendo 1º= A su nombre y
situacion topógrafica=2ª Su périmetro y estension superficial= 3º Si contiene ó nó
caserios ó poblaciones, lugar y estension superficial que ocupan= 4º= Antiguedad y
clasificacion arqueologico, nombre de la poblacion antigua, su clasificacion e
importancia= 5º Monumentos que mas caracterizan la ruina ó sobresalen en ellas=
6º Hechos historicos de importancia general ó particular á que está ligado y razones
para declararlo de 1º, 2º ó 3er órden, con las demas observaciones oportunas= Los
demas monumentos serán clasificados analogamente.
Articulo 104º= Las noticias estadisticas podrán ser ilustradas por diseños,
fótografias y planos arquitectonicos y tópograficos.
Articulo 105º= Las Reales academias de acuerdo entre sí, formarán un cuerpo de
todos estos trabajos que publicará el Gobierno de la Nacion, remitiéndolo á los
archivos de todas las oficinas públicas competentes. Solo se insertará en la Gaceta y
Boletines oficiales, el nombre del monumento, clase á que pertenece y su
declaracion por provincias, segun lo prevenido en el título I.
Articulo 106º= Las comisiones designarán el individuo ó individuos de su seno que
dentro y fuera de la capital se encarguen de los distintos ramos de la estadística. A
327
estos individuos se les proporcionarán de los presupuestos los recursos, materiales
necesarios y los gastos de viage que hayan menester; disfrutando ademas como
indemnizacion de los otros gastos, de quince pesetas por cada dia que inviertan en
las espediciones indispensables á la formacion de la estadística.
Articulo 107º= Todos los individuos que trabajen en ella, daran su nombre á las
respectivas clasificaciones, requisito que no perderán despues de aprobados por la
comision respectiva, ni por la Academia competente, aunque se publiquen los
trabajos en tomos segun se indica en el árticulo 105 de este título.
Articulo 108º= Los individuos de las comisiones que personalmente hayan
trabajado en la estádistica provincial de monumentos, seran dignamente premiados
en proporcion á sus merecimientos.
Articulo 109º= Las Academias de San Fernando y de la Historia propondrán al
Gobierno los medios necesarios y las personas de que ha de valerse para la
compilacion y ordenacion de la éstadistica monumental de España, trabajo
esencialísimo é indispensable para los fines de esta ley, que el Gobierno supremo
eficazmente recomienda al celo y pericia de tan ilustrados cuerpos.
Todas las autoridades civiles religiosas y militares de la nacion auxiliarán á las
Academias y Comisiones provinciales facilitandoles cuantos datos les pidan, y
allanando los obstáculos que puedan embarazar la pronta terminacion de aquella
importante obra.
Articulo 110º= Esta deberá estar determinada en provincias a los tres años de
promulgada la presente Ley. Si transcurrido este plazo, alguna diputacion se hubiera
negado a suministrar los fondos indispensables para su realizacion, en parte, ó en
todo, el Gobierno lo egecutará por las vías indicadas á espensas de la Diputacion
morosa en el cumplimiento de tan imperioso deber.
328
venta. Al formar el expediente habrá de emitir necesariamente su dictámen la
Comision de Monumentos respectiva; que declarará el mérito de los objetos y su
excepcion de la venta.
Articulo 112º= Será ésta nula, tratándose de semejantes objetos, esceptuados por
toda ley desamortizadora y de ventas de bienes nacionales, sin que jamás pueda
alegarse prescripcion de ninguna especie.
Articulo 113º= Los empleados de la Hacienda pública que vendan objetos artisticos
y arqueologicos sin el requisito preceptuado en el árticulo 1º de este título
incurrirán en responsabilidad.
Articulo 114º= Las fronteras y puertos de la Peninsula serán vigilidas para evitar que
salgan fuera de España los objetos ártisticos y arqueologicos de propiedad pública,
enagenados y adquiridos indebidamente, y al tenor del árticulo 74 y 75 no solo
serán decomisados los objetos extraidos de las ruinas declaradas ó no monumento
nacional, sino los procedentes de incautaciones ó ventas públicas mal efectuadas;
los que formaron ó debieron formar parte de Museos artisticos ó arqueologicos,
nacionales ó provinciales y los que por algun concepto previsto por las leyes,
pertenecieron ó debieron pertenecer al Estado, provincia ó municipios, sometiendo
á los tribunales á los culpables de estos abusos.
Articulo 115º= El Ministro de Fomento incluirá, segun el estado de las arcas públicas
lo permita, credito suficiente para adquirir los objetos artisticos é historicos de los
particulares, abonando valores ventajosos respecto de los asignados en otros
paises.
329
Articulo 118º= Ninguna corporacion popular o sociedad competente constituida
podrá elevar un monumento á la memoria de algun hombre ó hecho digno de ella,
sin impetrar de antemano por medio del poder egecutivo, la ley que lo autorice.
Articulo 119º1380= Solo dicho poder de acuerdo con los mencionados cuerpos podrá
decretar la ereccion de un monumento conmemorativo de caracter político,
concediendo el permiso de que se habla en el árticulo anterior.
Articulo 120º= Ademas de la ley indicada en el árticulo anterior, será requisito
indispensable que el proyecto ártistico sea aprobado por la Real Academia de San
Fernando, y si el monumento fuese epigrafico, por la Real de la Historia.
Articulo 121º= En ningun edificio podra incrustarse lápida con inscripcion sin
conocimiento de la última Academia citada en el árticulo anterior, disposicion que
tendrá muy presente en los declarados monumentos.
Articulo 122º= Si el conmemorativo fuese interior, esto es, colocado en patios ó
salones de edificios municipales ó provinciales, bastará que lo aprueben las
Academias provinciales de Bellas Artes ó las comisiones de monumentos
respectivas, segun el monumento fuese artístico o epigráfico.
Articulo 123º= Si el monumento hubiere de colocarse en una casa particular á
ruego de su propietario, obtendrá permiso del Ayuntamiento con informe previo
indispensable, de las comisiones ó Academias provinciales segun la naturaleza del
monumento, conforme al árticulo anterior.
Articulo 124º= Inaugurado un monumento conmemorativo ó de cualquier especie
que sea, corre inmediatamente á cargo de la Comision provincial respectiva, en la
misma manera y forma que todos los artísticos é historicos de que trata esta Ley,
para todos los efectos de la misma.
Este proyecto, obra del Vice-presidente que suscribe, ha sido revisado por los
jurisperitos de la Comision y aprobado por ella en la fecha que se declara.
Demetrio de los Ríos
330
VICEPRESIDENTES, PRESIDENTES Y VOCALES QUE
FORMARON PARTE ACTIVA DE LA COMISIÓN
PROVINCIAL DE MONUMENTOS DE SEVILLA
Miguel Carvajal
Antonio Colón y Osorio
José Joaquín de Lesaca
Vicente Mamerto Casajús
Marqués de la Motilla
José Sánchez Janer
Joaquín Bécquer
Vicente Hernández
Antonio Colón y Osorio
Fernando de Gabriel y Ruiz de Apodaca
Balbino Marron Ranero (arquitecto)
Demetrio de los Ríos (arquitecto)
Joaquín Bécquer
Ventura Camacho
Eduardo Cano
Antonio Colón
Francisco Escudero +1874
Fernando de Gabriel
Eduardo García Pérez
Francisco Mateos Gago
Manuel Portillo
Demetrio de los Ríos
José Roldán
332
Demetrio de los Ríos. Vicepresidente desde el 20 noviembre 1869 hasta el 26
septiembre 1878.
Antonio Ariza
Ángel Ayala
Leoncio Baglietto
333
Fernando Belmonte
Claudio Boutelou
Juan José Bueno
Manuel Campos
Antonio del Canto y Torralbo
Joaquín Domínguez Bécquer
José Gestoso
José Lamarque y Novoa
Francisco Mateos Gago
Manuel Portillo
334
Manuel Gómez Imaz
José Lamarque Novoa
Antonio Leal
José Leal Jefe de la Biblioteca Provincial y
Universitaria
Francisco Mateos Gago +1891
Virgilio Mattoni
Manuel Merry y Colón
Andrés Parladé y Heredia
Manuel Portillo
Fernando Reinoso
Juan Talavera de la Vega
Francisco María Tubino Miembro de la Comisión Inspectora de
Museos
José Mª de Vera y Nava
José Villaamil y Castro
335
Antonio Halcón Alcalde
Joaquín Hazañas
Manuel Hoyuela Presidente de la Diputación Provincial
José Leal
Virgilio Mattoni
Luis Montoto
Francisco Ovin y Pelayo Jefe de Bibliotecas y Archivos
Francisco Pagés Rector de la Universidad
Luis Palomo
Andrés Parladé y Heredia
Manuel Portillo Director del Instituto General y Técnico
Fernando Reinoso Romero Director del Instituto General y Técnico
Adolfo Rodríguez Jurado Presidente de la Diputación Provincial
Francisco Rodríguez Marín
Ramón Sarjurjo Gobernador Civil de la provincia
Juan Talavera de la Vega
Gonzalo Bilbao
Joaquín Bilbao
Antonio Collantes de Terán
Antonio Gómez
Manuel Gómez Imaz
Gabriel Lupiañez Rector de la Universidad de Sevilla
Luis Montoto
Santiago Montoto
José Moreno Maldonado
Francisco Ovin y Pelayo
Andrés Parladé y Heredia, Conde de Aguiar
336
Juan Talavera y Heredia
337
José Pinelo
Adolfo Rodríguez Jurado
Miguel Sánchez Dalp, Conde de las Torres Sánchez Dalp
Cayetano Sánchez Pineda
Armando Soto y Morillas
Juan Talavera y Heredia
Nicolás Tenorio Cerezo
Pedro Torres Lanzas
Ignacio Vázquez Armero Presidente de la Diputación Provincial
Antonio Arévalo
Cristóbal Bermúdez Plata
Gonzalo Bilbao
Joaquín Bilbao y Martínez
Jorge Bonsor
Manuel Campos Munilla
Candán Rector de la Universidad de Sevilla
Lorenzo Cruz de Fuentes
Manuel Delgado Brakembury
Díaz y Tronco de Llano
Adolfo Fernández Casanova
Antonio Gómez Millán
Rafael González Abreu, Vizconde de los Remedios
Aníbal González y Álvarez
Mariano González Rojas
Joaquín Hazañas y la Rua
Antonio Jaén y Morente
Juan Lafita Díaz
338
Larasua Presidente de la Diputación
Adolfo López
José María López
Gabriel Lupiañez
Regla Manjón, Condesa de Lebrija
José Montero Navas
Luis Montoto
Santiago Montoto
José Moreno Maldonado
Antonio Muñoz Torrado
Andrés Parladé y Heredia, Conde de Aguiar
Peñalver
Manuel Pérez de Guzmán y Boza
Adolfo Rodríguez Jurado
Miguel Sánchez Dalp, Conde de las Torres Sánchez Dalp
Cayetano Sánchez Pineda
José Sebastián Bandarán
Armando de Soto y Morilla
Juan Talavera y Heredia
Nicolás Tenorio Cerezo
Eduardo Torres
Pedro Torres Lanzas
339
Leopoldo Carrera Díaz
Hermenegildo Casas Presidente de la Diputación
Manuel Delgado Brackembury
Nicolás Díaz Molero
Roberto Fernández Balbuena
Federico Godoy de Castro
Antonio Gómez Millán
Mariano González Rojas
Juan Lafita Díaz Director del Museo Arqueológico
Provincial
Adolfo López
López Rodríguez
Regla Manjón, Condesa de Lebrija
Martínez Segura
Prieto Carreño Presidente de la Diputación Provincial
Adolfo Rodríguez Jurado
Miguel Sánchez Dalp y Calonge, Conde de las Torres Sánchez Dalp
José Sebastián y Bandarán
Juan Talavera Heredia
Pedro Torres Lanzas
Torres Pérez
Ernesto Schaffer
Diego Valencina
Antonio Arévalo
Pedro Armero Majón, Conde de Bustillo
Francisco Barras de Aragón
Leopoldo Carrera Díaz Arquitecto Municipal
340
Nicolás Díaz Molero
Marcos Dorta
Aurelio Gómez Millán Arquitecto diocesano
Antonio Gómez Millán
Julio González y González
Alfonso Grosso y Sánchez
Juan Lafita Díaz
Juan de Mata Carriazo
José Mariano Mota y Salado Rector de la Universidad de Sevilla
Marqués de San José
Cayetano Sánchez Pineda
José Sebastián y Bandarán
Juan Talavera Heredia
P. Villacampos
Aizpuru
Norberto Almandoz y Mendizábal
Antonio Arévalo
Sor Cristina de Arteaga
Gustavo Bacarisas Podestá
Alberto Balbontín Orta
Francisco Barras de Aragón
Antonio Blanco Freijeiro
Conde de Bustillo
José Antonio Calderón Quijano
Antonio Cano Correa
Ramón de Carranza y Gómez, Marqués de Soto Hermoso Presidente de la
Diputación Provincial
341
Leopoldo Carrera Díez, arquitecto
Concepción Fernández-Chicarro
Francisco Collantes de Terán y Delorme
Antonio Gómez Millán
Aurelio Gómez Millán
Jesús Gómez Millán
Julio González y González
José Granados de la Vega
Alfonso Grosso y Sánchez
Ibarrola Solano
Antonio Illanes del Río, arquitecto
Antonio Jurado Armario
Juan Lafita Díaz
Maestre y Lasso de la Vega Presidente de la Diputación Provincial
Enrique Marco Dorta
Santiago Martínez Martín
Juan de Mata Carriazo Arroquia
José Mariano Mota y Salado
José María de Peña y Cámara Director del Archivo General de Indias
Jos Pérez
José María Piñar y Miura Alcalde
Joaquín Romero Murube
Gabriel Sánchez de la Cuesta
Juan Miguel Sánchez Fernández
Antonio Sancho Corbacho
José Sebastián Bandarán
Serra y Pablo Romero Presidente de la Diputación Provincial
Carlos Serra y Pickman, Marqués de San José de Serra
Alfonso Toro Buiza Arquitecto municipal
Fray Diego de Valencina
Aurelio Viñas
342
José Sebastián Bandarán. Presidente desde el 13 de enero de 1967 hasta el 23
de junio de ese mismo año.
343
José Hernández Díaz
Rafael Manzano Martos
Santiago Martínez Martín
Juan de Mata Carriazo y Arroquia
Antonio Molinero Pérez
José María Peña y Cámara
Gabriel Sánchez de la Cuesta
Juan Miguel Sánchez Fernández
José Sebastián Bandarán
344
José María Mena Calvo
Antonio Molinero Pérez
Morales Padrón
José María Peña y Cámara
Juan Miguel Sánchez Fernández
Enrique Sánchez Pedrote
Sánchez de la Peña Representante del Alcalde de Sevilla
Antonio Sancho Corbacho
Alfonso Toro y Buiza Arquitecto Municipal
345
Fernando Fernández Gómez Director del Museo Arqueológico de
Sevilla
José Galnares Sagastizábal
José Luis García López Representante de la Diputación
Provincial de Sevilla
Antonio Gómez Castillo Representante de la Real Academia de
Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría
Emilio Gómez Piñol
Alfonso Grosso Sánchez
José Guerrero Lovillo
Antolín Isidro Aparicio Representante de la Diputación
Provincial
Carmen Jiménez Serrano
J. Justo Alpañes Representante del Rector de la
Universidad de Sevilla
346
Gabriel Sánchez de la Cuesta y Gutiérrez
Enrique Sánchez Pedrote
Sánchez de la Peña Representante del Alcalde
Antonio Sancho Corbacho
Alfonso Toro y Buiza Arquitecto Municipal
Ramón Torres Martín
Joana Mª Palou i Sampol Directora del Museo de Bellas Artes
Rosario Parra Cala
Manuel Pellicer Catalán
José María Peña y Cámara
Enrique Valdivieso
Manuel del Valle Arévalo Presidente de la Diputación Provincial
de Sevilla
Javier Verdugo Santos Delegado Provincial de Cultura
347
José Guerrero Lovillo
Miguel Gutiérrez Fernández
José Hernández Díaz
Carmen Jiménez Serrano
José María Mena Calvo
Antonio Muro Orejón
Enrique Pareja López
Rosario Parra Cala
Manuel Pellicer Catalán
José María Peña Cámara
Joaquín Pérez Villanueva
Armando del Río Llabona
Pedro Rubio Merino
Juan Miguel Serrera Contreras
Javier Verdugo Santos
348
ILUSTRACIONES
349
Ilustración 1. Publicación “el Tío Clarín”. 8 de agosto de 1864
Esta caricatura es una muestra de la preocupación de ciertos sectores de la
sociedad inquietos por las demoliciones que se estaban produciendo en estos
momentos en el cinturón de murallas de Sevilla bajo el pretexto de mejorar las
comunicaciones y la salubridad de la ciudad.
350
Ilustración 3. Litografía de la planta y la sección del anfiteatro de Itálica. Demetrio de los Ríos, 1861. Gabinete de
Antigüedades de la Real Academia de la Historia
Plano levantado por el entonces director de las excavaciones de las Ruinas de Itálica y publicado en la memoria de la Real
Academia de la Historia de 1862
351
Ilustración 4. Carro del Parnaso, 1748. Domingo Martínez. Museo de Bellas Artes de Sevilla
Esta pintura pertenece a una serie de ocho lienzos que representan los carros triunfales que desfilaron en
Sevilla en la Máscara que los obreros de la Real Fábrica de Tabacos organizaron con motivo de la exaltación al
trono de Fernando VI y Bárbara de Braganza, en 1747. Fueron pintados para ilustrar el libro que sobre esta
fiesta publicó Cansino Casafonda en 1748. Este lienzo representa la entrega de los retratos de los reyes al
Ayuntamiento. La escena tiene lugar en la Plaza de San Francisco y nos muestra el aspecto que presentaban las
Casas Consistoriales a mediados del siglo XVIII.
352
Ilustración 6. Mosaico de las Musas. Demetrio de los Ríos, Museo Arqueológico de Sevilla
Dibujo del mosaico encontrado en 1839 realizado a partir de un original de Ivo de la Cortina
354
Ilustración 10. Portada Norte de la
Catedral de Sevilla conocida como
Portada de la Concepción. Estado
actual.
355
Ilustración 12. Portada del hastial Sur de
la Catedral de Sevilla conocida como
Portada de San Cristóbal o del Príncipe.
Estado actual.
Ilustración 13. Restos ornamentales que fueron sustituidos durante las obras del
Ayuntamiento de Sevilla, ahora localizados en el Convento de Santa Clara de la
misma ciudad.
Parte de la decoración original de la fachada de las Casas Consistoriales de Sevilla
con vistas a la Plaza de San Francisco fue eliminada al considerar que no estaba en
buen estado de conservación o que carecían de la calidad suficiente.
356
Ilustración 14. Dibujo de león diseñado por
J. Gestoso para los Reales Alcázares de
Sevilla, 1894. ACMHAPS
El felino está inspirado en las formas
arcaicas de los animales de la misma
especie que se conservaban en algunas
partes del palacio, como las techumbres, y
en los que formaban la orla bordada del
antiguo pendón hispalense. Llama la
atención su marcado carácter heráldico.
357
Ilustración 16. Plano del acceso al Alcázar de Carmona realizado por J. Bonsor.
ACMHAPS
En este plano se aprecia como el acceso al monumento se realizaba a través de
propiedad particular, por lo que se hacía necesario buscar una entrada alternativa.
358
Ilustración 19. Planta y sección del Anfiteatro de Carmona realizados por J. Bonsor en 1886. Gabinete de Antigüedades de
la Real Academia de la Historia
Tras la recepción de este plano y de un oficio de Juan Fernández López y Jorge Bonsor en el que narraban sus recientes
descubrimientos en Carmona, la Comisión de Monumentos de Sevilla nombró a Claudio Boutelou, José Gestoso, Fernando
Belmonte y Manuel Portillo para que fueran a efectuar un reconocimiento al lugar.
359
Ilustración 20. Dibujo de José Gestoso con
indicaciones sobre la apertura de las Murallas
de Sevilla, 1911. Gabinete de Antigüedades de
la Real Academia de la Historia
A pesar de la fuerte oposición inicial por parte
de la Comisión de Sevilla a que se abrieran
portillos en las murallas, la institución no tuvo
más opción que acatar la Real Orden del 5 de
febrero de 1910 por la que se autorizaban
dichas aperturas. En el dibujo se dan
instrucciones de cómo realizarlas de la forma
menos dañina para el monumento.
360
Ilustración 22. Portillo abierto en las Murallas de Sevilla en 1911. Gabinete de
Antigüedades de la Real Academia de la Historia
361
Ilustración 24. Plano de la Capilla del Antiguo Seminario y las obras proyectadas. ACMHAPS
En el plano se muestra como la nueva vía proyectada entre la Plaza de Santo Tomás y la
Puerta de Jerez atravesaría el vestíbulo de la Capilla del Antiguo Seminario, parte integrante
de la mencionada capilla, la cual había sido declarada Monumento Nacional mediante Real
Orden de 8 de mayo de 1901.
Ilustración 25. Capilla del Antiguo Seminario en 1899. Fotografía extraída del libro
Impressions de L’Espagne
La fotografía, tomada algunos años antes de la demolición del zaguán de la capilla, muestra
el aspecto original de la construcción además de la ubicación de la antigua portada que fue
trasladada una vez iniciadas las obras de derribo.
362
Ilustración 26. Capilla del Antiguo Seminario en la actualidad
Esta es la apariencia que presenta hoy en día la capilla, sin el vestíbulo ni la
portada de la ilustración anterior.
363
Ilustración 28. La Puerta de Carmona en Sevilla. G. Pérez Villaamil
Vemos al fondo la puerta de la ciudad, desparecida en 1868, y adosado a ella el
acueducto de los Caños de Carmona.
365
Ilustración 33. Mosaico descubierto en 1914. Fotografía
donada por J. Gestoso a la Academia de la Historia. Gabinete
de Antigüedades de la Real Academia de la Historia
Tanto la ilustración 32 como la 33 son reproducciones del
conocido como “mosaico de los amores de Zeus” en su
emplazamiento original, antes de que fuera adquirido por
Regla Manjón, Condesa de Lebrija, e instalado en el patio
Ilustración 32. Mosaico descubierto en
central de su palacio en Sevilla, donde actualmente puede
1914. Fotografía donada por J. Gestoso a
contemplarse.
la Academia de la Historia. Gabinete de
Antigüedades de la Real Academia de la
Historia
Ilustración 34. Edificio para visitantes y museo de Itálica, 1914. Gabinete de Antigüedades
de la Real Academia de la Historia
Rodrigo Amador de los Ríos, director de las Ruinas de Itálica, mostró su intención de tirarlo
abajo poco después de que el edificio fuera concluido, alegando que molestaba para hacer
las excavaciones que se proponía realizar. Esto supuso un importante punto de
desencuentro con la Comisión de Monumentos de Sevilla.
366
Ilustración 35. Mosaico de Casariche, 1919. Gabinete de Antigüedades de la
Real Academia de la Historia
Esta fotografía y la siguiente pertenecen al mosaico localizado en Casariche en
1919. La Comisión de Sevilla inició de forma infructuosa las gestiones precisas
para que este interesante ejemplar fuera llevado a la capital. Tras ser primero
instalado en el Castillo de Viñuelas, en 1971 fue trasladado a casa de su
propietario en Somosaguas (Madrid).
367
Ilustración 37. Santa Lucía. Gumersindo Díaz,
c.a. 1869. ACMHAPS
Dibujo de la iglesia realizado con anterioridad
a que tras su venta en 1868 a un particular
fuese despojada de su portada para evitar su
pérdida. Ésta se instaló en 1930 en la Iglesia de
Santa Catalina con el apoyo de la Comisión de
Monumentos de Sevilla.
368
Ilustración 39. Dolmen de Matarrubilla, octubre de 1955. ACMHAPS
Fotografía tomada durante la misma visita de los vocales de la Comisión al dolmen de
Matarrubilla.
369
Ilustración 41. Escultura de Diana descubierta
en 1900. Gabinete de Antigüedades de la Real
Academia de la Historia
En 1900 algunos de los miembros de la
Comisión de Monumentos de Sevilla junto con
otros de la Diputación Provincial fueron a
Santiponce para comprar la estatua
recientemente descubierta. El precio pagado
fue de 1790 pesetas y se trasladó al Museo
Arqueológico. Además consiguieron permiso
del vendedor para explorar el terreno a fin de
buscar los trozos que le faltaban.
370
Ilustración 43. Museo Arqueológico de Sevilla en 1960. ACMHAPS
El edificio que actualmente alberga al Museo Arqueológico de Sevilla ha sufrido durante
toda su historia importantes reformas y obras de adecuación debido a su estado de
conservación. En 1960 estuvo cerrado varios meses por este motivo y por los
derrumbamientos producidos en algunas de sus salas.
371
Ilustración 45. Puertas de una galería prehistórica, Castilleja de Guzmán. Gumersindo Díaz,
c.a. 1869. ACMHAPS
372
Ilustración 47. Puerta del Sol destruida. Gumersindo Díaz, c.a. 1869. ACMHAPS
373
Ilustración 49. Viviendas en la calle
Rodríguez Jurado (Sevilla)
Otra muestra de la arquitectura
racionalista en Sevilla, en esta
ocasión obra del arquitecto de
la Comisión de Monumentos
José Galnares Sagastizábal.
374
Ilustración 51. Proyecto para el Corte Inglés de la Plaza del Duque (Sevilla)
El Palacio Sánchez Dalp y el del Marqués de Palomares fueron derribados para dejar paso a
estos grandes almacenes. Este es uno de los proyectos presentados para el edifico central
del Corte Inglés en la Plaza del Duque, aunque no fue el elegido.
375
ÍNDICE DE ILUSTRACIONES
376
19. Planta y sección del Anfiteatro de Carmona realizados por J. Bonsor en 1886.
Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia
20. Dibujo de J. Gestoso con indicaciones sobre la apertura de las Murallas de
Sevilla, 1911. Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia
21. Portillo abierto en las Murallas de Sevilla, 1911. Gabinete de Antigüedades
de la Real Academia de la Historia
22. Portillo abierto en las Murallas de Sevilla, 1911. Gabinete de Antigüedades
de la Real Academia de la Historia
23. Torre de don Fadrique, denominada así por haber estado preso en ella Don
Fadrique por orden del su hermano Don Pedro el cruel. Gumersindo Díaz,
c.a. 1869. ACMHAPS
24. Plano de la Capilla del Antiguo Seminario y las obras proyectadas. ACMHAPS
25. Capilla del Antiguo Seminario en 1899. Fotografía extraída del libro
Impressions de L’Espagne
26. Capilla del Antiguo Seminario en la actualidad
27. Portada de piedra del Antiguo Seminario hoy en el Convento de Santa Clara
de Sevilla
28. La Puerta de Carmona en Sevilla. G. Pérez Villaamil
29. Los Caños de Carmona
30. Templete de la Cruz del Campo. Gumersindo Díaz, c.a. 1869. ACMHAPS
31. Templete en el cortijo de “la Tercia”, 1914. Gabinete de Antigüedades de la
Real Academia de la Historia
32. Mosaico descubierto en 1914. Fotografía donada por J. Gestoso a la
Academia de la Historia. Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de
la Historia.
33. Mosaico descubierto en 1914. Fotografía donada por J. Gestoso a la
Academia de la Historia. Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de
la Historia
34. Edificio para visitantes y museo de Itálica, 1914. Gabinete de Antigüedades
de la Real Academia de la Historia
35. Mosaico de Casariche, 1919. Gabinete de Antigüedades de la Real Academia
de la Historia
377
36. Mosaico de Casariche, 1919. Gabinete de Antigüedades de la Real Academia
de la Historia
37. Marchena, puerta árabe. Gumersindo Díaz, c.a. 1869. ACMHAPS
38. Santa Lucía. Gumersindo Díaz, c.a. 1869. ACMHAPS
39. Dolmen de Matarrubilla, 9 de octubre de 1955. ACMHAPS
40. Dolmen de Matarrubilla, 9 de octubre de 1955. ACMHAPS
41. Billete de entrada al Museo de Bellas Artes de Sevilla. ACMHAPS
42. Escultura de Diana descubierta en 1900. Gabinete de Antigüedades de la
Real Academia de la Historia
43. Escultura de Diana descubierta en 1900. Gabinete de Antigüedades de la
Real Academia de la Historia
44. Museo Arqueológico de Sevilla en 1960. ACMHAPS
45. Castillo de la Macarena llamado vulgarmente de la Tía Tomasa. Gumersindo
Díaz, c.a. 1869. ACMHAPS
46. Puertas de una galería prehistórica, Castilleja de Guzmán. Gumersindo Díaz,
c.a. 1869. ACMHAPS
47. Capiteles de la Giralda. Gumersindo Díaz, c.a. 1869. ACMHAPS
48. Puerta del Sol destruida. Gumersindo Díaz, c.a. 1869. ACMHAPS
49. Casa Lastrucci (Sevilla), años 70
50. Viviendas en la calle Rodríguez Jurado (Sevilla)
51. Palacio del Marqués de Palomares (Sevilla)
52. Proyecto para el Corte Inglés de la Plaza del Duque (Sevilla)
53. Fuente del Palacio de los Levíes, 1966. Archivo de la Universidad de Sevilla
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