Arisóteles - Poética (Trad. Alicia Villar Lecumberri)
Arisóteles - Poética (Trad. Alicia Villar Lecumberri)
Arisóteles - Poética (Trad. Alicia Villar Lecumberri)
POÉTICA
TRADUCCIÓN, INTRODUCCIÓN Y NOTAS
DE ALICIA VILLAR LECUMBERRI
El libro de bolsillo
Clásicos de Grecia y Roma
Alianza Editorial
l
POÉTICA
Biblioteca temática
—i.
..iXz
y
i z
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley,
que establece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemni
zaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o
comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científi
ca, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo
de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.
7
8 INTRODUCaÓN
Obra de Aristóteles
El carácter de la Poética
1
32 INTRODUCaÓN
Cronología de la Poética
hk
AUOA VILLAR LECUMBERRJ 13
Traducciones de la Poética
Nuestra traducción
■
»
Alsina Clota, J., Anónimo, Sobre lo sublime. Aristóteles,
Poética, Barcelona, 1985.
— Poética, Barcelona, Icaria, 1998.
Aristóteles y Horacio, Artes Poéticas, ed. bilingüe de
Aníbal González, Madrid, Taurus, 1987.
Belo, F., Leituras de Aristóteles e de Nietzsche, Lisboa,
Fundación Calouste Gulbenkian, 1994.
Bernabé, A., Retórica. Aristóteles, Madrid, Alianza Edito
rial. 2001.
Cano.P. L., De Aristóteles a WbodyAllen: poética y retóri
ca para cine y televisión, Barcelona, Gedisa, 1999.
Capelletti, a. J., Aristóteles. Poética, Venezuela, Monte
Ávila, 1990.
Chen, Chung-Hwan, Sophia, The Science Aristotle
sought, Nueva York, Hildeshei, 1976.
Chico Rico, F. (ed.). La Ciencia Empírica de la literatura
(Teoría/Crítica 2), Alicante/Madrid, Universidad/Ver-
bum, 1995.
Danani, C., Vamicizia degli antichi: Gadamer in dialogo
con Platone e Aristotele, Milán, V&P Universita, 2003.
26
bibuografIa 27
li
POÉTICA
I. Para tratar de la poética’, tanto de la poética i447a
en sí, como de sus diferentes especies^, esto es, de
la fuerza’ de cada una de ellas y de cómo hay que
componer los argumentos'’, si la composición ha
de quedar bien’, e incluso de cuántas y de qué
partes consta, e igualmente de todo aquello que
31
32 ARISTÓTELES
l J
POÉTICA,! 35
i
to entre la tragedia y la comedia; pues ésta quiere
* imitar a individuos peores, V aquélla a mejores
q^eJoSuactuales.
‘'Tmitaeién-y^dquíeFe-su&.primeros conocimientos
EOLimiUciáo^; 4í;JamlliénJes„es connatural el
complacer a todo^on_la^imitaciones. Y prueba
de ello es lo que ocurre en las obras de arte: pues
las cosas que vemos en la realidad con desagrado,
nos agrada ver sus imágenes logradas de la forma
más fiel, así por ejemplo ocurre con las formas más
repugnantes de animales o cadáveres. Y una causa
de esto es también el hecho de que aprender^* es
algo muy agradable no sólo para los filósofos, sino
también para el resto de las personas por igual, si
bien participan de ello en una pequeña medida.
4á •' . .^JUaSTÚTELES
Iqj s-etl
I «U tXMAAX.-
Y puesto que hacen la imitación actuando, en
x^rimer lugar, aJajfije^igií.Wiia parte dé la tragedia
{ftj^rá el aderero' deV^^pectScuIo?^, 'y después la
^‘j^nposjcióntjmusi cucióih porque con
estos medios llevan a ca a imitación. Por «pala
bra» entiendo concretamente la composición de
los versos^’, y por «composición musical» aquello
cuyo sentido es totalmente evidente. Y puesto que
la imitación conlleva acción, y ésta se realiza por
fyndividuos güe actúan, quienes necesariamente
son de una manera u otra en función de s<^á^
^4503 ter o su manera de pensar (pues por eso decimos
'^que fas acciones tienen determinadas cualidades).
Dos son las causas de las^ciones: la manera de
pensar y el carácter, y según^ésfas tienen éxito o
fí^asan todos. Pero la imitación de la acción es
él argunientó;_^ hablar aquí de argumento me
(y rétferoTalacomposiciórídeTos'Hechos,y aTdecir
«carácter», aludo a aquello en virtud de lo cual
consideramos que los que actúan tienen unas
cualidades u otras; por «manera de pens^» en-
tiendcraquello «.tr,avé¿^e_loj:_tiaí í^ qiie hablan
añíSéstan algo o dan su opinión. Así pues, las
es de toda tragedia son necesariamente seis,
I y según éstas la tragedia es de un modo u otro. Y
1
cia artística son: el arte y la naturaleza. El poet8, por naturale-
za,^b^ener talento poético.
Po&ncA, vni
1
87. Como individuo.
j/ 88.- Arquíloco e Hiponacte arremetieron contra personas
\ concretas, no satirizaban las debilidades y los defectos de la
l naturaleza humana. Así también pasó con los primeros cómi-
l eos, cuya técnica dependía directamente de los yambógrafos.
POÉTICA, IX 57
t-
I miento. De ellas, la peripecia y el reconocimiento
, ya han sido explicadas: el padecimiento es una ac-
í ción destructora o ¿olorosa, así, las mnprtps a la
luz pública*^^, los dolores agudosJas, hecidas^t-de-
más cosas semg^tes.
C
I
tiene una trama semejante. De ahí que incurran
en el mismo error los que critican a Eurípides por
hacer esto en sus tragedias y porque la mayoría
i ataban en el infortunio. Pues esto, según hemos
1 dicho, es correcto. Y la mayor prueba: en escena y
j en las representaciones tales tragedias son consi-
k deradas como las más trágicas, si se representan
i como es debido, y Eurípides, si bien, no administra
2 I bien los demás recursos, se muestra, no obstante,
' I el más trágico de los poetas.
En segundo lugar está la estructuración, que al
gunos dicen que es la primera, a saber, la que tiene
la trama doble, como la Odisea, y termina de for-
'í I ma contraria para los mejores y para los peores***.
Y parece que es la primera por ser la debilidad del
público, pues los poetas, al componer, se ciñen al
T'
126. Esto es: indulgentes, dementes. Este adjetivo tiene senti
do ético, no estético.
127. Es decir: un deseo, una voluntad del ser humano enfo
cado hacia un objetivo concreto. Sin ella cualquier acción es
[Oralmente neutral.
• j'128. Aristóteles está comnietamente convencido de.la infe-
mujer. Véase también: Política 1254b 13yss.
129. A los esdavos los considera inferiores porque no tienen
■ voluntad ni capacidad intelectual (Política 1260a 35).
130. Respecto a la realidad.
131. Que el héroe tenga firmeza.
72 ARISTÓTELES
POÉTICA. XK
85
áxtfi a, aká \
K canciones, siendo Agatón el primero que lo puso \
K en práctica. Con todo, ¿qué diferencia hay entre )
■ intercalar canciones o adaptar una tirada o un epi- J
B sodio entero de un drama a otro?
193. Sonido.
194. Platón ya escribió, en el Teeteto, que las vocales eran sie
te. Cfr. Aristóteles, Metílica 1093a 13.
195. Para los gramáticos griegos las semivocales eran los so-'
nidos representados por las líquidas, la sigma y las letras com
puestas de sigma: 4» y C Sin embargo Platón, en el Teeteto,
incluye la sigma entre las mudas.
196. Mudas son: K, fl, Tp B, P y A. Aristóteles no con
sidera mudas las aspiradas: 0, yX, pues considera que son
variantes de K, FI y T. Hoy en día, no se consideran las tres
aspiradas, sordas, como en la Antigüedad, sino sonoras.
197. En el lenguaje de Aristóteles el término «métrica» co
rresponde a lo que más tarde se denominó «gramática».
i
POÉncA, XX 89
251. Son los que forman parte del ciclo épico, que narraban
el origen y el comienzo de la guerra de Troya. Estos cantos lle
vaban o bien el nombre de Homero, o el de poetas ciprios
como Estasino y Hegesias.
252. Al igual que los cantos ciprios, formaba parte del ciclo
épico. Circuló como anónima, aunque se conjetura que pu
dieron ser autores de la misma Lesques de Lesbos, Cineto el
lacedemonio o Diodoro de Eritrea.
I POÉTICA, XXIV
203
r~
\ evidentemente serían insoportables, si las hubiera
1460b i compuesto un poeta sin aptitudes; pero aquí el
í poeta suprime lo que está fuera de lugar, suavi-
I zándolo con otros menesteres.
' Eáelocución hay que trabajarla especialmente
en aquellas partes en las que no hay acción y que
no quedan perfiladas ni por el carácter ni por los
/ pensamientos; pues la elocución muy brillante
encubre, en cambio, los caracteres y los pensa
/
mientos.
J
lio ARETÓTELES
r
i
ellos, sino que ocurre lo que creía Jenófanes^^®: 1461a
«de todas formas, eso es lo que. se dice»^'^. Otras
cosas quizá no se cuentan mejor, pero es que eran
así. Es el caso de: «y las lanzas, por el regatón, en el
suelo clavadas»^®, pues así acostumbraban enton
ces, como todavía hoy en día los ilirios.
s Para ver si un personaje ha dicho o hecho algo
^ien o mal, hay que considerar no sólo lo hecho o
dicho, mirando si es algo virtuoso o vil, sino
también al que lo hace o dice, a quién, cuándo,
cómo y por qué motivo, por ejemplo, ,si es para
conseguir un bien mayor o para evitar un mal
mayor.
lAdemás. hay que refutar otras cosas,, en pro de
la elocución; así, el en^éo'deiTffVOCablo'extraño, ?
como en «oupija^^si ttcwtov» («a los mulos
primero»), pues quizá el «oup'^ai;» («mulos») no
se refiere a los mulos propiamente dichos, sino a
los centinelas. Y cuando dice de Dolón que «real
mente era poco agraciado»^®^, no se refiere a un
cuerpo desproporcionado, sino a una cara fea,
pues los cretenses llaman «eustSe^» («de buena fi-
J
POÉTICA, XXVI
217
305. Un actor del que nada sabemos salvo lo que aquí se dice.
306. Calípides y Píndaro, frente a los actores antiguos, como
Minisco.
307. No sabemos nada de él.
308. Personaje tan desconocido como el anterior. Sólo los
cita Aristóteles en esta obra.
309. Esto es: sin ser puesta en escena.
118 \y , ARISTÓTELES
k-
i
I
221