1 El Bautismo, La Doble Experiencia
1 El Bautismo, La Doble Experiencia
1 El Bautismo, La Doble Experiencia
UNO:
El bautismo, la doble
experiencia
“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos
adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del
arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina
de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los
muertos y el juicio eterno” (Hebreos 6:1-2).
Ella, al igual que el resto de la familia, no era cristiana, sólo pronunció unas
palabras que forman parte del lenguaje del común de la gente cuando se
decide dejar a un lado cualquier esfuerzo. Pero Dios sí tenía un propósito
definido con la vida de Andrés quien, pocos días después, viéndose perdido en
una situación delincuencial, aceptó la invitación de un amigo a la iglesia; allí el
Señor le habló a su corazón y él decidió aceptar a Cristo como su Salvador
personal.
Por más esfuerzos que hizo, la duda familiar se mantuvo hasta que llegó la
fecha de su bautismo en agua, algo que Andrés había entendido como un paso
de obediencia a Cristo. Con dificultades logró convencer a sus padres y a dos
de sus hermanos para que lo acompañaran en tan importante acontecimiento.
Hechos como éstos nos ayudan a destacar el por qué las Escrituras
establecen como fundamento primordial en la vida del creyente la doctrina del
bautismo.
1.
El bautismo de Juan el Bautista y que se dio en el proceso de preparación del
camino a Jesús: (Mateo 3:7-8; Marcos 1:3-5).
2.
El Bautismo de sufrimiento de Jesús, el cual indica que Dios bautizó a Jesús
dentro de los pecados y enfermedades del hombre para poderle dar a éste
rectitud y justicia (Lucas 12:50).
3.
El Bautismo cristiano en agua
(Hechos 2:38).
4.
El Bautismo cristiano en el Espíritu Santo (Hechos 8:15; Hechos 19:6).
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo
Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin
de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en nueva vida” (Romanos
6:3-4).
Los textos bíblicos analizados nos permiten concluir también que el bautismo
en agua es nuestra identificación con Cristo en su muerte, en su sepultura y en
su resurrección; pero también este bautismo es la manera de confesarle
públicamente al mundo y al mismo Satanás que estamos muertos con Cristo a
nuestros pecados, muertos a la carne con sus pasiones y deseos, y muertos a
las afecciones del mundo. Los siguientes textos ratifican estos comentarios:
“Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus
pasiones y deseos” (Gálatas 5:24).
“Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al
mundo” (Gálatas 6:14).
Este acto debe ser realizado por una autoridad espiritual, bien sea un pastor,
diácono, o líder a quien se le haya concedido esa autoridad.
Otra razón importante para justificar la práctica del bautismo es que somos
discípulos de Jesús, como lo dice al Apóstol Juan:
“El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1
Juan 2:6).
“Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le
respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos
toda justicia” (Mateo 3:14-15).
Como sucedió con Andrés, el joven del testimonio comentado al comienzo del
capítulo, obrando o actuando en obediencia a través del bautismo en agua, le
demostró a su familia y al mundo el significado de su fe en Jesucristo, el único
que había podido cambiarlo.
“…¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos
que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó
bautizarles en el nombre del Señor Jesús” (Hechos 10:47-48).
Pedro vio que el Espíritu estaba moviéndose entre los gentiles igual que entre
los judíos y, sabiendo que el bautismo en agua los integraba al pueblo de Dios
y que de esta manera eran librados de condenación, hace la pregunta respecto
a qué podría impedir el proceso sabiendo que Dios no había rechazado a estas
personas.
Creer
La creencia antecede al proceso del bautismo, nadie puede ser bautizado sin
antes haber creído. En Marcos 16:16 el Señor Jesús dice:
“Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los
cielos fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y
venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado,
en quien tengo complacencia”.
“…porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis
revestidos” (Gálatas 3:27).
“…vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él”
(Juan 1:32).
a. El candidato:
b. El elemento bautismal:
c. El que bautiza:
d. El propósito:
“Yo a la verdad los bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene
tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os
bautizará en el Espíritu Santo y fuego” (Mateo 3:11).
Cuando Juan dice “el que viene tras mí, Él es mucho más poderoso que yo, y
Él los bautizará en el Espíritu Santo y fuego”, queda entendido que el que
bautiza en el Espíritu Santo es Jesucristo, ningún otro, solo Él le da esta
experiencia o esta unción.
Podemos notar que quien comisionó a Juan para bautizar en agua fue
directamente Dios, y la señal que le dio fue que sobre aquella persona en la
cual viera que descendía el Espíritu Santo y que permaneciera sobre Él, éste
es el que bautizaría en el Espíritu Santo y fuego.
Cuando Pablo escribe a los corintios, les dice:
Aunque muchos no están sirviendo, han recibido el toque del Espíritu, pero la
unción más fuerte ha de estar sobre aquellos que se comprometen
poderosamente en el servicio al Señor.
“…cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y
cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el
diablo, porque Dios estaba con él. Y nosotros somos testigos de todas las
cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron
colgándole en un madero, a éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se
manifestase; no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado
de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó
de los muertos. Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que
él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De éste dan
testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren recibirán perdón
de pecados en su nombre”.
“Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre
todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido
con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se
derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas,
y que magnificaban a Dios. Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno
impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu
Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el nombre del Señor
Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días” (Hechos
10:44-48).
11. Los profetas testificaron acerca de Él, diciendo que el que en Él creyese
recibiría perdón de pecados.
12. El Espíritu Santo cae sobre todos los que oyen el mensaje y todos hablan
en otras lenguas.
Herramientas de Estudio 1
Sumergidos en su Espíritu
Memorizar y declarar
Y Jesús, después que fue ______, subió luego del agua; y he aquí los
______ le fueron abiertos, y vio a ________ ____ ________ que descendía
como ________, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía:
Este es mi _______ _______, en quien tengo _________. (Mateo 3:16-17)
Profundizar
Aplicar
1. Haga un estudio bíblico sobre lo que son los frutos dignos de arrepentimiento
y cómo se relacionan con el bautismo.