Sermon La Carnada Del Diablo

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La carnada del diablo

(Proverbios 5:22)
“Prenderán al impío sus propias iniquidades, y retenido será con las cuerdas de su pecado”.

INTRODUCCIÓN

La pesca ha sido por siglos una práctica muy común en aquellos lugares circundantes a
mares, ríos o lagos, especialmente porque provee un medio de alimentación para aquellos que
lo practican. Para que la pesca sea un éxito, la carnada juega un papel muy importante.
Generalmente, la carnada es colocada cubriendo el anzuelo la cual atrae al pez creyendo que
le espera una suculenta comida; pero cuando la muerde, las filosas puntas del anzuelo
traspasan la boca del pobre pez atrapándolo para su propio final. Así es el pecado en la vida
del hombre, lo atrae mostrándose como algo irresistible, pero cuando este cae en él lo
destruye.

I. EL PECADO ES LA CARNADA DEL DIABLO.

A. El proverbio bíblico nos enseña que es el mismo pecado que atrapa a los impíos, nadie
que lo practique puede considerarse dueño de sí mismo. El propósito del diablo es
arrastrar a la humanidad a la condenación eterna, y para esto pone trampas en el
camino para destruirlo, pero para ello coloca carnadas que despiertan el interés del
hombre y lo atrae para que engañados por su aparente encanto, caiga en sus redes.

B. El apóstol Santiago nos habla como cada individuo seducido por sus bajas pasiones es
atraído al pecado y una vez este es consumado da a luz la muerte: Cuando alguno es
tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por
el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia
concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha
concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”,
(Santiago 1:13-15).

II. EL MISMO PECADO PROVOCA LA RUINA DEL HOMBRE.

Veamos algunos ejemplos en la Biblia para ver como el pecado seduce a los hombres y se
convierte en su propio fin.

A. El pecado de la inmoralidad sexual. (Proverbios 7:7-19, 24-26)

1. “Vi entre los simples, consideré entre los jóvenes, a un joven falto de entendimiento, el
cual pasaba por la calle, junto a la esquina, e iba camino a la casa de ella, a la tarde del
día, cuando ya oscurecía, en la oscuridad y tinieblas de la noche. Cuando he aquí, una
mujer le sale al encuentro, con atavío de ramera y astuta de corazón. Alborotadora y
rencillosa, sus pies no pueden estar en casa; unas veces está en la calle, otras veces en
las plazas, acechando por todas las esquinas. Se asió de él, y le besó. Con semblante
descarado le dijo: Sacrificios de paz había prometido, hoy he pagado mis votos; por
tanto, he salido a encontrarte, buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. He
adornado mi cama con colchas recamadas con cordoncillo de Egipto; he perfumado mi
cámara con mirra, áloes y canela. Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana;
alegrémonos en amores. Porque el marido no está en casa; se ha ido a un largo viaje…
Ahora pues, hijos, oídme, y estad atentos a las razones de mi boca. No se aparte tu
corazón a sus caminos; no yerres en sus veredas. Porque a muchos ha hecho caer
heridos, y aun los más fuertes han sido muertos por ella”. Proverbios 7:7-19, 24-26

2. Cuantas personas han sido destruidos por los pecados sexuales, los cuales los seducen
pensando que tendrán una gran aventura pero su final es terrible. Muchos son los que
caen víctimas de las consecuencias de este pecado y se ven involucrados en abortos,
embarazos no deseados, enfermedades sexuales como el SIDA, hogares desintegrados,
hijos abandonados, y hasta muerte por amoríos prohibidos. Todo esto y más provoca
este pecado que el diablo muestra como algo placentero pero su fin es la muerte,

B. El pecado de los vicios. (Proverbios 23:29-35)

1. “¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las
quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para
los que se detienen mucho en el vino, para los que van buscando la mistura. (Mezcla,
fiesta confeti) No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se
entra suavemente; mas al fin como serpiente morderá, y como áspid (Víbora muy
venenosa de color y tamaño variables) dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, y tu
corazón hablará perversidades. Serás como el que yace (dormido) en medio del mar, o
como el que está en la punta de un mastelero (palo menor que colocan en
embarcaciones de velas). Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; me azotaron, mas no lo
sentí; cuando despertare, aún lo volveré a buscar”. Proverbios 23:29-35

2. Otras de las carnadas que el diablo usa son los vicios. Hoy vivimos en un mundo donde
el alcohol forma parte de todas las reuniones sociales, de tal forma que no pueden
divertirse si no se embriagan con los licores. El problema con esto es que provoca
adicción y muchas personas queriendo experimentar nuevas cosas caen en el mundo de
la drogas y llegan a perder sus vidas en el mundo de los vicios.

3. Otros vicios son: La música, la pornografía, los bailes, el cigarrillo, las drogas, la gula, la
anorexia, la televisión, el internet, los chismes y calumnias.
4. El que cae en vicios es porque descuida su vida espiritual es decir tanto en la oración y
en la lectura de la palabra de Dios.

a. El sabio hijo de Dios sabe que no todo le conviene. (1 Corintos 6:12) Todo me está
permitido», pero no todo es para mi bien. «Todo me está permitido», pero no dejaré
que nada me domine.

b. Tenemos que estar alerta y orando pero para ello hay que vencer la carne. (Mateo
26:41) Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto,
pero el cuerpo es débil. (Santiago 4:7) Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y
él huirá de ustedes.

c. Debemos evitar todo vicio por respeto a la propiedad privada. ESTE CUERPO NO ES
NUESTRO. (1 Corintios 6:19-20) ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu
Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son
sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo
a Dios.

d. Dios no es malo no dejara que seamos tentados más de lo que podemos resistir. El
nos dará la victoria sobre las tentaciones. (1 Corintios 10:13) Ustedes no han sufrido
ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no
permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien,
cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan
resistir.

e. Cristo ya nos liberto y no quiere que volvamos a ser esclavos de los vicios y por eso el
nos insta a ser firmes en la roca que es Cristo Jesús. (Gálatas 5:1) Cristo nos libertó
para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan
nuevamente al yugo de esclavitud.

C. El pecado de la idolatría. (Isaías 44:9-11)

1. “Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de
ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos
no ven ni entienden. ¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es
de provecho? He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices
mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán
avergonzados a una”. Isaías 44:9-11
2. La idolatría es otro pecado que engaña a los hombres haciéndoles creer que están
adorando a la verdadera divinidad pero lo cierto es que los alejan más de Dios. Tan
detestable es el pecado de la idolatría que el Señor la condena en los primeros dos
mandamientos del decálogo: “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás
imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni
en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy
Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la
tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a
los que me aman y guardan mis mandamientos”, (Éxodo 20:3-6).

III. LA IMPORTANCIA DE HUIR DEL PECADO.

A. En general, el pecado en cualquiera de sus manifestaciones es una carnada que


pretende atraer al hombre con la finalidad de prenderlo y destruirlo ya que cualquiera
que lo practica no heredara la vida eterna:

B. “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de
las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas
no heredarán el reino de Dios”. Gálatas 5:19-21

C. Por tanto, todos debemos huir de la inmundicia del pecado y correr a los pies de Cristo
porque solamente Él puede librarnos de la maldición del pecado.

CONCLUSIÓN.

Hoy en día el pecado es la carnada que el diablo usa para atraer a los hombres a la
condenación eterna. La tentación aparece como algo muy atractivo para el hombre y al
principio puede producirle un placer pero con el tiempo este se convierte en su propio fin
conduciéndolo a su ruina y condenación eterna. Por eso Jesús nos hace la invitación a correr a
sus pies abandonando toda inmundicia.

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