Control Difuso
Control Difuso
Control Difuso
SEMESTRE: 2019 - II
ALUMNOS:
MILAGROS QUINO GUTIERREZ
ANDAHUAYLAS
2019
ALUMNA: MILAGOS QUINO GUTIERREZ.
EL CONTRO DIFUSO
Introducción:
Generalidades:
Antecedentes:
EL CONTROL DIFUSO
a. Naturaleza Incidental:
Esto es, de efecto entre partes, significando ello que los efectos de la
aplicación del control difuso sólo afectará a las partes vinculadas en el
proceso. No Erga Omnes.
c. Declaración de Inaplicabilidad de la Norma cuestionada:
Esto es, en el caso concreto, más no su declaración de inconstitucionalidad o
ilegalidad. Consecuentemente, la misma norma puede volver a ser invocada
en otros procesos, en tanto no se la derogue, a través de los procesos
legislativos correspondientes o la declaración de inconstitucionalidad.
El sistema de control difuso, implica que son múltiples los órganos a quienes
se les ha encomendado la misión de velar por la eficacia de la Constitución.
El control difuso podría manifestarse de diversos modos:
a) Otorgando exclusivamente a los órganos jurisdiccionales la facultad de
estudiar la constitucionalidad de una ley o acto, y
b) Otorgando además dicha facultad a las autoridades administrativas, en
relación con su propia actuación y la de sus subalternos a través de los
medios de impugnación ordinarios; aunque en general únicamente se
entiende por control difuso al primer supuesto.
Por todo ello con la expresión “control difuso” nos referiremos a la facultad que
tienen todos los órganos jurisdiccionales, en vía de excepción, de estudiar la
Constitucionalidad de normas generales, especialmente, y omitir su aplicación en un
caso concreto o, si se tratase de actos stricto sensu, declarar su nulidad.
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Origen del Control Difuso en el Perú En nuestro país el antecedente más remoto del
ejercicio del control difuso lo encontramos recién en el artículo XXII del T.P.
del Código Civil de 1936 que establecía que “Cuando haya incompatibilidad entre
una norma constitucional y una legal, se preferirá la primera”. A nivel Constitucional
ocurre recién con el art. 236 de la Const. de 1979 y en el 138 de la Carta vigente.
Así mismo, se estableció por primera vez el control difuso en el artículo XXII
del Título Preliminar del Código Civil de 1936 que disponía que en caso de
incompatibilidad entre una disposición constitucional y una legal, se prefiere
la primera.
El artículo 8 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1963 recoge el principio
antes enunciado para los jueces, y dispone que las sentencias que se dicten
en primera o segunda instancia, si no son impugnadas, se eleven en consulta
a la Corte Suprema de la República, agregando esta norma el control de
la legalidad de las normas jurídicas de inferior jerarquía respecto a la ley en
el mismo sentido anteriormente indicado.
Es la Constitución de 1979 la que establece el control difuso en forma
genérica en el artículo 87 y en forma específica para el Poder Judicial en el
artículo 236.
La Constitución de 1993 establece el control difuso en sus artículos 51 y 138.
"La Constitución prevalece sobre toda norma legal; la ley, sobre las normas
de inferior jerarquía, y así sucesivamente. La publicidad es esencial para la
vigencia de toda norma del Estado" (Art. 51, Constitución Política del Perú de
1993).
"La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el
Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos con arreglo a la
Constitución y a las leyes.
En todo proceso, de existir incompatibilidad entre una norma constitucional y
una norma legal, los jueces prefieren la primera. Igualmente, prefieren la
norma legal sobre toda norma de rango inferior" (Art. 138, Constitución
Política del Perú de 1993).
Actualmente se tiene del Texto Único de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
aprobado por Decreto Supremo Nº 017-93-JUS de 28 de mayo de 1993, en
el artículo 14 establece la forma de proceder de los jueces, al aplicar el
control difuso, disponiendo que las sentencias de primera y segunda
instancia, si no son impugnadas, se elevarán en consulta a la Corte Suprema
de la República
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Se cree que el Control Difuso es facultad exclusiva de los jueces que integran
el Poder Judicial; y, que no es competencia de otros organismos
constitucionales que también ejercen jurisdicción, como por ejemplo el
Tribunal Constitucional y el Jurado Nacional de Elecciones; y, por supuesto,
de la Administración Pública en general.
Estos artículos habrían sido suficientes para que el Poder Judicial ejercitara esta
facultad, pero los constituyentes, atendiendo la tradición histórica del Poder
Judicial, han hecho muy bien en consignar norma expresa a cumplirse por los
jueces.
Por lo que resulta claro que el Poder Judicial, los órganos constitucionales
autónomos y la Administración Pública en general, tienen la facultad y
obligación de preferir la Constitución frente a la ley y la ley frente a las
normas de inferior jerarquía, en el caso de que tales normas sean
contradictorias, al momento de resolver un caso concreto.
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El Control Difuso Judicial es la facultad concedida a los jueces para ejercer control
difuso la cual emana del segundo párrafo del artículo 138º de la Constitución el cual
señala que “…En todo proceso, de existir incompatibilidad entre una
norma constitucional y una norma legal, los jueces prefieren la primera.
Igualmente prefieren la norma legal sobre toda otra norma de rango
inferior”.
Aquí vemos que en el Art. VI. Establece que cuando exista incompatibilidad entre
una norma constitucional y otra de inferior jerarquía, el juez debe preferir la
primera, siempre que ello sea relevante para resolver la controversia y no sea
posible obtener una interpretación conforme a la Constitución.
Los jueces no pueden dejar de aplicar una norma cuya constitucionalidad haya sido
confirmada en un proceso de inconstitucionalidad o en un proceso de acción
popular.
Los jueces interpretan y aplican las leyes o toda norma con rango de ley y los
reglamentos según los preceptos y principios constitucionales, conforme a la
interpretación de los mismos que resulte de las resoluciones dictadas por el
Tribunal Constitucional.
Tenemos que de acuerdo a lo que señala el Art. VI del T.P del Código Procesal
Constitucional los requisitos son por lo menos dos:
1.- Que la norma cuestionada por inconstitucionalidad sea relevante para resolver la
controversia.
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2.- Que no haya sido posible obtener una interpretación de la norma conforme a la
Constitución.
Aquí vamos a ver que cuando se invoca la amenaza o violación de actos que tienen
como sustento una norma AUTOAPLICATIVA incompatible con la Constitución, la
sentencia que declara fundada la demanda dispondrá además la
inaplicabilidad de la citada norma.
Donde las decisiones jurisdiccionales que adopten el control difuso serán elevadas
en consulta a la Corte Suprema, si no son impugnadas. No se aplica esta regla
cuando se trata de normas de menor jerarquía.
Los jueces aducen que es incompatible con el artículo 24º de la Constitución por
cuanto este establece que la remuneración del trabajador debe ser equitativa y
suficiente, pese a que no hay una contradicción evidente y abierta entre las normas
que regulan la actividad de los martilleros y el citado artículo 24º.
Así mismo de manera Posterior tenemos, en el caso Salazar Yarlenque (Exp. 3741-
2004-AA/TC) el Tribunal estableció que “La administración pública, a través de sus
Tribunales administrativos no solo tiene la facultad de hacer cumplir la Constitución-
dada su fuerza normativa-, sino también el deber constitucional de realizar el
control difuso de las normas que sustentan los actos administrativos y que son
contrarias a la Constitución o a la interpretación que de ella haya realizado el
Tribunal Constitucional” .
Aquí, el TC señala que para ejercer control difuso administrativo deben observarse
los siguientes presupuestos: Que dicho examen de constitucionalidad sea relevante
para resolver la controversia planteada dentro de un proceso administrativo. Que la
ley cuestionada no sea posible de ser interpretada de conformidad con la
Constitución.
leyes que estimen inconstitucionales y que rigen la solución del caso concreto que
deben decidir, con efectos inter partis.
Así podríamos mencionar también a otros países. Pues como se podrá observar el
sistema norteamericano de control constitucional de las leyes influenció en gran
partes de países latinoamericanos, los cuales terminaron adoptándolo de una u
otra forma (Argentina 1860; México 1857; Venezuela 1858; Brasil 1890;
República Dominicana 1884; Colombia 1850), orientándose incluso algunos hacia
un sistema mixto o integral, sea agregándole al método difuso el método
concentrado del constitucionalidad como en Brasil o México, o adoptando el
sistema mixto o integral desde el principio, como fue el caso de Venezuela,
Colombia, Guatemala y nuestro país (Perú). En cambio, el sistema argentino
sigue siendo el más parecido al modelo norteamericano.
CONCLUSION.
2.- La posición que ocupa en el Derecho, la Constitución como Ley Suprema y tener
en cuenta que ella es un pacto, donde confluye lo político y lo jurídico y que el
Estado de Derecho significa la primacía de la Constitución.
3.- En el método difuso todos los jueces tienen el poder-deber; siguiendo el modelo
norteamericano, de desaplicar las leyes que estimen inconstitucionales y que rigen
la solución del caso concreto que deben decidir, con efectos inter partis, teniendo la
decisión efectos declarativos.
4.- Encuadrando los regímenes vigentes en América concluimos que salvo el del
control difuso creado por Estados Unidos de América, adoptado por la República
Argentina, con algunas variantes en la mayoría de los países latinoamericanos se
han instituido por un lado un sistema concentrado exclusivo; y, por el otro, un
sistema mixto o integral de control (el control concentrado de las Cortes Supremas
o Tribunales Constitucionales y a la vez el difuso que incumbe a los habitantes a
modo de acción popular ).
BIBLIOGRAFÍA: