Material de Estudio
Material de Estudio
Eje 1: El juramento
¿Qué significa abrigar un juramento en la vida y en la juventud?
“En esta aspiración, los jóvenes son los protagonistas. Cuando ellos —habiendo hecho un
gran juramento en aras de la paz— se conviertan en una fuerza unificadora de cambio, la
época sin falta avanzará en dirección positiva. En todo grupo o movimiento, la juventud es la
clave”.
(...) Yo fui uno de los jóvenes a quienes forjó el presidente Toda. Cuando lo conocí y decidí
consagrarme al kosen-rufu a los diecinueve años, mi vida cambió drásticamente gracias a mi
mentor con quien tengo una deuda de gratitud incalculable. He podido vivir para el noble
ideal del kosen-rufu, esforzarme en mi revolución humana y recorrer el noble y supremo
camino de maestro y discípulo. A juzgar por mi propia experiencia, puedo asegurar que
abrigar un noble juramento en los años de juventud es un tesoro que dará frutos
durante el resto de la existencia. El reto de cumplir esa promesa genera un valor
inimaginable. Quiero compartir esta alegría con la mayor cantidad posible de jóvenes".1
Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del Japón. Seré el gran navío del Japón. ¡Este es mi
juramento, y jamás lo abandonaré!2
Este es un célebre pasaje de La apertura de los ojos, donde Nichiren Daishonin formula su
gran juramento. Las palabras «pilar», «ojos» y «gran navío» son expresiones muy profundas,
que surgen de su deseo inmenso y compasivo de que todas las personas puedan lograr la
iluminación. (...)
1
Ikeda Daisaku (2022). “Iluminando el mundo con el budismo del sol”. Capítulo 5 “El juramento”. Editorial Azul Índigo. Buenos
Aires. Pág. 87
2
Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 297.
Nuestro orgullo como miembros de la Soka Gakkai es haber asumido, cada uno, la
misión de ser un pilar en su propio lugar.
El budismo Nichiren es una enseñanza que empodera a la gente; la ayuda a trascender la mera
búsqueda pasiva de consuelo o de alivio ante los propios problemas y sufrimientos, para, en
cambio, ser dadores de aliento y de apoyo a los semejantes, como pilares, ojos y grandes
navíos del mundo. La Soka Gakkai está forjando, en cada país, personas capaces que actúan
como pilares del pueblo, ojos de la felicidad y grandes navíos de esperanza.
Lejos de sentir que «pertenecen» a la Soka, los miembros que toman conciencia de su
misión sienten claramente que la Soka Gakkai es parte integral de su vida, que existe
dentro de ellos. Se enorgullecen de ser protagonistas del kosen-rufu en el lugar donde
viven”.3
3
Ikeda Daisaku (2022). “Iluminando el mundo con el budismo del sol”. Capítulo 5 “El juramento”. Editorial Azul Índigo.
Buenos Aires. Pág. 88
4
Ikeda, Daisaku. (2019) “Aprendamos del Gosho” Vol. 4. “Las tres clases de tesoros”. Editorial Azul Índigo, Buenos Aires.
Página 10.
“Su lema era ‘La vida es una batalla’, y encaraba cada desafío con un apasionado espíritu de
búsqueda. Una vez que se proponía algo, avanzaba laboriosamente e incansablemente hasta
lograrlo.
Ese joven honesto, bondadoso y modesto había llegado a destacarse en su lugar de trabajo.
(...) Con el mismo tesón y entusiasmo, desarrollaba sus actividades en Gakkai, utilizaba el
poco tiempo libre que le quedaba para viajar a diferentes lugares con el fin de hablar a otras
personas sobre el Budismo de Nichiren y alentar a los miembros.
[Kawanaka alentaba a sus compañeros]:
“Si Kyushu tiene éxito, los miembros de otras regiones se lanzarán de lleno a las actividades,
decididos a no quedar atrás. Por eso, ¡mostremos a nuestros compañeros de todo el país la
pasión y la fuerza de los hijos de Kyushu!
La única manera de hacerlo es poniendo el máximo esfuerzo en visitar a los miembros y
ofrecer aliento en la fe. Considero a todos los integrantes de la División Juvenil Masculina
como hermanos menores del presidente Yamamoto. Pienso que, cuando aceptamos una
responsabilidad dentro de la Soka Gakkai –sea cual sea el nivel al que somos designados–,
nuestro maestro nos está confiando la tarea de cuidar a sus amados hermanos menores. (...)
La apelación había conmovido el corazón de sus compañeros. Con renovada decisión, todos
se habían dedicado seriamente a dar orientación individual.
Cuando regresaba a su hogar, invocaba daimoku, orando para que los jóvenes que había
visitado en esa jornada asistieran a la reunión general. Literalmente, “reducía las horas de
sueño por la noche y el tiempo de ocio durante el día” para llevar a cabo sus
actividades, desafiando sus propios límites.
Esa determinación y ese esfuerzo habían inspirado a los miembros de la División Juvenil
Masculina a lo largo y a lo ancho de Kyushu. El coraje se expande como un oleaje. La
vitalidad y el entusiasmo son contagiosos”.5
“Fue un aliento que me brindó el Maestro Toda. Han pasado veinte años desde que dejé la
presidencia de la Soka Gakkai. Como soy presidente honorario, pero no ejecutivo,
técnicamente estoy al margen de muchas responsabilidades. Pero los cargos organizativos
son sólo provisionales, mientras que la fe es una cuestión de por vida, una cuestión del
corazón.
5
Ikeda, Daisaku (20) “La nueva revolución humana” volumen 4. Capítulo “Hojas Nuevas”. Editorial Azul Índigo.
Página 121 a 125.
Mi lucha por concretar el kosen-rufu no deriva de un deseo superficial, como podría ser el
deseo de propagar la religión que yo practico. Lo que me motiva es que cuantas más
personas en el mundo invoquen y mantengan la Ley Mística, más avanzará el mundo
en dirección a la paz. Esto se ve claramente si uno observa los hechos con una perspectiva a
largo plazo”.6
Conclusión:
“El presidente Toda solía decir: “Estoy luchando, en este momento, en bien de las personas
de los próximos doscientos años”. Por mi parte, yo siento exactamente lo mismo. Siempre me
pregunto: “¿Cómo puedo guiar a la humanidad hoy, junto con nuestros hijos y nuestros
nietos, hacia la felicidad y la paz?”. He actuado con la sensación de llevar el mundo sobre
los hombros. Cuando me puse de pie, con ese sentido de la responsabilidad, fue como si un
vendaval de sabiduría comenzara a soplar en mi cabeza. Y pude ser capaz de tomar la
iniciativa”.7
“Quiero recalcar la importancia de convertir el siglo XXI en una centuria de la vida y señalar
que es la humanidad, con su iniciativa, la que debe generar las condiciones para que ello
ocurra. Para decirlo sencillamente, un siglo de la vida es una era, una civilización y una
sociedad en las cuales prevalezca el respeto a la dignidad de la vida. Esto significa que nadie,
en nombre de ningún fin, sacrifique o explote jamás a los seres humanos, ni su dignidad ni su
felicidad personal.
Sin el esfuerzo tenaz que hagamos hoy por establecer el respeto a la dignidad humana como
eje conductor para edificar el mundo de mañana, el siglo XXI se expone gravemente al riesgo
de ser una centuria de destrucción. Las actividades de la Soka Gakkai constituyen un gran
movimiento de personas comunes unidas en la lucha por hacer florecer la paz y la
cultura, para hacer posible ese siglo de la vida”.8
6
Ikeda, Daisaku (2001). Conversaciones del Sutra del Loto. La Sabiduría del Sutra del loto, diálogo sobre la religión en el
siglo XXI. Atesorar a cada persona es la conclusión del Sutra del loto.
7
Ib Ídem.
8
Ikeda, Daisaku (2022) Sabiduría para ser feliz y crear la paz, vol. 3. Editorial Azul Índigo, Buenos Aires. Página 32