El Trabajo Social en Salud
El Trabajo Social en Salud
El Trabajo Social en Salud
RESUMEN
El Trabajo Social en Salud Mental ha estado influenciado por el desarrollo de la asistencia psiquiátrica,
el marco normativo a nivel nacional y autonómico y los planes de salud mental que se han ido imple-
mentando.
En este marco, los trabajadores sociales en Salud Mental han ido construyendo un modo de hacer que ha
ido configurando su perfil y rol profesional, marcado por una especificidad propia en este ámbito. Los
pilares básicos del Trabajo Social en Salud mental han sido la especialización, la formación continuada
y el trabajo interdisciplinar.
ABSTRACT
Social Work in Mental Health has been influenced by the development of psychiatric welfare, the regulatory
framework at the nacional and provincial levels and mental health plans which have been implemented over
time.
Within this framework, social workers in the field of Mental Health have been constructing a way of doing
things that has shaped their professional profile and role, marked by a specificity unique to this environment.
The basic tenets of Social Work in Mental Health have been specialization, ongoing training and
interdisciplinary work.
Aunque el concepto y el ámbito de la Salud Mental son más extensos que los
de la psiquiatría, ésta forma la base fundamental de aquella. Hasta finales del si-
glo pasado habábamos de la asistencia psiquiátrica para referirnos a las activi-
dades destinadas a prevenir y tratar las enfermedades psiquiátricas. De esta for-
ma lo definían los Principios de las Naciones Unidas para la protección de las
personas que padecen una enfermedad mental a principios de los 90:
Definiciones y conceptos generales en Salud Mental.
Principios de las Naciones Unidas (U.N., 1991)
social del individuo, que proporciona una guía para la intervención clínica. Una
característica distintiva es el interés del clínico por el contexto social dentro del
cual se producen o son modificados los problemas individuales o familiares.
El Trabajo Social Clínico, por consiguiente, puede implicar intervenciones
tanto en la situación social como en la situación de la persona (Ituarte, A., 1992).
Los tres fundamentos principales por los que el Trabajo Social Clínico produce
el cambio son:
1. Por medio de la relación interpersonal.
2. Por medio de cambios en la situación social.
3. Por medio de cambios en las relaciones con personas significativas en el
espacio vital de los individuos.
el intercambio de ideas entre los mismos. Cuando la unidad interna del equipo es
efectiva, es normal que un miembro asuma técnicas de otro aunque no sean es-
pecíficas de su profesión, sin que por ello se rompa la cohesión del equipo, se in-
terfiera el rol de sus componentes y se sustituyan los objetivos del equipo. En el
equipo interdisciplinar los profesionales socializan sus saberes e intercambian
parte de sus prácticas de forma coordinada. De esta manera se puede conseguir
una acción terapéutica global más coherente y se evita la proliferación de inter-
venciones profesionales más allá de lo necesario (Tizon, J.L., 1992).
Este enfoque interprofesional bien estructurado y con un buen nivel de fun-
cionamiento es la garantía absoluta de eficacia y se caracteriza por la existencia
de espacios o lugares comunes para estudiar las situaciones y estrategias a seguir
(Ramírez de Mingo, I., 1992).
Igualmente debemos señalar como generalmente la organización y caracte-
rísticas terapéuticas del equipo son diferentes en la psiquiatría hospitalaria res-
pecto a la psiquiatría comunitaria:
— En los centros en los que predomina el / (hospital), los equi-
pos terapéuticos tienen una estructura más vertical. Lo deseable aquí es
la perfecta coordinación de los miembros en el fomento de unas habili-
dades técnicas precisas.
— En los centros en los que predomina un modelo $ (Hos-
pital de DIA, CSM, módulos psicosociales, comunidades terapéuticas) el
equipo es de una estructura más horizontal.
El cambio de la interacción tradicional a la orientación comunitaria del equi-
po requiere hacer menos rígida la noción del rol que tiene cada miembro del equi-
po, permitiendo unificar actitudes en la comprensión del enfermo y formar rela-
ciones más significativas en el marco del tratamiento. Esto significa que aunque
cada profesional es responsable de su área de intervención, las decisiones del tra-
tamiento son discutidas por el equipo (Gálvez, E.M., 1997).
los Servicios de Salud Mental, y el que a la vez los diferencia, ya que al-
gunos personas se convierten en usuarios de una consulta especializada
en una situación de crisis y otras son usuarios «continuos» de la red de
salud mental por su evolución.
0" 4' .
— La demanda de consulta a la Unidad sea objeto de la atención en salud
mental.
— Plan de tratamiento específico, tratamiento basado en objetivos con el pa-
ciente por parte del equipo.
— El trabajo se define a corto plazo.
— La problemática social del usuario esté relacionada con el motivo de la
consulta, con la demanda de salud mental.
— Intervención sobre la problemática socio-familiar, ligada al motivo de con-
sulta.
— La formación en psiquiatría, favorece el desarrollo de una intervención
adecuada.
— Accesibilidad del trabajador social (para el paciente, familia y equipo).
ve, ya que se requiere de una especificidad que viene definida por las caracte-
rísticas psicopatológicas y sociales de la enfermedad.
El concepto de trastorno mental grave engloba una serie de entidades noso-
lógicas de diferente naturaleza y presentación clínica, que tienen en común cri-
terios de gravedad y persistencia en el tiempo, con tendencia al deterioro y que
alteran las relaciones personales.
Como trabajadores sociales debemos estar especialmente atentos a las con-
secuencias sociales de la enfermedad mental, que van a traducirse en una per-
turbación o limitación de una función (disfunción o deficiencia), en la incapaci-
dad funcional (discapacidad para el desempeño de un rol social), en la dependencia
(necesidad permanente de mantenimiento por parte de otra persona o de un ser-
vicio concreto), en la sobrecarga familiar manifiesta o persistente, o bien, la au-
sencia de familia y en la ausencia de red social
Las personas con Trastorno Mental Grave (TMG) van a necesitar la utiliza-
ción de varios servicios de salud mental, de forma prolongada o reiterada, lo que
requiere una planificación y organización de la asistencia psiquiátrica y una co-
ordinación interdepartamental o interinstitucional
técnicas nos permitirán abordar mejor las estrategias de intervención en cada ca-
so concreto, de forma que técnicamente la intervención sea más eficaz.
5.1. LA ESPECIALIZACIÓN
El saber especializado es una construcción intelectual que reelabora y sinte-
tiza la experiencia profesional y su referencia, en un cuerpo teórico y metodoló-
gico que se fundamenta en concepciones doctrinarias, políticas y científicas. Se
requiere tener una base teórica sólida para ser un profesional eficaz, ya que en el
trabajo diario es más probable reconocer problemas o reacciones clave si tene-
mos una base de conocimientos a los que recurrir» (Trevitchich, P., 2002).
Los elementos básicos de este saber especializado en el Trabajo Social se fun-
damentan en:
1. Un marco normativo en donde se incluyen los planes de salud mental, las
instituciones en las que trabajamos y sus objetivos.
2. Un marco propio de referencia conceptual formado por los conocimien-
tos necesarios para poder trabajar en salud mental, que definan una me-
todología propia apoyada en diferentes modelos de intervención.
que sería garantizar que ante la misma patología se actúe de forma homogénea y
se realicen tratamientos o intervenciones estandarizados y basados en la eviden-
cia (Saavedra M.L., 2003) .En diferentes foros sobre Trabajo Social en Salud y
en Salud Mental se está planteando la importancia de la necesidad de una pues-
ta en común de metodología de trabajo y de procedimientos de actuación espe-
cífica, ya que en la actualidad coexisten una multiplicidad de funciones e inter-
venciones en los diferentes servicios que se corresponden con diferentes factores,
entre ellos la formación. Esta situación favorece en algunas ocasiones la no de-
finición de nuestro trabajo diario en los equipos interdisciplinarios.
En relación a esto, lo que si que ha cambiado en los últimos años es la discu-
sión sobre el método y lo que predomina es que es el profesional el que escoge
en cada momento el método más apropiado para su práctica profesional. Sólo una
práctica reflexiva y eficaz permitirá que nuestras intervenciones no sólo se lle-
ven con la competencia debida, sino que sean eficaces en el sentido de que con-
ducen a los resultados deseados.
6. CONCLUSIÓN
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