Ensayo - El Hombre en Busca Del Sentido

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 9

INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

Escuela Superior de Comercio y Administración


Unidad Tepepan

Ensayo de “El hombre en busca del sentido”

Alumna: Jimenez Escobar Isis


Maestro: Cruz Muñoz Oscar Orlado
Grupo: 1RV1
Carrera: Licenciatura en Relaciones Comerciales
INTRODUCCIÒN.

El hombre en busca del sentido relata las experiencias vividas por el


autor en los campos de concentración y cómo estas le llevaron a
reflexionar acerca del sufrimiento humano, la libertad y la
trascendencia. A través de su testimonio personal, Frankl nos invita
a reflexionar sobre nuestro papel en el mundo y a encontrar un
propósito significativo que nos ayude a enfrentar las dificultades de
la vida.

En este ensayo, analizaremos las ideas principales de la obra y


exploramos cómo la búsqueda de sentido puede ser una
herramienta poderosa para enfrentar los desafíos y encontrar la
felicidad en cualquier circunstancia. Además, reflexionaremos sobre
la importancia de encontrar un equilibrio entre lo individual y lo
colectivo, así como el impacto que nuestras acciones tienen en la
sociedad.

El legado de Viktor Frankl y su obra continúan siendo relevantes en


la actualidad, recordándonos la importancia de buscar un sentido
trascendente en nuestras vidas y cómo esto puede ayudarnos a
enfrentar los desafíos cotidianos.
DESARROLLO.

El libro “El hombre en busca de sentido” de Víctor Frankl cuenta la


historia de un hombre que fue atrapado y tuvo que pasar por la
terrible experiencia de ser prisionero en un campo de concentración.

A través de la lectura pude comprobar que el ser humano es


increíblemente adaptable a las situaciones y puede soportar
condiciones realmente descabelladas. En la primera parte del libro
se describe el shock de enfrentarse al campo de concentración. Los
esclavos prácticamente no comían nada, un poco de sopa una vez al
día, una rodaja de salchicha o un trozo de pan. Tenían que dormir
hacinados, nueve personas en una cama con una manta para todos.
No tenían información de sus familiares, ni siquiera sabían si habían
muerto o no. Vivían con la zozobra que en cualquier momento
podían matarlos. Era tanta su necesidad que los sueños de los
prisioneros eran sobre comida, un baño en agua tibia o una cama
confortable. Soñaban con lo que les faltaba. Eso me hizo analizar
que uno tiene todas esas cosas todos los días de su vida y las da
por sentado, como respirar, muchas veces restándoles el valor que
realmente tienen. Increíble que uno no valora algo tan simple como
poder bañarse, cepillarse los dientes o dormir en una cama
confortable, saber de su familia, desvestirse antes de dormir. Para
ellos, soñar era mejor que la triste realidad que estaban viviendo.
Casi morían de hambre, deseaban con ansias que llegara la hora de
la comida aunque era muy escasa pero la añoraban y la cuidaban
comiéndola a sorbos o pedacitos. Unos decidían comerse la ración
de una sola vez para evitar que se las robaran, otros se comían una
porción y la otra la guardaban para alargar ese placer de comer
algo. Otros sentían felicidad de estar enfermos con tal de no pasar
esos malos tratos para trabajar y aunque el trato en la enfermería
no era el mejor ni tenían buenas dosis de medicamentos ni la mejor
atención, esto era mejor que estar afuera a la intemperie
desgastando su debilitado cuerpo.

Luego de la fase del shock, vino la apatía como un mecanismo de


autodefensa. Ese conformarse con vivir lo que estaban sufriendo.
Lo más duro era el amanecer, enfrentarse a la realidad del campo de
concentración, salir de ese profundo sueño y volver a sentir el dolor
de los pies llagados, intentar meterlos en los zapatos mojados.
Algunos ya no podían usar sus zapatos porque los pies estaban tan
hinchados que no cabían en los zapatos. Trataban de evadir su
realidad mientras dormían. Eran condiciones realmente
inhumanas.Un dato curioso es que los esclavos no tenían deseo
sexual debido probablemente a la falta de alimentación, estaban tan
débiles que en lo que menos pensaban era en el placer.

Una de las partes del libro que más me impactó fue cuando él
trataba de olvidarse de su realidad y al sentirse verdaderamente
solitario, traía a su mente el recuerdo y la imagen de su esposa. En
ese momento pudo comprender la magia del amor. Que el amor es
el fin último del hombre y que sin él, la vida no tiene sentido.
Concuerdo en que aún careciendo de muchas cosas materiales, el
sólo saber que alguien le ama a uno de manera especial, causa una
sensación de llenura, una felicidad indescriptible, una emoción
inigualable. El verdadero amor va más allá de la presencia física o
no del ser amado, se internaliza el sentimiento y se ama aún a la
distancia. El encontró una conexión con su esposa y platicaba con
ella, esa era su forma de escapar de su triste realidad.

El ser humano también utiliza el humor como una forma de alejarse


de su realidad. Los prisioneros hacían chistes de los que les sucedía
o de los guardias y eso hacía que se olvidaran momentáneamente
de tanto sufrimiento.

Una de las aseveraciones más impactantes del autor es que el


sufrimiento, sea pequeño o grande, ocupa el todo del ser humano.
Se sufre de igual manera no importando el tamaño de la pena.El
sufrimiento no tiene límites, siempre se puede sufrir más. De igual
manera pasa con las alegrías. Es por esto que cualquier pequeño
problema o alegría nos inunda sobremanera y nos puede llevar a los
extremos de ambas emociones.

Después de estar hacinados con tanta gente, se añoraba la


intimidad, la soledad, estar consigo mismo y sus pensamientos. Sin
nada ni nadie que interrumpiera sus pensamientos. Esta es una
necesidad de todo ser humano aunque esté en condiciones
normales, me imagino que para ellos era una necesidad aún más
grande.

Sufrían de irritabilidad debido a la falta de sueño, a no consumir


cafeína y sobre todo a la baja autoestima porque antes de llegar al
campo de concentración, eran “alguien”, se les reconocía en lo que
cada uno hacía y ahora eran sólo un número, ni siquiera un nombre,
sólo un número. Además la misma situación de continua
agresividad a la que estaban expuestos, los hacía vulnerables a la
irritabilidad ahora contra sus propios compañeros. El cansancio era
el estado normal.

Luego de la apatía vino el sentimiento de ilusión por un futuro


porque siempre guardaban la esperanza de salir de ese lugar, de ser
libres nuevamente. El prisionero que perdía la fe en el futuro, en su
propio futuro, ya estaba muerto. La fe es el sostén espiritual tan
necesario para cada persona. El estado de ánimo tiene una
estrecha relación con la salud del cuerpo, la persona que se
abandona a la tristeza seguramente enfermará, por el contrario la
persona que es optimista, que es feliz, llena a su cuerpo de
defensas y su funcionamiento es mejor. El poder de la mente es
impresionantemente fuerte de tal forma que lo que uno piensa, se
puede llevar a la realidad como fue el caso del prisionero que soñó
que el 31 de marzo se acabaría la guerra para él. Al ver que los
días pasaban y no parecía que la guerra terminaba, sintió desilusión
lo que se tradujo en bajas defensas para su organismo, esto hizo
que su cuerpo no resistiera la enfermedad, la cual se agravó y
efectivamente murió el día que en sueños le habían dicho que la
guerra terminaría “para él”, al morir, en efecto la guerra terminó
para él. Fue un juego mental. De igual manera sucedió para las
fiestas de navidad, los prisioneros tenían la esperanza de ser
liberados para esas fechas y al notar que no era así les venció el
desaliento. Las fiestas de fin de año son fiestas cargadas de
emotividad y si no se llenan las expectativas, el corazón le hace una
mala jugada al cerebro y éste manda señales al cuerpo. Cuando
hay desilusión, cuando no hay un motivo por el cual vivir, el cuerpo
se desmorona y se puede causar hasta la muerte. Se puede morir
con el corazón roto ya que se produce una sobrecarga tóxica de
hormonas del estrés que se convierte en una cardiomiopatía por
estrés, es decir, se enferma el corazón. Estas personas sufren los
mismos síntomas que una persona que tiene un ataque al corazón
con la única diferencia que al examinarlos, no presentan daños en
las arterias del corazón. Las personas que se adaptan son capaces
de recuperarse en poco tiempo sin dejar daños permanentes al
corazón pero los que no logran recuperarse pueden estresar su
corazón hasta el extremo de la melancolía, depresión y llegar
incluso a morir.

Llegó el momento de la libertad y al estar libres nuevamente, el ver


las flores, el campo, sentir el aire libre, éstos carecían de significado
ni les provocaba ningún sentimiento porque se habían acostumbrado
a vivir de la manera, aunque cruel, que habían vivido los últimos
años. Habían perdido la capacidad de ser felices, tenían que
reaprender a encontrarle el gusto a la vida. Estaban
despersonalizados, se sentían como en un sueño, como en tantos
sueños que habían tenido donde creían haber sido liberados,
haberse encontrado con su familia y de repente un silbato los
regresaba a la realidad, a la cruda realidad. Entonces, al estar
nuevamente libres, no podían creerlo.

En esa nueva situación, sentían la necesidad de ejercer su libertad y


convertirse en opresores después de haber sido reprimidos. Se
justificaban en su propia experiencia, en su terrible paso por el
campo de concentración. Nadie debería tratar mal a otros bajo el
argumento que así fue tratado. Generalmente se amargaban por lo
vivido, la gente les decía frases que no querían escuchar, no se
sentían comprendidos.

Tenían desilusión y necesitaban que se les diera ánimo para


encontrar algo por qué luchar en su futuro, que les hiciera soñar con
el porvenir. Para los que tenían “alguien que les esperaba” era más
fácil infundirles ese deseo por vivir pero había quienes no tenían
nadie a quien acudir, ningún deseo de vivir.
CONCLUSIÒN.

Para terminar este ensayo quiero mencionar que fue muy


impactante en mi vida leer este libro ya que hubo varios puntos con
los que me sentí identificada, en especial con la pregunta ¿Por qué
no te suicidas? y digo en especial con esa pregunta porque fue una
pregunta que estuvo por mucho tiempo en mi cabeza y porque por
mas que me la repetìa no creía que fuera una de mis primeras
opciones porque siempre intente y sigo buscando una motivaciòn o
un objetivo para no hacerlo, como el hecho de querer apoyar a mis
papàs en un futuro, terminar mis carreras universitarias…etc,
aunque fuera difícil seguir con mi vida a pesar de vivir muchísimas
cosas a mi corta edad siempre sigue un pequeño porcentaje de
ánimo o de valentía para seguir. Con un libro que quiero relacionarlo
es el de “Los cuatro acuerdos” con el primer acuerdo que es “se
impecable con tus palabras” cuando Frank a pesar de su irritabilidad
nunca fue grosero con nadie y siempre trato de ser cuidadoso con
sus palabras porque todos estaban viviendo lo mismo, aquì también
lo relaciono con mi vida personal cuando mi mamà siempre, hasta la
fecha, ha tratado ser muy cuidadosa con sus palabras cuando se
trata de mi salud mental, nunca minimiza mis emociones y siempre
trata de ser mi consejera al contrario de mi papà que es muy
hiriente con sus palabras y por màs feo que suene casi siempre son
las palabras con las que me quedo en mi mente. Una actitud
positiva y la voluntad de encontrar un significado pueden marcar
una diferencia significativa en la vida de una persona, esto también
lo podemos relacionar con otro acuerdo del libro “Los cuatro
acuerdos” el cual es “Haz siempre tu máximo esfuerzo” que
involucra tanto la actitud como emocional, si tenemos una buena
actitud podremos encontrar un propósito para caer en cuenta que
nuestra existencia es muy importante en esta vida, que a pesar de
las adversidades por más difícil o doloroso que se ponga todo no
puede ser peor, aquí lo relaciono con el momento cuando mi
compañero de vida que estuvo por un largo tiempo conmigo falleció
y claro, fue el momento más doloroso de mi vida, fue como si me
hubieran arrancado un pedazo de mi corazón, con el que creí que
me acompañaría hasta mi graduaciòn de la universidad, èl era un
motivo por el cual le echaba ganas a la escuela, por el cual llegaba a
mi casa solo para verlo, en el momento que falleció ya no querìa
continuar pero yo le había prometido que iba a esforzarme en la
escuela para ser la mejor y que por èl voy a cumplir muchas cosas,
asi que aunque siguiera con el dolor me levante y continue, di lo
maximo de mi, mi actitud la tuve que cambiar y obtuve una valentia
que aunque ya la habia obtenido desde mucho antes ahora es mas
que necesaria. Por mas tonto que parezca buscar un proposito en
esta vida es mas que necesario para saber como reaccionar,actuar y
relacionarnospara llegar al proposito, nuestra vida es muy
importante y no la debemos minimizar por las situaciones que
pasemos, cada quien tiene que vivir su experiencia para encontrarse
“El sufrimiento deja de ser sufrimiento cuando se tiene un sentido y
una dirección”.
Referencia.
FRANKL, V. E. (1985). EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO (6a.
ed.). BARCELONA: HERDER.

También podría gustarte