Lunes, 6 de mayo del 2024. INTRODUCCIÓN GENERAL Una tormenta de fuego o también llamada tormenta ígnea, es una conflagración capaz de alcanzar tal intensidad que crea y sostiene su propio sistema de ventilación interno y se aviva por sí mismo. Es más comúnmente un fenómeno natural que se crea producto de grandes incendios forestales. Este fenómeno se distingue gracias a una característica propia del fenómeno; que se trata de que el fuego es capaz de avivarse por sí mismo debido a que el movimiento en masa del aire ardiente ascendente crea una corriente en la que este aire de combustión es renovado por aire nuevo lleno de oxígeno que se moviliza para ocupar su lugar. Durante un incendio forestal intenso, el calor generado por el fuego puede elevar la temperatura del aire en las proximidades, creando una corriente ascendente de aire caliente. Esta corriente ascendente puede ser tan fuerte que genera una zona de baja presión en la parte superior de la columna de fuego. A medida que el aire caliente asciende, se enfría y condensa, formando nubes de humo y cenizas. Estas nubes pueden alcanzar altitudes muy elevadas y extenderse horizontalmente sobre una extensa área. Las corrientes de aire ascendentes también pueden generar vientos fuertes, que pueden cambiar rápidamente de dirección debido a la complejidad de las corrientes de aire dentro de la tormenta ígnea. Estas corrientes ascendentes son conocidas como corrientes convectivas y son causadas por el intenso calor y la gran cantidad de energía liberada durante un incendio forestal de alta intensidad. Los experimentos con fuegos de prueba han mostrado que las tormentas ígneas pueden crear vórtices de fuego que se mueven rápidamente y pueden distribuir el fuego más allá del área del fuego original. Los vientos en algunos de estos vórtices pueden alcanzar fuerzas tornádicas, efectivamente creando un tornado ígneo. Estos potentes tornados pueden complicar los trabajos de los bomberos que combaten el fuego. En los grandes incendios forestales se forman, en ocasiones, remolinos o vórtices de fuego, que llegan a alcanzar varias decenas de metros de altura y cuyo aspecto recuerda al de un tornado. En realidad, es un fenómeno similar a la tolvanera, que en lugar de polvo del suelo succiona llamas. Se crea una tormenta de fuego como resultado del efecto de acumulación de aire a medida que el calor del fuego original sube y atrae hacia su interior cada vez una cantidad mayor del aire circundante. Este efecto de arrastre aumenta rápidamente cuando existen fuertes corrientes de aire a baja altura sobre o cerca del fuego y que comienzan a fluir y precipitarse sobre el área incendiada. ¡Gracias! Si tienen alguna pregunta, hágansela al profe :)