El Desarrollo Industrial en La Europa Del Siglo XIX
El Desarrollo Industrial en La Europa Del Siglo XIX
El Desarrollo Industrial en La Europa Del Siglo XIX
El desarrollo industrial en
la Europa del siglo XIX.
1.a
La primera revolución industrial.
Dos revoluciones acaban con el Antiguo Régimen, las revoluciones liberales o
burguesas en lo político y la Revolución Industrial en lo económico. Su importancia,
por tanto, es trascendental. Se ha dicho, y con razón, que es la transformación más
grande que ha experimentado la humanidad, desde el punto de vista productivo, desde
la revolución neolítica por la cual el hombre empezó a producir sus alimentos con el
descubrimiento de la agricultura y la ganadería. En general supuso la mecanización de
la producción y por tanto el aumento espectacular del volumen de productos, es decir,
el paso del taller a la fábrica. El modo de vida y la sociedad experimentaron una
radical transformación. Pondremos como ejemplo para su estudio al caso inglés,
Inglaterra se puso a la cabeza de estas innovaciones que más tarde pasarían al
continente. Podemos considerar como terminada la Primera Revolución Industrial a
medidiados del XIX.
I. ¿Qué es la industrialización?
Podemos decir que la palabra revolución se emplea como aceleración,
aceleración lógicamente del proceso productivo, debido a una serie de circunstancias
nuevas: utilización de máquinas, revolución de los transportes, acumulación de
capitales... y todo esto va a producir un aumento espectacular de la producción y una
mejora de la calidad de vida, el hombre va a pasar de una sociedad agraria y rural a una
industrial y urbana, los antecedentes inmediatos de nuestro actual modo de vida se
encuentran aquí.
Como protagonista de esta revolución hemos de hablar de la burguesía, era el
único grupo social con capital e iniciativa suficiente como para poner en marcha este
proceso; y es de destacar cómo es esta burguesía la misma que desde el punto de vista
político está reclamando el poder político a través de las revoluciones liberales que ya
hemos estudiado. No es una causalidad que en los dos procesos esté implicado este grupo
social, los fenómenos económicos, políticos y sociales están íntimamente relacionados y
en un régimen político determinado la economía y la política están en consonancia, no
van cada una a su aire.
Tradicionalmente en la Revolución Industrial se distinguen varias fases:
La primera revolución industrial.
De todos los países del continente era Inglaterra el país más preparado para
llevar a cabo la gran transformación que llevaría del taller artesanal a la gran producción
en las fábricas. Inglaterra partía con ventajas en muchos terrenos: un marco político
favorable, abundancia de capitales, aumento demográfico, disponibilidad de materias
primas de sus colonias y abundantes yacimientos de hulla... y una mentalidad capitalista
que no existía en otros lugares de Europa si exceptuamos Holanda.
La primera Rev. Ind. no se produjo de forma brusca, durante todo el siglo XVIII
Inglaterra ha ido transformando sus estructuras agrarias y financieras y sus frutos se van a
ver a mediados de siglo con la mecanización de la producción. Durante años los ingleses
hicieron el camino en solitario, y a partir de 1830 los cambios saltaron al Continente.
1. Las causas.
a) El sistema político.
b) La Revolución agrícola.
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La primera revolución industrial.
c) La revolución demográfica.
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La primera revolución industrial.
Tuvo una gran importancia ya que el transporte es clave en la conexión entre los
mercados y los centros productores, así como entre los centros de producción y las
materias primas; a su vez favorecieron la especialización de cada zona en un tipo
determinado de producto agrario.
Desde mediados del XVIII el Gobierno favoreció la creación de una importante
red de carreteras, casi todas llevadas a cabo por la iniciativa privada, a menudo se
cobraban peajes por su utilización. Estas carreteras gozaban ya de un firme resistente,
superior a los antiguos caminos de tierras, ese firme se basaba en un asfaltado inventado
por el escocés Macadam, y en parte es muy parecido al de las carreteras actuales. Con el
paso del tiempo Inglaterra gozó de una densa red de carreteras que interconectaban
todos los centros económicos y ciudades del país, algo inédito en el continente.
Junto a la red de carreteras destacó también el desarrollo de la red fluvial, la
abundancia de ríos y precipitaciones en Inglaterra favoreció la construcción de canales
navegables, cada vez más grandes para barcos de mayor tonelaje, y así se dispuso de un
medio de transporte cómodo, barato y con barcos de gran capacidad de carga, la red de
canales adquirió una gran importancia a partir de 1830.
Los puertos ingleses adquirieron también gran desarrollo, eran los centros de
recepción y exportación de productos, y el nivel comercial inglés era superior al de
cualquier país de Europa. El puerto de Londres adquirió una importancia superior a la de
épocas pasadas, pero junto a él surgieron a lo largo del país otros puertos importantes:
Bristol, Manchester, Liverpool, Plymouth...
Si el comercio era una actividad fundamental podemos ver también cómo se
desarrolló la marina mercante, con barcos cada vez más grandes y de mayor tonelaje.
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La primera revolución industrial.
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La primera revolución industrial.
Hasta ahora hemos visto las causas que contribuyen al despegue industrial inglés
o las bases sobre las que se asienta, ahora nos centraremos en los dos sectores
industriales más importantes: la industria textil del algodón y la industria siderúrgica,
además, por su importancia y trascendencia hablaremos también del desarrollo del
ferrocarril.
Los orígenes.
Tradicionalmente dentro de la industria textil ha sido la lanera la más importante
en Gran Bretaña desde la Edad Media, pero desde finales del siglo XVII va adquirir una
cierta relevancia la industria del algodón, algodón procedente de las colonias (Egipto,
India o América) y que se elaboraba en Inglaterra, la moda del algodón se extendió
también por toda Europa. En 1770 la industria del algodón seguía siendo de escasa
relevancia, debido al desajuste entre oferta y demanda y al acabado basto y rudimentario
del producto; hacía falta un cambio tecnológico para atraer al mercado mejorando la
calidad del producto y abaratando su precio.
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La primera revolución industrial.
La mecanización.
En 1764 James Hargreaves ideó la hiladora de husos múltiples o spining-jenny,
la producción de hilo se multiplicaba por 6 o por 24, según el número de husos (podían
llegar a 120), además, ya no hacían falta cinco hombres para ese proceso, un solo
hombre controlaba la elaboración de los hilos; el único defecto es que los hilos que
producían eran débiles e irregulares y sólo servían para la urdimbre del tejido y no para
la trama. El siguiente paso en la mecanización fue la hiladora continua o water-frame de
Richard Arkwright en 1769, esta hiladora suponía dos ventajas con respecto a la
anterior: el hilo era resistente y servía tanto para la urdimbre como para la trama, y no
era impulsada manualmente como la anterior sino por la corriente de agua o la máquina
de vapor. Por último Samuel Cropton en 1779 inventó la hiladora intermitente
denominada popularmente mula porque era una mezcla de las dos anteriores, además de
hilar torcía el hilo y variando la velocidad de los rodillos, de los husos y del carro móvil
producía hilos de muy diversos tipos. Con estas tres máquinas el proceso de hilado se
revolucionó y la producción de hilo se multiplicó, pero el proceso de tejido seguía
siendo manual. Esto se solucionó cuando Edmund Cartwright inventó en 1787 el telar
mecánico, debido a algunos defectos de la nueva máquina esta se difundió muy
lentamente hasta su perfeccionamiento en 1830 cuando sustituyó definitivamente al telar
manual.
Además de la mecanización en los procesos de cardado, hilado y tejido, también
hubo una revolución en el teñido y acabado, esto favoreció el desarrollo de la química
industrial.
b) La industria siderúrgica.
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La primera revolución industrial.
En el siglo XVIII para fundir el hierrro se utilizaba la leña, pero ésta era escasa y
de poco poder calorífico, la solución se encontró al utilizar la hulla que, a través del
procedimiento de Darby, se transformaba en coque. Pero seguía existiendo el problema
de las impurezas del hierro (contenía grandes cantidades de carbono y azufre) que
generaba un metal poco resistente, ésta dificultad inicial se eliminó gracia a Henry Cort
que en 1784 inventó un método que se llamaba de pudelado y laminación, y consistía en
calentar el hierro en un horno a altas temperaturas hasta convertirlo en una masa
pastosa, se removía luego con unas grandes barras de acero que hacían salir a la
superficie el carbono y el azufre, eso era el pudelado; venía luego el laminado por el
cual el hierro se transformaba en barras al hacerse pasar por un rodillo de laminación. El
hierro resultante era de una gran resistencia.
Un hecho trascendental fue la utilización de la máquina de vapor en la siderurgia
inglesa, ésta ahorro mucho tiempo y dinero en la producción; para poner un ejemplo
diremos que un martillo de vapor daba 150 golpes por minuto y que la laminadora de
Cort, movida por una máquina de vapor, podía elaborar quince toneladas de hierro en
barras, en el mismo tiempo que antes se requería para una sola.
Con el abaratamiento de la producción de hierro se modificó la oferta siderúrgica
y aumentó la producción. El incremento de la producción de hierro aumentará de forma
espectacular con la llegada del ferrocarril que demanda grandes cantidades de hierro.
Otras aplicaciones de este metal serán: para la elaboración de herramientas, máquinas
industriales, en la navegación, en la industria armamentística...
En Inglaterra se va a producir una concentración geográfica cerca de las minas
de carbón, las dos regiones siderúrgicas por excelencia estaban en los Middlands con
centro en Birmigham y en el sur en el País de Gales con los puertos de Bristol y Cardiff;
otras áreas secundarias se localizarían en Escocia.
Siglos antes de la Rev. Ind. se utilizaba en las minas inglesas un sistema para
transportar el mineral consistente en vagonetas que se desplazaban sobre raíles de
madera, la madera fue sustituida más tarde por el hierro, mucho más resistente, estas
vagonetas eran arrastradas por caballerías. Desde 1760 se planteó la posibilidad de
aplicar la máquina de vapor a las vagonetas, Watt se negó en redondo, y sólo cuando en
1800 caducaron sus patentes se pudo avanzar en la aplicación, y fue Richard
Trevithick en 1804 el primero que realizó la aplicación con éxito al transporte de
pasajeros, una locomotora arrastraba cinco vagones con 70 personas y 10 toneladas de
carga a 8 kilómetros por hora. El invento fue perfeccionado en 1814 por George
Stephenson con una locomotora más potente al aumentar la corriente de aire sobre la
caldera, arrastraba 70 toneladas a 10 km por hora. El ferrocarril empezó a interesar a los
empresarios que decidieron invertir en su construcción, la primera línea férrea se
inauguró en 1825 entre la ciudad minera de Stockton y el puerto de Darlington, de 39
km. El 15 de septiembre de 1830 se inauguró la línea Manchester-Liverpool, la
rentabilidad y superioridad del ferrocarril con respecto a canales y carreteras estaba
demostrada, esta fecha marca el despegue de la red ferroviaria inglesa.
A partir de esta fecha la expansión del ferrocarril no se produjo de forma gradual
sino según el capital que se invertía en el negocio, capital que acudía de forma irregular
pero que arrojaba grandes beneficios.
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La primera revolución industrial.
La revolución de la producción.
Es la consecuencia más evidente desde el punto de vista económico, al
transformarse las formas de producción así como los sectores productivos se multiplicó
la producción, esto, junto con el desarrollo de los transportes y el comercio, hizo que los
productos llegaran a todos los lugares y se crearan mercados nacionales e
internacionales en los que cada área se especializó en la producción de un determinado
producto, es decir, la economía se hizo más global.
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La primera revolución industrial.
El aumento de la población.
El impacto combinado de los beneficios de la revolución agrícola y la industrial
generan un aumento espectacular de la población, tal y como hemos comprobado. Este
crecimiento se ve reforzado también por los avances en materia médica y sanitaria que a
lo largo del XIX serían importantes. En este ambiente y basándose en el
comportamiento de la población hubo teóricos como Robert Malthus que por primera
vez lanzaron la voz de alarma sobre la superpoblación del planeta al describir que la
población crece de una manera mucho más rápida que los recursos.
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La primera revolución industrial.
Ante la explotación tan tremenda que soportó el obrero, mayor en unos lugares
que en otros, éste tomo conciencia de su situación y empezó a organizarse para reclamar
mejoras laborales y aumento de sueldo, esto topó con la burguesía que desde el poder,
muchas veces, declaró ilegales estas organizaciones o legisló simplemente que los
alborotadores podían ser fusilados o encarcelados. Veamos las primeras etapas de esta
lucha que continuaremos en el tema siguiente.
Se desarrolló desde finales del siglo XVIII hasta el año 1824. Debe su nombre a
un obrero inglés llamado Lud que inició la protesta quemando las máquinas de la
industria textil en Leicestershire, ludismo es sinómimo de mecanoclastia, de destrucción
de las máquinas.
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La primera revolución industrial.
Desde finales del siglo XVIII hay algunos tímidos intentos de asociaciones de
obreros que fueron legalizadas por el gobierno británico y que pedían mejoras laborales.
La bajada de salarios y la agitación social hizo recapacitar al Gobierno y aprobó en 1799
las Combination Laws por las que se prohibían las asociaciones obreras. Con las
asociaciones ilegalizadas, los obreros reaccionaron con la quema de máquinas, sobre
todo a partir de 1810, la respuesta del Gobierno fue la pena de muerte para los
culpables. La máquina es el símbolo de la eliminación de los puestos de trabajo para el
obrero.
c) El Cartismo (1835-1848).
En esta nueva etapa los obreros se dan cuenta de que si no se cambia el sistema
político las reformas son imposibles, empieza entonces a pedir reformas políticas. Se
dieron tres tendencias principales.
a) Tendencia reformista. Su objetivo fundamental era pedir el sufragio
universal, sólo votaban las personas con un número determinado de ingresos (sufragio
censitario). Sus peticiones se materializaron en 1838 en una carta que dirigieron al
Parlamento solicitando el sufragio universal, de esa carta procede el nombre del
movimiento cartista.
b) Tendencia revolucionaria. Estuvo dirigida por O´Brien que se considera
un pre-marxista. Promovía como medidas de presión de los obreros contra los patronos
la huelga general o la revuelta armada.
c) Tendencia preanarquista. Tuvo como líderes a O´Connor y a Stephens,
propugnaba el abandono de las fábricas y la vuelta al campo tras la destrucción de estas.
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