Mínimas Del Estado Colombiano
Mínimas Del Estado Colombiano
Mínimas Del Estado Colombiano
Magistrada Ponente:
DIANA FAJARDO RIVERA
SENTENCIA
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Estas dos últimas entidades fueron vinculadas por el Juzgado Segundo Civil Municipal de Guadalajara de Buga -Valle
del Cauca- mediante auto admisorio de la tutela proferido el 19 de julio de 2018 (folios 46 al 58). En adelante, siempre
que se haga mención a un folio del expediente se entenderá que hace parte del cuaderno principal, a menos que se diga
expresamente otra cosa.
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I. ANTECEDENTES2
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Folios 36 al 126 del cuaderno de Revisión.
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lugar, los migrantes son sujetos de especial protección para los Estados en razón a la situación de indefensión en la que
comúnmente se encuentran y que se deriva del desconocimiento de la forma en que opera el sistema jurídico local, el
idioma, la ausencia de lazos familiares y comunitarios, entre otros, como también que los migrantes en situación de
irregularidad son un grupo vulnerable”. En estos términos fue reiterado en la Sentencia T-500 de 2018. M.P. Diana
Fajardo Rivera.
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Sentencia T-736 de 2016. M.P. María Victoria Calle Correa. En efecto, el procedimiento judicial previsto ante la
Superintendencia Nacional de Salud, ente revestido de las atribuciones propias de un juez para fallar en derecho, podría
resultar, en principio, idóneo y eficaz para dirimir la presente controversia, pues su propósito es servir como herramienta
protectora de derechos fundamentales y su uso debe ser difundido y estimulado para que la propia justicia ordinaria actúe
con diligencia y bajo el mandato de resolver los conflictos originados desde la perspectiva constitucional. Sin embargo, la
práctica reciente ha evidenciado la presencia de falencias graves en la estructura y funcionamiento de dicho procedimiento
relacionadas, por ejemplo, con la ausencia de celeridad en la definición de las solicitudes de los peticionarios “lo cual, en
casos de personas que se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad, deja en evidencia que el medio es
inidóneo y carece de eficacia”, especialmente por la urgencia y premura con la que se debe actuar en estos eventos para
evitar la afectación irreversible de intereses superiores como la vida digna, salud e integridad personal (Sentencia T-253 de
2018. M.P. José Fernando Reyes Cuartas). Con todo, se advierte, además, que la pretensión que se formula en esta
oportunidad no está comprendida por las facultades que expresamente le asisten al ente administrativo, lo que desvirtúa de
plano su competencia para intervenir en el presente asunto y brindar una respuesta efectiva a la solicitud de amparo (ver
artículo 41 de la Ley 1122 de 2007 y artículo 126 de la Ley 1438 de 2011). Como se indicó puntualmente en la Sentencia
T-348 de 2018. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez al analizar un caso similar al que es objeto de revisión, “ del listado
de materias objeto de competencia de la Superintendencia de Salud, [se evidencia] que la pretensión que aquí se formula,
se halla por fuera de los temas que han sido habilitados para su definición, pues la discusión se centra en las coberturas
a las que tendría derecho un extranjero que no se encuentra afiliado al Sistema General de Seguridad Social en Salud y
cuya situación en el país no ha sido regularizada”. Sobre el particular, pueden consultarse, entre muchas otras, las
sentencias T-603 de 2015. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; T-710 de 2017. M.P. Alejandro Linares Cantillo; T-253 de
2018 y T-309 de 2018, ambas con ponencia del Magistrado José Fernando Reyes Cuartas y T-025 de 2019. M.P. Alberto
Rojas Ríos. Con todo, no puede perderse de vista que desde la Sentencia T-760 de 2008. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa se estableció que la acción de tutela es el medio judicial idóneo, por excelencia, para defender el derecho a la
salud.
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Esta Corporación ha reconocido el derecho que tienen todos los migrantes, incluidos aquellos que se encuentran en
situación de irregularidad, a recibir atención de urgencias; responsabilidad que se encuentra a cargo exclusivo de los entes
territoriales. Conforme la Carta Política, los extranjeros que se encuentran en el territorio nacional, al margen de su estatus
o condición migratoria, tienen derecho a la protección jurídica de las mismas garantías superiores que se encuentran en
cabeza de los colombianos, con algunas excepciones instituidas por razones de orden público; prerrogativa que lleva,
como correlato, la responsabilidad de atender estrictamente el cumplimiento de deberes y obligaciones que la
normatividad interna consagra para todos los habitantes en el territorio de la República (artículos 4 y 100 Superior) . A la
luz de los postulados constitucionales, “en ningún caso el legislador está habilitado y mucho menos [las autoridades
públicas para] desconocer la vigencia y el alcance de los derechos fundamentales ni los derechos inherentes a la persona
humana garantizados en la Carta Política y en los tratados internacionales en el caso de los extranjeros, así aquéllos se
encuentren en condiciones de permanencia irregular”. Al respecto, ver la Sentencia T-215 de 1996. M.P. Fabio Morón
Díaz. Esta postura, ha sido reconocida, entre muchas otras, en las sentencias T-314 de 2016. M.P. Gloria Stella Ortiz
Delgado; T-239 de 2017. M.P. Alejandro Linares Cantillo; T-705 de 2017. M.P. José Fernando Reyes Cuartas; SU-677 de
2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; T-348 de 2018. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez; T-210 de 2018. M.P. Gloria
Stella Ortiz Delgado y T-025 de 2019. M.P. Alberto Rojas Ríos.
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trata de un principio que inspira la conducta de los individuos para fundar la convivencia en la cooperación y no en el
egoísmo” (Sentencia T-550 de 1994. M.P. José Gregorio Hernández Galindo). Es así como la solidaridad se convierte en
una referencia axiológica del Estado social de derecho, en tanto pilar esencial para el desarrollo de la vida ciudadana en
democracia, que impone la obligación de prestar, en la medida de lo posible, una atención especial y prioritaria a las
personas que, por su condición de debilidad manifiesta, son titulares de especial protección constitucional. En todo caso,
valga advertir que el Constituyente de 1991 dejó claro que la incorporación constitucional del principio de solidaridad no
tiene como criterio interpretativo la asimilación de un Estado benefactor en Colombia, sino que debe ser observado como
medio para hacer efectivo el ejercicio de los derechos de las personas, de tal manera que, inclusive, el Estado se instituya
como un agente de justicia social.
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Sentencia C-834 de 2007. M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
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Así lo reconoce expresamente el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Por su parte, a nivel interno, los artículos 2 y 6 de la Ley 1751 de 2015 establecieron un precepto general de cobertura a la
salud al indicar que su acceso debe ser oportuno, eficaz, de calidad y en condiciones de igualdad a todos los servicios,
establecimientos y bienes que se requieran para asegurar su prestación, la cual se cumple a través del Sistema General de
Seguridad en Salud, en el marco del respeto a las especificidades de los diversos grupos vulnerables y al pluralismo
cultural. Con todo, desde sus inicios, esta Corporación ha reconocido que la salud “es un estado variable, susceptible de
afectaciones múltiples, que inciden en mayor o menor medida en la vida del individuo ”. No es, por tanto, una condición
de la persona que se tiene o no se tiene sino que se trata de una cuestión de grado, que ha de ser valorada específicamente
en cada caso. Así pues, la noción de salud no sólo consiste en la ‘ausencia de afecciones y enfermedades’ en un individuo
sino que obedece a un concepto integral que “protege múltiples ámbitos de la vida humana, desde diferentes
perspectivas”. Siguiendo de cerca los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud -OMS-, la Corte
Constitucional ha señalado que la salud hace referencia a “un estado completo de bienestar físico, mental y social”. En
términos del bloque de constitucionalidad, esta garantía básica comprende el derecho al nivel más alto de salud posible
dentro de cada Estado, el cual se alcanza de manera progresiva. Así se reconoció expresamente en las sentencias T-597 de
1993. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz y T-760 de 2008. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
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Esta regla fue expresamente consignada en la Sentencia T-210 de 2018. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. Con
anterioridad ya había sido reconocida en la Sentencia T-705 de 2017. M.P. José Fernando Reyes Cuartas en la que se dijo
lo siguiente: “Con todo, si bien los departamentos son los llamados a asumir los costos de los servicios de atención de
urgencia que sean requeridos, en virtud del principio de subsidiariedad y de la subcuenta existente para atender algunas
urgencias prestadas en el territorio colombiano a los nacionales de países fronterizos, la Nación deberá apoyar a las
entidades territoriales cuando ello sea requerido para asumir los costos de los servicios de atención de urgencias
prestados a extranjeros no residentes”. Igualmente en la Sentencia T-239 de 2017. M.P. Alejandro Linares Cantillo, en
los siguientes términos: “[L]as entidades territoriales de salud donde fue prestado el servicio al extranjero no residente,
bajo el supuesto que no puede pagar directamente los servicios ni cuenta con un seguro médico que los cubra, deben
asumir los costos de los servicios médicos de atención de urgencias. Lo anterior, sin perjuicio de que el extranjero no
residente legalice su estadía en Colombia y cumpla con los requisitos establecidos para afiliarse al sistema de seguridad
social en salud, así como también sea incentivado e informado para la adquisición de un seguro médico o un plan
voluntario de salud”.
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Valga la pena precisar que desde la Ley 1122 de 2007 (artículo 31) se previó expresamente que “en ningún caso se
podrán prestar servicios asistenciales de salud directamente por parte de los Entes Territoriales” entre los que se
encuentra el de urgencias. No obstante, sí se les impone la realización del trámite para que a través de la red pública
hospitalaria a su cargo tal servicio requerido sea prestado como el mínimo de atención al que tiene derecho cualquier
persona, sin discriminación de ninguna índole y sin el lleno de ningún requisito previo. Su omisión puede hacerlas incurrir
en conducta vulneradora de derechos y merecedoras de las sanciones que las normas dispongan por dicha causa. En estos
términos, se reconoció expresamente en la Sentencia T-025 de 2019. M.P. Alberto Rojas Ríos.
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Esta Corporación ha entendido que la atención mínima a la que tienen derecho los extranjeros, cuya situación no ha sido
regularizada, va más allá de preservar los signos vitales y puede cobijar la atención de enfermedades catastróficas o la
realización de cirugías, siempre y cuando se demuestre la urgencia de las mismas. Esta postura ha sido reconocida en las
sentencias T-705 de 2017. M.P. José Fernando Reyes Cuartas; T-210 de 2018. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; T-348 de
2018. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez y T-025 de 2019. M.P. Alberto Rojas Ríos. En esta última providencia se
indicó lo siguiente: “Entonces, ante la presencia de casos “excepcionales”, para los que su tratamiento no puede dar
espera, como en los de las enfermedades catastróficas, como cáncer o VIH-SIDA, la atención primaria de urgencia que
incluye a toda la población colombiana no asegurada o migrante sin importar su situación de irregularidad, de acuerdo
con las consideraciones vistas, debe prestarse siempre que el médico tratante determine ese estado de necesidad o
urgencia, es decir se hace indispensable que, en virtud del criterio de un profesional en salud, quien es el competente
para determinar el estado del paciente conforme su formación técnica, se constate y se ordene el procedimiento a seguir
bajo los protocolos establecidos para la materia”.
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Sentencia T-760 de 2008. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
41
Sentencia T-760 de 2008. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
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Por ejemplo, de acuerdo con el Plan Decenal para el Control del Cáncer en Colombia 2012-2021 elaborado por el
Ministerio de Salud y Protección Social, “el cáncer constituye un grupo de enfermedades con grandes repercusiones
sociales, económicas y emocionales. [La carga creciente que este implica amerita] intervenciones oportunas, certeras y
coordinadas para lograr el impacto esperado a nivel poblacional e individual sobre su incidencia, discapacidad, calidad
de vida y mortalidad”; de ahí que su tratamiento exija necesariamente un abordaje multidisciplinario, concertado,
oportuno, continuo e idóneo.
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Sentencia T-760 de 2008. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
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Sentencia T-210 de 2018. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. Para fundamentar la postura anterior se explicó que el
Protocolo de San Salvador (artículo 1) contempló que los Estados partes deben comprometerse a adoptar las medidas
necesarias tanto de orden interno como mediante la cooperación entre los Estados hasta el máximo de los recursos
disponibles y tomando en cuenta su grado de desarrollo, a fin de lograr progresivamente, y de conformidad con la
legislación interna, la plena efectividad de los derechos económicos, sociales y culturales.
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Las reglas de afiliación al Sistema General de Seguridad Social en Salud -SGSSS- se encuentran establecidas en el
Decreto 780 del 6 de mayo de 2016 expedido por el Gobierno Nacional. De conformidad con lo establecido en dicho
cuerpo normativo, la afiliación se realiza por una sola vez y con ella se adquieren todos los derechos y obligaciones
derivados del SGSSS (artículos 2.1.3.2, 2.1.3.4 y 2.1.3.5 relativos a la obligatoriedad de la afiliación al Sistema General
de Seguridad Social en Salud y al acceso a los servicios de salud desde el momento de la afiliación y mediante la
presentación de documentos de identidad válidos).
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(folio 59). Sobre el particular, se precisa que los extranjeros han sido asimilados a la categoría referida para efectos de
explicar el origen de los recursos con los cuales se cubre la atención urgente. Se trata de una categoría bajo la cual se han
atendido a las personas extranjeras, como los venezolanos, sin capacidad económica lo que, en todo caso, no da lugar a
afirmar que integran dicho grupo. Debe tenerse en cuenta que para pertenecer al mismo se requiere ser residente (ver
Decreto 1067 de 2015, Capitulo 11, Parte 1 del Libro 2). Sobre la manera como las autoridades encargadas se han
pronunciado en la materia puede verse la respuesta del Director Jurídico del Ministerio de Salud y Protección Social, en el
marco de la Sentencia T-705 de 2017. M.P. José Fernando Reyes Cuartas. También pueden consultarse los artículos 43,
44 y 45 de la Ley 715 de 2001, “Por la cual se dictan normas orgánicas en materia de recursos y competencias de
conformidad con los artículos 151, 288, 356 y 357 (Acto Legislativo 01 de 2001) de la Constitución Política y se dictan
otras disposiciones para organizar la prestación de los servicios de educación y salud, entre otros”, los cuales tienen
como propósito garantizar la prestación del servicio de salud a la población pobre y vulnerable en lo no cubierto con
subsidios a la demanda, que reside en las diferentes entidades territoriales.
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Ver el portal web: http://www.hdn.gov.co/blog/mision/.
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En efecto, la Alcaldía Municipal de Buga señaló lo siguiente: “[A]hora bien frente al actuar de la entidad territorial a
través de la Secretaría de Salud, y la Oficina del Sisben [obedece] a la falta de generación de una política del Gobierno
Nacional, que impide que el Municipio [pueda] atender los requerimientos del ciudadano, pues de conformidad con la
Ley, el Municipio en el caso del señor Ali Alexander sólo puede ofrecer los servicios como población pobre no asegurada
que corresponde a la atención básica y por urgencias, un actuar por fuera de esa competencia se constituye en una
actuación ilegal” (folio 59).
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De acuerdo con el Plan Decenal para el Control del Cáncer en Colombia 2012-2021 elaborado por el Ministerio de
Salud y Protección Social, la atención de patologías catastróficas exige naturalmente la ejecución de eficaces acciones
intersectoriales. En el caso particular del cáncer (que incluye el carcinoma padecido por el actor) su tratamiento impone
obligaciones más altas a los Estados pues “exige un abordaje multidisciplinario, decisiones concertadas y una secuencia
entre los diversos tipos de tratamientos, que además de oportuna debe ser continua e idónea” para mejorar la calidad de
vida del paciente. Así, el proceso de cuidado que regularmente debe brindárseles a las personas con cáncer tiene una serie
de condiciones especiales frente al tratamiento de otras patologías, en las que cabe resaltar, la oportunidad en la
confirmación del diagnóstico y el inicio de la atención respectiva con diligencia mediante las tres formas básicas de
manejo de la enfermedad, a saber, la cirugía, radioterapia y la quimioterapia. Justamente, en la Sentencia T-066 de 2012.
M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub se indicó que “por la complejidad y el manejo del cáncer, este es considerado una
enfermedad catastrófica y ruinosa, tal y como lo señala la Resolución “Por la cual se establece el Manual de
Actividades, Intervenciones y Procedimientos del Plan Obligatorio de Salud en el Sistema General de Seguridad Social
en Salud”.
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Como lo expuso el peticionario: “Por lo tanto, [mi] caso se debe atender de manera prioritaria, debido a que soy un
paciente de cáncer que no ha recibido atención desde que me fue detectado el mismo, que con seguridad se me está
causando perjuicios que posiblemente lleguen a ser irremediables, sino recibo el tratamiento que con tanta urgencia
requiero” (folio 17).
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3.3. Así las cosas, con base en el análisis realizado, la Sala advierte que, es
comprensible que al actor no se le haya brindado un servicio de alta
complejidad en el municipio de Buga como el que demanda la dolencia
crónica que padece, dado el nivel de sus IPS. Pero tiene razón la tutela al
reclamar la ausencia de activación de las competencias debidas a cargo de los
entes accionados para identificar y atender la necesidad de prestación en salud
requerida por el ciudadano venezolano, sujeto de protección prevalente. Se
resalta que el movimiento masivo de personas venezolanas hacia Colombia
presente en los últimos años ha generado un impacto mayor en determinadas
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El derecho a la salud de las personas extranjeras, como los venezolanos, también está cubierto por el principio de
integralidad aunque existen distinciones obvias en su aplicación frente a los residentes colombianos. Esta diferenciación
es especialmente relevante cuando se está ante nacionales de otros países que no se encuentran en la excepcional y
transitoria situación en la que permanecen hoy, por ejemplo, muchos venezolanos pues sufren afecciones en su salud que
merecen ser atendidas, no obstante cuentan con un sistema de aseguramiento público o privado en sus países de origen.
Este complejo asunto relativo a la diferencia de trato entre nacionales y extranjeros no es objeto de discusión en la
presente oportunidad. Sin embargo, se reitera que los extranjeros latinoamericanos representan una obligación mayor de
protección bajo el orden constitucional vigente. Así lo reconoce expresamente el artículo 9 de la Carta Política cuando
prevé que “la política exterior de Colombia se orientará hacia la integración latinoamericana y del Caribe”.
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Sentencia T-348 de 2018. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
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Según la Organización Mundial de la Salud -OMS- urgencia es “la aparición fortuita (imprevista o inesperada) en
cualquier lugar o actividad, de un problema de salud de causa diversa y gravedad variable, que genera la conciencia de
una necesidad inminente de atención por parte del sujeto que lo sufre o de su familia”.
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En palabras del accionante: “A la fecha, mi enfermedad ha avanzado y al único medicamento que he tenido acceso para
aliviar el fuerte dolor que presentó en la parte derecha de mi cara y cuello es ibuprofeno. Adicionalmente, el tumor que
padezco ha aumentado su tamaño desde que fue descubierto, lo que me dificulta realizar actividades vitales como son
comer y beber. Vivo de la caridad de mi familia, ya que el poco dinero que obtuve de mi liquidación en Venezuela lo he
gastado en alimentos para mi familia y en ibuprofenos”. Y agregó: “Mi situación de salud me impide conseguir trabajo
(aunque he buscado), ya que al exponer mi estado de salud todos se niegan a contratarme”. Esta última circunstancia fue,
inclusive, reconocida por la Alcaldía Municipal de Buga en su respuesta a la acción de tutela (folios 8 y 60).
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4. Bajo este entendido, la Sala debe impartir una decisión que reconozca, y
tenga en cuenta, de un lado, esta situación de presión sobre las
administraciones territoriales y, de otro, atienda a la válida expectativa del
peticionario de lograr una solución de fondo a su apremiante condición clínica
y lograr así proteger unas condiciones mínimas de existencia. Como resultado
de lo anterior: (i) se revocará la decisión de instancia que negó el amparo
invocado y, en su lugar, se ampararán los derechos fundamentales a la vida
digna y a la salud del ciudadano extranjero. En consecuencia, (ii) se le
ordenará a la Secretaría de Salud Municipal de Guadalajara de Buga para que,
en coordinación y solidariamente con la Secretaría de Salud Departamental del
Valle del Cauca adopten, en el término de 48 horas siguientes a la notificación
de esta sentencia, las medidas necesarias, adecuadas y suficientes orientadas a
que el señor Ali Alexander Delgado Carrero sea efectivamente valorado en
una Institución Prestadora del Servicio de Salud -IPS- con la capacidad de
atender la gravedad de su patología catastrófica, en los términos previstos por
la jurisprudencia constitucional. Es decir, no se podrá negar el acceso a los
servicios que se “requieran con necesidad”. Los costos de las atenciones en
salud que sean brindadas serán cubiertos directamente por el Departamento y,
complementariamente, de ser necesario, con la colaboración del orden
nacional, según lo dispuesto por el ordenamiento constitucional vigente.
III. DECISIÓN
RESUELVE
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Se reitera, en este punto, que quien no ostenta la calidad de afiliado está vinculado al Sistema con la categoría de
población pobre no asegurada y es en las entidades territoriales “en quienes recae el deber de asumir de manera activa la
obligación de garantizar el acceso al servicio de salud de [esta] ‘población pobre no asegurada’ que se encuentre en su
territorio” y requiere apoyo solidario del Estado (Sentencia T-210 de 2018. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado).
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Comuníquese y cúmplase.