Principio de Preclusion
Principio de Preclusion
Principio de Preclusion
Proceso Civil
Dr. Manuel Salvador Oberto Solanilla
Director de Departamento de Derecho Procesal
Profesor de Derecho Procesal Civil de la
Universidad de Panamá
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I. Principios Procesales:
Es un honor participar en esta revista promovida por el Departamento de
Derecho Procesal Civil en honor al maestro de muchas generaciones el
profesor Pedro Barsallo. En la cual, curiosamente, no se hará más que
esgrimir un tema aprendido por el maestro.
El derecho positivo se inspira en una serie de principios universales que
sirven como fuente generadora del mismo, estos principios tienen la función
de informar y orientar las distintas legislaciones, además son aplicados en
defecto de la ley y ayudan a integrar e interpretar las normas jurídicas cuya
aplicación resulte dudosa.
El Diccionario de la Real Academia Española (RAE) define principio como:
base, fundamento, origen, razón fundamental sobre la cual se procede
discurriendo de cualquier materia; es cada una de las primeras
proposiciones o verdades fundamentales por donde se empieza a estudiar
las ciencias o las artes.
Decía Savigny, jurista alemán, que todo ordenamiento jurídico posee unos
principios rectores relacionados entre sí, en los cuales encuentra su más
alta expresión. Estos principios son normas no legales supletorias de ella y
constituidas por doctrinas o aforismos que gozan de general y constante
aceptación de jurisconsultos y tribunales. Son enunciados básicos que
comprenden y contemplan una serie indefinida de situaciones, resultando
más generales que las normas, pues sirven precisamente para inspirarlas y
entenderlas.
Así como el derecho en general se basa en principios universales como:
los principios de justicia, equidad, de buena fe, etc…, el derecho procesal
está regido por principios informantes y reguladores del procedimiento
judicial desde el inicio del litigio hasta su fin, estos les dan forma y carácter
a los sistemas procesales.
El derecho procesal regula la actividad jurisdiccional, la cual se
desenvuelve a través de una serie de actos o fases coordinadas en la que
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participan las partes, los funcionarios, terceros, auxiliares, entre otros,
estos actos se efectúan de manera ordenada y progresiva, y pueden variar
dependiendo de la naturaleza de cada proceso.
Los principios procesales vienen a regular esa actividad jurisdiccional,
dotando tanto a las partes como al juez de reglas y derechos para el
desarrollo oportuno de los procesos.
El Diccionario del Español Jurídico conceptúa los principios del proceso
civil como reglas básicas que configuran dicho proceso, pertenecen a la
esencia propia del mismo y tienen como fin principal que el desarrollo de la
función jurisdiccional esté en condiciones de ofrecer un resultado justo para
los intervinientes.
Para el autor Jorge Fábrega, los principios procesales son normas
fundamentales que yacen en el fondo del sistema legal existente; son ideas
y directrices latentes que informan el cuerpo de un derecho procesal
positivo; son presupuestos de diversas normas legales que reflejan a través
de signos claros y objetivos, de conciencia dominante en el foro, las cuales
pueden inducir por vía de generalización, de una serie de disposiciones
precedentes y prácticas. Son los criterios que rigen la estructura y
funcionamiento de todo proceso civil y marcan los rasgos que
fundamentalmente lo diferencian de otros procesos. 1
Por su parte el jurista Ugo Rocco nos señala que “todo el conjunto de
actividades procesales está regulado por principios que son comunes a todas
las normas y a todos los tipos de acciones y de proceso que eventualmente
pueden instaurarse ante la autoridad judicial, principios que por su carácter
absoluto dominan el desenvolvimiento y el ejercicio de toda actividad, y a
los cuales las partes deben someterse porque son ínsitos a la naturaleza
misma de la función que debe cumplir el Estado y de las finalidades que, a
través de la jurisdicción, la acción y proceso, vienen a consagrarse”.2
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Pedro Barsallo define los principios procesales como un conjunto de
enunciados reguladores que le dan características propias al procedimiento
civil, determinando con su mayor o menor vigencia la manera peculiar como
las partes pueden hacer valer sus pretendidos derechos y facultades en el
proceso.3
El autor español Manuel Morón Palomino, divide los principios procesales
en tres categorías a saber:
Los esenciales y necesarios: son aquellos que pertenecen a la esencia
misma del proceso, de suerte que sin su presencia el mismo carece de
justificación lógica, algunos de estos son el principio de contradicción,
principio de tutela jurisdiccional efectiva y de evitación de situaciones
de indefensión, principio dispositivo y el principio de ética procesal.
Los técnicos: son los determinados criterios informantes de la
actividad procesal, cuya acogida obedece a la opción o preferencia del
legislador. Se refieren a la aportación de los hechos, las pruebas y a la
forma de los actos. Verbi gracia: principio de preclusión, de oralidad,
inmediación, publicidad, etc…
Los de orientación pragmática señala que aparecen los de celeridad y
economía procesal.4
El Código de Procedimiento patrio hace referencia a los principios
procesales en sus artículos 469 y 470, al explicar que los mismos serán
aplicados para aclarar las dudas que surjan de la interpretación de las
normas de ese código y para llenar los vacíos o lagunas que se encuentre en
el mismo, con la adecuada observancia del debido proceso, la igualdad
procesal entre las partes, la economía y lealtad procesal.
Podemos deducir, que los principios procesales se presentan para
orientar y encaminar la función jurisdiccional, le imprimen autonomía
propia a los procesos, pues si bien es ciertos algunos principios rigen para
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todas las ramas del derecho procesal, existen algunos que son propios o
característicos de cada especialidad del mismo.
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Fue Chiovenda quien introdujo por primera vez en Italia, en el lenguaje
científico, el término preclusión, vocablo que ha sido acogido luego en
general por todos los cultivadores del derecho procesal y también en el
lenguaje forense. La preclusión según Chiovenda es la pérdida, extinción o
consumación de una facultad procesal, fenómeno que se produce, ya sea
por no haber observado el orden formal señalado por la ley para el ejercicio
de determinada facultad, ya sea por haber cumplido una actividad
manifiestamente incompatible con el ejercicio de otra facultad, o ya por
haber cumplido una vez y ejercido, válidamente o no, dicha facultad.6
La palabra precluir proviene del latín occludere que quiere decir ocluir o
cerrar. La preclusión es la finalización de una etapa procesal por correr el
término, es decir, por haberse expirado el plazo que la norma otorga para
cumplir con el acto procesal; vencido este tiempo las partes quedan
impedidas de ejercer su derecho con respecto a la etapa que finalizó.
Para Couture la preclusión es el principio según el cual el proceso se
divide en etapas, cada una de las cuales supone la clausura de la anterior
sin posibilidad de renovarla, es la pérdida, extinción o consumación de una
facultad procesal.
Podemos definir el principio de preclusión o preclusividad como aquel en
virtud del cual transcurrido el plazo o pasado el término señalado para la
realización de un acto procesal de parte, se producirá la preclusión y perderá
la oportunidad de realizar el acto de que se trate, es decir, en caso de no
ejercitarse el derecho que se tiene se pierde la oportunidad de intervenir en
este.
De aquí, la importancia de la máxima procesal que advierte que tan
importante es tener la razón y el derecho en un caso concreto como poderlo
exigir en término oportuno y cumplir con el ritual y técnicas fatales que
exige el procedimiento.
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El principio de preclusión divide el proceso en fases o etapas que tienen
un orden consecutivo y lógico, lo que hace que los actos procesales solo se
puedan llevar a cabo dentro del plazo de cada fase, impidiendo que tengan
efectos los realizados antes o después del término establecido en la norma.
Este orden le imprime al proceso rapidez, que permite que se desarrolle de
manera organizada y sucesiva.
Apunta el autor Wynes Millar que el principio de preclusión es
simplemente la expresión de la idea ineludible y que evidentemente existe
en mayor o menor proporción en todos los sistemas tanto si tienen
procedimiento articulados como no articulados, de que la parte que deje de
actuar en el tiempo prescrito queda impedida o precluida de hacerlo
después. 7
Algunos autores afirman que el principio de preclusión es una
manifestación del principio de eventualidad, principio que señala que el
proceso se divide en fases, dentro de cada una de las cuales las partes deben
presentar todo el material de que han de servirse dentro de ella, para no
quedar precluidas de hacerlo. Este principio señala que toda la
documentación correspondiente a tal etapa (medios de ataque y defensa)
han de ser presentados de una vez y utilizados en las fases respectivas, aun
cuando uno o varios de tales medios solo adquieren importancia en caso de
no dar resultado el primero con el que ha combinado.8
Para Jairo Parra Quijano el principio de preclusión es el efecto de una
etapa del proceso que al abrirse cierra definitivamente la anterior. Nos
explica este autor que existen dos órdenes que siguen los actos procesales,
los cuales son:
El principio de unidad de vista o de indivisibilidad: según este principio
los actos que integran el proceso no se hallan sujetos a un orden
consecutivo riguroso, de manera tal que las partes pueden hasta el
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momento en que el tribunal declara el asunto en condiciones de ser
fallado, formular peticiones, oponer defensas y proponer elementos
probatorios que no se hicieron valer en un periodo anterior.
El principio de preclusión: tiene su raíz histórica en el proceso romano-
canónico y es el que domina nuestro ordenamiento jurídico, el proceso
se articula en diversos periodos o fases dentro de los cuales deben
cumplirse uno o más actos determinados con la consecuencia de que
carecen de eficacia aquellos actos que se cumplen fuera del periodo
que les está asignado. En otras palabras, este principio consiste en la
división del proceso en una serie de estancos o periodos, en los cuales
se reparte el ejercicio de la actividad de las partes y del juez, de tal
manera que determinados actos deben corresponder a un periodo
dado.9
El principio de preclusión tiene efectos para ambas partes en el proceso,
es decir que tanto los términos para los actos procesales del demandante y
demandado precluyen. Esta es una de las características más
trascendentales en nuestro Código Judicial, el cual a diferencial del Código
de 1917 acorta los términos y dispone que serán comunes tanto para el
demandante como el demandado.
Los documentos presentados antes o después de vencido el término son
considerados ineficaces, pues se imposibilita el cumplimiento del acto
procesal por estar extemporáneo, no obstante, algunos funcionarios reciben
los documentos por insistencia de la parte sin que esto quiera decir que
tendrá el valor correspondiente. El artículo 481 del Código Judicial dispone
que el secretario debe recibir el documento en caso de que la parte exprese
e insista estar presentándolo en el plazo adecuado, el juez decidirá si fue
entregado en el periodo oportuno, en tal caso le dará el trámite indicado y
si no fuere así lo declarará extemporáneo.
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El proceso civil descansa sobre términos no homogéneos, para cada acto
procesal existe un término distinto, estos términos tienen la característica
de ser fatales pues son perentorios e improrrogables (art.509 del CJ).
Ejemplo de la variedad de términos procesales lo encontramos en el
proceso civil ordinario:
Presentación Práctica de
Objeciones
de la Pruebas
Demanda 3 días
8-30 días
Contraprueb Alegatos
Contestación
as 5 días cada
10 días
3 días parte
Presentación
Secretaría
de Pruebas Sentencia
10 días
5 días
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buscar orden, claridad y rapidez en la marcha del proceso, y
constituye en la división del proceso en una serie de momentos o
períodos fundamentales, que algunos han calificado de
compartimientos estancos, en los cuales se reparte el ejercicio de
la actividad de las partes y del juez de manera que determinados
actos deben corresponder a determinado período, "fuera del cual
no pueden ser ejecutados, y si se ejecutan no tienen valor" (H.
Devis Echandía. "Compendio de Derecho Procesal", tomo I,
Editorial Jurídica Diké, Medellín, Colombia, pág. 49).” FOMENTO
DE CONSTRUCCIONES Y CONTRATAS, S.A., recurre en casación
en el Incidente de Nulidad presentado por la parte demandada, en
el Proceso Ordinario que le sigue a COLON CONTAINER
TERMINAL, S.A., y otros. Ponente: Mag. Rogelio A. Fábrega Z.
(Q.E.P.D.)
3 días para el
días para el
demandante y 3
demandado
primera instancia
Culminación de la
Notificación del
Auto y término
Tribunal dicta para presentar
Auto que Libra excepciones o
Mandamiento de incidentes (8 días)
Presentación de la
Demanda junto Pago
con las Pruebas
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Aunque la norma no define cuáles son los términos que no se pueden
renunciar, la jurisprudencia se ha pronunciado indicando que el término de
traslado de la demanda es irrenunciable e inalterable porque de él depende
un término común.
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3 de abril de 2013, comenzó a correr el primer período de 5 días
hábiles improrrogables, previsto en el numeral 1 del artículo 1265
del Código Judicial.
Ello es así, toda vez que no puede ser renunciable el resto del
término otorgado por la legislación para la contestación de la
demanda, porque de él depende un término común y para
seguridad de ambas partes en el proceso, el mismo se confirma
como inalterable una vez efectuada la notificación del litigio.”
Apelación de Amparo de Garantías Constitucionales promovido
por RICARDO PÉREZ, S.A., contra la orden de hacer emitida por
el Juzgado Tercero de Circuito, Ramo Civil, de la Provincia de
Chiriquí. Ponente: Mag. Víctor L. Benavides.
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la omisión (la forma clásica de preclusión) es cuando no se hace uso de la
facultad que se tiene y la confusión o ejercitar actividad incompatible es
cuando se presenta un documento que no corresponde a la etapa procesal
en la que está.
Cada vez que el proceso avance y se supere una etapa procesal, la anterior
queda en firme, extinguiendo la posibilidad de ejercitar la facultad procesal
que no se ejerció en el transcurso de esa fase.
Al iniciar este estudio, expresamos que tanto las partes como el juez se
aprovechan de los principios procesales, aunque en diferentes medidas, esto
lo vemos reflejado en el principio de preclusión el cual es severo para las
partes, pero no tanto para el juez. La preclusión para los jueces no tiene ese
carácter definitivo y tajante que tiene para las partes, ejemplo: al juez no se
le precluye el término de dictar sentencia sino lo hace en el plazo asignado
en la ley (30 días), él puede hacerlo posteriormente sin incurrir en falta o
preclusión del término. La no actuación por parte de los jueces en el plazo
indicado por la norma no los inhabilita de hacerlo después.
III. Conclusiones:
Los principios procesales son una serie de derechos y garantías de los
cuales las partes se aprovechan para el mejor desarrollo del proceso.
Podríamos decir que ellos enseñan cómo ha de ser un proceso ideal.
Entre los principios procesales más destacados encontramos el principio
de preclusión, que imprime un orden al proceso organizándolo en fases con
distintos objetivos y términos. Es decir, que no solo les da un plazo a las
fases, sino que también les da una estructura lógica, ejemplo: inicia con la
presentación de la demanda (que contiene la petición de la parte), luego la
contestación y así hasta terminar con la sentencia.
No solo es considerado el principio de preclusión en cuanto al vencimiento
de los términos de las partes sino que también el juez, al momento de dictar
sentencia, entrelaza este principio con el de congruencia para apreciar lo
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peticionado por las partes y que esto se haya presentado en el término
indicado por la norma.
Bibliografía:
Álvaro Leal Morales, Teoría del Proceso Civil. Ediciones Tercer
Mundo, Colombia, 1996.
Hernán Fabio López Blanco, Instituciones de Derecho Procesal Civil
Colombiano. Temis Editores, Colombia, 1989.
Jairo Parra Quijano, Derecho Procesal Civil. Ediciones Librería del
Profesional, Colombia, 1997.
Jorge Fábrega y Carlos Cuestas, Diccionario de Derecho Procesal
Civil y Penal. Editora Jurídica Panameña, 2011.
Laura Casado, Diccionario Jurídico. Valletta Ediciones, Argentina,
2011.
Manuel Morón Palomino, Derecho Procesal Civil: Cuestiones
Fundamentales. Editorial Marcial Pons, España, 1993.
Pedro Barsallo, Derecho Procesal I. Editorial Universidad de
Panamá, 1998.
Ugo Rocco, Tratado de Derecho Procesal Civil Tomo II. Editorial
Temis, 1981.
Códigos:
Código Judicial de la República de Panamá, Editorial Sijusa, 2014.
Infografía:
Diccionario del Español Jurídico,
http://dej.rae.es/
Diccionario de la Real Academia Española,
http://www.rae.e
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