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    Monólogo de Laurencia en Fuenteovejuna, Lope de Vega

    LAURENCIA:
    No me nombres a su casa Fernán Gómez;
    tu hija. la oveja al lobo dejáis
    Por muchas razones, como cobardes pastores.
    y sean las principales: ¿Qué dagas no vi en mi pecho?
    porque dejas que me roben ¿Qué desatinos enormes,
    tiranos sin que me vengues, qué palabras, qué amenazas,
    traidores sin que me cobres. y qué delitos atroces,
    Aún no era yo de Frondoso, por rendir mi castidad
    para que digas que tome, a sus apetitos torpes?
    como marido, venganza; Mis cabellos ¿no lo dicen?
    que aquí por tu cuenta corre; ¿No se ven aquí los golpes
    que en tanto que de las bodas de la sangre y las señales?
    no haya llegado la noche, ¿Vosotros sois hombres nobles?
    del padre, y no del marido, ¿Vosotros padres y deudos?
    la obligación presupone; ¿Vosotros, que no se os rompen
    que en tanto que no me entregan las entrañas de dolor,
    una joya, aunque la compren, de verme en tantos dolores?
    no ha de correr por mi cuenta Ovejas sois, bien lo dice
    las guardas ni los ladrones. de Fuenteovejuna el hombre.
    Llevóme de vuestros ojos

    Monólogo de Segismundo en La vida es sueño, Pedro Calderon de la Barca


    SEGISMUNDO:

    Es verdad, pues: reprimamos más lisonjero me vi.


    esta fiera condición, ¿Qué es la vida? Un frenesí.
    esta furia, esta ambición, ¿Qué es la vida? Una ilusión,
    por si alguna vez soñamos. una sombra, una ficción,
    Y sí haremos, pues estamos y el mayor bien es pequeño:
    en mundo tan singular, que toda la vida es sueño,
    que el vivir sólo es soñar; y los sueños, sueños son.
    y la experiencia me enseña,
    que el hombre que vive, sueña
    lo que es, hasta despertar.
    Sueña el rey que es rey, y vive
    con este engaño mandando,
    disponiendo y gobernando;
    y este aplauso, que recibe
    prestado, en el viento escribe,
    y en cenizas le convierte
    la muerte, ¡desdicha fuerte!
    ¿Que hay quien intente reinar,
    viendo que ha de despertar
    en el sueño de la muerte?
    Sueña el rico en su riqueza,
    que más cuidados le ofrece;
    sueña el pobre que padece
    su miseria y su pobreza;
    sueña el que a medrar empieza,
    sueña el que afana y pretende,
    sueña el que agravia y ofende,
    y en el mundo, en conclusión,
    todos sueñan lo que son,
    aunque ninguno lo entiende.

    Yo sueño que estoy aquí


    destas prisiones cargado,
    y soñé que en otro estado

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