Disfunción Lingual Nueva

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B.

Esquembre Disfunción lingual

HABITOS BUCALES

“DISFUNCIÓN LINGUAL”
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN

La “Disfunción Lingual” es uno de los hábitos deletéreos o parafunciones del sistema


estomatognático que se observan con mayor frecuencia.

Han sido muchos los autores que han investigado la importancia de la disfunción de la lengua
y su papel en la etiología de la maloclusión.

Escritores como Ennio Gianni y G.F. Borsotti (1968)1 afirman que “la importancia clínica de un
reflejo de deglución anormal tiene gran significado en el plano clínico-práctico pues el
desequilibrio neuromuscular repercute negativamente sobre la vectorialidad direccional del
crecimiento de los huesos maxilares y de los procesos alveolares, así como en la erupción
dentaria”.

También se consideran la postura y tamaño de la lengua como factores causales de ciertas


alteraciones en la oclusión. (Mason, Proffit, 1974)2

DESARROLLO
DISFUNCION LINGUAL

La Disfunción Lingual es considerada uno de los hábitos bucales más


significativos, no sólo por la función de la lengua en todo el proceso de crecimiento y
desarrollo de un individuo, sino también por la relación causal que esta parafunción
presenta con otros hábitos deletéreos.

Es además importante tener en cuenta al desarrollar este tema que “las


disfunciones pueden constituir un factor etiológico primordial en una maloclusión”.3

1 Gianni, Ennio. La nueva ortognatodoncia. Pág. 242.

2 Graber, Thomas M.; Rakosi, Thomas y Petrovic, Alexandre G. Ortopedia dentofacial con aparatos
funcionales. Pág. 146.

3 Graber, Thomas M.; Rakosi, Thomas y Petrovic, Alexandre G. Ortopedia dentofacial con aparatos
funcionales. Pág. 140.
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Los hábitos son patrones aprendidos de contracción muscular de naturaleza muy


compleja. Nos manejamos en la vida a través de hábitos, la forma de caminar, de comer,
de sentarnos.
Aquellos patrones musculares que se desarrollan dentro de la esfera del sistema
estomatognático se conocen como hábitos bucales.
De los hábitos orales, algunos, sirven de estímulo para el crecimiento normal de
los maxilares como la acción normal del labio y la masticación. A estos se los denomina
NORMALES. Pero hay otros, denominados ANORMALES, que interfieren con el patrón
regular de crecimiento facial y deben diferenciarse de los anteriores que son parte de la
función orofaríngea normal y que juegan un papel importante en el crecimiento
craneofacial y en la fisiología oclusal.
Los patrones habituales deletéreos de conducta muscular o disfunciones a
menudo están asociados con crecimiento óseo pervertido o impedido, malposiciones
dentarias, hábitos respiratorios perturbados, dificultades en la dicción, equilibrio
alterado en la musculatura facial y problemas psicológicos. Por tal motivo se afirma que
la corrección o tratamiento de un hábito debe ser interdisciplinario.

Estas "disfunciones" pueden ser el factor etiológico primario de una maloclusión,


pero también pueden ser secundarias o adaptativas al cuadro morfológico
desfavorable.4
Las disfunciones pueden adquirirse en las primeras fases del desarrollo. El recién
nacido es capaz de realizar algunas funciones vitales, como succión, deglución y
respiración, que son acciones reflejas no condicionadas. Numerosas praxis se aprenden
durante los primeros meses o años de vida, como la masticación, la fonación y la mímica.
Estas son acciones reflejas condicionadas y se desarrollan a partir de otras no
condicionadas. 5
Junto con todo el conjunto de actividades reflejas fisiológicas normales, pueden
desarrollarse simultáneamente ciertas acciones reflejas no fisiológicas que son los
hábitos anormales, las que incluyen disfunciones como la respiración bucal, el bruxismo
y la deglución atípica o disfunción lingual.
Algunos niños tienen predisposición a ciertas disfunciones copiadas de sus
iguales, o padres. Los niños con problemas psicológicos o de adaptación usan a menudo
ciertas disfunciones como un "mecanismo de escape" o "un mecanismo para llamar la
atención".

Como resultado de una prolongación de estos hábitos parafuncionales existe un


potencial para que la disfunción cause una maloclusión. A veces la deformación de
estructuras es tal que la actividad funcional adaptativa persiste después de la
desocupación del factor incitante original, como ocurre, a veces, en el hábito de la
succión del pulgar, otros dedos o el chupete. Es importante destacar que no todas las
disfunciones de pulgar, lengua y labios producen suficiente deformación de los dientes

4 Conforme Graber, T.M. y Neumann, Bedrich, Aparatología Ortodóntica Removible. Pág.148.


5 Conforme Graber, Thomas M.; Rakosi, Thomas y Petrovic, Alexandre G. op.cit. Pág. 141.
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y sus tejidos de soporte como para persistir después de que cesa el hábito. En estos
casos el ajuste autónomo restablece la sobremordida y el resalte normal.6
Las maloclusiones adquiridas como resultado de disfunciones pueden por lo
general tratarse simplemente por la eliminación de las influencias ambientales
perturbadoras para favorecer así el desarrollo normal. En las maloclusiones del
desarrollo o las que pueden atribuirse a una base morfogenética no es posible la
rehabilitación funcional causal y deben utilizarse otros medios terapéuticos.

Se habla de Disfunción Lingual cuando se observa una posición anormal de la


lengua o un apartamiento del denominado movimiento normal de la lengua durante la
deglución.

Para poder determinar cuándo una postura lingual y la deglución son anormales,
debemos conocer qué es lo normal.

La deglución es un “reflejo alimentario y protector” como sostiene Moyers. 7 Está


vinculada con la respiración de una manera fisiológica e inseparable desde el nacimiento del
infante.

La etapa preparatoria oral de la deglución en un recién nacido, es un acto reflejo, y con


la progresiva maduración neurológica, se transforma en un acto voluntario, por lo tanto bajo el
control de la corteza cerebral.8

En una deglución normal, la estructura neuromuscular, permite mantener condiciones


de obturación a nivel labial y lingual, que facilitan el manejo del aire por vía nasal.

Estas relaciones con la función de la respiración nos permiten afirmar que un diagnóstico
oportuno y preciso de la disfunción lingual en el niño, puede evitar la evolución del Síndrome de
Respiración Bucal Funcional, con todas las implicancias que éste ocasiona.

En el neonato la dinámica de la deglución es distinta de la del adulto. La


mandíbula se estabiliza, gracias a los músculos masticadores, contra la arcada maxilar
con la interposición de la lengua que se proyecta hacia adelante, mientras una
contracción sinérgica de los músculos de la mímica, hace posible el transporte hacia la
parte posterior de la boca del bolo alimenticio.9
Resumiendo, los bebés, normalmente, ubican la lengua en posición anterior en
su boca, tanto en reposo como durante la deglución. La prioridad fisiológica al
nacimiento es que establezca una vía aérea para que pueda comenzar la respiración, lo
que requiere que la lengua se mantenga hacia adelante y abajo. La punta de la lengua

6 Graber T.M. y Neumann Bedrich, op. cit. Pág.148.

7 Moyers Robert E., Manual de ortodoncia. Pág.84.

8 Bossart ,V. Beatriz. Trastornos de la Respiración y Deglución en el niño. Revista de la Sociedad Chilena de
Odontopediatría.
9 Conforme Gianni, Ennio. La nueva ortognatodoncia. Pág. 241.
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se inserta a través de las almohadillas gingivales anteriores y forma parte del sellado
labial anterior.
Este conjunto de relaciones posturales de las estructuras orales y faríngeas
establecidas para poder respirar, en los primeros minutos de vida, se mantienen
posteriormente; y así es que en un bebé la deglución normal está caracterizada por:

 una fuerte actividad labial para tomar el pezón


 la ubicación de la punta de la lengua contra el labio inferior por debajo del
pezón
 la relajación de los músculos elevadores de la mandíbula de manera que la
boca se abra grande.
A este conjunto de relaciones se las ha denominado viscerales o infantiles. (Fig.1)

Fig. 1. A) Posición de la lengua en la alimentación con el pecho materno. B)Posición de la lengua usando diferentes
biberones en la alimentación con mamadera.10

Con la erupción de los incisivos la posición de la lengua empieza a retraerse,


más o menos a los 6 meses.
Conforme madura la función oral, se van activando los músculos elevadores de
la mandíbula a fin de lograr lo que posteriormente será el contacto oclusal de los dientes.
Esta transición fisiológica comienza durante el primer año de vida y continúa
durante los años siguientes. Tan pronto como se establece la oclusión bilateral posterior
(habitualmente con la erupción de los primeros molares temporarios), se ven comenzar
verdaderos movimientos de masticación, y se inicia el aprendizaje de la deglución
madura.
Gradualmente - los músculos del 5to. par craneal estabilizan la mandíbula
durante la deglución - y los músculos de la expresión facial abandonan la función infantil
de la deglución y succión y aprenden funciones más delicadas de dicción y expresión
facial.

10 Graber T.M. y Neumann Bedrich, op.cit. Pág.153, Fig.6-32.


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La transición de la deglución infantil a la madura, dura unos meses y se ve


ayudada por:

 maduración del sistema neuromuscular


 aparición de la postura erecta de la cabeza
 deseo instintivo de masticar
 desarrollo de la dentición

La fase del pasaje de la deglución infantil a la adulta es definida por T.M. Graber
(1963) “deglución de transición” y se caracteriza por el apoyo de la punta de la lengua
sobre la región retroincisiva superior, mientras en las zonas laterales el cuerpo de la
lengua se interpone entre las arcadas dentarias todavía sin límites.

Los rasgos de la deglución madura, también denominada deglución somática, (Fig.2)


se alcanzan generalmente a los 6-7 años de edad y consiste en:
 relajación de los labios (o contracciones muy mínimas)
 la punta de la lengua es mantenida contra el paladar y detrás de los incisivos
superiores
 elevación de la mandíbula hasta contactar
 dientes juntos

Pero el tipo visceral de deglución puede persistir y en ese caso se considera una
disfunción o anomalía por su asociación a ciertas características de la maloclusión.

O sea que hay factores que pueden influir en la maduración normal del patrón
de deglución alterándolo, así es, por ejemplo:

- el hábito de succión del pulgar


- alimentación a biberón por tiempo prolongado
- algún retardo del desarrollo atribuible al SNC
- problemas en las vías aéreas nasales y faríngeas que ocasionan posición
adelantada de la lengua
- estados alérgicos crónicos
- infecciones nasales
- bloqueos mecánicos por los cornetes o un septum nasal desviado, pudiendo
estas tres últimas ocasionar Respiración Bucal crónica que puede producir
impulsión lingual.

Los síntomas de persistencia de la deglución visceral incluyen generalmente:

 postura adelantada de la lengua


 protrusión lingual durante la deglución
 contracción de los músculos periorales (contracción hiperactiva del cuadrado del
mentón y orbicular de la boca)
 hiperactividad excesiva del músculo buccinador
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 deglución sin el contacto momentáneo entre los dientes

Por lo tanto, ¿cuándo hablamos de disfunción lingual? Cuando hay posición adelantada
de la lengua, ya sea habitualmente y/o durante la deglución y una excesiva actividad de
los músculos periorales durante esta praxis. (Fig.3 B.)

La importancia clínica de un reflejo de deglución anormal tiene gran significado en el


plano clínico-práctico pues el “desequilibrio neuromuscular repercute negativamente
sobre la vectorialidad direccional del crecimiento de los huesos maxilares y de los
procesos alveolares, así como en la erupción dentaria.(E. Gianni y G. F. Borsotti, 1968)”.11

Fig. 3. La lengua durante la deglución. A. Deglución Normal. Los dientes están en contacto, los labios están cerrados
y el dorso de la lengua elevado para tocar el techo de la boca. B. Deglución anormal resultante de amígdalas
hipertrofiadas y adenoides. Cuando la lengua va hacia atrás toca las amígdalas hinchadas y puede restringir la vía de
aire; la mandíbula cae, y la lengua “empuja” hacia adelante alejándose de la faringe. Con la mandíbula descendida,
los labios deben cerrarse forzadamente para mantener la lengua en la cavidad bucal y efectuar un sellado para poder
completar la deglución. 12

Algunos autores consideran a la interposición lingual el más común de los hábitos


orales.
Ellos destacan, además, que el tamaño de la lengua influye directamente en el patrón
de deglución.13
El crecimiento de la lengua responde al tipo de crecimiento neural, con una curva de
crecimiento más rápida que las estructuras esqueletales de la cavidad bucal, por tal motivo
muchas veces esta situación favorece la protrusión lingual.

En el momento del nacimiento, la lengua es desproporcionadamente grande con respecto a la


cavidad oral.

11 Gianni, Ennio. op.cit. Pág. 242.

12 Moyers, Robert E. op.cit. Pág.158. Fig. 7-11


13 Conforme Magnusson, Bengt O. Odontopediatría. Enfoque Sistemático. Pág.247.
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Cuando se pierden los dientes anteriores de leche, y antes de la erupción de los permanentes,
la actividad protrusiva lingual se hace muy llamativa, pero en muchos casos la tendencia a la
interposición desaparece tras la erupción de los incisivos permanentes. Incluso en esta fase del
desarrollo algunos niños tienen todavía la lengua desproporcionadamente grande con respecto
al resto de la cavidad y contenido orales, en consecuencia, se observa protrusión lingual durante
la deglución. En la mayoría de los casos la desproporción disminuye con el crecimiento de los
maxilares y el tamaño de la lengua suele adecuarse a los límites de las estructuras que la rodean.
Las alteraciones oclusales con las que se asocia más comúnmente a la
disfunción lingual son:

 Mordida Abierta anterior, y a veces, con menor frecuencia, lateral.


 Protrusión de los Incisivos Superiores

Recordamos que el niño de más de 6-7 años, normalmente traga:


• con los dientes en oclusión
• con los labios juntos
• con la lengua contra el paladar detrás de los incisivos

La disfunción lingual se asocia a hábitos de succión, ya sea digital, de mamadera y/o


chupete prolongado en el tiempo (aunque ya no se practique el hábito) que ocasionaron
una mordida abierta y la lengua debe cerrar ese agujero, interponiéndose, para poder
tragar.

Otras veces se asocia con incomodidad nasorespiratoria crónica. Es el caso de


pacientes que sufren de tonsilitis o faringitis, por ejemplo. Ante amígdalas inflamadas,
la raíz de la lengua puede inmiscuirse en los pilares fausiales agrandados, causando
dolor, y para evitar ese dolor, la mandíbula cae reflejamente separando los dientes y
permitiendo que la lengua se adelante durante la deglución a una posición menos
dolorosa.
Es el caso también del paciente portador del síndrome de Respiración Bucal.
Mantener la vía de aire es un reflejo más primitivo, por lo tanto, durante la deglución los
dientes y/o maxilares quedan separados para que la lengua pueda quedarse adelantada
y permitir una vía aérea de mayor amplitud.

En ambos casos la disfunción lingual surge como factor secundario o adaptativo


al cuadro morfológico desfavorable. Pero es importante destacar que este mismo hábito
puede presentarse como factor primario o etiológico de la maloclusión presente en boca
y causar “per se” una mordida abierta. Estos conceptos deben ser considerados a la hora
de hablar de tratamiento de esta parafunción.

Antes de ver cómo tratar dichas alteraciones funcionales vamos a estudiar la


lengua, los métodos de examen de la misma y también los métodos de estudio y análisis
de la deglución. El objetivo es determinar si son normales o no y en caso de detectar una
disfunción establecer si son o no la causa de la maloclusión presente en la boca
(generalmente la mordida abierta).
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La lengua “es el órgano del gusto, aunque interviene en funciones importantes


como la masticación, succión, deglución y fonación (lenguaje articulado). Es una
eminencia muscular móvil que ocupa el piso de la cavidad bucal; posee una forma
irregularmente ovalada con la extremidad gruesa posterior y su punta inclinada hacia
adelante”.14

El Dr. Miguel Ángel Cachione,15 un conocido ortopedista argentino, habla de que


la lengua despliega una “acción modelante”, porque ejerce influencias sobre las
estructuras plásticas del sistema estomatognático (entre ellas la zona dento-alveolar)
durante el crecimiento.(Fig.4)
La acción modelante que la lengua ejerce, para este profesor, es, no solo por su función,
sino también por sus “actitudes posiciónales”, es decir por su postura.

Fig.4 La posición de los incisivos relativa a la postura normal del labio y lengua. 16

Se diagnóstica alteración postural cuando la lengua descansa sobre los incisivos


inferiores ocasionando mordida abierta.
Alteraciones en la función: se observarán al estudiar la deglución.

El empuje de la lengua recordemos que puede ser anterior y/o lateral.

1- Observar la lengua durante la deglución de saliva y de agua, en lo posible sin que


el paciente sepa que lo vamos a evaluar en este aspecto.
2- Observar la lengua durante la deglución indicada de saliva y de agua.
3- Papel de la lengua durante la masticación (es muy difícil).
4- Papel de la lengua durante la dicción, a cargo de fonoaudiólogos.

Métodos de examen de la deglución:

a- Con el paciente bien sentado se intenta observar degluciones inconscientes.


Luego se coloca una pequeña cantidad de agua debajo de la lengua y se le pide

14 Figun, Mario E. y Garino, Ricardo R. Anatomía odontológica. Pág. 155.


15 Cachione, Miguel A. Ortopedia Funcional de los maxilares. Curso de Postgrado, U.N.C. 2001.

16 Moyers, Robert E. op.cit. Pág.122, Fig. 6-23


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al paciente que trague observando los movimientos mandibulares.


Normalmente la mandíbula debe elevarse a medida que los dientes se juntan y
los labios se tocan ligeramente. No hay contracción de los músculos faciales.

b- Colocar la mano sobre el músculo temporal presionando levemente con la punta


de los dedos contra la cabeza y pedir al paciente que trague agua. Normalmente
se produce una contracción del temporal al elevarse la mandíbula. Lo que no
ocurre en degluciones con dientes separados.
c- Por otro lado, separar el labio inferior con el espejo bucal o pellizcándolo
suavemente y pedir al paciente que trague. Pueden hacerlo los pacientes con
deglución normal, no así los otros que tendrán inhibida la deglución por la
depresión del labio ya que necesitan grandes contracciones del mentoniano y
labios para estabilizar la mandíbula.

Antes de entrar en la parte de tratamiento, debe quedar claro el concepto de que,


en cuanto a la función y postura de la lengua, cuando ésta es anormal, se habla de
disfunción lingual y con respecto a su papel en la etiología de la maloclusión puede ser:

 Factor primario o etiológico como consecuencia de la persistencia de formas


infantiles de deglución y otros hábitos orales anormales. O también por un
frenillo lingual corto.
 o bien, puede ser estrictamente secundaria o adaptativa al cuadro morfológico
desfavorable.

Tratamiento
Retomando un concepto expresado al principio, el tratamiento de una disfunción es y
debe ser interdisciplinario. Participan según el caso médicos pediatras,
otorrinolaringólogos, alergistas, kinesiólogos, fonoaudiólogos, profesores de canto y
gimnasia y odontólogos odontopediatras, ortopedistas y ortodoncistas.

La terapia míofuncional está a cargo del fonoaudiólogo. El odontólogo sólo puede


sugerir la realización de alguna terapia miofuncional en especial.

Recordar que si no se corrige la maloclusión es imposible evitar que la lengua al


deglutir se ubique incorrectamente.

**********
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CONCLUSIONES

Después de llevar a cabo esta investigación se concluye que la disfunción lingual es un


hábito bucal deletéreo que debe conocerse para llevar a cabo un diagnóstico “integral” en todo
paciente que llegue a nuestro consultorio. El objetivo es evitar, en las estructuras vecinas al
órgano de la lengua, una alteración.

De aquí la necesidad de instruirse acerca de esta mala praxia, comprendiendo que no


detectarla puede ocasionar en nuestros pacientes, sin importar su edad, una alteración que será
mayor cuanto menor sea la edad del individuo; pero que aún en pacientes adultos, esta
disfunción puede alterar el posicionamiento de las piezas dentarias.

Recordar que una alteración en la deglución puede causar alteraciones en la respiración


y en la postura.
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ANEXOS
LA LENGUA17

La lengua ubicada en el piso de la boca, es una estructura muscular recubierta de


mucosa.18
Está formada por una porción libre, que comprende la cara dorsal, sus bordes, la
punta y la parte anterior de su cara inferior, y la base o raíz de la lengua, que se fija por
tractos fibrosos y fascículos musculares al hueso hioides, a la bóveda palatina, a la
apófisis estiloides y al maxilar inferior.
La epiglotis, destinada a cubrir la laringe, es una estructura separada de la lengua,
pero está unida a ella. El cuerpo lingual contiene músculos, tejido glandular, tejido
adiposo (graso) y tejido conectivo de sostén.

Su conformación exterior no es importante para entender el funcionamiento de


la lengua durante la deglución.

En cuanto a su constitución anatómica la lengua está constituida por un


esqueleto osteofibroso, una musculatura y una mucosa de revestimiento.
El esqueleto osteofibroso comprende el hueso hioides y la membrana hioglosa
con el septo y la fascia lingual.
La membrana hioglosa se extiende en sentido transversal, desde el borde
superior del hioides -entre las dos astas menores- hasta la porción posterior de la lengua.
El septo lingual es un tabique mediano de aspecto falciforme, cuya base se
desprende de la membrana hioglosa y del borde superior del hueso hioides, y su
extremidad afilada se pierde entre los fascículos musculares del vértice de la lengua. El
borde superior, convexo, se confunde con la mucosa dorsal, y el borde inferior, cóncavo,
corresponde a las fibras más internas de los músculos genioglosos.
La fascia lingual representa una densificación del corion submucoso dorsal.
Los cortes topográficos permiten distinguir en la lengua una porción externa o
cortical que rodea a otra porción central o medular. La porción cortical está formada
primordialmente por fibras longitudinales derivadas por arriba de los músculos lingual
superior e hiogloso, lateralmente de los estiloglosos y por debajo proceden del músculo
lingual inferior. La porción medular dividida por el septo medio en dos mitades, está

17 Figun, Mario E. y Garino, Ricardo R. Anatomía odontológica. Capítulo 3: Pág. 68, 69, 70. Capítulo 7: Pág. 155, 156.

18 Dunn, Martín J. Y Shapiro, Cindy. Anatomía Dental y de Cabeza y Cuello. Pág. 108.
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constituida en su mayor parte por fibras transversas y verticales, a las que deben
sumarse las originadas en el músculo geniogloso. Los haces musculares se insertan por
medio de cortos tendones, ricos en fibras elásticas, en el corion de la mucosa lingual.
B. Esquembre Disfunción lingual

INDICES
INDICE BIBLIOGRÁFICO

 Aristeguieta, Ricardo. Ortodoncia Preventiva Clínica, 1ra. Edición

 Bossart, V. Beatriz. Trastornos de la Respiración y Deglución en el niño. Revista de la


Sociedad Chilena de Odontopediatría. Pág. 23
 Escobar, Fernando. Odontología Pediátrica, 2da. Edición. 1992

 Figun, Mario E. y Garino, Ricardo R. Anatomía odontológica. Argentina, ed. EL ATENEO.


1999 (518 pág.)

 Gianni, Ennio. La nueva ortognatodoncia. Traducido por Mariel Malvasio. Italia,


ed. PICCIN NUOVA LIBRARIA S.p.A.1989 (678 pág.)

 Graber, T.M. y Neumann, Bedrich, Aparatología Ortodóntica Removible.


Traducido por Daniel Landes. Argentina, ed. Panamericana. 2da. Edición .1987
(604 pág.)

 Graber, Thomas M.; Rakosi, Thomas y Petrovic, Alexandre G. Ortopedia


dentofacial con aparatos funcionales. Traducido por Diorki, Servicios Integrales
de Edición. España, ed. Harcourt. 1997 (537 pág.)

 Graber, Thomas M.; Vanarsdall, Robert L. Ortodoncia. Principios generales y


técnicas. Traducido por Frydman, Jorge y Sosa Manrique, Nora Beatriz.
Argentina, ed. Panamericana. 1997 (939 pág.)

 Gregoret, Jorge. Ortodoncia y cirugía ortognática. España, ed. ESPAXS, S.A. 1997
(519 pág.)

 Magnusson, Bengt O. Odontopediatría. Enfoque Sistemático. Traducido por Varela


Morales, Margarita. España, ed. Salvat Editores, S.A. 1985 (369 pág.)

 Mayoral, José y Mayoral Guillermo. Ortodoncia, 3ra. Edición. 1977

 Mc Donald, Ralph Avery David. Odontología Pediátrica y del Adolescente, 6ta.


Edición 1995
 Moyers, Robert E., Manual de ortodoncia. Argentina, ed. Panamericana. 4º Edición. (563
pág.)
B. Esquembre Disfunción lingual

 Moyers, Robert E., Manual de ortodoncia. Traducido por Leyt, Samuel. Argentina, ed.
Mundi S.A.I.C. y T.1º edición. (766 pág.)

 Ortodoncia y Fonoaudiología. Forma y Función. Publicado en la AOA, Volumen


81, N°1 enero/marzo 1993.

 Quirós, Álvarez, Oscar. Manual de Ortopedia Funcional de los Maxilares y


Ortodoncia Interceptiva. 1ra. Edición 1993

 Richardson, Andrew. Ortodoncia Interceptiva. Traducido por Valles, Mena L. ed.


Actualidades Médico Odontológicas Latinoamericanas C.A. 3ra. Edición 1992 (62
pág.)

 Segovia, María Luisa. Interrelaciones entre la odontoestomatología y la


fonoaudiología. La deglución atípica. Argentina, ed. Panamericana. 2º Edición.
1992. (237 pág.)
B. Esquembre Disfunción lingual

INDICE ANALÍTICO
Introducción .................................................................................Pág. 3

Desarrollo ....................................................................................Pág. 5

Conclusiones ................................................................................Pág. 27

Anexo. La lengua ..................................................................... Pág. 18

Indice Bibliográfico .................................................................... Pág. 20

Autora: Prof. Od. Esp. Beatriz Esquembre


Tel. 261 655 9555
e-mail: beaesquembre@gmail.com
besquembre@fodonto.uncu.edu.ar
Monografía modificada para Odontopediatría II
Mendoza, Argentina.

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