Tema 05
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1.1 Ventajas e inconvenientes de la teledetección espacial
Si la comparamos con otros medios utilizados para obtener información sobre la vegetación,
como la fotografía aérea o el trabajo de campo, la teledetección espacial presenta una serie de
ventajas e inconvenientes. Las primeras han supuesto un uso creciente de la misma en
numerosas aplicaciones. Los inconvenientes han hecho comprender que la teledetección
espacial es un complemento de los métodos convencionales y no siempre una alternativa.
Para que la observación remota sea posible es necesario que entre el sensor y los objetos
exista algún tipo de interacción a través de un flujo energético. Por lo tanto los tres elementos
fundamentales de un sistema de teledetección son los objetos, el sensor y el flujo energético
que los pone en relación.
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El espectro electromagnético
Existen tres formas de formas de obtener información a partir de un sensor remoto:
por reflexión: la energía del Sol incide sobre la superficie terrestre y ésta la refleja de
formas diversas según sus características físicas; el sensor capta la energía reflejada.
por emisión: el sensor capta la energía emitida por la propia superficie.
por emisión-reflexión: el sensor emite una señal hacia la superficie y posteriormente recoge
la reflexión de la misma..
En todos los casos, el flujo energético es radiación electromagnética que puede variar en su
longitud de onda λ, inversa de la frecuencia, F, en función de su localización en el espectro
electromagnético, EEM. El EEM incluye la radiación electromagnética entre los rayos gamma
(λ<0.00005 µm) hasta las ondas de radio usadas en telecomunicaciones (hasta centenares de
m).
El EEM, aunque continuo, suele segmentarse en bandas, entendiendo como tales a zonas
incluidas en un rango de longitud de onda. Así, se entienden como rayos gamma al rango de
longitudes de onda menores de 5·10-5 µm; el ultravioleta es la radiación electromagnética de
longitud de onda comprendida entre 0.01 y 0.4 µm mientras que el infrarrojo se extendería
entre los 0.7 y los 500 µm.
La zona del espectro visible es muy estrecha, entre 0.4 y 0.7 µm —del violeta al rojo—.
El Sol, que se encuentra a unos 6000 K de temperatura y, de acuerdo con la Ley de Wien, le
corresponde un máximo de emisión en torno a los 0,48 µm —color verde—. El 49% de la
radiación solar se emite a esta longitud de onda. De forma más general, el 99% de la radiación
solar se emite en longitudes de onda inferiores a los 5 µm (infrarrojo medio), con un 42% en el
IR y un 9% por debajo del UV. En general, puede considerarse que la banda de máxima
emitancia se extiende entre los 0,3 y 2 µm, rango denominado dominio óptico del espectro.
Sin embargo, existen diferencias entre la emisión del Sol y lo que se recibe sobre la superficie
de la Tierra. La causa es la absorción de ciertas longitudes de onda por parte de los
componentes atmosféricos (gases, polvo…). Por ejemplo, el vapor de agua presenta varias
bandas de absorción entre las cuales la situada en los 6 µm (IR medio) puede ser del 100%. El
CO2 por su parte presenta una banda de absorción en el IR térmico (15 µm), primer
responsable del efecto invernadero al retener la emisión calorífica de la Tierra.
Como consecuencia de estas bandas de absorción, existen zonas espectrales en las que la
atmósfera es opaca, actuando como un filtro que invalida las bandas para el uso de la
teledetección. El resto de zonas, transparentes o con poca absorción, se denominan ventanas
atmosféricas y definen las bandas potencialmente útiles para teledetección. La zona del
visible, por ejemplo, es prácticamente transparente pero en el IR hay zonas de absorción y las
ventanas son de rango más estrecho.
ventana rango espectral (µ
µm)
1 0.3 - 1.3
2 1.5 - 1.8
3 2.0 - 2.6
4 3.0 - 3.6
5 4.2 - 5.0
6 7.0 - 15.0
Las bandas más habituales en teledetección se han definido en función de las ventanas
atmosféricas y de su interés a la hora de obtener información sobre la cubierta terrestre:
espectro visible (0,4 a 0,7 µm), con tres bandas elementales en razón de los colores
básicos que percibe el ojo humano:
azul: 0,4 a 0,5 µm
verde: 0,5 a 0,6 µm
rojo: 0,6 a 0,7 µm
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infrarrojo próximo (0,7 a 1,3 µm)
infrarrojo medio (1,3 a 8 µm)
infrarrojo térmico o lejano (8 a 14 µm)
La signatura espectral
Las superficies o cubiertas reflejan de forma diferente la radiación electromagnética en función
de su longitud de onda. En el caso del espectro visible este diferente comportamiento espectral
se manifiesta con lo que conocemos como color: un objeto que percibimos como azul refleja la
energía de la banda azul o, lo que es lo mismo, absorbe y transmite poca energía de esa parte
del espectro.
Cada superficie puede ser caracterizada por su respuesta espectral a las distintas longitudes de
onda definiendo así sus propiedades y sus diferencias con otras superficies.
Se denomina signatura espectral de una cubierta o superficie a la respuesta espectral —
reflexión o emisión de energía— en determinadas longitudes de onda.
Por ejemplo:
la nieve presenta un alto grado de reflectividad general en todo el espectro visible.
el agua líquida, al contrario, absorbe la mayor parte de la energía que recibe,
especialmente cuanto mayor es la longitud de onda.
la vegetación presenta bajos valores de reflectividad en el espectro visible y más elevados
en el infrarrojo cercano.
Sin embargo también influyen factores externos independientes de la respuesta espectral
propia de cada superficie; por ejemplo:
el ángulo de iluminación solar, que depende de la fecha y de la hora.
el relieve, en el sentido de que las diferentes combinaciones de orientación y pendiente
hacen variar la exposición de la ladera al vector solar.
las condiciones atmosféricas y, en especial, la absorción por las nubes y la dispersión en
determinadas longitudes de onda por el polvo y la neblina.
En definitiva, aunque es posible definir un comportamiento espectral tipo para cada superficie,
éste se ve modificado por factores externos que deben tenerse en cuenta en el tratamiento de
la información.
Figura 3. Curva
espectral
característica de la
vegetación verde.
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Las propiedades ópticas de la vegetación son muy similares cualquiera que sea la especie. La
vegetación fotosintéticamente activa presenta un espectro muy característico donde se
diferencian tres dominios ópticos (ver figura anterior).
En la zona visible (0.4-0.7 µm), la absorción de la luz por los pigmentos fotosintéticos genera
una baja reflectancia (normalmente inferior al 15%). Hay dos bandas de absorción principales:
en el azul (0.45 µm) y en el rojo (0.67 µm), características de las frecuencias de absorción de
las clorofilas a y b, cuyo conjunto supone un 65% del total de pigmentos de las hojas en
plantas superiores.
Estas fuertes bandas de absorción inducen un pico de reflectancia en el amarillo-verde (0.55
µm) lo que confiere el color característico verde a la vegetación activa. Otros pigmentos menos
abundantes tienen también cierta influencia en la respuesta espectral: por ejemplo, los
carotenos (rojo-anaranjados) presentan una fuerte absorción en el rango 0.35-0.50 µm.
En el dominio del IR cercano (0.7-1.3 µm), las propiedades ópticas se explican por la estructura
de la hoja. Los pigmentos de la hoja y la celulosa son transparentes en estas longitudes de
onda y, en consecuencia, la absorción es muy baja (un máximo del 10%) y la reflectancia alta
(hasta un 50%). En esta zona se presenta un meseta característica cuyo valor medio depende
de la estructura interna de la hoja y en concreto del tejido llamado mesófilo, cuyos espacios y
transiciones aire/agua generan diferentes índices de refracción. La reflectancia de la hoja
aumenta con la heterogeneidad de formas celulares y con el incremento de espacios y capas
intercelulares.
El IR cercano tiene dos regiones espectrales principales: (1) entre 0.7 y 1.1 µm, donde la
reflectancia es alta salvo en dos pequeñas bandas de absorción (0.96 y 1.10 µm) y (2) entre
1.1 y 1.3 µm, que corresponde a la transición entre el IR cercano y las bandas de absorción del
IR medio (1.3 a 2.5 µm), caracterizado por la absorción debida al agua contenida en la hoja.
Debido a la fuerte absorción en los 1.45, 1.95 y 2.50 µm, estas bandas no pueden usarse para
medidas de reflectancia. En el resto de bandas del IR medio, la reflectancia aumenta con el
descenso del contenido en agua.
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2 Anexo de imágenes
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Índices de vegetación a lo largo de un periodo anual (elaborados a partir de datos del sensor
AVHRR del satélite NOAA). Los índices siguen una escala común por lo que es posible
comparar diferentes imágenes entre sí.
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Julio 1997 Agosto 1997
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Una imagen convencional de la zona presenta una información absolutamente diferente.