Historia de La Conservación de Alimentos
Historia de La Conservación de Alimentos
Historia de La Conservación de Alimentos
Tipos de conservación
Prácticamente todo lo que consumimos hoy en día ha pasado previamente por un proceso de
conservación. Por este motivo, es mucho lo que podemos aprender de las diversas formas de
conservación que existen, así como de las ventajas que le aportan a cada alimento. Las técnicas de
conservación de alimentos se dividen en dos bloques principales: según la actuación de los
microorganismos y según la clase de técnica aplicada. El primer bloque distingue los tipos de
conservación del siguiente modo:
Métodos que destruyen los gérmenes o los inactivan: esterilización, pasteurización, radiación,
alta presiones, entre otros.
Métodos que impiden el desarrollo y proliferación de microorganismos: refrigeración,
congelación, deshidratación, ahumado, adición de sustancias químicas, entre otros.
Métodos que evitan la re-contaminación: el procesado aséptico, el empaquetado, el
almacenamiento higiénico, entre otros.
Por su lado, el primer tipo de conservación según la clase de técnica aplicada es la conservación
por variación de la temperatura de los alimentos. Esta se divide en conservación por frío y
conservación por calor o conservación térmica.
Refrigeración
La refrigeración o frío positivo consiste en conservar un alimento a una temperatura estable y fría,
cercana a 0 °C, para evitar el amontonamiento y el valor higrométrico. En consecuencia, se controla
la proliferación de microorganismos.
La temperatura de refrigeración doméstica más adecuada es de 0-8 °C, mientras que la industrial
se encuentra entre 0-5 °C. En refrigeración, los alimentos pueden durar máximo algunos días.
Congelación
La congelación o frío negativo consiste en conservar un alimento a largo plazo, a temperaturas
inferiores a 0 °C, de forma tal que el agua del alimento se congele. Recuerda se debe respetar la
cadena del frío, de lo contrario los microbios se reproducen de nuevo.
Ultra congelación
La ultra congelación se basa en disminuir la temperatura de un alimento a -40 ºC. Esto puede
lograrse por medio de varios procesos que pueden valerse del uso de placas, inmersión en líquidos,
aire frío, entre otros. Este tipo de congelación rápida ocurre en un tiempo menor a 2 horas.
Liofilización
La liofilización consiste en congelar un alimento (a temperatura inferior a -30 ºC) con la finalidad de
extraer su agua al vacío, transformando el hielo en vapor de agua. Este método conserva casi
todo el valor nutricional del alimento. Sin embargo, su empleo es costoso, por lo cual se aplica en
productos como el café (normal o descafeinado solubles), las leches infantiles y algunos otros
alimentos.
Pasteurización
Mediante esta técnica, se aplica calor al alimento durante un tiempo determinado (el tiempo varía en
función del mismo), a temperaturas entre 80-100 ºC. Inmediatamente después, el alimento debe
enfriarse rápidamente. Este tratamiento regula y destruye los microrganismos patógenos del
alimento, pero no inactiva sus esporas. Por este motivo, el producto se debe guardar en frío
después de abierto.
Esterilización
Es el proceso que se aplica sobre un alimento u objeto con la finalidad de eliminar gérmenes y
esporas. Al esterilizar un producto, se le expone a temperaturas que rodean los 115 ºC. Este
tratamiento afecta las cualidades organolépticas de los alimentos y provoca que pierdan algunos
nutrientes. En la industria láctea, uno de los tratamientos de esterilización más usados es la
pasteurización.
Deshidratación
La deshidratación es un procedimiento mediante el cual el alimento pierde agua, inhibiendo así el
desarrollo de bacterias. Esta práctica puede llevarse a cabo exponiendo el alimento al sol o
utilizando un horno deshidratador. Se aplica a muchos productos alimenticios como los granos, los
cereales, las frutas, los vegetales, entre otros. Con alimentos deshidratados pueden obtenerse sopas
deshidratadas, café en polvo, huevos deshidratados, cereales, entre otros productos.
Desecación (o secado)
Esta técnica térmica se utiliza previo a la congelación de los alimentos, con la intención de destruir
las enzimas que afectan el color, sabor y contenido vitamínico del producto. Asimismo, ablanda el
alimento.
Salación
Esta técnica de conservación consiste deshidratar un alimento añadiéndole sal común (cloruro
sódico), sea por inmersión del producto en una solución salina o por difusión directa de la sal sobre
su superficie. Este procedimiento inhibe el crecimiento de microorganismos, la degradación de los
sistemas enzimáticos y, en consecuencia, ralentiza las reacciones químicas.
Curado
Es el proceso previo al ahumado y tiene varios objetivos: proporcionar más sabor, mejor textura y
prolongar la duración del alimento. El curado simple se puede realizar con ingredientes caseros,
sin embargo, el industrial se realiza con sal común, sales curantes, nitritos y nitratos (potásico y
sódico).
Ahumado
Este procedimiento es una combinación de desecación y salazón. En el ahumado, se emplea el
humo obtenido de la combustión de ciertas sustancias con la intención de darle al alimento un efecto
esterilizante y antioxidante. Además, le confiere al producto un aroma peculiar y una excelente
textura. Por lo general, se ahúman las carnes de res, el pescado y las carnes de cerdo. Algunas
recetas con carnes ahumadas incluyen el salmón ahumado, el pollo ahumado y las chuletas
ahumadas.
Acidificación
Esta técnica está basada en la disminución del pH del alimento a través de la adición de
sustancias ácidas (como el vinagre). De este modo, se evita el desarrollo de microorganismos.
Escabechado
Este procedimiento utiliza una mezcla de sal y vinagre para conservar los alimentos. El vinagre
aporta sus cualidades como conservante, mientras que la sal deshidrata el alimento. En sus inicios,
esta técnica se utilizó como método de conservación, pero hoy en día se usa en la gastronomía para
destacar la textura de los alimentos y proporcionarles un sabor muy característico. Algunas recetas
en escabeche incluyen los mejillones en escabeche o el pollo en escabeche.
Fermentación
Esta técnica de conservación aprovecha los propios microorganismos presentes en el alimento para
realzar sus cualidades organolépticas y optimizar su calidad nutricional. Este proceso suele
aplicarse en productos lácteos.
Irradiación
Este método consiste en exponer alimentos a radiación controlada, con la intención principal de
prevenir la reproducción de microorganismos (bacterias u hongos). La irradiación de
alimentos (pasteurización fría o ionización) conserva las propiedades organolépticas del producto y
gran parte de sus nutrientes.
Envasado al vacío
El sistema de envasado al vacío se basa en la extracción de gran parte del oxígeno que rodea el
alimento (cocido o en su estado natural) para empaquetarlo posteriormente en bolsas plásticas. Este
método frena la oxidación del alimento y su putrefacción, extendiendo su fecha de caducidad por
más de 30 días e incluso hasta un año.