Clase 3 - Telesca Honor
Clase 3 - Telesca Honor
Clase 3 - Telesca Honor
ISSN: 1577-3442
Ignacio Telesca
BA y MA in Modern History
(University of Oxford) y Doctor
en Historia (Universidad Torcuato
di Tella, Buenos Aires). Profesor
universitario, investigador del Con-
sejo Nacional de Investigaciones
Científicas (Argentina), y miembro
de la Academia Paraguaya de la
Historia. Entre sus publicaciones,
destacan Historia del Paraguay
(coord., Taurus, Asunción, 2010),
MUJER, HONOR Y
«Negros de la Patria». Los afro-
descendientes en las luchas por la
independencia en el Antiguo Virrei-
AFRODESCENDIENTES EN PARAGUAY
nato del Río de la Plata (co-editor,
SB, Buenos Aires, 2010), Tras los
expulsos. Cambios demográficos y
A FINES DE LA COLONIA
territoriales en el Paraguay des- IGNACIO TELESCA
pués de la expulsión de los jesui-
tas (CEADUC, Asunción, 2009)
itelesca@hotmail.com
y Los documentos jesuíticos del
siglo XVIII en el Archivo Nacional
de Asunción (CEPAG, Asunción,
2006). RESUMEN
Partiendo de un caso jurídico específico en donde una mujer parda libre fue acusada de
deshonrar a una española a través de expresiones soeces, el artículo analiza la situación de los
afrodescendientes a fines de la Colonia en el Paraguay. El texto hace hincapié en mostrar cómo
el imaginario del antiguo régimen permanecía vigente en una provincia alejada de las metrópolis
y caracterizada por una pobreza extrema.
Palabras clave: mulatos, mujer, deshonra, Paraguay.
ABSTRACT
This article analyzes the situation of afrodescendents at the end of colonialsm in Paraguay
using a specific court case where a mulatto woman was accused of dishonouring a Spanish
woman with rude phrases. This text highlights how the old regime was kept alive both in the
imagination and in practice in a remote and extremely poor province.
Keywords: mulattos, women, dishonour, Parguay.
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cosecha del tabaco. Si bien asistimos a una más el porqué del interés de Francisco Javier
disputa entre las autoridades locales y virrei- para sacar a las pardas del presidio y ofrecerse
nales, cuando se instale la Renta del Tabaco, como depositario de ambas.
una de las ventajas para los cosecheros fue, fi- Alonso insistirá en el maltrato físico y
nalmente, la de verse libre de dicho servicio. verbal al cual fue sometida su esposa ante
A un presidio lleno de varones es donde testigos, «estando allí presentes dos varones
fueron destinadas la mulata Luisa y su madre turbados del suceso, que fueron mi cuñado
Antonia por el Alcalde de la Santa Herman- Pedro y don Juan Manuel Vera y una mu-
dad. Ciertamente, no cumplía la función de jer llamada la Mercé», y no sólo ellos, sino
cárcel, ni había celdas preparadas, y mucho también «con el concurso de tantos criados
menos para mujeres. Seguramente por eso el de mi suegro de mi casa». Incluso el nombre
Alcalde decidió, cuando ya estaban en cami- «la Mercé» puede hacer referencia a la des- Castas. Mulata.
no, hacer regresar a Antonia, ya que era una cendencia de algún esclavo perteneciente al
mujer casada. No sabemos dónde pasaría Lui- convento de la Merced, quienes poseían una
sa las noches y los días, ni haciendo qué. Sin estancia con población esclava, alrededor de
embargo, sí sabemos que tres días más tarde, quinientos (Durán, 2005, pp. 61-70). Si bien
el Defensor General de Pobres, a pedido de en su declaración dice llamarse María Mer-
Marcos Lezcano (padre de Luisa), presentó cedes Ortiz, nunca es tratada como doña, ni
una queja formal ante el Alcalde de Segundo tampoco firma «por no saber», aunque esto
Voto en Asunción. último es una constante en la mayoría de la
Con este escrito se inicia nuestro caso, y población femenina, y bastante frecuente en-
de a poco nos vamos enterando, a través de los tre la población masculina.
testimonios de los testigos y protagonistas, de El dato que aporta Alonso, confirmando
cómo se sucedieron los hechos. Incluso el De- lo que mencionábamos en el párrafo anterior,
fensor de Pobres añadió otros datos que luego es que al salir de su casa luego de la trifulca
en la sumaria no fueron tenidos en cuenta ni con su esposa, se fueron las mulatas a la casa
narrados por las protagonistas: señala que de Recalde, y que fue él quien mandó reali-
además de Luisa, también fueron golpeados zar, a través del padre de Luisa, «un escrito
Carmela, su hermana, y el mismo Marcos, obrepticio y subrepticio, que presentado en
quien en vez de chicotes recibió sablazos. este juzgado produjo el decreto de la libertad
Que luego no se recojan en la sumaria no de ella».
significa, claro está, que no hayan ocurrido; En esta presentación de Alonso ya nos
quizá sucedieron en otro tiempo diferente al aparecen los dos temas que se desarrollarán a
preciso de los sucesos previamente narrados. través del juicio: primero el de las relaciones
El Defensor se queja primero de que no se entre los miembros de la elite del lugar, y por
haya hecho sumaria averiguación y segundo otro la cuestión del honor, y de quiénes son
de que se haya enviado a Luisa al presidio, dignos del mismo. Alonso no duda en afirmar
«entre varones, que es lo más escandaloso que las mulatas debían haber respetado a su
que pueda imaginarse». Pide entonces que se consorte porque ésta era «señora noble».
la saque de allí y que se la deposite en lo de La sumaria se realizó con dos de los tes-
Francisco Javier Recalde, pariente de la madre tigos presentes y se envió a Asunción. Allí,
de Juana Agustina, además de que se inicien el Alcalde de segundo voto le dio traslado de
las averiguaciones. la misma a Andrés Alonso para que pudiera
Para esto último, Andrés Alonso, marido formalizar su querella. Es justamente en el
de Juana Agustina, se querella civil y crimi- escrito de este último donde se puede apreciar
nalmente contra ambas pardas libres (en el el discurso con el que un grupo de la sociedad
Paraguay colonial no había distinción semán- intenta mantener sujeta a la población afro-
tica entre parda y mulata), las cuales se hallan descendiente.
«amparadas de Don Francisco Javier Recalde,
en su chácara de San Antonio». La razón es- La terrible injuria inferida a mi consorte clama por
grimida por Alonso, que luego repetirá y se una satisfacción que escarmiente los excesos de esta
explayará más, será el «honor y la vindicta de gente, y al mismo tiempo contenga el libertinaje in-
su esposa». troducido en los de su esfera, que sin quererse cono-
Mujer, honor y afrodescendientes
Otra vez nos vuelve a aparecer el tema cer inferiores, vemos todos los días solicita igualarse en Paraguay a fines de la colonia
del amparo, y podemos comprender un poco con lo que el Señor distinguió por jerarquía. IGNACIO TELESCA
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2 Los cargos son los de deshonrar no sólo un sobornalito con 4 arrobas y 21 libras y de cuyo
AGN, sala IX, 6,10,4 y 6,10,5.
a la esposa, sino a ambos consortes, los que producto (sacado el costo de conducción) quiere el
se encuentran en el vecindario como «publi- pobre dos varas y media de paño azul para calzones
cados adúlteros por el atrevimiento de estas y chupita y si sobrara algo, empléeselo al pobre en
mulatas insubordinadas». Para Alonso, la coleta para forro (AGN, sala IX, 6,10,4).
razón por la cual «han publicado y prego-
nado en aquellos partidos y sus adyacencias Y éste no es el único caso, sino que, en
estas injurias y deshonras» debe encontrarse enero del siguiente año, un esclavo envía un
en «el aborrecimiento al español» el cual «les sobornal de tabaco, de hoja nueva y fresca,
es inherente». Por tal motivo solicita «man- «con cuyo producto se compre una vara y
damiento de prisión y embargo de bienes cuarto de bayeta azul de 100 hilos, una vara de
contra las personas de ambas reas y puestas tafetán rosado y 2 onzas de seda azul (eso es
en la cárcel pública con prisiones correspon- para manta de su mujer)», y en marzo envía «3
dientes». tercios de yerba de un esclavo (22 @ 11 libras)
Interesante es notar que la queja sobre que por algunas cosas para su mujer e hijas»2.
los afrodescendientes quieren igualarse con No fue ésta la única estrategia utilizada por
los españoles ya había sido señalada en un la población afrodescendiente, pero es indu-
Acta del Cabildo, de 3 de marzo de 1757: dable que los miembros de la elite asuncena
acusaron el golpe.
Y en este estado entró el Procurador General repre- Parece ser que los contactos que Andrés
sentando por una petición en el que contiene que los Alonso poseía en Asunción eran lo suficien-
negros, negras, mulatos y mulatas visten sedas y en temente importantes, ya que inmediatamente
sus vestuarios galones de plata y oro y los mulatos tras su pedido, el Alcalde de Segundo Voto
usan espuelas y cabezadas de plata y que por esta libró orden de prisión y embargo de los bie-
causa no hay excepción de los españoles y señores en nes. Al ponerse en práctica ambas órdenes, el
los actos públicos, [...] y habiéndose conferenciado Alcalde de la Santa Hermandad tuvo que di-
acordaron sobre el primer punto que sólo se les per- rigirse a la residencia de don Francisco Javier
mita a los dichos negros, negras, mulatos y mulatas Recalde, donde estaba la familia de Luisa y
que vistan ropa de lana de castilla decentemente sin Antonia. El mismo Recalde se comprometió
cintas y galones de plata y oro, ni que se les permita a remitirlas a la carcelería de Asunción a los
usen espuelas ni cabezadas de plata, sobre lo cual di- dos días y a cuidar de los pocos bienes que
cho señor gobernador dijo que mandaría por bando declararon: «cuatro caballos viejos atrasados
para su observancia (ANA, SH, vol. 125,1, f. 273). y casi inservibles».
El 17 de octubre ya se encontraban ambas
La misma solicitud se volvió a repetir mujeres presas en la cárcel asuncena y al día
un año más tarde, el 8 de mayo de 1758. Sin siguiente se les tomaron las respectivas de-
lugar a dudas, ésta no era una queja gratuita claraciones. Importante es notar que ninguna
e inventada. Los afrodescendientes querían de las dos se expresaba en castellano, por lo
dejar de ser estigmatizados y discriminados, que hubo que echar mano de intérpretes. Es
no sólo económicamente sin también jurídica decir, toda la discusión y trifulca de ese 19 de
y socialmente. Uno de los huecos que encon- septiembre ocurrió en guaraní, y seguramente
traron fue justamente el equipararse a través todos los anteriores testimonios tomados en
de las vestimentas, algo común también en el San Antonio también, salvo que el Alcalde
resto de la América colonial. Esto nos habla de la Santa Hermandad no se vio precisado a
de una sociedad que, aunque autorreconocida anotar esa formalidad de los intérpretes, ya sea
como española, es fruto de un mestizaje cons- porque él entendía perfectamente la lengua, ya
tante (Telesca, 2009, pp. 266-270). porque era algo que caía de maduro. Es que la
Un dato que confirma lo del uso de la provincia del Paraguay, y la república también
vestimenta es la correspondencia mantenida hasta fechas no muy lejanas, era eminentemen-
entre el padre jesuita Gabriel Novat, del co- te monolingüe guaraní (Cfr. Melià, 2003).
legio de Asunción, con el hermano Miguel La población afrodescendiente reconocida
Martínez, de la procuraduría de Buenos Aires. como tal en los censos finecoloniales rondaba el
Entre otras cuestiones le comenta el 20 de 13%, sin embargo en ciertas localidades su pre-
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en Paraguay a fines de la colonia agosto de 1760 que le envía de parte de un sencia era bien marcada, como en la ciudad de
IGNACIO TELESCA esclavo del colegio Asunción, capital de la provincia del Paraguay.
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1782 1799
Españoles europeos y americanos 2.120 42,9% 3.963 53,5%
Indígenas 118 2,4% 283 3,8%
Negros/as y mulatos/as libres 1.546 31,3% 1.853 25,1%
Esclavos/as 1.157 23,4% 1.305 17,6% Pedro Figari. Candombe. Frag-
mento. 1921.
TOTAL 4.941 100% 7.404 100%
En 1782, los negros y mulatos en Asun- Llama la atención esta diferencia entre
ción representan el 24,9% de la población mujeres y varones adultos. Uno podría pen-
parda total (el 22,8% de la población libre sar en la fuga que se da entre los varones
total y el 29,3% de la población esclava), esclavos, pero en el número de negros libres
mientras que en 1799, eran el 25,2% (el 23,3% la diferencia es aún mayor. Otra posible ex-
de la población parda libre y el 28,4% de la plicación es la emigración a otros pueblos del
población esclava). Es decir, un cuarto de la interior para trabajos, sin embargo, la misma
población afrodescendiente vivía en Asun- diferencia se da también a nivel provincial.
ción y la mitad de la población de la capital Tampoco es factible que se deba a un mayor
era afrodescendiente. En otras palabras, había nacimientos de mujeres, porque los datos
una presencia muy importante de este grupo, nos dicen otra cosa. Se puede tener en cuen-
el cual no estaba marginado de la sociedad por ta, por otro lado, una alta mortalidad debido
más que la elite así lo quisiera. De hecho, en a los trabajos duros, o incluso a que los varo-
el último cuarto del siglo XVIII se encuentran nes se escapen de los controles censales para
39 casos en la Sección Civil y Judicial del Ar- no ser enviados a los fortines. Ambas hipóte-
chivo Nacional de Asunción que involucran a sis pueden incluirse, pero el trabajo duro que
afrodescendientes. De estos, nueve se dan en- provoque una muerte precoz en Asunción
tre blancos (venta, donaciones, y una señora es más difícil que se dé, y respecto a huir del
que se opone al casamiento de su hijo con una censo-tributo, al darse la misma relación en-
mulata); quince contra negros (uno por deu- tre los esclavos, «libres» de tributo y bajo el
da, otro por matar una mula, cinco por adul- control de sus amos, la explicación queda un
terios, cuatro por heridas, dos por robo, uno poco débil. Seguramente son todas las ante-
por fuga, y otro por falsificación de firma); y riores razones juntas, porque si comparamos
hay quince demandas por parte de los negros con los esclavos que los jesuitas tenían en su
(de los cuales nueve son por maltratos). Hay colegio de Asunción en el momento de la ex-
que señalar que de estos últimos quince casos, pulsión de la orden en 1767, los porcentajes
seis fueron iniciados por mujeres. son un tanto diferentes. Incluso tenemos el
La presencia femenina entre la población dato de los recién nacidos, que en la siguiente
afrodescendiente era importante, fundamen- tabla incluimos entre paréntesis.
talmente entre los adultos, como lo demuestra
el siguiente cuadro.
Mujeres Varones
Adultas/os libres 764 66,7% 382 33,3%
Párvulas/os libres 200 50,0% 200 50,0%
Adultas/os esclavas/os 566 60,5% 370 39,5%
Párvulas/os esclavas/os 95 43,0% 126 57,0% Mujer, honor y afrodescendientes
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1.625 60,1% 1.078 39,9% IGNACIO TELESCA
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