Tejiendo Mis Alas - Perla Garcia

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Perla García

TEJIENDO MIS ALAS


CON LOS ARCÁNGELES

2021
DEDICATORIA

Este libro está dedicado con mucho amor primeramente a Dios, que
es la fuente de toda mi existencia, y a mis ángeles terrenales: mi
esposo, Octavio Landeros, quien ha sido mi amigo y mi compañero
de vida, cómplice de todas mis locuras; mis padres, José Luis
García y Sara Lugo, y mis hijos, Eric, Gabriella, Josué, Gael y
Emanuelle. Pero especialmente lo dedico a mis futuros nietos,
porque sé que vendrán a ser parte de mi ejército de ángeles
terrenales.
Asimismo, te dedico este libro a ti, que lo tienes en tus manos y
estás interesado en mi tejer de alas y te encuentras empezando tu
propio tejido. Deseo que tengas un bello despertar al mundo
espiritual.
Gracias, este libro es para ustedes.
Por último, dedico mis días y mis noches a mi hermano, señor y
maestro Jesús .
ÍNDICE
PRÓLOGO

TEJIENDO MIS ALAS

EN EL SILENCIO SE ENCUENTRA A DIOS

SAN MIGUEL ARCÁNGEL

CÓDIGOS DE CONTACTO
EXPERIENCIAS
CODIFICACIÓN UNIVERSAL
INVOCACIONES
CANALIZACIÓN
ASOCIACIONES RELACIONADAS CON LOS CUATRO CUERPOS
MEDITACIÓN DE ESPADA PODEROSA ARCÁNGEL MIGUEL

ARCÁNGEL GABRIEL

EXPERIENCIAS
En la dulce espera de amor
Tatuaje de amor
ASOCIACIONES RELACIONADAS CON LOS CUATRO CUERPOS
CANALIZACIÓN
MEDITACIÓN

ARCÁNGEL CHAMUEL

LA CASA DE LOS ESPEJOS


¿CÓMO SE CURA UNA HERIDA EMOCIONAL?
ASOCIACIONES CON EL CUERPO FÍSICO
CANALIZACIÓN
MEDITACIÓN

ARCÁNGEL RAFAEL

INTUITIVA MÉDICA
EMANUELLE
La doctora corazón
ASOCIACIONES CON LOS 4 CUERPOS
MÉTODOS DE SANACIÓN ARCANGELICAL
VISUALIZACIÓN Y MEDITACIÓN
MEDITACIÓN

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA

AGRADECIMIENTOS

BIOGRAFÍA
PRÓLOGO

Y ahí estaban, era el primer día de clases del Programa de


Certificación para ser angeloterapeutas de Ángeles en tu Vida; yo,
con toda la expectativa y emoción de conocer a esta nueva
generación de alumnos, que estaban deseosos de abrir sus alas y
convertirse en instrumentos divinos. La clase se llevaba a cabo por
Zoom, por lo que yo alcanzaba a ver a todos mis alumnos en la
pantalla de mi computadora; cada uno en su recuadro, como
pequeñas ventanas, a través de las cuales yo podría ir
conociéndolos y adentrarme en sus mundos a lo largo del programa.
Y justo ahí, en medio de todos, estaban ellos: Perla y su pequeño
Emanuelle; Perla, gozosa de estar finalmente en clase, y
Emanuelle, paciente, atento, con sus ojos bien abiertos , parecía
que era uno más entre todos los alumnos presentes.
Transcurrió el curso; pude ir viendo la magia que se entretejía entre
ellos y a partir de ellos, pude ir sintiendo que ya traían sus propias
alas tejidas y que Perla solo estaba en el curso para afirmar, para
confirmar todo lo que ya sabía de antemano: las verdaderas
lecciones, que no se aprenden en un programa de certificación, sino
en la vida misma. Estaba ahí como alumna, pero, sin querer, ella y
su pequeño guerrero estaban también ahí como maestros ,
como testimonios de vida, de fe inquebrantable; como la prueba
más grande de la presencia de Dios y de los milagros de nuestros
amados ángeles.
Hoy me siento profundamente honrada y bendecida de ser testigo
de esta hermosa historia, de haber podido compartir con ellos la
emoción de ver el milagro de vida concretizado.
A través de esa pequeña ventana del Zoom, pude conocer a Perla,
a Emanuelle y al resto de la familia. Pero también tuve la fortuna de
conocer la historia de Perla con los ángeles y los arcángeles y pude
corroborar que ella es un maravilloso instrumento divino , con
unas alas hermosas que están listas, no nada más para volar, sino
también para cobijar a todo aquel que se acerque a ella.
Los ángeles y arcángeles están aquí para todos, con su hermosa
sabiduría y amor incondicional; están deseosos de contactarnos, de
guiarnos en cada momento, en cada situación de vida; están aquí
para decirnos «confía, no tengas miedo», para envolvernos en su
luz divina, al igual que lo hicieron con Perla infinidad de veces; están
aquí para llevarnos a un mejor mañana y para llenarnos de
lecciones que nos permitan convertirnos en mejores seres humanos;
para llenarnos de fe, de fortaleza; para mostrarnos el camino que
nos llevará a la plenitud, y para acompañarnos a recorrerlo.
En estas líneas, Perla, con su gran fe y su hermosa sabiduría, nos
guía a conocer a cuatro arcángeles: Gabriel, Miguel, Chamuel y
Rafael , y nos deja ver los pequeños y grandes milagros que han
hecho en su vida, con lo que nos brinda una guía certera de cómo
contactarlos, recibir su guía, su sanación profunda, y cómo
integrarlos en nuestro día a día.
Estoy segura, querido lector, de que, al leer estas páginas, te
llenarás de fe y recibirás tú también, al igual que Perla, todo el amor
incondicional que los ángeles y Dios tienen para ti .
Gracias, Perla, por compartirnos tu sabiduría. Gracias, Emanuelle,
por ser un instrumento de Dios y permitirnos ver el milagro de su
amor divino. Gracias, ángel Azul y arcángeles Miguel, Rafael,
Gabriel y Chamuel, por darnos estos mensajes de amor a través de
ellos. Gracias, Dios, por manifestarte a través de estas historias y
hacernos saber que nunca estamos solos.
Disfruta tu lectura, pero, sobre todo, disfruta de la presencia de Dios
y de los ángeles en tu vida.

Angélica Bovino
TEJIENDO MIS ALAS

Cuando tenemos un pensamiento o deseo de desplazarnos de un


lugar a otro, primeramente pensamos en qué medio de transporte lo
realizaremos. Pues bien, con esta idea terrenal de desplazamiento,
llevando ese mismo pensamiento y deseo de iniciar mi propio viaje a
la libertad, donde me encontraría con mi YO SUPERIOR, necesitaba
tejer mis alas, que me llevarían a ese lugar donde habita el SER
libre de toda atadura y oscuridad. De esta manera, hace tiempo
decidí iniciar mi viaje al despertar de la conciencia .
Hay una frase que escuché una vez y resonó en mi corazón:

«Si quieres llegar rápido, camina solo, pero, si quieres llegar lejos,
anda acompañado».
Proverbio africano

Así di mi primera puntada de este tejer. Decidí irme acompañada de


mis hermanos mayores, mis arcángeles, esos seres poderosos
que contienen la sabiduría dada por Dios . Ellos me llevaron de la
mano con fuerza y me dieron la sabiduría para disminuir mis
miedos.
La palabra arcángel proviene del griego ἀ ρχάγγελος (arc-: «que
gobierna» y angelos «mensajeros»). Los arcángeles son
mencionados en diferentes culturas y nos han dejado una estela de
representaciones en obras de arte, en oraciones, en canalizaciones
y en múltiples experiencias de nuestras vidas. Han dejado la huella
de su presencia y de su ayuda en los que hemos sido testigos, bajo
nuestra óptica, de la verdadera intervención de sus energías
sanadoras y de oportuna guía .
Los bellos arcángeles me decían continuamente, por medio de
infinidad de señales, que tenía que encontrarme a mí misma y que
tenía que escuchar a mi corazón para lograrlo. Fue lindo el viaje
porque en el perderme me encontré y me descubrí, pero lo
magnífico de todo fue que me reconocí y me acepté . Fue como
cambiar de piel para renacer.
EN EL SILENCIO SE ENCUENTRA A DIOS
Para tejer bonito, fue necesario sumergirse en el silencio, a fin de
penetrar en la conciencia y encontrar mis sombras, abrazarlas,
honrarlas, agradecerles el aprendizaje, pero también soltarlas. Fue
necesario callar la mente para iniciar ese diálogo interno en el
silencio divino donde habita la verdad.
Se dice que el silencio es, después de la palabra, el segundo
poder del mundo . Y así es, efectivamente, porque en el silencio se
encuentra el poder de Dios, que habla en ti e ilumina el corazón, que
es donde reside el poder absoluto. Dios está en cada uno de
nosotros, pero habitualmente nos sentimos no merecedores de su
amor o creemos en conceptos que no radican en la espiritualidad.
Si, en los egos, creemos que no estamos en gracia frente a Dios, le
damos a nuestra mente infinidad de excusas, que nos llevan a
buscar a este ser supremo omnipotente fuera de nosotros , en
lo externo. Cerramos nuestros ojos del espíritu y olvidamos la
belleza que reside dentro de cada uno cuando no abrimos el
corazón a causa de todas estas formas de vivir.
De esta manera, nos adentramos en el día a día dejando fuera a
Dios de nuestra vida, pero aun así, en nuestro corazón, reside su
amor infinito. Y es posible escucharlo . Es necesario callar la
mente en ese silencio espiritual donde habita lo más puro de
nosotros, que es un Dios amoroso que lo único que quiere es vernos
felices, y reconocernos a nosotros mismos como extensiones que
emanan de su luz infinita y sentirnos creadores de amor y
abundancia .
Cuando pierdes la llave que abre la puerta de tu casa, ¿qué es lo
que haces? ¿Vas a pedir la llave de la puerta del vecino para abrir la
tuya? Obviamente, no, ¿verdad? Buscas tus propias llaves para
abrir tu propia puerta. De esta manera, metafóricamente hablando,
busquemos dentro de nosotros las llaves que abren nuestra puerta
para entrar a la gracia divina de Dios, donde reside el espacio de
amor incondicional que nos hace encontrar la gracia frente a Él.
En ese silencio, el ángel de la sabiduría habló para mí y me dijo:
«Los humanos no se voltean a ver con los ojos espirituales, sino que
todo lo ven con los ojos físicos, y solo así lo creen. Si tú te vieras
como Dios te ve, así, con belleza pura, te darías cuenta de que,
para estar en gracia, solo necesitas ser y sentirte feliz, tratar a otros
con amor y comprensión, liberar los pensamientos de negatividad y
buscar la paz interior a través de tus propias vivencias, con
conciencia liberadora de confianza y esperanza. Simplemente,
avanza por el camino sembrando semillas de sonrisas y
armonía ; no busques fuera lo que ya reside dentro».
Como la metáfora de la búsqueda de las propias llaves en la casa
del vecino que te mencioné, así fui buscando a Dios en sitios
alejados del verdadero lugar donde radica: mi templo, mi corazón,
donde lo escuché a través del silencio. Fui buscando la aceptación
de terceros, que me indicaban dónde se encontraba el lugar
correcto, y asumí como realidad aquello que solo mis ojos físicos
miraban. Para encontrar, de alguna manera, aceptación, seguí las
programaciones (que raramente sí creía) de otros, pero un día me
di cuenta de que ahí no estaba la verdad .
Es importante decirte, mi querido lector, que todo cuanto aquí
expongo lo hago desde mi experiencia de vida, la cual tomo como
propia verdad, pues, si bien es cierto que en el camino espiritual
nadie posee la verdad absoluta, todos integramos nuestra propia
verdad desde nuestra conciencia.
El ángel de la sabiduría me hizo comprender que estaba tan
acostumbrada a etiquetar, a buscar aceptación que, convencida de
eso, me alejaba de lo puro y lo real. Creía solo lo que miran los
ojos físicos: un vestuario, un título, una posición social . Me fui
llenando de dudas y de preguntas sin respuestas y tomé caminos
diferentes, donde creía que encontraría la felicidad o el éxito. Vacié
mi corazón y acumulé basura emocional en mi mente, la cual era
dominada por un gran demonio: mi ego. Debí callarlo para dejar
entrar la voz del SER, donde yace la voz de Dios. No fue fácil, pero
fue entonces que empecé mi autosecuestro.
Tener que reconocer mis sombras no ha sido nada sencillo, puesto
que en la mente reside el ego, aliado adherente al SER, el cual nos
somete a una serie de situaciones que lo único que hacen es cerrar
las puertas que nos hacen libres. Este personaje nos hace caer en
la enfermedad más grave de todo los tiempos: el miedo.
Reconocerme a mí misma como una persona llena de egos no fue
nada agradable. Elegir morir en esos egos es elegir vivir en
plena paz y abundancia .
Encontrarme en el silencio fue realmente rendirme ante Dios. A
medida que me fui formando como adulta y creyendo que todo lo
sabía, me fui perdiendo en el camino, y llegué al punto de creerme
todo lo que afuera se decía de mí, de aceptar todos esos títulos que
adquirimos como parte de una sociedad estructurada. Para decidir
ser guiada por los divinos arcángeles y poder llegar lejos y alto,
tenía que volver a ser niña ; sí, simplemente eso, regresar a mi
inocencia y enamorarme de mí de nuevo, como cuando tienes esa
primera muñeca a la cual le pones nombre. Tenía que dejar que los
arcángeles me mostraran esa sombras a las cuales yo les había
puesto títulos: enojo, ira, dolor, desamor, y una infinidad de nombres
derivados del miedo. Cuando permití, por mi libre albedrío, la
compañía y guía, empezó lo mágico: mi transformación .
De alguna manera, empezaron a bombardear mi mente con
imágenes de mi niñez, como cuando subía al árbol de mi casa a
hablar con Dios. Fue entonces cuando comprendí que mis bellos
ángeles me invitaban al silencio para retomar aquella terapia de
conexión con ese ser supremo de luz y amor infinito, en esa
inocencia de corazón puro de niña. Ahí estaban las puntadas de
este hermoso tejer de alas rumbo al despertar, en el silencio; ahí
encontré a Dios, en lo callado, en lo privado . Dios está ahí
esperando por mí.
Me equivoqué, fui yo quien se alejó. Empecé a sentirme no
merecedora de su amor. Fui cayendo en el error de oír las voces
externas, las que venían de afuera, que me decían todo lo mal que
hacía y todo lo impura que era. Creí que todo aquello, que estaba
muy bien estructurado, era lo correcto y perfecto, sin pensar que la
perfección solo era Dios en mí y lo demás venía del ego de otras
personas, de la misma sociedad, que me incitaba solo al miedo. A
raíz de eso, me fui viendo con los ojos físicos y olvidé mis ojos
espirituales, los que ven como Dios ve: con belleza pura, y empecé
a buscar aceptación de terceros. Eso me perdió aún más, porque
solo encontré culpas y más miedos.
SAN MIGUEL ARCÁNGEL

Rayo: Azul.
Día: Domingo.
Color: Azul zafiro.
Cuarzo: Zafiro, aguamarina, rubí, cuarzo cristal, amatista, ágata de
encaje azul, sodalita, lapislázuli.
Esencia: Sándalo.
Potencialidad: Cortar lazos de miedo. Trabaja ayudándote a eliminar
tus egos. Es voluntad, poder, fuerza, valentía e invisibilidad.
Elemento: Fuego.

Su nombre es reconocido en la mayoría de las religiones, tanto en el


cristianismo como en el catolicismo y el islam (por mencionar
algunas), los que hacen referencia a la presencia del arcángel
Miguel en la historia de todos los tiempos. Efectivamente, lo
describen con una fuerza muy particular y hacen hincapié en su
gran poder. Su energía directa es uno de los siete rayos
angélicos . También es llamado príncipe de los espíritus celestiales.
Su nombre significa «quién como Dios» o el «el que es como Dios».
Es líder de todos los arcángeles, aunque todos son creados con
mucha fuerza y poder, cada uno en su nivel jerárquico. Vemos
representado a San Miguel Arcángel, en todas las obras de arte, con
una espada, un escudo, y el demonio a sus pies, como símbolo del
momento de la derrota del maligno.
Para escribir esta descripción, le dije a ese majestuoso ser de amor,
fuerza y poder que yo quería describirlo y darle un significado un
tanto diferente, de manera que no fuera con matices muy religiosos.
Mi idea era dar a conocer estas magníficas energías amorosas a
mis hermanos que gustan del conocimiento angelical, el que va
mucho más allá de lo que la religión nos ha inculcado, y ayudarlos a
entender que los arcángeles, cada uno en su sabiduría,
contribuyen de manera literal a desarmar los egos .
El objetivo es empoderarnos para reconocernos como divinidad,
contenida dentro de nosotros mismos, que proviene de la fuente
universal. De alguna manera, es abrir conciencia sin causar
confusión en sus ideas religiosas y utilizar como herramientas
cualquier información que resuene en sus corazones. Fue en este
punto donde le solicité a San Miguel Arcángel que me diera guía
sobre qué quería él que escribiera en este contexto. Él sabía lo
que yo quería redactar, pues claro está que los ángeles o
arcángeles saben más allá de nuestros propios pensamientos. Le
dije que yo no sabía cómo explicar y que deseaba, con amor y gran
respeto, hacerlo. Entonces, vino a mí el recuerdo de una revista
donde hace tiempo había leído algo sobre él, que me había
resonado mucho en mi corazón y, definitivamente, estaba de
acuerdo con el autor. Pero me enfrentaba a un problema, no tenía ni
idea dónde había leído eso ni recordaba el nombre de la revista ni
mucho menos el del autor de la nota. Así fue como le dije: «Pues sí
que estoy en un lío, arcángel Miguel, ¿cómo se supone que debo
encontrar todo eso que me pones en la mente y da juego a mi lápiz
entre mis dedos?» (porque, así como llega a mi mente, yo lo
escribo).
Has de saber que yo, primero, para escribir este libro, lo redacté en
mi bitácora y, después, lo traspasé a una computadora. Me sentí
desconcertada, pero este arcángel es muy práctico y te da las
respuestas al instante. En ese momento, mi computadora emitió un
sonido para anunciarme que había entrado un correo electrónico, y
ahí fue donde se me iluminó la mente. Empecé la búsqueda, no
pasé tanto estrés pues, de manera rápida, encontré el enlace a
aquella revista. Fue como si san Miguel hubiera movido mis
dedos en el teclado . Se abrió la pantalla con la infinidad de
opciones e hice clic en el enlace correcto. Era justo aquella revista, y
encontré la solución. Así de rápido y práctico es este arcángel, que
pone todo a tu alcance. La autora es Tania Torres y el artículo «El
arcángel Miguel» fue publicado en la revista About Español .

La imagen del arcángel Miguel se basa literalmente en los versos


bíblicos. El libro de Josué lo menciona como «Capitán de los
Ejércitos del Señor» (Josué 5:13-15). Sin embargo, tiene también
otro nivel de significado que refleja la condición y necesidad
humanas. Cada atributo del arcángel Miguel posee un simbolismo
esencial para comprender su papel en la vida del ser humano:

• La imagen de un guerrero representa la defensa contra las fuerzas


del mal y la oscuridad que asechan al ser humano, como la
ignorancia, la inconsciencia y la esclavitud a los apegos materiales y
emocionales.

• Su título «Príncipe de la Luz» representa la iluminación del camino


del ser humano para liberarlo de la oscuridad del miedo.

• Su coraza significa la fuerza de voluntad para enfrentarse a los


desafíos de la vida. Representa también la fe y la seguridad en el
bien.

• El casco significa invisibilidad, invulnerabilidad y potencia. Protege


los pensamientos de la negatividad.

• El escudo representa el universo. Es la protección que le dice a su


adversario que no puede vencer al amor.

• La espada representa la luz que da la fuerza espiritual. Con esta


fuerza se establecen la paz y la justicia divinas. La espada también
significa el arma de la verdad. Con ella se rompe el velo que crea la
ignorancia.

• La balanza significa la justicia, el equilibrio y el orden. En la


balanza cuelgan las acciones buenas y malas, equilibradas por el
amor y la bondad que redimen el alma humana.
• Cuando lleva llaves, éstas representan el poder para abrir la puerta
de los cielos a las almas que por medio de sus acciones,
pensamientos y sentimientos se han ganado la entrada.

• Las cadenas representan su poder para romper las ataduras que


esclavizan al ser humano mediante los vicios y apegos.

• El manto representa protección y el poder de habitar el espacio


donde conviven los seres positivos y los negativos. Con él protege a
los seres humanos de las vibraciones negativas de los seres
malignos.

Tanto a nivel literal como simbólico, el arcángel Miguel representa la


justicia y la lucha por el bien. Su papel en las escrituras bíblicas lo
destaca como el capitán de los ejércitos de Dios, que son las
fuerzas del bien en el universo. Su significado implica protección,
seguridad, poder, superación de obstáculos y la destrucción del
miedo y la duda. Por eso, el arcángel Miguel inspira al ser humano a
vestirse con los símbolos de su armadura (Torres, 2019).

Es el arcángel que derrota y vence al demonio. De una manera


metafórica, es quien ayuda a vencer esos demonios internos
que llevamos hasta el día en que nos hacemos conscientes de
querer derrotarlos y expulsarlos de nuestra vida .
Podemos invocarlo para pedir protección o justicia, para aumentar
nuestra fe y seguridad, para librarnos de la oscuridad del mal y del
ego, para controlar la ira. Nos ayuda a empoderarnos y nos da valor
para enfrentar nuestros miedos. Si necesitas ayuda para conocer tu
misión de vida, liberarte de energías tóxicas, estar en el presente,
en el aquí y ahora, este arcángel representa una de las «llamas
trinas» , es decir, te regala esta llave de sabiduría que te bendecirá.
Mantenerla iluminada depende de nosotros. La « llama trina » lo
hace fuerte, noble, bondadoso, sabio, paciente, compasivo…, a
imagen y semejanza del corazón de Jesús. Ese es el despertar de
nuestro Cristo interno.
CÓDIGOS DE CONTACTO

Sin lugar a dudas, el más cómico de los arcángeles utiliza diferentes


métodos para comunicarse conmigo. Uno de ellos es a través de
motocicletas tipo Harley-Davidson. Me emite imágenes con este
método muy roquero y con aires de libertad absoluta.
Él sabe cuál es el canal en el que habitualmente le harás más caso
a sus señales. Utiliza la clarividencia como su sensor o canal de
contacto, le gusta la tecnología y lo digital . Además, produce un
aumento de temperatura, como si estuvieras en un desierto en pleno
verano. Obviamente que él conoce tu propio código.
Tengo cantidad de anécdotas, que pueden darte idea de en qué
momentos se ha presentado ante mí. Déjame decirte que no ha sido
con cuerpo o con alas, pues él nunca me muestra sus alas ni su
rostro; sin embargo, se ha hecho presente constantemente.

EXPERIENCIAS

Una de esas experiencias especiales en mi vida, que nunca


olvidaré, la viví una tarde de octubre, alrededor de las 6:00 pm.
Cursaba mi primer embarazo; yo era muy joven, tenía diecinueve
años, y también era muy miedosa. Recién había llegado a Las
Vegas (Nevada), lugar donde resido.
Ese día, me había quedado sola en mi departamento, porque mi
expareja se había ido de emergencia a despedir a su mamá, la cual
estaba en condiciones graves de salud. Yo tenía un miedo terrible,
además de todos los síntomas emocionales y hormonales de
un embarazo . Me sentía fatal y, para peor, había un miedo que me
quitaba la paz en esos días. Yo había pedido asistencia al mundo
espiritual; quería, de alguna manera, sentirme protegida y
acompañada. Días después, había olvidado mi pedido, cuando, en
esa tarde de octubre, con cuatro meses de embarazo, me había
quedado dormida muy profundamente. De pronto escuché una voz
que dijo: «Despierta». Al instante, abrí los ojos y me sorprendí al ver
toda la habitación iluminada con una luz azul brillante . La
energía era de fuerza y poder; yo empecé a sentir cómo mi cuerpo
crecía como una gran esfera y que, en el momento exacto, se
expandía hasta lograr en mí una calma y una paz absoluta. No
podía comprender lo que me estaba pasando y pregunté con una
voz entrecortada: «¿Qué está pasando? ¿Quién eres?». De manera
directa, llegó a mi mente el arcángel Miguel . Empecé a llorar de
gusto, y la luz poco a poco se desvaneció y, en ese proceso, le
revelé mis emociones: «Siento miedo; por favor, ayúdame a
sentirme protegida». Inmediatamente después, recibí una llamada
de un familiar, que me decía que mi padre venía en camino desde
México porque se había dado cuenta de que me quedaría sola por
muchas semanas y él había decidido acompañarme hasta el
regreso de mi expareja.

CODIFICACIÓN UNIVERSAL

Tiempo después, ya como terapeuta holística, en una de mis


sesiones de reiki, empecé a sentir, como siempre, el cambio de
temperatura típico del arcángel Miguel. Al imponer mis manos sobre
la cabeza de la persona que tenía en la camilla de terapia, escuché
esto: «Te entrego mi código de acceso universal; repite: codificando
con el universo a través del código de san Miguel Arcángel 3-6-9».
De alguna manera, sentí que debía repetirlo tres veces, y lo hice en
ese momento. Fue un total antes y después en mis sesiones ;
pude sentir como si literalmente me convirtiera en un cohete directo
a la luna. Era una energía tan fuerte que me conectaba con el todo
y, en ese momento, parecía como si una computadora se hubiera
reprogramado en mi interior. Veía muchos números, figuras, colores,
y conectaba con información que era de total ayuda para mi
consultante que en esos momentos tomaba la sesión. Fue entonces
cuando empecé a visualizar, con mis ojos espirituales, cómo esferas
de mágica luz descendían de lo alto y eran depositadas en mis
manos para que después las colocara en los centros energéticos de
la persona. Desde ese entonces, todas mis sesiones, ya sean de
sanación energética o de reiki, o simplemente una consulta de
canalización, siempre las inicio después de un cordial saludo al
mundo espiritual, con la codificación 3-6-9 .
Tiempo más tarde, en las clases de certificación como
angeloterapeuta, comenté ese gran secreto que se me había dado
en la canalización (aunque ni siquiera era un secreto como tal,
simplemente lo mantenía solo para mí puesto que pensé que nadie
se interesaría en mis comentarios). En una clase acerca del
arcángel Miguel, lo comenté como un aporte para el grupo de
compañeros. Alguno de ellos me envió una información que hablaba
acerca de este código universal, la cual yo desconocía. Era una
frase de Nikola Tesla muy famosa . En ese momento, me abrió los
ojos a otra realidad totalmente más confiable, que ya en mis ojos
espirituales había comprobado:

«Si solo supieras la magnificencia del 3, 6 y 9, entonces tendrías la


clave del universo».

INVOCACIONES

Una de las oraciones más conocidas y comúnmente más recitadas,


sin lugar a dudas, es la que aparece a continuación.

Oración a San Miguel Arcángel del papa León XII

San Miguel Arcángel, defiéndenos en el combate contra las


maldades e insidias del demonio. Sé nuestra ayuda, te rogamos
suplicantes. ¡Que el Señor nos lo conceda! Y tú, príncipe de las
milicias celestiales, con el poder que te viene de Dios, arroja en el
infierno a Satanás y a los otros espíritus malignos que ambulan
por el mundo para la perdición de las almas.

De alguna manera, me gustaría mencionar que la oración es una


invocación mediante la cual nos ponemos en contacto, a través
del pensamiento, con aquel ser de luz al que queremos glorificar,
pedirle algún favor en especial o, simplemente, darle gracias por
todo lo recibido. Cuando acudimos a otros seres amorosos dotados
de la luz de Dios, como en este caso, yo hago referencia en mi
invocación a los ángeles. Muchas de las veces son para agradecer
o pedir guía y protección. De ninguna manera estoy haciendo culto a
ellos, queda claro que se convierten en intermediarios o intercesores
pues, en último caso, nada puede hacerse sin la voluntad de Dios.
Estamos claros con la idea de que los humanos somos energía. Los
ángeles y arcángeles son eso mismo, energía, la cual contiene
toda la sabiduría, porque fueron hechos por el Padre del cielo .
Por lo tanto, al hacer una oración o invocación, estamos emitiendo
una intención hacia alguien y poniéndole voluntad. Surge en el
pensamiento; la sentimos en el corazón y la decimos con el
pensamiento o con el sonido de nuestra voz. Eso emite unas ondas
energéticas, que son llevadas hacia aquella energía en la cual
nuestra intención está depositada, y la recibimos como respuesta en
nuestro corazón poniendo en medio la fe. De la misma manera en
que el aire contiene la energía del sonido y se convierte en su
vehículo (es decir, el aire es el vehículo del sonido), el vehículo de la
oración es el pensamiento intencionado, y le damos el impulso con
la voluntad depositada totalmente en la fe. Así, se convierte en
efectiva y directa.
Con esta explicación, quiero decirte que no necesitamos de una
oración tan estructurada o calificada por los grandes catedráticos de
la historia; simplemente, se debe emitir la idea desde el corazón,
tu templo sagrado . En mi caso, en mis invocaciones a los
arcángeles, primeramente, trato de tener la intención, la sostengo
con la fe y, finalmente, la envuelvo en la energía del amor. Ellos son
energía amorosa, y todo lo que llegue con amor es respondido con
amor.
Una de mis oraciones o invocaciones a san Miguel Arcángel, de una
manera natural, pero con mi propia esencia, sería de la siguiente
manera:

SAN MIGUEL ARCÁNGEL


Príncipe de la milicia celestial, invoco tu magnificencia sagrada para
unir mi energía a la tuya y pueda mi ser comprender la sabiduría
que emergen de los dones que mi creador, Padre celestial, fuente
de amor absoluta, ha depositado en mí.
Príncipe de la luz, te doy mi permiso para que ilumines mi camino y
me enseñes a liberarme de la oscuridad de mis miedos. Te pido
fuerza y voluntad para enfrentarme a los desafíos de la vida misma.
Protégeme de mis adversarios, enséñame lo bello y maravilloso que
habita en ellos para que, con la fuerza del amor que deposita Dios
en mi corazón, elimine todo miedo y pueda yo llegar a la verdad con
la fuerza de tu espada poderosa en mí, y así sean cortados los lazos
dolorosos entre nuestras almas.
Enséñame a ser justa y bondadosa, protégeme de mis
pensamientos negativos, los cuales representan mis demonios
internos. Te pido, hermano celestial, que me liberes de las energías
de baja vibración.
Elijo ser una guerrera espiritual que, como escudo, lleve siempre el
amor para combatir todo mal y salga triunfante con la fuerza del
amor. Amén. Así sea. Así se haga. Hecho está.

CANALIZACIÓN
Amados míos:
Sé que teméis por las situaciones y pensamientos de miedo que
acechan su paz. Vuestra fuente de sabiduría me ha enviado para
depositar, en sus cuerpos lumínicos, la esencia pura que da valor
para enfrentar sus miedos. No temáis, pues solos nunca irán por el
sendero de sus destinos. Estoy aquí acompañándolos en sus
decisiones y transmitiendo las vibraciones de amor y sabiduría. Mi
luz los acompaña.
ARCÁNGEL MIGUEL
Canalizado por Perla García

Dada toda esta definición acerca de las virtudes que este rayo de la
divinidad potencia en ti, quiero agregar lo siguiente: este arcángel
representa el poder y la voluntad de Dios y, como tal, ayuda a dar
protección; por lo tanto, potencia en nosotros ese poder de tomar
fuerza y valor para combatir nuestros miedos . Asimismo, sube
nuestra autoestima para liberarnos del ego que oprime nuestra
voluntad, lo que nos permite reconocer nuestro poder interno y
aceptar nuestra divinidad. Cuando sientas que quieres potenciar tu
capacidad de comunicación, de ser directo para eliminar el miedo de
decir la verdad; cuando sientas que tu mente está sobrecargada de
pensamientos negativos y necesitas eliminarlos para tener claridad,
puedes pedirle auxilio al arcángel Miguel, ya que ayuda a romper
nuestras cadenas de dolor sometidas por el ego para rendirnos ante
Dios, asumiendo su voluntad. Nos lleva del miedo al amor, nos
permite obtener paz y nos libera de las preocupaciones.
Hace algunos años, desarrollé una habilidad denominada intuitiva
médica , que me permite leer la energía sutil del organismo de la
persona , es decir, utilizo mi capacidad intuitiva para ayudar a las
personas a descubrir el porqué de sus enfermedades. Les digo en
qué cuerpo sutil se encuentran el bloqueo inicial (ya sea emocional,
psíquico o espiritual) y el origen de la enfermedad, ocasionada por
algún evento en el pasado o incluso en vidas pasadas. En
ocasiones, se puede detectar la enfermedad antes de que la
persona sepa que la tiene .
De esta manera, quiero enfatizar acerca de las asociaciones físicas
que nos afectan por no liberarnos del miedo y por no romper con los
lazos de dolor, que impactan negativamente en el cuerpo humano.
Es decir, según cuáles sean las emociones atrapadas en el cuerpo,
cuando se contrae el campo áurico y no se libera el miedo, partes
de tus órganos se ven afectadas, lo que detona alguna
enfermedad contenida . Pudiera ser que esa energía se encuentre
en alguno de los cuerpos (mental, emocional, energético, espiritual o
físico). Pero también, desde la intuitiva médica, puedes beneficiarte
de este rayo de la divinidad para mejorar las condiciones de salud.
ASOCIACIONES RELACIONADAS CON LOS CUATRO
CUERPOS

CUERPO FÍSICO ENFERMEDAD

Enfermedad en tiroides,
paratiroides y amígdalas.

Pulmones, páncreas, Asma, enfermedad pulmonar


vesícula, hígado, obstructiva crónica,
intestinos, bazo, riñones, neumonía, edema pulmonar,
glándulas suprarrenales. embolia pulmonar,
bronquiectasia, cáncer
pulmonar, problemas de
estómago, indigestión,
diabetes, infección de riñón y
vejiga y pancreatitis.

INVOCAR SU AYUDA CHAKRA


PARA

Reducir la rigidez de Plexo solar.


cuello y mandíbula; relaja
el sistema nervioso; bajar
la presión sanguínea, y
reducir el estrés, el
sobrepeso y el
estreñimiento; mejorar la
autoestima.

Enfocarnos en nuestra ENFERMEDAD EMOCIONAL


metas y tener Estrés, frustración, problemas
determinación, limpiar el alimenticios, ansiedad,
linaje femenino y insomnio, entre otras.
masculino, liberarnos de
viejas programaciones,
cortar con lazos o
vínculos tóxicos con
relaciones pasadas que
hayan dejado residuos
energéticos que afectan
nuestra salud.

Si acaso estás interesado en colocar un altar angélico como punto


de encuentro o portal de apertura de esta luz maravillosa que ellos
representan en tu vida, te recomiendo colocar una imagen de un sol
y una vela en color azul, que representa el elemento fuego.

MEDITACIÓN DE ESPADA PODEROSA ARCÁNGEL MIGUEL


ARCÁNGEL GABRIEL
Rayo: Blanco.
Día: Miércoles.
Color: Blanco platinado.
Esencia: Jazmín o romero.
Elemento: Agua.
Potencialidades: Creatividad, comunicación, fertilidad, resurrección.
Cuarzo: Cristal.

Su nombre significa «Dios es mi fortaleza», «la fuerza de Dios» u


«hombre de Dios». Es uno de los tres arcángeles mencionados en
la Biblia. Es el arcángel de la anunciación, quien lleva el
mensaje a la Virgen María del nacimiento de Jesús .
El arcángel Gabriel es el principal portador de los mensajes dirigidos
a las grandes personalidades mencionadas en la historia de las
religiones abrahámicas y en las tradiciones islámicas. Este
arcángel es enviado con revelaciones y mandatos divinos . Se
dice que Dios envió a este arcángel a Mahoma con la revelación del
Corán. Es el portador de la noticia de la reencarnación. En el arte,
es representado en pinturas con vestimentas blancas y un lirio en la
mano; el vestido o túnica blanca simboliza la transparencia y pureza
del espíritu, el lirio representa la pureza e inocencia, haciendo
referencia a las virtudes de María.
En ocasiones, es representado con una trompeta en la mano porque
se dice que es quien tocará la trompeta en el juicio final para
despertar a las almas dormidas. En la jerarquía de los siete rayos,
este rayo blanco se encuentra en la cuarta posición.
El color de esta divina energía no es propiamente blanco, sino que
esta, al entrar en contacto con nuestra propia energía áurica, hace
que captemos su color como un blanco o cobrizo, dependiendo de
nuestra energía y de nuestra propia percepción, pero, en realidad,
su color es cristalino, es decir, traslúcido . En algunas de mis
sesiones de angeloterapia, se ha manifestado hasta en un color
dorado traslúcido. Recuerda algo que se ha mencionado antes: las
cosas serán tal cual sea tu propia experiencia y así será tu verdad.
Entonces, los arcángeles representan las siete llamas o rayos
de colores que constituyen la manifestación de las cualidades
atribuidas al Creador . Dios Padre-Madre y este rayo representan
la pureza divina de Dios en ti, que realza esta cualidad en tu
corazón.

El rayo blanco nos conecta con la pureza, la esperanza, el milagro


de la resurrección, la armonía y la devoción. Es una fuerza
protectora y purificadora, que podemos invocar en todo
momento .

Este arcángel es quien inspira a las siguientes personas:

• Artistas

• Escritores

• Pintores

• Cantantes

• Poetas

• Comunicadores

• Embarazadas

• Parteros
• Obstetras

En algunas de las canalizaciones del arcángel Gabriel, me comunicó


que es quien da la iniciación a sacerdotisas para los círculos de
sanación en la energía de la fertilidad y, de igual manera, asiste a
todas las personas que están interesadas en desarrollar sus talentos
y llevarlos a otro nivel, potenciando todas las habilidades intuitivas.
De la misma manera, otorga energía de sanación en las emociones
atrapadas que se viven en silencio, y consigue la liberación de las
energías de baja frecuencia para activar el vórtice energético
localizado en la garganta.
A este arcángel se lo asocia con la luna y con el elemento agua:
rige todas las emociones . De igual forma, asiste o acompaña en
los rituales a los niños, es decir, en sus votos religiosos, como los
primeros sacramentos del bautizo y la primera comunión.
Este maravilloso ser energético dotado de amor incondicional es
quien otorga a los ángeles guardianes el pergamino que contiene el
mapa de la misión de vida y quien entrega las funciones que son
depositadas en sus amados compañeros de vida como
herramientas de sanación en momentos de máxima prueba u
obstáculos. El arcángel Gabriel es quien sostiene esta nueva alma
en sus manos hasta su llegada a la tierra a través del nacimiento, y
la va instruyendo acerca de su misión y su propósito de vida. La
custodia durante su gestación en el vientre materno y le
entrega todos los dones soplando el aliento de vida en el centro
del pecho del recién nacido , con lo que introduce toda la
información álmica y espiritual. Además, toca su labio superior y
deja una marca de hendidura entre el labio y la nariz, para callar sus
secretos y que no sean revelados, hasta que, poco a poco, vaya
recordando, según sean las circunstancias que viva. De alguna
manera, este arcángel deposita toda la esencia que Dios otorga al
alma al salir de los planos superiores.
Es el arcángel patrono de las salas de parto de todos aquellos
dedicados a ayudar a recibir a los recién nacidos y, por igual,
acompaña a las mujeres embarazadas en su proceso de
maternidad . Además, facilita el desarrollo de la confianza con los
dones de la comunicación y de la mediumnidad , así como el
conocimiento divino en sí. Transmite alegría, optimismo y una visión
positiva de la vida. Representa la creatividad y la dicha.
El arcángel Gabriel es representado por el color blanco plateado.
Algunos canalizadores dicen que es representado con el rayo
naranja, aunque, en mi real experiencia de vida, siento a este
hermano mayor con una energía muy fresca y sutil, la mayoría de
las veces, con exquisitos aromas florales. No hay una sola manera
para invocarlo , puesto que este arcángel escucha todos aquellos
pensamientos amorosos emitidos desde tu corazón con singular
atención. Él contesta de manera amorosa. Cuando tú sientas que
tienes falta de confianza en ti mismo y no sepas cómo potenciar tus
habilidades mediúmnicas , invocar su asistencia sería de gran
utilidad para empezar a desarrollarlas y expresarlas para tu más alto
bien y el de la humanidad, sobre todo cuando quieres confesar tus
secretos o decides liberar tus verdades de la manera más amorosa
posible.

EXPERIENCIAS

En la dulce espera de amor

En mi experiencia de vida, han sido innumerables las ocasiones en


las que he tenido contacto con este ser abundante de pureza e
inocencia. Su energía me ha acompañado indudablemente durante
gran parte de mi vida y de mi misión, puesto que soy madre de cinco
hijos. En cada una de mis etapas de embarazo, él me ha
acompañado transmitiéndome su amor y depositando en mí fe ,
pero, sobre todo, paciencia y esperanza en esa dulce espera de
recibir en brazos a mis hijos.
Sin embargo, confieso que, en el transcurso de mis meses de
gestación, le he pedido regalos especiales, y realmente te cuento
que los ha concedido. Por ejemplo, quise conocer a mis hijos antes
de que nacieran. El amoroso Gabriel, a quien llamaba Blanco (en
ese tiempo, él se me había manifestado siempre con la llegada de
una esfera color blanco con destellos plateados, y decidí llamarlo
así, aunque sabía que su real nombre era Gabriel), me mostró sus
caritas y sus carismas, como algunos de sus dones y
características.
Con la ilusión de mi primer hijo, le pedí que, por favor, me
adelantara algo sobre esa almita que tiernamente me había
escogido como madre . Me derritió cuando me habló del amor por
ese bello palpitar en mi vientre.
Recuerdo que una tarde estaba disfrutando de un atardecer en mi
antiguo departamento, mirando por la ventana, llena de nostalgia
por no ver a mis padres (en aquel tiempo estaba recién llegada a
esta ciudad donde aún resido), y sentía tanta soledad que me
mantenía solo la ilusión de pronto conocer a mi bebé. Empecé a
sentir una grata presencia fresca, que me dio un toque de
alegría y, llena de entusiasmo, sentí que, de alguna manera, la
tristeza se había ido de mí. Le dije con voz entrecortada: «Hola, ya
llegaste; sé que eres tú, Blanco. Quiero decirte que me siento triste,
extraño a mis padres, no sé cuándo volveré a verlos». Yo, en ese
momento, empecé a sentir un nudo en la garganta, y él, con su
suave sensación de paz, me dijo en mi corazón: «¿Quieres llorar?
Hazlo. ¿Por qué te reprimes de llorar? Es salud también». En ese
momento, dejé salir todo aquello que mi corazón sentía. También le
dije que me sentía muy sola y deseaba ya conocer a mi bebé para
entregar todo ese amor que no sabía cómo expresar. Le dije: «Si tan
solo pudiera ya conocerlo…». Sabía que era demasiado temprano,
pues tenía solo tres meses de gestación. Una imagen llegó a mi
mente: un helado de fresa. Sí, eso mismo, y luego un hermoso
arcoíris. Le pregunté por qué me daba esas imágenes, y él me
contestó que el helado de fresa era símbolo de alegría y de
liberación de la nostalgia y que el arcoíris lo daba para liberar la
depresión que en ese momento sentía.
A través del arcoíris, él me daba la respuesta de que, detrás de una
etapa aparentemente triste, siempre existirá un bonito cielo . Me
mostró el panorama más hermoso, el que desde niña me fascinaba
admirar, y llenó mi corazón de paz y amor.
Esa tarde de amena conversación dejó en mí esperanza de volver a
ver a mis padres y me hizo sentir reanimada. Días más tarde, a
través de mi ensueño, el arcángel Gabriel me dio un regalo que él
sabía que me dejaría aún más iluminada, para continuar llena de
amor en mi dulce espera. Me concedió esa petición de conocer a
mi bebé : me mostró a un hermoso bebé de unos ocho meses. Yo
escuchaba sus carcajadas y, al descubrir su rostro, me llené de
emoción, pues en el sueño sabía que era mi esperado bebé.
Observaba su ropa, su piel, el color de sus ojos y su tremenda
sonrisa; y el pequeño me miraba con singular atención, nunca dejó
de sonreír. También podía ver que era la época navideña, porque
observaba las luces que adornaban mi pequeño departamento y un
gran árbol de Navidad decorado. Sin lugar a dudas, es la época del
año que más me fascina.
En ese tiempo, empecé a notar que, cada vez que acariciaba mi
vientre, me llegaban imágenes de luces, escenarios, cabinas de
radio, y casi casi que solo faltaba escuchar el tradicional dicho de
«1, 2, 3; luz, cámara, ¡acción!». Definitivamente, él me había
concedido mi petición ; años más tarde lo comprobé, aunque tardé
en darme cuenta.
A mi primer hijo lo nombré Eric. A aquel sueño donde lo había
conocido lo recordé cuando, una noche de diciembre, disfrutando de
las luces brillantes de mi árbol navideño, escuché unas carcajadas
de un bebé lleno de alegría. Al observar a mi hijo, inmediatamente
recordé el sueño: su cara era exactamente la de aquel bebé.
Ya siendo un adulto, mi Eric está totalmente entregado a lo que es
su misión y pasión en la vida: está enfocado en sus estudios de
cinema y producción , y desea convertirse en el próximo creador
de películas exitosas de Hollywood. Actualmente, él trabaja a tiempo
completo en un canal de televisión como narrador de videojuegos.
De esta manera, quedó totalmente satisfecha aquella petición de
querer conocer su carita, sus cualidades y sus dones. Gracias,
Blanco, por concederme tan sutil capricho.

Tatuaje de amor

Una de las experiencias que, como el título de esta sección, marcó


mi alma como un tatuaje de amor, que demostró una vez más que el
arcángel Gabriel me acompañaba, la viví en mi segundo embarazo.
De nuevo, en la cuenta de la dulce espera. Yo deseaba
desesperadamente una niña y, aunque era muy temprano para
saber si realmente esperaba una niña, mi corazón me indicaba
que era una bella princesa . Desafiando lo tan acostumbrado por
todos los padres de estos tiempos modernos, conocer el sexo del
bebé a través de un ultrasonido, había decidido no saber el sexo del
bebé. De alguna manera, lo quería comprobar por mi intuición, que
luego comprobé acertada al recibir en mis brazos a mi segundo
bebé.
Durante todo mi tiempo de gestación, las manifestaciones
angelicales no se hicieron esperar. De diferentes maneras,
aparecían en cantidad los detalles, los sueños, los mensajes y las
señales. Ellos, mis ángeles, querían hacerse notar de todos los
modos posibles , y yo, tan sorprendida al principio, de alguna
forma me acostumbré a todas esas señales que aparecían en mi día
a día. Ya no las veía como algo extraño, para mí eran tan normales.
En ese tiempo, trabajaba como barista en un café Starbucks dentro
de un hotel (trabajé allí durante diecisiete años). Me volví poeta;
escribía cantidad de poemas con una gran facilidad, cualidad que
desconocía en mí. Sin embargo, reprimía mis talentos porque,
definitivamente, me sentía no comprendida por mis compañeros de
trabajo. Decir abiertamente «escucho, veo y sueño con ángeles…»
y, lo que era una locura mayor, decir «recibo mensajes canalizados
de ángeles» era como exponerme al bullying , literalmente
hablando. Debía callar y, cuando las señales se hacían
presentes, solo observaba. Me sentía como detrás de una ventana
con rejas, sin poder salir y expresar abiertamente mis experiencias.
Recuerdo que un día, estando de cajera y atendiendo a los clientes,
empecé a ver cómo caían plumitas pequeñas sobre mi cabeza .
Pensé que salían por el filtro del aire acondicionado del lugar. Ignoré
la escena y seguí trabajando. De pronto, las plumas se hicieron más
abundantes, y empecé a sacudirme el rostro y mi ropa, como si
aquellas plumas se me hubieran quedado pegadas. Levanté la
cabeza para comprobar que eran expulsadas por el conducto del
aire; los clientes empezaron a notar mi acción y ellos, como yo,
miraban hacia el techo del lugar. Mis compañeras de trabajo me
preguntaron qué me pasaba y me pidieron que pusiera atención a
los clientes. Yo insistía en sacudirme, y comenté: «Es que están
cayendo plumas, ¿no las ven?». En mi visión física, eran muy
pequeñas, como si alguien hubiera vaciado una almohada de
plumas arriba de mi cabeza. Por las risas burlonas, comprendí que
ellos no veían nada de lo que yo veía . Avergonzada, seguí
trabajando, atendiendo a mi trabajo, hasta que otra demostración
llegó a mi cuerpo. Fue una sensación que me erizó la piel, que me
estremeció. Yo no comprendía lo que me pasaba, aunque sabía
que, de alguna manera, los ángeles estaban haciendo sus
travesuras.
Por fin, llegó la clienta indicada y la que sería la causante de mis
señales. Al tenerla frente a mí, sentí el palpitar en mi pecho y una
imagen de un tatuaje de alas llegó a mi visión. Sin temor, le
comenté: «¡Qué hermoso tatuaje tienes!». Ella rápidamente me
contestó: «Sí, es adorable», y destapó su antebrazo izquierdo. Era
un corazón con alas. Al instante, me preguntó cómo lo había sabido,
y le contesté: «Tu madre me lo mostró. Ella es uno de los ángeles
que te acompañan». Era inevitable darle el mensaje , pues sabía
que no podría después con mi conciencia. De alguna manera,
percibía que era importante para ella. Solo le dije lo que me llegó en
canalización en ese momento: «Tu madre está tan feliz de
acompañarte y de saber que al menos tú sí te animaste a ponerte
ese tatuaje». La mujer, con los ojos llenos de lágrimas, me dijo que
agradecía el regalo de ese mensaje, especialmente en ese día, que
era su cumpleaños. Esa anécdota me quedó grabada en la mente;
no he podido quitar de mi recuerdo ese corazón con alas.
Meses después, se acercaba el tiempo de dar a luz; me preparaba
para la llegada de mi primera princesa. De pronto, el miedo se
apoderó de mí porque un terrible suceso ocurrió justamente en el
hospital donde yo iría a ingresarme para tener el parto. En los
noticieros, se dijo que se habían robado ya dos niños de la unidad
de maternidad.
Empecé a sentirme muy inquieta y con miedo a que fuera yo a tener
esa experiencia. Me aterrorizaba tan solo el imaginarla. Justo a una
semana de mi parto, me encontraba en mi cocina preparando la
comida cuando sentí un cansancio y un sueño muy pesado .
Pero me resistía a descansar, mucho más a irme a dormir.
Entonces, escuché una voz interior que reconocí. No venía de mi
propio pensamiento; me dijo: «Descansa y confía». Ahí mismo, dije:
«Tengo miedo; ayúdame, por favor, que no me vayan a robar a mi
hija en el hospital. Se están robando a los niños en ese lugar». En
ese momento, recordé el tatuaje de aquella mujer, y le dije: «Por
favor, Blanco, dame una señal en mi hija con la cual yo pueda
reconocer que es mi bebé y que no me la cambiaron por otra».
Luego, lo que es peor, guardé silencio, solté el llanto y le dije: «Tú
sabes lo que quiero decir». Y fue entonces cuando llegó a mi mente
la imagen de una niña jugando en la sala de mi casa con una cobija
rosa con estampado de princesas. De nuevo, mientras me
desahogaba, me llegó el pensamiento: «Descansa y confía».
Sintiendo un tremendo cansancio, me dirigí a mi habitación a
descansar. En ese preciso momento, vi, con mis ojos físicos, tres
esferas de colores brillantes; una era azul, la otra blanca y la
última roja . Las tres estaban ubicadas horizontalmente frente a mis
ojos; giraban de manera muy extraña; no sabía por qué estaban ahí.
De pronto, mis ojos se cerraron y entré en un sueño profundo. Antes
de eso, había mirado la hora en mi despertador: las 11:29 a. m.
El mensaje fue directo, solo preguntaron: «¿Qué esfera escoges
para tu niña?». Y yo contesté: «Te escojo a ti, Blanco». En ese
momento, la esfera azul y la roja desaparecieron, y solo quedó
la esfera blanca . Empezó a girar y a expandirse, como si el mismo
color hubiera pintado con reflejos toda la habitación.
Desperté y, un poco confundida, pero llena de energía, me di cuenta
de que habían pasado menos de cinco minutos, aunque yo sentí
que había sido una larga siesta y que había dormido por horas.
Esos pocos minutos fueron suficientes para tener un sueño
reparador y sentirme liberada del miedo y con paz en mi
corazón .
Ese día, continúe con mis actividades; sin embargo, en el transcurso
de esa misma semana, al amanecer del día 30 de junio, de nuevo
me despertó una noble y dulce voz que decía: «Despierta, ha
llegado el gran día de su llegada a la tierra». Supe que se. refería a
mi bebé. Luego, escuché: «Llevará el nombre de Gabriel» . De
manera rebelde, pensé en mis adentros: «¡Oh, no! Yo quiero Perla
Karime».
Transcurrieron las horas y llegó el momento de irnos al encuentro,
pero yo aún sentía nervios. Aunque confiaba, no dejaba de sentir
ese miedo . Le había recomendado a mi exesposo: «Mira de
inmediato en cuanto salga la niña; no te despegues de ella
rápidamente. Fíjate en algún lunar o alguna señal que nos
demuestre que es nuestra hija, por favor. ¡Ah!, y no olvides que se
llamará Perla Karime».
Llegó la labor de parto y yo, muy valiente, llena de fuerza, ponía
todo de mi parte para que mi bebé llegara a este mundo. Pero algo
estaba ocurriendo pues la nena no salía . Yo ya estaba muy
agotada por el esfuerzo, y la doctora me decía: «Justo cuando está
por salir, algo pasa y se regresa». Ya casi desmayada, hice un
último intento. Recuerdo que, exhausta, hice fuerza y, en mi grito
final, dije «¡Gabriel!». En ese momento, la bebé salió como si
obedeciera al llamado de su mamá. Era evidente que el nombre
sería Gabriel , aunque decidí, por ser una hermosa niña, ponerle
Gabriella, que se pronuncia Gabriel‑la.
Entonces, la enfermera encargada puso aquella muñequita en mi
pecho, la cual inmediatamente estiró su manita y me tomó de la tela
de mi bata de maternidad. Y así fui testigo del regalo más dulce, que
me dio la seguridad de que mi hija estaba sostenida y cuidada por el
arcángel Gabriel. Ella nació con un corazón rojo brillante, como
si fuera un tatuaje, en la muñeca izquierda : la marca más
hermosa que nunca antes había visto. Mi petición había sido
concedida; yo había pedido una señal y esta fue entregada como
lunar natural en forma de corazón, que parecía como si lo hubieran
tatuado.
Por una condición no grave, tuvimos que quedarnos en el hospital
por dos días más. No obstante, yo sentía tranquilidad. Cada vez que
me traían a mi bebé a la habitación, revisaba su manita y miraba su
hermoso corazón, el cual desafortunadamente desapareció en
cuanto llegamos a casa. El lunar se secó como si fuera una costra y
se desprendió de su piel. Entonces, comprendí, y agradecí que solo
fue una marca para complacer mi petición y darme paz y seguridad.
Gabriella, hoy en día, cuenta con catorce años de edad y es una
niña amorosa. Aunque es aún una adolecente, es muy madura en
sus decisiones, disfruta ser líder, aconseja a sus compañeritos de
clase en la escuela… es otra doctora corazón, como su madre.
Gabriella está decidida a dedicarse a lo que ella dice que es su
misión de vida: convertirse en una enfermera especial de NICU (
Neonatal Intensive Care Unit ); en español, sería unidad neonatal de
cuidados intensivos .
Poco tiempo después de aquella extraordinaria experiencia, sentí
ese llamado a servir con el corazón . Sabía que ya tenía que darle
uso a todo ese montón de experiencias vividas y disfrutadas con mis
ángeles; comprendía que ya no solo tenía que quedármelas, sino
que también debía compartirlas para llenar los corazones de otros
con esa magia que me había envuelto durante toda mi vida. Aunque
esto representaba nuevos retos e inicios. Sentía miedo, pero, a la
vez, emoción de hacerlo. No tenía ni la menor idea de cómo hacerlo,
muy en mi interior sabía que sería guiada a ello, pero la gran
pregunta era cómo .
Pues no tardé mucho en darme cuenta. Un buen día, en una fiesta
en la que me encontraba con la familia, frente a mi mesa estaba una
mujer. Ni siquiera tenía idea de su nombre, pero mis sensaciones
empezaron a cambiar, la temperatura comenzó a subir y había algo
en mi interior que me iba diciendo lo que esa mujer padecía.
Empecé a conectar con sus enfermedades emocionales y con las
manifestaciones de bloqueos físicos, que ya eran muy evidentes en
ella, pues la mujer parecía estar muerta en vida : su rostro, su
piel, su mirada estaban fuera de sí. De alguna manera, pude sentir
el problema pero, a la vez, la solución de aquello. Recuerdo que lo
comenté en la mesa, donde estaban otras personas cercanas a mí
que desconocían esta faceta mía.
Al día siguiente, estaban esa mujer, Josefina, y su familia en mi
casa para una primera consulta de sanación , y yo no sabía qué
hacer. Obviamente, entré en pánico, pues no tenía idea de cómo
empezar. Fue entonces cuando de nuevo percibí a mi compañero de
viaje, mi ángel guardián, a quien nombré Azul, diciendo: «Esta es tu
iniciación de lo que pediste, solo coloca tus manos en el vientre de
la mujer». Era tan delgada que sentí que hasta podía quebrarse,
pero seguí la recomendación y le hice imposición de manos . Le
pregunté sin titubear: «¿Estás embarazada?». Ella contestó que sí y
que pensaba que ya yo lo había notado. Pero la noche anterior no
había puesto atención en ese gran detalle, que complicaba más su
condición de salud deteriorada. Entonces, invoqué la bendita
presencia del Espíritu Santo y de la Virgen María para que, con los
ángeles de la salud, me guiaran.
El primero en llegar fue Blanco, mi ya conocido hermano arcángel
Gabriel, y pedí que fuera para el más alto bien de la mujer vivir esa
experiencia y que se hiciera la voluntad de Dios y no la mía ni la de
ella.
Después, siguieron las visitas de aquella madre en su dulce espera.
Fueron por etapas, un tiempo que, a mi parecer, fue largo, pero
suficiente para que yo me sintiera con más confianza y fluyera .
Mas ella fue recuperando su peso corporal y saliendo de aquella
burbuja de emociones donde se sentía atrapada. Sus médicos
habían adelantado que sería un embarazo difícil, sin embargo,
Blanco me había dicho que era sostenido por el amor.
Llegó el día del nacimiento, y todo salió como tenía que ser: nació
un hermoso niño , al cual Josefina decidió poner por nombre…
¿cómo creen? No podía ser más honorable en esta historia la
valiente Josefina; su regalo bendito se llama Ángel Gabriel. Ahora
es un adolecente de dieciséis años.
Querido lector, esta experiencia fue la que me dio la patadita de
buena suerte, tan acostumbrada en nuestras culturas, para dar inicio
o la bienvenida a una nueva etapa en mi misión de vida como
terapeuta energética, y nada más viviendo experiencias y
dejándolas en el corazón y en los recuerdos. A partir de entonces, el
mío fue un caminar con más compromiso, pues debía llevar a la
práctica todo aquello que me mostraban en mis visiones y
sueños . No obstante, te confieso que, al principio, me enfrenté a
una infinidad de egos que me confundían y me hacían detenerme y
tener que acudir a ellos constantemente para poder avanzar en
adquirir confianza en toda la guía y canalizar y seguir las
instrucciones recibidas.
A partir de entonces, todo cambió, aunque no se puede tener todo
en la vida. En ese momento, me enfrentaba a un gran obstáculo: mi
esposo no aprobaba lo que yo empezaba a practicar ni estaba
de acuerdo con que acudieran personas a mi casa para recibir
alguna terapia de sanación. Con mi idea de mantener un matrimonio
armonioso, me vi cantidad de veces en dificultades, lo que
provocaba que me alejara de las consultas y sesiones. Mi relación
mejoraba, pero mi corazón no se sentía pleno y feliz . Cuando
me alejaba, parecía que el camino me encontraba más y yo
encontraba cada vez más el camino.
Sabía en mi corazón lo que realmente yo era, pero no podía gritarlo
por llevar en mí una idea errónea, un ideal equivocado del amor y de
unión matrimonial. Estaba reprimiendo mis emociones y callaba
porque lo que menos deseaba era problemas . Me enfermaba
continuamente de afecciones en la garganta, de altas fiebres y dolor
de huesos, que me llevaban a la cama. Había días en los que no me
podía mover; los dolores eran tan intensos que hasta llegué a
pensar que tenía alguna enfermedad de gravedad. La piel,
literalmente, me dolía mucho, me quedaba afónica por días y hasta
semanas enteras; era imposible trabajar así . En ese tiempo,
trabajaba en el hotel en el área de café.
Un buen día, no soporté más. Estaba tirada en la cama, con todos
esos síntomas y, desesperada, entre llantos y sollozos, oré y pedí
ayuda al mundo espiritual. Muy en mi interior, sabía la causa de
todas esas enfermedades y dije: «¿Cómo quieren que continúe así?
No puedo, saben perfectamente que él [mi exesposo] no acepta
estas cosas espirituales. ¿Cómo se supone que debo hacerlo?
Cuando me alejo, empiezo a enfermar y las personas me buscan
más. Me siento atrapada entre la espada y la pared». Entonces
sentí un cansancio tan poderoso que, a pesar de poner resistencia,
me venció, y caí en un sueño profundo, aunque hasta el día de hoy
recuerdo con precisión todo lo que vi y soñé.
Tuve una conversación, tal cual la tienes con tu mejor amigo, con un
ser de luz, el cual no tenía alas ni aureola ni mucho menos una voz
angelical. Me dijo: «Sabes perfectamente por qué estás así,
¿verdad? Estás en una piel que no es la tuya, porque estás
fingiendo ser algo que no eres, y tu garganta está sufriendo los
estragos de tus decisiones y emociones calladas. Atrévete a ser tú.
Nadie te tiene que aceptar, la única aceptación viene de ti
misma , del reconocerte tal cual eres, con todas tus virtudes y tus
habilidades. No esperes aceptación de nadie, no busques afuera
nada; todo esto se solucionará solo en el momento en que tú lo
pidas. Abre tu corazón y aprende a soltar. Lo que necesitas es
descansar más tu mente y dormir».
En ese momento, vi que de su mano salía un humo muy blanco y
con un olor floral exquisito, combinado con inciensos. Recuerdo que
pedí: «Ayúdame a que todo esto pase; no opondré más resistencia.
Que sea lo que Dios quiera: estoy dispuesta». En ese momento, él
sopló ese humo, que llegó hasta mí y cubrió lentamente mi cara.
Luego, dormí, descansé por días completos ; solo despertaba
para tomar un poco de agua y utilizar el baño, después regresaba a
mi cama para seguir el delicioso sueño. Nadie sabía lo que me
ocurría, pero igual nadie se preocupaba por ayudarme. Y yo,
mientras tanto, continuaba mi sanación a través del sueño.
Pasaron así alrededor de siete días y, cuando me recuperé
totalmente, me sentí fuerte, empoderada y llena de valentía .
Hablé, dije lo que yo quería hacer, independientemente de que le
gustara o no a mi expareja.
Poco tiempo después, nuestra relación terminó. Pasamos por un
divorcio no del todo armonioso, pues creo que es difícil llegar a esos
términos. Pero sí puedo decir que hablamos frente a frente, como
adultos civilizados, y decidí terminar la relación. Comprendía que
tenía que soltar y dejar ir a ese hombre, el cual no era feliz conmigo,
porque no podía yo ser la mujer que él quería que fuera, ni yo era
feliz con él, porque tenía que vestirme con otra piel y no enfocarme
en mi misión de vida. Los ángeles nos llevaron por caminos
distintos . Hoy él es feliz con su nueva esposa y yo soy feliz en mi
nuevo hogar, dedicada totalmente a esta misión maravillosa como
angeloterapeuta.
ASOCIACIONES RELACIONADAS CON LOS CUATRO
CUERPOS

Cuerpo Cuerpo Cuerpo Cuerpo


Órgano
físico emocional mental espiritual

Dolor de
Penas por Nos aleja
garganta. Nos ayuda
duelos. de
Infecciones a
Nos da paz personas
Garganta. de oído, de enfocarnos
y seguridad que nos
garganta; en el aquí
en nuestros incitan a la
úlceras de y ahora.
dones. mentira.
lengua.

Romper
Problemas con Nos
Nivel
hormona- Creatividad. patrones potencia la
glandular.
les. de intuición.
conducta.

Nos ayuda
a aceptar y
Programa- a
Sistema Estreñi- Actividad ciones por entregarnos
digestivo. miento. sexual. herencia o a nuestro
culturas. plan divino
con
confianza.

Bronquitis Ilusión o
Pulmones.
y asma. motivación.

Ovarios. Fertilidad. Energía


corporal y
vital.
En el altar angélico, se lo representa con el elemento agua, así que
podrías colocar algo simbólico, como un vaso de agua o una
fuente pequeña , que te recuerde la purificación de las emociones
que debes trabajar. Podrías colocar un pergamino y un bolígrafo
para representar este magnífico ser de luz divina.

CANALIZACIÓN

Querida amada hermana:


Cuando nuestro Dios creó la naturaleza, permitió ser a la luz para
que se separara el día de la noche. Sin embargo, en cada una se
encuentra la belleza y la verdad; cada una contiene divinidad. De la
misma manera, creó las flores y toda especie viviente, desde una
semilla hasta todo lo que tus ojos pueden alcanzar a admirar y
disfrutar. A toda la especie humana le dio dones y talentos para
que fuesen multiplicados . A cada persona le otorgó una belleza
única e inigualable, y, en su sabiduría, creó la belleza de la
naturaleza interior. Esa naturaleza será expuesta al mundo cuando
tú lo decidas, porque será tu única decisión y responsabilidad el
querer multiplicar esos talentos. Te recuerdo que, como humana que
eres, tienes aún más ventajas, puesto que puedes crear un mundo
mágico con tu imaginación y puedes llevarlo a manifestarse.
Busquemos dentro de ti ese talento que quieras enfocar para
compartir con el mundo entero, porque para eso son dados los
talentos: para compartirlos.
Hermana amada, la confianza en ti misma hará que tus dones
sean sumamente apreciados . Abre tu armario, ese que se
encuentra en tu interior; allí está lo que un día escogiste como
regalo de amor, el que has obtenido de tu creador. ¿Cuántos
pensamientos de negación te llegan en tu día? Pues esa misma
cantidad de talentos hay dentro de tu armario; solo es cuestión de
motivar tu mente para desarrollarlos y recordarlos. Nada de lo que
creas que careces lo tienes realmente. Pregúntate y medita acerca
de ello porque, si la duda está en ti, es porque la confianza quiere
enviarte el mensaje de que realmente está en el armario para ti.
Los pensamientos y sentimientos negativos sabotean tu
búsqueda y te hacen creer que no tienes talentos. Vierte tu
potencial divino a través de tus dones y talentos con mucho amor.
Sé consciente de ello y del impacto que puedes generar en otros
invitándolos al despertar de sus propios regalos amorosos.
Inicia dando gracias por ellos conscientemente. Cree en ti, ten
confianza, escucha tu corazón. De esa manera, se expresará el arte
divino que existe en ti como si fuera un pincel en un lienzo nuevo
cada día. Reconocer tus dones es reconocer a Dios.
TU HERMANO ARCÁNGEL GABRIEL
Canalizado por Perla García

MEDITACIÓN CON EL ARCÁNGEL GABRIEL


ARCÁNGEL CHAMUEL
Rayo: Rosa.
Día: Martes.
Esencia: Rosas.
Cuarzo: Rosa.
Potencialidad: Amor incondicional, apertura del corazón, perdón y
ayuda para recuperar objetos perdidos, pero, sobre todo, amor a la
vida. Rescata nuestro amor para vivir con pasión.

El arcángel Chamuel es conocido como «el arcángel del amor». Su


nombre significa «el que ve a Dios» o «el que busca a Dios». Su
labor es fomentar en los seres humanos la gratitud hacia Dios y
el amor incondicional y desinteresado .
Es la tercera persona de la Trinidad. Representa al Espíritu Santo, el
rayo rosa, y al Dios/madre o aspecto femenino de Dios, pues posee
ambas energías: el padre, que es la justicia, y la madre, la
misericordia. El amor incondicional, la compasión, la misericordia, la
creatividad, el perdón, la sinceridad, la dedicación o servicio a los
demás son algunas de las virtudes relacionadas con este arcángel.
Sobre todo, representa el amor propio y enfatiza el amor de la niñez.
Pertenece a la llama trina. Esta es la que permite la precipitación, en
la materia, de la consciencia crística proveniente del espíritu. Esta
llama trina se aloja en un campo de fuerza llamado la «cámara
secreta del corazón», la cual se localiza dentro de nuestro corazón
físico.
El corazón es el órgano central y más importante de nuestro
cuerpo. Es el corazón, del mismo modo, el chakra central y más
importante, es el chakra del corazón el que contiene la llama
trina. La llama trina es el florecimiento de la luz en nuestro
corazón, anclada aquí a través del descenso del cordón cristalino.
El cordón cristalino es el hilo de luz que desciende de nuestra
Presencia Yo Soy, nuestro Yo Divino.

La llama trina está afianzada en la cámara secreta del


corazón. La llama trina, también llamada chispa divina, es
literalmente una chispa de fuego sagrado que Dios te ha
transmitido desde su corazón.

Esta llama que arde dentro de vuestro corazón tiene de altura


un 1,5 mm, es la chispa divina , el potencial de vuestra
divinidad. Es el regalo de Vida del Creador a la Creación. Esta
Trinidad del fuego sagrado de Dios concentra en ella los
atributos primarios de Poder, Sabiduría y Amor; llama de su
misma Llama, es su don para cada hijo e hija. La pluma azul […]
personifica el poder de Dios. La pluma amarilla […] personifica la
sabiduría de Dios. Y la pluma color de rosa […] personifica el
amor de Dios.

Recurriendo al poder, a la sabiduría y al amor de la Divinidad


anclados en tu llama trina, puedes cumplir con tu razón de existir.
El núcleo del fuego blanco del cual surge la llama es la totalidad
del Dios Padre‑Madre, el Alfa y Omega, que manifiestan el
comienzo y el fin de todos los ciclos de tu existencia.

La llama trina es el punto de contacto de tu alma con la fuente


Suprema de toda vida. Es tu potencial para convertirte en la
plenitud de todo lo que tu Yo Real ya es.

En verdad, esta llama trina es la Luz tripartita que alumbra a


todo hombre y mujer de Dios que viene al mundo. ( Aquella luz
verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo .
Juan 1:9). Esta es la individualización de la llama de Dios por
medio de la cual la Palabra se «hizo carne» en vosotros y gracias
a la cual contempláis la gloria del SEÑOR de todo dentro de
vuestros miembros. (Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó
entre nosotros —y vimos su gloria, gloria como el unigénito del
Padre—, lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14). La llama que
arde dentro de vuestro corazón es la sede de la consciencia
cósmica, la insignia del hijo o hija de Dios. Es vuestro vínculo
con la realidad, con la Existencia y con la Vida eterna ( The
Summit Lighthouse. Grupo de Buenos Aires Argentina, s. f.).

El arcángel Chamuel es a quien acudimos para la sanación del alma


y del niño interior, para empezar a sanar las heridas que marcaron
nuestra niñez y las cuales nos ha costado mucho trabajo sanar o
cicatrizar, porque en esa etapa de inocencia es cuando la vida se
empieza a tejer.
Este arcángel me ha susurrado al oído: «Para llegar a ser adulto
pleno, ve a tu inocencia de niño, y ahí búscate, y ahí sánate, y ahí
libérate». También es el arcángel que nos ayuda a encontrar objetos
perdidos. Desde mi ideología de enfocarme en sanar mis
emociones, me ha enseñado a encontrarme a mí misma para
liberarme de mi autosecuestro, aquel que había colocado a mi ego
como un guerrero de infantería. A él le di, en cierto momento de mi
camino, ya como una mujer madura, el mando de mi vida, y me hizo
la mala jugada de poner al corazón enrejado y prisionero, con lo que
impedía que me viera y me reconociera como un ser de luz.
Para avanzar hacia adelante sin retroceder y no quedarme de nuevo
anclada en el pasado, fue necesario reconocer mi herida y ya dar un
paso, fue necesario querer avanzar y verme con amor, pieza
fundamental para toda persona que desea dedicar su vida a una
misión de sanación holística. Todos sabemos que el ego se disfraza
continuamente para evitar que avances, pero los ángeles, de alguna
manera, hacen notar su presencia llenándote de señales. Estas las
puedes captar con tus sensores, las tan mencionadas «claris».

LA CASA DE LOS ESPEJOS

Hubo un tiempo en el que me empezaron a llamar la atención los


espejos. Se me representaban como un símbolo positivo, aunque en
ese tiempo no sabía el significado. El espejo representa el
autoconocimiento y el encuentro con la propia identidad .
En su momento me costó mucho trabajo identificar o discernir el
mensaje que me enviaban los ángeles, tanto en mis sueños como
en el día a día, a través de señales visuales. Son señales repetitivas
que nos advierten sobre cambios o simplemente nos las envían para
que notemos su presencia y podamos observarlos desde otra óptica
de conciencia. La clave está en el momento en el que te haces las
mágicas preguntas: ¿por qué estoy mirando tanto este objeto?,
¿para qué está repetitivamente apareciendo esto en estos
momentos? Pero no es sino hasta que aceptas la ayuda del mundo
espiritual cuando la sabiduría empieza a emerger en tu corazón. Y
de nuevo cuestionas qué quieren decirte a través de esa señal.
Entonces se empiezan a activar tus sensores psíquicos.
Identificar cuál es nuestra habilidad más desarrollada para saber de
qué manera recibiremos el mensaje más claramente es una
tarea muy divertida. En mi caso, es la clarividencia y, a través de
señales muy visuales, recibo los mensajes.
En esa ocasión, yo tuve que descubrir el significado que tienen los
espejos. Estos son unos grandes amplificadores de luz; el trasfondo
de esto me indicaba que esta es una característica natural en
nosotros porque somos eso, luz, solo que no la vemos porque nos
enfocamos en lo negativo y nos aferramos a los sucesos dolorosos,
porque es lo más cómodo. Sí, aunque parezca irónico, es lo que
más hacemos, sentirnos dolidos. Nos aferramos al dolor y nos
refugiamos en la victimización para no trabajar en nosotros
mismos .
Te cuento que, en un determinado tiempo de mi vida, fui llenando mi
casa de espejos decorativos. Sin tener conciencia, fui comprando
uno y otro… todo cuanto se me ocurría comprar para mi casa era en
forma de espejos, incluso compré una bolsa de mano y ropa con
detalles de espejos. En fin, vivo en una ciudad donde los lugares, en
su mayoría, están adornados con grandes espejos; eso era algo
normal para mí y no veía raro este afán por llenarme de estos
objetos. Sin embargo, sabía que tenía un trasfondo, pero me daba
una gran flojera averiguarlo. Hasta que un día me di cuenta de que
sí o sí tenía que despertar, y fue cuando recibí mis cachetadas
espirituales.
En esos días, llegó a la ciudad un festival de juegos mecánicos. Al
principio me rehusaba a ir, pero, conmovida con el recuerdo de
aquellos anhelos de mi niñez por asistir a uno de estos eventos, me
animé. Tomé a mis hijos y, con gran ilusión, nos lanzamos al lugar
donde empezaban las luces y el alboroto de un pequeño
Disneylandia en mi barrio.
Entre carritos chocones, casitas de muñecas, payasos y venta de
comida, fuimos caminando y disfrutando de los juegos y delicias
típicas de nuestros pueblos. Un tanto cansada por el gran día
divertido, me senté a recobrar fuerzas y a tomar un pequeño
descanso, puesto que mis hijos parecían tener baterías Duracell
integradas: no había nada que los cansara. Bajé la mirada por un
instante y, al voltearme, me di cuenta de que mi hija Gabriella, de
dos años, había desaparecido . No la veía. Entré en pánico,
busqué en todos lados. Recuerdo bien que ya no sabía qué hacer;
fue entonces cuando pedí ayuda, dije: «Por favor, angelitos,
ayúdenme a encontrar a mi niña». Tan solo al recordar esos
momentos me entran tremendo calor al cuerpo y un amargo sabor
en la boca.
La palabra clave y mágica fue «ayúdenme» . En ese momento, mi
atención se dirigió a la casa de los espejos, que, justamente, estaba
situada frente al lugar donde me había sentado a descansar. La niña
solo había caminado unos escasos pasos para entrar allí. Entré;
sabía que algo encontraría allí, me guiaba por la sensación de paz
que, de repente, llegó a mi corazón . Vi a Gabriella reflejada en
alguna esquina; sin embargo, no sabía cómo abrazarla: desde todos
los ángulos se veía su carita risueña. Yo me sentía desvanecer por
el susto, pero esa sensación de amor y tremenda paz me sostenía.
Entonces, Eric, mi hijo, de ocho años en ese tiempo (ahora ya es un
joven adulto), exclamó: «Mamá, ya la tengo». Fue entonces cuando
yo empecé a observarme en todos los espejos, como si, de alguna
manera, quisiera ver esa energía especial a la cual solo podía sentir,
pero nunca podía ver. Le empecé a hablar, le dije: «Sé que estás
aquí; no sé quién eres, pero te siento». Inmediatamente, empezó a
transmitirme palabras, como susurros al oído. Me dijo: «Llora, llora
tanto que sanes». Me empezó a bombardear con imágenes, que
llegaban a mi mente como si fueran cortes de una película. Me
observaba en cada espejo, y en ellos veía recuerdos de una niñez
solitaria y dolorosa; sentía las huellas del abandono y el rechazo .
A medida que me acercaba a mis hijos, sentía como si el tiempo no
existiera y todo fuera elástico. Estiraba los brazos para abrazar a
Gabriella, y mis manos se alargaron mucho, hasta que por fin la tuve
en mis brazos.
Rompí en llanto por ambas razones, por los recuerdos de mi niñez y
por volver a abrazar a mi pequeña hija. Mas, al salir de ahí, quedé
muy sensible.
Luego, en la tranquilidad de la noche, cuando estaba dispuesta a
descansar, pedí a mis ángeles que me mostraran quién había sido
esa energía que me había asistido en tan estresante suceso y por
qué me habían llegado esos recuerdos que, obviamente, no tenía la
intención de recordar, puesto que el motivo era encontrar a mi niña.
Días más tarde, durante el sueño, me fue revelada la misma
escena. Vi una esfera color rosa justo frente a mí durante toda la
búsqueda. Hasta esos momentos, desconocía su nombre; ahora, ya
dedicada al estudio de los ángeles, sé que se trataba,
efectivamente, del arcángel Chamuel.
¿No te parece irónico? Pasé por una situación en la cual mis
ángeles se aburrieron de enviarme a mi casa señales de espejos, y
yo, dormida, no captaba el mensaje, que era regresar a mi niñez
para sanar las heridas de abandono y rechazo . Claro, todo venía
de ahí. Y , como bien dicen que los hijos son nuestros maestros,
pues Gabriella se encargó de enseñarme la herida.
Tan solo pregúntate: en la casa de los espejos, ¿a quién buscaba
yo? A mi niña Gabriella, ¿cierto? Pero el trasfondo era
reencontrarme con mi niña interior para abrazarla y hacerla
sentir amada y querida .
Los espejos tienen un contexto muy amplio y variado. Profundizando
un poco acerca de ellos, encontré que suelen estar relacionados con
todo lo que se refiere al conocimiento espiritual. El espejo solo
refleja la verdad y sinceridad de cada uno de nuestros corazones y
de cada una de nuestras conciencias. A la vez, se convierten en la
revelación de verdades superiores al constituirse en una
herramienta de iluminación, de sabiduría y conocimiento .
En ese evento tan traumático de perder y encontrar a mi niña, me
fueron reveladas muchas verdades, que me ayudaron a
encontrarme para saber el porqué de mis emociones. Allí mismo,
Chamuel aprovechó para mostrarme los eventos de mi pasado y
para profundizar en ellos, para darme a saber que no tenía por qué
sentirme rechazada y abandonada, a pesar de los eventos de mi
niñez registrados en mi memoria.
Este arcángel compasivo y amoroso me ha hecho comprender que
somos el reflejo de Dios . En esa frase de las escrituras, en el
Génesis, donde dice que somos «hechos a imagen y semejanza»,
justo se refiere a eso. Estamos sostenidos por esta energía
creadora del todo, quien, a través de los espejos, me hizo
comprender que tengo un corazón humano, el cual refleja a Dios, y
que soy luz, amor y sabiduría. Solo era cuestión de reconocerlo en
mí e integrarlo.
A partir de ese evento de mi vida, esa energía de Chamuel fue más
común en mi día a día. No tengo duda de que desde siempre
estuvo, solo que empecé a ser consciente de ello a partir de aquella
situación. He disfrutado de su compañía y guía en numerosas
ocasiones. Chamuel me da sus mensajes de la manera que él sabe
que yo los capto mejor.
Así es el mundo espiritual angélico; te enviará todo tipo de
respuestas a través de las señales. Aprenderás a captarlas a
través de tu habilidad más predominante , es decir, a través de
tus sensores psíquicos más abiertos, solo es cuestión de
identificarlos. Probablemente, recibas los mensajes de la manera
que a ti te gusta, pero quizás no sea la mejor forma en que los
captes.
Ellos, nuestros ángeles, nos conocen más; te recuerdo que ellos son
inteligencia divina y nos acompañan desde el momento en el que la
conciencia eterna Dios los creó justamente para cada alma. Cuando
un ser decide reencarnar, se le asigna su ángel especial, además
de arcángeles, que son como ayudantes extras que lo asisten
para llevar a cabo su misión, dependiendo de las situaciones que
deba enfrentar.
El arcángel Chamuel representa la parte femenina, amorosa de
Dios. Esto no lo comprendía al inicio de mis encuentros con este
hermano mayor. Cuando pregunté qué era eso, él me contestaba
que era mi lado en desequilibrio, era mi energía femenina,
proveniente de mis ancestros. Yo representaba a todas las
mujeres no amadas, no respetadas y no valoradas de mi clan,
incluso todas las que fui en otras vidas. Esa energía de rechazo
y abandono de la que les hablé al inicio no necesariamente venía de
mi actual historia, sino que podían ser eventos de mis vidas
pasadas. Y yo la debía sanar para liberar, al mismo tiempo, a mi
propio clan.
Entonces, esto quiere decir que, según cuál sea la energía en
equilibrio, será la manera como percibamos esa energía angelical.
Algunas personas perciben al arcángel Chamuel con energía suave
pero masculina; en mi caso, mi lado femenino era el desequilibrado.
Entonces, él se manifestaba como una energía suave, amorosa,
femenina para ayudarme. Al acercarse a mi campo áurico, sentí
equilibrio y, a la vez, sanación física .
Pues bien, ya tenía identificadas las heridas. La cuestión ahora era
cómo debería sanarlas. Primeramente, los pasos en este tejer
comienzan con la toma de conciencia de las señales repetitivas .
Empieza a realizarte las preguntas mágicas, las que te comenté en
el capítulo anterior. ¿Qué te aparece repetitivamente? En mi caso,
era el espejo y todo aquello que pasé para identificar las huellas de
mis heridas; pero tú puedes tomar un atajo y reflexionar
directamente acerca de tu niñez. ¿Qué hay en ese baúl de los
recuerdos? Si no lo sabes o no lo recuerdas, pero tienes dudas
acerca de ello, pídele al arcángel Chamuel que te ayude a recordar
con la intención de sanar, para tener el corazón más limpio y
fortalecido.
En el momento en el que les das tu permiso para la sanación
angelical, los maestros llegan a través de personas terapeutas, de
libros, de talleres o en un sinfín de detalles. No por coincidencia,
sino por diosidencia , me llegó la recomendación de un libro: Las
cinco heridas que impiden ser uno mismo , de la autora Lise
Bourbeau. Esta obra maestra te hace dar cuenta de las heridas que
tenemos marcadas y cómo las disfrazamos. Identificar la herida es
el primer paso . Las cinco más comunes en los seres humanos
son: rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia.

¿CÓMO SE CURA UNA HERIDA EMOCIONAL?

Cinco pasos para sanar nuestras heridas emocionales.


1. Acepta la herida como parte de ti mismo.
2. Acepta el hecho de que lo que temes o reprochas te lo
haces a ti mismo y a los demás.
3. Date el permiso para enfadarte con aquellos que
alimentaron esa herida.
4. Acéptala. Ninguna transformación es posible si no
aceptamos nuestras heridas emocionales.
5. Observa el mundo con y sin heridas, sin máscaras. Todos,
en su momento, tenemos alguna, pero no estás solo.
Podemos enfrentar una sanación en grupo y con la guía de
algún hermano espiritual o de ángeles terrenales, que
llegan en forma de terapeutas, o con la asistencia de los
amigos.
La herida del abandono debe sanarse prestando una especial
atención a la autoestima y, por encima de todo, siendo capaces de
perdonar, de liberarnos de ese pasado. Es como quien corta el hilo
oscuro de un tejido, para dejarlo ir, y retoma el hilo del color correcto
para empezar a tejer de nuevo.
Esta herida se forja en los dos primeros años de vida del individuo.
Es una herida mucho más común de lo que creemos, pues, en
muchas ocasiones, sentimos que las atenciones básicas que
hemos recibido de nuestra madre no fueron suficientes para un
buen desarrollo físico y emocional.
Para que te resulte menos difícil identificar a este maravilloso ser
angélico, te dejo unas pequeñas pistas, si es que eres como yo, de
los que necesitamos pruebas visuales. Es posible que veas o que te
llamen la atención los siguientes objetos: espejos, figuras en forma
de corazón, unicornios (ya sea en pinturas o muñecos), plumas de
color rosa, juguetes de niños en lugares donde no están jugando,
mariposas, colibrís… También lo puedes identificar cuando llegan a
ti joyas de cuarzo rosado, cuando escuchas o ves continuamente un
instrumento de música (especialmente arpas), cuando te encuentras
con libros que hablen del amor o poesías. Y quizás puedas
identificarlo a través de los propios códigos visuales que
seguramente el arcángel Chamuel te hará notar.
Otra de las formas en que este hermano mayor se hace presente
es a través de sensaciones , tales como cuando estás en una
búsqueda de ti mismo, cuando necesitas ayuda para tener
aceptación y reconocerte.
Muchas veces, nuestro ego nos hace ver lo que vivimos no desde el
amor, sino desde el conflicto. Es aquí donde nosotros mismos
generamos un rechazo a la vida y no aceptamos todo aquello que
esta nos presenta para vivirla desde el amor. Así, nos frustramos y
vemos que todo a nuestro alrededor es tóxico. Sin embargo, nuestra
energía amorosa nos acompaña a través de este arcángel, y nos
posibilita aceptar todo aquello. También nos permite aceptar a las
personas con sus defectos y virtudes, y amarlas desde ahí y no
emitir juicios o poner etiquetas, porque él nos enseña a vivirlas y a
aceptarlas desde el amor . De esa manera, nos va enseñando a
convertirnos en transformadores de energía, nos invita a hacer
contacto con la paz para sentir felicidad.
También es posible reconocer a Chamuel cuando, de pronto,
sentimos un gran amor hacia nosotros mismos y también hacia las
demás personas y hacia la vida misma. Nos enamoramos de todo:
de la naturaleza, de las mascotas… es el amor que no proviene de
la pasión (como el de pareja), sino que es un amor incondicional
por todo y todos . Es ahí donde nos vamos reconociendo como
unidad con el todo
Cuando llegas a este punto, puedes reconocer la diversidad en
todas las personas y las aceptas sin emitir juicios. Ocasionalmente,
él te hace sentir un cambio de temperatura y una presión, como si
estuvieras fuera de una burbuja y, al entrar en ella, la energía se
elevará; como si todo lo vieras de un color más brillante. Su
presencia es algo mágica porque te hace sentir sostenido y con fe
, lleno de certezas de que sabes que todo estará en paz, sea lo que
sea que esté pasando.
Cuando estés interesado en expandir tus conocimientos hacia la
espiritualidad, pídele a este arcángel que te ayude a encontrar a los
maestros o todo aquello que te lleve a ese descubrimiento. Pídele
que te muestre las técnicas o las herramientas que te posibiliten
enseñar todo aquello que tú quieres compartir con los demás para
ayudarlos a encontrarse y tener esa conexión con la divinidad.
Cuando Chamuel está cerca de ti, te hace reconocerte como
cocreador y, de alguna manera, te muestra que contenemos magia
dentro de nuestro corazón. Así, podemos expresar nuestro arte de
diferentes formas, desde cocinando un simple omelette (pero
haciéndolo con amor) hasta creando una gran obra de arte. ¿Por
qué?, te preguntarás. La respuesta es sencilla: él nos hace tener
apertura del corazón para que reconozcamos nuestro poder .
A través de este amoroso arcángel, podemos encontrar nuestro
templo sagrado en nuestro interior para habitar la esencia del ser. A
medida que crecemos, vamos dejando en el olvido a nuestro niño
interior y nos encaminamos por la vida regidos por nuestras
creencias. Todo aquello que manifiesta nuestra vida y todas sus
dimensiones nos separan del corazón y lo vamos cerrando. Es en
esta situación cuando podemos pedir la asistencia de este arcángel,
para que nuestro corazón no se endurezca en el sentir y podamos,
desde ahí, elegir renunciar a las situaciones dolorosas que nos
trae el miedo , como la falta de perdón hacia nosotros mismos y
hacia los demás. Chamuel nos ayuda con su sabiduría para aceptar,
resignificar, soltar y regresar al amor, que es lo fundamental para
darle sentido a nuestra vida.
Las creencias nos hacen ocultar la esencia de lo que
verdaderamente somos. Cuando nos negamos a la conexión con
el amor, nos perdemos, y entramos en frecuencias del antiamor.
Así nos confundimos, y es cuando empezamos a creer de nosotros
mismos infinidad de cosas que no somos. Nos olvidamos de
reconocer nuestro potencial y nos alejamos de todo lo que
incrementa la conexión con la divinidad, como la magnífica
herramienta del agradecimiento, el perdón y las afirmaciones de
amor, las que potencian nuestra abundancia y, a su vez, nos
permiten ser conscientes de la compasión, la paz y la claridad de
nuestras emociones.
ASOCIACIONES CON EL CUERPO FÍSICO

CUERPO FÍSICO

ENFERMEDADES RELACIONADAS

Gobierna
Corazón y Vasos Problemas
Várices. la respira-
pulmones. sanguíneos. cardiacos.
ción.

Vértebra
dorsal a la Glándula Colesterole- Taquicar-
Adicciones.
altura del del timo. mia. dias.
corazón.

Sistema Tensión alta Dolor de


Brazos. Depresión.
circulatorio. y baja. pecho.

Ganglios Problemas Dolor de


Manos. Asma.
linfáticos. de la piel. clavícula.

Si estás interesado en armar un altar angélico, podrás representarlo


con cuarzo rosa y objetos en forma de corazón . En caso de que
no cuentes con alguna figura de ángel en específico, puedes
armarlo tan solo con la intención desde tu corazón, piedras o un
pétalo de cualquier flor, dedicados a Chamuel. Finalmente, para los
ángeles, lo más importante es la intención desde tu ser y que lo
invites a guiarte con amor . Eso basta para, desde ese instante,
tener su amorosa energía latente en tu vida.

CANALIZACIÓN

Hermano mío:
En cada acontecimiento de tu vida se te ofrece una nueva
oportunidad para experimentar el poder del amor. Permite que el
amor emerja en tu corazón. Eres luz perfecta y estoy aquí para
recordarte que el amor lo es todo, y el resto es solamente ilusión.
Ama intensamente y perdónate. Eres libre, siéntelo.
ARCÁNGEL CHAMUEL
Canalizado por Perla García

MEDITACIÓN CON EL ARCÁNGEL CHAMUEL


ARCÁNGEL RAFAEL
Rayo: Verde.
Día: Jueves.
Esencia: Pino.
Cuarzo: Aventurina verde, turmalina verde, esmeralda, labradorita
con destellos verdes.
Potencialidad: Curación y armonía; la ciencia y la medicina. Impacta
y da fuerza al espíritu.
Elemento: Aire.

El nombre del arcángel Rafael significa «Curación de Dios». Su


nombre no solo se refiere a la salud del cuerpo, sino también a la
salud del alma. Su nombre, y las historias bíblicas donde es
mencionado, han dado a San Rafael arcángel el papel de sanador.
Representa el aspecto de Dios que ayuda al ser humano a
mantener el balance de las emociones y la salud del cuerpo.

[…]

El arcángel Rafael casi siempre es representado en un peregrino.


Esta imagen es una referencia a la historia bíblica de Tobías, que
también apoya la idea de San Rafael Arcángel como sanador.

El bastón o cayado que lleva representa la voluntad y el apoyo


espiritual necesarios para recorrer el camino de la vida. También
representa autoridad espiritual que desvía y transforma las
influencias negativas.

Muchas veces está vestido de verde, el color de la naturaleza, la


esperanza y la regeneración. Todas estas cualidades apoyan la
curación del ser humano y de la Tierra. Por eso a San Rafael
Arcángel también se le asocia con la ecología y la protección de la
Madre Tierra y sus criaturas.

Se le representa también con un pez o dos, otra referencia a la


historia bíblica de Tobías. El pez simboliza la vida y regeneración
espiritual

[…]
San Rafael es el patrón de los enfermos y los hospitales por ser el
ángel que trae a los seres humanos la energía sanadora de Dios.
Hace al ser humano recordar que el cuerpo es un importante
instrumento para el espíritu, y por eso debe cuidarse con gran
amor y atención.

Es también el santo patrón de los ciegos, de los encuentros


fortuitos, de las enfermeras, de los médicos y de los viajeros. San
Rafael Arcángel tiene mucha compasión por todos los seres,
especialmente las personas que tienen algún mal físico, mental,
emocional o espiritual. Se le puede pedir su intercesión para sanar
las enfermedades y males de todo tipo, contra las adicciones, y
para mantener sanos y salvos a los seres amados.

[…]

El arcángel de la curación
El arcángel Rafael representa la sanación y purificación del alma y
el cuerpo. Guía al ser humano a dejar atrás todo lo negativo que
ha acumulado a través de su vida y a aceptar «la curación de
Dios», como indica su nombre. Intercede y aboga por que los
seres humanos puedan liberarse de su pasado y retomar el
camino de la vida con una nueva visión del futuro llena de
esperanza y regeneración.

San Rafael ayuda a los enfermos en su transición hacia una vida


nueva llena de oportunidades de crecimiento espiritual. Para
aquellas personas cuyo camino en la Tierra ha llegado a su fin,
otorga la oportunidad para la sanación y purificación del alma en
su nueva etapa de existencia (Torres, 2019) .
A este hermano mayor se lo conoce como el médico del reino
angélico . Nos enseña a curarnos o a sanarnos a nosotros mismos
y nos ayuda a encontrar la guía interna, el equilibrio, el amor, la
compasión y la inspiración que nos ayuden a sanar a otros a través
de diferentes técnicas. Se dice que arcángel Rafael es aquel que se
para en medio del sol. Se lo conoce como el ángel del árbol de la
vida, el ángel de la oración, de la alegría y de la luz. Se dice que fue
con este arcángel con quien Dios envió un anillo a Salomón, el que
era una estrella con cinco puntas y donde estaba inscrito un
pentagrama.
Este arcángel tiene una energía muy jovial , es muy alegre y su
simpatía te hace sentir como si conversaras y hasta bromearas con
tu mejor amigo, ese amigo que te hace reír a carcajadas, hasta el
punto de sentir que todo lo que haces deja de ser serio. Tomas
cualquier actividad con tanta alegría y entre risas que ni sientes que
estás realizando un proyecto, ni cuenta te das. Y todo lo resuelves
exitosamente. Puedes compararlo con un viaje en el que debes
manejar el auto durante horas y horas en una carretera enfadosa y
aburrida, pero llevas a un buen acompañante, y vas entre pláticas y
risas, brincando de una anécdota a otra, y de repente, cuando te
das cuenta del tiempo, ya llegaste a tu destino. Así es el arcángel
Rafael.
Esta energía mayor y armoniosa representa el aspecto de Dios que
ayuda al ser humano a mantener el equilibrio de las emociones y
la salud del cuerpo .
Es guardián del rayo verde y, junto con los arcángeles Miguel,
Gabriel y Uriel, es guardián de la Madre Tierra. Rige el planeta
Júpiter (obtenido en canalización). Este rayo verde es la
combinación del rayo amarillo-sabiduría y el rayo azul-fe/fuerza, por
lo que reúne las virtudes contenidas en estas manifestaciones del
poder divino.
Te cuento, como siempre, anécdotas de mi vida porque creo que,
sin mis historias, realmente este tejer de alas no tendría sentido.
Mi caminar con los ángeles ha sido como seguramente ha sido el
tuyo, con base en puras experiencias y de diferentes maneras .
Esto te lo digo porque yo no tengo nada diferente a ti por haber
elegido ser una sanadora de la luz; esto no me hace ni mejor ni
superior a ti, simplemente, la historia de mi vida me ha llevado por el
camino de descubrir que hay mucho más de lo que mis ojos físicos
ven. Esa inquietud me condujo a través de mis experiencias a
descubrirlo, y este afán de querer contarte mi recorrido es con la
única intención de que no te sientas solo ni incomprendido, como lo
he sentido yo cantidad de veces. Quizás yo pueda aportar algún
rayito de luz a tu corazón para que te atrevas a decir «sí, claro, esta
historia es parecida a la mía; no estoy tan perdido o tan solo». Estoy
completamente segura de que tendrás infinidad de historias que
pueden ayudar a sanar a otros y de que, a través de tu propio
caminar, has enriquecido tu vida espiritual.
Todo ser humano puede llegar a ser un «trabajador de la luz».
Esto no está limitado para ciertos individuos, sino que se logra a
partir de tu propia decisión de convertirte en uno de ellos. No hay un
determinado número de trabajadores de la luz, solo se necesita
tener el corazón abierto y las ganas de servir desde tu intención, de
sumar valor a la vida de los demás. No importa a qué te dediques o
cuál sea tu profesión. En mi caso, como una madre de cinco hijos,
estoy aportando apoyo a estas almas que me eligieron para esa
misión que ellos vienen a cumplir, yo solamente soy la que
acompaña en esta tierra con mucho amor y sostenimiento tanto con
mis cuidados amorosos como con la guía en sus maestrías. Soy
algo así como su ángel terrenal, que siembra semillas, que se
agregan a esas semillas internas que ellos ya traen en su alma.
Solo los llevo a desarrollar sus propios frutos .
También me dedico a ser terapeuta holística. Utilizo diferentes
herramientas, como lo son la intuitiva médica, el biomagnetismo y la
angeloterapia, entre otras técnicas. Pero esa es mi propia decisión,
lo que he elegido como misión de vida.
Tú puedes convertirte en un sanador de la luz con la simple
intención en tu corazón de querer ayudar a otros para guiarlos
hacia la autosanación. Ya desde ese punto estás siendo un sanador
de la luz; no importa si estás ligado o no a ayudar a las personas
como un terapeuta holístico, igual puedes tener cualquier profesión
y ser atraído a la luz para ser un servidor si tienes en tu corazón la
intención de querer contribuir al bienestar de la humanidad.
Al caminar por estos senderos del espíritu, te enfrentas a muchos
miedos, a críticas, a negaciones y, en ocasiones, vas construyendo
barreras que te impiden llegar o acercarte a tu verdadera misión.
Como mencioné al inicio de este libro, todo esto a veces viene de
las mismas estructuras de la sociedad, y eso, unido a nuestros
propios egos, provoca que muchas veces seamos señalados.
Incluso, es posible que en vidas pasadas hasta hayamos sido
sentenciados a la hoguera por atrevernos a sacar a la luz nuestros
propios dones. Esas heridas dejaron huellas de dolor y rechazo o
miedo en la memoria de nuestra alma, lo que, inconscientemente,
bloquea nuestros dones innatos o habilidades y no nos permite
utilizar todo nuestro potencial.
Es en este momento cuando debemos pedir ayuda a nuestros
hermanos espirituales mayores : los arcángeles, nuestro propio
ángel de la guarda, los maestros ascendidos, y a toda la divinidad,
para que nos fortalezcamos en la luz y podamos abrirnos paso en
esta vida terrenal, a fin de llegar completos a nuestra misión. Les
pedimos que nos ayuden a recordar y a retornar al amor como
fuerza sanadora, para que podamos empezar a valorizarnos
nosotros mismos y dejar de buscar ese reconocimiento o
valorizaciones en lo externo. Asimismo, les pedimos que nos
ayuden a no caer en el ego de la falta de humildad y del no
merecimiento, que nos asistan para que podamos creer en nosotros
mismos y honrar nuestros conocimientos internos y la sabiduría de
nuestros hermanos terrenales.
Necesitamos creer en nuestro potencial para crear una vida con
un verdadero propósito, sintiéndonos plenos y felices.
Durante muchos años, en la época de mi adolescencia, me dediqué
a leer el futuro a través de las cartas españolas. Fue en la época de
la secundaria; a muy temprana edad, ya dedicaba mi tiempo a
funcionar como doctora corazón . De niña tenía la pasión por
llegar a ser médica o enfermera, por dedicarme a esta hermosa
profesión. Jugaba con mis amiguitos a que los curaba, al hospital y
a ser una madre con cinco hijos (siempre daba ese número de
hijos).
Con el transcurrir de los años, me fui inclinando por el conocimiento
de las plantas medicinales. El mundo de la herbolaria me
fascinaba , me atraía la idea de ayudar a otros a sanar el cuerpo, la
mente y lo más hermoso: el espíritu. Fui encaminándome, en mis
inicios, como una sanadora natural; es decir, de manera intuitiva,
imponía las manos en las personas. Esto me fascinaba, y lo llevé a
cabo durante mucho tiempo, a pesar de los comentarios hirientes de
algunas amistades, las cuales, poco a poco, se fueron de mi vida.
No fue nada extraño, solo que cada quien tomaba rumbos distintos
en su tejer en la vida.
Yo sabía que, de alguna manera, debía dedicarme al cien por ciento
a mi labor como sanadora o, como le llaman hoy en día, a ser una
«trabajadora de la luz» (más bien, yo diría una «sanadora de luz»).
Soy un ser espiritual despierto en forma física , que se ha
reconectado con su plan de alma y su misión. Al igual que tú,
elaboramos nuestro plan antes de nuestro nacimiento. Ser un ser
despierto enfocado en ser un sanador de luz tiene su compromiso;
implica hacer la diferencia a través de la luz brillante, encarnando su
auténtica verdad y sirviendo en cualquier forma.
Luego de años de dedicarme a ser tarotista, llegó el día en el que
decidí dejar eso para realizar un cambio. Fue entonces cuando el
arcángel Rafael apareció para guiar mi camino hacia mi objetivo de
ser una sanadora de la luz.
Estaba preocupada porque no sabía cómo iba a orientar a las
personas. Un día, en medio de esa confusión, puse la intención en
mi corazón . Acudí a mi gran amigo alegre, que se me presentaba
en mis sueños y me llevaba, a través de estos, por los tan
mencionados viajes astrales. Muchas veces me acompañaba el
arcángel Rafael a Brasil, donde aprendí diferentes técnicas de
sanación. Una de las primeras fue soplar mi aliento directamente en
los centros energéticos; en otras ocasiones, observé imposición de
manos con esferas de colores; en otras, sanación con barro, y así
fueron llegando una y otra. Pero un día le dije a mi ángel guardián
que quería aprender conscientemente otras técnicas en este plano.
Durante una noche de insomnio, me metí a ver mis redes sociales y,
de primera, apareció la oportunidad de aprender holobiomagnetismo
médico; después, reiki, angeloterapia, y otras herramientas más. Yo
lo había pedido . Finalmente, estoy realmente agradecida con
todos estos aprendizajes que han formado parte de mi menú
espiritual.

INTUITIVA MÉDICA

Seguramente, te preguntarás qué es la intuitiva médica. Pues no es


otra cosa que leer la energía del cuerpo ; es decir, la ejerce alguien
que «ve» las enfermedades en el cuerpo de un paciente por medios
intuitivos.
Cuando decidí no hacer más lectura de las cartas, muchas personas
dejaron de buscarme, puesto que lo hacían solo para que adivinara
su futuro a corto o a largo plazo. Me quedé sin clientes
prácticamente, pero confiaba en esa intuición de que el cambio se
daría.
Continué orando para recibir guía de cómo debía seguir mi camino.
Constantemente me movía en mi sueños para descubrir lugares y
remedios herbolarios a través de viajes astrales a diferentes lugares.
Uno de los que más visitaba era Brasil. Yo sabía que el arcángel de
la sanación se me manifestaba en el ensueño , aunque nunca lo
miraba directamente al rostro en esos tiempos.
Sin embargo, se mostró años después. Un buen día, recibí una
llamada telefónica; recuerdo bien su nombre, era Silvia, una clienta
de mis tan buscadas sesiones de adivinación por medio de la lectura
de cartas. Ese día, la sentí muy frustrada, un tanto preocupada por
las situaciones que le ocurrían. Me pidió una cita, y le dije que lo
sentía mucho, pero que ya no hacía esas lecturas, que me había
retirado. Ella insistió y me pidió que lo hiciera solo esa vez, pero yo
no podía faltar a mi promesa de dejar eso para buscar nuevos
horizontes. Le contesté que no, pero me ofrecí a escucharla y le dije
que quizás, de esa manera, podría orientarla con un buen consejo.
Ella aceptó, y nos reunimos.
Cuando empezó a relatar su situación tan confusa, yo comencé a
experimentar emociones y algunas dolencias en mi cuerpo físico.
Sentí el llamado a tomar un papel y un lápiz para escribir algo; no
tenía idea qué. Obedecí ese mensaje que llegaba a través de mi
intuición y empecé a escribir un alfabeto . Hasta este momento,
desconozco su origen. También tracé un dibujo, que simulaba el
cuerpo físico de la consultante. Dibujé las afecciones físicas de la
señora, al igual que las heridas o huellas emocionales y espirituales
encontradas desde su niñez y hasta datos de vidas pasadas.
También se mencionaba que energías arcangelicales estaban ahí ya
para ayudar con la situación de su vida. Estas empezaron a darme
información por canalización de mensajes para ella, tanto de
liberación como de recomendaciones que la ayudarían a mejorar
sus problemas. Ella debía ser consciente de que tenía que trabajar
en sí misma para lograr paz en su día a día . Entre esos datos,
también se sumaban aquellos órganos que ya estaban afectados y
tanto las enfermedades desarrolladas como las que aún estaban en
el campo energético listas para desarrollarse.
Todo aquello fue confuso para mí, pues realmente era la primera vez
que tenía ese tipo de canalización tan detallada. Estaba asustada,
no sabía si compartirlo con la consultante, pero dentro de mí había
algo que me hacía sentir la responsabilidad de hacerlo. Le compartí
la información a la buena mujer, que estaba empeñada en saber de
su futuro romántico. Le recomendé que se enfocara en sanar ella
misma , para luego tener la oportunidad de sentirse plena y feliz, y
se olvidara del deseo de conocer su futuro. Le dije que lo que eso
traía a ella eran solo más problemas porque, obviamente, ella no
estaba siendo consciente de lo que tenía que trabajar internamente
para que se dieran esos cambios. Terminada mi sesión de
consejería, la mujer se fue un tanto confundida, pero dispuesta a
seguir la recomendación.
Fue a partir de entonces que esa manera de guiar a las personas se
quedó como parte de mí. Luego, llegaron diferentes personas en
busca de sanación y orientación para mejorar su salud a través de
lo que decidí llamar «diagnósticos del alma» . Tenía claro que no
era médica, y les explicaba esto antes de cada sesión, además de
informarles que lo que yo daba eran recomendaciones, no una
receta médica. Solamente significaba acudir a la medicina
herbolaria, acompañada de su propia investigación previa, para que,
por medio de remedios naturales, mejorara su salud, apoyados en
jugoterapias.
De ahí surgió el interés de complementar mis sesiones con el
biomagnetismo . No tenía una base sólida, quedaba solamente en
un conocimiento intangible y, como todo lo no comprobado con los
ojos físicos muchas veces no tiene credibilidad, puesto que los
diagnósticos venían de una canalización y no de un laboratorio o del
diagnóstico científicamente probado de un médico, todo quedaba
ahí, registrado en un cuaderno.
Mi condición de humana me sometía a diferentes confusiones; a
decir verdad, me frustraba, me entraba miedo . Claro, miedo a que
todo aquello fuera juzgado o que me metiera en algún conflicto. Es
inevitable sentir toda esta parte de nuestros egos y entrar en temas
tan delicados como son las enfermedades físicas ya manifestadas
en el cuerpo y (lo que es aún más tentador mencionar) todas
aquellas enfermedades listas para desarrollarse y manifestarse,
aquellas que aún están suspendidas en el cuerpo energético
espiritual, listas para aparecer clínicamente en el cuerpo físico.
Conectar con todo eso se fue haciendo parte de una de mis
pasiones, pues, como te mencioné, desde niña soñaba con
convertirme en doctora o enfermera. No tuve la oportunidad de
estudiar medicina, pero realmente terminé trabajando en el campo
de la sanación , siendo la doctora corazón. Eso me hace sentir muy
feliz.
Del arcángel Rafael podría mencionarte lo que quizás ya sabes por
los datos históricos que existen en las escrituras de las diferentes
religiones, donde aparecen las reseñas que nos permiten conocer
más de este ser que nos encamina al aspecto sanador de Dios.
Pero yo siempre te hablo, y hablaré, en todas mis charlas (a través
de una conferencia, algún vivo en redes sociales o simplemente con
amigas, café mediante) desde mis experiencias, porque en mis
sesiones ha sido él quien realizó la sanación. Yo solamente he
sido un canal puesto a su servicio, para el más alto bien mío y
de la humanidad .
Recientemente, tuve uno de esos días en los que me sentía con
muchas preguntas sin respuestas y pensaba en cómo integraría mi
nueva certificación como angeloterapeuta a mi estilo de
canalización, al ver que iban muy de la mano. En medio de mi
reflexión, llegó un mensaje por medio de la clariaudiencia (esta
habilidad intuitiva es un don parecido a la clarividencia. La diferencia
radica en que se reciben mensajes provenientes de seres
divinos , como ángeles y arcángeles, o de espíritus, mediante una
voz o varias voces en el interior de la cabeza, como si estuvieran
dentro del cerebro). Esta voz me dijo: «Anatomía del espíritu».
Estuve con eso en mi cabeza todo un día, tan ocupada en diferentes
actividades que no me di a la tarea de investigar.
A la noche, estaba ya en mi cama, dispuesta a descansar de un día
agotador, cuando con los ojos cerrados volví a escuchar esa voz. En
ese mismo instante, tomé mi computadora y me aventuré a googlear
. Busqué aquello que me había llegado y me sorprendí tanto de lo
que encontré… jamás lo hubiera imaginado, pero aquella
información venía a ratificar y a afirmar mi técnica de diagnóstico del
alma. Se trataba de un libro llamado así, Anatomía del espíritu ,
cuya autora es Caroline Myss. Comprendí muchas cosas después
de leerlo y me hizo sentir más segura. A partir de su lectura, mi
sentir fue más enfocado y mis pasos más firmes hacia el camino de
ser una sanadora de la luz.
Sé con absoluta seguridad que fueron el arcángel Rafael y sus
huestes de ángeles los que me guiaron a esto . Bendigo ese
lindo mensaje de amor que me abrió aún más el corazón para
confiar.
Tengo tantas historias que creo que podría llenar tomos de
enciclopedias con ellas. No obstante, sin duda la que más marcó mi
vida para un nuevo despertar de conciencia fue aquella que me
sucedió durante mi último embarazo.
Este llegó de una manera inesperada; es decir, sin tener
previamente el plan. Pero las cosas de Dios son así, llegan en el
momento oportuno a tu vida precisamente para traer aún más
bendiciones y para anclar aún más tu fe.
Tuve un tiempo en el que me adentré en la rutina de la vida
cotidiana y empecé a dejar de lado mis prácticas espirituales. Como
digo yo, empecé a bajar la guardia acerca de mi caminar. Todo
indicaba que iba hacia otra dirección: quería crecer
profesionalmente, tenía otros intereses, pero no sabía cómo hacerlo,
no tenía tiempo. Me empecé a llenar de responsabilidades, de
deudas y de nuevas metas. No podía dejar de trabajar (seguía
trabajando en el café del hotel). No había tiempo para meditar, para
orar, para intencionar ni para enfocarme de lleno a mi misión de
vida. Aunque ya tenía muy claro que debía hacerlo, fue en este
momento cuando llegó mi último despertar de conciencia, cuando
realmente tomé conocimiento de todo acerca de mí y del mundo
espiritual. Me encontré con el mejor de los maestros, mi hijo
Emanuelle, quien me llevó a conectar directamente con la fuente
divina de amor.
A través de mi pequeño maestro, he sanado innumerables
heridas y pude unir el cielo con la tierra aún más . He aprendido
mucho de él.
A continuación, he añadido el capítulo que me hizo debutar como
escritora, la historia que me llevó a participar, en coautoría con doce
mujeres, de un libro que se convirtió en un best seller internacional.
En él, relato mi encuentro con el arcángel Rafael y los médicos del
cielo. Esta historia fue contundente y maravillosa, y llegó para
sacarla a la luz para el mundo entero. Con ella, pude hacer realidad
un sueño: llegar a más corazones y que mis historias con los
arcángeles y los ángeles fueran leídas o escuchadas por otros
hermanos. Nada más quedará en la biblioteca de mi alma
El capítulo titulado «Emanuelle» fue publicado en el libro Mujer
imbatible vol. 1: Si la vida te golpea, transforma el dolor en fortaleza
.

EMANUELLE

Creer en un mundo intangible quizás sea difícil cuando la fe está


débil. A pesar de llevar una vida espiritual, la cual yo creía tener muy
definida, un buen día me di cuenta de que esa vida no era plena,
aun teniéndolo todo para creer y crear. Descubrí que me hacía
falta algo muy importante para lograr todo y sentir paz
absoluta: fe . Por supuesto que la tenía, sí, pero era débil y sentía
un hueco en el corazón. Hacía falta algo ahí, era la fe
inquebrantable, el alimento del alma que nos hace desplegar las
alas para volar a lo más alto.
Soy practicante de terapias holísticas, enfocada mucho más en la
angeloterapia, pues desde niña empecé a tener ese contacto con
esos seres de luz maravillosos, aunque en ese tiempo ni siquiera
tenía conciencia de que verdaderamente eran ángeles: yo los
llamaba «mis hermanos espirituales». Luego, ya adulta, supe
realmente quiénes eran esos «hermanos mayores» y, enamorada
por este caminar espiritual, decidí un buen día dedicarme a la
práctica de sanación.
A través de esta maravillosa energía, llegó un momento en el que lo
daba todo por sentado. Siempre me sentí juzgada por las demás
personas que, al paso, iban contando de mi diario vivir.
Compañeros de escuela, compañeros de trabajo, algunas
amistades. En fin, siempre me han dicho: «Lo que dices que haces
no son buenas cosas» o «Esas cosas no son cosas de Dios porque
no son aceptadas por la Iglesia».
Me fui sintiendo cada día menos comprendida y más señalada. Me
fui perdiendo porque empecé a darle importancia al «qué dirán», y
ese fue mi gran error. Cada vez me sentía más débil y perdida en
la fe pues no había nada que me convenciera. Ni la Iglesia, ni la
religión, ni los discursos. Nada, no había nada.
Comprendí en aquel momento que todo venía de dentro de mí. Que
ese hueco que sentía en el corazón hacía falta llenarlo de fe, esa fe
inquebrantable y necesaria para poder seguir adelante, con una
misión en la vida, algo que veía más lejano que cercano, difícil de
alcanzar.

La doctora corazón

Primero, para poder dar lo que otros venían a buscar en mí, tenía
que ser muy honesta conmigo misma. Si bien nunca dejaba de dar
consejos a todo aquel que me los pidiera, yo sentía cada día que
«mi tanque de fe» estaba más vacío. Necesitaba, imperiosamente,
rescatarme a mí misma. De niña, mi padre me llamaba «la doctora
corazón» . Me entristecía mirar a la cara a esa «doctora» a la que le
estaba fallando su botiquín de píldoras maravillosas.
Muchas mujeres hoy en día se convierten en «atletas». Es un correr
y correr, esclavas del tiempo y de las obligaciones de la familia, la
casa, los hijos, la escuela. Corren y corren queriendo realizar la
mayor cantidad de actividades posible. Dividen la jornada en
parcelas deseando que, por favor, no tenga las veinticuatro horas
que tiene sino más, de modo de poder llevar a cabo el sinnúmero de
todos los compromisos pendientes.
Yo me convertí en una de esas «atletas»: corría todas las
mañanas, iniciaba el día calentando motores . Llevaba al más
pequeño de mis hijos con su niñera, a los otros tres a la escuela y,
finalmente, yo me iba al trabajo. Acostumbraba a tomar café́ frío
porque caliente era imposible; inevitablemente, se enfriaba, casi no
quedaba tiempo ni para dar el primer sorbo.
Pero, bien, así era mi rutina, yo era esclava del tiempo. Un buen día,
de camino a mi trabajo y dando ese primer sorbo a mi café́ frío, me
sentí atraída por un hermoso amanecer. El astro Sol se mostraba
con tal presencia detrás de las montañas de mi ciudad que sentí un
gran deseo de observarlo. Con un nudo en mi garganta, miré el
reloj. Una vez más no tenía tiempo, pero no podía dejar de
sentirme atraída por el paisaje . Detuve el auto, y me entregué a
ese renacer del día en mi interior. Deseaba eso también para mí:
renacer ahí, ante el majestuoso paisaje.
Hablé con Dios, le transmití mi sentir y le confesé́ que llevaba fe en
mi corazón, pero también le conté que era una fe débil. Le pedí, por
favor, agrandarla, fortalecerla, convertirla en una fe inquebrantable
pues había buscado en diferentes partes y no había tenido éxito.
Le dije, entre vacilaciones: «Dios Padre, ¿acaso lo que practico es
malo? No lo sé, pero lo disfruto. Sin embargo, no puedo seguir
adelante porque no sería honesto, debo tener fe para poder guiar
a otros ».
Con mi voz quebrada y con un gran dolor en el corazón y lágrimas
en los ojos, continué: «Estoy aquí, frente a lo creado por ti, el sol, un
cielo hermoso y, en mis manos, un corazón con déficit de fe, y tengo
sed de sentirme amada y aceptada por ti...».
Después de un sollozar, llegó a mi pecho una sensación de paz y, a
la vez, un gran silencio. Callé mi voz interior y di paso a ese silencio.
El Todopoderoso me hablaría pues, su momento era en mí, y con
una voz tan suave me respondió: «¿Fe? Eso yo pedí. Esperaba este
momento en que tú llegaras a rendirte ante mí, como un corderito de
los campos y de las praderas que busca agua para saciar su sed.
Yo esperaba que vinieras a mí a calmar tu sed. Serás fuerte, pero
la llave de tu fortaleza que te abrirá la puerta de la fe será el
dolor ».
En ese momento, un calor invadió́ mi cuerpo, y de nuevo su voz me
habló: «Tu gracia ha llegado».
Ante aquella voz, que era como un eco en mí, un tono en mis oídos,
un silencio que estremecía mi ser, perdí la noción del tiempo y solo
atiné a responder: «Acepto, Padre Eterno, acepto con amor».
Fue entonces, aquella mañana de agosto, poco después de mi
cumpleaños número 40, que quedé convencida de dejar de lado mis
prácticas terapéuticas. Pasados los días, descubrí en mis manos un
libro, que no llegó a mí por casualidad. Dentro, había una nota en la
que se leía: «Estás en tiempo de tocar la misión de vida. Cada cosa
que tocas forma parte de esa misión . Tú decides si la tomas o si,
en cambio, la postergas».
Cerré el libro y me di cuenta de que era, justamente, un libro de
experiencias únicas con ángeles. El camino me encontraba o yo
encontraba el camino , pero me rehusaba a caminar de la mano de
ellos, mis ángeles. Otra vez estaban ahí, a la espera de mi gran
pedido: acrecentar la fe, creer con los ojos cerrados, sin buscar
explicaciones ni comprobaciones.
Al poco tiempo, de manera inesperada, supe que estaba
embarazada. Digo «de manera inesperada» porque no era un plan,
dado que ya era madre de cuatro niños. Pero Dios me enviaba una
bendición más, y con amor la acepté desde el primer día. Cuando fui
consciente, abracé mi vientre y con mucho amor le dije al bebé:
«Gracias por escogerme a mí como tu madre. Prometo amarte y
entregarte todo lo posible para hacerte feliz. Te acepto dentro de mí.
Gracias por estar aquí».
En ese momento, surgió́ en mí el deseo de llamarlo Emanuelle, sin
saber aún si sería una niña o un niño, sin saber lo que se vendría
meses después. Estaba dicho ya, se llamaría Emanuelle. Yo
ignoraba el significado tan grande de su nombre: ‘Dios con
nosotros’.
Tiempo después, despertando como siempre, sometida a la rutina
de todas las mañanas (correr, correr y correr), algo andaba mal . Mi
cuerpo me avisaba de que algo no estaba en sus carriles. Un tanto
confundida, al llegar a mi trabajo le dije a mi supervisor: «Quiero
irme a casa, no me siento bien».
Efectivamente, ya en mi hogar sobrevendría una hemorragia. Todo
se tornó gris y doloroso. Sabía lo que ese síntoma entrañaba. Acudí
de inmediato al médico y solo me dijo: «Vaya a casa, por favor.
Nada podemos hacer ahora. Tenga reposo».
Salí con una esperanza en mi corazón. Lo que representaba el fin
era, en realidad, el comienzo de un renacer. Recordé aquel día de
mi conversación con Dios y me aferré más aún a mi bebé, y él
también a mí .
Fue entonces cuando empezó otro lindo tejer, ya no solo el de mis
propias alas, sino también el de las alas de mi pequeño guerrero,
que se formaba dentro de mí con una lista de limitaciones y
afecciones médicas. Entonces, puse mi fe y mi esperanza en Dios y
en aquellos seres que él creó para ayudarnos. Sin duda alguna, el
llamado fue para el arcángel Rafael .
Día y noche meditaba en su gran amor y en el poder que Dios
manifestaba a través de ellos, para encontrar curación y respaldo en
ese amor infinito. A pesar de las contradicciones de los doctores
terrenales, yo confiaba en los médicos del cielo .
Aquel día, cuando salí del consultorio de mi doctora especialista en
casos de alto riesgo, llegó a mi mente un bello recuerdo, que me
hizo confiar más aún, a pesar de todos los noes recibidos por la
ciencia. Desde ese día, comprendí aquello que Dios me había
manifestado: «La llave que abrirá la puerta a tu fe será el dolor».
Entendí, pues, que lo que venía sería una experiencia que me
pondría en la línea del dolor y del miedo, pero sería mi pedido ya
entregado. Me correspondía a mí, en medio del suplicio, avanzar
a contracorriente, enfrentarme cada instante a mis temores . No
quería perder a ese ser que ya era en mí un gran maestro de fe.
Cada día me levantaba, de la nada, bañada en charcos de sangre,
literalmente. Ante cualquier movimiento, sentía como ríos
desbordados de sangre correr por mis piernas. Aun así, agradecía.
Solo tenía la gran misión de convertir el dolor en fortaleza y
transmutarla, con mucho amor, en fe. Con esa certeza inclaudicable
de que saldría de esa experiencia más fuerte que nunca.
Fueron meses atesorados, durante los cuales valoré la vida, los
instantes y el silencio. Sin percatarme yo, mis alas se entretejían, a
cada suspiro, más fuertes , para ser desplegadas y llegar más allá́
de mis sueños. Me encontré en el silencio, me amé en el dolor, me
purifiqué en esos ríos de sangre. Solo cerraba los ojos y pensaba en
la sangre de aquel que se ofreció por amor al madero, mi señor y
maestro de amor Jesús. Yo besaba mi Cristo interior y daba
honra a cada momento abrazada a su manto de luz .
Cada vez que debía acudir al baño, me levantaba del dolor y, con
miedo, observaba el inodoro para asegurarme de que mi bebé no se
hubiera desprendido de mi vientre. Fueron tiempos en los que se
multiplicaron las manifestaciones angelicales, con sus señales de
amor, a través de una serie de acontecimientos y, sin duda, también
por medio de amistades y familiares. Por supuesto, por igual,
también las hubo provenientes del mundo espiritual: las visitas de
seres de luz. La presencia tanto de ángeles como de médicos del
cielo se hacía constante, no solo en sueños, sino también ante mis
ojos físicos.
Sentir, oler, mirar y escuchar a mis hermanos espirituales era
ya muy común para mí . Igual que cuando era una niña.
Dios todo lo crea y todo lo da.
Avanzaban las semanas y, con ellas, los riesgos crecían. Era un
embarazo muy delicado. En cada visita al médico, escuchaba sus
mismas sugerencias: «Señora, debe interrumpir. Por favor, no
avance más. Su vida está en peligro».
Era común ese tipo de recomendaciones. Solía el sangrado
enviarme al hospital, hasta que un doctor pidió́ hablar conmigo muy
seriamente. Primero, me mostró las imágenes del ultrasonido.
Después, me describió́ en detalle aquello que no se estaba
formando con normalidad en el bebé, en cuanto a sus órganos
vitales.
Realmente, eran declaraciones aceptables viniendo de un médico.
Pero yo, fuerte como jamás me había sentido, prefería seguir
confiando en mi fe . Mi mente viajaba en el tiempo. Dejaba de
escuchar la voz de mi médico, mientras resonaban las palabras de
aquel día de gracia, cuando el silencio dejó entrar la más sublime de
las voces del ser. En medio de aquella explicación médica, de
pronto tomé conciencia e interrumpí al doctor en seco para aclararle:
«Perdóneme, señor, pero yo creo en un Dios todopoderoso, que
todo lo crea y que todo lo da. Lo siento, pero no accederé de ningún
modo a su petición. Sé que mi bebé se terminará de formar y, con
certeza le digo, que sea Dios quien disponga de mí y mi futuro
bebé ».
Sin más y todavía con el alma estrujada por el dolor de las últimas
novedades, salí de ese consultorio y continué confiando en Dios.
El 25 de diciembre se presentaría un reto agregado: el líquido
amniótico derramado en gran cantidad representaba otro obstáculo.
Ya era un embarazo con placenta previa y poco líquido amniótico.
Abrazada a mi compañero, esposo y amigo fiel, los dos llenos de
dolor, afirmé: «No iré al hospital esta vez».
Me sequé las lágrimas y, una vez más, transformé el dolor en
fortaleza.
Pasé la Navidad con mi familia. Debía sonreír, darles momentos
memorables de niñez feliz. Pasaron cuatro semanas, acudí a mi
nueva cita. Le conté́ al médico lo que había sucedido. Efectuó́ una
revisión por ultrasonido. Sorprendido, me dijo que aún latía el
corazón del bebé . «Sí, sí, ya no diré́ nada. Usted sabe lo que va a
ser», me dijo, en un código implícito.
Callada, con el cuerpo muy debilitado y falta de aliento, pedí
asistencia a los ángeles: «No puedo más, no puedo más, no puedo
más. Tengo fe, pero mi cuerpo físico ya no me responde. Asístanme,
por favor, asístanme».
Con el transcurrir de las horas, empecé a experimentar un dulce olor
a bombones quemados. No sabía de dónde venía ese delicioso
aroma dulce. De pronto, el olor se intensificó.
Esa misma noche de invierno (pleno enero del 2020), yo dormía en
un sofá reclinable, donde pasaba el día entero sentada, sumergida
en la oración y en la meditación y, en otros momentos, me
entretenía leyendo o mirando algún tutorial de recetas de cocina.
Esa madrugada, se intensificó el olor a bombones quemados, y
escuché a la distancia el sonido de unas campanas. Pensé que el
viento, que arreciaba en esa fría noche, traía el sonido, no lo tomé
muy en cuenta. Mas, cansada de estar sentada, me quedé
dormitando, y fue entonces cuando percibí una presencia muy
fuerte. La sentía en el cuerpo. Mi piel vibraba y notaba que
alguien me acompañaba . Pregunté quién era, pero nadie me
respondía, solo el olor llegaba con mayor delicia a mi paladar. Las
luces estaban apagadas, solo el reflejo de la luz del baño alumbraba
un poco. Entonces, con mis ojos físicos pude ver un círculo de luz
verde esmeralda muy brillante suspendido sobre mi ombligo. Me
quedé asombrada, no sabía qué reacción tener. En ese momento,
pregunté: «¿Quién eres?», y llegó al centro de mi corazón la
respuesta: «Soy el arcángel Rafael». Sentí paz, que me daba
refugio y descanso . Con mi pensamiento, le respondí: «Te acepto
la ayuda que vienes a darme; gracias por estar aquí. Que se haga la
voluntad de Dios». Luego, el círculo de luz, que parecía como una
dona supergrande, empezó a girar con lentitud, y yo quedé
profundamente dormida.
Al día siguiente, al despertar, pensé que todo había sido un sueño,
pero empecé a recordar, lo que me permitió avanzar hacia la
semana 22 de gestación. Al iniciar la semana 23, tuve otra visita,
pero, en esta ocasión, sí pude ver el rostro del arcángel Rafael, él
me permitió verlo. Dos días antes del nacimiento, volví a
disfrutar de su aroma dulce a bombones quemados . Sabía que
era él quien se aproximaba y, ya emocionada como una novia
esperando a su prometido, estaba yo ahí, lista. Sentía su presencia.
Le hablé con voz natural: «Ayúdame, por favor, necesito ayuda del
cielo». Y una voz llegó y dijo: «Nada está separado de Dios, la
separación solo existe en la mente humana; en el corazón se
encuentra la unidad perfecta . Pedir a los ángeles es pedir a Dios;
somos uno con el que nos creó, somos parte de su inmenso amor
hacia ti». Al escucharlo, lloré y lloré hasta el cansancio y, cuando me
llegó la paz, me sentí con mucho sueño, pero sostenida por el
arcángel Rafael.
Luego, él se manifestó en mi sueño. Recuerdo a la perfección todo,
nunca olvidaré tan bello rostro. Le pregunté: «¿Quién eres?», y él
me sonrió y me dijo: «Descansa, estoy aquí». Le repetí: «¿Quién
eres?». Me respondió: «Soy el médico del cielo y vengo a operar a
tu bebé». Recuerdo bien que pregunté: «Pero ¿cómo lo vas a
operar si él está en mi vientre, aún no nace?», y me miró, sonrió y
me dijo de nuevo: «Duerme». Le insistí: «¿Qué vas a hacer?
Explícame», y él, muy considerado, me explicó con detalle el
procedimiento que realizaría : «Haré una cirugía que permitirá el
acceso del tubo que posibilitará la entrada del aire artificial hasta sus
pulmones. Será de vital ayuda para los médicos el que su tráquea
sea lo suficientemente fuerte y ancha, para que no se pierda tiempo
en el procedimiento. Tranquila, todo va a salir bien. Duerme». Todo
me lo mostraba, a la vez, con lenguaje mímico. Así fue que logré
dormir profundamente hasta el día siguiente, cuando desperté 11 a.
m.
A las 48 horas, mi gran maestro se asomaría en un parto natural. No
había nada, absolutamente nada que hacer con un bebé de cinco
meses y tres semanas. Estaba rodeada de enfermeras y de
doctores. Corrían por un pasillo llevándome en camilla y pidiendo
que nos abrieran paso para entrar al quirófano. El miedo quiso copar
la escena. Una gran luz azul me envolvió . La miré entregada.
Escuché la voz: «Confía, confía. Confía, confía». Y yo, navegando
en un trance profundo, dije: «Hágase, Señor, tu voluntad, y no la
mía».
En minutos, rompió́ en llanto Emanuelle, y emergió́ la euforia de los
doctores: «¡¡Está vivo, está vivo!!».
Nosotros dos estábamos ya en manos de quien nos había
sostenido en ese proceso: Dios .
No sabía si lo peor ya había pasado o si apenas era el inicio, pero
yo descansaba en el equipo de asistencia. Esa noche me
permitieron verlo en la unidad de cuidados intensivos neonatales.
Conocí a mi gran guerrero.
Estaba ahí, ¡tan pequeñito!: 12 pulgadas, 700 gramos. Sin piel, con
un sangrado de cerebro nivel 2, medio corazón funcionando, presión
inestable, un pulmón formado (el otro, solo un punto de una célula
en desarrollo), riñones afectados. Aplastante cuadro clínico. Mi
corazón resplandecía. Era una mujer nueva con las alas bien
tejidas para abrazar con amor a mi guerrero . Peleaba por su vida
con fe, y así yo también.
Fue el mejor de los encuentros. Sin lágrimas, sin miedo, sin dolor.
Seguro saldríamos de ahí algún día los dos. Emanuelle se convirtió
en mi gran maestro durante todo ese difícil proceso de
transformarme en madre de un bebé prematuro. Me emocionaba
verlo luchar. Los minutos eran eternos. Tenía solo dos caminos:
perderme en el dolor o convertirlo en fortaleza. Ocupaba mi mente
con pensamientos sanos.
Aprendí mucho de enfermería, oficio tan digno, tan bello. Las
enfermeras se tornaron amigas, seres confiables, casi hermanas.
Llenas de luz. Desplegaban un trabajo perfecto, mágico. Aprendí
hasta de anatomía, y sobre los complejos procedimientos y
tratamientos a los que era sometido mi bebé. Ya me sentía yo una
de ellas. Mis ángeles terrenales lo cuidaron ciento veintitrés
días .
Emanuelle por fin saldría del hospital. Ahora es un bebé que goza
de magnífica salud, como cualquier otro bebé que hubiese nacido
en el término normal de cuarenta semanas.
Sigo aprendiendo a través de mi gran maestro, Dios. Él decide cómo
te envía «el paquete de tu pedido». En cuanto al mío, aunque fue
entregado de manera exprés, trajo consigo variadas enseñanzas.
Cuando la mayoría decía «no», Dios repetía y repetía «sí». No
me canso de agradecer a Dios, a su ejército de ángeles y al médico
del cielo, San Rafael arcángel, por su ayuda.
La cirugía fue muy importante y, días más tarde, la pediatra
especialista que lo recibió en su nacimiento me comentó que había
sido muy extraño su procedimiento y casi mágico y milagroso el que
hubiera podido rápidamente introducir el tubo en la tráquea por su
boca. Normalmente, eso era muy difícil en niños tan prematuros y,
en ese procedimiento, muchos no lograban responder y morían en
el intento. Comprendí en su totalidad aquella cirugía que el
médico del cielo realizó para apoyar a su colega terrenal . No
queda más que mencionar.
Gracias, Dios, por escucharme.
Gracias, Emanuelle, por no rendirte.
Gracias a aquellos grupos de oración alrededor del mundo que
enviaron luz para empoderarme y para fortalecer a mi guerrero
invencible. Gracias al equipo médico espiritual y terrenal por todos
los cuidados que hicieron posible que Emanuelle sobreviviera. Hoy
en día es un niño sonriente y muy feliz. Gracias a mis médicos, que
insistieron en que interrumpiera mi embarazo, porque me hicieron
recordar minuto a minuto mi fe inquebrantable en Dios y en sus
ángeles . Esta fue mi historia del despertar más contundente que he
tenido con el arcángel Rafael.
ASOCIACIONES CON LOS CUATRO CUERPOS

CUERPO CUERPO CUERPO CUERPO


MENTAL ESPIRITUAL EMOCIONAL FÍSICO

Calma la
Curación total
mente,
Intuición, en todos los
aporta paz
equilibrio; órganos y
y claridad Armonía.
desarrolla la asiste en
en los
clarividencia. todas las
pensa-
enfermedades.
mientos.

Concentra-
Consagración.
ción.

Si estás interesado en colocar un altar angélico, lo puedes


representar con incienso, bombones, o colocando un pequeño
frasco de vidrio con algodones. Si gustas agregar alcohol, puedes
intencionar para qué quieres utilizarlo y esperar siete días; después,
podrás emplearlo para la curación.

MÉTODOS DE SANACIÓN ARCANGELICAL

Los métodos de sanación energética aprendidos de la mano de


estos cuatro arcángeles, con los que he compartido especiales
momentos en mi vida, me han servido de mucha ayuda. En
principio, para la liberación de las emociones a través de la
escritura de cartas directamente a ellos enfatizando, en primera
instancia, mi intención de soltar todo aquello que ya no quiero cargar
en mí y elijo dejar ir. Esto consiste en la escritura de una carta en
tres tiempos:
PRIMERA CARTA: Se escribe el deseo de ser liberado . Si se
conoce la emoción en cuestión, se declara en ese momento; si la
persona no la conoce, se le pide guía al ángel de la guarda para que
traiga el recuerdo de la situación para sanar. Él, seguramente, te la
hará llegar a través de tu «clari» más desarrollada. Se coloca en el
altar angélico o en tu templo corazón.
SEGUNDA CARTA: Se anotan las personas que se desea liberar
y el motivo de ese dolor reprimido , por qué uno se siente así. Se
pide perdón a uno mismo por sentir esa emoción y se perdona a la
persona involucrada. En caso de ser varias, se recomienda hacer
una carta individual. Debes hacer hincapié en por qué te hizo sentir
mal y por qué eliges liberarte. Le indicas todo lo que aprendiste de
su compañía o su enseñanza a través de esa emoción dolorosa.
TERCERA CARTA: Aquí escribes todo aquello que admiras de la
persona en cuestión y qué le agradeces . Implicas al arcángel a
trabajar dándole las gracias por su guía.
Las cartas se deben guardar por 7 días cada una y, al final del
séptimo día, se queman en la luz de una vela blanca previamente
intencionada para el arcángel. Las cenizas se depositan en la Madre
Tierra.
Otro método ha sido por medio de esferas de luz, que se
manifiestan mientras conecto con mis ojos espirituales. Observo
cómo van bajando frente a mí; los ángeles me piden que extienda
mis manos y después las deposite en los lugares específicos donde
la persona necesita un desbloqueo energético. Me dicen con voz
sutil: «Colorea esa parte del cuerpo con esta esfera». Entonces,
esta esfera se desintegra y forma un solo color, y yo, con mis
manos, pinto y empiezo a trazar los símbolos que me muestran.
Estos son diferentes para cada persona porque dependen de la
energía vibracional de su propio campo energético . De manera
intuitiva, me dirigen a los órganos para iluminarlos.
Cuando te encuentres en esta situación, deja fluir la energía y no
cuestiones las imágenes que llegan a ti . Las sensaciones
registradas por tu cuerpo físico no serán tuyas, serán de la persona
que está sometida a la terapia.
En mi experiencia de vida, a través de todas mis sesiones, he
entendido que los ángeles me llevan, en el eje del tiempo, a esos
momentos cuando la persona fue muy feliz. El objetivo es extraer de
ahí algo que yo he nombrado «inyecciones de amor», porque puedo
ver cómo estos seres divinos extraen esa energía pura y
concentrada de felicidad y la inyectan en el campo energético del
momento actual. Así se logra que el cliente se sienta feliz y
energizado. Durante los días siguientes, esa energía se integra a su
vibración y alcanza un bienestar emocional.

VISUALIZACIÓN Y MEDITACIÓN

Escoges un lugar donde estés a solas y en paz mental. Si lo deseas,


también puedes realizarlo acompañado de un grupo de personas.
Es importante tener identificadas tus habilidades naturales de recibir
los mensajes y relajar la mente. También es fundamental liberarse
de preocupaciones.
Normalmente, a mí se me indica visualizar un lienzo blanco con un
punto negro frente a mí y enfocar mi mirada en él. También puedes
colocar una vela a la altura de los ojos, observar la danza de la
flama y abrir y cerrar los ojos hasta relajar la mente. Esto te ayuda a
liberar las preocupaciones habituales, reduce el miedo y la
angustia y, sobre todo, aumenta la capacidad de concentración
y el autoconocimiento .
Cabe mencionar que debes tener confianza en tu intuición. Solo
pide que se te muestre aquello que está listo para ser liberado, pon
atención a la imagen que venga a tu mente y pide a tu ángel guía
que te ayude a discernir el mensaje dado.
MEDITACIÓN CON EL ARCÁNGEL RAFAEL

Sanación energética y línea gráfica del pulso del corazón.


CONCLUSIÓN

Este ha sido mi lindo tejer hasta este momento, aunque te digo que
próximamente vendrá algún otro libro, quizás con más historias. O
quizás algún día me toque leer la tuya, que, seguramente, será
maravillosa y tendrá una singular energía arcangelical.
Quiero decirte que nunca dejes de soñar, de buscar más allá de lo
que el mundo real te ofrece. Confía en tus ángeles y arcángeles,
date el tiempo de ser feliz, porque eso es lo que Dios quiere
para ti . Pide siempre ayuda del mundo espiritual, que nos ofrece
día a día una inmensidad de amor para llenar nuestro corazón,
aprovéchalo.
Los ángeles esperan que los invites a tu vida, hazlo ya, no dudes en
su guía. Recuerda que no hay enemigo más peligroso que el
ego y enfermedad más terrible que el miedo. La sanación
perfecta viene de Dios a través de sus arcángeles, que nos proveen
amor puro, directo de la fuente divina. Y nunca te sueltes de la
energía que todo te da: Dios. Él otorga la fuerza para seguir en el
camino.
Te agradezco que me hayas acompañado hasta estas últimas letras.
Tu luz me ilumina a través de tu interés por leer este libro. Sigue
siendo un instrumento de paz.
BIBLIOGRAFÍA
The Summit Lighthouse. Grupo de Buenos Aires Argentina (s.
f.). «La Llama Trina que arde dentro de vuestro corazón».
Disponible en http://tslargentina.org/?page_id=1104
Torres, T. (1 de noviembre de 2019). El arcángel Miguel . About
Español. https://www.aboutespanol.com/el-arcangel-miguel-122633
Torres, T. (1 de noviembre de 2019). El arcángel Rafael. ¿Quién es
el arcángel Rafael y qué significa? About Español. Disponible en
https://www.aboutespanol.com/el-arcangel-rafael-
122634#:~:text=%C2%BFQu%C3%A9%20significa%20el%20nombr
e%20del,arc%C3%A1ngel%20el%20papel%20de%20sanador
AGRADECIMIENTOS

Deseo agradecer, primeramente, a mi creador, quien ha colocado


esa chispa trina dentro de mí, la que me impulsa cada día para ser
una mejor versión de mí misma y llenarme de tantas bendiciones. Mi
total gratitud a Dios Padre-Madre y a los seres de luz que me
acompañan.
Gracias a los ángeles y a los arcángeles que me han guiado para
llegar a ver este sueño hecho realidad. A mi ángel guardián Azul,
gracias por tantas aventuras y por soportar mis locuras, que
disfrutamos juntos durante muchas vidas.
A mi familia, en la cercanía y en la distancia, y a la gran familia de
luz que he formado en mi certificación como angeloterapeuta. A
todos mis compañeros de Generación XXVI de Ángeles en tu vida y
a todas aquellas hermanas que se fueron sumando en el camino y
me han impulsado a atreverme. Todas han sido maestras amorosas
y hermanas sacerdotisas del círculo de sanadoras Colibrí.
Mi gratitud a todos esos seres que han sido mis maestros
espirituales y que, a través de ángeles terrenales, han sido parte de
mi formación: Coraly Toro, mi maestra de Reiki; Angélica Bovino, mi
maestra de certificación como angeloterapeuta; Cristian Amaya y
Katharine Ospina, de Amachuro Centro de Sabiduría, y todos
aquellos que me han acompañado en mi caminar.
Maestro Jesús, te amo, gracias.
San Francisco de Asís, Padre Pío, María Reyna de los Á ngeles y
todos mis seres queridos que ya trascendieron y me aplauden
desde el cielo, muchas gracias.
Por tu apoyo y tu fe en mí, por nunca soltarme la mano, por
levantarme cuando me siento caída y con las alas rotas, un millón
de gracias, amor de mi vida, esposo, que me has apoyado y amado
incondicionalmente en este tejer de alas.
La lista de agradecimientos puede ser tan grande como el
firmamento con sus estrellas, pero nunca me olvido de agradecerme
a mí misma, porque no me di por vencida, porque, a pesar de las
noches de vigilia, me acompañé con amor y esperé con fe que
llegara a mí la magia que me permitía seguir tejiendo mis alas con
hilos de amor. Gracias, Crissol.
BIOGRAFÍA

Perla García nació en México y, desde hace dos décadas, está


radicada junto a su familia en la ciudad de Las Vegas, Nevada,
Estados Unidos.
Ha cursado el Seminario de Liderazgo para Autores de Éxito y
Emprendedores de Éxito dictado por las licenciadas Analía Exeni y
Rosemarie Sánchez en Universidad de Éxito ® .
Es una maravillosa madre y esposa.
Emana una personalidad bella y encantadora con la que cautiva a
todas las personas que se cruza en el camino. Dejan sus pasos
huellas duraderas, vaya donde vaya. Y posee un don, un exquisito
don, un gran talento como médium, y con los ángeles una conexión
especial, grandiosa, insondable.
Es Autora Best Seller Internacional, por su excelente participación
en el libro Mujer Imbatible Volumen 1 .

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