SC5698-2021 (2010-00484-01)

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ACLARACION DE VOTO

Radicado n° 11001-31-03-027-2010-00484-01

Aunque estoy de acuerdo con la decision de no casar la


sentencia proferida el 26 de agosto de 2015 por la Sala Civil
del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogota por
cuanto los cargos formulados contienen deficiencias tecnicas
que los tornan inviables, aclaro mi voto respecto de dos
apartados de la motivacion que, desde mi punto de vista, al
haber sido abordados para la definicion de la censura
ameritaban mayor reflexion de la Sala.

1.- Al examinar en conjunto los cargos primero, cuarto


y quinto, que acusan violacion indirecta de normas
sustanciales por error de hecho, se indica que el descontento
de la recurrente se centra en que el Tribunal concluyo de
manera contraevidente que las pretensiones incoadas se
fundaban en una tipica situacion de responsabilidad civil
extracontractual, cuando lo cierto es que tenian respaldo en
los contratos de seguro vida gmpo deudores, de los que se
deriva una responsabilidad contractual.

Al circunscribir el analisis de tales reproches a una


discusion acerca del regimen de responsabilidad aplicable
para deducir que los cargos eran «desenfocados», se paso por
alto que la esencia de los mismos era el cuestionamiento de
los argumentos del ad quem para desestimar la calidad de
subrogataria de los «bancos beneficiaries de los contratos de
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seguros de vida grupo deudores», que se abrogo la


demandante desde la genesis del proceso para sustentar su
legitimacion por activa en perspectiva de una accion
contractual que, ciertamente, fue demeritada por el tribunal
al aducir que la legitimacion extraordinaria que para ese
efecto tenian la viuda y los herederos se inscribia en la
responsabilidad extracontractual.

En ese contexto, calificar como desenfocado el


cuestionamiento de la recurrente comporta soslayar un
pronunciamiento concrete sobre un aspect© basilar del
proveido impugnado. No obstante, esa discusion ha debido
darse frente a los supuestos de la primera causal de casacion
por violacion directa de la ley en la medida que comportaria
un error de juzgamiento, lo que suponia circunscribir los
reproches a la cuestion juridica sin extenders© a la materia
probatoria como lo hizo la casacionista.

2.- Los cargos segundo y tercero, que se estudiaron en


forma conjunta, refieren violacion indirecta de disposiciones
sustantivas por error de hecho derivado de la apreciacion
indebida de algunos medios probatorios; en ellos se
cuestiona el argument© toral del fallo de segunda instancia
referente a la falta de legitimacion de Elvia Rosa Mateus para
reclamar la prestacion asegurada porque «no acredito su
condicion de companera permanente del senor Hector Julio
Pena, dado que no aporto la escritura publica, el acta de
conciliacion o la sentencia en la que se hubiere hecho ese
reconocimiento», de conformidad con el articulo 4° de la Ley
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54 de 1990, reformado por el articulo 2° de la Ley 979 de


2005, y porque de aceptar otros medios de conviccion para
ese proposito solo se contaba con el testimonio de Armando
Gomez Marin, que resultaba insuficiente.

Pese a los profusos elementos de analisis invocados por


la recurrente para cuestionar la inferencia del sentenciador
a ese respecto, la definicion propuesta en la sentencia que se
aclara es demasiado escueta y no brinda ninguna respuesta
puntual frente a un tema controversial que exige mayor
motivacion juridica en sede de casacion, en cumplimiento de
la labor unificadora de la jurisprudencia que le corresponde
a la Corte, con independencia de lo infundados que pudieran
resultar los cargos ante la mixtura evidenciada en la
confusion de los errores de hecho con los de derecho.

Sobre ese topico, vale la pena poner de relieve que el


originario articulo 4° de la Ley 54 de 1990 senalaba que la
existencia de la union marital de hecho se estableceria por
los medios ordinarios de prueba consagrados en el Codigo de
Procedimiento Civil con conocimiento de los jueces de
familia, es decir, mediante sentencia judicial, no obstante,
esa exigencia fue flexibilizada por virtud de la modificacion
que a esa norma introdujo el articulo 2° de la Ley 979 de
2005 «por medio de la cual se modifica parcialmente la Ley 54
de 1990 y se establecen unos mecanismos dgiles para
demostrar la union marital de hecho y sus efectos
patrimoniales entre compaheros permanentes», al establecer
que dicha union tambien podia ser declarada por «escritura
publica ante Notario por mutuo consentimiento de los
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companeros permanentes» y por «acta de Conciliacion suscrita


por los companeros permanentes, en centro legalmente
constituido».

Lo anterior no significa, necesariamente, que en esa


materia el legislador haya abandonado el sistema de la sana
critica basado en la racionalidad en el ejercicio de apreciacion
probatoria para consagrar el de tarifa legal como lo entendio
el juzgador de segundo grado, por lo mismo, ha debido la Sala
discernir sobre el sentido y alcance de esa disposicion por
concernir a una tematica que suscita tan amplio espectro de
posibilidades en diversos escenarios judiciales en los que
resulta relevante establecer la existencia de una union
marital de hecho, para diferentes fines y con disimiles
consecuencias.

No puede desconocerse que mientras en algunos


procesos jurisdiccionales la definicion del estado civil se erige
como pretension principal, sobre ella versa toda la fase
cognoscitiva y, por lo tanto, la sentencia es de contenido
declarative susceptible de inscripcion en el registro civil; en
otros, por el contrario, la aducida calidad de compahera o
compahero permanente, atahe a la verificacion del
presupuesto de legitimacion en la causa, de manera que lo
que llegare a resolverse a ese respecto solo tendra efectos
para ese proceso y para los fines propios del mismo, tal y
como ocurre, por ejemplo, en asuntos sometidos al
conocimiento de la jurisdiccion de lo contencioso
administrativo, y en las especialidades laboral y civil de la
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ordinaria, esta ultima, especialmente, en procesos de


responsabilidad contractual o extracontractual.

Lo discurrido devela lo util y necesario que resultaba en


este caso incursionar con mayor solvencia y rigor en la
deliberacion, para esclarecer estos singulares problemas de
hermeneutica que generan un constante debate en los
estrados judiciales.

En estos termidbs dejo plasmada nai aclaracion.

OCTAVIO AUGi EIRO DUQUE


Magistrado

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