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“AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE

NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE


LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO”
Escuela de Educación Superior Técnico Profesional PNP - Ica

LIDERES DE LA PAZ
2023-2025

 Nombre: RAFFO REVOREDO, Francisco Augusto


SIFUENTES ARTEAGA OSCAR YAIR
GUTIERREZ ALVITES JHONATAN ANGEL
CASTRO LOZANO JESUS PERCI
VASQUEZ ORMEÑO D ALEXANDRO YOSIMAR
SOLIS VASQUEZ JUAN CARLOS

 Sección: 9° Sección
 Curso: Defensa Personal I
 Fecha: 18/09/2023

 Docente: HUAYANCA YUPANQUI, Jesus

ICA – PERÚ
2023

1
INDICE

I. Caratula…………………………………………………………………….1
II. Indice………………………………………………………………………2
III. Dedicatoria…………………………………………………………………4
IV. Introducción…………………………………………………………….….5
V. Marco Teórico…………………………………………………………..….6
1. Definición de Lesión………………………………………………..….6
1.1. Bien jurídico protegido………………………………….……..7
1.1.1. ¿Bien jurídico único o bien jurídico dual?............................8
1.2. Clasificación de las lesiones………………………………..…10
1.2.1. Según su Culpabilidad………………………………….....10
1.2.2. Según la importancia del resultado……………………..…10
1.3. Sujetos del Delito……………………………………………...11
1.3.1. Sujeto activo…………………………………………….....11
1.3.2. Sujeto pasivo……………………………………………….11
1.4. Tipicidad Objetiva……………………………………………..12
1.5. Tipicidad Subjetiva………………………………………….....13
2. Lesiones Graves………………………………………………………..13
2.1. Calificantes de la lesión grave……………………………........14
2.2. Circunstancias agravantes del delito de lesiones graves………23
2.2.1. Agravante por la función que cumple la víctima………….23
2.2.2. Agravante por las consecuencias fatales en
la víctima…………………………………………………..24
2.2.3. Agravante en función a la edad o discapacidad de la
víctima……………………………………………………..24
2.2.4. Agravante en función a la violencia familiar o contra la
mujer……………………………………………………….25
3. Lesiones Leves…………………………………………………………26
3.1. Descripción Típica……………………………………………..26
3.2. Bien Jurídico…………………………………………………...26
3.3. Tipicidad Objetiva……………………………………………..26
3.4. Tipicidad Subjetiva………………………………………….....27

2
3.5. Pena………………………………………………………….....28
3.6. Agresiones en contra de las mujeres o integrantes del grupo
familiar…………………………………………………………29
3.7. Lesiones preterintencionales con resultado fortuito……………30
4. Lesiones Culposas……………………………………………….……..31
4.1. Descripción Típica……………………………………….…….31
4.2. Bien Jurídico…………………………………………………..31
4.3. Tipicidad Objetiva…………………………………………….31
4.4. Tipicidad Subjetiva……………………………………………32
4.5. Acción Penal Correspondiente………………………………..33
4.6. La Pena………………………………………………………..33
4.7. Daño al concebido…………………………………………….33
4.7.1. Bien Jurídico Protegido…………………………………...34
4.7.2. Sujeto Activo – Sujeto Pasivo…………………………….34
4.8. Del daño psíquico y la afectación psicológica cognitiva o
conductual…………………………………………………......35
VI. Conclusiones………………………………………………………………36

3
DEDICATORIA

El siguiente trabajo de investigación monográfico lo dedico a mis padres; a


quienes le debo todo lo que tengo en esta vida. A Dios, ya que gracias a él
tengo a estos padres maravillosos, los cuales me apoyan en mis caídas y
celebran mis triunfos. A nuestros profesores quienes son nuestros guías en el
aprendizaje, dándonos los últimos conocimientos para nuestro buen
desenvolvimiento en la sociedad.

4
INTRODUCCIÓN

En esta presente monografía, a modo de investigación redactare en dos


capítulos el trabajo de investigación, en un primer capítulo definiré, las lesiones,
tipos de lesiones y clasificación de lesiones, en el segundo capítulo analizare
los artículos del 121 al 124 del Código Penal Peruano (CPP), diferenciando los
delitos graves y leves, comparando con jurisprudencias, analizando el daño al
Bien jurídico protegido por cada artículo e incisos.

Partiendo de la definición de las lesiones que consiste en el daño injusto


causado en la integridad física o en la salud de una persona. No debe estar
motivado por el propósito de matar, pues si alguien, queriendo causar a otro la
muerte, sólo logra lesionarle, el delito cometido no será de lesiones, sino de
tentativa de homicidio. Si sucede, al contrario, es decir, si el que queriendo
lesionar a otro, lo mata por desconocer los efectos de su acción o no prevenir
complicaciones posteriores (por ejemplo, no sabía que un corte de cuchillo en
un brazo podía ser mucho más difícil de cerrar en esa víctima concreta, por
tratarse de un hemofílico), no habrá delito de lesiones, sino un homicidio
simple.

5
V. MARCO TEÓRICO
LESIONES
El delito de lesiones, ha formando parte de los diferentes instrumentos jurídicos que han
tenido presencia en el devenir histórico-jurídico de las sociedades, siendo algunos de
ellos los que se detallan:

 El Código Babilónico de Hammurabi consideraba las lesiones simples contra los


padres y la mujer embarazada.
 En el Derecho Ateniense las lesiones se castigaban con el exilio.
 En el Derecho Hebreo se aplicaba la Ley del Talión a las lesiones.
 En el Derecho Romano, la lesión se incluyó dentro del genérico "Injuria"
 Durante la Edad Media, sin tener aun un criterio único, rigió para estos delitos el
sistema de las composiciones pecuniarias, se dividieron las lesiones en: Golpes,
heridas y mutilaciones.

Así en el curso de evolución de este delito, a decir de Irureta Goyena, se puede


diferenciar tres fases características:

i. En la primera, el delito se concibe como un atentado contra la integridad anatómica


del hombre.

ii. En la segunda, como un atentado a su integridad fisiológica.

iii. En la tercera, como un atentado a su integridad psíquica.

1. DEFINICIÓN DE LESIÓN

Conviene antes de alcanzar una definición del término lesión, desentrañar su


origen etimológico, señalando que "lesión" deriva del latín laesio, que proviene
de la voz laedere, dañar. Entendiéndose a las lesiones como las violencias
ejercidas por agentes vulnerantes, sobre las diversas partes del cuerpo de una
persona perturbando su salud en forma variable siendo la lesión todo perjuicio
hacia la salud o de la integridad corporal.

De ello se tiene entonces, que las lesiones son el daño causado a la integridad
corporal, o a la salud física o mental de una persona, sin animus mecandi (ánimo
de matar), y resulta que dicho daño debe ser infringido de forma parcial contra la

6
persona, alterando su salud o su integridad corporal sin llegar a extinguir su vida.
De manera que la lesión comprende a cualquier alteración del normal
funcionamiento del cuerpo, ya sea por pérdida de sustancia corporal o por
inutilización funcional de cualquier órgano o miembro (integridad), ya sea por
enfermedad física o psíquica.

las lesiones son toda conducta, ya sea activa u omisiva, ya sea física (violenta),o
moral (no violenta), que produzca un menoscabo o perjuicio en la salud
individual de las personas, entendida la salud en sentido amplio, como
comprensiva de la integridad corporal, y la salud física y psíquica, en cuanto que
estos elementos son necesarios para que la salud sea una de las condiciones
previas que posibilitan la participación del individuo en el sistema social (Pérez,
1996, pg.612)

GENERALIDADES

Conforme lo señala el Dr. Javier Villa Stein. “El delito de lesiones daña la
integridad corporal o la salud psicofisiológica de la persona. La integridad
corporal alude naturalmente a la totalidad unitaria de la organización anatómica
humana. La salud psicológica tiene que ver con el funcionamiento mental en su
triple dimensión cognitiva, afectiva y comportamental. La salud fisiológica
comprende el adecuado funcionamiento del cuerpo y todos sus órganos y
funciones”. (Villa Stein, 1997, pág. 185)

Para Antón Oneca (1996, pág. 778) “las lesiones implican una disminución en la
integridad corporal, un daño en la salud o una incapacidad para el trabajo. Por
salud debe entenderse un estado en que el ser orgánico ejerce normalmente sus
funciones, o en palabras de la Organización Mundial de la Salud, como un
estado de completo bienestar físico, mental y social. En síntesis, se puede decir
que la salud es un estado ideal del cuerpo y de la mente”

“Las lesiones graves se configurarán cuando el agente por acción u


omisión impropia causa, produce u origina un daño grave en la integridad
corporal o salud del sujeto pasivo” (Bramont-Arias, 1994, pág.236)

 BIEN JURÍDICO PROTEGIDO

7
El derecho a la integridad física y psíquica tiene rango constitucional. Según el
artículo 2 inciso 1, del Pacto de San José de Costa Rica -incorporado a la
Constitución Nacional- "toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su
integridad moral, física, psíquica y a su libre desarrollo y bienestar”.

La cuestión más importante que se presenta es si sólo quedan comprendidas en


la ley las lesiones provocadas a personas nacidas o también las causadas a
personas por nacer. La mayoría de la doctrina tradicional considera que el sujeto
pasivo debe ser el mismo que en el delito de homicidio, esto es, el ser humano
desde que comienza el nacimiento hasta que se produzca la muerte. Las lesiones
al feto serían atípicas salvo que constituyan tentativa de aborto.

El bien jurídico protegido por este capítulo es, sin lugar a dudas, la integridad
corporal y la salud de la persona humana, protegiéndose no solamente el cuerpo
del individuo sino también su salud, es decir, se incluye tanto el aspecto
anatómico como el fisiológico, incluyéndose además no sólo la salud física, sino
que también la psíquica. La integridad física y psíquica es considerada como "el
estado en el que una determinada persona desarrolla normalmente sus funciones,
entendiendo por función el ejercicio de un órgano o aparato, estado que, por otra
parte, posibilita una concreta participación en el sistema social.

 ¿BIEN JURÍDICO UNICO O BIEN JURÍDICO DUAL?

Existe una discusión en la doctrina nacional y extranjera acerca de cual es el


bien jurídico-penalmente protegido en el delito de lesiones. Así, mientras un
sector sostiene que este está representado por la salud de las personas, entendida
como un supra concepto que englobara tanto a la integridad corporal como a la
salud misma (ausencia de enfermedad física o psíquica), el otro grupo opina que
el bien jurídico protegido en este ilícito es doble y estaría configurado por la
integridad corporal, por un lado, y la salud física y psíquica, por otro.

La primera corriente doctrinal sostiene que el bien jurídico tutelado en los


delitos de lesiones es únicamente la salud individual y considera que la
integridad física solo puede ser protegida en la medida que la afectación importe
un daño en la salud de la víctima. Solo de esa manera podrían tener explicación
como conductas no constitutivas de lesiones los supuestos de intervenciones
quirúrgicas con finalidades curativas en las que se producen mutilaciones de

8
miembros u órganos (amputar un brazo), supuestos en que, no obstante, a que se
ocasiona un daño a la integridad física, no tienen repercusiones negativas en la
salud del individuo intervenido, sino que, por el contrario, generan un beneficio
para la misma

El problema con el que tropieza esta posición se presenta cuando sus


conclusiones se pretenden aplicar a los supuestos de incapacidad para el trabajo,
invalidez o desfiguración que contempla el art. 121 C.P., modalidades en las que,
evidentemente, no se manifiesta un atentado contra salud, pero si contra la
integridad física. Son, pues, casos de lesiones que afectan estrictamente la
integridad corporal. Frente a esto, se ha dicho que, si bien es cierto que los casos
de desfiguración al parecer no manifiestan un perjuicio a la salud individual, si
constituyen un delito de lesiones, por cuanto supone un atentado a la salud en su
sentido amplio, entendida como posibilidad de participación en el sistema social;
o, en todo caso, que debe considerarse el daño psíquico producido al sujeto
lesionado como resultado de la desfiguración. Sin embargo, estas afirmaciones
no son correctas. En primer lugar, porque la indicación que hace este sector a la
posibilidad de participación en el sistema social solo hace referencia a una
concepción sociológica del bien jurídico y nada dice respecto al alcance de la
salud como el bien jurídico protegido en el delito de lesiones también la vida y el
patrimonio posibilitan la participación en el sistema social. En segundo lugar,
porque puede suceder que un daño a la integridad corporal no importe un
atentado a la posibilidad de participación en el sistema social, como la presencia
de una gran cicatriz en el rostro de un avezado delincuente, que lejos de
obstaculizar su participación en dicho sistema, la posibilite eficazmente. Y, en
tercer lugar, porque en muchas ocasiones un atentado a la integridad física no
traer consigo un daño a la salud psíquica del sujeto pasivo, como es el caso del
ejemplo anterior, en el que la gran cicatriz tenga un significado de hombría y
mayor peligrosidad en el mundo de la delincuencia.

“Por mi parte, considero que el bien jurídico que trasciende al delito de lesiones
es dual y esta conformado por la salud (física y psíquica) y la integridad física;
esta ultima referida solo a una integridad corporal funcional y/u objetivamente
estética, en el sentido de estéticamente armónica. Esta posición de bien jurídico
doble en el delito de lesiones se fundamenta no solo en las consideraciones
9
dogmáticas, sino también en el hecho de que el legislador ha denominado al
Capítulo III Título I de la Parte Especial de nuestro C.P. Delitos contra la vida,
el cuerpo y la salud”. (Vásquez Shimajuko, 2006, p.4)

Conforme lo señala el Dr. Javier Villa Stein: “En términos globales pues, el
delito de lesiones tutela la integridad corporal y su funcionamiento saludable de
donde surge en realidad que son dos los bienes jurídicos que tutela el tipo: La
organización anatómica por un lado y la salud por otra, aun cuando desde luego
en la mayor de vista este correlato es que se debe entender ambos conceptos
(integridad y salud).Se desprende de este esquema que: el cuerpo cuya
integridad se tutela es el natural de la persona, no comprendiéndose las prótesis
u otros artificios. Es importante aclarar que escapa al ámbito de tutela del tipo, el
tratamiento médico que ataca la integridad corporal para mejorar la salud del
enfermo o su vida; tal es el caso de la amputación de un miembro gangrenado.
En cuanto la salud, éste alcanza no sólo el bienestar adaptivo del cuerpo sino la
facultad de ejercicio de un órgano o aparato.” (Villa Stein, 1997, pág. 186)

A partir de lo dicho se debe tener en cuenta que la salud es un factor muy


importante en el desarrollo integral de la persona, lo cual repercute en la
sociedad generando relaciones equitativas y armónicas entre las personas, en tal
contexto surge normativa para poder acreditar no solo las lesiones físicas sino
también el daño psíquico.

1.2. CLASIFICACION DE LAS LESIONES.

1.2.1. Según su Culpabilidad.

 A) Lesiones graves, Art. 121 Código Penal.


 B) Lesiones culposas, Art.124 Código Penal.
 C) Lesiones leves, Art. 122 Código Penal.
 D) Lesiones con resultado fortuito, Art. 123 Código Penal.

1.2.1. Según la Importancia del Resultado.

 A) Lesiones Graves.
 B) Lesiones menos graves.
 C) Lesiones simples.

10
1.3. SUJETOS DEL DELITO.
1.3.1. SUJETO ACTIVO.- El autor del delito puede ser cualquier persona,
pero debe tratarse de un ser humano distinto del que sufre la lesión. La
autolesión no puede configurar ninguno de los delitos previstos en este
capítulo.

Viscardo (1997), señaló que “el genérico puede ser cualquier


persona, no interesando lazos de parentesco u otras
consideraciones, entonces sujeto activo del delito que estudiamos
necesariamente tiene que ser persona distinta al sujeto pasivo”
(p.264 - 265).

En este caso de acuerdo a lo expuesto por el jurista Viscardo


(1997), el sujeto activo de la acción delictiva más allá de ser la
persona distintita al sujeto pasivo de la acción, es el intimidante el
agresor, el que invade y lesiona no solo lo físico, sino el aspecto
Psicológico de la víctima.
Viscardo (1997), señaló que “también es genérico puede ser
cualquier persona, desde su nacimiento hasta su muerte, no
interesando la precariedad de su vida o su consentimiento,
circunstancia que carece de valor para variar el tipo de legal”
(p.265).

También podríamos mencionar, que el sujeto pasivo de la acción delictiva, vendría


hacer no la más débil, sino cualquier persona que respeta las normas de conducta y
convivencia social, la cual es invadida en su espacio familiar y/o social, apartada
de la tranquilidad y al hacerla entrar en pánico ante la amenaza, que en el ámbito
delincuencial como norma casi siempre se concreta, ya que el sujeto activo de la
violencia, ha roto todas las normas, no conoce el límite, ni respeta a la autoridad.

1.4. TIPICIDAD OBJETIVA

Se entiende por daño a la integridad corporal toda alteración anormal en la estructura


física o anatómica de la persona. En otros términos, por daño en el cuerpo se entiende
cualquier modificación más o menos duradera en el organismo de la víctima. El daño
puede ser externo o interno y carece de importancia para la configuración, que exista o
no derramamiento de sangre. Sin embargo, el resultado en la contextura física debe ser

11
anormal, esto es, que tenga efectos en la eficacia vital del cuerpo humano, por lo tanto,
la alteración de parte del cuerpo que no afecte la vitalidad o que no tenga incidencia en
ella, no constituye lesión, por ejemplo, el corte de cabello, uñas, barba (que son partes
que están destinadas a ser cortadas normal y periódicamente).

En tanto el daño a la salud, se entiende como una modificación funcional del organismo.
Afecta el desarrollo funcional del organismo humano, sea tanto en su aspecto físico
como natural. Por lo tanto cualquier perturbación en el organismo que afecta su
desarrollo o equilibrio funcional constituye un daño a la salud tipificado como delito.

De acuerdo con nuestro sistema jurídico, la integridad corporal y la salud no son bienes
o intereses fundamentales de libre disposición por las personas. Con tal sentido, el
consentimiento de la víctima, para que el sujeto activo le cause lesión en su integridad
corporal o salud, carece de relevancia para la configuración del delito. Esto es, aún
cuando la víctima ha dado su consentimiento para que el otro le ocasione lesiones
graves, el delito de igual manera se configura. Incluso así el agraviado pretenda
justificarlo o abstenerse de reclamar alguna indemnización, al ser un delito de acción
pública, el debido proceso penal iniciará y se continuará hasta que se dicte resolución
final en contra del autor de las lesiones graves. El consentimiento de la víctima solo
servirá como atenuante al momento de individualizar y graduar la pena.

El propio legislador excluye de pena los supuestos de autolesiones, es decir, el causarle


un daño así mismo, puesto que no se estaría afectando a "otro", esta es la consideración
que merecen los supuestos de intervenciones quirúrgicas tales como vasectomías o
ligaduras de trompas, donde el sujeto decide libremente, con su consentimiento,
someterse a este tipo de tratamiento en donde, desde un punto de vista objetivo sufre un
menoscabo de su integridad física, pero que no afecta directamente a su salud. En
consecuencia, el sujeto pasivo tiene que ser otro. La autolesión es impune (en algunos
regímenes penales especiales comparados no lo es, como ocurre en el militar, pero
porque se protegen bienes jurídicos distintos). Esa impunidad se extiende aun a los
partícipes de la autolesión (salvo que tengan el deber jurídico de evitarla), pero no a
quien la produce como autor, aunque lo haga cumpliendo con la voluntad expresada por
la víctima.

12
1.5. TIPICIDAD SUBJETIVA

Se requiere necesariamente el dolo de lesionar o animus laedendi. No se


admite la forma culposa. Esta es la diferencia fundamental, desde el punto
de vista teórico, entre un delito de lesiones seguido de muerte y un
homicidio, aunque en la práctica es muy difícil determinar con toda certeza
si el sujeto activo quiso causar una lesión o, en realidad, quiso matar a su
subjetiva.

2. LESIONES GRAVES

La primera gran división de las lesiones es aquella que nos permite diferenciar cuándo
se trata de una lesión grave y cuándo una lesión leve, lo cual, para ser determinado
objetivamente, ha dado lugar a que el legislador se vea obligado a poner un parámetro
legal que diferencie ambas circunstancias, y que recaerá en la opinión técnica del perito
o médico forense, que será quien determine cuántos días de descanso requiere la lesión
en una persona. Si es igual o mayor de 20 días se tratará de una lesión grave, pero si es
menor estaremos pensando en una lesión leve, o inclusive si es menor a 10 días
estaremos hablando de falta contra la persona. También se consideran lesiones graves,
sin importar el tiempo de descanso dictaminado por el facultativo, cuando se mutila un
miembro u órgano del cuerpo, o lo hace impropio para su función, así como cuando las
lesiones ponen en peligro inminente la vida de la víctima.

Corresponde señalar al resultado dañoso típico ocasionado por el agresor y/o


delincuente en el que vulnera no solo la integridad física y mental de la víctima, sino
que ocasiona daños psicológicos irreparables los cuales se consuman ante la invasión de
su espacio mental y corporal por el atropello que realiza el delincuente para lograr su
cometido dicho daño puede ocasionar la muerte instantánea o a posteriori del sujeto
pasivo del delito.

El Tesista Castillo y Delgado (2013), consideró que “no es necesario, que


esa violencia o apremio físico provoque lesiones en la víctima; basta que
impida los movimientos de la misma, o que la obligue a mantenerse en
un lugar determinado a base de actos ejecutados sobre la víctima” (p.22).

2.1. CALIFICANTES DE LA LESIÓN GRAVE

13
Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Se considera lesiones graves las
siguientes:

 Las que ponen en peligro inminente la vida de la víctima, prevista esta


calificante por el inciso 1 del Artículo 121°, la lesión debe ser de tal magnitud
que ponga en peligro de muerte actual a la víctima.

En cuanto al peligro, éste no debe consistir en el que se temió, sino el que


ciertamente corrió el ofendido. No es suficiente la idoneidad genérica de la
lesión producida para admitir que hubo peligro de muerte, sin la proximidad del
golpe con un área vital, para estar en el mismo supuesto, es necesario que el
peligro vital se haya presentado en el caso concreto.

El peligro eminentemente a la vida debe ser entendido como la posibilidad


concreta y presente que a consecuencia de la lesión producida se conjugue un
resultado letal, el peligro de muerte debe ser actual, serio, efectivo y no remoto o
presumido

 Las que mutilan un miembro u órgano principal del cuerpo o lo hacen impropio
para su función, causan a una persona incapacidad para el trabajo, invalidez o
anomalía psíquica permanente o la desfiguran de manera grave y permanente.
Mutilación de un miembro u árgano principal del cuerpo. Antes de exponer en
qué consiste esta modalidad delictiva, resulta necesario entender o saber los
conceptos de "miembro" u "órgano" que se utiliza en la construcción de la
circunstancia agravante del delito de lesiones graves. Biológicamente, se
entiende como miembro a cualquiera de las extremidades del hombre articuladas
con el tronco, destinadas al ejercicio de las funciones de relación, los miembros
son cuatro: dos inferiores y dos superiores. En tanto que órgano es cualquiera de
las partes del cuerpo que ejercen una función específica, por ejemplo, la vista,
los oídos, etc.

En ese sentido, se configura como graves las lesiones cuando el agente mutila,
amputa o corta algún miembro u órgano principal del sujeto pasivo. También se
configura esta modalidad agravada cuando a consecuencia de la acción del
agente, se mutile o ampute por prescripción médica, un miembro u órgano
principal de la víctima. Así se pronuncia la Sala Penal Permanente de la Corte

14
Suprema en la Ejecutoria del 05 de setiembre de 2005, al argumentar que "la
lesión que causó es grave porque importó, por el medio empleado y la zona
afectada, la pérdida de la pierna izquierda, siendo de aplicación el inciso dos del
artículo 121 del Código Penal'.
Los efectos de la mutilación de un miembro u órgano trascendente para la vida
en relación al que la sufre, deja a este en la imposibilidad de valerse por sí
mismo O de ejecutar las funciones naturales que antes ejecutaba. Un ejemplo
típico de imposibilidad de ejecutar las funciones naturales, es la castración
producida ya sea en un hombre o en una mujer. Nunca más podrá realizar su
función natural de procreación.
Bramont-Arias Torres/García Cantizano han señalado que la distinción sobre la
importancia del miembro u órgano se deducirá desde el bien jurídico y según la
importancia que revista para la salud del sujeto pasivo. De ese modo, un criterio
de distinción será necesariamente de naturaleza funcional. Así, por ejemplo, para
un pianista un dedo reviste carácter principal, pues su amputación afecta
gravemente su estado de bienestar. Siendo que la distinción o calificación será
realizado por el juzgador en cada caso concreto.

Hacer impropio para su función a un miembro u órgano principal. Estos


supuestos se producen cuando la lesión origina invalidez e inutilización del
órgano o miembro principal de la víctima. La lesión ocasionada hace inapto para
la función que el órgano o miembro desempeña normalmente. Aquí no es
necesario la amputación sino simplemente hacerle inapto o impropio para su
función normal. En otros términos, hacer impropio para su función significa que
el sujeto pasivo queda en la imposibilidad de valerse de algún miembro u órgano
importante a consecuencia de la lesión, sin necesidad de que haya sido
cercenado.

Nada precisa el tipo penal respecto al tiempo que debe durar la impropiedad de
la función de un miembro u órgano importante, no obstante, interpretando
sistemáticamente y tomando en cuenta la drasticidad de la pena a la que se hace
merecedor el agente, se concluye que la impropiedad debe ser permanente y
total. En consecuencia, la opinión médica será necesaria al momento de decidir
si la invalidez del órgano o miembro es permanente e irreversible y total.

15
Si en un caso concreto se concluye que la impropiedad para la función de un
órgano o miembro es temporal o parcial, es decir, subsiste, pero en una forma
disminuida, se descartará la lesión grave. Ejemplos típicos de esta modalidad de
lesión grave son la parálisis, la perdida de la visión, perdida de la capacidad para
el coito (impotencia), la esterilidad, etc.

Causar incapacidad para el trabajo. Para explicar este supuesto, resulta


primordial diferenciar los términos de total, parcial, permanente y temporal, ello
a fin de no utilizarlos en forma confusa y, por ende, confundir al lector.

En primer lugar, se acepta que la incapacidad para el trabajo puede ser parcial y
total. Habrá incapacidad parcial cuando el sujeto pasivo a consecuencia de la
lesión, sufre una disminución en su capacidad laboral, es decir, sigue laborando,
pero lo hace en menor intensidad con ocasión de la lesión. En tanto que habrá
incapacidad total cuando la víctima a consecuencia de la lesión sufrida, pierde en
forma general y total la capacidad para el trabajo, esto es, de ningún modo puede
desempeñarse en el trabajo que venía realizando hasta antes de la lesión.
Por otro lado, también existe la distinción entre incapacidad temporal y
permanente. Será temporal cuando la incapacidad solo es por tiempo
determinado o definido, en cambio será permanente cuando la pérdida de la
capacidad para el desempeño de un trabajo es irrecuperable, es decir, la víctima
no podrá volver a cumplir función laboral.

En el momento de calificar los hechos y determinar si estamos ante una


incapacidad para el trabajo total o parcial y temporal o permanente, es conditio
sine qua non la existencia de un pronunciamiento médico legal. Corresponde a
los médicos legistas Orientar al fiscal y después al juez, la magnitud de la
incapacidad laboral producida en la víctima a consecuencia de la lesión.

En ese sentido, haciendo interpretación sistemática de todos los supuestos que


recoge el inciso 2 del artículo 121 del Código Penal, se concluye que debe
tratarse de una lesión que origine incapacidad para el trabajo total y permanente.
De ese modo, creemos que no es acertado sostener que la incapacidad a la que

16
alude la disposición puede ser permanente o parcial como entiende Villa Stein.
Finalmente, al no hacer distinción el legislador en cuanto a qué tipo de trabajo
debe quedar imposibilitado de realizar el sujeto pasivo con ocasión de la lesión,
debe entenderse que se refiere al trabajo en general. Técnicamente es una
fórmula más eficiente. Hacer distinciones de acuerdo a la función que cumple la
víctima hasta antes de sufrir la lesión, es desde todo punto arbitrario y lleva a
cometer excesos como sostenía Peña Cabrera. En efecto, interpretar de otra
manera el supuesto en comentario conduce a efectuar distinciones arbitrarias en
donde la ley no las hace.

También resulta incoherente sostener que el presente presupuesto se refiere al


trabajo habitual de la víctima y si esta no tenía trabajo habitual como, por
ejemplo, los jubilados, tendríamos que concluir que no son pasibles de ser
víctimas de la agravante, lo cual es absurdo. En concreto, debe entenderse que se
refiere a todo tipo de trabajo.
Invalidez permanente. Este supuesto agravante no debe entenderse, como lo
hacen los profesores Bramont Arias, Roy Freyre y Bramont-Arias Torres/Carda
Cantizano (284) que se refiere a la incapacidad para el trabajo total y
permanente. La sola incapacidad para el trabajo se subsume en el supuesto
anterior. Invalidez es un término mucho más amplio y da a entender una
situación desastrosa y lamentable para el que la sufre, pues sus funciones de
relación se ven seda y totalmente afectadas.

La invalidez significa o se entiende que la víctima, como consecuencia


lamentable de la lesión sufrida, no puede desenvolverse por sí misma. Necesita
de una tercera persona o de algún elemento mecánico o electromecánico para
realizar sus actividades básicas. Aparte de no poder realizar alguna actividad
lucrativa, no puede, por ejemplo, hacer sus necesidades básicas sin la ayuda de
un tercero. Podemos afirmar que hasta su dignidad de persona humana se ve
seriamente lesionada.

La invalidez debe tener el carácter de permanente. Si en el caso concreto se


determina que la invalidez solo es temporal, el hecho no se subsumirá en este
supuesto delictivo. En consecuencia, resulta primordial el pronunciamiento de

17
los profesionales de medicina legal para la calificación correspondiente de los
hechos.

Anomalía psíquica permanente. A efectos de este supuesto agravante, se


entiende por anomalía psíquica toda alteración, perturbación o trastorno de las
facultades mentales de la persona.

La hipótesis se presenta cuando el sujeto pasivo o víctima a consecuencia de la


lesión, sufre alteración de sus facultades mentales de manera permanente, es
decir, incurables; siendo la mayor de las veces, efectos inmediatos de
traumatismos encéfalo craneanos.

Desfiguración de manera grave y permanente. Este supuesto agravante se


presenta cuando como resultado de la lesión sufrida por la víctima, esta queda
dañada físicamente de manera grave e irreversible. Es un daño que afecta
directamente la integridad física de la persona en su totalidad y no solo a aquel
producido en el rostro.
Aun cuando en la doctrina peruana y en la práctica judicial se conoce a este
supuesto como "desfiguración de rostro", de acuerdo con la redacción del inciso
2 del artículo 121 del Código Penal, estamos ante un supuesto que abarca las
lesiones que originan deformidad o desfiguración en cualquier parte de la
integridad corporal o física de la persona, pudiendo ser en el rostro u otra parte.
El legislador peruano, siguiendo la tendencia de la legislación española, al
redactar el tipo penal no ha hecho distinción alguna. En cambio, como ejemplo
de las legislaciones que hacen distinciones cabe citar el artículo 90 del Código
Penal argentino que amenaza con pena de reclusión o prisión de uno a seis años
"si la lesión ( ... ) le hubiere causado una deformación permanente del rostro".
De ese modo, para la legislación, doctrina y jurisprudencia argentina es
apropiado y atinado referirse al supuesto de desfiguración de rostro. Situación
que no puede ocurrir en la doctrina y jurisprudencia de nuestra patria.
Se considera grave la lesión cuando modifica profunda y considerablemente la
forma habitual de la persona en su círculo social. Permanente es la desfiguración
indeleble, irreparable, excluyente de la posibilidad de una restitutio in integrum.
Irreparabilidad quiere significar desfiguración no rectificable por sí misma.

18
Las lesiones de este tipo, consideradas desde una perspectiva subjetiva, teniendo
en cuenta tanto al individuo lesionado como al prójimo, deben generar una
impresión de repugnancia, o por lo menos de incuestionable disgusto o
desagrado.

Es importante indicar que no es necesario que la deformidad o desfiguración


estética de la figura humana esté visible para un público indeterminado para
considerarse como agravante la lesión, sino también lo serán aquellas que
permanezcan ocultas por la vestimenta. En suma, toda lesión dolosa que
produzca un perjuicio o desmedro en la integridad corporal del sujeto pasivo que
reúna las características de grave y permanente, es decir, irreversible por sí
misma, es calificada como lesión grave para nuestro sistema jurídico.

La característica de irreversible e irreparable debe entenderse en el sentido que


por sí misma, o mejor dicho, de manera natural, la integridad corporal no pueda
reconstruirse o restituirse y volver al estado anterior de producida la lesión. De
esa forma, si se aplica los avances de la ciencia médica como la cirugía plástica,
por ejemplo, y vuelve a restituirse la integridad del afectado con la lesión grave,
de modo alguno puede excluirse la agravante de desfiguración grave y
permanente. El autor de la lesión será sancionado por el ilícito penal en
interpretación.

Aun cuando para calificar el hecho concreto no tiene mayor relevancia, para
efectos de individualizar la pena a imponer al autor de las lesiones ocasionadas a
la víctima, se tendrá en cuenta la función que cumple la víctima en determinado
grupo social, el sexo, la edad, la parte afectada. Ello reviste importancia, pues
será más perjudicial y, por ende, más reprochable la lesión que causa cojera en
un futbolista que aquella que causa cojera en un vendedor de carne en el
mercado. Aquel nunca más volverá a efectuar su profesión de futbolista,
mientras que este seguirá atendiendo normalmente a sus clientes en el mercado,
pero claro está, con cierta dificultad. O como indican Bramont-Arias
Torres/Carda Cantizano, no es lo mismo un pequeño corte en el muslo de un
carpintero que en el de una modelo profesional.

19
La Ejecutoria Suprema del 14 de junio de 2004 recoge un caso real de lesiones
graves de este tipo. En efecto, allí se considera que "está probado que el acusado
Nureña Palma y el agraviado Tello jara se acometieron mutuamente que en el
curso de la gresca el imputado no solo le fracturó los huesos de la nariz sino que
portando un pico de botella le infirió una herida cortante en forma de 'Y' en
dorso nasal, la misma que según la exposición pericial en el acto oral ( ... )es de
tipo colgajo que dejara huella indeleble por lo que el hecho se subsume en el
inciso dos del artículo ciento veintiuno del Código Penal'.

Inferir cualquier otro daño en la integridad corporal o la salud física o mental


que según prescripción médica requiera más de veintinueve días de asistencia o
descanso. Indudablemente, el legislador no puede prever todas las formas en que
pueden aparecer las lesiones y, por ende, causar daño o perjuicio a la integridad
corporal de las personas y a su salud. En tal sentido, siendo conscientes de
aquella situación se hace uso de una fórmula que, vía la interpretación analógica
legalmente permitida, facilita abarcar toda aquella gama de lesiones no previstas
taxativamente. Así, aparece la indicación de un plazo de atención facultativa o
de descanso para el trabajo como parámetro para medir la gravedad de las
lesiones.

En esa línea, cualquier otra lesión que causa un daño en la integridad corporal,
salud física o mental del sujeto pasivo que requiera, según prescripción médica,
más de veintinueve días de atención facultativa o descanso para el trabajo, será
considerado como lesión grave. Los efectos de la lesión pueden ser permanentes
o temporales. De esa forma, no le falta razón a Roy Freyre (289), quien
comentando el corpus juris penale de 1924, enseña que el citado daño grave
puede ser permanente o reversible, entendido este último que la afectación o
alteración de la integridad corporal o salud, puede desaparecer, volviendo el
organismo o la salud a su estado normal en un tiempo más o menos prolongado.

En consecuencia, al igual como en los anteriores supuestos, aquí el


pronunciamiento médico legal resulta fundamental para calificar una lesión
como grave. Si el reconocimiento médico no se realiza es probable que el hecho
quede impune. Pues, aquel es prueba para acreditar la comisión del delito de

20
lesiones por parte del imputado. Nuestro más alto tribunal de justicia así lo
entiende. Como ejemplo, tenemos el caso real objeto de la Ejecutoria Suprema
del 21 de junio de 1999 donde se expone "que, habiéndose acreditado que el
citado acusado lesionó dolosamente al agraviado (...), en circunstancias que este
descendía del vehículo de su propiedad, por inmediaciones de la cuadra dos de la
calle La Habana – El Alambre Trujillo- con la finalidad de retirar un árbol que
obstruía el paso, proponiéndole diversos golpes en distintas partes del cuerpo,
los mismos que se encuentran acreditados con el Certificado Médico Legal
obran te a fojas diecinueve, del que se desprende que el antes mencionado ha
requerido de sesenta días de atención facultativa y sesenta días de incapacidad
para el trabajo, debe graduarse la pena en atención a dicha circunstancias".

En la misma línea de razonamiento tenemos la Sentencia del 05 de agosto de


1997 del Trigésimo Segundo juzgado Penal de Lima. En efecto, aquí se sostiene
que "el delito de Lesiones Graves se configura cuando el sujeto activo produce
en el sujeto pasivo un daño en su integridad física, corporal o la salud mental, sin
que medie para ello el ánimo de matar, que, haciendo un análisis jurídico y
objetivo de los hechos expuestos y las pruebas que obran en autos ha quedado
plenamente acreditado el delito de lesiones con el Certificado Médico Legal que
obra en autos, así como la responsabilidad penal del encausado ya que si bien
este alega que no ha tenido la intención de ocasionar la lesión al agraviado pues
este ha sido producto de un forcejeo tras una discusión mantenida con este, ello
se ha desvirtuado con la imputación hecha por el agraviado cuando refiere que
el encausado ha venido directamente y le ha reventado una botella de cerveza en
la cabeza, dando certeza esta imputación el hecho de presentar el agraviado seis
heridas en la cabeza que de ninguna manera pudieron haber sido producto solo
de una lesión en el forcejeo".

 Las que infieran cualquier otro daño a la integridad corporal o la salud física o
mental de una persona, que requiera treinta o más días de asistencia o descanso,
según prescripción facultativa.

21
Estamos frente a un supuesto de lesiones no comprendido precedentemente por
ser muy variadas las formas que pueden adoptar las lesiones por lo que le fue
necesario al legislador recurrir al criterio de los plazos, en el entendido que la
gravedad de un daño es en parte medible por el plazo que requiere el
restablecimiento de la víctima.

“La ley prevé como grave un daño que exija, según prescripción
facultativa, una asistencia o descanso médico de treinta o más días.”
(Villa Stein, 1997, págs. 191-194)

 La afectación psicología generada cómo consecuencia de que el agente obligue a


otro a presenciar cualquier modalidad de homicidio doloso, lesión dolosa, o
violación sexual, o pudiendo evitar está situación no lo hubiera hecho.

Mediante el Decreto Legislativo 1323 se incorporó el inciso 4 al primer párrafo


del artículo 121 del C. P., estableciéndose un supuesto adicional de lesión grave
ocasionada a quien es obligado a observar cualquier modalidad de homicidio
doloso, lesión dolosa o violación sexual, u observe aun cuando el agresor pudo
evitarlo, deteriorándose objetivamente la salud psíquica con tal vivencia.

 Lesiones Graves Seguidas de Muerte

En la doctrina se le conoce como el nomen iuris de homicidio preterintencional.


El injusto penal consiste en ocasionar la muerte de la víctima con actos que están
dirigidos a producir lesiones graves, teniendo la posibilidad el agente de prever
el resultado letal. La previsibilidad es importante para calificar la figura
delictiva. Si el agente no tuvo alguna posibilidad de prever aquel resultado no
será culpable de la muerte que se produzca, limitándose su responsabilidad penal
a las lesiones graves que ocasiono.

En todos los casos antes mencionados, la pena privativa de la libertad prevista es


de 4 a 8 años; sin embargo, existen una serie de circunstancias agravantes que
pasaremos a detallar a continuación:

2.2. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DEL DELITO DE LESIONES


GRAVES

2.2.1. AGRAVANTE POR LA FUNCIÓN QUE CUMPLE LA VÍCTIMA

22
En este caso, nos encontramos que el agravante se encuentra fundado en razón del cargo
que ocupa el sujeto pasivo o víctima. En tal sentido, si se trata de un miembro de la
Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas (Ejército, Fuerza Aérea o Marina de
Guerra), magistrado del Poder Judicial (jueces y vocales) o del Ministerio Público
(fiscales), miembro del Tribunal Constitucional o autoridad elegida por mandato
popular (alcalde, gobernador regional, congresista, presidente de la República, entre los
principales), la pena a imponer por el delito de lesiones graves aumenta entre 6 y 12
años de privativa de la libertad.

Si concurre adicionalmente el agravante de que la persona muere como consecuencia de


las lesiones graves, la pena privativa de la libertad será de 15 a 20 años.

Para que se configure cualquiera de estas dos circunstancias agravantes, las lesiones
deben producirse en ocasión o como consecuencia del ejercicio de las funciones de la
víctima. En tal sentido, si se trata de un delito cometido de manera totalmente ajena al
cargo que ocupa, no se produce la circunstancia agravante.

Hay que tener presente que la incorporación de estos agravantes fue con el objeto de
frenar todo desborde o exceso con la autoridad; sin embargo, ha sido un problema el
poder establecer objetivamente cuándo el delito se producía o cuándo la víctima ejercía
sus funciones. Los efectivos de la Policía Nacional tienen la obligación de intervenir
ante toda circunstancia delictiva que puedan presenciar. Es más, cuando prestan servicio
privado como seguridad a un banco, colegio o cualquier otra institución, sería discutible
si están ejerciendo sus funciones o no, más aún si de sus reglamentos institucionales se
deriva que el servicio policial es permanente. Similar situación se presenta con las
autoridades políticas que no sujetan su trabajo a un horario específico.

2.2.2. AGRAVANTE POR LAS CONSECUENCIAS FATALES EN LA VICTIMA

Es necesario diferenciar el delito de homicidio con el de lesiones graves con


muerte subsecuente.

Ello va a poder identificarse claramente en función a la intencionalidad del


autor del delito. No obstante, también se debe tener presente que se requiere un
lapso de tiempo entre las Lesiones inferidas y la muerte de la víctima para que
se configure la figura agravada de lesiones graves con muerte subsecuente, lo
cual será totalmente claro cuando se produzca la atención médica y

23
hospitalización de la víctima como consecuencia de las lesiones, pero que, a
pesar del tratamiento brindado, muere finalmente.

La muerte como consecuencia de las lesiones graves es un agravante que


aumenta la pena privativa de la libertad entre 8 y 12 años; sin embargo, este
agravante, como ya lo vimos en el numeral anterior, puede concurrir también
con otros agravantes generando una penalidad mucho mayor, y que
detallaremos en cada caso.

2.2.3. AGRAVANTES EN FUNCIÓN A LA EDAD O DISCAPACIDAD DE LA


VÍCTIMA

El art. 121-A, incorporado en el Código Penal por Ley N.° 30364, agrega como
agravantes que la víctima de las lesiones graves sea un menor de edad (menor
de 18 años) o una persona mayor de 65 años, o sufra alguna discapacidad física
o mental que debe ser comprobada por el profesional de la salud en la materia,
aumenta la pena privativa de la libertad entre 6 y 12 años. Si la víctima muere
como consecuencia de las lesiones graves, la pena privativa de la libertad se
incrementa entre 12 y 15 años.

2.2.4. AGRAVANTES EN FUNCION A LA VIOLENCIA FAMILIAR O CONTRA


LA MUJER

La Ley N.° 30364, también incorpora el art. 121-B, que agrega como agravante
que las lesiones graves se produzcan con ocasión de violencia familiar en que
la víctima es un ascendiente, descendiente, cónyuge o conviviente del autor del
delito. Dentro de la lógica de la referida ley, incorpora también a las personas
que dependan o estén subordinadas al agente; sin embargo, nos parece
necesario recalcar que existe una grave imprecisión en la tipificación del delito
que en su inciso tercero solo dice «Depende o está subordinado», lo cual podría
darse en una relación laboral, un instituto armado o policial, una agrupación
religiosa, una institución educativa, cuando la vocación de la Ley N.° 30364 es
penalizar las conductas que se producen en el entorno familiar, y que,
conforme a su art. 7°, incluye dentro del grupo familiar, además de los

24
parientes consanguíneos o por afinidad que vivan en el mismo hogar, a otras
personas que sin tener tal relación ni causal contractual o laboral, habitan en el
mismo hogar.

En tal sentido, se podría inferir que esa dependencia o subordinación se debe dar
en el mismo hogar; empero, como sabemos, en materia penal la interpretación
analógica está prohibida y, en consecuencia, el ámbito de aplicación de ese
agravante por su imprecisión va a facilitar la defensa del imputado.

El mismo artículo también incorpora como agravante que las lesiones graves se
produzcan en consecuencia de una situación de violencia contra la mujer, por su
condición de mujer, para lo cual debemos tener presente lo ya señalado al
analizar el art. 108-B del Código Penal, relativo al feminicidio.

En cualquiera de estas circunstancias agravantes, la pena privativa de la libertad


a imponer será entre 6 y 12 años, la cual aumenta entre 15 y 20 años si la víctima
muere como consecuencia de las lesiones.

3. LESIONES LEVES
3.1. DESCRIPCIÓN TÍPICA
Conforme señala el Dr. Ramiro Salinas Siccha: “Las lesiones leves, conocidas
también como simples o menos graves, se encuentran tipificadas en el tipo penal
del artículo 122° con el contenido siguiente:
El que cause a otro daño en el cuerpo o en la salud que requiera más de diez y
menos de veinte días de asistencia o descanso, según prescripción facultativa,
será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con
sesenta a ciento cincuenta días de multa.
Entendemos por lesiones leves que también son llamadas lesiones de menor
gravedad que tienen los estudios criminológicos según la clase delitos que
afecten la integridad de la persona.

Las lesiones leves se constituyen cuando no producen daño, perjuicio o


desmedro en la integridad corporal o salud del sujeto pasivo en la magnitud de
una lesión grave. Si ello ocurriese el hecho será subsumido por el tipo penal
121° del CP

3.2. BIEN JURÍDICO

25
Conforme señala el Dr. Ramiro Salinas Siccha: “El interés socialmente relevante
que se pretende proteger es la integridad corporal y la salud de personas.
También, la vida de las personas cuando se tipifica el ilícito penal de lesiones
simples seguidas de muerte.
En ese sentido, se desprende que la razón o fundamento por la cual es más
reprochable la conducta de lesiones simples seguidas de muerte, y por ende, se le
reprime con mayor severidad, radica en la relevancia del interés jurídico que el
Estado pretende salvaguardar, como lo constituye el interés social “vida” en
nuestro sistema jurídico”. (Salinas Siccha, 2013, pág. 231)
Entendemos por bien jurídico que es el daño corporal causado por una herida,
golpe o enfermedad hacia una persona.

3.3. TIPICIDAD OBJETIVA

De acuerdo al autor Ramiro SALINAS SICCHA (1998), en la doctrina se


establece como el daño causado dolosamente a la integridad corporal o salud de
un tercero que requiera para curarse de once a veintinueve días de asistencia
médica o descanso para el trabajo, e incluso de no alcanzar aquel mínimo,
constituye lesión leve o menos grave, cuando concurre alguna circunstancia que
le de cierta gravedad al hecho mismo, como por ejemplo el medio empleado
como; (piedra, chaveta, verduguillo, etc.).

3.4. TIPICIDAD SUBJETIVA


Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Es necesario el dolo, esto es
animus vulnerandi, sin que tenga que concurrir en este género de dolo el
propósito en el agente de causar un daño de determinada levedad o
gravedad”. (Villa Stein, 1997, pág. 198)
Entendemos por tipicidad subjetiva que exige la concurrencia del dolo en
diversas circunstancias y factores que existen en la conducta ilícita del sujeto
activo, al desarrollar la acción delictiva.

Se exige necesariamente la concurrencia de dolo. El agente debe actuar con


conciencia y voluntad de causar un daño leve ya sea en la integridad corporal o
en la salud de su víctima. En la práctica es imposible llegar a determinar qué
grado de daño se propuso causar el autor con su actuar; no obstante, el medio o
elemento empleado así como las diversas circunstancias y factores que rodean a
26
la conducta ilícita, sirven para deducir el grado de daño que perseguía el sujeto
activo al desarrollar su accionar lesivo.

Lesiones leves:
1. El que causa a otro lesiones en el cuerpo o en la salud que requiera más de
diez y menos de treinta días de asistencia o descanso, o nivel moderado de daño
psíquico, según prescripción facultativa, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de dos ni mayor de cinco años.
2. La pena será privativa de libertad no menor de seis ni mayor de doce años si
la víctima muere como consecuencia de la lesión prevista en el párrafo 1 y el
agente pudo prever ese resultado.
3. La pena será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años si la
víctima:
a. Es miembro de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas,
magistrado del Poder Judicial, del Ministerio Público o del Tribunal
Constitucional o autoridad elegida por mandato popular o funcionario o servidor
público y es lesionada en el ejercicio de sus funciones oficiales o como
consecuencia de ellas.
b. Es menor de edad, mayor de sesenta y cinco años o sufre de discapacidad
física o mental y el agente se aprovecha de dicha condición.
c. Es mujer y es lesionada por su condición de tal, en cualquiera de los contextos
previstos en el primer párrafo del artículo 108-B.
d. Es ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, cónyuge o conviviente del
agente.
e. Depende o está subordinada de cualquier forma al agente.

4. La pena privativa de libertad será no menor de ocho ni mayor de catorce años


si la víctima muere como consecuencia de la lesión a que se refiere el párrafo 3 y
el agente pudo prever ese resultado.

5. El juez impone la inhabilitación correspondiente a los supuestos previstos en


el párrafo (Código Penal, 1991, art. 122).

Como observamos, el tipo base tiene una penalidad de 2 a 5 años de privativa de


la libertad, lo que en muchos casos generará una condena condicional o
suspendida.

27
6. Lesiones Leves Seguidas de Muerte

La muerte del sujeto pasivo a consecuencia de las lesiones menos graves, al


concurrir el elemento culpa en el accionar del sujeto activo. La culpa aparece
cuando el agente pudiendo o debiendo prever el resultado letal que se podía
producir, no lo hizo y se limitó a actuar, por ejemplo: El agente mediante un
golpe de puño en las fosas nasales del sujeto pasivo le ocasiona una hemorragia,
no es auxiliado oportunamente por el agente, este muere después de dos horas
por desangramiento.

3.5. PENA

Conforme señala el Dr. Ramiro Salinas Siccha: “De presentarse la primera hipótesis
del tipo penal del artículo 122°, el autor será merecedor a una pena privativa de la
libertad que oscila entre dos días y dos años, unido a ello, a criterio del juzgador, se
le impondrá de sesenta a ciento cincuenta días multa.
De ocurrir el segundo supuesto, es decir, lesiones simples seguidas de resultado
letal, el autor será merecedor de pena privativa de libertad, según sea el caso, de
tres a seis años.
La mayor severidad de la pena, en este último supuesto, se explica por el hecho de
que el autor también responde a título de culpa por la vida del sujeto pasivo. Se le
reprocha la vulneración del bien jurídico principal como es la vida, por su actuar
negligente e imprudente”. (Salinas Siccha, 2013, págs. 235- 236)
Entendemos que según el autor la mayor severidad de la pena consiste en el hecho
de que el autor responda al título de culpa por la vida del vida del sujeto pasivo, se
le reprocha la vulneración del bien jurídico principal (vida) por su conducta ya sea
negligente e imprudente.

3.6. AGRESIONES EN CONTRA DE LAS MUJERES O INTEGRANTES DEL


GRUPO FAMILIAR

El que de cualquier modo cause lesiones corporales que requieran menos de diez
días de asistencia o descanso según prescripción facultativa, o algún tipo de
afectación psicológica, cognitiva o conductual que no califique como daño psíquico
a una mujer por su condición de tal o a integrantes del grupo familiar en cualquiera
de los contextos previstos en el primer párrafo del artículo 108-B, será reprimido

28
con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años e
inhabilitación conforme a los numerales 5 y 11 del artículo 36 del presente Código
y los artículos 75 y 77 del Código de los Niños y Adolescentes, según corresponda.

La pena será no menor de dos ni mayor de tres años, cuando en los supuestos del
primer párrafo se presenten las siguientes agravantes:
1. Se utiliza cualquier tipo de arma, objeto contundente o instrumento que ponga en
riesgo la vida de la víctima.
2. El hecho se comete con ensañamiento o alevosía.
3. La víctima se encuentra en estado de gestación.
4. La víctima es menor de edad, adulta mayor o tiene discapacidad o si padeciera de
enfermedad en estado terminal y el agente se aprovecha de dicha condición.
5. Si en la agresión participan dos o más personas.
6. Si se contraviene una medida de protección emitida por la autoridad competente.
7. Si los actos se realizan en presencia de cualquier niña, niño o adolescente.
3.7. LESIONES PRETERINTENCIONALES CON RESULTADO FORTUITO

Esta circunstancia no es propiamente la tipificación de un delito, sino un atenuante


al delito de lesiones, en función a la intencionalidad del agente. En doctrina se le
conoce como «lesiones con resultado fortuito» (Salinas, 2007, p. 249), y como el
texto del Código Penal lo dice, si el sujeto activo del delito no quiso causar el daño
grave o no pudo preverlo, da lugar a que la pena se pueda disminuir
prudencialmente, buscando imponer la pena correspondiente al delito que en
realidad quiso causar.

Si analizamos las posibilidades que pueden presentarse, encontramos que


básicamente se refiere a que el autor solo tuvo intención de ocasionar lesiones leves
y en realidad resultaron graves, o cuando solo tuvo la intención de ocasionar
lesiones leves o graves, se produjo en consecuencia la muerte. Para este último
caso, ya hemos visto que se constituye en un agravante, siempre y cuando el agente
pudo prever tal resultado, pero en esta ocasión nos encontramos ante un atenuante
cuando no pudo prever ese fatal resultado.

Lógicamente, para aplicar la figura de este delito, no se puede basar solamente en la


subjetividad del agente, sino que debe existir alguna forma objetiva de acreditar su
real intención, lo cual puede ser por la manera en que actuó o el objeto que utilizó.
29
Así, por ejemplo, si las lesiones que causa son con un cortaúñas, es lógico pensar
que la lesión cuya intención tuvo no era grave, y menos causar la muerte; sin
embargo, puede presentarse el caso de que por el lugar en que lo incrustó en una
acción violenta genere un resultado diferente al de su intención.

Por último, no debemos confundir lo regulado en el art. 123 con el caso fortuito o la
fuerza mayor, ya que tales circunstancias son consideradas eximentes de la
responsabilidad, conforme lo previsto en el art. 20, inc. 6.° del Código Penal.

4. LESIONES CULPOSAS
4.1. DESCRIPCIÓN TÍPICA
Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Artículo 124°.- El que, por culpa
causa a otro un daño en el cuerpo en la salud, será reprimido, con pena privativa
de libertad no mayor de un año, o con sesenta a ciento veinte días-multa.
La acción penal se promoverá de oficio y la pena será privativa de libertad no
menor de uno ni mayor de dos años y de sesenta a ciento veinte días-multa, si la
lesión es grave.
El juez podrá acumular la multa con la pena privativa de libertad”. (Villa Stein,
1997, pág. 201)
Entendemos por aquella persona que causa daño o perjuicio en el cuerpo o la
salud de una persona.

Las lesiones culposas vienen a ser el mismo delito que hemos visto en los
Artículos 121 y 122 del Código Penal, con la diferencia sustancial del elemento
subjetivo del delito. Si en los dos anteriores estábamos ante figuras dolosas, en el
presente caso se trata de un delito culposo, lo que a decir de Bramont-Arias
Torres implica que no quiso realizar ese acto u omisión. En otras palabras, quiere
decir que hubo una acción sin la «diligencia debida», contraviniendo de esa
manera con el cui-dado que era necesario cumplir. (Bramont-Arias, 1998, p.
117).

4.2. BIEN JURÍDICO


Conforme señala el Dr. Ramiro Salina Siccha: “Con la tipificación del artículo
124° que recoge las lesiones simples o graves culposas, el Estado busca proteger
dos bienes jurídicos fundamentales para la convivencia en sociedad, esto es, la

30
integridad física de las personas por un lado; y por el otro, la salud de las
personas en general”. (Salinas Siccha, 2013, pág. 225)

4.3. TIPICIDAD OBJETIVA


Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Sujeto activo lo mismo que el pasivo
puede ser cualquiera. La conducta del infractor de la norma consiste en producir
un daño grave o menos grave en el cuerpo o la salud de la víctima comisiva u
omisivamente. Los criterios de gravedad naturalmente son los mismos a que ya
no hemos referido precedentemente.
Es menester desde luego que el resultado dañoso le sea objetivamente imputable
al actor quien por infringir el deber de cuidado procuró el resultado no querido”.
(Villa Stein, 1997, pág. 202)
Entendemos que se perfecciona obrando culposamente al ocasionar lesiones ante
el sujeto pasivo cuando produce un resultado dañoso con falta de previsión,
prudencia o precaución, del cual se previene el poder de evitarlo.

Primero debe descartase el dolo, pero debe verificarse que el riesgo no permitido
creado por la conducta del autor podía lesionar el bien jurídico protegido. Luego
podrá hablarse si se trata de una culpa consciente o inconsciente, cuestión que
podría tener importante, a efecto de graduar la pena por el juzgador.

Segundo, debe analizarse si el autor infringió una norma de cuidado, el deber


que le estaba prescrito por ley, que le exigía adecuar su conducta conforme a
ciertos parámetros regulados en la normatividad aplicable, de acuerdo a la
actividad desplegada; a dicha información, habrá que agregar lo siguiente: qué la
contravención normativa haya generado un riesgo jurídicamente desaprobado,
esto es, que la acción haya desbordado el plano de legalidad, a partir de ahí, se
podrá saber si es que ha ingresado al ámbito de protección de la norma.

Tercero, que el resultado lesivo acontecido, sea la efectiva concreción del riesgo
no permitido atribuido al autor, para tales efectos, debe descartarse que el
desvalor antijurídico exteriorizado en un estado de lesión, no sea productos de
otros cursos causales concomitantes o sobrevenidos que se hayan basado en la
imputación objetiva por el resultado, si el conductor había sobrepasado la
velocidad permitida por las reglas de tránsito, se advierte que las lesiones del
transeúnte, fueron causadas como consecuencia de su indiligencia, por haber
31
cruzado la pista (carretera) en forma intempestiva y por una vía
antirreglamentaria (auto- puesta en peligro), en todo caso, ante una duda no
cabera otra posibilidad que absolver al imputado de acuerdo a los alcances del in
dubio pro reo.

4.4. TIPICIDAD SUBJETIVA


Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Es necesario que el actor haya tenida
un conocimiento actual o potencial que su actuar riesgoso y al propio tiempo
descuidado ponía, previsiblemente, en peligro la integridad física o salud del
próximo. Es obvio que el actor no quiere el resultado.” (Villa Stein, 1997, pág.
202)
En este elemento nos dice que el agente no tiene intención ni quiere causar el
resultado más bien se produce la inobservancia del deber objetivo del cuidado,
en el hecho concreto de acción culposa.

4.5. ACCIÓN PENAL CORRESPONDIENTE


Son dos los caminos a seguir que traza el legislador según la entidad del delito
1. Acción privada, si la lesión es leve, pues se espera cómo posible la tolerancia de
la víctima. El criterio de levedad lo da el artículo 122 del código penal.
2. Acción pública, si según los criterios que establece el artículo 123 del código
penal, la lesión causada a la víctima es grave

4.6. LA PENA
Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Se sanciona el injusto con la pena
privativa de la libertad no mayor de un año o con sesenta a ciento veinte días-
multa, si la lesión es leve. De ser grave la lesión, la pena privativa de la libertad
sube a una no menor de un año ni mayor de dos años y de sesenta a ciento veinte
días-multa. El Juez además podrá acumular la pena privativa de libertad con la
multa”. (Villa Stein, 1997, pág. 203)
Nos dice que si la magnitud del daño ocasionado a la integridad física o salud de
la gravedad es calificada como lesión simple o menos grave, se le sigue un
proceso al autor por acción privada y si se le encontrase responsable se le
impondrá pena privativa de libertad.

32
4.7. DAÑOS AL CONCEBIDO

La Ley N.° 27176 incorporó el art. 124-A que tipifica el delito de daños al
concebido, a fin de proteger la integridad física del concebido, lo cual viene a ser
coherente con la protección que se le brinda a la vida a través del delito de
aborto y sus distintas modalidades.

El delito puede producirse de manera dolosa, conforme se precisó en su


exposición de motivos y se desprende del texto legal que no presenta
explícitamente la forma culposa, aunque a veces pueda dar lugar a confusión la
ubicación en que se encuentra al estar inmediatamente después del delito de
lesiones culposas y bajo el mismo número de artículo, diferenciado solo por el
literal «A» Para que se produzca el delito se requieren ciertas condiciones
materiales, como son la preexistencia de una vida fetal cierta, la producción de
un resultado dañoso y una relación de causalidad, elemento que puede ser el de
mayor dificultad para determinar si la acción del presunto autor del delito fue la
que produjo la lesión en el feto. (Castro, 2011, p. 4).

4.7.1. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO


Es la integridad y la salud física y psíquica del feto. Evidentemente, con esta
protección se persigue garantizar en último extremo la integridad del futuro
niño, una vez nacido, pero esta perspectiva puede aceptarse de forma mediata y
no como bien jurídico protegido en sentido estricto. A parte de la incongruencia
a que daría lugar esta interpretación en relación con el delito de aborto (pues,
dentro de las discrepancias existentes sobre el bien jurídico protegido en este
delito, no hay posiciones que hayan sostenido que con él se proteja la vida de la
futura persona), el propio tenor literal del precepto impone la interpretación
propuesta: la causación en el feto de una lesión o enfermedad ha de tener como
resultado típico alternativo, perjudicar “gravemente su normal desarrollo” o
“provocar “en el mismo una grave tara física o psíquica”.

4.7.2. SUJETO ACTIVO – SUJETO PASIVO


El delito de lesiones al feto hace referencia al feto como sujeto pasivo de las
lesiones; el sujeto activo será aquella persona que dolosamente causa daño en el
cuerpo o en la salud del concebido. Con ello se plantea la cuestión de determinar
a partir de que momento ha de entenderse protegida la vida en formación. No se
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trata aquí de dilucidar, cuándo comienza la vida humana,6 sino cuando comienza
la protección penal de la vida humana en formación, lo cual no ha de ser
necesariamente lo mismo; hay que diferenciar entre pre-embrión (desde la
concepción hasta unos 14 días después), embrión (desde ése momento hasta
aproximadamente dos meses y medio después) y feto (desde este momento hasta
el parto). De allí que el objeto material del delito se refiere al feto que se
encuentra en el seno materno, lógicamente ya implantado. Tradicionalmente la
palabra “feto” en Derecho Penal se ha venido entendiendo como equivalente a
nasciturus, es decir, entendido a todo el proceso del embarazo anidado.

4.8. DEL DAÑO PSÍQUICO Y LA AFECTACIÓN PSICOLÓGICA,


COGNITIVA O CONDUCTUAL.

El art. 124-B del Código Penal fue incorporado, al igual que otros, por la Ley
N.° 30364, regulando una nueva figura delictiva denominada «lesiones
psicológicas». Si bien el texto legal nos indica cuándo se presentan las lesiones
graves, leves o falta por lesiones leves, resulta imprecisa en la medida que no se
dice cómo se va a determinar si se ha producido un nivel leve, moderado o grave
de daño psíquico, lo cual ha originado que en su primer año de aplicación las
denuncias por daño psicológico no hayan podido ser concretizadas con una
acusación fiscal, toda vez que los peritos psicológicos no determinan qué nivel
de daño psíquico se ha presentado, por no existir el instrumento técnico oficial
que oriente su labor pericial.

Como dice Carlos Coria, es una norma penal en blanco, que depende de la
precisión del instrumento técnico oficial, que permitirá a través de una serie de
criterios, determinar el nivel de daño psíquico que se ha producido; sin embargo,
esto además de producir problemas de constitucionalidad, por afectarse el
principio de legalidad, también da lugar a que la imprecisión y vague-dad de la
norma legal pueda producir impunidad. (Coria, 2015).

En efecto, después de más de un año de haberse incorporado el delito,


experimentamos que, si bien existe la tipificación legal, el delito continúa

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impune por no haberse implementado los medios técnicos para determinar el
nivel de daño psíquico.

VI. CONCLUSIONES

1. Consiste en el daño injusto causado en la integridad física o en la salud


de una persona. No debe estar motivado por el propósito de matar, pues
si alguien, queriendo causar a otro la muerte, sólo logra lesionarle, el
delito cometido no será de lesiones, sino de tentativa de homicidio.

2. Existe una controversia entre los doctrinarios en este hecho punible


respecto al “Bien Jurídico Protegido” toda vez que algunos consideran
que para este delito son dos los bienes jurídicos tutelados por parte del
Estado; esto es, Bien Jurídico Integridad Física o Corporal y Bien
Jurídico Salud; la corriente moderna se orienta simplemente a un daño
en la salud, porque considera que el daño en el cuerpo está
comprendido en la salud; « lo contrario a la salud es la enfermedad» y
eso explica nuestro concepto respecto a este delito; el sistema penal
peruano solo considera el Bien Jurídico Salud, porque en esta
conceptualización se integra estos dos conceptos, considera que el daño
al cuerpo está comprendido en la salud.

3. El código también clasifica las lesiones de la siguiente forma:


 Lesiones graves.
 Lesiones leves.
 Lesiones con resultado fortuito.
 Lesiones culposas.

 La pena en la clasificación de las lesiones:

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 LESIONES GRAVES, pena privativa de libertad no menor, de tres
(03) ni mayor de ocho (8) años.

En caso de muerte de la víctima, si esta fuese previsible por el


agente, la pena será no menor de cinco (05) años ni mayor de diez
(10) años.

 LESIONES GRAVES A MENORES DE EDAD, pena privativa de


libertad no mayor de dos (02) años y con sesenta a ciento cincuenta
días - multa.

Cuando la persona fallece a consecuencia de la lesión menos grave


se castiga con pena privativa de la libertad no menor de tres (03) ni
mayor de seis (06) años

 LESIONES CON RESULTADO FORTUITO, la pena no está


señalada expresamente en el Código Penal, sino que se establece:
“...la pena será disminuida prudencialmente hasta que corresponda
a la lesión que se quiso inferir”

 LESIONES CULPOSAS, en el caso de que se ocasione una lesión


leve por culpa, se establece una pena privativa de libertad no mayor
de un (01) año o con sesenta a ciento veinte días multa.

En el caso que se produzca una lesión grave por culpa se establece


una pena privativa de libertad , pero esta será posible siempre que
se ocasione una lesión leve por culpa, puesto que la acusación de
una lesión grave por culpa esta sancionada ya expresamente con
pena privativa de libertad y multa

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BIBLIOGRAFÍA

Libro:

 Código Penal.

 Código Procesal Penal.

Páginas web:

 http://es.slideshare.net/jorgelreyesh/delito-de-lesiones

 https://es.wikipedia.org/wiki/Delito_de_lesiones

 http://html.rincondelvago.com/delito-de-lesiones.html

 http://recursodeapelaciong.blogspot.com/5.http://feederico.com/
%C2%BFque-es-un-proyecto-de-ley/

 http://iabogado.com/guia-legal/delitos-y-faltas/los-delitos-contra-las-
personas

 http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/lesiones/lesiones.htm

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