Historia de La Globalización1 Trimestre

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HISTORIA DE LA GLOBALIZACIÓN

José Luis Méler y Ugarte Doctor Ingeniero Industrial.

La globalización empezó hacia 1850


Las dos globalizaciones, la que tiene lugar entre 1850 y 1914, y la que empezó hacia 1950 —y está en vigor al día de
hoy— han respondido, en el fondo, a las mismas causas. La primera fue debida —por un lado— a las políticas de
apertura practicadas por los gobiernos de los distintos países, que supusieron una fuerte reducción de las barreras
arancelarias y —por otro lado— a la aparición de nuevas tecnologías que produjeron una importante reducción del
tiempo y del coste del transporte. Esta globalización de la economía, en la segunda mitad del siglo XIX y en las
primeras décadas del XX, acompañada de la libertad de movimientos de capital, se tradujo en un gran desarrollo del
libre comercio y en un gran movimiento migratorio, favorecido por la inexistencia —en aquel entonces— de controles
gubernamentales a la inmigración. Como botones de muestra de una y otra, baste decir que entre 1870 y 1913, el
crecimiento del comercio mundial (3,5%) superó ampliamente al del producto real (2,7%), con una muy elevada
participación en el Producto Interior Bruto (PIB) de la suma de exportaciones e importaciones. Y que, entre 1850 y
1914, 60 millones de personas emigraron de Europa a América, de forma que la fuerza laboral en el Nuevo Mundo
creció un 49%, mientras que en el Viejo Continente se redujo un 22%.
El resultado fue que en Europa, ante la escasez de mano de obra, los salarios subieron, al tiempo que en los países
emergentes, el aumento de la productividad permitió también un aumento de los salarios reales. Como conclusión,
desde un punto de vista social, la primera globalización produjo resultados satisfactorios. Desgraciadamente, a partir
de 1914 y hasta 1950, esa tendencia favorable se vio truncada por la destrucción del sistema económico y financiero
internacional a causa de las dos guerras mundiales, por la desaparición del patrón oro; por la adopción de medidas
proteccionistas —sobre todo arancelarias, por parte de los gobiernos—; y por la implantación de severas restricciones
a los flujos transfronterizos y a la libre circulación de personas. Por todo ello, la globalización quedó frenada.
Tras este paréntesis producido por las dos guerras mundiales, prosiguió, especialmente desde 1950 y actualmente se
acelera, a consecuencia de los nuevos avances tecnológicos en el campo de la Comunicación y de la Informática.
Estos avances han permitido la apertura de nuevas vías para la organización de las empresas a escala mundial, con
mayor eficiencia e integración internacional. ¿Cuál ha sido el efecto de la globalización sobre el bienestar de las
personas? Aceptando que la mejora del bienestar material depende del crecimiento económico, para responder a esta
pregunta será bueno ver cómo ha evolucionado el PIB per cápita, a lo largo de la globalización, de la economía, en los
países que han podido participar en el proceso. Pues bien, en dichos países, la experiencia histórica demuestra que en
los periodos de globalización el crecimiento del PIB per cápita ha sido más elevado que en los periodos del
proteccionismo: — De 1820 a 1870 el crecimiento anual fue del 0,9%. — Entre 1870 y 1913 la primera globalización
lo impulsó al 1,4%. — Entre 1914 y 1950 cayó al 1,2%. — Entre 1950 y 2000 la segunda globalización lo ha vuelto a
empujar, alcanzando el 3%. Es evidente que, la diferencia entre la renta per cápita de los países ricos y la de los pobres
se ha ido agrandando a medida que la globalización avanzaba. Este hecho nos servirá para sacar algunas conclusiones
constructivas.
En primer lugar, nadie ha podido demostrar convincentemente que la globalización sea la causa del aumento de
desigualdad y, en segundo lugar, que equiparar desigualdad con pobreza supone un grado notable de confusión mental
y un desconocimiento no menos sorprendente de la historia económica. Realmente, lo que importa no es reducir las
diferencias de renta, sino la reducción de la pobreza, y la verdad es que la globalización y en general, la economía de
mercado, lo está haciendo bastante bien.
En el año 1950, el 80% de la población mundial era pobre de solemnidad; hoy todavía lo es el 30%, una proporción
muy alta, pero 50 puntos inferior a la vigente al inicio del proceso de globalización. ¿Pero cómo reducir —hasta
hacerla desaparecer— la pobreza que afecta a los países del Tercer Mundo? Sencillamente, haciendo entrar a estos
países en la globalización, cuyos beneficios —como acabamos de ver— son patentes para todos los que han podido
participar en ella. Porque el problema de la globalización es que «es escasamente global», ya que son todavía
demasiados los países que no participan en la globalización, y ésta es la única causa de su atraso y nivel de pobreza.
¿Cómo lograr que los países menos desarrollados se introduzcan en la globalización? En primer lugar, haciendo que
los países desarrollados no se opongan a ello. Logrando que, abandonadas las hipócritas objeciones sobre el
pretendido dumping social, los países ricos abran de una vez las fronteras a las primeras materias y productos
elaborados de los países pobres. «No se trata de ayudar a estos países con donativos», dejemos de hacerlos objeto de
nuestras obras de misericordia para verlos como personas capaces de construir su propio futuro, si alentamos su
creatividad y les permitimos participar en el comercio mundial.
Ahora bien, para que los países pobres puedan entrar en la globalización es preciso que estos países tengan:
— Derechos de propiedad bien definidos y protegidos por la Ley.
— Estabilidad monetaria y presupuestaria.
— Fiscalidad no confiscatoria.
— Mercados de factores y de productos no intervenidos.
— Libertad de comercio y de movimientos de capital.
— Y, un Estado limitado pero fuerte, garante de la paz interna, del imperio de la ley y de los derechos individuales. En
una palabra: libertad económica. The Heritage Foundation y The Wall Street Journal elaboran un índice de libertad
económica para 155 países, basados en 10 factores definitorios de la libertad económica. Atribuyendo puntos a cada
uno de estos factores, se obtiene el índice en el que los países resultan clasificados como de:
— Economía libre (de 1,00 a 1,95).
— Economía mayormente libre (de 2,00 a 2,95).
— Economía mayormente controlada (de 3,00 a 3,95).
— Economía reprimida (de 4,00 a 5,00).
Este índice permite comprobar que los países con mayor libertad económica presentan tasas más altas de crecimiento
económico a largo plazo y tienen ingresos per cápitas mayores que los países con menos libertad. En consecuencia, los
países más libres son más prósperos y cuentan con mejores niveles de vida. Lo más importante de esta investigación
es la demostración que la distribución mundial de la prosperidad y el nivel de vida no dependen de la ubicación
geográfica y ni siquiera de la riqueza natural de los países, sino esencialmente del grado de libertad económica,
deducido de la calificación atribuible a los 10 factores citados y que conviene precisar que son: política comercial,
carga impositiva, intervención del gobierno en la economía, política monetaria, flujos de capital e inversión extranjera,
actividad bancaria y financiera, salarios y precios, derechos de propiedad, regulaciones y mercado negro.
Para comprobar la relación entre libertad y prosperidad, cuadro 1, podríamos comparar situaciones extremas, por
ejemplo: entre Estados Unidos y Libia, o en el área iberoamericana, entre Chile y Venezuela. Pero parece más
interesante centrarse en otros países —que son tenidos por los más pobres— para demostrar que ellos no están
condenados inexorablemente a serlo por razón de su geografía y que, de hecho, los que tienen sistemas de economía
más libres disfrutan de mayor bienestar.
Este es el caso de Bahrein que, con un índice de 1,90 —igual al de Suiza— se califica como libre y ocupa la novena
posición en la clasificación general, con un PIB per cápita —en 1999— de 12.060 dólares a Paridad de Poder de
Compras (PPC). Cierto es, que este pequeño país ha ocupado un lugar privilegiado en la ruta comercial que une el
golfo Pérsico con Occidente y cifra su riqueza básica en la producción de refino de petróleo. Pero podía haber
destruido su fortuna si —después de independizarse de Gran Bretaña en 1971— no hubiera mantenido su activo
sistema de economía de mercado, como le ha sucedido a su próximo Irán, uno de los países más avanzados de Oriente
Medio antes de 1979 y que, a consecuencia de su actual modelo altamente intervencionista, clasificado en el índice
como de economía reprimida, con un 4,70, ocupa en la clasificación general el quinto lugar por la cola, sólo seguido
de Cuba, Irak, Libia y Corea del Norte, con un PIB per cápita de 5.520 dólares (PPC), frente a los 12.060 de Bahrein.
Pero más aleccionador es el caso de Botsuana y Zimbabue, dos países subsaharianos vecinos, ambos antiguas colonias
de Gran Bretaña, independizados en 1966 y 1980, respectivamente, y ambos ricos en minería. La diferencia está en
que Botsuana, desde su independencia, ha estado regida ininterrumpidamente por gobiernos civiles que han practicado
una economía mayoritariamente liberal, que le asigna el lugar 68 —sobre 155— al lado de México.
En su conjunto, África Subsahariana es el área económicamente más intervenida del mundo y, por consiguiente, la
más pobre. Esta pobreza no se debe a la falta de ayuda extranjera, ya que la asistencia económica per cápita a estos
países es la más alta del mundo. Las causas de su pobreza son la falta de libertad económica —que se refleja en las
políticas que dichos países se han impuesto— y la enorme corrupción sistemática de la mayoría de ellos. Por
consiguiente, los países pobres del mundo sólo lograrán alcanzar una prosperidad y un crecimiento económico
verdaderos cuando sus respectivos gobiernos brinden una mayor libertad económica a los ciudadanos y descubran el
poder imponente que ofrece el mercado libre. Hay indicios de que algunos de estos países con economías intervenidas,
como Senegal, Nigeria, Suráfrica y Tanzania, se dan cuenta de que necesitan cambiar de modelo a fin de poder entrar
en la globalización, donde ven está la solución de sus problemas.
Pero para lograr que esta mentalidad se extienda es preciso que las empresas transnacionales —que son los agentes de
la globalización— comprendan que si cambian sus modelos de producción y distribución para adaptarlos a las
características y posibilidades de estos pueblos —cosa que algunas ya lo han hecho— los países pobres pueden
convertirse en mercados muy rentables, como lo prueban, entre otras, en India y Suráfrica.
Lo importante es que las empresas transnacionales —habiendo negociado con el gobierno del país de destino las
condiciones administrativas, legales y fiscales— implanten negocios que creen puestos de trabajo y generen salarios
para los nacionales, al tiempo que, si se trata de la producción de bienes destinados a la exportación, darán lugar al
ingreso de divisas, mejorando la balanza comercial del país, convirtiendo en un lugar atractivo para la inversión
extranjera permanente, por parte de las empresas que, en un mundo globalizado, buscan oportunidades de expansión.
Las empresas privadas de los países desarrollados, en general, no se animan a la inversión directa en países donde la
calidad del capital humano no ha alcanzado un cierto nivel. Ésta es una razón para crear en estos países instituciones
docentes y sanitarias, gobernadas por profesionales de los países de las empresas inversoras en capital directo, las
cuales, estando interesadas en la mejora de la calidad de los recursos humanos, puedan ser las promotoras y
financiadoras de estos proyectos culturales que, si están bien concebidos, pueden incluso ser rentables.
En resumen, que en vez de oponerse a la globalización porque está proporcionando beneficios sólo a los países que
participan en ella, agravando la diferencia entre los países globalizados y los no globalizados, lo que hay que hacer es
extender la globalización al mayor número de países, no sólo desmontando el egoísmo de los países ricos que cierran
sus fronteras a los productos de los pobres, sino intentando por todos los medios posibles que estos países pobres
cambien sus modelos de organización sociopolítica, para que optando por la economía de mercado, poder entrar en la
globalización.

PRINCIPALES PERÍODOS DE LA HISTORIA DE LAS FINANZAS MUNDIALES

Visión Descriptiva de las Finanzas Empresariales hasta la Segunda Guerra Mundial

No es mucha la Investigación que se lleva a cabo en el campo de las finanzas durante este tiempo, incluso se puede
decir que es prácticamente inexistente hasta el siglo XIX. Sin embargo, es en este tiempo cuando avanza
considerablemente la Teoría Económica, cuando surge el llamado modelo clásico de la mano de Adam Smith en su
libro "La riqueza de las naciones", a partir de ahí otros economistas ingleses le siguen como Malthus, Mill o David
Ricardo, de la Escuela de Viena cuyos representante más notables son Menger, Böm-Bawerk y Von Wieser, de la
Escuela de Lausana a la cual pertenecen Walras y Pareto y finalmente a la escuela de Cambridge con economistas
como Wicksell y Marshall. Es precisamente con este último con el que se da por terminada la era de la economía
clásica con su libro "Principios de Economía"

A partir de 1776, con la invención de la máquina de vapor por James Watt y su posterior aplicación en la
producción, una nueva concepción del trabajo vino a modificar completamente la estructura social y comercial
de la época, provocando profundos y rápidos cambios de orden económico, político y social que en un lapso de
aproximadamente un siglo, fueron mayores que los cambios ocurridos en el milenio anterior. Es el período
llamado de Revolución Industrial, que se inició en Inglaterra y rápidamente se extendió por todo el mundo
civilizado.

Hasta principios del siglo XIX los gerentes financieros se dedicaban a llevar libros de Contabilidad o a controlar la
Teneduría, siendo su principal tarea buscar financiación cuando fuese necesario.

Según Chiavenato (1989)2, "El desarrollo de nuevas formas de organización capitalista, las firmas de socios solidarios,
formas típicas de organización comercial -cuyo capital proviene de las ganancias obtenidas (capitalismo industrial)-, y
que toman parte activa en la dirección de los negocios, dieron lugar al llamado Capitalismo Financiero." El
capitalismo financiero tiene cuatro características principales:
--La dominación de la industria por las inversiones bancarias e instituciones financieras y de crédito.

--La formación de inmensas acumulaciones de capital, provenientes de monopolios y fusiones de empresas

--La separación entre la propiedad particular y la dirección de las empresas

--El desarrollo de la hollding companies (El Diccionario de la Lengua Española describe “sociedad financiera que
posee o controla la mayoría de las acciones de un grupo de empresas”. Es decir, el holding empresarial es una
agrupación de empresas en la que una de ellas)
Con la expansión de las empresa, ocurren fusiones y asociaciones para lo cual son necesarias grandes emisiones de
acciones y obligaciones, prestándose una especial atención a los mercados financieros y a la emisión de empréstitos,
en la que se observa un espectacular auge. La constitución de la US Steel Corporation en 1900 inicia una tendencia de
combinaciones que dieron lugar a la emisión de grandes cantidades de valores de renta fija y variable.

Para el año 1929 la economía encuentra una inmensa crisis internacional. La situación de la bolsa de Nueva York era
caótica y la Política Económica llevada a cabo contribuyó a agravar la crisis, los grupos financieros norteamericanos y
británicos se encontraban enfrentados ya que al conceder préstamos sin prudencia crearon un ambiente de solidez e
inestabilidad inexistente, además se produjo una subida de los tipos de interés estadounidenses que llevó a la
paralización de los préstamos al exterior, lo que produjo una agravación económica en los países que habían recibido
estos préstamos. Es fácil suponer que en un escenario como este las empresas tuviesen problemas de financiación,
quiebras y liquidaciones. El objetivo dominante para ellas era la solvencia y reducir el endeudamiento. Es decir, se
busca que exista la máxima similitud en la cantidad de capitales propios y fondos ajenos. Por primera vez, se
preocupan por la estructura financiera de la empresa.

Durante la crisis, los objetivos eran la supervivencia de la empresa y la liquidez. Se produjeron estudios desde el punto
de vista legal con la intención de que el accionista y el inversor tuviesen más información sobre la situación
económica de la empresa: financiación, liquidez, solvencia, rentabilidad, etc, iniciándose así el intervencionismo
estatal.

En la década de 1920 las innovaciones tecnológicas y las nuevas industrias provocaron la necesidad de mayor cantidad
de fondos, impulsando el estudio de las finanzas para destacar la liquidez y el financiamiento de las organizaciones.
Arthur Stone Dewing,(1920) En The financial Policy of Corporation, uno de los textos clásicos de ese periodo, reunió
las ideas existentes, introdujo nuevas ideas y sentó la pauta para la enseñanza de las finanzas; refleja esta visión
tradicional de las Finanzas basada en una metodología positiva, que describe la realidad, con excesivo énfasis en
aspectos externos, legales e institucionales, así como en procesos excepcionales para las empresas como quiebras,
fusiones, absorciones y consolidaciones. Aunque este autor mostrase cierta inquietud acerca de la estructura financiera
y la política del reparto de dividendos, vemos que es una visión poco preocupada por las decisiones financieras.

La depresión de los años treinta obligo a centrar el estudio de las finanzas en los aspectos defensivos de la
supervivencia, la preservación de liquidez, las quiebras, las liquidaciones y reorganizaciones. La principal
preocupación en el financiamiento externo era saber cómo un inversionista podía protegerse.

En 1936, con el fondo de la Gran Depresión apareció "La teoría General de la ocupación, el interés y el dinero", de
Jhon Maynard Keynes, obra memorable en la que se describía una nueva manera de enfocar la economía que iba
ayudar a los estados a atenuar los peores estragos de los ciclos económicos por medio de la política monetaria y fiscal.

La época de los años cuarenta estuvo empañada por la guerra declarada en los primeros años y la guerra fría en los
siguientes. Las Finanzas siguieron un enfoque tradicional que se había desarrollado durante las décadas anteriores, no
ocurriendo cambios considerables. Se analizaba la empresa desde el punto de vista de alguien ajeno a ella, como
pudiera ser un inversionista, pero sin poner énfasis en la toma de decisiones.

El gerente continúa con su labor, predomina una política poco arriesgada, lo que suponía un endeudamiento y se prima
la liquidez y la solvencia. Sin embargo, en este período comienzan a germinar los brotes de la moderna concepción
financiera de la empresa.
2.2. Las Finanzas desde los cuarenta hasta la cimentación de la Moderna Teoría de las Finanzas Empresariales.

Durante la década de 1940 hasta principios de 1950, las finanzas siguieron un enfoque tradicional que se desarrolló de
1920 a 1930. Analizaban a la organización desde un punto de vista ajeno a ella, por ejemplo, cómo podía ser un
inversionista, pero sin poner énfasis alguno en la toma de decisiones dentro de la organización. A mediados de la
década 1950 adquirió un papel importante el presupuesto de capital y las consideraciones relacionadas con el mismo.

Después de la guerra comienza a estudiarse los desarrollos de la Investigación Operativa y la Informática aplicados a
la empresa. Comienza a despertar importancia la planificación y control, y con ellos la implantación de presupuestos y
controles de capital y tesorería.

De esta época es la obra del profesor Erich Schneider Inversión e Interés (1944), en la que se elabora la
metodología para el Análisis de las Inversiones y se establecen los criterios de Decisión Financiera que den lugar a
la maximización del valor de la empresa. En su trabajo el profesor pone de manifiesto una idea en la actualidad
vigente: una inversión viene definida por su corriente de cobros y pagos.

Con la llegada de la computadora en la década 1950, sistemas complejos de información comenzaron a brindar al
administrador financiero información sobre la cual tomar decisiones correctas, aplicando herramientas analíticas
poderosas, se generó el uso de técnicas de investigación de operaciones y de decisiones, los análisis financieros fueron
más disciplinados y provechosos. El administrador financiero ahora tenía a su cargo los fondos totales asignados a los
activos y la distribución del capital a los activos individuales sobre la base de un criterio de aceptación apropiado y
objetivo.

Entre los años cincuenta y la crisis energética de 1973 se vive un ciclo alcista en la economía, en el que la empresa
tiene una gran expansión. La era electrónica afectó profundamente los medios que emplean las empresas para realizar
sus operaciones bancarias, pagar sus cuentas, cobrar el dinero que se les debe, transferir efectivo, determinar
estrategias financieras, manejar el riesgo cambiario, etc. Se idearon modelos de valuación para utilizarse en la toma de
decisiones financieras, en el que la empresa tiene una gran expansión y se asientan las bases de las finanzas actuales.
En este período de prosperidad los objetivos que priman son los de rentabilidad, crecimiento y diversificación
internacional, frente a los objetivos de solvencia y liquidez del período anterior.

En la década 1960 con el desarrollo de la teoría del portafolio y su aplicación a la administración financiera fue un
acontecimiento importante, uno de los trabajos más significativo fue el presentado por Markowitz en 1952 cuyo punto
de partida es el Modelo de Equilibrio de Activos Financieros. Perfeccionada más tarde por Sharpe, Lintner y otros; la
teoría nos explica que el riesgo de un activo individual no debe ser juzgado sobre la base de las posibles desviaciones
del rendimiento que se espera, sino más bien en relación con su contribución marginal al riesgo global de un portafolio
de activos. Según el grado de correlación de este activo con los demás que componen el portafolio, el activo será más
o menos riesgoso.

Otro destacado trabajo es el de Franco Modigliani y Merton Miller (1958). Ambos defienden que el endeudamiento de
la empresa en relación con sus fondos propios no influye en el valor de las acciones. No obstante en 1963 rectifican su
modelo, dando entrada al impuesto de sociedades. Concluyendo que el endeudamiento no es neutral respecto al coste
de capital medio ponderado y al valor de la empresa. En los sesenta se empieza a verse el efecto de los estudios
realizados en la década anterior, estudios en ambiente de certeza que en la década servirán de base a los realizados
en ambiente de riesgo e incertidumbre. En las facultades americanas los estudios específicos sobre Finanzas se
introducen en los cincuenta, en España hasta los setenta no se desdoblan suficientemente, si bien no se puede hablar de
homogeneidad generalizada en este sentido. Esta década supone una profundización y crecimiento de los estudios de
la década de los cincuenta, produciéndose definitivamente un desarrollo científico de la Administración Financiera
de Empresas, con múltiples investigaciones, resultados y valoraciones empíricas, imponiéndose la Técnica
Matemática como el instrumento adecuado para el estudio de la Economía Financiera Empresarial.

En 1963, H. M. Wingartner, generaliza el planteamiento de Lorie y Savage a n períodos, introduciendo la


interdependencia entre proyectos, utilizando Programación Lineal y Dinámica. Se aborda el estudio de decisiones de
inversión en ambiente de riesgo mediante herramientas como la desviación típica del VAN, técnicas de simulación
o árboles de decisión, realizados por Hillier (1963), Hertz (1964) y Maage (1964) respectivamente. En 1965
Teichroew, Robichek y Montalbano demuestran que en casos algunos casos de inversiones no simples, éstas podrían
ser consideradas como una mezcla de inversión y financiación.

Sharpe (1964,1967), Linttner (1965), Mossin (1966) o Fama (1968) son autores que continuaron la investigación sobre
formación óptica de carteras de activos financieros (CAPM) iniciada por Markowitz en la década de los cincuenta.

El CAPM nos dice que en un mercado tenemos dos tipos de riesgo: i) el diversificable, que podemos controlar y ii)
el sistemático, que no podemos cubrir aunque nuestra cartera esté compuesta por muchos títulos diferentes y con
escasa correlación entre ellos. Por otra parte, nos dice que el rendimiento esperado de un activo sin riesgo es igual al
de un activo libre de riesgo más una prima por unidad de riesgo sistemático. El modelo de Sharpe constituye un punto
de partida al CAPM, si bien cabe distinguir que el primero de ellos es un modelo empírico en el que utiliza datos
retrospectivos a los que aplica una regresión y el CAPM es un modelo de equilibrio prospectivo con una teoría y unos
supuestos que se elaboran deductivamente.

En la década de 1970 empezaron a aplicarse el modelo de fijación de precios de los activos de capital de Sharpe para
valuar los activos financieros. El modelo insinuaba que parte del riesgo de la empresa no tenía importancia para los
inversionistas de la empresa, ya que se podía diluir en los portafolios de las acciones en su poder. También provocó
que se centrara aún más la atención sobre las imperfecciones del mercado cuando se juzgaba la selección de los
activos realizada por la empresa, el financiamiento y los dividendos.

Expansión y Profundización de las Finanzas hasta Nuestros días


Según información recopilada en Internet sobre la historia de las finanzas: "Desde el primer shock del petróleo en
1973 hasta nuestros días los estudios sobre la Ciencia de la Gestión Financiera de la Empresa se han expansionado y
profundizado notablemente. Surgen nuevas líneas de investigación como la Teoría de Valoración de Opciones, la
Teoría de Valoración por Arbitraje y la Teoría de Agencia.

La Teoría de Valoración de Opciones tuvo su origen con las investigaciones de Black y Scholes en 1973, a los que
siguieron numerosas aportaciones. Una opción es un contrato por el cual una persona adquiere el derecho de comprar
o vender un bien determinado a precio prefijado y en un período especificado En valores mobiliarios estos autores
demuestran que los factores que determinan el valor de una opción son el precio actual del título, el precio prefijado,
el tipo de interés libre de riesgo, la volatilidad del título y el período de ejecución. La existencia de un mercado de
opciones permite al inversionista establecer una posición protegida y sin riesgos comprando acciones y, al mismo
tiempo, estableciendo opciones sobre las acciones. En mercados financieros eficientes el rendimiento producido por
una posición de este tipo debe ser una tasa libre de riesgos. Si esto es cierto, sería posible establecer fórmulas exactas
para valuar distintos tipos de opciones.

Comenzó a cuestionarse la validez del CAPM por diversos motivos y como modelo alternativo Ross en 1976 publicó
el APT (Arbitrage Pricing Theory). A diferencia del CAPM este modelo no se basa en la hipótesis de eficiencia de la
cartera de mercado, y los rendimientos de los títulos vienen representados por un modelo general de factores. Este
Modelo parte de la idea de que el rendimiento de las acciones no sólo depende del riesgo esperado, sino que también
depende de ciertas variables económicas.

Durante la década de los setenta Jensen y Meckling (1976) comienzan a dibujar la Teoría de Agencia. La relación de
agencia es aquella en la que se ven envueltos los propietarios del capital (principal) y los directivos (agentes). El
problema en esta situación es el conflicto de intereses entre los participantes, el principal delega responsabilidades en
el agente, y tiene que establecer un contrato con el agente de modo que éste último lleve a cabo su labor con el fin
último de llegar al objetivo del principal. Pero de todo ello se derivan unos costes debido al contexto de información
asimétrica, unos costes de supervisión por parte del principal al agente, unos costes de influencia y unos costes de
pérdida de eficiencia. Estos costes se derivan de que el trabajo realizado por el agente no siempre es observable por el
principal, y si lo es puede llegar a ser muy costoso, de las relaciones entre los distintos colectivos dentro de la empresa
y de las desviaciones de las actuaciones de los agentes en relación con el esfuerzo óptimo. Todo ello ha generado una
amplia literatura con diversidad de opiniones.

En una gran cantidad de estudios e investigadores realizadas por autores como: Bierman y Smidt, Robichek, Mao,
Beranek, Weston y Brigham, Pike y Dobbins, Suárez y otros -citados en "el objetivo de la Gestión Financiera es
maximizar el valor de mercado de la empresa". Además consideramos que este objetivo no está en contradicción
frontal con las propuestas de la Teoría de Agencia sobre compensaciones económicas al agente, por lo que podría
afirmarse que su realización va a lograr que también se cumplan estos otros, en líneas generales. Así lo afirma también
Cuervo (1979) cuando señala que "la compensación de la dirección es acorde con la maximización de la riqueza de
los accionistas de la empresa". En consecuencia, podemos decir que de acuerdo con la normativa americana sobre la
Teoría de las Finanzas Empresariales el objetivo global de la empresa es la maximización del valor de mercado de la
empresa, aun reconociendo las matizaciones hechas por la Teoría de Agencia.

Sobre la política de dividendos, caben destacar los trabajos de Black y Scholes (1974) y Miller y Scholes (1978),
quienes insisten en que la política de dividendos es irrelevante, incluso teniendo en cuenta los impuestos, siguiendo la
línea de Modigliani y Miller. Por otra parte, Kim, Lewellen y McConell (1979) avalan empíricamente la existencia de
segmentos diferentes de inversores en acciones en función de sus tipos impositivos marginales en el impuesto sobre la
renta personal.

En relación a la estructura financiera óptima son destacables los trabajos realizados por Miller (1977), Warner (1977),
y Kim (1974,1978). Miller insiste en la irrelevancia de la estructura financiera, al considerar el impuesto sobre la renta
personal, aun teniendo en cuenta las consecuencias del impuesto de sociedades que conlleva la preferencia de la deuda
como fuente de financiación. Asimismo, Warner sostendrá que la mayor preferencia por la deuda, al tener en cuenta
los efectos fiscales del impuesto sobre la renta de sociedades, se compensa con el aumento de los costes de quiebra.
Kim, en cambio, se pronuncia sobre la existencia de una estructura financiera óptima si el mercado de capitales es
perfecto y se tienen en cuenta el impuesto de sociedades y los costes de insolvencia.

En la década de 1980, grandes avances intelectuales de la valuación de las organizaciones en un mundo donde reina la
incertidumbre. El papel de los impuestos personales en conexión con los impuestos de la organización ha sido un
área que ha rendido frutos provechosos. La información económica permite obtener una mejor comprensión del
comportamiento que en el mercado tienen los documentos financieros. La noción de un mercado incompleto, donde
los deseos de los inversionistas de tipos particulares de valores no se satisfacen, coloca a la empresa en el papel de
llevar a cabo la comercialización de tipos especiales de derechos financieros. Así como la diversidad de validaciones
empíricas, con sofisticados modelos de valoración y generalización de técnicas matemáticas y del uso de la
Informática.

Se acentúa el interés por la internacionalización de los fenómenos y decisiones financieras, dando lugar a multitud de
estudios sobre aspectos como el riesgo político y el riesgo de variabilidad del tipo de cambio de las monedas en las
que opera la Gestión Financiera Internacional. Asimismo, para superar algunas críticas al CAPM ha surgido el
ECAPM obra inicial de Pogue en un contexto internacional referido a compañías de oleoductos, y ampliado
posteriormente por Litzenberg, Ramaswamy y Sosin (1980)

En relación con la política de dividendos, es destacable el trabajo de Jalilvand y Harris (1984), éstos concluyen que las
imperfecciones del mercado pueden implicar interdependencias entre las decisiones de inversión, financiación y
dividendos. Sobre las repercusiones fiscales en la política de dividendos se pronuncian Poterba y Summers (1984)
concluyendo un mayor gravamen de los dividendos frente a las ganancias del capital. Por otra parte, Sarig y Scott
(1985) se sitúan en una línea similar a Dim, Lewellen y McConell, reafirmando el fenómeno de los segmentos
diferentes o clientelas.

En los años noventa, las finanzas han tenido una función vital y estratégica en las empresas. Aún cuando la teoría y
práctica de la valoración de empresas seguía centrada alrededor de métodos muy clásicos y algo obsoletos, tales como
los enfoques estáticos o de balances y los modelos mixtos como el alemán y el anglosajón. Dichos métodos parecen
superados hoy en día, aún admitiendo su virtualidad y utilidad para la valoración en pequeños negocios. Desde esta
década el gerente de finanzas se ha convertido en parte activa: la generación de la riqueza. Para determinar si genera
riqueza debe conocerse quienes aportan el capital que la empresa requiere para tener utilidades. Esta se convierte en la
base del costo de la oportunidad, con respecto al cual se juzgará el producto, la inversión y las decisiones de
operación.

Leland (1994) en la búsqueda de la estructura financiera óptima descubre que el valor de la deuda y el endeudamiento
óptico están conectados explícitamente con el riesgo de la empresa, los impuestos, los costes de quiebra, el tipo de
interés libre de riesgo y los ratios pay-out.
Actualmente, la metodología basada en el descuento de los flujos de caja parece indiscutible y es la más congruente y
sólida en cuanto a sus fundamentos teóricos. Por esta línea han pretendido progresar Martín Marín y Trujillo Ponce
(2000) en su obra "Manual de valoración de empresas". Respecto al el tema de las empresas de nueva economía o
economía virtual relacionada con Internet, estos autores según sus propias palabras prefieren darse un plazo de espera
antes de abordar tan espinoso asunto. Estas empresas parecen escapar a la lógica de los modelos hasta ahora
desarrollados de valoración. La alta volatilidad y los precios desorbitados parecen imponerse en las acciones que
cotizan en el NASDAQ norteamericano.

Relacionado con lo anterior hemos de tener en cuenta el creciente valor que adquieren las tecnologías de información
y comunicación dentro de la empresa y para la función financiera, factores que permiten a las organizaciones crear
valor a través de la gestión integrada de la cadena de valor física y virtual. A medida que se integran los mercados
financieros mundiales en forma creciente, el administrador de finanzas debe buscar el mejor precio de las fronteras
nacionales y a menudo con divisas y otras barreras.

Los factores externos influyen cada día más en el administrador financiero: desregulación de servicios financieros,
competencia entre los proveedores de capital y los proveedores de servicios financieros, volatilidad de las tasas de
interés y de inflación, variabilidad de los tipos de cambio de divisas, reformas impositivas, incertidumbre económica
mundial, problemas de financiamiento externo, excesos especulativos y los problemas éticos de ciertos negocios
financieros; donde el uso de tecnologías de información y comunicaciones reducen en gran medida el tema de la
incertidumbre. Así lo creen Ordiz y Pérez-Bustamante (2000) cuando afirman que "estas tecnologías pueden aportar
ventajas a la empresa, tales como reducciones en costes o incrementos de valor pero, para ello, se debe asumir que la
inversión en tecnologías de información y comunicación no es una decisión más en la empresa, sino que adquiere la
categoría de inversión estratégica para el negocio, dada la repercusión que puede implicar para el futuro de la misma".
Quizás sería interesante, ahondar en un espacio financiero iberoamericano en el que pueden abrirse enormes
posibilidades para las Finanzas, tanto desde el punto de vista teórico como del enfoque práctico. De hecho numerosas
empresas españolas, como Telefónica o el BBVA, han irrumpido con fuerza en estos mercados con resultados, hasta el
momento, muy positivos.

La evolución de las finanzas ha tenido gran repercusión sobre el papel y la importancia de la administración
financiera. Las finanzas han evolucionado del estudio descriptivo que las caracterizaba, al análisis riguroso y a la
aplicación de teorías normativas, cuyos conceptos básicos son aplicables a todos los tipos de organizaciones, bajo la
denominada Administración Financiera.
El fenómeno de la Globalización en la Función Financiera. Énfasis
El fenómeno de la globalización iniciado en los Noventa, ha generado impactos en las finanzas de las organizaciones
públicas y privadas. La aplicación de nuevas tecnologías en productos y procesos productivos ha producido crecientes
economías de escala que mueven a las empresas hacia la adecuación de este fenómeno.

La creciente rivalidad global, la convergencia de los sistemas económicos hacia un modelo genérico de economía de
mercado y la deslocalización industrial, así como la expansión internacional de las empresas a la consolidación
progresiva del libre comercio, han re-dimensionado la función y administración financiera en el contexto de los cambios
suscitados en la regulación de los mercados financieros.

La desregulación de los mercados financieros en el orden nacional y la progresiva remoción de obstáculos al libre
movimiento del capital entre países han incidido decisivamente en la mundialización de las finanzas internacionales.

El modelo intervencionista, especialmente en la década del '70, con altas tasas de inflación, enseñó que la regulación no
siempre conseguía el objetivo propuesto y que en cambio, tenía efectos negativos sobre la gestión de las entidades
financieras. Sobre la base de esta realidad se han operado cambios significativos en la regulación de los mercados
financieros -que han sido notables impulsores de la globalización económica-, cuyos principales aspectos han sido los
siguientes:

El libre acceso de las entidades financieras extranjeras a los mercados nacionales. Esto llevó al desarrollo
espectacular de las empresas financieras con negocios internacionales, que a su vez produjo una brutal competencia en
el sector. Su consecuencia fue el desarrollo de una estrategia internacional, la mayor interrelación entre los diversos
sistemas financieros nacionales y los esfuerzos de cientos de gobiernos por atraer a empresas financieras de otros países.
En el área de la Unión Europea, la meta del mercado financiero único ha fructificado en el logro de una moneda única
(Euro).

La universalización de las instituciones. Se adopta el modelo de banca universal. Esto ha traído una cada vez mayor
competencia a nivel internacional.

La libertad de fijación de los precios de los servicios financieros, principalmente de los tipos de interés y las
comisiones. El inicio de la desregulación en este terreno se debe a la ya mencionada competencia entre bancos de
negocios en diferentes países.
Resulta evidente que la desaparición de obstáculos a la circulación de capitales ha sido un paso decisivo en la
independización a las finanzas.

Por otra parte, a la vez se registró un incremento notable en multimillonarias inversiones llevadas a cabo por las empresas
multinacionales en general, en países distintos de los de su origen. Además han aparecido fenómenos adicionales que
han intensificado la expansión de los negocios internacionales. Entre ellas se destacan:
El creciente endeudamiento en mercados internacionales de empresas y gobiernos. Debido a limitaciones en los
mercados domésticos y a una gran abundancia de los recursos y a una gran abundancia de los recursos en los centros
financieros internacionales.
Crecimiento de las inversiones en cartera, es decir, fondos de pensiones, fondos de inversión y compañías de seguros.
Estas instituciones invierten sus recursos en títulos públicos y financieros en los mercados internacionales, en busca de
rentabilidad superior, dirigiéndose frecuentemente a los países extranjeros que la proporcionan.
Creación de nuevos instrumentos de coberturas de riesgos. Especialmente en divisas. Opciones, futuros o swaps
negociados desde distintos centros financieros para una o varias divisas.
Procesos de privatización de empresas públicas, lo cual ha tenido trascendental importancia en nuestro país y en
América Latina.
Dentro de los efectos del fenómeno de la globalización, el principal a destacar lo constituye el aumento de la rivalidad
a nivel internacional, impulsada por los siguientes aspectos:
0. La internacionalización de las empresas y la creación de bloques económicos regionales, que han aumentado la
rivalidad en los mercados nacionales.

0. La aparición de nuevos países emergentes de Europa del Este, los cual trajo nuevas rivalidades, principalmente
en productos químicos y siderúrgicos

La invasión de productos procedentes de otros países en vías de desarrollo ubicados en América Latina, Asia y África.
En segmentos del mercado donde interesa más el precio que la calidad.
Los aspectos descriptos han aumentado la capacidad productiva de muchos sectores y producido una rivalidad de
precios cada vez más significativa. Este incremento de la rivalidad provoca un envejecimiento de los productos y de las
empresas, una maduración de los mercados y una innovación continua para seguir sobreviviendo.
Otros efectos:
La evolución de las exportaciones en importaciones, la transferencia tecnológica y la formación de equipos directivos
con nivel internacional.
Aceleración de los fenómenos de la deslocalización industrial, la tercerización de los países industriales y la
industrialización de los países en desarrollo.
En el contexto de la dinámica de la globalización de la economía, las finanzas de los países se ven influenciadas; por
ejemplo, en países como Venezuela y el resto de los de América Latina no cabe duda de que se han tomado varias
medidas aconsejables, se han realizado esfuerzos estabilizadores y establecido medidas de apertura externa, de
desregulación y de liberalización. No obstante, según argumenta Ferrari (s.f.), en Artículo Publicado en Internet 3, "las
reformas macroeconómicas que se introdujeron provocaron efectos negativos en materia de distribución de ingresos y
de pérdida de empleos, además de otros efectos contraproducentes".
".. La mala administración financiera, la represión brutal y una serie de errores políticos (incluyendo el intento de
demostrar el respaldo popular a través de un plebiscito) alejaron o alienaron a cada sector de la sociedad
venezolana"(Taylor, 1968), citado por Contreras. Por la otra: "… el desempleo, la fuga de capitales, el abandono de las
áreas rurales y un amplio déficit presupuestario hicieron difícil para el gobierno intentar algo que hubiera podido
interrumpir la afluencia al país de ingresos petroleros"(Tugwell, 1975), citado por Contreras

El mercado petrolero internacional experimentó cambios significativos durante los años 50, por tanto, los precios del
petróleo venezolano subieron en forma permanente alcanzando el máximo nivel en 1957. A partir de este año, los precios
promedios del crudo sufren una constante disminución que se extiende hasta 1969; sin embargo, los ingresos recibidos
por el país por concepto de petróleo, más que se duplican entre 1958 y 1969; y aumentan 4,4 veces entre 1958 y 1973,
como consecuencia de mayores recaudaciones por concepto de impuesto sobre la renta petrolera y de una mayor
producción.

La principal y continua preocupación de los gobiernos venezolanos ha sido la de disponer de un importante flujo de
ingreso petrolero para emprender el proceso de industrialización y su impulso hacia el desarrollo. Debido a la
continua confianza sobre esta variable, que se ha prolongado hasta nuestros días, el ritmo de crecimiento de la
economía venezolana depende considerablemente de la demanda mundial de petróleo.

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