Comunicación Digital. Retos y Oportunidades

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COMUNICACIÓN DIGITAL: RETOS Y OPORTUNIDADES

— Colección Comunicación y Pensamiento —

COMUNICACIÓN DIGITAL:
RETOS Y OPORTUNIDADES

Editores
Lucía Ballesteros-Aguayo
Manuel Bermúdez Vázquez

Autores
(por orden de aparición)

Lucía Ballesteros-Aguayo
Manuel Bermúdez Vázquez
Agustín Sánchez Cotta
Andrea Pérez Ruiz
Elena Casares Landauro
Pamela Giorgi
Irene Zoppi
Manuel Rodríguez Illana
Esta publicación ha recibido una ayuda del VI Plan Propio de investigación y Transferencia
de la Universidad de Sevilla. 2019. Resolución de la Comisión de Investigación de fecha 29
de abril de 2019 por la que se resuelve la convocatoria de Ayudas para Organizar Congre-
sos y Reuniones Científicas con Proyección Internacional. (III.2).
Referencia: VIPPIT-2019-III.2.

COMUNICACIÓN DIGITAL: RETOS Y OPORTUNIDADES

Ediciones Egregius
www.egregius.es
Diseño de cubierta e interior: Francisco Anaya Benitez
© Los autores
1ª Edición. 2019

ISBN 978-84-17270-85-8

NOTA EDITORIAL: Las opiniones y contenidos publicados en esta obra son de responsabili-
dad exclusiva de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión de Egregius Ediciones ni
de los editores o coordinadores de la publicacion; asimismo, los autores se responsabilizarán
de obtener el permiso correspondiente para incluir material publicado en otro lugar.
Colección:
Comunicación y Pensamiento
Los fenómenos de la comunicación invaden todos los aspectos de la vida cotidiana,
el acontecer contemporáneo es imposible de comprender sin la perspectiva de la co-
municación, desde su más diversos ámbitos. En esta colección se reúnen trabajos
académicos de distintas disciplinas y materias científicas que tienen como elemento
común la comunicación y el pensamiento, pensar la comunicación, reflexionar para
comprender el mundo actual y elaborar propuestas que repercutan en el desarrollo
social y democrático de nuestras sociedades.
La colección reúne una gran cantidad de trabajos procedentes de muy distintas par-
tes del planeta, un esfuerzo conjunto de profesores investigadores de universidades e
instituciones de reconocido prestigio. Todo esto es posible gracias a la labor y al
compromiso de los coordinadores de cada uno de los monográficos que conforman
este acervo.

Editora científica
Rosalba Mancinas-Chávez
Editor técnico
Francisco Anaya Benítez

Consejo editorial
Ramón Reig (Universidad de Sevilla)
José Ignacio Aguaded Gómez (Universidad de Huelva, España)
Ma. del Mar Ramírez Alvarado (Universidad de Sevilla, España)
Augusto David Beltrán Poot (Universidad Autónoma de Yucatán, México)
Rafael Marfil Carmona (Universidad de Granada)
Amor Pérez Rodríguez (Universidad de Huelva)
Carmen Marta-Lazo (Universidad de Zaragoza)
Gloria Olivia Rodríguez Garay (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México)
Mª. Ángeles Martínez (Universidad de Sevilla, España)
Marta Pulido (Universidad de Sevilla, España)
Martha Elena Cuevas Gómez (Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, México)
Martha Patricia Álvarez Chávez (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México)

Edita:
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN. Comunicación digital: retos y oportunidades ........... 9


Lucia Ballesteros-Aguayo y Manuel Bermúdez Vázquez

CAPÍTULO I. Sobre el determinismo tecnológico. Nihilismo y


transhumanismo......................................................................................... 13
Agustín Sánchez Cotta

CAPÍTULO II. Una propuesta metodológica para el análisis del


discurso político en Twitter: el caso #Puigdemont ................................... 29
Andrea Pérez Ruiz

CAPÍTULO III. El problema de la posverdad en la sociedad


contemporánea ........................................................................................... 55
Manuel Bermúdez Vázquez y Elena Casares Landauro

CAPÍTULO IV. El texto para niños en Italia en los siglos XIX y XX:
entre la identidad nacional y la definición de "extraño"............................ 69
Pamela Giorgi e Irene Zoppi

CAPÍTULO V. Genealogía del racismo andalófobo en el discurso


filológico a partir de un artículo periodístico............................................. 81
Manuel Rodríguez Illana
INTRODUCCIÓN

COMUNICACIÓN DIGITAL: RETOS Y


OPORTUNIDADES

L
a determinación de los tipos de discurso, su análisis y su delimita-
ción resulta ser una de las tareas imprescindibles en pleno siglo XXI
tras la irrupción de distintas formas de comunicación que trascien-
den el ámbito puramente académico, para configurar toda una realidad so-
cial emergente cuyos valores se configuran a través de los soportes
mediáticos resultados de los avances tecnológicos.
Como resultado de lo anterior nos encontramos con una sociedad de la in-
formación que carece de una cultura de la información. De ahí que la tarea
más urgente sea la de perseverar en la educación para fortalecer una cultura
de la información que nos capacite para afrontar los retos que nos plantea
la aproximación a un discurso vertiginoso y cambiante a través del cual dis-
curren los más destacados actores sociales.
Con esta finalidad planteamos este libro que ambiciona arrojar luz sobre las
bases analíticas que nos permitan discurrir a través del discurso tanto me-
diático como político sobre los que se descansan nuestras seguridades. Cier-
tamente el problema no es completamente nuevo –como no lo es el ser
humano– ni tampoco las respuestas a ese análisis, pero a nuestro juicio es
importante destacar dos hitos históricos importantes.
Remotamente se encontraba ya en Parménides al plantear un problema on-
tológico derivado de un problema lógico cuando afirmaba que la opinión de
los mortales es capaz de afirmar una cosa y su contraria, por lo que parece
como si tuviesen dos cabezas “los mortales son acritoi”, es decir, sin discer-
nimiento. Podríamos concluir que desde ese preciso instante se instauró en
el análisis filosófico la necesidad de distinguir entre la falsedad, la verdad y
el error, manifestándose al mismo tiempo la relevancia de una historiogra-
fía y de una Filosofía de la Historia sobre una exégesis hermenéutica de la
verdad y del discurso.
Históricamente cercano, Aristóteles delimitó el carácter del discurso carac-
terizándolo con el término “apofantikós”, es decir, el razonamiento lógico
sólo versa a partir de aquellas proposiciones en las que se afirma o niega
algo, vinculándolo de este modo a su carácter verdad o falsedad. Cierta-
mente arrojó luz sobre el problema, pero lo simplificó en gran medida, de

—9—
forma que la lógica actual ha admitido en su campo también otro tipo de
discursos.
Destacar esos hitos nos permite resituar el problema en toda su problemá-
tica actual, por cuanto estamos sumergidos en una sociedad con un carácter
acrítico exacerbado, en la que no sólo se promueve una falta de discerni-
miento entre la falsedad y la verdad –tengamos en cuenta que estamos ins-
talados en la posverdad–, sino que la complejidad de los discursos en los
que aparecen entremezclados elementos emocionales con elementos dis-
cursivos, impide y obnubila el fundamento de nuestras certezas a partir de
las llamadas fake que constituyen el fondo sobre el que se instalan nuestras
creencias y nuestras opiniones.
Con el propósito de arrojar luz sobre las cuestiones anteriormente mencio-
nadas y así contribuir a formar una cultura de la tecnología de la informa-
ción, el resultado de las investigaciones de este libro que ahora tiene el
lector en sus manos podrá contribuir en cierta medida a la formación de
una ciudadanía mejor preparada en el ejercicio de sus deberes y sus dere-
chos, pues por todos es sabido que el conocimiento produce libertad. Los
cinco capítulos que configuran la arquitectura de este monográfico están
estructurados de forma que presentan un binomio interesante en el que la
variedad de los discursos analizados se sustentan sobre la necesidad de
cohesionar el valor de la información con el valor de la formación. Investi-
gadores nacionales e internacionales se han dado cita en este simposio con
el único objetivo de profundizar sobre las cuestiones planteadas, ofreciendo
en este monográfico análisis y soluciones interesantes como la que lleva a
cabo Agustín Sánchez Cotta de la Universidad de Córdoba, quien nos alerta
sobre el determinismo tecnológico derivado de la mecanización de lo hu-
mano y aboga por un pensamiento transhumanista proveniente de la filo-
sofía Keiji Nishitani, capaz de subvertir el orden imperante a través del
reconocimiento de las limitaciones humanas para así introducir una mejora
de las condiciones tecnológicas.
Con el uso de las nuevas tecnologías, el discurso, aún simplificado en un
tuit, puede volverse muy significativo en la esfera política. Esto es lo que
nos muestra Andrea Pérez Ruiz de la Universidad Rey Juan Carlos quien
lleva a cabo una interesante propuesta metodológica basada en variables
cuantitativas y cualitativas que analizan el discurso del político catalán Car-
les Puigdemont únicamente por los twitter que publica. La autora conca-
tena la publicación de tuits con las circunstancias que los provocan, y
establece, a la vez, relaciones causales con sus efectos políticos.
Cómo se representó la diferencia por las nuevas generaciones en el proceso
de construcción de la identidad nacional italiana a partir de mediados del
siglo XIX es lo que pretenden mostrar Pamela Giorgi, primera investiga-
dora del Instituto Nacional de Documentación Innovación e Investigación

— 10 —
Educativa (INDIRE) e Irene Zoppi, colaboradora de la investigación en
INDIRE. El sugerente análisis se lleva a cabo a partir del valor iconográfico
de textos para niños en Italia en los siglos XIX y XX los cuales patentizan
que las nuevas generaciones en Italia se forman a caballo entre la identidad
nacional y la definición de “extraño”.
Manuel Rodríguez Illana de la Universidad de Sevilla lleva a cabo una in-
teresante exégesis del discurso a partir de un caso al que le aplica el análisis
de mercado y el efecto Montesquieu de Pierre Bourdieu para mostrar la ge-
nealogía de andalofobia y de procesos de inferiorización subyacentes en el
discurso filológico.
Manuel Bermúdez Vázquez y Elena Casares Landauro de la Universidad de
Córdoba abordan el problema de la posverdad en la sociedad contemporá-
nea desde su percepción actual como concepto que ha ido evolucionando a
lo largo de la historia.
En resumen, a lo largo de este monográfico el lector podrá vislumbrar cómo
el análisis del discurso arroja conclusiones interesantes que muestran la ne-
cesidad de converger en la profundización del pensamiento crítico y del ra-
zonamiento, a la hora de soslayar los posibles errores interpretativos que,
desde una sociedad en la que abundan las posverdades y los fakes, proyecta
a través de los diferentes discursos por parte de los actores sociales y que
influyen en el posicionamiento ante el mundo y en nuestra vida cotidiana.

Lucia Ballesteros-Aguayo
Universidad de Sevilla

Manuel Bermúdez Vázquez


Universidad de Córdoba

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— 12 —
CAPÍTULO I

SOBRE EL DETERMINISMO TECNOLÓGICO.


NIHILISMO Y TRANSHUMANISMO

Agustín Sánchez Cotta


Universidad de Córdoba, España

Resumen
El determinismo tecnológico considera a la tecnología como factor principal de cambio en la
sociedad humana. Este artículo pretende exponer reflexiones filosóficas sobre este concepto
para abordar una problemática concreta: la falta de pensamiento crítico y la influencia de las
tecnologías de la información. Relacionando concepto y problema, se entendería que la causa
fundamental de la falta de pensamiento crítico está en la influencia tecnológica. Para ello, se
desarrollan aquí dos líneas de argumentaciones filosóficas de corte tecnológico-determinista.
En primer lugar, se describe la filosofía Keiji Nishitani, que ofrece un análisis sobre la meca-
nización de la vida humana como base de sus problemas actuales, y la posibilidad de una pers-
pectiva de vida más humana con respecto al uso de las tecnologías. En segundo lugar, se
exponen el grupo de filosofías que componen el pensamiento transhumanista, donde se con-
cibe que la solución de los problemas sociales y humanos pasa por la mejora de sus condiciones
a través de la tecnología. En base a esas dos corrientes, concluimos que la filosofía de Nishitani
acierta, a la hora de señalar cómo la dinámica tecnológica tiene un papel influyente en nuestras
vidas; mientras que también consideramos que el transhumanismo revela la diferencia entre:
un entorno de capacidades tecnológicas y un ser humano de capacidades biológicas. Esto pro-
pondría, como solución al problema, entender las limitaciones humanas frente a los flujos de
datos de las tecnologías, y al mismo tiempo utilizar tales recursos siguiendo un ritmo de vida
más humano, y menos tecnológico.

Palabras clave
Nihilismo, Tecnología de la información, Filosofía, Determinismo.

— 13 —
— 14 —
1. Introducción y justificación del estudio

En las siguientes líneas de este artículo se exponen dos corrientes de pen-


samiento diversas: por un lado la filosofía de Keiji Nishitani, y por otro el
conjunto de filosofías que conforman el transhumanismo. Ambos discursos
se encuentran aquí centrados en un concepto: el determinismo tecnológico.
Podemos dar dos acepciones del concepto: una amplia y una específica. La
amplia, consiste en entender a la tecnología como principal motor del desa-
rrollo humano, y también motor de la historia (Diéguez, 2005, p. 70). La
específica, significa que la dinámica de las actividades tecnológicas rige la
dinámica de las actividades humanas: considerar que trabajamos tanto
como nuestros equipos tecnológicos nos permiten, que haríamos menos si
tales equipos fueran ineficientes, o que por el contrario haríamos más, son
casos concretos de esta última idea.
Aquí se trabaja con esa definición específica. La intención es aplicar dicho
término a la relación que las tecnologías de la información tienen con la
sociedad. En este sentido, tales herramientas determinarían el flujo de in-
tercambio de información, esto es: cuánta información recibimos y envia-
mos, qué tipo de información, con qué frecuencia, y qué capacidades de
acción, reacción, y procesamiento tenemos con la información.
La problemática que aquí se aborda es la falta de reflexión y pensamiento
crítico en la sociedad contemporánea, en relación con la información que
recibe, y luego comparte, a través de dichas tecnologías. Dos estudios ela-
boran conclusiones que defienden esta tesis: el estudio de la universidad de
Stanford, que establece la incapacidad de los estudiantes universitarios na-
tivos digitales para diferenciar entre noticias verdaderas y falsas (Standford
education, 2016); y el estudio del MIT sobre cómo en Twitter se propagan
mayormente los rumores y las noticias falsas, frente a las noticias basadas
en hechos (Vosoughi, Roy, Aral, 2018). Esto implica que somos incapaces
de detectar bulos, rumores, noticias falsas, fraudes en internet, y relatos
posverdaderos sobre la realidad. La emisión de este tipo de discursos en las
tecnologías de la información es constante, y su caudal aumenta en los pe-
riodos de decisiones políticas, momento en el cual la opinión pública juega
un papel fundamental.

Podemos considerar varias causas para esto. Por ejemplo, que la cantidad
de información que se intercambia, a través de las tecnologías, es mayor de
la que los individuos pueden analizar reflexivamente; o también que las téc-
nicas de manipulación y falsificación son demasiado avanzadas, haciendo
imposible al usuario detectar la mentira. Es posible que en el futuro, la in-
cidencia de esta segunda causa sea mayor, tal como informa el programa
‘Click’, centrado en noticias falsas en la BBC (BBC, 2018), el cual enseña
tecnologías emergentes de manipulación de la información mediática, ante

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los cuales aún no se conocen medios de detección. En todos estos casos es-
tamos trabajando con un principio concreto: la posibilidad de que la tecno-
logía sea el auténtico factor determinante de la manipulación, y no la falta
de pensamiento crítico de los individuos.
Si consideramos esta idea, necesitaríamos ofrecer explicaciones sobre cómo
este fenómeno acontece. Aquí se exponen una serie de desarrollos filosófi-
cos que tratan dicha temática, analizando y problematizando la relación en-
tre tecnología y sociedad, para luego poder aportar soluciones que podrían
trasladarse al caso concreto del pensamiento crítico y las tecnologías de la
información.

1.2. objetivos generales y específicos

El objetivo general de este trabajo es abordar diversas filosofías que consi-


deran el gobierno de la tecnología sobre la sociedad. Los objetivos específi-
cos son: explicar las consecuencias de este determinismo, exponer qué
soluciones tales análisis aportan, y posteriormente trasladar tanto el análi-
sis como las posibles soluciones al caso concreto: la falta de pensamiento
crítico debido a la influencia de las tecnologías de la información en socie-
dad.
En primer lugar, el artículo introduce el pensamiento del filósofo japonés
Keiji Nishitani, y su crítica a la sociedad científico-tecnológica, cuya forma
de vida denomina como crisis nihilista contemporánea y carente de refle-
xión.
En segundo lugar, se introduce el pensamiento de diferentes corrientes
transhumanistas y sus pensadores principales: F. M. Esfandiary, Max
O’Connor, James Hughes, David Pearce y Nick Bostrom. Se establecen sus
ideas comunes, subyacentes a la diversidad de tales desarrollos filosóficos,
las cuales también tratan la influencia de la ciencia y la tecnología en la so-
ciedad.
En tercer lugar, se exponen las soluciones que la filosofía de Nishitani y que,
desde una perspectiva común, la filosofías transhumanistas aportan.
En cuarto y último lugar, se transportan tales argumentaciones a la proble-
mática sobre el pensamiento crítico y las tecnologías de la información,
desde estas perspectivas deterministas. Las conclusiones y soluciones apor-
tadas por ambas son no-colindantes, luego el lector puede tomar preferen-
cia por la cual desea decantarse. Se determina la validez de algunas de las
reflexiones aportadas por cada filosofía, y finalmente se clarifica que tales
respuestas establecen nuevas preguntas sobre el propósito de la labor cien-
tífica, lo cual nos guía hacia nuevas reflexiones.

— 16 —
2. Método

En cuanto a metodología, este artículo parte de la cuestión general sobre el


determinismo tecnológico, para luego presentar filosofías cuyos discursos
defienden dicho postulado, y finalmente aplicar este análisis general a la
cuestión particular sobre las tecnologías de la información y el pensamiento
crítico en la sociedad. Es un ejercicio de filosofía práctica, la aplicación de
discursos filosóficos a un problema preciso. También es una actividad de-
ductiva, se avanza desde una serie de discursos generales y se aplican a un
caso particular.

El tipo de corrientes filosóficas que se trabajan aquí exponen la necesidad


de metodologías propias. La filosofía de Nishitani realiza un análisis sobre
la tesis de la libertad humana, la antítesis de las leyes científicas que res-
tringen tal libertad, y la síntesis de la tecnología como superación de las
restricciones. Es evidente que sigue una metodología dialéctica, desde la
cual analiza la influencia del determinismo tecnológico y la crisis nihilista
contemporánea. El análisis de las filosofías transhumanistas se expone a
través de breves introducciones de las que, posteriormente, se extraen sus
principio fundamental, como es la necesidad de una evolución tecnológica
y dirigida del ser humano, este resultado es fruto de un método compara-
tivo.

2.2. La filosofía de Keiji Nishitani. El problema del Nihilismo


contemporáneo

Keiji Nishitani (1900-90) fue un filósofo japonés perteneciente a la escuela


de Kioto, formada por tres autores entre los que se incluyen también a Ta-
nabe Hajime y a Nishida Keitaro (Standford, 2019). La filosofía de Nishitani
es la más reciente de las tres corrientes, y todo su pensamiento se relaciona
en torno a dos conceptos: nihilismo y budismo. Estudios de su pensamiento
han demostrado que ambos son frutos de avatares históricos. Debido a la
rápida revolución industrial, y a la veloz aculturación occidental desarro-
llada en Japón entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la socie-
dad japonesa sufrió un tipo de nihilismo histórico, una desvalorización de
sus principios e ideas culturales, que fueron relegados por principios, insti-
tuciones y prácticas occidentales. Keiji Nishitani vive este contexto y se
sirve de la filosofía como método para superar la desvalorización oriental.
Un motivo que en parte explicaría su atracción por el pensamiento nihi-
lista, y que no hemos de pasar por alto, es cierto malestar general provo-
cado por la pérdida de identidad de muchos intelectuales japoneses que se
habían alejado del pueblo y de la «tierra natal de su cultura tradicional»
para perderse en ideas occidentales. El «yo» llego a ser, como dice Nishi-
tani, efímero. (Heisig, 2006, p. 242)

— 17 —
Por ello nuestro autor encuentra una nueva revalorización en la religión bu-
dista zen, un pensamiento japonés cuyas características de ausencia de di-
vinidad, deidad y vida después de la muerte, le permiten sortear las críticas
científicas y filosóficas sobre la religión. En el núcleo de su obra capital, La
religión y la nada (1982), Nishitani expone un desarrollo filosófico sobre la
relación entre libertad humana, ciencia y tecnología, cuyo resultado es una
nueva crisis nihilista.

Según la argumentación de Nishitani, la ciencia nos proporciona la descrip-


ción más válida sobre la realidad, siendo otras fuentes menores los discur-
sos religiosos y filosóficos. La razón de su validez subyace en la objetividad
de sus hipótesis y teorías, basadas en pruebas empíricas. Por ello el discurso
científico sostiene el rango y la autoridad de verdad absoluta. Es cierto que
en su proceso las hipótesis y las teorías pueden confirmarse o refutarse,
pero siempre en base a nuevos procesos de investigación científica, no a
procesos de investigación de otros ámbitos (Nishitani, 1982, p. 130).

La descripción científica de la realidad consiste en la formulación de leyes


objetivas distribuidas en tres ámbitos: el ámbito de las leyes fisicoquímicas,
el ámbito de las leyes biológicas, y el ámbito de las leyes psicológicas. Nis-
hitani ilustra la división con un simple ejemplo: una persona lanza un men-
drugo a un perro y este se lo come; una serie de leyes fisicoquímicas sobre
la composición de los individuos y el movimiento están presentes, leyes bio-
lógicas sobre el perro y el hombre también, y finalmente leyes psicológicas
sobre el comportamiento de ambos organismos tienen un papel en este es-
cenario (Nishitani, 1982, p. 131).

La actividad humana epistemológica y científica tiene una característica te-


leológica: el desarrollo de la tecnología. Tal como la define Nishitani, La
tecnología es la "aprehensión de la relación entre un objetivo concreto per-
seguido y los medios específicos requeridos para alcanzarlo, implica el co-
nocimiento de las leyes de la naturaleza. […] la tecnología comporta, de una
u otra forma, una aprehensión intelectual de esas leyes."(Nishitani, 1982,
p.133). Esto es, el ser humano tiene una serie de objetivos que de forma
natural son inalcanzables, pero se consiguen con conocimiento científico y
con medios tecnológicos. Se trata de un principio de poder hacer, de exten-
sión de libertad, y de satisfacción de deseos. Este sería el motor principal
del desarrollo científico y tecnológico, los cuales tendrían además una rela-
ción sinérgica: el avance de la ciencia hace avanzar a la tecnología y vice-
versa.

Deseo de poder hacer o de libertad humana, ciencia y tecnología, son tres


elementos conectados. La dinámica de tales elementos implica una mayor
consciencia de cómo las leyes rigen nuestra vida humana. Al aplicar el co-
nocimiento científico elaboramos una racionalización de nuestra existen-
cia. Comenzamos a entender que, mientras los seres inorgánicos están

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únicamente regulados por leyes fisicoquímicas, y los seres orgánicos aña-
den a este el control de las leyes biológicas, los seres humanos estamos tam-
bién regulados por los ámbitos de las leyes psicológicas: en suma, todos los
ámbitos legislativos tienen cierto control sobre la existencia humana. Sin
embargo, cuando también aplicamos la tecnología a nuestra vida emplea-
mos un tipo de resistencia a dicho gobierno (Nishitani, 1982, p. 135). Con
la tecnología saciamos ese deseo de libertad y de poder hacer más allá de
los límites naturales. Pese a que manifestamos de forma más evidente el
funcionamiento de la ley mediante la ciencia, la tecnología nos proporciona
una liberación de esas leyes.

Se puede seguir de este análisis que, cuanto más incide la ciencia en la vida
humana, y cuanto más la acción humana está unida a la tecnología, la ca-
pacidad de hacer y de libertad aumentan. Sin embargo lo que realmente
acontece es una crisis, una subordinación más intensa al gobierno de las
leyes naturales. Usando los términos de Nishitani, se produce una “inver-
sión de control” (Nishitani, 1982, p. 136), el controlador acaba siendo con-
trolado.

Ya hemos visto que a mayor complejidad orgánica, más ámbitos de leyes


científicas actúan, mientras que los seres inorgánicos están afectados úni-
camente por lo fisicoquímico, los seres orgánicos con intelecto están afec-
tados por lo biológico y lo psicológico. Bajo el mismo principio funciona el
nivel de intensidad de las leyes, sin embargo su rango máximo no surge en
los individuos con intelecto, sino en la máquina, en los artefactos tecnoló-
gicos. La actividad de las máquinas está regida totalmente por las leyes
científicas. Este nivel de intensidad conlleva a la inversión de control: el ser
humano, para escapar del control de las leyes, mecaniza su realidad, llena
de artefactos tecnológicos todas sus actividades, lo que conlleva una vida
mediada por la dinámica tecnológica, la cual en realidad está regida a más
intensidad por la ley científica. En consecuencia, el ser humano se subor-
dina a la tecnología para escapar de la ley, pero siendo la tecnología esclava
de esta, tan solo acaba subordinándose a un nivel superior. Dicha inversión
conlleva una crisis nihilista. Tal como él señala:
ahora, las leyes de la naturaleza vienen a retomar el control sobre el hom-
bre que las controla. Se suele llamar a esta situación la tendencia hacia la
mecanización del hombre, hacia la pérdida de lo humano. No hace falta
decir que esto apunta a uno de los rasgos básicos que constituyen la crisis
de la cultura contemporánea. (Nishitani, 1982, p. 138)

¿Cuáles serían las consecuencias de esta crisis? Si nos encontramos en una


crisis motivada por nuestra fracasada búsqueda de control y la liberación,
la consecuencia sería buscar nuevos modos de volver a alcanzar nuestros
objetivos. Siguiendo ese sentido, Nishitani concibe nuevos modos de ser,
concretamente de dos tipos. En primer lugar, el modo de ser del ‘cripto-

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nihilismo’, definido así por usar las actividades de ocio para esconder u
ofuscar el nihilismo de esta crisis. En segundo lugar, el modo de vida de la
‘Existenz’. En este segundo modelo, los individuos dan la espalda a las otras
formas de identidad, que consideran populares o de masas, para generar
una forma de vida individual, correspondiente a filosofías existencialistas,
las cuales señalan la nihilidad como el fundamento del ser. (Nishitani, 1982,
p. 139) 1.

2.3. Las corrientes del pensamiento transhumanista

Con el término transhumanismo se denominan un conjunto de diversas fi-


losofías que comparten un principio común: considerar que la especie hu-
mana no es una entidad fija sino que, de acuerdo con la teoría evolutiva
biológica, se encuentra sujeta a cambios de mejora. Se persigue que la tec-
nología y la ciencia reemplacen a la evolución en el proceso de mejora-
miento humano a escala global, y no de forma azarosa, sino dirigida.
(Humanity+, 2016-2018). Son por lo tanto, un grupo de pensamientos utó-
picos que sustentan la esperanza de vida mejor en los avances tecnológicos.
Se trata del “Gran relato de la técnica” (Diéguez, 2017, p.20).

Concibe en su seno dos nuevos conceptos filosóficos: el transhumano y el


posthumano. Ambos fueron acuñados por uno de los precursores del pen-
samiento transhumanista, F. M. Esfandiary (FM-2030), concretamente en
su trabajo Eres un transhumano? (1989). El transhumano es un ser hu-
mano que se encuentra bajo el proceso de cambio y evolución basado en la
tecnología, es una entidad transicional, quien comienza a realizar capacida-
des más allá de las de un humano tradicional. El posthumano es un nuevo
estadio del ser humano, un punto de evolución tecnológica marcado por
nuevas capacidades y características que aún el ser humano no posee (Hu-
manity+, 2016-2018).

En general, el transhumanismo defiende una filosofía del mejoramiento,


pero no de la perfección. Expone que ideas de perfección son tantas como
individuos en el mundo; sin embargo la humanidad puede entender sus di-
ficultades, y desarrollar mejoras comunes que beneficien a todos (Huma-
nity+, 2016-2018). Ejemplos son la eliminación completa de las
enfermedades, la ampliación del límite de vida media de un ser humano, el
retraso del deterioro biológico o la supresión la muerte, el alcance de un

1 Conviene aclarar que, en el modo de ser de la Existenz, Nishitani intenta articular dos

ideas: el auge de las filosofías existencialistas en el siglo XX, y el principio sobre la existencia
precediendo a la esencia de estas filosofías. Cuando la filosofías buscaban la esencia de las
cosas, buscaban lo permanente, lo que nunca deja de ser, rechazaban la nihilidad. Cuando las
filosofías existencialistas comienzan a poner el punto en la existencia, Nishitani entiende que
la nihilidad se vuelve fundamento, puesto que las cosas son, pero dejan de ser. Este concepto
procede otra de las obras claves de Nishitani, The Self-overcoming of Nihilism.

— 20 —
estatus de felicidad mayor, y por último el desarrollo de niveles cognitivos
superiores. Esta corriente considera que las investigaciones en nanotecno-
lógica, en ingeniería genética, en células madre, en informática y en siste-
mas de simulación virtual, en medicina y drogas que puedan potenciar
capacidades humanas, en biotecnología, en clonación o incluso en crioge-
nia, pueden a corto plazo comenzar a proveer a la humanidad de tales avan-
ces. Sostienen, por ejemplo, que la incidencia positiva de los macrodatos en
nuestra sociedad es ya una potenciación de la inteligencia humana, a través
de la inteligencia artificial, lo que implica una mejora cognitiva.

Desde el punto de vista de sus defensores, se trata de una nueva etapa de la


filosofía humanista, posterior a la ilustración (Bostrom, 2011, p.4). Suscri-
ben los valores propios del humanismo contemporáneo como son la demo-
cracia, la libertad, la igualdad, la racionalidad, la tolerancia y la pluralidad.
Añaden los valores del saber científico y la capacidad tecnológica como me-
dios de transformación de la realidad y del ser humano. (Humanity+, 2016-
2018)

Como ya hemos especificado se trata de un conjunto de filosofías, luego


dentro del transhumanismo hay diversas corrientes que suscriben las ideas
ya mencionadas. La corriente de FM-2030 refleja que el transhumanismo
es un modo de vida basado en aceptar la globalización y la idea de cultura
global, exponerse a procesos de cirugía plástica de acuerdo con deseos de
mejora y estética, aceptar la posibilidad de implantarse prótesis como me-
jora de capacidades y de salud humana, usar constantemente las telecomu-
nicaciones, y las nuevas capacidades de los medios de transporte, y también
usar la reproducción artificial. La corriente del extropianismo pertenece a
Max O’Connor (Max More), quien fdefine tal concepto como una contrapo-
sición a la ley de la entropía. El extropianismo es un sistema de generación
de mejoras en la naturaleza humana basado en desarrollos tecnológicos:
establecer un nuevo orden, mejorar el acceso a la información, mejorar
nuestras capacidades y nuestra salud son, desde su definición, dinámicas
extrópicas. (Humanity+, 2016-2018)

Las siguientes corrientes transhumanistas son más recientes. Nick Bostrom


desarrolla un pensamiento transhumanista teorético. Desde su punto de
vista, lo importante es pensar qué tipos de desarrollos tecnológicos nos van
a llevar desde el humano, por la vía del transhumano, al posthumano; y
cuáles son las implicaciones éticas, sociales, políticas, culturales, económi-
cas y filosóficas de tales procesos. Es decir, pensar en las consecuencias de
tecnologías de mejoramiento humano. Una pequeña vertiente que Bostrom
también desarrolla es el singularitarianismo. Esta corriente acuña el tér-
mino de singularidad existencial, momento en el que un proceso tecnoló-
gico es capaz de generar una catástrofe humana a niveles existenciales

— 21 —
(Bostrom, 2011, p.21). Un par de posibles ejemplos hipotéticos, pero desa-
rrollados con tecnologías actuales, serían: la posibilidad de contaminar el
aire a través del uso combustibles fósiles hasta límites inhumanos, o los
riesgos de un conflicto nuclear a gran escala. Ambas consecuencias serían
un mal uso de tecnologías existentes, en este caso el motor de combustión
y la energía nuclear, llegando a provocar la extinción del ser humano.

David Pearce ha desarrollado en sus trabajos la corriente del imperativo


hedonista. En su caso, se trata de una ética que reflexiona sobre la existen-
cia de medios que mejoran la capacidad humana de la felicidad, al mismo
tiempo que restringen o eliminan los sentimientos del sufrimiento. Pearce
define que, ante tales avances en investigación médica, su falta de aplica-
ción a la humanidad significaría frenar el acceso de individuos a posibles
niveles de felicidad, o aún más relevante, condenarlos a un sufrimiento evi-
table. Por último, James Hughes, realiza una variante denominada trans-
humanismo democrático: considera que las mejoras deberían aplicarse a
los individuos, pero incidiendo en hacer más efectiva la democracia como
forma de gobierno. Defiende que las mejoras cognitivas podrían permitir-
nos implantar los principios de libertad e igualdad a mejores niveles, como
son los económicos y culturales. (Humanity+, 2016-2018)

La idea fundamental, que deseamos extraer en esta breve exposición del


pensamiento transhumanista, consiste en resaltar esta defensa del conoci-
miento científico y la capacidades tecnológicas como medios de liberación.
En estos marcos de pensamiento, el conocimiento científico vuelve a ser la
herramienta para descubrir las leyes de la realidad, y las aplicaciones tec-
nológicas vuelven a permitir a los individuos humanos superar esas leyes,
entendidas como límites de la finitud humana. Esta línea pensamiento
vuelve a seguir los principios que hemos encontrado en el desarrollo filosó-
fico anterior: a mayor conocimiento científico, y a mayor tecnología, más
libertad y más poder.

3. Resultados

3.1. Sūnyatā. La perspectiva religiosa de Nishitani como supera-


ción del nihilismo contemporáneo

Ante la problemática de una crisis nihilista contemporánea, basada en una


cuestión de determinismo tecnológico, Nishitani expone una solución de
tipo religioso. Conviene clarificar en primer lugar que concibe dos concep-
ciones religiosas. Por un lado, una concepción tradicional que ha sido total-
mente descalificada, que distingue entre el plano de lo divino, de Dios, de
la vida después de la muerte, y el plano del ser humano, del ser y del deve-
nir. Por otro lado, otra concepción religiosa que mantiene lo divino y lo hu-
mano en el mismo plano, el plano del ser. Esta será la apuesta de Nishitani.

— 22 —
Desde su punto de vista, la problemática de la crisis nihilista se basa en im-
buir la vida cotidiana de pensamiento científico. Ese ha sido el primer paso
en esa relación dialéctica, que ha llevado al individuo a buscar la verdad a
través del conocimiento de las leyes y las aplicaciones tecnológicas. Mien-
tras que el pensamiento científico tiende a enfocarse desde lo orgánico ha-
cia lo inorgánico, desde lo vivo hacia lo muerto, el pensamiento religioso
enfoca desde lo inorgánico hacia lo orgánico, desde lo muerto hacia lo vivo.
Son por ende pensamientos contrapuestos, o mejor dicho, líneas de pensa-
miento que avanzan en direcciones contrarias. Siguiendo esta línea, el pen-
samiento científico implica una pérdida de la perspectiva humana,
mientras que el pensamiento religioso sería una auténtica perspectiva hu-
mana. Por ello Nishitani acepta la validez, la autoridad, y el rigor de la cien-
cia, defiende su quehacer epistemológico, pero considera que los individuos
deberían pensar su realidad cotidiana desde una perspectiva religiosa, en
lugar desde una perspectiva científica (Nishitani, 1982, p. 142).
La perspectiva religiosa que Nishitani concibe se define con el término
Sūnyatā, vacuidad. Se trata de un punto de vista en el que lo divino y lo
humano se encuentran en la misma realidad que nos rodea, a diferencia de
lo que tradicionalmente concebimos como religión. Es idéntica al punto de
vista del budismo zen, y concibe que el ámbito de lo divino, el de Dios, es el
ámbito de la nada; mientras que el ámbito de lo humano es el del ser.
Usando la terminología de Nishitani, la Nada es la muerte-en-la-vida, y el
ser es vida-en-la-muerte. Dado que muerte y vida son dos aspectos propios
de la realidad humana, entiende que sendos ámbitos se encuentran en la
realidad (Nishitani, 1982, p. 143-4).

3.2. Posthumano. El futuro estadio de la evolución humana

La solución aportada por el transhumanismo resulta, a ojos de su desarrollo


teórico, mucho más evidente. Para superar las crisis sociales, políticas, eco-
nómicas, culturales, las catástrofes medioambientales, y los fallos humanos
propios de una limitada capacidad biológica y psicológica, es necesario
desarrollar ciencia y tecnología que lleven a los individuos desde la huma-
nidad hacia la posthumanidad, a través de la transhumanidad. Esto es, evo-
lucionar tecno-científicamente a los individuos para que estos encuentren
soluciones a los problemas.
La posthumanidad podría ser el punto de partida de resolución de proble-
mas. Tal como Bostrom describe, las tecnologías transhumanistas son si-
nérgicas, esto es, su desarrollo puede llevarnos a la posthumanidad, pero al
mismo tiempo, mejores capacidades y mayor calidad de vida pueden per-
mitirnos alcanzar nuevos descubrimientos en materia política, cultural, so-
cial y económica (Bostrom, FAQ).

— 23 —
4. Discusiones y Conclusiones

Es evidente que hemos desarrollado elaboraciones filosóficas muy comple-


jas, sin embargo la justificación de tales reflexiones ha estado siempre apli-
cada a resolver una problemática concreta: la evidente falta de pensamiento
crítico y de reflexión, ante la información que la sociedad recibe por medio
de las tecnologías de la información. Es necesario, en este apartado, poner
en práctica y enfocar esas reflexiones generales filosóficas para aplicarlas a
la cuestión que abordamos. Debemos transponer el análisis de la crisis nihi-
lista contemporánea de Nishitani, y la persecución de la evolución tecno-
científica humana de las filosofías transhumanistas, a nuestro objeto de
estudio, al mismo tiempo que esbozar ambas soluciones.
La filosofía del Sūnyatā nos ha ofrecido una interpretación sobre la influen-
cia de la ciencia y de la tecnología en la vida humana. Desde esta postura,
la superior subordinación humana a las leyes naturales, a través de la me-
canización de nuestras vidas, ha resultado en una crisis nihilista: una des-
valorización hacia la nada sobre nuestra forma de vida, pensar que nuestros
avatares vitales no tienen ningún valor. En lugar de preocuparnos por ellos,
decidimos buscar subterfugios de ocio o de placeres inmediatos, o incluso
subterfugios filosóficos existencialistas, los cuales nos aportan nueva valo-
rización de la vida y la realidad. Estos últimos discursos quizá no proponen
una descripción verdadera de la realidad, eso sería un área perteneciente a
la ciencia, pero nos permiten evitar el problema de la nihilidad y la desva-
lorización. En estas consecuencias, Nishitani expone una crítica y una ex-
plicación a las tendencias de la sociedad: a esa tendencia de enfocar sus
vidas a actividades ociosas fuera de su entorno laboral, o a enfocarla en pla-
ceres temporales, o incluso la gran emergencia de nuevas religiones y dis-
cursos filosóficos básicos que consuelan la existencia humana.
En el caso concreto de nuestro objeto de estudio, esta reflexión implicaría
que la tecnologización de nuestros medios de comunicación ha resultado en
una crisis sobre el valor de la información que recibimos. Habríamos dejado
de apreciar y prestar atención a la información, y en consecuencia se ha fre-
nado nuestra actividad reflexiva y crítica; mediatizar comunicativamente
nuestras vidas ha conllevado a no estimar la información que en ella se in-
tercambia. La perspectiva del Sūnyatā es una perspectiva religiosa, pero so-
bre todo es una perspectiva humanizada. Es la idea de humanizar más
nuestra realidad, en lugar de tecnologizarla. Desde este punto de vista, los
individuos deberían usar las tecnologías de la información de la forma más
humana posible, con independencia de su dinámica propia. Más que infor-
marse cuando las corrientes de información lo exigen, hacerlo cuando los
propios individuos lo consideran relevante e importante, momento en el
cual la recepción estaría acompañada de reflexión y de crítica. Estaríamos
por ende hablando de autonomía humana ante la información. Si queremos

— 24 —
que los individuos sean críticos y reflexivos con la información, entonces
debimos permitirles que decidan cuándo, cómo y qué información es rele-
vante; que sean agentes activos a la hora de informarse para ser también
activos con la información recibida. Una perspectiva que se contrapondría
a la idea del deber informarse, dado que los accesos a la información pre-
sentan imposición de contenidos, criterios y horarios a los cuales prestar
atención.
El pensamiento transhumanista nos ha presentado un análisis diametral-
mente opuesto. Desde el punto de vista de estas filosofías, el ser humano es
fruto de un proceso de evolución biológica, y es necesario que sea fruto de
una nueva evolución tecnológica, la cual empieza a ser accesible. La posibi-
lidad real del mejoramiento humano nos ha llevado a argumentar la nece-
sidad del proceso. Los grandes problemas de nuestro tiempo no pueden ser
resueltos por el humano, dado que no tiene suficientes capacidades para
afrontarlos; en cambio, si aceptamos un proceso tecnocientífico de trans-
humanización y alcanzamos la posthumanidad, entonces tenemos posibili-
dad de resolver tales problemas. El ser humano biológico se encuentra en
una realidad avanazada tecnológica y científica. Hablando metafórica-
mente, los individuos analógicos están hoy en día inmersos en un mundo
digital, un mundo cuyos fenómenos les sobrepasan.
Aplicando esta corriente a nuestro objeto de estudio, la solución transhu-
manista es bastante clara: la tecnología humana debe evolucionar, hacer la
información más accesible y, sobre todo, transformar al ser humano para
ser capaz de lidiar con los grandes flujos de información. Necesitamos me-
joras en nuestro sistema inmunológico que eviten las enfermedades, y así
poder concentrar todos los días nuestros esfuerzos en analizar críticamente
la información; pero también es necesario también mejorar la capacidad
cognitiva humana, ser capaces de cotejar mayores y más complejos lotes de
información analíticamente. Necesitamos extender nuestro tiempo vital lo
máximo posible, lo que conllevaría poder transmitir reflexiones sobre los
avatares históricos en largos periodos de tiempo. En suma, el posthumano
es un ser avanzado que puede hacer frente a la velocidad y caudal del to-
rrente de información actual de las tecnologías, y ser reflexivo, analítico y
crítico con dicha información sin esfuerzo. Frente a los ilimitados flujos de
información de las tecnologías, y frente a la limitada capacidad de absorción
humana, es necesario desarrollar una ilimitada capacidad posthumana.
Regresando al principio de la argumentación de este artículo, pese a expo-
ner aquí argumentaciones filosóficas opuestas, en ambas corrientes encon-
tramos como principio fundamental el concepto del determinismo
tecnológico. Mientras que Nishitani ha argumentado que este principio ge-
nera una visión negativa y contraria a la visión humana, y sin rechazar las
bondades que la tecnología nos ofrece, si debemos mantener una perspec-
tiva más humana de nuestras vidas. El transhumanismo ha argumentado

— 25 —
este principio como problemático también, no por su omniabarcante in-
fluencia sino por, al contrario, sus presentes limitaciones. La tecnología
debe avanzar a un nuevo estadio en el cual poder resolver los problemas
humanos presentes. En conclusión, la tecnología se presenta desde ambas
perspectivas como un concepto pharmakos, una causa y solución de los
problemas, que pueden llevarse a cabo con su desaparición o con su mayor
extensión.
Las últimas consideraciones que queremos aportar a esta cuestión intentan
abordar ambas perspectivas. Entendemos pues que dichas corrientes filo-
sóficas aportan algunas ideas que, a nuestro juicio, son relevantes para el
problema del pensamiento crítico y los medios de comunicación e informa-
ción. Desde el punto de vista del transhumanismo, quizá es cierto que nues-
tro mundo se ha transformado tecnológicamente, los individuos humanos
aún estamos por adaptarnos a ello. No somos capaces de enfocar nuestra
capacidad cognitiva a toda la información que las tecnologías nos ofrecen.
En este sentido, la comunicación, la ciencia y la tecnología deben seguir tra-
bajando por ofrecer una información más accesible, veraz, de calidad y
adaptada a nuestras capacidades humanas de entendimiento. Quizás ello
exija aumentar dichas capacidades. Por otro lado, es posible que Nishitani
tenga razón al ofrecernos reconsiderar un modo de vida menos científico,
mas acorde con nuestras características humanas. Esto implicaría entender
que las dinámicas de información tienen una velocidad, un curso y una ca-
pacidad que los seres humanos no han necesariamente de seguir. Al con-
trario, independientemente de tales flujos, los individuos deben acercarse
a la información desde sus inquietudes humanas.
Curioso es, sin embargo, la perspectiva que todas estas corrientes en común
arrojan sobre la labor de la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas. En am-
bos casos podemos sostener que el deseo de libertad y de poder hacer eje-
cuta la acción investigadora de la ciencia. Es una perspectiva interesante,
dado que la idea del conocimiento científico siempre ha sido la búsqueda
del conocimiento verdadero, la búsqueda de la verdad, la razón del conocer.
Estas perspectivas entienden el pensamiento científico desde una posición
diferente: pese a defender, que la ciencia establece conocimiento verdadero,
su finalidad no es tal, sino la búsqueda del poder hacer y de la libertad. A la
luz de estas elaboraciones podemos plantearnos la pregunta de cuál es la
razón auténtica del pensamiento científico, la búsqueda de la verdad o la
búsqueda de la libertad.

— 26 —
Referencias bibliográficas

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BBC. Recuperado de: https://bbc.in/2QGPTjK
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Heisig, James. (2002) Filósofos de la Nada. un ensayo de la escuela de
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Nishitani, Keiji. (1949/1990) The Self-overcoming of Nihilism. Albany, Es-
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Nishitani, Keiji. (1982). La Religión y la nada. Madrid, España: Siruela.
Vosoughi, Roy, Sinan, Aral. (2018) The spread of true and false news on-
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— 27 —
— 28 —
CAPÍTULO II

UNA PROPUESTA METODOLÓGICA PARA EL


ANÁLISIS DEL DISCURSO POLÍTICO EN
TWITTER:
EL CASO #PUIGDEMONT

Andrea Pérez Ruiz


Universidad Rey Juan Carlos, España

Resumen
La red social Twitter es popular en la propagación viral de puntos de vista y muchas persona-
lidades del mundo de la política la utilizan para pronunciarse o posicionarse públicamente
sobre asuntos de interés general. Este artículo analiza el discurso político que el expresident
catalán Carles Puigdemont hizo en Twitter del 1 de octubre al 21 de diciembre de 2017, como
respuesta a la circunstancia político-social en que se produjo.
Para ello, se plantea un sistema de variables y categorías que registra distintas características
formales (recursos expresivos exclusivos de Twitter que no se dan en ningún otro canal de
comunicación —como el retweet o los hilos de texto—) y de contenido (temática, fuentes,
idioma, etc.) del objeto de estudio, siguiendo la técnica del análisis de contenido. Esta estruc-
tura metodológica pretende a su vez incorporar la dimensión ideológica de los tweets, concep-
tualizando detalladamente el contexto en que se produce su significado en un libro de códigos.
Esta última parte de la metodología toma como referencia la propuesta teórica de John B.
Thompson, para la que define cinco modos en que la ideología puede operar mediante una
serie de estrategias típicamente asociadas a la construcción simbólica de significado en cir-
cunstancias particulares dadas (2002: 91-101).
Los objetivos de este trabajo son: entender cómo opera la ideología a través del lenguaje con
recursos expresivos propios del canal Twitter; explicar el uso que el político Carles Puigdemont
hace de la red social durante este periodo clave; y comprobar el rol del periodismo como ele-
mento de credibilidad en el discurso.

Palabras clave
Comunicación Política, Twitter, Pragmalingüística, Periodismo, Cataluña

— 29 —
— 30 —
Introducción-Justificación

La irrupción de Internet y las redes sociales ha revolucionado de forma


transversal la comunicación humana en lo público y lo privado. La influen-
cia de las nuevas tecnologías ha dado lugar a un nuevo lenguaje, derivado
de su uso en los actuales canales y plataformas online, que llega también al
ámbito de la política. La red social Twitter es popular en la propagación
viral de puntos de vista y muchas personalidades del mundo de la política
la utilizan para pronunciarse o posicionarse públicamente sobre asuntos de
interés general.
Este trabajo analiza un ‘fragmento’ de la conversación que se articuló en
Twitter y por parte del político Carles Puigdemont en el marco de la crisis
catalana, como respuesta a la circunstancia político-social en que se pro-
dujo. El estudio se inicia el 1 de octubre de 2017, día de la celebración del
referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, y concluye el 21
de diciembre, fecha en que tuvieron lugar las elecciones autonómicas con-
vocadas a raíz de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Durante
este periodo clave, la efectividad coyuntural del lenguaje político explica el
interés por analizar una narración ideológica que, construida en el plano
simbólico, tuvo y mantiene sus consecuencias a nivel práctico.
La selección del periodo de tiempo atiende al interés de estudiar la evolu-
ción del argumentario a lo largo de una etapa caracterizada por una intensa
actividad política, en el seno de una conversación entre los agentes interlo-
cutores que se desarrolló esencialmente en el espacio mediático y contó con
una gran atención de la opinión pública. Dentro de esta conversación, mar-
cada por los giros políticos, decisiones determinantes a nivel político e ins-
titucional tuvieron lugar en el plano discursivo, donde adquirieron su
carácter oficial ejecutándose a través del lenguaje. En un contexto en que la
postura política de cada una de las partes implicadas se materializa en su
discurso, las declaraciones se constituyen en acciones en sí mismas y, ade-
más, se perciben como tales en términos de interpretación por parte del
público. En estas circunstancias, la simbología del relato político adquiere
una relevancia casi efectiva y el papel de Twitter como plataforma de pro-
paganda ideológica se visibiliza con claridad.

Contexto político

Desde que el Parlament aprobara irregularmente las conocidas como leyes


de Referéndum y Fundacional de la República los días 6 y 7 de septiembre
de 2017, se inicia en Cataluña una crisis sin precedentes en su historia de-
mocrática. La tensión política entre Gobierno de España y Govern de la Ge-
neralitat marcó la actualidad informativa y la temática principal de debate
hasta el acontecimiento del 1 de octubre (1-O), y continuó durante gran
parte de 2018.

— 31 —
El polémico discurso del Rey del 3 de octubre; las sucesivas huelgas gene-
rales convocadas por los diferentes sindicatos y la Assemblea Nacional Ca-
talana (ANC); la proclamación de Cataluña “como estado independiente en
forma de república” y su inmediata suspensión tan solo unos segundos des-
pués, pronunciada por Puigdemont en el pleno del Parlament del 10 de oc-
tubre de 2017; las cartas entre el entonces presidente del Gobierno Mariano
Rajoy y Puigdemont en la cuenta atrás para “frenar la aplicación del 155”;
el ingreso en prisión provisional de Jordi Cuixart y Jordi Sànchez por orden
de la Audiencia Nacional (AN); el anuncio de Puigdemont de no convocar
elecciones justo el día antes de que el Parlament de Catalunya llevase a cabo
la votación y posterior aprobación de la propuesta de Junts pel Sí y la CUP
de declarar la independencia (la conocida como DUI o Declaración Unila-
teral de Independencia), y solo unas horas antes de la votación del Senado
que dio luz verde a la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española
y el cese definitivo del Govern de la Generalitat; la querella de la Fiscalía
ante la Audiencia Nacional por los presuntos delitos de rebelión, sedición y
malversación de caudales públicos contra los ya expresident y exconsellers,
primera acción de un proceso judicial que continúa a día de hoy; el traslado
de Carles Puigdemont a Bruselas junto con 7 exconsellers; el ingreso en pri-
sión provisional del exvicepresident Oriol Junqueras y otros 7 exconsellers
a principios de noviembre; la posterior Orden Europea de Detención y En-
trega (OEDE) dictada por la jueza Lamela de la AN; la lista unitaria del blo-
que independentista para las elecciones extraordinarias del 21D.
Todos estos acontecimientos fueron solo una parte, aunque la más destaca-
ble, de un momento político sin duda histórico, y constituyen el contexto
tan convulso en que se produjeron los mensajes analizados en este artículo.
De esta manera, durante el periodo de tiempo que abarca el estudio, Carles
Puigdemont pasa de ser president de la Generalitat a ser cesado de su cargo
y presentarse como cabeza de lista a unas elecciones autonómicas para las
que hace campaña desde Bruselas, esto es, desde fuera del lugar en que se
celebran los comicios y lejos de donde se desarrolla principalmente el de-
bate y se concentra la acción política. En aquel momento, Puigdemont con-
tinúa haciendo uso de su posición derivada de su ex condición de president,
y todo ello lo expresa visiblemente en su cuenta de Twitter, una red social
que utiliza de forma intensa y que constituye su principal medio de comu-
nicación. Asimismo, dado que Twitter permite comunicar mensajes si-
guiendo un ritmo personal de publicación, los tiempos en el discurso de los
hechos se establecen con una libertad y autonomía que no conceden otros
canales de difusión.

Objeto de estudio y criterio de muestreo

El objeto de estudio es el lenguaje, y el uso que se hace de él, en el discurso


político de Carles Puigdemont en la red social Twitter desde el 1 de octubre

— 32 —
hasta el 21 de diciembre de 2017, ambos días incluidos. En este periodo de
tiempo, un total de 493 mensajes (tweets y retweets) fueron publicados en
el perfil oficial de Twitter del político. De esta cantidad, se ha extraído la
muestra definitiva de 247 tweets sometida a observación.
Para determinar la muestra extraída de la población de 493 tweets se ha
utilizado el muestreo aleatorio probabilístico sistemático. Todas las unida-
des elementales han sido enumeradas con anterioridad según el orden de
publicación en el perfil de Twitter estudiado, comenzando por el 1 de octu-
bre y hasta el 21 de diciembre. El criterio de selección de las unidades de
análisis sigue la siguiente pauta: a partir del primer tweet, se toma una uni-
dad de cada dos de la población hasta completar la muestra de 247 tweets.
En virtud de la representatividad de la muestra, la primera unidad es esco-
gida al azar.

Objetivos e hipótesis

El sistema de medios y el contexto histórico-cultural en que se crea y desa-


rrolla cualquier discurso determinan necesariamente su funcionamiento
orgánico. Por este motivo, este trabajo pretende profundizar en el discurso
político como producto social del momento, y lo hace a través del caso prác-
tico de Puigdemont y Twitter en el contexto del procés. Cabe puntualizar
que las conclusiones extraídas se circunscriben al discurso estudiado y no
son extrapolables a ningún otro escenario de comunicación política. Los ob-
jetivos específicos que se establecen para el estudio son:
- Describir las características que adopta el lenguaje, en este discurso
político concreto, en el formato de Twitter para entender cómo (de
qué forma y con qué recursos)2 opera formalmente la ideología a
través de él.
- Explicar cuál es el uso que el político Carles Puigdemont hace de
Twitter durante el periodo de la crisis catalana que abarca el estudio.
- Comprobar la utilidad política de Twitter y el rol del periodismo
como recurso de credibilidad en el discurso.
Considerando los objetivos del trabajo, se plantean las hipótesis que orien-
tan la investigación:

2 Referido a los recursos de expresión y presentación de la información exclusivos del for-

mato Twitter y que no se dan en ningún otro medio/canal de comunicación (retweets, citas, hi-
los de texto, etc.). Estos recursos están descritos en la variable ‘Recursos Twitter’ del libro de
códigos original.

— 33 —
- H1: El discurso político de Carles Puigdemont en Twitter3 adapta su
lenguaje a las características del formato del canal.
- H2: Este lenguaje utilizado en el discurso político de Carles Puigde-
mont en Twitter, en su relato sobre la realidad, interfiere negativa-
mente en la fiel representación de la realidad aludida.
- H3: En esa representación ideológica de la realidad, el discurso po-
lítico de Carles Puigdemont en Twitter recurre ocasionalmente al
periodismo para apropiarse de su credibilidad.

Metodología y desarrollo

Este trabajo profundiza en su objeto de estudio desde un punto de vista so-


ciológico, esto es, entendiendo el discurso político como un uso ideológico
del lenguaje. A su vez, la interpretación de los resultados se aborda desde
una perspectiva histórica, que entiende el discurso político como un pro-
ducto de su época, cuya forma está siempre vinculada a los medios por los
que se transmite. Para ello, y en base a esta consideración del lenguaje como
fenómeno social, queda planteada una estructura metodológica que aúna
ideología y lenguaje a partir de un sistema de variables que contemplan dis-
tintas características del discurso a analizar.
Así, este es un trabajo de campo que sigue un método cuantitativo de inves-
tigación con la técnica del análisis de contenido. El propósito de la investi-
gación es medir nueve variables (estrategias retóricas, fuente, temática,
formato, recursos Twitter, lugar geográfico, idioma, momentos y palabras
clave) referidas a las unidades de observación (tweets) para obtener resul-
tados que permitan establecer tendencias generales y relaciones causales
regulares en el objeto de estudio.
Para cada una de estas variables, se define a su vez una serie de categorías
de forma que todas las observaciones de interés para la investigación que-
den incluidas en el análisis. Cada categoría lleva asignado un valor numé-
rico y ha sido elaborada y probada individualmente mediante el método
ensayo y error. Posteriormente, se recopilan los datos de cada uno de los
mensajes/tweets que forman el discurso estudiado para cada una de las
nueve variables: se van clasificando los valores numéricos (previamente
asignados a cada una de las categorías) en cada una de las fichas de análisis.

3Siempre referido al discurso objeto de estudio, del 1 de octubre al 21 de diciembre de


2017.

— 34 —
Tomando el siguiente tweet4 del usuario publicado el día 1 de diciembre de
2017 a modo de ejemplo,

Figura 1. Imagen de un tweet de Carles Puigdemont

su clasificación en la ficha de análisis quedaría como se muestra a continua-


ción:

4 “Quiero recordar el #1Oct con dos imágenes: la de la esperanza por crear un nuevo país y

la de la brutal represión policial, que horrorizó al mundo y, a la vez, maravilló por el comporta-
miento ciudadano, que le hizo frente con una dignidad admirable. El #21D escogemos con qué
imagen nos quedamos”. Se puede consultar la publicación original en: https://bit.ly/2NU29PU

— 35 —
Unidad de análisis 391

VARIABLES VALORES NUMÉRICOS

4
Estrategias retóricas5
[fragmentación]
3
Fuente
[mensaje original de Carles Puigdemont]
27
Temática
[1 de Octubre]
4
Formato
[combinación texto + imagen]
6
Recursos Twitter
[sin recursos twitter]
1
Lugar geográfico
[Cataluña]
1
Idioma
[catalán]
3
Palabras clave
[represión]
39
Momentos
[Momento 39]

Tabla 1. Modelo ficha de análisis con ejemplo

Esta clasificación se efectúa siguiendo las instrucciones de un libro de códi-


gos, que recoge las definiciones operacionales de cada una de las categorías
necesarias para poder clasificar los mensajes. Al concluir el test, los valores
numéricos de la columna de la derecha se trasladan a una plantilla con el
programa Excel para obtener los resultados definitivos.
Un rasgo que pone en valor el procedimiento de investigación como pro-
puesta metodológica recae en la variable nº 1 ‘Estrategias retóricas’, que
pretende incorporar la dimensión ideológica de los mensajes, un elemento
complejo y esencialmente cualitativo, al análisis. Esta parte de la clasifica-
ción toma como referencia la propuesta teórica de John B. Thompson, para

5 Las variables nº 1 ‘Estrategias retóricas’ y nº 8 ‘Palabras clave’, tal y como especifica el li-

bro de códigos, se aplican únicamente a las publicaciones originales de Carles Puigdemont,


en las que no recurre a ninguna otra fuente para obtener la información y que se corresponden
con un grupo de 39 mensajes.

— 36 —
la que el autor define cinco modos en que la ideología puede operar a través
una serie de estrategias típicamente asociadas a la construcción simbólica
de significado cuando, en circunstancias particulares dadas, este puede ser-
vir para establecer y mantener relaciones de dominación (2002: 91-101)6.

Estrategias típicas de la operación simbólica /


Modos generales de operación ideológica7
Recursos lingüísticos específicos
Racionalización, universalización, narrativización
Legitimación
(efecto omnisciente).
Sustitución, eufemización, tropo (sinécdoque, me-
Simulación / Encubrimiento
tonimia, metáfora, etc.).
Unificación Estandarización, simbolización de unidad.
Fragmentación Diferenciación, expurgación del otro.
Naturalización, eternalización, nominalización/pa-
Cosificación
sivización.

Tabla 2. Modos generales de operación de la ideología y estrategias.


Fuente: John B. Thompson, Ideología y Cultura Moderna (p. 91).

De esta manera, la aplicación de esta variable a los mensajes estudiados re-


quiere de una lectura justificada del significado que se ha tenido en cuenta
a la hora de clasificar cada una de las unidades de análisis en las distintas
‘Estrategias retóricas’. Esta justificación tiene en cuenta la función del sig-
nificado en el contexto en que se produjeron los mensajes, con el objetivo
de estudiar las formas en que se manifiesta formalmente la ideología en la
construcción del discurso. Con esto, la variable ‘Estrategias retóricas’ intro-
duce un criterio que permite interpretar (siempre bajo rigurosa justifica-
ción basada estricta y únicamente en las definiciones que recoge el libro de
códigos), la ‘intención’ ideológica del mensaje emitido en un contexto par-
ticular dado y con un lenguaje determinado.
Continuando con el ejemplo anterior, una lectura justificada del significado
del mensaje de Puigdemont sería la siguiente:
El tweet representa dos posturas políticas enfrentadas mediante dos imá-
genes que quedan definidas con los términos “esperanza” y “dignidad”
contra la “brutal represión policial”. El enunciado describe ambos grupos
y contrapone sus respectivos intereses en un relato maniqueo que reduce

6 Thompson, John B. (2002): Ideología y Cultura Moderna. México D.F.: Universidad Autó-

noma Metropolitana, Unidad Xochimilco.


7 Las definiciones operacionales de cada uno de estos modos y estrategias, necesarias para
efectuar la clasificación de los mensajes/tweets, quedan recogidas en el libro de códigos.

— 37 —
la resolución del conflicto que retrata a votar a su partido en las elecciones
autonómicas del 21D. Este planteamiento se puede interpretar como una
estrategia de legitimación basada en el argumento del 1 de octubre, acon-
tecimiento con que Carles Puigdemont identifica su postura política, pero
se ha considerado que prevalece la diferenciación y expurgación del otro
(fragmentación) por el uso de los adjetivos calificativos “brutal”, “admira-
ble”, que explicitan que el enunciado, así como su estructura, se centra
principalmente en efectuar una descripción antagonista de ambos grupos.
Esta forma simbólica se produce en el contexto de precampaña electoral.

Unido a esto, la variable ‘Momentos’ registra los mensajes publicados du-


rante una serie de momentos que marcaron puntos clave en el desarrollo de
la crisis en Cataluña a lo largo del periodo estudiado. Así, las categorías que
componen esta variable describen los acontecimientos más destacables del
contexto político en que se produjeron los mensajes que se clasifican en
ellas, lo que permite hacer la lectura pragmalingüística justificada de su sig-
nificado coyuntural. Entre cada uno de los momentos clave descritos, se in-
cluyen categorías que cubren el espacio de tiempo intermedio (y que
aparecen indicadas como ‘inter-momentos’ en su definición) con el fin de
abarcar la totalidad del periodo de estudio y poder clasificar todos los men-
sajes de la muestra según su fecha de publicación. La fecha de publicación
que se considera para la clasificación de los mensajes responde al día en que
son tuiteados o retuiteados por el usuario del perfil de Twitter estudiado (y
no a la fecha original de publicación del mensaje en el caso de RT’s) y en el
orden en que aparecen en su cuenta oficial.8
Por su lado, la variable ‘Palabras clave’ registra los tres conceptos más reite-
rados en el discurso de Carles Puigdemont: la idea de ‘libertad’, ‘comunidad
internacional’ y ‘represión’, a partir de alusiones directas o indirectas. Por
ejemplo, la definición operacional de la categoría ‘libertad’ aparece en el li-
bro de códigos de la siguiente forma:
Libertad: Aquellos mensajes/tweets que contengan una alusión a la idea
de libertad, entendida como derecho de valor superior propio de los siste-
mas democráticos y convencionalmente interpretado como la libre deter-
minación de las personas (DLE), ya sea a través del propio término
‘libertad’, en cualquiera de sus formas derivadas, o bien de las expresiones
‘liberación consellers’ o ‘libertad presos políticos’ o ‘mayors for freedom’
en relación con el hecho del encarcelamiento de los exconsellers y líderes
políticos independentistas o cualquier acontecimiento de carácter jurídico

8 Si, por ejemplo, entre los tweets publicados (tuiteados o retuiteados) a lo largo de varios

días consecutivos, hay un retweet (RT) con fecha anterior a ese intervalo de tiempo, no siendo
posible conocer la fecha exacta en que el usuario efectuó dicho RT, este mensaje se clasifi-
cará considerando que ha sido retuiteado siempre en la primera de las fechas que forman ese
intervalo de tiempo.

— 38 —
o judicial en este sentido; también la idea de libertad expresada en oposi-
ción a la situación de represión política que vive o ha vivido históricamente
Cataluña con respecto a España, desde el punto de vista del político Carles
Puigdemont; en cualquier idioma y siempre que este sea el contexto se-
mántico.9

La propuesta metodológica persigue así medir cómo funciona un discurso


de tipo ideológico en Twitter basándose en un análisis pragmalingüístico:
- Conceptualizando, por un lado, las características formales y lin-
güísticas propias de la red social como formato web 2.0 (variables
‘Formato’ y ‘Recursos Twitter’); y de contenido (‘Fuente’, ‘Temática’,
‘Lugar geográfico’ e ‘Idioma’).
- Por otro lado, el contexto semántico (variable ‘Palabras clave’) y po-
lítico (‘Momentos’) en que se produce el significado de los mensajes.
- Incorporando un criterio que permita interpretar la ‘intención’ ideo-
lógica implícita en los mensajes (‘Estrategias retóricas’).
Esta propuesta metodológica podría aplicarse a otros discursos en Twitter
adaptando las definiciones de las categorías al objeto de estudio.

Resultados

Los siguientes resultados sobre el discurso objeto de estudio se han obte-


nido en Excel con un error muestral del 4’4 % y un nivel de confianza del
95%.10 El número de mensajes/tweets clasificados en cada una de las cate-
gorías aparece señalado en rojo en la siguiente imagen.

9 Por contexto semántico se refiere a que las palabras adquieren su significado en base al

significado de las palabras que se encuentran en el contexto de la oración.


10 Calculado con la calculadora de muestras Adimen Investigación: https://bit.ly/2FpdyOv

— 39 —
— 40 —
— 41 —
Discusión y conclusiones

En una lectura global de los resultados, los datos dibujan un discurso que
va reflejando cronológicamente gran parte de los asuntos más relevantes
que fueron sucediendo desde el 1 de octubre hasta las elecciones del 21 de
diciembre de 2017. La frecuencia de publicación indica que se trata de un
discurso activo, presente en el debate público, y los resultados plasman una
variedad de temas siempre relacionados, directa o indirectamente, con la
circunstancia político-social en que se desarrolla: el discurso muestra una
correlación casi pautada en su temática con los acontecimientos y giros po-
líticos más destacables del periodo estudiado. Esta continuidad solo se ve
interrumpida excepcionalmente en contadas ocasiones muy significativas
que se ejemplifican más adelante.
En una panorámica del discurso, se aprecia una gran cantidad de fuentes y
temas, aunque entre todos ellos destacan algunas correlaciones interesan-
tes. El tema más recurrente en el relato son las elecciones del 21 de diciem-
bre. El dato es llamativo en tanto que los comicios autonómicos no entran
a formar parte del debate hasta la aplicación del artículo 155 de la Consti-
tución Española a finales del mes de octubre. A partir de este momento, la
presencia de las elecciones se va intensificando progresivamente en el dis-
curso, sobre todo a raíz de la fundación de Junts per Catalunya a mediados
de noviembre, remontando así temas muy redundantes hasta entonces
como el 1-O, que se recupera después esporádicamente en campaña. En
conjunto, la represión (22), sobre todo referida al operativo policial del 1 de
octubre, seguida de la jornada del referéndum ilegal (17) y el descrédito al
adversario (17) son, en ese orden, los siguientes temas más mencionados a
lo largo de la muestra.
El anuncio de elecciones extraordinarias, pronunciado por Mariano Rajoy
el 27 de octubre de 2017, inaugura una nueva trayectoria en el debate. La
noticia es acogida con cierto escepticismo por parte del independentismo
en una primera reacción y, de hecho, Carles Puigdemont no se pronuncia
sobre ello en Twitter hasta pasados cuatro días, cuando manifiesta ya desde
Bruselas, en una rueda de prensa muy esperada, su voluntad de participar.
Aquel acto público, televisado en directo por múltiples medios de comuni-
cación españoles e internacionales, se produjo en un ambiente de enorme
expectación y tensión política. Este silencio previo del ya expresident, unido
a una disminución notable del número de tweets al día (siempre sobre otros
asuntos menores, como fútbol), contrasta con el alto nivel de interacción
media de un discurso que es posible calificar como explicativo de la realidad
política.
Esta pausa narrativa, entendida como una herramienta de comunicación
más, se puede considerar un silencio estratégico teniendo en cuenta la ex-
cepcionalidad del contexto: se produce justo antes de la primera aparición

— 42 —
pública de Puigdemont después de su traslado a Bruselas, en la que pone
en duda la intención por parte del Gobierno de respetar los resultados de
las urnas. Este comentario, por un lado, constituye una declaración de in-
tenciones por parte de su emisor, que define su línea de actuación, y sirve
también, por otro, para establecer una forma de interpretar las futuras ac-
ciones del Gobierno de España.
De esta manera, en un solo tweet11 Carles Puigdemont inicia el sentido ar-
gumentativo que mantendrá su discurso en Twitter hasta el 21 de diciembre
y, a la vez, una dirección política. Este mensaje ejemplifica bien la capacidad
que tiene el lenguaje de crear, en el plano semántico, relaciones entre dife-
rentes acontecimientos y agentes en el tiempo, de forma que, en determi-
nadas situaciones, pueden generar un significado que sirva
coyunturalmente para favorecer o reforzar una posición. Esta práctica, vista
como una técnica de construcción de significado en marketing político, se
intensifica en campaña electoral, como muestra el aumento en el uso de
estrategias retóricas en los mensajes originales de Carles Puigdemont du-
rante este periodo.
Las otras dos ocasiones en que se dan pausas representativas en el discurso
se corresponden con los siguientes momentos clave:
La primera precede al anterior episodio, el día en que tuvo lugar el acto de
proclamación de Cataluña “como estado independiente en forma de repú-
blica” y su inmediata suspensión.12 En este caso, la validez jurídica del acon-
tecimiento se ve puesta automáticamente en cuestión a la espera de un
procedimiento judicial que aún no se había iniciado por aquel entonces. Sin
embargo, se hace imprescindible aclarar para ello el significado de las pala-
bras de Puigdemont en aquel pleno del Parlament del día 10 de octubre de
2017, como evidencian las cartas que Rajoy y el entonces president se inter-
cambiaron en los días sucesivos. La posibilidad de incurrir o no en una ex-
tralimitación de las funciones parlamentarias y presuntas infracciones
reglamentarias o delitos penales dependía de refutar o confirmar el sentido
de su discurso, esto es, la reafirmación o rectificación de su postura política,
debido a la posición institucional desde donde fue pronunciado.
Aplicando una perspectiva temporal, se puede observar la trayectoria de ese
mismo discurso que, a pesar de no tener ningún carácter vinculante o efec-

11 Excepcionalmente, se alude a este mensaje con un comentario cualitativo por su trascen-

dencia en el discurso y por ser el único tweet publicado el 31 de octubre de 2017, aunque no
entra dentro de la muestra estudiada. Se puede consultar en: https://bit.ly/2LrbUm0
12 Eldiario.es Catalunya. (10 de octubre de 2017). DOCUMENTO | Discurso íntegro de Car-

les Puigdemont en catalán. Eldiario.es. Recuperado de https://bit.ly/32rCscY

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tivo en términos jurídicos, se emplea posteriormente como el principal ar-
gumento de cara a las elecciones bajo el lema ‘hacer república’, en referen-
cia a la necesidad de vencer en las urnas para implementar la república que
ya había sido declarada con anterioridad. En este sentido, el poder del len-
guaje permite que la relación simbólica entre, en este caso, votantes y can-
didato se mantuviera vigente desde el punto de vista retórico, con el
respectivo impacto que esta idea pudiera tener en las decisiones particula-
res de voto. Este planteamiento es un caso ejemplar de legitimación, que es
la estrategia retórica más utilizada (18) de todas, junto con la fragmentación
(11) frente al adversario político. Una fórmula similar es la utilizada con el
‘mandato democrático del 1-O’, que continua siendo válido en la actualidad
como elemento de reafirmación y justificación del rumbo político que toma
independentismo.
Por último, el otro silencio más destacable tiene lugar más adelante, du-
rante la jornada anterior a la aplicación del 155 y pocos días antes de la
rueda de prensa en Bruselas. La tesitura del momento planteaba un dilema
complejo que se verbalizó en los siguientes términos desde ambas partes:
el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, exigía a Puigdemont anunciar
públicamente su intención de convocar elecciones autonómicas anticipadas
en Cataluña para “frenar la aplicación del 155”, mientras que Puigdemont
exigía a Rajoy que “retirara la amenaza de aplicar el 155” para poder “con-
vocar elecciones con normalidad”. Este mismo día, en que finalmente el
president no llamó a las urnas, no hay ninguna publicación en el perfil de
Twitter de Puigdemont.
Al día siguiente, cuando el Parlament de Cataluña votó la conocida como
DUI (declaración unilateral de independencia) y el Gobierno dio luz verde
al 155, Puigdemont publica un par de tweets13 en los que recupera el inglés
en el discurso (que no se veía desde el 1-O y días consecutivos) para respon-
der, en una cita, a dos testimonios del presidente del Consejo Europeo, Do-
nald Tusk, y del primer ministro belga, Charles Michel, sobre lo ocurrido.
De nuevo, en las fechas posteriores que rodean este momento clave dismi-
nuye notablemente el ritmo de publicación.
De la misma forma, en todos estos ejemplos, Carles Puigdemont narra lo
ocurrido a posteriori, resignifica los hechos a través del relato, que es una
reconstrucción retórica de la realidad. Tanto los hechos a los que se refiere,
que sí aparecen representados en el discurso, como los que omite, retratan
una visión ideológica del problema, que demuestra que el usuario efectiva-
mente utiliza twitter como una herramienta de explicación política. Esta

13 Estos tweets fueron publicados el 27 de octubre de 2017: https://bit.ly/31T1cdE y


https://bit.ly/2KQ7xRJ

— 44 —
función descriptiva de los hechos explica que el discurso político recurra al
periodismo reiteradamente, como se puntualiza más adelante.
Examinando la muestra más en profundidad, del cruce entre los resultados
sobre el uso de las fuentes más consultadas, los temas más influyentes y la
variable ‘Momentos’, se extraen las siguientes conclusiones significativas:
Las principales fuentes a las que recurre, generalmente mediante retweets,
corresponden al bloque ‘Político-institucional’ (83) y el bloque ‘Medios’
(80), mientras que el bloque ‘Colectivos, ciudadanos y organizaciones so-
ciales’ se reduce a prácticamente la mitad (45).
Si nos adentramos en cada bloque, la fuente más mencionada en el primero
es Junts per Catalunya, que acumula 27 referencias, seguida de cerca por
los periodistas (26) del segundo bloque, que se encuentran muy por encima
del resto de colectivos sociales y siendo mayoritariamente profesionales en
el ámbito catalán. A continuación, se sitúan los periódicos de ámbito cata-
lán (17), que son la fuente informativa más abundante dentro del tercer blo-
que ‘Medios’ (principalmente los diarios ARA y Nació Digital). Estos
últimos, junto con Televisió de Catalunya, Catalunya ràdio y el sitio Vila-
web, suman más de la mitad de todos los medios de comunicación identifi-
cados en la muestra (46/80).
El hecho de que las tres fuentes más utilizadas por Puigdemont pertenezcan
respectivamente a un bloque distinto representa un equilibro entre partes
que coinciden a la hora de interpretar un mismo problema o situación. Esta
característica del discurso se puede entender como una construcción de
pluralidad, en tanto que aparecen representadas fuentes pertenecientes a
los distintos agentes sociales, pero que en realidad expresan una visión co-
mún afín o beneficiosa para la postura política que promueve el relato. En
este sentido, se podría definir como un discurso heterogéneo en la forma,
pero homogéneo en lo ideológico.
Observando ahora los tres bloques en su conjunto, Junts per Catalunya es
además la fuente más citada en total. Únicamente es superada por el propio
Carles Puigdemont, cuyos mensajes originales suman 39 publicaciones en
las que no recurre a ningún medio, político o colectivo para obtener la in-
formación. Entre los temas más tratados en los mensajes de Puigdemont,
se encuentra la democracia española, ligeramente por encima del 1-O, los
encarcelamientos de exconsellers, el descrédito del adversario y las mani-
festaciones pro- independentistas. Junts per Catalunya, la lista que Carles
Puigdemont encabezó para las elecciones del 21D, es la fuente más citada
durante la campaña, que tuvo un marcado carácter personalista. Las elec-
ciones son el tema por excelencia en los tweets de Junts per Catalunya. A
través de RT’s, la imagen del protagonista aparece asociada constante-
mente a la formación política, y viceversa: la figura de Puigdemont propor-
ciona una identidad al relato que reproduce el partido.

— 45 —
Asimismo, se observa una correlación entre los temas represión y media-
ción internacional y los políticos extranjeros y líderes internacionales (21),
que constituyen la tercera fuente más repetida. Estos mensajes se corres-
ponden con críticas u opiniones expresadas principalmente durante la jor-
nada del 1-O y los días consecutivos, por parte de personalidades como
Nicola Sturgeon, primera ministra escocesa, el líder laborista británico Je-
remy Corbyn, los presidentes de la República de Eslovenia y Finlandia o el
partido nacionalista irlandés Sinn Féin.

Figura 2. Imagen de un tweet de Nicola Sturgeon


del 1 de octubre de 2017, retuiteado por Puigdemont,
en el que la primera ministra escocesa cita al medio Sky News 14

En particular, el tema de la mediación internacional está presente de ma-


nera intermitente a lo largo de todo el discurso, aunque es retomado con
más énfasis a partir del traslado de Puigdemont a Bruselas. Tras su cese en
el cargo como president de la Generalitat, comienzan a incrementarse los
tweets originales de Carles Puigdemont (35 de 39 una vez cesado) en los
que incluye juicios de valor propios. A su vez, el artículo 155 (durante el día

14 “Algunas de las escenas en #Cataluña esta mañana son bastante impactantes y segura-

mente innecesarias. Solo dejad que la gente vote”. Cita: “La policía disparando pelotas de
goma a votantes durante las protestas según comienza el referéndum por la independencia”.
Se puede consultar la publicación original en: https://bit.ly/32qLOW6

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en que se anunció el paquete de medidas) y la casa real (durante el día del
discurso del rey del 3 de octubre) son dos de los pocos temas para los que
cita como fuente a partidos políticos españoles, no independentistas cata-
lanes u otras formaciones políticas de la competencia. Esta excepción se
puede considerar como un retrato de la respuesta (de rechazo conjunto,
oposición amplia o sentido común) a estos dos acontecimientos tan polé-
micos.
Entre otros datos llamativos, los mensajes de descrédito del adversario (17)
priman sobre los de autoafirmación (11), aunque ambos son inherentes en
muchos casos, ya que cumplen la misma función de definir y ratificar la
propia postura política. Este objetivo se alcanza mayoritariamente a través
de la diferenciación entre grupos o la expurgación del otro en planteamien-
tos que, de alguna forma, implican la existencia de un enemigo político co-
mún frente al que hay que unirse.
En realidad, esta variedad de temas y fuentes secundarias es una caracte-
rística del discurso que viene en parte condicionada por la particularidad
de Twitter como red social. Vemos cómo los distintos recursos que ofrece el
formato sirven para dar forma al relato, tienen una función y son utilizados
en determinados momentos. El 76% de los mensajes analizados contienen
alguno de los recursos de expresión y presentación de la información exclu-
sivos de Twitter y que no se dan en ningún otro medio o canal de comuni-
cación. Esta cualidad le confiere al relato un marcado carácter hipertextual,
principalmente a través del uso de citas y retweets. De hecho, la mayoría de
los mensajes que componen el discurso de Carles Puigdemont son RT’s (158
de los 247), que es el recurso más utilizado. Los RT’s permiten componer
una red interconectada de informaciones que relaciona ciertas fuentes y te-
mas entre sí con una intención comunicativa; en muchas ocasiones, funcio-
nan como argumentos de autoridad.
De esta manera, las fuentes que menciona son parte del mensaje y partici-
pan de las representaciones que dichos mensajes hacen de la realidad alu-
dida. Este recurso se identifica claramente en el caso de los medios de
comunicación, a los que recurre continuamente para narrar la realidad. La
presencia de la prensa en la muestra es constante y el 62% de los medios
que cita, enlaza o retuitea son periódicos. En total, casi la mitad de los men-
sajes contiene alguna referencia a un medio de comunicación, cuyas noti-
cias son utilizadas para ilustrar una parte de los asuntos más relevantes de
la actualidad política. En el discurso, los medios de ámbito catalán suman
más que los internacionales y españoles juntos, siendo estos últimos los me-
nos citados.
El propio papel del periodismo en la publicación de temas de interés, pre-
suponiendo unos criterios profesionales que garantizan la veracidad de la

— 47 —
información que recogen, puede servir para construir una imagen que re-
fuerce favorablemente la credibilidad de una determinada posición política.
Así, por ejemplo, abundan las noticias de medios extranjeros sobre la re-
presión referida al 1-O y sobre la necesidad de mediación entre España y
Cataluña, efectuando un retrato, a través de la prensa, de la importancia
política internacional del conflicto o tema representado.
Mediante este sistema de RT’s, se crea una fotografía del instante que re-
trata un acontecimiento de actualidad a partir de las reacciones que provoca
en las fuentes que selecciona. Esta dinámica puede derivar en una perspec-
tiva sesgada del problema, dando difusión a unos hechos y puntos de vista
frente a otros que se omiten. El ejemplo es claro con las múltiples manifes-
taciones, viéndose representadas solo aquellas que se celebran en coheren-
cia con la línea argumental del discurso.
De este modo, la posibilidad de recopilar impresiones, unida a la inmedia-
tez y el impacto de propagación, hacen de Twitter una herramienta poten-
cialmente útil para canalizar corrientes de opinión. Por ejemplo, el hashtag
#CatalanReferendum fue trending topic mundial el 1 de octubre de 2017.
En base estas características particulares de la red social, recuperando
ahora la idea de que el significado, transmitido en unas circunstancias par-
ticulares, puede servir para establecer relaciones simbólicas de poder
(Thompson, 2002: 16), el formato Twitter se puede entender, en sí mismo,
como un contexto de publicación cuyas propiedades y normas de difusión
pueden actuar como factores que, coyunturalmente, ayuden a optimizar el
éxito del mensaje. Dicho de otro modo, el hecho de transmitir una determi-
nada idea en Twitter, desde la posición de Puigdemont, implica hacerlo en
un espacio en el que su significado automáticamente cumple una función y
adquiere una utilidad política.15
Por otro lado, de los 247 mensajes analizados, solo 25 son hilos de texto.
Esto se podría asociar a una falta de voluntad a la hora de desarrollar argu-
mentos en profundidad. En esta línea, menos de una cuarta parte de los
mensajes están compuestos únicamente por texto, mientras que el resto
contienen imágenes, vídeos o enlaces. Llegados a este punto, merece la
pena dedicar un breve comentario al formato vídeo: Carles Puigdemont es-

15 John Langshaw Austin, en su obra How to do things with words (1962), distingue entre

enunciados constatativos y performativos, siendo estos últimos empleados para entablar cierto
tipo de interacción social, dado que “el acto de expresar la oración consiste en realizar una ac-
ción o parte de ella, acción que no sería normalmente descrita como consistente en decir algo”
(Austin citado en Garza, 1997: 21). Estos "actos del habla", tal y como el autor los define, son
emitidos por parte de alguien con una determinada autoridad institucional, social o familiar que
le permite ejecutar dicha acción y, a su vez, son enunciados cuyo significado y validez radican
en el contexto en que se producen.

— 48 —
coge el vídeo para dirigirse personalmente en una declaración directa a cá-
mara sólo en contados momentos críticos y decisivos, en los que la impor-
tancia de hacer llegar el mensaje comporta su adaptación al formato de más
fácil consumo. Las publicaciones de Junts per Catalunya en campaña na-
rran principalmente a base de imágenes y sin necesidad de muchas pala-
bras; representan una idea que es susceptible de ser conceptualizada
visualmente, para lo que es necesario un contexto de decodificación común
y una intersubjetividad interpretativa.
Por último, todos los tweets de Junts per Catalunya y Carles Puigdemont
están escritos en catalán, exceptuando un hilo de texto en inglés del se-
gundo. En total, el 59% de los mensajes son en catalán y el resto se reparten
entre el inglés (21%), el castellano (11%) y el francés u otros.
En base a todo lo expuesto, es posible concluir que el discurso de Carles
Puigdemont en Twitter se ve afectado por el hecho de trasmitirse por este
canal, adaptando su lenguaje tanto a sus limitaciones como a los recursos
expresivos disponibles. Todo el entramado de fuentes, temas, formatos, es-
trategias retóricas y recursos contribuyen a definir la forma que adopta la
postura política de Carles Puigdemont en Twitter durante el periodo estu-
diado. Además, esta forma que tiene el discurso es distinta a la que tomaría
al ser transmitido por otra red social o canal. Queda así confirmada la pri-
mera de las hipótesis de investigación del trabajo.
Necesariamente, en esta construcción ideológica del relato, hay contenida
una manipulación de la realidad desde el punto de vista del marketing po-
lítico, que proyecta los hechos narrados desde la subjetividad: se resaltan
unos frente a otros y se diseña un producto ideológico. Dentro de esta visión
implícitamente parcial, se puede afirmar que el discurso de Carles Puigde-
mont interfiere inevitablemente en la fiel representación de la realidad, en-
tendida como la verdad ‘objetiva’ y sin posicionamientos ideológicos. Esto
permite confirmar, por tanto, la segunda de las hipótesis formuladas al
inicio. Como es evidente, la propia función del discurso político va unida
una interpretación de la realidad, planificada, desarrollada y ejecutada si-
guiendo una estrategia de marketing que busca garantizar al máximo su
eficacia. Y aquí, la herramienta comunicativa que es Twitter, a través de to-
dos estos recursos que ofrece, es utilizada con el objetivo optimizar el éxito
del mensaje político.

— 49 —
Figura 3. Imágenes de los mensajes (tweets y retweets) clasificados en la categoría temática
‘prensa’16

16 Se pueden consultar las publicaciones originales en los siguientes enlaces, que siguen el

mismo orden que en la imagen (de izquierda a derecha sucesivamente):


https://bit.ly/2LVF1OC; https://bit.ly/2XXwNvR; https://bit.ly/32sOAKM; https://bit.ly/2Lnou6p;
https://bit.ly/2SkOHmL; y https://bit.ly/2LmLbb8.

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Para terminar, se puede afirmar que el periodismo tiene una función en el
discurso estudiado y es utilizado como un elemento de propaganda más.
Sea a través de un juego de RT’s o de medios cuya presentación de los he-
chos o línea editorial es coherente con la representación de la realidad que
pretende el discurso, las noticias informativas son empleadas como un re-
curso de credibilidad que puede ayudar a conferir cierta apariencia de ob-
jetividad a sus mensajes. Incluso, hay una serie de tweets cuyo tema es el
hecho de una publicación en sí, siempre sobre un acontecimiento concreto
en un periódico extranjero.
Estos mensajes señalan publicaciones que se han producido en medios
como el New York Times o el Financial Times sobre asuntos relacionados
con la crisis catalana, y vienen a representar la atención que estos reciben
por parte de la comunidad internacional. En ocasiones, lo hacen bajo titu-
lares que, de alguna forma, reconducen el sentido o enfoque de la noticia
original.
Aunque se trata de un grupo muy reducido de mensajes (6), su propia exis-
tencia es indicativa de que, en ocasiones, la prensa se utiliza intencionada-
mente como un recurso de credibilidad, ya que se refieren explícitamente a
ella con su enunciado. Estas prácticas, ligadas a las múltiples referencias a
los medios de comunicación en casi la mitad de los mensajes, confirman,
por último, la tercera hipótesis de investigación.

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CAPÍTULO III

EL PROBLEMA DE LA POSVERDAD EN LA
SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA

Manuel Bermúdez Vázquez


Elena Casares Landauro
Universidad de Córdoba

Introducción

En el año 2016, el diccionario de Oxford declaró la palabra “post-truth”


como la palabra del año en inglés debido al aumento de su uso y su expan-
sión por todo el globo. Tal hecho no es baladí. Posverdad, que es la traduc-
ción de este término al español, es un concepto que significa más o menos
que una persona está dispuesta a creer que algo es verdad porque encaja
con sus prejuicios y expectativas antes que con la realidad. La idea que en-
traña este concepto es bastante antigua, sin embargo, el auge de la palabra
la ha traído hasta nuestro tiempo y su irrupción ha sido demoledora para el
funcionamiento de unas democracias precarias como son las occidentales.
La sociedad está dispuesta a admitir como reales elementos emocionales lo
cual implica, en términos de retórica clásica, una ruptura entre el logos, tan
necesario para una sociedad intelectual sana, y el ethos y el pathos. En este
panorama, el riesgo de manipulación por parte de unos medios de comuni-
cación gobernados por rigurosos intereses económicos y el auge de las no-
ticias falsas, promovidas por algunos gobiernos y grupos de presión, no
hace que podamos ser optimistas respecto a la supervivencia de la demo-
cracia.
Ocurre que se establece un círculo vicioso especialmente pernicioso al
cooperar entre sí las noticias falsas con la posverdad. El mecanismo es es-
pecialmente fácil de explicar, lo cual no lo hace menos peligroso. Algunas
personas utilizan las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, etc.)
como plataforma para presentar noticias, ideas u opiniones que son abier-
tamente falsas. Sin embargo, el público al que esos mensajes van dirigidos
mantiene una disposición abierta a dar pábulo a semejantes contenidos y
los comparte. Lo que empieza siendo una mentira o noticia falsa que podría
tener un público reducido se convierte, debido a los mecanismos de la
posverdad, debido a ese afán de determinados ciudadanos a creer lo que
más les interesa o conviene, en todo un alud que se expande de manera viral

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por las redes sociales e, incluso, llega a los medios de comunicación gene-
rales.
Convendría hacer una ligera aclaración terminológica sobre el concepto de
posverdad. En inglés, “post-truth” es un adjetivo, de modo que traducirlo
en español por un sustantivo, como es posverdad, puede presentar algunos
problemas de análisis. Quizá, más que hablar de posverdad, sería oportuno
utilizar la perífrasis “mecanismos posverdaderos”, de este modo el término
“post-truth” se adaptaría al español como adjetivo, siendo así más fiel a su
origen en la lengua de Shakespeare. Así, los mecanismos posverdaderos ha-
rían referencia al funcionamiento de ese concepto que indica que la ciuda-
danía contemporánea está más dispuesta a creer lo que quiere creer que a
considerar los datos reales, ya sean empíricos, ya sean evidencias científi-
cas, ya sean meras referencias a la realidad.
George Orwell ya lo dejó magistralmente señalado en su libro Recuerdos de
la guerra de España, publicado en 1942 y en el que se recoge su experiencia
en España en plena Guerra Civil:
“Recuerdo que en cierta ocasión le dije a Arthur Koestler: ‹‹La historia se
detuvo en 1936››. Él lo comprendió de inmediato y asintió con la cabeza.
Los dos pensábamos en el totalitarismo en general, pero más concreta-
mente en la guerra civil española. Ya de joven me había fijado en que nin-
gún periódico cuenta nunca con fidelidad cómo suceden las cosas, pero en
España vi por primera vez noticias de prensa que no tenían ninguna rela-
ción con los hechos, ni siquiera la relación que se presupone en una men-
tira corriente. Vi informar sobre grandiosas batallas cuando apenas se
había producido una refriega, y silencio absoluto cuando habían caído
cientos de hombres. Vi que se calificaba de cobardes y traidores a soldados
que habían combatido con valentía, mientras que a otros que no habían
visto disparar un fusil en su vida se los tenía por héroes de victorias inexis-
tentes; y en Londres, vi periódicos que repetían estas mentiras e intelec-
tuales entusiastas que articulaban superestructuras sentimentales sobre
acontecimientos que jamás habían tenido lugar.
En realidad, vi que la historia se estaba escribiendo no desde el punto de
vista de lo que había ocurrido, sino desde el punto de vista de lo que tenía
que haber ocurrido según las distintas ‹‹líneas de partido››.” (Orwell, 2011,
p. 12)

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Este fragmento es elocuente por sí mismo y es una prueba de que la mani-
pulación ha sido una herramienta desde tiempos inmemoriales. Ahora
bien, en pleno siglo XXI a esto le sumamos una audiencia que está deseando
creer lo que mejor encaja con sus creencias y expectativas, lo que da como
resultado una bomba de relojería para los sistemas democráticos de todo el
mundo. Sobre todo, si tenemos en cuenta que ha habido un desmantela-
miento sistemático de todos los recursos de pensamiento crítico en el sis-
tema educativo (Ruiz, 2018; López, 2012).

¿Pero es que ha muerto la verdad?

La revista estadounidense Time declaró la guerra a las mentiras del presi-


dente Donald Trump desde el mismo momento en que juró el cargo, el 20
de enero de 2017. Tanto esta revista como el New York Times y el Washing-
ton Post tratan de mantener una lista con las mentiras, más o menos elabo-
radas, del presidente estadounidense. Donald Trump dijo al menos una
mentira grave al día los primeros 40 días de su mandato y el día cuadragé-
simo primero no se le registró ninguna porque estuvo todo el día jugando
al golf en uno de sus resorts. Hasta el mes de junio del año 2019, o sea, dos

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años y medio después de acceder al cargo de presidente de EEUU, Donald
Trump ha dicho o empleado más de 10.000 afirmaciones falsas o engañosas
(Time, 2019).
Está claro que el presidente estadounidense emplea la mentira como herra-
mienta política. La cuestión principal ahora sería saber si realmente sirve
de algo que medios tan importantes como los señalados anteriormente de-
diquen tanto tiempo y esfuerzo en vigilar minuciosamente cada declaración
de Trump, ya que la retórica falsa y embustera no parece afectar para nada
a gran parte del electorado. Es aquí donde podemos verificar de nuevo que
los mecanismos de la posverdad entran directamente en acción. El votante
medio republicano decide hacer oídos sordos a las mentiras de su líder y
mantiene su apoyo contra viento y marea. De hecho, en esta guerra que Do-
nald Trump mantiene con los medios de comunicación de su país, parece ir
tomando la delantera, pues estos mismos medios están perdiendo credibi-
lidad y su reputación se resiente (Columbia Journalism Review, 2019).
El empleo sistemático de la mentira como estrategia política va minando
paulatinamente los mimbres básicos sobre los que se sostiene la democra-
cia. Si los responsables políticos dan la espalda a los hechos y deciden cons-
truir un imaginario falso y gran parte de la población decide creer ese
constructo y dar pábulo a la mentira, queda poco espacio para el debate lú-
cido y racional que se supone que debería imperar en una democracia mo-
derna. Así, en el caso concreto de EEUU, las redacciones de muchos medios
de comunicación han decidido afrontar el problema cuestionando incluso
uno de los dogmas periodísticos más asentados, el empleo de un tono equi-
distante y moderado. Ahora bien, el abandono de este modelo clásico de
periodismo de información puede resultar en una mayor desconexión por
parte de los ciudadanos que apoyan la política de las mentiras de Trump (El
País, 2019). Ocurre como está pasando con las redes sociales (Primack, et
alii, 2017). Más que abrir la mente a las personas que las utilizan, se encie-
rran en una red de opiniones similares a la suya, donde la crítica y la alter-
nativa política, ideológica, religiosa, etc., no tiene cabida. Por ejemplo, un
usuario normal de Twitter no sigue opiniones de línea diversas a la suya.
Tan solo está al tanto de los perfiles que vierten ideas parecidas o conver-
gentes con las suyas. Esta situación tiene un efecto de campana o caja de
resonancia sobre dichas opiniones haciendo que parezcan más importantes
de lo que inicialmente podrían ser, o más compartidas o más extendidas de
lo que realmente son. Un caso digno de análisis es el aumento de personas
que creen que la Tierra es plana. No nos detendremos en esta cuestión, por-
que sería dar pábulo a un movimiento ridículo, recomendamos ver el docu-
mental La Tierra es plana, en la plataforma Netflix. No considero que se
pueda mantener una posición equidistante entre la ciencia seria, fruto de
cientos de años de trabajo y estudio, y una construcción del mundo ridícula
fundamentada en teorías de la conspiración. El documental presenta una

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estructura atípica. Comienza por dar voz durante una hora y media a las
propuestas más absurdas que se puedan imaginar sobre el carácter plano
del planeta Tierra para terminar en los últimos dos minutos con un experi-
mento, conducido precisamente por un defensor de la Tierra plana, que da
al traste con todas sus elucubraciones y que muestra la curvatura de nuestro
planeta.
El problema es más grave incluso de lo que parece. La vieja demagogia, con-
cepto tan empleado por partidos de uno y otro color, parece haber quedado
desdibujada frente a los nuevos mecanismos de las noticias falsas (la men-
tira como herramienta política) y la posverdad. Quizá el análisis etimoló-
gico de la palabra arroje algo de luz a la cuestión. Demagogia es un concepto
de origen griego que tiene dos elementos: un sustantivo, demos, que, para
lo que aquí nos atañe, significa “pueblo”; luego tiene un verbo, ago, que
significa “conducir”. De modo que, etimológicamente hablando, demagogia
significa conducir al pueblo. El demagogo hacía las veces del pastor de un
rebaño tratando de llevarlo al redil que más le convenía, siendo el rebaño el
pueblo. Larga es la tradición de demagogos en la antigua Grecia. No olvide-
mos que el propio Aristóteles consideraba que el enemigo principal de la
democracia no era la tiranía (todo el pueblo se levantaría contra una tiranía
excesivamente dura o injusta), sino la demagogia (Aristóteles, 1988, p.
455). Pero es aquí donde reside una de las claves. El tirano griego, el que
nació prácticamente a la par que la democracia, solía hacerse con el poder
apoyado en las clases populares, empleando para ello la demagogia y el po-
pulismo. Justamente ese es el modelo que se está produciendo en nuestro
tiempo. En un momento en que la mayor parte de la ciudadanía se encuen-
tra parca en ropajes de pensamiento crítico debido a la eterna desorienta-
ción educativa que atraviesa nuestro país (8 leyes educativas en 41 años de
democracia), el vendaval de la posverdad se cierne sin piedad sobre la po-
blación.
Hemos mencionado en el párrafo anterior el concepto de populismo. Co-
menzábamos estas páginas diciendo que en 2016 el diccionario de Oxford
había decretado la palabra posverdad como la palabra del año en inglés. En
cambio, la palabra del año 2016 en español, según la Fundación del Español
Urgente (Fundéu), fue “populismo”. La definición de la RAE es: “Tendencia
política que pretende atraerse a las clases populares”. Sin embargo, la Fun-
déu ha considerado necesario renovar la definición o ampliarla debido a
que esta palabra está sufriendo un proceso de ampliación y cambio de sig-
nificado. y ofrece la siguiente: populismo es “una apelación emotiva al ciu-
dadano y la oferta de soluciones simples a problemas complejos” (Fundéu,
2019).
El populismo tiende, en los últimos años, a convertirse en un concepto pe-
yorativo. Sin embargo, hay que reconocer que esta idea ha encontrado el
terreno abonado especialmente en nuestro país. El panorama cultural de

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España está marcadamente desorientado, y los datos son elocuentes. En
2016 Belén Esteban vendió más ejemplares de su libro que Mario Vargas
Llosa. Kiko Rivera logró su segundo disco de oro con “Así soy yo. Disco que
estuvo el número uno en España durante, al menos, tres semanas. A Máxim
Huerta, dimisionario ministro de cultura, le concedieron el premio Prima-
vera por una novela y Risto Mejide recibió un premio a nivel nacional de
ensayo por una obra cuyo ensayo más largo tenía página y media. Ante se-
mejantes referentes culturales, resulta comprensible que la ciudadanía sea
más vulnerable que nunca frente al discurso populista y demagógico que,
además, viene reforzado por los mecanismos de las noticias falsas y la
posverdad. El panorama no puede ser más preocupante. Entre otras cues-
tiones porque la relación de la democracia con la verdad es bastante com-
pleja. El ciudadano de una democracia saludable debe poder estar bien
informado sobre la realidad social, política y económica de su sociedad. Sin
embargo, esto no es así. El acceso a la información adecuada se torna pau-
latinamente más complejo y dificultoso y las decisiones que, por lo tanto, se
toman son equivocadas en muchos casos.
Esta situación no es exclusiva de España. Al calor de la debilidad de las so-
ciedades democráticas modernas, los movimientos extremistas y radicales
encuentran un perfecto caldo de cultivo para progresar. Los datos son tam-
bién elocuentes en este caso. De los 28 países de la Unión Europea, mien-
tras escribo estas líneas siguen siendo 28, a pesar de la inminente salida del
Reino Unido de la UE, en 17 países hay partidos de extrema derecha en los
parlamentos. En 11 de los 28 países los gobiernos necesitan directamente
del apoyo o, al menos, de la abstención de estos partidos para poder conti-
nuar en el poder. Y 7 de los 28 países de la UE tienen partidos de extrema
derecha directamente en el poder ejecutivo (Unión Europea, 2019).
La historia enseña muchas lecciones, pero hay que estar atento para reci-
birlas adecuadamente. Se le atribuye a George Santayana la famosa senten-
cia: “Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”
(Bermúdez, 2010, p. 33). Las sociedades democráticas occidentales actua-
les se enfrentan a un panorama preocupante. Entre otras razones porque
el esquema que se repite en medio mundo es sorprendente por su sencillez
y dañino por sus efectos como vimos esquemáticamente en la introducción:
las noticias falsas se difunden por doquier, en ocasiones producidas por
agentes interesados en manipular a la opinión pública. Es, por ejemplo, el
caso de las injerencias rusas en las campañas del Brexit y las elecciones es-
tadounidenses que dieron el triunfo a Donald Trump. Existen proyecciones
que auguran que para el año 2022 el 50% de las noticias que circulen por
Internet serán falsas (El periódico, 2017). A estas noticias falsas vienen a
reforzarlas los mecanismos de la posverdad. El público decide creer estas
noticias falsas porque encajan con sus prejuicios y expectativas, aunque

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sean falsas y luego logre desmontarse la mentira que hay detrás, el indivi-
duo concreto presentará una resistencia psicológica y práctica para dar su
brazo a torcer.
De todos modos, conviene aclarar que esta situación no tiene nada de no-
vedoso. El “nihil novum sub sole” de los evangelios se cumple a rajatabla.
Me gustaría detenerme un momento en la figura de William Randolph
Hearst, magnate de las noticias y genial figura de la propaganda. Su persona
inspiró la película de Orson Welles Ciudadano Kane. Ha sido considerado
el primer gran magnate de la prensa en toda la historia. Su control sobre
gran cantidad de medios de comunicación le permitió ejecutar la primera
acción de gran calibre en estas lides y esta fue la creación entre los ciudada-
nos estadounidenses de un estado de opinión colectivo profundamente an-
tiespañol que condujo a la guerra hispano-estadounidense de 1898 y que
llevó a la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, poniendo fin al imperio
español. Lenin consideró este conflicto como el primer enfrentamiento bé-
lico netamente imperialista. Podemos decir, por lo tanto, que Hearst no solo
fue el padre de la prensa amarilla y de la manipulación mediática, sino tam-
bién uno de los primeros en enmascarar la realidad a través de las noticias
de la prensa (Bermeosolo, 1962, 219-220).
Tras las noticias falsas y los mecanismos posverdaderos, tenemos un sis-
tema educativo que ha olvidado completamente el pensamiento crítico y
que presenta tremendas falencias en su desarrollo. Los datos son claros.
España obtiene pésimos resultados sistemáticamente en los test del in-
forme Pisa y, además, asistimos año tras año a cómo va aumentando la vio-
lencia en las aulas (Ministerio de Educación y Formación Profesional,
2018). De hecho, el informe de la UNESCO demuestra que la violencia y el
acoso escolar son un problema mundial (Unesco, 2019). El resultado de
todo esto es que los ciudadanos comienzan a tomar decisiones equivocadas,
tanto en sus hábitos de consumo como en sus elecciones políticas.
Decimos elecciones equivocadas porque, en muchas ocasiones, se defien-
den posturas que van claramente contra los intereses no solo de la ciudada-
nía concreta de un país, sino contra la humanidad al completo. Un ejemplo
podrían ser los resultados que nuestra forma de vida está teniendo a la hora
de influir en el cambio climático. Existen datos que prueban que el votante
medio estadunidense del partido republicano es, además, un negacionista
del cambio climático. A pesar de la firme evidencia científica que lo avala,
(el 98% de los resultados obtenidos en las publicaciones científicas así lo
acredita) (Naciones Unidas, 2019), millones de votantes republicanos de
Estados Unidos están dispuestos a creer que no es verdad. Resultaría hila-
rante si no fuera patético y peligroso para la humanidad.

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(Fuente: Pew Research Center, 2012).

Apres moi le deluge

Después de mí, el diluvio. Esta postura, egoísta e interesada, es una forma


de entender la realidad que puede conducir a la humanidad a la debacle. En
el caso de los efectos tremendos que puede causar el cambio climático es
incluso más grave aún. Si la gente no está dispuesta a cambiar drástica-
mente sus hábitos de vida estaremos condenando el futuro de la humani-
dad. Según el informe What lies beneath (2018) de no modificar los hábitos
de consumo y de vida de gran parte de las sociedades desarrolladas antes
del año 2030, los efectos sobre el clima serán tan drásticos que, para el año
2050, el 55% de la población tendrá que soportar al menos 20 días al año
de calor letal (Spratt y Dunlop, 2018). Los datos de este informe, que fueron
presentados en el foro de Davos del año 2018, han sido reiteradamente sub-
estimados y, aplicando otro de los mecanismos posverdaderos, puestos a
un lado sin análisis ni consideración (BBC News, 2018). Y no nos equivo-
quemos, cuando los líderes políticos ponen en cuestión algún resultado ob-
tenido con evidencias científicas, están cayendo en una manifiesta
irresponsabilidad, porque su actitud encontrará la imitación de gran parte
de sus seguidores y correligionarios.
El problema de los mecanismos posverdaderos, trayendo de nuevo a cola-
ción el título de las presentes páginas, es que nos hacen correr el riesgo de
provocar unos efectos dramáticos para el futuro de la supervivencia de
nuestra civilización, cuando no directamente de la especie. No se trata solo
de que numerosos partidos políticos hayan decidido súbitamente utilizar la
mentira como un instrumento político, sino que esas mentiras están con-
duciendo a gran parte de la sociedad a perpetuar un modelo de vida que nos
conduce, inexorablemente, al precipicio.
Podríamos también mencionar, en este panorama desolador, la tremenda
fuerza con la que, posturas absolutamente anti-intelectuales, cuando no di-
rectamente irracionales, entran en el debate público. Tal es el caso, por
ejemplo, tanto el ya mencionado de los que defienden que la tierra es plana

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como el de los que se integran en los movimientos contra las vacunas. Am-
bos movimientos tienen en común una cerrazón y una negativa hacia los
datos empíricos rayana en lo ridículo.
Cuando Sócrates estaba siendo juzgado por la asamblea ateniense en el año
399 a. C., en su discurso de defensa, inmortalizado por su discípulo Platón
en su Apología de Sócrates, adujo en su defensa la famosa frase: “Una vida
sin reflexión no merece ser vivida”. La frase de Sócrates es especialmente
demoledora si la contemplamos a la luz de los acontecimientos que nos ro-
dean en nuestro tiempo. Entre otros motivos porque da la impresión de que
la ausencia de reflexión es una de las características de las sociedades de
consumo. La búsqueda de reacciones irreflexivas es lo que persiguen tanto
la mercadotecnia como gran parte de los discursos propagandísticos y pu-
blicitarios. Este tipo de mensajes, como ya adelantó Michel Foucault, tienen
por objeto vincularse con los mecanismos del poder (Foucault, 1979, pp.
28-29). En las sociedades contemporáneas, el discurso es meticulosamente
fijado y controlado por una serie de procedimientos cuyo única y exclusiva
función es controlar el carácter aleatorio del acontecimiento. Dicho con
otras palabras, que nada ocurra si no ha sido previamente calculado. Estos
procedimientos serían: la prohibición, la clasificación y la constitución de
los sujetos del discurso (Blanco, 2014, p. 47).
La capacidad reflexiva y crítica de la sociedad ha sido neutralizada, entre
otras causas por los mecanismos que hemos venido señalando en las pre-
sentes páginas y que aparentemente son irresistibles. Considerar cualquier
tipo de capacidad emancipatoria o de reclamación de la justicia social es un
desiderátum. Las teorías clásicas que podrían haber sido de alguna utilidad
en el presente panorama, desde el marxismo a las teorías críticas, parece
que ya no conectan con una realidad precisamente hiperconectada (D’Agos-
tini, 1997, p. 402). Curiosamente, este panorama agorero, ya fue vaticinado
por Theodor Adorno y Max Horkheimer en su obra Dialéctica de la Ilustra-
ción, donde analizaron minuciosamente cómo las sociedades contemporá-
neas se estaban viendo neutralizadas a través de la televisión, la propaganda
y el consumo (Adorno y Horkheimer, 2002, p. 24). A este análisis habría
que agregar, actualizándolo, el poder prácticamente inefable de las redes
sociales e Internet.
De modo que, y volviendo a la frase socrática: “Una vida sin reflexión no
merece ser vivida”, podemos constatar que la más vulgar superficialidad, la
vacuidad más exagerada y la frivolidad más burda reinan en amplísimas
capas de nuestras sociedades. ¿O acaso hay que volver a recordar el pano-
rama cultural de nuestro país en los últimos años al que hicimos referencia
en páginas anteriores?

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Panem et circenses

Juvenal, un poeta romano de los siglos I-II d. C., en su Sátira X se quejaba


de que el pueblo romano había olvidado su derecho a regir el rumbo que
debían tomar las decisiones políticas a cambio de pan y circo. En realidad,
se trata de una metáfora atinada para hacer referencia al afán de algunos
gobernantes de mantener a las masas tranquilas y controladas a través del
acceso fácil a los alimentos y una política de entretenimiento banal. Curio-
samente, es a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando las sociedades
occidentales asisten, desarmadas, al máximo auge de esta realidad de pan
y circo con la aparición de la industria cultural, también vaticinada por
Adorno y Horkheimer (Adorno y Horkheimer, 2002) y desgarradoramente
descrita por Guy Debord en su La sociedad del espectáculo (Debord, 2018).
La hegemonía de la industria cultural se va imponiendo paulatinamente
conduciendo a la culminación de un proceso minuciosamente diseñado por
los mecanismos del poder: una apoteosis de la diversión, el consumo, la
distracción, el discurso frívolo, superficial y vacuo. Todo ello venía a susti-
tuir la imprescindible crítica a la injusticia social y la realidad tan desigual.
Guy Debord tuvo la intuición de escribir su libro en 1967, un año antes de
la explosión que tuvo lugar en el mundo de 1968, erróneamente llamada “el
mayo francés del 68” (ya que ni fue en mayo, ni fue exclusivamente francés
ni fue solo en 1968). En su obra, ya atisbamos que el auge de este modelo
de industria cultural iba a implicar la desaparición de la reflexión y el pen-
samiento críticos. La razón emancipadora se vio sacrificada en el altar de la
diversión y el éxtasis (Adorno y Horkheimer, 2002, pp. 165 y ss.).
Vale la pena presentar aquí unas breves líneas de la tesis tan oscura que
vaticinaron Adorno y Horkheimer:
“La cultura ha contribuido siempre a domar y controlar los instintos, tanto
los revolucionarios como los bárbaros. La cultura industrializada hace aún
algo más. Ella enseña e inculca la condición que es preciso observar para
poder tolerar de algún modo esta vida despiadada. El individuo debe utili-
zar su disgusto general como impulso para abandonarse al poder colectivo,
del que está harto. Las situaciones permanentemente desesperadas que
afligen al espectador en la vida diaria se convierten en la reproducción, sin
saber cómo, en garantía de que se puede continuar viviendo. Basta tomar
conciencia de la propia nulidad, suscribir la propia derrota, y ya se ha co-
menzado a formar parte. La sociedad es una sociedad de desesperados”
(Adorno y Horkheimer, 2002, pp. 197-198).

A modo de conclusión

Aristóteles dividía el discurso en tres partes: 1) Ethos. Tiene un triple obje-


tivo: que el auditorio se identifique con el orador, que el auditorio confíe en
el orador y que el auditorio considere que el orador sabe de lo que habla. 2)
Logos. Las razones puras y bien reflexionadas que una persona utiliza para

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defender su postura o presentar su opinión. Estas razones, en el logos, de-
ben aparecer desprovistas de apelaciones emotivas. 3) Pathos. Las apela-
ciones emotivas que tienen por objetivo conmover al auditorio de alguna
manera.
Pues bien, en las sociedades contemporáneas ya no hay espacio para el Lo-
gos que, justamente, es la parte del discurso más importante de todas según
Aristóteles. Los mensajes y discursos de nuestro tiempo son exclusivamente
apelaciones emotivas, son puro Pathos aristotélico. Y si el Ethos no ha des-
aparecido es porque los analistas saben que hay que apoyar la discurso en
una mínima credibilidad que se gana con esta parte del discurso.
La persistencia de los mecanismos posverdaderos en numerosas situacio-
nes de nuestro quehacer cotidiano es una prueba más de la fuerza de los
discursos emotivos que nos rodean.

Conviene, pues, ir terminando estas páginas con una conclusión


sutil, pero no por ello menos demoledora. En filosofía moral se
establece una dicotomía entre lo justo y lo bueno. Lo justo debe
tener prioridad sobre lo bueno. Aunque lo justo y lo bueno están
estrechamente entrelazados, la primacía del primero es una
cuestión esencial para el funcionamiento de una sociedad ética-
mente sana y políticamente viable. Sin embargo, esta distinción
entre lo justo y lo bueno hunde sus raíces en una distinción tam-
bién antigua, la que media entre el hombre y el ciudadano. El
hombre tiende a perseguir su felicidad. Sin embargo, el ciuda-
dano, haciendo valer la superioridad de este concepto en una so-
ciedad, debe perseguir la justicia. Así, el hombre busca la
felicidad y el ciudadano la justicia. Hasta tal punto estamos asis-
tiendo a la desaparición de los ciudadanos que ya la felicidad,
que implica un debilitamiento de la ciudadanía, ha impuesto su
hegemonía en casi todas las parcelas de nuestra realidad. Una de
las dimensiones que se están perdiendo paulatinamente es la
pertenencia de los ciudadanos a una comunidad política, pues en
esta comunidad política el valor supremo es y siempre deberá
ser la justicia. El auge del hombre frente al ciudadano, la inver-
sión de la dicotomía que ahora pone por delante lo bueno frente
a lo justo, es el anticipo del derrumbamiento de todo nuestro sis-
tema político-filosófico. En esta sociedad, devorada por los dis-
cursos emotivos, ya no queda espacio para la ética.

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— 67 —
— 68 —
CAPÍTULO IV

EL TEXTO PARA NIÑOS EN ITALIA EN LOS


SIGLOS XIX Y XX: ENTRE LA IDENTIDAD
NACIONAL Y LA DEFINICIÓN DE "EXTRAÑO"

Pamela Giorgi
Ricercatore Istituto nazionale di documentazione innovazione e ricerca
educativa (Indire)

Irene Zoppi
Investigación y comentario iconografico – Collaboratore alla ricerca Istituto
nazionale di documentazione innovazione e ricerca educativa (Indire)

Esta contribución es un breve "viaje" entre varios textos de literatura infan-


til de los siglos XIX y primera mitad del siglo XX (conservados en INDIRE
- Instituto Nacional de Innovación Documental e Investigación Educativa)
para acercarse a la comprensión del fenómeno de la percepción y de la re-
presentación de lo diferente, del extraño, y también de su movimiento, de
su marcha, de su migración.
¿Cómo se representó la diferencia por las nuevas generaciones en el largo
proceso de construcción de la identidad nacional italiana (a partir de me-
diados del siglo XIX)?

— 69 —
Teresa De Gubernatis Mannucci, Bozzetti famigliari (1885).
Illustraciones «pietà verso i brutti».
Historias educativas y morales para jovenes que exaltàn obras de piedad Cristiana hacia
‘los menos fortunados’

La literatura infantil post-Risorgimento contribuye fuertemente a crear un


estereotipo de la “diferencia” sin el cual la política colonial italiana y la po-
lítica de las Leyes Raciales de 1938, no sería posible
Educación a la normalidad burgués, a la identidad nacional, a la identidad
racial, a la intolerancia en nombre de un sentido de identidad que se consi-
dera indispensable para construir la Italia.
Extraniero es:
1. Quien viaja: peregrino, comerciante, gitano, vagabundo, migrante,
explorador, etc...
2. Quien es “diferente” con respecto a un modelo de normalidad bur-
gués que se pretende enseñar a los niños: enfermos, pobres, mar-
ginales, etc...
Todos en diferentes formas son “extranjeros” porque son “diferentes”.
Quien es diferente se considera y se representa en el texto de literatura in-

— 70 —
fantil como un “extranjero”. El texto propuesto para la infancia (texto esco-
lástico, literatura de evasión o periódico para niños) ofrece estereotipos y
modelos para un control sobre la infancia.
En Italia el estereotipo / modelo propuesto tanto en la época liberal como,
más claramente en el período totalitario, implica una acentuación del tema
de las diferencias que separan lo similar de lo "diferente“/lo interno de lo
externo.
Los niños italianos que son los futuros ciudadanos, para reconocerse como
un pueblo necesitan que se les recuerde a aquellos que realmente son
“otros”.
La Italia post-Risorgimento se caracteriza por las diferencias entre una ciu-
dad y otra, entre norte y sur y por diferencias fuertes y dramáticas entre
mundo burgués y mundo popular, entre ricos y pobres.

Edmondo De Amicis, La piccola vedetta lombarda, in Cuore: libro per ragazzi (1886).
Cuento moral dentro del libro Cuore en el que un niño heroico, durante la guerra de la
Italiana contra los Austriacos, espía los movimientos del enemigo desde lo alto de un árbol,
hasta que una bala lo golpea.

— 71 —
Por eso, la literatura debe transmitir a los ciudadanos del mañana la sensa-
ción de que todos los italianos tienen algo en común y no son extraños entre
sí.
Y para ello necesitamos identificar quién es “diferente”, quién es “extran-
jero” (externamente e internamente a la Nación).
“Extraño” es cualquier persona que "viaja", se mueve en el territorio, por-
que alejarse de su propia comunidad de origen siempre corre el riesgo de
ser una persona extranjera / diferente, con respecto a nuevos lugares y las
personas con las que se encuentra.
La cultura burguesa (del XIX) promueve la permanencia / la estabilidad,
como elementos centrales de su funcionamiento.
En el caso del "viajero", el asunto se complica, porque su condición tiene
dos caras.
Puede ser el que transita realizando una función socialmente aceptada (co-
mercial / económica, viajes de aventura, educación o artista, peregrina-
ción...) de un lugar a otro, de una comunidad a otra, consciente de tener
una familia, un hogar, un grupo social al que pertenece, que lo espera a su
regreso.

Carlo Collodi, Il viaggio per l’Italia di Giannettino (1882).

Una illustración de Enrico Mazzanti, ex illustrador de Pinocho (di Carlo Collodi): interpreta el
viaje del jueven Giannettino. A través de la historia se dieron principios de geografia y
historia de Italia. Aquì el viaje (que conduce à la emancipation borgues del protagonista) es
viaje permitido.

— 72 —
O, por el contrario, puede ser el que huye del grupo social al que pertenece
y de sus reglas, o quién es perseguido. En este caso, será "extranjero" pero
también marginado, que se mueve como resultado del imperativo del ham-
bre, la angustia y el trauma, de la destrucción.
Las diferencias son sustanciales, porque, después de todo, somos realmente
"extranjeros" sólo en el segundo caso.
Desde el punto de vista literario, las historias de migración (Italiana) son
parte del gran tema del "viaje" y contribuyen al fortalecimiento de la imagen
de identidad nacional: el espíritu italiano se fortalece antes fuera de la pe-
nínsula que en el interior. Surge de una necesidad, de una imposibilidad de
correspondencia entre las necesidades y los recursos del territorio de ori-
gen, y por esto vivió o sufrió como un exilio o escape dramático. Las migra-
ciones son externas e internas, pero en ambas (en una Italia plurilingüe y
multilingüe) es el elemento de adaptación a otro mundo, la reconstrucción
de un contexto social y la realización de un nuevo proyecto de vida.

Illustraciòn de Arnaldo Ferraguti in «Mondo Piccino» (1895).

— 73 —
La investigación espiritual individual ya no encuentra un lugar en un sis-
tema de vida donde la laboriosidad está dirigida exclusivamente a la ganan-
cia y dominación sobre la naturaleza; donde los objetos y comportamientos
comienzan a estandarizarse en las primeras cadenas industriales; donde el
único tipo de análisis cognitivo al que se otorga credibilidad es el científico.
El viajero de este tipo, realmente “extranjero”, está relegado a un espacio
limitado, lejos de la vida cotidiana. La gran productividad burguesa ahora
requiere figuras y empresas monolíticas, bien cementadas a la tierra: el es-
tancamiento y no el movimiento, el abandono de la regularidad.

Cordelia, Piccoli eroi: libro per i ragazzi (1896).


Illustraciones de Arnaldo Ferraguti

Si es un buen burgués, ‘debe ser estable’ y por esto debe ser educado. El
viaje del imaginario es el viaje que se permite y para los que permanecen
sentados es uno de los dones de las narraciones, ese cuentan de espacios
que nunca han sido visitados o que serán visitados en el futuro. El viaje es
un tema de gran potencial, ya que, por un lado, se presta para mezclar des-

— 74 —
cripción y narración, y por otro lado se ofrece para infinitos matices meta-
fóricos y alegorías. Es el caso clásico de Emilio Salgari en sus novelas de
aventuras donde la realidad encuentra su lugar en otra dimensión remota.

Salgari Emilio, La scimitarra di Buddha.


Illustraciones de G. Colantoni in «Giornale dei fanciulli» (1891)

Uno de los elementos para convertirse en "extranjero" es renunciar a la se-


guridad, la permanencia (típica de la idea burguesa de una "vida buena y
deseable") para seguir el imperativo de su pasión interna y una compañía
de vagabundos sin dinero.
En este caso, cada historia advierte a los niños cómo responder a ese impe-
rativo: "¡Acuérdate de vivir!". Pero al mismo tiempo advierte: esto es un
peligro, la necesidad y el derecho al entusiasmo tiene como contrapunto el
riesgo de precariedad y de pobreza.
En la entrada del pueblo había una pequeña plaza donde ya había un
discreto hormigueo de soldados, bateristas y espectadores.
Al ver a toda esa gente, Cesare le dijo a Nada - la niña que estaba en la
caja -

— 75 —
‘Hay soldados, verás que ganaremos algo de dinero!!!’.
Pero la niña, sacudiendo la cabeza con una sonrisa llena de desaliento:
‘¿Y si el alcalde no nos da permiso para hacer la actuación?’ (Baccini,
1901).

La pobreza, la marginalidad de quienes viven fuera del tejido social (ur-


bano), tanto en el texto como en las ilustraciones, se interpretan de manera
casi positiva: los jóvenes de la calle, libres de restricciones, viven su juven-
tud con entusiasmo. Sólo el hambre los lleva a pensar en la necesidad de
obtener un trabajo honesto.
Entre los siglos XIX y XX surge el interés por nuevos países, países distan-
tes de l’universo italiano habitual: su realidad - medio de reelaboración sub-
jetiva y autoconocimiento- es "extranjera" y se considera en función de
fortalecer el sentido de identidad nacional italiana.

Il piccolo moro della Giamaica in Il piccolo Pietro: novelle e racconti atti a formare la mente
ed il cuore dei fanciulli (1842).
Un comerciante viajero, siente lástima por la condición en que viven los esclavos : pero no
está en contra de la esclavitud ... él mismo se convertirá adoptando un niño huérfano
llamado inicialmente "Moro". Sólo más tarde tendrá un nombre, James, y estará agradecido
por su "maestro" toda su vida.

— 76 —
El Italiano que viaja fuera de Italia es "extranjero", pero siente el país visi-
tado como '"extranjero"' a su vez.
Observamos el Este, o nos enfrentamos a los viajes, como 'extranjeros', pero
considerando a los otros más extranjeros, con un punto de vista occidental
que impregna todo y vincula al mundo con su propio mundo.
Por ejemplo, en E. Lemarchand, Il segreto del Polo Nord (1888): es una expedición
a Groenlandia donde, aunque es un viaje lejano, casi siempre se observan los
muchos aspectos que llevan a Europa
«Al día siguiente visitamos un convento benedictino ... lo que más nos im-
presionó de esta visita fue la sala de la Biblioteca, donde tres monjes es-
taban ocupados copiando manuscritos. ... esos preciosos documentos se
detuvieron en el siglo XV, pero ¿y qué? La mina es inagotable desde el
punto de vista de nuestros orígenes» (Lemarchand, 1888).

Una etapa narrativa clásica es la del encuentro entre los dos pueblos extran-
jeros entre ellos: los blancos y las personas de color, pero también entre dos
culturas, entre dos formas de concebir la realidad.
Por un lado, orden, medida, energía, activismo, lealtad, en otras palabras,
civilización.
Por otro lado el caos, la pereza, la pasividad, la deslealtad.
La historia a menudo comienza con la partida del protagonista que aban-
dona Italia por "otro lugar", convirtiéndose así en un "extranjero en una
tierra extranjera“, pero con la perspectiva colonial.
En Volontario in Africa (1935): en una ‘Presentación’, el narrador, en el ca-
pítulo inicial, explica cómo se ofreció como voluntario, en 1885:
«Tuve que ser dado de alta como soldado en la clase de 1862 cuando es-
cuché sobre el reclutamiento de voluntarios bersaglieri para África. Yo,
sin pedir demasiados consejos en casa y al menos en lo que respecta a mi
novia, me puse en la lista inicial» (Tenente anonimo, 1935).

Estos estereotipos fueron ampliamente compartidos entre intelectuales (in-


cluso no fascistas e incluso en el período de posguerra). La literatura colo-
nial italiana presenta un imaginario en el que la tierra africana actúa como
campo de prueba: solo los hombres italianos más valientes y endurecidos
pueden sobrevivir y encontrar la felicidad allí.

— 77 —
Volontario in Africa. Racconti di guerra per ragazzi (1935).

— 78 —
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Tenente Anonimo (1935). Volontario in Africa. Racconti di guerra per ra-
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— 80 —
CAPÍTULO V

GENEALOGÍA DEL RACISMO ANDALÓFOBO EN


EL DISCURSO FILOLÓGICO A PARTIR DE UN
ARTÍCULO PERIODÍSTICO

Dr. Manuel Rodríguez Illana


Universidad de Sevilla, Andalucía

Resumen
A partir del artículo de un catedrático de filología en un diario local de la ciudad de Sevilla
rastreamos a lo largo de sucesivos flashbacks textuales los orígenes históricos de los ejes se-
mánticos a partir de los cuales se perpetúa el privilegio lingüístico del castellano centro- y nor-
peninsular, cuyo discurso racista (por definición, institucional) asocia al pueblo andaluz con
la pereza y, con ello, lo relega al infierno del hablar mal. El análisis de la cadena de sucesivos
estereotipos de inferiorización hace uso de los conceptos de mercado lingüístico y efecto Mon-
tesquieu acuñados por Pierre Bourdieu.

Palabras clave
Lengua andaluza, privilegio lingüístico, españolismo lingüístico, efecto Montesquieu, mercado
lingüístico.

— 81 —
— 82 —
1. Introducción

Normalmente, por “racismo” solemos entender el discurso supremacista


basado en argumentos biológicos o genéticos. No obstante, tomar concien-
cia de que el establecimiento de jerarquías en las que se coloca a grupos de
personas por debajo de la línea de lo humano también “puede marcarse por
color, etnicidad, lengua, cultura o religión” puede ayudarnos a reconocerlo
cuando “la forma de marcar el racismo en una región o país particular no
coincide con la forma de marcarlo en otra región o país” (Grosfoguel, 2011:
98). Un ejemplo de la transformación del discurso racista biológico en ra-
cismo culturalista lo tenemos en Estados Unidos, a mediados de la década
de 1960 (después de que, sobre todo teniendo en cuenta la experiencia de
la Alemania nazi, el racismo genético o biológico ya estuviera mal visto),
cuando Daniel Moyniham, senador y profesor de Harvard, presentó al Con-
greso de EE.UU. un informe en el que explicaba la depauperación econó-
mica de las personas negras asignándoles una patología en los patrones de
comportamiento de las familias, por tener ellas un solo progenitor, la ma-
dre, hecho que se atribuía a un residuo cultural atemporal proveniente de
África occidental sin decir “Nada sobre el efecto de la esclavitud en la fami-
lia negra donde los hijos eran vendidos y los padres separados, o sobre el
racismo existente en el presente de la sociedad estadounidense” (mismo au-
tor, 2016: 266).
De igual manera, dentro de la Unión Europea actual se reproduce hoy el
mismo discurso que durante las dos últimas décadas del siglo pasado se
aplicaba a Latinoamérica en los años de la crisis de la deuda externa, ahora
que el capital financiero alemán necesita una periferia laboral en el Medi-
terráneo europeo para reproducir las condiciones laborales de China en Eu-
ropa. Es así como, para no reconocer el papel del pillaje del poder
económico, “En el Norte utilizan términos como PIGS [cerdos] y dicen que
la causa de la crisis son los países del Sur, porque son vagos, perezosos y
corruptos” (mismo autor, 2015).
A nivel ibérico, ese mismo retrato de 'pereza' y 'corrupción' proyectado a lo
que se cataloga como “Sur” encuentra su concreción en el relato de la “An-
dalucía subsidiada”, que encubre cómo la andaluza es una economía subor-
dinada a los intereses estructurales del Estado español y la Unión Europea,
narrativa que se articula a través de mecanismos argumentales como silen-
ciar el lucro cesante debido a los medios de producción que no se nos per-
miten cultivar (dadas las millonarias ayudas a los grandes terratenientes
solo por limpiar sus tierras sin cultivarlas), el trilero método de cálculo es-
tablecido para la elaboración de las llamadas balanzas fiscales (prorra-
teando la aportación de cada comunidad autónoma en función de las
respectivas poblaciones, soslayando que quien más se beneficia es la Comu-
nidad de Madrid, sede de los servicios centrales del Estado) y computando

— 83 —
como impuestos pagados en la capital del reino de España los de las grandes
empresas y transnacionales del Ibex 35, que tienen allí centralizadas sus
sedes (Batllé, 2017: 10-12). No obstante, el nacionalismo imperialista espa-
ñol, que cree que las personas andaluzas somos inferiores por perezosas,
nos ofrece el consuelo de sentirnos felices con nuestro destino siempre que
seamos humildes en nuestra obediencia y sirvamos al ser superior, condi-
ciones bajo las cuales, y sólo en estas, además de vagas seremos, por seguir
el tópico, alegres y parlanchinas; eso sí, de forma siempre secundaria y con-
dicional a nuestra adhesión a España (Gil de San Vicente, 2015: 2-3).

3. Objetivos

Es lógico que esta proyección racista sobre/contra Andalucía sea sistemáti-


camente reproducida en el ecosistema comunicacional del Estado, y, cómo
no, del propio país, como pieza subordinada de dicha formación social. Para
reforzar los efectos inferiorizantes de estos discursos “hay una constelación
de postulados, una serie de proposiciones que lenta y sutilmente –con la
ayuda de libros, periódicos, escuelas y sus textos, publicidad, películas, ra-
dio (televisión)– van penetrando en la mente formando la visión que uno
tiene del grupo al que uno pertenece”. Igual que, por ejemplo, “En las Anti-
llas esa visión del mundo es blanca porque no existen voces negras” (de
nuevo, Grosfoguel, 2016: 277), en Andalucía la visión del mundo es caste-
llanocéntrica porque apenas hay voces andaluzas; con toda seguridad, no a
escala masiva. Por ello trataremos aquí de constatar la presencia de esos
ejes de inferiorización en el discurso mediático en torno a la lengua.
Justamente, tal inferiorización de lo andaluz es habitualmente formulada
en virtud de prejuicios lingüísticos cuya introyección atraviesa toda la es-
tructura social, independientemente de que la imposición de una ideología
lingüística sea más efectiva para el estamento que cuenta con las institucio-
nes sociales adecuadas para tal imposición, como son la familia, la escuela
(ya reflexionamos en relación con este elemento concreto en otra ocasión
[17]) o los medios de comunicación (Rodríguez-Iglesias, 2016a: 121). En el

Estado español “los capitales simbólicos que adquieren más valor son los
correspondientes a la lengua legitimada y que corresponde con el centro de
poder político, económico y militar del Estado: Madrid, que históricamente
representa en esencia a Castilla. Andalucía supone la otra cara de la mo-
neda: el valor de su capital simbólico es desvalorizado” (ibíd.: 122). A pesar
de su manifiesta incoherencia, el relato estigmatizador hacia todo lo que no
encaje con el castellano centro-nor-peninsular difundido por la autoridad

17 http://pensamientoandaluz.org/index.php/m-rodriguez/118-nino-habla-bien-reflexio-
nes-sobre-la-colonizacion-lingueistica-en-el-sistema-educativo-andaluz.html

— 84 —
lingüística no debe sorprender dado que “desde el clasismo hasta el racismo
pasando por el sexismo operan lingüísticamente” (Del Valle, 2016).

2. Método

Vamos a bajar al terreno de lo concreto para ilustrar este relato institucio-


nalizado de inferiorización lingüística y racismo cultural. Para ello, tomare-
mos un artículo de un representante del oficialismo académico sevillano,
Antonio Narbona, publicado en uno de los medios de comunicación escritos
de la burguesía local, Diario de Sevilla, el 26/III/2017[18]. Aquí nos centra-
remos en un fragmento localizado y que servirá al propósito de evidenciar
tales mecanismos de inferiorización, así como sus fuentes temáticas. Es
este: “En la medida en que se instale en la conciencia de los andaluces la
idea de que el descrédito de ciertas peculiaridades (por ejemplo, la extrema
relajación articulatoria que lleva a la deformación o eliminación de ciertos
sonidos) no emana de ninguna campaña de persecución foránea, la auto-
rregulación ganará terreno [...]”. A partir del artículo de este catedrático de
filología en el diario local de la ciudad de Sevilla rastrearemos a lo largo de
sucesivos flashbacks textuales los orígenes históricos de los ejes semánticos
a partir de los cuales se perpetúa el privilegio lingüístico del castellano cen-
tro- y nor-peninsular, cuyo discurso racista (por definición institucional)
asocia al pueblo andaluz con la pereza y, con ello, lo relega al infierno del
hablar mal. El análisis de la cadena de sucesivos estereotipos de inferiori-
zación hace uso de los conceptos de mercado lingüístico y efecto Montes-
quieu acuñados por Pierre Bourdieu.

3. Resultados

De acuerdo con esa catalogación como “extrema relajación”, en esencia, no


se trata de que las personas andaluzas hablen de otra manera distinta a la
de Castilla o el castellano estándar; es que lo pronunciamos mal por nuestra
pereza, por esa tendencia a 'relajarnos' tanto, con lo que acabamos 'defor-
mando' los sonidos del idioma a la hora de articularlos. Si no nos esforza-
mos en articular bien los sonidos, seremos objeto del “descrédito”; palabra
que, según el diccionario en línea de la RAE, institución a la que pertenece
el autor del artículo (“Correspondiente de la Real Academia Española en
Andalucía”, tal como consta bajo su nombre), significa “Disminución o pér-
dida de la reputación de las personas, o del valor y estima de las cosas”[19].
Naturalmente, dicho término es producto de anteponer el prefijo “des-”
(que indica oposición) a la palabra “crédito”, la cual denota “Reputación,
fama, autoridad”, pero también “Cantidad de dinero u otro medio de pago

18 http://www.diariodesevilla.es/opinion/tribuna/vueltas-defensa-andaluz_0_1120988170.html
19 http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=descrédito

— 85 —
que una persona o entidad, especialmente bancaria, presta a otra bajo de-
terminadas condiciones de devolución”, así como “Situación económica o
condiciones morales que facultan a una persona o entidad para obtener de
otra fondos o mercancías”[20]. La elección terminológica que Narbona aso-
cia a determinadas realizaciones orales nos remite al hecho de que “las re-
laciones de comunicación por excelencia, los intercambios lingüísticos, son
también relaciones de poder simbólico en las que se actualizan las relacio-
nes de fuerza entre los locutores o sus respectivos grupos” (Bourdieu, 2008:
11-12). La remisión de Narbona a la 'falta de crédito' de ciertos usos (despo-
jados de 'valor') nos muestra que (ibíd.: 49-50)
<< el intercambio lingüístico es también un intercambio económico que se
establece en una determinada relación de fuerzas simbólica entre un pro-
ductor, provisto de cierto capital lingüístico, y un consumidor (o un mer-
cado), que proporciona un determinado beneficio material o simbólico.
Dicho de otro modo, los discursos no sólo son (o solo excepcionalmente)
signos destinados a ser comprendidos, descodificados; también son signos
de riqueza destinados a ser evaluados, apreciados y signos de autoridad,
destinados a ser creídos y obedecidos. […] Si es así es porque la práctica
lingüística aporta, inevitablemente, además de la información declarada,
una información sobre el modo (diferencial) de comunicar, es decir, sobre
el estilo expresivo que, percibido y apreciado con referencia al universo de
estilos teórica o prácticamente en competencia, recibe un valor social y una
eficacia simbólica.
Los discursos sólo reciben su valor (y su sentido) en relación con un mer-
cado, caracterizado por una ley de formación de precios específica: el valor
del discurso depende de la relación de fuerzas que se establece concreta-
mente entre las competencias lingüísticas de los locutores, entendidas a la
vez como capacidad de apropiación y de apreciación o, en otros términos,
de la capacidad que poseen los diferentes agentes que participan en el in-
tercambio lingüístico para imponer los criterios de apreciación más favo-
rables a sus productos. >>

Por ello, “Hablar de la lengua, sin más precisiones, como hacen los lingüis-
tas”, o los filólogos como Narbona (cuando menciona a “la lengua, hecho
social por antonomasia” en su artículo), “es aceptar tácitamente la defini-
ción oficial de lengua oficial de una unidad política” donde “se impone a
todos los naturales como la única legítima”, al ser “fijada y codificada por
gramáticos y profesores, encargados también de inculcar el dominio”, que
“va íntimamente unida al Estado, tanto en su génesis como en sus usos so-
ciales”, un Estado en cuyo proceso de instauración “se crean las condiciones
de la constitución de un mercado lingüístico unificado y dominado por la
lengua oficial: obligatoria en los actos y en los espacios oficiales (escuela,

20 http://dle.rae.es/srv/fetch?id=BDeQ78f

— 86 —
administraciones públicas, instituciones políticas, etc.)” (ibíd.: 22), privile-
gio al que no puede dejar de aludir el catedrático universitario en su artículo
(cuando prescribe indirectamente el empleo de los usos ajenos a esa lengua
oficial “en actuaciones interlocutivas en que se requiere –o conviene– cierto
grado de formalidad, sobre todo, si se trata de una intervención pública”,
como dice en su artículo periodístico). El resultado es que “esta lengua de
Estado se convierte en la norma teórica a la que se someten todas las prác-
ticas lingüísticas” porque “Nadie ignora la ley lingüística con su cuerpo de
juristas, gramáticos con sus agentes de imposición y control, maestros de
escuela, investidos del poder de someter universalmente a examen y a la
sanción jurídica del certificado escolar el nivel lingüístico de los hablantes”.
Así, “La integración en una misma «comunidad lingüística» es un producto
de la dominación política reproducido sin cesar por instituciones capaces
de imponer el reconocimiento universal de la lengua dominante; es la con-
dición de instauración de relaciones de dominación lingüística” (ibíd.: 22-
23). Por más que Narbona en Diario de Sevilla deslice su ideología (abo-
gando por “alcanzar la máxima eficiencia comunicativa, que implica un
equilibrio entre inteligibilidad y reconocimiento del prestigio de los usos”,
al efecto de resolver lo que considera “la tensión entre norma y libertad”),
la realidad es muy otra porque “mientras sólo se pida a la lengua asegurar
un mínimo de intercomprensión […], no se concibe que una forma de ha-
blar se erija en norma de otra (a pesar de que no faltan ocasiones de encon-
trar en las diferencias percibidas el pretexto para afirmar la superioridad)”
(ibíd.: 24).
Comprobemos de dónde procede esa calificación de ciertos rasgos del an-
daluz, por parte de Narbona, como “extrema relajación”, en un primer salto
atrás temporal que, por otra parte, nos ilustrará precisamente esa investi-
dura de una forma de hablar determinada como norma de otra(s). A prin-
cipios de los sesenta, uno de los tres elaboradores del trabajo que titularon
como Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía (también conocido como
ALEA), Antonio Llorente, natural de una localidad de la provincia de Sala-
manca, y del que Narbona se reconoce como discípulo (Diariodesevilla.es,
8/VII/2017[21]), comentaba que respecto a (Llorente Maldonado de Gue-
vara, 1962: 227, 230, 240)
<< Las especiales características de la fonética andaluza, y aun de la meri-
dional, […] teniendo conciencia de sus rasgos diferenciales respecto al cas-
tellano del Norte, los observadores del fenómeno fonético andaluz
destacaron en seguida [sic] lo que en la pronunciación meridional se apar-
taba más de la norma oficial representada por la lengua literaria. […]

21 http://www.diariodesevilla.es/opinion/tribuna/Medio-siglo-ALEA_0_1152185178.html

— 87 —
me refiero a las posibles causas del exagerado evolucionismo fonético an-
daluz, recordando la explicación más convincente y aceptada, aunque en
manera alguna sea la única: la pereza articulatoria del hombre andaluz,
quizá ocasionada por el clima o la psicología, que tiene como consecuencia
la relajación articulatoria, la falta de tensión, el desvanecimiento de los so-
nidos y su transformación, asimilación y aspiración o pérdida. […]
Como resultado de los profundos cambios fonéticos que han destruido pri-
mitivas oposiciones fonológicas […] Estas nuevas oposiciones fonológicas
no han venido a enriquecer el sistema andaluz, porque su aparición ha im-
plicado la pérdida de la oposición a la que sustituyen; […] nos hallamos
delante de las famosas igualaciones que empobrecen el sistema fonológico
consonántico del andaluz, como terminarán empobreciendo el sistema fo-
nético. >>

Sinteticemos: “la fonética andaluza” se aparta “de la norma oficial”, la cual


se basa (aunque no se explicite) en el “castellano del Norte”, y lo hace de un
modo “exagerado”, debido a “la pereza articulatoria”, que a su vez es causa
de “relajación articulatoria” (el mismo sintagma que empleaba literalmente
su discípulo Narbona) y, entre otras cosas, de “pérdida” de sonidos (la pri-
mera acepción de “pérdida” en el DRAE online es “Carencia, privación”[22]),
lo que comparte terreno semántico con la 'pobreza' (en tanto que “falta, es-
casez”[23], según la misma obra de consulta), dado que las características
fonéticas del andaluz, lejos de “enriquecer”, “empobrecen” su sistema de
consonantes (según la ideología del españolismo lingüístico, las lenguas y
variedades distintas al castellano “empobrecen y aíslan a las personas”; Mo-
reno Cabrera, 2010: 17-18). Para Llorente la “pereza” andaluza “puede estar
ocasionada por el clima”, aserto que no debemos perder de vista porque
vamos a rastrear sus orígenes filosóficos; pero también por “la psicología”.
Esta última teorización merece ser puesta en conexión con el ejemplo que
aportábamos al principio sobre el presunto motivo de la pobreza de los ne-
gros estadounidenses (nuevamente, Grosfoguel, 2016: 266; vid. supra). Ar-
chívese también en la memoria la mención a la “falta de tensión”, porque
este último rasgo volverá a aparecer en próximas citas textuales.

Naturalmente, las atribuciones lingüísticas de Llorente carecen de todo ri-


gor. No hay ninguna relación entre el número de fonemas y la eficacia o
capacidad comunicativa de un determinado sistema lingüístico, ni guarda
vínculo alguno con el esfuerzo o pereza de las/os hablantes. Es más, la fun-
cionalidad gramatical (para marcar plurales o personas verbales) de las
ocho vocales existentes en ciertas variedades del andaluz, es decir, un nú-
mero mayor que el de las cinco del castellano estándar, es negada en la

22 http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=pérdida
23 http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=pobreza

— 88 —
Nueva gramática de la lengua española editada por la RAE y la ASALE
(sucursales latinoamericanas de la primera) en 2011 a pesar de las eviden-
cias a su favor acumuladas desde los años cuarenta del siglo pasado (volve-
mos a Moreno Cabrera, 2013: 111-119, 125-126), ya que contradice el mito
difundido por Ramón Menéndez Pidal y Gregorio Salvador de que el “espa-
ñol” se expandió más que el resto de lenguas romances de la península Ibé-
rica debido a una supuesta mayor facilidad de ser aprendido, precisamente,
por tener solo cinco vocales. Ningún representante de la academia oficial
ha afirmado jamás que las/os castellanoparlantes que no empleen esas va-
riedades del andaluz, que tienen el doble de vocales, sean más vagas/os que
quienes sí lo hacen, ni que sean objeto de un empobrecimiento lingüístico.
Del mismo modo, una colega de Narbona en la Facultad de Filología en la
Universidad de Sevilla, Lola Pons, celebraba en una charla divulgativa ofre-
cida el 26/IV/2017[24] que, con lo que ella consideraba el nacimiento del
“español moderno” (en realidad las lenguas no tienen acta de nacimiento,
pero este aspecto lo dejaremos para otra ocasión), el número de consonan-
tes del castellano se redujese, lejos de opinar que el sistema consonántico
se hubiera empobrecido por ello. De hecho, afirmaba que la situación previa
del habla peninsular medieval (con más consonantes) adolecía de una
“fiesta de sibilantes” y suponía “un derroche”.
Históricamente, la RAE, fundamental institución académica, normativa y
prescriptiva del Estado en materia lingüística, ha adoptado un modelo cas-
tellanocéntrico inspirado en el habla culta (si procede emplear ese apela-
tivo) de Madrid (Senz, 2011: 216), y he aquí el momento de hacer un
segundo flashback: respecto al caso de nuestro país, esa denigración de las
culturas reales de los diferentes pueblos contenidos en el actual reino de
España se materializa en textos como la Teoría de Andalucía perpetrada
por el filósofo Ortega y Gasset, oriundo de esa misma ciudad, y en el que se
basó Llorente para su descripción de la fonética andaluza que acabamos de
conocer (tal como consta en sus notas a pie de página). Detengámonos un
poco en sus pinitos sociológicos, para los que tomó a nuestra tierra como
conejillo de Indias. Nos parece muy oportuno reproducirlas en toda su ex-
tensión (cit. en y comentado por Rodríguez-Iglesias, 2016b):
<< «La cultura andaluza vive de una heroica amputación: precisamente de
amputar todo lo heroico de la vida –otro rasgo esencial en que coincide con
la China–» [...] ya que «son culturas campesinas» […]. A diferencia de Cas-
tilla, en su opinión […]; aunque en esta última «no encontraremos otra
cosa que labriegos laborando sus vegas [...]». Pero no no es lo mismo: «No
es la castellana actual una cultura campesina: es simplemente agricul-
tura». Y sigue: «La cultura de Castilla fue bélica. El guerrero vive en el
campo, pero no vive del campo –ni material ni espiritualmente–. El campo

24 https://www.youtube.com/watch?v=tEepMm_jdLo

— 89 —
es, para él, campo de batalla: incendia la cosecha del agricultor pacífico, o
bien la requisa para beneficio de sus soldados y bestias beligerantes». Este
agricultor pacífico es el andaluz: «Al revés que en Castilla, en Andalucía se
ha despreciado siempre al guerrero y se ha estimado sobre todo al villano,
al manant, al señor del cortijo. Cortijo (andaluz) que –dice Ortega– no le
llega ni a la suela de los zapatos al castillo (castellano): «El castillo aga-
rrado al otero no es, como la alquería o el cortijo, lugar para permanecer,
sino, como el nido del águila, punto de partida para la cacería y punto de
abrigo para la fatiga. La vida del guerrero no es permanente, sino móvil,
andariega, inquieta por esencia». Y obsérvese qué racismo, si lo anterior
no lo fuera ya: «Desprecia al labriego, lo considera como un ser inferior,
precisamente porque no se mueve, porque es manente –de donde ma-
nant–, porque vive adscrito al cortijo o villa –de donde villano» […].
Castilla es el Ser, Andalucía el no-Ser. Por mérito propio: «El andaluz lleva
unos cuatro mil años de holgazán», pues «la famosa holgazanería andaluza
es precisamente la fórmula de su cultura» […]. Pero flojos, flojos: «Aspire-
mos sólo a una vita minima: entonces, con un mínimo esfuerzo, obtendre-
mos una ecuación tan perfecta como la del pueblo más hazañoso. Este es
el caso del andaluz. Su solución es profunda e ingeniosa. En vez de aumen-
tar el haber, disminuye el debe; en vez de esforzarse para vivir, vive para
no esforzarse, hace de la evitación del esfuerzo principio de su existencia
[…]».
Fijémonos en que Ortega y Gasset no se cansa (y el subrayado es suyo):
«Podrá en el andaluz ser la pereza también un defecto y un vicio; pero,
antes que vicio y defecto, es nada menos que su ideal de existencia. […] la
pereza como ideal y como estilo de cultura».
Cómo se construye el no-Ser se articula incluso de una manera machista,
pues no hay que olvidar que el Ser es ante todo hombre, macho […]: «El
hombre que llega del Norte […] imagina que este pueblo posee una gran
vitalidad, y cuando ve pasar a las sevillanas de ojos nocturnos, presume en
sus almas magníficas pasiones y extremados incendios. ¡Grande error! No
cae en la cuenta de que el andaluz aprovecha en sentido inverso las venta-
jas de su “medio”» […]. ¿Por vago? Incluso –y añadamos homofobia en
Ortega– por una forma de ser culturalmente «que produce a menudo el
penoso efecto de hacer amanerado al andaluz […]. Cuando veáis el gesto
frívolo, casi femenil, del andaluz, tened en cuenta que esa tenue gracilidad
ha sido invulnerable al embate terrible de las centurias y a la convulsión de
las catástrofes». Y, ¡ojo!, «mirado así, el gestecito del sevillano se convierte
en un signo misterioso y tremendo, que pone escalofríos en la médula […].
El pueblo andaluz posee una vitalidad mínima, la que buenamente le llega
del aire soleado y de la tierra fecunda. Reduce al mínimo la reacción sobre
el medio porque no ambiciona más y vive sumergido en la atmósfera como
un vegetal» […]. Vegetales que ni llegan a ser animales:
«La existencia de la planta se diferencia de la animal en que aquella no
reacciona sobre el contorno. Es pasiva al medio. […] No hace nada. Vivir,
para ella, es a un tiempo recibir de fuera el sustento y gozarse al recibirlo.

— 90 —
El sol es a la par alimento y caricia en la manecita verde de la hoja». En
cambio, «en el animal se separan más la sustentación y la delectación.
Tiene que esforzarse para lograr el alimento, y luego, con funciones diver-
sas de ésta, buscarse sus placeres. Cuanto más al Norte vayamos más diso-
ciados encontraremos esos dos haces de la vida. […] Diríase que en la vida
andaluza, la fiesta, el domingo, rezuma sobre el resto de la semana e im-
pregna de festividad y dorado reposo los días laborables. Pero también, vi-
ceversa, la fiesta es menos orgiástica y exclusiva, el domingo más lunes y
más miércoles que en las razas del Norte. Sevilla sólo es orgiástica para los
turistas del Septentrión; para los nativos es siempre un poco fiesta y no lo
es del todo nunca.»
[…] Es clara esta dicotomía orteguiana Hombre del Norte/Andaluz […]. La
inferiorización se aplica hasta para la comida: «la sensiblería socialista nos
ha hecho notar innumerables veces que el gañán del campo andaluz no
come apenas y está atenido a una simple dieta de gazpacho. El hecho es
cierto y, sin embargo, la observación es falsa porque es incompleta. La co-
cina andaluza es la más tosca, primitiva y escasa de toda la Península. Un
jornalero de Azpeitia come más y mejor que un ricacho de Córdoba o Jaén.
Hasta en eso imita el andaluz al vegetal: se alimenta sin comer, vive de la
pura inmersión en tierra y cielo. Lo mismo el chino» […].
[…] se trata […] de una teorización racista sobre las bondades del punto
cero castellano frente a esto tan raro, primitivo y bajo como Andalucía.
[…] «Este ideal –la tierra andaluza como ideal– nos parece a nosotros, gen-
tes más del Norte, demasiado sencillo, primitivo, vegetativo y pobre. Está
bien. Pero es tan básico y elemental, tan previo a toda otra cosa que el resto
de la vida, al producirse sobre él, nace ya ungido y saturado de idealidad».
Y remata: «Este pueblo, donde la base vegetativa de la existencia es más
ideal que en ningún otro, apenas si tiene otra idealidad. Fuera de lo coti-
diano, el andaluz es el hombre menos idealista que conozco» […]. >>

Tales caracterizaciones encuentran en los orígenes de la modernidad/colo-


nialidad eurocéntrica su venero inconfundible. Efectuemos un tercer retro-
ceso cronológico. En concreto, la concepción de la persona andaluza en
Ortega y Gasset tiene un precedente incuestionable en la teoría de los cli-
mas (recordemos las especulaciones de Antonio Llorente sobre la supuesta
pereza andaluza) formuladas por el Barón de Montesquieu, quien estable-
cía una red de dicotomías binarias entre el Norte y el Sur tratando de natu-
ralizar la condición de amo del primero y la de esclavo del segundo (hemos
visto la oposición planteada por el filósofo madrileño entre andaluz-pasivo
y castellano-guerrero; verifíquese la iconografía elegida por la citada colega
de Narbona, Lola Pons, para su cuenta de Twitter[25] y su blog[26], protago-
nizada por un Alfonso X en pose bélica con los símbolos de Castilla) dentro
de un esquema fuertemente patriarcal basado en la variable definida por

25 https://mobile.twitter.com/nosolodeyod?lang=es
26 http://www.nosolodeyod.com/

— 91 —
los polos tensión-relajación (no olvidemos la referencia de Llorente a la
“falta de tensión” como derivación de nuestra imperdonable pereza). Así,
en perfecta concordancia con lo que descubríamos más arriba, encontra-
mos en el siguiente fragmento un compendio descriptivo de los ejes básicos
de la descripción orteguiana de Andalucía, donde el parecido entre ambos
retratos comparativos entre Norte y Sur resulta más que razonable, incluida
la falta de energía y virilidad (Bourdieu, op. cit.: 192-197):
<< Los hombres del Norte, hombres auténticos, «activos», viriles, tensos,
tirantes como resortes («el hombre», dice Montesquieu, «es como un re-
sorte que vale más cuanto más tenso está»), incluso en sus pasiones, caza,
guerra o bebida. En el lado opuesto, los hombres del Sur están abocados al
servilismo, al imperio de los sentidos, de las pasiones y de la imaginación,
principio de la pleonexia erótica, así como de los tormentos de la envidia y
los celos; están condenados a la pasividad (femenina) ante la pasión pasiva
por excelencia, el amor físico, insaciable e imperioso, pasión por la mujer,
entendida como pasión hacia la mujer y como pasión femenina y femini-
zante, pasión que enerva[27], debilita, priva de tensión y energía. Estas dis-
posiciones relajadas y cobardes (en una palabra, afeminadas) conforman
una humanidad doblemente servil y abocada a padecer la dominación por
no saber dominarse. [...] Vemos que a través de la oposición original de lo
masculino y lo femenino, la relación con la mujer, y con la sexualidad, do-
mina esta mitología que, como suele ocurrir, es producto de la combina-
ción de fantasmas sociales y sexuales construidos socialmente. [...]
Por ejemplo, la relación mítica entre la pasividad y la feminidad o la acti-
vidad y la virilidad, que no se expresa nunca como tal, se establece bajo la
máscara de una «ley» demográfica que atribuye un excedente de varones
a los pueblos «guerreros» del Norte y un excedente de mujeres a los pue-
blos «afeminados» del Sur […]. Como cobarde, que significa a la vez dis-
tendido, flojo, blando, débil, miedoso, la mayoría de las palabras tienen
varios sentidos que son lo bastante diferentes e independientes como para
que su proximidad, en una frase ingeniosa por ejemplo, produzca un efecto
sorpresa, y lo bastante semejantes, sin embargo, para que esa evocación de
la unidad parezca fundada en la razón. >>

También comprobamos en este repaso a las caracterizaciones coloniales de


Montesquieu sobre los pueblos englobados como Sur una insuficiencia en
el grado de entrega a actividades como “caza, guerra o bebida”, más suscep-
tibles al “imperio de los sentidos, de las pasiones”, todo ello concebido como
defecto, lo que nos invita a repasar estas notas de Blas Infante (Infante Pé-
rez, 1979: 69-71):
<< Europa vino a definir perfectamente, en su método, su historia guerrera
y feudalista. Su técnica guerrera fue únicamente racional; jamás a la razón
guerrera llegó a temblar el sentimiento. Y mataron hombres, y destruyeron

27 En su acepción de 'Debilitar, quitar las fuerzas' (DRAE online).

— 92 —
pueblos, y robaron heredades, y segaron jardines, y talaron bosques, con
igual frialdad de ánimo que los obreros tienen cuando horadan montañas
hundiendo sus picos en el seno inerte de las rocas insensibles. Su método
vino a sancionar el feudalismo pasado y a preparar el nuevo. […] Al senti-
miento, el europeo le llama sensiblería, experimento de debilidad […]. >>

La violencia simbólica contenida en todo el prescriptivismo lingüístico es-


conde, bajo una formulación que se asemeja al lenguaje de ciencias más
consolidadas y enunciada por una figura de autoridad socialmente acep-
tada, meras mitologías culturales, fenómeno que ha sido bautizado justa-
mente como efecto Montesquieu (Bourdieu, op. cit.: 198-199). Charles-
Louis de Secondat, barón de la Brède y de Montesquieu, considerado uno
de los fundadores de la sociología occidental, desplegó su enfoque influido
por las ciencias naturales occidentales del siglo XVIII. La tercera parte de
El espíritu de las leyes, obra escrita en 1748, comienza con un capítulo ti-
tulado «De las leyes en relación con la naturaleza del clima». En lo que toca
a esta variable, Montesquieu utiliza esquemas bipolares de oposición como
frío-calor. Explica la reacción humana frente a lo que considera el efecto
directo del clima “en términos de contracción y expansión de las fibras ner-
viosas. […] Así los habitantes de climas cálidos y meridionales, cuyos ner-
vios están dilatados, son sensibles, perezosos y tímidos, y los que viven en
el septentrión frío son duros, valientes y trabajadores” (Giner Sanjulián,
2002: 310). En esa obra, Montesquieu enumera las causas materiales de la
sociedad y la cultura, que en su mayoría guardan relación, como hemos
apuntado, con las condiciones climáticas (Harris, 2002: 18). Durante la
Ilustración se pusieron en movimiento este tipo de corrientes sobre la cau-
sación material y geográfica que, si bien habían sido formuladas mucho an-
tes, ejercieron su influencia en este período a través del filósofo político
francés del siglo XVI Jean Bodin, quien “Partiendo de la teoría de que en
los hombres del norte el fluido vital dominante era la flema y en cambio en
los del sur era la bilis negra, […] trató de explicar por qué los pueblos sep-
tentrionales eran fieles, leales al gobierno, crueles y sexualmente poco apa-
sionados, mientras que los meridionales eran maliciosos y astutos,
discretos y peritos en la ciencia, pero mal adaptados a las actividades polí-
ticas” (ibíd.: 36; otra de sus fuentes intelectuales fue John Arbuthnot, quien
había escrito en un ensayo de 1733 que los pueblos del norte tienen idiomas
con muchas consonantes para no dejar entrar el aire frío, mientras que los
tropicales usan más vocales al necesitar mayor ventilación). Sin embargo,
la elaboración más sistemática del determinismo geográfico en toda la Ilus-
tración fue la llevada a cabo por Montesquieu, según cuyas especulaciones
“Los pueblos del norte tienden a ser valientes, vigorosos, insensibles al do-
lor, poco inclinados a la sexualidad, inteligentes y borrachos; los pueblos
del sur son lo contrario”, amén de que “Como en los países cálidos las mu-
jeres maduran pronto, suelen ser mucho más jóvenes que sus maridos y,
por consiguiente, menos discretas; esto hace que su status sea más bajo, lo

— 93 —
que, unido a la preponderancia de los nacimientos de hembras y a la rela-
jación del clima tropical, estimula el desarrollo de la poliginia” (p. 37; cur-
siva nuestra). El barón estaba intrigado por los libros de viajes del siglo
XVII que trataban de los aborígenes de las Américas y África o civilizaciones
exóticas de Asia (recuérdese las similitudes trazadas por Ortega y Gasset
entre Andalucía y China) escritos por viajeros como Jean Chardin (comer-
ciante de diamantes), quien había subrayado los efectos del clima, y de
quien tomó la mayor parte de la información que utilizó en otra de sus
obras, las Cartas persas, aunque no puede suponerse que aspectos de sus
teorizaciones como su conocida clasificación de las formas de gobierno (que
serían uno de los aspectos influidos por el clima) fueran en ningún sentido
producto de la observación o comparación (Sabine, 1975: 424-425). Nótese
que tales escritos de viajes hay que enmarcarlos en el contexto del desarro-
llo del colonialismo protagonizado por las potencias emergentes de Europa
occidental, lo que presupone una visión colonial en los retratos que en ellos
se contiene de otras culturas y civilizaciones. No cabe pensar que tales des-
cripciones, siempre fabricadas con embalajes cientifistas, estuvieran exen-
tas de sesgos eurocéntricos, del mismo modo que el texto filológico de
Llorente Maldonado de Guevara al que hacíamos referencia se encuentra
imbuido de una inferiorización del pueblo colonizado, Andalucía, por parte
del colonizador, Castilla (origen de su heredero, España). Fanon (2016: 93
y ss.), por ejemplo, detalla cómo el psicoanalista Octave Mannoni, que pasó
más de veinte años en Madagascar, defendía en su obra de 1956 Próspero
y Calibán: la psicología de la colonización la preexistencia de un complejo
de inferioridad malgache desde antes de que se produjera la colonización
francesa, mediante aserciones como estas: “No todos los pueblos son aptos
para ser colonizados, sólo aquellos que poseen esa necesidad”, “Casi en to-
das partes donde los europeos han fundado colonias del tipo de las que ac-
tualmente «se cuestionan» se puede decir que se les esperaba e incluso se
les deseaba en el inconsciente de sus súbditos” (cit. en ibíd.: 102). Frente a
esta creencia, por supuesto, Fanon aclara que “Si […] muchos europeos se
van a las colonias porque allí es posible enriquecerse en poco tiempo y [...],
excepto en contadas excepciones, el colonialista es un comerciante o, mejor
dicho, un traficante, habremos captado la psicología del hombre que pro-
voca en el autóctono «el sentimiento de inferioridad». En cuanto al «com-
plejo de dependencia» malgache, […] procede, también él, de la llegada a la
isla de colonizadores blancos” (ibíd.: 109). En efecto, “Para Fanon, todas las
formas de explotación se parecen unas a otras en su pretensión de buscar
las formas de su necesidad en algún edicto bíblico, esencializando y misti-
ficando los problemas sociales como si fueran características ancestrales in-
trínsecas a los individuos y sus culturas” (Grosfoguel, 2016: 264).

— 94 —
En la base del discurso imperial que favorecería la ascensión de lo que se ha
venido en llamar Occidente se encuentra un racismo implícito que, como
efecto paradójico de la Ilustración, vino a establecer un ranking de los dis-
tintos pueblos del mundo que reinventó tanto la identidad europea como la
concepción del mundo atribuyendo a Europa la cualidad de única portadora
de la civilización y el progreso humano (Hobson, 2006: 294-297). La su-
puesta relación entre clima, temperamento y grado de civilización, según la
cual los pueblos que viven en climas fríos y húmedos son laboriosos mien-
tras que los que habitan en ambientes áridos o tropicales se caracterizan
por ser flemáticos y vagos, fue uno de los ingredientes conceptuales de di-
cho discurso, el cual, como señalábamos más arriba, cuenta entre sus difu-
sores con Montesquieu o Jean Bodin, de manera que a partir de 1780 la
antigua imagen de China como país avanzado (cuna de inventos como la
brújula, la imprenta, la pólvora, la máquina de vapor y los principales avan-
ces conceptuales y tecnológicos en que se basó la revolución industrial bri-
tánica en general) dio paso a la de una zona estancada, dominada por un
temperamento melancólico; representación incómoda que, ciertamente, no
explicaba cómo el norte de China puede ser tan templado como Europa (op.
cit.: 308-309). No debe extrañarnos, pues, que la deyección pseudosocioló-
gica de Ortega y Gasset nos equipare a los chinos en varias ocasiones, como
hemos comprobado.
Pero por otro lado también encontramos en la concepción racista que nace
entre los siglos XVIII y XIX la teoría del Peter Pan de Oriente, “una imagen
romántica del Otro”, Oriente, como “un niño inocente que nunca sería ca-
paz de crecer por sí solo” e “imaginado como la antítesis inferior de Occi-
dente: imitativo, pasivo, supersticioso, vago, espontáneo, loco, emocional,
exótico, propenso a lo carnal, dependiente y, sobre todo, infantil”. Se trata
de un relato “idéntico al discurso patriarcal”, de modo que “podríamos sus-
tituir los términos Occidente y Oriente por «masculinidad» y «feminidad»
y acabaríamos encontrando exactamente las mismas oposiciones binarias”,
pues “era axiomático que sólo el Occidente paternal podía y debía emanci-
par o redimir al Oriente infantil, del mismo modo que el padre considera su
obligación educar a su hijo”, en tanto “la representación de Oriente como
mujer seductora y exótica constituyó otro incentivo más para que el Occi-
dente patriarcal lograra la conquista imperial, la penetración, el control y la
gratificación” (pp. 305-306). Recuérdese una vez más las referencias del fi-
lósofo castellano a la decepción del “hombre que llega del Norte” creyendo
que “este pueblo” andaluz “posee una gran vitalidad” pero que en cambio
contempla supuestamente el carácter “amanerado”, el “gesto frívolo, casi
femenil, del andaluz” “el gestecito del sevillano” (vid. supra).

— 95 —
Es necesario, por tanto, situar todos estos antecedentes en relación con las
maniobras de agentes orgánicos de la hegemonía como Narbona cuando
tratan de inducir a ese “descrédito de ciertas peculiaridades” del andaluz
calificándolos de “extrema relajación articulatoria que lleva a la deforma-
ción o eliminación de ciertos sonidos”. Por otra parte, Moreno Cabrera
(2011: 210-218) apunta, en relación con esas falsas explicaciones en torno a
la supuesta relajación, deformación o descuido de las/os hablantes, así
como respecto a las igualmente erróneas narrativas de la lengua oral como
derivación de la lengua escrita, que
<< La idea en la que se basan y justifican estos intentos consiste en pensar
que la lengua coloquial espontánea es una forma degenerada, imperfecta y
desviada de esa lengua estándar culta por razones prácticas como la pre-
mura de la comunicación diaria, el descuido que conlleva la rapidez e in-
mediatez de este tipo de comunicación –el más frecuente en la sociedad,
dicho sea de paso–, y por razones culturales como la falta de instrucción,
la ignorancia o, incluso, la falta de inteligencia o la desidia intelectual. […]
Estos puntos de vista son claramente absurdos, a pesar de ser los más am-
pliamente aceptados en la opinión pública e incluso por parte de muchos
estudiosos, escritores e intelectuales. […] el concepto de pereza, descuido,
incuria, apresuramiento o premura no desempeñan ninguna función fun-
damental en el funcionamiento real de las lenguas […]. por mucho que le
pueda sorprender al lector, […] la forma nólàndàoná [forma coloquial vul-
gar] es la forma primigenia, natural, de partida; […] y que no le han dado
nada [forma culta escrita] es una elaboración analítica de la primera en la
que se señala una serie de elementos morfológicos derivados de un análisis
gramatical previo, ajeno a la actuación lingüística natural de los hablantes
de una comunidad.
[...] Según este mito, los hablantes del castellano originariamente pronun-
ciaban de acuerdo con las normas ortográficas, de modo que, en una espe-
cie de época lingüística dorada, esos hablantes emitían expresiones como
no le han dado nada pronunciando distintivamente cada una de las uni-
dades lingüísticas de esta oración tal como se expresan mediante las con-
venciones ortográficas. Sin embargo, con el paso del tiempo fue
imponiéndose la desidia y pereza de los hablantes, que empezaron a muti-
lar y mezclar las palabras por motivo de la economía lingüística; a pesar
de ello, algunos hablantes, especialmente conscientes de este hecho, han
seguido manteniendo numantinamente la forma supuestamente origina-
ria de esa expresión en contra de esa tendencia natural a la relajación. Esa
estirpe de hablantes vigilantes es lo que se identifica en la actualidad como
hablantes cultos, depositarios de las esencias más prístinas de la lengua
castellana.
El mito […] no es más que una historia inventada que no refleja en modo
alguno el devenir real de las lenguas y que solo sirve para justificar y ejercer
determinada autoridad correctiva y, por tanto, para servir como instru-
mento de control y dominación cultural por parte de unos determinados
estamentos sociales.

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Es, además, bastante evidente que no tiene sentido pensar que la forma no
le han dado nada es la forma básica a partir de la cual se deriva
nólàndàoná por la acción de las prisas y la desidia, dado que […] cuando
el niño acude a la escuela tiene que aprender que no le han dado nada es
una variante de la forma que seguramente ha adquirido espontáneamente,
mucho más similar a nólàndàoná. Por otro lado, si examinamos la orto-
grafía infantil, podremos ver que se producen formas que están claramente
influidas por el habla espontánea, dentro de lo que se suele llamar orto-
grafía natural. […] al niño pequeño castellanohablante hay que adiestrarle
de forma intensa para enseñarle que no le han dado nada es la forma or-
tográfica de nólàndàoná o una forma intermedia similar […], que es la que
el niño ha aprendido en su entorno y usa habitualmente.
[…] si no lo vemos así, caeremos de forma irremediable en el mito de la
edad de oro ortográfica, en la que se supone que la ortografía reflejaba fi-
delísimamente el habla oral espontánea. Sin embargo, esto no es posible
en ningún caso, porque el habla oral espontánea se caracteriza por su va-
riabilidad y las formas ortográficas suelen ser fijas, una vez que están con-
sensuadas por las autoridades de la comunidad que las usa […]. >>

Observemos un mínimo ejemplo de cómo se reproducen estas fabulaciones


del mundo al revés (mito de la lengua perfecta y mito de la edad de oro
lingüística) cuando se difunde, en un artículo sobre la pedagogía de la en-
señanza de español para personas extranjeras, la idea invertida y trastocada
de que la lengua escrita es anterior a la oral, la cual no sería sino una 'ma-
nifestación' de la primera, entendida esta como 'esencia primigenia' con
múltiples variantes subordinadas a ella: aunque “En principio no queremos
que hablen como un/a sevillano/a” (no vayamos a contaminarnos, claro
está), enseñar “los aspectos fonéticos del habla andaluza cuando nuestra
clase de E/LE [español como lengua extranjera] se desarrolla en algún lugar
de la comunidad autónoma andaluza (en este caso en la ciudad de Sevilla)”,
en opinión de un profesor de la Universidad Pablo de Olavide, ayuda al
alumnado “a reflexionar sobre las diferentes maneras en que una lengua
estándar se manifiesta en el nivel fonético-fonológico en diferentes regiones
de una comunidad lingüística” (Mejías Borrero, 2009: 663).
El hecho de que el propio Antonio Narbona se comunique oralmente en un
castellano norteño impostado sistemáticamente (como puede comprobarse
en una entrevista televisiva realizada por la propia Universidad de Sevilla,
emitida por el canal El Correo de Andalucía TV y disponible en inter-
net[28]), salvo para cuando hace chascarrillos ocasionales denigrantes sobre
el andaluz (Porrah Blanko, 2014: 38), aparentando sorprenderse de que la
gente le reproche su rechazo al empleo de su lengua natural vernácula en
situaciones formales (Narbona Jiménez, 2008: 110), o de que Lola Pons
abogue, siguendo su estela en Canal Sur Radio, por desechar determinados

28 https://www.youtube.com/watch?v=EdAe1uWkfZs (7:39)

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rasgos fonéticos andaluces cuando se hace un “discurso público” o “impor-
tante”, según sus palabras (La hora de Andalucía, 2/VIII/2017[29], minuto
18:30), evidencia el poder simbólico fundamental derivado del dominio de
un lenguaje. Apliquemos la siguiente reflexión a partir de los escritos de
Frantz Fanon cambiando la palabra “negro” por “andaluz/a” y “blanco” o
“europeo” (con sus respectivos derivados) por “castellano” (Grosfoguel,
2016: 270-271, 279-280, 264-265):
<< El negro de las Antillas que quiere llegar a ser blanco será blanqueado
en proporción directa a obtener un mayor dominio del instrumento cultu-
ral que representa el lenguaje del colonizador. En un mundo occidentali-
zado y eurocentrado el axioma de la educación colonial es: «a mayor
educación, mayor el complejo de inferioridad» […] Todo pueblo racial-
mente colonizado, es decir, todo pueblo a quien en su alma se ha sembrado
un complejo de inferioridad por medio de la muerte y el sepultamiento de
su cultura local originaria, se encuentra cara a cara con el lenguaje imperial
de la nación civilizadora colonial. […] Pero para Fanon la estrategia de asi-
milarse por medio de la lengua […] no salva a nadie, es hacerse cómplice
de las premisas del pensamiento racista hegemónico. […]
Para retornar a lo psicopatológico, nos dice Fanon que el negro vive una
ambigüedad que es extraordinariamente neurótica. […] De ahí que el ne-
gro siempre esté en combate con su propia imagen. […] De ahí la costum-
bre martiniquense de decir que un hombre que no vale nada «tiene el alma
negra». […] El sentimiento de inferioridad es una característica antillana.
No es solamente éste o aquel antillano quien encarna esta formación neu-
rótica, sino todos los antillanos. La sociedad antillana es una sociedad neu-
rótica, una sociedad de «comparaciones». […] Es normal, por
consiguiente, que los antillanos sean antinegros, pues a través del incons-
ciente colectivo eurocentrado han tomado los arquetipos pertenecientes a
los europeos. De manera que […] no existe un «problema negro» sino que
lo que existe es el «problema del racismo». […]
Así que para el negro el «otro» es el blanco y el ser aceptado por el blanco
nunca ocurre con plenitud; de ahí su autorrechazo afectivo producido por
una neurosis de abandono. […] En el momento en que los negros aceptan
subjetivamente la jerarquía racial de los europeos, la solución que se deriva
es querer convertirse en blanco. >>

Precisamente, “Andalucía vive en ese trastorno neurótico permanente” de


“eterna contradicción”, que experimenta “Afirmando su españolidad desde

29http://www.google.com/url?q=http%3A%2F%2Fondemand.rtva.ondemand.flumo-

tion.com%2Frtva%2Fondemand%2Fmp3-web%2FChopper%2F83%2F83-la_hora_de_andalu-
cia-
20170802_0900_1000.mp3&sa=D&sntz=1&usg=AFQjCNErtRU-
GeC3j9BY4NQWzWkxUXZbu7w

— 98 —
el sincretismo civilizatorio que la rechaza” cuando “Contiene en sí misma a
la víctima y al verdugo” (Rodríguez Ramos, 2010: 62). Del mismo modo
podríamos en la siguiente anécdota contada por el propio Fanon (op. cit.:
51-52) cambiar los topónimos por cualquier punto de fuera de Andalucía,
“negro” o “martinicano” por “andaluz” y “erres” por “eses”:
<< El negro que entra en Francia reaccionará contra el mito del martini-
cano comeerres. Se apropiará de él y se confrontará verdaderamente con
él. Se aplicará no solamente a hacer rodar las erres, sino a rebozarlas. Es-
piará las más nimias reacciones de los demás, se escuchará hablar y, des-
confiando de la lengua, ese órgano desgraciadamente perezoso, se
encerrará en su habitación y leerá durante horas, esforzándose en hacerse
dicción. Hace poco un compañero nos contaba la siguiente historia. Un
martinicano llegado a Le Havre entra en un café. Con un perfecto apomo,
suelta: «¡Camarrrero! Una jaájada de ceveza». Presenciamos aquí una ver-
dadera intoxicación. Preocupado por no responder a la imagen del negro
comeerres, había reunido una buena cantidad, pero no supo dosificar su
esfuerzo. >>

Tales escenarios sirven a Bourdieu para establecer, respecto a “esta violen-


cia tan invisible como silenciosa”, que “donde mejor se manifiesta es en las
correcciones puntuales o constantes que los dominados, en un esfuerzo de-
sesperado de corrección, llevan a cabo, consciente o inconscientemente, so-
bre los aspectos estigmatizados de su pronunciación, de su léxico [...] y de
su sintaxis; o en la angustia que les hace «perder los nervios», incapacitán-
doles para «encontrar las palabras», como si de repente se encontraran des-
poseídos de la propia lengua” (op. cit.: 31-32). Pero, frente a estas presiones,
“para Fanon hay otras soluciones a este asunto e implican la reestructura-
ción y transformación radical del mundo. […] El complejo de inferioridad
en los pueblos colonizados no es una característica intrínseca, esencialista,
ahistórica, interna a la cultura y la psiquis de los individuos de dichos pue-
blos que precede a las relaciones coloniales, como Fanon le critica a Man-
noni, sino que son el resultado de una relación histórica de dominación y
explotación capitalista-colonial” (Grosfoguel, op. cit.: 265).

4. Conclusiones

En suma, con estas reflexiones hemos pretendido mostrar cómo la subal-


ternización económica de Andalucía por parte de las instancias de dominio
lleva aparejada un relato que la inferioriza, en clave de racismo culturalista
o psicologista, cuando justifica su pobreza material basándose en una serie
de atributos entre los cuales destaca la pereza; una narrativa que, por otra
parte, se asienta en los orígenes de la modernidad/colonialidad y es bien
característica de la dinámica global Norte-Sur, tal como se ha aplicado en
otras épocas y zonas del mundo. En paralelo, este mismo discurso es arti-
culado en el terreno lingüístico a través de la estigmatización de la inmensa

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mayoría de modos de expresión oral que nos son propios, basándose en ar-
gumentaciones pseudocientíficas que denigran nuestra lengua natural a
partir de su disimilitud respecto a la norma por la que se ha configurado el
estándar de Estado; mecanismo que, de idéntica manera, cuenta con sus
respectivas manifestaciones en otros lugares y tiempos. Es hora de romper
el complejo de inferioridad inoculado por estas formas de violencia simbó-
lica y reivindicar nuestro patrimonio comunicativo frente a las censuras y
admoniciones de la policía lingüística estructurada en todas sus vertientes
institucionales, académicas y mediáticas.

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5. Referencias

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Este libro se terminó de elaborar en diciembre de 2019
en la ciudad de Sevilla, bajo los cuidados de
Francisco Anaya, director de Ediciones Egregius.

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