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Este documento describe una iniciación superior al ser crístico que involucra despertar centros elementales dentro de los cuatro cuerpos inferiores a través de la respiración equilibrada y afirmaciones para activar el vórtice éter/espíritu sobre la cabeza.

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Este documento describe una iniciación superior al ser crístico que involucra despertar centros elementales dentro de los cuatro cuerpos inferiores a través de la respiración equilibrada y afirmaciones para activar el vórtice éter/espíritu sobre la cabeza.

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La Iniciación Superior al Ser Crístico

La autora de la obra Iniciación Superior es Patricia Diana Cota-Robles, del «New Age Study of
Humanity's Purpose», de Tucson, Arizona, en Estados Unidos. Me siento dichosa por servir de ayuda a
muchas personas con esta iniciación que, sin duda alguna, hará cambiar su vida.

La Iniciación Superior se reveló a la humanidad como un regalo de gracia por parte del Amor Divino.
Esta Iniciación sirve para despertar las vértebras elementales (de los cinco elementos) que se hallan
dentro de nuestros cuatro cuerpos inferiores. Mientras llevamos a cabo esta Iniciación la vibración de
cada uno de estos cuatro cuerpos volverá a alzarse al cuerpo de luz de nuestro Santo Ser-Cristiano.
Las vértebras elementales se ocuparán más tarde de conseguir la perfección física ilimitada de nuestros
cuatro cuerpos inferiores, como ya estaba previsto con anterioridad.

Este santo saber lo podemos aceptar con total humildad por nuestra parte así como con respeto y estima.
Es importante tener en cuenta el hecho de que solamente lo debemos aplicar siguiendo al pie de la letra
las instrucciones. Sabiendo muy bien que la Ley del Círculo se cumplirá pronto y de manera justa, si
utilizamos esta verdad podremos alcanzar la autoglorificación y otorgar la eternidad a nuestro Ego. Antes
de comenzar con el proceso de iniciación deberíamos estar preparados para ser testigos de una serie de
cambios que acontecerán en nuestras vidas. La luz brillante de nuestra Presencia Divina revelará
claramente las ilusiones y los engaños a los que hemos sido sometidos por parte de nuestros sistemas
confusos de fe.

Hazte en todo caso a ti mismo las siguientes preguntas antes de empezar:


¿Estoy, preparado para abrirme a los niveles llameantes de la verdad iluminada?
¿Estoy, preparado para unirme Dios que palpita en mi corazón?
Estoy preparado para transformar mi vida y mi realidad fisica?

Si lo más interior de tu ser puede responder a todas estas preguntas con un rotundo Sí, ENTONCES Y
SóLO ENTONCES podrás comenzar la iniciación.

La Iniciación Superior

Todo cuanto existe en el Universo es una vibración del espectro de la Luz Viva. En realidad, la vibración
es la Ley del Universo y todo lo vivo respira y expresa la naturaleza esencial de esa vibración de manera
rítmica. Para que podamos acordarnos de la vibración y del ritmo que sigue el Universo es necesario
dominar la técnica de la respiración equilibrada. Nuestra capacidad para alcanzar la vibración de nuestra
Presencia Divina depende precisamente de esta respiración equilibrada (respiración regular).

Si ponemos nuestra capacidad de juicio en manos de la energía Prana, también llamada Aliento del
Espíritu Santo, entonces seremos conscientes de la existencia de esta Presencia que nos acompaña en todo
momento. Con cada respiración absorbemos la fuerza vital de la vida y hemos de darnos cuenta de que de
ella dependen tanto nuestra salud como nuestro goce de vivir. Dentro de nuestro cuerpo sutil existen
centros especializados que trabajan como campos de fuerza para atraer y emitir esta Santa Esencia. Estos
centros parecen vórtices agitados de luz concentrada y están separados de nuestro sistema de chakras.
Tienen una vibración más elevada que nuestros cuatro cuerpos inferiores (es decir, cuerpo físico, etérico,
emocional y mental) y hacen referencia a los cinco elementos: Éter (Espíritu), Aire, Fuego, Agua y
Tierra. Hasta que tuvo lugar la transformación en el transcurso de la Convergencia Armónica los centros
solamente funcionaban en la cuarta dimensión. A nivel físico parecía que estuvieran durmiendo. Por la
aceleración de la vibración que se originó en el planeta el día 17 de agosto de 1987 conseguimos
acercarnos más a la cuarta dimensión. No sólo pudimos estar en equilibrio con la Columna Vertebral
Solar, con nuestra Presencia «Yo Soy» así como con los doce aspectos de la divinidad, sino que también
se despertaron las cinco esferas de la energía elemental en nuestros cuatro cuerpos inferiores, los que
llamean en nuestra Presencia Divina. Estas cinco esferas elementales atraen sin cesar la energía espiritual
de las octavas de la perfección que ahora ha sido liberada de la sustancia elemental de nuestros cuatro
cuerpos inferiores.

Cada centro representa la fuerza del Santo Fuego, el Aliento del Espíritu Santo. Si estos centros son
activados por la Iniciación Superior experimentaremos una gran transformación a nivel atómico y celular
en nuestros cuerpos fisicos, etéricos, mentales y emocionales. Las cinco esferas elementales son campos
de fuerza que reciben las energías del Espíritu Santo a través del Santo Aliento. Se trata de una fuerza
energética Femenina que ahora se activa con más fuerza que nunca para acelerar la naturaleza del Rayo
Femenino del equilibrio y de la armonía en su camino hacia todo cuanto está vivo.
La Iniciación Superior es un método por el cual los centros elementales se despiertan conscientemente a
su mayor actividad, de acuerdo con el Plan Divino que sigue cada uno. Es muy importante que este
proceso se haga de manera lenta pues no es otra cosa que la Iniciación a la realidad de nuestro verdadero
Ser. Esta Iniciación no se puede conseguir con la mente. Sólo puede conseguirse practicando
constantemente el Estar siempre en la presencia de Dios.

Por fin se desveló la incógnita. Si abrimos nuestro corazón, por la invocación de la luz y con nuestro
respeto a todo lo vivo, nos convertiremos en la Luz de Dios en la Tierra y en testigos del mensaje de
Cristo. La transformación tiene lugar a un nivel atómico-celular. Como consecuencia, al consistir la forma
manifestada de cinco elementos, experimentaremos con la energía de la Iniciación Superior del Ser-
Cristiano.

Gracias a esta Iniciación Superior cada uno de nosotros vencerá por fin a la materia y entonces nuestros
cuerpos, como expresión de la Tierra, se convertirán en luz. Vamos a manifestar el Ser-Cristiano y la vida
celeste de la belleza y la armonía en cada faceta de nuestra vida. Vamos a afirmar por el saber que va más
allá de la comprensión de nuestro juicio consciente:

«Yo Soy» un Sol / Hijo... Mi Amor es Luz.


«Yo Soy» una Fuerza de Dios que se mueve en este planeta.
«Yo Soy» Uno con toda la Luz, la gran Consciencia Universal.
«Yo Soy el Yo Soy.»

Primer paso de la Iniciación Superior: la respiración equilibrada

La Triple Llama que palpita en cada corazón humano refleja la Triple Actividad de Dios, la Santa
Trinidad. La humanidad, mediante esta llama, expresa la perfección de Dios en el mundo de la forma.

Inicio del Ejercicio:

Siéntate con la espalda completamente recta y relaja tu cuerpo todo lo posible. Debemos concentrarnos en
nuestra respiración y comprobar mentalmente lo que dura el inspirar y el espirar. Hemos de adaptar la
duración de la inspiración a la de la espiración, y conseguir que las dos fases se realicen en el mismo
tiempo exactamente. Cuando por fin consigamos esta respiración equilibrada, experimentaremos en
nuestro interior lo que significa vivir en armonía con el Universo. Tras unos minutos de poner en práctica
esta respiración equilibrada sentiremos cómo la fuerza vital que se halla en el interior de nuestro cuerpo
crece y se extiende. Habremos alcanzado la energía Prana o el Aliento del Espíritu Santo. Este Santo
Aliento es la esencia vital conservadora de vida que penetra en todo lo vivo y que lo conserva. No
deberíamos ejercer un control consciente de la respiración sino practicar de manera relajada la técnica de
la respiración equilibrada hasta tener una percepción clara de la misma. Al hacer esto nos daremos cuenta
de cómo la respiración es un proceso vital para la vida; lo que hace mantenernos vivos.
Sólo cuando hayamos sentido la vitalidad del Santo Aliento gracias al ejercicio de la respiración
equilibrada será cuando podremos continuar con el segundo paso.
Segundo paso de la Iniciación Superior. el vórtice éter/espíritu.

Ahora ya hemos conseguido crear un campo de fuerza que nos proteja y estamos en paz con los demás y
con nosotros mismos. Estamos centrados en lo que hacemos. Somos Uno con todo lo vivo.
En esta armonía sentimos cómo la fuerza vital del Espíritu Santo corre por todo nuestro Ser. Esta esencia
hace que pasemos a un eslabón más elevado de la consciencia.
Ahora concentramos toda nuestra consciencia en la Triple Llama que hay dentro de nuestro corazón y que
es el verdadero centro de nuestro Ser. Nuestros sentidos se dirigen al interior y con cada respiración
penetramos más profundamente en la divinidad que llevamos dentro de nosotros.
Cuando nos sentimos absolutamente centrados en nuestra propia divinidad dirigimos nuestra atención
lentamente hacia arriba, a unos 30 centímetros por en cima de nuestra cabeza. Allí percibimos un punto
de luz de color blanco, de tonos brillantes, relucientes. Con toda la fuerza de lo divino tenemos que repetir
la siguiente afirmación al centro de este punto de luz:

«YO SOY EL YO SOY.»

Con cada inspiración que realizamos confirmamos al vórtice Éter/Espíritu encima de nuestra cabeza que
«Yo Soy el Yo Soy». Con cada espiración nos imagina mos cómo este punto central de luz se despierta
para convertirse en un sol brillante y llameante. Se agranda y se fortalece en su intensidad hasta llegar a
ser un vórtice de luz que circula y palpita.
En completo silencio tenemos que pronunciar esta afirmación (confirmación) al vórtice del Éter.
Sentimos cómo la energía espiritual que se está despertando co mienza a relucir en nuestra consciencia y
penetra en todo nuestro Ser con fuerza vital pura. Esta experiencia es fuerte e intensa. Realmente,
despertamos dentro de nosotros, en el centro de la inteligencia espiritual pura. Cada célula y cada átomo
de nuestro cuerpo se deja influir y responde a esta afirmación. En esta consciencia elevada se transforma
nuestra manera de ver la realidad y nos quitamos de encima las fijaciones del mundo de la ilusión. Poco a
poco percibimos la perfección de la Voluntad de Dios a través del caos.

Durante este tiempo en que el vórtice Éter/Espíritu se despierta reconocemos que estamos activando una
parte de nosotros mismos que hasta ese momento ha bía permanecido dormida. Este proceso tiene efectos
inmediatos y así es cómo notamos que una ola de luz fluye a nuestra consciencia apoderándose de
nosotros.

Para activar completamente este centro es necesario realizar este ejercicio 15 minutos diarios durante 7
días. Es muy importante que despertemos por completo este centro. El Plan Divino fijado para toda la
creación desea que la perfección de la Imagen Inmaculada se refleje en el nivel flsico de la materia.
Mediante este proceso tendrá lugar la Resurrección de la materia en la matriz divina.

EL CUERPO DE LUZ-ÉTER-ESPÍRITU
Por el ejercicio anterior hemos conseguido activar el cuerpo de luz espiritual. Si aplicamos y nos dejamos
influenciar por las siguientes líneas de orientación conseguiremos cumplir con la Iniciación Superior.

Líneas de orientación para mi perfección:

1. «Yo Soy» la renovación de mi juicio.

2. «Yo Soy» el punto de vista más amplio que tengo sobre mí mismo para verme igual que Dios, es decir,
rebosante de salud y lleno de alegría y de paz.

3. «Yo Soy» perfecto, entero y completo.

4. «Yo Soy». Cada dia medito sobre la imagen divina original.

5. Cumplo mis deberes con una consciencia más elevada de salud y bienestar.

6. Vivo la verdad de la salud.

7. «Yo Soy» la nueva programación de mi consciencia a nivel mental. «Yo Soy». Fortalezco mi salud en
el mundo de la forma.

8. Mis pensamientos y acciones son armónicos y equilibrados.

9. Como de manera correcta y hago ejercicio diariamente. Afirmo tener una salud perfecta, sabiendo que
la salud de mi cuerpo refleja mi es píritu. Mi cuerpo es la imagen fisica de mi ambiente espiritual.

10. «Yo Soy» consciente de la correlación de mi juicio, de mi cuerpo y de mi espíritu, que crean dentro de
mí la sensación de bienestar.

11. Mi Presencia Divina sólo percibe la perfección que hay dentro de mí. Se trata de la voluntad de Dios
como expresión individual.

12. «Yo Soy» y veo mis cuatro cuerpos inferiores: el cuerpo fisico, etérico, mental y emocional de
la misma manera como los ve Dios, es decir, perfectos y elevados en mi cuerpo de luz Mi vida es la vida
de Dios y la vida de Dios es perfecta.

Tercer paso hacia la Iniciación Superior: el Vórtice de Aire.


Tras haber activado el Vórtice Éter/Espíritu, en los siete días siguientes (al menos 15 minutos cada día)
podemos seguir con el próximo paso. La Iniciación Superior siempre acontece de manera ordenada. Eso
significa que el tercer paso comienza con la repetición de los pasos primero y segundo durante algunos
minutos. Cuando hemos afirmado al Vórtice Eter/Espíritu en silencio «Yo Soy el Yo Soy» durante unos
minutos, visualizaremos un pilar de luz pura, blanca y brillante que fluye por encima de nuestra cabeza
hasta llegar a un punto de luz que se encuentra en el centro del cuello. Sentiremos cómo esa corriente de
luz va extendiendo el punto de luz hacia un sol reluciente y en órbita. Ahora, con toda la fuerza de nuestra
divinidad, hacemos la siguiente afirmación en silencio y dirigiéndonos al Vórtice de Aire que se despierta
en nuestro cuello:

«YO SOY EL ALIENTO DEL ESPÍRITU SANTO»

Con cada inspiración proclamamos la afirmación al Vórtice de Aire y en cada espiración despertamos esta
esfera dormida y la convertimos en un sol brillante.
Este centro también tiene que activarse durante siete días seguidos al menos 15 minutos cada día. Nos
dirigimos a una consciencia más elevada y nuestra capacidad para expresarnos mejor y con más claridad
mejora en consecuencia. Descubrimos nuevos caminos de comunicación y somos capaces de prescindir
de palabras inoportunas del pasado. Nuestro antiguo sistema de creencias y de fe que ya no puede
asentarse en nuestro estado de crecimiento actual llegará a nuestra consciencia de manera que
encontraremos la oportunidad de soltarlo y sustituirlo por los reconocimientos nuevamente descubiertos.

EL CUERPO ETÉRICO-AIRE

Gracias a la activación del Vórtice de Aire nuestros cuerpos etéricos se elevan a nuestro cuerpo de luz. Si
recibimos las siguientes líneas de orientación y las aplicamos se cumplirá este paso de la Iniciación
Superior.

La limpieza de mi pasado y de mis recuerdos pasados:

1. «Yo Soy» la limpieza de mi subconsciente. Cada experiencia del pasado (causa, núcleo, efecto y
recuerdo) se convierte en luz.

2. Mi cuerpo etérico es espiritualmente Iimpio. «Yo Soy» libre en el mundo de las ilusiones.

3. «Yo Soy». Llego a las octavas de la verdad e inspiro el Santo Aliento de Dios.

4. Invoco a la luz de la claridad, le pido que brille en mi pasado y que se eleve a la luz de la comprensión.

5. «Yo Soy». Desarrollo las características de la expresión divina, de la percepción y de la diferenciación.

6. «Yo Soy». Me muevo por la verdad para diferenciar desde el mundo de las ilusiones la luz de la
realidad.

7. «Yo Soy» equilibrado.

8. «Yo Soy». Acepto mi verdadera realidad divina.

9. «Yo Soy» un foco de pensamientos relucientes, positivos, llenos de suavidad y de compasión.

10. Mi vida es una manifestación de mis pensa mientos pasados. «Yo Soy». Cambio mis pensamientos
para estar Uno con la voluntad de Dios. Por lo tanto, cambio mi vida completamente.
Cuarto paso hacía la Iniciación Superior: el Vórtíce de Fuego.

Una vez que se ha activado el Vórtice de Aire durante siete días seguidos al menos durante 15 minutos al
día estaremos preparados para comenzar el siguiente paso.
Empezaremos con la repetición de los pasos primero, segundo y tercero durante algunos minutos. Cuando
la energía espiritual concentrada en el cuello llegue a su intensidad absoluta visualizaremos un pilar de
luz pura, blanca, que desciende hasta un punto de luz situado en el esternón, en medio del tórax. El
Vórtice de Fuego se activa, empieza a rotar y se extiende como un sol brillante. Con toda la fuerza de
nuestra divinidad debemos entonar en silencio la afirmación al Vórtice de Fuego:

“YO SOY EL ALIENTO DE FUEGO DEL TODOPODEROSO”

Con cada inspiración entonamos de nuevo la afirmación al Vórtice de Fuego y con cada espiración
visualizamos cómo la esfera despierta cual si fuera un sol brillante.
Mientras que se extiende esta esfera, sentimos un creciente calor ardiente que va apoderándose de
nosotros. La vibración del amor llega hasta nuestros corazo nes y nos sentimos más completos, centrados
y sanos que nunca. La Llama Divina es un regalo maravilloso que nos ha hecho la Presencia Divina. Al
activar el Vórtice de Fuego nos hacemos conscientes de la manera cómo usamos nuestras energías vitales
cada día.

Reconocemos que nuestras energías pueden desaparecer y gracias a esta observación podemos tratar
nuestra energía vital de la mejor manera para que todo en nuestro interior sea positivo. Pero ese
crecimiento positivo también va a requerir de nuestro propio esfuerzo y de una voluntad tenaz para
cambiar las cosas. La consciencia siempre dicta la responsabilidad de actuar conforme al saber ganado.

EL CUERPO MENTAL-FUEGO

Por la activación del Vórtice de Fuego nuestros cuerpos mentales ascienden hasta llegar a nuestros
cuerpos de luz. Si contemplamos estas líneas de orientación y las aplicamos se cumplirá el cuarto paso de
la Iniciación Superior.

«Yo Soy» Uno con el espíritu de Dios

1. Gracias a la iniciación del Santo Fuego reconozco que el Amor es la causa de todo cuanto está vivo.

2. La iniciación del Santo Fuego descubre mi Presencia Divina «Yo Soy».


3. Por muy fantástico que pueda ser el carácter mental y emocional, para su cumplimiento ha de reflejar
necesariamente el Amor de Dios.

4. La iniciación del Santo Fuego trae como consecuencia calor, luz y belleza a la vida, inundando toda
nuestra existencia.

5. En la cuarta dimensión el Santo Fuego crea y da vida.

6. La iniciación del Santo Fuego abre la puerta a la divinidad.

7. Fe, Esperanza y Amor gobiernan mis pensamientos. La Fe es el saber interior que se acciona para
conseguir mi máximo bienestar. La Esperanza es mi confianza en la sabiduría de Dios que sigue
creciendo constantemente. El Amor ilumina mi corazón.

8. Gracias a la iniciación del Santo Fuego tengo la fuerza suficiente para iluminar el mundo.

9. La vida y el Amor de Dios son mi verdadera realidad.

10. El Espíritu de Dios inunda mi Ser y aumenta mi fuerza creativa.

11. El Amor transforma la vida. Elimina todo lo que no deseas que ocurra y eleva cada corriente vital a la
perfección de la Presencia Divina «Yo Soy».

Quinto paso de la Iniciación Superior: el Vórtice de Agua.

Después de haber activado el Vórtice de Fuego durante siete días seguidos al menos 15 minutos diarios,
estaremos preparados para continuar con el paso siguiente.
Empezaremos por repetir los pasos primero, segundo, tercero y cuarto durante algunos minutos. Cuando
el Vórtice de Fuego haya alcanzado la máxima extensión visualizaremos otro pilar de luz que está
formado por luz pura y blanca, hasta que consigamos llegar a un punto de luz situado en la base de
nuestra columna vertebral. Mientras que este pilar de luz penetra en este punto origen de luz, el Vórtice
de Agua se convertirá en un sol brillante. Con toda la fuerza de nuestra divinidad entonaremos en silencio
la afirmación siguiente de la esfera de Agua:

«YO SOY» LA ARMONÍA DE MI VERDADERO SER


Con cada inspiración entonamos la afirmación dirigida al Vórtice de Agua y con cada espiración
experimentamos que esta esfera se extiende hacia un sol brillante.

El Vórtice de Agua está relacionado con nuestro cuerpo emocional y a menudo es el centro más exigente
que se despierta a la Iniciación Superior. Las energías emocionales suprimidas salen a la superficie, donde
son transformadas en luz durante este paso hacia la Iniciación. Estos modelos son el resultado de nuestras
propias percepciones y de las programaciones deformadas en el pasado. Son los sentimientos y las
convicciones que nos han fijado en el pasado los que impiden que nos dirijamos hacia nuestro máximo
potencial.

EL CUERPO EMOCIONAL-AGUA

La activación del Vórtice de Agua hace elevar nuestros cuerpos emocionales a nuestros cuerpos de luz. Al
aplicar estas líneas de orientación se cumplirá el quinto paso de la Iniciación Superior.

1. Cállate y reconoce que «Yo Soy» Dios.

2. He transformado todas mis emociones en armonía al transmitir el mando a mi Presencia Divina.

3. «Yo Soy». Llevo mis sentimientos y emociones suavemente al jardín de la armonía y el equilibrio.

4. «Yo Soy». Aprovecho constantemente las características divinas de la percepción y la capacidad de


diferenciar que se me han otorgado.

5. Tengo mis emociones y las acepto con humildad y simplicidad.

6. «Yo Soy» y decido vivir la verdad desde la óptica de mi Ser interior más profundo.

7. Mis emociones son disciplinadas para poder estar completamente tranquilo y ser paciente.

8. «Yo Soy» y actúo siempre con tranquilidad para reflejar la visión y la voz de Dios.

9. «Yo Soy» siempre una expresión manifestada de la verdad espiritual y actúo en consecuencia.

10. Soy capaz de reconocer todos mis retos y responsabilidades para crecer y los experimento con alegría.

11. Reconozco el Amor, la Sabiduría y el Poder de Dios y, por lo tanto, experimento una vida espiritual
llena de luz y libertad y con unos objetivos plenamente divinos.

12. «Yo Soy» la consciencia iluminada de tranquilidad y paz.

13. Consagro todo mi Ser al saber de Dios y «Yo Soy» la tranquilidad necesaria para existir.

14. «Yo Soy» y limpio y aclaro mi cuerpo emocional con la Llama Violeta Transformadora del Amor.

15. «Yo Soy» y me concentro en la armonía y en el equilibrio que Dios me otorga dentro de mi Interior.

16. «Yo Soy» y me encuentro solo en la búsqueda de Dios.

Ejercicio para reconstruir el equilibrio

Mientras que la luz de Dios corre por todo mi Ser, ésta penetra al mismo tiempo en la sustancia
electrónica de nuestros cuatro cuerpos inferiores a nivel celular. Tiene la particularidad de empujar todas
las frecuencias inarmónicas hacia la superficie, donde se transforman a gran velocidad. Eso, muchas
veces, llega a causar malestar y un profundo desequilibrio en nuestras vidas. Tenemos que reconocer que
nunca recibiremos algo que no sabemos manejar. Por lo tanto, es importante para nosotros que no
interrumpamos este proceso.

A continuación viene un ejercicio que alivia el malestar y que nos ayudará a reconstruir el equilibrio
perdido mientras nos estamos purificando. No obstante, no hay que olvidar que cuando haya finalizado
este proceso nunca más seremos prisioneros de nuestro pasado doloroso. Seremos libres para atraer la
alegría inimaginable de la cuarta dimensión a nuestra vida. Entonces será cuando veremos cumplida la
Invocación: «Venga a nosotros Tu Reino. Hágase Tu Voluntad aquí en la Tierra como en el Cielo».

Comenzaremos el ejercicio sintiéndonos relajados, condición necesaria para tener éxito, y realizando una
respiración rítmica y equilibrada. Cuando sintamos una consciencia más elevada será cuando
visualizaremos una intensa Triple Llama dentro del Vórtice del Éter/Espíritu, justo encima de la cabeza.
Al espirar enviamos una corriente del Aliento de Fuego del Omnipotente en un arco, desde el Vórtice del
Éter/Espíritu que hay delante de nuestro cuerpo hasta el plexo-solar, justo encima del ombligo. Ése es
justamente el punto dentro de nuestro cuerpo donde sentimos el mayor cúmulo de energías emocionales y
con una mayor intensidad. Mientras inspiramos la corriente de luz, el Aliento del Fuego del Omnipotente
reluce a través de nuestros cuatro cuerpos inferiores donde recibe cada vibración inarmónica que hasta allí
llega. Más tarde, la llama sale de nuestra espalda y vuelve a crear un arco en dirección a la Triple Llama
que brilla en el Vórtice del Éter/Espíritu. Allí la vibración inarmónica se convierte automáticamente en
luz. Al espirar el Aliento de Fuego del Omnipotente vuelve a crearse un arco hacia nuestro plexo-solar. Al
inspirar, todas las vibraciones inarmónicas recibidas se dirigen a la Triple Llama para su transformación
inmediata dentro del Vórtice del Éter/Espíritu.

Se trata de un ejercicio que resulta muy fácil de realizar y que tiene unos resultados muy efectivos. De
beríamos seguir haciéndolo hasta que se haya disuelto todo el malestar que nos domina y hasta que
hayamos podido reconstruir el equilibrio perdido.

Quiero volver a insistir en el hecho de que es muy importante seguir las instrucciones que a continuación
se exponen para conseguir la Iniciación Superior exactamente de la manera que nosotros queremos. No
debemos mostrarnos impacientes pues hemos esperado desde hace siglos para experimentar estas
verdades y ahora ha llegado por fin el momento de obtener algún resultado. Hasta ahora estas verdades
habían permanecido escondidas para todos nosotros debido a que el Anfitrión Celeste opinaba que nuestra
consciencia no estaba lo suficientemente desarrollada como para manejarla de manera segura y correcta.

Es ahora cuando se nos han confiado estas Santas Verdades. Vamos a demostrar que se nos puede tener
absoluta confianza. En la disciplina está precisamente la llave para conseguir la Autosuficiencia.
El Vórtice de Agua debe activarse durante siete días seguidos, al menos 15 minutos diarios, antes de que
podamos proseguir con el siguiente paso de la Iniciación Superior: la activación del Vórtice de Tierra.
Sexto paso de la Iniciación Superior: el Vórtice de Tierra.

Si hemos repetido los pasos primero, segundo, tercero, cuarto y quinto de la Iniciación Superior durante
algunos minutos habremos notado cómo el Vórtice de Agua hace que descienda una corriente de luz pura
y blanca hasta llegar a un punto de luz que se encuentra entre nuestros pies. Es entonces cuando la luz
empieza a iluminar el Vórtice de Tierra al tiempo que se convierte en un sol brillante que no deja de girar.
En este punto de luz que se encuentra entre nuestros pies pronunciaremos en silencio y plenamente
conscientes de nuestra divinidad, la siguiente afirmación:

«YO SOY» EL MAESTRO DE MI REALIDAD FISICA

Al inspirar haremos esta afirmación y al espirar nos imaginaremos cómo el Vórtice de Tierra se extiende
en un sol brillante.

Cuando el Vórtice de Tierra se haya activado nos convertiremos completamente, desde la cabeza a los
pies, en un pilar de luz viva, brillante, en un camino puro, blanco y resplandeciente que nos guiará. En
este pilar de luz todos nuestros vórtices elementales se encuentran unidos.

El despertar del Vórtice de Tierra representa un gran alivio para cada uno de nosotros pues hace que nos
sintamos en un equilibrio absoluto. Las esferas esenciales de nuestra vida que se tocan durante la
activación de la esfera de tierra son nuestras propias realidades físicas y materiales. Todo nuestro mundo
físico ascenderá a la superficie hasta conseguir el equilibrio deseado. Se adquirirá consciencia de los
bienes materiales, de las fijaciones, del bienestar de nuestro cuerpo y de todos nuestros deseos materiales.
Gracias a la Iniciación de la Tierra aprendemos a aprovechar de forma fructífera y completa nuestras
capacidades creativas, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos para ser capaces de transmitir la
Voluntad Divina a la energía fisica (Materia) y conseguir la Perfección en la Tierra.

EL CUERPO FÍSICO-TIERRA
Al activar el Vórtice de Tierra se elevan nuestros cuerpos físicos a nuestros cuerpos de luz. El sexto paso
de la Iniciación Superior se cumple a través de la contemplación y de la aplicación de las siguientes líneas
de orientación:

1. «Yo Soy» consciente de que toda la energía procede de Dios. Todo lo que parece materia sólida en
realidad está cargado de Energía Divina y de Luz.

2. «Yo Soy» libre respecto de la materia pues reconozco que todo lo vivo es UNA vida y que
inmediatamente responde a las características del Amor Divino.
3. Mi cuerpo físico está sano y por mi invocación de la voluntad la protección divina está protegida.

4. «Yo Soy». Me dirijo al interior de la Llama Divina que se encuentra dentro de mi corazón. Gracias a
ello la estructura atómica de mi cuer po fsico se llena de luz a nivel atómico. Mi cuerpo se espiritualiza.
«Yo Soy» el habitante de un cuerpo formado por luz, sin apreciarlo del todo, aunque resulta ser una luz
todavía viva en la tierra física. «YO SOY» EN LA TIERRA, PERO NO SOY DE ELLA.

5. La Llama Divina de mi corazón evoca la vibración del Amor en cada electrón de mi Ser y despierta a
cada uno de ellos a la voz de mi Presencia Divina «Yo Soy».

6. Por la Iniciación de la Tierra «Yo Soy» me levanto a la consciencia pues el objetivo de mi existencia en
la Tierra es reconocer y ejercer mi poder gobernante sobre los cinco elementos y sobre toda materia fisica
del planeta, para convertirme así en maestro de mi realidad f sica.

7. Invoco el Rayo del Amor Divino en cada electrón de mi Ser y en cada electrón de la Tierra. Mi cuerpo,
mi consciencia y la de toda la humanidad aceptan ahora el plan divino original de la perfección que se
conocía desde siempre en la cuarta dimensión.

8. En cada electrón de todos los cuerpos humanos y del reino elemental siento la naturaleza cósmica del
Amor Divino. Es precisamente gracias a ese Amor Divino que todo lo que no es de luz se transforma en
Perfección Divina.

9. «Yo Soy» ahora la vista y el sentimiento de la claridad original cristalina de cada electrón de energía
vital que evoluciona en la Tierra. Dentro de esta claridad cristalina se halla la Imagen Inmaculada de toda
la materia fisica.

10. Dentro del equilibrio de las polaridades masculina y femenina de Dios se ha creado un aura de Amor
Divino en la Tierra, y en el corazón de cada hombre se evoca a Cristo.

11. ¡Humanidad! ¡Planeta Tierra! ¡Despierta! Sigue el verdadero camino hacia la cuarta dimensión del
Amor incondicional y Sé la perfección de tu verdadera realidad divina en la Tierra.

Para activar completamente el Vórtice de Tierra es imprescindible repetir el ejercicio durante siete días
seguidos, al menos 15 minutos diarios.

Séptimo paso de la Iniciacion Superior: dirigir la fuerza de luz

Ahora que hemos activado los cinco vórtices elementales en nuestros cuatro cuerpos inferiores y que
hemos creado un camino de luz brillante desde la cabeza a los pies en nuestro Ser es cuando estamos
preparados para aprovechar esta fuerza potente y dinámica y cuando podemos por fin acelerar la
evolución de nuestra consciencia y la de todo cuanto de vivo hay en la Tierra.

Ahora somos un cuerpo activado de luz y que se hace partícipe de la perfección de Dios, y al dirigir esta
energía de manera consciente podemos participar en la cura del espíritu, del cuerpo y de las emociones de
todo lo vivo que evoluciona en el planeta. La Iniciación Superior nos hace capaces de comprometer
nuestra fuerza por el bienestar de nuestro prójimo aquí en la Tierra.
Para conseguir esto tenemos que aprender cómo dirigir conscientemente la fuerza de luz. Para ello es
necesario que permanezcamos de pie y que repitamos los seis pasos anteriores a la Iniciación Superior.

Después de terminar con el ejercicio del Vórtice de Tierra sentimos cómo sube la energía desde el Vórtice
de Tierra por el camino de luz al Vórtice Éter/Espíritu encima de nuestra cabeza. Dentro del Vórtice Éter/
Espíritu vemos y sentimos la Triple Llama de Dios. A la derecha palpita la Llama Rosa del Amor Divino
que representa el aspecto femenino de Dios, el Espíritu Santo/Principio Madre Divina. En el lado
izquierdo palpita la Llama Azul de la Voluntad de Dios que representa el aspecto masculino de Dios, el
Padre. Desde el centro se levanta la Llama amarillo-dorada que representa el principio Hijo/Hija de Dios,
el Cristo, la sabiduría.

Ahora, cuando espiramos, sentimos la Llama Azul vibrante de la Voluntad de Dios que baja desde el
Vórtice Éter/Espíritu por encima de la cabeza y que llega a través del lado izquierdo de nuestro cuerpo, al
Vórtice de Tierra que se halla entre nuestros pies.
Al inspirar sentimos cómo la Llama Rosa cristalina del Amor Divino asciende desde el Vórtice de Tierra
hacia arriba. La Llama Rosa palpita en el lado derecho del Vórtice Éter/Espíritu.
Al espirar la Llama Azul correspondiente a la Voluntad de Dios baja or el lado izquierdo del cuerpo desde
el Vórtice de Eter/Espíritu hacia el Vórtice de Tierra. Debería continuarse con este ejercicio al menos
durante cinco minutos.

Luego, todavía de pie, dirigiremos nuestra atención a la Llama amarillo-dorada de la Sabiduría de Cristo
en el Vórtice de Éter/Espíritu. Al espirar, la Corriente Dorada de Luz se dirige conscientemente desde el
Vórtice de Éter/Espíritu en la parte delantera del cuerpo hacia abajo, en el Vórtice de Tierra que se
encuentra entre nuestros pies. Al inspirar atraeremos la luz dorada de Cristo en la parte trasera de nuestro
cuerpo desde el Vórtice de Tierra hacia arriba, donde se encuentra el Vórtice Éter/Espíritu que está
encima de nuestra cabeza. Cuando espiramos, la luz de Cristo se dirige hacia arriba alumbrándonos con
su claridad. Este proceso debe seguirse por lo menos durante cinco minutos.

Equilibrar las polaridades masculinas y


femeninas de Dios. Diregir la fuerza de luz Bañar el cuerpo en la Luz pura de Cristo
Octavo paso de la Iniciación Superior. dirigir el aspecto duodécuplo de la divinidad
desde la quinta dimensión.

Después de haber practicado el séptimo paso de la Iniciación Superior, Dirigir la fuerza de la luz (diez
minutos cada día durante siete días seguidos) estamos preparados para el octavo y último paso de la
Iniciación Superior.
A través de estos ejercicios atraemos a nuestro Ser y al ambiente de la Tierra la frecuencia de vibración
más elevada que el planeta ha experimentado nunca. Se trata de la frecuencia del aspecto duodécuplo de
Dios que procede del Espíritu Santo Cósmico de la quinta dimensión. Esta frecuencia se conoce como
Aliento de Fuego del Omnipotente.

Inicio del ejercicio

Debemos estar de pie y pasar rápidamente por los pasos primero al séptimo de la Iniciación Superior.
Vemos cómo un campo de fuerza de luz que tiene forma de espiral y que es ardiente con los rayos
multicolores de los aspectos duodécuplos de la divinidad, pasa desde el foco del Espíritu Santo Cósmico
de la quinta dimensión a nuestro Vórtice de Éter/Espíritu. Este pilar de luz que tiene forma de espiral se
fija muy bien en la Triple Llama de nuestro Vórtice de Éter/Espíritu.
Desde aquí, desde el Vórtice de Éter/Espíritu, proyectamos al espirar una cascada de los aspectos
duodécuplos de la divinidad, que brilla con los colores más llamativos que existen, y que lo hace en todas
direcciones, alrededor de cada electrón de nuestro cuerpo y hacia abajo, en el Vórtice de Tierra que se
encuentra entre nuestros pies.
Al inspirar, esta radiación duodécupla de luz sube por el centro de nuestro Ser y por los vórtices
elementales hasta llegar al Vórtice de Éter/Espíritu que se encuentra encima de nuestra cabeza.
Al espirar vuelve a brillar una cascada multicolor desde el Vórtice de Éter/Espíritu que pasa a través de
cada electrón de nuestro Ser, dirigiéndose al Vórtice de Tierra que se halla entre nuestros pies. Al inspirar
los atraemos a través del centro de nuestro cuerpo y van hacia arriba, al Vórtice de Éter/Espíritu. Esta
actividad debería practicarse al menos cada día durante cinco minutos.

Gracias a la práctica continua de la Iniciación Superior nuestro crecimiento se acelera. Si somos


disciplinados crearemos un medio por el cual nuestra consciencia trascenderá para siempre al mundo
físico de la forma y al círculo de la vida y de la muerte. Éste es el camino que nos conduce a la
Resurrección.
UNA CURACIÓN PLANETARIA

Sólo tenemos que extender nuestra consciencia y que uno de los objetivos que pretendamos cumplir sea
poder servir a los demás. Nuestro regalo como fruto de la Iniciación Superior puede ser precisamente
bendecir la Tierra y a todos los seres vivos que habitan en el planeta. Después de haber pasado por los
ocho pasos de la Iniciación Superior estaremos lo suficientemente preparados para hacer extensiva esta
bendición a un nivel global. Esto será posible si dirigimos conscientemente la luz mientras nuestro
corazón nos brinda la posibilidad de tener la voluntad necesaria para ello.

Debemos permanecer de pie y empezar con el primer paso de la Iniciación Superior. Pediremos a la
Presencia Divina que arde en nuestro corazón que extien da nuestro cuerpo de luz para recibir en nosotros
a todo el planeta Tierra. Permanecemos dentro de la Tierra. Nuestra columna vertebral está en un
equilibrio perfecto con el eje de este planeta bendecido. Proseguimos con los demás pasos de la Iniciación
Superior y pedimos a Dios y a los ejércitos celestes que nos apoyen con fuerza en nuestra actividad de la
luz. Les pedimos también que los centros elementales que activamos en nuestro Ser estén activados al
mismo tiempo dentro de todo cuanto esté vivo y de todo aquello que está evolucionando en el planeta
para seguir con el Plan Divino de cada ser vivo. Si cada día conseguimos despertar los centros dentro de
todo cuanto está vivo, percibiremos la transformación por parte de la consciencia general. La curación
planetaria se llevará a cabo a través de todo este proceso de transformación por el que tenemos que luchar
con todas nuestras fuerzas. Hemos de sentirnos orgullosos por la oportunidad que se nos brinda. ¡Qué
suerte tenemos de poder ayudar en este tiempo crítico para el planeta Tierra! Ha de ser un honor para
todos nosotros poder participar en la Victoria de Dios.

LA SALVACIóN DEL PLANETA ESTÁ CADA VEZ MÁS CERCA ¡Nuestra salvación está próxima,
es ahora! Está en el aire que respiramos cada día, en cada momento. Está en el Sol que nos alumbra
durante el día y en la Luna que nos acompaña por la noche. Se encuentra en nuestros pensamientos
conscientes y en todo el saber que encierra nuestro corazón. Nuestra curación está cada vez más próxima
y debemos recibirla con humildad y con un profundo agradecimiento. Con cada respiración que
realizamos notamos cómo nuestra curación está ahora más cerca de nosotros. Siempre está presente y está
al alcance de cualquiera. Se encuentra aquí y ahora, en el «Yo Soy». Nos pertenece por completo y nadie
nos la puede arrebatar. La podemos recibir en silencio. Nos trae paz, seguridad y bendición para todos. Su
fuente es Dios, la fuente que siempre está presente. La curación se manifiesta ahora y para siempre. Se
halla dentro de nosotros y nos acompaña a cada momento. Se encarga de bendecirnos y hemos de dar las
gracias por esa realidad que ya podemos palpar.

Por la luz omnipotente de Dios...


«Yo Soy» y me encuentro curado y sano.
«Yo Soy» la Paz Eterna.
«Yo Soy» el Cielo aquí en la Tierra.
«Yo Soy el Yo Soy»

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