CENDA Informe Macroeconomico 04

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04

DICIEMBRE 2007
NOTAS
DE LA
ECONOMÍA
ARGENTINA.

CENTRO DE ESTUDIOS PARA EL DESARROLLO ARGENTINO.


Índice.
En esta edición. 03
La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra”
del crecimiento argentino. 04
¿Y dónde está el piloto? El crecimiento de la industria sin política industrial. 13
El gasto público en la post-Convertibilidad: quiebres y continuidades. 21

Presentación.
Con este nuevo número de Notas de la economía argentina, desde el CENDA proseguimos con nuestro objetivo de contribuir
a la explicación de los fenómenos económicos más relevantes y polémicos de la coyuntura nacional. Esta cuarta edición
aparece en un momento de particular importancia para el debate político y económico: el cambio de gobierno. Es tiempo
por ello de balances y de nuevas definiciones que echen luz sobre las encrucijadas que se avecinan. En este contexto,
buscamos aportar algunos elementos indispensables para la construcción de un diagnóstico acerca de la situación eco-
nómica actual, de las perspectivas futuras y de los ineludibles dilemas que deberán resolverse de un modo u otro de aquí
en adelante: la distribución del ingreso examinada a través del movimiento de las ganancias, la naturaleza y forma de la
política industrial y, por último, la magnitud y composición del gasto público.

El primer artículo se refiere a la evolución de la rentabilidad empresaria en los últimos años. Los diversos diagnósticos
acerca de la fisonomía del crecimiento en la post-convertibilidad suelen dejar de lado un tema que resulta esencial: el
derrotero de las ganancias. Quedan así incompletos al pasar por alto un aspecto que –nadie lo duda- es indispensable
para explicar el desempeño de la actividad económica de un país. Es por ello que aquí, en cambio, avanzamos en un
análisis de la evolución de la rentabilidad empresaria desde 2002 hasta la actualidad y en comparación con la década
previa, tanto para el conjunto de la economía como para los diversos sectores productivos. El estudio permite comprender
en forma más acabada ciertos fenómenos que se presentan en la economía argentina. Ante todo, el trabajo entra de lleno
en una discusión que promete ser intensa en los próximos años: la relación entre salarios y ganancias.

En segundo lugar abordamos el estudio de las transformaciones que se han dado en la industria, y en particular, de las polí-
ticas adoptadas en materia industrial con el fin de evaluar su verdadero impacto sobre la estructura productiva. Después de
tres décadas de desindustrialización, la industria ha exhibido en la etapa actual un sostenido crecimiento de la producción,
que incluso alcanzó un ritmo mayor que el incremento récord del producto. Este extraordinario desempeño –posibilitado
ante todo por factores de carácter macroeconómico- contrasta sin embargo con el panorama de las políticas industriales
aplicadas. Su análisis muestra un conjunto insuficiente y en muchos casos inconexo de medidas, de lo que se desprende
la necesidad de llevar a cabo una reformulación de las políticas industriales a fin de profundizar y consolidar el proceso de
crecimiento del sector, y revertir definitivamente las casi tres décadas de reducción del aparato productivo del país. Se pre-
sentan en consecuencias algunos lineamientos que debieran guiar a una política industrial orientada en esa dirección.

Por último, se efectúa un estudio de los cambios y las continuidades en materia de gasto fiscal en la post-convertibilidad.
Se analiza pormenorizadamente la evolución de los diferentes rubros del gasto desde el año 2002, obteniendo un verdadero
mapa de la actividad del Estado. Contrariamente a lo que ciertos análisis sesgados pretenden mostrar, cuando se lo com-
para con los años noventa, se observa que, cualquiera sea el indicador que se use, el gasto fiscal es menor hoy que una
década atrás. Este panorama se opone a dos visiones muy difundidas: la que se escandaliza por el incremento del gasto,
por un lado, y la que enfatiza el papel interventor del gobierno, por el otro. Para que el Estado se convierta verdaderamente
en un factor clave del desarrollo social se requiere, sin ninguna duda, un sustancial aumento de las erogaciones, dejando
atrás los prejuicios ortodoxos sobre la prudencia fiscal.

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.02


En esta edición.
La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del crecimiento argentino

La presente edición de Notas ofrece análisis y reflexiones acerca de tres cuestiones clave para un diagnóstico de la situación
económica actual:

01| La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del crecimiento argentino.
En el centro del debate sobre la distribución del ingreso nacional se ubica la relación entre los salarios y las ganancias de las empresas. Si bien
los aumentos en las remuneraciones de los trabajadores son vistos con alarma por empresarios y analistas diversos, poco y nada se dice sobre las
ganancias empresariales. En forma innegable la devaluación generó niveles extraordinarios de rentabilidad en los sectores ligados a la exportación,
circunstancia que ha constituido quizás la principal explicación del espectacular crecimiento argentino de los últimos años. El presente artículo se
propone por un lado analizar la evolución de las ganancias en la post-convertibilidad a través de los distintos sectores económicos y por otro abrir
el debate sobre la controvertida relación de esta variable clave de la economía con el tipo de cambio, los salarios, la inversión y las posibilidades
de desarrollo para los próximos años. La evidencia enseña que el sector empresario –a pesar de la imagen que habitualmente proyecta- goza en la
actualidad de elevados niveles de ganancia, lo que habilita la posibilidad de mayor crecimiento de los salarios.

02| ¿Y dónde está el piloto? El crecimiento de la industria sin política industrial.


El fin del régimen de Convertibilidad y la adopción de un tipo de cambio competitivo significaron renovados aires para el aparato manufacturero. Tras
decenios de achicamiento, la industria experimentó un ciclo de crecimiento a tasas elevadas, que alcanzó a casi todas las actividades manufactu-
reras. No son pocos los especialistas que sostienen que para la continuidad de este sendero de crecimiento basta con la estabilidad de las señales
“macro” y en la existencia de un adecuado clima de inversión y de negocios. ¿Son realmente suficientes estas bases para continuar con este proceso y
revertir treinta años de achicamiento manufacturero? En la medida en que no se lleve a cabo un proceso de reformulación de las políticas industriales,
la respuesta pareciera ser negativa. En este artículo se analizan las políticas que afectaron a la industria durante los últimos cinco años y se proponen
una serie de lineamientos para fortalecer el desarrollo del aparato productivo argentino.

03| El gasto público en la post-convertibilidad: quiebres y continuidades.


Pese al notorio cambio en aspectos sustanciales del modo de funcionamiento de la economía argentina luego de la devaluación de 2002,
la estructura de gastos del Estado no experimentó grandes transformaciones en el período post-convertibilidad. La brusca contracción del
gasto fiscal en términos reales provocada por la devaluación de la moneda, y la exigua recuperación posterior tiene como consecuencia un
encorsetamiento de los gastos destinados a salud y educación, entre otros. Es en este contexto que se presenta cierto debate acerca del
mentado incremento del gasto fiscal y sus posibles consecuencias negativas. En este artículo se muestra, sin embargo, que la situación real
dista mucho de un supuesto desbocamiento del gasto. Por el contrario, los demasiado moderados cambios en el gasto, más allá de que el
sentido de los mismos parece el adecuado para las circunstancias de la economía argentina, actúan en detrimento del mayor protagonismo
que desde el plano discursivo el gobierno le atribuye al Estado en cuanto factor de desarrollo social.

Staff.
El Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (CENDA) es un centro de estudios económicos y sociales constituido por un grupo de jóvenes investigadores con
formación en economía política. El CENDA se propone contribuir al desarrollo de la sociedad argentina a través de la producción académica crítica e independiente,
integrando la discusión teórica con el análisis de la economía nacional.
Correo electrónico: cenda@cenda.org.ar
Dirección: Tucumán 1452, 1º piso Of. 2, Ciudad de Buenos Aires.
Consejo de redacción: Nicolás Arceo, Carlos Bianco, Nicolás Bonofiglio, Pablo Ceriani, Augusto Costa, Miguel Giudicatti, Mariana González, Axel Kicillof, Federico
Marongiu, Cecilia Nahón y Javier Rodríguez (coordinador).
ISSN 1850-4779

SITIO EN INTERNET: WWW.CENDA.ORG.AR

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.03


01 | La trayectoria
La trayectoria dede las ganancias
las ganancias después
después de la devaluación: la “caja negra”de la devaluación:
del crecimiento argentino

la “caja negra” del crecimiento argentino

El fuerte contraste en el desempeño de la economía nacional en A ello se agrega que se trata de un tema escasamente estudiado. No
el último quinquenio –pasó de la crisis más profunda a la expan- obstante, pese al silencio sepulcral que encubre los movimientos de
sión económica más potente de los últimos cien años- tuvo como esta variable -crucial tanto para comprender la actual etapa como
consecuencia modificaciones igualmente marcadas en las variables para el diseño de la política económica-, la aparición de elevadísi-
que establecen la distribución del ingreso: el salario, la ocupación mos niveles de rentabilidad como consecuencia de la devaluación en
y las ganancias. La devaluación del peso generó como efecto casi algunos sectores es un secreto a voces.
inmediato una caída de más de 25% del salario real, un nuevo pico
de la tasa de desocupación y una transferencia de ingresos desde el Dicho sintéticamente: la masa de ganancias empresariales se con-
trabajo al capital sin precedentes históricos recientes: la participa- virtió en una variable cuyos evidentes efectos sobre los precios, la
ción del excedente empresario en el PIB creció 10 puntos en tan sólo inversión y el crecimiento están por fuera del alcance de la contro-
un año (del 42% al 52%). Este nuevo salto en la regresividad de la versia pública. Así, mientras las variaciones salariales son someti-
distribución del ingreso en la Argentina fue seguido por un dinámico das a un puntilloso escrutinio, y son frecuentemente consideradas
crecimiento económico que dio fuerza a los trabajadores organiza- responsables de los más diversos males -entre los que se cuentan
dos para batallar por la recomposición de sus salarios y, con ellos, la inflación, el déficit público, la falta de competitividad y hasta el
de su participación en el ingreso nacional. Esta parte de la historia desempleo-, los cambios en las ganancias –por omisión- son casi
es conocida: las negociaciones salariales, su presunta repercusión siempre naturalizados. Más aún, cuando los empresarios y sus repre-
sobre los precios y las cuentas públicas, la fijación de los pisos y los sentantes –previsible y sensatamente- intentan proteger o buscan
techos “adecuados”, y las condiciones estipuladas por los conve- incluso incrementar su porción del pastel, consiguen siempre vestir
nios colectivos son elementos más que visibles en el debate público. sus reclamos con el manto del interés general. Tal es la asimetría de
Nadie se priva de participar en esta polémica: los especialistas, la la teoría económica ortodoxa: mientras los aumentos de los salarios
prensa, las organizaciones empresarias, los gremios, los políticos. beneficiarían a un sector particular (los trabajadores), los incremen-
tos de las ganancias, en contraste, traerían una prosperidad indis-
Sin embargo, el contraste es casi completo cuando la mirada se dirige criminada para el pueblo de la nación argentina.
hacia la contrapartida económica de la masa salarial: las ganancias
empresarias. A pesar del fuerte consenso teórico acerca de la vital El análisis riguroso de la economía argentina exige abandonar este
importancia que poseen las ganancias como factor del crecimiento intencionado sesgo para estudiar explícitamente la evolución de las
económico, en el debate público reina un manto de silencio acerca ganancias en la etapa reciente y discutir su papel en el desarro-
de su evolución. La asimetría salta a la vista: mientras se discute a llo económico. Exige, en fin, abrir la “caja negra” de las ganancias
viva voz si los aumentos salariales son “razonables” y se pide a los empresariales. Este es el propósito del presente artículo. Nos inte-
trabajadores que sean “moderados” en sus reclamos, nada se dice, resa analizar la evolución de la rentabilidad empresaria para el con-
nada se exige y nada se recomienda acerca de la evolución de las junto de la economía desde 2002 hasta la actualidad, realizar una
ganancias de los empresarios. La ausencia de estadísticas oficiales comparación con la década previa y, especialmente, mostrar cuál
que estimen directamente la rentabilidad es en parte responsable de ha sido la trayectoria de las ganancias obtenidas por los diferentes
esta invisibilidad: todos los meses las tapas de los diarios anuncian sectores productivos. Para ello, recurriremos a varias estimaciones
la magnitud de los incrementos salariales, pero nunca, ni mensual alternativas de rentabilidad que proporcionan elementos empíricos
ni anualmente se conoce directamente la marcha de la rentabilidad. suficientes para sustentar el análisis (ver recuadro metodológico).

1. Breve preámbulo teórico: salarios, ganancias y productividad

Desde el surgimiento mismo de la economía moderna se estableció “apropiada” por el empresario. En palabras de Smith en La Riqueza
un punto de acuerdo casi unánime con respecto a la importancia de las Naciones: “tan pronto como el capital se acumula en poder de
atribuida a las ganancias dentro del proceso productivo: para todas personas determinadas […] el producto íntegro del trabajo no siempre
siempr
las escuelas de pensamiento económico los beneficios empresaria- pertenece al trabajador; ha de compartirlo, en la mayor parte de los
les son considerados el verdadero motor de la actividad económica casos, con el propietario del capital que lo emplea” (2000: 48). En
en la sociedad capitalista. El empresario pone en marcha un deter- contraste, la escuela neoclásica -hoy dominante- afirma que tanto
minado negocio con el único propósito de obtener un retorno superior el trabajo como el capital son los que “crean” conjuntamente todo el
al monto invertido –de “maximizar” su ganancia-. Las decisiones producto y le proporcionan su valor. Así, el capital mismo es tomado
de inversión están gobernadas por las expectativas de conseguir como “productivo” y la ganancia no es más que un pago equivalente
una ganancia futura suficientemente atractiva. La tasa de ganancia al aporte del capital a la producción. En términos esquemáticos, son
es entonces el ratio entre las utilidades y el monto adelantado o éstas las dos grandes vertientes dentro de la teoría económica con
invertido en un determinado negocio o equipo de capital. El consenso respecto al origen de la ganancia.
existente se rompe, en cambio, a la hora de establecer cuál es el
origen de la ganancia que va a dar a las manos de los empresarios. Pese a los desacuerdos teóricos señalados, no hay economista que
La tradición clásica, representada por Adam Smith, David Ricardo y pueda negar lo siguiente: en una determinada circunstancia, cuando
Karl Marx sostenía –con mayor o menor consistencia- que el trabajo se toma como dada la cantidad total de producto obtenido, todo
es la única fuente genuina de riqueza y, por tanto, la ganancia no es aumento del salario real viene acompañado por una caída de las
más que una porción de esa riqueza creada por el trabajador que es ganancias, y viceversa. En efecto: si la cantidad producida por la

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La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del crecimiento argentino
economía se considera fija, para que crezca la porción del producto embargo, este presunto mundo feliz en el que todos ganan, tiene
que va a dar a manos de los trabajadores (masa salarial) debe límites muy estrictos. Indudablemente, un aumento conjunto de
siempre disminuir la proporción que reciben los empresarios (masa ganancias y salarios de este tipo no puede nunca verificarse en tér-
de ganancias). Esta es una verdad aritmética incontrovertible. A minos porcentuales, porque del 100% del producto, evidentemente,
esta contraposición suele llamársela “puja distributiva” y puede los puntos porcentuales que recibe un grupo deben por fuerza ser
compararse metafóricamente con la forma en que se reparte un iguales a los que pierde el otro. Y, por otra parte, tampoco es cierto
fondo (el producto) de tamaño fijo. Pero, ¿es cierto que los aumen- que el aumento de la masa salarial como resultado del crecimiento
tos salariales significan siempre caídas en las ganancias? No; ni del producto asegure mejores condiciones de vida para cada tra-
bien se abandona el supuesto según el cual la producción está bajador individual. Si aumenta la cantidad de empleados y la masa
fija, se comprende que cuando el producto aumenta pueden crecer de salarios en términos reales crece en la misma medida, el salario
simultáneamente la masa salarial y la masa de ganancias. Sin real de cada trabajador permanecerá intacto.

¿Cómo se estima la tasa de ganancia?


La estimación precisa de la tasa de ganancia de una economía nacional es sumamente compleja, sino directamente imposible. No se
trata solamente de una dificultad para nuestro país sino para todas las economías, debido a las limitaciones de la información de las
cuentas nacionales. No obstante esta falencia, sí existen una serie de indicadores que permiten, sino una estimación rigurosa de la
tasa de ganancia, una aproximación parcial a la evolución de la rentabilidad del sector privado.

En este informe, para aproximarnos a la tasa de rentabilidad privada nos basaremos especialmente en dos indicadores (Gráfico Nº 1):
el “margen por unidad de producto”, que es igual al ratio entre el excedente bruto de explotación y el valor agregado bruto, y el “costo
laboral por unidad de producto” (o costo laboral ajustado por productividad), que es su contrapartida.* Podemos observar que el com-
portamiento entre estas dos variables es simétricamente opuesto, lo cual refleja una vez más la relación antagónica entre salarios
y ganancias (para un nivel dado de producto). Es posible suponer una relación inversa entre el costo laboral por unidad de producto
y la tasa de rentabilidad, y una relación directa entre el margen por unidad de producto y la rentabilidad. A diferencia de la tasa de
ganancia, que vincula las utilidades con el volumen de capital comprometido en cada inversión (es decir, un flujo en relación con cierto
stock de capital), estos indicadores son dos medidas corrientes de la rentabilidad, ya que relacionan dos flujos correspondientes al
mismo período productivo.

Otra variable que es importante observar es la trayectoria de la masa de ganancias (y de la masa salarial) a lo largo del tiempo (Grá-
fico Nº 2), ya que puede suceder que aún con una menor tasa de rentabilidad la masa de ganancias crezca por impulso de la produc-
ción, lo que también implica un mayor excedente para los capitalistas y rentistas en su conjunto. Esta variable también es relevante
porque puede sugerir cómo se estaría moviendo la tasa de ganancia (es decir, la masa sobre el capital invertido), si tenemos alguna
hipótesis sobre la evolución del capital invertido en el total de la economía y en cada sector productivo.

Por último, otro indicador que utilizaremos para el examen de la industria manufacturera y de las grandes empresas de la economía
es un índice de rentabilidad calculado como el porcentaje del excedente de explotación bruto sobre el valor bruto de la producción. Se
trata de una aproximación adicional a la tasa de rentabilidad que se asemeja al ratio de las utilidades sobre las ventas.**
* El “costo laboral” surge de analizar el salario en términos de costo empresario y se estima a partir de deflactar la remuneración nominal promedio (más las con-
tribuciones patronales) por un índice de precios representativo de la producción del sector o del total del país. Este costo laboral en términos reales no coincide
necesariamente con el salario real percibido por el trabajador, o poder adquisitivo del salario, que resulta de deflactar la remuneración neta (de aportes patronales)
por un índice de precios representativo de su costo de vida. El “costo laboral por unidad de producto” o “costo laboral ajustado por productividad” surge de dividir
el costo laboral por un índice de productividad del sector o del total de la economía, de manera tal de conocer cuál fue el costo laboral asociado a la producción de
cada unidad del producto. Una alternativa algebraicamente equivalente de estimar esta variable es a través del ratio entre la masa salarial (salario nominal medio
por cantidad de ocupados u horas trabajadas) y el valor agregado (cantidad de productos producidos por precios del sector). En este trabajo, la estimación del costo
laboral por unidad de producto y del margen por unidad de producto para el total de la economía argentina se realizó sobre la base de las cuentas nacionales y, espe-
cíficamente, a partir de la información de la cuenta de generación del ingreso publicada recientemente por el INDEC para el período 1993-2006.

** En el caso de la industria, la evolución de ambas variables fue extraída de la Encuesta Anual Industrial (INDEC) para el período 1997-2001 y, para los años subsi-
guientes, fue proyectada en base a los datos de la Encuesta Mensual Industrial (INDEC) (para la estimación del valor bruto de la producción se tomó la estimación
del PIB a precios corrientes). No se cuentan con datos previos a 1997. Para las grandes firmas la información proviene de la Encuesta Nacional de Grandes Empresas
(ENGE) relevada por el INDEC para el período 1993-2005.

El llamado “estrangulamiento de ganancias” proviene precisamente de un su reducción podría, en cierto punto, detener el proceso de crecimiento y,
análisis como el anterior. Supongamos que el producto está fijo y que la aun antes, podría acabar con el incentivo para invertir debido a la falta de
masa salarial crece, o bien que el producto crece pero que la masa de garantías de rentabilidad. Aquí es donde hace su aparición la cuestión de
salarios se incrementa aun más. Evidentemente, las ganancias deberán la productividad: cuando además de aumentar el producto total se incre-
reducirse en términos relativos. El interrogante que se presenta enton- menta también el producto por trabajador (la productividad) entonces es
ces es el siguiente: si la economía está traccionada por las ganancias posible mejorar el salario real sin reducir la ganancia (aunque no aumente

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La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del crecimiento argentino
la participación de los asalariados en el producto). Por así decir, la torta es decir, deben reducirse tanto que la rentabilidad misma del capital esté en
crece sin que aumente el número de los comensales. Pero para que esto riesgo. No toda caída de las ganancias es un verdadero “estrangulamiento de
suceda el empresario debe encarar diversos proyectos de inversión com- ganancias”. El tránsito desde las superganancias a las ganancias normales no
prometiendo capital. Y la realización de inversiones tiene un costo y un representa una traba para la producción o para el desarrollo de la inversión. Es
riesgo que no siempre los empresarios están dispuestos a asumir. más, la relativa reversión del largo período de retroceso de la participación de
los trabajadores en el producto implica necesariamente una disminución de la
¿Cómo se consigue mejorar, pues, la participación de los trabajadores en el porción del producto que corresponde a las ganancias.
producto? Para que esto ocurra, el salario real debe crecer más que el aumento
de la productividad. Así, los trabajadores pasarían a adueñarse de algunos ¿Se está viviendo en la Argentina actual un proceso generalizado de “estran-
puntos adicionales de la riqueza generada anualmente, a expensas de la gulamiento” de ganancias? ¿Los salarios crecieron ya “demasiado”? Estas
masa de ganancias. No obstante, la caída en la participación de las ganancias son algunas de las preguntas que intentaremos responder en las próximas
en el ingreso no implica necesariamente un desaliento para el capital. Para páginas, por medio del análisis de la información disponible. Nos interesa
que se frene la inversión no basta con que las ganancias se reduzcan respecto especialmente comprender cómo evolucionó la relación entre los salarios y
de su nivel previo –que, por caso, podría ser especialmente elevado-, sino que las ganancias y cuál fue el papel de la devaluación y del crecimiento econó-
deben descender, de manera generalizada, por debajo de su nivel “normal”, mico posterior en el derrotero de esta relación antagónica.

2. Rentabilidad y costo laboral para el total de la economía: convertibilidad, devaluación y después

El estudio de la trayectoria seguida por las ganancias desde 1993 permite tores no transables por sobre los transables. La principal consecuencia
distinguir cuatro etapas definidas: por un lado, el auge y la decadencia de de este sesgo fue la consolidación del proceso de desindustrialización, el
la convertibilidad y, por el otro, los efectos inmediatos de la devaluación y alarmante aumento de la desocupación y, más en general, de la fragmen-
la consolidación del nuevo patrón de crecimiento. tación social en nuestro país. Pero nada dura para siempre (ni siquiera
un régimen macroeconómico mundialmente catalogado como “sólido”) y
La edad de oro de la convertibilidad conllevó un persistente crecimiento el celebrado régimen de convertibilidad comenzó a tener serios tropiezos
de la rentabilidad empresaria que se extendió hasta el año 1997 (Gráfico Nº 1). a partir del año 1998, en que el crecimiento se le hizo esquivo. La tasa de
El crecimiento de las ganancias en esta fase no esconde ningún misterio: rentabilidad ingresó entonces en una fase descendente, que se confirma
salarios reales decrecientes se conjugaron con un importante aumento de tanto por la trayectoria creciente del costo laboral como por la caída del
la productividad, motorizado por el aumento de la producción y la caída del margen por unidad de producto. Así y todo, la rentabilidad empresaria se
empleo. El propio esquema de precios relativos cristalizado por el régimen mantuvo por encima del nivel de principios de la década: basta observar
convertible promovió el reemplazo de fuerza de trabajo por tecnologías que el costo laboral en 2001 era un 6% menor al de 1993 y el margen unitario
capital intensivas -en aquellas empresas y sectores que sobrevivieron a era nada menos que un 24% mayor al de aquel año. La masa de ganancias
la apertura-, estableciendo un patrón productivo que jerarquizó los sec- recorrió una trayectoria similar entre 1993 y 2001 (Gráfico Nº2).

Gráfico Nº 1: Total de la economía: evolución de la productividad horaria, el costo laboral


por unidad de producto y el margen por unidad de producto, 1993-2007.
En porcentaje y números índice (base 1993 = 100)
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Fuente: elaboración propia en base a datos de EPH y Cuentas Nacionales (INDEC).

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La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del crecimiento argentino
El derrumbe de la convertibilidad transformó nuevamente el escenario. y representaba en 2002 tan sólo el 35% del PIB, el valor más reducido
La devaluación del peso generó una fortísima recomposición tanto de de la serie1. En el año 2003, el poder adquisitivo del salario volvió a caer
la tasa de rentabilidad como de la masa de ganancias para el total de y el costo laboral alcanzó su piso histórico, aun cuando aquel año la
la economía (Gráficos Nº 1 y 2). La evidencia empírica disponible con- productividad también se contrajo. El margen unitario conoció en 2003
firma este resultado de manera contundente. El costo laboral para la su nivel récord para los últimos quince años. La masa de ganancias
economía en su conjunto sufrió una contracción del 18% como resultado también creció, revirtiendo la tendencia descendente desde 1997. Las
del aumento de los precios y el consiguiente desplome de los salarios cifras son elocuentes: por obra y gracia de la devaluación y los aumen-
reales. La consecuencia fue una brutal transferencia de ingresos de los tos de precios reaparecieron –con un vigor multiplicado- las ganancias
trabajadores al capital. La masa salarial se contrajo un 33% en un año extraordinarias en la economía argentina.

Gráfico Nº 2: Total de la economía: evolución de la masa de ganancias (excedente bruto de explotación)


y la masa salarial (remuneración al trabajo asalariado) a precios constantes de 1993, 1993-2006.
En número índice (base 1993 = 100)

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Fuente: elaboración propia en base a datos de Cuentas Nacionales (INDEC) y Ministerio de Economía y Producción.

La economía no tardó en reaccionar frente a este nuevo esquema de aún, de la tasa de inversión, que también experimentó una tendencia
precios y rentabilidades relativas. La nueva paridad cambiaria implicó ascendente desde el primer trimestre de 2003.3 La consecuencia
un feroz abaratamiento de la fuerza de trabajo no sólo en moneda local de este proceso fue la gestación de un nuevo patrón de crecimiento
sino también en términos internacionales, especialmente vis-à-vis el económico especialmente trabajo-intensivo y sesgado hacia los
costo de los equipos de capital importados, que se multiplicó. Aunque sectores productivos. En efecto, los productores de bienes lideraron
el aumento del nivel de precios de más del 40% en 2002 y las sub- la expansión en desmedro de los servicios.4 El nivel de la tasa de
siguientes alzas -de alrededor del 10% anual-, limaron parcialmente interés de referencia fue crucial para impulsar este nuevo perfil de
el efecto inicial de la devaluación, el tipo de cambio real (multilateral) crecimiento: en un contexto de tasas sustancialmente más bajas
continuó en niveles sumamente elevados con respecto a los de diciem- que las de la década del noventa, la inversión se reorientó hacia el
bre de 2001.2 La atractiva tasa de rentabilidad y el menor costo relativo sector productivo, atraída por la extraordinaria rentabilidad relativa
de la fuerza de trabajo motorizaron el aumento de la producción y, más y los escasos frutos de las colocaciones financieras.5

1. Los porcentuales señalados corresponden a la participación del ingreso salarial en el PIB, estimados a partir de la información de la cuenta de generación del ingreso del INDEC. Otras
estimaciones previas habían obtenido porcentajes sensiblemente menores. De todas formas, interesa aquí principalmente la evolución de esta estimación. Por otra parte, es posible
suponer que una porción del denominado “ingreso mixto”, que reúne salarios y ganancias de los cuentapropistas, también corresponde a ingresos de trabajadores. Este concepto
reunía 13% del valor agregado en 2002 (CGI, INDEC).
22. El índice del tipo de cambio real multilateral era de 100 en diciembre de 2001 y alcanzó a 247 en septiembre de 2007. El registro más alto tuvo lugar en junio de 2002 (278) (BCRA).
3 Ver el artículo “La demanda de inversión en la actual etapa económica” publicado en Notas de la economía argentina, Nº 3 (CENDA, junio 2007), para un análisis de la trayectoria de
3.
la inversión.
44. Basta observar que la tasa media anual de crecimiento del sector productor de bienes entre 2002 y 2006 fue de 12,7% y del sector productor de servicios fue de 7,6% (INDEC). La
dinámica inversa predominó durante la convertibilidad.
55. La evolución de la tasa de rendimiento anual de los bonos del Tesoro de EE.UU. ilustra el desplome de la tasa de interés en 2002 y, especialmente 2003, en que alcanzó su menor nivel
promedio desde 1990 (1,24% anual). Desde entonces se mantuvo en registros relativamente bajos, aunque de tendencia creciente. También es revelador comparar el promedio de esta
tasa durante la convertibilidad (5,26% anual) y el promedio para la fase 2002-2007 (3,28% anual) (Reserva Federal).

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.07


La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del crecimiento argentino
Luego de este primer reacomodamiento, una nueva etapa se abrió estos cambios la ocurrencia de un fenómeno que debe observarse
paso hacia el año 2004 a medida que se consolidaba la expansión en sus dos caras: mientras que la tasa de rentabilidad por unidad de
económica –que ya acumula veintiún trimestres a una tasa anual producto pudo haber retrocedido parcialmente en los últimos años,
media de casi el 9%-. El sesgo trabajo-intensivo del crecimiento la masa de ganancias del conjunto de la economía siguió creciendo
implicó un aumento del empleo que se reflejó en los más de tres hasta el año 2006 empujada por el incremento de la producción. La
millones de puestos de trabajo creados desde la devaluación.6 A porción de la torta recibida por el capital se expande sin tregua.
diferencia del boom de inicios de los noventa, en esta nueva fase,
la productividad de la economía creció levemente, ya que (casi) a En pocas palabras: el conjunto de la economía atravesó por dos fases
la par del aumento de las cantidades producidas lo hizo la contra- bien marcadas desde la devaluación en materia de rentabilidad. Una
tación de fuerza de trabajo (lo que se reflejó en una más elevada primera etapa, en los años 2002 y 2003 implicó una recomposición muy
elasticidad-empleo). A su vez, la caída de la desocupación, la lucha fuerte de la tasa de rentabilidad y de la masa de ganancias sobre la
de los trabajadores organizados y las sucesivas medidas de polí- base del desplome de los costos laborales y la recuperación del creci-
tica pública permitieron la recuperación gradual del salario nominal. miento económico sustentado en un nuevo esquema de precios rela-
La consecuencia de estos procesos fue el alza del llamado “costo tivos, aunque con una productividad prácticamente estancada. Entre
laboral”, que creció un 20% entre 2003 y 2006, con la consecuente 2004 y 2006, en cambio, los costos laborales por unidad de producto
caída del margen unitario, cuyo retroceso alcanzó el 14% en esos experimentaron un proceso alcista debido al aumento del salario nomi-
años (Gráfico Nº1). Esto implicó una reducción de la tasa de renta- nal. El crecimiento de la productividad horaria de la economía, que se
bilidad empresaria por unidad de producto respecto de los inéditos recuperó desde 2004, compensó parcialmente el aumento salarial desde
registros de 2002 para el conjunto de la economía. Ahora bien, esta la perspectiva del costo empresario. En esta segunda fase la masa de
reducción relativa de las tasas de rentabilidad no significó, claro ganancias mantuvo su tendencia creciente aunque, lógicamente, a un
está, ningún “estrangulamiento”. De hecho, se ubicó en niveles aún ritmo menor que el crecimiento de la masa salarial. El cambio de perfil
levemente superiores a los vigentes en el año 2001 e incluso mayo- productivo afectó de manera diferente a las distintas ramas, estable-
res a los de comienzos de la década del noventa. Se destaca entre ciendo un ranking empresarial de ganadores y perdedores.

3. Rentabilidad y costo laboral por sector económico: transables vs. no transables

El nuevo esquema de precios heredado de la devaluación y consolidado los precios de los bienes industriales y primarios se ven incrementados
desde entonces tiene un sesgo claro: la promoción de los sectores pro- mientras que los precios de los servicios y de la fuerza de trabajo retroce-
ductores de bienes. Los cambios en los precios relativos implicaron varia- den como contrapartida. La consecuencia de este movimiento es clara: los
ciones de la rentabilidad de signo distinto según el sector de que se trate. ingresos derivados de la producción de bienes se incrementan a la vez que
En general, los procesos devaluatorios elevan los precios de los bienes los costos pierden terreno. La brecha creciente entre unos y otros no es otra
transables respecto de los precios de los no transables, lo que implica que cosa que la ganancia del empresario.

Gráfico Nº 3: Variación del costo laboral por unidad de producto


y del margen por unidad de producto por sector económico entre 2001 y 2006.
En porcentaje (2006/2001)
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Fuente: elaboración propia en base a datos de Cuentas Nacionales (INDEC), EPH (INDEC) y Ministerio de Economía y Producción.

6 Se sugiere remitirse al informe laboral El trabajo en la Argentina. Condiciones y Perspectivas, Nº 13 (CENDA, primavera 2007) para mayores precisiones acerca de la evolu-
6.
ción del mercado de trabajo durante la gestión del presidente Kirchner.
Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.08
La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del crecimiento argentino
La información del Gráfico N°3 confirma que en la economía registró aquí un menor crecimiento en el valor agregado que en el
argentina se verificó el comportamiento esperado: los sectores sector transable ocasionado por los menores aumentos de pro-
transables evidencian un aumento importante del margen por ductividad y porque los precios también crecieron menos desde
unidad de producto y una contracción del costo laboral unita- 2001 (“sólo” un 63%). El menor aumento de precios se debió, por
rio como resultado de la devaluación, mientras que lo contrario un lado, a que el efecto de la devaluación entre los no transables
sucede con los sectores no transables. La comparación se rea- es en sí mismo más acotado, ya que sus costos se incrementan
liza entre los años 2001 y 2006.7 En ese período la producción en menor proporción por efecto del aumento del tipo de cambio.
de bienes primarios, la industria y el comercio experimentaron Asimismo, los precios estuvieron limitados porque dentro de este
incrementos importantes en su margen unitario, que crecieron sector se encuentran los servicios públicos, cuyas tarifas se
más del 15% en promedio. Este resultado implica que para esos encuentran sometidas a la regulación pública y que, en algunos
sectores el valor agregado bruto se incrementó en mayor medida casos, se mantuvieron congeladas hasta la fecha -aunque, como
que la masa salarial. Para el caso de la producción de bienes, contrapartida, las empresas recibieron importantes subsidios
el costo laboral unitario cayó por el doble efecto de la expansión que compensaron las caídas en los márgenes-. El aumento del
de la productividad y del aumento de los precios de venta del costo laboral se debe también, lógicamente, a que los salarios
sector, que crecieron un 149% desde la devaluación, muy por aumentaron más que los precios de los servicios, toda vez que
encima del aumento de los salarios nominales. Para el caso del el salario está explicado -en buena medida- por el costo de la
comercio, este aumento en la participación del excedente podría canasta familiar que es una mezcla de bienes transables y no
estar también relacionado con el incremento de los márgenes de transables y, que por tanto, debía crecer como producto de la
comercialización, posibilitado por los mayores niveles de activi- devaluación en mayor medida que los precios de estos últimos.
dad en el marco de mercados con una estructura oligopólica. Estos datos no deben llevar a conclusiones apresuradas: la caída
en la rentabilidad no implica necesariamente que estas ramas
Lo contrario ocurrió en el caso de los servicios: cayó el margen por estén sufriendo pérdidas. La reducción señalada sólo indica que
unidad de producto y aumentó el costo laboral unitario para el caso de las empresas de servicios tienen una rentabilidad menor a la que
electricidad, gas y agua y para el resto de los servicios (Gráfico N°3). Se obtenían en 2001.

4. Sector agropecuario e industria manufacturera: ganancias extraordinarias y desplome del costo laboral
Dos sectores sobresalen como los principales beneficiarios del de este proceso es clara: la rentabilidad fabril se mantiene en
nuevo esquema productivo en materia de rentabilidad: el sector sus récords históricos (21% por encima de 2001 y 28% sobre
agropecuario y la industria manufacturera. Es en estos sectores 1997). Así, el salario ha perdido sistemáticamente terreno en
donde se advierten verdaderas ganancias extraordinarias que se relación a los precios de venta en este sector. Este fenómeno se
mantienen vigentes desde la devaluación, aun considerando la confirma cuando se aprecia la evolución del índice de renta-
recomposición salarial -recuperación del “costo laboral”- que bilidad expuesto en el mismo gráfico. 9 Luego de alcanzar un
puede observarse desde el año 2004. pico en el año 2003, el índice sufrió cierto retroceso pero,
aún así, está muy por encima de los registros de los noventa.
La elevada rentabilidad del sector agropecuario se confirma mediante El extraordinario atractivo del sector fabril se confirma por
la comparación del margen bruto obtenido por hectárea en la el espectacular crecimiento de la masa de ganancias, que se
actualidad con el vigente en años previos para determinados ha multiplicado casi por tres (en pesos constantes) desde la
cultivos. Los resultados son implacables: en el caso de la devaluación, aún cuando la tasa de rentabilidad retrocedió
soja, el margen actual ($/Ha. 671) es 295% mayor al del parcialmente –esto se debe, sin duda, a la imponente expan-
2001 ($/Ha. 170) y 49% superior al de 1997 ($/Ha. 450), el sión del valor bruto de producción industrial-.
mejor año de los noventa. Pese a ser la vedette del agro, la
soja ni siquiera es el cultivo que más veces ha multiplicado La apertura del índice de rentabilidad por ramas revela que al
su rentabilidad: en el caso del maíz el margen bruto ($/Ha. interior del sector industrial tuvieron lugar situaciones bien dife-
939) es hoy casi once veces superior al de 2001 ($/Ha. 89) y renciadas: mientras la mayoría experimentó alzas de rentabilidad
cuatro veces mayor al de 1997 ($/Ha. 263). 8 respecto de 2001 (y 1997), algunas ramas, en cambio, sufrie-
ron un retroceso. Se pueden establecer tres grupos. Un primer
La industria manufacturera también obtuvo un crecimiento grupo reúne a aquellas ramas que aumentaron su rentabilidad
impactante en la rentabilidad desde la devaluación –y como más que el promedio (entre paréntesis se consigna la variación
resultado de la devaluación-. La trayectoria fabril se sintetiza en 2006/2001). Se ubican entre los “ganadores” la fabricación de
el Gráfico Nº 4. Al igual que para el conjunto de la economía, el maquinaria y aparatos eléctricos (128%), automotores (112%),
costo laboral sectorial tuvo una notable caída en el año 2002 que equipo y aparatos de comunicaciones (96%), productos de metal
luego fue profundizada en el 2003 –cuando tocó fondo-. Desde (43%), productos de madera (43%), maquinaria y equipo (41%),
2004 se evidenció una recuperación. Pese a seguir la tendencia edición e impresión (37%), metales comunes (36%), curtido y
general, el sector manufacturero exhibe una particularidad que terminación de cueros (32%), productos minerales no metálicos
lo distingue del resto de las ramas: el crecimiento del costo labo- (30%), productos de caucho y plástico (30%), equipos de
ral desde 2004 ha sido sumamente moderado debido al impor- transporte (29%), productos textiles (28%) y sustancias y
tante aumento de la productividad sectorial. La consecuencia productos químicos (21%). En segundo lugar, se encuentran

7 Para el análisis sectorial debemos tener en cuenta que el excedente bruto de explotación está estimado como el valor agregado bruto del sector menos la remuneración al
7.
trabajo, lo cual implica en realidad que estamos tomando el ingreso mixto dentro del estimador de excedente.
88. La fuente de esta información es la Revista Márgenes Agropecuarios (2007). Esta misma tendencia se confirma con el resto de la información disponible (como las series de
márgenes brutos y netos publicada por la SAGPyA). Sobre este tema puede verse “Rentas y ganancias extraordinarias en Argentina, 1990-2005”, Documento de Trabajo Nº 3, CENDA.
99. Como se mencionó, se trata de una aproximación al ratio de utilidades sobre ventas.vvv

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.09


La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del crecimiento argentino
aquellas ramas que vieron crecer su rentabilidad pero no más leo y combustible nuclear (8%). El tercer grupo reúne a las
que el promedio de la industria. Ellas son la fabricación de ramas que tuvieron una caída del índice de rentabilidad res-
papel y productos de papel (20%), productos alimenticios y pecto de 2001: fabricación de muebles (-5%), productos del
bebidas (12%), y coque, productos de la refinación del petró- tabaco (-5%) y prendas de vestir (pieles) (-19%).

Gráfico Nº 4: Industria manufacturera: productividad horaria, costo laboral


por unidad de producto e índice de rentabilidad, 1993-2007.
En números índice (base 1993 = 100 y base 1997 = 100)

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Fuente: elaboración propia en base a datos del Centro de Estudios de la Producción (Ministerio de Economía y Producción), la Encuesta
Anual Industrial, la Encuesta Mensual industrial y el IPIM (INDEC).

5. Batiendo todos los récords: ganancias y costo laboral en la cúpula empresaria


El selecto conjunto de las 500 empresas más grandes de la economía Hoy controlan nada menos que el 23% del producto bruto nacional
argentina ha sido, sin lugar a dudas, uno de los grandes benefi- (valor que en 2001 era del 16% y en 1997 del 14%).
ciarios de la devaluación de la moneda y del pujante proceso de
crecimiento posterior. Basta echar una mirada al Gráfico Nº 5 para En síntesis, para el caso de las grandes empresas los datos sobre costo laboral
observar el derrumbe del costo laboral y la recomposición de la y rentabilidad son coincidentes con el desempeño observado para el total de la
rentabilidad en la cúpula empresaria desde 2002. En rigor, el costo economía, aunque su dinámica cobró aquí una mayor intensidad. El quiebre de
laboral exhibió una tendencia decreciente desde 1993, aunque fue la tendencia de estas variables se produjo en el año 2002, cuando se produjo
la contracción generada por la devaluación -y el aumento poste- la devaluación. Análogamente, una mirada al interior de las grandes empre-
rior de precios- el que logró revertir la caída de la rentabilidad sas confirma lo observado en la evolución por sectores de la economía: hay
que afectaba a las grandes empresas desde 1997. La evidencia es un desempeño simétricamente opuesto entre las firmas productoras de bienes
concluyente: pese a la “preocupación” expresada por los grandes transables y no transables. Contrariamente al resultado observado durante la
capitales, los aumentos salariales de los últimos años están muy década del noventa, en la nueva etapa las firmas que se desenvuelven en los
lejos de poner en peligro la rentabilidad de la cúpula empresaria, sectores productores de bienes superaron en rentabilidad a las productoras
que supera holgadamente a los niveles tocados en la converti- de servicios que llegaron incluso a tener en algunos años (2002 a 2004) una
bilidad, una etapa que pocos catalogarían como adversa para el tasa de rentabilidad negativa (situación que cesó en 2005). El sesgo sectorial
capital más concentrado. Estos resultados explican el espectacular del nuevo esquema es muy definido y se evidencia cuando se compara la
avance de la concentración económica en la Argentina de los últimos evolución de la rentabilidad entre 2001 y 2005: mientras que para este
años. Entre 2001 y 2005 (último dato disponible), este grupo de 500 período el índice de rentabilidad aumentó un 153% en el sector productor
firmas aumentó en casi un 50% su participación en el valor agregado. de bienes, éste cayó un 59% en las empresas ligadas a los servicios.

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.10


La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del crecimiento argentino

Gráfico Nº 5: Cúpula empresaria: índice de rentabilidad (utilidades sobre ventas)


y costo laboral por unidad de producto, 1993-2005
En números índice (base 1993 = 100)
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* Datos provisorios. Fuente: elaboración propia en base a datos de la Encuesta Nacional a Grandes Empresas (INDEC).

6. Del crecimiento al desarrollo: los nuevos retos de la economía argentina


Las series presentadas al inicio de este trabajo (Gráfico Nº 1) revelan trabajo. La contrapartida fue un notable re-establecimiento de la tasa de ren-
que, en la actualidad, el costo laboral para el conjunto de la economía tabilidad primero y un retroceso moderado, parcial y sólo relativo
relativo, después. La
se encuentra un 2% por debajo del nivel de 2001; es decir, está prácti- intensidad de estos movimientos fue dispar al interior del sector privado, siendo
camente al mismo nivel que había alcanzado en la agonía de la conver- más pronunciado y evidente el aumento de la rentabilidad en el sector transa-
tibilidad. Algunos sectores empresarios interpretan este nivel como una ble y, en particular, en la industria manufacturera y el sector agropecuario. Se
evidencia inobjetable del ahorcamiento del lucro. En adelante –sostienen-, destaca principalmente el conjunto de grandes empresas de la economía cuyos
las ganancias estarán jaqueadas por los incrementos salariales, situación niveles de rentabilidad pueden sin titubeos caracterizarse como extraordinarios.
que podría –amenazan- detener el actual ciclo expansivo. En esta veta, No parece haber dudas: las ganancias se mantienen en niveles récord en el
algunos centros de estudios de tradicional inclinación ortodoxa afirman, sector agropecuario, en la industria manufacturera y en el conjunto de grandes
no sin alarma, que la rentabilidad de las empresas se redujo fuertemente empresas, aún luego de la recomposición salarial iniciada en 2004.
en los últimos años y advierten sobre las consecuencias que este dete-
rioro podría traer sobre el desempeño de las inversiones.10 Por esta vía En el caso del sector no transable, el análisis revela que las firmas tienen
extorsiva, se pretende decretar la clausura de la etapa de recuperación una rentabilidad menor a la vigente en 2001 y, más en general, durante
salarial, so amenaza de estrangulamiento de ganancias. Nada más lejano la década del noventa. ¿Es éste un signo de alarma? No, no lo es. Lo que
de la realidad. La evidencia aquí presentada refuta de manera conclu- dicen estos datos es, sencillamente, que la rentabilidad es hoy menor a
yente estos argumentos. No hay, ni por asomo, una situación de estrangu- la registrada durante la convertibilidad, cuando el sector no transable fue
lamiento generalizado de ganancias en la economía argentina. depositario de ganancias exuberantes. Estos elementos no alcanzan tam-
poco para diagnosticar un estrangulamiento de las ganancias, siquiera en
La evidencia empírica muestra taxativamente que en la actualidad el el sector menos favorecido por la devaluación. En todo caso, se trata de
sector empresario goza de elevados niveles de ganancia. En todos los un resultado esperable en el marco del actual patrón de crecimiento, que
casos los indicadores de rentabilidad expuestos superan los niveles pre- jerarquiza explícitamente al sector transable a través de una moneda sig-
vios a la devaluación así como los que se alcanzaron durante la mayor nificativamente depreciada. La neutralidad no existe: todo patrón produc-
parte de la década del noventa, tanto en cuanto a la tasa de rentabilidad tivo tiene un determinado sesgo sectorial. Por otra parte, esta evolución
como, especialmente, en cuanto a la masa de ganancias apropiada por explica también los esfuerzos del gobierno por compensar esta orientación
el sector privado. Las series estadísticas exhiben un trazado similar: un a través de una redistribución de los recursos desde los productores de
quiebre rotundo en el año 2002 y cierto cambio de tendencia a partir de bienes -vía retenciones- a los productores de servicios -vía subsidios-, con
fines de 2003 que –con variantes- se mantiene hasta la actualidad. El el propósito de evitar, más bien, un estrangulamiento de los salarios.
ritmo de este proceso lo marcó el desempeño del salario, que tuvo una
caída sin precedentes en 2002 -gracias a la devaluación- y que, desde Pero, ante todo, es completamente inaceptable que se tome como refe-
2004, se ha recuperado al ritmo de los aumentos de las retribuciones al rencia para evaluar si los niveles de ganancia son “adecuados” al año

10 Ver, por ejemplo, el reciente informe de Ieral (el centro de investigaciones de la Fundación Mediterránea) sobre la base de 69 empresas industriales, alimenticias, de
10.
energía y de servicios que publican sus balances en la Bolsa de Comercio.

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.11


La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del crecimiento argentino
2001, tal como pretenden algunos analistas. No hay ninguna razón para extraordinarias sobre la base de salarios miserables. Esta última vía fue la
considerar el esquema distributivo vigente en ese año como “de equilibrio” que predominó en ciertas coyunturas, pero no puede ser la base sobre la
cuando la totalidad de las variables macroeconómicas actuales difieren cual se desarrolla un país.
sustancialmente de las vigentes en aquel entonces. Ni el tipo de cambio,
ni la tasa de inversión, ni el nivel del producto, ni el resultado del balance Desde esta perspectiva, la economía argentina se enfrenta a las posibilida-
de pagos, ni el saldo comercial son los mismos hoy que en aquel año. Más des de ingresar en una nueva fase marcada por un salto desde un proceso
bien todas las variables exhiben signos opuestos. ¿Por qué entonces tomar de crecimiento a un proceso de desarrollo
desarrollo. Este avance plantea nuevos
el esquema distributivo vigente en 2001 como referencia? Bordea lo insó- retos. El aumento de la tasa de inversión en el país no puede reposar en
lito que el año de mayores desequilibrios económicos de la historia reciente las expectativas del sector privado al que, como está a la vista, sólo la
–con un déficit de balance de pagos descontrolado, un altísimo déficit espectacularidad de las superganancias parece capaz de evitar que desvíe
fiscal, una moneda sobrevaluada- se considere una vara adecuada para su capital hacia el exterior. Durante la crisis de los años treinta Keynes
establecer los límites y las posibilidades del patrón de crecimiento actual. llegó a una audaz conclusión acerca del papel que debía cumplir el Estado:
En todo caso, el año 2001 es representativo del patrón distributivo propio si es el nivel de inversión el que determina el nivel de actividad entonces
de la década del noventa, y no una referencia universal para la econo- las decisiones de inversión no pueden reposar enteramente en las volubles
mía argentina. No llama la atención, en cambio, que sean los sectores expectativas empresarias. Una visión infundadamente conservadora o
ganadores durante la convertibilidad los que argumenten que 2001 es demasiado pesimista de los empresarios respecto del futuro podría des-
adecuado para tomar como modelo, proponiendo al nivel alcanzado encadenar un estancamiento o incluso una crisis económica. Para Keynes,
por los salarios en aquel año como el techo para los incrementos del por tanto, las inversiones debían ser organizadas por el Estado.
salario real y al volumen de las ganancias como el piso para la renta-
bilidad. De más está decir que el paraíso perdido de los sectores que Para la Argentina, esta discusión tiene una importancia que no puede
sacaron réditos con la desindustrialización está muy lejos de ser un menospreciarse: es un país en vías de desarrollo que precisa una ace-
modelo para el resto de la sociedad. lerada acumulación de capital destinada a acrecentar la productivi-
dad de la actividad económica. ¿Cómo lograrlo? Una vez agotadas
Ahora bien, el alza reciente de los salarios, aunque no es ni por lejos una las superganancias auspiciadas por la crisis y la devaluación, según
señal de inquietud, señala en cambio el final de un ciclo: aquel en que el establishment
establishment, no existe otro camino que generar las condiciones
las grandes ganancias estuvieron principalmente sostenidas por un costo “ambientales” para que el empresario se levante por las mañanas de
laboral extremadamente bajo y, como corolario de esto, existían oportuni- buen humor y rebosante de optimismo acerca de las ganancias futu-
dades de obtener ganancias extraordinarias en prácticamente la totalidad ras. Esta posición, en el fondo, pretende prácticamente que se ase-
de los sectores económicos. Los aumentos nominales de los últimos años gure una rentabilidad mayor en comparación con cualquier colocación
han puesto fin, afortunadamente, a una de las fases de menores salarios alternativa, financiera o productiva, en cualquier plaza, sea nacional e
y de más regresiva distribución del ingreso de la historia argentina. La internacional. No parece ser ésta la vía más racional para impulsar las
contrapartida necesaria de esta impostergable recuperación en las con- inversiones. Para que se produzca un salto en la capacidad productiva
diciones de vida de la población ha sido una disminución parcial de las del trabajo, que permita a la vez sostener el crecimiento revirtiendo
ganancias empresarias respecto de los extraordinarios niveles tocados en décadas de declinación productiva, no alcanza simplemente con sos-
el año 2003, cuando ni siquiera el ·”privilegio” de haber conservado el tra- tener un tipo de cambio competitivo y dar “señales de confianza” al
bajo aseguraba a los asalariados una retribución digna. Ninguna economía sector privado. La situación actual exige la intervención decisiva del
puede mantenerse eternamente con sus costos laborales desechos y una Estado para organizar el proceso de inversiones, en especial en aque-
rentabilidad global extraordinaria. Los salarios miserables están lejos de llos sectores con menor rentabilidad relativa.
ser una fuente genuina –y sostenible- para el desarrollo económico. Bien
visto, aunque este recurso sea apto para sostener el crecimiento de la Un segundo desafío es lograr una mejora en el patrón distributivo actual
producción, tal situación es la antítesis del desarrollo. en el marco de una economía que se desarrolla. Si el esquema distributivo
de 2001 no es un techo para las condiciones de vida de la clase traba-
El verdadero desarrollo de una sociedad tiene lugar cuando las fuerzas jadora, entonces hay espacio para agrandar la tajada que corresponde
productivas se expanden pari passu con mejoras en las condiciones de a los asalariados en la riqueza generada en el país. Esto implica, obvia-
vida de los trabajadores. Esto implica un importante esfuerzo inversor mente, que los aumentos salariales se ubiquen por encima del crecimiento
destinado a aumentar la productividad, ya que a medida que la capacidad de la productividad. La contrapartida de este crecimiento -imposible es
ociosa comienza a agotarse, el incremento de la producción debe fundarse negarlo- es una reducción de la participación de las ganancias, que no
en la ampliación del equipo productor, es decir, en el incremento de la necesariamente implica una caída para todos los sectores ni tampoco una
inversión productiva. En la coyuntura actual, los empresarios suelen decir reducción en la masa de ganancias, en la medida en que la economía con-
que la condición para invertir es que los salarios no aumenten demasiado. solide su crecimiento –crezca el pastel-. La redistribución de riqueza debe
Si bien es un argumento dirigido a sostener la preciada rentabilidad, se trasladar el ingreso desde los sectores productivos más favorecidos por el
trata de un argumento falaz. Buena parte del pensamiento económico del patrón de crecimiento actual –los productores de bienes transables- hacia
siglo XX –desde todas las perspectivas teóricas- opina exactamente lo el conjunto de los trabajadores argentinos. Este proceso no implica un
contrario. Más allá de toda consideración y ateniéndonos exclusivamente al estrangulamiento generalizado de ganancias, dado que, como se mostró,
aspecto económico del fenómeno, puede decirse que si el empresario está las ganancias siguen siendo especialmente elevadas en estos sectores. Al
en condiciones de obtener ganancias elevadas en base a salarios bajos avanzar en esta dirección, la producción en la Argentina deberá congeniar
será precisamente esto lo que hará. En cambio, si los salarios alcanzan niveles de rentabilidad normales con aumentos salariales por encima de la
niveles razonables y crecientes, los empresarios estarán forzados a reali- productividad. No hay recetas mágicas: esta es la única manera, además,
zar inversiones –e innovaciones- para mantener o incrementar la rentabi- de propender hacia una reducción significativa de la desigualdad en el
lidad, al igual que en cualquier economía desarrollada. Es la expectativa país, atacando la principal deuda pendiente del actual patrón económico.
de acrecentar la rentabilidad por sobre los niveles normales lo que impulsa Para ello, la participación del Estado en la organización de las inversiones
la inversión de manera sostenible y no la garantía de obtener ganancias y en la planificación del desarrollo resulta ineludible.fin

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.12


02 | ¿Y dónde está el piloto?
¿Y dónde está el piloto? El crecimiento de la industria sin política industrial

El crecimiento de la industria sin política industrial

El fin del régimen de convertibilidad y la adopción de un tipo de unos y otros terminan negando la necesidad de una política especí-
cambio depreciado significaron renovados aires para el aparato fica para las distintas actividades manufactureras, dejando librado
manufacturero. Tras decenios de achicamiento, la industria experi- al mercado el desarrollo del sector.
mentó un ciclo de crecimiento a tasas elevadas, que alcanzó a casi
todas las actividades fabriles. Con una recuperación cuya magni- El objetivo de esta Nota es analizar las políticas que afectaron a
tud sorprendió incluso a los más optimistas, las discusiones sobre la industria durante los últimos cinco años y proponer una serie de
las políticas industriales parecieron perder relevancia. A juicio de lineamientos para lograr un mayor y mejor desarrollo del aparato
muchos analistas, el mantenimiento de un tipo de cambio compe- productivo. Para ello, se mostrará en primer lugar una serie de indi-
titivo, junto a la estabilidad de otras variables macroeconómicas cadores que sintetiza el desempeño del sector en los últimos años. A
(particularmente, el superávit fiscal), parecen ser suficientes para continuación, se analizará cómo el esquema macroeconómico actual
asegurar el desarrollo del sector. Así, la política cambiaria se fusiona ha contribuido al crecimiento manufacturero y, después, qué políti-
con la política industrial y la continuidad del dólar “caro” asegura cas específicamente industriales han sido aplicadas. Para culminar,
por sí sola el desarrollo manufacturero. Esta posición termina coin- se abrirá la discusión acerca de los elementos y los ejes sobre los
cidiendo con la corriente del laissez faire
faire, donde las políticas de cuales debe articularse una “verdadera” política industrial, en vista
fomento industrial no tienen lugar, debido a que –se argumenta- de los desafíos y las restricciones que enfrenta el desarrollo de la
promueven una incorrecta asignación de recursos. De esta forma, industria en Argentina.

1. La recuperación de la industria en la post-convertibilidad


Tras la devaluación de la moneda en enero de 2002, la economía argen- un importante disparador de la recuperación económica, con un notable
tina ha alcanzado tasas de crecimiento muy elevadas. En particular, la crecimiento que se ha mantenido en forma consecutiva a lo largo de los
industria ha logrado retomar la senda expansiva y se ha convertido en últimos veinte trimestres.

Gráfico Nº 1: Evolución del nivel de actividad industrial (EMI), 1994-2007


En número índice (base 2004 = 100)

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* El valor del año 2007 refiere al promedio enero-septiembre


Fuente: INDEC - Cuentas Nacionales

Si se observa la evolución del Estimador Mensual Industrial (EMI), la industrial ha tenido un correlato positivo en el incremento del uso de la
industria argentina muestra un crecimiento del orden del 60% entre capacidad instalada. También se observa una evolución destacada en
el piso de la recesión, en marzo de 2002, y el último dato disponi- los índices de incorporación de trabajadores a las actividades indus-
ble, en septiembre de 2007 (Gráfico Nº 1).1 Este renovado impulso triales, con una tasa de crecimiento anual acumulada cercana al 7%,
revirtió una clara tendencia negativa vigente desde el tercer trimestre y en los niveles de productividad por obrero ocupado en la industria,
de 1998. Como era esperable, el crecimiento en el nivel de actividad con un crecimiento anual acumulado del 5% (Cuadro Nº1).

1. Si se compara la información para el período enero-septiembre de 2007 con igual tramo del año anterior, el aumento en el nivel de actividad industrial se encuentra en un 6,6%.
Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.13
¿Y dónde está el piloto? El crecimiento de la industria sin política industrial

Cuadro Nº 1: Indicadores destacados vinculados al crecimiento industrial


En porcentaje y en números índice (base 1997 = 100)

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Fuente: elaboración propia con datos CEP y Encuesta Industrial - INDEC

Si se da una mirada sobre la conformación sectorial de este repunte que en el breve período 2002-2007 más que duplicara su producción.
industrial, se observa un conjunto de ramas que mantiene un nivel de A continuación, aparecen las producciones de tipo metalmecánica, los
crecimiento acumulado por encima del promedio del nivel manufac- productos textiles y los materiales para la construcción (minerales no
turero general. En el Cuadro Nº 2 se puede observar que la industria metalíferos), con un 15-16% de crecimiento anual acumulado; y, por
automotriz lleva el liderazgo en los niveles de producción, con una último, las actividades de edición e impresión, que evidencian una
tasa de crecimiento anual acumulada de más del 26%, lo que hizo expansión del 12,4%.

Cuadro Nº 2: Sectores industriales y su dinámica en el nivel de producción, 2002-2007


En porcentaje

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* Promedio enero-septiembre
Fuente: elaboración propia en base a Dirección Nacional de Cuentas Nacionales - INDEC

El sostenido crecimiento de la industria desde el segundo trimestre de la convertibilidad: desde una participación promedio de 19,2% para
2002, aun por encima de la expansión de la economía en su conjunto, el período 1993-1999, la industria escaló hasta una participación de
permitió a las actividades manufactureras incrementar su peso rela- 23,1% entre 2002 y 2006. Como contrapartida, la construcción y las
tivo en la composición del PIB. Los datos del Cuadro Nº 3 muestran actividades de comercio perdieron algunos puntos en el PIB en rela-
este crecimiento, que evidencia una mejora en relación a los años de ción con la década de la convertibilidad.

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.14


¿Y dónde está el piloto? El crecimiento de la industria sin política industrial

Cuadro Nº 3: Participación de algunos sectores productivos en el PIB, 1993-1999 y 2002-2006


En porcentaje

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* Participación sobre VAB a precios de productor, en valores corrientes


Fuente: elaboración propia en base a Dirección Nacional de Cuentas Nacionales – INDEC

También en materia de exportaciones las manufacturas, tanto de se incrementaron en un 95% y un 87% respectivamente, valo-
origen industrial (MOI) como agropecuario (MOA), han sido las res que superan los también elevados registros de los productos
que evidenciaron los comportamientos más dinámicos (Cuadro Nº4). En primarios y el rubro combustibles y energía, que crecieron por
efecto, las ventas externas de manufacturas entre 2002 y 2006 encima del 60%.

Cuadro Nº 4: Exportaciones FOB por tipo de bien, 2002-2007


En millones de dólares corrientes y porcentajes

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* Período enero-octubre
Fuente: elaboración propia en base a INDEC

Hacia el mes de octubre de 2007, las exportaciones de MOA les rubros de exportación. Dentro de las MOA, la principal partida
superaron los 15 mil millones de dólares, mientras que las MOI corresponde a alimentos y bebidas, mientras que la composición
cotizaron por valores superiores a 13 mil millones. Estos rubros de las MOI se nutre fuertemente de productos del complejo auto-
explican, respectivamente, un 34% y un 31% del total de las motriz, máquinas y equipos (algunos bienes de capital), metales
ventas externas y se han constituido con claridad en los principa- comunes, productos químicos y materiales plásticos.

2. El impacto de la macro sobre la competitividad y el crecimiento de la industria


La “macroeconomía” vigente durante la post-convertibilidad ha favo- Tipo de cambio: ganancias de competitividad-precio
recido claramente el crecimiento del sector industrial. En efecto, el
esquema de precios propio del actual período (tipo de cambio, tasa de El mantenimiento del tipo de cambio en niveles altamente
interés, nivel de salarios, precios relativos sectoriales) ha posibilitado “competitivos” ha funcionado como política de fomento al
un incremento acelerado de la producción, la aparición de ganancias proceso de reindustrialización que vivió Argentina desde
extraordinarias y un sustantivo proceso de incorporación de trabajadores 2002 a la fecha. En efecto, el Índice de Tipo de Cambio Real
al sector industrial. A continuación, se identifican los principales fenó- Multilateral (ITCRM) se ubica en la actualidad en un nivel
menos que favorecieron a las actividades manufactureras y se discute sólo superado, a lo largo de los últimos diecisiete años, por
también su impacto sobre los componentes de la demanda agregada. los valores vigentes entre mayo y agosto de 2002, en plena

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.15


¿Y dónde está el piloto? El crecimiento de la industria sin política industrial
crisis del sistema financiero. Es decir que actualmente el Tasa de interés real: menor costo de endeudamiento e incentivo
ITCRM se encuentra más de dos veces y media por encima de a la inversión productiva
los valores vigentes antes de la salida del régimen de conver-
tibilidad. Este hecho ha asegurado, por un lado, el aprovecha- Otro de los factores de carácter macroeconómico que explica el buen
miento del escenario doméstico como base de acumulación y desempeño de la industria local a lo largo de los últimos años ha sido la
crecimiento de las ventas para aquellas empresas de orienta- ostensible reducción de la tasa de interés real que enfrentan las empre-
ción mercado-internista; y, por el otro, ha permitido obtener sas respecto de la situación promedio de la década del noventa. Dichos
importantes ganancias de competitividad-precio a aquellas niveles son la consecuencia de una serie de fenómenos externos e inter-
firmas que han logrado expandir o consolidar su inserción en nos, entre los que se destacan: i) la gran liquidez internacional, que ha
los mercados externos. empujado hacia la baja la tasa de interés de referencia; ii) la menor
prima de riesgo soberano una vez reestructurada la mayor parte de la
Más allá del impacto horizontal sobre el aparato productivo deuda externa pública; iii) la menor expectativa de devaluación; y iv) los
local, el alto nivel del tipo de cambio ha generado dos marca- mayores niveles de inflación promedio.
dos sesgos a favor de determinadas ramas de la producción.
En primer lugar, ha favorecido a las industrias trabajo-inten- Los reducidos tipos de interés real han producido dos claros efectos posi-
sivas, en tanto se han abaratado fuertemente los salarios en tivos sobre la industria asentada en el país. En primer lugar, la menor
términos internacionales, lo que ha resultado en un acelerado tasa activa ha menguado visiblemente el costo efectivo de endeuda-
proceso de incorporación de trabajadores al sector industrial miento de corto plazo de las empresas. De acuerdo a cálculos propios
(que se refleja en la elevada elasticidad empleo-producto realizados, se verifica que, entre los años 2003 y 2006, las empresas
desde 2002 hasta la fecha). En segundo lugar, ha otorgado han podido acceder, en promedio, a recursos a tasas de interés reales
una importante ventaja a los sectores productores de bienes menores a la mitad de la media vigente entre los años 1993 y 2000
comercializables internacionalmente –entre ellos las ramas (Cuadro Nº 5).2 Es más, durante algunos meses de la post-convertibi-
manufactureras- por encima de los sectores de carácter lidad se observan tasas de interés reales de signo negativo para
menos transable –visiblemente, las empresas de servicios el financiamiento de corto plazo, hecho muy poco frecuente en la
públicos y privados-. economía argentina de los últimos treinta años. 3

Cuadro Nº 5: Niveles promedio de tasa de interés real de endeudamiento de corto plazo de las empresas
En porcentaje

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Fuente: elaboración propia en base a BCRA

En segundo lugar, y quizás más importante aún, los menores niveles términos internacionales y reales de las remuneraciones contrajo fuertemente
de la tasa de interés real pasiva han funcionado como incentivo a el costo salarial real vis-à-vis la productividad en el sector manufacturero.4 Este
la inversión productiva al reducir los rendimientos relativos de la abaratamiento dio lugar a una rápida incorporación de trabajadores al proceso
inversión de carácter financiero. productivo, demandados especialmente por los sectores trabajo-intensivos y ante
la elevada capacidad ociosa con que Argentina salió de la crisis.
Política de ingresos: costo laboral reducido y masa de salarios
incrementada A su vez, el crecimiento de la población ocupada, junto a la paulatina recu-
peración del salario real, ha permitido incrementar muy fuertemente la
La devaluación y la posterior recuperación de la actividad económica genera- masa absoluta de salarios, lo que generó una importante base de demanda
ron un doble impacto positivo sobre la rentabilidad industrial, tanto por el lado para las manufacturas elaboradas localmente que, en un alto porcentaje,
de la tasa como de la masa de ganancias. En primer lugar, la reducción en tienen como destino al consumo popular.

2 El cálculo de la tasa de interés real de endeudamiento de corto plazo de las empresas se ha realizado discriminando entre empresas grandes y PyMEs y, dentro de este subconjunto, entre
2.
aquellas que poseen activos que funcionan como garantía –las cuales acceden al crédito de corto plazo vía descuento de documentos- y aquellas que no –quienes reciben giros en descubierto
por parte de las entidades financieras-. A ese respecto, se tomaron tres tasas distintas de interés nominal en moneda local a tasa fija y repactable, a saber: i) para el caso de las empresas de
mayor tamaño, se seleccionó la tasa de interés nominal anual por préstamos a empresas de primera línea a 30 días de plazo; ii) para el caso de las PyMEs con garantías, se escogió la tasa de
interés nominal anual por documentos a sola firma hasta 89 días de plazo; iii) para el caso de las PyMEs sin activos para presentar como contraparte de sus créditos de corto plazo, se utilizó la
tasa de interés por adelantos en cuenta corriente al Sector Privado No Financiero (SPNF). Para conocer el nivel real de estas tasas de interés, se las deflactó mediante la variación anualizada
de los valores del nivel nacional mensual del IPIM entre el mes de toma hipotética de la deuda y el mes siguiente. De esta manera, se logró estimar el costo efectivo de la operación financiera al
que se enfrentaron las empresas.
3 De todas formas, a pesar de los buenos costos del endeudamiento, las empresas, en términos generales, han financiado el importante proceso inversor que se produjo desde la salida de la con-
3.
vertibilidad con recursos propios. En un primer momento, a partir de la revalorización en el mercado local de sus activos externos y, a continuación, por medio de la reinversión de las ganancias
extraordinarias obtenidas como resultado del cambio de precios relativos.
4 Un análisis a fondo de esta cuestión se realiza en el primer artículo de este mismo Informe, titulado: “La trayectoria de las ganancias después de la devaluación: la “caja negra” del
4.
crecimiento argentino”.
Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.16
¿Y dónde está el piloto? El crecimiento de la industria sin política industrial
Pesificación de tarifas: reducción del costo energético pagadas por las empresas por su consumo eléctrico y de gas se
encuentran en la actualidad entre un 45% y un 20% por debajo de
El menor costo energético vigente a partir de la devaluación del peso los valores típicos de la convertibilidad –por supuesto, la reducción
y la pesificación y desindexación de las tarifas de los servicios públi- de su valor en dólares es aún más fuerte-. Esto es así a pesar de los
cos privatizados también ha favorecido a las empresas industriales. significativos incrementos que se produjeron desde mayo de 2004
Tal como se observa en el Gráfico Nº 2, las tarifas reales promedio como consecuencia de las sucesivas crisis energéticas.5

Gráfico Nº 2: Tarifas reales promedio de electricidad (con impuestos) y gas (sin impuestos) para grandes consumos, 1994-2006*
En pesos constantes por kwh y pesos constantes por miles de m3

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*Para el caso del gas, el dato de 2006 corresponde al promedio enero-septiembre


Fuente: elaboración propia en base a CEP – Ministerio de Economía y Producción

Más allá de los sucesivos reacomodamientos, las empresas indus- más se han beneficiado de la situación son aquellas que hacen un
triales han gozado durante la post-convertibilidad de tarifas pre- uso intensivo de la energía en su proceso productivo, en particular,
ferenciales para su abastecimiento energético en relación con la las ramas productoras de commodities industriales e insumos difun-
situación promedio de los años noventa y con los costos medios de didos intensivas en proceso (siderúrgica; química; petroquímica;
los mercados internacionales.6 Dentro de este escenario, las que celulosa y papel; vidrio; plástico y caucho; cerámica).

3. Las políticas específicas de fomento industrial


Las políticas industriales aplicadas durante este gobierno reconocen de las políticas heredadas se destacan el régimen especial para el
orígenes diversos e incluyen un conjunto muy amplio de instrumen- sector automotor, los esquemas provinciales (el de Tierra del Fuego
tos de distintas reparticiones nacionales y subnacionales, que no y el de “las cuatro provincias”), los incentivos a la incorporación de
guardan de por sí una coherencia interna y que han tenido distinto bienes de capital y las políticas dirigidas a las PyMEs. En resumen, se
alcance. Dentro de las más importantes, cabe diferenciar entre las exhibe un conjunto heterogéneo de instrumentos donde se cruzan enfo-
políticas que se formularon e implementaron durante esta gestión ques horizontales, sectoriales y regionales que involucran transferencias
y aquellas que se venían aplicando con anterioridad a la devalua- de recursos, restricciones al comercio y tributos diferenciales. A conti-
ción del año 2002 y que, en algunos casos, fueron reformuladas (las nuación, se repasan los aspectos más salientes de cada uno.
denominamos aquí “políticas heredadas”).
Promoción de Inversiones
Del primer grupo, las más importantes han sido la promoción de
inversiones, las medidas de protección comercial a las industrias En el año 2004 se abrió el “Régimen de Promoción de Inversiones
locales de la competencia externa, principalmente de Brasil y China, en Bienes de Capital y Obras de Infraestructura”, que otorga a las
y la aplicación diferencial de retenciones a la exportación.7 Dentro firmas beneficios de amortización acelerada y/o de devolución anti-

5 El precio de la energía en generación ha sufrido fuertes aumentos, que se trasladaron parcialmente a los grandes usuarios de las distribuidoras –hecho que se suma a la creación en este año
5.
de un nuevo gravamen para financiar obras de infraestructura energética-, mientras que las empresas que se proveen directamente del Mercado Eléctrico Mayorista han enfrentado mayores
alzas. En relación con el gas, las tarifas se han reacomodado por medio de un aumento escalonado de su precio en boca de pozo a usuarios industriales y centrales eléctricas.
6 Vinculado a la política de abastecimiento energético a costo reducido también puede mencionarse el menor precio interno pagado por los combustibles derivados del petróleo en relación a
6.
sus precios internacionales. No obstante, si bien harto importante para el agro, su impacto es menor en la industria debido a que se trata de un tipo de energía no tan extendido como el uso de
la electricidad o el gas.
7. A fines del año 2003 se instauraron también distintos foros de competitividad. Con éxito dispar, los resultados más relevantes han sido para el sector de software, con la sanción de un régimen
7.
de promoción específico.
Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.17
¿Y dónde está el piloto? El crecimiento de la industria sin política industrial
cipada del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Se trata de un meca- de la cadena implica también un estímulo a la elaboración local
nismo de promoción de inversiones privadas a través de la utilización de los productos agropecuarios e hidrocarburos. En los productos
de incentivos tributarios, que no implican erogaciones por parte del oleaginosos, la exportación del aceite tiene un gravamen menor que
Estado, sino una menor recaudación. el grano. Lo mismo sucede con los hidrocarburos, donde los productos
refinados (combustibles) tienen una imposición menor. Debe seña-
Los proyectos aprobados a la fecha corresponden a empresas inser- larse que si bien el incremento de este impuesto se produjo tras
tas en sectores ya competitivos y con un claro perfil exportador, la devaluación, en algunos casos ya existían alícuotas diferenciales
tales como el metálico, siderúrgico, alimenticio y automotriz, donde desde mucho tiempo atrás, como el mencionado caso del complejo
se destaca la presencia de empresas de la envergadura de Repsol- soja.8
YPF, Aluar, Techint (Siderar y Siderca), Peugeot-Citroën, Volkswagen,
Louis Dreyfus y Aceitera General Deheza. Complejo automotriz

La protección del mercado interno La reformulación del régimen del complejo automotriz ha tenido
un fuerte impacto en el sector. La liberalización del comercio
Como se mencionó, la devaluación del año 2002 actuó como un aliciente intra-zona del MERCOSUR, prevista para el año 2006, fue pos-
para sustituir importaciones. Sin embargo, con el correr de los años, tergada, al tiempo que se restringieron los montos por impor-
ciertas industrias empezaron a perder participación en el mercado local taciones pasibles de ser realizadas a arancel de 0% dentro de
frente a productos foráneos, principalmente de Brasil y China. la región por cada dólar exportado, el llamado coeficiente flex.
flex
Así, este “fusible” del comercio sectorial bilateral se retrotrajo
Frente a esta situación, a partir del año 2004 empezaron a esta- a valores inferiores a los de 2002, alcanzando los de 2,10 para
blecerse ciertas medidas con objeto de limitar el ingreso de pro- 2006 y de 1,95 hasta junio del año 2008, un nivel sensiblemente
ductos desde Brasil. Para ello se utilizaron acuerdos voluntarios inferior al que estaba vigente antes de la negociación (para el
e informales entre los sectores privados de cada país -aunque año 2005 era de 2,60).
impulsados por los gobiernos-, que alcanzaron, primero, a los
productos de línea blanca y calzados y, luego, a los textiles. Ante En este marco, numerosas empresas han anunciado -y mayor-
la persistencia de estos problemas y su ampliación hacia otros mente concretado- inversiones en el país, que se enmarcan en el
sectores, se crearon instrumentos más formales. Así, en febrero mantenimiento de un mercado con ciertas limitaciones a la com-
de 2006 el gobierno acordó con su par brasileño medidas para petencia externa y en el aprovechamiento del mercado regional.
regular el intercambio comercial. El instrumento contemplado A la par, se suma la fuerte recuperación del mercado interno a
fue el Mecanismo de Adaptación Competitiva (MAC) que permite partir del año 2003 junto al tipo de cambio competitivo, espe-
la aplicación de salvaguardas cuando una industria se ve per- cialmente a partir de la apreciación de la moneda brasileña de
judicada por una suba de las importaciones del otro país, con los últimos años.
la obligación de que el sector beneficiado encare un programa
de modernización para evitar problemas en el futuro. De todas Cabe tener en cuenta que, a excepción del momento mayor de la
formas, este mecanismo todavía no se ha aplicado, ya que aún crisis (2001-2002), el saldo comercial del complejo automotor fue
no se reglamentó. siempre negativo, particularmente en vehículos, y que la mayoría
de las inversiones se dirigieron a Brasil, de modo de aprovechar la
En paralelo, desde el año 2003 se aplicaron otros instrumentos comer- mayor competitividad sectorial de la economía vecina. Así, pese a
ciales para limitar la competencia tanto brasileña como de otros países las medidas que dieron origen al régimen en 1991, que significaron
del Este de Asia. En mayor medida se utilizaron las licencias no automá- una especie de reserva de mercado,9 el complejo automotriz siem-
ticas (para la importación de bicicletas, artículos para el hogar, jugue- pre se vio amenazado por la competencia brasileña, especialmente
tes, calzado y motocicletas) y las medidas antidumping (textil, cerámica, a partir de la devaluación del real y del horizonte de liberalización
siderurgia, metalurgia y artefactos para el hogar). comercial, por lo que las radicaciones estuvieron lejos de los obje-
tivos propuestos.
Por último, ya en el corriente año, se aplicaron una serie de medidas
para-arancelarias (como mayor control de las facturas, normas de Regímenes provinciales
seguridad, etcétera) contra productos provenientes del este asiático
(principalmente China). Las medidas alcanzaron a los sectores de Desde el año 1972 la actual provincia de Tierra del Fuego cuenta con un
calzado, textil, neumáticos y cueros. De todas formas, más allá de régimen de promoción industrial donde se otorgan incentivos fiscales y
los reclamos realizados, tampoco se han aplicado salvaguardias a aduaneros a las empresas que se radican en dicho territorio. Básicamente,
favor de alguna rama a partir de ese momento. las firmas que se instalaron adoptaron en su mayoría una estrategia de
armaduría para producir bienes electrónicos, con bajos niveles de elabo-
Retenciones diferenciales a las exportaciones ración y con el objeto de internalizar los impuestos a las ventas.

Si bien la política de retenciones no se origina como una política En la actual gestión se han tomado dos medidas relevantes en rela-
específicamente industrial, la imposición de derechos de exportación ción con este régimen. En primer lugar, en el año 2003 se reabrió
diferenciales –con una lógica de alícuotas decrecientes a medida por dos años el registro a nuevas empresas y productos –que no se
que se incrementa el valor agregado local- a los distintos productos fabricasen en el país- después de estar virtualmente cerrado desde

8 Por ejemplo, desde noviembre de este año se fijó en 35% el derecho de exportación del poroto de soja y en 32% para el caso del aceite de soja. El diferencial entre estas alícuotas, sin embargo
8.
se remonta a varias décadas atrás. Durante la mayor parte de la década de los noventa, por ejemplo, el diferencial neto de reintegros era del 5%, en vez del actual 3%.
9. La reserva de mercado se implementaba con cupos de importación, límites al contenido importado y el mencionado comercio exterior compensado. Sin embargo, otras medidas, como la
9.
posibilidad de contabilizar un porcentaje de las inversiones como exportaciones, tendían a flexibilizar el comercio. Además, la adaptación del régimen al MERCOSUR amplió los cupos y, a partir
de nuevas negociaciones, en el año 2000, se volvió más laxo, con el mencionado objetivo de liberalizar el comercio intra-zona.

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.18


¿Y dónde está el piloto? El crecimiento de la industria sin política industrial
comienzos de la década de 1990.10 Segundo, ante el vencimiento foráneos nuevos no pagan arancel.13 A la vez, también existen posi-
de los beneficios del régimen en el año 2013, en septiembre del bilidades de importar estos bienes, a tasa reducida, en caso de que
corriente año se extendieron hasta el año 2023.11 sean equipos usados. Estas herramientas, que buscan acortar la
brecha tecnológica del país frente al exterior, se han prorrogado en
En relación con el régimen de las “Cuatro provincias” (San Juan, San Luis, la actual gestión.
La Rioja y Catamarca), las modificaciones que se realizaron durante esta
administración fueron también dos: la posibilidad de reformular proyectos Políticas para las PyMEs
Polít
manufactureros adjudicados en el marco de una misma actividad industrial y
la devolución anticipada del diferimiento impositivo.12 De todos modos, estos Las políticas dirigidas hacia las pequeñas y medianas empresas
regímenes, basados en la exención y diferimientos de impuestos (para la abarcan una amplia gama de instrumentos que incluyen asistencia
nueva empresa y para el inversor, respectivamente) han perdido gravitación financiera, desarrollo regional, capacitación, modernización tec-
ya que la mayoría de los proyectos han finalizado o están cerca de hacerlo. nológica y promoción de exportaciones. Cada una de ellas cuenta
con numerosas líneas, en general con bajos montos y escasamente
Bienes de capital coordinados. Dentro de éstas, las herramientas que concentran la
mayor parte del gasto son las que buscan facilitar el crédito a este
Por intermedio de diversos regímenes y resoluciones sancionadas segmento de firmas (ya sea vía bonificación de tasas, constitución
a partir de mediados de la década pasada, los bienes de capital de garantías, etcétera).

4. La necesidad de una verdadera política industrial


La principal herramienta de fomento del aparato productivo nacional de la asunción del nuevo gobierno, en el marco del cual también se
que ha adoptado el gobierno de Néstor Kirchner ha sido el mante- pasará a desempeñar un nuevo equipo económico, resulta estimu-
nimiento de la moneda local fuertemente depreciada respecto de lante preguntarse si para continuar con este sendero de crecimiento
la situación vigente durante la convertibilidad. Otras variables de es suficiente con mantener la estabilidad de las señales “macro” y
orden macroeconómico que han tenido un importante impacto posi- generar un adecuado clima de inversión y de negocios. La respuesta
tivo sobre el conjunto del aparato industrial –en particular, sobre es sin duda negativa. Sobre todo si lo que se busca es poder dar un
sus niveles de rentabilidad- han sido la reducción del costo laboral salto cualitativo en la composición de la industria hacia actividades
unitario provocada por la propia devaluación, el incremento de la más intensivas en tecnología, que generen mayor valor agregado
masa de salarios vía política de ingresos, la reducción del costo local, que mejoren su impacto en la balanza comercial, que permitan
de abastecimiento energético a partir de la pesificación y relativo una mayor articulación y densidad del tejido productivo y que sean
congelamiento de las tarifas de los servicios públicos privatizados, capaces de retribuir a la fuerza de trabajo con mayores salarios.
y la existencia de tasas de interés reales visiblemente inferiores al
promedio de los años noventa. Al respecto puede verse que, en términos generales, el tipo de
ganancias de competitividad que se han obtenido desde 2002 a
En relación con las políticas específicas de promoción industrial, la fecha han sido fundamentalmente de carácter espurio; es decir,
si bien existen diversos esquemas e instrumentos de carácter hori- mejoras competitivas cuya sostenibilidad en el tiempo no está nece-
zontal, sectorial y regional, el análisis agregado permite arriesgar sariamente asegurada. En este sentido, vale señalar que, una vez
que se trata de un conjunto de medidas escasamente coordinadas finalizada la tendencia hacia la depreciación del peso provocada por
–y, por ende, absolutamente desarticuladas- en las que se encuen- el estallido de la crisis por las hipotecas en los Estados Unidos,
tran comprometidos recursos que resultan insuficientes, y que no las presiones hacia la apreciación de la moneda local han vuelto a
implican ningún tipo de requisito de reciprocidad. Lo dicho no quita aparecer, con el consiguiente peligro potencial de que se erosionen
que tales instrumentos de política industrial no hayan favorecido en el futuro las ganancias de competitividad-precio obtenidas por la
parcialmente a la industria local –tal los casos de la reformula- vía cambiaria. Los diferenciales inflacionarios de Argentina respecto
ción del régimen automotor, la extensión del de Tierra del Fuego o del mundo operan en la misma dirección. Asimismo, la mejora pau-
la protección para algunos sectores de la competencia externa-. Sin latina del poder adquisitivo de los trabajadores –cuya contracara
embargo, la lógica de intervención parece estar más relacionada a es el incremento del costo laboral- tiende a erosionar en el tiempo
la defensa per se de ciertas actividades productivas ya existentes las mejoras en la competitividad-costo obtenidas a la salida de la
que a la planificación estratégica y selección de ciertos sectores o convertibilidad. Por su parte, si bien se mantiene reducido en tér-
eslabones dentro de las cadenas globales de valor pasibles de ser minos internacionales, el valor del aprovisionamiento energético se
incentivados y promovidos. ha venido incrementando de manera gradual a partir de los proble-
mas de oferta que se han verificado desde comienzos de 2004. Por
El resultado de este mix desarticulado de políticas ha sido un cre- último, si bien se mantiene en un nivel muy bajo en relación con la
cimiento industrial a elevadas tasas junto con una incorporación década anterior, el menor precio del endeudamiento aún no se ha
masiva de empleo al sector, dinámica que pareciera marcar un punto plasmado en el acceso masivo al crédito del sector industrial, más
de quiebre con treinta años de retroceso manufacturero. En vistas por problemas de racionamiento que de costo crediticio. En suma, las

10.
0 En el año 1995 se habilitó a las empresas que ya tenían aprobado un proyecto a la sustitución de los productos, siempre que pertenecieran a la misma rama productiva o tuvieran el mismo
0.
proceso productivo y que la producción local no superara el 50% de la demanda aparente nacional.
11.
1 La extensión del régimen hasta el año 2023 lo equipara, al menos temporalmente, con el período de vigencia de la zona franca de Manaos, Brasil.
1.
12.
12
2. Las reformulaciones están permitidas siempre que se mantengan dentro de los tres dígitos de la Clasificación Internacional Industrial Uniforme (CIIU). La devolución sólo es permitida a
aquellas empresas que hayan cumplido el 70% de la inversión comprometida, a una tasa de descuento variable.
13.
13
3. Para compensar a los productores locales de bienes de capital, en el año 2001 se instrumentó un régimen de incentivos para estimular su fabricación y se redujo a la mitad la alícuota del IVA
aplicable a las ventas.

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.19


¿Y dónde está el piloto? El crecimiento de la industria sin política industrial
ganancias de competitividad obtenidas a partir de la devaluación y abanico en cuatro direcciones: empresas estatales, grandes empre-
del esquema de políticas macroeconómicas han servido para impul- sas de capital local, empresas transnacionales, o PyMEs. En tanto
sar la industria durante la actual gestión y, posiblemente, durante ya casi no existen empresas estatales productoras de bienes, ni
buena parte de la próxima; sin embargo, existe una tendencia hacia tampoco se lee en el discurso del próximo gobierno una motivación
su agotamiento en el tiempo. hacia la creación de nuevas empresas industriales de propiedad del
Estado, la primera de las opciones difícilmente sea una alternativa
En paralelo, las medidas de política industrial aplicadas no han previsto suficiente.14 En lo que respecta a las empresas nacionales de gran
instrumentos que permitan ganar competitividad de manera genuina a tamaño, la evidencia revela que el actual aparato productivo local
los sectores protegidos –ya sea vía mejoras diferenciales en la produc- aparece fuertemente extranjerizado y, más aún, continúa vigente una
tividad, diferenciación de productos o a través de la realización de acti- fuerte tendencia hacia la profundización de este proceso.15 Por tanto,
vidades más complejas-. Así, en el sector automotriz las inversiones de una opción hacia el fortalecimiento del gran capital nacional requeri-
los grandes jugadores internacionales implican la expansión de la pro- ría de la recompra de filiales de transnacionales, la creación de nuevas
ducción, incluso con nuevos modelos, pero no incluyen segmentos de firmas, o la construcción en base a las grandes firmas remanentes. En
mayor valor agregado. Por su parte, la prórroga del régimen fueguino lo que respecta a las empresas transnacionales, si bien es cierto que “el
significa la consolidación de un perfil manufacturero de armaduría, capital no tiene bandera”, en la práctica las empresas extranjeras tienden a
netamente dependiente de los incentivos, lo que significa renunciar radicar en el exterior –sobre todo en los países no desarrollados- las fases
a formar parte de segmentos dentro de las cadenas de valor interna- menos complejas de los procesos productivos y las que generan menor valor
cionales más allá del simple ensamblaje. En este sentido, no se han y menores derrames hacia la economía local. Además, suelen estar afecta-
buscado reformular estos programas con el objeto de posibilitar un das por el fenómeno conocido como home-bias, es decir, la tendencia de las
desarrollo productivo regional independiente de los beneficios otor- empresas a invertir y a repatriar ganancias hacia sus países de origen. En
gados. Asimismo, la debilidad de la política tecnológica, enfocada caso de ir por esta vía, el Estado, pues, debería articular los mecanismos e
fundamentalmente hacia las PyMEs, y la ausencia de herramientas incentivos a partir de los cuales las empresas extranjeras tiendan a cam-
crediticias de largo plazo -como podría ser un “Banco Industrial” o biar su lógica de inversión en Argentina, opción que encuentra límites en
“Banco de Desarrollo”- aparecen como fuertes restricciones para una economía globalizada y con una producción coordinada a escala
lograr un proceso de industrialización genuino. mundial por grandes empresas transnacionales. Por último, la opción
por las PyMEs industriales probablemente sea incapaz de dar el salto
En vistas de esta situación, si el objetivo del próximo gobierno es cuantitativo y cualitativo necesario para fortalecer la industria nacional.
efectivamente “profundizar el cambio”, en el sentido de darle mayor En tal sentido, la política PyME, si bien muy importante para el objetivo
participación a la industria en el producto, resulta ineludible articu- de generación de empleo, pierde relevancia si el fin buscado es la gene-
lar una verdadera política industrial. La revisión de los casos mun- ración de riqueza en gran escala.16
diales más exitosos de industrialización –sean los países desarrollados
o las economías de industrialización reciente- confirma de manera con- La tercera decisión de carácter estratégico es la determinación de
tundente que los fundamentos macroeconómicos no bastan para rever- los sectores o actividades a ser fomentados. Es claro en primer tér-
tir treinta años de retroceso industrial y primarización manufacturera. mino que se deben promover a los sectores y actividades producti-
El laissez faire o piloto automático proclamado de manera más o menos vas que generan mayor valor agregado y cuyo proceso de producción
explícita desde distintos sectores niega la experiencia histórica de los sea intensivo en modernas tecnologías. Más allá de estas recomen-
países industriales, donde el Estado tuvo un papel fundamental en la daciones, la selección de los sectores o actividades deberá tener
planificación y donde el sector privado estuvo sujeto a planes estric- en cuenta el criterio de viabilidad; es decir, difícilmente Argentina
tos de desempeño vinculados con metas de producción y exportación. pueda desarrollar exitosamente, al menos en el corto plazo, aquellas
La carencia de cuadros técnicos calificados no resulta un justificativo industrias más dinámicas a escala internacional y que se encuen-
válido, como tampoco lo es la supuesta naturaleza intrínsicamente tran cercanas a la frontera tecnológica. En el otro extremo, la com-
corrupta del Estado –otro argumento falaz-. petencia en las industrias intensivas en trabajo (tipo maquilas) no
favorece ni es conveniente para el país, en tanto tienen escasos
Una verdadera política industrial involucra decisiones estratégicas eslabonamientos productivos y su principal fuente de competitividad
sobre, al menos, tres aspectos clave. En primer lugar, una decisión radica en la baratura de los salarios
respecto de cuál será la magnitud de los fondos destinados especí-
ficamente a la promoción industrial. La realidad histórica muestra Esta rápida revisión de las decisiones estratégicas que involucraría
que para lograr efectivamente un proceso de industrialización en el ingreso a una nueva fase –más profunda y duradera- de desa-
forma sólida y acelerada es necesario realizar cuantiosos desembol- rrollo industrial pone al descubierto la complejidad de este proceso.
sos hacia los sectores escogidos, sean obtenidos vía endeudamiento Lo cierto es que, cualquiera sea la opción escogida, requerirá de
externo, sean provenientes de transferencias intersectoriales. una fuerte participación y liderazgo estatal –tanto en términos de
grados de intervención como de magnitud de recursos puestos a
En segundo lugar, se tendrá que escoger hacia qué tipo de empresas disposición- si efectivamente se quiere lograr un verdadero cambio
se orientarán las políticas y los desembolsos. Esta discusión abre el estructural del aparato productivo local.fin

14.
14
4. No obstante, la opción por las empresas estatales puede resultar en una alternativa viable para el caso de las empresas de servicios públicos, para el manejo de ciertos recursos naturales de
carácter estratégico –como por ejemplo, el petróleo o el gas- o para “traccionar” el desarrollo tecnológico interno a través de una empresa líder en sectores de alta tecnología, con necesidad
de grandes inversiones y cuyos resultados están sujetos a gran incertidumbre –tal lo que sucede en la actualidad con INVAP SE.
15.
5 La evidencia muestra que el 72% de las 500 compañías de mayor facturación del país pertenecen a capitales extranjeros (ENGE, INDEC). Para confirmar que este proceso sigue su curso, alcanza y
5.
sobra con repasar los periódicos en donde diariamente aparecen noticias sobre la compra de empresas de capitales argentinos por parte de empresas extranjeras, facilitadas por los precios relativamente
baratos de los activos locales. Debe destacarse que en muchos casos los compradores provienen de países en proceso de consolidación industrial (Brasil, China, India o México).
16.
6 La experiencia histórica tampoco muestra casos de países que se hayan industrializado a partir del fomento de las empresas de menor porte. En tal sentido, el ejemplo más aproximado son los
6.
renombrados distretti industriali italianos, que si bien mejoraron la economía de ciertas regiones centrales del país, no han sido el factor determinante del crecimiento de una Italia previamente
industrializada y con una importante presencia de empresas nacionales de gran magnitud, inclusive fuertemente internacionalizadas.

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.20


03 | El gasto público en la post-convertibilidad: quiebres y continuidades
El gasto público en la post-convertibilidad: quiebres y continuidades

El colapso del régimen de convertibilidad a comienzos de esta década nómico deberían mostrar signos de transformaciones sustantivas
dio lugar a un importante proceso de reconfiguración de la economía respecto del período de la convertibilidad; también las cuentas
argentina que se expresó en cambios de diversa intensidad en las con- públicas deberían reflejar las prioridades de gasto que el actual
diciones económicas y sociales del país. La caracterización de los prin- esquema exige y que debieran ser compatibles con el programa que
cipales rasgos distintivos de esta nueva etapa fue uno de los objetivos en el plano discursivo sostiene el gobierno.
centrales de esta publicación desde su primera edición. En esta línea, en
el presente artículo nos proponemos discutir las transformaciones más Con este objetivo en mente, en primer lugar identificamos las prin-
relevantes en el patrón de gasto público entre 2002 y la actualidad. cipales tendencias seguidas por el presupuesto de gastos ejecutado
por el Estado nacional desde la devaluación hasta el año 2006, en
La principal motivación de este trabajo es determinar si la evolución perspectiva comparada con el período previo. De esta forma, tendre-
reciente del gasto del Estado argentino refleja en alguna medida la mos una aproximación general a la dinámica seguida por el gasto
posición argumentativa que viene manteniendo el gobierno desde en la etapa inmediatamente posterior a la crisis de la convertibi-
prácticamente el momento en que asumió: que el actual régimen lidad. Luego, analizamos la situación actual y las perspectivas de
macroeconómico constituye un quiebre con respecto al vigente las erogaciones del fisco en función de los datos disponibles para el
durante la década pasada. Si esto es así, no sólo la estructura pro- presente ejercicio y del proyecto de presupuesto correspondiente al
ductiva y la lógica de intervención del Estado en el sistema eco- año 2008 girado por el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional.

1. Principales tendencias en el gasto público desde la crisis de la convertibilidad hasta 2006


Caída y recuperación parcial del nivel de las erogaciones del respecto de los cinco años previos tanto en pesos constantes
Estado nacional (43,2%) como del PIB (2,2%), pese a que quienes aplicaron las
políticas de desindustrialización abogaron por la necesidad de
En un primer acercamiento a los cambios que se produjeron en el reducir el tamaño del Estado. De igual forma, durante la segunda
patrón de gasto público a la salida de la convertibilidad, el fenó- ronda de reformas estructurales con una orientación market-friendly
meno más general que salta a la vista es la significativa caída de las ensayadas en el último cuarto de siglo, entre 1990 y 1994 el gasto
erogaciones del Estado, tanto en términos reales como respecto al público total creció un 4% a valores constantes y un 0,6% respecto
Producto Interno Bruto (PIB) del país. Comparado con el quinquenio del PIB, en comparación al promedio para el período 1984-1988.
anterior a la crisis de 2001 (excluyendo este último año), durante el
período 2002-2006 el gasto total ejecutado por el sector público fue La sobrevaluación de la moneda local que ha tendido a prevalecer
en promedio un 5,1% menor como proporción del PIB, y un 17,3% durante estos períodos actúa indudablemente como un factor deter-
más chico en términos absolutos si se toman los valores a pesos minante de este fenómeno recurrente. En este sentido, el abarata-
constantes. Asimismo, en 2006 el gasto público como porcentaje del miento del dólar lleva al incremento del precio relativo de los servicios
producto era todavía un 10% más bajo que en 2001. con respecto a los bienes transables, lo que propulsa el aumento del
gasto público en relación al PIB. Una cuestión es importante: aún cuando
Es decir, tomando como parámetro cualquiera de estos indicadores esta suba puede conllevar una mayor incidencia del gasto salarial en el
se observa nítidamente que hasta el año pasado el gasto público gasto estatal, no significa una mejora de los salarios reales.
era menor que el vigente durante la década de la convertibilidad. Este
dato sencillo contrasta con las argumentaciones que desde hace tiempo El desempeño del gasto en ambos procesos se explica también por el
vienen sosteniendo sectores de la ortodoxia respecto de que el nivel del creciente peso del endeudamiento y el correspondiente incremento de
gasto público mostró un crecimiento exageradamente elevado desde el los servicios de la deuda en el total de las erogaciones públicas. Como
momento de la asunción del presidente Kirchner. En los hechos, la deva- puede apreciarse en el Gráfico Nº 1, entre 1976 y 1982 la brecha entre
luación implicó un extraordinario ajuste del gasto, que se desplomó un el gasto primario (que no incluye los intereses de la deuda pública)
37% en términos reales. El proceso de recuperación que siguió a la crisis y el gasto total tendió a aumentar fuertemente. En el mismo sentido,
implicó simplemente una recomposición parcial del nivel de gasto del luego de una tendencial reducción de esta relación durante la década
Estado, ubicándose en 2006 aún por debajo de los niveles de 2001. de 1980, en los años noventa vuelve a subir el peso de los intereses
en el PIB, notablemente en la segunda mitad del decenio.
Paradójicamente, las cuentas fiscales de los años noventa mues-
tran que durante la vigencia de un régimen macroeconómico que En el período post-devaluación –por el contrario- esta trayectoria se
apuntaba a la retracción del peso del Estado en la esfera econó- revierte, produciéndose una fuerte caída del peso del gasto público
mica, el gasto público se mantuvo en niveles claramente superio- en el producto de la economía. Esta es, precisamente, la primera
res a los del primer quinquenio post-devaluación. En este sentido, característica relevante de la dinámica fiscal de la etapa actual. La
los antecedentes históricos recientes en materia de implementa- reducción del gasto tiene consecuencias sociales directas, dado que
ción de planes de ajuste, apertura, liberalización y desregulación una parte importante se destina a rubros tales como la educación, la
económica en el país revelan una manifiesta incongruencia entre salud, y la previsión y asistencia social; todas erogaciones dirigidas
el sentido de las políticas públicas y el comportamiento fiscal. en mayor medida a los sectores más desprotegidos. Por esto mismo,
Por caso, en el lustro posterior al quiebre del régimen de indus- las presiones que se ejercen para que el gasto no se incremente tien-
trialización por sustitución de importaciones (ISI) a mediados de den a afectar en un mayor grado a aquellos sectores sociales que
la década de 1970, las erogaciones del Estado se incrementaron cuentan con peores condiciones de vida.

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.21


El gasto público en la post-convertibilidad: quiebres y continuidades
Otro elemento que merece la pena destacar es que la reducción del Adicionalmente, como resultado de la devaluación y del elevado
gasto público en la post-convertibilidad convivió con un aumento crecimiento, la recaudación tributaria después de la crisis tuvo
elevado y sostenido del PIB, a diferencia de lo ocurrido con pos- un significativo repunte, que permitió revertir el déficit crónico
terioridad al golpe militar de 1976, donde la economía mostró que arrastraba el sector público argentino, alcanzando un nivel
mayores fluctuaciones y una menor tasa promedio de crecimiento. de superávit fiscal inédito en la historia del país.

Gráfico Nº 1: Evolución del gasto primario, el gasto total y la diferencia entre ambos, 1976-2004
En porcentaje del PIB

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Fuente: Oficina Nacional de Presupuesto (Secretaría de Hacienda), Ministerio de Economía y Producción.

La trayectoria del gasto público en los años recientes ha generado Ante los encadenamientos económicos que conlleva un aumento del
no poco debate entre los economistas. Muchas de las críticas reto- gasto público, y el hecho de que una parte significativa del mismo se
man en realidad los planteos del ajuste fiscal característicos de los volcaría a educación y salud en momentos donde todavía subsisten
años noventa. Entre los argumentos expuestos suele destacarse que las consecuencias de la profunda crisis social que atravesó el país en
el objetivo de la actual política fiscal debiera ser incrementar (o en las últimas décadas -en que el acceso de la población a estos ser-
el peor de los casos mantener) el nivel de superávit, con lo cual todo vicios se ha visto dramáticamente debilitado-, resulta cuestionable
gasto es tratado dentro de una lógica empresarial: más que gasto se que una parte explícita de la política del actual gobierno sea incre-
lo considera un costo. Por tanto, -se argumenta- debiera permanente- mentar el superávit fiscal, poniéndole un evidente freno al incremento
mente buscarse su reducción. Contrariamente a lo que se desprende del gasto. El objetivo de maximizar el superávit, expresado casi como
de este tipo de posiciones, desde nuestra perspectiva el gasto fiscal fin único y orientador de la política general del gasto estatal, se con-
(y su incremento) cumple tres funciones clave para el desempeño de tradice con la idea de impulsar de forma sostenida y decidida una
la economía y el bienestar social en la actual coyuntura. mejora de las condiciones de vida de la sociedad.

En primer lugar, como ya se ha dicho, permite la provisión de servicios Reversión de la trayectoria decreciente de los gastos de capital
tales como educación, salud y asistencia social, entre otros, que en una
porción importante mejoran de manera directa las condiciones de vida El papel que el Estado cumple en la formación de capital de la eco-
de la población. Pero, adicionalmente a la provisión de servicios, una nomía -tanto del sector público como del privado- puede verse en las
buena proporción del gasto corresponde al ingreso salarial de quienes cuentas públicas a partir de la naturaleza corriente o de capital de
trabajan para brindarlos. En este sentido, el ajuste fiscal no es sino un las erogaciones. Las erogaciones corrientes comprenden los gastos
freno al incremento salarial, es decir, a la recuperación en términos reales vinculados a la producción de bienes y servicios del sector público, al
de las castigadas remuneraciones de los trabajadores del sector público. pago de intereses de la deuda y a las transferencias corrientes, mien-
En tercer lugar, una fracción del gasto fiscal fomenta directamente la tras que en la segunda categoría se incluyen los gastos e inversiones
formación de capital de la economía: la inversión. Teniendo en cuenta que incrementan el activo del Estado, así como aquellas transferen-
la necesidad de garantizar niveles crecientes de inversión para sostener cias que involucran un aumento del stock de capital de la economía.
incrementos permanentes del producto nacional, las consecuencias sobre
el conjunto de la economía que tiene el gasto fiscal no son para nada La información oficial muestra que tras la devaluación del peso en
despreciables. La inversión pública es central, toda vez que sus efectos 2002 se produjo un quiebre en la persistente tendencia a la caída
multiplicadores no son necesariamente compensados por otros desem- de los gastos de capital del Estado -tanto con respecto al PIB como
bolsos privados cuando el Estado deja de invertir, con lo cual terminan en relación con el gasto corriente-, que venía manifestándose desde
perdiéndose si se impone el ajuste del gasto. mediados de los años setenta. Este punto de inflexión es absoluta-

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.22


El gasto público en la post-convertibilidad: quiebres y continuidades
mente claro respecto de la convertibilidad, aunque de todas formas contrapartida, los gastos corrientes mostraron una disminución en
los niveles del gasto de capital en relación al PIB se encuentran toda- términos del producto en los primeros años posteriores a la devalua-
vía por debajo de los vigentes durante la ISI (Gráfico Nº 2). Como ción, aunque desde 2005 registraron una importante recuperación.

Gráfico Nº 2: Evolución de los gastos corrientes y de capital del sector público argentino, y su relación, 1965-2005
En porcentaje

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Fuente: Oficina Nacional de Presupuesto (Secretaría de Hacienda), Ministerio de Economía y Producción.

La conjunción de las trayectorias del gasto corriente y del gasto de capital Aumento del gasto y la participación de los servicios econó-
determinó que la participación relativa de cada tipo de erogaciones en micos en el presupuesto y caída del peso de los servicios de
el total se alterara significativamente en un doble sentido: por un lado la deuda pública
se modificó la tendencia general, con lo cual la proporción del gasto
corriente con respecto al gasto de capital comenzó a descender. Por otro En lo que respecta a la participación relativa de los distintos
lado, el coeficiente entre el gasto corriente y el de capital se ubicó consi- componentes del gasto según su finalidad, el mayor cambio en el
derablemente por debajo de los niveles existentes durante la década de período 2002-2006 se observa en el crecimiento de los servi-
los noventa, y, desde ya, del pico que dicha proporción alcanzó en el 2001. cios económicos, que experimentaron una suba del 30% de su
En aquel año se dedicaban $18,6 a financiar gastos corrientes por cada peso en el gasto consolidado del sector público (ganando más
peso destinado a gasto de capital. En 2005 esa relación cayó a 7 a 1: es de dos puntos porcentuales, al pasar de 6,9% al 9%). Este
decir que se destinaron $7 a gasto corriente por cada peso de gasto de crecimiento relativo se dio principalmente a expensas de los
capital. En términos de porcentaje sobre el total del gasto presupuestario, servicios de la deuda pública, cuya influencia en las erogacio-
en 2001 el gasto de capital representaba apenas el 5,1% del gasto total; nes del Estado se redujo un 20% luego de la reestructuración
en 2005, en cambio, éste alcanzó al 12,4% del gasto total. post-default (Cuadro Nº 1).

Cuadro Nº 1: Participación de cada concepto en el total del gasto público, promedio 1996-2000 y 2002-2006
En porcentaje

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Fuente: Elaboración propia sobre la base de Dirección de Análisis de Gasto Público y Programas Sociales (Secretaría de Política Económica),
Ministerio de Economía y Producción.

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.23


El gasto público en la post-convertibilidad: quiebres y continuidades
Para comprender con precisión las modificaciones del gasto público es ilustrativo la cobertura de los planes sociales (básicamente los englobados en el programa
analizar su variación según las principales partidas (Cuadro Nº 2). Tomando los Jefes y Jefas de Hogar) con el propósito explícito de paliar las consecuencias de la
promedios para el quinquenio anterior y posterior al año 2001, la mayor participa- profunda crisis social y el aumento inédito de los niveles de pobreza e indigencia
ción en el gasto de los servicios económicos se debe fundamentalmente al soste- que dejaron las políticas de apertura y liberalización económica predominantes
nido crecimiento en valores constantes del gasto en energía y combustible (49%), durante la década pasada.
de los programas laborales y de subsidios a la pobreza (32,8%) y de rubro trans-
porte (3,6%). En este sentido, la política del gobierno de mantener parcialmente A excepción de los conceptos mencionados, el resto de los grandes agregados pre-
congeladas las tarifas de las empresas de servicios públicos y de los medios supuestarios experimentó importantes reducciones en términos reales, si toma-
masivos de transporte (colectivos y subterráneos) en un contexto de aumento mos los promedios para los períodos 1996-2000 y 2002-2006. Entre las caídas
de precios -particularmente de aumento del precio internacional de los combus- más marcadas se encuentran los servicios de la deuda pública (35,2%), previsión
tibles-, se expresó en una fuerte suba de los subsidios y transferencias a estos social (27,5%) y salud (19,0%). Por su parte, los gastos en educación (que en
sectores como medida compensatoria. La crisis energética local contribuyó, a su promedio cayeron 13,9% entre estos períodos), recuperaron su nivel previo a la
vez, a intensificar este pronunciado incremento de los gastos en estas partidas. crisis en términos reales; mientras que los fondos destinados al sistema de ciencia
Asimismo, el mayor nivel de gasto en la finalidad trabajo se debe a la expansión de y técnica se incrementaron un 22,4% entre 2000 y 2006 (Cuadro Nº 2).

Cuadro Nº 2: Variación del gasto en valores constantes destinado a cada concepto, 2000 vs. 2006 y 2002-2006 vs 1996-2000
En porcentaje
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Fuente: Elaboración propia sobre la base de Dirección de Análisis de Gasto Público y Programas Sociales (Secretaría de Política Económica), Ministerio de Economía y Producción.

Como resultado de la trayectoria mostrada por los recursos aplica- de transporte, al tiempo que los correspondientes a previsión social
dos a las distintas finalidades, en la composición del gasto público y servicios de la deuda son los que más cayeron en términos compa-
consolidado en el período post-devaluación se destaca el avance de rativos (Cuadro Nº 3). Adicionalmente, se vuelve a observar la caída
los gastos en programas sociales y subsidios al sector energético y significativa de las partidas correspondientes al gasto en salud.
Cuadro Nº 3: Participación de cada concepto en el total del gasto, promedio 1996-2000 y 2002-2006
En porcentaje
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Fuente: Elaboración propia sobre la base de Dirección de Análisis de Gasto Público y Programas Sociales (Secretaría de Política Económica).
Ministerio de Economía y Producción.
Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.24
El gasto público en la post-convertibilidad: quiebres y continuidades
Algunas partidas clave: deuda pública, educación, salud y Deuda pública. Hemos señalado ya que uno de los componentes
servicios económicos que muestra mayor variación entre la etapa 2002-2006 y la conver-
tibilidad es el gasto en servicios de la deuda pública. El Gráfico Nº 3
Llegados a esta instancia del análisis resulta interesante seleccionar algunos permite apreciar los cambios en este rubro, tanto en pesos constantes
ítems particulares del gasto y observarlos con mayor detenimiento. como en proporción al total del gasto presupuestario.

Gráfico Nº 3: Gasto presupuestario en deuda pública, 2000-2005


En millones de pesos constantes de 2005 y como porcentaje del gasto total

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Fuente: Elaboración propia sobre la base de Oficina Nacional de Presupuesto, Ministerio de Economía y Producción.

En el año 2001, el gasto en deuda pública creció hasta alcanzar el 24,5% del el derrumbe inicial de este concepto en la actual etapa reproduce las tenden-
presupuesto, es decir, prácticamente la cuarta parte del gasto total. Se trata de cias generales de las últimas décadas: ante fuertes caídas en las partidas
un nivel absolutamente inédito en la historia del país. En el pico de la crisis de la educativas, las reversiones en la trayectoria no redundaron en una recompo-
deuda de inicios de los años ochenta (1982) el gasto en dicho rubro trepó hasta el sición rápida y completa de los niveles de gasto precedentes.
15,5% del total, una proporción significativamente menor a la que representaba
en el presupuesto de 2001. En 2002, este rubro pasó a significar el 14,8% de Como participación en el total del gasto lo destinado a educación también
las erogaciones totales del Estado nacional, aunque todavía alcanzaba un valor resultó menor, aunque en una magnitud muy pequeña, lo que permite inferir
históricamente elevado, sólo superado por el período 1999-2001 y el mencionado un proceso de recuperación casi total desde la crisis. En este sentido, con-
año 1982. Desde entonces, luego de la reestructuración de la deuda, el gasto en siderando los bajos niveles de gasto registrados en los años noventa, el leve
este concepto siguió disminuyendo, alentado aquí por dos factores concordantes: repunte actual alcanza para que sea mayor que en el período 1992-1999. Sin
por un lado, la disminución de los pagos en términos reales y, por el otro, la recu- embargo, este fenómeno de ninguna manera implica afirmar que el Estado
peración del gasto real a raíz de la recuperación económica. Esta tendencia, sin argentino está destinando una cantidad suficiente a un componente que
embargo, se revirtió en el año 2005 a partir del importante aumento en términos impacta directamente en las potencialidades de desarrollo de la economía y
reales del gasto en este rubro. El incremento en ese año ubicó los gastos en deuda en las condiciones de vida de la sociedad. Por el contrario, en términos de los
externa en niveles similares al del año 2002. En la explicación de este fenómeno requerimientos de un sistema educativo que debe atender a una población
es relevante la existencia de una parte de la deuda que se ajusta en función del devastada por las consecuencias de décadas de deterioro social y econó-
crecimiento del PIB, lo que implica una mayor variabilidad en los pagos que se mico, el nivel de gasto actual es a todas luces insuficiente.
realizan en épocas de fuerte expansión de la economía.
En la práctica, luego de la sanción de la Ley de Financiamiento Educa-
Educación. Un componente que reviste suma importancia por sus impli- tivo las que están haciendo el esfuerzo fiscal en materia educativa son
cancias en términos sociales es el gasto en educación. Como resulta las provincias, aunque –como se mencionó- la recuperación del sector
esperable, la devaluación del peso en el año 2002 implicó una violenta requiere de un compromiso decidido por parte del gobierno nacional.
reducción tanto en términos reales como en relación al gasto presu-
puestario total de este concepto. Se trató de una caída que a valores Salud. Otro de los rubros clave vinculado al gasto social es el caso
constantes redujo el presupuesto en educación en un 45,8%, gracias al de la salud. Aquí, sin embargo, los resultados son marcadamente
desplome estrepitoso del salario real. diferentes y más dramáticos respecto del caso de la educación: el
gasto en salud cayó abruptamente en el año 2002 y no se recuperó
Si bien a partir de 2003 se aprecia un crecimiento del gasto en educación, en en los años siguientes, ya que, de hecho, siguió mostrando una ten-
2005 se encontraba en términos reales incluso por debajo del año 2000. Así, dencia decreciente (Gráfico Nº 5).

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.25


El gasto público en la post-convertibilidad: quiebres y continuidades

Gráfico Nº 4: Gasto presupuestario en cultura y educación, 2000-2005


En pesos constantes de 2005 y como porcentaje del presupuesto total

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Fuente: Elaboración propia sobre la base de Oficina Nacional de Presupuesto, Ministerio de Economía y Producción.

En términos reales el gasto en salud se redujo fuertemente en el año términos reales como en comparación con el presupuesto total. Es decir,
2002, aunque en menor proporción que la caída que tuvo el presupuesto pese a la recuperación económica, el gasto en salud estuvo estan-
general del Estado, por lo cual su participación en el gasto total creció. cado en términos reales, lo que determinó una trayectoria decre-
En 2003, sin embargo, el gasto se siguió contrayendo, ahora tanto en ciente en términos del gasto total y del PIB.

Gráfico Nº 5: Gasto presupuestario en salud, 2000-2005


En pesos constantes de 2005 y como porcentaje del presupuesto total

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Fuente: Elaboración propia sobre la base de Oficina Nacional de Presupuesto, Ministerio de Economía y Producción.

Servicios Económicos. Un cuarto y último componente del gasto cepto presenta un comportamiento notablemente divergente a los
que es relevante analizar es el rubro servicios económicos. Este con- demás, principalmente en el período 2003–2005 (Gráfico Nº 6).

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.26


El gasto público en la post-convertibilidad: quiebres y continuidades

Gráfico Nº 6: Gasto presupuestario en servicios económicos, 2000-2005


En pesos constantes de 2005 y como porcentaje del presupuesto total

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Fuente: Elaboración propia sobre la base de Oficina Nacional de Presupuesto, Ministerio de Economía y Producción.

Este rubro sufrió una disminución en el año 2001, aunque principal- rubro que tuvo gran relevancia durante largos períodos de la historia
mente en términos reales y no tanto respecto del gasto total. Poste- argentina, como durante las década del setenta y ochenta, en que
riormente, tuvo un incremento espectacular, ya que en términos reales llegó a representar el 30% del gasto general del Estado -debido fun-
prácticamente se quintuplicó entre 2002 y 2005. Como consecuencia damentalmente a la existencia de empresas públicas, posteriormente
de ello, también tuvo un importantísimo crecimiento relativo, hasta privatizadas-. En la actualidad, la suba de este componente expresa
alcanzar casi el 14% del presupuesto total. Este valor es práctica- de manera importante las diversas transferencias que el Estado
mente el doble del que tuvo en promedio en el período 1993-2000 (hay nacional viene realizando al sector privado, como parte de una política
que remontarse a 1992 para encontrar una proporción mayor de este anti-inflacionaria y de búsqueda de solución a los problemas de cuello
componente en el total del gasto). Cabe recordar que se trata de un de botella en el sistema productivo.

2. Las perspectivas actuales del gasto público: el estimado 2007 y el presupuesto 2008
El breve estudio realizado hasta aquí ha permitido destacar las conti- y lo efectivamente ejecutado. Por ello, en el examen del presupuesto
nuidades y los cambios en las tendencias de mediano plazo del gasto 2008 resulta necesario presentar ya no sólo la comparación entre el
presupuestario. Esta perspectiva resulta útil para dimensionar las gasto 2007 y 2008, sino incluir allí también una comparación con lo
transformaciones que en materia de gasto público se dieron tras la presupuestado para 2007 y con lo que puede estimarse, a esta altura
crisis de la convertibilidad. En general, se considera que las modi- del ejercicio, que será el gasto efectivo en este año (Cuadro Nº 4).
ficaciones presupuestarias -tanto por el lado de los ingresos como
del gasto- no deben ser evaluadas exclusivamente a la luz de lo que Según la información disponible, el gasto para el año 2007 alcanza-
ocurre un año con respecto a su inmediato anterior, sino en relación ría un nivel 14,9% más alto de lo pautado originalmente, según las
a un horizonte de más largo plazo. Ahora bien, la revisión realizada previsiones del propio gobierno presentadas junto al Proyecto de Ley
también sirve para sentar las bases para el estudio del presupuesto del Presupuesto 2008. Dado que no es fácil estimar cuál va a ser el
en el próximo año: el presupuesto 2008. incremento en términos reales –debido a que existen problemas adi-
cionales vinculados a la fiabilidad de los datos de la inflación producto
Antes de entrar de lleno en la materia es necesario realizar algunas de la crisis del INDEC- hemos preferido aquí analizar las variaciones
aclaraciones. El análisis de las perspectivas del gasto para el año relativas al incremento total.
2008 se realizará, lógicamente, a partir de la ley de presupuesto
correspondiente. No obstante, el análisis riguroso de esta ley choca En términos nominales, tan solo dos rubros han registrado caídas. En
con la dificultad de que aún no está cerrado el ejercicio 2007. Esto es primer lugar, la partida destinada a trabajo no sólo mostró una dis-
especialmente relevante ya que la tendencia en materia de estimación minución durante el actual ejercicio, sino que además se prevé una
de gastos e ingresos de la actual administración ha sido la subesti- caída nominal del 8% para el año 2008, lo que confirma la trayectoria
mación sistemática de los recursos públicos y sus aplicaciones. En decreciente que se observa en este ítem a partir de la consolidación
este sentido, la estimación “prudente” (e irreal) de la evolución de las de la recuperación económica. El otro componente que cayó durante
variables macroeconómicas que sirven como base para el cálculo pre- el año 2007 respecto a lo presupuestado -en este caso significativa-
supuestario conlleva importantes divergencias entre lo presupuestado mente- fue el gasto en la Administración Gubernamental (11%).

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.27


El gasto público en la post-convertibilidad: quiebres y continuidades
Con respecto a la deuda pública, durante este año dicho gasto se incre- ramente por debajo del porcentaje en que se incrementaría el gasto. Como
mentó un 18,8% con respecto a lo pautado, unos puntos por encima del consecuencia de estas dos variaciones, la proporción de este ítem sobre el
incremento del gasto total. Para el próximo año se prevé un aumento lige- gasto total tiende a crecer, aunque ligeramente.

Cuadro Nº 4: Gasto según finalidad, presupuestos 2007 y 2008 y estimado 2007


En millones de pesos corrientes

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Fuente: Elaboración propia sobre la base de Proyectos de Ley de Presupuestos de 2007 y 2008, Ministerio de Economía y Producción.

Entre los Servicios Sociales, uno de los que más ha crecido es el En definitiva, las transformaciones presupuestarias subyacentes
rubro salud. Señalamos anteriormente que es, en forma notoria, al programa de gasto impulsado por el gobierno para el próximo
uno de los gastos sociales más rezagados. El incipiente incre- año se reducen a moderados aumentos en educación y en salud,
mento es un rasgo interesante del nuevo presupuesto, aunque mientras que se destaca por su magnitud el incremento de las
todo indicaría que es aún insuficiente para revertir la situación erogaciones en servicios económicos. De esta forma, se ratifica
presupuestaria en este rubro. En el caso de educación la situa- el patrón de gasto público que se consolidó desde la salida de
ción es diferente. El mayor problema radica en que durante el año la convertibilidad, caracterizado por modestos avances en tér-
2007 los cambios que se dieron en el presupuesto actuaron minos del redireccionamiento de los recursos públicos hacia los
en detrimento de este gasto, que se vio reducido en relación sectores más afectados por las políticas económicas que pre-
al gasto total. El incremento por encima del promedio para el valecieron durante las últimas décadas en el país. El análisis
año 2008 no alcanza para revertir el atraso que experimentó de la morfología del gasto público no revela la adopción de un
durante el 2007. compromiso decidido en favor de un proceso de desarrollo eco-
nómico. Es decir, más allá de que la dirección de los cambios
Por último, el rubro servicios económicos creció muy fuertemente parece la adecuada para las circunstancias actuales de la econo-
en el año 2007, por lo cual aún cuando el incremento para el mía argentina, es necesario que el mayor protagonismo que desde el
2008 no sea muy importante, se reafirma una tendencia que ya plano discursivo se le pretende atribuir al Estado en cuanto factor de
venía presentándose durante los últimos años: este rubro cons- desarrollo social se materialice con más contundencia en las cuen-
tituye el de mayor crecimiento en términos reales y relativos de tas públicas. Esto implica un mayor gasto fiscal y una orientación
la etapa post-devaluación. aún más clara en favor de la inversión pública y el gasto social.fin

Notas de la economía argentina | Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.28


Notas de la economía argentina | 04 | Diciembre 2007
El Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (CENDA) es un centro de estudios económicos y sociales
constituido por un grupo de jóvenes investigadores con formación en economía política. El CENDA se
propone contribuir al desarrollo de la sociedad argentina a través de la producción académica crítica e
independiente, integrando la discusión teórica con el análisis de la economía nacional.
cenda@cenda.org.ar | www.cenda.org.ar

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NotasEL DESARROLLO
de la economía argentina |ARGENTINO.
Edición 04 | Diciembre 2007 | CENDA PÁG.029

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