Informe Derechos Civiles y Politicos

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 16

UNIVERSIDAD DE AQUINO BOLIVIA FACULTAD DE

CIENCIAS SOCIALES Y HUMANÍSTICAS


CARRERA DERECHO

PACTO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS CIVILES Y POLITICOS

MATERIA: DERECHOS HUMANOS

DOCENTE: Dr. JUAN CARLOS SALAZAR


ESTUDIANTES: JUDITH CALANI CUIZARA
ERICK JILLMAR ARISPE FLORES
ATALIA DAZA GONZALES
VERONIKA APIO ESTRADA

ORURO – BOLVIA 2024


PACTO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS CIVILES Y POLITICOS

CONCEPTO:

El pacto desarrolla los derechos civiles y políticos y las libertades recogidas en la


Declaración Universal de los Derechos Humanos. Bajo el artículo 1 del Pacto, los
estados se comprometen a promover el derecho a la autodeterminación y a respetar
ese derecho.

Los derechos civiles y políticos son aquellos derechos que protegen la libertad del
individuo de su vulneración por parte de los gobiernos, organizaciones sociales e
individuos privados y que aseguran la capacidad de cada individuo de participar en la
vida política de la sociedad y el Estado libre de toda discriminación o represión.
Los derechos civiles incluyen garantizar la integridad física y mental de las personas,
su vida y su seguridad, la protección de toda discriminación en base a la raza,
género, nacionalidad, color, orientación sexual, etnia, religión o discapacidad y los
derechos individuales tales como a la privacidad, la libertad de opinión y conciencia,
de palabra y expresión, de religión, de prensa, de reunión y de circulación.
Los derechos políticos incluyen el derecho a una tutela judicial efectiva, tales como
los derechos del acusado, entre ellos el derecho a un juicio imparcial, el debido
proceso, el derecho a solicitar resarcimiento o compensación legal, y los derechos de
participar en la sociedad civil y en política tales como la libertad de asociación, el
derecho a reunión, el derecho a peticionar, el derecho a la defensa propia y el
derecho al voto.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos fue adoptado por la Asamblea
General de la ONU según la resolución 2200A (XXI) del 16 de diciembre de 1966, y
entró en vigor el 23 de marzo de 1976.
Derecho a la vida.
Prohibición de la tortura y los tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Prohibición de la esclavitud.
Derecho a la seguridad de la persona: protección contra el arresto y la detención
arbitraria en cualquier circunstancia.
Derecho a la equidad procesal ante la legislación y al debido proceso.
Derecho a la libertad de expresión, conciencia y religión.
Derecho a elegir y ser elegido por sufragio universal.

1. DERECHOS CIVILES Y POLITICOS EN BOLIVIA


1.1. Introducción
Los bolivianos y bolivianas se han dado a sí mismos recientemente una nueva
Constitución en virtud de la cual Bolivia se constituye en un Estado Unitario, Social
de Derecho, Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático,
intercultural, descentralizado y con autonomías. Esta nueva Constitución Política del
Estado, fruto de los trabajos de la Asamblea Constituyente que comenzaron en el
año 2006,1 fue aprobada en referéndum por el Pueblo Boliviano, el 25 de enero de
2009,2 y entró finalmente en vigor el 9 de febrero de 2009.3
El Capítulo III del Título II la Constitución Política del Estado de Bolivia, relativo los
"Derechos Civiles y Políticos",11 integra una muy significativa parte de la constitución
dogmática boliviana; pues en él se contienen tanto los derechos que permiten el
desarrollo de la personalidad, como aquellos a través de los cuales se articula la
participación en los asuntos políticos del Estado, y que permiten por tanto el
desarrollo del principio democrático.12 Este Título II de la Constitución boliviana se
encuentra divido en dos secciones, la primera de ellas se dedicada a los derechos
civiles; mientras que la segunda contiene los derechos políticos. Se reconocen así en
este Capítulo, el bloque de aquellos derechos fundamentales, conocidos como
derechos de primera y segunda generación, a los que tradicionalmente se les ha
caracterizado por conformar el núcleo de los derechos más identificables de los
primeros estadios del constitucionalismo.

2. LOS DERECHOS CIVILES

La sección I del Capítulo Tercero de la Constitución Política lleva por título,


"Derechos Civiles" y está integrada por cinco artículos, del 21 al 25, en los que se
reconocen una importante serie de derechos constitucionales: el derecho a la
autodeterminación cultural, el derecho a la privacidad y la intimidad, el derecho a la
libertad de expresión e información, la libertad religiosa y de culto, la libertad de
residencia y circulación, la libertad y la seguridad personal, el secreto de las
comunicaciones y la inviolabilidad del domicilio. También están incluidos en esta
sección el derecho de reunión, el de asociación, y el de petición, que
tradicionalmente han sido calificados por la doctrina constitucional como derechos de
naturaleza política.
Los llamados derechos civiles, también conocidos como derechos de la esfera
personal, son aquellos que garantizan al individuo un status libertatis, un ámbito de
privacidad, libertad y seguridad frente a terceros y, fundamentalmente, frente al
Estado; afectando directamente a la persona en dos ámbitos, por un lado, a su
identidad psicológica e intelectual y, por otro, a su desenvolvimiento físico.17
A continuación procederemos al estudio sistemático de los derechos civiles
contenidos en los artículos 21, 22, 23, 24 y 25 de la Constitución boliviana; para ello
reproduciremos, en primer lugar, el texto del artículo en cuestión dando paso, en
segundo lugar, al análisis en detalle de cada uno de los derechos y facultades en
ellos reconocidos.
Artículo 21. Las bolivianas y los bolivianos tienen los siguientes derechos:
A la autoidentificación cultural.
A la privacidad, intimidad, honra, honor, propia imagen y dignidad.
A la libertad de pensamiento, espiritualidad, religión y culto, expresados en forma
individual o colectiva, tanto en público como en privado, con fines lícitos.
A la libertad de reunión y asociación, en forma pública y privada, con fines lícitos.
A expresar y difundir libremente pensamientos u opiniones por cualquier medio de
comunicación, de forma oral, escrita o visual, individual o colectiva.
A acceder a la información, interpretarla, analizarla y comunicarla libremente, de
manera individual o colectiva.
A la libertad de residencia, permanencia y circulación en todo el territorio boliviano,
que incluye la salida e ingreso del país.
El art. 21 de la Constitución Política de Bolivia reconoce una importante lista de
derechos civiles para bolivianos y bolivianas. Estos derechos se encuentran
agrupados en siete apartados, en cada uno de ellos se contienen, a su vez, varios
derechos de naturaleza semejante, que, al objeto de su estudio y sistematización,
podemos agrupar en las siguientes categorías: derechos de autoidentificación
cultural, derechos de la libertad de pensamiento y de culto, derechos de asociación u
reunión, derecho a la libertad de expresión y de información, y derecho a la libre
circulación por el territorio.

Por lo que respecta a su titularidad, según se indica expresamente en el comienzo


del artículo estudiado, los derechos del 21 se reconocen sólo a los nacionales
bolivianos. No obstante, este reconocimiento debe interpretarse sistemáticamente en
relación con lo dispuesto el art. 14, en el que se especifica que los derechos
reconocidos en la Constitución se extienden también a los extranjeros y extranjeras,
con las restricciones que la propia norma fundamental regule, que deberán ser
especificadas y desarrolladas legalmente. Al igual que en el resto del articulado
constitucional, también en este artículo se hace un correcto uso del lenguaje no
sexista al especificarse que los derechos contenidos en art. 21 se reconocen a los
bolivianos de ambos sexos.

3.-LOS DERECHOS POLÍTICOS

La Sección II del Capítulo Tercero de la Constitución Política lleva por título


"Derechos Políticos" y está integrada por cuatro artículos, del 26 al 29, en los que se
reconocen los derechos de participación política y las condiciones básicas de su
ejercicio.119 También se incluye en esta sección el derecho al asilo o al refugio
político para los extranjeros.

Los derechos políticos se caracterizan por su naturaleza como mecanismos que


posibilitan la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos y, también, por
estar directamente vinculados con la realización del principio democrático, el
pluralismo político, y la soberanía popular que reside en el pueblo boliviano.120

Normalmente se encuadran dentro de los derechos políticos, los de asociación,


reunión y participación; sin embargo, en la Constitución Política estos derechos han
sido ubicados en la sección de derechos civiles, como ya explicamos antes. Además,
existe también otra serie de derechos de naturaleza política distribuidos a lo largo de
la Constitución, como los derechos de sufragio activo y pasivo,121 el sistema de
elección de la Asamblea legislativa,122 o la elección de la Presidencia y
Vicepresidencia del Estado123. El desarrollo de los derechos de participación política
se encuentra, fundamentalmente, en la Ley del Régimen Electoral, en dicha Ley se
establecen los principios básicos de la "democracia intercultural" boliviana que se
sustenta en el ejercicio complementario y en igualdad de condiciones, de tres formas
de democracia: directa y participativa, representativa y comunitaria.124 Esta triple
dimensión de la democracia boliviana constituye una significativa novedad en el
contexto constitucional, en tanto que a los tradicionales principios de democracia
directa y participativa,125 y representativa126 se añade la forma democrática
comunitaria, que conlleva un específico reconocimiento de la participación política de
los pueblos indígenas originarios campesinos en el marco del Estado
plurinacional.127 Debe tenerse además en cuenta que se ha establecido un órgano
específico de garantía de la efectiva y correcta realización de la "democracia
intercultural" boliviana, al que se denomina Órgano Electoral Plurinacional, y también
un órgano de promoción y consolidación de la democracia, el Servicio Intercultural de
Fortalecimiento Democrático, más conocido por el acrónimo SIFDE.128

Artículo 26. I . Todas las ciudadanas y los ciudadanos tienen derecho a participar
libremente en la formación, ejercicio y control del poder político, directamente o por
medio de sus representantes, y de manera individual o colectiva. La participación
será equitativa y en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres.

II. El derecho a la participación comprende:


La organización con fines de participación política, conforme a la Constitución y a la
ley.

El sufragio, mediante voto igual, universal, directo, individual, secreto, libre y


obligatorio, escrutado públicamente. El sufragio se ejercerá a partir de los dieciocho
años cumplidos.

Donde se practique la democracia comunitaria, los procesos electorales se ejercerán


según normas y procedimientos propios, supervisados por el Órgano Electoral,
siempre y cuando el acto electoral no esté sujeto al voto igual, universal, directo,
secreto, libre y obligatorio.

La elección, designación y nominación directa de los representantes de las naciones


y pueblos indígenas originarios campesinos, de acuerdo con sus normas y
procedimientos propios.

La fiscalización de los actos de la función pública.

El art. 26 de la Constitución reconoce los derechos básicos de participación política


que corresponden de los ciudadanos y ciudadanas del Estado de Bolivia. Por lo tanto
para ser sujeto de estos derechos se exige ostentar la condición de ciudadano que,
según nos indica el aparatado I del art. 144 de la Constitución, corresponde a todos
los bolivianos y bolivianas que hayan cumplido los 18 años.129 Tal y como ya
anticipamos en la introducción los derechos políticos, a diferencia de los
denominados civiles, solo se reconocen a los ciudadanos del Estado, excluyéndose
así a los no nacionales de la participación en los asuntos públicos.130

El apartado I del art. 26 establece las facultades básicas y generales de los derechos
de participación política, que son fundamentalmente tres: el derecho a participar en la
formación de la voluntad política del Estado, el derecho a ejercer el poder político, y
el derecho a controlar el ejercicio que del mismo realicen los poderes del Estado. Por
otra parte, también indica el apartado I del artículo 26 que estos derechos políticos
pueden ejercerse de manera individual y colectiva; lo que implica que está
constitucionalmente reconocido el derecho de asociación con fines políticos, cuyos
principios de articulación se encuentran constitucionalizados. Normalmente el
ejercicio colectivo de los derechos de participación política se ejercita a través de los
partidos políticos, no obstante la Constitución reconoce también otras formas de
participación colectiva como las organizaciones de las naciones y pueblos indígenas
originarios campesinos, y las agrupaciones ciudadanas.131 Además de estas
fórmulas de participación colectiva organizada, pueden existir otras más
desformalizadas, ya que mediante la agrupación espontánea de individuos se
pueden también ejercer otros derechos de participación política como, por ejemplo, el
de manifestación. También se reconoce el derecho al ejercicio individual de estas
facultades de participación política, lo que implica, en primer lugar, que nadie puede
ser obligado a ejercer esta participación de forma colectiva; y, en segundo lugar, que
el ejercicio de ciertos derechos políticos es personal e indelegable, como por ejemplo
el voto.

Finalmente, el inciso primero introduce el principio de igualdad de género en el


ámbito del ejercicio de los derechos políticos, pues indica que la participación será
equitativa y en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres.132 La igualdad de
género es una manifestación concreta de la igualdad que toma como parámetro de
referencia, como "principal diferencia relevante", el sexo del individuo, que se
conjuga y se contextualiza además con el ámbito relacional hombre-mujer.133 De
esta forma, la legislación de desarrollo de los derechos de participación política debe
tener en cuenta el mandato constitucional de que ésta debe realizarse de forma tal
que favorezca la participación de las mujeres en pie de igualdad con los hombres,
introduciendo, incluso si fuera preciso, medidas de discriminación positiva, tales
como las que figuran en el art. 147 de la Constitución.134
El segundo apartado del artículo 26 enumera las cinco facultades básicas que se
integran en el derecho a la participación política.

En primer lugar, se reconoce la facultad de organización con fines de participación,


siempre conforme a la Constitución y a la ley. Con este enunciado general se da
reconocimiento constitucional a una serie de mecanismos de participación política
que están estrechamente vinculados a otros derechos como el de asociación, el de
manifestación y el de petición, siempre y cuando estos se ejerzan organizadamente
con una finalidad política determinada. Fundamentalmente la organización con fines
de participación se ejercita mediante los partidos políticos, que junto con otras
organizaciones políticas se encuentran contemplados en el art. 209 de la
Constitución.

En segundo lugar, se hace referencia al derecho al sufragio, que se ejerce mediante


al derecho al voto, al que se añaden una serie de características: igual, universal,
directo, individual, secreto, libre, obligatorio y escrutado públicamente. Por "igual",
entendemos que todos los votos tienen el mismo valor. No obstante, cabe que en la
práctica sí existan votos ponderados, es decir que tengan mayor valor que otros,
pues la diferente ratio del número de elegidos/electores en cada circunscripción
puede llegar a alterar el valor igual de los votos. El adjetivo "universal" hace
referencia a que todo ciudadano y ciudadana tiene derecho al voto por el hecho de
serlo, sin que puedan ser tenidos en cuenta otros condicionantes como su riqueza,
sus estudios o posición social. Para que el voto pueda ser verdaderamente libre,
debe ser un voto secreto, es decir, que nadie debe estar obligado a revelar el sentido
de su voto. Por otra parte, nadie puede ser obligado o coaccionado en el ejercicio de
su derecho de sufragio, pues este debe poder emitirse libremente, no cabe, por
tanto, ningún tipo de presión ya sea esta física, psicológica o moral. Además el voto
es obligatorio, en tanto que el constituyente, ha considerado que se trata de un deber
cívico constitucional democrático irrenunciable para los ciudadanos y ciudadanas de
Bolivia. Finalmente, se establece también en este apartado la edad mínima para
ejercer el derecho de sufragio que se fija en los dieciocho años, edad que coincide
con la edad establecida constitucionalmente para el ejercicio pleno de la
ciudadanía.135

En tercer lugar, se establece el principio constitucional de que los procesos


electorales asociados al ejercicio de la democracia comunitaria se realizan según las
normas y procedimientos propios. La propia Constitución indica que la democracia
comunitaria es aquella que se ejerce cuando se procede a la elección, designación o
nominación de autoridades y representantes según normas y procedimientos propios
de las naciones y pueblos indígena originario campesino.136 No obstante lo anterior,
el constituyente ha querido que estos procedimientos de participación democrática
sean supervisados por el Órgano Electoral,137 siempre y cuando no se realicen
mediante voto, igual, universal, directo, secreto, libre y obligatorio. Se establece así
una garantía constitucional que persigue el control estatal de la legitimidad de los
comicios que se realicen siguiendo los procedimientos propios de la democracia
comunitaria. En cuarto lugar y estrechamente relacionado con el apartado anterior,
también se reconoce constitucionalmente el derecho a participar en la elección,
designación y nominación directa de los representantes de las naciones y pueblos
indígena originario campesino, según las normas y los procedimientos propios.138
De esta forma, se otorga reconocimiento constitucional a las formas de participación
política que se han aquilatado en el tiempo en las diferentes comunidades indígenas
existentes en el Estado, extendiendo además a los integrantes de dichas
comunidades los derechos de participación política reconocidos en la Constitución y
sus garantías correspondientes, que, no obstante, deben ser observados
conjuntamente y de forma compatible con las normas propias de cada pueblo o
nación indígena originaria.139

En quinto y último lugar, la Constitución recoge el derecho a ejercer la fiscalización


de los actos de la función pública; es decir, que los ciudadanos y ciudadanas de
Bolivia tienen constitucionalmente reconocido el derecho a controlar y supervisar si
los servidores y servidoras públicos realizan sus funciones conforme a los principios
constitucionalmente establecidos de legitimidad, legalidad, imparcialidad, publicidad,
compromiso, interés social, transparencia, igualdad, competencia, eficiencia, calidad,
calidez, honestidad, responsabilidad y resultados. Téngase en cuenta que los
servidores y servidoras públicas son todas aquellas personas que desempeñan
funciones públicas, formando parte de la carrera administrativa.140 Esta forma de
participación política debe ser desarrollada legislativamente mediante el
establecimiento de fórmulas de control que permitan a los ciudadanos ejercer este
derecho, de tal forma que puedan efectivamente fiscalizarse las actividades de los
servidores públicos, tales como, encuestas, declaraciones periódicas de bienes,
realización de informes, etc.141

Artículo 27. I . Las bolivianas y los bolivianos residentes en el exterior tienen derecho
a participar en las elecciones a la Presidencia y Vicepresidencia del Estado, y en las
demás señaladas por la ley. El derecho se ejercerá a través del registro y
empadronamiento realizado por el Órgano Electoral.

II. Las extranjeras y los extranjeros residentes en Bolivia tienen derecho a sufragar
en las elecciones municipales, conforme a la ley, aplicando principios de reciprocidad
internacional.

En el artículo 27 de la Constitución se contienen dos derechos de participación


política cuya característica común es el elemento extranjero. El primer apartado
reconoce el derecho a voto de los bolivianos y bolivianas residentes en el extranjero;
el segundo, contiene el derecho a voto de los extranjeros en las elecciones
municipales bolivianas.

El derecho de participación política de los bolivianos y bolivianas residentes en el


exterior

El apartado I del art. 27 de la Constitución reconoce a los bolivianos y bolivianas


residentes en el exterior el derecho a participar en las elecciones a la Presidencia y
Vicepresidencia del Estado, así como en otros comicios que se señalen legalmente.
El ejercicio de este derecho, que es voluntario para los residentes en el
extranjero,142 requiere del previo registro y empadronamiento realizado por el
Órgano Electoral.143

Se reconocen de esta forma los derechos de participación política a aquellos que por
cualquier razón han tenido que emigrar a otros Estados de forma estable, se
mantiene así su vinculación con el Estado y su capacidad para participar en la toma
de decisiones políticas.

Además de las elecciones a la Presidencia y Vicepresidencia, el constituyente deja


abierta la posibilidad de que mediante Ley se posibilite la participación de los
residentes en el extranjero en otros comicios electorales bolivianos como, por
ejemplo, en las elecciones a la Asamblea Legislativa Plurinacional. Los
procedimientos y los mecanismos de garantía del ejercicio de este derecho se
desarrollan por vía legislativa en la Ley del Régimen Electoral en la que se ha
establecido que los bolivianos y bolivianas residentes en el exterior solo podrán
participar en la elección de Presidente y Vicepresidente, los referendos de alcance
nacional y las revocatorias de mandato para Presidente y Vicepresidente,
descartándose así, de momento, la posibilidad de tomar parte en otros comicios.144

El derecho de sufragio de los extranjeros y extranjeras en las elecciones municipales

El apartado II del artículo 27 de la Constitución establece que los extranjeros y las


extranjeras tienen derecho de sufragio activo en las elecciones municipales, es decir,
la capacidad para votar, pero no para ser elegidos en estos comicios. Se confiere de
este modo derecho de participación política a aquellos nacionales de terceros
Estados que residen de forma estable en Bolivia; sin embargo, esta participación
queda circunscrita al ámbito local.145 Además, este reconocimiento no es inmediato,
pues se supedita a dos requisitos, en primer lugar, sólo ser reconocerá este derecho
a aquellos nacionales de terceros Estados, cuyos Estados también lo reconozcan a
los bolivianos y bolivianas que residan en ellos; pues el constituyente exige que se
atienda al principio de reciprocidad internacional; y en segundo lugar, se exige que el
extranjero haya residido al menos dos años en el municipio y que se encuentre
debidamente registrado en el padrón electoral.146

Artículo 28. El ejercicio de los derechos políticos se suspende en los siguientes


casos, previa sentencia ejecutoriada mientras la pena no haya sido cumplida:

Por tomar armas y prestar servicio en fuerzas armadas enemigas en tiempos de


guerra.

Por defraudación de recursos públicos.

Por traición a la patria.

El artículo 28 de la Constitución tipifica los motivos que llevan a la suspensión de los


derechos políticos. Se debe entender que las causas descritas se aplican tanto a los
bolivianos y bolivianas como a los extranjeros que, en su caso, puedan tener
reconocido el derecho a sufragar en las elecciones municipales. La suspensión de
los derechos políticos requiere que exista una sentencia ejecutoriada en la que se
acredite la comisión de alguna de las tres conductas de naturaleza penal
establecidas en el artículo 28, que se caracterizan por tratarse de actividades que
ponen en riesgo la seguridad del Estado.

En primer lugar, se establece que conducirá a la privación de los derechos de


participación política tomar las armas y prestar servicio en fuerzas armadas
enemigas en tiempos de guerra. Es necesario precisar, que tal medida debería
entenderse que sólo procede frente a aquellos que tomen las armas y presten
servicio en un ejército de un Estado que entre en guerra con Bolivia. En segundo
lugar, se contempla en la Constitución que la defraudación de los recursos públicos
también conlleva la pérdida de los derechos políticos. Se trata en este caso de un
mecanismo de protección del bien jurídico que representan los recursos que son de
todos, y de un castigo proporcionado contra quienes no contribuyen con el
sostenimiento de los gastos del Estado conforme a su capacidad o merman sus
recursos. Y en tercer lugar, estipula el artículo 28 que también serán privados de sus
derechos de participación política quienes cometan traición contra la patria; se
engloban aquí una serie de conductas que ponen en grave riesgo la seguridad del
Estado tales como la prestación de ayuda al enemigo, la realización de actividades
de espionaje, la puesta en peligro del Estado mediante actos hostiles cometidos sin
ordenes de la Autoridad competente, el sabotaje en tiempos de guerra, la sedición, la
conspiración y el alzamiento armado contra la soberanía y la seguridad del Estado.
Finalmente, la Carta Magna establece que los derechos políticos podrán recuperarse
una vez que la sentencia haya sido debidamente cumplida, pues lo único que se
establece en este artículo es la suspensión de los mismos, no su pérdida definitiva e
irrevocable.

Artículo 29. I. Se reconoce a las extranjeras y los extranjeros el derecho a pedir y


recibir asilo o refugio por persecución política o ideológica, de conformidad con las
leyes y los tratados internacionales.

II. Toda persona a quien se haya otorgado en Bolivia asilo o refugio no será
expulsada o entregada a un país donde su vida, integridad, seguridad o libertad
peligren. El Estado atenderá de manera positiva, humanitaria y expedita las
solicitudes de reunificación familiar que se presenten por padres o hijos asilados o
refugiados.

Bibliografía

Asbrun R., J.; Herrera A., W. y otros. Asamblea Constituyente y Reforma


Constitucional, Cochabamba, Ed. Okipus, 2004.

Asensi Sabater, J. y Montaña Pinto, J. "Los derechos civiles y políticos en la


Constitución venezolana de 1999" en Viciano Pastor, R. y Salamanca, L. El sistema
político en la Constitución bolivariana de Venezuela, Valencia, Ed. Tirant lo Blanch,
2006.
Balaguer Callejón, F. (coord.). Derecho Constitucional. Volumen II, Madrid, Ed.
Tecnos, 2003.

Balaguer Callejón, M. L. El derecho fundamental al honor, Madrid, Ed. Tecnos, 1992.

Criado de Diego, M. Representación, Estado y Democracia, Valencia, Ed. Tirant lo


Blanch, 2007.

Delgado Burgoa, R. E. "Algunas reflexiones sobre la Constitución Política del Estado"


en Chivi Vargas I. M. "Bolivia. Nueva Constitución Política del Estado", La Paz, Ed.
Vicepresidencia del Estado Plurinacional, 2010.

Dermizaky Peredo, P. Derecho Constitucional, Cochabamba, Ed. Kipus, 2008.

Díez Picazo, L. M. Sistema de Derechos Fundamentales, Madrid, Ed. Thomson-


Civitas, 2008.

Fioravanti, M. Constitución. De la antigüedad a nuestros días, Madrid, Ed. Trotta,


2001.

Ferrajoli, L. Los fundamentos de los derechos fundamentales, Madrid, Ed. Trotta,


2007.

Ferrajoli, L. Democracia y Garantismo, Madrid, Ed. Trotta, 2008.

García, A. El derecho humano al agua, Madrid, Ed. Tecnos, 2008.

Grimm, D. "Multiculturalidad y Derechos Fundamentales" en Denninger, E. y Grimm,


D. Derecho Constitucional para la sociedad multicultural, Madrid, Ed. Trotta, 2007.

Mortati, C. voz "Constituzione. Dottrinegenerale e constituzionedella Republica


Italiana" en AA.VV. Enciclopedia del diritto, Milán, 2004.

Noguera Fernández, A. Los derechos sociales en las nuevas constituciones


latinoamericanas, Ed. Tirant lo Blanch, Valencia 2010.

Noguera Fernández, A. "Los derechos de las mujeres en él ámbito económico-


productivo: el conflicto entre reconocimiento constitucional y eficacia", en Cruz
Márquez, B. y Manzano Silva, E. (coords.). Mujer y Derecho, Ed. Junta de
Extremadura, 2011.

López Guerra, L. y otros. Derecho Constitucional, Volumen I, El ordenamiento


Constitucional. Derechos y deberes de los ciudadanos. Valencia, Ed. Tirant lo
Blanch, 2010.

Otto, I. Derecho Constitucional. Sistema de Fuentes, Barcelona, Ed. Ariel, 1988.


Pérez Royo, J. Curso de Derecho Constitucional, Barcelona, Ed.Marcial Pons, 2010.

Pisarelo, G. Los derechos sociales y sus garantías. Elementos para una


reconstrucción, Madrid, Ed. Trotta, 2007.

Prada Alcoreza, R. "Análisis de la nueva Constitución Política del Estado", en Chivi


Vargas, I. M., Bolivia. Nueva Constitución del Política del Estado. Conceptos
elementales para su desarrollo normativo, La Paz, Ed. Vicepresidencia del Estado
Plurinacional de Bolivia, 2010.

Rousseau, J. J. Escritos de Combate - El Contrato Social, Madrid, Ed. Alfaguara,


1979.

Rubio Llorente, F. Derechos fundamentales y principios constitucionales (Doctrina


jurisprudencial), Madrid, Ed. Ariel Derecho, 1995.

Warren y Brandeis. "The right to Privacy" en Harvard Law Review, vol. IV, diciembre
de 1890.

Zizek, S. En defensa de la intolerancia, Madrid, Ed. Sequitur, 2009.

También podría gustarte