Farmacologia 074727
Farmacologia 074727
Farmacologia 074727
Psicosis y Esquizofrenia
Cuando diagnostican enfermedades psicóticas,
los teóricos se limitan al estudio de síntomas
específicos como la conducta desorganizada, las
alucinaciones y los delirios. La conducta
desorganizada normalmente consiste en un
abandono extremo de las actividades y deberes
cotidianos, y en alguna gente se combina con
todos los signos de una depresión, mientras que
en otra, con un nivel de actividad
extremadamente elevado. Ambos tipos de
psicosis, la depresiva y la maníaca, tienen en
común un aumento de todo tipo de sentimientos,
lo cual afecta negativamente la percepción y el
pensamiento de la persona.
EXPLICACIONES PSIQUIATRICAS Y
PSICOLOGICAS
Según la psiquiatría orientada médicamente, la
psicosis y otras enfermedades relacionadas son
desórdenes del metabolismo neurológico, como si
de un problema del hardware se tratara. Para los
psiquiatras, las ideas persecutorias y las
alucinaciones no se contemplan como si tuvieran
alguna relación con la realidad factual de la vida
del paciente psicótico. Se han presentado
multitud de explicaciones sobre los orígenes
fisiológicos de la psicosis durante los últimos
cien años, entre otras la mala calidad de la
sangre, genes defectuosos, alteraciones del
metabolismo cerebral, y más recientemente, los
virus.
¿Qué es la psicosis?
Se conoce como “psicosis” a una serie de
síntomas relacionados con la pérdida de contacto
con la realidad. Frecuentemente se asocia a
alteraciones del pensamiento y de la conducta,
incluida la verbal, que provocan alteraciones en
muchas áreas de funcionamiento.
El término se empezó a utilizar en 1841 de la
mano del psiquiatra alemán Karl Friedrich
Canstatt. Proviene del latín y se puede traducir
como “alteración del alma” o “de la mente”.
Inicialmente incluía la esquizofrenia y
el trastorno bipolar y se usaba en oposición al
concepto “neurosis”, lo cual sigue siendo habitual
en la actualidad.
Las experiencias englobadas en el concepto de
psicosis son múltiples y variadas. Las
alucinaciones, los delirios y la catatonia (un
estado de inmovilidad psicógena) son tres de las
manifestaciones psicóticas más características,
pero no siempre se dan en contextos patológicos;
por ejemplo, las alucinaciones hipnagógicas, que
aparecen en ocasiones justo antes de que
caigamos dormidos, son formalmente
equivalentes a la psicosis.
Los síntomas psicóticos pueden tener causas
muy distintas. Como sucede en la esquizofrenia,
el trastorno bipolar o la demencia, suelen ser
consecuencia de la conjunción de estrés
psicosocial con alteraciones cerebrales, o bien
con el consumo excesivo de determinadas
sustancias y fármacos, entre ellas el alcohol y las
anfetaminas.
Por otro lado, los trastornos psicóticos incluyen la
esquizofrenia, el trastorno esquizotípico de
personalidad, el esquizoafectivo, el delirante, el
esquizofreniforme, el trastorno psicótico breve, la
catatonia y las psicosis inducidas por
enfermedades y consumo de sustancias.
Definición de esquizofrenia
La esquizofrenia es una alteración que se incluye
en el grupo de los trastornos psicóticos, siendo el
más representativo y conocido dentro de éstos.
Sus síntomas cardinales son de tipo psicótico,
como la desorganización del pensamiento o la
presencia de delirios y alucinaciones.
Se trata de un trastorno que genera
frecuentemente inadaptación social y favorece la
aparición de depresión, ansiedad y abuso de
sustancias. En muchos casos se da de forma
crónica y se maneja mediante
fármacos antipsicóticos muy potentes,
requiriendo frecuentemente internamiento.
Los síntomas de la esquizofrenia se dividen en
positivos y negativos. Los síntomas positivos se
relacionan con la alteración de las funciones
mentales, como las alucinaciones, mientras que
los negativos son déficits emocionales,
motivacionales o sociales, entre otros.
El manual DSM-IV divide la esquizofrenia en cinco
tipos: paranoide, desorganizada, catatónica,
indiferenciada y residual. Esta clasificación se
realiza en función de los síntomas predominantes
y del curso del trastorno. El DSM-5 eliminó la
distinción entre subtipos de esquizofrenia.
Para diagnosticar esquizofrenia es necesario que
se hayan dado delirios, alucinaciones, lenguaje
desorganizado, catatonia o síntomas negativos de
forma continua durante al menos 6 meses.
Además estos síntomas deben causar dificultades
personales, sociales o laborales y no pueden
deberse directamente a una enfermedad o al
consumo de fármacos o drogas.
Diferencias entre psicosis y esquizofrenia
De forma resumida podemos decir que “psicosis”
y “esquizofrenia” son dos conceptos íntimamente
relacionados, pero la esquizofrenia es un
trastorno mental con criterios diagnósticos
concretos mientras que la psicosis es un grupo de
síntomas que se pueden dar a causa de la
esquizofrenia o por otros motivos.
La presencia de psicopatología
Cuando se dan a consecuencia de la esquizofrenia o de
otros alteraciones más o menos similares, como la
depresión psicótica o el trastorno esquizoafectivo, los
síntomas psicóticos se consideran un indicador clave de
psicopatología. En los trastornos afectivos o en la
demencia los síntomas psicóticos se asocian con un
aumento en la gravedad o con el progreso de la alteración.
¿Qué es la ansiedad?
Aunque las causas que la originan no están del todo claros, hay
evidencia de que hay factores genéticos involucrados, así como
posibles eventos traumáticos del pasado o experiencias
particularmente dolorosas que pueden estar relacionadas con su
aparición y desarrollo.
. Benzodiacepinas
Las benzodiacepinas conforman la “familia” de ansiolíticos
más comunes y utilizados en la actualidad. Además de actuar
sobre la sustancia GABA también lo hacen sobre el sistema
límbico, inhibiendo la actividad de la serotonina en esta región
cerebral.
Los fármacos más habituales en esta tipología son sin duda el
diazempam, el lorazepam, el bromazepam, el alprazolam o el
clorazepato, los cuales, pasaremos seguidamente a describir.
La mayoría de ellos producen relajación, alivio de la tensión
cognitiva y un efecto más o menos sedante según el tipo de
fármaco.
Alprazolam.
Bromazepam.
Camazepam.
Clobazam.
Ketazolam.
Lorazepam.
Oxazepam.
Oxazolam.
Pinazepam.
Ansiolíticos de vida media larga (sus efectos duran más de 24 horas):
Clorazepato dipotasio.
Clordiazepoxido.
Clordiazepoxido + piridoxina.
Diazepam.
Halazepam.
Medazepam.
Prazepam.
Efectos secundarios
Cabe señalar que los efectos secundarios asociados a las
benzodiacepinas no son tan graves como los que en su momento
causaron el primer tipo de ansiolíticos: los barbitúricos. Además, es
necesario recordar que la administración y consumo de estos
fármacos psiquiátricos no debe exceder nunca de las 4 o 6
semanas. En caso contrario, podemos desarrollar dependencia.
Por otro lado, los síntomas secundarios más comunes asociados a las
benzodiacepinas son los siguientes:
Somnolencia.
Mareos.
Confusión.
Falta de equilibrio (sobre todo en las personas mayores).
Trastornos del habla.
Debilidad muscular.
Estreñimiento.
Náuseas.
Boca seca.
Visión borrosa.
Los barbitúricos
Lo señalábamos hace un momento: antes de que llegaran al
mercado las benzodiacepinas, los barbitúricos eran el único
ansiolítico del que disponía la población para el tratamiento de
la ansiedad. Desde que el premio nobel en química Emil Fischer
descubriera el barbital en 1902, se alzaron como ese recurso
peligroso pero eficaz, capaz de actuar como sedantes del sistema
nervioso central de forma inmediata.
Más tarde, en 1963 la empresa Roche lanzó el
conocido Valium y con este fármaco, llegó la era de las
benzodiacepinas. Justo un año antes -y como curiosidad- de que
Marilyn Monroe se suicidara “supuestamente” con una ingesta
elevada de barbitúricos.}
Sin embargo, los expertos nos señalan que es muy eficaz para cuadros de
ansiedad no muy intensa, y que es muy recomendable en personas
mayores.
Para qué se utiliza
La buspirona se utiliza para trata los síntomas de la ansiedad:
miedo, tensión, agitación, irritabilidad, mareos, insomnio,
taquicardias…
Efectos secundarios
Tal y como hemos señalado, la buspirona tiene por término medio
unos efectos secundarios mínimos o carentes de gravedad. Los más
comunes son dolor de cabeza, sequedad de boca, malestar
estomacal…
4. Alprazolam
El alprazolam es uno de los ansiolíticos que más se recetan.
Muchos lo conocen como Trankimazin, es un derivado de las
benzodiacepinas y se usa ante todo para el tratamiento de crisis
de angustia como la agorafobia, ataques de pánico y estrés intenso.
Asimismo, cabe destacar que tiene principios antidepresivos puesto
que sus principios químicos se asemejan mucho a los antidepresivos
tricíclicos.
Cabe destacar que es un fármaco de alta potencia y de acción
inmediata, a diferencia de la buspirona. Tiene propiedades sedantes,
hipnóticas y anticonvulsivas, pero el efecto más notable es
el ansiolítico.
Por otro lado, es importante destacar que el potencial adictivo
del Alprazolan es también muy alto, por lo tanto, y para evitar la
tolerancia, recordamos una vez más que su administración debe ser
limitada y puntual.
Qué efectos secundarios presenta
Dolor de cabeza.
Problemas para orinar
Cansancio
Mareos
Iritabilidad
Problemas de concentración
Sequedad en la boca
Bajo deseo sexual
Estreñimiento
Cambios en el apetito
Cambios en el peso
Dolor articular
5. Diazepam
El diazepam o valium es sin duda otro de los ansiolíticos más
conocidos. Es también un derivado de las benzodiacepinas y el que
más se administra en los ambulatorios y centros médicos.
Es el fármaco más eficaz para tratar los espasmos musculares, de ahí
que no se use solo para el tratamiento de la ansiedad, sino
también para trastornos psicosomáticos, tortícolis, delirium
tremens, ataques de pánico , disnea… e incluso para las
clásicas sedaciones previas a las intervenciones quirúrgicas.
Asimismo, cabe advertir nuevamente que este ansiolítico también
genera una elevada dependencia cuando se usan dosis elevadas
durante períodos prolongados.
“El consumo regular de ansiolíticos crea adicción a largo plazo, en lugar
de tratar el problema o la enfermedad”.
Qué efectos secundarios presenta
Los efectos secundarios más comunes del diacepam son los siguientes:
Somnolencia.
Problemas de coordinación.
Problemas de equilibrio.
Pequeños fallos de memoria.
Insomio
Dolor de cabeza
Calambres
Problemas de concentración.
Amnesia anterógrada.
PUBLICIDAD
En caso de que desarrollemos dependencia al diacepam, podemos
experimentar desde taquicardias, desmayos, estados paradójicos de
conciencia, somnolencia o incluso uñas azuladas debido a una falta de
oxígeno en sangre.
6. Lorazepam
La mayoría hemos oído hablar del Lorazepam o sencillamente,
del “orfidal”. Tiene una elevada potencia y se utiliza con distintos
fines:
Para tratar trastornos de ansiedad.
Trastornos del sueño , problemas de insomnio.
Estados de tensión.
Para tratar algunas enfermedades psicosomáticas y orgánicas.
Para el síndrome del colon irritable.
La epilepsia.
También está indicado en el tratamiento de las náuseas y
los vómitos originados por la quimioterapia o por la agitación
provocada por la abstinencia del alcohol.
8. Cloracepato
El clorazapato es un medicamento que pertenece al grupo de los
tranquilizantes, ansiolíticos, derivados de las benzodiazepinas. Se utiliza
en casos no excesivamente graves, trastornos psicológicos comunes que
requieren de un abordaje puntil
Es efectivo en los siguientes casos:
Trata la ansiedad.
Angustia.
Trastornos del sueño.
Problemas durante la menopausia.
Neurosis.
Psicosis .
Es muy efectivo para tratar la abstinencia del alcohol y de otras
drogas.
Se usa también para tratar el síndrome del colon irritable.
PUBLICIDAD
El clorazepato puede tomarse durante 3-4 meses. Más allá de este
periodo genera dependencia y puede perder eficacia.
Efectos secundarios
Problemas gastrointestinales, cambios en el deseo sexual o reacciones
cutáneas, dolor de cabeza, mareos, boca seca, apatía…
9. Antihistamínicos
Es muy posible que a más de uno de nuestros lectores le sorprenda
que en este listado aparezcan los antihistáminicos. ¿No son los
medicamentos que usamos habitualmente para tratar los procesos
alérgicos?
PUBLICIDAD
Bien, es importante señalar que dentro de los antihistamínicos los hay de
diferentes tipos. Por lo general la mayoría de los antihistamínicos
bloquean la histamina. Sin embargo, dentro de ellos podemos encontrar
también la hidroxizina, la cual, además de aliviar la picazón causada por
las reacciones alérgicas de la piel, reduce la actividad cerebral y sirve
también para aliviar la ansiedad y la tensión.
Cabe señalar que los antihistamínicos no son los fármacos más idóneos
para tratar la ansiedad, de hecho los psiquiatras no los recomiendan en
caso de que el paciente sufra ataques de pánico.
Efectos secundarios
Problemas a la hora de reaccionar, ralentiza nuestros sentidos.
Somnolencia.
Cansancio.
Boca seca.
Problemas intestinales.
Para concluir, a esta lista se le podrían añadir sin duda muchos más
nombres y muchas opciones, como los fármacos bloqueantes beta-
adrenérgicos, dentro de los cuales también hay alternativas naturales y con
escasos efectos secundarios. Sin embargo, los que hemos descrito aquí son
los más comunes, los que más se recetan y los que más habitan en nuestras
mesitas de noche o en nuestros bolsos.
Apuntar una vez más que los ansiolíticos no curan la ansiedad, no hacen
desaparecer los ataques de pánico, las neurosis o esas sombras puntuales
que alteran nuestra vida en un momento dado. Los fármacos tratan,
alivian, relajan, nos ofrecen descanso y aunque todo ello sea bueno y
necesario, no resuelven el problema de raíz a no ser que estemos ante
una enfermedad de origen endógeno, como pueden ser algunas
depresiones.
PUBLICIDAD
Usemos por tanto los ansiolíticos de forma puntual, pero combinados
siempre con la psicoterapia. Porque aunque nos hayan educado siempre
con la clásica idea de que “somos lo que comemos”, en realidad
“somos lo que pensamos”. Cambiemos entonces el enfoque y no
medicalicemos obsesivamente dimensiones que en ocasiones no son
patológicas.
Referencias bibliográficas
Andrés-Trelles, F. (1993) Fármacos utilizados en la ansiedad:
benzodiacepinas y otros ansiolíticos. Madrid: MacGraw Hill
Interamericana.
Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer
que sude, se sienta inquieto y tenso, y tener palpitaciones. Puede ser una
reacción normal al estrés. Por ejemplo, puede sentirse ansioso cuando se
enfrenta a un problema difícil en el trabajo, antes de tomar un examen o
antes de tomar una decisión importante. Si bien la ansiedad puede ayudar a
enfrentar una situación, además de darle un impulso de energía o ayudarle
a concentrarse, para las personas con trastornos de ansiedad el miedo no es
temporal y puede ser abrumadora.
¿Qué son los trastornos de ansiedad?
Los trastornos de ansiedad son afecciones en las que la ansiedad no
desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden
interferir con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la
escuela y las relaciones entre personas.
¿Cuáles son los tipos de trastornos de ansiedad?
Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:
Trastorno de ansiedad generalizada: Las personas con este
trastorno se preocupan por problemas comunes como la salud, el
dinero, el trabajo y la familia. Pero sus preocupaciones son
excesivas y las tienen casi todos los días durante al menos 6 meses
Trastorno de pánico : Las personas con trastorno de pánico sufren
de ataques de pánico. Estos son repentinos y repetidos momentos de
miedo intenso sin haber un peligro aparente. Los ataques se
producen rápidamente y pueden durar varios minutos o más
Fobias: Las personas con fobias tienen un miedo intenso a algo que
representa poco o ningún peligro real. Su miedo puede ser por
arañas, volar, ir a lugares concurridos o estar en situaciones sociales
(conocida como ansiedad social)
¿Qué causa los trastornos de ansiedad?
No se conoce la causa de la ansiedad. Factores como la genética, la
biología y química del cerebro, el estrés y su entorno pueden tener un rol.
¿Quién está en riesgo de tener trastornos de ansiedad?
Los factores de riesgo para los diferentes tipos de trastornos de ansiedad
pueden variar. Por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada y las
fobias son más comunes en las mujeres, pero la ansiedad social afecta a
hombres y mujeres por igual. Existen algunos factores de riesgo generales
para todos los tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:
Ciertos rasgos de personalidad, como ser tímido o retraído cuando
está en situaciones nuevas o conoce personas nuevas
Eventos traumáticos en la primera infancia o la edad adulta
Antecedentes familiares de ansiedad u otros trastornos mentales
Algunas afecciones de salud física, como problemas de
tiroides o arritmia
¿Cuáles son los síntomas de los trastornos de ansiedad?
Los diferentes tipos de trastornos de ansiedad pueden tener síntomas
diferentes. Pero todos muestran una combinación de:
Pensamientos o creencias ansiosos difíciles de controlar: Le hacen
sentir inquieto y tenso e interfieren con su vida diaria. No
desaparecen y pueden empeorar con el tiempo
Síntomas físicos, como latidos cardíacos fuertes o rápidos, dolores y
molestias inexplicables, mareos y falta de aire
Cambios en el comportamiento, como evitar las actividades
cotidianas que solía hacer
El uso de cafeína, otras sustancias y ciertos medicamentos pueden
empeorar sus síntomas.
¿Cómo se diagnostican los trastornos de ansiedad?
Para diagnosticar los trastornos de ansiedad, su profesional de la salud le
preguntará sobre sus síntomas e historial médico. También es posible que
le hagan un examen físico y pruebas de laboratorio para verificar que otro
problema de salud no sea la causa de sus síntomas.
Si no tiene otro problema de salud, recibirá una evaluación psicológica . Su
proveedor puede hacerlo, o puede ser derivado a un profesional de salud
mental para ello.
¿Cuáles son los tratamientos para los trastornos de ansiedad?
Los principales tratamientos para los trastornos de ansiedad son
psicoterapia (terapia de conversación), medicamentos o ambos:
Psicoterapia: Puede ayudar a reconocer y cambiar emociones,
pensamientos y conductas preocupantes. Para que sea eficaz, debe
centrarse en sus ansiedades y necesidades específicas. Hay muchos
tipos; Algunos de los tipos utilizados para los trastornos de ansiedad
incluyen:
Terapia cognitivo-conductual: Enseña diferentes formas de
pensar y comportarse. Puede ayudarle a cambiar su forma de
reaccionar ante las cosas que le provocan miedo y ansiedad.
Puede incluir terapia de exposición, la que se enfoca en hacer
que usted enfrente sus miedos para que pueda hacer las cosas
que había estado evitando
Terapia de aceptación y compromiso: Puede ayudar con
algunos trastornos de ansiedad. Utiliza estrategias como la
atención plena y el establecimiento de objetivos para reducir
el malestar y la ansiedad
Los medicamentos para tratar los trastornos de ansiedad incluyen
medicamentos contra la ansiedad y ciertos antidepresivos . Algunos
tipos de medicamentos pueden funcionar mejor para tipos
específicos de trastornos de ansiedad. Debe comunicarse bien con su
profesional de la salud para identificar qué medicamento es mejor
para usted. Es posible que deba probar más de un medicamento
antes de encontrar el correcto
Trastorno bipolar
Es una afección mental en la cual una persona tiene cambios marcados o
extremos en el estado de ánimo. Los períodos de sentirse triste y
deprimido pueden alternar con períodos de excitación y actividad intensa o
de sentirse malhumorado e irritable.
Causas
El trastorno bipolar afecta por igual a hombres y mujeres. Casi siempre
comienza entre los 15 y 25 años. La causa exacta se desconoce, pero se
presenta con mayor frecuencia en parientes de personas que padecen dicho
trastorno.
En la mayoría de las personas con trastorno bipolar, no hay una causa
clara para los períodos (episodios) de extrema felicidad y mucha actividad
o energía (manías) o de depresión y baja actividad o energía (depresión).
Los siguientes factores pueden desencadenar un episodio maníaco:
Parto
Medicamentos, como antidepresivos o esteroides
Períodos de no poder dormir (insomnio)
Consumo de drogas psicoactivas
Síntomas
La fase maníaca puede durar de días a meses. Puede incluir estos
síntomas:
Fácil distracción
Participación excesiva en las actividades
Poca necesidad de dormir
Capacidad de discernimiento deficiente
Poco control del temperamento
Falta de autocontrol y comportamientos imprudentes, tales como
beber o consumir drogas en exceso, aumento de relaciones sexuales
de riesgo, apostar y gastar o regalar mucho dinero
Estado de ánimo muy irritado, pensamientos apresurados, hablar
mucho y tener creencias falsas acerca de sí mismo o de sus
capacidades
Hablar rápidamente
Preocupación acerca de cosas que no son ciertas (delirios)
El episodio depresivo puede incluir estos síntomas:
Estado de ánimo deprimido o tristeza diariamente
Problemas para concentrarse, recordar o tomar decisiones
Problemas en la alimentación como falta de apetito y pérdida de
peso o consumo exagerado de alimentos y aumento de peso
Fatiga o falta de energía
Sentimientos de minusvalía, desesperanza o culpa
Pérdida del placer al realizar actividades que alguna vez disfrutaba
Pérdida de la autoestima
Pensamientos de muerte o suicidio
Dificultad para conciliar el sueño o dormir demasiado
Alejarse de los amigos o las actividades que alguna vez disfrutaba
Las personas con trastorno bipolar están en alto riesgo de
cometer suicidio. Pueden consumir alcohol u otras sustancias . Esto puede
empeorar los síntomas y aumentar el riesgo de suicidarse.
Los episodios de depresión son más frecuentes que los de manías. El
patrón no es el mismo en todas las personas con trastorno bipolar:
Los síntomas de depresión y manía pueden ocurrir juntos. A esto se
le llama estado mixto.
Los síntomas también pueden ocurrir inmediatamente uno después
de otro. Esto se denomina ciclo rápido.
Pruebas y exámenes
Para diagnosticar el trastorno bipolar, su proveedor de atención médica
puede tomar algunas o todas las siguientes acciones:
Preguntar si otros miembros de la familia tienen trastorno bipolar
Preguntar acerca de las fluctuaciones del estado de ánimo recientes
y por cuánto tiempo las ha tenido
Llevar a cabo un examen completo y solicitar pruebas de laboratorio
para buscar otras enfermedades que puedan estar causando los
síntomas que se parezcan al trastorno bipolar
Hablar con los miembros de la familia respecto a los síntomas y la
salud general
Preguntar sobre cualquier problema de salud que tenga y cualquier
medicamento que tome
Vigilar el comportamiento y el estado de ánimo
Tratamiento
El objetivo principal del tratamiento es:
Hacer que los episodios sean menos frecuentes e intensos
Ayudar a que usted se desempeñe bien y disfrute la vida en casa y
en el trabajo
Prevenir la autoagresión y el suicidio
MEDICAMENTOS
Los medicamentos son una parte fundamental del tratamiento del trastorno
bipolar. Casi siempre, los primeros medicamentos utilizados se denominan
estabilizadores del estado de ánimo. Estos le ayudan a evitar los altibajos
en el estado anímico y los cambios extremos en la actividad y los niveles
de energía.
Con medicamentos, es posible que empiece a sentirse mejor. Sin embargo,
para algunas personas, los síntomas de manía pueden sentirse bien.
Algunas personas tienen efectos secundarios de los medicamentos. Como
resultado de esto, usted puede verse tentado a dejar de tomar sus
medicamentos o cambiar la forma como los está tomando. Pero dejar de
tomar sus medicamentos o tomarlos de la manera incorrecta puede
provocar que los síntomas reaparezcan o que lleguen a ser mucho peores.
No deje de tomar ni cambie las dosis de sus medicamentos. Si tiene
preguntas sobre sus medicamentos, hable con su proveedor.
Pídale a los miembros de la familia o los amigos que le ayuden a tomar los
medicamentos de la manera correcta. Esto significa tomar la dosis correcta
a la hora indicada. Además, pueden ayudar a verificar que los episodios de
manía y depresión se traten tan pronto como sea posible.
Si los estabilizadores del estado de ánimo no ayudan, su proveedor puede
sugerir otros medicamentos, como los antipsicóticos o los antidepresivos.
Necesitará hacer visitas regulares a su proveedor (a menudo, un psiquiatra
o una enfermero especializado en psiquiatría) para hablar acerca de sus
medicamentos y sus posibles efectos secundarios. Los exámenes de sangre
a menudo también son necesarios.
OTROS TRATAMIENTOS
Se puede usar la terapia electroconvulsiva (TEC) para tratar la fase
depresiva o maníaca del trastorno bipolar si no responde a los
medicamentos.
Las personas que están en la mitad de episodios maníacos o depresivos
posiblemente necesiten permanecer en un hospital hasta que su estado
anímico se estabilice y su comportamiento esté bajo control.
PROGRAMAS DE APOYO Y PSICOTERAPIA
Unirse a un grupo de apoyo puede ayudarle a usted y a sus seres queridos.
La participación de los familiares y cuidadores en su tratamiento puede
ayudar a reducir la probabilidad de reaparición de los síntomas.
Las habilidades importantes que usted puede aprender en tales programas
incluyen cómo:
Hacerle frente a los síntomas persistentes, incluso mientras esté
tomando medicamentos
Dormir bien y mantenerse alejado de las drogas psicoactivas
Tomar los medicamentos correctamente y saber cómo manejar los
efectos secundarios
Estar atento al retorno de los síntomas y saber qué hacer cuando
estos reaparezcan
Averiguar qué desencadena los episodios y cómo evitar dichos
desencadenantes
La psicoterapia con un profesional en salud mental puede ayudarle a las
personas que tienen trastorno bipolar.
Expectativas (pronóstico)
Los períodos de depresión o manía retornan en la mayoría de las personas,
incluso con tratamiento. Las personas también pueden tener problemas con
el alcohol o el abuso de drogas. Igualmente pueden tener problemas con
las relaciones interpersonales, la escuela, el trabajo y las finanzas.
El suicidio es un riesgo muy real tanto durante el estado de manía como
durante la depresión. Las personas con trastorno bipolar que piensan o
hablan respecto al suicidio necesitan atención de emergencia de inmediato.
Cuándo contactar a un profesional médico
Busque ayuda de inmediato si usted:
Presenta síntomas de manía
Siente el impulso de hacerse daño o dañar a otros
Se siente desesperado, asustado o abrumado
Ve o escucha cosas que no existen
Siente que no puede salir de casa
No es capaz de cuidarse por sí mismo
Comuníquese con su proveedor que lo trata si:
Los síntomas están empeorando
Sufre los efectos secundarios de los medicamentos
No está tomando los medicamentos