Farmacologia 074727

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FARMACOLOGIA

Psicosis y Esquizofrenia
Cuando diagnostican enfermedades psicóticas,
los teóricos se limitan al estudio de síntomas
específicos como la conducta desorganizada, las
alucinaciones y los delirios. La conducta
desorganizada normalmente consiste en un
abandono extremo de las actividades y deberes
cotidianos, y en alguna gente se combina con
todos los signos de una depresión, mientras que
en otra, con un nivel de actividad
extremadamente elevado. Ambos tipos de
psicosis, la depresiva y la maníaca, tienen en
común un aumento de todo tipo de sentimientos,
lo cual afecta negativamente la percepción y el
pensamiento de la persona.
EXPLICACIONES PSIQUIATRICAS Y
PSICOLOGICAS
Según la psiquiatría orientada médicamente, la
psicosis y otras enfermedades relacionadas son
desórdenes del metabolismo neurológico, como si
de un problema del hardware se tratara. Para los
psiquiatras, las ideas persecutorias y las
alucinaciones no se contemplan como si tuvieran
alguna relación con la realidad factual de la vida
del paciente psicótico. Se han presentado
multitud de explicaciones sobre los orígenes
fisiológicos de la psicosis durante los últimos
cien años, entre otras la mala calidad de la
sangre, genes defectuosos, alteraciones del
metabolismo cerebral, y más recientemente, los
virus.

¿Qué es la psicosis?
Se conoce como “psicosis” a una serie de
síntomas relacionados con la pérdida de contacto
con la realidad. Frecuentemente se asocia a
alteraciones del pensamiento y de la conducta,
incluida la verbal, que provocan alteraciones en
muchas áreas de funcionamiento.
El término se empezó a utilizar en 1841 de la
mano del psiquiatra alemán Karl Friedrich
Canstatt. Proviene del latín y se puede traducir
como “alteración del alma” o “de la mente”.
Inicialmente incluía la esquizofrenia y
el trastorno bipolar y se usaba en oposición al
concepto “neurosis”, lo cual sigue siendo habitual
en la actualidad.
Las experiencias englobadas en el concepto de
psicosis son múltiples y variadas. Las
alucinaciones, los delirios y la catatonia (un
estado de inmovilidad psicógena) son tres de las
manifestaciones psicóticas más características,
pero no siempre se dan en contextos patológicos;
por ejemplo, las alucinaciones hipnagógicas, que
aparecen en ocasiones justo antes de que
caigamos dormidos, son formalmente
equivalentes a la psicosis.
Los síntomas psicóticos pueden tener causas
muy distintas. Como sucede en la esquizofrenia,
el trastorno bipolar o la demencia, suelen ser
consecuencia de la conjunción de estrés
psicosocial con alteraciones cerebrales, o bien
con el consumo excesivo de determinadas
sustancias y fármacos, entre ellas el alcohol y las
anfetaminas.
Por otro lado, los trastornos psicóticos incluyen la
esquizofrenia, el trastorno esquizotípico de
personalidad, el esquizoafectivo, el delirante, el
esquizofreniforme, el trastorno psicótico breve, la
catatonia y las psicosis inducidas por
enfermedades y consumo de sustancias.
Definición de esquizofrenia
La esquizofrenia es una alteración que se incluye
en el grupo de los trastornos psicóticos, siendo el
más representativo y conocido dentro de éstos.
Sus síntomas cardinales son de tipo psicótico,
como la desorganización del pensamiento o la
presencia de delirios y alucinaciones.
Se trata de un trastorno que genera
frecuentemente inadaptación social y favorece la
aparición de depresión, ansiedad y abuso de
sustancias. En muchos casos se da de forma
crónica y se maneja mediante
fármacos antipsicóticos muy potentes,
requiriendo frecuentemente internamiento.
Los síntomas de la esquizofrenia se dividen en
positivos y negativos. Los síntomas positivos se
relacionan con la alteración de las funciones
mentales, como las alucinaciones, mientras que
los negativos son déficits emocionales,
motivacionales o sociales, entre otros.
El manual DSM-IV divide la esquizofrenia en cinco
tipos: paranoide, desorganizada, catatónica,
indiferenciada y residual. Esta clasificación se
realiza en función de los síntomas predominantes
y del curso del trastorno. El DSM-5 eliminó la
distinción entre subtipos de esquizofrenia.
Para diagnosticar esquizofrenia es necesario que
se hayan dado delirios, alucinaciones, lenguaje
desorganizado, catatonia o síntomas negativos de
forma continua durante al menos 6 meses.
Además estos síntomas deben causar dificultades
personales, sociales o laborales y no pueden
deberse directamente a una enfermedad o al
consumo de fármacos o drogas.
Diferencias entre psicosis y esquizofrenia
De forma resumida podemos decir que “psicosis”
y “esquizofrenia” son dos conceptos íntimamente
relacionados, pero la esquizofrenia es un
trastorno mental con criterios diagnósticos
concretos mientras que la psicosis es un grupo de
síntomas que se pueden dar a causa de la
esquizofrenia o por otros motivos.

A continuación encontrarás 5 claves que te


ayudarán a diferenciar la psicosis y la
esquizofrenia.
1. La una incluye a la otra
La esquizofrenia es un trastorno que provoca
múltiples síntomas, entre los que destacan los de
tipo psicótico, aunque no son los únicos: por
ejemplo, la ansiedad y la depresión también son
muy frecuentes en el contexto de la
esquizofrenia.
Por su parte, la psicosis engloba a la
esquizofrenia si entendemos el término de
“psicosis” como equivalente a “trastorno
psicótico”. Esto sucede habitualmente cuando
nos referimos a este grupo de alteraciones como
“las psicosis”.
2. Psicosis no siempre implica esquizofrenia
Las experiencias de tipo psicótico son
relativamente frecuentes en determinados
marcos, como el consumo de sustancias
alucinógenas o el daño cerebral por demencia.
Así, no es necesario que se cumplan los criterios
de esquizofrenia para poder hablar de la
existencia de una psicosis, sobre todo si se trata
de un episodio breve.

La presencia de psicopatología
Cuando se dan a consecuencia de la esquizofrenia o de
otros alteraciones más o menos similares, como la
depresión psicótica o el trastorno esquizoafectivo, los
síntomas psicóticos se consideran un indicador clave de
psicopatología. En los trastornos afectivos o en la
demencia los síntomas psicóticos se asocian con un
aumento en la gravedad o con el progreso de la alteración.

No obstante, los síntomas psicóticos no siempre implican


una mayor severidad: las personas diagnosticadas de
esquizofrenia paranoide, que se caracteriza por
alucinaciones y delirios, tienen mejor pronóstico que
aquellas en las que predominan los síntomas negativos.
4. La duración de los síntomas
La duración de las manifestaciones psicóticas varía en
gran medida, desde los episodios de pocos segundos o
minutos inducidos por el consumo de drogas hasta la
esquizofrenia, que requiere que los síntomas se
mantengan durante 6 meses por lo menos. En un punto
intermedio se sitúa el trastorno psicótico breve, que tiene
una duración máxima de un mes.

5. La psicosis tiene múltiples causas


Si bien las alteraciones cerebrales propias de la
esquizofrenia pueden provocar experiencias psicóticas,
estas también pueden deberse a otras causas
psicológicas y biológicas. Entre ellas destacan el estrés y
la fatiga intensos, la depresión, las lesiones cerebrales y el
consumo de algunas sustancias.

La sede de las emociones se encuentra en el cerebro, y no en el corazón, como pregonan


parte de la literatura y el arte en general. Concretamente, en una serie de circuitos
neuronales, en su mayoría enterrados en las profundidades del cerebro, conocidos
comúnmente como sistema límbicoLinks to an external site. o paleomamífero.
De hecho, todas las patologías psicológicasLinks to an external site. conocidas por el
hombre se caracterizan por un déficit o un exceso emocional. Es decir, las enfermedades
mentales pueden definirse básicamente como estados afectivos que por alguna razón,
escapan de su rango de normalidad.
A su vez, ese déficit o exceso emocional es ocasionado por diferentes desequilibrios
químicos y disfunciones en las regiones del sistema límbico y otras zonas adyacentes que
participan en la supervisión y regulación del estado anímico. A continuación veremos los
síntomas asociados a la depresión y la ansiedad, dos de los estados emocionales que más
se asocian a los trastornos.
Los síntomas del desajuste emocional en la
depresión
La depresiónLinks to an external site. se caracteriza por la exacerbación de algunas
emociones que, en su justa medida son beneficiosas para la persona, como la tristezaLinks
to an external site., la culpaLinks to an external site. y la vergüenza. Quien padece este
problema, entra en un estado de tristeza profunda que lo lleva a llorar o sentirse
angustiado buena parte del día. Como corolario, comienza a culparse a sí mismo por lo
que le pasa, y se siente afligido por preocupar a sus amigos y seres queridos.
Convencido de que se ha convertido en una pesada carga para su familia, la sensación de
vergüenza se dispara y muchas veces el paciente deprimido empieza a pensar que lo mejor
que podría pasarle es morir, puesto que la enfermedad le impide ver un horizonte más o
menos promisorio.
Por supuesto, usualmente nada de esto es cierto. Lo que ocurre es que el desbarajuste de
estas emociones, que se desvían de su cauce normal, terminan por enturbiar el proceso
normal de razonamiento del paciente enfermo, alterando sus sistema de creencias,
tiñendo completamente su percepción, empujándolo a pensar que es un ser inútil,
reprobable, incapaz de valerse por sus propios medios, y que en consecuencia es esperable
que termine sumido en la más absoluta ruina social y económica, abandonado por todos
aquellos a quien quiere, y librado a la fatalidad de su inexorable y funesto destino.

Los síntomas en la ansiedad


Otro cuadro psiquiátrico signado por emociones descontroladas es lo que se conoce
como trastorno de ansiedad generalizadaLinks to an external site.. En este caso, el
sentimiento preponderante es la preocupación derivada del miedo, y la falsa certeza de que
algo malo irremediablemente está por ocurrir.
Tal y como su nombre lo indica, la persona con ansiedad generalizada se preocupa por
todo, y lo que es peor, todo el tiempo; desde que se levanta hasta que se acuesta, no puede
dejar de pensar en la familia, la salud, la economía del hogar, el trabajo y un sinfín de
cuestiones mundanas y del día a día, como por ejemplo, que el fin de semana debería ir al
supermercado por su compra de alimentos semanal, la posibilidad (sin prueba alguna) de
que su pareja le sea infielLinks to an external site., o lo que puede haber pensado el vecino
que vive al lado, a quien la semana pasada por descuido olvidó saludar cuando se lo cruzó
en el centro comercial.
La preocupación constante, omnipresente, lleva a la persona a un estado de vigilancia
continuo, y resulta fácil identificar a alguien afligido por esta afección: son individuos que
se han vuelto impacientes, desconfiados, quejosos, acelerados, y que viven
permanentemente a la defensiva, pues creen que deben estar siempre alerta para prevenir y
evitar las inminentes desgracias que creen que la vida les depara.
Como no pueden relajarse nunca, tampoco logran disfrutar de nada. Incluso actividades que
deberían ser placenteras como ir al cine, salir a comer afuera, o la fiesta de cumpleaños de
un primo cercano se convierten en un incordio, en una fuente de estrés antes que de
satisfacción.
En tanto la persona con ansiedad no comprende que la mayoría de sus temores son
infundados, el cuadro tiende a cronificarse, y muchas veces entra en lo que yo
denomino la “fase de agotamiento”, que no es otra cosa que un estado de depresión,
consecuencia de la frustración que se siente ante la imposibilidad de controlarlo todo, y del
cansancio físico y mental que conlleva el monitoreo permanente de las muchas pero
improbables acechanzas, riesgos y peligros que ofrece el mundo.

Ampliando el repertorio de emociones


Ahora bien, ¿qué podemos hacer para librarnos de algunas enfermedades como la
depresión y la ansiedad patológica? Pues bien, una forma natural de contrarrestar el
problema es procurando minimizar los focos de estrésLinks to an external site. y maximizar
el abanico de emociones agradables que somos capaces de experimentar.
El esfuerzo de psicólogos y psiquiatras se orienta en estos casos a restablecer el normal
funcionamiento emocional del paciente azotado por la enfermedad. En este sentido, se le
ayuda a gestionar productivamente sus emociones negativas, y a identificar sus
emociones positivas, para que pueda potenciarlas y sacarles el máximo provecho posible.
Tan pronto como esto se logra, la forma en que el individuo percibe al mundo empieza a
mejorar. El entorno deja de ser un lugar frío y amenazante; su realidad se transforma, se
vuelve más afable. La conjunción de ambas estrategias da forma a la mejor receta para
librarse de la enfermedad y encaminarse hacia el bienestar personal y la felicidad.
Los ansiolíticos no hacen desaparecer a ese jefe tóxico que nos chupa la
energía, las ganas y la alegría. Tampoco resuelven nuestros problemas, lo
sabemos, ni hacen que el sufrimiento psicológico se vaya para siempre. Sin
embargo, lo que sí logran es reducir el malestar emocional para facilitar la
efectividad de la psicoterapia y del enfoque multidisciplinar.
Dicen los sociólogos que estamos viviendo ya en una sociedad distópica. Somos
ese mundo en el que se venden cada año millones de libros sobre cómo ser
felices, somos esas personas que gustan de poner filtros a sus fotos para ofrecer
a los demás una imagen de perfección absoluta. De sonrisa perfecta, de felicidad
ideal. Porque ser feliz vende, es a lo que todos aspiramos. Sin embargo, de
puertas hacia dentro y en la penumbra del propio hogar, se nos llevan los
demonios, los miedos nos carcomen y la sombra de las ansiedades nos
atrapan.

La industria farmacéutica intenta crear medicamentos psiquiátricos cada


vez más sofisticados, con menos efectos secundarios y de acción más
rápida. Tanto es así, que existen varios tipos de medicación para cada
dolor de la vida, esos que los médicos de cabecera nos recetan a veces
con excesiva facilidad hasta el punto de generar dependencias en
personas que tal vez, hubieran resuelto su problema puntual mediante
una estrategia no-farmacológica.
Sin embargo el problema está ahí, hay patologías de origen endógeno
que requieren de un enfoque químico, y hay depresiones de carácter
reactivo ocasionadas por el estrés que sin duda, necesitarían más de
una estrategia psicológica. Sea como sea, los ansiolíticos son
imprescindibles en muchos casos, sin duda, pero siempre durante un
tiempo determinado para evitar caer en una espiral medicalizadora.
Una espiral donde los efectos secundarios son a veces más
perjudiciales que la propia sintomatología.

Ahondemos hoy en todos esos tipos de ansiolíticos presentes en el


mercado farmacéutico y que tienen como objetivo tratar desde
procesos asociados a la ansiedad, el insomnio, los trastornos del
pánico, etc.

¿Qué es la ansiedad?

Antes de empezar, es importante aclarar qué estamos entendiendo


por ansiedad desde un punto de vista psicológico. Podemos
considerar la ansiedad como un estado de malestar emocional
que no suele estar ligado a estímulos estresores inmediatos, es
decir, muchas veces surge de una visión catastrofista del futuro o de
creencias irracionales sobre los acontecimientos de nuestra
cotidianidad.

Ante esto, suelen emerger respuestas negativas de carácter


cognitivo, emocional e, incluso, fisiológico. La ansiedad puede
desencadenar síntomas como taquicardia, sudoración, cambios en la
temperatura corporal y tensión muscular, así como ataques de pánico,
conductas evitativas, problemas gastrointestinales, insomnio, entre
otros.

Aunque las causas que la originan no están del todo claros, hay
evidencia de que hay factores genéticos involucrados, así como
posibles eventos traumáticos del pasado o experiencias
particularmente dolorosas que pueden estar relacionadas con su
aparición y desarrollo.

El tratamiento para la ansiedad suele combinar terapia


psicológica e intervención farmacológica, tanto con medicamentos
antidrepesivos, como con aquellos que actúan específicamente sobre
los síntomas de la ansiedad, los anisolíticos.

¿Cómo actúan los ansiolíticos?

Las personas que han necesitado o que necesitan en la actualidad un


tratamiento farmacológico para reducir la ansiedad, saben que por lo
general, es común probar más de un tipo, cambiar la dosis de vez
en cuando y hacer un seguimiento sobre cómo nos sentimos y los
posibles efectos secundarios que nos ocasionan.

Por ello, antes de nada debemos entender algunos aspectos

 Cada persona reacciona mejor a un tipo de ansiolítico. Por lo


tanto, es aconsejable contar con la supervisión de los buenos
profesionales para que nos guíen en este proceso.
 Los ansiolíticos, los sedantes y los hipnóticos son medicamentos
que funcionan en el sistema nervioso central para aliviar la
ansiedad o ayudarnos a conciliar el sueño.

Asimismo, también es conveniente tener en cuenta cuál es el


mecanismo de acción de los ansiolíticos:

 Son sedantes, relentizan las funciones del cuerpo.


 Son fármacos psicotrópicos que actúan sobre el sistema
nervioso central. Es decir, no solo relajan sino que muchos de
ellos tienen efectos sedantes, anticonvulsivos y amnésicos.
 Su mecanismo de acción, por lo general es simple: aumentan el
efecto de una sustancia química cerebral
llamada GABA (ácido butírico amino gamma). Se trata de un
tipo de inhibidor cerebral que relaja y reduce la actividad de las
neuronas.

. Benzodiacepinas
 Las benzodiacepinas conforman la “familia” de ansiolíticos
más comunes y utilizados en la actualidad. Además de actuar
sobre la sustancia GABA también lo hacen sobre el sistema
límbico, inhibiendo la actividad de la serotonina en esta región
cerebral.
 Los fármacos más habituales en esta tipología son sin duda el
diazempam, el lorazepam, el bromazepam, el alprazolam o el
clorazepato, los cuales, pasaremos seguidamente a describir.
 La mayoría de ellos producen relajación, alivio de la tensión
cognitiva y un efecto más o menos sedante según el tipo de
fármaco.

¿Para qué se utilizan las benzodiacepinas?


 Las benzodiacepinas se utilizan para el tratamiento de la
ansiedad generalizada.
 Insomnio.
 Fobias.
 Trastorno obsesivo compulsivo.
 Trastornos afectivos.
 Esquizofrenia.
 Asimismo, es interesante saber que las benzodiacepinas se
utilizan en muchos tipos de urgencias psiquiátricas: agitación
psicomotriz, el estrés ambiental o los trastornos de la
personalidad, delirium tremens…
Clasificación según su duración y el efecto en nuestro
organismo
Ansiolíticos de vida media corta (sus efectos pueden durar hasta 8 horas):
 Bentazepam.
 Clotiazepam.
 Cloxazolam.
Ansiolíticos de vida media intermedia (sus efectos duran de 8 a 24 horas):

 Alprazolam.
 Bromazepam.
 Camazepam.
 Clobazam.
 Ketazolam.
 Lorazepam.
 Oxazepam.
 Oxazolam.
 Pinazepam.
Ansiolíticos de vida media larga (sus efectos duran más de 24 horas):
 Clorazepato dipotasio.
 Clordiazepoxido.
 Clordiazepoxido + piridoxina.
 Diazepam.
 Halazepam.
 Medazepam.
 Prazepam.
Efectos secundarios
Cabe señalar que los efectos secundarios asociados a las
benzodiacepinas no son tan graves como los que en su momento
causaron el primer tipo de ansiolíticos: los barbitúricos. Además, es
necesario recordar que la administración y consumo de estos
fármacos psiquiátricos no debe exceder nunca de las 4 o 6
semanas. En caso contrario, podemos desarrollar dependencia.
Por otro lado, los síntomas secundarios más comunes asociados a las
benzodiacepinas son los siguientes:
 Somnolencia.
 Mareos.
 Confusión.
 Falta de equilibrio (sobre todo en las personas mayores).
 Trastornos del habla.
 Debilidad muscular.
 Estreñimiento.
 Náuseas.
 Boca seca.
 Visión borrosa.

Los barbitúricos
 Lo señalábamos hace un momento: antes de que llegaran al
mercado las benzodiacepinas, los barbitúricos eran el único
ansiolítico del que disponía la población para el tratamiento de
la ansiedad. Desde que el premio nobel en química Emil Fischer
descubriera el barbital en 1902, se alzaron como ese recurso
peligroso pero eficaz, capaz de actuar como sedantes del sistema
nervioso central de forma inmediata.
 Más tarde, en 1963 la empresa Roche lanzó el
conocido Valium y con este fármaco, llegó la era de las
benzodiacepinas. Justo un año antes -y como curiosidad- de que
Marilyn Monroe se suicidara “supuestamente” con una ingesta
elevada de barbitúricos.}

Los barbitúricos dejaron de prescribirse para el tratamiento de la


ansiedad
 Los barbitúricos y todos aquellos fármacos que contengan ácido
barbitúrico generan una elevada dependencia psicológica y
física.
 Asimismo, la línea que separa a que se considera una dosis normal
de una dosis tóxica es muy fina.
 Su mecanismo de acción se basa en impedir el flujo de sodio a
las neuronas. En la actualidad, su uso se reserva solo a algunos tipos
de cirugía y para tratar las convulsiones.
Tipos de barbitúricos más comunes:
 Amobarbital (Amytal).
 Apropbarbital (Alurate).
 Butobarbital (Butisol).
 Phentoarbital (Nembutal).
 Secobarbital (Seconal).
3. Buspirona
 La buspirona tiene sus pros y sus contras. Sin embargo, sigue siendo
un tipo de ansiolítico muy interesante. Su principal ventaja es que
apenas tiene efectos secundarios, no interactúa con
otras sustancias, no afecta al rendimiento cognitivo y no provoca
sedación.
 Es un fármaco por tanto muy bien consolidado en el mercado
farmacéutico y gusta mucho a los facultativos por su escasa
adversidad.
 Sin embargo, el punto que tiene en contra la buspirona es que es
de acción lenta. De hecho el paciente empieza a notar sus efectos a
los 15 días. Algo sin duda complejo, porque la persona que sufre un
cuadro severo de ansiedad quiere sentirse mejor cuánto antes, y ante
todo, poder dormir. De ahí, que este fármaco no resulte útil en estos
casos.

Sin embargo, los expertos nos señalan que es muy eficaz para cuadros de
ansiedad no muy intensa, y que es muy recomendable en personas
mayores.
Para qué se utiliza
 La buspirona se utiliza para trata los síntomas de la ansiedad:
miedo, tensión, agitación, irritabilidad, mareos, insomnio,
taquicardias…
Efectos secundarios
 Tal y como hemos señalado, la buspirona tiene por término medio
unos efectos secundarios mínimos o carentes de gravedad. Los más
comunes son dolor de cabeza, sequedad de boca, malestar
estomacal…
4. Alprazolam
 El alprazolam es uno de los ansiolíticos que más se recetan.
Muchos lo conocen como Trankimazin, es un derivado de las
benzodiacepinas y se usa ante todo para el tratamiento de crisis
de angustia como la agorafobia, ataques de pánico y estrés intenso.
 Asimismo, cabe destacar que tiene principios antidepresivos puesto
que sus principios químicos se asemejan mucho a los antidepresivos
tricíclicos.
 Cabe destacar que es un fármaco de alta potencia y de acción
inmediata, a diferencia de la buspirona. Tiene propiedades sedantes,
hipnóticas y anticonvulsivas, pero el efecto más notable es
el ansiolítico.
 Por otro lado, es importante destacar que el potencial adictivo
del Alprazolan es también muy alto, por lo tanto, y para evitar la
tolerancia, recordamos una vez más que su administración debe ser
limitada y puntual.
Qué efectos secundarios presenta
 Dolor de cabeza.
 Problemas para orinar
 Cansancio
 Mareos
 Iritabilidad

 Problemas de concentración
 Sequedad en la boca
 Bajo deseo sexual
 Estreñimiento
 Cambios en el apetito
 Cambios en el peso
 Dolor articular

5. Diazepam
 El diazepam o valium es sin duda otro de los ansiolíticos más
conocidos. Es también un derivado de las benzodiacepinas y el que
más se administra en los ambulatorios y centros médicos.
 Es el fármaco más eficaz para tratar los espasmos musculares, de ahí
que no se use solo para el tratamiento de la ansiedad, sino
también para trastornos psicosomáticos, tortícolis, delirium
tremens, ataques de pánico , disnea… e incluso para las
clásicas sedaciones previas a las intervenciones quirúrgicas.
 Asimismo, cabe advertir nuevamente que este ansiolítico también
genera una elevada dependencia cuando se usan dosis elevadas
durante períodos prolongados.
“El consumo regular de ansiolíticos crea adicción a largo plazo, en lugar
de tratar el problema o la enfermedad”.
Qué efectos secundarios presenta
Los efectos secundarios más comunes del diacepam son los siguientes:
 Somnolencia.
 Problemas de coordinación.
 Problemas de equilibrio.
 Pequeños fallos de memoria.
 Insomio
 Dolor de cabeza
 Calambres
 Problemas de concentración.
 Amnesia anterógrada.
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En caso de que desarrollemos dependencia al diacepam, podemos
experimentar desde taquicardias, desmayos, estados paradójicos de
conciencia, somnolencia o incluso uñas azuladas debido a una falta de
oxígeno en sangre.
6. Lorazepam
 La mayoría hemos oído hablar del Lorazepam o sencillamente,
del “orfidal”. Tiene una elevada potencia y se utiliza con distintos
fines:
 Para tratar trastornos de ansiedad.
 Trastornos del sueño , problemas de insomnio.
 Estados de tensión.
 Para tratar algunas enfermedades psicosomáticas y orgánicas.
 Para el síndrome del colon irritable.
 La epilepsia.
 También está indicado en el tratamiento de las náuseas y
los vómitos originados por la quimioterapia o por la agitación
provocada por la abstinencia del alcohol.

Es interesante saber que el lorazepam tiene un efecto inmediato,


alcanzando su máximo pico de biodisponibilidad a las 2 horas. Asimismo,
sus efectos secundarios no son excesivamente graves, no genera una
dependencia elevada, pero aún así se recomienda que su uso sea
limitado en el tiempo.
Efectos secundarios
 Somnolencia
 Cansancio
 Boca seca
 Periodos que oscilan entre la diarrea/estreñimiento
 Problemas digestivos.
 Problemas para orinar
 Visión borrosa
7. Bromazepam
 Al bromazepam lo conocemos como Lexatin, se usa en dosis bajas
para tratar la ansiedad y las neurosis fóbicas. Si se administra en
dosis más elevadas actúa como efectivo relajante muscular, sedante
e hipnótico.
 Cabe señalar que el bromazepam es un medicamento peligroso:
genera rápidas dependencias e interactúa con diversas sustancias.
En caso de que se combine con el alcohol puede llegar a ser mortal.
Por tanto, deben seguirse con puntual exactitud las pautas de los
profesionales para que su efecto sea el adecuado.
Efectos secundarios
 Problemas de coordinación.
 Dolor de cabeza.
 Problemas a la hora de reaccionar ante los estímulos.
 Cansacio
 Visión borrosa.

8. Cloracepato
El clorazapato es un medicamento que pertenece al grupo de los
tranquilizantes, ansiolíticos, derivados de las benzodiazepinas. Se utiliza
en casos no excesivamente graves, trastornos psicológicos comunes que
requieren de un abordaje puntil
Es efectivo en los siguientes casos:
 Trata la ansiedad.
 Angustia.
 Trastornos del sueño.
 Problemas durante la menopausia.
 Neurosis.
 Psicosis .
 Es muy efectivo para tratar la abstinencia del alcohol y de otras
drogas.
 Se usa también para tratar el síndrome del colon irritable.
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El clorazepato puede tomarse durante 3-4 meses. Más allá de este
periodo genera dependencia y puede perder eficacia.
Efectos secundarios
Problemas gastrointestinales, cambios en el deseo sexual o reacciones
cutáneas, dolor de cabeza, mareos, boca seca, apatía…
9. Antihistamínicos
 Es muy posible que a más de uno de nuestros lectores le sorprenda
que en este listado aparezcan los antihistáminicos. ¿No son los
medicamentos que usamos habitualmente para tratar los procesos
alérgicos?
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Bien, es importante señalar que dentro de los antihistamínicos los hay de
diferentes tipos. Por lo general la mayoría de los antihistamínicos
bloquean la histamina. Sin embargo, dentro de ellos podemos encontrar
también la hidroxizina, la cual, además de aliviar la picazón causada por
las reacciones alérgicas de la piel, reduce la actividad cerebral y sirve
también para aliviar la ansiedad y la tensión.
Cabe señalar que los antihistamínicos no son los fármacos más idóneos
para tratar la ansiedad, de hecho los psiquiatras no los recomiendan en
caso de que el paciente sufra ataques de pánico.
Efectos secundarios
 Problemas a la hora de reaccionar, ralentiza nuestros sentidos.
 Somnolencia.
 Cansancio.
 Boca seca.
 Problemas intestinales.

Para concluir, a esta lista se le podrían añadir sin duda muchos más
nombres y muchas opciones, como los fármacos bloqueantes beta-
adrenérgicos, dentro de los cuales también hay alternativas naturales y con
escasos efectos secundarios. Sin embargo, los que hemos descrito aquí son
los más comunes, los que más se recetan y los que más habitan en nuestras
mesitas de noche o en nuestros bolsos.
Apuntar una vez más que los ansiolíticos no curan la ansiedad, no hacen
desaparecer los ataques de pánico, las neurosis o esas sombras puntuales
que alteran nuestra vida en un momento dado. Los fármacos tratan,
alivian, relajan, nos ofrecen descanso y aunque todo ello sea bueno y
necesario, no resuelven el problema de raíz a no ser que estemos ante
una enfermedad de origen endógeno, como pueden ser algunas
depresiones.
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Usemos por tanto los ansiolíticos de forma puntual, pero combinados
siempre con la psicoterapia. Porque aunque nos hayan educado siempre
con la clásica idea de que “somos lo que comemos”, en realidad
“somos lo que pensamos”. Cambiemos entonces el enfoque y no
medicalicemos obsesivamente dimensiones que en ocasiones no son
patológicas.
Referencias bibliográficas
Andrés-Trelles, F. (1993) Fármacos utilizados en la ansiedad:
benzodiacepinas y otros ansiolíticos. Madrid: MacGraw Hill
Interamericana.

¿QUÉ SON LOS ANSIOLÍTICOS?


Los ansiolíticos son fármacos con efecto psicotrópico sobre el sistema
nervioso central , utilizados para reducir los síntomas de la ansiedad sin
que eso signifique un aumento del sueño, o que la persona esté sedada.
Algunos de los nombres más comunes son Lorazepam, Bromazepam,
Alprazolam, Diazepam, Clorazepato. Los nombres comerciales son
Orfidal, Lexatin, Trankimazin, Valium y Tranxilium.

PRECAUCIONES A LA HORA DE TOMAR ANSIOLÍTICOS


Los ansiolíticos son tranquilizantes menores que enlentecen la actividad
del sistema nervioso central, por lo que hay que tener cuidado a la hora de
tomarlos.
Solo se deben consumir si los ha recetado un profesional sanitario.
Los médicos deben conocer la situación actual del paciente y su estado
emocional antes de recetar algún ansiolítico.
Del mismo modo, deben tener en cuenta si hay algún tipo de problema
orgánico, como por ejemplo, problemas de tiroides, problemas
respiratorios, problemas cardiovasculares, porque pueden alterar los
efectos de los ansiolíticos.
Si este tipo de fármacos no se administra de manera adecuada, pueden
causar:
– Adicción
– Alteración en la capacidad de reacción
– Alteración en el estado de alerta
– Amnesia
– Cefaleas
– Confusión
– Debilidad muscular
– Depresión
– Dificultades atencionales
– Dificultad para coordinar tus movimientos
– Dificultades para conducir
– Embotamiento afectivo
– Mareos
– Sedación
– Somnolencia
ANSIOLÍTICOS MÁS COMUNES
A continuación, analizaremos brevemente los cinco ansiolíticos más
consumidos en la actualidad, concretamente para qué se utilizan, sus
propiedades, sus efectos secundarios y las consideraciones que se debe
tener en cuenta a la hora de tomarlos.
1. LORAZEPAM
Lorazepam, más conocido como Orfidal, se utiliza principalmente para
tratar trastornos de ansiedad, trastornos del sueño, problemas de insomnio
y estados de tensión. También se utiliza para tratar algunas enfermedades
psicosomáticas y orgánicas.
Tiene propiedades ansiolíticas, hipnóticas, anticonvulsionantes, sedantes,
amnésicas y relajantes musculares.
Efectos secundarios principales:
– Somnolencia
– Fatiga
Consideraciones a tener en cuenta:
– No se debe consumir alcohol durante el tratamiento con Lorazepam, ya
que se produce un aumento de su efecto sedante. El resultado de mezclar
ambas sustancias es una gran dificultad para realizar cualquier actividad.
– No se debe conducir en los primeros momentos del tratamiento ni
cuando se produce un cambio de dosis, porque sus efectos secundarios
afectan la capacidad de conducción.
– Una vez retirado el fármaco, se pueden producir síntomas de abstinencia
como ansiedad, tristeza, estados de ánimo depresivos, insomnio, por lo que
la retirada debe ser gradual y guiada por un médico.
2. BROMAZEPAM
Bromazepam, más conocido como Lexatin, se utiliza para tratar
problemas de ansiedad, problemas obsesivos-compulsivos, fobias
e hipocondrías. Tiene propiedades ansiolíticas.
Efectos secundarios principales:
– Disminución de los reflejos
– Somnolencia
Consideraciones a tener en cuenta:
– Si el paciente está tomando alguna otra medicación, debe consultar con
el médico antes de ingerir Bromazepam, ya que la combinación de dicho
ansiolítico con algunos medicamentos produce depresión.
– Debe tener mucho cuidado con este fármaco si ha tenido problemas de
adicciones en algún otro momento de su vida, pues puede provocar
drogodependencia con facilidad.
– No es recomendable consumir alcohol junto con este fármaco, porque la
interacción de ambos en el cuerpo puede dar lugar a una sobredosis.
– No es aconsejable conducir en el inicio del tratamiento ni cuando se
producen modificaciones en las tomas, por lo explicado anteriormente.
– Se debe dejar el Bromazepam de manera progresiva. Si se hace de
manera abrupta, el síndrome de abstinencia resultante podría ser peligroso.
3. ALPRAZOLAM
Alprazolam, más conocido como Trankimazin, se prescribe a aquellas
personas que padecen trastornos de ansiedad, trastornos de pánico, crisis
de angustia y agorafobia.
Tiene propiedades ansiolíticas, hipnóticas, anticonvulsionantes, sedantes y
relajantes musculares.
Efectos secundarios principales:
– Sedación
– Somnolencia
Consideraciones a tener en cuenta:
– Al igual que el Bromazepam, el Alprazolam genera adicción con
facilidad, por lo que es conveniente tener cuidado a la hora de tomarlo.
– Si se está tomando otros medicamentos, consultar con el médico antes de
tomar este ansiolítico para evitar posibles problemas, como eventos
cardiorrespiratorios o depresiones.
– Si se mezcla con alcohol, sus efectos sedantes se potencian, dificultando
las actividades cotidianas.
– No se debe conducir en los primeros momentos del tratamiento ni
cuando se modifica la dosis, al igual que sucede con los fármacos
anteriormente descritos.
4. DIAZEPAM
Diazepam, más conocido como Valium, se utiliza principalmente para el
tratamiento de los trastornos de ansiedad, trastornos psicosomáticos y para
el tratamiento de los espasmos musculares.
Tiene propiedades ansiolíticas, anticonvulsionantes, sedantes y relajantes.
Efectos secundarios principales:
– Somnolencia
– Sedación
Consideraciones a tener en cuenta:
– Si se abandona el tratamiento de manera brusca, aparecerán diversos
síntomas (ansiedad, depresión, insomnio, nerviosismo, convulsiones…)
propios del síndrome de abstinencia.
– No se debe consumir alcohol, ya que se produce un aumento de su efecto
sedante.
– No se debe conducir hasta que comprobar que los efectos del fármaco no
afectan las capacidades necesarias para la conducción (atención, capacidad
de reacción, reflejos…).
5. CLORAZEPATO
Clorazepato, más conocido como Tranxilium, se receta para el
tratamiento de la ansiedad, insomnio, situaciones de estrés
puntuales, problemas de alcoholismo y drogadicción.
Tiene propiedades ansiolíticas, hipnóticas, anticonvulsionantes, sedantes,
amnésicas y relajantes musculares.
Efectos secundarios principales:
– Somnolencia
– Mareos
Consideraciones a tener en cuenta:
– El Clorazepato puede provocar dependencia, por lo que su consumo debe
estar tutelado por personal médico.
– Si se suspende el consumo de este fármaco, hay que hacerlo de manera
progresiva y bajo supervisión médica, para evitar que el síndrome de
abstinencia se agrave.
– Sus efectos secundarios aumentan si se ingiere alcohol.
– No se debe conducir bajo los efectos del fármaco.
Los médicos recomiendan no tomar este tipo de fármacos durante más de
un mes, pero no todo el mundo hace caso a esta recomendación y los toma
durante años, e incluso décadas.
El problema del consumo prolongado de ansiolíticos es que genera
tolerancia en la persona que los consume y una gran dependencia física y
psicológica, llegando incluso a tener problemas graves de adicción.
Para evitar este problema, los médicos deberían evaluar de manera
periódica a los consumidores de dichas sustancias, con el fin de ajustar su
dosis, mantenerla o retirarla, según se considere oportuno.

Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer
que sude, se sienta inquieto y tenso, y tener palpitaciones. Puede ser una
reacción normal al estrés. Por ejemplo, puede sentirse ansioso cuando se
enfrenta a un problema difícil en el trabajo, antes de tomar un examen o
antes de tomar una decisión importante. Si bien la ansiedad puede ayudar a
enfrentar una situación, además de darle un impulso de energía o ayudarle
a concentrarse, para las personas con trastornos de ansiedad el miedo no es
temporal y puede ser abrumadora.
¿Qué son los trastornos de ansiedad?
Los trastornos de ansiedad son afecciones en las que la ansiedad no
desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden
interferir con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la
escuela y las relaciones entre personas.
¿Cuáles son los tipos de trastornos de ansiedad?
Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:
 Trastorno de ansiedad generalizada: Las personas con este
trastorno se preocupan por problemas comunes como la salud, el
dinero, el trabajo y la familia. Pero sus preocupaciones son
excesivas y las tienen casi todos los días durante al menos 6 meses
 Trastorno de pánico : Las personas con trastorno de pánico sufren
de ataques de pánico. Estos son repentinos y repetidos momentos de
miedo intenso sin haber un peligro aparente. Los ataques se
producen rápidamente y pueden durar varios minutos o más
 Fobias: Las personas con fobias tienen un miedo intenso a algo que
representa poco o ningún peligro real. Su miedo puede ser por
arañas, volar, ir a lugares concurridos o estar en situaciones sociales
(conocida como ansiedad social)
¿Qué causa los trastornos de ansiedad?
No se conoce la causa de la ansiedad. Factores como la genética, la
biología y química del cerebro, el estrés y su entorno pueden tener un rol.
¿Quién está en riesgo de tener trastornos de ansiedad?
Los factores de riesgo para los diferentes tipos de trastornos de ansiedad
pueden variar. Por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada y las
fobias son más comunes en las mujeres, pero la ansiedad social afecta a
hombres y mujeres por igual. Existen algunos factores de riesgo generales
para todos los tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:
 Ciertos rasgos de personalidad, como ser tímido o retraído cuando
está en situaciones nuevas o conoce personas nuevas
 Eventos traumáticos en la primera infancia o la edad adulta
 Antecedentes familiares de ansiedad u otros trastornos mentales
 Algunas afecciones de salud física, como problemas de
tiroides o arritmia
¿Cuáles son los síntomas de los trastornos de ansiedad?
Los diferentes tipos de trastornos de ansiedad pueden tener síntomas
diferentes. Pero todos muestran una combinación de:
 Pensamientos o creencias ansiosos difíciles de controlar: Le hacen
sentir inquieto y tenso e interfieren con su vida diaria. No
desaparecen y pueden empeorar con el tiempo
 Síntomas físicos, como latidos cardíacos fuertes o rápidos, dolores y
molestias inexplicables, mareos y falta de aire
 Cambios en el comportamiento, como evitar las actividades
cotidianas que solía hacer
El uso de cafeína, otras sustancias y ciertos medicamentos pueden
empeorar sus síntomas.
¿Cómo se diagnostican los trastornos de ansiedad?
Para diagnosticar los trastornos de ansiedad, su profesional de la salud le
preguntará sobre sus síntomas e historial médico. También es posible que
le hagan un examen físico y pruebas de laboratorio para verificar que otro
problema de salud no sea la causa de sus síntomas.
Si no tiene otro problema de salud, recibirá una evaluación psicológica . Su
proveedor puede hacerlo, o puede ser derivado a un profesional de salud
mental para ello.
¿Cuáles son los tratamientos para los trastornos de ansiedad?
Los principales tratamientos para los trastornos de ansiedad son
psicoterapia (terapia de conversación), medicamentos o ambos:
 Psicoterapia: Puede ayudar a reconocer y cambiar emociones,
pensamientos y conductas preocupantes. Para que sea eficaz, debe
centrarse en sus ansiedades y necesidades específicas. Hay muchos
tipos; Algunos de los tipos utilizados para los trastornos de ansiedad
incluyen:
 Terapia cognitivo-conductual: Enseña diferentes formas de
pensar y comportarse. Puede ayudarle a cambiar su forma de
reaccionar ante las cosas que le provocan miedo y ansiedad.
Puede incluir terapia de exposición, la que se enfoca en hacer
que usted enfrente sus miedos para que pueda hacer las cosas
que había estado evitando
 Terapia de aceptación y compromiso: Puede ayudar con
algunos trastornos de ansiedad. Utiliza estrategias como la
atención plena y el establecimiento de objetivos para reducir
el malestar y la ansiedad
 Los medicamentos para tratar los trastornos de ansiedad incluyen
medicamentos contra la ansiedad y ciertos antidepresivos . Algunos
tipos de medicamentos pueden funcionar mejor para tipos
específicos de trastornos de ansiedad. Debe comunicarse bien con su
profesional de la salud para identificar qué medicamento es mejor
para usted. Es posible que deba probar más de un medicamento
antes de encontrar el correcto

Trastorno bipolar
Es una afección mental en la cual una persona tiene cambios marcados o
extremos en el estado de ánimo. Los períodos de sentirse triste y
deprimido pueden alternar con períodos de excitación y actividad intensa o
de sentirse malhumorado e irritable.

Causas
El trastorno bipolar afecta por igual a hombres y mujeres. Casi siempre
comienza entre los 15 y 25 años. La causa exacta se desconoce, pero se
presenta con mayor frecuencia en parientes de personas que padecen dicho
trastorno.
En la mayoría de las personas con trastorno bipolar, no hay una causa
clara para los períodos (episodios) de extrema felicidad y mucha actividad
o energía (manías) o de depresión y baja actividad o energía (depresión).
Los siguientes factores pueden desencadenar un episodio maníaco:
 Parto
 Medicamentos, como antidepresivos o esteroides
 Períodos de no poder dormir (insomnio)
 Consumo de drogas psicoactivas
Síntomas
La fase maníaca puede durar de días a meses. Puede incluir estos
síntomas:
 Fácil distracción
 Participación excesiva en las actividades
 Poca necesidad de dormir
 Capacidad de discernimiento deficiente
 Poco control del temperamento
 Falta de autocontrol y comportamientos imprudentes, tales como
beber o consumir drogas en exceso, aumento de relaciones sexuales
de riesgo, apostar y gastar o regalar mucho dinero
 Estado de ánimo muy irritado, pensamientos apresurados, hablar
mucho y tener creencias falsas acerca de sí mismo o de sus
capacidades
 Hablar rápidamente
 Preocupación acerca de cosas que no son ciertas (delirios)
El episodio depresivo puede incluir estos síntomas:
 Estado de ánimo deprimido o tristeza diariamente
 Problemas para concentrarse, recordar o tomar decisiones
 Problemas en la alimentación como falta de apetito y pérdida de
peso o consumo exagerado de alimentos y aumento de peso
 Fatiga o falta de energía
 Sentimientos de minusvalía, desesperanza o culpa
 Pérdida del placer al realizar actividades que alguna vez disfrutaba
 Pérdida de la autoestima
 Pensamientos de muerte o suicidio
 Dificultad para conciliar el sueño o dormir demasiado
 Alejarse de los amigos o las actividades que alguna vez disfrutaba
Las personas con trastorno bipolar están en alto riesgo de
cometer suicidio. Pueden consumir alcohol u otras sustancias . Esto puede
empeorar los síntomas y aumentar el riesgo de suicidarse.
Los episodios de depresión son más frecuentes que los de manías. El
patrón no es el mismo en todas las personas con trastorno bipolar:
 Los síntomas de depresión y manía pueden ocurrir juntos. A esto se
le llama estado mixto.
 Los síntomas también pueden ocurrir inmediatamente uno después
de otro. Esto se denomina ciclo rápido.
Pruebas y exámenes
Para diagnosticar el trastorno bipolar, su proveedor de atención médica
puede tomar algunas o todas las siguientes acciones:
 Preguntar si otros miembros de la familia tienen trastorno bipolar
 Preguntar acerca de las fluctuaciones del estado de ánimo recientes
y por cuánto tiempo las ha tenido
 Llevar a cabo un examen completo y solicitar pruebas de laboratorio
para buscar otras enfermedades que puedan estar causando los
síntomas que se parezcan al trastorno bipolar
 Hablar con los miembros de la familia respecto a los síntomas y la
salud general
 Preguntar sobre cualquier problema de salud que tenga y cualquier
medicamento que tome
 Vigilar el comportamiento y el estado de ánimo
Tratamiento
El objetivo principal del tratamiento es:
 Hacer que los episodios sean menos frecuentes e intensos
 Ayudar a que usted se desempeñe bien y disfrute la vida en casa y
en el trabajo
 Prevenir la autoagresión y el suicidio
MEDICAMENTOS
Los medicamentos son una parte fundamental del tratamiento del trastorno
bipolar. Casi siempre, los primeros medicamentos utilizados se denominan
estabilizadores del estado de ánimo. Estos le ayudan a evitar los altibajos
en el estado anímico y los cambios extremos en la actividad y los niveles
de energía.
Con medicamentos, es posible que empiece a sentirse mejor. Sin embargo,
para algunas personas, los síntomas de manía pueden sentirse bien.
Algunas personas tienen efectos secundarios de los medicamentos. Como
resultado de esto, usted puede verse tentado a dejar de tomar sus
medicamentos o cambiar la forma como los está tomando. Pero dejar de
tomar sus medicamentos o tomarlos de la manera incorrecta puede
provocar que los síntomas reaparezcan o que lleguen a ser mucho peores.
No deje de tomar ni cambie las dosis de sus medicamentos. Si tiene
preguntas sobre sus medicamentos, hable con su proveedor.
Pídale a los miembros de la familia o los amigos que le ayuden a tomar los
medicamentos de la manera correcta. Esto significa tomar la dosis correcta
a la hora indicada. Además, pueden ayudar a verificar que los episodios de
manía y depresión se traten tan pronto como sea posible.
Si los estabilizadores del estado de ánimo no ayudan, su proveedor puede
sugerir otros medicamentos, como los antipsicóticos o los antidepresivos.
Necesitará hacer visitas regulares a su proveedor (a menudo, un psiquiatra
o una enfermero especializado en psiquiatría) para hablar acerca de sus
medicamentos y sus posibles efectos secundarios. Los exámenes de sangre
a menudo también son necesarios.
OTROS TRATAMIENTOS
Se puede usar la terapia electroconvulsiva (TEC) para tratar la fase
depresiva o maníaca del trastorno bipolar si no responde a los
medicamentos.
Las personas que están en la mitad de episodios maníacos o depresivos
posiblemente necesiten permanecer en un hospital hasta que su estado
anímico se estabilice y su comportamiento esté bajo control.
PROGRAMAS DE APOYO Y PSICOTERAPIA
Unirse a un grupo de apoyo puede ayudarle a usted y a sus seres queridos.
La participación de los familiares y cuidadores en su tratamiento puede
ayudar a reducir la probabilidad de reaparición de los síntomas.
Las habilidades importantes que usted puede aprender en tales programas
incluyen cómo:
 Hacerle frente a los síntomas persistentes, incluso mientras esté
tomando medicamentos
 Dormir bien y mantenerse alejado de las drogas psicoactivas
 Tomar los medicamentos correctamente y saber cómo manejar los
efectos secundarios
 Estar atento al retorno de los síntomas y saber qué hacer cuando
estos reaparezcan
 Averiguar qué desencadena los episodios y cómo evitar dichos
desencadenantes
La psicoterapia con un profesional en salud mental puede ayudarle a las
personas que tienen trastorno bipolar.
Expectativas (pronóstico)
Los períodos de depresión o manía retornan en la mayoría de las personas,
incluso con tratamiento. Las personas también pueden tener problemas con
el alcohol o el abuso de drogas. Igualmente pueden tener problemas con
las relaciones interpersonales, la escuela, el trabajo y las finanzas.
El suicidio es un riesgo muy real tanto durante el estado de manía como
durante la depresión. Las personas con trastorno bipolar que piensan o
hablan respecto al suicidio necesitan atención de emergencia de inmediato.
Cuándo contactar a un profesional médico
Busque ayuda de inmediato si usted:
 Presenta síntomas de manía
Siente el impulso de hacerse daño o dañar a otros
 Se siente desesperado, asustado o abrumado
 Ve o escucha cosas que no existen
 Siente que no puede salir de casa
 No es capaz de cuidarse por sí mismo
Comuníquese con su proveedor que lo trata si:
 Los síntomas están empeorando
 Sufre los efectos secundarios de los medicamentos
 No está tomando los medicamentos

El trastorno afectivo bipolar es una enfermedad que ocasiona cambios


abruptos en el estado de ánimo. Estos cambios anímicos pueden ir desde la
excitación y la euforia (manía) hasta la depresión y la desesperanza.
El trastorno afectivo bipolar también se conoce como trastorno maníaco-
depresivo, o a veces, simplemente, como trastorno bipolar.

Acerca del trastorno afectivo bipolar


El trastorno afectivo bipolar afecta tanto el estado de ánimo como la
conducta. La persona que padece de trastorno afectivo bipolar pasa por
estados emocionales extremos, que van desde la energía excesiva y
la euforia hasta la depresión y los pensamientos suicidas. Sus estados de
ánimo cambian bruscamente de un extremo a otro.
La persona que padece de trastorno afectivo bipolar pasa por estados
emocionales extremos, que van desde la energía excesiva y la euforia hasta
la depresión y los pensamientos suicidas.
El trastorno afectivo bipolar afecta a uno de cada 100 adultos en algún
momento en la vida. Asimismo, afecta con mayor frecuencia a las
personas entre 15 y 25 años de edad, y tanto a hombres como a mujeres.
Tipos de trastorno afectivo bipolar
Si padeces de trastorno afectivo bipolar, puede ser que se te diagnostique
un tipo determinado de dicha afección.
 Si experimentas un episodio de ánimo elevado seguido de
depresión, es posible que se te diagnostique trastorno afectivo
bipolar tipo 1.
 Si experimentas episodios depresivos seguidos de un episodio
maníaco más leve (hipomanía), es posible que se te
diagnostique trastorno afectivo bipolar tipo 2.
 Si tu estado anímico cambia rápidamente de la manía a la depresión,
y luego de nuevo a la manía, es posible que se te
diagnostique trastorno afectivo bipolar de ciclo rápido.
Síntomas del trastorno afectivo bipolar
Los síntomas del trastorno afectivo bipolar suelen manifestarse durante un
tiempo determinado (un episodio) e incluyen ciertos patrones de conducta.
Manía e hipomanía (manía leve)
La persona que experimenta episodios maníacos puede:
 sentirse con un ánimo inusitadamente alto
 mostrarse irritable
 manifestar mayor confianza en sí misma
 estar más locuaz
 distraerse fácilmente
 carecer de criterio
 no requerir muchas horas de sueño
Los episodios maníacos pueden durar períodos largos, por ejemplo, unos
meses. Esto puede dar lugar a agotamiento físico, gastos excesivos y
relaciones poco sensatas o inadecuadas.
Depresión
La persona que padece de depresión puede:
 sentirse infeliz y ver la vida de forma negativa
 perder interés en los demás y en lo que la rodea
 perder la confianza
 sentirse incapaz de tomar decisiones
 tener dificultad para dormir
 sentirse cansada
 llorar la mayor parte del tiempo
 aislarse de los amigos
 pensar en el suicidio
Síntomas mixtos
Aproximadamente, cuatro de cada 10 personas que padecen de trastorno
afectivo bipolar tienen síntomas mixtos. Estas personas
experimentan síntomas maníacos y depresión al mismo tiempo. Por
ejemplo, pueden sentirse tristes, pero también tener mucha energía.
Psicosis
Al igual que con la manía o la depresión, la persona puede experimentar
delirios (creencias falsas) y alucinaciones (oír, ver, oler o sentir cosas que
no existen). Además, puede resultarle difícil comunicarse con los demás.
Ciclotimia
“Ciclotimia” es el término usado para referirse a ciertos cambios anímicos
que no son tan graves como los del trastorno afectivo bipolar tipo 1 o tipo
2, pero que pueden durar más tiempo. La ciclotimia puede ser un síntoma
temprano de trastorno afectivo bipolar.
Causas del trastorno afectivo bipolar
En la actualidad se desconocen las razones exactas por las que una persona
puede desarrollar un trastorno afectivo bipolar. Éste pudiera
desencadenarse debido a cambios en el sistema nervioso o en las
sustancias químicas del cerebro; sin embargo, se cree que en el mismo
intervienen diversos mecanismos.

Algunos factores aumentan las probabilidades de padecer de un trastorno


afectivo bipolar:
 Tener un familiar cercano con trastorno afectivo bipolar puede
aumentar el riesgo. Si tu madre, padre, hermano o hermana sufre de
dicho trastorno, tus probabilidades son, aproximadamente, 6/100 de
padecer de trastorno afectivo bipolar tipo 1 y 3/100 de padecer de
trastorno afectivo bipolar tipo 2.
 Los acontecimientos estresantes, tales como la ruptura de una
relación o una enfermedad física, pueden ocasionar un trastorno
afectivo bipolar.
 Un desequilibrio químico en el cerebro.
 Diferencias estructurales en el cerebro.
Diagnóstico del trastorno afectivo bipolar
Si tú, o un amigo o familiar tuyo, piensa que tienes síntomas de trastorno
afectivo bipolar, consulta a tu médico de cabecera . Es posible que un
amigo o familiar se dé cuenta de que tienes trastorno afectivo bipolar antes
que tú, ya que puede observar los cambios que se manifiestan en tu
conducta.

Tu médico de cabecera te preguntará cuáles son los síntomas que


experimentas; también te hará preguntas acerca de tu historia clínica y de
cómo te sientes. Podrá referirte a un psiquiatra (especialista en salud
mental) o a un equipo comunitario de salud mental.
Tratamiento del trastorno afectivo bipolar
El tratamiento ayuda a mantener el ánimo estable y a aliviar los síntomas
maníacos o depresivos.
Autoayuda
Tomar nota de tus estados de ánimo en un diario para ese fin puede
ayudarte a determinar la gravedad de los síntomas, así como a reconocer el
momento en que empiezan a volverse incontrolables. Esto pudiera
ayudarte a prevenir los episodios maníacos o depresivos y a pedir ayuda
cuando la necesites.

Aprender a lidiar con el estrés puede ayudarte a prevenir estos episodios.


Mantener un equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida, así como
realizar actividades que te agraden, puede contribuir a que te relajes y te
sientas bien. El ejercicio regular y una dieta saludable también son
beneficiosos.
Medicamentos
 Antipsicóticos Si tienes un episodio maníaco, el médico pudiera
recetarte un medicamento antipsicótico, por ejemplo, olanzapina o
quetiapina, para tratar los síntomas a corto plazo, o antes de que se
te administre un medicamento para estabilizar tu estado de ánimo.
Los efectos secundarios de estos medicamentos incluyen aumento
de peso y mareos.
 Estabilizadores del estado de ánimo Para prevenir los cambios
anímicos abruptos, el médico pudiera recetarte un medicamento
estabilizador del estado de ánimo, por ejemplo, litio. El médico te
pedirá que te hagas análisis de sangre, a fin de garantizar que estés
recibiendo la dosis adecuada. El litio puede tardar unos tres meses
en comenzar a actuar de manera eficaz. Los efectos secundarios
pueden incluir aumento de peso, temblores y sed.
Si tienes exceso de litio en el cuerpo, es posible que sientas náuseas,
arrastres las palabras y te tambalees al caminar. En caso de tener estos
síntomas, comunícate con tu médico de inmediato . Si tomas litio, deberás
comer regularmente, beber abundantes líquidos sin endulzar y evitar las
bebidas con cafeína, ya que esto puede afectar la acción del medicamento.
El médico pudiera recetarte un medicamento llamado ácido valproico para
tratar los episodios maníacos del trastorno afectivo bipolar. Los efectos
secundarios de este medicamento pueden incluir náuseas, diarrea,
temblores y problemas estomacales.
Consulta siempre a tu médico y lee el prospecto de información al paciente
que viene con el medicamento. Continúa tomando el medicamento según
las indicaciones del médico, aunque empieces a sentirte bien. No debes
dejar de tomar el medicamento sin consultarlo primero con el médico, ya
que esto puede hacer que te vuelvan los síntomas.
 Antidepresivos El médico pudiera recomendarte que tomes algún
antidepresivo por corto tiempo para tratar un episodio de depresión.
Comúnmente, suelen recetarse unos antidepresivos llamados
inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS), por
ejemplo, citalopram y fluoxetina.
Al tomar estos medicamentos, existe el riesgo de que los síntomas
depresivos se conviertan en maníacos. Para evitar que esto ocurra, algunos
pueden tomarse en combinación con estabilizadores del estado de ánimo.
Los efectos secundarios pueden incluir palpitaciones, problemas de sueño
y confusión.
Terapias de conversación
La terapia cognitivo-conductual es un tratamiento de conversación que
ayuda a modificar la forma en que piensas, sientes y te comportas. Esto
puede ayudar a tratar los síntomas depresivos del trastorno afectivo
bipolar.

Hablar y reflexionar acerca del trastorno afectivo bipolar con un consejero


o un psicólogo puede evitar las recaídas.
Tratamiento hospitalario
Si los síntomas psicóticos o maníacos de la persona son graves, es
posible que deban internarla en un hospital para que reciba la atención
necesaria, con supervisión de un psiquiatra.

Puede ser que la persona no quiera recibir tratamiento, porque no se dé


cuenta de que no está bien. Si la persona no está dispuesta a recibir
tratamiento, la Ley de Salud Mental otorga a los médicos ciertas
potestades para mantenerla en el hospital y tratarla. Por lo general, esto
solo se impone si existe riesgo para la salud o seguridad del paciente, o de
otras personas.
Consideraciones especiales
La mujer y el embarazo
Ciertos medicamentos para tratar el trastorno afectivo bipolar, por
ejemplo, el estabilizador del estado de ánimo llamado carbamazepina,
pueden interferir con la píldora anticonceptiva. Es posible que debas usar
otros métodos anticonceptivos de barrera para evitar el embarazo. Si tomas
la píldora anticonceptiva, consulta a tu médico .

Algunos medicamentos, tales como el litio y el ácido valproico, pueden


aumentar el riesgo de problemas en el feto. Si planeas tener un bebé, o si
quedaste embarazada mientras tomabas medicamentos indicados por
trastorno afectivo bipolar, consulta a tu médico. Durante el embarazo, es
posible que debas cambiar de medicamento o dejar de tomarlo. Si padeces
de trastorno afectivo bipolar, comunícaselo a la partera.
Ayuda y apoyo
Puede ser beneficioso que los familiares y amigos del paciente estén
informados sobre el trastorno afectivo bipolar para que sepan lo que
pueden esperar si el paciente tiene un episodio. Los familiares y amigos
pueden ayudarle si saben lo que es el trastorno y cómo le afecta.

Puede haber ocasiones en que el paciente necesite ayuda o apoyo de


inmediato; esto pudiera deberse a que no se alimenta ni bebe lo suficiente
durante el episodio, lo que podría afectar la acción del medicamento.
Incluso pudiera comportarse de alguna forma que represente un peligro
para sí y para otras personas. Por lo general, un trabajador clave se pondrá
en contacto con el paciente (un trabajador social o un enfermero
comunitario especializado en psiquiatría). Es aconsejable darles a
familiares y amigos los datos de contacto del trabajador clave, por si se
presentara una situación de emergencia.

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