Domingo de Ramos - Semana Santa 2019 Ciclo
Domingo de Ramos - Semana Santa 2019 Ciclo
Domingo de Ramos - Semana Santa 2019 Ciclo
Jesús, en la cruz, clamó al Padre con el grito del hombre que se siente abandonado. Pidamos
por las mujeres y los hombres, los niños, los jóvenes y ancianos, de nuestra comunidad y del
mundo que se sienten solos, perdidos, abandonados, para que sepamos portarnos con ellos
como hermanos. Roguemos al Señor.
Jesús fue juzgado y condenado por los poderosos. Pidamos por todos los que tienen algún
cargo público en la sociedad, para que luchen de verdad por la paz y la justicia para todos los
hombres, muy especialmente para los más menospreciados y oprimidos. Roguemos al Señor.
En este Domingo de Ramos, en este día en que los niños aclaman con alegría al Señor,
oremos por ellos, para que Dios bendiga su inocencia. Roguemos al Señor.
Y por todos nosotros, para que celebremos de tal modo estos días santos que progresemos en
nuestro camino de conversión y seguimiento de Jesucristo. Roguemos al Señor.
SACERDOTE: Padre, tú nos has revelado la inmensidad de tu amor a través del camino que siguió
Jesús hasta la muerte. Haz que contemplando su pasión y muerte, compartamos más su vida nueva.
Aquella vida nueva que tú quieres para todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor.
JUEVES SANTO MISA DE LA CENA DEL SEÑOR
Oremos, hermanos a Dios nuestro Padre en este día en que celebramos la institución de la
Eucaristía, del Sacerdocio y del mandamiento del amor y digámosle con fe:
Porque queremos un mundo donde las palabras y las enseñanzas de Cristo sean el pilar de
toda conducta, oremos. R.
Porque queremos celebrar el amor con todos y vivir así el Evangelio como el Señor quiere,
oremos. R.
Porque servir con amor y desinterés es la expresión más visible de que Dios está con
nosotros, oremos. R.
Porque en la vivencia sincera de la humildad puede ser visible la grandeza del espíritu
cristiano, oremos. R.
Porque deseamos vivir todos como la única y gran familia de Dios, oremos. R.
Porque queremos permanecer fieles al Señor y aún en medio de las dificultades alabarle y
bendecirle por siempre, oremos. R.
Porque queremos ser una iglesia más amable y sensible al sufrimiento de los más pobres,
enfermos y alejados, oremos. R.
Padre, permítenos no poner resistencia a tu gracia para que podamos cumplir en todo con tu santa
voluntad. Por el que tanto amas, tu Hijo Jesucristo que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. R. Amén.
VIERNES SANTO: CELEBRACION DE LA PASION DEL SEÑOR
Dice el Lector:
Oremos, queridos hermanos, por la santa Iglesia de Dios, para que nuestro Dios y Señor le conceda
la paz y la unidad, se digne protegerla en toda la tierra y nos conceda glorificarlo, como Dios Padre
omnipotente, con una vida pacífica y serena.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el Sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva la obra
de tu misericordia, para que tu Iglesia, extendida por toda la tierra, persevere con fe inquebrantable
en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
2. Por el Papa
Oremos también por nuestro santo padre el Papa Francisco para que Dios nuestro Señor, que lo
eligió entre el Orden de los obispos, lo conserve a salvo y sin daño para bien de su santa Iglesia, a
fin de que pueda gobernar al santo pueblo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el Sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna todo el universo, atiende favorable a nuestras
súplicas y protege con tu amor al Papa que nos diste, para que el pueblo cristiano, que tú mismo
pastoreas, progrese bajo su cuidado en la firmeza de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Oremos también por nuestro obispo Rogelio, por todos los obispos, presbíteros y diáconos de la
Iglesia, y por todo el pueblo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el Sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda la Iglesia, escucha
nuestras súplicas por tus ministros, para que con la ayuda de tu gracia, te sirvan con fidelidad. Por
Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia, acrecienta la fe y el
conocimiento a los (nuestros) catecúmenos, para que renacidos en la fuente bautismal, los cuentes
entre tus hijos de adopción. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor se digne
congregar y custodiar en la única Iglesia a quienes procuran vivir en la verdad.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el Sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad,
mira benignamente la grey de tu Hijo, para que, a cuantos están consagrados por el único bautismo,
también los una la integridad de la fe y los asocie el vínculo de la caridad. Por Jesucristo, nuestro
Señor. R. Amén.
Oremos también los judíos, para que a quién Dios nuestro Señor habló primero les conceda
progresar continuamente en el amor de su nombre y en la fidelidad a su alianza.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el Sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia, oye
compasivo los ruegos de tu Iglesia, para que el pueblo que adquiriste primero como tuyo merezca
llegar a la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, puedan
ellos encontrar el camino de la salvación.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el Sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo que caminando en tu presencia
con sinceridad de corazón, encuentren la verdad; y a nosotros concédenos crecer en el amor mutuo
y en el deseo de comprender mejor los misterios de tu vida, a fin de que seamos testigos cada vez
más auténticos de tu amor en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
8. Por los que no creen en Dios.
Oremos también por los que no conocen a Dios, para que buscando con sinceridad lo que es recto
merezcan llegar hasta él.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el Sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos los hombres para que deseándote te busquen, y
para que al encontrarte descansen en ti; concédenos que, en medio de las dificultades de este
mundo, al ver los signos de tu amor y el testimonio de las buenas obras de los creyentes, todos los
hombres se alegren al confesarte como único Dios verdadero y Padre de todos. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.
Oremos también por todos los gobernantes de las naciones, para que Dios nuestro Señor guie sus
mentes y corazones, según su voluntad providente, hacia la paz verdadera y la libertad de todos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el Sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, en cuya mano están los corazón de los hombres y los derechos de las
naciones, mira con bondad a nuestros gobernantes, para que, con tu ayuda, se afiance en toda la
tierra un auténtico progreso social, una paz duradera y una verdadera libertad religiosa. Por
Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Oremos, hermanos, muy queridos a Dios Padre todopoderoso, para que libre al mundo de todos sus
errores, aleje las enfermedades, alimente a los que tienen hambre, libere a los encarcelados y haga
justicia a los oprimidos, conceda seguridad a los que viajan, un buen retorno a los que se
encuentran lejos del hogar, la salud a los enfermos y la salvación a los moribundos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el Sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que sufren, escucha a los
que te invocan en su tribulación, para que todos experimenten en sus necesidades la alegría de tu
misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
SABADO SANTO VIGILIA PASCUAL
LICERNARIO
Oremos hermanos en esta noche santa a Dios Padre todopoderoso que en Cristo resucitado nos ha
hecho sus hijos y, pidámosle que también nos conceda, en virtud de la gracia, llegar a ser auténticos
discípulos y misioneros de Cristo. Digamos con fe y esperanza:
Para que en esta noche santa podamos, con la gracia de Dios, dar vida a nuestras familias y
las contagiemos con la luz del Señor, oremos. R.
Para que los niños que hoy han recibido en el mundo entero la gracia bautismal, puedan
recibir de nosotros una Iglesia joven y comprometida con las exigencias del Evangelio,
oremos. R.
Para que la triple misión: real, profética y litúrgica, que todos recibimos con la gracia de esta
noche, nos permita ser auténticos discípulos y misioneros de Cristo, oremos. R.
Para que no pongamos resistencia a la gracia de Dios con la cual bendice, por medio de
nosotros a toda la humanidad, oremos. R.
Para que con la alegría y testimonio que se desprenden de esta noche santa, sean muchos los
que regresen a la Iglesia, oremos. R.
Para que abramos nuestros oídos y corazones al llamado constante de Dios para donarle a
Jesucristo, su Hijo, muchos y muy santos sacerdotes, oremos. R.
Padre, que en esta noche santa, has transformado con la fuerza del Espíritu Santo a tu Iglesia que ha
nacido del misterio pascual de tu Hijo, concédenos, te lo pedimos, que el mundo entero se alegre y
regocije con la salvación que en nuestras manos has puesto para ellos. Por el que tanto amas,
Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
JUEVES SANTO: DEVOCION POPULAR, VISITA A LOS SIETE TEMPLOS
Introducción:
Esta tradición consiste en visitar siete templos (especialmente ante el monumento) y hacer un
momento de oración en cada uno de ellos, es un acto de desagravio por la injuria cometida a
Jesucristo de ser llevado de un lugar a otro para ser juzgado y luego crucificado. Recordemos que:
c) De Caifás a Pilato
d) De Pilato a Herodes.
e) De Herodes a Pilato.
f) De Pilato al Cadalso.
La visita a los siete templos que hacemos en Jueves Santo tiene como marco histórico el recuerdo
de Jesús que fue llevado de una autoridad a otra para ser condenado a muerte. Es por tanto, un acto
de desagravio en el que pedimos perdón a Dios por las ofensas que hicimos a Jesús al haberlo
traicionado y entregado a las autoridades de aquella época.
Hoy, el Señor, presente en todos los pobres y desposeídos de nuestra sociedad, sigue siendo
traicionado y entregado injustamente a la autoridad y también, por qué no decirlo, sigue sufriendo
en manos de quienes tienen poder que, sin respeto a la dignidad humana, maltratan a nuestros
hermanos injustamente.
En esta devoción podemos acompañar a nuestro Señor durante su recorrido ante cada una de las
autoridades, reflexionando sobre la injusticia que padeció en todo su juicio, donde fue condenado a
muerte.
Hermanos, antes de acompañar a Jesús en el proceso que se le siguió para condenarlo a muerte,
conviene que cada uno ponga delante de Dios su persona, le agradezca los dones con los que los ha
bendecido y confiados en su infinita misericordia le pidamos perdón de nuestro pecados.
Nos persignamos: (+) Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios
nuestro, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Rezamos: Padre, al recordar las injusticias que padeció Jesús ante las autoridades civiles y
religiosas, concédenos identificar a ese mismo Jesús en cada uno de nuestros hermanos que siguen
padeciendo injusticias y danos el valor para proclamar su dignidad. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Leemos: “... pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto,
en el que entraron él y sus discípulos... Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos
prendieron a Jesús, le ataron y le llevaron primero a casa de Anás, pues era suegro de Caifás, el
Sumo Sacerdote de aquel año.” (Jn. 18, 1.12-13)
Leemos: “Anás interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina... Entonces le envió atado al
Sumo sacerdote Caifás.” (Jn. 18,19.24)
Leemos: “De la casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era de madrugada... Entonces Pilato entró
al pretorio y llamó a Jesús y le dijo:...¿Luego tú eres Rey? Respondió Jesús: Sí, como dices, soy
Rey...” (Jn.18,28.33.37)
Leemos: “Pilato dijo a los Sumos sacerdotes y a la gente: ningún delito encuentro en este Hombre.
Pero ellos insistían diciendo: solivianta al pueblo, enseñando por toda Judea, desde Galilea, donde
comenzó, hasta aquí. Al oír esto, Pilato preguntó si este hombre era galileo. Y, al saber que era de
la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que por aquellos días estaba también en
Jerusalén.” (Lc. 23,4-7)
Leemos: “Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacia largo tiempo que deseaba verle,
por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera. Le preguntó con
mucha palabrería, pero él no respondió nada. Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas
acusándole con insistencia. Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y burlarse de él,
le puso un espléndido vestido y le remitió a Pilato.” (Lc. 23,8-11).
Leemos: “Cada Fiesta Pilato les concedía la libertad de un preso, el que pidieran. Había uno,
llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido
un asesinato. Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder... entonces, queriendo
complacer a la gente les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera
crucificado.” (Mc.15, 6-8.15)
Leemos: “Los soldados llevaron a Jesús dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la
cohorte. Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen. Y se pusieron a
saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos! y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y,
doblando las rodillas se postraban ante él. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura,
le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle... Le condujeron entonces al lugar del
Gólgota, que quiere decir: Calvario.” (Mc. 15,16-20)
Oración Final:
Señor, tu que por nosotros padeciste el tormento de la cruz y en todo te hiciste obediente para que
nosotros alcanzáramos la salvación; te pedimos nos des la fuerza de tu Santo Espíritu para que
podamos seguirte obedientes transformando nuestro mundo en la antesala de tu cielo. Tú que vives
y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén.
RECUERDA: Más que estar en frente al templo, hay que acompañar a Jesús en el monumento.
El sermón de las Siete Palabras.-
Esta devoción consiste en reflexionar en las últimas siete frases que pronunció Jesús en la cruz, antes de su muerte.
Primera Palabra "Padre: Perdónalos porque no saben lo que hacen". (San Lucas 23, 24)
Jesús nos dejó una gran enseñanza con estas palabras, ya que a pesar de ser Dios, no se ocupó de probar su inocencia, ya que la
verdad siempre prevalece. Nosotros debemos ocuparnos del juicio ante Dios y no del de los hombres. Jesús no pidió el perdón para Él
porque no tenía pecado, lo pidió para quienes lo acusaron. Nosotros no somos nadie para juzgar. Dios nos ha perdonado grandes
pecados, por lo que nosotros debemos perdonar a los demás. El perdonar ayuda a quitar el odio. El amor debe ganar al odio. La
verdadera prueba del cristiano no consiste en cuánto ama a sus amigos, sino a sus enemigos. Perdonar a los enemigos es grandeza
de alma, perdonar es prueba de amor.
Segunda Palabra "Yo te aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso". (San Lucas 23,43)
Estas palabras nos enseñan la actitud que debemos tomar ante el dolor y el sufrimiento. La manera como reaccionemos ante el dolor
depende de nuestra filosofía de vida. Dice un poeta que dos prisioneros miraron a través de los barrotes de su celda y uno vio lodo y
otro vio estrellas. Estas son las actitudes que se encuentran manifestadas en los dos ladrones crucificados al lado de Jesús: uno no le
dio sentido a su dolor y el otro sí lo hizo. Necesitamos espiritualizar el sufrimiento para ser mejores personas. Jesús en la cruz es una
prueba de amor. El ladrón de la derecha, al ver a Jesús en la cruz comprende el valor del sufrimiento. El sufrimiento puede hacer un
bien a otros y a nuestra alma. Nos acerca a Dios si le damos sentido.
Tercera Palabra "Mujer, ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu Madre". (San Juan 19, 26-27)
La Virgen es proclamada Madre de todos los hombres. El amor busca aligerar al que sufre y tomar sus dolores. Una madre cuando
ama quiere tomar el dolor de las heridas de sus hijos. Jesús y María nos aman con un amor sin límites. María es Madre de cada uno
de nosotros. En Juan estamos representados cada uno de nosotros. María es el refugio de los pecadores. Ella entiende que somos
pecadores.
Cuarta Palabra "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (San Marcos 15, 34)
Es una oración, un salmo. Es el hijo que habla con el Padre. Estas palabras nos hacen pensar en el pecado de los hombres. El
pecado es la muerte del alma. La bondad es el constante rechazo al pecado. El pecado es el abandono de Dios por parte del hombre.
El hombre rechazó a Dios y Jesús experimentó esto.
La sed es un signo de vida. Tiene sed de dar vida y por eso muere.Él tenía sed por las almas de los hombres. El Pastor estaba sólo,
sin sus ovejas. Durante toda su vida Jesús había buscado almas. Los dolores del cuerpo no eran nada en comparación del dolor del
alma. Que el hombre despreciara su amor le dolía profundamente en su corazón. Todo hombre necesita ser feliz y no se puede ser
feliz sin Dios. La sed de todo hombre es la sed del amor.
Todo tiene sentido: Jesús por amor nos da su vida. Jesús cumplió con la voluntad de su Padre. Su misión terminaría con su muerte. El
plan estaba realizado. Nuestro plan no está aún terminado, porque todavía no hemos salvado nuestras almas. Todo lo que hagamos
debe estar dirigido a este fin. El sufrimiento, los tropiezos de la vida nos recuerdan que la felicidad completa solo la podremos alcanzar
en el cielo. Aprendemos a morir muriendo a nosotros mismos, a nuestro orgullo, nuestra envidia, nuestra pereza, miles de veces cada
día.
Séptima Palabra "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". (San Lucas 23, 46)
Jesús muere con serenidad, con paz, su oración es de confianza en Dios. Se abandona en las manos de su Padre. Estas palabras nos
hacen pensar que debemos de cuidar nuestra alma, no sólo nuestro cuerpo. Jesús entregó su cuerpo, pero no su alma. Devolvió su
espíritu a su Padre no con grito de rebelión sino con un grito triunfante. Nadie nos puede quitar nuestro espíritu. Es importante
recordar cual es nuestro destino en al vida para no equivocarnos de camino a seguir. Jesús nunca perdió de vista su meta a seguir.
Sacrificó todo para alcanzarla. Lo más importante en la vida es la salvación de nuestras almas.
Antes que todo, ¿qué pasó el primer sábado santo?
Aquel sábado los discípulos de Jesús lloraron su muerte. El evangelista San Lucas dice que las
mujeres volvieron a casa “y regresando prepararon aromas y mirra. Y el sábado descansaron
según la ley” (Lc23, 56). Y Junto al sepulcro, la guarida romana que habían colocado allí vigilaba
el lugar para asegurarse de que nadie robara el cuerpo de Jesús.
¿Qué pasa el sábado Santo de hoy?
Durante el Sábado Santo, entre la muerte de Jesús el viernes y su resurrección el domingo, los
cristianos pretendemos tener los mismos sentimientos y las mismas actitudes de sus discípulos y
de su madre María.
En consecuencia la Iglesia se acerca con los ojos de la fe al sepulcro del Señor, meditando en su
pasión y su muerte; más concretamente pensando en el significado trascendental de su muerte: la
obra de la redención.
En este día no hay propiamente un culto litúrgico oficial, es un día de meditación y de silencio, se
reza en silencio para profundizar y contemplar.
Este es el único día del año en que la Iglesia hace silencio y en silencio espera celebrar, de una
manera más consciente, la resurrección del Señor
Oh dolientes de la tierra,
Laudes Sábado Santo verted aquí vuestras lágrimas;
en la gloria de este cuerpo
INVITATORIO serán bañadas.
Ant. 1 Harán llanto como llanto por el hijo Ant. 3 Estaba muerto, pero ahora vivo por los siglos de
único, porque siendo inocente fue muerto los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del hades.
el Señor.
- Salmo 150 -
Ant. 2 Líbrame, Señor, de las puertas del abismo.
Alabad al Señor en su templo,
Cántico Is. 38,10-14. 17-20 alabadlo en su fuerte firmamento.
Yo pensé: "En medio de mis días Alabadlo por sus obras magníficas,
tengo que marchar hacia las puertas del abismo; alabadlo por su inmensa grandeza.
me privan del resto de mis años."
Alabadlo tocando trompetas,
Yo pensé: "Ya no veré más al Señor alabadlo con arpas y cítaras,
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres alabadlo con tambores y danzas,
entre los habitantes del mundo. alabadlo con trompas y flautas,
Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, Señor, ten piedad de nosotros.
y una muerte de cruz; por eso Dios lo levantó sobre
todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre". Oh Señor, que junto a tu cruz y a tu sepulcro tu-
viste a tu Madre dolorosa que participó en tu
CÁNTICO EVANGÉLICO aflicción, haz que tu pueblo sepa también
participar en tu pasión.
Ant. Salvador del mundo, sávanos, tú que con tu cruz
y con tu sangre nos redimiste, socórrenos, Dios nuestro. Señor Jesús, que como grano de trigo caíste en
la tierra para morir y dar con ello fruto
Cántico de Zacarías Lc 1, 68-79 abundante,
haz que también nosotros sepamos morir al
pecado y vivir para Dios.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
Oh Pastor de la Iglesia, que quisiste ocultarte en
suscitándonos una fuerza de salvación
el sepulcro para dar la vida a los hombres,
en la casa de David, su siervo,
haz que nosotros sepamos también vivir
según lo había predicho desde antiguo
escondi-
por boca de sus santos profetas.
dos contigo en Dios.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos Nuevo Adán, que quisiste baja al reino de la
y de la mano de todos los que nos odian; muerte, para librar a cuantos, desde el origen del
ha realizado así la misericordia que tuvo con mundo, estaban encarcelados,
nuestros padres, recordando su santa alianza haz que todos los hombres, muertos al pecado,
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. escuchen tu voz y vivan.
Para concedernos que, libres de temor, Cristo, Hijo de Dios vivo, que has querido que
arrancados de la mano de los enemigos, por el bautismo fuéramos sepultados contigo en
le sirvamos con santidad y justicia, la muerte,
en su presencia, todos nuestros días haz que siguiéndote a ti caminemos también
nosotros en novedad de vida.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, Se pueden añadir algunas [Intenciones] libres
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos, Movidos por el espíritu filial que Cristo nos
anunciando a su pueblo la salvación, mereció con su muerte, digamos al Padre:
el perdón de sus pecados. Padre nuestro .............
ORACIÓN.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Dios todopoderoso, cuyo unigénito descendió al lu-
nos visitará el sol que nace de lo alto, gar de los muertos y salió victorioso del sepulcro, te
para iluminar a los que viven en tiniebla pedimos que concedas a todos tus fieles, sepultados
y en sombra de muerte, con Cristo por el bautismo, resucitar también con Él
para guiar nuestros pasos a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
por el camino de la paz Hijo.
CONCLUSIÓN.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
por los siglos de los siglos. Amén. y nos lleve a la vida eterna