Historia en La Ciencia
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AÑO: 2024
LA HISTORIA COMO CIENCIA
De Clío a la historia del hombre. De Clío a la historia De Clío a la historia del hombre. del hombre. Clío es
la musa que representa la historia gracias a la intelectualidad académica de Alejandría. De las nueve
hijas de Zeus y Mnemosine, musas patrocinadoras de las artes, la primera de ellas es Clío, quien es
representada por una imagen de mujer coronada de laurel y portando un rollo de papiro en la mano
izquierda. La historia es una de las pocas disciplinas que cuentan con una musa, nadie más que ella ha
compartido la naturaleza y el destino de los hombres ya que “no hay ninguna ciencia que tenga las
puertas tan abiertas al gran público como las tiene la historia”. Que la historia tenga musa denota, en
parte, la importancia que, desde los tiempos de Herodoto, ha tenido para el hombre; sin embargo, dado
que las musas son consentidoras de las artes, se plantea de entrada el problema acerca de si la historia
es un arte, tal como creía Aristóteles o si es un conocimiento científico. Pues bien, tendremos primero
que navegar en otras honduras antes de llegar a cualquier conclusión.
Por otra parte, enfocando el origen del término que se rastrea desde el punto de vista epistemológico, la
palabra castellana historia proviene directamente de la correspondiente palabra griega que significa
narrar, describir, explicar (esos significados, no obstante que se pueden entender en ciertos ámbitos
como sinónimos de historia, marcan también una problemática dentro de la filosofía de la historia,
puesto que narrar, describir o explicar, pueden constituir más bien partes del proceso del conocimiento
histórico por el cual atraviesa el historiador como sujeto cognoscente de la historia). Por eso, historia es
un concepto cuya comprensión ofrece algunas dificultades tanto en la definición como en la explicación
que le han dado diferentes autores. Se ha empleado el término historia en el sentido amplio de estudio
de los cambios sucesivos que se han producido en cualquier ámbito de fenómenos, y no solamente en el
de las cuestiones humanas; así lo que llamamos historia es externamente lo que, en el espacio y el
tiempo, acontece en su determinado lugar. La historia, así entendida, trata de todo tipo de asuntos,
humanos o no humanos, y no tiene por qué ser pasajera, vale decir, tiene rasgos de eternidad.
Hablamos, pues, de la historia de la Naturaleza y de la historia del Hombre; a las dos es común un
proceso continuo e irreversible en el tiempo, ya que son distintas en su esencia y en su sentido. En la
historia de la Naturaleza, ésta no es consciente de sí misma, es apenas un acontecer que no sabe de sí,
sólo sabe de ella el hombre. Los procesos y cambios evolutivos más importantes son tan impredecibles
como los procesos históricos o los cambios históricos más señalados. Pero en la historia humana
“conciencia y propósito no son factores de ese acontecer natural”, es decir, que el hombre ha llegado a
preguntarse y a saber de sí mismo mediante la conciencia pensante en una tradición histórica
ininterrumpida. La historia del hombre la representamos, en cambio, como una pequeña parte de la
historia de la vida sobre la tierra. La historia de seis mil años que conocemos por tradición es un proceso
muy breve comparado con la larga historia, sin historia, del hombre durante milenios. Por lo tanto, la
historia no existe como naturaleza, sino sobre la base de la naturaleza que en el ilimitado tiempo
anterior a la historia existía y existe hoy para soportar todo lo que somos y a partir de allí el concepto se
hace ambiguo y se restringe, como lo indica Moulines. Es decir, que historia es un concepto que se
entiende sólo a partir del hombre o de asuntos relacionados con él, porque con respecto a las medidas
humanas, la historia de la naturaleza tiene un curso muy lento, en tanto que para la historia humana la
repetición de lo idéntico constituye un aspecto central, este aspecto contradictorio hace que la
naturaleza sea ahistórica. Características de la historia. Características de la historia. Admito en principio
dos significados del término historia: como proceso histórico objetivo (res gestae) y como descripción de
este proceso, o sea la historiografía (historia rerum gestarum). Esta distinción se basa en la concepción
filosófica, implícita o explícita, que acepta dos órdenes distintos: por una parte, la realidad que existe
fuera e independientemente de cualquier espíritu cognoscente; por otra, el pensamiento relativo a dicha
realidad. Es en el contexto de esta concepción y distinción donde se plantean problemas para la teoría
del conocimiento, y para la teoría de la historia. Esta primera aproximación nos indica que la historia sólo
es posible mediante el hombre. El concepto de historia no está ligado necesariamente a la hipótesis de
un orden total. Tal como se ha venido estudiando podemos reconocer la historia como el conocimiento
del devenir humano, en donde lo determinante es la conciencia del pasado y la voluntad de definirse en
función de él. La historia es conocimiento del pasado humano porque es el recuerdo, para conocerlo y
para vivir de él, es el fundamento al cual quedamos vinculados para no diluirnos, es el modo que
tenemos para aspirar a participar en el ser del hombre.16 Herodoto advierte que “la historia exhibe al
hombre como un agente racional, es decir, que su función es en parte descubrir lo que el hombre ha
hecho y en parte por qué lo ha hecho”. Herodoto, en efecto, no reduce su atención a los simples
acontecimientos; los considera humanísticamente en cuanto actos de seres humanos que tuvieron sus
motivos para obrar del modo que obraron; motivos que no son ajenos al interés del historiador.
Admito con Collingwood que la historia es un tipo de investigación o inquisición, que es una forma de
pensamiento que consiste en plantear preguntas que intentamos contestar. Esto explica que desde
Herodoto la historia se ha constituido en una búsqueda de vestigios, de interés para el hombre,
ocurridos en las coordenadas del tiempo y del espacio y a partir de los cuales se puede tener certeza de
la ocurrencia de los hechos. La afirmación de Moulines indica que se han tenido rastros de la actividad
del hombre en el tiempo anterior a los historiadores, esos rastros son apenas testigos de las actuaciones
de los seres humanos en el pasado remoto, pero cuando hablamos de historia, la única realidad que
designamos es la toma de conciencia de ese pasado humano obtenida en el pensamiento del historiador
por su propio esfuerzo. En general, las características de la historia de acuerdo con el concepto que se
viene delineando, es decir, como el conocimiento del devenir humano, se resumen en lo siguiente: la
historia es científica en la medida que comienza por hacer preguntas, mientras que el escritor de
leyendas empieza por saber algo y relata lo que ya sabe; la historia es humanística, porque plantea
preguntas acerca de cosas hechas por los hombres en un tiempo preciso en el pasado; la historia es
racional, ya que las respuestas que ofrece a sus preguntas tienen ciertos fundamentos, es decir, recurre a
testimonios, y la historia es una instancia de auto revelación, esto es, existe con el fin de decirle al
hombre lo que es él, lo que él ha hecho.19 En su transformación a través del tiempo, el hombre que es
finito, inconcluso e inconciliable, debe percatarse de lo eterno, y sólo por ese camino, que es el camino
histórico, puede hacerlo. Esto es algo que se encuentra en el hombre mismo. Ésa es la razón por la que
hay en general historia.
Historia como historia del conocimiento y del pensamiento. Entonces la historia humana es, en gran
medida, la historia de nuestro conocimiento. Puede decirse que desde la invención de la discusión crítica
y de la escritura, se ha ido produciendo el desarrollo del conocimiento histórico y científico. El
conocimiento, y su desarrollo han ejercido una influencia en la vida de los hombres, tanto directamente
como a través de las aplicaciones tecnológicas. En efecto, Popper acepta que, si la historia humana es la
historia de nuestro conocimiento, en la misma medida el desarrollo del conocimiento se constituye en
trama de la historia; desde la naturaleza como una evolución biológica y desde esa evolución hasta la
historia, mediante la conciencia racional, el historiador sabe del desarrollo del conocimiento.
Ciencia, historia y ciencias sociales. Ciencia, historia y ciencias sociales. Con el siglo XX la concepción
clásica de la ciencia, aparentemente indestructible, comenzó a agrietarse. Aparecieron nuevas
geometrías, el determinismo dejó de ser absoluto, la materia no era algo homogéneo ni determinado, la
objetividad se volvió relativa. Se habló entonces de indeterminismo, de esquematismo, del valor relativo
de las hipótesis, se llegó a afirmar cierto agnosticismo científico. Y la misma maduración de las ciencias
hizo tomar conciencia de sus propios límites. Durante los últimos tiempos se ha discutido acerca de la
diferencia de método entre las ciencias naturales y las ciencias históricas o humanísticas.24 En todas las
ciencias se selecciona la materia según los valores reconocidos por cada comunidad científica se buscan,
registran y sistematizan datos, se enuncian hipótesis que se contrastan con los hechos; “se concede, por
tanto, que una historia universal exija otros instrumentos y otros métodos, pero aunque diferentes entre
sí todas las disciplinas, en definitiva, con todas se hace historia.” El método científico que se aplica en las
ciencias sociales se aplica también a la historia, el método científico no se afectó cuando abarcó los
problemas sociales, ni otras disciplinas, como las humanísticas; se reconoce que en ninguno de los casos
se puede emplear directamente el método experimental, pero tampoco hay porqué prescindir de la
experiencia derivada de las ciencias experimentales.