Santos

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VIOLENCIA Y RESISTENCIA A LA AUTORIDAD

El delito de intimidación o violencia contra la autoridad, previsto en el artículo 366 del CP, es un
delito de mera actividad. En efecto, el tipo objetivo no describe o exige un resultado material,
pues describe solo el acto de intimidación o violencia contra la autoridad.

Si bien no es un delito de resultado (material), el delito de violencia a la autoridad, como todo


delito, es de resultado jurídico. Por tanto, es necesario que la intimidación o la violencia sean de
entidad suficiente para lesionar el bien jurídico (resultado jurídico), esto es, impedir o trabar la
ejecución del acto propio de su funciones.

Si no se configuran los medios típicos con las características señaladas, entonces no se configura el
tipo de violencia contra la autoridad. Sin embargo, puede configurarse el delito de resistencia o
desobediencia a la autoridad.

El tipo subjetivo de violencia a la autoridad es de estructura dolosa. Así, exige dos componentes: i)
el dolo y ii) un elemento subjetivo distinto del dolo, de tendencia interna trascendente.

a) El dolo abarca la voluntad guiada por el conocimiento de que se emplea intimidación o violencia
contra la autoridad.

b) El elemento subjetivo de tendencia interna trascendente es la representación subjetiva de que


el empleo de la intimidación o violencia es para impedir o trabar la ejecución de un acto funcional.
En efecto, este componente subjetivo es la representación que tiene el sujeto que trasciende a la
mera realización del tipo objetivo (empleo de intimidación o violencia contra la autoridad),
representación mental de impedir o de trabar el acto funcional.

Si la intimidación o violencia contra la autoridad no está orientada a impedir o trabar el acto


funcional (la amenaza contra el juez porque falló en contra de los intereses del sujeto activo, o un
acto de violencia contra el juez porque condenó al sujeto activo; no obstante que se realizan los
elementos del tipo objetivo), no se configura el tipo subjetivo, pues falta ese componente de
tendencia interna trascendente, esto es, que el sujeto activo se represente, subjetivamente, que el
empleo de la intimidación o violencia es para impedir o trabar un acto funcional

Ello no significa que necesariamente se llegue a impedir o trabar la ejecución, sino que esta se
presente, pues no es una exigencia típica del tipo objetivo. Basta, por tanto, su representación
mental en el sujeto activo (existe asimetría entre el tipo objetivo y tipo subjetivo).
. Base normativa: artículo 366

El que emplea intimidación o violencia contra un funcionario público o contra la persona que le
presta asistencia en virtud de un deber legal o ante requerimiento de aquél, para impedir o trabar
la ejecución de un acto propio de legítimo ejercicio de sus funciones, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años o con prestación de servicio
comunitario de ochenta a ciento cuarenta jornadas.

3. Tipo objetivo: acción y medios típicos

La acción se traduce en el empleo de intimidación o violencia contra un funcionario público o


contra la persona que le presta asistencia legal, para impedir o trabar la ejecución de un acto
propio de sus funciones.

La acción se identifica con el mismo empleo de los medios típicos, por tanto, es de central
importancia conocer los requisitos que deben reunir esos medios típicos. Si lo que persigue el
sujeto activo es impedir o trabar la ejecución de un acto funcional, entonces los medios
empleados deben tener suficiente entidad para «impedir» o trabar la ejecución de ese acto
funcional, aun cuando no se produzca ese resultado material.

3.1. Violencia
Es la fuerza física (vis absoluta) que se emplea directa o indirectamente contra el agente estatal.
Implica el ejercicio de la fuerza sobre el funcionario, con entidad suficiente para impedir o trabar
el acto de autoridad. La violencia física solo se configura cuando el funcionario estatal, pese a los
actos de resistencia, no es capaz de anular dicha fuerza, por ser grave, seria y actual.

a) Grave

Supone: i) que tienda a lesionar intereses vitales del sujeto pasivo y ii) que no admita una
reparación más o menos rápida del bien jurídico (Donna, 2001, p. 40). No se configuraría, por
ejemplo, si la violencia ejercida por el sujeto activo, para impedir o trabar el acto de autoridad, es
vencida.

b) Seria

Implica que debe ser idónea para impedir o trabar la ejecución del acto funcional; “lo que se
considera es la idoneidad de los medios para lesionar” (Donna, 2001, p. 40). Para ello es necesario
ponderar la intimidación o violencia que emplea el sujeto activo con la capacidad de fuerza
habilitada del operador estatal. Nunca podría equipararse la violencia descontrolada de un ebrio,
con el acto de fuerza organizada y controlada del funcionario estatal.
c) Actual

Supone que el acto de intimidación o violencia se produzca en el momento en que el funcionario


público está realizando el acto propio de su función y con riesgo cierto de su no ejecución.

Estas características de la violencia (gravedad, seriedad y actualidad) deben poner en riesgo cierto
la realización del acto funcional. En ese orden, deben ser idóneos para impedir o para trabar el
acto funcional, aun cuando no se logre impedir o trabar el acto funcional. En efecto, es suficiente
la puesta en inminente riesgo concreto la ejecución del acto funcional. El problema es ponderar si
la intimidación o la violencia tienen entidad suficiente para impedir o trabar… y el punto de
referencia es la prestación o acto público concreto.

3.2. Intimidación

Es la amenaza (vis compulsiva) de un mal a la persona del funcionario, a sus derechos o intereses.
Debe ser idónea —con arreglo a las circunstancias del hecho— para infundir miedo o causar justo
temor en el funcionario, y de suficiente entidad para doblegar la voluntad del agente estatal. Este
medio típico requiere también, para su configuración, de la concurrencia de los requisitos de
gravedad, seriedad e inminencia (por ejemplo, la amenaza con una pistola para impedir o trabar la
realización del acto de autoridad).

Si la intimidación o violencia contra la autoridad no está orientada a impedir o trabar el acto


funcional (la amenaza contra el juez porque falló en contra de los intereses del sujeto activo, o un
acto de violencia contra el juez porque condenó al sujeto activo; no obstante que se realizan los
elementos del tipo objetivo), no se configura el tipo subjetivo, pues falta ese componente de
tendencia interna trascendente, esto es, que el sujeto activo se represente, subjetivamente, que el
empleo de la intimidación o violencia es para impedir o trabar un acto funcional

Ello no significa que necesariamente se llegue a impedir o trabar la ejecución, sino que esta se
presente, pues no es una exigencia típica del tipo objetivo. Basta, por tanto, su representación
mental en el sujeto activo (existe asimetría entre el tipo objetivo y tipo subjetivo).

Agravante y resistencia a la autoridad policial

Que el atentado a la autoridad, se indica que el acto funcional por parte

del agente efectivo determina como se encuentra la residencia para iniciar la acción, pues lo que
se quiere proteger no es solo su cargo ni la persona del

funcionario sino la integridad de su vida.

La violencia es el uso de la fuerza física la cual está orientada a que el

funcionario utilice mecanismo de defensa cuando exista violencia o amenaza,

esta violencia pude ser clasifica de dos formas; la fuerza física sobre las cosas

y a la violencia personal la cual es considerada como una violencia real


aplicando la fuerza física y otros medios.

Como bien sabemos, el ciudadano que agrede a una autoridad será

sancionado, pues debe tener en consideración, que la sanción no puede ser

elevado a los que se tiene una mayor sanción como por ejemplo atentar contra

el cuerpo y la salud, la norma también es clara en lo referido al homicidio

culposo siendo que la sanción será de 4 a 8 años por ese acto ilícito, asimismo

cabe indicar que en lesiones culposas agravadas la pena se establece en 4 a 6

años con pena privativa de libertad, penas menores a los que se asigna por el

delito de violencia a la autoridad en su forma agravada.

El código Penal en su segundo párrafo expresa en sus artículos en

donde se ve reflejado la producción de lesiones en relación a la comisión de

ilícitos:

Art. 365.- La fuerza física contra un funcionario público para

obligarle a algo. El que sin levantamiento publico colectivo, mediante la

utilización de la fuerza física o amedrentamiento, frena a una autoridad,

funcionario o agente publico realizar sus atribuciones o le exige a realizar un

establecido acto de sus atribuciones o le dificulta, será sancionado con una

pena no mayor de dos años.

Art. 366.- La fuerza física contra un funcionario para frenar la

realización de sus atribuciones. En que desafía o utiliza la fuerza física hacia

un agente público o hacia un sujeto que procura cumplir con un deber legal,

impide la realización de sus ejercicios mediante sus atribuciones legítimas,

será sancionado con una pena no menor de dos ni mayor de cuatro años o

con beneficios comunitarios de ochenta a ciento cuarenta jornadas.

Finalmente cuando se señala la agravante, en que el agente pasivo del

actuar acción, vulnera derechos de un miembro de la Policía Nacional del

Perú, que es el que persigue el delito como operador de justicia y pone a

disposición al Ministerio Público, versa sobre ello un pena sumamente elevada

no menor de ocho ni mayor de doce años.

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