Investigación Redes Sociales

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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE COSTA RICA


UNIDA DE COMUNICACIÓN ESCRITA

Revisión Bibliográfica

Factores en las redes sociales que influyen en la


salud mental de los jóvenes

Integrantes:
Kevin Said Reyes Quesada
Juan Ignacio Alpizar Villalobos
Carlos Reyes Rugama

Profesora:
Ariadne Camacho Arias

Campus Tecnológico Local San Carlos


Junio 06, 2024

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Tabla de Contenidos
Introducción ................................................................................................. 3

Problema de Investigación ......................................................................... 5

Desarrollo ..................................................................................................... 6

Conclusión ................................................................................................. 13

Referencias ................................................................................................ 15

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Introducción

En el siguiente trabajo se investigará cómo el uso obsesivo de las redes sociales puede

afectar la salud mental de los jóvenes adultos y adolescentes. Este análisis se enfoca en un

contexto específico donde el uso desmedido de estas plataformas puede generar problemas

como ansiedad, depresión y baja autoestima. Se examinarán las variables específicas que

relacionan la interacción constante en redes sociales con el bienestar emocional de esta

población, destacando la importancia de comprender los impactos negativos que pueden surgir

de comparaciones sociales y la exposición continua a contenidos que afectan la percepción de

uno mismo.

Cabe aclarar que, para un mejor entendimiento de la investigación, es necesario explicar

términos clave como el ciberbullying. Según Fernández Tomé, M. (2016), "es una forma de

bullying una forma de violencia entre iguales, que utiliza las nuevas tecnologías de la información

y la comunicación" (pág. 28). Este tipo de acoso ocurre principalmente a través de las redes

sociales, lo que hace pertinente una mejor comprensión de este concepto. En este contexto, el

ciberbullying se interrelaciona con problemas como la ansiedad, la depresión y la baja autoestima,

ya que la violencia digital puede amplificar los efectos negativos del uso obsesivo de las redes

sociales en la salud mental de los jóvenes.

Estudiar cómo el uso obsesivo de las redes sociales afecta la salud mental de los jóvenes

es crucial porque estas plataformas son una parte importante de sus vidas diarias. Problemas

como la ansiedad, la depresión y la baja autoestima están aumentando entre los jóvenes, y las

redes sociales pueden empeorar estos problemas al fomentar comparaciones constantes y

exponer a los usuarios a vidas idealizadas.

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Además, el ciberbullying, o acoso en línea, es un problema serio que ocurre

principalmente en las redes sociales. Entender mejor este fenómeno nos ayudará a desarrollar

políticas y programas educativos para un uso más seguro de estas plataformas. Investigar este

tema nos permitirá crear campañas de concientización y apoyo que puedan mejorar el bienestar

emocional de los jóvenes, ofreciendo datos que guíen a profesionales de la salud y responsables

de políticas. En resumen, este estudio es fundamental para abordar un problema creciente y

mejorar la calidad de vida de los jóvenes en la era digital.

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Problema de Investigación

El problema identificado es el impacto negativo que el uso excesivo de las redes sociales

tiene en la salud mental, especialmente en los adolescentes. Aunque las redes sociales pueden

facilitar nuevas amistades y el acceso a información, también están vinculadas con varios

problemas de salud mental. Los estudios indican que el uso excesivo de estas plataformas puede

conducir a trastornos como la ansiedad y la depresión. Estos efectos negativos son

particularmente pronunciados en los adolescentes, una población vulnerable debido a los

importantes cambios físicos y emocionales que experimentan durante esta etapa.

La razón por la cual se desea abordar este tema es porque existe una gran cantidad de

jóvenes que sufren de ansiedad, depresión y baja autoestima, y se ha observado que las redes

sociales influyen en la aparición de estos problemas. El uso excesivo de las redes sociales

genera expectativas irreales sobre quién deben ser o qué deben tener. Estas plataformas están

diseñadas para captar y mantener la atención de los usuarios, lo que puede llevar a una

dependencia y a un uso prolongado. Este uso excesivo expone a los jóvenes a varios factores

que contribuyen a problemas de salud mental.

El uso excesivo de redes sociales entre los adolescentes tiene serias consecuencias para

su salud mental. La constante comparación social y la presión por recibir validación en línea

pueden aumentar los sentimientos de insuficiencia, baja autoestima, ansiedad y depresión.

Además, la adicción a estas plataformas interfiere con las actividades diarias, el rendimiento

académico y el sueño, creando una dependencia emocional dañina. Esto plantea la pregunta:

¿Cuáles son los factores más comunes que generan ansiedad, depresión y baja autoestima en

los adolescentes y jóvenes adultos debido al uso de las redes sociales?

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Desarrollo

En esta sección se revisará información de fuentes fidedignas para analizar cómo las

redes sociales afectan la salud mental de jóvenes adultos y adolescentes, ya que esta es la

población con mayor interacción en dichas plataformas. El objetivo es responder a la pregunta:

¿Cuáles son los factores más comunes que generan ansiedad, depresión y baja autoestima en

los adolescentes y jóvenes adultos debido al uso de redes sociales? Para abordar esta cuestión,

se considerarán las siguientes investigaciones: “Ciberacoso en redes sociales: un estudio

exploratorio en adolescentes” (Sánchez-Domínguez at al., 2019), "¿Cómo influyen las redes

sociales en la salud mental? (Rodrigues et al., 2020)”, "Uso de redes sociales, ansiedad,

depresión e indicadores de adiposidad corporal en adolescentes (Gómez et al., 2021)”,

"Percepciones de los adolescentes sobre el uso de las redes sociales y su influencia en la salud

mental" (Moreira et al, 2021), Portillo Reyes, V., Ávila Amaya, J. A., & Capps, J. W. (2021).

Relación del Uso de Redes Sociales con la Autoestima y la Ansiedad en Estudiantes

Universitarios, “Una revisión bibliográfica acerca de la problemática del ciberacoso mediante las

Redes Sociales” (Ferrández & Hermoso., 2022). Estas fuentes proporcionarán un marco teórico

que permitirá identificar y analizar los factores que contribuyen a problemas de salud mental entre

los jóvenes en el contexto de las redes sociales.

Las redes sociales hoy en día son una de las formas de ocio más relevantes. Desde

Facebook e Instagram hasta TikTok, estas aplicaciones modernas han permitido a la sociedad

una comunicación más rápida y un lugar donde compartir experiencias o aprender cosas nuevas.

Como afirman (Gómez et al., 2021), "los adolescentes y los jóvenes se encuentran entre los

usuarios que más utilizan las redes sociales" (pág. 338) ya que crecieron con la tecnología y su

uso es algo básico y común en su día a día.

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Los beneficios asociados con un uso adecuado de las redes sociales son numerosos.

Según Moreira et al. (2021), "aumenta la cantidad de información disponible para su uso en el

ámbito escolar y en grupos de amigos, favoreciendo el contacto indirecto con personas con los

mismos intereses"(pág. 333). Esto permite que las redes sociales logren uno de sus objetivos

principales: la conexión entre personas. Las plataformas facilitan el intercambio de ideas y

conocimientos, enriqueciendo la experiencia educativa y social de los jóvenes.

Además, otro beneficio significativo es la comercialización. Como menciona Portillo-

Reyes (2021), "las empresas las utilizan como una vía alterna para acceder con mayor rapidez

y eficacia a los consumidores, quienes a su vez intercambian entre sí información y opiniones

sobre dichos productos y servicios" (pág. 2). Este uso comercial se refleja en cómo las compañías

promocionan sus productos de manera creativa y atractiva en redes sociales, captando la

atención de los adolescentes y jóvenes adultos. Las campañas publicitarias en estas plataformas

no solo son efectivas, sino que también pueden ser divertidas y alineadas con las tendencias

actuales, lo que las hace más atractivas para el público joven.

El uso adecuado de las redes sociales también puede fomentar la creatividad y la

autoexpresión. Los jóvenes tienen la oportunidad de compartir sus pasiones, talentos y proyectos,

conectando con otros que comparten intereses similares. Esto no solo fortalece las redes de

apoyo social, sino que también puede abrir oportunidades para colaboraciones y proyectos

futuros. Además, las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa para el activismo y la

promoción de causas importantes, permitiendo a los jóvenes involucrarse en movimientos

sociales y generar un impacto positivo en sus comunidades.

El problema surge cuando el uso constante se convierte en una obsesión, ya que en esta

etapa los cambios físicos y psicológicos que experimentan los adolescentes, según Gómez et al.

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(2021), "convierte a este un período de elevada vulnerabilidad para el surgimiento de ansiedad

y depresión" (pág. 339). De aquí surge la necesidad de comprender mejor cuáles son los factores

en las redes sociales que facilitan que los jóvenes desarrollen problemas psicológicos como la

ansiedad, la depresión y la baja autoestima. Es crucial identificar estos factores para poder

determinar las medidas necesarias que se deben tomar para mitigar los efectos negativos del

uso de las redes sociales en los jóvenes.

Entre los factores que contribuyen a los problemas de salud mental en los jóvenes debido

al uso de las redes sociales se encuentra la constante comparación y la idealización de una vida

perfecta. Las expectativas presentadas en las redes sociales, aunque no imposibles, a menudo

son irreales y generan frustración por no poder alcanzarlas. La exposición continua a imágenes

de personas con mucho dinero, cuerpos perfectos, ropa de marca y una vida aparentemente

perfecta refuerza estándares de belleza y éxito que muchos jóvenes sienten que no pueden

alcanzar. Esto se confirma en el estudio de Rodrigues et al. (2020), que señala que "muchas

publicaciones refuerzan el narcisismo, el nivel de vida, el consumo y el estatus, contribuyendo a

una mayor prevalencia de diversos trastornos psiquiátricos, incluidos los síntomas depresivos, la

ansiedad y la baja autoestima" (pág. 2). Al estar tan expuestos a estas vidas idealizadas, los

jóvenes pueden perder de vista la realidad, donde la popularidad y la fama no determinan su

valor como personas.

Esta comparación constante con un ideal inalcanzable lleva a los jóvenes a intentar

parecerse lo más posible a las personas famosas que ven en las redes sociales. No lograrlo

genera frustración y enojo, aumentando la sensación de insuficiencia y baja autoestima. La

presión de encajar en estos estándares irreales puede ser abrumadora, afectando

profundamente su percepción de sí mismos y su autoestima. Además, incluso en las

interacciones entre jóvenes, surge una división marcada entre quienes pueden seguir las

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tendencias y aquellos que, principalmente por razones económicas, no pueden hacerlo. El no

tener de ropa de marca, el celular más nuevo o la incapacidad de viajar al extranjero puede llevar

a la humillación y exclusión social. Este rechazo no solo proviene de sus pares, sino que también

puede ser impuestos por sí mismos, ya que los jóvenes internalizan estos estándares y se sienten

menos valiosos por no poder cumplirlos. Esta dinámica de exclusión y comparación constante

contribuye significativamente al desarrollo de problemas de salud mental como la depresión y la

baja autoestima.

Otro factor importante que mencionar es el ciberbullying, que según Rodrigues et al.

(2020), "es una práctica que se ha multiplicado en las redes sociales" (pág. 2). Este fenómeno

implica humillar a las personas a través de mensajes de texto, comentarios negativos en sus

publicaciones, o publicaciones burlonas sobre ellas. Dado que estas acciones ocurren en el

ámbito virtual, existe la posibilidad de que se realicen a través de perfiles falsos, lo que permite

a los agresores ocultar su identidad y evitar enfrentar las consecuencias de sus actos. Sánchez-

Domínguez et al. (2019) destacan que "el uso de correo electrónico, mensajes instantáneos,

páginas web, blogs, chats, redes sociales y juegos por Internet son los espacios por donde puede

ser llevado el ciberacoso" (pág. 13), esto subraya la presencia constante del ciberbullying y cómo

puede infiltrarse en múltiples aspectos de la vida digital de los jóvenes, intensificando el impacto

negativo en su salud mental.

Las constantes humillaciones y mensajes de odio que algunos adolescentes reciben a

través de las redes sociales generan un profundo sentimiento de inseguridad tanto emocional

como física. Este temor a que les puedan causar algún tipo de daño puede tener consecuencias

devastadoras en su bienestar psicológico. Ferrández y Hermoso (2022) afirman que "estudios

realizados señalan que algunas de las consecuencias que tiene para la víctima este proceso de

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ciberacoso son: ansiedad, depresión, ideas de suicidio, estrés, miedo, baja autoestima,

sentimientos de ira, frustración y nerviosismo" (pág. 34).

Estas experiencias de ciberacoso no solo afectan el estado emocional de los jóvenes,

sino que también pueden tener un impacto duradero en su salud mental. La constante exposición

a mensajes negativos y la sensación de estar continuamente bajo ataque pueden llevar a un

estado de hipervigilancia y aislamiento social, empeorando aún más su condición. Además, el

miedo y la ansiedad pueden interferir con su desempeño académico, sus relaciones

interpersonales y su capacidad para participar en actividades cotidianas.

Dada la frecuencia y visibilidad de esta situación, las mismas compañías de redes

sociales han implementado diversas estrategias para mitigar los efectos negativos en la salud

mental de sus usuarios. Según Rodrigues et al. (2020), "cuando un usuario busca hashtags como

'ansiedad' o 'depresión', la aplicación muestra un mensaje que ofrece ayuda y lo dirige a una red

que se especializa en brindar apoyo emocional confidencial y gratuito" (pág. 2). Esto demuestra

no solo un verdadero interés en mejorar la situación, sino también que estos problemas son

comunes entre los usuarios más jóvenes de estas plataformas y requieren atención urgente.

Estas medidas reflejan un reconocimiento por parte de las compañías de redes sociales

de la responsabilidad que tienen en la protección del bienestar mental de sus usuarios. Sin

embargo, aunque estas iniciativas son un paso en la dirección correcta, es esencial que se

continúen desarrollando y mejorando. Además de proporcionar enlaces a recursos de apoyo,

sería beneficioso implementar más herramientas de monitoreo y control para identificar y

gestionar el contenido perjudicial, así como fomentar un uso más saludable y equilibrado de las

plataformas.

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Las redes sociales también pueden jugar un papel crucial en la promoción de campañas

de concienciación sobre salud mental, educando a los usuarios sobre los signos de ansiedad y

depresión y ofreciendo consejos sobre cómo manejarlos. Iniciativas como restringir la visibilidad

de publicaciones potencialmente dañinas o crear espacios seguros donde los jóvenes puedan

discutir sus problemas sin temor a ser juzgados son pasos adicionales que pueden ayudar a

reducir el impacto negativo de estas plataformas.

Aquí se presenta la evidencia de cómo las redes sociales están causando problemas de

estabilidad mental en los jóvenes, demostrando que los principales factores generadores de esta

problemática son la comparación constante y el ciberbullying. Estas plataformas, inicialmente

diseñadas como espacios virtuales para la interacción y la conexión entre personas, han

mostrado una realidad distinta, donde a menudo causan más daño que beneficio a los jóvenes.

La comparación constante con vidas idealizadas y estándares inalcanzables contribuye

significativamente a la ansiedad, la depresión y la baja autoestima en los adolescentes. La

exposición continua a imágenes y mensajes que promueven un estilo de vida perfecto genera

frustración y sentimientos de insuficiencia entre aquellos que no pueden alcanzar esos ideales.

Además, el ciberbullying, que se ha multiplicado en las redes sociales, exacerba estos problemas

al permitir que los agresores humillen y degraden a otros de manera anónima, intensificando el

impacto emocional y psicológico en las víctimas.

Gómez et al. (2021) refuerzan esta realidad al mencionar que "se ha demostrado que los

adolescentes que hacen uso de las redes sociales en menor proporción reflejan menor nivel de

ansiedad y depresión"" (pág. 341). Esto sugiere que un uso controlado y menos obsesivo de las

redes sociales podría tener un impacto positivo en la salud mental de los adolescentes. Limitar

el tiempo dedicado a estas plataformas y fomentar interacciones más saludables y significativas

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en el mundo real pueden ser medidas efectivas para mitigar los efectos negativos asociados con

su uso excesivo.

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Conclusión

En conclusión, esta investigación evidencia que, aunque las redes sociales tienen el

objetivo de fomentar una buena interacción entre los usuarios, su uso obsesivo genera efectos

contrarios, influyendo negativamente en el bienestar mental de los jóvenes. La revisión

bibliográfica de artículos de distintos autores alrededor del mundo permite responder de manera

más precisa a la interrogante que origina esta investigación: ¿Cuáles son los factores más

comunes que generan ansiedad, depresión y baja autoestima en los adolescentes y jóvenes

adultos debido al uso de las redes sociales?

Se determinan dos factores principales que contribuyen a estos problemas. Primero, la

comparación constante. Los adolescentes se comparan continuamente con personas exitosas

que ven en las redes sociales, deseando ser como ellos y tener una vida perfecta. Esta vida

idealizada, en la mayoría de los casos, es irreal y generada a partir de momentos seleccionados

y editados. La frustración por no poder alcanzar estos estándares inalcanzables provoca

sentimientos de insuficiencia, ansiedad y baja autoestima.

Segundo, el ciberacoso (cyberbullying). Jóvenes utilizando sus cuentas, o incluso cuentas

falsas, acosan a otros enviando mensajes ofensivos y dañinos. Este acoso virtual puede causar

un nivel significativo de alteración emocional, generando ansiedad, depresión y baja autoestima

en las víctimas. La importancia de estos hallazgos se refuerza con el interés demostrado por

diversas empresas y organizaciones para cambiar esta situación. Muchas plataformas están

implementando medidas para reducir el ciberacoso y promover un uso más saludable de las

redes sociales. Sin embargo, la solución más eficaz para mitigar estos problemas es disminuir el

uso excesivo de las redes sociales. Al limitar el tiempo dedicado a estas plataformas, se puede

evitar llegar a puntos de comparación extrema o volverse víctimas del acoso virtual.

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Adicionalmente, se recomienda promover actividades fuera de línea que fortalezcan la

autoestima y el bienestar emocional de los jóvenes. El fomento de relaciones interpersonales

reales, la participación en actividades deportivas y artísticas, y el desarrollo de habilidades

personales y académicas son estrategias que pueden contribuir a una mejor salud mental y a

una menor dependencia de la validación en redes sociales.

En resumen, es crucial continuar investigando y promoviendo la educación sobre el uso

saludable de las redes sociales para que los jóvenes puedan aprovechar sus beneficios sin

sacrificar su bienestar mental.

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Referencias

Campos, R. G., Albornoz, C. U., Espinoza, R. V., Riveros, J., Opazo, O., Portugal, M. R., ... &
Méndez Cornejo, J. (2021). Uso de redes sociales, ansiedad, depresión e indicadores de
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http://dx.doi.org/10.21840/siic/158538

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Sánchez-Domínguez, J. P., Raymundo, L. M., Pérez, S. G., & Osorio, M. C. P. (2019). Ciberacoso
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Ferrández Sampietro, I., & Hermoso Traba, R. (2022). Una revisión bibliográfica acerca de la
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Fernández Tomé, M. (2016). Bullying y cyberbullying: prevalencia en adolescentes y jóvenes de


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