Decimo Mandamiento

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Grado CRISTO REY

UNIDAD DE “Reflexionemos como nos ayuda los Mandamientos en la toma de


APRENDIZAJE N° 02 decisiones para el bienestar de nuestra comunidad educativa”

ACTIVIDAD 04: ¡NO CODICIARÁS LOS BIENES DE TU PRÓJIMO!

Señor, el mandamiento “no codiciar los bienes ajenos”, exige una


actitud interior de respeto en relación con la propiedad ajena, y prohíbe la avaricia,
el deseo desordenado de los bienes de otros y la envidia. Tú sabes que yo solo no puedo
cumplir. Te pido me ayudes a no ser codicioso, sino valorar, respetar y alegrarme de los
bienes de mi prójimo. Amén.

Lee atentamente el siguiente relato:


TAREA 1
«En cierta ciudad vivían dos hombres. Uno de ellos era rico, y el otro era
pobre. El rico tenía muchas ovejas y vacas, pero el pobre sólo tenía una 1. ¿Estás de acuerdo con la actitud
corderita que había comprado y criado, y que era como su propia hija, del rico? ¿Por qué?
pues comía de su mesa, bebía de su vaso y dormía en su regazo; era 2. ¿Cómo reaccionarías ante una
como de la familia, pues había crecido con él y con sus hijos. Un día, el situación similar?
hombre rico recibió a un visitante y, como no quiso matar a ninguna de 3. ¿Qué mandamiento debemos
sus ovejas o vacas para ofrecerle de comer al visitante, fue y tomó la cumplir para no actuar como el rico?
oveja del hombre pobre, y la preparó para su visitante.»

PROPÓSITO: En esta actividad asumiremos las enseñanzas del mandamiento que nos motiva a no desear los
bienes del prójimo, proponiendo acciones para fortalecer el bienestar de nuestra comunidad desde la práctica
de los valores cristianos en nuestra familia y comunidad.

LEEMOS LA PALABRA DIOS:

“No codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás su mujer, ni sus servidores, su buey


o su burro. No codiciarás nada de lo que le pertenece”. (Éxodo 20, 17)

DÉCIMO MANDAMIENTO DE LA LEY DE DIOS

El deseo de bien y prosperidad


El décimo mandamiento nos recuerda las palabras del Evangelio de San Mateo: «Donde esté
tu tesoro, allí estará tu corazón».
Por el contrario, la codicia es el afán extremo de poseer bienes, por tal razón este precepto
prohíbe tener deseos exagerados de ser ricos y cometer injusticias que lleven a apoderarse
de los bienes de los demás.
Este mandamiento, que cierra el más relevante de los decálogos, exige también que se
destierre del corazón humano la envidia. Cuando el profeta Natán quiso estimular el
arrepentimiento del rey David, le contó la historia del pobre que sólo poseía una oveja, a la
que trataba como una hija, y del rico, que a pesar de sus numerosos rebaños, envidiaba al
primero y acabó robándole la cordera.
Por ello, la envidia puede conducir a las peores fechorías. San Agustín veía a ésta, como “el pecado diabólico por excelencia”.
Representa una de las formas de la tristeza, y por tanto, un rechazo absoluto de la caridad.
Si hacemos una lectura “en positivo” de este mandamiento, podríamos enunciarlo de una manera parecida a esta: «desearás
el bien y la prosperidad del prójimo».
Es decir, me importa el otro; su bienestar me concierne. Salgo de mi vida y miro alrededor. Denuncio y lucho contra la injusticia
si la padece, me compadezco de su dolor si lo sufre. En suma, como cristiano, intento vivir las actitudes que Jesucristo me
enseña con su Palabra y con su vida entre nosotros.
A través de este deseo del bien del otro, llegamos también al bien común. Y desde esta óptica podemos asomarnos al mundo
de la empresa, al verdadero sentir de la responsabilidad social empresarial, a propósito del cual encontramos sumamente
esclarecedoras las palabras del Papa en su reciente Encíclica “Laudato si’”: «La actividad empresarial, que es una noble vocación
orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos, puede ser una manera muy fecunda de promover la región
donde instala sus emprendimientos, sobre todo si entiende que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su
servicio al bien común»

No codiciarás los bienes ajenos (Dt 5,21; Mt 6, 21)

Nos el deseo desordenado, nacido de la pasión


prohíbe inmoderada de las riquezas y del poder.

La envidia: Es la tristeza que se experimenta ante el bien del prójimo y del


deseo desordenado de apropiárselo.
¿Cómo se combate la envidia? Se combate a través de benevolencia, la
humildad y el abandono en la providencia de Dios (Mateo 6,25-26)
El desprendimiento de las riquezas es necesario para entrar en el Reino de los
cielos (Mateo 5, 3)

LUEGO DE LEER, ANALIZAR Y REFLEXIONAR LA INFORMACIÓN, REALIZA LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES:

TAREA 2
En el décimo mandamiento Dios nos pide que…
NO DE CO DI NI VI 1. ¿Qué quiere decir codiciar los bienes
DIA
ajenos? ¿explica en un mapa
conceptual?
NUES CO ZON ¿A TAN DE NUES 2. ¿Qué ordena el décimo
mandamiento? ¿Cómo puedes tu
DE TO LO QUE NOS TE NE combatir la envidia?
3. ¿Qué acciones podemos demostrar
Coloca correctamente estas 5 columnas que se han salido de la grilla para para fortalecer nuestra bienestar de
poder leer el mensaje completo nuestra comunidad desde el
cumplimiento del décimo
mandamiento?
QUERIDO ESTUDIANTE, recuerda que al finalizar la Unidad de
aprendizaje presentarás como producto un La infografía , con acciones
para fortalecer el bienestar desde la práctica de los valores cristianos
que nos enseña los mandamientos en nuestra comunidad, en el marco
de la celebración del mes mariano .

AHORA, EVALUAMOS TODO LO QUE HEMOS APRENDIDO:


Competencia: Asume la experiencia del encuentro personal y comunitario con Dios en su proyecto de vida en coherencia con su
creencia religiosa.
Lo Estoy en proceso ¿Qué puedo hacer
Criterios de evaluación logré de lograrlo para mejorar mis
aprendizajes?
Asumí las enseñanzas del mandamiento que me motiva a no desear los bienes
del prójimo.
Propuse acciones para fortalecer el bienestar de nuestra comunidad desde la
práctica de los valores cristianos en nuestra familia y comunidad.

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