SC - TSJ. Reconocimiento de Las Personas Jurídicas 1
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HTM
SALA CONSTITUCIONAL
MAGISTRADO-PONENTE: JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO.
I
HECHOS Y FUNDAMENTOS DE LA DEMANDA
todas luces es evidente que el ahorro nacional canalizado por medio de los
Bancos y las Entidades de Ahorro y Préstamo C.A. hacia la
construcción... omissis... para las familias venezolanas es una tarea que se
inscribe en una necesidad nacional perentoria, y por ello debe existir una
correspondencia entre lo que esos Bancos y Entidades de Ahorro y Préstamo
C.A. pagan a sus depositantes por los depósitos que orientan hacia ese sector de
la vivienda, y a su vez la rata de interés que cobran a quienes utilizan esos
ahorros mediante los créditos que les conceden esos institutos de crédito...”.
Código de Comercio
Artículo 530.- “No se deben intereses sobre intereses mientras que, hecha
liquidación de éstos, no fueren incluidos en un nuevo contrato como
aumento de capital.
También se deben cuando de común acuerdo, o por condenación judicial
se fija el saldo de cuentas incluyendo en él los intereses devengados”.
Código Civil
Artículo 1.350.- “La rescisión por causa de lesión no puede intentarse aun
cuando se trate de menores, sino en los casos y bajo las condiciones
especialmente expresadas en la Ley.
Dicha acción, en los casos en que se admite, no produce efecto respecto
de los terceros que han adquirido derechos sobre los inmuebles con
anterioridad al registro de la demanda por rescisión”.
II
DEL ESCRITO PRESENTADO POR LA ASOCIACIÓN BANCARIA DE
VENEZUELA
Igualmente señalan que “el crecimiento del capital durante los primeros
años de crédito indexado, a través del refinanciamiento de los intereses (o nuevo
financiamiento) es reflejo de la ilusión monetaria que implica un ambiente de
alta inflación. En términos reales y con parámetros adecuados, el capital nunca
aumenta, por lo cual puede concluirse en que el mecanismo de refinanciamiento
no es más que una corrección del efecto inflacionario. Como corrección del
efecto inflacionario resulta también el incremento del valor de la vivienda...”.
III
DEL ESCRITO PRESENTADO POR LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO
IV
DEL ESCRITO PRESENTADO POR EL INSTITUTO PARA LA
DEFENSA Y EDUCACIÓN DEL CONSUMIDOR Y DEL USUARIO
(INDECU)
Es por ello que solicita sea declarada sin lugar la demanda interpuesta en
contra del INDECU “por cuanto en ningún momento hubo abstención de los
cumplimientos de nuestros actos y de los deberes que nos imponen nuestros
cargos”.
V
DEL ESCRITO PRESENTADO POR LA SUPERINTENDENCIA DE BANCOS Y
OTRAS INSTITUCIONES FINANCIERAS
Alega que:
Por otra parte, impugna las copias fotostáticas aportadas por los
demandantes que cursan a los folios 23 al 346, así como las de los folios 339 al
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390 del expediente, todo de conformidad con el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil.
Finalmente, solicita que, les sea impuestas a los demandantes las costas
del presente proceso, por cuanto a su representada “ha supuestos gastos del
presupuesto público, que mí representada no está obligada a soportar para
favorecer a demandantes temerarios...”.
VI
DEL ESCRITO PRESENTADO EL CONSEJO BANCARIO NACIONAL
Sostienen que:
Con base en los anexos “a”, “b” y “c” del escrito, consideran que se
aceptarían como premisas indiscutibles las siguientes:
VII
ESTADO SOCIAL DE DERECHO
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La marcha hacia un Estado, uno de cuyos fines sea lograr la armonía social
entre las diversas clases, se fue abriendo paso, y así la Constitución Alemana de
Weimar de 1919, introdujo una serie de normas dirigidas a la reforma social, las
cuales fueron consideradas normas programáticas a ser desarrolladas por el
legislador, quien al no hacerlo vació de contenido el proyecto de Estado Social
fundado en una reforma social, que propugnaba dicha Constitución.
común, y no como una normativa que se aplica por igual a realidades desiguales.
Esto es básico comprenderlo, ya que el no hacerlo conduce a la injusticia.
lesivas, por desproporcionadas, para una de las partes del contrato en materias de
interés social.
Así como el profesor Melich (ob. Cit. p. 137), reconoce que en el contrato
administrativo el juez tiene una gran libertad de acción que le permite atribuir al
contrato efectos que no se vinculan con las reales voluntades de las partes que lo
han celebrado (propósito e intención de las partes), así mismo -observa la Sala-
en los contratos de interés social o que gravitan sobre él, el juez deviene en un
tutor del débil jurídico, ajeno a la voluntad real de las partes al negociar, que
puede atribuir al contrato efectos que van mas allá del propósito e interés de las
partes, siempre que así se logre realizar un orden económico equilibrado
socialmente deseable.
Por otra parte, quien ofrece un bien o un servicio como apto para los usos
que el adquiriente del mismo requiere, debe poner en conocimiento del usuario o
del consumidor la real aptitud del bien, al momento de la celebración del
contrato.
Dentro del marco teórico que establece este fallo para poder juzgar el
caso concreto, analizado desde el ángulo del Estado Social de Derecho, no solo
es necesario examinar la incidencia del concepto sobre los contratos que se
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realizan en materia de interés social, sino delimitar las acciones de las libertades
económicas señaladas en la Carta Fundamental.
Las directrices del Estado Social de Derecho, inciden sobre las libertades
económicas y sobre el derecho de propiedad, los cuales no se convierten, como
tampoco lo eran en la Constitución de 1961, en derechos irrestrictos.
Por ello, varias leyes vigentes, como el Decreto N° 310 con Rango y
Fuerza de Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos, en su artículo 9, establece
que una misma persona no puede ejercer ni controlar simultáneamente en una
región, dos o más de las actividades de producción, transporte o distribución
previstas en esa Ley. Control prohibido, por lo que las simulaciones o fraudes a
la ley, tendientes a burlar tal prohibición son perseguibles no solo por el Estado,
sino por los particulares interesados, ya que en una democracia participativa,
tales acciones cívicas son posibles. Se limita así la libertad de empresa, abriendo
los cauces a la democracia económica, y que otros pueden participar de los
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Para esta Sala es inconcebible que quien goza de estos bienes o derechos,
propiedad del Estado Venezolano y por lo tanto del Pueblo, impida a otros el
goce, o los utilice de una manera tal que haga nugatorio el acceso de los
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particulares, y hasta del Estado a esos servicios, entre los que se encuentra el
crédito por interés social.
Por otra parte, la Sala debe puntualizar que la fórmula: Estado Social de
Derecho tiene carácter jurídico, convirtiéndose en uno de los principios del actual
orden constitucional, pero de ella (aislada) no se deducen pretensiones jurídicas
inmediatas por parte de los ciudadanos, sino criterios interpretativos para quien
aplica las normas constitucionales o las de rango inferior al Constitucional, así
como pautas de orientación de la actividad de los poderes públicos.
interpretarse los derechos sociales, entendidos éstos en extenso (no sólo los
denominados así por la Constitución, sino también los económicos, los culturales
y los ambientales).
La Sala repite, una vez más, que las normas que crean los derechos
prestacionales no son de carácter programático, muchas tienen límites difusos o
son indeterminadas, pero el Juez Constitucional para mantener la supremacía
constitucional tiene el deber de aplicarlas y darles contenido mientras la
legislación particular con relación a ellas se emite.
Entre los derechos sociales los hay que implican una prestación
determinada, dentro de una relación jurídica que crea vínculos concretos, como
los contemplados -por ejemplo- en los artículos 89, 90 ó 91 constitucionales.
Pretender que la vía para obtener la reparación de estos daños son las
clásicas demandas por nulidad de los actos administrativos es una irrealidad, ya
que es la conducta omisiva o ilegal del Estado, o de los particulares deudores de
la prestación social, la que en bloque produce los actos dañosos a la actividad, y
en criterio de esta Sala, esa desviación de poder continuada, producto de una falta
en la actividad estatal o de su colusión con los particulares, permite a las víctimas
acciones por derechos o intereses difusos, o de otra naturaleza, cuando la
prestación incumplida total o parcialmente atenta contra el débil jurídico y rompe
la armonía que debe existir entre grupos, clases o sectores de población,
potenciando a unos pocos a costas del bien común. El restablecimiento o mejora
de la calidad de la vida se convierte en el objeto de las acciones por derechos o
intereses difusos o colectivos, mas que la solución de un problema particular en
concreto.
Una ley que ordene conductas, o produzca efectos, que hagan más gravosa
la situación de los débiles jurídicos, que sustituya o ahonde desequilibrios
sociales, deviene en inconstitucional, por contrariar la forma de Estado que
impera en el país por mandato de la Carta Fundamental.
Pero hay leyes cuya inconstitucionalidad puede existir, mientras dure una
situación, pero que una vez corregida tal situación, exógena a la ley, ésta no tiene
conflicto alguno con la Carta Fundamental.
Ello puede ocurrir con las leyes que se dictan durante puntuales
situaciones económicas, y que buscan dentro de ellas desarrollar o profundizar
instituciones, pero las razones que le dieron nacimiento pueden variar y las
instituciones creadas convertirse en un peso para la marcha del país, o para la
sociedad, o para el Estado, o para el régimen democrático.
Este tipo de declaración sólo puede ser producto del control difuso de la
Constitución (y no del concentrado), que cuando se ejerce con motivo de
acciones por derechos o intereses difusos o colectivos, cuyas pretensiones por su
naturaleza atañen a toda la sociedad o a sectores de ella, la inaplicabilidad de la
vigencia de la norma, a una determinada y concreta situación, puede
condicionarse al regreso de la situación original que ella regulaba cuando se
promulgó, siendo tal dispositivo jurídicamente posible.
Dentro del orden de ideas expresado por esta Sala en esta sentencia, en
materia de interés social, el imposible cumplimiento de las obligaciones
contraídas por el débil jurídico o la excesiva onerosidad del negocio, que se
convierte en una inconformidad con el contrato, producto de una transformación
imprevisible de la situación jurídica, nacida conforme a la ley, puede conllevar a
la inconstitucionalidad de la norma en que se fundó la relación jurídica, si el
resultado de la aplicación de la ley choca con los valores tutelados por la
Constitución, debido a que dicha aplicación causó una situación que contraría
principios constitucionales.
Así como existen “leyes medidas” (según K. Schmidt) que dentro del
Estado Social se dictan en función de grupos o situaciones sociales concretas, y
cuya validez es temporal, la Sala, sin entrar a calificar si las leyes sobre el
subsistema de vivienda y política habitacional son de esa naturaleza, quiere
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puntualizar que de acuerdo a la realidad social hay leyes que pierden de hecho su
vigencia al cambiar esa realidad, y que lo mismo puede ocurrir con leyes que
debido a situaciones reales ligadas al interés social, por ejemplo, se hacen
inconstitucionales mientras perduren las situaciones.
VIII
DE LOS PRÉSTAMOS
declarar bajo juramento no ser propietario de una vivienda, si el crédito era con
fines de adquirir una.
que constituye la llamada cuota financiera conformada por las alícuotas de capital
e intereses, calculados bajo el esquema de préstamo de amortización lineal,
entendiéndose por éste último aquel préstamo que se calcula a una tasa y plazo
determinado, con cuotas mensuales iguales y consecutivas, tal como lo define el
artículo 121 de las vigentes Normas de Operación del Decreto con Rango y
Fuerza de Ley que Regula el Subsistema de Vivienda y Política Habitacional
(Gaceta Oficial Nº 36.977 del 21 de junio de 2000).
De las normas citadas en este capítulo del presente fallo, la Sala observa,
que durante la vigencia de la Ley de Política Habitacional, y posteriormente, en
el actual Régimen del Subsistema de Vivienda y Política Habitacional, que dio
continuación a las instituciones creadas en la Ley de Política Habitacional, surgió
un sistema de interés social, destinado a dotar de vivienda a los integrantes de ese
sistema (miembros del ahorro habitacional). Dentro de él, y de sus
peculiaridades, el legislador permitió que, a los ahorristas del sistema de ahorro
habitacional que recibieron préstamos para adquirir o mejorar sus viviendas, se
les capitalizaran los intereses mensuales cuando éstos excedieron los previstos
para la cuota mensual pactada en el contrato de préstamo, contentiva de capital e
intereses; y que ese capital formado por los intereses excesivos productos del
mercado, el cual se cargaba a las cuotas mensuales distintas a las financieras,
engrosará los ingresos del fondo de ahorro habitacional, actualmente mutual de
ahorro habitacional, de manera que dicho fondo tuviera capital suficiente para
seguir expandiendo entre los afiliados la política habitacional; o aumentará los
recursos destinados a los programas tipos de soluciones habitacionales y
modalidades de financiamiento.
A ese fin, las diversas leyes crearon los siguientes organismos: la Oficina
de Inspección de la Ley de Política Habitacional, la Junta de Vigilancia del
Consejo Nacional de la Vivienda, el propio Consejo Nacional de la Vivienda, o
el Servicio Autónomo de Fondos Integrados de la Vivienda.
debido a los ajustes y a la prestación con fines colectivos que hacen los
prestatarios, no puede considerarse que los pagos que ellos hagan sean ganancias
usurarias para los prestamistas, ni que exista anatocismo ya que la propia ley
permite la capitalización de los intereses y, por lo tanto, el cobro de los intereses
por ese capital, formado por los intereses insolutos.
2. Deber de informar.
El fin de esta normativa fue que no existiera en los usuarios del sistema
error o confusión (artículo 11 de la Resolución in comento), y para el logro de tal
finalidad, la Resolución ordenó se suministrara a los clientes una información
explicativa de la metodología aplicada a los cálculos referidos a las obligaciones
activas y pasivas de que trata la Resolución, así como informar con la adecuada
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Tratándose de una normativa a favor del usuario, a juicio de esta Sala, las
modificaciones a informar se referían incluso a montos, cambios en las cuotas a
pagar, etc.
Entre las leyes que obran en defensa del público, señalando la calidad del
servicio, se encuentran las Resoluciones mencionadas.
3. Usura.
El artículo 108 transcrito prevé dos tipos de usura, la primera puede ser
cometida por cualquiera, lo que incluye a los prestamistas, mientras que la
segunda, a que se refiere el último párrafo del artículo, sólo por éstos.
Resulta importante para esta Sala destacar, que al no existir ente público
que pueda hacer las determinaciones de los artículos 102 y 118 comentados, la
norma se hace inaplicable. La del artículo 118, idéntica a la del 102, reza:
4.- Anatocismo
Tal vez, la razón de esta prohibición es que antes de liquidar los intereses
(tanto compensatorios como indemnizatorios)y determinar su monto, no hay
equivalente en la prestación del acreedor para de una vez tener derecho a
capitalizar los intereses, no siendo para el acreedor el equivalente para tal ventaja
el que haya prestado un dinero, ya que los daños resultantes del retardo en el
cumplimiento por parte del deudor, son el pago del interés legal, que en materia
mercantil es el del mercado, salvo disposiciones especiales.
Tal vez, esta fue la razón que tuvo el legislador, cuando la Ley General de
Bancos y Otras Instituciones Financieras (de 1993), la cual ha regido la mayoría
de los créditos indexados, dispuso en su artículo 50: “En caso de atraso en los
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A juicio de esta Sala, en teoría ello podría ser posible como parte de la
autonomía de la voluntad, pero la realidad es que quien pide un préstamo, decide
endeudarse y pagar intereses compensatorios y moratorios, lo hace por necesitar
lo que pide, y tal necesidad, sobre todo si es para resolver problemas sociales
como vivienda, educación, etc, lo lleva a aceptar condiciones que favorecen
abiertamente al prestamista, muchas de los cuales lindan con la violencia sobre el
necesitado, ya que solo comprometiéndose a cumplirlas se tiene acceso al
crédito. Tal situación fomentada por instituciones que prestan un servicio
crediticio, y destinado a solucionar masivamente problemas sociales, como el de
la vivienda, a juicio de esta Sala es contraria a las buenas costumbres, ya que al
deudor no solo se le cobran los intereses compensatorios, sino los de mora, que
representan la indemnización por daños y perjuicios (artículo. 1.277 del Código
Civil), y tal indemnización se la capitalizan y, sobre lo capitalizado, se vuelve a
cobrar intereses, por lo que el deudor acepta un “doble castigo”, a juicio de esta
Sala violatorio del artículo 1.274 del Código Civil, ya que el convenio de
capitalización previo de los intereses no atiende a los daños y perjuicios previstos
o que hayan podido preverse al tiempo de la celebración del contrato, ya que ello
no se estipula en el mismo. Por otra parte, la falta de pago de las cuotas en su
oportunidad, tampoco responde a lo pautado en el artículo 1.275 del Código
Civil, que establece que los daños y perjuicios relativos a la pérdida sufrida por el
acreedor (los intereses), y así como la utilidad de que se le haya privado, no
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deben extenderse sino a los que son consecuencia inmediata y directa de la falta
de cumplimiento de la obligación.
Considera esta Sala que cuando el artículo 530 del Código de Comercio
permitió se cobraran intereses sobre intereses, hecha la liquidación de éstos, el
legislador fue preciso, porque sólo sobre los liquidados podría el deudor -con
pleno conocimiento de su situación- acordar su capitalización, sin tener encima
para aceptar tal capitalización, la presión de que sólo recibirá el préstamo si se
allana a las condiciones que más favorezcan al prestamista; y porque sólo así las
disposiciones de los artículos 1.273 a 1.276 del Código Civil pueden tener
aplicación.
dado la letra del citado artículo 24, si el Banco Central se limita a indicar cuáles
son los seis principales entes, y además señalar las tasas pasivas de cada uno, o si
es dicho Banco quien aporta a los particulares el promedio, a fin que sean ellos
quienes hagan los cálculos.
IX
ANÁLISIS DE LAS PRUEBAS
Antes de examinar las pruebas, la Sala debe apuntar que en los procesos orales,
regidas por el Código de Procedimiento Civil, y por mandato del artículo 877 eiusdem, el
juez no tiene la obligación de dar cumplimiento al artículo 509 del mismo Código, bastando
señalar los motivos de hecho del fallo y la fuente de los mismos.
en abstracto, determina que hay varios tipos de créditos, los cuales tienen
características y fines diferentes.
1) El prestatario recibe una suma que debe pagar en un plazo entre veinte o
treinta años mediante cuotas mensuales y consecutivas (denominadas cuotas
financieras) que engloban capital e intereses y que no sobrepasan el 30% del
ingreso mensual del deudor para la fecha en que solicitó el préstamo, lo que
coincide con los créditos otorgados en materia de política habitacional.
6) Las partes pactaron que a los efectos de una eventual cobranza judicial
y ejecución de hipoteca, sería válido y prueba fehaciente de las deudas del
prestatario, un estado de cuenta emanado del prestamista certificado por un
Contador Público colegiado, siendo dicho documento el suficiente para la
determinación del saldo de la deuda.
1)
La tasa de interés de la cuota financiera que deberán pagar los prestatarios
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Los intereses se fijan sobre saldos deudores, y a partir del tercer año se
calcularán sobre el promedio diario de la Tasa Hipotecaria Mercantil.
tasa de interés vigente para esa fecha, lo que se aplicaría al número de cuotas
pendientes por cancelar.
Apunta la Sala, que con este sistema el cálculo de las cuotas hacia el
futuro se encontraría siempre aumentado y que sobre ellas se continuaría
efectuando la misma operación, por lo que el monto del préstamo crecería, si los
intereses crecían.
10) Las partes establecieron que el único medio de prueba del promedio
diario de la Tasa Hipotecaria Mercantil, sería la calificación emitida por el Banco
Mercantil C. A., S. A. C. A., o Merinvest C. A. o Seguros Mercantil C. A.; e
igualmente, el único medio de prueba de la tasa pasiva promedio que calculaba el
prestamista como resultado de la tasa de interés fijada por los tres principales
Bancos Hipotecarios o Universales a que se refiere el documento, será la
certificación expedida por dichos Bancos, sobre los cuales -apunta esta Sala-
carece de cualquier control el prestatario.
A juicio de esta Sala, crear una prueba que sólo depende de la parte que
quiere probar con ella, atenta contra el principio de derecho probatorio que nadie
puede crear un título a su favor, además que olvida que las normas sobre pruebas
no son de naturaleza sustantiva, sujetas a negocios entre las partes, ya que ellas
no están dirigidas a los particulares sino al juez para que pueda administrar
justicia, por lo que la creación y valor probatorio de los medios de prueba no está
sujeto a convenios entre las partes.
A juicio de esta Sala en una acción por derechos e intereses difusos, donde
se llamó a los interesados mediante edicto, y donde fueron emplazados tanto la
Asociación Bancaria de Venezuela como el Consejo Bancario Nacional,
integrado por un Representante de cada uno de los Bancos, Entidades de Ahorro
y Préstamo e Instituciones Financieras (artículo 206 del vigente Decreto con
Fuerza de Ley General de Bancos y otras Instituciones Financieras), la presente
decisión es extensible a cada uno de los Bancos y Entidades de Ahorro y
Préstamo que hayan otorgado los créditos a que se refiere este fallo.
6.- Experticia.
Ahora bien, el ejercicio del punto 2.6 realizado por los peritos, demuestra
que lo que ellos llamaron intereses refinanciados, inciden en un crecimiento
siempre ascendente de la deuda del prestatario, durante 25 años, lo que ocurre en
los créditos indexados o refinanciados y no en los lineales.
Considera la Sala, que tal aseveración –que fue discutida por los peritos
Yánes y Fontiveros- tiene coincidencias con lo expresado en el punto 2.6 de la
experticia presentada por los peritos Derett, Pérez Filardo y Silva Pacheco, y por
lo depuesto por el perito testigo Carlos Fiorillo, razón por la cual la Sala
considera que la situación señalada es real, y así se declara.
asistencia II, que se adelanta con recursos del ahorro habitacional, las tasas las
fija CONAVI, teniendo el deudor el derecho de escoger la forma de crédito, por
lo que la situación de los derechos no era perentoria. Mientras que en el Área III
o los préstamos para viviendas otorgados fuera de los planes de asistencia
habitacional, a juicio del perito no son cancelables en los plazos convenidos,
porque la capacidad de pago –en abstracto- de los prestatarios no satisface la
cuota financiera, por lo que siempre hay un refinanciamiento del crédito original,
que obligaría a un lapso mayor que los convenidos para su pago, y ello siempre
generando intereses.
que la Sala no juzga y que puede ser cierto, y de los riesgos que corre el
prestamista, al no existir mercado secundario hipotecario de títulos, así como la
razón de ser del cobro de los intereses del mercado, lo que pudiendo ser cierto no
elimina la posibilidad de contratos con lesión para el deudor, en estas áreas de
interés social.
X
MOTIVACIONES PARA DECIDIR
1989 y aún rige con variaciones legales; otros otorgados para la adquisición,
remodelación y mejora de viviendas fuera del sistema de ahorro habitacional, y
un tercer tipo de crédito para la adquisición de muebles (vehículos).
Los intereses del mercado deben ser determinados por un tercero y nunca
por la parte poderosa dentro del contrato, como lo es el prestamista, y no pueden
surgir de las propias operaciones de los prestamistas, ya que de ser así hasta
podrían ser el resultado de negocios cartelizados, o de señalamientos
parcializados sobre lo que deben ser los intereses del mercado.
clases de operaciones activas y pasivas que realizaran. Esta fijación realizada por
un tercero ajeno a las partes, en teoría garantizaba su justeza, dado a que el
tercero hacía las veces de un decisor, tomando en cuenta las realidades
económicas que legalmente manejaba.
Este régimen duró hasta que entró en vigencia en octubre de 2001 la nueva
Ley del Banco Central de Venezuela.
Ahora bien, como durante la vigencia del Decreto con Rango y Fuerza de
Ley que Regula el Subsistema de Vivienda y Política Habitacional, publicado en
la Gaceta Oficial de 5 de noviembre de 1998, hoy derogado, así como durante la
vigencia de la Ley de Política Habitacional de 1993, nacieron contratos con
refinanciamiento de intereses para la adquisición, mejora o construcción de
viviendas, que se adaptaban a las previsiones de esas leyes, los cuales tienen el
mismo defecto de que los intereses del mercado lo fijen los prestamistas, por lo
que las leyes que rigen dichos contratos chocan en la actualidad con el artículo 82
Constitucional en la forma señalada, la Sala por control difuso de la Constitución
desaplica parcialmente los artículos 12 y 35 del Decreto con Rango y Fuerza de
Ley que Regula el Subsistema de Vivienda y Política Habitacional, publicado en
la Gaceta Oficial de 5 de noviembre de 1998, en el sentido, que la amortización
en condiciones del mercado a que se refiere dicho artículo, debe entenderse en
cuanto a intereses que ellos son los que fije el Banco Central de Venezuela.
resultare menor a la utilizada para calcular los intereses, las sumas pagadas por
ese concepto se ajustarán en función de la nueva tasa y el pago de intereses que
resultare en exceso de lo que arroje la nueva tasa, se reducirán de la deuda de
capital refinanciado existente para esta fecha. Si resultaran tasas mayores o
iguales a las utilizadas para calcular los intereses, lo cancelado por ese concepto
antes de la fecha de este fallo, estaría correctamente cancelado.
Los préstamos con refinanciamiento se han otorgado para que una masa de
personas que por sus ingresos no tendrían en condiciones normales acceso al
crédito, pudieran satisfacer su necesidad de vivienda. En esto fueron contestes los
peritos testigos promovidos por la Asociación Bancaria de Venezuela, Domingo
Fontiveros, José Alberto Yanes, Manuel Gutiérrez y Carlos Jaramillo.
Por máximas de experiencia, la Sala conoce que quien solo puede pagar
como cuota mensual el 30% de su ingreso familiar, se vería en grandes apuros, en
detrimento de sus otras necesidades básicas, si tuviere que pagar para cancelar el
préstamo para la vivienda sumas superiores a lo pactado, y que prácticamente
perdería la vivienda o haría un esfuerzo tremendo en detrimento de sus otras
necesidades básicas, si tuviere que afrontar el pago de unos capitales paralelos
(los refinanciados) que se forman por la suma de los intereses no pagados, que
excedan de la cuota financiera, y que a su vez, -con aplicación de tasas
fluctuantes- generan nuevos intereses. Esto también lo conoce el prestamista y se
proyecta en la formación de un capital paralelo que resulta difícil de cancelar en
el mismo plazo convenido para pagar el préstamo
original. Teniendo el prestatario –además- que pagar en la cuota no financiera,
un recargo por la inflación del año anterior, que no debe exceder del 85% de la
tasa de inflación.
De allí que la Sala considera que el riesgo del deudor previsto en los
contratos, de que le sea muy oneroso honrar su compromiso, desproporcionado
con lo que recibió originalmente, también lo debe correr el prestamista, en cuanto
no exista equivalencia entre su ventaja y la del prestatario. Máxime cuando en el
país surgió una antinomia entre diversas normas, ya que mientras el sistema de
las leyes de política y asistencia habitacional, prevea fluctuaciones mensuales de
interés, la Resolución 97-07-02 del Banco Central de Venezuela (Gaceta Oficial
Nº 36.266 del 7 de agosto de 1997), se refería a la tasa anual (no mensual) de
interés que podían cobrar los bancos y entidades de ahorro y préstamo, la cual
sería la que ellos decidieran, teniendo en cuenta las condiciones del mercado
financiero (sin especificar cuál mercado, si el global o el hipotecario).
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ocurre cuando los intereses capitalizados, en base a la tasa fluctuante del mercado
que hasta ahora se ha venido aplicando, se han alejado también
desproporcionadamente de los intereses que el deudor debería ganar por los
pasivos laborales que le corresponden, no sujetos a fideicomiso, y por ello para
poder conjurar la lesión, debe existir una tasa promedio entre la de los intereses
del mercado que han sido cobrados a los prestatarios desde 1996 y la tasa de los
intereses que a partir de 1996 viene fijando el Banco Central de Venezuela para
las prestaciones sociales y que lo hace respondiendo a la situación laboral del
país y a la de los ingresos de los venezolanos.
este fallo, y por ello a partir del quinto año, a fin de evitar la corrida
ascendente y explosiva de los intereses, se aplicará la tasa ponderada aquí
indicada para calcular los intereses del préstamo cuya suma podrá refinanciarse.
4.- Se declara nulo, por ser violatorio de los artículos 114 y 115
constitucionales, cualquier tipo de aumento o cambio de condiciones que permita
al prestamista fijar unilateralmente el monto de las cuotas a pagar como resultado
del incremento de los ingresos, calculados solo por el prestamista sin
intervención de los órganos estatales. Tal desproporción atenta contra el derecho
a la obtención del crédito para la vivienda. Se trata de normas que afectan las
buenas costumbres.
6.- Se anula, por carecer de equivalencia con las obligaciones entre los
contratantes, la tasa de interés moratoria adicional de cualquier porcentaje, que se
sume a las tasas para el cálculo de los intereses moratorios del mercado. Se trata
de cláusulas usurarias, contrarias a las buenas costumbres.
7.- Con relación a los préstamos otorgados fuera de las Leyes de Política
Habitacional o del Subsistema de Vivienda y Política Habitacional, la Sala
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En consecuencia, a partir de esta fecha cesa tal práctica para este tipo de
contratos, y los devengados no se deben y se compensarán con el capital
adeudado.
8.- Con relación a la posibilidad que se fijen tasas de interés día a día,
prevenida en algunos contratos, lo que implica en el sistema indexado una
capitalización diaria, nacida de intereses sobre saldos diarios. Esta modalidad
conduce a pagos mucho mayores.
Se trata de un sistema donde el deudor paga una cuota mensual que está
formada por amortización de capital, comisión por cobranza y tasa de interés
variable.
Dominio, que establece que los intereses de mora se calculan a la rata corriente
del mercado, por lo que el puntaje resulta ilegal, y así se declara.
El interés convencional, se rige por el artículo 1.746 del Código Civil, sin
embargo en materia de financiamiento, los intereses, comisiones y recargos de
servicio, deben ser fijados en sus tasas máximas respectivas por el Banco Central
de Venezuela, por mandato del artículo 108 de la Ley de Protección al
Consumidor y al Usuario. No con tasas “marcadoras”, sino con tasas
expresamente fijadas.
XI
DECISIÓN
Ahora bien, como durante la vigencia del Decreto con Rango y Fuerza de
Ley que Regula el Subsistema de Vivienda y Política Habitacional, publicado en
la Gaceta Oficial de 5 de noviembre de 1998, hoy derogado, así como durante la
vigencia de la Ley de Política Habitacional de 1993, nacieron contratos con
refinanciamiento de intereses para la adquisición, mejora o construcción de
viviendas, que se adaptaban a las previsiones de esas leyes, los cuales tienen el
mismo defecto de que los intereses del mercado lo fijan los prestamistas, por lo
que las leyes que rigen dichos contratos chocan en la actualidad con el artículo 82
Constitucional en la forma señalada; la Sala, por control difuso de la
Constitución, DESAPLICA PARCIALMENTE los artículos 12 y 35 del
Decreto con Rango y Fuerza de Ley que Regula el Subsistema de Vivienda y
Política Habitacional, publicado en la Gaceta Oficial de 5 de noviembre de 1998,
en el sentido de que la amortización en condiciones del mercado a la que se
refiere dicho artículo, debe entenderse en cuanto a los intereses que ellos son los
que fije el Banco Central de Venezuela.
las tasas de interés aplicables serán la del mercado, sin señalar que ellas las fija el
Banco Central de Venezuela.
Si, como resultado del ajuste, el deudor ha pagado una suma mayor a la
que le corresponde, la misma se imputará al capital debido.
de veinte (20) años de la fecha del préstamo, por lo que la reestructuración deberá
hacerse a partir de la fecha del préstamo, previniendo veinte (20) años y
quedando dicho préstamo sujeto a las otras consideraciones de este fallo que
serán parte de los ajustes a los mismos.
Este fallo se publica dentro del plazo establecido en el artículo 877 del
Código de Procedimiento Civil y produce efectos erga omnes.
El Presidente de la Sala,
Los Magistrados,
El Secretario,
Voto concurrente
El Presidente,
El Vicepresidente,
El Secretario,
Exp. 01-1274