Libreto Coco El Músical

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Coco El Músical

Adaptación: Blanca Álvarez

Personajes:

Miguel Ernesto de la Cruz


Narrador 1 Héctor
Narrador 2 Papá Julio
Franco Rivera
Narrador 3
Dante
Mamá Coco Pepita
Mamá Imelda Chicharrón
Mamá Elena Mariachi
Luisa Guía turística 1
Tía Victoria Guía turística 2
Tía Rosita Secretaria
Frida Oficial
Vigilante 1 Catrina
Guardias
Vigilante 2
Pueblo / Invitados de De la Cruz

Primer Acto.

Escena 1.

Se abre el Telón y vemos un gran altar, entre penumbras está Miguel en el centro
del escenario de espaldas al público. Conforme va avanzando la narración los
personajes van apareciendo a la izquierda y a la derecha del escenario.

Miguel: A veces siento que tengo un hechizo, por algo que sucedió antes de que yo
naciera.

Mientras está el primer cuadro se escucha una guitarra de fondo.

Narrador 1: Hace mucho tiempo existía una familia, el papá era un gran músico. Él y
su familia bailaban, cantaban y bendecían lo que tenían. Pero también tenía un
sueño, cantar para el mundo.

Narrador 2: (Con melancolía) Y un día se fue con su guitarra y nunca volvió... Y la


mamá... (con desenfado) No tenía tiempo de llorar por un músico abandona familias.
Luego de apartar toda la música de su vida, encontró el modo de mantener a su
hija.

Narrador 3: Puso manos a la obra y aprendió a hacer zapatos. Pudo hacer dulces,
fuegos artificiales o ropa interior para luchadores

Miguel: (decepcionado) Pero no, escogió zapatos.

Narrador 3: Luego enseñó a su hija a hacer zapatos y más tarde le enseñó a su


yerno, luego sus nietos siguieron sus pasos y la familia creció igual que el negocio.
La música dividió a su familia pero los zapatos la mantenían unida.

Miguel: Y esa mujer era mi tatarabuela, mamá Imelda. Murió mucho antes de que yo
naciera pero mi familia aún cuenta su historia cada año el día de muertos. Y su hijita
es mi bisabuela, (emocionado) ¡mamá Coco!

Entra mamá Coco

Miguel: Hola mamá Coco.


Mamá Coco: ¿Cómo estás Julio?
Miguel: En realidad me llamo Miguel, a mamá Como le cuesta recordar cosas pero
aún así me gusta hablar con ella. Yo le cuento prácticamente todo. (a mamá Coco)
Antes corría así (corre en su lugar), pero ahora corro así y soy más veloz. (Saca dos
máscaras de luchador y le pone una mamá Coco) Y la ganadora es luchadora
Coco.

Mientras esto sucede en la parte de atrás se está montando un comedor para la


familia. Entra la hija de mamá Coco con Tamales en la mano.

Abuela: Miguel, no estás comiendo ( Le da un tamal a Miguel y acaricia a mamá


Coco)
Miguel: Mi abuelita, es la hija de mamá Coco.
Abuela: ¡Uy! Estás flaco mijo, hay que comer más (Le da más tamales)
Miguel: No, gracias.
Abuela: (Molesta) Yo dije ¿Vas a querer más tamales?
Miguel: Por eso digo que mejor si quiero.
Abuela: (Feliz le pone más tamales en el plato) Es lo que creí escuchar.
Miguel: Mi abuelita dirige la casa tal como lo hacía mamá Imelda.

Comienza a sonar música y la abuela calla a la orquesta, pasan unos borrachitos


cantando y la abuela los calla, Miguel hace sonar una botella o un pedazo de
envoltura de dulce y la abuela lo calla. Mientras esto sucede la familia saca los
zapatos con los que cada integrante trabaja.
Miguel: Creo que somos la única familia en México que odia la música y a mi familia
no le molesta pero yo... (Toma su cajón para bolear para irse)
Mamá: Vuelve para comer mijo.
MIguel: No soy como el resto de mi familia.

Baja del escenario, Miguel interactúa con otros personajes del pueblo, una mujer
barriendo, músicos tocando algunos instrumentos, señor vendiendo fruta, etc. Sube
Miguel al escenario, Dante sale de adentro de un bote de basura y el escenario en
el escario ya no esta el comedor ahora vemos la plaza del pueblo donde está la
estatua de Ernesto de la Cruz.

Miguel: ¡Dante! Sentado, al suelo, da una vuelta, saluda, chócala. ¡Bien Dante! Se
que no debería de amar la música pero no es mi culpa es suya (se acerca a la
estatua) Ernesto de la Cruz! El mejor músico de todos los tiempos.

Entran dos guías turísticas con un grupo de personas.

Guía turística 1: Y aquí en esta misma plaza, el jóven Ernesto de la Cruz dio sus
primeros pasos para volverse el más amado cantante en la historia de México.
Guía turística 2. Empezó como un completo Don nadie de Santa Cecilia.
Miguel: ¡Cómo yo! (La gente lo calla)
Guía turística 2: Pero cuando tocaba su música, hacía que la gente se enamorara
de él. Salía en películas, tenía una guitarra increible, ¡podía volar! (le pone una capa
de superhéroe) y escribió las mejores canciones.
Miguel: (Interrumpe) Pero mi favorita es...

Sale la estatua y entra canción “Recuérdame interpretada por


Ernesto de la Cruz” Al finalizar la canción le cae una campana gigante.

Miguel: Vivió la clase de vida con la que uno sueña, hasta 1942 cuando lo aplastó
una campana gigante. Quiero ser igualito a él. A veces miro a De la Cruz y tengo la
sensación de que algo nos conecta, siento que él pudo tocar música, tal vez un día
yo también. Si no fuera por mi familia

Mientras dice este último texto van saliendo bailarines de escena, atrás vemos al
pueblo realizando acciones cotidianas. en el centro, Miguel con el Mariachi a quien
le bolea los zapatos.

Mariachi: ay ay ay muchacho sólo pedí un boleada no la historia de tu vida.


Miguel: Si, lo siento (continua boleando) es que cuando estoy en casa no puedo
decir nada de esto y ...
Mariachi: (interrumpe) Oye, si fuera tu yo enfrentaría a mi familia y diría ¡ey! soy un
músico les guste o no.
Miguel: (ríe) eso jamás lo diría, la verdad yo toco para mi solamente.
Mariachi: ¿De la Cruz se volvió el mejor músico del mundo por esconder su
talentazo? ¡No! Él salió directo a esa plaza y empezó a tocar. Ahí mira, mira (señala
a dos personas que están poniendo el letrero del concierto) se preparan para hoy el
concurso de música del día de muertos. ¿Quieres ser como tu héroe? ¡pues
inscríbete! Ahora que si te da miedo hacerlo entonces zapatero a tus zapatos. A ver
¿qué era lo que De la Cruz siempre decía?
Miguel: (Titubea) ¿Vive tu momento?
Mariachi: (dándole la guitarra) Muéstrame lo que haces muchacho. Tu público seré
yo.

Miguel la toma y antes de tocarla entra mamá Elena

Abuela: ¡Miguel!
Miguel: ¡Abuelita!
Abuela: ¿Qué estás haciendo aquí?

Antes de que Miguel responda Mamá Elena acompañado de tío y tía quienes cargan
canastas con flores. Mamá Elena se quita la chancla y amenaza con golpear a todos
se sorprenden y detienen la actividad que hacían.
Abuela: Mi nieto es un (tierna) lindo y dulce angelito, chiquito, cielito (molesta) sin
nada que ver con tu música, no lo vuelvas a molestar.

Sale corriendo Mariach, Mamá Elena se vuelve a poner la chancla.

Abuela: ¡Ay! Pobrecito, ¿estás bien mijo? (lo abraza) yo te advertí que no vinieras a
esta plaza (molesta) ahora ven a casa ¡ya!

Salen de escena Abuela y los tíos, antes de salir, Miguel recoge un volante del
concurso y se lo lleva. Sale detrás de su familia. Vuelven a entrar. Regañando a
Miguel.

Tío: Cuántas veces te lo hemos dicho,


Tía: Esa plaza está llena de mariachis

Sale Dante y empieza seguir a Miguel y a jalarle el cajón para bolear, mamá Elena
se molesta, lo corre y le avienta la chancla.

Abuela: ¡sácate! ¡Fuchi!


Miguel: Sólo es Dante
Abuela: Es un perro de la calle te va seguir por siempre, ahora tráeme mi chancla.

Entran los demás familiares

Abuela: (a los padres de Miguel) Encontré a su hijo en la plaza del mariachi.


Enrique: ¡Ay Miguel!
Luisa: Miguel ya sabes lo que Abuelita piensa sobre la plaza.
Miguel: Soló lustré unos zapatos.
Tío: De un músico de hecho.

Todos se sorprenden

Miguel: Pero la plaza es donde la gente camina


Enrique: Sí abuelita dice no más plaza se acabó la se acabó la plaza.
Miguel: Pero ¿tampoco esta noche?
Abuelo: ¿Qué hay esta noche?
Miguel: Bueno (nervioso) habrá un show de talentos así que pensé.
Luisa: ¿En inscribirte?
Miguel: Pues tal vez.
Tía: (Rie) Necesitas talento para ir a un show de talentos.
Tío: ¿Y qué es lo que harás tu? ¿Lustrar zapatos?

Ambos ríen

Abuela: Es día de muertos, todos se quedan aquí hoy. (Le da unas flores de
cempasúchil) Solo importa la familia. A la ofrenda ¡vámonos!

Se lo lleva al altar de muertos junto con Mamá Coco.


Abuela: No pongas esa cara, el día de muertos es la única noche del año en que
nuestros ancestros nos visitan, ponemos sus fotos en la ofrenda para que sus
espíritus crucen de vuelta. Eso es muy importante, si no las ponemos, ellos no
cruzaran. Preparamos esta comida y dejamos cosas que amaron en vida mijo, y
todo es para que la familia se reúna, (molesta) Así que no quiero que te salgas a no
se donde...

Mientras Mamá Elena habla, Miguel empieza a salir de escena sin que lo vea pero
lo descubre.

Abuela: ¿A dónde vas?


Miguel: Creí que ya era todo.
Abuela: Ay este muchacho (va por él y lo regresa al altar) ser parte de esta familia
apoyar siempre a esta familia, no quiero ver que termines igual que...
Miguel: (interrumpe) ¿El papá de mamá Coco?
Abuela: (Muy molesta) Nunca menciones a ese hombre, es mejor olvidarlo.
Miguel: Pero tu eres la que... (abuelita lo calla) Yo sólo te... (Lo vuelve a callar) yo...
(lo calla) es que... (lo calla)
Mamá Coco: ¿Papá? ¡Papá regresó al fin!
Abuela: Mamá cálmese, cálmese.
Mamá Coco: Papá ya vino.
Abuela: No mamá, aquí estoy, cálmese.
Mamá Coco: ¿Quién eres tú?
Abuela: (suspira) Descanse mamá. Soy un poco dura porque te quiero Miguel
¿Miguel? ¿Miguel? (suspira, a la foto de Mamá Imelda) Ya no se que hacer con este
muchacho. Tiene razón, eso es lo que necesita (sale).

Mientras Mamá Elena está con Mamá Coco Miguel aprovecha para escapar. Miguel
baja a sala dónde se encuentra con Dante.

Miguel: Ya no me voy a esconder Dante tengo que vivir mi momento, debo tocar en
la casa del mariachi aunque me cueste la vida.

Escena 2.

Entra abuelita y detrás de ella la familia, hay niños corriendo maquillados de catrinas
y pueblo haciendo labores de decoración.

Abuela: El día de muertos ya comienza.


Luisa: (trae una canasta en la mano con flores de cempasúchil, dos niños le ayudan
a tirar las flores) No, no, no, no tenemos que señalar el camino (les muestra como)
los pétalos guían a los ancestros a casa.

Mientras todo ocurre Miguel y Dante intentan escapar. Miguel esconde a Dante y la
guitarra debajo del altar. Entran Mamá Elena con Mamá Coco y sus padres.

Mamá Elena: ¿Miguel?


Miguel: (nervioso) nada, mamá, papá, yo...
Enrique: Miguel tu abuelita tuvo la más maravillosa idea, ya fue decidido, es tiempo
de que te nos unas en el taller.

Le coloca un mandil de cuero.

Miguel: ¿Qué?
Enrique: La boleada quedó atrás hijo, ¡fabricarás zapatos! A diario, después de la
escuela.
Abuela: ¡Uy! Nuestro Miquelititito continuará la tradición familiar. ¡Y en el día de
muertos! tus ancestros se sentirán orgullosos. Harás huaraches como tu tía Victoria
y puntas de ala como tu Papá Julio.
Miguel: Pero ¿si no puedo hacer zapatos como ustedes?
Luisa: Ay Miguel, tienes a tu familia para guiarte hijo.
Enrique: Tú eres un Rivera y ¿un Rivera es?
Miguel: (desanimado) Un zapatero hasta los huesos.
Enrique: ¡Ese es mi muchacho!
Lo abrazan, sale de escena la familia pero dejan ahí a Mamá Coco. Mientras ellos
salen Dante comienza a comer uno de los platos del altar, Miguel intenta detenerlo,
con el movimiento cae la foto de Mamá Imelda al piso, se quiebra, Miguel saca la
foto y descubre la guitarra de Ernesto de la Cruz en la foto.

Miguel: ¿La guitarra de... De la Cruz?


Mamá Coco: ¿Papá? papá
Miguel: Mamá Coco ¿tu papá es Ernesto De la Cruz?
Mamá Coco: (señala la foto) Papá, papá
Saca su guitarra de abajo del altar. Vuelven a entrar los padres.

Abuela: Mamá Coco en dónde te metes. No te encontrábamos.


Miguel: Papá, mamá es él, ¡se quien fue mi tatara abuelito!
Luisa: Miguel, de qué estás hablando.
Miguel: ¡El papá de Mamá Coco fue Ernesto De la Cruz!
Enrique: Hijo pero qué estás diciendo.
Miguel: ¡Voy a ser músico!

Entran todos los familiares escandalizados.

Abuela: (le arrebata la guitarra) ¿Quieres terminar cómo ese hombre, olvidado y
fuera de la ofrenda de su familia?
Miguel: Me da igual si me ponen en su absurda ofrenda

Todos se sorprenden, mamá Elena rompe la guitarra.

Miguel: ¡No!
Papá: ¡Mamá!
Abuela: Listo (se persigna) sin guitarra no hay música. (Miguel entristece y trata de
consolarlo) ya, te vas a sentir mejor después de cenar con tu familia.
Miguel: No quiero ser parte de esta familia (se va molesto)
Enrique: (trata de detenerlo) ¡Miguel, Miguel!

Escena. 3

Baja y corre por la sala, Dante lo sigue. Vuelve al escenario, hay cambio de
escenario ahora estamos en la plaza.

Miguel: (Acelerado, a mujer) Quiero tocar en la plaza. Igual que De la Cruz. ¿Tiene
lugar todavía?
Mujer: ¿Tienes un instrumento?
Miguel: No pero si me prestan una guitarra...
Mujer: Los músicos deben traer sus instrumentos. Tu busca una guitarra ¿si? y te
pongo en la lista.

Va con varios músicos que están por el lugar pero nadie le presta su guitarra.

- Lo siento muchacho
- ¡No!
- Ahora no niño

Miguel camina desconsolado hasta que se topa de nuevo con la estatua de De la


Cruz.y se le ocurre ir a sacar la guitarra de De la Cruz de la tumba. Baja corriendo
de nuevo en lo que el escenario cambia a la tumba de De la Cruz. Dante lo sigue, le
arroja un hueso para distraerlo. Entra a la tumba cauteloso. Se acerca hasta donde
está la guitarra original.
Miguel: (con miedo) Señor De la Cruz, por favor no te enojes, soy Miguel ¡tu tatara
nieto! Necesito tomar esto (toma la guitarra). Nuestra familia no comprende lo que
siento. Es que la música no les gusta pero yo sé que tú entenderías. Habías dicho
que obedeciera mi corazón y que viviera mi momento así que si no te molesta, ¡voy
a tocar en la plaza! como tu lo hacías.

Toca la guitarra, hay un efecto en el ambiente, se levantan las hojas de cempasúchil


y se ilumina. Se escuchan voces desde afuera y algunas personas iluminan la
tumba con lámparas.

- ¡La guitarra!
- ¡No está!
- ¡Alguien robó la guitarra de De la Cruz!
- A ver ¿quién está ahí?

Entran pero nadie ve a Miguel.

- Aquí no hay nadie.


- Vamos a buscar afuera.

Al descubrir que nadie lo ve Miguel sale corriendo asustado y comienza a toparse


con vivos incluidos sus padres quienes entran buscándolo. Cae al piso, cambio de
iluminación, en penumbras entra una mujer, al aclararse el escenario es una catrina.

Catrina: ¡Oh! Que horror. Ay pequeño ¿estás bien? Ven, dejame ayudarte.
Miguel: Gracias, yo... (Descubre su apariencia ambos gritan)

Miguel se va para atrás y poco a poco va descubriendo más muertos en el camino.


Todos lo ven raro, murmuran y lo rodean. Miguel escapa, se esconde y observa
cómo los muertos disfrutan de los manjares del altar. Entra Dante corriendo hacia
Miguel.

Miguel: Dante ¿tú si me ves?

Dante se va corriendo, Miguel lo sigue.

Miguel: Dante, no corras, ¿qué tienes? ¡Dante! (Choca con Papá Julio) Ay perdón
señor, lo lamento.

Entre los muertos entran los familiares de Miguel.

Papá Julio: ¿Miguel?


Tía Rosita: ¿Miguel?
Papá Julio: ¿Estás aquí?, ¿aquí, aquí? y ¿puedes vernos?
Tía Rosita: ¡Nuestro Miguelititito! (Corre a abrazarlo)
Miguel: Dime de dónde te conozco.
Tía Rosita: Somos tu familia mijo.
Miguel: ¿Tía Rosita?, ¿Papá Julio?.
Papá Julio: No creo que esté muerto del todo.
Tía Rosita: Y no está con vida del todo.
Papá Julio: Hay que decirle a mamá Imelda, ella lo resolverá.

Entre Tía Victoria acelerada.

Tía Victoria: ¡Oigan, oigan! Es mamá Imelda, no logró cruzar, se atoró en el otro
lado.
Miguel: ¿Tía Victoria?
Tía Victoria: ¡Ah! hola Miguel (asustada) ¿Miguel? no lo puedo creer, ¿qué está
pasando? Algo me dice que tienes que ver con todo esto.
Tía Rosita: Pero entonces mamá Imelda ya no vendrá aquí.
Papá Julio: Iremos por ella. ¡Vamonos!

Toma a Miguel del brazo y caminan hacia la entrada al mundo de los muertos.
Puede ser una puerta o un puente. Todos comienzan a pasar, incluido Dante, pero a
Miguel le da miedo entrar.

Papá Julio: Vamos Miguel, no te asustes.

Miguel atraviesa, no entiende dónde está, Dante le ladra para que venga detrás de
él.

Miguel: ¡Dante! Espera, quédate conmigo amigo, yo no sé en dónde...


Escena 4.

Llega al mundo de los muertos.

Miguel: (sorprendido) ¿No es un sueño verdad? Es verdad lo que dice mi familia,


ustedes siguen aquí.
Tía Victoria: ¿Creíste que no era así?
Miguel: Pues no sé, creí que era una de esas mentiras que los adultos les dicen a
los niños, como las vitaminas.
Tía Victoria: Miguel las vitaminas si son reales.
Miguel: Ahora pienso que tal vez si.

Entran los alebrijes.

Miguel: Esos son...


Papá Julio: Alebrijes reales, criaturas espirituales.
Tía Rosita: Guían a las almas en su viaje.
Papa Julio: Cuidado por dónde caminas, dejan caquitas por todas partes.

Llegan a la caseta de vigilancia. Se forman en la fila para entrar, hay varios muertos
con sus ofrendas en las manos.

Vigilante 1: Bienvenidos a la tierra de los muertos, por favor mantengan sus


ofrendas a la mano para el reingreso. ¿Algo que declarar?
Muerto: Pan y chocolate caliente, de mi familia.

Por otro lado en la salida vemos a varios muertos que están siendo registrados para
salir. Ahí está Héctor disfrazado de Frida Kahlo.

Vigilante 2: (A otros muertos) adelante, su hijo puso sus fotos en la ofrenda, pase,
su dentista ha puesto su foto.
Héctor: (fingiendo la voz) Si, si, soy yo Frida Kahlo ¿nos saltamos el escaneo?
aparezco en mil ofrendas, no quiero sobrecargar su sistema.

Miguel observa todo desde lejos, el vigilante 2 la escanea, suena la chicharra de


denegado.

Vigilante 2: (irónica) Ay que pena, creo que nadie puso tu foto Frida.

Héctor se quita el disfraz.

Héctor: Ok cuando dije que era Frida, justo ahora, yo... lo engañé. Y en verdad
siento mucho haberlo hecho.
Vigilante 2: Sin foto en una ofrenda, no cruzas al otro lado. ¡Seguridad!
Entra seguridad y lo sacan.

Tía Rosita: Ay no, yo no sé qué haría si nadie pusiera mi foto. Vamos mijo, ya nos
toca.
Vigilante 1: Bienvenidos amigos, ¿algo que declarar?
Papá Julio: Bueno ya que lo menciona (señala a Miguel)
Vigilante 1: (Asustado) ¡Seguridad!

Entran los guardias y se llevan a Miguel. Todos salen detrás de ellos. Cambio de
escenografía.

Escena 5.

Int. Oficina de aclaraciones. En un escritorio vemos a Mamá Imelda frente a una


secretaria levantando una queja.

Mamá Imelda: (Molesta) Exijo hablar con la persona a cargo.


Secretaria: (Con miedo) Perdón señora, aquí dice que nadie puso su foto.
Mamá Imelda: Mi familia siempre, siempre pone mi foto en la ofrenda, esa chatarra,
sólo dice mentiras.

Golpea la computadora con su zapato. Entran Miguel y su familia.

Papá Julio: (Temeroso) Mamá Imelda


Mamá Imelda: ¡Ay mi familia! No quieren dejarme cruzar el puente. Diganle a esta
mujer y a su horrible máquina que mi foto si está en la ofrenda.
Papá Julio: (Nervioso) Bueno es que nunca llegamos a la ofrenda, antes nos
encontramos a... (señala a Miguel)
Mamá Imelda: ¿Miguel?
Miguel: (saluda nervioso) Mamá Imelda.
Mamá Imelda: ¿Qué sucede aquí?

Mientras esto sucede la secretaria sigue buscando en la computadora.

Secretaria: Disculpen, ¿son la familia Rivera? Están hechizados.

Todos se sorprenden.

Miguel: ¿Qué?
Secretaria: El día de muertos es cuando se da algo a los muertos, no se les quita a
los muertos.
Miguel: Pero yo no robé esa guitarra.
Mamá Imelda: ¿Guitarra?
Miguel: Era de mi tatara abuelo, a él le hubiera hecho feliz dármela.
Mamá Imelda: Aquí nadie habla de ese... músico. Está muerto para la familia. Pero
nada de esto explica porqué yo no crucé esta vez.
Miguel: (Saca la foto de su bolsillo y la muestra) No se si sea por este pequeño
detalle.
Mamá Imelda: ¿Quitaste mi foto de la ofrenda?
Miguel: Fue un accidente.
Mamá Imelda: (a la secretaria) Y ¿cómo lo deshacemos?
Secretaria: Bueno, al ser una falta familiar, deshacer un hechizo familiar requiere
que tu familia te bendiga. Si tu familia te bendice lo demás volverá a ser normal,
pero hazlo antes del amanecer si no... desaparecerás.
Miguel: ¿Desaparecer? pero ¿cómo?
Papá Julio: ¡Híjole Miguel! Tu dedo.

Miguel se observa la mano y se da cuenta de que se está quedando en los huesos.

Secretaria: Pero no temas, tu familia está aquí te darán la bendición aquí y ahora
(toma una vela y se la da a Mamá Imelda) ahora mire al vivo y diga su nombre.
Mamá Imelda: Miguel
Secretaría: Justo así, ahora diga, te otorgo mi bendición (se enciende la vela) te
otorgo mi bendición para ir a casa poner mi foto en la ofrenda... ¡y no volver a tocar
música nunca!
Miguel: ¿Qué? eso no es justo, es mi vida, tu ya tuviste la tuya. (le quita la vela y
esta se apaga) Papá Julio dame tu bendición (ve a Mamá Imelda y da un paso para
atrás), ¿tía Rosita? (ve a Mamá Imelda y da un paso para atrás) ¿tía Victoria?
Mamá Imelda: No lo hagas más difícil mijo, regresas a mi manera o no regresas.
Miguel: ¿Por qué odias la música de ese modo?
Mamá Imelda: No voy a dejar que sigas la misma ruta que él.
Tía Victoria: Escucha a Mamá Imelda.
Papá Julio: Sólo quiere cuidarte muchacho.
Tía Rosita: Se razonable.
Miguel: (Saliendo) Con permiso, tengo que ir al baño un segundo, no tardo.

Todos se quedan pasmados.

Secretaria: Y si le decimos que no hay baños en la tierra de los muertos.


Mamá Imelda: Va escapar, ¡vamos! trás él.

Todos salen.

Escena 6.

Misma oficina. Héctor frente a un oficial.


Oficial: Perturbar la paz, escapar de un oficial, falsificar una uniceja.
Héctor: ¿Eso es ilegal?
Oficial: Muy ilegal, necesitas reformarte amigo.
Héctor: ¿Amigo? es lindo oírte decir eso porque he tenido un duro día de muertos y
necesito un amigo justo ahora y los amigos tratan bien a sus amigos. Escucha,
ayúdame a cruzar esta noche y yo voy a compensarte. Es más, ¿te gusta De la
Cruz? Los dos somos viejos amigos, te consigo boletos hasta al frente de su
concierto, te llevo al backstage, te lo presento, sólo déjame cruzar el puente.
Oficial: Debería encerrarte, pero ya va a terminar mi turno y quiero visitar a mi
familia viva. Te voy a dejar ir con una advertencia.

Le entrega un papel, Héctor lo toma y sale molesto de la oficina. Baja a sala en lo


que hay cambio de escenografía. Miguel y Dante lo siguen.

Miguel: ¡Oye! ¡Oye! ¿Tu conoces a De la Cruz? (Héctor se asusta al ver que está
vivo y antes de que pueda hablar Miguel lo calla) Si, estoy vivo y sólo puedo volver a
la tierra de los vivos si De la Cruz me bendice. ¡Él es mi tatara abuelo!
Héctor: Oye, oye oye, a ver ¿qué?, espera (se le ocurre algo) ¡Si! irás de vuelta a la
tierra de los vivos, yo te ayudo amigo y luego tu a mi, nos ayudamos el uno al otro,
pero más importante tu a mi. Soy Héctor.
Mamá Imelda: (A lo lejos) ¡Miguel!
Miguel: (Apurado) Mucho gusto.

Lo toma del brazo y ambos salen corriendo. Entra la familia muerta de Miguel.

Mamá Imelda: Ese niño hará que lo maten. Quiero a mi guía espiritual ¡Pepita!
(Silva, Pepita llega hasta donde está la familia) ¿quién trae la vela que Miguel tocó?
Papá Julio: Yo (se lo acerca a Pepita para que lo huela) lindo alebrije.

Pepita huele y sale de escena, toda la familia sale tras el alebrije.

Segundo Acto.

Escena 1.

Entran Miguel, Dante y Héctor. Miguel caracterizado de cadáver.

Héctor: Te lo dije, me quedó muy bien tu maquillaje, todo un cadáver. Escucha


Miguel, en este mundo los recuerdos mueven todo. Si te recuerdan muy bien
siempre ponen tu foto y te dejan cruzar y visitar a los vivos el día de muertos...
Aunque no a mi.
Miguel: ¿Tú no has cruzado jamás?
Héctor: Nadie jamás pone mi foto pero tu arreglaras eso (le entrega una foto de él
vivo).
Miguel: ¿Este eres tú?
Héctor: ¡Muy guapo eh!
Miguel: Entonces tu me llevas con mi tatara abuelo y yo pongo tu foto cuando
regrese.
Héctor: ¡Exacto mi amigo! ¡si, gran idea! Un detalle De la Cruz no es tan fácil de
contactar y tengo que cruzar ahora, esta noche. ¿No tendrás algún otro familiar aquí
cerca, alguien un poco más accesible?
Miguel: No, sólo De la Cruz.
Héctor: No te hagas el occiso chamaco.
Miguel: Si tu no me ayudas lo busco yo solo (le regresa la foto, le chifla a Dante e
intentan irse)
Héctor: (Los detiene) Ok, tú ganas, te llevaré con tu tatara muerto. No será fácil
niño, él es un hombre muy ocupado. Cada año tu tatara abuelo presenta un bobo
show que marca el fin del día de muertos.
Miguel: Tú puedes conseguir entradas de primera fila, eres su amigo ¿no?
Héctor: Eso no es del todo cierto. De verdad, lo lamento, pero tranquilo chamaco te
llevaré con él.
Miguel: ¿Y cómo?
Héctor: Yo sé exactamente dónde está ensayando.

Dante sale corriendo, ambos salen detrás de él.

Escena 2.

Mientras está la escena anterior en una parte del escenario se acomoda Frida de
espaldas. frente a sus pinturas. Entra Dante seguido de Miguel.

Miguel: ¡Dante espera!


Frida: ¿Quién te dejó entrar aquí?
Miguel: Sólo perseguía a mi...
Frida: ¡Oh Xoloitzcuintle! (acaricia a Dante) guía de los espíritus deambulantes.
Miguel: No creo que sea un guía espiritual señora.
Frida: Los alebrijes adquieren muchas formas, son poderosos al igual que
misteriosos (Dante hace una acción boba como morderse la pata trasera o perseguir
su cola) o tal vez sólo es un perro y ya. Pero tu (se acerca a Miguel) tienes el
espíritu de un artista.
Miguel: Gracias señora, y... hablando de artistas ¿usted sabe en dónde ensaya
Ernesto De la Cruz?
Frida: Ernesto no necesita ensayar, está ocupado ofreciendo su elegante fiesta en la
cima de su torre.

Entra Héctor.

Héctor: Chamaco, no te alejes de mí así, ya ven, no molestes a las celebridades.

Frida sale.

Miguel: Dijiste que mi tatara abuelo vendría aquí, está del otro lado en una super
fiesta.
Héctor: Ese flojo, si es su show por qué no esté ensayando.
Miguel: Si son tan grandes amigos entonces ¿por qué no te invitó?
Héctor: Él es tu tatarabuelo ¿a ti por qué no te invitó? mira, mira no importa.
Escuché que hay una competencia de música en la plaza y el ganador se presenta
en su fiesta.
Miguel: ¡Eso es! ¿dónde consigo una guitarra?
Héctor: Conozco a alguien ven, vamos.

Mientras se acomoda el escenario, bajan a sala.

Miguel: ¿A dónde vamos?


Héctor: Iremos a mi calle, la colonia de los casi olvidados. Somos los que no tienen
fotos, ni ofrendas, sin familia a la cual visitar. Vamos, ya casi llegamos.

Escena 3.

Regresan al escenario. Al subir está Chicharrón sentado en una mecedora con el


sombrero cubriendo su rostro y varias cobijas encima. Héctor le quita el sombrero
de la cara.

Héctor: Buenas noches Chicharrón.


Chicharrón: (molesto) Aleja tu cara insoportable Héctor.
Héctor: ¡Animate, es día de muertos!
Chicharrón: Largo de aquí.
Héctor: Lo haría amigo pero la cosa es que este pequeñín necesita que le prestes tu
guitarra.
Chicharrón: ¿Mi guitarra? Mi amada y preciosa guitarra.
Héctor: Prometo devolverla de inmediato.
Chicharrón: ¿Igual que prometiste devolver mi camioneta? ¿o mi mini bar? ¿o mis
servilletas? ¿mi lazo? ¿mi fémur?
Héctor: No, no igual que esas veces.
Chicharrón: (lo toma como si fuera a golpearlo) Quiero mi fémur tu... (se debilita)
Héctor: ¿Estás bien amigo?
Chicharrón: (quejándose) Desaparezco Héctor, ya lo puedo sentir. Aunque quisiera
no podría tocar otra vez esa cosa. Toca para mi ¿si?
Héctor: No, no, yo dejé eso hace mucho tiempo. La guitarra es para el niño.
Chicharrón: Si la quieres tienes que ganártela.
Héctor: ¡ay! Solo por ti amigo. ¿Cuál quieres oír?
Chicharrón: (Cada vez más débil) Conoces mi favorita Héctor.

Entra canción Juanita.

Chicharrón: (Sonríe) Esa canción mueve mis recuerdos. Gracias amigo.

Chicharrón desaparece.

Miguel: Oye, ¿qué le pasó?


Héctor: Ya fue olvidado. Si no queda nadie que te recuerde en el mundo de los vivos
desapareces de este mundo. Le dicen la muerte final.
Miguel: ¿Y dónde está ahora?
Héctor: Nadie lo sabe. En fin, nos pasa a todos al final. Ven De la Cruzcito tienes un
concurso que ganar.

Bajan de nuevo al público. Transición a la plaza.

Miguel: Dijiste que odiabas a los músicos, no dijiste que eras uno.
Héctor: Y cómo crees que conocí a tu tatarabuelo, tocábamos juntos, lo que sabe se
lo enseñé yo.
Miguel: No inventes, ¿tocabas con Ernesto De la Cruz, el mejor músico de todos los
tiempos?
Héctor: Ay por favor, no es tan bueno.
Miguel: No tienes idea de que hablas.

Escena 4.

Suben de nuevo al escenario, llegan a la plaza.

Héctor: (Lo empuja a escena) ¡Al escenario muchacho! Primero a relajar el cuerpo,
deja ir esos nervios (sacude su cuerpo) ¡sácalo!

Miguel trata de imitarlo.

Héctor: Ahora dame tu mejor grito.


Miguel: ¿Mi mejor grito?
Héctor: Ya sabes, grita fuerte y claro (Hace un grito)

Miguel lo intenta pero no le sale, Dante aulla.


Héctor: No me hagas esto. Oye mírame, es tu turno, lo lograrás. Atrapa su atención
y no la dejes ir (lo empuja al escenario).
Miguel: ¡Héctor!
Héctor: Lo harás bien chamaco. Enséñales. ¡Arre papá! ¡ey!

Miguel se acerca al micrófono con mucho temor, al ver al público da pasos para
atrás. Tarda en empezar.

Héctor: ¡Por qué no toca! ¡Qué le pasa!

Miguel respira hondo e intenta hacer un grito. Entra la canción “Un poco loco”.
Mientras está la canción por el público están Mamá Imelda y la familia de Miguel
buscándolo.

Mamá Imelda: Está cerca, búsquenlo.


Papá Julio: (Entre el público) Buscamos a un niño señor vivo señor.
Tía Victoria: Como de 12 años.
Tía Rosita: ¿Han visto a un niño vivo?

Termina la canción.

Héctor: ¡Hey! Lo lograste, estoy muy orgulloso. ¡Eso! ¡Arre! ¡Arre!

Mientras Héctor anima al público Miguel ve a su familia entre el público y jala a


Héctor para salir del escenario.

Héctor: ¡Hey! ¿Ahora qué haces?


Miguel: Hay que salir de aquí.
Héctor: ¡Qué! Estás loco, estamos a punto de ganar.

Antes de que salgan del escenario entra voz en off.

Voz en off: Su atención por favor este es un aviso de emergencia. Por favor ayuden
a encontrar a un niño vivo responde al nombre de Miguel. Hace algunas horas
escapó de su familia. Sólo quieren guiarlo de vuelta a la tierra de los vivos.
Héctor: Oye, oye, oye. Dijiste que De la Cruz era tu única familia. La única persona
que te podía regresar a casa.
Miguel: (Nervioso) Si tengo otra familia pero...
Héctor: Pudiste llevarte mi foto todo este tiempo.
Miguel: Pero odian la música. Necesito la bendición de un músico.
Héctor: (Molesto) Dijiste mentiras.
Miguel: Uy y tu nunca lo haces.
Héctor: Miguel mírame, me están olvidando. Ni siquiera sé si pasaré la noche. No
voy a perder mi oportunidad de cruzar porque tu quieres vivir una absurda “fantasía
musical”.
Miguel: No es absurda.
Héctor: (Lo toma del brazo a la fuerza) Te voy a entregar a tu familia.
Miguel: ¡Suéltame!
Héctor: Luego me lo agradecerás.
Miguel: No quieres ayudarme. Quieres salvarte a ti mismo. Toma tu fea foto (le
arroja su foto)
Héctor: ¡No, no, no!
Miguel: Alejate de mí.

Miguel baja al público y se va corriendo

Héctor: (Buscándolo entre el público) Chamaco, dónde estás, lo siento, regresa.


¡Espera!

Entre él público Dante intenta detener a Miguel.

Miguel: Dante déjame, no Dante ya basta, no quiere ayudarme. ¡Dante que no! ¡Ya
basta! ¡Déjame solo! No eres un guía espiritual, eres un simple pulgoso, ahora fuera
de aquí.

Dante se va triste.

Escena 5.

Entra Pepita con Mamá Imelda y detienen a Miguel.

Mamá Imelda: Ya déjate de tonterías Miguel, te voy a otorgar mi bendición y


volverás a casa.

Miguel huye, comienza una persecución entre el público.

Miguel: No quiero tu bendición.


Mamá Imelda: Miguel, ¡basta! ¡Regresa! ¡Miguel! Estoy tratando de salvarte la vida
Miguel: Arruinas mi vida.
Mamá Imelda: ¿Qué?
Miguel: La música es lo único que me hace feliz y tú quieres quitarme eso. Nunca
vas a entender.
Mamá Imelda: (Cantando) Y aunque la vida me cueste llorona, no dejaré de
quererte.
Miguel: (Deja de huir) Creí que odiabas la música.
Mamá Imelda: Yo la adoraba, jamás olvidé esa emoción. Cuando mi esposo tocaba.
Yo cantaba con él y el resto no era importante. Pero cuando nació Coco encontré
algo nuevo en mi vida con más importancia que la música. Yo quería echar raíces.
Él quería cantar para el mundo. Los dos hicimos sacrificios para alcanzar nuestros
deseos. Ahora tú debes decidir.
Miguel: Pero no quiero que me hagan elegir. ¿Por qué no me apoyas? Eso es lo que
hacen las familias, ¡apoyarse!, pero jamás lo harás (sale).

Miguel regresa al escenario donde ya está llegando la gente a la gran fiesta de


Ernesto De la Cruz. En la entrada un cadenero lo detiene.

Cadenero: Tu invitación
Miguel: ah mire descuide, soy el tataranieto de Ernesto (posa con su guitarra)
Cadenero: Largo de aquí muchacho.
Miguel: Pero...
Cadenero: Sin invitación no entras.

Como puede Miguel logra colarse entre los invitados. Al subir al escenario ya está
la fiesta de De la Cruz. Hay mucha gente, del otro lado del escenario vemos de
espaldas a De la Cruz. Miguel intenta pasar entre la gente pero es imposible.

Miguel: ¡Señor De la Cruz!

No logra llamar su atención entonces comienza a cantar. Entra canción “El mundo
es mi familia”. Al terminar la canción Miguel tropieza y cae, De la Cruz corre para
ayudarle a levantarse.

De la Cruz: ¿Te hiciste daño niño? (Al verlo a Miguel se le ha borrado el maquillaje
del rostro) ¡Eres tú! Tu eres el muchacho, el que proviene de la tierra de los vivos.
Miguel: Tu ¿ya sabías de mí?
De la Cruz: (Ríe) Pero si eres de lo que todo el mundo ha estado hablando. Pero ¿A
qué has venido aquí?
Miguel: Soy Miguel, (titubeante) soy tu... tu... tataranieto.
De la Cruz: ¿Yo? ¿tengo un tataranieto?
Miguel: Necesito tu bendición y así vuelvo a mi casa para ser músico igual que tu. El
resto de nuestra familia no quiere escuchar pero esperaba que tú sí.
De la Cruz: Mi muchacho, con el talento que tienes claro que te escucho.

Miguel corre a abrazarlo. Los invitados se enternecen y aplauden.

De la Cruz: ¡Oigan, tengo un tataranieto! (se abrazan)

Los invitados aplauden y comienzan a salir dejándolos sólos. Miguel se pone


pensativo.
Escena 6.

De la Cruz: (Notando a Miguel muy pensativo) Oye, ¿qué tienes? ¿es demasiado?
Te siento abrumado.
Miguel: No, todo esto es increíble.
De la Cruz: Pero...
Miguel: Es que he pasado mi vida admirandote, tú lograste alcanzar tu sueño. Pero
¿te arrepentiste de hacerlo?, ¿elegir la música en vez de lo que tenías?
De la Cruz: Si fue duro, tener que partir de mi hogar y salir sólo al mundo.
Miguel: Abandonando a tu familia.
De la Cruz: Si, pero... yo no lo cambiaría jamás. Es inutil negar a qué has venido al
mundo. Y tu, mi tataranieto, has venido a volverte un músico. Tu y yo somos artistas
Miguel. No somos de una sola familia, ¡el mundo es nuestra familia!.
Miguel: ¿Y a dónde fueron todos?
De la Cruz: Se han ido a prepararse para mi concierto. Miguel ¿qué opinas si vienes
al show? como mi invitado de honor.
Miguel: (Ilusionado) ¿De verdad?
De la Cruz: Por su puesto muchacho.

Miguel se ve las manos y se da cuenta de que ya se le ven los huesos. Recuerda


que se tiene que ir.

Miguel: (Triste) Ay no, tengo que ir a casa antes de que amanezca.


De la Cruz: Creo que tengo que regresarte (Toma una vela) lamento que tengas que
irte hijo. Espero que mueras muy pronto (Miguel se sorprende) Bueno, bueno, sabes
a lo que me refiero. Te voy a extrañar. Miguel, te otorgo mi bendición.

Héctor entra interrumpiendo vestido de Frida Kahlo.

Héctor: Teníamos un trato chamaco.


De la Cruz: ¡Oh Frida! Dijiste que ya no vendrías.
Héctor: Sólo así pude pasar a tu absurda fiesta (se quita el disfraz) Dijiste que
llevarías mi foto. Lo prometiste Miguel.
De la Cruz: ¿Conoces a este hombre?
Miguel: Nos conocimos hoy, dijo que te conocía.
De la Cruz: ¿Héctor?
Héctor: Miguel por favor, pon la foto en la ofrenda.
De la Cruz: (Les quita la foto y la observa) Mi amigo... te empiezan a olvidar.
Héctor: ¿Y de quién es la culpa? Eran mis canciones Ernesto. Mis canciones te
volvieron famoso. Si me están olvidando es porque tu jamás le dijiste a nadie que yo
las escribí.
Miguel: Estás loco. De la Cruz creó todas sus canciones.
Héctor: (a De la Cruz) ¿Le dices tu o le digo yo?
De la Cruz: Héctor no es que me quedara con el crédito hicimos un gran equipo
pero falleciste. Yo sólo canté tus canciones porque quería conservar una parte de ti
con vida.
Héctor: ¡Ay que generoso!
Miguel: Entonces si tocaban juntos.
Héctor: A ver, no quiero pelear por esto. Solo quiero que enmiendes las cosas.
Miguel al fin pondrá mi foto y yo podré cruzar. ¡Estaré con mi hija!. Ernesto ¿cómo
fue la noche que partí?
De la Cruz: Eso fue hace un largo tiempo.
Héctor: Brindé contigo y dijiste que moverías el cielo y la tierra por tu amigo. Bien.
Te pido que lo hagas ahora.
Miguel: ¿El cielo y la tierra? ¿igual que en la película?
Héctor: Yo me refiero a mi vida real Miguel.
Miguel: Lo dice Don Hidalgo, en la película de El camino a casa. Pero en la película
Don Hidalgo envenena al personaje que interpreta De la Cruz.
Héctor: Esa noche Ernesto, la noche en que partí llevabamos de gira muchos
meses. Añoraba mi hogar. Empaqué mis canciones, decidí volver a casa. Te
molestaste pero antes de salir dijiste. - Un brindis amigo, para despedirte - “amigo” -
Yo movería el cielo y la tierra por ti. Me acompañaste a la estación del tren, pero
sentí un dolor en el estómago. Pensé que había sido algo que comí. Pero en
realidad fue algo que bebí. Desperté y estaba aquí, muerto. Tu... me diste veneno...
y sólo para quedarte con mis canciones... tu... (se le deja ir con rabia) ¿Por qué lo
hiciste?.
De la Cruz: ¡Seguridad, seguridad!
Héctor: Me quitaste lo que más amaba. ¡Traidor! (entran los guardias y lo sacan)
Sólo quería volver a casa..
De la Cruz: Seguridad también llevense a este niño.

Los guardias entran por Miguel y se lo llevan.

Miguel: ¿Qué? Pero somos familia.


De la Cruz: Y Héctor era mi mejor amigo. El éxito no se obtiene fácil hijo. Hay que
estar dispuestos a hacer lo necesario hasta “vivir tu momento”. Sé que lo
entenderás.
Miguel: ¡No! ¡No! ¡Auxilio!

Obscuro.

Escena 7.

Miguel sólo en el centro del escenario. Sentado en el piso.


Miguel: ¡Auxilio! ¡Por favor! ¿Alguien me escucha? Sólo quiero ir a casa.

Escucha ruidos, entra Héctor cayéndose.

Miguel: ¿Héctor?, ¿Héctor eres tú? (corre a abrazarlo)Tenías razón, debí volver a
casa cuando pude. Debí volver con mi familia. Sólo intentaban protegerme. No
querían que fuera como De la Cruz. Pero no hice caso. Les dije que daba igual si se
olvidaban de mí, que ni siquiera quería estar en su absurda ofrenda. Les dije que no
los quería.

Héctor lo abraza y trata de consolarlo. De pronto Héctor se debilita y cae al piso.

Miguel: ¿Héctor estás bien?


Héctor: Ella está... olvidándome.
Miguel: ¿Quién?
Héctor: Mi hijita.
Miguel: Ella es la razón de que quieras cruzar el puente.
Héctor: Sólo quería verla otra vez. Hice mal en irme, quisiera decirle cuánto lo
siento. Quisiera decirle que su papá si trató de volver. Que él la amó y mucho... Mi
Coco.
Miguel: ¿Coco? (saca la foto de Mamá Imelda y se la muestra)
Héctor: ¿Qué? ¿de dónde sacaste esto?
Miguel: Es mi mamá Coco, Ella es mi mamá Imelda, el de aquí... ¿eres tú?
Héctor: Somos...
Ambos: ¿Familia? (Se observan y sonríen)
Héctor: Siempre soñé con verla otra vez. Que tal vez me extrañaría y pondría mi
foto en el altar. Pero nunca pasó. Sabes qué es lo peor. Si ya jamás veía a Coco en
el mundo de los vivos, creí que al menos un día la vería aquí... le daría un abrazo
gigante. Pero ella es la última persona que aún no me olvida. En el momento en el
que ella deje el mundo de los vivos...
Miguel: Tú desapareces... también de este... y ya no la verás nunca.
Héctor: Jamás, así es. De hecho le escribí una canción un día. La cantaba con ella
cada noche... Lo que daría por cantársela una vez más.
Miguel: Se quedó con tu guitarra y tus canciones. Es a ti a quien el mundo no debe
olvidar. No a De la Cruz.
Héctor: No escribí recuerdame para el mundo. La escribí para Coco. Soy un pésimo
intento de tatarabuelo.
Miguel: ¿Es un chiste? Hace un momento creí que tenía un asesino de pariente.
Contigo la cosa cambia. Toda mi vida siempre hubo algo que me hacía sentir
diferente a mi familia y no sabía de dónde venía. Pero ahora lo sé. ¡Es por ti!

Entran Dante, Pepita y toda la familia.


Mamá Imelda: ¡Miguel! Por fin te encontramos muchacho, en dónde te metes.
Miguel: ¡Familia! (corre a saludarlos a todos)
Héctor: ¡Imelda!
Mamá Imelda: (Seria) Héctor.
Miguel: ¡Dante, supiste que era mi papá Héctor todo el tiempo, eres un guía
espiritual!
Mamá Imelda: Mijo estaba angustiada, que gusto que te encontramos a tiempo. (A
Héctor) Y tú... Cuántas veces voy a tener que rechazarte, no quiero tener nada que
ver contigo. Ni en vida, ni en muerte. Yo pasé décadas protegiendo a mi familia de
tus errores. Y ahora pones a Miguel en peligro.
Miguel: Pero mamá Imelda, papá Héctor no ha dejado de protegerme y ayudarme
desde que llegué aquí. Sólo intentó ayudarme a volver a casa pero yo no supe
escucharlo y él tenía razón. Nada es más importante que la familia. Esta vez
aceptaré tu bendición y tus condiciones. Pero antes tengo que buscar a De la Cruz y
quitarle la foto de Héctor para que se encuentre con Coco allá. Héctor debe estar en
la ofrenda. Es parte de la familia.
Mamá Imelda: Abandonó a su familia.
Miguel: ¡No! Trató de volver contigo y con Coco pero De la Cruz lo envenenó.
Héctor: Es cierto Imelda.
Mamá Imelda: ¿Y qué si es verdad? Huyes y me dejas con una niña y de pronto
esperas que te perdone.
Héctor: Imelda yo... (Se debilita y cae al piso, Miguel lo ayuda a levantarse) No me
queda tanto tiempo, es Coco.
Mamá Imelda: Te está olvidando.
Miguel: Tú tal vez no lo perdones pero no hay que olvidarlo.
Mamá Imelda: Yo si quería olvidarte. Quería que Coco también te olvidara. Pero..
Héctor: Es culpa mía. No tuya. Perdóname... Imelda.
Mamá Imelda: Miguel si te ayudamos a buscar su foto ¿regresarás a casa? No más
música.
Miguel: La familia es primero.
Mamá Imelda: Yo... no te perdono... pero voy a ayudarte. ¡Vamos por De la Cruz!

Obscuro.
Escena 8.

Mamá Imelda: Chicos por acá encontré la entrada a camerinos.

Entra Mamá Imelda. Va viendo hacia atrás, del otro lado entra de la cruz y choca
con él.

De la Cruz: ¿No te conozco?

Mamá Imelda: (le da un cachetada) Esto es por matar al amor de mi vida.


De la Cruz: ¿Qué?

Entra Héctor.

Héctor: Ella se refiere a mi. ¿Soy el amor de tu vida?


Mamá Imelda: No lo sé, sigo furiosa contigo. (Le da otra cachetada a De la Cruz) Y
esto es por intentar acabar con mi nieto.

Entra Miguel.

Miguel: Ella se refiere a mi.


De la Cruz: ¿Tu eres pariente de Héctor?
Miguel: ¡La foto!

Entra toda la familia.

Mamá Imelda: ¡Atrapenlo!


De la Cruz: ¡Seguridad!

Todos salen corriendo. Entra mamá Imelda del otro lado con la foto en la mano.

Mamá Imelda: Miguel, la tengo.

Se enciende la luz especial en el escenario, comienzan a entrar los guardias y


Mamá Imelda comienza a cantar. Entra canción “La llorona”. En un momento
interviene De la Cruz pero al finalizar la canción logra escapar con la foto.

Obscuro.

Escena 9.

Mamá Imelda se encuentra con Héctor en el escenario y lo abraza.

Mamá Imelda: Olvidé cómo se sentía.


Héctor: Tu... aun lo tienes.

Entra Miguel y el resto de la familia. Miguel le entrega la vela a Mamá Imelda y ella
le da la foto de Héctor.
Mamá Imelda: Miguel te otorgo mi bendición (se enciende la vela) para ir a casa,
poner nuestras fotos y nunca más...
Miguel: (Triste) Nunca más volver a tocar música.
Mamá Imelda. Nunca más... olvides lo mucho que tu familia te ama.
Héctor: Irás a casa.
Entra De la Cruz e interrumpe. Se lleva a Miguel por el escenario.

De la Cruz: No irás a ningún lado.


Héctor: Ernesto espera (se debilita y cae al piso) deja que el muchacho vaya a casa.
De la Cruz: Trabajé muy duro Héctor. No puedo dejar que destruya todo.
Héctor: Es sólo un niño Ernesto.
De la Cruz: Es una amenaza. (Se enciende especial sobre De la Cruz) Crees que lo
dejaré regresar a la tierra de los vivos con tu foto y conservar tu memoria con vida.
No.
Miguel: ¡Eres un cobarde!
De la Cruz: Yo soy Ernesto De la Cruz, el mejor músico de todos los tiempos.
Miguel: Héctor es el verdadero músico. Tu eres el hombre que lo asesinó y robó sus
canciones.
De la Cruz: Yo soy un hombre dispuesto a hacer lo que sea para vivir mi momento.
No importa que sea.

Rompe la foto de Héctor. Comienzan a abuchearlo desde el público. Le arrojan


bolas de papel hasta que logran que salga de escena. Pepita se va detrás de él
amenazando con atacar. Todos festejan, Héctor cae al piso debilitado.

Miguel: Héctor la foto... Héctor resiste.


Héctor: Es muy tarde hijo... Coco... me está olvidando. Ya no queda mucho.
Miguel: No, no no te vayas.
Mamá Imelda: Miguel casi amanece ya. Debes ir a casa.
Miguel: Pero te prometí que pondría tu foto en la ofrenda, te prometí que verías a
Coco.
Héctor: Se acabó nuestro tiempo mijo. Sólo quería decirle cuánto la amé (mamá
Imelda acerca la vela) ten nuestra bendición Miguel.
Mamá Imelda: Sin condiciones.
Miguel: ¡No! ¡papá Héctor! ¡Espera! Lo prometo, no dejaré que Coco te olvide.

Obscuro.

Escena 10.

Al encenderse de nuevo la luz, en el escenario Miguel ha vuelto a casa, corre con la


guitarra de Héctor en la mano. Mamá Coco está en escena. Se acerca a ella.

Miguel: Mamá Coco, escuchame. Soy Miguel. Conocí a tu papá ¿tu papá? ¡papá!
por favor, si lo olvidas desaparecerá para siempre. Esta era su guitarra, él la tocaba
para ti. ¿Si? Aquí está (le muestra la foto de Mamá Imelda pero Coco no reacciona)
recuerda, tu papá, papá, mamá Coco mira, no lo vayas a olvidar.
Entra mamá Elena junto con toda la familia.

Abuela: Qué le haces a esta pobre mujer... tranquila mamá.


Enrique: ¿Y ahora qué te pasa?

Miguel llora y abraza a su papá.

Enrique: Creí que te perdía mijo.


Miguel: Perdóname papá.
Luisa: Estamos juntos ahora. Eso es lo que importa.
Miguel: Pero no estamos todos.
Abuela: Tranquila mamita, Miguel discúlpate con mamá Coco.
Miguel: Mamá Coco (toma la guitarra) tu papá quería que tuvieras esto.

Mamá Elena intenta detenerlo pero Enrique la detiene. Entra canción “Recuérdame”.
En la última parte mamá Coco canta con Miguel. Mamá Elena se limpia las lágrimas.

Mamá Coco: Elena, que tienes mija.


Abuelita: Nada mamá, no tengo nada.
Mamá Coco: Mi papá me cantaba esa canción.
Miguel: Él te amaba mamá Coco. Tu papá te amaba muchísimo.

Mamá Coco sonríe y saca de un cajón las cartas de Héctor y el pedazo que le falta
a la foto de mamá Imelda.

Mamá Coco: Conservé sus cartas y... (le entrega la foto a Miguel, Miguel completa
la fotografía) papá era músico cuando yo era una niña. Él y mamá cantaban las más
bellas canciones.

Miguel abraza a Mamá Coco. Obscuro.

Escena 11.

Ya ha pasado un año, Toda la familia pone el altar. Mamá Elena entra con la foto de
mamá Coco y la coloca en el altar. Se hace un silencio. Miguel abraza a mamá
Elena. Entra canción “Latido de mi corazón”. Se mezclan vivos y muertos en el
banquete y fiesta del Día de muertos.

Telón.

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