Sistema Empresarial
Sistema Empresarial
Sistema Empresarial
SISTEMA EMPRESARIAL
Emprendedores
La Empresa y su tipología
La Empresa Familiar
La Micro, Pequeña y Mediana Empresa
Áreas de Control y Técnicas de Control
Estudiante: Carné:
Enmanuel Alfaro Molina 200650239
Carlos Rene Pérez López 201245181
Ana María Hernández López 202043874
Dilan Ronaldo Carrillo Lopez 202144403
Ludwin Ernesto yaeggy Mijangos 202144532
Fecha de Entrega
29 de abril de 2024
Chiquimulilla, Santa Rosa
Introducción:
Finalmente, en un entorno empresarial cada vez más complejo y competitivo, las áreas de
control y las técnicas de control emergen como pilares fundamentales para garantizar la
eficiencia operativa y la sustentabilidad empresarial. Desde el control financiero hasta la
gestión de calidad, estas prácticas permiten a las empresas navegar por las turbulencias del
mercado y mantenerse en curso hacia el éxito empresarial a largo plazo.
EMPRENDEDORES: EMPRENDIMIENTO JUVENIL Y ESPIRITU
EMPRESARIAL
Un emprendedor es aquella persona que con una idea de negocio clara decide iniciar su
proceso de desarrollo e implementación de esa idea, teniendo como objetivo obtener una
retribución económica (utilidades) sobre ese negocio. Debe existir un interés en monetizar
esa inversión en tiempo, energía, recursos, conocimiento, etc., de lo contrario no es ser
emprendedor.
Desde mi experiencia, considero que la visión y la disciplina son características
imprescindibles en un emprendedor.
Ser emprendedor conlleva ser residente y adaptable, lo veo como una magia que permite
al emprendedor llegar a la otra gran etapa, la empresarialidad.
Saber escuchar y tener presente que la adaptabilidad es inevitable, puesto que raras veces
los planes marchen perfectos como se plasmó inicialmente y saber adaptarse, redefinirse y
ser resilientes constantemente.
EMPRENDIMIENTO EN GUATEMALA
Guatemala es uno de los países más emprendedores a nivel mundial, según un estudio
realizado por el monitor Global de Emprendimiento (GEM) de la Universidad Francisco
Marroquín de dicha nación centroamericana.
Un estudio revela que Guatemala ocupa la quinta posición en emprendimiento a nivel
mundial ya que es una de las naciones donde el mayor porcentaje de la población adulta
entre 18 a 64 años es dueña y administradora de un negocio recién creado no menos de 42
meses de estar funcionando. La investigación fue realizada durante el año 2020 por la
Universidad Francisco Marroquin, a través del Centro de Emprendimiento Kirzner,
tomando en cuenta la metodología estandarizada de la economía de 43 países participantes
alrededor del mundo.
En la actualidad más de 2.7 millones de guatemaltecos de una población de más de 18
millones de habitantes generan ingresos emprendiendo un negocio, aunque esto con bajo
presupuesto. "El guatemalteco va a iniciar su emprendimiento con un capital bastante bajo,
por lo mismo son emprendimientos bien básicos por necesidad, entonces estamos hablando
de 650 dólares para iniciar su emprendimiento en promedio y estamos hablando que no va a
generar más de dos empleos a lo largo de su trayectoria de su existencia”, afirmó Plubio
Monterroso, presidente de la Asociación de Emprendedores.
Pasan tantas cosas en la mente de cualquiera que quiera emprender. Pero somos diferentes,
no hay dos personas iguales por lo que las respuestas varían en función de las prioridades y
valores de cada uno.
Se dice que el espíritu empresarial es la capacidad, calidad o habilidad para concebir y
hacer realidad una oportunidad de negocio. Normalmente es necesario disponer de unas
cualidades personales, habilidades sociales y habilidades directivas. Veamos una definición
un poco más exacta: un espíritu empresarial es una manera de pensar, razonar y actuar
vinculada de suscitada por la búsqueda de oportunidades de negocio. El resultado es la
creación, mejora, realización y renovación de valor en el sentido más amplio del término,
es decir, no solo valor económico, sino también social. Y no solamente para los
propietarios sino también para todos los grupos de interés que hay vinculados. Atendiendo
a esta definición podemos concretar que se trata de una actitud en la cual se aprecia la
motivación y la capacidad de las personas para identificar, seguir y explorar una
oportunidad de negocio obteniendo algún producto o servicio que agrega valor a los ya
existentes.
Sin el espíritu empresarial puede ser difícil llevar adelante una empresa con éxito. El
motivo está a la vista, ese espíritu es el que te mantiene enfocado en progresar y
aprendiendo de tus errores en lugar de frustrarse. Si posees espíritu empresarial sabes muy
bien que cada error es una oportunidad para aprender y mejorar, y entiendes que eso es
parte de la diversión.
Por otro lado, el espíritu empresarial es muy beneficioso para la sociedad, veamos los
motivos:
1. Visionario, puede ver de manera realista como funcionaran las cosas a futuro y
adelantarse. Sabe que no basta con señas, sino que hay que hacer que las cosas
sucedan.
2. Especialista, similar al visionario, es bueno para razonar ante oportunidades. En este
caso, el emprendedor especialista se enfoca solo en un proyecto y, por ende, se
convierte en experto en la materia.
3. Inversionista, su enfoque esta en crecer a través de las inversiones. Entiende muy
bien cuando una oportunidad es buena o mala y se enfoca en hacer crecer su dinero
para sacar provecho de otras oportunidades.
4. Oportunistas, observador y analítico, cada paso que da está pensado
cuidadosamente.
5. Por necesidad, su motivación surge de la falta de opciones, se luce buscando
oportunidades donde pareciera que no las hay.
6. Intuitivo, se caracteriza por presentir cuando una oportunidad es buena y tomar el
riesgo. Su intuición pesa más que cualquier consejo y confía plenamente en su
corazonada.
7. Apasionado, su pasión es trabajar y suele hacerlo durante mucho tiempo sin
quejarse, cuando se siente motivado, su energía lo ayuda a contagiar y motivar a
otros.
8. Persuasivo, se lo considera líder nato ya que sabe cómo influir en los demás, es
bueno dirigiendo y motivando al equipo para llevar a cabo una acción.
9. Social, su enfoque esta en buscar soluciones innovadoras para enfrentar problemas
sociales
TIPOLOGIAS DE EMPRESAS
Existen diversas formas de clasificar las empresas, según el criterio que se emplee. A
continuación, te presento algunos de los más comunes:
Sector primario: Engloba las empresas que obtienen sus recursos directamente de la
naturaleza, como la agricultura, la ganadería, la pesca y la minería.
Sector secundario: Comprende las empresas que transforman las materias primas en
productos elaborados, como la industria manufacturera, la construcción y la artesanía.
Sector terciario: Incluye las empresas que prestan servicios, como el comercio, el turismo,
la educación, la salud y las finanzas.
Empresas privadas: Son aquellas cuyo capital pertenece a personas o entidades privadas.
Según el tamaño:
Microempresas: Son las más pequeñas, con un número reducido de empleados y una
facturación limitada.
Grandes empresas: Son las más grandes, con un gran número de empleados, una
facturación elevada y presencia en el mercado nacional o internacional.
Sociedades: Son propiedad de dos o más personas que aportan capital y comparten las
ganancias y las pérdidas. Existen diversos tipos de sociedades, como las sociedades
anónimas, las sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades comanditarias.
Cooperativas: Son propiedad de sus miembros, quienes también son sus trabajadores. Los
beneficios se reparten entre los miembros en función de su aportación.
Otras clasificaciones:
Según el objetivo: Empresas con fines de lucro y empresas sin fines de lucro.
Es importante tener en cuenta que una misma empresa puede pertenecer a varias categorías
a la vez. Por ejemplo, una empresa puede ser pequeña, privada, de sector terciario y local.
Sector primario:
Sector secundario:
Sector terciario:
salud.
Empresas privadas:
Empresas públicas:
Empresas mixtas:
Repsol: Empresa española del sector energético, con participación pública y privada.
Microempresas:
Empresa de software: Empresa que desarrolla y vende software, con una decena de
empleados.
Medianas empresas:
Fábrica de muebles: Empresa que fabrica y vende muebles, con varios cientos de
empleados.
Cadena de supermercados regional: Cadena con varias tiendas en una región del país.
Empresa constructora local: Empresa que construye viviendas y edificios en una ciudad o
región.
Grandes empresas:
Royal Dutch Shell: Empresa anglo-neerlandesa del sector petrolero, con presencia en
Empresas locales:
Peluquería canina: Negocio que ofrece servicios de peluquería para perros en un barrio.
Empresas nacionales:
Banco Nacional de Costa Rica: Banco estatal que ofrece servicios financieros en todo el
territorio costarricense.
Ferrocarriles del Estado (FFE): Empresa estatal uruguaya de transporte ferroviario que
opera en todo el país.
Empresas multinacionales:
Empresas individuales:
Conocimiento y comunicación
Las empresas familiares tienen sus propias maneras de hacer las cosas, tecnologías
especiales y un know-how particular que no poseen sus competidores. Estos conocimientos
suelen estar protegidos y mantenidos en secreto dentro de la empresa familiar, con el
motivo de que no sean imitados por sus competidores. Sin embargo, compartir
conocimientos entre los miembros es necesario para el éxito de la empresa familiar, pues
unas relaciones cordiales y prósperas en la familia son requisitos previos para el éxito y la
longevidad de la misma. Así, compartir conocimientos es una acción que se repite muy a
menudo en las empresas familiares, debido a que entre las características de las empresas
de dicha naturaleza están la confianza y la comunicación existente en su seno. En esta
cualidad aparece la importancia que poseen los hijos, que van adquiriendo los
conocimientos especiales que tiene el fundador; estos conocimientos los fueron adquiriendo
a través de los relatos del dueño de la empresa y seguramente les facilita su aplicación
cuando se incorporan a la organización. Por tanto, la comunicación es una fuente clave de
ventaja competitiva para las empresas familiares (Barroso, et al., 2013).
Flexibilidad en el trabajo, en el tiempo y en el dinero
Este es un factor más del compromiso de las empresas familiares, ya que si el trabajo lo
requiere, la familia emplea el tiempo necesario para llevarlo a cabo, sin percibir a cambio
bonificaciones ni horas extras. Esta flexibilidad también se aplica al dinero, ya que para las
familias empresarias el salario no es un ingreso fijo, puesto que éstos deciden cuánto
percibir para cubrir sus necesidades sin perjudicar a la empresa (Leach, 2002). En muchos
casos, la obtención del
LAS EMPRESAS FAMILIARES
dinero en la proporción adecuada queda postergada, dado que se hace necesario invertirlo
para seguir creciendo. E incluso existen familias muy prósperas que casi no disponen de
dinero porque su empresa jamás ha pagado dividendos, todas las ganancias se han
reinvertido en la organización. Esto último se configura como una ventaja competitiva para
las empresas familiares, ya que pueden adaptarse rápida y fácilmente a las situaciones
cambiantes del mercado.
Visión a largo plazo
La supervivencia de la empresa es un asunto importante para las familias ya que su
principal objetivo es construir un legado duradero para sus descendiente y que la empresa
continúe activa a través de las generaciones, lo cual sugiere que están potencialmente
abocadas a la maximización del valor a largo plazo (Kellermans, 2008). Las empresas
familiares, por lo general, tienen una clara visión de sus objetivos a largo plazo. Estos
planes estratégicos reducen los riesgos y permiten a la empresa mejorar más eficaz y
eficientemente los acontecimientos imprevistos. Este planteamiento es un requisito para la
supervivencia a largo plazo. Sin embargo, las empresas familiares no son tan buenas para
formalizar sus planes, a la hora de describirlos, analizar las conjeturas y comparar los
resultados con las previsiones, ya que no hacen planes organizados (VVAA, 2006).
Una cultura estable
Las empresas familiares se caracterizan por la estabilidad en diferentes áreas: la estructura
organizativa, el rendimiento y la cultura; en las que por lo general todos saben cómo se
deben hacer las cosas. Para Hall y Nordqvist (2008) la cultura de una empresa familiar
suele ser el resultado de los valores y normas del fundador que han echado raíces en la
familia y en su historia, lo que hace que estos valores y normas se manifiesten en forma de
pensamientos estables a través de los miembros de la familia; es decir, la cultura dentro del
entorno de trabajo de una empresa familiar está basada en la ética, las normas y los valores
presentes en una familia.
Sin embargo, una cultura muy estable puede ser un obstáculo para el cambio y la
adaptabilidad, ya que nadie piensa en el cambio ni se plantea hacer las cosas de otra manera
porque siempre se han hecho así y han ido bien, convirtiéndose en una cultura tradicional,
sin posibilidad de cambios y sin posibilidad de tener un comportamiento emprendedor. Por
contra, cuando hay un escenario que fomenta la creatividad, la flexibilidad y la
compatibilidad de valores, como el sacrificio y el trabajo, con otros nuevos como las
nuevas tecnologías, el tiempo libre, la familia y la alegría a través del buen humor, se
favorecen las relaciones familiares, la transferencia de conocimientos y por tanto el
rendimiento en la empresa (Aronoff y Ward, 1997).
Rapidez en la toma de decisiones
En las empresas familiares la toma de decisiones normalmente está centralizada y limitada
a un familiar o un grupo muy reducido de miembros de la familia. Habitualmente, si una
persona desea algo de la empresa debe ir y preguntárselo al dueño directamente. Sin
embargo, en las empresas no familiares, cuando las decisiones son importantes tienen que
pasar por varios niveles.
Por ejemplo, empieza con una resolución inicial en la junta directiva, después lo analizan
las comisiones ejecutivas, también están implicados los asesores financieros (legales y
contables) y la junta directiva es la que toma la decisión final; en algunas ocasiones
también se necesita la aprobación de los accionistas. En consecuencia, en este tipo de
empresas la toma de decisiones es más lenta en comparación con las respuestas del gerente
de las empresas familiares. Por tanto, la burocracia suele estar menos presente, permitiendo
que las decisiones se tomen con mayor rapidez.
La agricultura y la ganadería extremeñas en 2014
Solapamiento entre propietario y gerente
Según los estudios sobre costes de agencia, la coincidencia y sinergia entre las
responsabilidades de propietario y gerente permite que los negocios de propiedad familiar
posean costes administrativos más bajos o nulos debido a la menor compensación que
recibe el director general, los reducidos niveles de supervisión y la reducida inversión en
sistemas y controles financieros (Poza, 2005). Por tanto, este solapamiento puede generar
ventajas derivadas de la racionalización y de mecanismos de supervisión eficaces. Además,
la dualidad entre propiedad y gestión puede ser fuente de una ventaja competitiva para la
empresa puesto que, por un lado, la propiedad permite apostar por el largo plazo y, por el
lado de la gestión, ser más eficaz cuando estos dos factores actúan conjuntamente (Claver,
et al., 2004).
Confiabilidad y orgullo
Gracias al compromiso y a la cultura estable de las empresas familiares, sus estructuras
suelen ser sólidas y confiables, que a su vez son percibidas por el mercado, haciendo que
estas empresas sean más preferidas por los stakeholders. Además, este compromiso que
surge en las empresas familiares se suele transmitir en forma permanente a los clientes bajo
la forma de una atención más cordial y esmerada y un mejor servicio. En las empresas
familiares aparece el concepto de orgullo, que se vincula con la confiabilidad. Esto surge
porque las personas que manejan las empresas familiares se sienten muy orgullosas de su
empresa por haberlas establecido y construido; el resto del personal también suele mostrar
cierto grado de orgullo por el hecho de trabajar para una empresa familiar y estar
comprometidos con la familia. Este orgullo se traduce en un poderoso instrumento para el
marketing (Leach, 2002).
En suma, para explotar al máximo todas estas ventajas competitivas o fortalezas es
necesario que las empresas familiares sean capaces de sacar el máximo partido de todos
aquellos elementos en los que su situación les permite competir ventajosamente con las
empresas no familiares. Ello implica, entre otras, potenciar el sentido de responsabilidad
social de la empresa, vincular el buen nombre de la familia a la calidad empresarial,
introducir normas equitativas en el trato a los empleados no familiares, la adaptación a los
sistemas productivos y a un entorno empresarial cambiante, el diseño de planes estratégicos
a largo plazo y la conservación y transmisión hacia las futuras generaciones del espíritu
emprendedor e innovador (VVAA, 2006).
Debilidades
Del mismo modo que las empresas familiares tienen una serie de ventajas, también son
propensas a soportar desventajas graves y endémicas que, aunque no todas son propias de
las empresas familiares, son particularmente vulnerables a estas deficiencias. Estos
inconvenientes, entendidos también como debilidades de las empresas familiares, podemos
enumerarlos a continuación:
Rigidez
Una de las más importantes desventajas que posee las empresas familiares es su forma
rígida para abordar los permanentes cambios que se vienen dando en el mundo. En este tipo
de empresas normalmente se hacen las mismas cosas, de la misma manera y durante mucho
tiempo, siendo resistentes al cambio porque siempre les ha ido bien tal y como lo hacen.
Los patrones de conducta son arraigados a la familia, que están limitados por la tradición y
por tanto están menos dispuestos para el cambio (Claver, et al., 2008).
LAS EMPRESAS FAMILIARES
Para disminuir esta rigidez es importante no restringir el pensamiento estratégico
exclusivamente al equipo de alta dirección, ya que es necesario que participen todos los
miembros que componen la organización y las nuevas generaciones añadan nuevo
conocimiento y ofrezcan nuevas oportunidades a la empresa (Chirico, 2008). Por tanto, a
los miembros de la organización se les debería permitir hacer sugerencias y tomar
iniciativas por su cuenta. Para ello se requieren en la empresa ciertas características
estructurales y actitudinales, que serán responsabilidad del director de la empresa (Aronoff
y Ward, 1997).
Sucesión
El paso de una generación a otra en una familia empresaria, implicando el cambio de
liderazgo, es un proceso complejo y duradero que normalmente se atraviesa con muchas
dificultades y con problemas emocionales, tanto por parte del personal como de la familia.
En este traspaso de una generación a otra se pone en juego la continuidad de la empresa
familiar. Por ello, una de las principales causas de la muerte de las empresas familiares está
relacionada con los cambios generacionales, puesto que se estima que solo el 30% de las
empresas familiares sobreviven en el paso de la primera a la segunda generación; y de
éstas, únicamente el 15% continúan activas en la tercera generación (Gallo, 1998). La
sucesión se trata además de una verdadera transformación en la cual la nueva generación
tiene que reconstruir la organización de acuerdo a sus pautas y nuevas ideas acerca de cómo
se debe manejar una organización. Así, el futuro de la empresa depende del éxito de la
negociación durante el proceso de sucesión.
Para Gallo y Amat (2003) la solución a este inconveniente tiene que basarse en una
adecuada estructuración, analizando las diversas partes que la componen, las relaciones
entre ellas, los principales problemas que se presentan y los periodos de tiempo más
adecuados para acometerlos e intentar su solución. De ahí que sea fundamental la
elaboración de un protocolo familiar,
que contemple cualquier situación de cambio de poder y de liderazgo y cualquier
contingencia familiar que pudiera afectar a la empresa, para evitar así problemas a medio y
largo plazo en un proceso de cambio. La firma de un protocolo permitiría, por tanto,
fortalecer y desarrollar a la empresa en la próxima generación.
Conflictos emocionales
En las empresas familiares suelen surgir más conflictos que en las no familiares debido al
solapamiento entre familia, dirección y propiedad. Los problemas emocionales producen
una desventaja para la actividad productiva de la organización, ya que el sistema familiar se
rige por las emociones y el empresarial está basado en la racionalidad. En el ámbito
familiar prevalecen la protección y la lealtad, mientras que en el ámbito empresarial rigen
el rendimiento y los resultados. La fusión de estos ámbitos puede enfrentar serias
dificultades debido a que están basados en objetivos diferentes. En algunas empresas
familiares los intereses familiares son más importantes que los intereses empresariales.
Además, cuando surgen conflictos entre miembros de una familia, muy pocas veces se
puede evitar que estos conflictos transciendan al ámbito empresarial. Igualmente, los
conflictos de la empresa pueden recaer sobre la atmósfera de la familia. Del mismo modo,
los gerentes familiares a menudo tienen dificultades para separar sus relaciones
profesionales de sus relaciones familiares. Además, la rivalidad entre los descendientes, por
ejemplo, es uno de los conflictos más comunes en una familia y no debe subestimarse.
Para subsanar los conflictos que surgen de la superposición de los sistemas empresa y
familia es conveniente desarrollar estrategias que ayuden a reconocer y analizar los
problemas familiares y empresariales, para luego enfrentarlos de una manera directa a fin
de asegurar el corrrecto equilibrio entre los componentes del sistema (Leach, 2002). El
correcto equilibrio permite manejar adecuadamente la empresa sin alterar la armonía
familiar. La agricultura y la ganadería extremeñas en 2014
Confusión del patrimonio de la empresa y de la familia
El solapamiento entre propiedad y gestión, como hemos señalado anteriormente, supone
una ventaja para la empresa familiar; sin embargo, uno de los grandes retos a los que se
enfrentan estas empresas es determinar la relación entre ambos subsistemas, debiendo
establecerse claramente los límites entre la compañía y la familia. De esta manera, la
confluencia de los tres subsistemas nos conduce a uno de los principales problemas que se
asocia a estos casos, como es la confusión del patrimonio, es decir, la consideración de la
empresa como la bolsa de dinero de la familia, de forma que las cuentas de la compañía no
se llevan con claridad y tienden a confundirse ambos bolsillos, el de la empresa y el de la
familia. Como consecuencia de ello, en estas situaciones suele existir un excesivo
secretismo sobre los problemas financieros que puedan surgir afectando así al normal
desarrollo de la organización para no descubrir los resultados (Donnelley, 1964).
Con respecto a este problema de confusión de patrimonios, Leach (2002) sugiere dos
posibles soluciones:
• Separar completamente la vida familiar de los temas laborales, para lo cual puede existir
una gran dificultad por la importancia de los vínculos afectivos dentro y fuera del mundo
empresarial.
• Desarrollar estrategias que ayuden a reconocer y analizar los problemas familiares y
empresariales, para luego enfrentarlos con el fin de llegar a un equilibrio entre ambos
subsistemas, equilibrio que se consigue cuando se maneja adecuadamente la empresa sin
alterar la armonía familiar. Para lograr este objetivo se debería profesionalizar la gestión de
la empresa (que comprende la planificación, organización, dotación de personal, dirección
y control), distribuir cuidadosamente el poder y los recursos, adoptar medidas preventivas y
manejar eficazmente las transacciones. Además se recomienda profesionalizar la empresa
con la “entrada de nuevos directivos” en la compañía, con la particularidad de que estas
personas sean ajenas a la familia y se hagan cargo de algunos asuntos del negocio, además
de adoptar las medidas preventivas oportunas, tratando de llevar a buen término la sucesión
con el paso de las distintas generaciones por la empresa familiar.
Conjuntamente, Claver, et al., (2004) destacan como posibles soluciones a la confusión
patrimonial, entre otras, la educación y formación a los miembros familiares que consiga no
sólo mejorar aptitudes, sino cambiar actitudes. También destacan la organización a través
de sociedades desterrando la figura del empresario individual; o evitar que el patrimonio
familiar esté excesivamente concentrado en la empresa familiar, con el fin de limitar en lo
posible que surjan conflictos en cuanto a la confusión de patrimonios y, por último, la
elaboración y el uso del protocolo familiar. Estas soluciones se pueden ver reforzadas si la
empresa dispone de órganos de gobierno que contribuyan a la mejora de la relación familiar
y empresarial, para ello es importante que estas empresas acuerden y definan el papel que
deben representar el Consejo de Administración y el Consejo de Familia.
Todas estas soluciones tratarán de mejorar en lo posible las situaciones que se planteen
cuando no se da una independencia de los distintos patrimonios.
LAS EMPRESAS FAMILIARES
Problemas de financiación
Las empresas familiares son más vulnerables a los problemas de auto-control, por ello, la
autofinanciación es su fuente principal de capitales, manteniendo ratios de endeudamiento
poco elevados. Esa renuencia de las empresas familiares a la financiación ajena, refleja su
reticencia a incorporar en la empresa a agentes externos que puedan participar en la gestión
de la misma y les hagan perder el control sobre su propia organización. De este modo, su
primera opción de financiación es la autofinanciación, seguida por la financiación de una
institución financiera y en último lugar, recurren a fuentes externas de capital, permitiendo
la entrada de nuevos inversores en la empresa. Esta limitación a la autofinanciación supone
una traba o un freno para aprovechar oportunidades de crecimiento e internacionalización
de la empresa.
Las decisiones de financiación de una empresa familiar tienen que tratar de buscar un
equilibrio entre el control de la empresa por la familia y la posibilidad de aprovechar las
oportunidades de crecimiento existente (López-Gracia y Sánchez-Andújar, 2007).
Liderazgo y legitimidad
En una empresa familiar es particularmente serio el hecho de que nadie dentro de la misma
esté facultado para hacerse cargo del liderazgo cuando se pasa de una generación a otra.
En este caso, no se debe caer en la tentación de pensar que un sucesor, por el mero hecho
de pertenecer a la familia, tiene suficientes capacidades para acometer las futuras
responsabilidades (Leach, 2002). Podríamos hablar por tanto del altruismo, ya que una
lealtad demasiado fuerte hacia la familia puede suponer una debilidad del negocio. Así, el
altruismo paternalista puede llevar a ineficacias de gobierno (Lubatkin, et al., 2007) cuando
los padres colocan los intereses de sus hijos por encima de los de la empresa. Entre las
consecuencias negativas del altruismo podemos señalar la contratación de familiares
atendiendo solo a su vinculación con la familia, y no por sus cualificaciones y
capacitaciones profesionales, o el menor grado de exigencia a los empleados familiares.
En estos casos, cuando la empresa no tenga sucesores adecuados para dirigir el negocio, se
hace necesario profesionalizar la empresa familiar, es decir, contratar a directivos
profesionales no familiares; no obstante, para que estos directivos trabajen correctamente,
el director general o gerente debe tener una visión objetiva con todos los empleados, tanto
familiares como no familiares.
En suma, cualquiera de estas debilidades podría solucionarse a través de un protocolo
familiar bien desarrollado y estructurado, donde se contemple todas estas debilidades y las
posibles vías para solventar cada una de ellas.
¿QUÉ ES UNA MICRO, PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA?
El número de empleados, las ventas anuales y sus activos marcan la diferencia. Aquí se lo
explicamos.
Actualizado el 2 de agosto, 2023
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), correspondientes al 2022,
arrojan que hay menos de 4.500 empresas grandes activas en el Ecuador, mientras que las
micro (810.700), pequeñas (38.300) y medianas empresas (10.300) constituyen la
abrumadora mayoría. Pero ¿cómo reconocer entre un grupo y otro? ¿Con qué parámetros se
los clasifica?
La Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros del Ecuador acogió, mediante
resolución, la clasificación oficial de las pequeñas y medianas empresas –conocidas como
pymes– de acuerdo con la normativa implantada por la Comunidad Andina de Naciones
(CAN) en su Resolución 1260:
4. Acción correctiva.
Es la cuarta y última etapa del control que busca corregir el desempeño para adecuarlo al
estándar esperado. La acción correctiva es siempre una medida de corrección y adecuación
de algún desvío o variación con relación al estándar esperado.
Proceso básico de control en la empresa
El proceso de control administrativo
Es un esfuerzo sistemático para establecer normas de desempeño con objetivos de
planificación, para diseñar sistemas de información, para comparar los resultados reales con
las normas previamente establecidas, para determinar si existen desviaciones y para medir
su importancia, así como para tomar aquellas medidas que se necesiten con el fin de
garantizar que todos los recursos de la empresa se usen de la manera más eficaz y eficiente
posible para alcanzar los objetivos de la empresa.
Se implementa a través de cuatro pasos:
1. Establecer normas y métodos para medir el rendimiento
Representa un plano ideal, las metas y los objetivos que se han establecido en el proceso de
planificación están definidos en términos claros y mensurables, que incluyen fechas límites
específicas.
Esto es importante por los siguientes motivos:
• En primer lugar; las metas definidas en forma vaga, por ejemplo, “mejorar las
habilidades de los empleados», son solo palabras huecas, mientras los gerentes no
comiencen a especificar qué quieren decir con mejorar, qué pretenden hacer para alcanzar
esas metas y cuándo.
• Segundo; las metas enunciadas con exactitud, como por ejemplo “mejorar las
habilidades de los empleados realizando seminarios semanales en nuestras instalaciones,
durante los meses de febrero y marzo”; se pueden medir mejor, en cuanto a exactitud y
utilidad, que las palabras huecas.
• Y por último; los objetivos mensurables, enunciados con exactitud, se pueden
comunicar con facilidad y traducir a normas y métodos que se pueden usar para medir los
resultados. Esta facilidad para comunicar metas y objetivos enunciados con exactitud
resulta de suma importancia para el control, pues algunas personas suelen llenar los roles de
la planificación, mientras que a otras se les asignan los roles de control.
En las industrias de servicios, las normas y medidas podrían incluir el tiempo que los
clientes tienen que estar en las filas de un banco, el tiempo que tienen que esperar antes de
que les contesten el teléfono o la cantidad de clientes nuevos que ha atraído una campaña
de publicidad renovada. En una empresa industrial, las normas y medidas podrían incluir
las metas de ventas y producción, las metas de asistencia al trabajo, los productos de
desecho producidos y reciclados y los registros de seguridad.
2. Medir los resultados
En muchos sentidos este es el paso más fácil del proceso de control; las dificultades,
presuntamente se han superado con los dos primeros pasos. Ahora, es cuestión de comparar
los resultados medidos con las metas o criterios previamente establecidos. Si los resultados
corresponden a las normas, los gerentes pueden suponer “que todo está bajo control”.
3. Tomar medidas correctivas
Este paso es necesario si los resultados no cumplen con los niveles establecidos
(estándares) y si el análisis indica que se deben tomar medidas. Las medidas correctivas
pueden involucrar un cambio en una o varias actividades de las operaciones de la
organización. Por ejemplo; el dueño director de una franquicia podría ver que necesita más
empleados en el mostrador para alcanzar la norma de espera de cinco minutos por clientes
establecidos por McDonald’s. Por su parte, los controles pueden revelar normas
inadecuadas. Dependiendo de las circunstancias, las medidas correctivas podrían involucrar
un cambio en las normas originales, en lugar de un cambio en la actividad.
El control es un proceso dinámico. Si los gerentes no vigilan el proceso de control hasta su
conclusión, únicamente estarán vigilando la actuación, en lugar de estar ejerciendo el
control. La importancia siempre debe radicar en encontrar maneras constructivas que
permitan que los resultados cumplan con los parámetros y no tan solo en identificar
fracasos pasados.
4. Retroalimentación
Es básica en el proceso de control en la empresa, ya que, a través de la retroalimentación, la
información obtenida se ajusta al sistema administrativo al correr del tiempo.
Siempre será necesario dar a conocer los resultados de la medición a ciertos miembros de la
organización para solucionar las causas de las desviaciones. Se les pueden proporcionar los
resultados tanto a los individuos cuyas actuaciones son medidas, como a sus jefes, o a otros
gerentes de nivel superior y los miembros del staff. Cada decisión tendrá sus ventajas e
inconvenientes y dependerá del tipo de problema que se desee afrontar. En todo caso, la
información debe darse de la forma más objetiva posible. Pierde eficacia cuando se
incluyen en ellas sentimientos, suposiciones personales, críticas, interpretaciones, juicios,
etc. Parece que cuando muchas personas intervienen en la comunicación de los resultados,
incluidos el personal de staff o los supervisores y es difícil ser neutrales, aumenta el riesgo
de que surjan el conflicto y actitudes defensivas en los empleados que están siendo
controlados.
De la calidad de la información dependerá el grado con el que se retroalimente el sistema.
Conclusión: