Vicios de La Voluntad

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ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

VICIOS DE VOLUNTAD

AUTORES:

MINAYA ALVITES FARIT

SANCHEZ LAZARO JEIDY

LOPEZ GUERRERO MIQUELE

PEREDA HENOSTROZA KATTYA

CACERES HUAYTA EDGARD

ESPINOZA VARGAS SILVIA

DOCENTE:

CARLOS MARCELO MAUTINO CÁCERES

CURSO:

ACTO JURIDICO

CICLO:

III

HUARAZ – ANCASH

2024

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INDICE

INTRODUCCIÓN 3

CAPÍTULO I. VICIOS DE LA VOLUNTAD 4

1.1. CONCEPTO 4

CAPÍTULO II. ERROR 5

2.1. CONCEPTO 5

2.2. CLASES DE ERROR 5

2.3. REQUISITOS DEL ERROR 6

CAPÍTULO III. DOLO 6

3.1. CONCEPTO 6

3.2. CLASES DE DOLO 7

CAPÍTULO IV. VIOLENCIA O INTIMIDACIÓN 8

4.1. CONCEPTO 8

4.2. CALIFICACIÓN DE LA VIOLENCIA Y LA INTIMIDACIÓN 9

4.3. EL TEMOR REFEVENCIAL 10

CONCLUSIONES 11

REFERENCIAS 12

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INTRODUCCIÓN

Los vicios de la voluntad en el acto jurídico son situaciones que pueden afectar la validez y

eficacia de un contrato o acuerdo. Estos vicios, como el error, el dolo, la violencia y la

intimidación, pueden comprometer la libertad y la autonomía de las partes al momento de tomar

decisiones y celebrar un acto jurídico.

La presencia de estos vicios puede conducir a la anulación del acto jurídico, ya que impiden que

las partes actúen de manera consciente, libre y con pleno conocimiento de lo que están acordando.

Es importante tener en cuenta que, a pesar de la existencia de estos vicios, el acto jurídico sigue

siendo provisionalmente eficaz hasta que se declare su anulación de forma judicial.

En este contexto, es fundamental entender cómo los vicios de la voluntad afectan la formación de

la voluntad de las partes, así como las diferentes teorías que han surgido en relación con la

interpretación de estos vicios. La jurisprudencia y la evolución histórica del derecho han

contribuido a establecer lineamientos claros sobre cómo abordar y resolver situaciones en las que

los vicios de la voluntad están presentes en un acto jurídico.

En este sentido, conocer y comprender los vicios de la voluntad en el acto jurídico es esencial

para garantizar la validez y la justicia en las relaciones contractuales, así como para proteger los

derechos y la voluntad real de las partes involucradas en un acuerdo.

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CAPÍTULO I

VICIOS DE LA VOLUNTAD

1.1. CONCEPTO:

Los vicios de la voluntad, en un sentido más amplio, se refieren a las interferencias o alteraciones

que afectan la capacidad de una persona para tomar decisiones de forma libre y consciente en

cualquier tipo de situación, no solo en el ámbito jurídico. Estos vicios pueden manifestarse en

diversas circunstancias de la vida cotidiana y pueden comprometer la toma de decisiones, la

autonomía y la libertad de las personas.

Además de los vicios de la voluntad en el contexto legal, como el error, el dolo, la violencia y la

lesión en la formación de contratos, en un sentido más general también se pueden considerar como

vicios de la voluntad situaciones como la manipulación emocional, la presión social, la falta de

información adecuada, la influencia indebida de terceros, entre otros.

En este sentido más amplio, los vicios de la voluntad pueden afectar las decisiones y acciones de

las personas en diferentes aspectos de su vida, ya sea en relaciones interpersonales, en el ámbito

laboral, en la toma de decisiones financieras o incluso en situaciones cotidianas. Es importante

reconocer y estar alerta a los vicios de la voluntad en cualquier contexto, ya que pueden

comprometer la autenticidad, la integridad y la libertad de las decisiones que tomamos.

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CAPÍTULO II

ERROR

2.1. CONCEPTO:

El error en los vicios de la voluntad en el acto jurídico se refiere a una situación en la que una de

las partes que participa en la celebración de un contrato o acuerdo jurídico se equivoca sobre un

hecho o circunstancia relevante que incide en su decisión de contratar. Este error puede ser de

hecho, cuando se comete un error sobre un aspecto concreto de la realidad, o de derecho, cuando

hay una interpretación equivocada de la normativa legal aplicable. El error en la voluntad puede

llevar a la nulidad o modificación del contrato, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos

legales para su consideración.

2.2. CLASES DE ERROR:

El término “error en la voluntad” se refiere a una de las formas en que puede manifestarse el error

en el ámbito contractual y se puede dividir en dos categorías: el error vicio y el error obstativo

(también conocido como error en la declaración):

- Error Vicio (Error en la Voluntad): Este tipo de error ocurre cuando una de las partes que

intervienen en la celebración de un contrato se equivoca sobre un hecho o circunstancia

fundamental que incide directamente en su voluntad de contratar. Este error afecta la

manifestación de la voluntad y puede llevar a la invalidez del contrato. Por ejemplo, si

una persona cree firmar un contrato de compraventa de un coche y, en realidad, está

firmando un contrato de arrendamiento, se estaría frente a un error vicio.

- Error en la Declaración (Error Obstativo): En cambio, el error en la declaración u error

obstativo se refiere a un error que recae sobre la manifestación o expresión de la voluntad

de una de las partes al momento de contratar. Es decir, la parte se equivoca al expresar su

consentimiento debido a un error en la redacción del contrato, en la transcripción de

términos, etc. Este error afecta la externación de la voluntad, pero no la voluntad interna

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de la parte. Por ejemplo, si al firmar un contrato se comete un error tipográfico en el

precio, pero la voluntad real era otra, se estaría frente a un error en la declaración.

Ambos tipos de error pueden afectar la formación de un contrato y, en función de su relevancia y

cumplimiento de ciertos requisitos, pueden llevar a la anulación o modificación del acuerdo

jurídico.

2.3. REQUISITOS DEL ERROR:

En el sistema legal peruano, los requisitos del error como un vicio de la voluntad en los actos

jurídicos están establecidos en el Código Civil. Según el artículo 202 del Código Civil del Perú,

los elementos necesarios para que el error pueda ser considerado como vicio de la voluntad en un

acto jurídico son los siguientes:

- Sobre el objeto o las circunstancias del acto: El error debe recaer sobre el objeto o sobre

algunas de las circunstancias que hayan sido esencialmente determinantes para que una

de las partes haya consentido en el acto.

- Excusable: El error debe ser excusable, es decir, la parte que lo comete no debió conocer

el error o no tuvo la oportunidad de conocerlo.

- Determinante: El error debe ser determinante, es decir, que sin tal error, la parte que lo

sufre no habría celebrado el acto.

CAPÍTULO III

DOLO

3.1. CONCEPTO:

El dolo de los vicios de la voluntad en el acto jurídico consiste en la manipulación

malintencionada o engañosa de una de las partes con el objetivo de persuadir a la otra parte para

que llegue a firmar un contrato que es peor para ella, que es contrario a sus intereses. El dolo

puede consistir en la omisión de datos esenciales, la falta de veracidad en la información ofrecida,

la manipulación de la voluntad de la otra parte, entre otras actuaciones fraudulentas.

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El dolo de los vicios de la voluntad en el acto jurídico podrá provocar la invalidación del contrato

si se demuestra que la parte que actuó a sabiendas hizo lo que hizo con la intención de perjudicar

a la otra y si esta otra actuó confiando en dicha representación fraudulenta. Esta parte perjudicada

podrá pedir la nulidad del contrato, la restitución de las cosas al estado que tenían antes del

momento de la intervención de dicho acto y la reparación de los daños ocasionados.

En definitiva, el dolo de los vicios de la voluntad en el acto jurídico entraña la manipulación

malintencionada de una de las partes para obtener un beneficio a costa de la otra, lo cual constituye

un acto ilícito y puede dar lugar a la invalidación del contrato y a la reparación de los daños

sufridos.

3.2. CLASES DE DOLO:

3.2.1. Dolo directo e indirecto: El dolo directo presenta cuando una persona actúa con

la intención expresa y consciente de cometer un acto ilícito o engañoso. En el dolo directo, la

persona sabe exactamente lo que está haciendo y cuál es el resultado que busca, por lo que su

voluntad es dirigida directamente hacia la comisión del engaño o la trampa.

En el dolo indirecto (también conocido como dolo eventual) se da cuando una persona prevé la

posibilidad de que su conducta pueda ocasionar un engaño o un perjuicio a otra parte, pero decide

actuar de todos modos asumiendo ese riesgo. En el dolo indirecto, la persona no busca

necesariamente el resultado engañoso, pero lo acepta como una posible consecuencia de sus

acciones.

3.2.2. Dolo incidental: Se presenta cuando una de las partes induce a la otra a error sobre

circunstancias accesorias o secundarias del contrato. Aunque no afectan directamente la

manifestación de la voluntad, sí influyen en la toma de decisiones

3.2.3. Dolo eventual: Es una forma de engaño en la que una persona, aunque no busca

directamente cometer un acto ilícito o engañoso, actúa asumiendo el riesgo de que sus acciones

puedan causar un perjuicio a otra parte. A diferencia del dolo directo, en el dolo eventual la

persona no busca intencionalmente el resultado engañoso, pero lo acepta como una posibilidad.

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3.2.4. Dolo causante: Se refiere a la intención maliciosa de una persona al causar daño a

otra, actuando de forma deliberada y con pleno conocimiento de las consecuencias perjudiciales

que su acción generará.

3.2.5. Dolo recíproco: Ocurre cuando tanto la parte que engaña como la parte engañada

participan de manera activa en un acto ilícito, con conocimiento mutuo de la falsedad o

engaño involucrado.

CAPÍTULO IV

VIOLENCIA E INTIMIDACIÓN

4.1. CONCEPTO:

La violencia y la intimidación son situaciones que pueden afectar negativamente la validez de un

acto jurídico, ya que implican forzar a una persona a actuar en contra de su voluntad o inducirle

a hacer algo mediante presiones indebidas. En pocas palabras, son como prácticas

“antideportivas” en el mundo de las leyes.

En el contexto de los vicios de la voluntad en los actos jurídicos, la presencia de violencia e

intimidación puede invalidar el consentimiento de una de las partes, lo que afecta la validez del

acto jurídico en cuestión. Cuando una persona actúa bajo coacción, amenaza o presión indebida,

su voluntad se encuentra viciada y el acto puede ser anulable.

Es importante tener en cuenta que la presencia de violencia e intimidación debe ser demostrada

de manera fehaciente y que la justicia debe analizar cada caso de forma individual para determinar

si efectivamente hubo vicios en la voluntad de las partes. En el derecho peruano, estos vicios se

encuentran regulados en el Código Civil y es fundamental acudir a un abogado especializado para

recibir asesoramiento legal en caso de que se sospeche la presencia de violencia o intimidación

en un acto jurídico.

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4.2. CALIFICACIÓN DE LA VIOLENCIA Y LA INTIMIDACIÓN:

Para calificar la violencia irresistible y las amenazas que generen en una persona sensata el temor

de sufrir un mal grave e inminente que no pueda contrarrestarse o evitarse en la persona o bienes

del agente o de un tercero, es necesario considerar una serie de elementos. Entre ellos se

encuentran la edad, el sexo, las condiciones personales y otras circunstancias particulares de las

personas involucradas.

Al evaluar la gravedad de la fuerza irresistible y de la intimidación como medios adecuados para

obligar a un individuo a celebrar un acto jurídico, se deben tener en cuenta factores como la edad,

el sexo y las condiciones personales del que intimida y de la víctima, así como los métodos

utilizados y otros aspectos que puedan influir en la víctima. Lo que puede resultar suficientemente

intimidante para una persona inválida o enferma, puede no serlo para alguien sano y fuerte.

Igualmente, lo que constituye una amenaza grave para alguien con escasos recursos económicos,

puede no serlo para una persona adinerada, y así sucesivamente; es crucial analizar todas las

circunstancias particulares que rodean un caso concreto para determinar con precisión si el temor

generado fue lo que motivó al individuo a llevar a cabo el negocio jurídico que se cuestiona.

La violencia y la intimidación deben ser lo suficientemente impactantes como para generar temor

en una persona sensata y hacerle sentir que su vida, la de sus familiares cercanos o sus bienes

corren un riesgo injusto y grave. Es vital recordar que la tutela legal no se extiende a situaciones

en las que una persona es hipersensible o sugestionable, ya que la evaluación de la violencia y la

intimidación se basa en un criterio objetivo ponderado, considerando la reacción que estas

situaciones podrían provocar en una persona común en las mismas circunstancias.

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4.3. EL TEMOR REVERENCIAL:

El temor reverencial es un tipo de temor que puede afectar la voluntad de una persona en la

celebración de un acto jurídico. Se caracteriza por ser un temor que proviene de una relación de

subordinación, respeto o dependencia hacia otra persona que tiene autoridad sobre quien lo

experimenta. Este tipo de temor puede afectar la capacidad de decisión de la persona que lo

experimenta, llevándola a actuar de manera contraria a sus deseos o intereses reales.

En el ámbito de los vicios de la voluntad en los actos jurídicos, el temor reverencial puede ser

relevante en casos en los que una persona se siente coaccionada a actuar de cierta manera debido

a la autoridad o poder que ejerce sobre ella otra persona, ya sea por su posición de superioridad,

parentesco, relación jerárquica, entre otros. Esta situación puede hacer que la persona sienta un

temor reverencial que limite su capacidad de decisión y libertad de acción en la celebración del

acto jurídico; en este contexto, si una persona se ve obligada a realizar un acto jurídico debido a

un temor reverencial hacia otra persona, este acto podría ser susceptible de anulación por vicio en

la voluntad. La ley protege la libertad de las personas para tomar decisiones de manera libre y

consciente, por lo que cualquier tipo de coacción, presión o influencia indebida que afecte la

voluntad de una persona en la celebración de un acto jurídico puede ser considerada como un

vicio que afecta la validez del mismo.

Por lo tanto, es importante considerar el temor reverencial como un factor relevante en la

evaluación de los vicios de la voluntad en los actos jurídicos, y en caso de que se haya actuado

bajo su influencia, se podría plantear la posible anulación del acto jurídico afectado.

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CONCLUSIONES

- Los vicios de la voluntad en el acto jurídico son situaciones que pueden afectar la validez

de un contrato o acuerdo entre partes, ya que ponen en riesgo la libre manifestación de la

voluntad de uno de los involucrados.

- Existen diferentes tipos de vicios de la voluntad, como el error, el dolo, la reticencia, la

violencia, la intimidación y el temor reverencial, cada uno con sus propias características

y consecuencias legales.

- Es fundamental que los profesionales del derecho conozcan en profundidad estos vicios

de la voluntad para poder identificar situaciones en las que la voluntad de una parte pueda

estar viciada y tomar las medidas necesarias para proteger los intereses de sus clientes.

- Garantizar la integridad de la voluntad de las partes en un acto jurídico es esencial para

mantener la equidad y justicia en las relaciones entre individuos, empresas y Estados,

evitando situaciones de abuso, coacción o manipulación.

- En conclusión, los vicios de la voluntad en el acto jurídico son un aspecto crucial a tener

en cuenta en cualquier transacción legal, y su correcta identificación y manejo son

fundamentales para asegurar la validez y legalidad de los acuerdos alcanzados.

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BIBLIOGRAFIAS

- ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2008). Acto Jurídico Negocial. Análisis Doctrinario,

Legislativo y Jurisprudencial. Lima: Gaceta Jurídica.

- TABOADA CÓRDOVA, Lizardo (2002). Acto Jurídico, Negocio Jurídico y Contrato.

Lima: Grijley.

- VIDAL RAMIREZ, Fernando (2011). El Acto Jurídico. Lima: Gaceta Jurídica.

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