Pablo Neruda!

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25 poemas de Pablo Neruda que te

fascinarán
Una selección de las mejores piezas de poesía creadas por
Pablo Neruda, famoso poeta chileno.

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Pablo Neruda ha sido, desde hace décadas, uno de esos artistas cuya sensibilidad y talento
para la lírica no se discuten; generalmente, se considera que su fama internacional está
fuera de toda duda. En 1971 recibió el Premio Nobel de Literatura y ha sido admirado y
reconocido por su gran trabajo, y no es por casualidad que su poesía guste a todo tipo de
personas.

En esta recopilación de poemas de Pablo Neruda entenderás el motivo por el que sus
versos han pasado a la historia de la literatura en lengua española, así como una explicación
resumida sobre el significado de sus obras y sobre su estilo artístico.

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¿Quién fue Pablo Neruda?


Para conectar emocionalmente con los versos de este autor chileno, lo mejor es conocer,
aunque sea por encima, su vida y su manera de concebir el arte. Ricardo Eliécer Neftalí
Reyes Basoalto, más conocido como Pablo Neruda, fue un poeta que nació el 12 de julio de
1904 en Parral (Chile) en el seno de un matrimonio entre una maestra de escuela y un
ferroviario, y murió el 23 de septiembre de 1973 por causas que todavía no se han
esclarecido (posiblemente fue envenenado durante las semanas iniciales del régimen de
Augusto Pinochet, debido a su implicación en la política). Entre esos años, tuvo lugar uno
de los procesos de creatividad literaria más célebres del mundo hispanohablante, ya
que la obra de Neruda se ha vuelto famosa tanto en América como en España, y va más allá
de la literatura chilena.

Con tan solo 14 años, Neruda, que en esos tiempos aún se llamaba Ricardo, publicó su
primer poema en la revista Corre-Vuela. A partir de esa experiencia empezó a interesarse
más con la creación de poemas, así como por la literatura rusa, y tan solo dos años más
tarde ganó el premio en poesía de la Fiesta de la Primavera de Temuco, y pasó a presidir el
Ateneo Literario

Es en esa época cuando decide empezar a usar el seudónimo "Pablo Neruda", para evitar en
la medida de lo posible que su padre lo rechazase por tener un hijo apasionado por la
poesía. Desde entonces, su ascenso en el mundo artístico es meteórico: durante los años 20
y los 30, publica varios de sus libros más importantes (Crepusculario y Veinte poemas de
amor y una canción desesperada, done están varios de los poemas más famosos de Pablo
Neruda), conoce a Federico García Lorca y a Octavio Paz, y se codea con los poetas de la
Generación del 27. Veamos qué es lo que hace que su poesía sea tan especial.

25 grandes poemas de Pablo Neruda


En esta selección de poesías del artista chileno, hemos recogido varios poemas de Pablo
Neruda muy populares para que puedas disfrutarlos. Y más abajo encontrarás una
sección final sobre las características de la lírica de este poeta chileno, que te puede
interesar si quieres aprender a escribir como Pablo Neruda o inspirarte en su obra.

1. Soneto 22

Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,

sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,

en regiones contrarias, en un mediodía quemante:

eras sólo el aroma de los cereales que amo.

Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa

en Angola, a la luz de la luna de Junio,

o eras tú la cintura de aquella guitarra

que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.


Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.

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En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.

Pero yo ya sabía cómo era. De pronto

mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:

frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.

Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.

 Un poema que trata del recuerdo del amor, un amor que, posiblemente, no sea
correspondido. Se puede seguir amando a pesar del tiempo y la distancia, se puede
estar enamorado sin ver, sólo con los recuerdos y la esperanza. Es la fuerza del
corazón.

2. Poema 1

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,

te pareces al mundo en tu actitud de entrega.

Mi cuerpo de labriego salvaje te socava

y hace saltar al hijo del fondo de la tierra.

Fui sólo como un túnel. De mí huían los pájaros,

y en mí la noche entraba en su invasión poderosa.

Para sobrevivirme te forjé como un arma,

como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.

Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.

¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!

¡Ah las rosas del pubis! ¡Ah tu voz lenta y triste!

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Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.

Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!

Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,

y la fatiga sigue y el dolor infinito.

 Este poema de Pablo Neruda se encuentra dentro del libro “Veinte poemas de amor
y una canción desesperada”. Un texto que deja ver a un Neruda rebelde, en su
adolescencia. Este libro se considera doloroso, porque Neruda sufre el amor, y
lo anhela. Esta pieza de poesía, concretamente, trata sobre la sexualidad y el cuerpo
de la mujer. Aunque lo vive, no lo posee. Perderse en el cuerpo de una mujer puede
ser tanto una experiencia física como espiritual. Neruda se encuentra entre el deseo
de tener a esa mujer y la angustia de no estar junto a ella.

3. Si tú me olvidas

Quiero que sepas una cosa.

Tú sabes cómo es esto:

si miro la luna de cristal, la rama roja

del lento otoño en mi ventana,

si toco junto al fuego la impalpable ceniza

o el arrugado cuerpo de la leña,

todo me lleva a ti, como si todo lo que existe,

aromas, luz, metales, fueran pequeños barcos que navegan

hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien, si poco a poco dejas de quererme

dejaré de quererte poco a poco.


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Si de pronto me olvidas no me busques,

que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco

el viento de banderas que pasa por mi vida

y te decides a dejarme a la orilla

del corazón en que tengo raíces,

piensa que en ese día,

a esa hora levantaré los brazos

y saldrán mis raíces a buscar otra tierra.

Pero si cada día,

cada hora sientes que a mí estás destinada

con dulzura implacable.

Si cada día sube

una flor a tus labios a buscarme,

ay amor mío, ay mía,

en mí todo ese fuego se repite,

en mí nada se apaga ni se olvida,

mi amor se nutre de tu amor, amada,

y mientras vivas estará en tus brazos

sin salir de los míos.

 A veces, encuentras a esa persona que te da un vuelco al corazón, que hace aflorar
emociones que pensabas que era imposible sentir. Tu vida cambia por completo, y
tu vida se convierte en la vida de esa persona que amas con locura, con auténtica
locura. Sabes que si esa persona vuelve, volverás a sentir lo mismo, pero no es así y
debes aceptarlo.

4. Poema 12

Para mi corazón basta tu pecho,

para tu libertad bastan mis alas.

Desde mi boca llegará hasta el cielo

lo que estaba dormido sobre tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día.

Llegas como el rocío a las corolas.

Socavas el horizonte con tu ausencia.

Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabas en el viento

como los pinos y como los mástiles.

Como ellos eres alta y taciturna.

Y entristeces de pronto, como un viaje.

Acogedora como un viejo camino.

Te pueblan ecos y voces nostálgicas.

Yo desperté y a veces emigran

y huyen pájaros que dormían en tu alma.

 Estos versos pertenecen a la obra del autor “Veinte poemas de amor y una canción
desesperada” que fue publicada en 1924. El tema sobre el que gira este poema es
la ausencia del ser humano. La historia se ubica en el mar chileno, pues el autor
pasó gran parte de su vida junto a las olas, los mástiles y el viento.

5. Poema 4

Es la mañana llena de tempestad


en el corazón del verano.

Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,

el viento las sacude con sus viajeras manos.

Innumerable corazón del viento

latiendo sobre nuestro silencio enamorado.

Zumbando entre los árboles, orquestal y divino,

como una lengua llena de guerras y de cantos.

Viento que lleva en rápido robo la hojarasca

y desvía las flechas latientes de los pájaros.

Viento que la derriba en ola sin espuma

y sustancia sin peso, y fuegos inclinados.

Se rompe y se sumerge su volumen de besos

combatido en la puerta del viento del verano.

 El autor resalta el ambiente de verano en que el viento es un factor importante, pues


éste, seguramente, afecte a su estado anímico, dando paz y tranquilidad. Pero lo
llamativo es el primer verso, que en pleno verano interrumpe la tempestad. Es decir,
una separación momentánea, seguramente con alguien, con la que ha habido
momentos buenos y malos.

6. Amor

Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte

la leche de los senos como de un manantial,

en la risa de oro y la voz de cristal.

Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos

y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,


porque tu ser pasara sin pena al lado mío

y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.

Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría

amarte, amarte como nadie supo jamás!

Morir y todavía amarte más.

Y todavía amarte más y más.

 Este poema trata sobre la inmensidad del amor, sobre lo fuerte y profundo que
puede ser este sentimiento. De nuevo, un amor no consumado, en que el autor
desea con todas sus fuerzas poder perderse en el cuerpo y el alma de esa persona
que ha cambiado su vida por completo

7. Poema 7

Para mi corazón basta tu pecho,

para tu libertad bastan mis alas.

Desde mi boca llegará hasta el cielo

lo que estaba dormido sobre tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día.

Llegas como el rocío a las corolas.

Socavas el horizonte con tu ausencia.

Eternamente en fuga como la ola.

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He dicho que cantabas en el viento

como los pinos y como los mástiles.


 pensamientos tristes de tener que alejarse.

8. Cien sonetos de amor

Desnuda eres tan simple como una de tus manos:

lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente.

Tienes líneas de luna, caminos de manzana.

Desnuda eres delgada como el trigo desnudo.

Desnuda eres azul como la noche en Cuba:

tienes enredaderas y estrellas en el pelo.

Desnuda eres redonda y amarilla

como el verano en una iglesia de oro.

Desnuda eres pequeña como una de tus uñas:

curva, sutil, rosada hasta que nace el día

y te metes en el subterráneo del mundo

como en un largo túnel de trajes y trabajos:

tu claridad se apaga, se viste, se deshoja

y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.

 Por lo general, el de Neruda es uno de los tipos de poesía que habla sin tapujos
sobre la sensualidad femenina. Estos son unos versos muy lindos que tratan sobre
la belleza de una mujer que le atrapa. Le atrapa en su más pura intimidad, en el
que recorre su cuerpo la memoria. En cada palabra describe con fineza las
cualidades de la persona que ama en los que cada verso expresa sus sentimientos y
pensamiento sobre ella.

9. Era mi corazón un ala viva y turbia…

Era mi corazón un ala viva y turbia...

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un ala pavorosa llena de luz y anhelo.

Era la primavera sobre los campos verdes.

Azul era la altura y era esmeralda el suelo.

Ella -la que me amaba- se murió en primavera.

Recuerdo aún sus ojos de paloma en desvelo.

Ella -la que me amaba- cerró sus ojos... tarde.

Tarde de campo, azul. Tarde de alas y vuelos.

Ella -la que me amaba- se murió en primavera...

y se llevó la primavera al cielo.

 Neruda nos brinda la oportunidad de disfrutar de esta pieza, en la que el autor habla
del recuerdo de esa mujer que una vez amó. Es la fuerza del alma, que invade cada
segundo de su pensamiento. Aunque hable de que el amor está muerto, sigue
vivo como el primer día.

10. Amiga, no te mueras

Amiga, no te mueras.

Óyeme estas palabras que me salen ardiendo,

y que nadie diría si yo no las dijera.

Amiga, no te mueras.

Yo soy el que te espera en la estrellada noche.

El que bajo el sangriento sol poniente te espera.

Miro caer los frutos en la tierra sombría.

Miro bailar las gotas del rocío en las hierbas.


En la noche al espeso perfume de las rosas,

cuando danza la ronda de las sombras inmensas.

Bajo el cielo del Sur, el que te espera cuando

el aire de la tarde como una boca besa.

Amiga, no te mueras.

Yo soy el que cortó las guirnaldas rebeldes

para el lecho selvático fragante a sol y a selva.

El que trajo en los brazos jacintos amarillos.

Y rosas desgarradas. Y amapolas sangrientas.

El que cruzó los brazos por esperarte, ahora.

El que quebró sus arcos. El que dobló sus flechas.

Yo soy el que en los labios guarda sabor de uvas.

Racimos refregados. Mordeduras bermejas.

El que te llama desde las llanuras brotadas.

Yo soy el que en la hora del amor te desea.

El aire de la tarde cimbra las ramas altas.

Ebrio, mi corazón. bajo Dios, tambalea.

El río desatado rompe a llorar y a veces

se adelgaza su voz y se hace pura y trémula.

Retumba, atardecida, la queja azul del agua.

Amiga, no te mueras!

Yo soy el que te espera en la estrellada noche,

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