Responsabilidad Civil t3
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POLÍTICAS
INTEGRANTES:
1.2.-EVOLUCIÓN HISTÓRICA
2.1.1 - PENAL
2.1.2 - ADMINISTRATIVO
2.1.3 - CIVIL
3.1.- EL DAÑO
4-TIPOS DE NEGLIGENCIA
7.- CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCION:
El presente trabajo se enfoca en la negligencia médica en Perú, una mala praxis que
puede resultar en la muerte del paciente y que requiere sanción. La responsabilidad
médica exige que los profesionales respondan por actos contrarios a sus deberes, tales
como diagnósticos incorrectos o falta de cuidados adecuados, y puede originarse en
relaciones contractuales o extracontractuales, requiriendo reparación o indemnización
por los daños causados. Esta responsabilidad jurídica involucra tanto a los
profesionales de la salud como a las entidades hospitalarias. Para establecer
responsabilidad civil, es fundamental identificar los daños causados por negligencia
médica, los cuales pueden ser patrimoniales o extrapatrimoniales. La indemnización
incluye el lucro cesante, el daño a la persona y el daño moral, según el Código Civil de
1984, garantizando la reparación de los daños biológicos, al bienestar y al proyecto de
vida.
Según Martínez Calcerrada, el acto médico es definida como: «la prestación o actividad
del médico que persigue, conforme a la técnica o arte correspondiente –la llamada lex
artis ad hoc–, un efecto terapéutico o de curación de un enfermo o más genéricamente
la promoción de la salud».
Sin embargo, cuando hablamos responsabilidad médica, podemos decir que es aquella
actividad de evaluación, diagnóstico, prescripción o ejecución de medidas médicas mal
ejecutadas por los profesionales de la medicina y la organización hospitalaria, por lo
cual, deben ser sancionados ya que, en muchos casos, esta mala praxis puede
ocasionar la muerte del paciente.
En otras palabras, es la obligación de los médicos, dar cuenta por los actos ejecutados
en la práctica profesional que resultan contrarios a sus deberes por incumplimiento de
los cuidados adecuados en la asistencia del paciente, por un incorrecto diagnóstico,
etc. Es decir, este tipo de responsabilidad consiste en reparar, indemnizar un daño
causado a un paciente por contravenir sus deberes asistenciales, así el procedimiento
o tratamiento sanitario se haya llevado de manera contractual o extracontractual.
Negligencia: No hacer lo que se debe hacer, hacer menos de lo que se debe hacer,
hacer lo que no se debe hacer o postergar lo que se debe hacer
Según Varsi Rospigliosi (2004): “La responsabilidad civil de los médicos es una R.C.
Contractual ya que la obligación que contrae con su paciente es consecuencia de la
celebración del contrato de prestación de servicios médicos”
Son muchas las causas de estos requerimientos civiles por la negligencia de los
médicos y establecimientos prestadores de salud. Conforme pasaron los años, los
médicos han perdido la histórica inmunidad de la que gozaban, ya que solo estaban
sometidos a reglas de ética profesional o a su conciencia y al romper esto solo los
limitaban a la censura social.
Para poder sancionar estos actos, es importante verificar si la mala praxis del médico
ha provocado una lesión que exista un vínculo entre dicha acción de la persona a cargo
y el daño.
1.2.-EVOLUCIÓN HISTÓRICA
La salud, la integridad y la misma vida son pilares más preciados de todo ser humano,
por lo cual, cualquier daño que afecte a estos debe ser sancionado. Ya que son
dirigidos por una mala práctica o por una falta de precaución en los procedimientos
médicos.
En el Imperio Romano, las multas se consideraban mejores que las penas impuestas
por los visigodos en el “Codex Visigothorum” que ponían en manos de la familia del
fallecido al médico responsable para que pague como les correspondía.
2.1.1 - PENAL
El estado mediante el uso de ius puniendi a través del nuevo código procesal penal del
2004, brindó ciertas facultades al ministerio público como es la persecución penal por la
acción u omisión de la conducta de la persona, el ministerio público actúa cuando
recibe la denuncia derivada de la policía nacional del Perú, cuando recibe la noticia de
un acto criminal o de oficio.
Mediante el NCPP de 2004, el ministerio público no solo tiene la pretensión penal sino
también la pretensión civil esto quiere decir el fiscal representante del ministerio público
puede solicitar una reparación civil a favor de la agraviada por los daños causados
producto de la comisión del delito como se establece el artículo 11 inciso 1 del NCPP
de 2004.
La pretensión civil recorre todas las etapas del proceso penal, como es la investigación
preparatoria donde se investiga y recoge los medios probatorios, en cuanto a la etapa
intermedia se procede a calificar la admisibilidad y procedencia de las pruebas idóneas
al ser una etapa que subsane los errores dentro del proceso dirigido por el juez de
investigación preparatoria.
Pero qué sucede cuando la víctima se apersona al proceso penal con el fin de poder
solicitar la reparación civil, en ese momento cesa la legitimación del ministerio público
para intervenir sobre el objeto civil y queda a cargo del autor civil de acuerdo con el
artículo 11 del NCPP en el segundo párrafo.
Pero qué sucede cuando el autor civil apersonado al proceso penal siente y cree que
en otra vía jurisdiccional (proceso) pueda obtener una mayor cifra económica o
beneficios que en el proceso penal. Para estas circunstancias el NCPP brinda una
salida mediante el artículo 12 inciso 1 el cual establece la posibilidad de cambiar de
jurisdicción, pero con un límite de no poder solicitar en otra vía lo mismo.
Con relación al desistimiento de la vía jurisdiccional, el autor civil está limitado para su
retiro hasta antes del inicio de la etapa intermedia y esto no impide seguir la pretensión
civil en otro proceso distinto al penal como lo establece en el artículo 13 inciso 1 del
NCPP.
2.1.2 - ADMINISTRATIVO
La segunda instancia está a cargo del Tribunal de Susalud y tiene la finalidad resolver
la impugnación emitida por el denunciado al no estar de acuerdo con la decisión de
primera instancia. Con la resolución de sanción termina el procedimiento administrativo
sancionador y el denunciado tiene dos opciones: consentir la sanción o recurrir a la vía
judicial.
2.1.3 - CIVIL
Para solicitar la indemnización tiene que presentar una demanda donde se expone los
fundamentos de hecho, derecho y medios probatorios que acrediten los tipos de daños
sufridos y gastos posteriores producto al hecho dañoso sufrido. Con esto quiere decir
exponer sus pretensiones debido al daño género.
La vía que elija para solicitar la indemnización es única bajo los principios de
aceleración, economía y el nom bis idem, esto quiere que la persona afectada no
puede solicitar en dos vías procesales como son en materia penal o civil porque
estarían vulnerando principios procesales.
Para este caso se va a utilizar el proceso Abreviado como ejemplo, con el cumplimiento
de dos requisitos establecidos en el código procesal civil en el artículo 486 de
procedencia e inciso 3 y 7, primero el monto económico y el segundo es el
reconocimiento de responsabilidad civil de los jueces.
Si, uno de las partes no está satisfecha por la resolución en primera instancia tienen su
derecho a presentar su recurso impugnatorio para que el expediente se pueda elevar
ante un juez de mayor jerarquía y este pueda resolver como segunda instancia, pero ya
no sería un juzgado sino ante una Sala Superior de Justicia.
Llegado al término de la segunda instancia y uno de las partes no acepta con la
resolución del Juez de la Sala Superior de Justicia tendría a su disponibilidad el recurso
extraordinario de casación para que los jueces supremos puedan ver su caso y emitan
una sanción definitiva.
3.1.- EL DAÑO
En función a la naturaleza del ente dañado, se determina que las únicas cosas que
pueden ser pasibles de daño son las cosas u objetos, los cuales forman parte de la
propiedad de las personas, sin embargo, además, es también válido de considerar a
los seres humanos. A la primera, esto es a las cosas u objetos, la doctrina le ha
destinado un espacio a considerar, esto es dentro del daño objetivo. Y lo segundo, que
refiere a las personas, están consideradas dentro del daño subjetivo.
A lo que concierne la presente investigación, prima sobre todo el trato del daño a la
persona el cual es de manera equivalente a la de daño subjetivo, en sí, cualquier tipo
de daño que se le pueda hacer al ser humano, debe entenderse claro, desde un punto
de vista general, que estos daños pueden comprender desde los ocasionados por
desastres naturales siendo de fuerza mayor, como aquellos imprevisibles, aquellos que
fueron necesarios realizar para salvaguardar proporcionalmente otros bienes jurídicos
protegidos, como el de un menor de edad; puede ser así cualquier tipo de daño, se
entiende a todos los cometidos en contra de las personas, o más concreto, la persona
en sí misma.
3.2.- ANTIJURIDICIDAD DE LA CONDUCTA
Para el Dr. Guillermo Arce Arias, la antijuridicidad vendría a ser la contradicción que
existe entre la acción típica y el ordenamiento jurídico, requiriéndose así por tanto, el
cumplimiento de todos los elementos que lo implican, no tratándose así, solo de un
concepto penal, sino que es parte del ordenamiento jurídico en general, esto quiere
decir que es parte de todo el ordenamiento jurídico, constituyéndose así una
característica propia, es unitaria. Sin embargo, se determina de esta forma que, el
derecho penal como tal, no es quien crea la antijuridicidad, sino que esta es la que más
bien selecciona por medio de la tipicidad algunas lesiones graves a los bienes jurídicos,
que somete a un juicio, el cual es una constatación negativa. Así entonces se puede
concluir que, el hecho típico (aquel que supera al simple hecho, a veces contrario a la
moral, pero no a la jurídicamente relevante, en concreto, penalmente relevante); la
acción típica (aquella que derivada del hecho, constituye una acción que de probarse,
estaría sujeto a reproche legal penal, como lo fuere lo acontecido a la presente
investigación, la responsabilidad penal a los médicos que por sus malas prácticas
generan un daño a las personas, pudiendo ser estas la propia muerte); estos, generen
en sí, una sospecha de antijuridicidad, convirtiéndose de esta manera en una suerte de
función indiciaria de la tipicidad, la cual solo puede desvirtuarse si en el proceso
consecuente se pronuncien, desarrollen o presenten ciertas justificantes, esto pudiera
ocurrir por ejemplo, de probarse que cuando el médico estaba en plena operación con
la paciente, ocurrió un leve temblor, que hizo que la pinza con la que delicadamente el
médico cumplía su trabajo se moviera causándole lesión grave, si bien fácticamente se
podría alegar que este médico por tener sus manos la pinza es responsable del daño,
nos veríamos en una situación donde la manifestación de la voluntad fue vulnerada por
un hecho de fuerza mayor, algo imprevisible, como lo fuera un temblor de magnitud
considerable para no poder evitar sus consecuencias.
Ahora bien, la antijuridicidad es también vista desde la perspectiva civilista, esto quiere
decir que, es parte de la responsabilidad civil que lo implica, la cual es parte de la
responsabilidad en general, y puede de ser el caso resultar en una responsabilidad
penal. Así, como lo refiere Taboada, la antijuridicidad así surte como un elemento
caracterizador de los hechos jurídicos voluntarios pero que son ilícitos, sea esta de
origen contractual o extracontractual, así como respecto de aquellos hechos jurídicos
voluntarios que tengan declaración de voluntad que constituyen los llamados actos
jurídicos.
Sin embargo, tal y como lo aduce Coca S. (2020), en concordancia con lo estipulado
por el artículo 1972 del Código Civil, puede llegar a ocurrir una ruptura en el nexo
causal, en consecuencia, a la responsabilidad civil objetiva y subjetiva, siendo estos
que primero, se debe establecer el supuesto del daño, en segundo lugar, la
antijuridicidad del daño, y finalmente, los criterios de imputación. Surgiendo sim
embargo, una suerte de confusión, toda vez que no puede excluirse a la culpa o dolo,
al momento de evaluarse el nexo causal, y esto es debido a que, los criterios
mencionados se evalúan en un momento siguiente.
Como refiere Campos R. (2006), el hecho generador, sin distinguir si se está en frente
de una responsabilidad contractual o extracontractual, es la acción u omisión que
comete un sujeto, y dependiendo del análisis de atribución fáctica y jurídica, del cual se
determinará si ocasionó un daño o no, es que se le determinará mayor responsabilidad
o no. Este análisis incluye la identificación de una relación causal y la evaluación de los
factores de atribución pertinentes, sólo cuando ambos tipos de atribución coinciden en
señalar al sujeto como responsable, se establece la obligación de reparar el daño
causado. El Código Civil Peruano refleja esta combinación de factores al requerir, en
general, tanto criterios objetivos como subjetivos para establecer la responsabilidad
civil extracontractual, permitiendo una aplicación flexible y adaptada a las distintas
circunstancias en que se pueden producir daños.
De esta manera, Taboada refiere que el mejor camino para comprender a los factores
de atribución es que, en primer lugar, es importante señalar que, en la legislación
comparada, la doctrina universal y el Código Civil peruano, existen dos sistemas de
responsabilidad civil extracontractual: el sistema subjetivo y el sistema objetivo. Cada
uno de estos sistemas se basa en diferentes factores de atribución. Por esta razón, los
factores de atribución en los sistemas subjetivos se denominan factores de atribución
subjetivos, mientras que los correspondientes a los sistemas objetivos se conocen
como factores de atribución objetivos.
Para esto debemos primero de establecer la noción de culpa del autor, sobre el daño
que generó a la víctima, ya establecido los elementos anteriores este sería netamente
el último a considerar, ahora bien, debemos de tener en cuenta que el mismo, sea
consecuencia del dolo o culpa del autor, pues caso contrario se acreditará el daño y la
relación causal, no habiendo responsabilidad civil del autor (extracontractual). Ahora,
sin embargo, en el caso de la negligencia médica, no se trataría de una circunstancia
extracontractual, sino por el contrario contractual, por lo tanto, el factor de atribución
como refiere Arévalo J. (2020), es la culpa, la cual presenta tres grados de intensidad,
siendo primero el dolo, segundo la culpa leve, y tercero la culpa inexcusable. En primer
lugar, cuando se habla de dolo, se tiene a quien procede deliberadamente pero no
ejecuta la obligación. En segundo lugar, cuando se habla de culpa leve se tiene a quien
actúa quien omite aquella diligencia ordinaria exigida por la naturaleza de la obligación
y que corresponde sin lugar a dudas a las circunstancias de las personas, del tiempo y
del lugar. En tercer lugar, tenemos a la culpa inexcusable, esta es la que quien incurre
quien por negligencia grave no ejecuta la obligación.
A partir de lo anterior descrito, tenemos entonces un hecho sin lugar a dudas concreto,
la responsabilidad civil médica surgiría en la mayoría de los contextos, como es el caso
que se describe posteriormente del cirujano Chong, por quien actúa en una diligencia
ordinaria para por ejemplo como cirujano plástico, omite realizar una diligencia que por
la naturaleza de la obligación debió realizar, y que como consecuencia esta generó
daño grave a su paciente, esta omisión y sus graves consecuencias no solo generan
responsabilidad civil para el cirujano, que podría verse obligado a indemnizar al
paciente por los daños físicos y psicológicos sufridos, así como por los gastos médicos
adicionales y la pérdida de ingresos. Sino que, dependiendo de la gravedad del daño y
de las circunstancias específicas del caso, también podría derivar en responsabilidad
penal. Por ejemplo, si se demuestra que el cirujano actuó con una negligencia tan
grave que su conducta puede ser considerada como imprudente o temeraria, podría
enfrentarse a cargos penales por lesiones o incluso homicidio involuntario si el paciente
fallece como resultado de las complicaciones.
Es así que, no basta con la simple producción de un daño para que alguien sea
considerado civilmente responsable, pues es necesario que, basándose en los criterios
legales, el daño pueda ser jurídicamente atribuido a una persona, por lo que, los
factores que permiten esta atribución pueden ser de dos tipos: subjetivos y objetivos.
Un sistema jurídico no tiene que elegir exclusivamente entre estos tipos de factores,
sino que puede combinarlos según el contexto del daño civilmente reparable, así lo
hace el Código Civil Peruano, en tanto el artículo 1969 del Código Civil Peruano
establece que la responsabilidad civil extracontractual requiere la concurrencia de
criterios objetivos de imputación junto con criterios subjetivos (dolo o culpa), sin
embargo, en ciertos casos donde hay mayores exigencias de estandarización, como
cuando el daño es causado por un bien o actividad riesgosa, el deber de reparar es
puramente objetivo, según el artículo 1970 del mismo código.
El que por culpa causare un daño a otro, por acción privada, será penado con no mayor
de un año de prisión, y multa de sesenta a 120 días multa. Asimismo, el que, por
inobservancia de reglas de la profesión, como la médica, causase un daño, será
sancionado con una pena no menor de un año, ni mayor a cuatro, tal y como lo refiere
el artículo 124 del Código Penal, respecto de las lesiones culposas. Así, por ejemplo,
como lo refiere la casación 327-2017 de San Martín, sobre el caso de condena contra
la vida, el cuerpo y la salud, contra dos médicos que no contaban con la especialidad
para operar, ocasionándole así, un incumplimiento de una serie de cuidados que
guarda relación con la inobservancia de las reglas de profesión médica, lo que se llama
Así, como refiere Pizarro (2020), la negligencia médica puede originar responsabilidad
civil, generando una acción de puro derecho por parte de la víctima para poder
mediante una demanda interponer contra el sujeto activo del delito una indemnización
por los daños y perjuicios que le pudo ocasionar, indistintamente como veíamos
anteriormente, de las acciones penales de parte o de oficio que se pudieran dar a cabo.
Nuestra legislación nos asegura mediante el artículo 1762 del Código Civil que, la
responsabilidad por prestación de servicios profesionales o técnicos, siempre que de
ellos emane dolo o culpa, esto implica considerar que, si se llegara a probar que la
responsabilidad del daño causado es por comisión de terceros, como, por ejemplo,
familiares de la víctima, la responsabilidad del médico quedará archivada.
La paciente alegó que el doctor no informó adecuadamente sobre los riesgos del
procedimiento y que la cirugía no se realizó con el cuidado necesario, lo que llevó a un
resultado perjudicial; el caso fue llevado a los tribunales, donde se determinó que el Dr
Fong no cumplió con el estándar de cuidado requerido en su profesión. Como
resultado, el doctor fue considerado responsable civilmente, y se ordenó una
compensación económica para la paciente por los daños sufridos, incluyendo los
costos adicionales de tratamiento y el sufrimiento causado.
5. EL CONTRATO MÉDICO
Este tipo de contrato es diferente a otros contratos de intercambio o del derecho civil
patrimonial porque implica un compromiso complejo de "hacer" más allá de la simple
entrega de un objeto. Además, parte del contenido de este contrato está determinado
por normas legales obligatorias, situándose en la categoría de contratos dirigidos.
Sobre el contenido del contrato médico se refiere a lo pactado entre las partes,
particularmente la figura médica y el paciente. Este contenido incluye la prestación a la
que se obliga el médico, que debe ajustarse a la "lex artis" médica. La "lex artis" integra
la prestación del médico y abarca sus conocimientos y habilidades, que deben ser
aplicados para mejorar la salud del paciente. Además de la "lex artis", el contrato
también incluye deberes como la información y la protección del paciente, (Brantt,
2008).
Jordano Fraga argumenta que la actividad realizada para cumplir la prestación siempre
está orientada hacia un resultado determinado, aunque este resultado pueda o no
formar parte explícita de la prestación misma (JORDANO FRAGA, 1991, p. 11).
Corte Suprema
Médico no responde por pérdida de ojo derecho del paciente, pues se demuestra
debida diligencia con tratamiento oportuno y advertencia al paciente sobre presuntos
riesgos de la cirugía [Casación 4601-2009, Lima].
6.1.1 CONCEPTO:
El acto médico se define como cualquier acción o disposición realizada por un médico
en el ejercicio de su profesión, involucrando tanto aspectos jurídicos como humanistas.
Esta interacción entre el médico y el paciente implica el uso de conocimientos
adquiridos y experiencia para abordar problemas de salud, a menudo impactando los
derechos legales y la vida del paciente. Además, incluye tanto acciones curativas como
preventivas. Es fundamental para la sociedad debido a su relación con la salud pública
y el respeto a la dignidad humana, principios esenciales en la práctica médica.
6.1.2 CARACTERISTICAS:
• Profesionalidad: Solo los profesionales médicos están autorizados para llevar a cabo
actos médicos, requiriendo certificación y registro en el colegio profesional
correspondiente. El profesional siga normas de excelencia actuales (lex artis ad hoc),
considerando el avance científico, la complejidad del procedimiento, recursos
disponibles y las circunstancias únicas del paciente.
• Ejecución regular o típica: Los actos médicos se realizan según la Lex Artis ad hoc,
siguiendo técnicas reconocidas para asegurar resultados efectivos.
• Licitud: Los actos médicos están respaldados por la ley, con normativas que regulan
la práctica médica y sanitaria.
De acuerdo a lo indicado por Yungano, (1986), los deberes para ambas partes
derivadas de la relación médico-paciente:
Médico:
• Deber de informar: La información debe ser leal, clara, inteligible y adecuada con el
estado y nivel del paciente.
• El Secreto Médico: Tiene que ver con el vínculo que se genera con el paciente en
cuanto a la relación que desarrollan. Se trata de un tema de confianza, sólo podrá ser
revelado cuando el paciente lo autoriza o cuando la ley así lo ordena.
• Certificado Médico: Se consignan los datos del paciente y la incapacidad con la que
cuenta.
Paciente:
• Cumplimiento de plan terapéutico: Éste debe ser claro, sin márgenes de error o dudas
en cuanto a lo que deba formularse por escrito.
Obligación de medios:
Obligación de resultados:
6.1.5 RESPONSABILIDADES:
Responsabilidad profesional:
Responsabilidad jurídica:
• Dolo: Existe una intención deliberada de causar un resultado, es decir, el autor prevé
el resultado como seguro pero decide actuar de todas formas. La responsabilidad es
plena en estos casos.
• Culpa: No hay intención de causar daño, pero se produce debido a negligencia,
desidia, impericia, falta de precaución, descuido o imprudencia del autor. El daño debe
ser imputado a quien lo causa por su falta de diligencia.
• Caso Fortuito: Se refiere a hechos que son ajenos a la voluntad humana y ocurren
por azar. Estos eventos son extraordinarios o excepcionales, y el resultado no era
previsible. Por lo tanto, no puede imputarse responsabilidad al autor, como en el caso
de un médico que no pudo prever un resultado debido a su imprevisibilidad.
Responsabilidad contractual:
La relación entre médico y paciente implica un acuerdo tácito de voluntades, que puede
darse tanto individualmente como a través de un centro de salud. Esta relación puede
involucrar múltiples contratos, más allá de los servicios médicos, afectando la
determinación de responsabilidades legales. Según el Código Civil, la responsabilidad
contractual del médico se rige por estándares de diligencia, dolo y culpa, determinando
el tipo de indemnización por incumplimientos. Además, establece que el médico es
responsable de los actos de terceros que ejecuten la obligación, como otros médicos
dentro de un establecimiento, a menos que se pruebe lo contrario.
Responsabilidad extracontractual:
Pronunciamientos Relevantes:
Aborda una queja contra el Hospital II Suárez Angamos por proporcionar un tratamiento
distinto al prescrito por el médico especialista. Se determinó responsabilidad
administrativa debido a que el personal tecnólogo cambió la terapia prescrita,
infringiendo el Código de Protección al Consumidor. Esta resolución subraya que,
aunque los servicios médicos suelen estar bajo una obligación de medios y no de
resultados, se requiere diligencia adecuada por parte del personal médico para cumplir
con las expectativas razonables de los pacientes en cuanto a diagnóstico y tratamiento.
• Los establecimientos de salud son responsables cuando sus médicos, actuando como
dependientes, no brindan un servicio adecuado. Además, el médico también tiene
responsabilidad personal.
Casación 220 - 2013 - LIMA: Flor de María Gonzales Villareal vs. Sociedad
Francesa de Beneficencia y Jorge Chimoy Arteaga
En este caso legal, los demandados argumentaron que no aplicaban ciertas normativas
legales debido a la falta de complejidad del tratamiento de la herida de la demandante.
La Sala Suprema refutó estos argumentos indicando que la responsabilidad existía
debido a la falta de diligencia adecuada, no por la complejidad del problema médico.
También determinó que el daño debía ser reparado solidariamente por los
codemandados bajo la relación de dependencia según el artículo 1981 del Código Civil.
Además, se discutió la diferencia entre responsabilidad contractual y extracontractual,
concluyendo que la negligencia médica constituyó un acto dañoso más allá de
incumplimientos contractuales explícitos.
En esta resolución, surge un conflicto sobre la responsabilidad de una clínica por las
acciones de un médico que ejerce de manera independiente. La clínica argumenta que
no hay un vínculo laboral directo con el médico, por lo que no debe asumir
responsabilidad solidaria. Sin embargo, el tribunal considera que la clínica sí tiene una
responsabilidad contractual indirecta debido a la prestación de servicios médicos en
sus instalaciones, según el artículo 1325 del Código Civil. Además, se menciona el
artículo 1183, que trata sobre la solidaridad, aunque su aplicación exacta no parece
pertinente al caso. La jurisprudencia actual no proporciona claridad sobre la
responsabilidad civil médica, enfatizando la necesidad de establecer criterios uniformes
para determinar si la responsabilidad es contractual o extracontractual.
Italia:
Colombia:
Según el artículo 1325 del CCP, la institución sanitaria es responsable de los actos
dolosos o culposos de sus profesionales de salud. Sin embargo, el artículo 1762 del
CCP establece que esta responsabilidad se limita a la culpa inexcusable en casos de
prestación de servicios que involucren asuntos profesionales complejos. El artículo
1330 del CCP especifica que el paciente debe probar que el daño fue causado por
culpa inexcusable del profesional de salud para obtener compensación. En términos
procesales, el artículo 196 del CPC señala que la carga de la prueba recae en quien
afirma los hechos, lo cual puede resultar desventajoso para el paciente al enfrentarse a
instituciones con más recursos. Esta situación puede llevar a que muchos pacientes no
obtengan compensación adecuada debido a la dificultad de probar la culpa inexcusable
del profesional de salud en un proceso judicial.
7. CONCLUSIONES
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ANEXOS: