Estanislao López

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Estanislao López

(Santa Fe, 1786 - 1838) Militar y político argentino. Caudillo arquetípico y


tenaz defensor de la causa federal, fue gobernador de Santa Fe desde 1818
hasta su muerte. La figura de Estanislao López ha sido presentada más como
la de un bárbaro que como la expresión de los sentimientos e intereses de
una región importante frente al poder porteño. El general Paz, en sus
memorias, lo llamó "gaucho solapado, rastrero e interesado; un gaucho en
toda la extensión de la palabra. Taimado, silencioso, suspicaz, indolente y
desconfiado; no se mostró cruel, pero nada era menos que sensible..." Y el
general Tomás de Iriarte dejó escrito en sus memorias: "El gobernador López
de Santa Fe se hospedó en mi casa. Se presentó en traje de gaucho, con
chiripá. Sólo la revolución había podido elevar a tanta altura a un hombre
como éste, salido de la plebe, pero él montaba bien a caballo y sabía domar
un potro; éstos eran sus títulos".

Estanislao López

Hijo natural del capitán Juan Manuel Roldán y de Antonia López, creció al
lado de su madre y de sus hermanos Juan Pablo y Catalina, motivo por el
cual siempre usó el apellido materno. Sólo cuando los hijos ya eran mayores
el capitán Roldán legitimó su unión con la madre. Estudió en la escuela del
convento de San Francisco, pero cuando tenía quince años se retiró a las
fronteras del norte, para ingresar en el cuerpo de Blandengues (soldados de
frontera), donde comenzó su vida militar. Realizó su aprendizaje en compañía
de su padre; logró ganar muy pronto la confianza de sus superiores, que le
encomendaron misiones de alguna importancia, tales como los enlaces con la
autoridad virreinal en Buenos Aires y los correos del virrey para los de Santa
Fe. Ágil con la lanza y diestro con el caballo, adquirió en esos años la astucia
y el arte que luego aplicó a su famosa táctica montonera.

Al estallar la Revolución de Mayo fue uno de los primeros en alistarse


voluntariamente en la compañía de Blandengues que el gobierno dispuso
formar en Santa Fe para sumarse a la expedición al Paraguay. Combatió por
primera vez junto a Manuel Belgrano en Campichuelo y Paraguarí; en el
combate de Tacuarí cayó prisionero de los españoles. Llevado a Asunción, fue
embarcado en la fragata Flora, que partió rumbo a Montevideo, sitiada por el
general José Rondeau. Cansado de su largo cautiverio, Estanislao López se
fugó del barco español lanzándose al agua, engrillado, y nadó casi cuatro mil
metros hasta llegar al campo de las fuerzas sitiadas cerca de Arroyo Seco.
Tras presentarse ante Rondeau, recibió el grado de alférez en reconocimiento
a su patriotismo y valor. A fines de diciembre de 1811, López retornó a Santa
Fe con su compañía de Blandengues y participó en los combates contra los
realistas, que bloqueaban los puertos de Paraná, y contra los indios.

A principios de 1814 se alistó en la expedición de Eduardo Holmberg, con la


que marchó a Entre Ríos para combatir contra las tropas porteñas junto a las
fuerzas de José Gervasio Artigas. Derrotados en El Espinillo el 22 de febrero
de ese año, cayó prisionero de Eusebio Hereñú. Pero fue puesto en libertad
por orden del vencedor y volvió a Santa Fe para prestar servicios en la
frontera. Sublevó la compañía a su cargo en la guarnición de Añapiré y se
plegó a la revolución del 2 de marzo de 1816, lo cual obligó a capitular a
Juan José Viamonte, quien se había posesionado de Santa Fe con las tropas
directoriales.

Fue gobernador de Santa Fe en virtud de la revolución del 14 de julio de


1818, contra el gobernador Mariano Vera. Desde entonces inició una tenaz
actividad por la afirmación de la autonomía federal. Estanislao López tomó el
poder el 23 de julio, a los 31 años, y, hasta el día de su muerte, durante dos
décadas, estuvo al frente del gobierno de Santa Fe. Durante su gestión
rectificó y avanzó las fronteras rechazando al indio, alentó la agricultura y
fomentó el desarrollo de la ganadería.

López mostró sus dotes guerreras y la experiencia adquirida en su larga


carrera militar en numerosas oportunidades. Cuando el Directorio intervino
en Santa Fe para reprimir el movimiento autonomista, se enfrentó a la
expedición mandada por el general Balcarce, que avanzaba desde Buenos
Aires. Mientras tanto, Juan Bautista Bustos se preparaba desde Córdoba para
invadir Santa Fe, pero López lo derrotó en Fraile Muerto, el 8 de noviembre
de 1818; enseguida volvió para enfrentarse con el ejército del general Juan
Lavalle, pero no pudo evitar la caída de Santa Fe en sus manos. Decidido a
concentrar sus tropas, se dirigió luego a Añaripé, maniobra que trató de
impedir Balcarce haciendo que las fuerzas de Rafael Hortiguera lo
persiguieran. Pero éstas quedaron deshechas en el cruento combate de
Monte Aguiar, después del cual el resto del ejército porteño quedó sitiado en
la ciudad.

En 1819 el Directorio ordenó otro nuevo ataque contra Santa Fe y, tras los
combates de la Herradura y las Barrancas, el armisticio de San Lorenzo
impuso la retirada de las tropas de Buenos Aires del territorio santafecino.
López aprovechó la tregua para dar a su provincia el primer estatuto
constitucional: el reglamento de 1819, que significó un verdadero progreso
en la organización del gobierno. Junto con Ramírez libró la victoriosa batalla
de Cepeda. La victoria creó las condiciones para una República federal con
una clara división y autonomía provinciales. Triunfante la política de los
caudillos y elegido gobernador Manuel Sarratea, los ideales federalistas de
López se plasmaron con claridad en el tratado del Pilar, con el que quedaba
asentada la piedra fundamental de la reconstrucción argentina bajo un
régimen federal.

Después de la caída de Sarratea, la guerra se entabló nuevamente.


Estanislao López venció a Miguel Estanislao Soler en Cañada de la Cruz, el 27
de junio, y a Manuel Dorrego en Gamonal, el 2 de septiembre. Pocos días
más tarde ofreció la paz a Buenos Aires, gobernada entonces por Martín
Rodríguez, quien aceptó las negociaciones. Bustos, gobernador de Córdoba,
actuó como mediador; allí se firmó el tratado de Benegas, el 24 de
noviembre de 1820, que selló la paz entre Buenos Aires y Santa Fe. La
rivalidad con Francisco Ramírez hizo estallar la guerra entre los caudillos. Los
dos jefes federales se enfrentaron cuando Ramírez intentó invadir Santa Fe,
pero fue derrotado en las lomas de Coronda el 26 de mayo de 1821. Esta
victoria de López decidió a su favor la lucha por la hegemonía del litoral.

En enero de 1822 López firmó el tratado del Cuadrilátero, que ratificó los
principios acordados en Pilar. Ante la inminencia de la invasión brasileña a la
Banda Oriental, el Cabildo de Montevideo envió diputados a Santa Fe para
buscar apoyo, y el 13 de marzo de 1823 se firmó el tratado de alianza y de
defensa entre el gobierno de Santa Fe y el Cabildo de Montevideo. Deseoso
de impulsar la guerra contra el Imperio, fue designado jefe de las fuerzas
argentinas en la expedición a Misiones. En Itaquí renunció a su cargo
dejando el mando a Fructuoso Rivera. En 1829 se alió con Juan Manuel de
Rosas, quien lo recibió con grandes honras en Buenos Aires y le otorgó el
título de Ciudadano benemérito en grado heroico, nombrándolo Ilustre
Restaurador del Norte. Desde entonces hasta su muerte fue decidido
partidario del rosismo.

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