Apuntes de Leyes Sociales
Apuntes de Leyes Sociales
Apuntes de Leyes Sociales
Las leyes de la imitación, Oposición universal y La Lógica social, sino también y sobre todo,
la relación que existe entre ellas y el lazo íntimo que las une.
Introducción.
La pretensión de formar la sociología es una quimera.
la ciencia consiste en considerar una realidad cualquiera bajo estos tres aspectos: las
repeticiones, las oposiciones y las adaptaciones que en realidad encierra, y que tantas
variaciones, tantas asimetrías, tantas inarmonías impiden ver. La historia, sin embargo,
como ya sabemos, no constituye una ciencia más que en la medida en que las relaciones
de causalidad que nos señala, aparecen como establecidas entre una causa general,
susceptible de repetición o repitiéndose de hecho, y sin efecto general, no menos repetido o
susceptible de serlo. […]
P8:No es, efectivamente, la relación de la causa con el efecto, el solo elemento propio de
del conocimiento científico, sino también la historia pragmática, que es un encadenamiento
de causas y efectos, y de la que deducimos siempre las consecuencias que tal batalla o tal
insurrección han producido, lo que compone, acaso, la más útil aplicación de la ciencia
P9:las leyes de la repetición, las leyes de la oposición, las leyes de la adaptación de los
fenómenos […] Pero de estas tres llaves, la primera y la tercera son mucho más
importantes que la segunda. La primera y la segunda constituyen lo que podríamos llamar
una ganzúa poderosa; la tercera, más delicada, da acceso a los más ocultos y más
preciados tesoros; la segunda, intermediaria y subordinada, nos revela los choques y las
luchas de una utilidad pasajera, especie de término medio destinado a desvanecerse poco a
poco, aunque nunca por completo, y a no desaparecer sino parcialmente y después de
numerosas transformaciones y atenuaciones.
P10:Estas consideraciones son necesarias para indicar lo que debe ser la sociología si
quiere merecer el nombre de ciencia […] No conseguirá elevarse ni más ni menos que otra
ciencia cualquiera, sino poseyendo, y teniendo conciencia de que posee el dominio propio
de repeticiones, el dominio propio de oposiciones, el dominio propio de adaptaciones, todos
característicos y de su exclusiva propiedad.
Los ricorsi de Vico son la continuación y la perfiladura de los antiguos ciclos […];
esta tesis y la de Montesquieu sobre la pretendida semejanza de las civilizaciones
de países con los mismos climas, son dos buenos ejemplos de las repeticiones y
semejanzas superficiales o ilusorias con que la ciencia social se nutría en otros
tiempos […] Esta pretensión de encerrar los hechos sociales entre las fórmulas de
desenvolvimiento, que les evitarían repetirse englobadas con insignificantes
variaciones, ha sido el señuelo de la sociología, bien en la forma que le ha dado
Hegel con sus series de tríadas o bajo la forma más ingeniosa y precisa, sostenida
por los evolucionistas contemporáneos.
Cuando digo que toda verdadera ciencia tiende al dominio propio de repeticiones
elementales, innumerables, infinitesimales, afirmo que la verdadera ciencia reposa
sobre las cualidades que le son peculiares. Cantidad, en efecto, es posibilidad de
series infinitas, de semejanzas y repeticiones infinitamente pequeñas. He aquí por
qué me he permitido insistir en otra parte sobre el carácter cuantitativo de las dos
energías mentales que, como dos ríos divergentes, bañan la doble vertiente del yo,
su actividad intelectual y su actividad espontánea. Si se niega este carácter, se
declara imposible la sociología. Pero es evidente que no pueden negarse […]
(p.25) […] Cuanto mayores son las proporciones de una colectividad y más notable
el flujo y reflujo de la opinión, es decir, de las aspiraciones de un pueblo, afirmativas
o negativas con relación al objeto supuesto (caracterizado perfectamente por el alza
y baja en las cotizaciones de la Bolsa), más llega a ser susceptible de medida.
No es efecto de la herencia orgánica que ha hecho nacer a los hombres parecidos
unos a otros, ni de la identidad del medio geográfico que les ha proporcionado
aptitudes poco más o menos parecidas […] (p.27) sino de la sugestión-imitación,
que a partir de un primer creador de una idea la ha propagado progresivamente con
el ejemplo.
una vez metidos en la vida social, imitamos a los demás a cada momento, a menos
que no innovemos, lo cual es raro, y aún es fácil demostrar que nuestras
innovaciones son, la mayor parte de las veces, combinaciones de ejemplos
anteriores y permanecen sin ser imitadas por ser extrañas a la vida social.
una vez reciben forma y las perpetúa la tradición, imitación a nuestros antepasados,
ejercen una presión cuanto más tiránica más provechosa para el individuo.
los idiomas y las religiones son obras colectivas; que las multitudes, sin ningún
instigador, han formado desde el griego, el sánscrito y el hebreo, hasta el budismo y
el cristianismo: en una palabra, que por la acción coercitiva de la colectividad sobre
el individuo grande o pequeño, siempre sojuzgado por la colectividad, se explican
las formaciones y transformaciones de las sociedades.
El genio colectivo impersonal es, pues, función y no factor de los genios individuales
infinitamente numerosos.
Ejemplo: en un grupo se hace sentir la necesidad de expresar una idea nueva con
una palabra, el primero que imagina una expresión apropiada a la imagen para
satisfacer esta necesidad, no tiene más que pronunciarla para que bien pronto corra
ya de boca en boca de los individuos del grupo en cuestión y se extienda más tarde
a los grupos vecinos.
cada vez que uno de nosotros vacila entre dos formas de hablar, dos ideas, dos
creencias entre dos modos de obrar, tiene lugar una interferencia de irradiaciones
imitativas que parten de focos diferentes extremadamente distintos uno de otro, con
frecuencia en el espacio y en el tiempo, es decir, focos inventores, imitadores,
individuales y primitivos que se han propagado hasta él.
Toda oposición verdadera implica, pues, una conexión entre dos fuerzas, dos
tendencias, dos direcciones. Pero los fenómenos que constituyen estas dos fuerzas,
pueden ser de dos clases: cualitativos y cuantitativos, mejor dicho, formados por
fases heterogéneas o por fases homogéneas. Una serie de fases heterogéneas es
una evolución cualquiera que puede ser considerada […] como reversible y
susceptible de retrogradar, siguiendo un camino precisamente inverso. […] Una
serie de fases homogéneas es la evolución especial que llamamos aumento o
disminución, crecimiento o decrecimiento, alza o baja.
Al escribir, vacilo con frecuencia entre dos locuciones sinónimas, cada una de las
cuales se presenta como más apropiada en un momento dado: aquí interfieren en
mí dos irradiaciones imitativas; considero dos series de hombres que, a partir de los
primeros inventores de una palabra y otra, han venido a unirse en mí. Porque yo he
aprendido cada una de esas palabras de un individuo que, a su vez, las aprendió de
otro, y así sucesivamente hasta el primero que las pronunció. (Esto es a lo que
llamo, una vez más, irradiación imitativa, la totalidad de irradiaciones de ese género
que se desprenden de un inventor, de un imitador, de un innovador cualquiera cuyo
ejemplo se propaga, es a lo que yo llamo resplandor imitativo. La vida social se
compone de un espeso entrecruzamiento de irradiaciones de este género, entre las
cuales las interferencias son in-(p.62)numerables). […]
Pero es principalmente por sus efectos o más bien, por su ineficacia, por lo que la
oposición simplemente individual difiera de la social elemental, que, sin embargo, es
también individual. Algunas veces la vacilación del individuo queda encerrada en él
y no se propaga ni tiende a propagarse imitativamente entre sus semejantes; en
este caso, el fenómeno es puramente individual.
Existe una tercera forma de lucha social: la discusión. Sin duda está comprendida
en las precedentes; pero si la guerra y la concurrencia son discusiones, la primera
es una discusión en actos mortíferos, la segunda de actos ruinosos. Digamos cuatro
frases sobre la discusión de palabra pura y simplemente. Ésta también, cuando
evoluciona (porque existen muchísimas discusiones privadas que no lo hacen y
mueren donde han nacido felizmente), lo verifica como acabamos de decir, aunque
en este caso el fenómeno sea menos visible.
Esto es […] porque las cosas sociales cualesquiera, un dogma, una locución, un
principio científico, un rasgo de costumbres, una oración, un procedimiento
industrial, etc., al tender a propagarse geométricamente por repetición imitativa,
interfieren unas con otras con fortuna o con desgracia, es decir, que se encuentran
en disonancia con las ideas de otros cerebros donde dan lugar a los duelos lógicos
o teológicos, primer germen de las oposiciones sociales, guerras, concurrencias,
polémicas, y que por su lado armónico interfieren en los ce-(p.81)rebros, formando
uniones lógicas, inventos e iniciativas fecundas, fuente de toda adaptación social.
[…] (p.95) Los teólogos, que han sido siempre los primeros sociólogos […] sin
saberlo, conciben muchas veces la trama de todos los hechos de la historia de los
pueblos como convergente, desde los principios de la humanidad hacia el
advenimiento de su culto.
EVOLUCIÓN SOCIAL.
[C]uanto (p.114) más se han desarrollado las civilizaciones que imperan en la tierra
[…] más se han acentuado su originalidad y diferencias. Sin embargo […] [s]ólo hay
una idea o un corto número de ellas, situadas en el aire, que mueven el mundo; y
hay millares de miles que luchan por la gloria de haberlo gobernado. Esas ideas que
agitan el mundo son las mismas que hacen lo propio con sus actores: cada uno de
ellos ha batallado por hacer triunfar la suya, sueño de reorganización local, nacional
o internacional, que se desarrollaba al realizarse, como, aun desvaneciéndose,
algunas veces se amplificaba. Cada individuo histórico ha tenido en proyecto una
nueva humanidad, y todo ser, todo esfuerzo individual ha sido para la afirmación de
este fragmentario universal que contenía su apreciación.
Conclusión.