Convivencia Centro de Estudiantes

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Centro de Estudiantes

Los centros de estudiantes son órganos de organización y representación de los


estudiantes y sus intereses tanto ante los directivos y docentes de la escuela, en
defensa de sus intereses como grupo, como a un nivel social más general, en
tanto espacio colectivo de elaboración y discusión en torno a sus propios
proyectos educativos, académicos, culturales y políticos.

Objetivos:

Cada escuela establece, en el reglamento interno, sus propios fines y objetivos. Entre
otros, podemos mencionar:

• Canalizar las inquietudes de los estudiantes a las autoridades del establecimiento


educativo

• Defender los derechos de los estudiantes, representarlos ante directivos y otros


estamentos

• Llevar adelante actividades académicas, sociales y culturales, tanto al interior de la


institución como de extensión. Contribuir a la formación de sujetos ciudadanos en las
escuelas

• Aportar a la mejora de la calidad y la igualdad educativa en la institución. (faltarìa


chequear con las funciones que expresa la ley de representación estudiantil)

Funcionamiento:

A través del Estatuto o Reglamento Interno, elaborado por los estudiantes, se define el
funcionamiento del Centro de Estudiantes.

Más allá de las formas que adopte la participación en las escuelas, es importante tener
presente que cualquier alumno tiene derecho a ser parte, en tanto representante,
representado o en forma directa, de las distintas instancias de participación que se
implementen en las escuelas.
¿Quiénes participan?

El centro de estudiantes está conformado por la totalidad de los alumnos que


concurren a un establecimiento educativo. Si la escuela cuenta con más de un turno,
todos los estudiantes de todos los turnos conformarán un único centro de estudiantes.
No todos cumplirán los mismos roles ni tendrán el mismo grado de compromiso, pero
todos participarán de las instancias de votación.

¿Cómo funcionan?

Los centros de estudiantes funcionan a través de las Asambleas (hay asambleas


ordinarias y extraordinarias), un cuerpo de delegados, la conducción y las comisiones
de trabajo (prensa y difusión, derechos humanos, cultura, deportes, extensión, entre
otras). Estas asambleas se realizan a los efectos de dar tratamiento a temas que los
estudiantes consideran de importancia para ser trabajados colectivamente.

La asamblea del centro de estudiantes suele ser la instancia más representativa de


organización, ya que en la mayoría de los estatutos se establece que en ella la
totalidad de los estudiantes del colegio tienen voz, y voto y se realizan con el objetivo
de discutir algún tema en particular de inquietud entre los estudiantes. Puede ser
ordinaria o extraordinaria.

En algunos casos, el Estatuto puede definir que de la Asamblea participen sólo los
delegados de curso o aula. Ello quedará sujeto a los acuerdos que alcancen los
estudiantes que elaboren el reglamento.

El cuerpo de delegados es el encargado de mantener un nexo permanente entre todo


el colegio llevando los debates o propuestas de cada curso. Es la instancia que sigue en
representatividad ya que cuenta con la representación de la totalidad de los cursos del
colegio y solamente resuelve si es imposible la realización de una asamblea.
La conducción del centro está formada por una agrupación de estudiantes electa
anualmente por el voto de todos los estudiantes. Es la instancia menos representativa
de decisión de los centros de estudiantes y solamente resuelve si es imposible la
realización de una asamblea o de una reunión de cuerpo de delegados.

Comisiones de trabajo: los estudiantes que no son delegados ni parte de la conducción


pueden participar de las comisiones de trabajo.

Muchas de estas cuestiones están contempladas en el reglamento interno, es por lo


tanto en su elaboración que se definirán los roles y funciones de sus integrantes, el
modo de funcionamiento del órgano, la frecuencia de las reuniones, etc.

Puede suceder que no se redacte un reglamento interno, sino que el centro comience
a funcionar sin reglamento, si este se vaya realizando sobre la marcha.

¿Cómo se crea un centro de estudiantes?

Recordemos que la Ley de representación estudiantil sostiene que los centros de


estudiantes se originan como iniciativa de los estudiantes, pero que corresponde a las
autoridades promoverlos y garantizar las condiciones institucionales de
funcionamiento.

Son muchas las maneras en que los estudiantes pueden organizarse para crear un
centro de estudiantes. Una posibilidad (y sólo a modo de ejemplo) es:

• Convocar a una reunión a todos los estudiantes interesados en el proyecto.


Esto puede hacerlo un grupo de alumnos interesados en la temática, o los
adultos de la escuela.

• Pueden pedir asesoramiento a docentes o autoridades de la escuela, o


convocar a otras escuelas con Centros de Estudiantes para que les cuenten su
experiencia y los ayude a pensar un plan de trabajo.

• Una vez que se han puesto de acuerdo, algunos representantes del grupo
pasarán por las aulas contando la iniciativa (qué es un centro de estudiantes,
por qué quieren conformarlo, cuáles son los objetivos), solicitando que elijan
por medio de la votación, a los delegados (no más de dos por curso).
• Una vez formado el cuerpo de delegados, se fija una fecha de elecciones para la
conducción y se arma una agenda de trabajo del cuerpo de delegados, con los
temas y actividades que propongan los estudiantes de todos los cursos.

• Entre todos elegirán una fecha para la realización de las elecciones. Las
autoridades de la escuela tienen que proveer el listado total de los alumnos de
la institución para conformar el patrón de votación.

• Una vez realizada la elección de la conducción del centro, es ella quien convoca
las reuniones de delegados y garantiza el funcionamiento del centro de
estudiantes.

¿Qué rol juegan las autoridades del colegio en la organización del centro de
estudiantes?

Recordemos que los Centros de estudiantes son instancias de organización y


representación de los estudiantes y sus intereses ante los directivos y docentes de la
escuela.

Para poder desempeñar correctamente esta función deben por lo tanto constituirse
como espacios autónomos, esto es, auto-organizados por los estudiantes mismos y con
una participación de carácter plenamente voluntario. Los directivos y docentes pueden
acompañar y colaborar con el proceso de construcción de un centro, pero no deben
intervenir en la elaboración de sus estatutos (si los hubiera), elecciones de cargos,
conformación institucional, etc., ya que las decisiones que competen al Centro deben
ser tomadas únicamente y de manera directa por los estudiantes.

La escuela tiene que intervenir básicamente en dos planos:

• informando a los estudiantes sobre la posibilidad de creación de estos espacios


de auto-organización, y ofreciendo un reconocimiento por parte de la escuela.
Esto significa que la institución ante una situación de conflicto, de demandas de
los estudiantes o de decisión de la conformación de espacios institucionales de
participación, reconocerá al Centro y a sus autoridades electas como instancia
de representación legítima de los intereses estudiantiles, y
• ofreciendo en el proceso de constitución del Centro la ayuda (teórica,
organizativa, etc.) que los estudiantes soliciten, sin intentar limitar el accionar
legítimo de los estudiantes. Por ejemplo, permitiendo que ciertas actividades
del centro se realicen en horario escolar (previo acuerdo con las autoridades de
la escuela); y, dentro de las posibilidades de la institución, prestar espacio físico
para dichas actividades.

- Autonomía y reconocimiento del Centro de estudiantes: la representación como


construcción en proceso

Es necesario entender que la autonomía no es simplemente la no injerencia de la


escuela en las decisiones de los estudiantes. La autonomía tiene que ser autonomía en
la escuela, y para que esto suceda debe ser construida tanto por los estudiantes como
por las autoridades. Por el lado de los estudiantes, estos tienen la responsabilidad de
construir una organización que sea verdaderamente representativa de todos los
estudiantes, y no sólo para aquellos que participan del núcleo de representantes. Es
importante que el Centro no se convierta en sinónimo o propiedad de quienes lo
conducen, que ofrezca a todos la posibilidad de participar, que sea transparente, y que
mantenga su autonomía con respecto a docentes y directivos. Pero sobre todo, que
desarrolle su tarea seriamente y con responsabilidad.

A la hora de pedir “seriedad” y “responsabilidad”, las autoridades también tienen un


rol importante. Es impensable que la escuela reclame seriedad si ella misma no toma
en serio al Centro. Y para esto es necesario incluir y reconocer la construcción que los
estudiantes realicen, a través no sólo de una declaración de buenas intenciones sino
de actos concretos, para que el centro sea verdaderamente autónomo y no una
instancia desligada de la institución escolar.

Esto implica de parte de la escuela no una intromisión directa, pero sí un


acompañamiento. La organización de un Centro es un aprendizaje para los mismos
estudiantes que los docentes pueden acompañar, teniendo en cuenta que en más de
una ocasión será parte del tiempo y del espacio de la escuela (lugares físicos y horas
escolares para el desarrollo de algunas de las actividades por ejemplo).

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