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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019.

QUEJOSO Y RECURRENTE:
**********.

VISTO BUENO
SR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.
SECRETARIO: HÉCTOR VARGAS BECERRA.

Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación correspondiente a la sesión virtual de
seis de mayo de dos mil veinte.

V I S T O S, para resolver los autos del Amparo en Revisión


336/2019, interpuesto por **********, contra la sentencia que dictó el
Juez Quinto de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Estado de
Jalisco, en audiencia constitucional de dieciséis de abril de dos mil
dieciocho, que se engrosó el cuatro de mayo siguiente, en el Amparo
Indirecto **********; y,

R E S U L T A N D O:

P R I M E R O. ANTECEDENTES.1

1). **********, señaló que su personal, que laboraba en el


domicilio ubicado en la **********, **********, ********** en Guadalajara,
Jalisco, le informó que en diversas ocasiones, acudieron al lugar
policías federales y de la Fuerza Policial Metropolitana del Estado,
para que en cumplimiento a lo ordenado por los correspondientes
1
Información extraída de la demanda de amparo que obra en el Cuaderno del Juicio de Amparo Indirecto
**********, del índice del Juzgado Quinto de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Estado de Jalisco.
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Ministerios Públicos de los Estados de Jalisco y Nayarit, en las


respectivas indagatorias que se instruían en su contra, los
acompañara y proporcionara datos sobre las correspondientes
denuncias en las que le atribuían la comisión o participación en
diversos hechos delictivos, sin que les mencionaran las agencias o
los números de expediente.

Por esa razón, representantes de **********, acudieron ante el


Fiscal General en el Estado de Jalisco, y solicitaron, verbalmente,
que se les diera acceso a las averiguaciones o carpetas de
investigación, en las que aquél estuviera involucrado; lo que se les
negó, bajo el argumento de que no se encontraba en los supuestos
de los artículos 218 y 219 del Código Nacional de Procedimientos
Penales, y por tanto, no tenía derecho a acceder a las constancias
que integraban las carpetas de investigación respectivas.

2). También se presentaron ante el Fiscal General del Estado


de Nayarit, a efecto de que se les informara sobre las indagatorias
que se estuvieran integrando en contra aquél; sin embargo, no
obtuvieron respuesta.

3). Por ello, **********, en sendos escritos de veintitrés y


veintiséis de octubre de dos mil diecisiete, solicitó a los Fiscales
Generales de los Estados de Jalisco y Nayarit, que se le
proporcionara la información correspondiente de las averiguaciones
previas o carpetas de investigación en las que se encontrara
relacionado como parte o imputado, se le diera acceso a las mismas,
y se le emplazara debidamente. No obstante, dichas autoridades
fueron omisas en proveer lo conducente.

S E G U N D O. AMPARO INDIRECTO. Derivado de ello,


**********, en escrito que se presentó en la Oficina de Correspondencia
Común de los Juzgados de Distrito de Amparo en Materia Penal en el

2
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Estado de Jalisco, con residencia en Zapopan, el


veintinueve de enero de dos mil dieciocho,2
promovió amparo indirecto, en el que además,
reclamó la inconstitucionalidad e inconvencionalidad, de la fracción
VIII, del artículo 113 del Código Nacional de Procedimientos Penales,
por estimar que vulneraba los derechos fundamentales de igualdad,
seguridad jurídica, legalidad, audiencia y de defensa adecuada; y al
respecto, señaló como autoridades responsables:

1. Al Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos;

2. La Cámara de Diputados del Congreso de la Unión; y,

3. La Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.

Asimismo, reclamó la aplicación de dicha norma, en la negativa


verbal y la omisión de darle respuesta a los correspondientes escritos
que presentó, a efecto de que se le proporcionara información
respectiva y se le permitiera el acceso a las correspondientes
indagatorias en las que se encontraba señalado como imputado; lo
que atribuyó a los Fiscales Generales de los Estados de Jalisco y
Nayarit.

Conoció del asunto el Juzgado Quinto de Distrito de Amparo en


Materia Penal en el Estado de Jalisco, con residencia en Zapopan,
cuyo titular, en auto de treinta enero siguiente, lo registró con el
número **********, y previo a resolver sobre su admisión, requirió al
quejoso para que manifestara, bajo protesta de decir verdad, la fecha
exacta en que tuvo conocimiento “de la negativa a darle información y
acceso a las indagatorias”, que según su dicho, se instruían en su
contra como acusado o denunciado.3

2
Ibídem. Foja 2.
3
Ibídem. Foja 48.

3
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

El quejoso desahogó la prevención, en escrito que se presentó


en la misma fecha ante el Juzgado de Distrito, en el que señaló que la
petición verbal se hizo al Fiscal General del Estado de Nayarit, el seis
de diciembre de dos mil diecisiete, y al Fiscal General del Estado de
Jalisco, el diecinueve de enero de dos mil dieciocho; mientras que la
petición escrita, se hizo al Fiscal de Nayarit, el diecisiete de enero de
ese año, y al Fiscal de Jalisco, el veintidós de enero siguiente.

En auto de treinta y uno de enero posterior, el Juez de Distrito


tuvo por desahogada la prevención, admitió a trámite la demanda de
amparo, ordenó la apertura del incidente de suspensión, solicitó su
informe justificado a las autoridades señaladas como responsables,
fijó fecha para la celebración de la audiencia constitucional, y dio
intervención al Ministerio Público de la Federación adscrito.4

La audiencia constitucional se celebró el dieciséis de abril


siguiente, en la que se dictó la sentencia respectiva, que se engrosó el
cuatro de mayo subsecuente, en la que por una parte, se sobreseyó
en el juicio, y por otra, se negó al quejoso el amparo que solicitó.5

T E R C E R O. RECURSO DE REVISIÓN. Inconforme con lo


resuelto, el quejoso, en escrito que se presentó en la Oficina de
Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito de Amparo en
Materia Penal en el Estado de Jalisco, con residencia en Zapopan, 6 el
veintidós de mayo de dos mil dieciocho, interpuso recurso de revisión.
Conoció del asunto el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal
del Tercer Circuito, con residencia en Zapopan, Jalisco, cuyo
Presidente, en auto de primero de agosto siguiente, admitió a trámite
el recurso y lo registró con el número **********; en auto de doce de

4
Ibídem. Foja 62.
5
Ibídem. Fojas 126 a 149.
6
Cuaderno del Amparo en Revisión **********, del índice del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal
del Tercer Circuito. Foja 3.

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marzo de dos mil diecinueve,7 el Magistrado que


se designó como Ponente en el asunto, ordenó,
en términos del segundo párrafo, del artículo 73
de la Ley de Amparo, hacer público el proyecto de resolución.

Luego, en Acuerdo Plenario de dieciséis siguiente, se hizo


constar que en sesión de veintisiete de marzo anterior, por
unanimidad de votos, se determinó enviar el recurso de revisión a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que determinara lo que
en derecho procediera, en razón de que el Tribunal Colegiado se
declaró legalmente incompetente para conocer de la revisión,
respecto de la constitucionalidad de la fracción VIII, del artículo 113
del Código Nacional de Procedimientos Penales; máxime que sobre el
tema no se había integrado jurisprudencia, ni existían cinco
precedentes emitidos por el Pleno o las Salas del Alto Tribunal. Por lo
que se ordenó enviar el recurso de revisión al Alto Tribunal del país,
donde se recibió el veinticinco de abril de dos mil diecinueve.8

El Presidente de la Suprema Corte, en auto de treinta de abril


siguiente, registró el recurso con el número 336/2019, y requirió los
autos del amparo indirecto **********. Luego, en auto de seis de junio
siguiente, se tuvo por desahogado el requerimiento y determinó
asumir la competencia originaria para conocer del recurso, se radicó
en la Primera Sala, por tratarse de un asunto de su especialidad, y el
asunto se turnó para su estudio al Ministro Jorge Mario Pardo
Rebolledo.9

El Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, en auto de nueve de agosto subsecuente,

7
. Ibídem. Fojas 87 a 95.
8
Cuaderno del Amparo en Revisión 336/2019. Fojas 2 a 3.
9
Ibídem. Fojas 59 a 61.

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

ordenó avocarse al conocimiento del asunto y lo envió a la Ponencia


designada para la elaboración del proyecto de resolución.10

C O N S I D E R A N D O:

P R I M E R O. COMPETENCIA. Esta Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, es legalmente competente
para conocer del recurso de revisión, en términos de lo dispuesto por
los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos; 83 de la Ley de Amparo; y, 21 fracción
II, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, toda vez
que se interpuso en contra de una sentencia que se dictó en audiencia
constitucional de un juicio de amparo indirecto, por un Juez de Distrito,
en el que se reclamó la constitucionalidad de una norma de carácter
general del orden federal, como lo es la fracción VIII, del artículo 113
del Código Nacional de Procedimientos Penales. Sin que sea
necesaria la intervención del Tribunal Pleno, porque la resolución del
mismo no implica fijar un criterio de importancia para el orden jurídico
nacional, ni reviste algún interés excepcional.

S E G U N D O. OPORTUNIDAD. El recurso se presentó dentro


del plazo de diez días a que refiere el artículo 86 de la Ley de Amparo,
pues la sentencia impugnada se notificó al autorizado del quejoso, en
comparecencia personal en el local del Juzgado, el siete de mayo de
dos mil dieciocho;11 por lo que surtió sus efectos el ocho de mayo
siguiente, de conformidad con la fracción II del artículo 31 de la Ley de
Amparo.

Por tanto, el plazo para interponer el recurso transcurrió del


nueve al veintidós de mayo de dos mil dieciocho, sin tomar en cuenta

10
Ibídem. Fojas 99 a 100.
11
Cuaderno del Juicio de Amparo Indirecto **********. Foja 162.

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los días doce, trece, diecinueve y veinte de mayo,


por ser inhábiles –sábados y domingos-, en
términos de lo dispuesto en el artículo 19 de la
Ley de Amparo.

Luego, si el recurso se presentó el veintidós de mayo de dos mil


dieciocho, ante la Oficina de Correspondencia Común de los
Juzgados de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Estado de
Jalisco, con residencia en Zapopan, su interposición resultó oportuna.

T E R C E R O. LEGITIMACIÓN. **********, está legitimado para


interponer el recurso de revisión, pues en el juicio de amparo
indirecto, tuvo la calidad de quejoso, en términos de la fracción I, del
artículo 5 de la Ley de Amparo.

C U A R T O. CUESTIONES NECESARIAS PARA RESOLVER


EL RECURSO. Para tales efectos, es necesario tener presente:

I). CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. En la demanda de amparo,


como argumento de constitucionalidad, el quejoso hizo valer, en
síntesis:

La fracción VIII, del artículo 113 del Código Nacional de


Procedimientos Penales, vulneraba los artículos 1º, 14, 16 y 20 de la
Constitución Federal, así como lo previsto en los artículos 14 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, pues transgredía
los derechos fundamentales de igualdad, seguridad jurídica y
legalidad.

Ello, porque enumeraba los derechos que tenía una persona


imputada dentro de una carpeta de investigación, que atañían al
derecho a una defensa adecuada, reconocido en el artículo 1º

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

constitucional, y 8º de la Convención Americana sobre Derechos


Humanos.

Precepto que si bien señalaba uno de los derechos torales que


podía de hacer valer una persona acusada, al momento de ejercer
sus derechos a una defensa adecuada; sin embargo, también
limitaba, restringía y menoscababa ese derecho, al establecer que
existían ciertos supuestos en los que una persona no podía hacer
valer de forma plena sus derechos de audiencia y defensa
adecuada. Restricción que se precisaba en los artículos 218 y 219
del Código Nacional de Procedimientos Penales.

De acuerdo con la norma reclamada, una persona acusada


ante la autoridad competente por la supuesta comisión de hechos
presuntamente delictivos, tenía derecho a saber quién y de qué se
le acusaba, así como las pruebas que obraran en su contra, y a
ofrecer los medios tendentes a desvirtuar la acusación. No obstante,
el precepto establecía que los derechos de audiencia y defensa
adecuada, estaban limitados, condicionados, restringidos y/o
menoscabados en ciertos supuestos, lo que era inconstitucional e
inconvencional.

Estimar lo contrario, haría nugatorio los derechos a una


defensa adecuada en una indagatoria ministerial, pues el precepto
reclamado delimitaba que era posible el acceso a las constancias
que la integraban, en ciertos supuestos previstos en la propia ley
adjetiva, a fin de saber el hecho atribuido y quién denunciaba al
imputado, a efecto de rendir las pruebas para desvirtuar la
acusación; ello, previo a que el Ministerio Público emitiera la
resolución correspondiente en la indagatoria, con la finalidad de
otorgarle al quejoso la posibilidad de comparecer para ofrecer y
desahogar pruebas. Así, conforme al artículo reclamado, el acusado
dentro de una indagatoria, no tendría derecho a comparecer en las
respectivas diligencias, eliminando de igual forma el principio de
contradicción; ello, en contravención a una defensa adecuada.

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

El artículo impugnado, determinaba que el


derecho a una defensa adecuada no era
inherente al ser humano, sino que se trataba
de una protección cuya existencia y/o eficacia
se condicionaba al momento procesal en el que se encontraba la
persona que lo pretendía hacer valer. Por tanto, no se preveía que
la persona acusada pudiera ejercer de manera plena su derecho de
defensa, pues éste no se actualizaba; y en consecuencia, estaba
imposibilitada para acudir a cierta instancia constitucional, en
búsqueda de los medios necesarios para que se viera restituida.

Lo que era contrario al artículo 1º constitucional, y a las


resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
como los casos “Ruano Torres y otros vs el Salvador”, y “Barreto
Leiva vs Venezuela”, que tenían el carácter de jurisprudencia y eran
vinculantes para las autoridades jurisdiccionales. Se invocó el
criterio de rubro: “JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. ES VINCULANTE
PARA LOS JUECES MEXICANOS SIEMPRE QUE SEA MÁS
FAVORABLE A LA PERSONA”, emitido por el Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.

Si bien era cierto que la Constitución Federal y el Código


Nacional de Procedimientos Penales, delimitaban los supuestos en
los que se le permitía a un acusado o imputado el acceso a las
constancias de la carpeta de investigación, lo cierto era que se
limitaba el alcance del derecho de defensa adecuada, en los
términos que señaló la Corte Interamericana de Derechos Humanos;
lo que era contrario al principio pro persona. Se invocó la
jurisprudencia de la Primera Sala de la Suprema Corte, de rubro:
“PRINCIPIO PRO PERSONA. CRITERIO DE SELECCIÓN DE LA
NORMA DE DERECHO FUNDAMENTAL APLICABLE”. Por lo que en
caso de que existieran dos normas que pudieran llegar a aplicarse
en un caso, debía optarse por la que resultara más amplia; en el
caso, la jurisprudencia de la Corte Interamericana. Así, se solicitó

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que se realizara el control de convencionalidad correspondiente; y al


respecto, se invocó la jurisprudencia del Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, de rubro: “CUESTIÓN CONSTITUCIONAL.
PARA EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL RECURSO DE REVISIÓN
EN AMPARO DIRECTO, SE SURTE CUANDO SU MATERIA VERSA
SOBRE LA COLISIÓN ENTRE UNA LEY SECUNDARIA Y UN TRATADO
INTERNACIONAL, O LA INTERPRETACIÓN DE UNA NORMA DE
FUENTE CONVENCIONAL, Y SE ADVIERTA PRIMA FACIE QUE
EXISTE UN DERECHO HUMANO EN JUEGO”.

Al advertirse una limitación al derecho de defensa adecuada,


inserta en el precepto reclamado, debía inaplicarse por
inconstitucional e inconvencional. Se invocó la jurisprudencia de la
Primera Sala de la Suprema Corte, de rubro: “CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. NO ES
UNA CUESTIÓN DE SUBSIDIARIEDAD, POR LO QUE DEBE
LLEVARSE A CABO AUN CUANDO EL DERECHO HUMANO DE QUE
SE TRATE ESTÉ CONTENIDO EN LA CONSTITUCIÓN FEDERAL” .

Se debía tomar en cuenta lo referido por la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, respecto a que a toda
persona se le debía garantizar el acceso a cualquier tipo de
procedimiento en el que se investigaran hechos en los que se
encontrara señalada, desde el momento en que se formulaba la
denuncia de hechos ante la autoridad correspondiente.

Se dijo que el precepto tildado de inconstitucional, conforme al


caso “Barreto Leiva vs Venezuela”, supeditaba el derecho de
defensa adecuada a las limitaciones previstas en el propio Código
Nacional de Procedimientos Penales; es decir, establecía cuándo
debía prevalecer ese derecho y cuándo no.

El derecho de defensa adecuada, se materializaba al otorgar la


información y consecuente acceso a la carpeta de investigación,
derivado de la correspondiente acusación en contra de una persona;
ello, por encima de cualquier ley secundaria que presupusiera el

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cumplimiento a las formalidades del


procedimiento, ni debía disminuirse ante la
facultad del Estado de garantizar la eficacia
de las investigaciones de índole penal;
máxime que la Corte Interamericana había determinado que todo
acusado debía encontrarse material y jurídicamente en posibilidad
de tener conocimiento y acceso a los procedimientos en los que se
investigaban hechos en su contra, a partir de que fuera formulada la
acusación.

Sin que llegara a convalidarse la restricción a la investigación,


con la mención del carácter de reservado que le correspondía a las
indagatorias; es decir, la facultad del Estado de garantizar la eficacia
de las investigaciones, no podía demeritar el derecho del imputado
de contar con los medios de defensa adecuados, y con los que
pretendiera demostrar su inocencia respecto de los hechos
posiblemente delictivos que se le imputaban.

II). CONSIDERACIONES DE LA RESOLUCIÓN RECURRIDA.


El Juez de Distrito, por una parte, sobreseyó en el juicio; y por otra, en
lo relativo al planteamiento de constitucionalidad que hizo el quejoso,
le negó el amparo que solicitó. Ello, con base en los siguientes
razonamientos:

I). En cuanto a la fijación de los actos reclamados, se


determinó que de la demanda de amparo se apreciaba que el
quejoso reclamó del Presidente y las Cámaras de Diputados y de
Senadores del Congreso de la Unión, la iniciativa, discusión,
aprobación, promulgación y publicación del decreto que contenía el
artículo 113, fracción VIII, del Código Nacional de Procedimientos
Penales.

En tanto que, de un análisis de la demanda de amparo, de


ampliación y los informes que rindieron los Fiscales Generales de los

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Estados de Nayarit y Jalisco, se arribó a la conclusión de que se les


reclamó la omisión de dar contestación a los escritos que el quejoso
les presentó, de manera respectiva, el diecisiete y veintidós de enero
de dos mil dieciocho, así como la aplicación del 113, fracción VIII, del
Código Nacional de Procedimientos Penales.

II). Con relación al acto que se reclamó del Fiscal General del
Estado de Nayarit, relativo a la aplicación del artículo 113 del Código
Nacional de Procedimientos Penales; se destacó que al rendir su
informe justificado, negó su existencia, y como el quejoso no ofreció
prueba alguna para desvirtuar el sentido negativo del informe, se
sobreseyó en el juicio de amparo, en términos de los artículos 63,
fracción IV y 65 de la Ley de Amparo; pues en el acuerdo de dos de
febrero de dos mil dieciocho, con el que se dio contestación a la
solicitud del quejoso, no se advirtió que hubiera aplicado el numeral
tildado de inconstitucional.

III). Respecto de los actos atribuidos al Presidente de los


Estados Unidos Mexicanos, a la Cámara de Senadores y de
Diputados del Congreso de la Unión, se determinó su existencia,
pues así lo reconocieron expresamente al rendir sus informes
justificados.

No se soslayó que no se llamó a juicio como autoridad


responsable al Director del Diario Oficial de la Federación; sin
embargo, se dijo que ello no era impedimento para resolver en el
amparo, máxime que en su caso, tendría el carácter de autoridad
ejecutora, ya que únicamente publicitaba la voluntad del Congreso de
la Unión, como su superior jerárquico.

Por lo que hace al Fiscal General del Estado de Jalisco, se


precisó que pese a que negó la existencia de los actos que se le
atribuyeron, del contenido de su informe justificado y anexos, se
desprendió su existencia, pues no obstante de que el veinticuatro de

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enero de dos mil dieciocho, contestó la petición


de información que solicitó el quejoso, a la
fecha de presentación de la demanda de
amparo, el veintinueve de enero siguiente, no
le había sido notificada esa determinación.

Además, en apoyo a su informe justificado, remitió copia certificada


del oficio con terminación 760/2018, entre cuya fundamentación, se
invocó, entre otros artículos, el 113 del Código Nacional de
Procedimientos Penales; documental a la que se atribuyó valor
probatorio pleno.

Y en lo concerniente al acto reclamado al Fiscal General del


Estado de Nayarit, consistente en la omisión de dar contestación al
escrito que le presentó el quejoso el diecisiete de enero de dos mil
dieciocho, en el que le solicitó que le informara sobre las
averiguaciones previas o carpetas de investigación, seguidas en su
contra; se destacó que de las copias certificadas que adjuntó a su
informe justificado, se desprendía su certeza, pues si bien era cierto
que dio contestación a la promoción del quejoso, esa determinación,
a la fecha en que acudió al juicio de amparo (veintinueve de enero de
dos mil dieciocho) no le había sido notificada, pues ello aconteció
hasta el ocho de febrero posterior. Por tanto, al momento de la
promoción del juicio constitucional, el acto reclamado aún subsistía.

IV). Luego, en el apartado referente a la procedencia, se


sobreseyó respecto del acto que se reclamó del Fiscal General del
Estado de Nayarit, que se hizo consistir en la omisión de dar
respuesta al escrito que se presentó el diecisiete de enero de dos mil
dieciocho; ello, por estimar que se actualizó la causal de
improcedencia prevista en la fracción XXI, del artículo 61 de la Ley de
Amparo, porque de los anexos que agregó a su informe justificado,
se advirtió que acordó lo jurídicamente pertinente con relación a la

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petición que formuló el quejoso por escrito y que se presentó en esa


fecha.

Por tanto, el acto de naturaleza omisiva que se reclamó, cesó


en sus efectos, porque el auto de dos de febrero de dos mil
dieciocho, que dictó la autoridad, en el que contestó la solicitud del
quejoso, se le notificó personalmente en el domicilio que señaló para
tales efectos, el ocho de febrero posterior.

V). Respecto de la causal de improcedencia que invocó la


Cámara de Senadores del Congreso de la Unión, en la que estimó
que se actualizaba lo previsto en la fracción XII, del artículo 61 de la
Ley de Amparo, porque el quejoso carecía de interés jurídico y
legítimo para reclamar la inconstitucionalidad del artículo impugnado,
se desestimó bajo el argumento de que de las constancias que
remitió el Fiscal General del Estado de Jalisco, se advertía que en el
oficio 760/2018, con el que se dio contestación a la petición del
quejoso, de veintidós de enero de dos mil dieciocho, se fundó, entre
otros artículos, en el 113 del Código Nacional de Procedimientos
Penales. Y por tanto, existió un acto aplicación que lo legitimaba para
reclamar su inconstitucionalidad.

VI). Se calificaron de infundados los conceptos de violación en


los que el quejoso adujo que la fracción VIII, del artículo 113 del
Código Nacional de Procedimientos Penales, vulneraba los artículos
14, 16 y 20 constitucionales, porque transgredía los derechos
fundamentales de igualdad, seguridad jurídica y legalidad, por
restringir y menoscabar su derecho, al establecer ciertos supuestos
en los que una persona no podía hacer valer de forma plena sus
derechos de audiencia y adecuada defensa, que se preveían en los
artículos 218 y 219 del mismo cuerpo normativo, pues el precepto
impugnado establecía limitaciones o restricciones, y por tanto, era
inconstitucional e inconvencional.

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Lo anterior, bajo el argumento de que de


acuerdo con la Constitución Federal, para que
naciera la obligación de la autoridad que
integraba una carpeta de investigación, de
facilitar a un gobernado y su defensor, los datos de prueba
necesarios para su defensa, era necesario que el imputado se
encontrara detenido, cuando se pretendiera recibir su declaración o
entrevista, y antes de su primera comparecencia ante el Juez; en
esos casos, podía consultar los registros con la oportunidad debida
para preparar la defensa.

Del artículo 113 Código Nacional de Procedimientos Penales,


que se tildó de inconstitucional, y que remitía a los artículos 218 y
219 del mismo ordenamiento legal,12 se advertía que la investigación
era reservada y que las partes podían tener acceso a los registros de
la investigación y todos los documentos, independientemente de su
contenido o naturaleza, así como a los objetos, registros de voz e
imágenes, o cosas que estuvieran relacionados, pues éstos eran
estrictamente reservados y sólo las partes podían acceder a ellos;
esto es, la víctima u ofendido y su asesor jurídico, podrían hacerlo en
12
“Artículo 113. Derechos del imputado - - - El imputado tendrá los siguientes derechos: - - - […] VIII. A tener
acceso él y su defensa, salvo las excepciones previstas en la ley, a los registros de la investigación, así como
a obtener copia gratuita, registro fotográfico o electrónico de los mismos, en términos de los artículos 218 y
219 de este Código. […].
Artículo 218. Reserva de los actos de investigación
Los registros de la investigación, así como todos los documentos, independientemente de su contenido o
naturaleza, los objetos, los registros de voz e imágenes o cosas que le estén relacionados, son estrictamente
reservados, por lo que únicamente las partes, podrán tener acceso a los mismos, con las limitaciones
establecidas en este Código y demás disposiciones aplicables.
La víctima u ofendido y su Asesor Jurídico podrán tener acceso a los registros de la investigación en
cualquier momento.
El imputado y su defensor podrán tener acceso a ellos cuando se encuentre detenido, sea citado para
comparecer como imputado o sea sujeto de un acto de molestia y se pretenda recibir su entrevista, a partir
de este momento ya no podrán mantenerse en reserva los registros para el imputado o su Defensor a fin de
no afectar su derecho de defensa. Para los efectos de este párrafo, se entenderá como acto de molestia lo
dispuesto en el artículo 266 de este Código.
En ningún caso la reserva de los registros podrá hacerse valer en perjuicio del imputado y su Defensor, una
vez dictado el auto de vinculación a proceso, salvo lo previsto en este Código o en las leyes especiales.
Para efectos de acceso a la información pública gubernamental, el Ministerio Público únicamente deberá
proporcionar una versión pública de las determinaciones de no ejercicio de la acción penal, archivo temporal
o de aplicación de un criterio de oportunidad, siempre que haya transcurrido un plazo igual al de prescripción
de los delitos de que se trate, de conformidad con lo dispuesto en el Código Penal Federal o estatal
correspondiente, sin que pueda ser menor de tres años, ni mayor de doce años, contado a partir de que
dicha determinación haya quedado firme.
Artículo 219. Acceso a los registros y la audiencia inicial
Una vez convocados a la audiencia inicial, el imputado y su Defensor tienen derecho a consultar los registros
de la investigación y a obtener copia, con la oportunidad debida para preparar la defensa. En caso que el
Ministerio Público se niegue a permitir el acceso a los registros o a la obtención de las copias, podrán acudir
ante el Juez de control para que resuelva lo conducente”.

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

cualquier momento, mientras que el imputado tendría acceso cuando


se encontrara detenido y cuando pretendiera recibírsele declaración o
entrevistarlo, o cuando fuera convocado a la audiencia inicial, pues a
partir de esos momentos, ya no podían mantenerse en reserva los
registros para el imputado o su defensor, a fin de no afectar su
derecho de defensa.

Disposiciones que recogían lo establecido en la fracción VI, del


apartado B, del artículo 20 constitucional;13 por tanto, dicho cuerpo
normativo contenía una restricción que se atendía en el artículo 113
del Código Nacional de Procedimientos Penales, al referirse a las
excepciones previstas en la ley, y que se contenían en los artículos
218 y 219 de la misma codificación.

Así, era inexacta la afirmación del quejoso en el sentido de que


el artículo 113, fracción VIII, del Código Nacional de Procedimientos
Penales, era contrario a la Constitución Federal.

Se calificó de infundado el argumento en el sentido de que el


artículo 113, fracción VIII, del Código Nacional de Procedimientos
Penales, contravenía las garantías de seguridad jurídica, igualdad y
legalidad contenidas en los artículos 14 y 16 constitucionales.

Ello, porque la reserva de los registros de la investigación al


imputado o la negativa de acceso a la misma, hasta en tanto no se
diera alguno de los supuestos establecidos en la Constitución, no
podía ser contraria a ésta o a lo establecido en sus artículos 14 y 16,
que preveían que nadie podría ser privado de la libertad o de sus
propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido
13
“Artículo 20.- El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad,
contradicción, concentración, continuidad e inmediación […] - - - B. De los derechos de toda persona
imputada: […]
VI. Le serán facilitados todos los datos que solicite para su defensa y que consten en el proceso.
El imputado y su defensor tendrán acceso a los registros de la investigación cuando el primero se encuentre
detenido y cuando pretenda recibírsele declaración o entrevistarlo. Asimismo, antes de su primera
comparecencia ante juez podrán consultar dichos registros, con la oportunidad debida para preparar la
defensa. A partir de este momento no podrán mantenerse en reserva las actuaciones de la investigación,
salvo los casos excepcionales expresamente señalados en la ley cuando ello sea imprescindible para
salvaguardar el éxito de la investigación y siempre que sean oportunamente revelados para no afectar el
derecho de defensa; […]”.

16
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

ante los tribunales previamente establecidos,


en el que se cumplieran las formalidades
esenciales del procedimiento o a través de un
acto de molestia, cuando se pretendiera
entrevistar al imputado, en tanto que en todos esos supuestos, éste
tendría acceso a los registros que resultaran de la investigación.

Ello, porque el precepto reclamado no obligaba al Ministerio Público a


permitir a todas las personas el acceso a las carpetas de
investigación; y por lo que se refería al imputado, establecía que
tendría acceso a los registros de la investigación, así como todos los
documentos, independientemente de su contenido o naturaleza, los
objetos, los registros de voz e imágenes o cosas que le estuvieran
relacionados, cuando fuera detenido, se pretendiera entrevistarlo o se
le citara a la audiencia inicial; por tanto, no se restringían las
garantías de seguridad jurídica y legalidad.

Se destacó que ante la restricción constitucional analizada, no


era dable aplicar a favor del quejoso la jurisprudencia interamericana
que citó, ni los criterios jurisprudenciales que giraban en torno al
control de convencionalidad. Se invocó la jurisprudencia del Tribunal
Pleno de la Suprema Corte, de rubro: “DERECHOS HUMANOS
CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATADOS
INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL
DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA
CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO
DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL TEXTO
CONSTITUCIONAL”.

III). AGRAVIOS. Para controvertir lo anterior, el quejoso


argumentó con ese carácter, en síntesis:

El A quo, transgredió los principios de legalidad, seguridad


jurídica, debida fundamentación y motivación, tutela judicial efectiva,

17
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

congruencia y exhaustividad, porque ilegalmente sobreseyó respecto


del artículo tildado de inconstitucional, al arribar incorrectamente a la
conclusión de que no se advertía acto concreto de aplicación; para lo
cual, utilizó los mismos argumentos que esgrimió el quejoso al
reclamar su inconstitucionalidad, con lo que incurrió en una falacia de
petición de principio.

El A quo, soslayó la obligación de fundar y motivar


debidamente la determinación recurrida, pues al resolver sobre la
inconstitucionalidad del artículo 113 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, calificó de infundado el concepto de
violación respectivo. Argumento que faltó a los principios de
congruencia y exhaustividad, porque utilizó la misma argumentación
que empleó el quejoso al cuestionar la constitucionalidad del
precepto legal.

El precepto impugnado, sustancialmente enumeraba los


derechos que tenía una persona señalada o imputada, dentro de una
carpeta de investigación, que se relacionaban con el derecho a una
defensa adecuada que le correspondía a todo ser humano, y que
estaba previsto en los artículos 1° constitucional y 8° de la
Convención Americana de Derechos Humanos.

El artículo tildado de inconstitucional, en su fracción VIII,


señalaba uno de los derechos torales que haría valer una persona
acusada al momento de ejercer su derecho a una defensa adecuada;
no obstante, también limitaba, restringía y menoscaba ese derecho,
al establecer que existían ciertos supuestos en los que una persona
no podía hacer valer de forma plena sus derechos de audiencia y
defensa adecuada. Supuestos de restricción que se preveían en los
artículos 218 y 219 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

De acuerdo con el precepto reclamado, una persona acusada


ante la autoridad competente, por la supuesta comisión de hechos
presuntamente delictivos, tenía derecho a saber quién y de qué se le

18
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

acusaba, así como a conocer las pruebas que


obraban en su contra, y para ofrecer los medios
tendentes a desvirtuar la acusación. Sin
embargo, el artículo 113, en su fracción VIII,
limitaba, condicionaba, restringía y/o menoscababa, en ciertos
supuestos, los derechos de audiencia y de defensa, lo que era
inconstitucional e inconvencional.
En la demanda de amparo, se tildó de inconstitucional ese artículo,
por limitar el derecho a una debida defensa, acotando el ejercicio del
mismo a ciertos momentos procesales, no obstante que existía
jurisprudencia de la Corte Interamericana sobre Derechos Humanos,
que establecía que el derecho de defensa adecuada, no podía
limitarse a ciertos momentos o instancias procesales, sino que
cobraba vigencia y efectividad desde el momento en el que se
formulaba la acusación.

El A quo, fue omiso en realizar el análisis adecuado y


ponderado de lo anterior, y se limitó a enunciar un estado de hecho
existente, que era precisamente del que se dolió el quejoso, es decir,
a “precisar” las cuestiones que materializaban el agravio producido al
quejoso, al momento en que le negó la información sobre las
indagatorias en las que era parte; información que le era necesaria a
efecto de estar en posibilidad material y jurídica de poder ejercer su
derecho a una defensa adecuada en ellas.

Así, resultaba irrisorio el argumento del Juez Federal, al


destacar que el quejoso “en su demanda no precisó que se le hubiere
informado de una carpeta en específico”, y por tanto, no se tenía
acreditado que se encontrara en alguno de los supuestos previstos
en el artículo 113, con relación al 218 y 219, todos del Código
Nacional de Procedimientos Penales, siendo que se reclamó de
inconstitucional, por acotar el ejercicio del derecho a una defensa
adecuada, únicamente en ciertos supuestos, sin que el A quo
realizara el análisis en torno a la inconstitucionalidad que se planteó,

19
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

limitándose a señalar una inexistente causal de improcedencia


respecto de ese acto reclamado.

El A quo, ilegalmente estimó que en el caso se actualizó una


causal de improcedencia respecto del artículo tildado de
inconstitucional, pues consideró que no se advertía que se hubiere
aplicado a la parte quejosa dicho dispositivo, y por tanto, no existía
alguna prohibición que pudiera incidir en la afectación de alguno de
sus derechos fundamentales con la aplicación del mismo.

Conclusión contraria a los principios del amparo indirecto, pues


soslayó que la aplicación de ese artículo estaba inmersa en la
negativa expresa por parte del Fiscal responsable, en respuesta a la
solicitud de información que se le hizo por escrito, pues precisamente
se negó proporcionar esa información, alegando que el quejoso no se
encontraba dentro de los supuestos previstos en los artículos 218 y
219 de la legislación adjetiva, los que efectivamente cobraban
vigencia al tenor de lo dispuesto por el artículo reclamado.

IV). CONSIDERACIONES DEL TRIBUNAL COLEGIADO. En


Acuerdo Plenario de dieciséis de abril dos mil diecinueve, se
determinó:

“En sesión de veintisiete de marzo del presente año, el


Magistrado Hugo Ricardo Ramos Carreón, el Secretario en
funciones de magistrado Enrique Espinosa Madrigal, así como
el suscrito acordamos enviar el presente recurso de revisión
por las siguientes consideraciones:
En la demanda de amparo, el quejoso, entre otro acto, reclamó
la constitucionalidad del artículo 113, fracción VIII del Código
Nacional de Procedimientos Penales que establece:…
En la resolución recurrida el Juez de Distrito de que se trata,
consideró que dicho precepto no contraviene los artículos 14,
16 y 20 de la Carta Magna que consagran los derechos
fundamentales de igualdad, seguridad jurídica, legalidad y
defensa adecuada, en tanto que la disposición jurídica
considerada por el quejoso como inconstitucional no restringe
esos derechos, al establecer los supuestos bajo los cuales el

20
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

imputado y su defensa podrán tener


acceso a los registros de la
investigación.
Ahora bien, para establecer si respecto a
dicho reclamo de inconstitucionalidad, formulado en la
demanda objeto del presente recurso de revisión, resulta
competente este tribunal federal, es menester traer a colación,
lo dispuesto por los puntos quinto, décimo primero y décimo
segundo, del Acuerdo General número 5/2013, de veintiuno de
mayo de dos mil trece, emitido por el Tribunal Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, relativo a la
determinación de los asuntos que conservará para su
resolución y el envío de los de su competencia originaria a las
Salas y a los Tribunales Colegiados de Circuito; que en lo
conducente disponen:…
Del análisis armónico de los preceptos transcritos, se
desprende que establecen los casos en que los Tribunales
Colegiados de Circuito conocerán de asuntos cuya
competencia originaria corresponde a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, entre los que destacan los recursos de
revisión contra las sentencias pronunciadas en los juicios de
amparo en los que se haya impugnado una ley federal o un
tratado internacional o se hubiere planteado la interpretación
directa de un precepto constitucional, en las que no se hubiere
abordado el estudio de esas cuestiones por haberse
sobreseído en el juicio o habiéndose pronunciado sobre tales
planteamientos, en los agravios se hagan valer causas de
improcedencia, en cuyo caso el Tribunal Colegiado verificará la
procedencia de los recursos de revisión, así como de la vía y
resolverá, en su caso, sobre el desistimiento, la caducidad o la
reposición del procedimiento; abordará el estudio de los
agravios relacionados con las causas de improcedencia del
juicio y, en su caso, examinará las formuladas por las partes
cuyo estudio hubieren omitido el Juez de Distrito o el
Magistrado Unitario de Circuito, así como las que advierta de
oficio, y si determina que no fue correcto el sobreseimiento o
que los agravios sobre causales de improcedencia son
infundados, entonces dejará a salvo la jurisdicción de la
Suprema Corte de Justicia y le remitirá los autos, sin analizar
los motivos de inconformidad de fondo expuestos, aun los de
mera legalidad, siempre y cuando el asunto no quede
comprendido en las hipótesis previstas en el punto quinto,
fracción I, incisos B), C) y D), de ese acuerdo.
Asimismo, el acuerdo dispone que los Tribunales Colegiados
resolverán en su integridad las cuestiones de improcedencia,
de fondo y de cualquier naturaleza que, en su caso, se
presenten en los supuestos de los incisos mencionados, esto
es, que se hubiere impugnado una ley local o un reglamento

21
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

federal o local; o en materia penal, habiéndose planteado la


inconstitucionalidad de leyes federales, aun subsistiendo la
materia de constitucionalidad de las mismas, el tema de fondo
verse sobre el aseguramiento o embargo de bienes; aplicación
de cualquier medio de apremio; cateos; arraigos o arrestos
domiciliarios; no ejercicio de la acción penal; identificación
administrativa del procesado; desistimiento de la acción;
reparación del daño y procedimiento de ejecución de
sentencia; o se trate de un asunto en el que sobre el tema
debatido, se integre, aunque no se haya publicado,
jurisprudencia del Pleno o de las Salas o existan cinco
precedentes emitidos por el Pleno o las Salas indistintamente,
en forma ininterrumpida y en el mismo sentido, aun cuando no
hubieran alcanzado la votación idónea para ser jurisprudencia.
Ahora bien, atento a las consideraciones hasta aquí expuestas,
lo que procede es reservar a la Suprema Corte de Justicia de
la Nación los planteamientos de fondo formulados por el
accionante y recurrente en su demanda de amparo, respecto
de la inconstitucionalidad que se reclama de la fracción VIII, del
artículo 113, del Código Nacional de Procedimientos Penales.
La anterior determinación se sostiene así, porque respecto al
referido tema de fondo planteado por el promovente del juicio,
en su escrito inicial de demanda, no existe jurisprudencia del
Pleno o de las Salas, o en su defecto, cinco precedentes
emitidos por estas instancias, indistintamente, en forma
ininterrumpida.
Así las cosas, ante la evidencia de que el estudio respecto de
la constitucionalidad o no de la fracción VIII, del artículo 113,
del Código Nacional de Procedimientos Penales, no compete a
este colegiado, ya que sobre el tema debatido no se ha
integrado jurisprudencia ni existen cinco precedentes emitidos
por el Pleno o las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en el que se dilucide el fondo de la cuestión
constitucional propuesta, lo que procede es enviar este
expediente a la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación,
para los efectos legales correspondientes, salvo la mejor
consideración de la superioridad.
En consecuencia, fórmese cuaderno de antecedentes, para
que obre en este tribunal…”.

Q U I N T O. PROCEDENCIA. De las constancias que integran


los autos del juicio de Amparo Indirecto **********, del índice del Juez
Quinto de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Estado de
Jalisco, se observa que con motivo del emplazamiento al juicio

22
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

constitucional de que fueron objeto las


autoridades responsables, rindieron sus
respectivos informes justificados, que en lo
conducente señalaron:

A). Fiscal General del Estado de Jalisco:

“… No son ciertos los actos reclamados por la parte quejosa,


puesto que se dio contestación debida a su petición, con fecha
del 24 de enero de 2018, mediante oficio FGE/OF.113/F-
760/2018, mismo que fue debidamente notificado a la parte
quejosa con fecha del 29 de enero de 2018, tal y como consta
en las copias certificadas que acompaño al presente informe
con las que acredito lo manifestado…”.14
B). Director de Amparo, en representación del Presidente de los
Estados Unidos Mexicanos:

“…Son ciertos los actos reclamados atribuidos al Presidente de


los Estados Unidos Mexicanos únicamente respecto a la
promulgación y orden de publicación del Código Nacional De
Procedimientos Penales en específico su artículo 113. En virtud
de que los actos son legales y constitucionales conferidos al
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, por
el artículo 89, fracción I, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, debe negarse la protección de la
Justicia Federal a la parte quejosa. Aunado a lo anterior se
advierte que se trata de actos consumados, por lo que se
actualiza la causal de improcedencia prevista en el artículo 61
fracción XVI, de la Ley de Amparo, debiendo sobreseer el
presente juicio constitucional conforme al artículo 63 fracción V,
de la citada ley…”.15

C). Cámara de Senadores del Congreso de la Unión:

“Única. Se actualiza la causal de improcedencia establecida en


el artículo 61 fracción XII de la Ley de Amparo, dado que la
parte quejosa carece de interés jurídico y legítimo para reclamar
el artículo 113, fracción VIII del Código Nacional De
Procedimientos Penales, en razón de que no le irroga un
agravio real y directo en su esfera de derechos.
Para demostrar lo anterior, el artículo 61, fracción XII, de la Ley
de Amparo establece:…
14
Cuaderno del Juicio de Amparo Indirecto **********. Foja 69.
15
Ídem. Foja 87.

23
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Considerando que el interés jurídico ha sido definido, para


efectos del juicio de garantías, como el derecho sustantivo
derivado de una norma objetiva que se concreta en forma
individual en algún sujeto determinado otorgándole una facultad
o potestad de exigencia oponible a la autoridad o terceros.

Lo antes expuesto acorde al siguiente criterio:...


INTERÉS JURÍDICO, NOCIÓN DE. PARA LA PROCEDENCIA DEL
AMPARO…

En este orden, los gobernados tendrán interés jurídico para


acudir al juicio de amparo a combatir un acto de autoridad, en la
medida en que sean titulares de un derecho subjetivo que se
vea afectado con la actuación del poder público, lo que puede
ocurrir de dos formas, a saber:

Que afecte la esfera jurídica del demandante en abstracto,


imponiendo una obligación que antes no se tenía; o
Que se afecte un derecho subjetivo en particular, ya sea
eliminándolo o restringiéndolo.

Con base en lo anterior, la causa de improcedencia citada se


actualiza cuando el acto de autoridad que se combate en el
juicio de amparo no incide en forma alguna en la esfera jurídica
del promovente, ya sea porque no le impone obligación alguna,
o bien, no se tiene un derecho subjetivo especificó que se vea
afectado con ese acto.

Cabe mencionar que, de lo establecido por la fracción I del


artículo 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, queda de manifiesto que el juicio de amparo es un
medio de control constitucional de los actos de las autoridades
que se seguirá siempre a instancia de parte agraviada, principio
que reglamenta el artículo 6º de la Ley de Amparo, al disponer,
en lo conducente, que la solicitud de garantías únicamente
puede promoverse por la parte a quien perjudique la norma
general o cualquier otro acto que se reclame…

En este orden, para acreditar su interés jurídico, es


indispensable que el quejoso demuestre que ha sido ha sido
aplicado en precepto legal que se impugna, sin embargo, tal
cuestión no es acreditada de manera fehaciente, por tal motivo
tampoco su interés jurídico para instar la presente vía, lo
anterior, considerando que el procedimiento penal, inicia desde
la etapa de investigación, el inculpado o imputado cuenta con
derechos previstos tanto en la Norma Suprema como en la
legislación adjetiva, cuya defensa en caso de violación puede
realizarse a través del juicio de amparo; en el caso en estudio la
parte quejosa solo presume tener el carácter de imputado o
inculpado en una averiguación previa o carpeta de investigación

24
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

sin que acredite la existencia de una


indagatoria en su contra o ser parte de un
procedimiento penal, en el cual tenga el
referido carácter, reclamando que no se le
permite el acceso a las constancias que
las integran para ejercer su derecho de defensa, previo al
ejercicio de la acción penal, sin señalar un dato concreto en
específico, que acredite su interés jurídico o legítimo toda vez
que sólo resume tener dicho carácter en las posibles
indagatorias que se presume se le ésta imputando.

Por lo antes señalado queda evidenciado que no se acredita el


acto de aplicación del artículo 113, fracción viii en la esfera
jurídica de la parte quejosa, por lo que ésta carece de interés
legítimo y jurídico para incoar el presente juicio de amparo, lo
conducente es que su Señoría dicte el sobreseimiento en el
juicio de amparo, con fundamento en el numeral 63, fracción v,
del mismo ordenamiento legal…

Dado que resulta evidente la falta de interés jurídico, siguiendo


esa misma línea, esta autoridad procede a desvirtuar la falta de
interés legítimo, por parte de la quejosa, en razón de lo
siguiente:

Requisitos de interés legítimo:

1). Aduzca ser titular de un derecho o de un interés legítimo


individual o colectivo.
2). Alegue que el acto reclamado viola los derechos reconocidos
por la propia constitución.
3). Demuestre una afectación a su esfera jurídica de manera
directa o en virtud de su especial situación frente al orden
jurídico, y
4). Supone la existencia de una norma que establezca un
interés difuso en beneficio de una colectividad identificada e
identificable, lo que supone la demostración de que el quejoso
pertenece a ella.

Supuestos que no se adecuan al caso que nos ocupa, toda vez


que el impetrante de garantías no demuestra una afectación a
su esfera jurídica de manera directa o en virtud de su especial
situación frente al orden jurídico, toda vez que la parte quejosa
sólo presupone tener el carácter de imputado o inculpado, sin
que acredite la existencia de una indagatoria en su contra o ser
parte de un procedimiento penal, en el cual tenga el referido
carácter…

Con base en los razonamientos expuestos, resulta procedente


sobreseer el juicio de amparo que nos ocupa respecto del

25
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Código Nacional De Procedimientos Penales, específicamente


el artículo 113, fracción viii…”.16

D). Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

“Los actos reclamados a esta autoridad responsable,


consistentes en la discusión y aprobación del Código Nacional
de Procedimientos Penales, son constitucionales toda vez que
se realizaron con estricto apego al procedimiento y facultades
que al efecto establecen los artículos 71, 72 y 73, fracciones XXI
y XXXI, en relación con los artículos 14 y 21 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, vigentes en la fecha
en que se realizaron los actos reclamados, por lo que no se
causa agravio a los derechos fundamentales y a las garantías
individuales de la parte quejosa, ni se contravienen los artículos
de nuestra Carta Magna, ni los Tratados Internacionales en los
que el Estado Mexicano es parte…

SEGUNDO.- En su oportunidad, declarar el sobreseimiento del


presente juicio de garantías respecto del acto reclamado a la
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión o en su caso
negar el amparo y protección de la Justicia de la Unión a la
quejosa”.17

E). Fiscal General del Estado de Nayarit.

“En relación al acto reclamado consistente en la negativa a darle


información y acceso a las indagatorias, que según el
impetrante, se instruyen en su contra como acusado o
denunciado; se informa que No es cierto el acto reclamado en lo
que respecta a esta autoridad.

En ese mismo sentido se hace del conocimiento que el directo


quejoso, únicamente realizó ante esta institución una sola
petición con fecha diecisiete de enero de dos mil dieciocho, la
cual le fue acordada y notificada conforme a derecho en el
domicilio señalado por el quejoso, notificación que se anexa al
presente en copia certificada para los efectos legales
procedentes…

En virtud de lo anterior, solicito a ese H. Juzgador el


Sobreseimiento en el presente Juicio de Garantías…”.18

16
Ídem. Foja 89.
17
Ídem. Foja 101.
18
Ídem. Foja 105.

26
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Y al respecto, como igualmente se informó


en la reseña que se hizo del asunto, el Juez de
Distrito de Amparo sobreseyó respecto de los
actos que reclamaron al Fiscal General del Estado de Nayarit, y que
se hicieron consistir en la omisión de dar contestación al escrito que le
presentó el quejoso el diecisiete de enero de dos mil dieciocho, y
respecto de la inconstitucionalidad del artículo 113, fracción VIII, del
Código Nacional de Procedimientos Penales.

También se pronunció sobre la causal de improcedencia que


alegó la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión, en el
sentido de que el quejoso carecía de interés jurídico y legítimo para
reclamar la inconstitucionalidad del artículo 113 del Código Nacional
de Procedimientos Penales.

Sin embargo, el Juez de Distrito de Amparo, no hizo pronunciamiento


alguno con relación a los argumentos de improcedencia y
sobreseimiento que aludieron en sus informes justificados, de manera
respectiva, el Presidente de la República y la Cámara de Diputados
del Congreso de la Unión, con relación a que se trataba de actos
consumados y que no se causaban agravio a los derechos
fundamentales y las garantías individuales del quejoso.

Pese a esa omisión, el Tribunal Colegiado soslayó el análisis de


esos planteamientos de improcedencia y sobreseimiento.

Tampoco se pronunció en torno a la legalidad de lo resuelto por


el Juez de Distrito, respecto de la causal de improcedencia propuesta
por la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión; ni sobre lo
correcto o incorrecto del sobreseimiento que decretó respecto de los
actos reclamados al Fiscal General del Estado de Nayarit, pese a que

27
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

el quejoso y recurrente planteó argumentos de agravio tendentes a


combatir esa determinación.

En realidad, en el Acuerdo Plenario por el que el Tribunal


Colegiado remitió el asunto a esta Suprema Corte, se limitó a destacar
la existencia de un planteamiento de constitucionalidad relacionado
con la fracción VIII, del artículo 113 del Código Nacional de
Procedimientos Penales.

En ese orden de ideas, queda de manifiesto que no dio


cumplimiento a la obligación que le impone el Acuerdo 5/2013, del
Pleno de la Suprema Corte, en el sentido de analizar las causales de
improcedencia y sobreseimiento que hicieran valer las partes, a efecto
de que este Alto Tribunal, se ocupara única y exclusivamente de los
aspectos de constitucionalidad.
No obstante, por economía procesal, se estima innecesario
devolver los autos al Tribunal Colegiado para que cumpla con la
obligación que le impone el citado Acuerdo Plenario; pues ello sólo
incidiría en dilación inútil en la impartición de justicia.

Por tanto, se procede a analizar de manera directa los aspectos


de procedencia destacados.

I. En ese orden de ideas, se aprecia que fue legal el


sobreseimiento que decretó el Juez de Distrito de Amparo, respecto
del acto omisivo que se reclamó del Fiscal General del Estado de
Nayarit, pues efectivamente se actualizó la causal de improcedencia
prevista en la fracción XXI, del artículo 61 de la Ley de Amparo, ya
que de los anexos agregados a su informe justificado, se advierte que
en auto de dos de febrero de dos mil dieciocho, 19 que se notificó de
19
Cuaderno del Amparo Indirecto **********. Foja 110.
“Visto… por recibida la solicitud del ciudadano **********, de fecha de presentación y recibida el día diecisiete
de los corrientes, mediante el cual solicita se le proporcione información acerca de averiguaciones previas y/o
carpetas de investigación, que afirma están siendo integradas por agentes del Ministerio Público en las

28
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

manera personal al quejoso el ocho de febrero


posterior, dicha autoridad acordó lo que
jurídicamente estimó pertinente con relación a la
petición que se le hizo en el escrito que se presentó el diecisiete de
enero de dos mil dieciocho; y en consecuencia, cesaron los efectos de
la correspondiente omisión que se reclamó.

cuales se le tenga como parte o denunciado, indiciado, mencionado, involucrado, parte de denunciante;
asimismo, se le señale el delito y el hecho en concreto, así como se le expidan copias de la totalidad de las
constancias; afirmando que no ha cometido delito alguno y que con fecha doce de enero del presente, se
presentaron dos sujetos que sin identificarse dijeron ser la Fiscalía General, requiriendo los acompañara para
rendir su declaración en alguna indagatoria. - - - ACUERDO - - - A lo cual, dígasele que no ha lugar a los
solicitado, toda vez que tal solicitud deberá presentarse ante los agentes del Ministerio Público que en
concreto, tuvieran el conocimiento de las mencionadas carpetas de investigación y/o averiguaciones previas.
- - - En ese sentido, si bien en términos de los artículo 4 y 21 de la Ley Orgánica de la Fiscalía del Estado de
Nayarit, al frente de dicha dependencia estará el Fiscal General, que las funciones del Ministerio Público las
puede ejercer por sí o por conducto de agentes, ello no significa que tenga injerencia directa en todo lo que
ocurre en esa institución, ya que conforme al numeral 5 de dicha ley, para el despacho de los asuntos que le
competen se conformará de diversas direcciones para los procedimientos seguidos en la investigación de los
delitos, se contará con un sistema de especialización con agencias especializadas con un agente del
Ministerio Público que ejercerá el mando y autoridad jerárquica; y un sistema de desconcentración que se ve
materializado en agencias regionales con agentes del Ministerio Público quienes ejercerán el mando y
autoridad, conforme de las atribuciones de conducción y mando sobre las investigaciones, ello en términos
de los artículos 22, 23 y 32 del mismo ordenamiento; todo ello acorde con la multiplicidad de actividades que
realiza el Estado, a través de la institución ministerial. - - - En tal virtud, le compete a cada agente del
Ministerio Público determinar o decidir el citar a una entrevista, recabar declaraciones, citar a una persona en
calidad de imputado , dar información de una carpeta de investigación, y/o expedir las copias conducentes,
decisión que debe ser tomada caso por caso. - - - Además, el artículo 72, fracción XI de la Ley Orgánica de la
Fiscalía General del Estado, establece la obligación de todos los servidores públicos de tal institución el
abstenerse de dar a conocer cualquier información reservada o confidencial de la cual se tenga conocimiento
en ejercicio o con motivo de la función, salvo los casos en que se tenga derecho a ello. En lo que concierne
al sistema tradicional, existe un deber de reserva y sigilo en la información, teniendo la potestad el ministerio
público de citar o no al inculpado para rendir declaración, así como en la expedición de copias, en razón de
que se estima que acceder a tal petición entorpecería la investigación, y para no dejar en estado de
indefensión, en todo caso se puede comparecer a la unidad o agencia correspondiente y que se le ponga a
disposición la indagatoria, cuantas veces sea necesario consultarla, en pro de su debida defensa, ya que la
fracción VII del apartado A del artículo 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
consagra en beneficio de todo inculpado sujeto a un proceso penal el derecho a una defensa adecuada, lo
cual implica que se le faciliten los datos que consten en aquél y que requiera para su defensa. Ahora bien,
conforme a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 3 de julio de 1996, mediante el cual
se adicionó un párrafo cuarto a la fracción X del citado precepto constitucional, las garantías previstas en las
fracciones VII y IX del artículo 20, apartado A de la Constitución Federal, dispone que tratándose de la
averiguación previa, dicha garantía se otorgará con las limitantes, términos y requisitos que las leyes
secundarias determinen, es decir, si bien es cierto que las partes tienen derecho a que se les proporciones
toda la información que requieran para su defensa, también lo es que el hecho de que el Ministerio Público
no pueda proporcionar copias –en aras de proteger la reserva de las actuaciones –, en nada restringe el
aludido derecho, pues aun cuando no se les proporcionen copias, el referido artículo 16 prevé que podrán
tener acceso a las actuaciones de las que se podrán tomar todos los datos que estimen indispensables. De
manera que si la fracción VII, apartado A, del artículo 20 constitucional no exige que los datos solicitados o el
inculpado, su defensor, y la víctima y ofendido y/o su representante legal, para preparar su defensa y que
consten en la averiguación o en el proceso, sean pedidos precisamente por escrito y ministrados en forma de
copias simples o certificadas, basta que el expediente respectivo sea puesto a la vista de las partes para que
puedan consultarlo; lo que tendrían que pedirse y facilitarse por el representante social correspondiente. - - -
En cuanto a la petición que enmarca en carpetas de investigación o sistema penal acusatorio, conforme a los
artículos 20, apartado B, fracción VI, segundo párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, y 218 del Código Nacional de Procedimientos Penales, tanto para el Constituyente Permanente
como para el legislador ordinario, la reserva de información es un principio que ciñe a los registros relativos a
la investigación del delito, la cual se resguarda al tenor de las premisas que en los preceptos referidos se
estatuyen, pues en éstos se restringe el acceso al imputado a esas actuaciones en tres momentos: 1)
Cuando se encuentre detenido; 2) Cuando pretenda recibirse su declaración o entrevistarlo; y, 3) Antes de su
primera comparecencia ante el Juez, con la oportunidad debida para preparar la defensa. Lo que no viola los
derechos de debido proceso y de defensa adecuada reconocidos a favor del imputado, pues en caso de que

29
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Y vinculado con lo anterior, también resulta legal el


sobreseimiento que se decretó en primera instancia, en términos de
los artículos 63, fracción IV y 65 de la Ley de Amparo, respecto del
otro acto que se reclamó de la misma autoridad, pues al rendir su
informe justificado, negó que hubiera aplicado al quejoso el artículo
113 del Código Nacional de Procedimientos Penales; lo que se
corrobora de la lectura del citado auto de dos de febrero de dos mil
dieciocho, con el que se dio respuesta a la correspondiente petición
que le hizo el quejoso. Y sin que éste probara lo contrario.

En esa tesitura, resultan infundados los argumentos de agravio


que expresó el recurrente para combatir las correspondientes
determinaciones del Juez de Distrito de Amparo.

II. La Cámara de Senadores del Congreso de la Unión, al rendir


su informe justificado, aludió que se actualizó la causal de
improcedencia prevista en la fracción XII, del artículo 61 de la Ley de
la autoridad ministerial no decidiera citarlo durante la investigación inicial, a fin de que pudiera comparecer y
acceder a los registros de la carpeta respectiva, aquél aún tendría la oportunidad de conocer los datos de
prueba recabados por el Ministerio Público en la fase de investigación, al grado de tener la posibilidad de
controvertirlos y desvirtuarlos. Esto es así, porque si bien es verdad que los derechos aludidos deben ser
efectivos desde que se señala a una persona como posible autor o partícipe de un hecho punible, así como
desde que se ha ordenado una investigación; también lo es que en la dinámica en que se desenvuelve el
proceso penal acusatorio, la etapa de investigación se divide en dos: inicial y complementaria, en la que esta
última, que comienza con la celebración de la audiencia inicial (en la que se formula imputación), además de
que se judicializa la carpeta de investigación, también tiene como característica principal que a partir de ese
momento, las partes que integran el proceso, como lo son el imputado y su defensor, tienen derechos de
acceder a todos los antecedentes que integran la investigación practicada por el Ministerio Público, a fin de
que puedan imponerse debidamente sus contenidos y hacer valer sus defensas como lo estimen
conveniente. Por tanto, los derechos aludidos son respetados en el sistema de justicia penal acusatorio oral,
pues se permite que aun cuando el representante social no cite al imputado para los objetivos indicados
(para que comparezca, a fin de que tenga acceso a la carpeta de investigación), este sujeto procesal, en
conjunto con su defensor, aun ubicándose en la etapa de investigación, puedan conocer los registros
respectivos, lo que da la pauta para que puedan controvertirlos y desvirtuarlos, al grado de impedir que se
dicte un auto de vinculación a proceso en su contra, o bien, en su caso, que el órgano técnico formule
acusación y generar que solicite el sobreseimiento (parcial o total) en el proceso o su suspensión. Lo anterior,
porque los datos de prueba que ofrezca el Ministerio Público al formular la imputación y solicitar el auto de
vinculación a proceso, están sujetos a un contradictorio que debe efectuarse entre el órgano acusador y el
imputado –en conjunto con su defensa –; aunado a que a diferencia de otros sistemas de justicia penal, en el
acusatorio los antecedentes de la investigación y los datos de prueba aportados por el representante social
durante dicha etapa del procedimiento (investigación, tanto inicial como complementaria), no constituyen ni
generan prueba para el resto de fases que componen al proceso penal, como lo disponen los artículos 259,
párrafos tercero y cuarto, 320, 358, 385, párrafo primero y 386 del Código Nacional de Procedimientos
Penales. - - - Se invoca como apoyo la tesis siguiente: - - - …ACCESO DEL IMPUTADO A LA CARPETA DE
INVESTIGACIÓN. HASTA EN TANTO EL MINISTERIO PÚBLICO LO ESTIME CONVENIENTE PARA EL ÉXITO DE SU
INVESTIGACIÓN, QUIENES TENGAN O NO RECONOCIDO AQUEL CARÁCTER DURANTE LA ETAPA DE
INVESTIGACIÓN INICIAL, NO TIENEN DERECHO A QUE SE LES PERMITA SU CONSULTA Y, POR ENDE, QUE SEAN
CITADOS PARA COMPARECER, AL EXISTIR UNA RESTRICCIÓN CONSTITUCIONAL AL RESPECTO … - - - Se le
tiene señalado domicilio y autorizado para notificar el presente acuerdo. - - - Notifíquese. - - - CÚMPLASE - - -
Así lo proveyó y formó el Agente del Ministerio Público adscrito al Fiscal General del Estado de Nayarit; quien
actúa legalmente asistido del Oficial Secretario que al final firma y da fe”.

30
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Amparo, bajo el argumento de que el quejoso


carecía de interés jurídico y legítimo para
reclamar la inconstitucionalidad del artículo 113
del Código Nacional de Procedimientos Penales. Sin embargo, como
bien lo destacó el Juez de Distrito de Amparo, el Fiscal General del
Estado de Jalisco, en el oficio 760/2018,20 relativo a la respuesta que
le dio a la solicitud que le hizo el quejoso, y que acompañó a su

20
“…Al respecto, una vez que fue realizada la procedencia de su solicitud, le informo lo siguiente : - - - De
conformidad a lo establecido en la Carta Magna y Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública
del Estado de Jalisco y sus Municipios, existen dos criterios bajo los cuales la información se clasifica en:
‘información confidencial’, el cual restringe el acceso a la información que contenga datos personales que
requieran el consentimiento de los individuos para su difusión, distribución o comercialización. - - - Así pues,
existe un derecho de acceso a la información pública que rige como regla general, aunque limitado, en forma
también genérica, por el derecho a la protección de daros personales. Por lo anterior el acceso público para
todas las personas independientemente del interés que pudieren tener a los datos personales distintos a los
del propio solicitante de información, sólo procede en ciertos supuestos reconocidos expresamente por las
leyes respectivas. - - - Por otro lado, para proteger el interés público principio reconocido como el otro límite
constitucionalmente válido para restringir el acceso a la información pública, el artículo 17 de la Ley,
estableció como criterio de clasificación el de ‘información reservada’, el cual establece un catálogo genérico
de lineamientos bajo los cuales deberá reservarse la información, entro otros, los siguientes: - - - ‘f) Cause
perjuicio grave a las estrategias de prevención y persecución de los delitos, o de impartición de justicia; o - - -
g) Cause perjuicio grave a las estrategias procesales en procesos judiciales o procedimientos administrativos
cuyas resoluciones no hayan causado estado; - - - h) Las carpetas de investigación, excepto cuando se trate
de violaciones graves de derechos humanos o delitos de lesa humanidad, o se trate de información
relacionada con actos de corrupción de acuerdo con las leyes aplicables.’ - - - En el presente caso se resalta
el supuesto de las averiguaciones previas o carpetas de investigación, las cuales se consideran ‘información
reservada’, tanto desde una perspectiva genérica como desde un punto de vista específico. En cuanto al
enfoque genérico, el inciso f) de la fracción I, de dicho artículo 17, considera que debe clasificarse como
información reservada aquella que pueda ‘causar un serio perjuicio […] a la persecución de delitos o de
impartición de justicia’; con un enfoque específico; la fracción II, del artículo 17 de la Ley, señala
expresamente que las carpetas de investigación que sería el caso de las averiguaciones previas en el
sistema penal tradicional-, serán consideradas como información reservada. - - - Para ello, es importante
señalar la acción de inconstitucionalidad 49/2009 que confirmó la constitucionalidad del artículo 5°, fracción
V, inciso C, de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, que resolvió el Pleno del
Supremo Tribual de Justicia de la Nación en donde consideró: - - - ‘En ejercicio de sus atribuciones de
investigación, la Procuraduría debe recabar una gran cantidad de información, relacionada con los hechos
delictivos, con los probables responsables, las víctimas u ofendidos, los testigos e incluso terceras personas,
entre oreos, se recaban los datos generales de estos sujetos (como el nombre, domicilio, estado civil,
ocupación, ingresos, entre otros datos. Así pues, las actuaciones de una investigación pueden comprender
detalles muy íntimos de las personas involucradas en la investigación, solo a manera de ejemplo, es posible
decir que, en una averiguación previa, puede figurar información atiente a las propiedades, cuentas
bancarias, filiación, relaciones sentimentales o al estado de salud de los sujetos implicados en alguna
indagatoria, entre otros detalles personales. El derechos a la protección de la información personal,
incluyendo la que se puede encontrar n las investigaciones en curso a cargo de la Procuraduría General de la
República, está protegida en términos de la tutela que confieren los artículos 6°, 16 y 20, apartado C, inciso
V, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.’ - - - En dicha acción de inconstitucionalidad,
el Pleno concluyó que no era inconstitucional la facultad de la Procuraduría General de la República de
abstenerse de entregar información a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos siempre que se
pusieran en riesgo: (I) investigaciones en curso; o (II) la seguridad de las personas. Al respecto, el Peno
consideró que dichos supuestos coinciden esencialmente con los previstos en las fracciones I y II del artículo
6° Constitucional, los cuales admiten excepciones al acceso a la información pública para proteger el interés
público o la vida privada de datos personales, situación que no hace más que confirmar la respuesta que
aquí se realiza. - - - Debe de considerarse incluso, un sector significativo de la doctrina la cual argumenta que
las averiguaciones pendientes de determinación podrían contener información reservada, pues el ministerio
público todavía no resuelve si ejercerá la acción penal o no, por ello las averiguaciones previas o carpetas de
investigación se mantienen reservadas en atención a que la difusión de la información contenida en ellas
podría afectar gravemente la persecución de delitos, y con ello, al sistema de impartición de justicia. Aunado
a ello, no se está en el momento procesal oportuno para que en caso de ser procedente se informara al
peticionante, de las averiguaciones previas o carpetas de investigación instauradas en contra de la persona
de referencia o en su propia contra, pues en primer término se debe establecer que es materia procedimental
penal que está en transición por lo que están vigentes en el Estado, tanto el sistema tradicional y el sistema
penal acusatorio. - - - En el sistema tradicional, aún se trabaja para la liquidación de las averiguaciones

31
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

informe justificado, invocó como fundamento de su correspondiente


determinación, entre otros, el citado numeral; por tanto, efectivamente
existe un acto de aplicación que lo legitima para reclamar la
constitucionalidad de dicha norma, máxime que la misma se invocó
para resolver en contra de la pretensión que planteó el quejoso.

previas que continúan en investigación bajo dicho sistema, en el cual se establece que la Averiguación Previa
es una etapa del Sistema Tradicional Penal, establecida en el artículo 8° del Código de Procedimientos
Penales para el Estado de Jalisco, que se integra por actuaciones practicadas por el Ministerio Público a sus
auxiliares, con el objeto de esclarecer posibles hechos delictivos, para en su oportunidad, solicitar a los
órganos jurisdiccionales el ejercicio de la acción penal; recepto que a la letra señala lo siguiente: - - -‘Artículo
8º. El procedimiento penal tiene las siguientes etapas: - - - I. La de averiguación previa, que abarca las
actuaciones practicadas por el Ministerio Público o sus auxiliares, con motivo de la comisión de un delito y
que termina con la resolución en que se decide ejercitar la acción penal o con la determinación del
Procurador confirmando el criterio del Ministerio Público sobre el no ejercicio de la acción penal’. - - - En tal
virtud, por lo que respecta a las averiguaciones previas que obran en esta Fiscalía, las mismas tienen un
vínculo directo con la investigación de posibles conductas delictivas y la participación de presuntos
responsables, por lo tanto, acceder a aquellos expedientes en investigación e integración, o en algún de los
documentos ligados directamente a las averiguaciones previas y apegados a la referida legislación,
indudablemente pondrían en riesgo una de las funciones primordiales del Ministerio Público, consistente en la
investigación y persecución de los delitos, por lo tanto, el daño que se causaría es mayor al interés en
concederla, aunado a que su revelación atenta al bien jurídico tutelado que es el interés público por la Ley,
siendo un daño concreto y tangible en el que pudiera darse al Estado y a la Sociedad, por lo que resulta
procedente negarle dicha información, pues el Ministerio Público debe procurar el cumplimiento del artículo
93 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de Jalisco que a la letra dice: - - - ‘Artículo 93.-
Inmediatamente que el Ministerio Público, o el servidor público encargado de practicar diligencias de
averiguación previa, tengan conocimiento de la probable existencia de un delito, dictará todas las medidas y
providencias necesarias, para proporcionar seguridad y auxilio a las víctimas, incluyendo en su caso, la
atención médica de urgencia que requieran y la asesoría jurídica necesaria; impedir que se pierdan,
destruyan o alteren las huellas o vestigios del hecho delictuoso, los instrumentos o cosas objeto o efecto del
mismo, saber que personas fueron testigos; evitar que el delito se siga cometiendo y, en general, impedir que
se dificulte la averiguación; además, procederá a la aprehensión de los responsables en los casos de
flagrante delito’. - - - Así, el Sistema Procedimental Tradicional se ha establecido que sin bien el Ministerio
Público está obligado a notificar los acuerdos durante la fase de averiguación previa, debe excluir las
actuaciones que por su naturaleza deben permanecer en sigilo, a fin de no entorpecer su función de
investigación y persecución del delito, pues al permitirse conocer cualquier dato de las averiguaciones
previas incluidos detalles o pormenores de alguna investigación penal, traería como posible repercusión la
afectación al interés público. - - - Tiene sustento legal lo anterior en el contenido de la Tesis Aislada XXII.1°.9
P, sustentada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con número de Registro 195097, Página 1071,
Tomo VIII, Diciembre de 1998, Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta que
señala: PETICIÓN, DERECHO DE, EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA. EL MINISTERIO PÚBLICO ESTÁ OBLIGADO A
NOTIFICAR LOS ACUERDOS CORRESPONDIENTES … - - - Ahora bien, por lo que ve a las Carpetas de
Investigación integradas bajo el Sistema Procesal Penal Acusatorio Adversarial, es procedente señalar que
conforme al artículo 20 de la Constitución Federal, Apartado B, fracciones III y VI; artículos 112, 113, 114,
141, 2017, 2018, 310 del Código Nacional de Procedimientos Penales, no se tendrá la calidad de imputado,
precepto que a la letra refiere: - - - ‘Artículo 310. Oportunidad para formular la imputación a personas en libertad .
- - - El agente del Ministerio Público podrá formular la imputación cuando considere oportuna la intervención
judicial con el propósito de resolver la situación jurídica del imputado. - - - Si el Ministerio Público manifestare
interés en formular imputación a una persona que no se encontrare detenida, solicitará al Juez de control que
lo cite en libertad y señale fecha y hora para que tenga verificativo la audiencia inicial, la que se llevará a
cabo dentro de los quince días siguientes a la presentación de la solicitud. - - - Cuando lo considere
necesario, para lograr la presencia del imputado en la audiencia inicial, el agente del Ministerio Público podrá
solicitar orden de aprehensión o de comparecencia, según sea el caso y el Juez de control resolverá lo que
corresponda. Las solicitudes y resoluciones deberán realizarse en los términos del presente Código’. - - -
Aunado a ello, el artículo 219 del citado ordenamiento es claro al referir que el imputado y su defensor
tendrán acceso a consultar ña carpeta y tener conocimiento de ella, cuando se les convoque a la audiencia
inicial, esto es, hasta que se tenga la certeza de que existen datos que acreditan que es probable que la
persona haya cometido o participado en el hecho que la ley señala como delito, numeral que establece: - - -
‘Artículo 219. Acceso a los registros y la audiencia inicial. - - - Una vez convocados a la audiencia inicial, el
imputado y su Defensor tienen derecho a consultar los registros de la investigación y a obtener copia, con la
oportunidad debida para preparar la defensa. En caso que el Ministerio Público se niegue a permitir el acceso

32
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

III. En otro orden de ideas, el Director de


Amparo, en representación del Presidente de los
Estados Unidos Mexicanos, al rendir su informe
justificado con relación a los actos de promulgación y publicación de la
norma reclamada que se le atribuyeron, argumentó que se trataba de
actos consumados, por lo que se actualizaba la causal de
improcedencia prevista en la fracción XVI, del artículo 61 de la Ley de
Amparo, y en consecuencia, se debía sobreseer en el juicio.

Planteamiento de improcedencia que carece de razón legal, porque el


quejoso, en su demanda de amparo, hizo valer conceptos de
violación, en los que tildó de inconstitucional la fracción VIII, del
artículo 113 del Código Nacional de Procedimientos Penales, que se
aplicó en su perjuicio; y los mismos serán objeto de análisis en el
fondo de esta ejecutoria.

Además, la promulgación, por ser parte del proceso legislativo,


es un requisito sin el cual, no se hubiera podido publicar la ley en que
se contiene el artículo impugnado; y en consecuencia, su
constitucionalidad debe ser objeto de estudio.

IV. Por su parte, la Cámara de Diputados del Congreso de la


Unión, al rendir su informe justificado, esencialmente adujo que la
discusión y aprobación del Código Nacional de Procedimientos
Penales, no causaban agravio a los derechos fundamentales y a las
garantías individuales del quejoso, además de que no contravenían a
a los registros o a la obtención de las copias, podrán acudir ante el Juez de control para que resuelva lo
conducente’. - - - Por otra parte, si tuvieran la calidad de víctima y ofendido podrá tener acceso a los registros
de la investigación en cualquier momento apersonándose en estas instalaciones para tales efectos, conforme
al artículo 218 del Código Nacional de Procedimientos Penales, que a la letra dice: - - - ‘Artículo 218. Reserva
de los actos de investigación. - - - La víctima u ofendido y su Asesor Jurídico podrán tener acceso a los
registros de la investigación en cualquier momento’. - - - Es por lo anteriormente expuesto, que este no es el
momento procesal para informar al solicitante la existencia o no de las carpetas de investigación en las que
se le haya denunciado, pues en caso de existir alguna, se ignorarían los resultados que pudiera arrojar la
investigación policial para definir si existen datos que acrediten que es posible autor o partícipe de un hecho
que la Ley señale como delito. - - - Sin embargo, en caso de que hubiere algo en su contra, y atendiendo al
garantismo del sistema acusatorio, se le haría de su conocimiento por parte del Ministerio Público, teniendo
entonces el derecho de conocer el contenido de la carpeta de investigación y la posibilidad de ejercer su
adecuada defensa. - - - Atentamente. - - - Mtro. Raúl Sánchez Jiménez”.

33
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

la Constitución Federal ni a los Tratados Internacionales de los que el


Estado mexicano era parte; por tanto, se debía decretar el
sobreseimiento del juicio de amparo respecto de esos actos.

Al respecto, si bien dicha autoridad responsable solicitó el


sobreseimiento del juicio constitucional; lo cierto es que no planteó, de
forma expresa alguna causal específica de improcedencia, pues su
argumento –la discusión y aprobación de la Ley impugnada, no
causaba agravios a los derechos fundamentales y garantías
individuales del quejoso–, en realidad se relacionaba con una cuestión
de fondo del asunto, y no con la procedencia del juicio de amparo.
Ello, al grado que dicho señalamiento se hizo en el apartado de su
informe justificado que denominó “Constitucionalidad”.

Y aún en el extremo de que lo que se pretendiera controvertir


fuera el interés del quejoso para impugnar la fracción VIII, del artículo
113 del Código Nacional de Procedimientos Penales; no podría
soslayarse que el Juez de Distrito de Amparo ya se pronunció sobre el
tema y concluyó, al analizar la causal de improcedencia que al
respecto hizo valer la Cámara de Senadores del Congreso de la
Unión, que resultaba infundada porque el quejoso contaba con el
interés jurídico y legítimo para tildar de inconstitucional dicha norma.

Derivado de lo anterior, se aprecia que el recurso de revisión es


procedente, ya que se interpuso contra una sentencia de un Juez de
Distrito de Amparo, dictada en la audiencia constitucional de un juicio
de amparo indirecto, en el que se cuestionó la constitucionalidad de la
fracción VIII, del artículo 113 del Código Nacional de Procedimientos
Penales. Por tanto, se surten los extremos del Punto Tercero, con
relación al Segundo, fracción III, del Acuerdo General Plenario 5/2013.

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

S E X T O. ESTUDIO DE FONDO. Se
analizará la constitucionalidad de la fracción VIII,
del artículo 113 del Código Nacional de
Procedimientos, al ser confrontada por el quejoso con el derecho
fundamental de defensa adecuada, que deriva del artículo 20 de la
Constitución Federal.

Al respecto, el quejoso planteó en su demanda de amparo, que


la norma impugnada enumeraba los derechos que tenía un imputado
dentro de una carpeta de investigación; lo que se relacionaba con el
derecho a una defensa adecuada. Sin embargo, en los artículos 218 y
219 del Código Nacional de Procedimientos Penales, a los que
aquélla remitía, se establecían diversos supuestos en los que los
imputados no podían ejercer plenamente ese derecho.

Esto es, de acuerdo con la norma reclamada, los imputados tenían


derecho a saber quién los acusaba, los hechos que se les atribuían,
las pruebas que obraran en su contra, y a ofrecer los medios
tendentes a desvirtuar la acusación. No obstante, en ciertos casos se
limitaba el acceso a las constancias que integraban la carpeta de
investigación; lo que impedía que se conociera la información anterior,
a efecto de rendir las pruebas correspondientes, previo a que el
Ministerio Público resolviera lo conducente en la indagatoria.

Así, al hacer nugatoria la posibilidad de comparecer para ofrecer


y desahogar pruebas, el derecho a una defensa adecuada se reducía
a una protección cuya existencia y eficacia dependía del momento
procesal en el que se encontraba la persona que lo pretendía hacer
valer.

Por tanto, no se podía ejercer plenamente el derecho de defensa


adecuada, pues el mismo se materializaba al otorgar la información y

35
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

el acceso a la carpeta de investigación, derivado de la


correspondiente acusación en contra de una persona; ello, por encima
de cualquier ley secundaria que presupusiera el cumplimiento a las
formalidades del procedimiento, ni debía disminuirse ante la facultad
del Estado de garantizar la eficacia de las investigaciones de índole
penal. Máxime que la Corte Interamericana determinó que todo
acusado debía encontrarse material y jurídicamente en posibilidad de
tener conocimiento y acceso a los procedimientos en los que se
investigaban hechos en su contra, a partir de que se formulara la
acusación.

Consecuentemente, al existir una limitación al derecho de


defensa adecuada, inserta en el precepto reclamado, debía
inaplicarse por inconstitucional e inconvencional.

En respuesta, el Juez de Distrito calificó de infundado el


planteamiento, bajo el argumento de que de acuerdo con lo
establecido en la fracción VI, del apartado B, del artículo 20 de la
Constitución Federal, para que naciera la obligación del Ministerio
Público de facilitar a un gobernado y a su defensor, los datos de
prueba necesarios para su defensa, era menester que el imputado se
encontrara detenido, cuando se pretendiera recibir su declaración o
entrevista, y antes de su primera comparecencia ante el Juez; casos
en que podía consultar los registros con la oportunidad debida para
preparar la defensa.

Así, la restricción que se contenía en los artículos 113, fracción


VIII, 218 y 219 Código Nacional de Procedimientos Penales, en el
sentido de que la investigación era reservada y que sólo las partes
podían tener acceso a los registros de la investigación y a todos los
documentos, independientemente de su contenido o naturaleza, así

36
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

como a los objetos, registros de voz e imágenes,


o cosas que estuvieran relacionados, pues eran
estrictamente reservados; únicamente recogía lo
dispuesto en el citado numeral constitucional.

Por tanto, la víctima u ofendido y su asesor jurídico, podían tener


acceso a los registros de la investigación en cualquier momento;
mientras que el imputado tendría acceso, sólo cuando se encontrara
detenido y cuando pretendiera recibírsele declaración o entrevistarlo,
o cuando fuera convocado a la audiencia inicial; y a partir de esos
momentos, ya no podían mantenerse en reserva los registros para el
imputado o su defensor, a fin de no afectar su derecho de defensa.

Así, se determinó que era inexacto que la fracción VIII, del


artículo 113 del Código Nacional de Procedimientos Penales, fuera
contraria a la Constitución Federal.

Para rebatir esas consideraciones, el recurrente, en sus agravios,


esencialmente reiteró los argumentos que esgrimió como conceptos
de violación.

Derivado de lo anterior, se observa que el problema que debe


dilucidarse para dar respuesta al planteamiento de constitucionalidad
que hizo el quejoso, es si la reserva de los actos de investigación que
se establece en los artículos 218 y 219 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, afecta o restringe el derecho del imputado a
tener acceso a los registros de la investigación, por sí mismo o por
conducto de su defensa, en los términos que lo consagra la fracción
VIII, del artículo 113, del mismo ordenamiento legal; y en
consecuencia, si con dicha reserva se vulnera el derecho fundamental
de defensa adecuada.

37
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Con relación a lo anterior, cabe destacar que esta Primera Sala


de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la
Contradicción de Tesis 149/2019,21 ya analizó el contenido de los
artículos 113, fracción VIII, 218 y 219, del Código Nacional de
Procedimientos Penales, con relación, de manera respectiva, al
derecho fundamental de defensa adecuada y la reserva de los actos
de investigación.

En el entendido que ese precedente, aunque ya define


perfectamente los temas de referencia, no sería suficiente para
resolver, por sí mismo, las aristas específicas que planteó el quejoso y
recurrente con relación al derecho fundamental de defensa adecuada.

Ello, porque atendió a dilucidar el caso de los imputados que se


ubican en el supuesto del artículo 218 del Código Nacional de
Procedimientos Penales –se encuentran detenidos, son citados para
comparecer como imputados o sujetos a un acto de molestia, o se
pretende recibir su entrevista–, y teniendo ya acceso a los registros de
la carpeta de investigación, solicitan además, para los efectos de un
mejor ejercicio de su derecho de defensa, copias o reproducciones
fotográficas de los mismos. Mientras que en el caso, el quejoso y
recurrente no se ubica en los supuestos de dicho numeral; sin
embargo, pretende que se le autorice el acceso a los registros de la
carpeta de investigación.

En ese orden de ideas, en la correspondiente ejecutoria, con


relación al derecho de defensa adecuada, se dijo que en la fracción
VI, del apartado B, del artículo 20 constitucional, 22 se disponía la
21
Presentada bajo la Ponencia del Ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, y fallada en sesión de
doce de junio de dos mil diecinueve, por unanimidad de cinco votos.
22
“Artículo 20.- El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad,
contradicción, concentración, continuidad e inmediación. […] - - - B. De los derechos de toda persona
imputada: […] VI. Le serán facilitados todos los datos que solicite para su defensa y que consten en el
proceso. - - - El imputado y su defensor tendrán acceso a los registros de la investigación cuando el primero
se encuentre detenido y cuando pretenda recibírsele declaración o entrevistarlo. Asimismo, antes de su
primera comparecencia ante juez podrán consultar dichos registros, con la oportunidad debida para preparar

38
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

obligación irrestricta de facilitar al imputado o a su


defensor, todos los datos que solicitara para su
defensa y que constaran en el proceso, y
además, que tendrían acceso a los registros de la investigación
cuando el imputado se encontrara detenido, o cuando pretendiera
recibírsele declaración o entrevistarlo.

Y en su fracción VIII,23 preveía y regulaba el derecho del


imputado a contar con una defensa adecuada, lo que implicaba que
se le facilitaran los datos que constaban en el proceso y que requería
para su defensa. Para ello, el Poder Reformador de la Constitución,
estableció implícitamente, por una parte, que el Ministerio Público
debía mantener bajo reserva los datos de prueba que obraban en la
carpeta de investigación, y por otra, los momentos a partir de los
cuales, quien tuviera el carácter de indiciado y su defensor, podían
tener acceso a dicha información.

Se destacó que el Código Nacional de Procedimientos Penales,


establecía en la fracción IV, de su artículo 117, que una de las
diversas obligaciones del defensor, era analizar las constancias que
obraban en la carpeta de investigación, a fin de contar con mayores
elementos para la defensa. Lo que implicaba que el derecho a una
defensa adecuada también versaba sobre el acceso que el imputado y
su defensor debían tener a los datos de la investigación.

A su vez, en la fracción VIII, de su artículo 113, establecía que


uno de los derechos del imputado era tener acceso, junto con su

la defensa. A partir de este momento no podrán mantenerse en reserva las actuaciones de la investigación,
salvo los casos excepcionales expresamente señalados en la ley cuando ello sea imprescindible para
salvaguardar el éxito de la investigación y siempre que sean oportunamente revelados para no afectar el
derecho de defensa; […]”.
23
“[…] VIII. Tendrá derecho a una defensa adecuada por abogado, al cual elegirá libremente incluso desde el
momento de su detención. Si no quiere o no puede nombrar un abogado, después de haber sido requerido
para hacerlo, el juez le designará un defensor público. También tendrá derecho a que su defensor
comparezca en todos los actos del proceso y éste tendrá obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera.
[…]”.

39
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

defensa, a los registros de la investigación, así como a obtener copia


gratuita, registro fotográfico o electrónico de los mismos, en términos
de los artículos 218 y 219 del cuerpo normativo en cuestión. En
consecuencia, toda persona a la que se le hubiera formulado
imputación por el Ministerio Público, tenía derecho a acceder a los
datos que obraban en la carpeta de investigación, en aras de proteger
su derecho de defensa adecuada. Así, el garantizar dicho acceso era
esencial para que el imputado pudiera tener una debida defensa a lo
largo de todo el procedimiento.

En ese orden de ideas, de la disposición constitucional invocada,


se advirtió que toda persona imputada tenía derecho a que se le
garantizara una defensa adecuada y técnica durante la tramitación de
todas las etapas que comprendía el proceso penal. Y se destacó que
respecto de esa garantía, la Suprema Corte había establecido
diversos precedentes, en los que se delimitaba su contenido y
alcance.

En efecto, se señaló que esta Primera Sala, al resolver los


Amparos Directos 8/2008,24 9/2008,25 10/200826 y 33/2008,27 determinó
que el derecho a la defensa adecuada consistía en dar oportunidad a
toda persona inculpada de que fuera asistida por un defensor, quien a
su vez, debía tener la posibilidad de aportar pruebas, promover
medios de impugnación, exponer argumentos de derecho y utilizar los
beneficios procesales que la legislación correspondiente establecía
para la defensa.

24
Resuelto en sesión de doce de agosto de dos mil nueve, por mayoría de cuatro votos, en contra del emitido
por el Señor Ministro Valls Hernández.
25
Resuelto en sesión de doce de agosto de dos mil nueve, por mayoría de cuatro votos, en contra del emitido
por el Señor Ministro Valls Hernández.
26
Resuelto en sesión de doce de agosto de dos mil nueve, por mayoría de cuatro votos, en contra del emitido
por el Señor Ministro Valls Hernández.
27
Resuelto en sesión de cuatro de noviembre de dos mil nueve, por mayoría de cuatro votos, en contra del
emitido por el Señor Ministro Valls Hernández.

40
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Por otra parte, en el Código Nacional de


Procedimiento Penales se reconocía
expresamente el derecho fundamental a una
defensa adecuada y técnica,28 que sería proporcionada a través de un
defensor que el imputado eligiera libremente. Dicha asistencia jurídica
se debía de garantizar a lo largo de todas las etapas del proceso.
Asimismo, se estableció que era necesario que el defensor fuera
licenciado en derecho, o abogado titulado con cédula profesional.29

De la misma forma, se estableció que el contacto del imputado y


su defensor no se debía obstruir, por lo que las autoridades
jurisdiccionales estaban obligadas a proporcionar los medios
necesarios para que la defensa se prestara sin ningún tipo de
intromisión. Y constituía una formalidad necesaria que el defensor
estuviera presente en todas las audiencias que se celebraran durante
el proceso penal, en las que el imputado tuviera el derecho de
entrevistarse previamente y de forma privada con el imputado.

Respecto de las obligaciones que recaían en el defensor, se dijo


que el Código Nacional hacía un listado de deberes que éste tenía
que seguir, entre los que destacaba: entrevistarse con el imputado
para conocer directamente su versión de los hechos y en su caso,
planear una estrategia de defensa; asesorar al imputado sobre la
naturaleza y consecuencias jurídicas de los delitos que se le
acusaban; analizar las constancias que obraran en la carpeta de
investigación; comparecer y asistir jurídicamente al imputado en el

28
“Artículo 17. Derecho a una defensa y asesoría jurídica adecuada e inmediata. - - - La defensa es un
derecho fundamental e irrenunciable que asiste a todo imputado, no obstante, deberá ejercerlo siempre con
la asistencia de su Defensor o a través de éste. El Defensor deberá ser licenciado en derecho o abogado
titulado, con cédula profesional. - - - Se entenderá por una defensa técnica, la que debe realizar el Defensor
particular que el imputado elija libremente o el Defensor público que le corresponda, para que le asista desde
su detención y a lo largo de todo el procedimiento, sin perjuicio de los actos de defensa material que el propio
imputado pueda llevar a cabo”.
29
“Artículo 113. Derechos del imputado - - - El imputado tendrá los siguientes derechos: […] - - - XI. A tener
una defensa adecuada por parte de un licenciado en derecho o abogado titulado, con cédula profesional, al
cual elegirá libremente incluso desde el momento de su detención y, a falta de éste, por el Defensor público
que le corresponda, así como a reunirse o entrevistarse con él en estricta confidencialidad; […]”.

41
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

momento en el que rindiera su declaración, así como en cualquier


diligencia o audiencia; mantener informado al imputado sobre el
desarrollo y seguimiento del procedimiento o juicio; interponer
recursos o cualquier medio de defensa, entre otras.30
Se precisó que en caso de que dichas obligaciones no se
cumplieran, el juez debía certificar que el defensor estaba presente en
todas las audiencias, y en caso de que el imputado no contara con un
defensor, le tendría que asignar uno público. Asimismo, el juzgador
tenía la facultad de prevenir al imputado para sustituir su defensa en
los casos de que advirtiera que el defensor manifestara incapacidad
técnica para cumplir con el cargo.31

Así, se había reconocido que los criterios emitidos por esta


Suprema Corte, eran acordes con los parámetros establecidos en
30
“Artículo 117. Obligaciones del Defensor - - - Son obligaciones del Defensor:
I. Entrevistar al imputado para conocer directamente su versión de los hechos que motivan la investigación, a
fin de ofrecer los datos y medios de prueba pertinentes que sean necesarios para llevar a cabo una
adecuada defensa;
II. Asesorar al imputado sobre la naturaleza y las consecuencias jurídicas de los hechos punibles que se le
atribuyen;
III. Comparecer y asistir jurídicamente al imputado en el momento en que rinda su declaración, así como en
cualquier diligencia o audiencia que establezca la ley;
IV. Analizar las constancias que obren en la carpeta de investigación, a fin de contar con mayores
elementos para la defensa;
V. Comunicarse directa y personalmente con el imputado, cuando lo estime conveniente, siempre y cuando
esto no altere el desarrollo normal de las audiencias;
VI. Recabar y ofrecer los medios de prueba necesarios para la defensa;
VII. Presentar los argumentos y datos de prueba que desvirtúen la existencia del hecho que la ley
señala como delito, o aquellos que permitan hacer valer la procedencia de alguna causal de
inimputabilidad, sobreseimiento o excluyente de responsabilidad a favor del imputado y la
prescripción de la acción penal o cualquier otra causal legal que sea en beneficio del imputado;
VIII. Solicitar el no ejercicio de la acción penal;
IX. Ofrecer los datos o medios de prueba en la audiencia correspondientes y promover la exclusión de los
ofrecidos por el Ministerio Público o la víctima u ofendido cuando no se ajusten a la ley;
X. Promover a favor del imputado la aplicación de mecanismos alternativos de solución de controversias o
formas anticipadas de terminación del proceso penal, de conformidad con las disposiciones aplicables;
XI. Participar en la audiencia de juicio, en la que podrá exponer sus alegatos de apertura, desahogar las
pruebas ofrecidas, controvertir las de los otros intervinientes, hacer las objeciones que procedan y formular
sus alegatos finales;
XII. Mantener informado al imputado sobre el desarrollo y seguimiento del procedimiento o juicio;
XIII. En los casos en que proceda, formular solicitudes de procedimientos especiales;
XIV. Guardar el secreto profesional en el desempeño de sus funciones;
XV. Interponer los recursos e incidentes en términos de este Código y de la legislación aplicable y, en su
caso, promover el juicio de Amparo;
XVI. Informar a los imputados y a sus familiares la situación jurídica en que se encuentre su defensa, y
XVII. Las demás que señalen las leyes.
31
“Artículo 121. Garantía de la Defensa técnica - - - Siempre que el Órgano jurisdiccional advierta que existe
una manifiesta y sistemática incapacidad técnica del Defensor, prevendrá al imputado para que designe otro.
Si se trata de un Defensor privado, el imputado contará con tres días para designar un nuevo Defensor. Si
prevenido el imputado, no se designa otro, un Defensor público será asignado para colaborar en su defensa.
Si se trata de un Defensor público, con independencia de la responsabilidad en que incurriere, se dará vista
al superior jerárquico para los efectos de sustitución. - - - En ambos casos se otorgará un término que no
excederá de diez días para que se desarrolle una defensa adecuada a partir del acto que suscitó el cambio”.

42
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

instrumentos internacionales sobre el


reconocimiento y protección del derecho de
defensa adecuada de las personas inculpadas en
un procedimiento penal. En específico, de lo prescrito en los artículos
8.2, incisos d) y e), de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos,32 y 14.3, incisos b) y d), del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos,33 así como con lo que había sostenido la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre el derecho a la
32
El texto de la norma señala:
“Artículo 8. Garantías Judiciales
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un
juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas:
a. derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no comprende o no
habla el idioma del juzgado o tribunal;
b. comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;
c. concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa;
d. derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su
elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e. derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, remunerado o
no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare defensor
dentro del plazo establecido por la ley;
f. derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia,
como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos;
g. derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h. derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos
hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la
justicia”.
33
El contenido de la norma es el siguiente:
“Artículo 14.
1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser
oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o
para la determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil. La prensa y el público podrán ser
excluidos de la totalidad o parte de los juicios por consideraciones de moral, orden público o seguridad
nacional en una sociedad democrática, o cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la
medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la
publicidad pudiera perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o
contenciosa será pública, excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija lo contrario, o en
las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de menores.
2. Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe
su culpabilidad conforme a la ley.
3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas:
a) A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y causas
de la acusación formulada contra ella;
b) A disponer del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa y a
comunicarse con un defensor de su elección;
c) A ser juzgada sin dilaciones indebidas;
d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por un defensor de
su elección; a ser informada, si no tuviera defensor, del derecho que le asiste a tenerlo y, siempre que
el interés de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de oficio, gratuitamente, si careciere de
medios suficientes para pagarlo;
e) Interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener la comparecencia de los testigos de
descargo y que éstos sean interrogados en las mismas condiciones que los testigos de cargo;

43
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

defensa, en los más recientes años, en su jurisprudencia evolutiva y


progresiva, al interpretar el sentido del artículo 8.2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.

f) A ser asistida gratuitamente por un intérprete, si no comprende o no habla el idioma empleado en el


tribunal;
g) A no ser obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable.
4. En el procedimiento aplicable a los menores de edad a efectos penales se tendrá en cuenta esta
circunstancia y la importancia de estimular su readaptación social.
5. Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se
le haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior, conforme a lo prescrito por la ley.
6. Cuando una sentencia condenatoria firme haya sido ulteriormente revocada, o el condenado haya sido
indultado por haberse producido o descubierto un hecho plenamente probatorio de la comisión de un error
judicial, la persona que haya sufrido una pena como resultado de tal sentencia deberá ser indemnizada,
conforme a la ley, a menos que se demuestre que le es imputable en todo o en parte el no haberse revelado
oportunamente el hecho desconocido
Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual haya sido ya condenado o absuelto por una
sentencia firme de acuerdo con la ley y el procedimiento penal de cada país.”

44
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

El tribunal interamericano dijo que las


personas procesadas penalmente tenían derecho
a una defensa oportuna,34 técnica,35 eficaz36 y
material.37

Así, era necesario para el defensor y el indiciado, tener acceso a los


datos que obraban en la carpeta de investigación para preparar una

34
La consideración está vertida en la sentencia de 17 de noviembre de 2009, en el Caso Barreto Leiva vs
Venezuela (Fondo, Reparaciones y Costas), Corte Interamericana de Derechos Humanos, como se advierte
del contenido de los párrafos siguientes:
“29. Ahora bien, el derecho a la defensa debe necesariamente poder ejercerse desde que se señala a una
persona como posible autor o partícipe de un hecho punible y sólo culmina cuando finaliza el proceso,
incluyendo, en su caso, la etapa de ejecución de la pena. Sostener lo opuesto implicaría supeditar las
garantías convencionales que protegen el derecho a la defensa, entre ellas el artículo
8.2.b, a que el investigado encuentre en determinada fase procesal, dejando abierta la posibilidad de que con
anterioridad se afecte un ámbito de sus derechos a través de actos de autoridad que desconoce o a los que
no puede controlar u oponerse con eficacia, lo cual es evidentemente contrario a la Convención. En efecto,
impedir que la persona ejerza su derecho de defensa desde que se inicia la investigación en su contra y la
autoridad dispone o ejecuta actos que implican afectación de derechos es potenciar los poderes
investigativos del Estado en desmedro de derechos fundamentales de la persona investigada. El derecho a la
defensa obliga al Estado a tratar al individuo en todo momento como un verdadero sujeto del proceso, en el
más amplio sentido de este concepto, y no simplemente como objeto del mismo. Por todo ello, el artículo
8.2.b convencional rige incluso antes de que se formule una “acusación” en sentido estricto. Para que el
mencionado artículo satisfaga los fines que le son inherentes, es necesario que la notificación ocurra
previamente a que el inculpado rinda su primera declaración ante cualquier autoridad pública.
Evidentemente, el contenido de la notificación variará de acuerdo al avance de las investigaciones, llegando
a su punto máximo, expuesto en el párrafo 28 supra, cuando se produce la presentación formal y definitiva de
cargos. Antes de ello y como mínimo el investigado deberá conocer con el mayor detalle posible los hechos
que se le atribuyen.”
35
Véase ídem, párrafos:
“61. La acusación puede ser enfrentada y refutada por el inculpado a través de sus propios actos, entre ellos
la declaración que rinda sobre los hechos que se le atribuyen, y por medio de la defensa técnica, ejercida por
un profesional del Derecho, quien asesora al investigado sobre sus deberes y derechos y ejecuta, inter alia,
un control crítico y de legalidad en la producción de pruebas.
62. Si el derecho a la defensa surge desde el momento en que se ordena investigar a una persona ( supra
párr. 29), el investigado debe tener acceso a la defensa técnica desde ese mismo momento, sobre todo en la
diligencia en la que se recibe su declaración. Impedir a éste contar con la asistencia de su abogado defensor
es limitar severamente el derecho a la defensa, lo que ocasiona desequilibrio procesal y deja al individuo sin
tutela frente al ejercicio del poder punitivo.
63. El derecho a la defensa técnica no puede ser satisfecho por quien a la postre realizará la acusación, esto
es, el Ministerio Público. La acusación afirma la pretensión penal; la defensa la responde y rechaza. No es
razonable depositar funciones naturalmente antagónicas en una sola persona.”
36
Interpretación contenida en la sentencia de 21 de junio de 2002, en el Caso Hilaire, Constantine, Benjamin
y otros vs Trinidad y Tobago (Fondo, Reparaciones y Costas), Corte Interamericana de Derechos Humanos,
párrafo:
“152. En razón de lo anteriormente expuesto, la Corte presenta el siguiente análisis:
[…]
b. Igualmente, este Tribunal estima que existen pruebas suficientes para concluir que, en la práctica, no se
encuentra a la disposición de los inculpados de homicidio intencional, la asistencia legal adecuada para que
presenten acciones constitucionales de manera efectiva. Si bien de manera formal, se halla consagrado en el
ordenamiento jurídico del Estado, el derecho a intentar una acción constitucional, en el caso de George
Constantine, Wilson Prince, Mervyn Edmund, Martin Reid, Gangadeen Tahaloo, Noel Seepersad, Natasha
De Leon, Phillip Chotalal, Wilberforce Bernard, Amir Mowlah y Mervyn Parris se impidió el empleo de este
recurso en cuanto el Estado no proporcionó a los inculpados asistencia jurídica a fin de que pudieran
ejercitarlo efectivamente, y de esta forma constituyó un recurso ilusorio para aquéllos. Con ello resultaron
violados los artículos 8 y 25 de la Convención en relación con el artículo 1.1 de ésta”
37
Confróntese la interpretación en la sentencia de 21 de noviembre de 2007, dictada con motivo de la
resolución del Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs Ecuador (Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas), Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el párrafo siguiente:
“58. Pese a la normativa constitucional citada, el señor Chaparro no contó con la presencia de un abogado
defensor al momento de ser interrogado por parte de la Policía el 18 de noviembre de 1997. Además, la

45
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

debida defensa; pues sin contar con esa posibilidad, el imputado se


encontraba en una situación de desventaja respecto a los demás
sujetos procesales, ya que no contaba con los elementos suficientes
para ofrecer los datos de prueba que pudieran desvirtuar la
investigación y posible imputación realizada por la Representación
Social, realizar argumentos de derecho que estimara convenientes y
de conformar una teoría del caso para el debido ejercicio del derecho
en mención. De lo anterior, se desprendía la importancia de que el
imputado y su defensor tuvieran acceso a la carpeta de investigación,
con el objetivo principal de tener una defensa adecuada eficiente y
efectiva.

Por otra parte, en lo relativo al sigilo en la investigación


inicial, en la ejecutoria del precedente en estudio, se señaló que la
investigación inicial, dentro del nuevo sistema de justicia penal,
constituía una etapa en la que medularmente la fiscalía trataba de
hacerse del material probatorio necesario para sustentar un caso, que
presentaría ante el juez, con el fin de que éste tuviera buenas
posibilidades de éxito. Es decir, dicho procedimiento administrativo-
penal constituía el instrumento con el que contaba el órgano acusador
para construir, adecuadamente, casos penales. Por esa razón,
tradicionalmente se había considerado que uno de los principios que
de manera medular regía a dicho procedimiento, era el de “sigilo”.

Así, quien debía preservar ese sigilo o reserva de la información


de la carpeta, era la Representación Social; ello, atendiendo a lo que
esta Primera Sala, resolvió en el Amparo en Revisión 202/2013,38 en
el que señaló que conforme al artículo 21 constitucional, el Ministerio

Corte encuentra que al impedirse al abogado del señor Chaparro intervenir en su declaración preprocesal y al
exigirse que sea el propio señor Chaparro quien fundamente su recurso de amparo de libertad, cuando su
deseo era que su abogado lo hiciera, la presencia de los defensores fue tan solo formal. Por ello, el Estado
violó el derecho consagrado en el artículo 8.2.d) de la Convención, en relación con el artículo 1.1 de la
misma, en perjuicio del señor Chaparro.”
38
Resuelto por esta Primera Sala por mayoría de cuatro votos el veintiséis de junio de dos mil trece.

46
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Público era la autoridad competente para ejercer


la acción penal en una averiguación previa, sin
que se contemplaran distinciones entre personas
y mucho menos entre tipos de servidores públicos. En otras palabras,
el artículo 21 de la Constitución Federal, no tenía una delimitación a
cierto ámbito competencial39 y servía como parámetro de actuación
para todas las autoridades de la República. Por ende, funcionaba en
todos los órdenes jurídicos (federal y estatal) como una garantía para
la protección de varios derechos fundamentales, entre ellos, la libertad
personal y el debido proceso.

Se dijo que el objetivo histórico de esa disposición


constitucional, era asignar la facultad de investigación y persecución
del delito a una sola institución, a fin de alcanzar imparcialidad,
objetividad y evitar que una multiplicidad de autoridades formaran
parte de la indagación de los hechos que pudieran o no derivar en una
conducta antijurídica. El Ministerio Público se concebía entonces
como único órgano investigador y acusador, al igual que como
consecuente Representante Social en el proceso penal,40 y por lo
tanto, era el responsable de que las actuaciones que así lo ameritaran
se mantuvieran en sigilo o reserva.

Se destacó que la reforma constitucional de dos mil ocho,


modificó o moduló parcialmente dichos principios, pues añadió el
supuesto del ejercicio de la acción penal por parte de los particulares;
39
Si se hubiera querido restringir la aplicación del artículo 21, segundo párrafo, constitucional al ámbito
federal, el Poder Constituyente hubiera señalado explícitamente que se refería al Ministerio Público Federal,
como si lo hace en otras normas constitucionales. Por ejemplo, en el artículo 102, apartado A, se sostiene
que: “La ley organizará el Ministerio Publico de la Federación, cuyos funcionarios serán nombrados y
removidos por el Ejecutivo, de acuerdo con la ley respectiva. […] Incumbe al Ministerio Público de la
Federación, la persecución, ante los tribunales, de todos los delitos del orden federal; y, por lo mismo, a él le
corresponderá solicitar las órdenes de aprehensión contra los inculpados; buscar y presentar las pruebas que
acrediten la responsabilidad de éstos; hacer que los juicios se sigan con toda regularidad para que la
administración de justicia sea pronta y expedita; pedir la aplicación de las penas e intervenir en todos los
negocios que la ley determine”.
40
Este pronunciamiento no significa que las entidades federativas tengan que denominar forzosamente a esta
institución como “Ministerio Público” o que tengan que regularlo procesalmente en términos idénticos a la
normatividad federal. Lo que se mandata es el cumplimiento de la delimitación competencial establecida en el
artículo 21 de la Constitución Federal.

47
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

sin embargo, mantuvo el contenido base de los aludidos principios


rectores del artículo 21 constitucional. Así, el Ministerio Público
conservaba, salvo en casos de excepción, la competencia para
investigar los delitos, verificar la probable responsabilidad de los
involucrados y para instar la actuación jurisdiccional mediante la
materialización de la acción penal y la remisión de la averiguación
previa a la autoridad competente.

Por tanto, el que al Ministerio Público federal o local se le


asignara el poder para ejercer la acción penal, no era optativo desde
el punto de vista constitucional, sino un requisito desde el texto de la
Constitución de 1917, que actualmente sólo admite dos modulaciones:
por una parte, la facultad que detenta la Suprema Corte para
consignar a las autoridades omisas en el cumplimiento de una
ejecutoria de amparo, en términos del referido artículo 107, fracción
XVI, constitucional, y por la otra, el ejercicio de la acción penal que
podía instaurarse por los particulares, que procedía conforme a los
presupuestos que se regulaban en la normatividad secundaria.

Así, al amparo de esa facultad, el Ministerio Público tenía la


obligación de aportar los elementos demostrativos que acreditaran la
existencia de un delito, y en contraposición a ello, el inculpado gozaba
del derecho de defensa que se le otorgaba para acreditar la
inexistencia del ilícito o su no participación en el mismo, destruyendo
las pruebas aportadas por el Representante Social, sin que ello
implicara, necesariamente, que el Ministerio Público, al momento de
llevar a cabo la investigación (previo al ejercicio de la acción) tuviera
que citar a quien era objeto de dicha investigación.

48
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Se señaló que a partir de la promulgación y


entrada en vigor del Código Nacional de
Procedimientos Penales, dicha cuestión se reguló
en los artículos 218 y 219, que establecen:

“Artículo 218. Reserva de los actos de investigación.


Los registros de la investigación, así como todos los
documentos, independientemente de su contenido o
naturaleza, los objetos, los registros de voz e imágenes o
cosas que le estén relacionados, son estrictamente reservados,
por lo que únicamente las partes, podrán tener acceso a los
mismos, con las limitaciones establecidas en este Código y
demás disposiciones aplicables.

La víctima u ofendido y su Asesor Jurídico podrán tener acceso


a los registros de la investigación en cualquier momento. El
imputado y su defensor podrán tener acceso a ellos
cuando se encuentre detenido, sea citado para comparecer
como imputado o sea sujeto de un acto de molestia y se
pretenda recibir su entrevista, a partir de este momento ya
no podrán mantenerse en reserva los registros para el
imputado o su Defensor a fin de no afectar su derecho de
defensa. Para los efectos de este párrafo, se entenderá como
acto de molestia lo dispuesto en el artículo 266 de este Código.

En ningún caso la reserva de los registros podrá hacerse valer


en perjuicio del imputado y su Defensor, una vez dictado el
auto de vinculación a proceso, salvo lo previsto en este Código
o en las leyes especiales.

Para efectos de acceso a la información pública


gubernamental, el Ministerio Público únicamente deberá
proporcionar una versión pública de las determinaciones de no
ejercicio de la acción penal, archivo temporal o de aplicación
de un criterio de oportunidad, siempre que haya transcurrido un

49
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

plazo igual al de prescripción de los delitos de que se trate, de


conformidad con lo dispuesto en el Código Penal Federal o
estatal correspondiente, sin que pueda ser menor de tres años,
ni mayor de doce años, contado a partir de que dicha
determinación haya quedado firme.

Artículo 219. Acceso a los registros y la audiencia inicial.


Una vez convocados a la audiencia inicial, el imputado y su
Defensor tienen derecho a consultar los registros de la
investigación y a obtener copia, con la oportunidad debida para
preparar la defensa. En caso que el Ministerio Público se
niegue a permitir el acceso a los registros o a la obtención de
las copias, podrán acudir ante el Juez de control para que
resuelva lo conducente.”

En ese sentido, dichos numerales establecían el momento


procesal en el que los registros ya no podían mantenerse en reserva
para el imputado y su defensor, es decir: a) cuando se encontrara
detenido; b) cuando fuera citado para comparecer como imputado; o
c) fuera sujeto de un acto de molestia y se pretendiera recibir su
entrevista. Esto es, en cualquiera de los supuestos anteriores, el
imputado y su defensor debían tener acceso a los datos de la
investigación que obraran en la carpeta de investigación.

Así, el mandato legislativo consistente en la estricta reserva de


la indagatoria, obedecía a la protección del interés público y a la
salvaguarda del derecho a la seguridad, que constituían fines
legítimos, en virtud de que las actuaciones del Ministerio Público
contenían hechos que, al ser del conocimiento público, ponían en
peligro la investigación y eficacia en la persecución de delitos.

Se destacó que al respecto, la Corte Interamericana de


Derechos Humanos, sostuvo que el Estado tenía la obligación de

50
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

garantizar en la mayor medida posible, el éxito de


las investigaciones y la imposición de sanciones a
quienes resultaran culpables, sobre la base de
que el poder estatal no era ilimitado, por lo que era fundamental que
actuara dentro de las directrices y procedimientos que permitieran
preservar tanto la seguridad pública, como los derechos
fundamentales de la persona.

Asimismo, estableció que a efecto de respetar los derechos del


imputado, el Estado tenía diversas obligaciones, como la de brindar el
tiempo necesario a la defensa, no sólo para conocer la totalidad de las
pruebas que obraban en su contra, sino también para analizarlas y
poder plantear los argumentos y elementos de convicción que
permitieran combatirlas.41

Por tanto, atendiendo a la normativa legal y constitucional


aludida, el Ministerio Público debía mantener, en lo que respecta al
sujeto procesal indiciado, el sigilo procesal y la reserva de los
registros que obraban en la carpeta de investigación, hasta en tanto
no se diera alguno de los supuestos de los que hablaba el
párrafo tercero, del artículo 218 del código adjetivo en mención.
Consecuentemente, a partir de que se actualizara cualquiera de las
hipótesis previstas por la norma secundaria, el imputado y su defensor
debían tener acceso a dichos datos de investigación, con el fin de
preparar una debida defensa.

41
Véase el caso Bulaco vs. Argentina y el caso Cantoral Huamaní y García Santa Cruz Vs. Perú, en el cual
se determinó que el cumplimiento del deber de investigar, debe comprender la realización, de oficio y sin
dilación, de una investigación seria, imparcial, efectiva, para la cual los Estados deben hacer uso de todos los
medios legales disponibles e involucrar a toda institución estatal. Al respecto, la obligación de investigar es de
medio, no de resultados. Lo anterior no significa, sin embargo, que la investigación pueda ser emprendida
como “una simple formalidad condenada de antemano a ser infructuosa”. Cada acto estatal que conforma el
proceso investigativo, así como la investigación en su totalidad, debe estar orientado hacia una finalidad
específica, la determinación de la verdad y la persecución, captura, enjuiciamiento, y en su caso, la sanción
de los responsables de los hechos.

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

En ese orden de ideas, opuesto a lo que consideró el quejoso y


recurrente, la fracción VIII, del artículo 113 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, no vulnera el derecho fundamental de
defensa adecuada.

Ello, porque como bien se destacó en la resolución recurrida, en


su contenido se retoma de lo que dispone la fracción VI, del apartado
B, del artículo 20 constitucional; y en consecuencia, no es contrario a
la misma.

Así, la norma impugnada, congruente con dicho ordenamiento


constitucional, establece como derecho de todo imputado el acceso a
los registros de la investigación, por sí mismo o por conducto de su
defensor; con lo que evidentemente se salvaguarda el derecho
fundamental de defensa adecuada, pues el conocimiento de los
correspondientes registros, lo ubica en una posición de equilibrio
procesal, ya que le permite preparar una teoría del caso más eficiente
y efectiva, a efecto de afrontar, y en su caso, desvirtuar la
investigación y posible imputación en su contra.

Y si bien es verdad que la norma impugnada establece como


excepciones para acceder a los registros de la investigación, los
casos a que se refieren los artículos 218 y 219, del mismo
ordenamiento procesal; no es menos cierto que los correspondientes
supuestos que se establecen en los mismos, igualmente encuentran
su origen en lo que dispone la citada fracción VI, del apartado B, del
artículo 20 constitucional. Por lo que tampoco resultan contrarios a la
Ley Fundamental, pues obedecen a la protección del interés público y
salvaguarda del derecho a la seguridad, porque el conocimiento
general de las actuaciones del Representante Social, ponen en peligro
su investigación y la eficacia en la persecución de los delitos.

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Ahora bien, en su demanda de amparo, el


quejoso parte de la premisa de que tuvo
conocimiento de que existía una investigación en la que tenía el
carácter de señalado y/o acusado, con lo que estimó que adquiría la
calidad de “imputado”; y en esa tesitura, consideró que la norma
tildada de inconstitucional le causaba perjuicio, porque enumeraba los
derechos que tiene un imputado dentro de una carpeta de
investigación, a saber, quién lo acusa, los hechos que se le atribuyen,
las pruebas que obran en su contra y a ofrecer los medios tendentes a
desvirtuar la acusación; lo que dijo era acorde con el derecho a una
defensa adecuada. Sin embargo, señala que en los artículos 218 y
219 del Código Nacional de Procedimientos Penales, a los que
aquélla remite, se establecen diversos supuestos en los que el
imputado no puede ejercer plenamente ese derecho, pues se limita el
acceso a las constancias que integran la carpeta de investigación, lo
que impide que se conozca la información anterior, a efecto de rendir
las pruebas correspondientes, previo a que el Ministerio Público
resuelva lo conducente en la investigación.

Lo anterior, sustentado en la idea de que, de acuerdo con la


Corte Interamericana de Derechos Humanos, al resolver los casos
“Ruano Torres vs El Salvador” y “Barreto Leyva vs Venezuela”, a toda
persona se le debía garantizar el acceso a cualquier tipo de
procedimiento en el que se investigaran hechos en los que se
encontrara señalada, desde el momento en que se formulara la
denuncia de hechos ante la autoridad correspondiente; así, todo
acusado debía encontrarse material y jurídicamente en posibilidad de
tener conocimiento y acceso a los procedimientos en los que se
investigaran hechos en su contra, a partir de que se formulara la
acusación.

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Sin embargo, lo que en realidad señaló la Corte Interamericana


en los casos que invocó el recurrente, fue lo siguiente:
I. En el caso Ruano Torres y otros vs El Salvador:

“153. El derecho a la defensa es un componente central del


debido proceso que obliga al Estado a tratar al individuo en todo
momento como un verdadero sujeto del proceso, en el más
amplio sentido de este concepto, y no simplemente como objeto
del mismo. El derecho a la defensa debe necesariamente poder
ejercerse desde que se señala a una persona como posible
autor o partícipe de un hecho punible y sólo culmina cuando
finaliza el proceso, incluyendo, en su caso, la etapa de ejecución
de la pena. El derecho a la defensa se proyecta en dos facetas
dentro del proceso penal: por un lado, a través de los propios
actos del inculpado, siendo su exponente central la posibilidad
de rendir una declaración libre sobre los hechos que se le
atribuyen y, por el otro, por medio de la defensa técnica, ejercida
por un profesional del Derecho, quien cumple la función de
asesorar al investigado sobre sus deberes y derechos y ejecuta,
inter alia, un control crítico y de legalidad en la producción de
pruebas. La Convención Americana rodea de garantías
específicas el ejercicio tanto del derecho de defensa material,
por ejemplo a través del derecho a no ser obligado a declarar
contra sí mismo (artículo 8.2.g) o las condiciones bajo las cuales
una confesión pudiera ser válida (artículo 8.3), como de la
defensa técnica, en los términos que se desarrollarán a
continuación.”

II. Y en el caso Barreto Leyva vs Venezuela:

“28. Para satisfacer el artículo 8.2.b convencional el Estado


debe informar al interesado no solamente de la causa de la

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

acusación, esto es, las acciones u


omisiones que se le imputan, sino también
las razones que llevan al Estado a
formular la imputación, los fundamentos
probatorios de ésta y la caracterización legal que se da a esos
hechos. Toda esta información debe ser expresa, clara, integral
y suficientemente detallada para permitir al acusado que ejerza
plenamente su derecho a la defensa y muestre al juez su
versión de los hechos. La Corte ha considerado que la puntual
observancia del artículo 8.2.b es esencial para el ejercicio
efectivo del derecho a la defensa.

29. Ahora bien, el derecho a la defensa debe necesariamente


poder ejercerse desde que se señala a una persona como
posible autor o partícipe de un hecho punible y sólo culmina
cuando finaliza el proceso, incluyendo, en su caso, la etapa de
ejecución de la pena. Sostener lo opuesto implicaría supeditar
las garantías convencionales que protegen el derecho a la
defensa, entre ellas el artículo 8.2.b, a que el investigado se
encuentre en determinada fase procesal, dejando abierta la
posibilidad de que con anterioridad se afecte un ámbito de sus
derechos a través de actos de autoridad que desconoce o a los
que no puede controlar u oponerse con eficacia, lo cual es
evidentemente contrario a la Convención. En efecto, impedir que
la persona ejerza su derecho de defensa desde que se inicia la
investigación en su contra y la autoridad dispone o ejecuta actos
que implican afectación de derechos es potenciar los poderes
investigativos del Estado en desmedro de derechos
fundamentales de la persona investigada. El derecho a la
defensa obliga al Estado a tratar al individuo en todo momento
como un verdadero sujeto del proceso, en el más amplio sentido
de este concepto, y no simplemente como objeto del mismo.

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

30. Por todo ello, el artículo 8.2.b convencional rige incluso


antes de que se formule una “acusación” en sentido estricto.
Para que el mencionado artículo satisfaga los fines que le son
inherentes, es necesario que la notificación ocurra previamente
a que el inculpado rinda su primera declaración ante cualquier
autoridad pública.
31. Evidentemente, el contenido de la notificación variará de
acuerdo al avance de las investigaciones, llegando a su punto
máximo, expuesto en el párrafo 28 supra, cuando se produce la
presentación formal y definitiva de cargos. Antes de ello y como
mínimo el investigado deberá conocer con el mayor detalle
posible los hechos que se le atribuyen.”

Así, lo que en realidad se desprende de dicha jurisprudencia


interamericana, es que el derecho de defensa de un imputado, se
actualiza plenamente, no desde que se denuncian los hechos o se
inicia una carpeta de investigación en su contra, en los términos que
lo consideró el recurrente; sino a partir de que de la indagatoria surja
efectivamente una imputación en su contra que lo ubique “como
posible autor o partícipe de un hecho punible”.

Es decir, desde que se “inicia la investigación en su contra” -que


no es lo mismo que desde que se haga una denuncia en su contra-,
pues al respecto, la Corte Interamericana continuó la idea anterior con
la siguiente expresión: “y la autoridad dispone o ejecuta actos que
implican afectación de derechos”.

Incluso, también señaló que el artículo 8.2.b convencional, regía


antes de que “se formule una ‘acusación’ en sentido estricto”; referida
al ejercicio de una acción propiamente, y no a la mera denuncia de
hechos. Precisándose que ello siempre debía ocurrir “previamente a

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

que el inculpado rinda su primera declaración


ante cualquier autoridad pública”.

Lo que se corrobora con lo señalado por la


propia Corte Interamericana, en el caso Barreto Leyva vs Venezuela,
en la parte que se dijo:
“44. Cabe advertir, en consecuencia, que el Estado acepta que
no informó al señor Barreto Leiva de los hechos que se le
imputaban antes de declarar ante autoridades judiciales. Por
ello, corresponde analizar si las razones que brinda son
suficientes para justificar tal omisión.

45. Es admisible que en ciertos casos exista reserva de las


diligencias adelantadas durante la investigación preliminar en
el proceso penal, para garantizar la eficacia de la
administración de justicia. Asiste al Estado la potestad de
construir un expediente en búsqueda de la verdad de los
hechos, adoptando las medidas necesarias para impedir que
dicha labor se vea afectada por la destrucción u ocultamiento
de pruebas. Sin embargo, esta potestad debe armonizarse con
el derecho de defensa del investigado, que supone, inter alia,
la posibilidad de conocer los hechos que se le imputan.

46. La transición entre ‘investigado’ y ‘acusado’ –y en


ocasiones incluso ‘condenado’- puede producirse de un
momento a otro. No puede esperarse a que la persona sea
formalmente acusada o que –como en el presente caso– se
encuentre privada de la libertad para proporcionarle la
información de la que depende el oportuno ejercicio del
derecho a la defensa.”

Pues con ello, por una parte, se reitera la idea de que el derecho
de una persona a que se le proporcione información para los efectos

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del ejercicio de su derecho de defensa, depende de que formalmente


ya se le esté investigando como probable autor o partícipe de un
hecho punible.

Y por otra parte, que la Corte Interamericana reconoce la


necesidad de la reserva de la información o el sigilo, para garantizar la
eficacia de la administración de justicia; lo que implica una libertad
configurativa para los Estados, de adoptar medidas necesarias para
impedir que su labor de investigación del delito se vea afectada.

Además, congruente con los lineamientos establecidos por la


Corte Interamericana de Derechos Humanos, respecto del momento
en que se puede ejercer plenamente el derecho de defensa de un
gobernado –a partir de que surja formalmente una imputación en su
contra–, el artículo112 del Código Nacional de Procedimientos
Penales, que dispone:

“Artículo 112. Denominación. Se denominará genéricamente


imputado a quien sea señalado por el Ministerio Público como
posible autor o partícipe de un hecho que la ley señale como
delito. Además, se denominará acusado a la persona contra
quien se ha formulado acusación y sentenciado a aquel sobre
quien ha recaído una sentencia aunque no haya sido declarada
firme”.

Numeral del que se pone de manifiesto que la calidad de


“imputado”, se adquiere precisamente cuando el sujeto es señalado
por el Ministerio Público como posible autor o partícipe de un hecho
que la ley señale como delito.

Momento a partir del cual, formalmente se convierte en parte del


proceso penal, con lo que se le garantiza el acceso a los registros de

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la investigación, a condición de que se encuentre


detenido, cuando se pretenda recibir su
declaración o entrevista, sobre todo, antes de su
primer comparecencia ante el Juez de Control, con la oportunidad
debida para preparar su defensa.

En ese orden de ideas, fundadamente se concluye que existe


perfecta convergencia entre lo que dispone la fracción VI, del apartado
B, del artículo 20 constitucional, que esencialmente se reproduce en el
contenido de la fracción VIII, del artículo 113, impugnado, así como
los numerales 218 y 219, a los que está remite, todos del Código
Nacional de Procedimientos Penales; y las directrices que estableció
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con relación al
momento en que un imputado puede ejercer plenamente el derecho
de defensa, y el sigilo o la reserva de la información de una carpeta de
investigación.

Consecuentemente, queda de manifiesto que la fracción VIII, del


artículo 113 del Código Nacional de Procedimientos, no restringe ni
limita el derecho fundamental de defensa adecuada, en los términos
que lo estimó el quejoso y recurrente, pues aun cuando se diga
“aludido o referido”, en una carpeta de investigación, el hecho de que
el Ministerio Público no le haya atribuido formalmente el carácter de
“imputado”, no le permite ejercer la titularidad de los derechos que ello
involucra.

Y si bien es cierto que en dicho numeral se establece el sigilo o


reserva de los registros de la investigación; ello es única y
exclusivamente respecto de quienes no son parte en la misma, lo
que implica que se trata de una medida que resulta imprescindible
para salvaguardar el éxito de la investigación, por atender a personas

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

que aún no han sido llamados a la indagatoria por el Ministerio


Público.

Pero tratándose de las partes en la investigación, no aplica el


sigilo o la reserva de los registros de la investigación; concretamente,
la víctima u ofendido y su asesor jurídico, podrán tener acceso a los
mismos en cualquier momento. En tanto que respecto del imputado y
su defensor, fijan el momento procesal en que los registros ya no
podrán mantenerse en reserva; es decir: a) cuando se encuentre
detenido; b) se le hubiera citado para comparecer como imputado; o
c) fuera sujeto de un acto de molestia y se pretendiera recibir su
entrevista.

En ese orden de ideas, contrario a lo que consideró el quejoso


y recurrente, se sostiene la constitucionalidad de la fracción VIII, del
artículo 113 del Código Nacional de Procedimientos Penales; y por
tanto, en la materia de la revisión, se confirma la sentencia recurrida,
se sobresee en el juicio de amparo, y se niega el amparo y
protección de la Justicia Federal.

S É P T I M O. RESERVA DE JURISDICCIÓN AL TRIBUNAL


COLEGIADO. Se reserva jurisdicción al Tribunal Colegiado, respecto
de los tópicos de legalidad que subsistan; por tanto, devuélvansele los
autos para que dentro del ámbito de su competencia, se pronuncie
respecto de los correspondientes planteamientos.

En esa tesitura, esta Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación,

R E S U E L V E:

60
AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

P R I M E R O. En la materia de la revisión,
competencia de esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, se confirma la
sentencia recurrida.

S E G U N D O. Se sobresee en el juicio de amparo, respecto


de los actos reclamados al Fiscal General del Estado de Nayarit, en
los términos del considerando Quinto.

T E R C E R O. La Justicia de la Unión NO ampara y protege a


**********, en contra de las autoridades y actos reclamados.

C U A R T O. Se reserva jurisdicción al Segundo Tribunal


Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito, con residencia en
Zapopan, Jalisco, en términos del último considerando de esta
ejecutoria.

N o t i f í q u e s e; con testimonio de esta ejecutoria, vuelvan


los autos al Tribunal de su origen; y, en su oportunidad archívese el
toca como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los Señores
Ministros: Norma Lucía Piña Hernández, quien manifestó que está con
el sentido, pero con consideraciones adicionales, Ana Margarita Ríos
Farjat, Jorge Mario Pardo Rebolledo (Ponente), Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena, quien se reserva su derecho a formular voto concurrente, y
Presidente Juan Luis González Alcántara Carrancá.

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

Firman el Ministro Presidente de la Sala y el Ministro Ponente,


con la Secretaria de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA
PRIMERA SALA

MINISTRO JUAN LUIS GONZÁLEZ ALCÁNTARA CARRANCÁ.

PONENTE

MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.

SECRETARIA DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA

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AMPARO EN REVISIÓN 336/2019

LIC. MARÍA DE LOS ÁNGELES GUTIÉRREZ


GATICA.

**********En términos de lo previsto en los artículos 113 y 116 de la Ley General


de Transparencia y Acceso a la Información Pública; 110 y 113 de la Ley Federal
de Transparencia y Acceso a la Información Pública; y el Acuerdo General
11/2017, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicado el
dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete, en el Diario Oficial de la
Federación, en esta versión pública se suprime la información considerada
legalmente como reservada o confidencial que se encuentra en esos supuestos
normativos.

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