Diferencias Entre El ADN y El ARN

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Diferencias entre el ADN y el ARN

La información genética, la que nos define y nos hace ser únicos, se almacena en
una molécula presente en cada una de las células de nuestro organismo: el ácido
desoxirribonucleico o ADN. Sabemos, además, que esta información la hemos
heredado de nuestros padres y, a su vez, la transmitiremos a nuestros hijos. En
este post, definimos el ADN como nuestro libro de instrucciones, el cual contiene
más de 3.000 millones de letras ordenadas en unas estructuras celulares llamadas
cromosomas. Hasta aquí todo claro, pero ¿cómo pueden estas frases
larguísimas compuestas de las letras A, T, C y G determinar nuestro color
de ojos, piel o cabello?

Para comprenderlo necesitamos entender lo que denominamos como dogma


central de la biología molecular. Este gran hito evidenció que el ADN no actúa sólo
de almacén de la información genética para que ésta pueda heredarse entre
generaciones, sino que también proporciona el código e instrucciones para la
fabricación de proteínas, condicionando así el desarrollo, funcionamiento y
características de los organismos. Para entenderlo mejor podemos usar un símil:
imaginemos nuestro ADN como la biblioteca donde se almacenan los manuales
con las instrucciones de montaje de todos los muebles de Ikea; y a las proteínas
como el resultado final después de haber leído las instrucciones de uno de estos
manuales, y haber ensamblado las diferentes piezas siguiendo los pasos indicados
hasta crear una silla, un sofá o un armario. Así, el manual (ADN) actúa como un
código, mientras que el mueble (proteína) es la parte funcional y lo que define
nuestro hogar.

Imaginemos ahora que queremos montar un mueble, antes tendremos que


encontrar el manual pertinente de entre los miles de documentos que se
almacenan en la biblioteca. Para facilitar esta tarea, en la célula existen toda una
serie de enzimas que actúan como si fuesen bibliotecarias, encargadas de abrir las
estanterías, encontrar el manual apropiado y fotocopiar solamente aquellas
páginas donde aparecen los planos e instrucciones del mueble que quieres
ensamblar. En la célula, esta fotocopia de la información genética es el
ácido ribonucleico o ARN. ADN y ARN son moléculas parecidas, pero como
ocurre en papel, la fotocopia no es exacta y, por tanto, existen algunas diferencias
entre ambas:

 El ADN está formado por dos cadenas largas que se enrollan entre sí en
una espiral, en cambio el ARN está compuesto por una única cadena con
estructura lineal y de menor longitud.
 El alfabeto del ADN y ARN no son exactamente iguales, mientras el ADN
está formado por A (adenina), T (timina), G (guanina) y C (citosina), el del
ARN sustituye la T por U (uracil).
 A nivel químico las dos moléculas son muy similares, pero el ADN tiene un
grupo hidroxilo (-OH) menos que el ARN, haciendo la molécula de ADN
menos reactiva y mucho más estable.

Al tratarse de una fotocopia de una región del ADN, el ARN también lleva
información genética pero sus características y su tamaño mucho más reducido
le permite pasar a través de los poros de la membrana del núcleo de la célula
(donde se encuentra el ADN) y llegar hasta el compartimento celular donde se
ensamblan las proteínas. Así, podemos decir que mientras el ADN “porta” la
información genética, el ARN la “transporta”.

A día de hoy sabemos que el dogma central definido por Francis Crick en 1958
funciona en la inmensa mayoría de los organismos, pero existen una serie de
excepciones donde el flujo de la información genética no se produce exactamente
de la misma manera. Por ejemplo, en algunos tipos de virus no existe el ADN
y la información genética se almacena directamente en cadenas de ARN.
Así, cuando estos virus infectan una de nuestras células pueden directamente, y
de manera más rápida, ensamblar proteínas víricas utilizando nuestra maquinaria
celular, sin pasos adicionales. Algunos ejemplos de estos virus son el nuevo
coronavirus SARS-CoV-2, el virus del sarampión, el del Ébola o el de la rabia.

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