Diplomatura, Alumno Alunni, Sergio Oscar, 2024

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Trabajo Final de la Diplomatura

ESPIRITUALIDADES Y SABIDURÍAS MILENARIAS.


SÓCRATES, BUDA Y JESÚS. CONTEXTOS, TEXTOS Y ACTUALIDAD
(35867)

Profesores
Pbro. Dr. Guillermo Rosolino

Mgtr. Alina María Rosales

Alumno:

Sergio Oscar Alunni

DNI: 17617359

Ciudad de Bernal, Partido de Quilmes, Buenos Aires, Argentina

Julio 2024
Un espacio de encuentros, un imaginario dialogo en el Camino de Emaús:

-Buda: Querido Sócrates, ¿qué has descubierto acerca de la verdad?


-Sócrates: Sólo sé que no sé nada. Es mi única verdad.
-Buda: ¿Qué consejo puedes darme para iluminarme?
-Sócrates: Conócete a ti mismo, y conocerás a los dioses.
-Buda: Gracias amigo…te prometo que no cesaré hasta lograrlo.
-Sócrates: Vamos por el buen camino. Dime ahora Jesús, ¿Le temes a la muerte?
-Jesús y Buda: nos señalan al unísono que la muerte es solo ilusión, es un paso al igual de lo que llamamos vida...

Según algunos autores Estoicos, y desde ellos perdura alguno de sus pensamientos y creencias, como lo es en
algunas tradiciones cristianas desde la perspectiva teológica desde la década del 30/40 como son los miembros de la
Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (1),(2),quienes sostienen que “ La vida preterrenal es nuestra vida
antes de nacer en la tierra, y en nuestra vida preterrenal, vivíamos en la presencia de nuestro Padre Celestial como sus
hijos procreados en espíritu y carecíamos de un cuerpo de carne y hueso., en la perspectiva Mormona hubo un Concilio
de los cielos; que llevó a una Guerra en los cielos; sobre la creación humana Hombre(s): así, la vida que tuvimos antes de
nacer aquí en la tierra, todos los hombres y las mujeres vivieron con Dios como sus hijos espirituales antes de venir a la
tierra como seres mortales. A esa vida a veces se le llama el primer estado (Abraham 3:26, Libro de Mormón).

Cuando Dios fundó la tierra, se regocijaron todos los hijos de Dios, (Job 38:4–7). El espíritu volverá a Dios que lo
dio, (Ecle. 12:7). Antes que te formase en el vientre te conocí, (Jer. 1:4–5). Linaje suyo somos, (Hech. 17:28). Dios nos
escogió antes de la fundación del mundo, Efe. 1:3–4. Debemos obedecer al Padre de los espíritus, (Heb. 12:9). A los
ángeles que no guardaron su dignidad, los ha guardado en prisiones eternas, Judas 1:6 (Abr. 3:26, Perla de Gran Precio
otro libro canónico mormón). El diablo y sus ángeles fueron arrojados a la tierra, (Apoc. 12:9). Fueron llamados y
preparados desde la fundación del mundo, (Alma 13:3 libro canónico mormón), Cristo contempló la vasta expansión de
la eternidad y todas las huestes del cielo antes que el mundo fuese, (DyC 38:1, Doctrinas y Convenios, otro libro
canónico mormón).

También el hombre fue en el principio con Dios, (DyC 93:29,Hel. 14:17; DyC 49:17). En el principio se escogieron
espíritus selectos para ser gobernantes en la Iglesia, (DyC 138:53–55). Muchos recibieron sus primeras lecciones en el
mundo de los espíritus, (DyC 138:56). Todas las cosas se crearon espiritualmente antes que existiesen físicamente sobre
la tierra, Moisés 3:5.Yo hice el mundo y a los hombres antes que existiesen en la carne, (Moisés 6:51 otro libro canónico
Mormón). Abraham vio las inteligencias que fueron organizadas antes que existiera el mundo, Abr. 3:21–24.quienes en
sus creencias sostienen que entre ellos Buda, Sócrates y Jesús todo es una ilusión. Encarnamos en un estado físico y
morimos, hasta romper la rueda del samsara como dirías tu Buda, y yo diría que es un devenir temporal en el que cada
individuo transita un camino de autoconocimiento y de relación con lo divino y lo humano y la humanidad que nos
permite desplegarnos a un crecimiento espiritual que nos conduce al padre.

1.- Los Mormones poseen dentro de su teológica los siguientes libros canónicos: El Libro de Mormón otro testamento de Jesucristo es otro
testamento de Jesucristo y confirma las verdades que se hallan en la Santa Biblia, no reemplaza a la Biblia, sino que son obras compañeras que
unidas enseñan sobre Dios y Jesucristo. La Santa Biblia (versión del Rey Santiago), Perla de Gran Precio (PdGP) y Doctrina y Convenios (DyC) En
Alma 13:3;...Y esta es la manera conforme a la cual fueron ordenados, habiendo sido llamados y preparados desde la fundación del mundo de
acuerdo con la presciencia de Dios, por causa de su fe excepcional y buenas obras, habiéndoseles concedido primeramente escoger el bien o el
mal; por lo que, habiendo escogido el bien y ejercido una fe sumamente grande, son llamados con un santo llamamiento, sí, con ese santo
llamamiento que, con una redención preparatoria y de conformidad con ella, se dispuso para tales seres.

2.- Ver: Guía para el Estudio de las Escrituras: https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/gs/premortal-life?lang=spa, (doctrina y


convenio): https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/dc-testament/dc/1?lang=spa#title1 y Perla de Gran Precio:
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/pgp/introduction?lang=spa#p1
-Sócrates: Si todo es ilusión ¿por qué tememos a la muerte entonces?
-Buda: Puesto que es lo mismo. Y tú, Sócrates, ¿le temes a la muerte?
-Sócrates: De ninguna manera. Pásame ese vaso con cicuta y te lo demostraré.

En una coincidente visión puramente materialista del hombre y del mundo, Sócrates, Jesús y Buda son tres
maestros de vida. Una vida que jamás se encierran en una concepción limitada y dogmática. Sus palabras atraviesan los
siglos sin perder lamentablemente vitalidad y actualidad y, más allá de sus convergencias y divergencias, están de
acuerdo en lo esencial: la existencia humana es preciosa y cada cual, venga de donde venga, está llamado a buscar la
verdad, a conocerse en toda su profundidad, a ser libre, a vivir en paz consigo mismo y con los demás. Mensajes
humanistas y espirituales que responde directamente a la pregunta esencial: ¿por qué vivo?

Las dificultades que vivimos en este mundo alterado no es simplemente económica y financiera, está signado
por muchos entrecruzamientos epistémicos, como sobrevivir llevando a la humanidad a un aumento considerable de la
migración, la lucha entre razas y etnias y sus perspectivas religiosas en tensión, sopesadas por guerras y muertes de
miles de inocentes, hacen que no solo nos pensemos sino interroguemos ¿Qué pueden estos autores significarnos, bajo
un imperativo de carácter preeminentemente filosóficos, religiosos y espirituales?. Nos remite a interrogantes
universales, tales como ¿qué es lo que hace feliz al ser humano?, ¿qué es lo que puede considerarse verdaderamente
progreso?, ¿cuáles son las condiciones para una vida socialmente armoniosa?

La filosofía de Buda tiene tres características que, en mi opinión, dificultan que se propague en occidente (y en el actual
oriente):

1. Es increíblemente sutil y los mensajes sutiles no pueden ser reproducidos en masa. Es por eso por lo que Buda
siempre ajustaba sus mensajes en función de la persona que tuviera enfrente. El creía en el valor de enseñanza.
Casi todo lo que uno lee o escucha sobre el budismo tiene un significado distinto de aquel que parece tener en
un principio. Los conceptos de abnegación y renuncia de los bienes materiales suelen despertar sentimientos de
rechazo en nuestra cultura. Sin embargo, existe una gran cantidad de contexto detrás de estas enseñanzas, el
cual no puede ser sintetizado en un escrito con conceptos universales, como lo es la biblia.

2. El entendimiento de las enseñanzas de Buda requiere de meditación no conceptual. Significa que se tiene que ir
más allá de los susurros del hablar. Y a la filosofía occidental le domina el poner en palabras e ideas la
explicación racional a todo. Todo es intelectualizado, porque, en la cultura, creemos que ese es nuestro afán: la
habilidad de crear gigantescos compilados filosóficos sobre la realidad.

a. Es por eso, que el budismo nos invita a ganar experiencia a través de la interacción directa con la
realidad. Podríamos intentar enseñarle a un ciego todo lo que hay que saber sobre la visión, si le
explicamos oralmente todo lo que tiene que saber sobre como es ver. El ciego podría escribir una tesis
sobre optometría, pero no se acercaría ni un poco a saber como es tener el sentido de la vista.

3. Finalmente, tenemos una mentalidad materialista: estoy aquí, y estoy rodeado de cosas hechas de átomos. Esta
visión no es fácil de armonizar con la noción budista sobre la composición de la mente. Nociones como la
reencarnación son inadmisibles para los percepciones y concepciones de occidente.

Lo que es probable simplemente es que todos tendemos a idealizar como discípulos a estos pensadores
espirituales que nos mostraron caminos que, aunque convergen en algunos sentidos y puntos, en otros y según la
tradición en la que ellos se desarrollaron, nos mostraron solo sentidos de ideaciones humanas para caminar y poder
desarrollar esa liberación interior que nos acerque a es momento de un encuentro personal con el ser y la
creación/creador.
Lo más importante es que hay una serie de personajes de la antigüedad que de uno u otro modo están
vinculados y parecen haber influido por sus reflexiones, y si bien estos nada nos prueba de que hayan o no existido,
cabe decir, quizás, que incluso aunque éstos no hubiesen existido, sus personajes y transmisión de vida y filosofías de
vida les han trascendido, por lo que no sólo cambian la vida de muchos seres vivos, empero si fuera que ellos hubieran
sido, tan siquiera una mera lectura, ensimismada en cada ser cambia la perspectiva de una vida doliente, sufriente,
desamorada, desvinculada quizás de la ética y el entendimiento de la importancia de la vida en si misma…por cuanto no
es realmente importante el debatirnos si realmente o no hay datos antropológicos de sus existencias, sino que lo central
de todo este camino es aquello que nos transmitieron.

Fingir que la separación y el sufrimiento no existen, no ayuda a comprender la idea de unidad ni el camino hacia
la integración. Uno de los objetivos más importantes del sistema y practica de la meditación es eliminar el sufrimiento.
Cualquier práctica meditativa busca esa finalidad. Es una afirmación sobre la que se han construido las enseñanzas más
antiguas y tradicionales. Quizás en occidente el acento superficial de vida se ha centrado en lo físico y en la cultura del
rendimiento, dándole la espalda a la debilidad humana, disimulando su dolor y dejando de lado el proceso vital que más
atañe al ser humano: la liberación del sufrimiento.

Celebramos a estos tres pensadores quienes han sido y aun fungen como modelos de camino y de conciencia
más humanizada y espiritual que nos impele a romper las cadenas que nos atan al pensamiento mágico-mundano,
intentando llevarnos a una mirada y experiencia celestial-espiritual que nos enrute hacia la unidad.

¿A qué nos referimos cuando nombramos la unidad? ¿Es posible incluir en nuestra mirada la posibilidad de un
sistema social que no solamente concurra dentro de nosotros mismos desde una perspectiva espiritual, sino que
propugne un fundamental cambio social en nuestras acciones hacia este mundo diverso?

“Cuando abro mis ojos al mundo exterior,


me siento como una gota de agua en el océano;
pero cuando cierro mis ojos y miro interiormente,
veo el universo completo como una burbuja
levantándose en el océano de mi corazón”
Hazrat Inayat Khan

Todas las ideas fundamentales sobre las que se ha desarrollado el camino formativo des este Diplomado nos
promueven hacia modos de vida en cuya ética nos invita a desarrollar valores y actitudes para relacionarnos con
nosotros mismos, con los demás y con el mundo que nos rodea a través de toda esa maravillosa diversidad que el
universo entero nos propone y que en nuestra humanidad vulnerable, nos presenta como un montón de significados y
realidades que casi siempre tienen que ver con nuestro YO fragmentado más que con ese mundo de quimeras,
diferencias, razas, etnias y modelos religiosos divergentes y beligerantes, en donde el entendimientos o formas de vivir
diferente, no son aceptadas ni toleradas.

Los valores que comienzan en el “otro”, no nos estuvieran arrojando una comisión en clave para organizar el
sentido de la existencia como una obra de servicio incondicional, y que ya desde un inicio nos previenen de ensombrecer
al mundo con los efectos colaterales que los condicionamientos del propio YO pueden ocasionar en los demás, por más
que estos sean leves o graves.

En un supuesto y posible viaje hacia la unidad, imaginamos este proceso de unificación como un destino más allá
de ese yo que nos ofusca y obstaculiza la visión de un mundo exento de diversidad porque una humanidad cuya unidad
este dividida o hecha partes, es fuente de sufrimiento.
La búsqueda de la unidad en la diversidad en medio de la multiplicidad humana terrenal es un ideal que podría
ser forjado en el óctuple y noble sendero, pero una pregunta sería si la diversidad es un contrario o si la diversidad
pudiera ser trascendida para encontrar ese otro estado que llamamos uno con todo.

¿En qué consiste ese recorrido de eliminar los principales obstáculos del yo cuando éstos se amontonan en
forma de traumas, apegos, dolor, miedo, rechazo y vacío existencial?

Se nos presenta así un aglutinado de fragmentos epistémicos desnudos ante una realidad que busca
incesantemente un punto de encuentro y cohesión, y que, al mismo tiempo, desata en nuestro entorno diferencias
contundentes que derivan en injusticias, violencia, exclusión y sufrimiento...y no en políticas de estado y de las
diferentes denominaciones religiosas por buscar una convergente unidad espiritual basada en el amor ético y de
aceptación, que promueva el desarrollo humano existencial por un desarrollo humano espiritual.

No se trata de una visión catastrofista, sino el de intentar reflexionar sobre un concepto de unidad que parte del
movimiento de diversidad que se despliega dentro y fuera de nosotros mismos. En nosotros se expresa la vida y todo lo
que la vida comporta en todos los niveles y en todas las direcciones. Diversidad y vida son claramente sinónimos y se
basan en lo mismo. En este sentido, la unidad que buscamos e intentamos practicar, no puede hacer referencia a la
desaparición de la experiencia humana expresada en la diversidad e incluso en la fragmentación interna.

No podemos aislar las partes ni vivir exentos de ellas. Cuando hablamos de inclusión ¿estamos valorando la
posibilidad de incluir en nuestra idea de unidad de todos los fragmentos que arrastramos dentro de lo que cada uno
somos?

Es característica principal de lo humano la fragmentación causada por los condicionamientos sociales, los
traumas y el desarrollo de la propia personalidad, los conflictos internos, las crisis existenciales y un sinfín de
experiencias que también identificamos como alegría, amor y bondad.

Así, las partes de toda la condición humana se reflejan igualmente en el entorno y en el mundo. Que se podrían
plasmar en una diversidad incluyente que nos insta en la comprobación en la que todos somos una vulnerabilidad
humana ineludible, y que a veces, toma la forma de un desastre monstruoso y violento signado por la guerra, el
desplazamiento migratorio y consecuente muerte de tantos inocentes.

Otras veces, lo calamitoso de la humanidad se expresa como un camino posible de compasión amorosa que
traspasa todo calificativo.

“Llámame por mis verdaderos nombres” refleja de forma bella y contundente la realidad de la vida dentro de
nosotros mismos. Nosotros somos el mundo.
poema de Thich Nhat Hanh.

El concepto de unidad, no puede ser una idea superficial, ni tampoco puede ser una reflexión que invite a
elevarse por encima de nada o a taparnos los ojos ante la humanidad que se expresa en la diversidad que creamos y que
tal vez, pudiéramos hablar de unidad como una suerte de claridad inclusiva; una especie de cuerda que nos sostiene a
todos los seres humanos de igual manera, sujetándonos a ella cuando nos asomamos al abismo y delante de los ojos de
nuestras almas solo vemos vacío.
Cuando todo ese hacinamiento de obstáculos, fragmentaciones y sufrimientos se hacen plenamente presente en
nuestras almas, apreciaremos que es capaz de retenernos con fuerza y con mucho dolor y cuya intensidad ocupará en
nuestro interior el mismo lugar que el despertar espiritual.

Finalmente, el milagro de la integración es darnos cuenta de la gran interconexión que hay entre todo lo que
existe y entre todos los seres humanos, sintiendo a la inclusividad como herramienta sublime de la unidad que todos
podemos asir, y que no nos llama a ningún lugar elevado, solo nos restituye al espacio en el que por fin sentimos el cielo
por arriba de nuestra cabeza y nos pone sobre el suelo de la realidad bajo nuestros pies. Concluyentemente podría
afirmar que el milagro será precisamente el que nos genere en cada uno, una presencia sagrada en toda nuestra
condición humana.

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