Último Vuelo
Último Vuelo
Último Vuelo
Edward
-Oh Dios, eres increíble- gimió ella en mi oído mientras se afianzaba de mis hombros –Más…más
¡ahí!- gritaba con su rostro contraído y su frente perlada por el sudor.
-No soy Dios Tanya, soy Edward- le dije con una sonrisa arrogante al verla tan desesperada
mientras seguía embistiendo en ella.
-Me enc…antas aahh- sentir como todo su cuerpo vibraba por el mío me hacia sentir poderoso.
-¿Así?- le dije cuando la embestí más fuerte, podía sentir sus paredes contraerse en torno a mi
miembro que no le daba tregua, un poco más y ella quedaría tocando el cielo pero justo en ese
minutos comenzó a sonar mi móvil el cual, obviamente, contestaría de inmediato.
-No contes…tes- pidió ella mientras aferraba su pierna buena en torno a mi cintura para que no me
moviera, yo la mire como si estuviese loca, ¿acaso perdió el juicio? En mi vida había dejado una
llamada sin contestar y no comenzaría ahora precisamente.
-Lo siento pero puede ser del trabajo- le dije cuando me removí con algo de brusquedad ya que no
me dejaba salir pero como tenia una pierna enyesada no pudo seguir oponiéndose –Jasper- dije tras
ver el nombre en la pantalla y contestar y en ese momento me quite el preservativo.
-¿Hermano donde estas? Tu secretaria me a dicho que no has aparecido en toda la mañana- podía
imaginármelo sonriendo desde el otro lado de la línea imaginando mis actividades matutinas.
-Negocios- y mire a Tanya quien me frunció el ceño ¿Qué quería que le dijera, que estaba con mi
novia?
-¿Has acabado?- titubeo -Es que te necesitamos…tenemos un pequeño problema, nada del otro
mundo- no me convenció para nada.
-Si, ya he acabado- mentí, Tanya se sentó sobre la cama molesta y en un intento absurdo por
convencerme para que me quedara comenzó a jugar con sus piernas, me miro de manera sensual y
comenzó a deslizar sus manos por sus pechos desnudos, luego bajo más al sur hasta llegar a
aquella cavidad que me mostraba a modo de invitación. Tenia que ser un hombre sin pelotas si
dijera que no me estaba tentando pero a decir verdad ya estaba aburrido –Estoy en unos minutos-
dije y me puse a buscar mis ropas esparcidas por el suelo, Tanya bufo y con algo de dificultad se
fue hasta el baño.
Me acomode la ropa y en cuestión de minutos ya me preparaba para salir del edificio en dirección a
la empresa donde me esperaba mi socio, mi mejor amigo y mi "hermano"
-¿Te veré de nuevo?- Tanya me saco de mis pensamientos y me gire para mirarla, ella estaba
apoyada en el marco de la puerta con una pequeña bata de seda.
-Tengo que ir a la empresa a solucionar unos problemas y tengo unos viajes pendientes- dije
tajante, no me gustaba cuando comenzaban a pedirme explicaciones, siempre dejaba claras las
reglas desde un comienzo, esto era solo sexo y a quien le gustara así bienvenido a mi cama.
-Estaré con licencia médica por tres meses o quizás un poco más- me sonrío ladinamente –Quizás
podrías venir a quedarte a dormir y terminar lo que estábamos haciendo- miro en dirección a su
cama donde las sabanas estaban revueltas por la actividad.
-No creo que tenga tiempo- le dije cortante mientras buscaba lo que me faltaba.
–Así que te pondrán otra azafata- dijo como si nada y se acerco a mi tan rápido que me pareció
extraño para una persona con dificultades para caminar –Si estoy fuera por tanto tiempo de seguro
me reemplazaran- pude notar la incertidumbre en su voz.
–Ya verá el servicio de la aerolínea a quien destinaran- dije restándole importancia, ese asunto no
era de mi incumbencia.
-No hagas como si no te conociera Cullen, se que te has tirado a todas las azafatas que han pasado
por tu jet privado- dijo molesta dándome un pequeño golpe en el pecho, yo tome sus manos y mi
mirada al parecer se endureció ya que ella se estremeció.
-Nunca te he dicho que sea una persona fiel y mucho menos tengo por que darte explicaciones de
con quien me acuesto y con quien no ¿esta claro?- le dije molesto, aparte sus manos y tome por
último mi corbata.
-Yo solo pensé que tú y yo…que esto sería…- la corte aun más molesto.
-¿Qué sería diferente contigo? Tanya por favor ¿Qué te hace especial? Puede que tengas buen
trasero pero eso no te hace dueña de mi vida o de mi cama- le dije con una sonrisa irónica –Creo
que será mejor que no nos volvamos a ver para que no sigas confundiendo las cosas- ella me tomo
por el brazo y sus ojos se cristalizaron.
-No Edward yo…prometo no decirte nunca más nada, solo no me dejes- aquel ruego patético me
supero.
-Detesto las niñitas arrastradas- le dije, me solté de ella y salí de su departamento rápidamente
antes de que comenzara alguna clase de llanto ridículo e innecesario.
Me subí a mi Maserati Gran Turismo S (Perfil), mi joyita último modelo envidia de cualquiera. En
cosa de minutos llegue hasta las instalaciones de Cullen´s Ltda. Y en ese instante Jasper apareció
por los elevadores en la planta baja de los estacionamientos.
-Hasta que llegas hombre por Dios- me dijo Jasper en cuanto baje de mi auto.
-¿Cuál es el problema? –juntos abordamos el elevador y subimos hasta el último piso, donde estaba
mi oficina desde los últimos cinco años, desde que Carlisle me cedió su puesto tras dejar la
empresa y desde entonces Cullen´s Ltda solo a facturado ganancias y logros a nivel mundial,
encabezando por meses consecutivos los primeros puestos en los diarios financieros por los
buenos manejos e inversiones pero como no, si yo estaba a la cabeza.
-Aro Vulturi se a enterado de que fuiste tú quien compro la otra parte de "System Progress", su
empresa, lo que te hace accionista mayoritario con el 60% de las acciones- me dijo preocupado, en
cambio yo sonreí orgulloso.
-¿Y no le dio una embolia o algo parecido?- reí por mi chiste aunque Jasper me miraba incrédulo.
-¿Estas loco? Acabas de pasar a su lista negra en cuestión de minutos, no te arriesgues Edward- me
dijo preocupado.
-Tranquilo Jasper, te pondrás viejo más rápido y a la duende de tu mujer no le gustara- Jasper y
Alice llevaban casado cerca de dos años y por lo que me había comentado él comenzaban a intentar
ampliar la familia, algo tan banal para mi.
-Mamá quiere que la vayas a visitar- deje de teclear la información que estaba pasando a mi laptop y
lo mire fijamente.
-Por que Esme insiste en tenerte de mensajero, si tuviese tiempo la iría a ver y punto pero no me
gusta que me presione- dije molesto.
-No la has ido a ver en seis meses ¿Qué esperas que haga?- podía ver dolor en los ojos de Jasper.
-Ella simplemente me adopto- dije llegando a mi limite, si había algo de lo que no quería hablar era
de aquello de lo que me había enterado hace seis meses atrás.
-Ella te adora como si hubieses nacido desde sus entrañas- la defendió –Carlisle también lo hace
¿no crees que si no te amara, te hubiese dejado a cargo de la empresa?- touché
-¿Eso era todo lo que tenias que informarme?- Jasper hizo una mueca de disgusto y se levanto de
la silla –Espero no te arrepientas cuando te quedes completamente solo por orgulloso- le reste
importancia.
-Tengo todo lo que necesito- le dije sonriente, él se giro con la mano en el pomo de la puerta.
-Tú trabajo, las locuras que haces y las mujeres de paso no es una vida Edward, los años pasaran y
no tendrás ningún descendiente que te logre recordar por lo que eres y no por lo que tienes- con
eso último salio de mi oficina dejándome con la contestación en la boca.
-¿Jessica?- le dije a mi secretaria cuando salí de mi oficina, la conversación con Jasper me había
afectado más de lo que quería y podía tolerar por lo que necesitaba despejar mi mente antes de
meterme de lleno al trabajo –Cancela cualquier cosa que tenga hasta la tarde, saldré por unas horas
y en cuanto regrese necesito que en mi escritorio este un informe detallado acerca de "System
Progress" tengo algunos cambios en mente- le dije con una sonrisa, ella se ruborizo cuando le
sonreí. ¿Qué aún no lo olvidaba? Hace ya dos años que me había acostado con ella luego de que se
me pasara las copas en una cena de la empresa, no era para nada fea y tenia buen cuerpo pero el
hecho de tener que verla a diario era más complicado, por suerte nunca confundió las cosas y su
actitud profesional fue más fuerte lo cual premie manteniéndola en su puesto.
-Otra cosa- dije volteándome cuando lo recordé –Llama al servicio de aerolíneas e informales que
necesitare cuando antes una nueva azafata para mi jet privado ya que tengo varios viajes
pendientes, la Srita Denali esta con licencia medica por lo que se ausentara de sus labores- ella
anoto lo que le pedí.
-Esta vez no Jessica, ya tengo varios problemas como para seguir añadiéndoles más- era de
conocimiento publico que me tomaba la molestia de escoger a mis trabajadoras por su aspecto, si
tenia que verlas a menudo mínimo que fueran bellezas para mirar ¿no? Podría decirse que yo era un
gran admirador de la belleza femenina y bueno, que ellas se sintieran atraídas hacia mi era otro
cuento ¿Quién era yo para prohibirles que se me acercaran?
-Así será señor, le prepararé un informe con sus viajes programados- asentí y con eso salí de la
empresa a toda velocidad llegando a las instalaciones del mejor Bungee de todo Nueva York.
-¡Edward! cuando tiempo amigo mío- me saludo Emmett, uno de los pocos amigos que conservaba
desde la universidad, ambos nos conocimos los tres primeros años en Dartmouth en la facultad de
finanzas, finalmente descubrió que no era lo suyo y decidió abrirse paso en el mundo laboral con
"Freedom" su excelente negocio donde la adrenalina era el plato seguro.
-Con el trabajo, lo se no es difícil imaginarlo- dijo sonriéndome -¿Vienes por tu cuota mensual?-
asentí. Del portamaletas saque un cambio de ropa deportiva que guardaba para no arruinar mi terno
Armani.
-Esta vez creo que necesitare como mínimo unas cinco lanzadas- él me miro asombrado.
-¿Cuándo comienzas con las clases de paracaidismo?- le pregunte mientras me aseguraba el arnés.
-En un par de semanas, la temporada de verano esta que comienza ¿Por qué, estas interesado?- lo
mire sonriente.
-¿Cómo es que Rosalie te deja hacer todo tipo de locuras?- le pregunte sin comprender, si yo
conociera una mujer a mi estilo y gusto tendría que tener esa parte de Rosalie que no le molestara
el tipo de diversión que a mi me gustaba.
-Fácil, le digo que estoy asegurado hasta los dientes y que si me muero ella será tanto o más
millonaria que tú- comenzamos a reír con sus locuras.
-Te lo digo siempre Edward, otra cosa es que tu no me lo creas- arquee una ceja.
-¿Vas a empezar con el parloteo del amor y todas esas tonteras?- le pregunte sin ánimos de
escucharlo.
-La vida no es solo sexo amigo, de vez en cuando es bueno saber que tienes a alguien permanente
calentando tu cama y a la espera solo de ti, que te respeta y te ama por lo que eres…- hice como
que bostezaba.
-Ya quiero ver el día que te enamores Edward, te aseguro ¡no! Te juro que estarás aquí
preguntándome concejos- me dijo divertido.
-Cuando ese día llegue te daré la mitad de mis acciones en el Casino de Las Vegas- le dije
estrechando su mano sin dejar de mirarlo a los ojos, ese tipo de sentimientos no se habían hecho
para mi, simplemente era un mal nacido sin corazón que busca satisfacerse y conseguir placer sin
importar el modo.
-Espero que tengas palabra Cullen- lo escuche decir antes de lanzarme al vació, en cosa de
segundos la adrenalina me invadió completamente, aquella que me sacaba de este mundo tan
superficial lleno de egocentrismos, aquella que me apartaba de la realidad que me acompañaba
como mi sombra, esa que no era capaz de dejar ¿por qué no? La disfrutaba, ser reconocido,
deseado y envidiado era más placentero que cualquier otra cosa en el mundo y no estaba dispuesto
a dejarlo por ilusiones que se evaporaban por un encaprichamiento ¿Qué era el amor? simplemente
un juego macabro de la cabeza que te llevaba a hacer las idioteces más grandes del mundo, una
ceguera temporal que con el tiempo se destapaba dejándote tan desprovisto de fuerzas que te
desmorona ¿Cómo podía saberlo si nunca me he enamorado? Era cosa de ver a mí alrededor y ver
lo nefasto de las relaciones, lo idiotizado que la gente se ponía cuando le destrozaban el corazón. La
vida era un préstamo insustancial del cual solo podíamos disfrutar mientras se tuviese el tiempo y
eso era lo que yo hacia ¿para que amarrarme a una sola mujer si podía tener varias en mi cama?
¿Para que intentar aferrarse a una sola persona, si la vida era tan frágil que podía quebrarse como
un espejo? Solo dolor traía cuando te aferras a algo que no te pertenece. Así es como olvidaba de
cualquier tipo de problemas, así es como me había pasado los últimos seis meses olvidando que en
realidad no era un Cullen de sangre, de algo que siempre me sentí tan orgulloso en realidad era un
guacho sin linaje.
Capitulo 2
Bella
-Ángela, pasa a mi oficina por favor- le dijo el Sr. Carter, nuestro jefe. Antes de que Ángela pasara a
su oficina nos miramos fijamente, ella estaba asustada pues no se imaginaba para que la hubiera
mandado a llamar y yo como su amiga la acompañe, por si en el peor de los casos, debía darle mi
apoyo.
Espere largo rato hasta que mi amiga salio con su rostro afligido y sumamente nerviosa.
-¿Te despidió?- le pregunte igual de asustada, ella negó mirando a sus pies.
-¿Necesito que me hagas un favor Bella?- me miro a los ojos y pude ver la incertidumbre en ellos.
-El Sr. Carter me quiere de reemplazo en un vuelo privado- asentí aún sin comprender el problema
de ello, por lo que tenia entendido, si te transferían a vuelos privados tu sueldo mejoraba
considerablemente sin contar que por los horarios más relajados podías darte la oportunidad de
hacer turismo
-Pero esas son buenas noticias amiga, como recién casada te vendrá muy bien ese aumento de
sueldo y es algo temporal ¿no? Mejor aún será por poco tiempo- le dije animándola para que
aceptara.
-Necesito que tú tomes ese reemplazo por mi- la mire aún más extrañada -Es en Ben en quien estoy
pensando- dijo aún con la duda en su rostro y no comprendí –El reemplazo es de Tanya Denali-
asentí y en cuestión de segundos comprendí a que se refería.
-Edward Cullen- no fue una pregunta, más bien fue corroborar que era lo que ponía así a Ángela y
ella asintió.
-Por Ben no puedo tomar ese vuelo- dijo ella asustada y la mire sin comprender, Ángela se ruborizo
y miro sus manos, podía sentir su nerviosismo.
-¿Tú y él…?- pregunte asombrada sin poder terminar la pregunta, Ángela asintió aún sin mirarme.
-Fue hace mucho, yo recién comenzaba a trabajar de azafata y él…-suspiro –Vaya que sabe como
tratar a una mujer- sus mejillas se colorearon aún más.
-¿Si fue hace mucho por que no puedes aceptar el trabajo?- le pregunte confundida.
-Ese hombre debilita todas mis fuerzas Bella- sus ojos reflejaban tanto miedo que me asusto –No lo
entiendes por que nunca has estado cerca de él pero si él quiere, te tiene comiendo de su mano.
-¿Me estas diciendo que si lo vieras no podrías resistir?- ella asintió –Amiga por Dios estas casada-
le dije asombrada.
-Es por eso que te lo estoy pidiendo- dijo apenada –Si no fuera por que me conozco lo intentaría
pero no me puedo arriesgar- tome sus manos.
-¿Te das cuenta que me estas enviando con mi Némesis?- ella sonrío –Odio a los tipos con aires
superiores y arrogantes y tu me pides que sea como su sirvienta que lo atienda cada vez que
quiera- bufe derrotada -¿Te dijo por cuanto tiempo es?- Ángela me abrazo fuertemente.
-Gracias, gracias, gracias- me dijo repetidas veces mientras besaba mis mejillas, yo la aparte
juguetona.
-El Sr. Carter dijo que Tanya estaría con licencia médica por tres meses pero todo depende de las
necesidades de Cullen´s Ltda.- asentí –Quizás viajas harto o quizás estén en temporada baja.
-Debes pasar a hablar con el Sr. Carter de que tú tomaras el puesto y él te dará las indicaciones-
asentí y Ángela se despidió de mi con una gran sonrisa –Gracias amiga te debo una- le sonreí con
poco animo
-Que conste que te la cobrare- le dije antes de que se perdiera por el pasillo y entre a la oficina de
mi jefe.
-¿Así que tu serás el reemplazo?- me pregunto con una sonrisa picara, asentí y me senté cuando
me lo ofreció.
-Ángela acaba de casarse por lo que me pareció mal tener que separarla tan pronto de su marido- le
dije aludiendo a ese tema en particular.
-Claro- dijo el Sr. Carter como si no me creyera lo que me molesto un poco –Bien, esto es lo que
debes hacer, especialmente no me han entregado mayor información por ser vuelos privados pero
me han pedido que en cuando tenga el reemplazo de la Srita Denali se las enviara a Cullen´s Ltda.-
abrió una carpeta con la información y tomo una tarjeta –Debes dirigirte donde el Sr. Cullen- me
tendió la tarjeta y en ella salía el logo de la empresa y el nombre de quien supuse seria su
secretaria, "Jessica Stanley" y un par de números telefónicos –Ella te dará la información necesaria-
asentí –Bien Srita. Swan sin más asuntos la dejo- se levanto de su asiento y me tendió su mano –
Mucha suerte- me miro de modo cómplice y yo le respondí extrañada.
-¿Gracias?- si lo se, sonó como una pregunta pero es que me pareció rara su actitud –Se lo digo
enserio, lo necesitara con hombres como él- chasqueo la lengua como si le molestara –Lo bueno es
que pagan bien- dijo alzando los hombros despreocupadamente y sintiéndome más confundida aún
me fui hasta la imponente empresa que solo había visto en los catálogos de las revistas financieras.
En lo personal me encantaba mi trabajo y sobre todo los vuelos comerciales, la gente era
sumamente amable y aquel contacto me llenaba de gozó y sobre todo la buena paga ayudaba a
mantenerme y a vivir en mi modesto departamento que en realidad pasaba largas temporadas solo
cuando debía viajar en épocas importantes.
Finalmente llegue a la empresa y en el lobby pregunte por la señorita Stanley, preguntaron cual era
el motivo y explique que era azafata y seria el reemplazo de una de las azafatas, así la secretaria del
Sr. Cullen acepto que me reuniera con ella y tuve que subir hasta el último piso del lugar.
-Mucho gusto, Jessica Stanley- se presento y me tendió su mano y me hizo sentarme frente a su
escritorio.
-Bien, el Sr. Cullen no se encuentra en estos momentos pero me a pedido expresamente que
finiquite este asunto del reemplazo de su azafata personal –Bien, aquí están los vuelos más
próximos que necesitara el Sr. Cullen por lo que le sugiero que los revise y trate de liberar su
agenda lo más que pueda ya que hay veces que los viajes salen de un día para otro, estos son los
oficiales por el momento- me entrego la carpeta, iba a abrirla pero ella estaba tan seria que mejor
me quede observándola –Como comprobara en un par de días el Sr. Cullen es sumamente exigente
con la atención ya que paga muy bien por ella- ella se ruborizo levemente y me pregunté si ella
habría pasado por lo mismo que Ángela ¿realmente ese hombre era tan irresistible como lo hacían
creer? no tenia cara para negar que era guapo, claro, si lo había visto en muchas revistas
financieras como un hombre serio pero también se le había visto en varias revistas de farándula
donde se le veía con distintas chicas a cada evento que asistía, incluso un día Seth, mi hermanastro
había comentado que el hombre era algo alocado para vivir ya que le gustaban los deportes
extremos y arriesgar su vida por unos simples segundos de adrenalina, ganándose portadas en
revistas de ese estilo.
-No se preocupe señorita Stanley, suelo ser muy profesional- le remarque lo último para que le
quedara claro –Por lo que dudo que el Sr. Cullen se sienta disconforme con mi trabajo- quizás mi
voz hacia sonado un poco más áspera y molesta de lo que quería pero no deseaba que me tacharan
como una más, yo no cedía a los encantos de un hombre con palabras bonitas, regalos caros e
invitaciones, yo buscaba algo más allá del cascaron.
Estacione mi volvo negro y subí hasta mi departamento, en cuestión de minutos ya tenia preparado
mi baño y una copa de champagne mientras leía el informe que Jessica me había entregado, el
primer viaje seria la próxima semana con destino a México, Italia, España, Las Vegas y por último
Francia. Sonreí, al menos serian lugares lindos que ya conocía pero siempre era un placer volver a
ver, habían datos acerca de los días y lugares de hospedaje, gustos y necesidades de los señores
Edward y Jasper Cullen, el ultimo era bastante más sencillo en ciertos aspectos, como que preferiría
las ensaladas y frutas, mientras que el primero era de las pastas, vinos, carnes blancas y todo
obviamente debía de ser de los más caros.
-Patético hijito de papá- bufe dejando la carpeta en el suelo tras beberme el último sorbo de mi
champagne y me hundía en la bañera para conseguir el efecto deseado, relajarme por completo.
...
-¿Dónde será el primer viaje?- me pregunto Ángela entusiasmada al siguiente día, cuando nos
habíamos juntado en una cafetería en el centro comercial ya que necesitaba comprarme algunas
cosas antes del viaje.
-Bien, aún queda verano por allá- me dijo con una sonrisa dándome ánimos.
-Lo se, por eso he venido a renovar ciertas cosas que necesito- juntas caminamos pasando por
diferentes tiendas, necesitaba algunas faldas cortas, sandalias, chaquetas más delgadas para las
noches, un par de conjuntos de bikinis por si me daba el tiempo.
-Iré en cuanto este de regreso, tengo que hacer un reemplazo en un vuelo privado- le conté pero
me arrepentí al momento.
-Espero seas cuidadosa esta vez hija, tienes que superar lo de Henry- bufé.
-Papá de eso a pasado un año y medio y veo poco probable que pueda superarlo si me lo recuerdas
cada vez que hablamos- Ángela me miro con una mirada llena de comprensión.
-Claro, claro- mi padre sonó arrepentido –Confío en tu criterio hija, ven a verme en cuanto tengas
tiempo libre.
-Así lo haré no te preocupes- lo calme, se produjo un silencio más largo de lo normal por lo que
supuse de inmediato lo que diría.
-¿Aún te recuerda a Henry?- me pregunto mi amiga cuando guarde el móvil en la cartera, asentí.
-Creo que esta más molesto de lo que yo debería estar- le dije y seguí bebiendo de mi capuccino.
-Me lo encontré más o menos hace seis meses atrás en el aeropuerto, iba con su "novia"- le dije
restándole importancia.
-Bella perdóname por haberte pedido que fueras el reemplazo de Tanya, se que personas como
Edward Cullen te recuerdan a Henry- negué de inmediato.
-Es nuestro trabajo amiga, nos encontraremos con personas como ellos siempre- le dije para
calmarla y de eso modo corte el tema que aunque había superado me seguía doliendo hablar, no era
agradable para mi salud mental recordar lo déspota, entre otros, que había sido Henry en la última
parte de nuestra relación y menos aún lo insignificante que me había hecho sentir y que yo por
creer que estaba enamorada no me había dado cuenta.
-¿Qué parte exactamente iras a México?- me pregunto Ángela cambiando de tema y se lo agradecí
con una sonrisa.
-Playa del Carme- le dije y ella –Me hospedare en el Hotel Riu Yucatan- sus labios formaron una
perfecta "O" que me hicieron reír.
-En los viajes comerciales nunca nos hospedamos en lugares como esos- me dijo fascinada.
-¿Por qué crees que me siento en la obligación de renovar ciertas cosas? Tampoco quiero pasar
vergüenzas- le guiñe un ojo, nos terminamos lo que habíamos pedido y continuamos con las
compras.
Tras pensarlo largo rato me decidí al fin por renovar mi cámara fotográfica simple, llegue hasta la
tienda y un amable hombre de no más de 27 años me atendió con una gran sonrisa.
-¿Qué desea señorita?- me sonrío ampliamente ¿fue idea mía o él me estaba coqueteando? Al
parecer así fue ya que Ángela comenzó a reír bajito.
-Me gustaría renovar mi cámara fotográfica por algo más profesional- le dije, el asintió y comenzó a
sacar varias del mostrador explicándome las ventajas y desventajas entre una y otra.
-Personalmente le recomienzo esta Nikon de 12 megapíxeles que graba en alta definición, máxima
capacidad ISO y foco de largo alcancé- finalmente me convencí por aquella cámara, nunca me daba
un lujo realmente y éste valía la pena considerablemente.
Finalmente tras un largo día de compras y platica, deje a Ángela en su nueva casa ya que Ben
utilizaba el vehiculo en ese momento. Los días pasaron considerablemente rápido y más pronto de
lo que quería me encontraba a jueves 19 de Agosto, el día que comenzaba mi trabajo como azafata
en los vuelos privados de Cullen´s Ltda.
Con mi maleta arrastrándola por el aeropuerto, llegue hasta la salita donde se encontraría mi
supervisor y el capitán de vuelo.
-¿Isabella Swan?- me pregunto un hombre de pelo castaño, ojos azules y piel clara y que
obviamente por su uniforme era el capitán.
-Riley Biers- dijo con una gran sonrisa –Ella es Heidi Rudleff, tu compañera en el vuelo- me gire y
detrás de mi había una mujer en todo sentido de la palabra, alta, hermosa, con un cabello de una
tonalidad rojiza o algo rubia y despampanante figura, me sentí una niña escuálida en ese momento.
-Mucho gusto- la salude, ella me sonrío y pude ver que inspeccionaba mi aspecto de pies a cabeza.
-No creo que seas de tu gusto- su voz sonó en un tono burlesco y me sonrío altanera, mire a Riley
preguntándole con la mirada y el alzo los hombros.
Caminamos hasta el avión privado y en cuanto entre los lujos y las comodidades me dejaron
estupefactas (perfil).
-Saben como vivir esta familia- me dijo Riley con una sonrisa amable, asentí sin dejar de mirar los
espaciosos asientos de tapiz de cuero, la gran pantalla en frente del gran sofá y por supuesto el ala
privada con una mesa en el centro. Había un pequeño mini bar pero tan bien abastecido como en
los mejores pub de la ciudad.
-Iré a dejar mis cosas y vuelvo- ella asintió y fui a dejar mis cosas al armario que se nos entregaba
de uso personal. Cuando salí Heidi me tomo del brazo dejándome poco tiempo para razonar.
Desde mi ángulo no podía ver que sucedía en el exterior pero por todo el bullicio estaba segura de
que los hermanos Cullen se venían aproximando, me tensé de inmediato pero el entusiasmo de
Heidi me hizo sonreír.
Un hombre alto de cabellos castaños muy claros incluso rubios fue el primero en entrar al avión,
tenia mirada amable y cortes, súpose que seria Jasper Cullen.
-Riley que gusto verte, espero nos lleves a destino sin ninguna novedad- le dijo devolviéndole el
saludo y guiñándole un ojo divertido –Ya sabes que sino mi madre te castra- su comentario hizo reír
a él y a Heidi dejándome a mi sin saber que hacer.
-Isabella Swan pero si gusta puede decirme Bella- él sonrío más amable y me tendió su mano que
acepte de inmediato. Justo en ese momento cuando me estaba presentando una nueva imagen me
llego incluso aturdiéndome, seguido de un par de guardias hizo ingreso al avión la perfección
personificada, hombre alto de anchos hombros que debajo de aquel traje caro prometía mucho más
que rudeza y fuerza, rostro anguloso pero de rasgos firmes y masculinos, pelo revuelto y de un
color cobrizo extraño, único si podía describirlo, labios gruesos que prometían el cielo con una
caricia y finalmente, unos ojos verde intensos que podrían desnudar tú alma.
-¿A quien deberíamos llamar Bella?- pregunto en tono sarcástico y al observar el interior se fijo en
su hermano y pronto su mirada se poso en la mía, me escaneo de pies a cabeza sin inmutar su
rostro, éste continuo neutro y medito algo, una sonrisa arrebatadora me paralizo el corazón y me
obligue a mi misma a reaccionar con más amor propio –Que mal apodo- se mofo dejándome
aturdida y pronto toda la rabia y odio que había llegado a sentir por Henry fue canalizada a mi nuevo
jefe.
-No seas descortés Edward- le dijo Jasper pero su hermano ni le prestó atención y camino donde
estaba Heidi.
-Heidi mon cherie que gusto verte- le beso la mejilla y juntos se encaminaron hacia el interior del
avión perdiéndose en no se donde.
-No le prestes atención Bella, a veces suele ser algo bruto y mal educado pero cuando lo llegas a
conocer puedes ver que tiene un gran corazón.
-Ajá- dije sin pensar y lo mire con una disculpa –Lo siento yo…- el me sonrío amablemente.
-No te preocupes que suele tener ese efecto negativo en ciertas mujeres, pero piénsalo de esta
manera, al menos te aseguras que no intentara seducirte o acosarte- me guiño un ojo y se fue a
uno de los cuartos del avión dejándome con una sensación de sentirme el patito feo más grande del
mundo o aliviada por no estar dentro del radar de Edward Cullen.
-¿Le puedo ofrecer algo Sr. Cullen?- le pregunte al hombre rubio que estaba sentado tecleando algo
en su portátil, frente a él su hermano leía un periódico financiero por lo que pude apreciar, su
actitud dejaba más que claro que no le interesaba tener ningún tipo de acercamiento a mi persona,
él ya tendría a Heidi como su asistente personal.
-Bella puedes llamarme Jasper, el Sr. Cullen es mi padre- me dijo con una sonrisa tan amable que
me hizo respondérsela –Y si, podrías traerme agua mineral sin gas por favor- asentí y cuando me
disponía a marcharme sentí que me aprisionaban una de mis manos con más fuerza de lo debido.
-¿Y a mi no me preguntaras si se me ofrece algo?- me gire asustada para darme de lleno con
aquellos ojos verdes que momentos atrás me parecieron atrayentes, ahora se veían furiosos y con
algo más que no supe como describir.
-Disculpe Sr. Cullen pero me hace daño- dije intentando zafar mi mano de las suyas.
-No me has contestado- dijo con la voz cargada de aquello que sus ojos demostraban.
-Si me suelta podría contestarle- antes de que pudiese decir algo Jasper intervino.
-¿Qué te pasa Edward? ¡Suéltala!- le dijo indignado levantándose de su asiento e interfiriendo por
mi, cuando me soltó me frote la muñeca con la otra mano y fui consiente de lo acelerado de mi
corazón debido al asombro e incluso un poco de miedo –Ve por lo que te pedí Bella por favor-
asentí sin demostrar como me había afectado aquella reacción, no quise mirar a los ojos de Edward
y camine a paso rápido, incluso antes de perderme en el cuarto que era la cocina pude escuchar a
Jasper preguntarle "¿Por qué te molesta tanto la presencia de Bella?" me hubiese gustado escuchar
su respuesta pero Heidi apareció con su rostro rojo.
-Nada que yo sepa- le dije confundida –Él me tomo del brazo como si quisiera lastimarme- le dije
asustada y ella simplemente se quedo mirándome analizando algo en su cabeza.
-Desde ahora solo yo lo atiendo ¿entendido?- asentí sin ganas de contradecirle, de cualquier modo
siempre tenia pensado en ello ya que inexplicablemente había creado cierta antipatía con mi jefe sin
siquiera proponérmelo o al menos haber alcanzado a hablar con él.
No fue mucho lo que hice como asistente de vuelo lo que provoco que me sintiera completamente
inútil, en mis viajes en vuelos comerciales y sobre todo cuando me tocaba en zona turística tenia
más interacción con la gente lo que me alegraba enormemente, por el contrario en este primer
vuelo estaba atenta solo a las peticiones de Jasper ya que Heidi se encargaba minuciosamente de
Edward, de todos modos no hizo falta que ella me lo exigiera ya que la actitud del niñito mimado
hijito de papá dejaba muy poco que desear, prácticamente era como si no existiera y cuando por
cosas del espacio coincidían nuestras miradas, él la cambiaba a una desdeñosa dejando en claro la
completa molestia por mi persona.
-En todos mis años de vuelo con los hermanos Cullen, creo que es la primera vez que Edward es
tan descortés con una mujer- me dijo Riley y aquello me dolió de cierta manera, puede que no fuera
una belleza como quizás él estaba acostumbrado pero al menos me conformaba con que me
ignorara pero no que con sus miradas o sus malos tratos me dejara tan en claro lo poca cosa que
me consideraba.
-Te prometo que no le e hecho nada- dije conteniendo las ganas de ponerme a insultar al riquillo
ese.
-Y te creo, es solo que no entiendo como es que no a quedado embobado solo con verte- al
girarme asombrada por sus palabras me percate que sus ojos estaban fijos en mi.
-¿Me vas a decir que nunca te has visto en un espejo?- fruncí el ceño sin entender que estaba
diciendo –Tienes que estar de broma, eres completamente hermosa- y sus ojos se llenaron de una
extraña intensidad como si con ello quisiera transmitirme alguna clase de pensamiento, lo que me
hizo ponerme completamente nerviosa.
-Debes estar de broma- antes de que pudiese responderme la voz de Jasper se hizo sonar por los
altoparlantes de la cabina del piloto.
-Riley podrías informarle a Bella que la necesitamos antes de que aterrices- Riley le contesto con un
simple "si Sr." Y cuando me dijo que estábamos a escasos veinte minutos del aterrizaje fui sin
muchas ganas donde los hermanos.
-Cuanta confiancita- escuche murmurar a Edward, cerré mis manos en puños para no soltarle un
par de cosas que se estaba ganando a pulso.
-No seas desagradable Edward, yo se lo pedí- dijo simplemente Jasper y sin darle más importancia
a las palabras de su hermano nos miro a las dos –Nuestra estadía en México consta de tres días en
la que se nos unirá un socio y un buen amigo, sus estadía en este lugar pueden tomarlo como unas
mini vacaciones ya que por el momento no necesitaremos de sus servicios, ante cualquier
eventualidad ya tenemos sus números telefónicos por lo que solo les pedimos que estén atentos a
ellos y disfruten del hermoso lugar- su sonrisa calida me hizo sonreír gratamente pero esta se
desvaneció en cuanto me percate que Edward me observaba atentamente.
-Por si no han entendido, si llamo por que necesite algo se cumple sin objeción, sin importar la hora
y esta claro que me importa una mierda sin están ocupadas en algo ¿quedo claro?- su mirada
molesta estaba fijamente sobre la mía, lo que me hacia sentir tan diminuta que pensé que me
perdería entre la lujosa alfombra.
-Como usted diga Sr. Cullen- le contesto Heidi con voz sugerente pero él no dejaba de mirarme
esperando mi respuesta.
-No se preocupe Sr. Cullen, sé ser muy profesional- le dije para que entendiera que sus exigencias
conmigo tenían ciertos limites, él sonrío con cierto sarcasmo que no me pareció muy alentador.
Así finalmente conseguimos tener todo el día libre, me sentía extraña en esta posición de
prácticamente no hacer nada, si hasta chef particular tenían por lo que mi labor no pasaba de servir
algunos platos e intentar esquivar las miradas molestas de Edward.
-Te va a encantar este lugar, hay mucho turismo por hacer y los hombres, Dios son sacados de
revistas de moda- dijo cuando estábamos caminando en dirección al hotel (perfil), para su desgracia
compartíamos la habitación que era sumamente espaciosa (perfil)
-Cuando estaba con Tanya nos tocaban cuartos separados ¿Por qué será el cambio?- dijo más para
ella pero no le di mucha importancia.
-¿Qué será lo primero que hagas?- le pregunte fascinada cuando salí a la pequeña terraza del lugar
y contemple embobada la extensión de mar y gente que comenzaba a llenar ésta.
-Bronceado, claro, que mejor lugar para tomar el sol que Playa del Carmen- dijo como si no fuese lo
obvio pero a decir verdad era cosa de ver el paisaje para darte cuenta que el lugar valía la pena
completamente.
Tal y como Heidi lo dijo, lo primero que hicimos fue cambiarnos de ropa para salir a caminar por la
playa, me puse un pequeño bikini para asegurarme de que el bronceado quedara perfecto y sobre
este me puse un vestido azul (perfil) de tela ligera para apaciguar el calor en exceso que había, al
menos no me sentía fea y si femenina pero cuando vi a Heidi con aquel bikini que en realidad si la
mirabas fijamente veías que llevaba uno puesto, me sentí insignificante.
-Wow- fue todo cuanto pude decir cuando la vi con aquel intento de bikini.
-Lo bueno de venir a estos lugares tan exclusivos es que sabes que nadie de tu vida habitual te
reconocerá- dijo con una enorme sonrisa, bueno yo también había pensado en eso mismo por ello
me puse este bikini pero para utilizar algo como eso tendría que estar encerrada en mi casa.
Caminamos descalzas hasta casi llegar a la orilla de la playa, habían muchos sombrillas, palmeras y
reposaderos (perfil) donde podíamos tendernos, para mi mayor vergüenza cuando ya estaba sin mi
vestido, Riley apareció para acompañarnos solo con una bermuda y su torso descubierto, si bien su
pecho musculoso y llamativo podría dejar a cualquier chica deslumbrada a mi no me alcanzo a surtir
tal efecto ya que me encontraba más que nada intentando taparme cuando él poso su mirada en mi
como si fuese un mendigo frente a un gran festín.
-Te ves hermosa- dijo como ido pero sin apartar su mirada de mi.
-Gracias- dije avergonzada, pude ver por mi costado que Heidi se removía intentando llamar su
atención que nunca consiguió.
-¿Quieres ir a dar un paseo?- me pregunto él tendiéndome la mano con una sonrisa tan masculina y
tentadora que en realidad no me pude negar.
-Claro- le dije cuando tome su mano, al pararme iba a coger mi vestido para ponérmelo pero él me
lo quito de las manos –No tienes por que cubrirte Bella, estas despampanante y seria un honor para
mi poder caminar por la playa con semejante chica- sus coqueteos me ponían nerviosa pero a la vez
era agradable ya que en estas últimas horas de vuelo lo único que había conseguido es que mi amor
propio cayera en grandes proporciones por los desprecios de Edward, tome mi bolso donde llevaba
aún mis cosas y guarde mi vestido y mis sandalias, me lo eché al hombro.
Caminamos disfrutando la brisa tibia y el agua que de vez en cuando chocaba con nuestros pies.
-¿Qué te motivo a ser azafata?- me pregunto Riley de pronto, lo mire y en sus ojos había una cierta
curiosidad impregnado de alguna clase de diversión contagiosa.
-La verdad es que es algo tonto- él frunció su ceño –Cuando era muy pequeña mi mamá nos
abandono a mi padre y a mi- él hizo una pequeña "O" en sus labios y sabia que se disculparía pero
no lo deje, ya esto hacia mucho tiempo por lo que era completamente superado –No te preocupes,
no me molesta hablar del tema- él asintió y continúe –Cuando mamá se fue pensé que volvería pero
al percatarme de que no fue así, se me puso en la cabeza el querer buscarla, las condiciones
económicas en ese entonces no eran las mejores por lo que decidí ser azafata y así viajar de
manera gratis y buscar a mi mamá, cuando crecí y me di cuenta que era absurdo la idea ya estaba
la idea tan metida en mi cabeza que no pude desistir- él me sonrío y seguimos caminando.
-Con el paso del tiempo aprendió a vivir con ello y finalmente se caso con una muy buena amiga de
él pero nunca se dio la oportunidad de conocerla de otro modo hasta cuando mi mamá no estuvo,
ahora están felizmente casados y conmigo fue una madrastra fantástica, aunque nunca le digo así
sin descontar que me dio un pequeño hermanastro- el sonrío feliz y yo me sentí feliz también al
recordar mi vida y las cosas por las que uno tiene que pasar, lo importante es saber que hay gente
que te quiere y te apoya para salir adelante.
-Digamos que es así como un negocio familiar, mi padre fue el piloto del abuelo y del padre de
Edward y luego yo tome su lugar, por algunos meses mientras Carlisle estaba a la cabeza de la
empresa también le serví pero luego Edward tomo su lugar, por lo que lo conozco desde entonces-
seguimos caminando apreciando a los muchos niños que corrían y jugaban de aquí para allá.
-¿Él siempre a sido así? Bueno me refiero a esa manera que tiene de ser- no sabia como preguntar
mejor.
-Hubo un tiempo en que se le veía sonreír más a menudo y de manera sincera, de un par de meses
a esta parte su carácter frívolo se a acentuado aún más y con su amigo se le ve más a menudo
entre fiestas y fiestas- lo mire sin entender –No te preocupes, su socio y amigo lo conocerás en
cosa de horas quizpas ya que nos reuniremos con él aquí -siguio -La vida de Edward a sido llena de
especulaciones, nada comprobado, unos dicen que su forma de ser tan mujeriego se debe a que en
la adolescencia le rompieron el corazón, otros dicen que debe ser homosexual –agrande mis ojos –
La envidia, ya sabes- asentí –Y otros dicen que simplemente su carácter solitario lo mantiene
apartado del compromiso, en cambio la vida de su amigo a sido un poco más conocida ya que se
caso varios años atrás y en un fatal accidente su esposa falleció- lo mire con horror, pobre hombre
–Así fue que su amistad se afianzo mucho más compartiendo ahora no solo una amistad y negocios,
su alocada manera de vivir es algo que salta a la vista- asentí, justo en ese momento me llamo
mucho la atención alguien que estaba montando moto náutica, sonreí encantada por la vista ya que
se veía que tenia mucho manejo en la conducción y hacia unas maniobras arriesgadas, incluso un
salto que dejo a muchos de los que estábamos ahí, estupefactos.
-Vamos a ver, quizás podamos arrendar unas y dar un paseo- aquella perspectiva me alegro y
caminamos juntos hasta el muelle para averiguar si podíamos tomar algunas. A medida que nos
acercamos podía ver al hombre con su torso desnudo, ¡y Dios! El hombre tenia un cuerpo perfecto,
con algunas gotas de agua de mar aún sin secar le daba a ese cuerpazo un toque sensual que te
dejaba babeando –Te ves divertida con esa expresión- me dijo con una carcajada que conteste con
una mirada enojada.
-Solo estoy asombrada por la habilidad de aquel hombre- le dije cruzándome de brazos.
-Tonta Bella, solo te molesto- dijo sin dejar de reírse –Además, eso no es ningún show, es solo
alguien que trata de llamar la atención de señoritas bellas como tú- me sonroje y negué por sus
ocurrencias.
-¿Cómo lo sabes?- le pregunte sin apartar la mirada de aquel hombre, a decir verdad si era eso lo
que quería conseguir, vaya que bien se le daba pero no solo por su cuerpo de Dios, sino que era
realmente muy hábil en sus vueltas y manejo con la moto.
-Por que lo conozco y tú también- dijo divertido, gire para mirarlo sin entender a quien se refería,
paso por mi lado para caminar hasta la punta del muelle pero cuando paso por mi lado me susurro
por detrás en el oído –Es Edward- y mis ojos se abrieron de par en par, cuando salí del aturdimiento
corrí para darle alcance.
-¿No se supone que tenia que estar en una junta de negocios?- le pregunté aturdida.
-¿Realmente crees que personas como él vendrían a un paraíso como este para encerrarse a hablar
de negocios? Con un sol, playa y mujeres como en este lugar dudo que piense en ponerse un
terno- negué aún sin entender ¿es que en realidad mentían cuando decían que venían a trabajar,
Riley que al parecer interpreto mis dudas continuo –Sus reuniones de trabajo se llevan por la noche
en lujosos restoranes, como Edward acostumbra a rodearse de personas tan extravagantes como él
es muy fácil encontrar a sus socios en lugares como estos asentí y en ese momento escuche el
rugido de una moto acercarse.
-¡Ey Riley! ¿Vienes a impresionar a esta señorita?- lo mire algo nerviosa y me percate de que su
mirada vagaba descaradamente por mi cuerpo hasta que se poso en mi rostro -¿Bella?- y por
primera vez lo vi asombrado e incluso mi nombre en sus labios sonó a canto de ángeles ¡¿QUE?,
despierta Bella es Edward es el desagradable mimado.
-Hermosa ¿no?- le contesto Riley como si no estuviese ahí y por unos largos segundos se produjo
un incomodo silencio.
-Y yo que pensaba que eras de gustos más exquisitos- su tono burlón me molesto a tal punto que
lo mire tan molesta que ya no me importaba que fuese mi jefe –Si estas tan necesitado puede
presentarte unas amigas que tengo por aquí- sonrío encantado.
-Anda Riley acepta, quizás así le haces un favor a esas pobres mujeres que tienen que compartir
con hombres como este- y di media vuelta asombrada por mi falta de respecto pero no había vuelta
atrás, camine rápido para intentar perderme pero no alcance a llegar suficientemente lejos ya que
alguien violentamente me giro, ¡Oh era Edward! Que me miraba hecho una furia.
-Veo que tienes temperamento- su sonrisa irónica hizo presencia -¿Crees que las mujeres cuando
están conmigo se lamentan de hacerlo?- me mordí el labio nerviosa pero lo solté cuando él miro
aquella reacción tan propia de mi, me ponía nerviosa este hombre pero la rabia que sentía por sus
desplantes superiores eran mayores, ice acopio de todas mis fuerzas para no contestarle y seguir
metiendo la pata –Te informo que nunca nadie se a quejado de ello, menos cuando pasan por mi
cama- su sonrisa ladina extrañamente me puso las piernas de flan.
-No que tu lo sepas- le pique un poco y como pude me solté de su agarre y salí de ahí rápidamente,
demonios él era más rápido.
-¿Si lo experimentaras dudo que te quejes?- aquella insinuación me molesto pero a la vez me exalto
un poco.
-No estoy desesperada como para aceptar cualquier cosa y usted no esta dentro de mis cánones de
hombre de ensueños- le dije con mi frente en alto pero su mano sobre mi brazo me acercaba cada
vez más a su pecho desnudo, sin descontar que aún seguía en este diminuto bikini que dejaba más
piel a la vista de la que debería, nota mental no llevar nada corto en los viajes con Edward.
-Eso lo dices por que no sabes de lo que te pierdes- se acerco cada vez más que pensé que me
besaría, mi cara de horror quizás lo dijo todo –No te preocupes que no tengo intenciones de besarte
por que simplemente no se me da la gana- mi cara de seguro enrojeció por la cólera y él no
encontró nada mejor que ponerse a reír.
-No se preocupe ya que me hace un gran favor- le sonreí para no demostrarle que de cierta manera
me afectaban sus burlas.
-¿Algún problema?- escuche la voz de Riley y me alegre de que interrumpiera este extraño dialogo.
-Que ciego hombre- lo escuche cuando Edward pasó por su lado y este comenzó a reír.
-Quizás mucha mujer lo asusta- Bella ¿Cuándo vas a prender a quedarte callada? Me dijo mi
vocecita más conciente que yo, pude ver que Riley sonreía encantado pero más llamo mi intención
que Edward se detuvo de modo brusco y se giro con alguna clase de intención en su mirada.
-Nada, olvídelo- dije caminando de vuelta a mi cuarto antes de que en cosa de un día quedara
formando la fila de los cesantes de éste país.
-Oh vamos, es que ahora ya no eres tan valiente- dijo con voz socarrona alcanzándome fácilmente.
-¿Qué es lo que quiere?- le pregunte mirándolo de frente, en ese momento me percate de que Riley
ya no nos seguía.
-Demuéstrame que tan mujer eres- alce una ceja sin comprender de que hablaba y mucho más por
que aquello no sonaba muy bien –No te preocupes que no estas en mi lista de intereses físicos pero
lo de hace unir rato atrás me sonó a desafío ¿o es que ya te dio miedo?- con mi barbilla en alto me
acerque muy digna.
-No podría tener miedo de alguien como usted que nació teniéndolo todo, la vida en si es un desafío
cuando aprendes a vivirla desde pequeña- le dije molesta.
-No soy ningún maldito psicólogo pero si eres una mujer de verdad ¿acompáñame?- dijo
tendiéndome su mano, la mire un par de segundos decidiendo si aceptar o no -¿O debería llamar
por teléfono para solicitar tu presencia?- dijo con una sonrisa, bufé molesta y rechacé su mano.
-Tiene que saber que puedo ser mujer pero nunca me doy por vencida- le dije cuando pase por su
lado, él formo una gran sonrisa triunfal y pronto llego hasta mi lado, conduciéndome a alguna parte.
Nos acercamos de vuelta al muelle pero por la parte lateral donde estaban varados varias lanchas.
-Lo siento señor pero no sale un viaje a Cozumel hasta dentro de veinte minutos más- dijo un
hombre que estaba recostado sobre una de las lanchas quizás intentando repararla.
-No creo que para mi sea un problema- dijo Edward algo molesto, él hombre se sobresalto y saco
su cabeza completamente mirándonos algo asustados.
-Sr. Cullen disculpe que no lo reconocerá- se acerco a nosotros tendiéndonos su mano que limpio
en su camiseta, el hombre tendría unos cuarenta y tantos pero menos de cincuenta.
-De inmediato señor ¿quiere que lo lleve?- aquella actitud sumisa dejaba en claro la buena suma de
dinero que ganaba siéndole un fiel trabajador a Edward, así es como ellos resolvían el mundo, a
base de buenas sumas de dinero.
-No te preocupes que manejare yo- aquello me alarmo. Edward se subió a una lujosa lancha y aquel
hombre me ayudo a subir a mí.
-¿Dónde vamos?- le pregunte entre asustada y nerviosa cuando hizo contacto y la lancha partió sin
dificultad.
-No- dije escuetamente pero la verdad era una completamente distinta, varios minutos pasaron en
los que viajamos en un completo silencio con una larga extensión de tierra frente a nuestros ojos,
me ponía nerviosa en tenerlo cerca y no ser capaz de poder entablar una conversación como la
gente pero me ahorraría sus insultos.
-Cozumel- dijo de pronto esbozando una gran sonrisa que me pareció sincera.
-Ya verás- dijo cuando detuvo el motor y varamos, un hombre se acerco para ayudarlo a atar la
lancha.
-Buenas tardes Sr. Cullen- éste le contesto el saludo y luego de mirarme descaradamente me ayudo
a salir –Mucho gusto- dijo él hombre que me dio repugnancia, no pasaría de los cuarenta pero aún
así me miro los pechos con tal descaro.
-Tranquilo Manuel que la señorita esta conmigo- aquello me sorprendió pero sirvió para que el
hombre se comportara, no dije nada y camine a su lado sin poder entender que me había llevado a
seguir sus juegos psicológicos -¿No podrías cambiarte? ¿O es que no podías dejar pasar la
oportunidad de que los hombres te miren como si te fuesen a comer?- lo escuche decir en tono
molesto.
-En primer lugar salimos de Playa del Carmen tan rápido que no tuve tiempo de cambiarme y
hacerlo en la lancha me parecía absurdo por que me estaba mojando y en segundo lugar es mi
asunto si quiero que los hombres me observen, no veo en que le pueda afectar eso a usted- le dije
con una sonrisa triunfal.
-Me da igual- dijo sin mirarme y camine junto a él hasta que llegamos a un gran jeep, del porta
maletas extrajo una sudadera y unas sandalias que se colocó, yo aproveche para sacar mi vestido
para ponérmelo y mis sandalias, gracias a Dios llevaba conmigo mi cámara para tomar algunas fotos
de este hermoso lugar.
Así fue que en el jeep llegamos a una montaña empinada y bastante alta que me pareció un lugar
más creado artificialmente por el hombre que de modo natural.
-¡Edward que gusto verte!- escuche que un hombre joven le gritaba cuando nos vio aparecer, se
acerco a él y lo abrazo fuertemente
–Cada vez me sorprende como mejoran tus gustos- le dijo cuando se percato de mi y me tendía su
mano –Stefan Senler para servirla bella dama- dijo cuando iba a tomar su mano pero él en lugar de
tomarla y saludarme simplemente, la tomo y la llevo a sus labios arrancándome una sonrisa.
-Deja de tonteras hombre y llévanos a la acción- le dijo Edward rompiendo la coquetería de aquel
joven.
-Como siempre directo al grano sin disfrutar los momentos previos- le dijo él con una sonrisa
sugestiva. Los tres caminamos por entre las personas hasta que llegamos prácticamente a la cima
de aquella montaña, mis ojos se abrieron asombrados cuando comprendí que hacíamos en ese
lugar.
-¿Oh tienes miedo?- la satisfacción y regocijo en su rostro era a tal grado que me hirvió la sangre -
Por qué también hay un club para que te limen las uñas y todas esas cosas que le gustan a las
chicas- su sonrisa se amplio aún más si fuese posible.
-Primero, no tengo miedo- dije intentando darme valor, mire sobre mi hombro y al comprobar la
altura en realidad me confirmo que si tenia algo de miedo –Y segundo, no acostumbro a perder mi
tiempo en esas "cosas" que llamas que hacen las chicas- su expresión no reflejaba nada. La
situación era extraña, pues tenía una necesidad tonta de demostrarle que podía hacerlo pero en
realidad yo no tenia que demostrarle nada.
-Demuéstralo- dijo con una sonrisa torcida tan sensual que no envidiaba nada las portadas de las
revistas de modelos.
-No tengo que demostrarle nada- le dije en tono seco, él comenzó a reírse de manera burlona.
-Como siempre- le contesto el amigo -¿Solo uno?- algo en la mirada de que Edward le puso le hizo
guiñarle un ojo. Ya un poco más tranquila y apreciando mejor la panorámica saqué mi nueva cámara
y comencé a tomar fotos de todo aquel hermoso paisaje, como Edward estaba tan entusiasmado
hablando con su amigo unos metros más allá aproveche y le pedí a una pareja de turistas si me
podían tomar una foto con aquel hermoso paisaje a mis espaldas.
-¿No saltaras?- me pregunto el hombre y yo negué rápidamente –No sabes de lo que te pierdes-
sonrío y luego miro a su acompañante –Con Natalie hacemos esto cada vez que venimos a Cozumel
por que sentir que puedes volar es una sensación maravillosa, te quitas los miedos, las ataduras y
eres completamente libre, solo tú y el viento- su confesión fue con tanto sentimiento, me aparte
cuando sus ojos llenos de amor por la joven se intensificaron y la compensaron con un gran beso,
sin duda necesitaban su privacidad.
Camine donde estaba Edward quien le daba algunas ordenes al hombre llamado Stefan.
-Edward- le dije con voz temblorosa olvidándome del formalismo para con mi jefe, él se giro algo
molesto pero al menos me escucho –Quiero saltar- le dije más decidida, creo que aquel sentimiento
que me describió el turista me lleno de curiosidad, yo también quería sentirme libre dejando todos
mis miedo, todos mis problemas atrás. La sonrisa de Edward fue tan grande y sincera que por unos
segundos vi a un Edward diferente pero solo por unos segundos.
-Las mujeres al final del día siempre hacen lo que quiero- le escuche decir al amigo y rodé los ojos
¿Por qué siempre tenia que arruinar un buen momento?
Con ayuda de Stefan me prepare para volar por primera vez en parapente, a diferencia de Edward
me pusieron un traje delgado pero con el sol que estaba me daba mucho calor, cuando le fruncí el
ceño a Stefan me dijo que era para cuando estuviese en el aire para no pasar frío con las corrientes,
me equiparon con guantes, casco y botas para el aterrizaje.
-¿Por qué él no lleva nada de esto?- pregunte cuando vi a Edward solo con un arnés sobre su
bermuda y unos guantes, la sonrisa estúpida no se apartaba de sus labios.
-Él tiene más experiencia en esto por lo que sabe como aterrizar, no pasara frío y sobre todo, es un
cabeza dura que nunca se preocupa de su seguridad- Stefan me sonrió de manera coqueta
provocando que me sonrojara levemente -¿Eres alguna de sus amigas "especiales"?- pregunto
como quien no quiere la cosa mientras seguía asegurando mi arnés y el solo pensar que me
incluyeran en el mismo saco me molesto.
-¡Claro que no!- dije indignada -Trabajo como su azafata y si estoy aquí es por que fui chantajeada y
no quiero perder mi trabajo- le dije con las cejas aún arqueadas por el mal gusto, él sonrió como un
niño y sin esperármelo acaricio mi frente para alisar aquella arruguita.
-Mejor así- pestañee extrañada ¿Qué sucedía con éste lugar que todos intentaban flirtear? ¿Será el
aire calido?
-Solo cuando tengo a una chica que me haga imaginarlo y por allá- dijo apuntando a un grupo de
mujeres preparándose para saltar, en realidad eran realmente unas modelos –Hay donde imaginar-
no le di importancia a su comentario y me voltee para darle la espalda, Stefan me dio un rápido
curso de cómo saltar en parapente y la mejor manera de aterrizar, de cualquier modo me aseguro
que el terreno en la parte baja era completamente liso por lo que era casi imposible que me
enredara con algo.
-¿Quieres que te tome una foto?- me pregunto Stefan, asentí y la saque de mi bolso, para cuando
saltara él se encargaría de guardarlo en una especie de casillero. Pose para unas cuatro fotos y en
la última un muy desagradable Edward intento filtrarse en mis fotos.
-Toma las tuyas propias- le dije molesta, él simplemente se fue donde su amigo riéndose
fuertemente –Idiota- dije para mi.
-Bien ¿están listos?- nos pregunto Stefan a Edward y a mi después de un rato, no fue necesario que
el respondiera verbalmente ya que su actitud reflejaba que se encontraba más que listo y
entusiasmado.
-Yo creo que si- le dije no muy convencida, él se acerco a mi para darme apoyo moral.
-No te preocupes Bella, la primera vez puede que no sea perfecto y te asuste, pero una vez que lo
pruebes verás que se volverá adicto- en ese preciso momento vimos una figura correr a nuestro
lado.
-¡Es como el sexo!- grito Edward antes de lanzarse, mi reacción fue intentar sujetarlo para que no
cayera pero el muy desgraciado ya estaba volando con una agilidad única de un experto.
-Bastardo, siempre hace lo mismo- dijo Stefan despreocupado y con una sonrisa que casi rayaba en
la admiración, en cambio yo no podía dejar de estar preocupada como si en cualquier momento
aquella tela se fuese a romper y él comenzara a caer -¿Tú turno?- me pregunto él pasados unos
minutos y Edward ya estaba llegando prácticamente al terreno para aterrizar, mis nervios afloraron
más si fuese posible.
-Eso es preciosa, esa es la actitud- me dijo y juntos caminamos hasta el lugar donde debía
comenzar a correr –No te preocupes que Edward me aseguro que te esperaría y te estaría
observando por cualquier cosa- aquello no me entusiasmaba mucho ya que si iba a hacer el ridículo,
la idea era que nadie fuese testigo de ello.
-¡Corre Bella!- grito entusiasmado y así lo hice, corrí hasta llegar al acantilado y cuando mis pies
dejaron de tocar suelo firme, ya estaba sentada sobre la pequeña silla y estaba volando. Grite con
todo lo que mis pulmones daban por la impresión y la pequeña sensación de vértigo que me dio en
un comienzo, pero la adrenalina era aún mayor por lo que aplaco todo lo demás, mis sentidos y mi
piel estaban a la máxima revolución y la sensación de libertad era excitante.
Si quizás en un comienzo pensé en cerrar los ojos para pasar el momento rápido, eso fue imposible,
ver todo aquel paisaje, aquella extensión de mar azul cristalino tan pacifico y sereno era
definitivamente el paraíso donde algún día llegaríamos después de morir, sin dudas esto ya era el
cielo y yo pertenecía a el. Mi vida, mis errores, mis penas, mis miedos y hasta los desengaños, todo
eso quedo en alguna parte de aquella montaña y yo solo podía pensar en respirar y disfrutar de esta
maravilla.
No habían palabras precisas para describir la emoción y la belleza y a su vez la pizca de miedo por la
altura que se entre mezclaban entre si, hasta que en cuestión de escasos minutos divise a Edward y
su sonrisa que me decía que estaba asombrado y maravillado por haberme atrevido.
Cuando toque tierra firme él corrió para ayudarme ya que la tela comenzaba a caer sobre mí pero yo
en realidad no estaba pendiente de nada más, aún seguían las emociones muy arraigadas en mi piel
y en mi cabeza.
-¿Estas bien?- pregunto algo asustado y yo lo único que pude contestar fue con un asentimiento de
cabeza -Te gusto ¿no?- su sonrisa estaba iluminada de manera diferente pero no le dí mayor
importancia ya que aún seguía abstraída, volví a asentir. Edward me ayudo a desconectar los cables
y la silla de mi cuerpo, la doblamos y en el mismo silencio caminamos donde nos esperaba un jeep
que nos llevaría de vuelta a la montaña.
-¡Bella, lo hiciste genial!- me grito Stefan en cuanto llegamos a la cima, sentía mi sonrisa nueva y
verdadera -Es increíble ¿no?
-En realidad es genial- saqué al fin mi voz –Wow, es lejos la mejor experiencia que e tenido- le dije
aún sin poder creérmelo por completo.
-Que poco te satisface tu novio- escuche decir a Edward y Stefan río con su comentario pero no
estaba como para prestar atención sus niñerías.
-¿Puedo hacerlo de nuevo?- le pregunte sin creérmelo a mi misma, ambos me sonrieron como si
realmente hubiese descubierto la cura para el cáncer.
En efecto volví a saltar y Edward lo hizo dos veces más que yo, el silencio incomodo en el auto se
volvió a instaurar al igual que en la lancha de regreso a Playa del Carmen, era como si aquella leve
simpatía y buena química se hubiese esfumado para que el ogro Cullen volviese.
Cuando estuve en el muelle, camine por mi cuenta de regreso a mi cuarto mientras Edward le
dejaba unas indicaciones al cuidador, en cuestión de minutos escuche unos pasos acelerados
acercarse a mí.
-¡Isabella!- escuche que me llamaba y sin mucho animo me voltee para verlo, su rostro era frío y sin
ninguna pizca de aquella alegría que había demostrado horas atrás –Quiero dejarte en claro que lo a
sucedido esta tarde a sido más que una experiencia para ti por ser novata en esto, no pienses que
tengo por que tratarte como si fuésemos grandes conocidos ni mucho menos amigos- asentí –
Sigues siendo mi empleada y yo tu jefe, si hice esto fue por que pensé que no aceptarías pero
puede que tengas algo de agallas- esto de asentir en silencio me aprecia más como a la esclavitud
que otra cosa, dejando las cosas así de claras me iba a voltear para seguir mi camino pero él tomo
mi brazo para girarme nuevamente -¡Aún no termino!- dijo en su tono molesto ya tan característico
–Y esto- dijo aludiendo a lo sucedido en Cozumel –Quedara como en una especie de secreto
profesional, no lo comentaras con nadie a menos que quieras quedarte sin trabajo y que ninguna
aerolínea del país quiera contratarte- y como lo odie en ese momento, tan arrogante y estúpido
aprovechándose de su posición para amenazar.
-Entendido SR. Cullen- le dije con desprecio -¿Puedo retirarme ya o es que se le va a ocurrir algún
otro jueguito?- le dije sin poder contenerme, el sonrío con desagrado y se marchó dejándome
plantada mirando como él se iba con sus aires de superioridad.
Finalmente llegue hasta mi cuarto y en el momento en que me recosté sobre la suave cama me di
cuenta de lo cansada que estaba.
-¡Bella! ¿Dónde has estado todo el día?- grito Heidi casi en mi oído –Riley me contó que estabas
peleando con Edward y que después desapareciste al igual que él.
Bufe y él recuerdo del estúpido de mi jefe regreso, al igual que sus molestas palabras «no lo
comentaras con nadie a menos que quieras quedarte sin trabajo»
-En efecto tuve un desagradable intercambio de opinión con el Sr. Cullen pero él se fue por su
cuenta y yo decidí conocer lugares ya que estaba segura de que no solicitaría precisamente mi
presencia- tome la almohada que estaba detrás de mi cabeza y antes de dejarla sobre mi rostro la
mire con una suplica –Camine mucho por lo que te imaginaras que estoy muriendo de cansancio y
te rogaria que no grites- le pedí quizás no de muy buena forma pero con la manera que había
llegado para intentar sonsacarme información, estaba claro que solo me hablaba por el cotilleo,
cotilleo del que no estaba interesada ahora ni nunca.
-Que simpática- la escuche decir y junto a eso se acompaño unos pasos seguido por un portazo.
Al fin completamente sola pensé pero como la felicidad no es eterna, un zumbido molesto sonó en
la habitación, algo estaba vibrando, aparte la almohada de mi rostro y sobre la mesita de noche el
celular de Heidi estaba vibrando, intente regresar a mi tranquilidad olvidando aquel molesto ruido,
cuando por fin dejo de sonar pensé por una milésima de segundo que estaría en paz pero fue el
turno de mi teléfono móvil de comenzar a sonar taladrándome la cabeza, con desgana y desagrado
me senté sobre la mesa y busque mi móvil dentro de mi bolso, revise la pantalla y era el número de
Jasper por lo que conteste de inmediato.
-Bella es que necesito que me acompañes a buscar a uno de los socios que veremos esta noche, no
puedo contar con Edward y Heidi no contesta su teléfono por lo que necesito que me ayudes- ¿para
que nos dan instrucciones de no separarnos de nuestros móviles si a la primera, la que se cree
novia del jefe, no lo hace? –Bella te espero en el lobby, no es necesario que vistas tan formal pero
espero no traigas puesto algún vestido muy corto- su recomendación me pareció extraña pero lo
deje pasar, era el jefe así que debía seguir sus instrucciones.
De mala gana me vestí con una camisa blanca de tela fina para evitar el calor y una falta que llegaba
solo dos dedos sobre la rodilla, me puse sandalias de tacón y deje mi pelo suelto ya que de todos
modos era entrada la tarde por lo que el sol no estaba en su punto más alto como aquella mañana.
Cuando llegue al lobby un muy distinguido Jasper me esperaba con uno de sus mejores trajes de
terno y su sonrisa amigable.
-Perfecta- me elogio amablemente –Normalmente nos acompaña Tanya o Heidi pero dado que no
podemos contar con ninguna de las dos te lo solicito a ti Bella- su sonrisa cambio a una de disculpa
–Se que no esto no esta incluido en el reemplazo pero quizás te agrade compartir con más gente- le
sonreí para que no se preocupara, él era amable conmigo y claro que lo ayudaría en lo que pudiera.
-No te preocupes Jasper que si esta en mi poder ayudarte lo haré encantada- y de verdad que así
era, quizás por el idiota de su hermano no seria tan dócil.
Con Jasper nos fuimos en un lujoso auto hasta el aeropuerto donde recibiríamos a uno de sus
socios con los que se reunirían esta noche.
-La mayoría de los inversionistas con los que tratamos amistosamente- aquello no sonaba muy bien
–Son amigos de Edward por lo que comparten ciertos gustos- dijo como si fuese obvio para mi
entenderlo –Digamos que hay inversionistas que no son del agrado de Edward por lo que él no se
toma las molestias de reunirse en lugares como estos, él simplemente ejecuta su trabajo y se acaba
pero cuando comienza o finaliza una inversión con sus amigos, aprovecha de mezclar ciertos
placeres para sentirse más satisfecho- el brillo en los ojos de Jasper hablaba del inmenso amor que
sentía hacia su hermano.
-¿A ti en lo personal no te molesta tener que seguirlo en cada una de sus exigencias?- le pregunte
cuidadosamente para no pasarme.
-En algunos casos un poco pero solo en la parte en que debo de alejarme de mi Alice- lo mire sin
saber que decir –Alice es mi esposa- su rostro se ilumino de un tierno amor –Extrañamente la
conocí gracias a Edward y es por eso que puedo tolerar su manera de vivir, siento que puedo
ayudarlo de la misma manera- bueno yo creo que Jasper realmente tiene un muy buen corazón
pero lo que el esperaba era prácticamente un milagro –Se que Edward puede parecer muy duro e
incluso algo molesto- ¿molesto? Yo no hubiese utilizado esa palabra precisamente –Pero tiene un
gran corazón y una capacidad maravillosa de amar, es solo que el miedo lo asusta tanto que nunca
lo reconocerá- escuche a Jasper sin interrumpirlo, la verdad es que no pensaba de igual manera y
creo que su amor por su hermano eran más fuertes incluso que lo evidente, que personas como
Edward Cullen no sabían amar más que a si mismos.
-No empieces Jacob- escuche decir a Jasper tras bufar y rodar los ojos –Es la reemplazante de
Tanya por lo que me gustaría que alguna vez en la vida fuesen profesionales y dado que Edward
aunque no lo creas esta vez se a comportado, espero lo mismo de tu parte- él hombre moreno se
acerco a mi tomando mi mano y besándola a modo de saludo.
-Encantado preciosa, Jacob Black- se presento sin apartar sus ojos de mí- ¿Esta bella dama tendría
un nombre que me de?- fue ahí que reaccione avergonzada por haber quedado muda por completo.
-Isabella Swan- le dije algo avergonzada –Pero todos suelen llamarme Bella- él sonrío ampliamente
dejando al descubierto sus brillante dentadura sacando a relucir su muy buen aspecto.
-Espero que al menos seas capaz de seguir el ejemplo de Edward- le dijo él apartándome de Jacob.
Me asegure de que todos sus papeles y su equipaje estuviesen en completo orden, di la orden para
que fuese enviado directamente al hotel y así finalmente los tres nos fuimos en el auto de regreso.
-Y dime Bella ¿qué tienes pensado para esta noche?- antes de que pensara en una respuesta o que
él dijera a que se debía Jasper intervino.
-Jacob por favor, podrías concentrarte a lo que vinimos y dejar los placeres fuera del negocio,
mañana puedes pasear y verás que por la playa encuentras montones de mujeres- el tono de Jasper
se mostraba claramente molesto.
-Eres un aburrido, hablare con Alice para que te de permiso de salir más a menudo con Edward y
conmigo- él no dejo de mirarme y sonreír.
-Alice te realizaría una vasectomía antes de dejarme en tus manos- le contesto Jasper con una
sonrisa que dejaba de lado su tono molesto.
Iba concentrada en otras cosas hasta que escuche algo que capto mi atención dentro del auto pero
me hice la desentendida y seguí mirando al exterior.
-¿De verdad que Edward no se a interesado?- y por el rabillo del ojo pude ver que Jacob me apunto
a mi con un gesto de la cabeza.
-Quizás tú puedas sacarle más información, yo no tengo idea- fue toda respuesta.
Camine hasta el lobby para pedir la llave de mi cabaña compartida con Heidi y algo dentro de mi se
apretó al ver que caminaban hacia mi Edward con Heidi tomada de su brazo, ambos muy
acaramelados y al parecer ninguno se había percatado de que los estaba mirando.
-¡Bella ahí estas!- dijo ella realmente asombrada cuando me vio –Estaba preocupada por que no te
encontraba por ninguna parte- claro, me imagino no realmente preocupada que debió de estar en la
cama con Edward.
-Jasper me pidió que lo acompañara a buscar…- no alcancé a terminar cuando él mismo se hizo
notar.
-¡Jacob!- Edward le sonrío realmente feliz de verlo y me recordó a aquel Edward que vi aquella
mañana, ambos se abrazaron fuertemente como si no se hubiesen visto en años pero algo me decía
que ese saludo era habitual entre ellos.
Con Heidi intercambiamos una rápida mirada mientras los tres hombres comenzaron a platicar de
asuntos de trabajo, me di la vuelta para salir de ahí ya que después de todos esos temas no eran de
mi incumbencia.
-¡EY Bella!- la fuerte voz de Jacob me llamo a mis espaldas, me gire no muy convencida –Esta
noche tenemos una reunión de trabajo con unos amigos en un Pub ¿quieres acompañarme?- su
invitación estaba claramente dirigida a que podía aceptar tanto como podía rechazar pero su intensa
mirada no dejaba dudas de que realmente quería que estuviese con él.
-¿Qué haces idiota?- le dijo molesto Edward –Esta vez vinimos a trabajar enserio y no estoy
dispuesto a perder millones por tus líos de faldas- le espetó.
-Solo quiero que me acompañe hermano no te preocupes, te prometo que seré eficiente en mi
trabajo- su mirada no se desconectó con la mía.
-Lo se y como haces esa diferencia tendrías que remarcar también que es TÚ trabajadora y para mi
es más que una simple turista- me sonrío complacido y no pude evitar devolverle la sonrisa
satisfecha por haberlo dejado callado -¿Qué dices? Hablaremos de algunos asuntos de trabajo pero
te prometo que más tarde podríamos salir a bailar y a tomarnos algo- y la verdad es que su oferta
sonaba completamente tentadora sin dejar de mencionar que él hombre era completamente apuesto
y no era una arrogante Edward Cullen.
-Encantada- dije pero esta vez mire a Edward complacida de verlo enojado ¿Por qué? No tenía la
más minima idea.
Capitulo 5
Edward
Heidi que estaba arrodillada sobre la alfombra y afirmada a mis piernas, devoraba mi pene
provocándome una sensación abrasadora, en mi posición sentado en aquel sillón de hotel me
proporcionaba el lugar de amo y señor, ella me observó directo a los ojos sin una pizca de
vacilación mientras cerraba los labios en torno mi miembro y le daba atención con su lengua, un
cegador escalofrío de placer me invadió por completo ante tal sensación, me humedecí reiteradas
veces los labios debido a la sequedad que le producía mi rápida respiración, mis manos convertidas
en puños y mis dientes capturando mis labios para contener el gemido, no era muy propio de mi
demostrar lo que me afectaba el buen sexo, eso era entregarles el poder a las mujeres y acabarte si
así lo querían.
Como si hubiese leído mis pensamientos, ella se detuvo y se retiró un poco y se lo permití para que
creyera que tenía el control, esa lengua rosada humedeció de nuevo mi glande y luego con sus
propios labios.
-Más profundo Heidi, hasta la garganta- le exigí, ella asintió con la cabeza, rozando con la lengua la
punta hinchada de mi pene. Heidi abrió más la boca para abarcar tanto cuánto pudiera y así el cálido
de su boca envolvió la mitad de mi longitud, acunándola con la lengua. Conteniéndome al máximo la
tome de la nuca de la cabeza empujándola aún más hasta que el glande chocó contra el fondo de su
garganta enviando ramalazos de más sensaciones de lujuria y excitación, podía sentir que ya me
faltaba poco para liberarme en su boca y a decir verdad era poco lo que me importaba, cada mujer
que estaba en mi cama sabia a lo que se atenía por lo que no me preocupaba ser sutil o delicado,
necesitaba liberarme y ya - Más rápido, rodéame con esa dulce lengua- le pedí cuando los
espasmos se alojaban concentrados en aquella zona y me era casi inevitable poder soportarlo más,
hasta que ella sonrío ganadora y me vio directamente a los ojos mostrándome sus intenciones, se
salio de mi lenta y tortuosamente hasta que sus dientes quedaron expuestos en una amplia sonrisa.
-No se puede tener todo en la vida, campeón- dijo de modo arrogante alzándose y avanzando a paso
rápido hasta el baño, viendo todo de una tonalidad roja carmín camine hasta ella y sin contenerme la
tome de los brazos con fuerza teniendo completo control de su cuerpo, la aprisione entre la pared
más cercana y mi cuerpo abriendo sus piernas con las mias mientras me colocaba el preservativo y
sin esperar su permiso, me adentre entre sus nalgas encontrando el lugar exacto que necesitaba.
-Nadie Heidi, escúchame bien, nadie jamás me deja así y sale indemne y menos aún intenta
sobrepasar el lugar que le corresponde- le dije al oído y con una embestida tan fuerte y profunda
que de seguro la traspasase, conseguí mi tan anhelada liberación. Jamás por los caprichos de una
niñita con aires de superioridad o creyéndose tan indispensable quedaría con un problema de bolas
azules.
-¡Edward!- su gemido entre placentero y doloroso me confirmo la poca sutileza de mis actos pero
me enojaba de sobremanera que las mujeres intentaras hacerse las del rogar o peor aún, que
intentaran chantajearme con algo tan básico como eran las necesidades físicas. Para mi el sexo era
el mejor deporte por lo que lo disfrutaba a más no poder, pero nunca rogaba por él y menos aún
alguien se tomaba el derecho sobre mi, ellas se entregaban y yo aceptaba no al revés.
-Espero haya quedado claro- le dije cuando me retire de ella y fui nuevamente hasta el sofá donde
estuve minutos atrás para recoger mis pantalones y arreglar mi vestimenta.
-Yo solo…yo solo quería jugar un rato- dije avergonzada, chasquee la lengua molesto al ver que iba
a comenzar a llorar, como odiaba estos dramones.
-Nunca intentes jugar conmigo Heidi si no quieres terminar en una situación peor- la amenacé
mirándola a los ojos para que viera que no estaba bromeando, ella asintió y me dio una sonrisa que
intentaba conciliar la situación.
-¿Quieres que te acompañe a la cena de esta noche?- pregunto con cautela pero podía ver la
esperanza brillas en sus ojos, le sonreí burlón pero ella al parecer lo tomo como una afirmación ya
que su sonrisa creció como la de Cheshire, aquel gato de los cuentos de Alicia en el país de las
maravillas que nos contaba Esme a Jasper y a mi cuando éramos unos nenes.
Ssin contestarle salí del cuarto de hotel y camine en dirección al lobby para saber si mi amigo y
hermano habían llegado ya, podía escuchar que Heidi venia parloteando como un loro acerca de
algo que finalmente nunca me entere pero mis pensamientos iban en otra cosa, recordé que horas
atrás Jasper me había pedido que lo acompañara a recoger a Jacob al aeropuerto ya que esa labor
siempre era de Tanya y como Heidi era algo sonsa para esa labor prefería no incluirla, le sugerí que
instruyera a la nueva mejor y así nos ahorrábamos el mismo cuento para las siguientes ocasiones y
de ese modo la mantendría lo más lejos posible, las mujeres como ella no me gustaba en lo
absoluto.
..
"¿Por qué te molesta tanto la presencia de Bella?" había sido la pregunta de Jasper cuando
estábamos por aterrizar en México y a decir verdad nunca me atreví a contestarle, ¿Qué quería que
le dijera?
-Las mujeres que se dan demasiados aires por ser bellas se les suben los humos a la cabeza y se
creen con el derecho de andar seduciendo a los hombres por al vida y luego ignorarlos como si
nada- ¿eso? Ni en broma.
¿No había mencionado ya que conocía a Bella Swan? Claro que la conozco, la vi por primera vez
cuando solicite aquellos expedientes profesionales para mis azafatas personales, aquel folio que
Jessica había traído para mi venia su expediente y como cualquier hombre cuerdo la había
encontrado absolutamente hermosa pero todo eso fue eclipsado por completo cuando Jessica me
informo que ella se había negado rotundamente a trabajar para mi, así fue que llego Tanya y ella me
había confirmado en efecto que la muy "santa" Bella prefería los vuelos públicos por tener mejor
"cercanía" con los pasajeros, al tiempo me entere que estaba saliendo con un reconocido
empresario y claro ¿Qué mujer no se interesa por la chequera de un hombre? Yo me había
revolcado con muchas que pensaban así pero al menos lo reconocían abiertamente, mojigatas como
Bella Swan se hacen las puritanas y luego dan el zarpazo final destrozándote el corazón.
"Estamos por llegar al hotel, te pido por favor que le pongas de inmediato a Jacob una advertencia,
parece perrito en celo como actúa con Bella y
esta vez no quiero ser yo quien tenga que solucionar los problemas que dejan tú o Jacob. Jasper"
Sentí mi rostro enrojecer debido a la rabia, ¡Claro como yo no le había dado alas a la muy zorrita y
mi hermano estaba ocupado, iba a por el primero que se viera interesado, solo que en esta ocasión
no le resultaría por que Jacob era mi amigo y mi hermano, él había sufrido por su fallecida esposa
que era una cualquiera pero él siempre la vio como la mejor de las mujeres, nunca le mencione
nada para no lastimarlo y definitivamente ese secreto se iría conmigo a la tumba.
-Heidi- me detuve en seco y me voltee para hablarle -¿Realmente quieres ir a esa cena?- le
pregunte algo distraído mientras la tomaba de la cintura y caminaba con ella hasta el lobby, tenia
pensado seriamente decirle que iría con Jacob y que hiciera cualquier cosa, prefería zorra conocía
que por conocer, hasta que ella salio de mi agarre corriendo hacia el frente.
-¡Bella ahí estas!- dijo llegando hasta donde Bella quien se veía algo asustada –Estaba preocupada
por que no te encontraba por ninguna parte- ¿en que momento se habían hecho tan amigas? No
alcance a escuchar que le contesto ella ya que el conocido vozarrón de mi amigo resonó por todo el
lugar.
-¡Edward amigo!- olvide en ese momento toda mi rabia y camine a paso rápido hasta mi amigo.
-¡Jacob!- le dije feliz y nos abrazamos como siempre, con aquella camaradería que no se perdía a
pesar de los momentos mas difíciles.
-Tampoco exageren si no se han visto desde la semana pasada- dijo Jasper con una sonrisa.
-Dos- le corrigió mi amigo –El estúpido de tu hermano prefiere hacer salto él solo y no es capaz de
llamarme- el rostro de Jacob se veía molesto pero por su tono de voz podía saber que estaba
jugando.
-Eso te pasa por trabajar y tener sexo en exceso- le recordé con una sonrisa.
-Mira quien habla- dijo Jasper alzando su ceja y con su mirada puesta en mi –Solo espero que por
primera vez en sus vidas trabajen serios, los socios de Japón no son un chiste como los de Italia
por lo que líos de faldas no nos convendría- nos regaño a ambos y nosotros no hicimos más que
mirarnos y comenzar a reír por el recuerdo pero antes de que Jacob pudiese comentar algo, ya que
sabia que lo haría, lo escuche decir en un susurro "Eso me recuerda a…" y lo siguiente que
escuche de él fue.
-¡Ey Bella!- llamo a aquella mujer por la que había dado al olvido completamente, Jaco paso por mi
lado –Esta noche tenemos una reunión de trabajo con unos amigos en un Pub ¿quieres
acompañarme?- me gire de inmediato completamente enojado ¿estaba invitando a una mujer a
nuestra primera salida de hombres? Eso iba en contra a nuestra propia política entre amigos.
-¿Qué haces idiota?-le dije acercándome a él furioso –Esta vez vinimos a trabajar enserio y no estoy
dispuesto a perder millones por tus líos de faldas- le espeté lo primero que se me vino a la cabeza,
y eso fue la conversación de Jasper, no iba a revelar delante de mujeres nuestros pactos de
hombres entre amigos.
-Solo quiero que me acompañe hermano no te preocupes, te prometo que seré eficiente en mi
trabajo- dijo Jacob sin dejar de mirarla y eso me molesto aún más, siempre el otro era más
importante incluso que un buen polvo y esta mujer no comenzaría a cambiar las cosas.
-Ella es mi empleada Jacob- lo amenace sin importarme si tenia que despedirla con tal de alejarlo de
mi amigo.
-Lo se y como haces esa diferencia tendrías que remarcar también que es TÚ trabajadora y para mi
es más que una simple turista- le sonrío a ella tan descaradamente que podía sentir la sangre de mi
cuerpo agolparse solo en mi cabeza y mi visión se torno roja por la cólera -¿Qué dices? Hablaremos
de algunos asuntos de trabajo pero te prometo que más tarde podríamos salir a bailar y a tomarnos
algo- la muy descarada le sonrío complacida como si ya tuviese todo un plan de seducción en su
cabeza para engatusar a mi amigo, eso si que no se lo permitiría.
-Encantada- dijo ella pero justo en ese momento me miro a los ojos como si supiese que estaba
pensando, su mirada retadora no dio lugar a dudas, ella estaba interesada en Jacob pero no como
mi amigo quisiera, la muy maldita quería su dinero y luego lo desecharía como un trasto viejo
-Sobre mi cadáver- susurre bajito pero creo que no lo suficiente ya que Jasper me miro entre
extrañado y satisfecho, no le di importancia.
Sin decir una palabra más salí del lugar tan enojado que pensé que me llevaría de paso a todo quien
estuviese a mi alrededor, podía escuchar a Jacob llamarme pero no me voltee a verlo, estaba
molesto con él por dejarse seducir por mujeres como ellas, lobos vestidos de oveja.
-¿Qué te pasa hombre?- no me había dado cuenta que Jasper me había seguido de vuelta a mi
cuarto hasta que me tomo del brazo y me hizo girarme con fuerza.
-¿Qué crees que haces?- le pregunte indignado cuando sacudí mi brazo con fuerza para que me
soltara, aunque creo que mi mirada fue peor ya que al verme a la cara algo lo hizo dudar y la retiro.
-Solo quiero saber que fue todo ese escándalo- dijo un poco más calmado -¿Desde cuando te
preocupa a quien se tira Jacob?- su ceja alzada no dejaba duda que realmente esperaba una
respuesta y una muy buena.
-Sabes que eso no me importa, de hecho muchas veces hemos hasta compartido mujeres- Jasper
enarco la ceja nuevamente.
-No quiero los detalles sórdidos- dijo con algo de repugnancia –Quiero saber desde cuando te
preocupa "con quien" se acuesta Jacob.
-Esa mujer no me da buen presentimiento Jasper, quiere desfalcarlo- dije exasperado y él muy
imbécil solo atina a reírse en mi cara.
-Me estas diciendo que te preocupa que Bella, la misma Bella que yo conozco, ¿pueda intentar
robarle a Jacob?- pregunto casi al borde del ataque de la risa lo que provoco que me molestara aún
más.
-Así ¿y como serian esas? Por que Bella es una chica amable, dulce, entregada y trabajadora, muy
lejos a las que frecuentas conocer.
-¡Esa es la apariencia que ella quiere dar!- le grite enojado, como era posible que fuese tan ciego –
Ella vende esa apariencia para que niñatos como tú coman de su mano.
-Nunca podría fijarme en alguien tan simple como ella- le reste importancia.
-¿Qué me estas escondiendo Edward Cullen?- pregunto suspicazmente y antes de que pudiese leer
más en mi, decidí cortar el tema.
-Mira Jasper, querías que por primera vez fuésemos profesionales y nos concentráramos solo en
los negocios- puse la tarjeta en la ranura para abrir la puerta –Y eso es lo que intento, tengo el
presentimiento que esta mujer traerá muchos problemas y sobre todo a Jacob, él es mi amigo y lo
cuidare por sobre todas las cosas- le dije rápidamente e igual de rápido me metí al interior de mi
cuarto sin esperar su contestación, escuche que se reía cuando cerré la puerta.
-Como eres nuevo en esto- escuche que me gritaba desde el otro lado, intente ignorarlo pero me
picaba las la curiosidad –Te recomiendo que practiques mejor la actuación por que los celos te van
a quemar vivo- lo escuche decir divertido y sus risas quedaron grabadas en mi cabeza.
-¡¿Celoso yo?- rugí abriendo a puerta de un sopetón y el muy maldito ya no estaba, con un fuerte
portazo me adentre nuevamente a mi cuarto.
Me di una larga ducha pensando en aquella bizarra conversación con Jasper y a la conclusión
absurda que había llegado ¿de verdad pensaba que estaba celoso? Eso era completa y
absolutamente una aberración, en mi vida había estado celoso o quizás las únicas veces habían sido
cuando Esme le compraba algún juguete a Jasper y él solo lo quería por que a mi se me había
ocurrido primero pero cosas infantiles de ese estilo, jamás por una mujer pues nunca nadie se me
había negado ¿será esa la diferencia? ¿El que ella se había negado a trabajar para mi la haría una
clase de competencia?
Del modo que sea no permitiría que ella le hiciera daño a mi mejor amigo, mujerzuelas como ella
nos las sacábamos a diario y si lo que mi amigo quería era darse un simple revolcón con ella hasta
yo lo apoyaría, sino, ella vería quien era Edward Cullen.
Finalmente me vestí con uno de mis mejores ternos (perfil), siempre la primera impresión era la
más importante y ayudaba mucho cuando se intimidaba al adversario, esta noche debíamos
convencer a los ejecutivos de "Corporation & Business" que vender parte de sus acciones a nuestra
empresa los beneficiaria a crecer mundialmente y a abaratar sus costos, como siempre, yo ya tenia
mis palos blancos que me beneficiarían de apoderarme del otro porcentaje que me ayudaría a ser
en la mayoría el dueño de aquella empresa Japonesa totalmente prometedora, con un poco de
nuestra ayuda seria una gran adquisición a Cullen´s Ltda.
-Ahora si- escuche la voz de Jacob, el único que faltaba y de reojo pude observar que iba tomada de
su brazo Bella.
Las siguientes cuatro horas las pasamos hablando acerca de los Pro y los contra acerca de
vendernos parte de sus acciones, Naito aceptaba claramente los beneficios y las evidentes mejoras
que les proponíamos mientras que su amigo Hitotaka le resaltaba los contras cada vez que
proponíamos alguna nueva idea.
-¿Estas cansada?- escuche que le pregunto Jacob a Bella y mis dientes chirriaron involuntariamente.
-Este idiota esta poniendo por sobre la empresa una polla tibia ¿y quieres que me calme ante eso?-
le pregunte al borde de la furia pero siempre con mi mejor sonrisa para que los japoneses no viesen
ciertos conflictos de interés internos que estábamos sufriendo.
-Al menos ya sabes como me siento cada vez que te veo detrás de lo mismo en cada reunión- me
dijo Jasper con una sonrisa y se volteo para seguir hablando con Naito.
Mire a Bella como si quisiera acabarla en ese mismo momento y ella se encogió en su asiento, yo
no caería tan fácilmente en sus jueguitos y le demostraría a Jacob la mujercita perfecta que todos
querían ver.
-Bien, creo que no deberíamos dilatar más este encuentro- dijo Hirotaka.
-Me gusta tú manera de ver las cosas Edward aunque son un poco extremistas, sangre arriesgada
es lo que necesitamos para la empresa- dijo Naito con una sonrisa y algo me decía que aquel
acuerdo estaba ya en nuestro bolsillo –Aunque como una última condición me gustaría que fueras a
darte una vuelta por Tokio y vieras con tus propios ojos nuestro propio imperio- aquello no me
gusto mucho, yo venia dispuesto a cerrar un trato de hombres, no a que me tramitaran más.
-Pensé que terminaríamos en la guillotina o algo por el estilo- me dijo Jasper cuando nos
retirábamos del restaurante –Nos hacían tantas preguntas que me estaban poniendo nervioso-
siguió comentando pero debía reconocer que mi atención estaba puesta solamente en la parejita
que caminaba a nuestras espaldas tan animadamente que me asqueaba –Edward ¿Me estas
escuchando?- reaccione a los reclamos de Jasper.
-Si- le dije desganado –Yo también me sentía como cohibido- le respondí sin apartar mis ojos de las
manos de Jacob.
-Eso fue hace veinte minutos Edward, te estaba preguntando que harás ahora, yo me iré al hotel ya
que quede con Alice de llamarla en cuanto me desocupara y Jacob saldrá con Bella-
instantáneamente lo mire con toda la atención que podía –Ahora si me escuchas ¿no?- dijo con una
sonrisa.
-Es solo que no me lo esperaba, Jacob y yo siempre vamos al Mamita´s Beach Club cada vez que
estamos en Playa del Carmen- me queje como un niño y lo mire de inmediato, él muy arrastrado se
estaba riendo fascinado por algo que le había comentado ella…eso va en serio, me decía la vocecita
en mi cabeza y me negué a creerlo –Iré con ellos- le dije con una sonrisa inocente.
-¿De niñero, de mirón o controlador?- cuestiono Jasper y mirándolo molesto me di la vuelta para
hablarle a mi amigo.
-¿Nos vamos amigo?- le pregunte a Jacob con una sonrisa –Ya sabes que no podemos contar con
Jasper porque se va de calzonudo con Alice.
-Vamos amigo nos espera el Mamita´s Beach Club y de seguro encontramos mujeres que valgan la
pena- le dije moviendo mis cejas sugestivamente y en cuanto mi mirada se cruzo con la de Bella, la
mía cambio a una más severa.
-Es que invite a Bella a dar un paseo- sus ojos me suplicaban que comprendiera.
-Pero Jacob nosotros…- mi voz involuntariamente se descompuso al darme cuenta del real
entusiasmo de mi amigo por aquella mujer, ella lo tenia completamente cegado y yo no podía hacer
nada.
-Te prometo que al regresar te acompañare a surfear a Chile como me sugeriste- sonrío como
nunca lo había visto hacer y no me quedo de otra que dejarlo ir, cuando fue por su coche aproveche
ese instante para aclarar las cosas con esa mujercita.
-Cuida muy bien lo que hagas por que estaré observándote- la amenace sutilmente, ella abrió sus
ojos asustada o quizás eso era lo que quería que pensara.
-No con todas las mujeres que se topa son iguales Sr. Cullen, habemos algunas que tenemos
dignidad y sin duda alguna, mejores gustos- su sonrisa triunfal se hizo presente y eso me
descontrolo, la tomé por el brazo acercándola a mi cuerpo.
-Crees que si me lo hubiese propuesto ¿no estarías ya gimiendo mi nombre?- le dije con una de
aquellas sonrisas que sabia muy bien que provocaba ciertas cosas en las mujeres, sonreí aún mas
cuando sentí que temblaba bajo mi agarre.
-No sea tan arrogante Sr. Cullen que puede salir herido en lo que más le duela, su ego- dijo
satisfecha y soltándose de mi mano y camino a paso rápido escapando de mi y como me gustaba
que las mujeres intentaran escapar de mi, eso era un aliciente para ego masculino.
-¿Quieres comprobar que una vez que tocas mi cama no hay manera de salir de ella?- dije sin
procesar lo que estaba diciendo, la invitación clara y abierta estaba hecha, solo debía esperar lo que
ella me contestaría y sabia Dios que una parte de mi quería que ella aceptara, el problema verdadero
era que tan importante era esa parte que lo quería.
Capitulo 6
Edward
Su mano estampándose con mi mejilla fue lo único que sentí segundos después de haber formulado
aquella propuesta.
-¡Qué te sucede! ¿Estás loca?- le pregunte furioso llevándome la mano a la mejilla que comenzaba a
arder fuertemente, le daría el beneficio de reconocer que para ser tan delgada golpeaba duro.
-Puede que me cueste mi trabajo pero escúcheme bien, tengo dignidad y no pienso romperla por un
hombre como usted- su rostro se veía indignado y completamente molesto que le daba un toque
misterioso, aleje ese pensamiento y me concentre en sus ojos que llameaban por la rabia.
-Una muy buena actuación de tu parte- le dije con una sonrisa arrogante y ella simplemente rodó
los ojos.
-¿Todo bien?- escuche la voz de Jacob y me gire de inmediato, él tenia una sonrisa divertida
bailando en sus labios y me pregunte cuanto de todo aquello habrá visto o escuchado.
-Claro- dije devolviéndole la sonrisa –Solo le estaba diciendo a Isabella que no trasnochara hasta
muy tarde ya que mañana temprano partimos de regreso- me gire para mirarla y sus ojos se veían
desconcertados y asombrados, en ellos se podía reflejar claramente lo que pensaba y ella creía que
la iba a despedir, ¡Claro que no! Sino ¿Cómo la mantendría vigilada para que no engañara a mi
amigo?
-¿Nos vamos?- Jacob le tendió su mano con una sonrisa y ella la acepto algo tímida, ésta mujer si
era inteligente y sabia como manipular muy bien a un hombre -¿Tú que harás Edward?- claro ahora
se preocupaba por mi.
-Ya sabes, lo de siempre- le sonreí a ella que miraba algo curiosa peor intentando disimularlo –
Conseguir una buena polla tibia para tener sexo hasta acalambrarme.
-Hay una dama presente Edward, no es necesario que seas tan explícito- me dijo mi amigo
rápidamente para que no continuara.
-No te molestaba la idea hace dos días atrás- lo rete a que lo desmintiera pero él simplemente se
quedo callado y miro sus zapatos ¿desde cuando mi amigo se había convertido en un eunuco?
-Las personas pueden cambiar, eso es lo bueno de ser humano- Bella intercedió por él ganándose
una sonrisa de Jacob y un gruñido de mi parte.
-¿Es que tus padres nunca te enseñaron a quedarse callada cuando debías?- le pregunte molesto y
la muy… simplemente sonrío complacida.
-Suficiente plática- dijo Jake tomándola por la cintura –Cuídate amigo y recuerda tú también que
mañana partimos de regreso- sonreí sin ganas y me aleje de ellos antes de que comenzara alguna
escenita romántica.
-¿Dónde siempre Sr. Cullen?- pregunto el chofer en cuanto me monte en el vehiculo.
-Esta vez no- le dije algo molesto como si él tuviese la culpa –Llévame al "Table Dance"- le dije tras
pensármelo unos minutos, aquel club nocturno ubicado en Playa del Carmen era lo que necesitaba
en estos momentos, unas bunas bailarinas exóticas que me desconectaran de los extraños sucesos
desde que arribe ese maldito avión.
Cuando decidí invitar a Bella a volar en parapente sabía que se opondría ¿Qué mujer aceptaba algo
tan precipitado y alocado sin llenarse de miedo? Para variar ella había reaccionado de ese modo
pero su rostro se recompuso y me demostró lo contrario, ella aceptó y no conforme con eso lo
repitió mostrando que la experiencia le había gustado, puede que me haya sentido débil cuando la vi
sonreír tan libre y sinceramente que tuve el impulso de sonreír con ella.
Tienes que tener cuidado con ella Edward, es astuta y sabe como confundir a los hombres, pensé
pero tuve que dejar mis pensamientos de lado ya que el auto se detuvo y las fuertes bombillas
incandescentes que iluminaban el club me señalaron que ya habíamos llegado.
-¿Has visitado alguna ves un club como estos?- le pregunte secamente y él negó de inmediato.
-¿Y tu mujer esta en estos momentos aquí?- le sonreí y él me miro sin comprender del todo –Lo
dejaremos como un secreto profesional, no te preocupes por el dinero que hoy corre por cuenta de
la casa- le guiñe un ojo y él me miraba sin poder creerlo –Te aseguro que las mujeres de este lugar
son las mejores y te hacen olvidar hasta que estas enfermo de cáncer- lo alenté y él parecía
resistirse pero podía ver su vacilación al borde.
Al entrar fue cuestión de segundos para que el dueño del local se acercara como si fuésemos
grandes amigos, esas eran las maravillas del dinero.
-Edward amigo, cuanto gusto tenerte de vuelta pos estos lados- asentí con una sonrisa falsa en mis
labios, de esas que aprender con suma facilidad cuando estas sumergido en este mundo superficial.
-El que esta allá- apunte a mi chofer que me acompañaba fielmente a todos mis viajes –Es Mike así
que te pediré que lo atiendas como si fuese yo mismo- el dueño miro de inmediato a mi chofer y
sonrío con esos ojos que marcaban el signo de muchos dólares.
-Así será Edward no te preocupes ¿Qué te puedo ofrecer a ti?- me pregunto más entusiasmado aún.
-Rubias- le pedí de inmediato –Nada de morenas o castañas por hoy- eso fue una petición extraña y
a él también le pareció así.
-¿Te contagiaste con alguna clase de fetichismo sexual?- pregunto divertido y yo lo mire iracundo.
-¿Desde cuando tengo que darte explicaciones?- le pregunte tajante y seco que consiguió que él
cambiara su semblante y tomara una posición más profesional.
-Traeré lo que has solicitado- el muy estúpido hizo una inclinación más parecida a una reverencia y
se marcho de la zona VIP dejándome con la camarera que de inmediato tomó mi orden.
-Un Whisky doble ¿y para ti?- le pregunte a Mike quien se veía algo incomodo.
-Y otro igual para él- le informe a la camarera -¿Qué tienes cirrosis o algo por el estilo?- le pregunte
algo molesto, con Jacob estas situaciones nunca se daban.
-Mañana debo estar temprano en el lobby para recogerlo Sr. Y hace algunos meses atrás le prometí
a mi mujer que no volvería a beber- a pesar de las luces incandescentes y parpadeantes podía
asegurar que se estaba ruborizando.
-Tu mujer esta en estos momentos acostada durmiendo placidamente sin saber en que estas por lo
que no te preocupes, esto queda entre los dos- y en ese momento la camarera llego con nuestro
pedido, con una inclinación de la cabeza incite a Mike a que bebiera.
No exagero que pasadas cerca de cinco horas desde que habíamos llegado, tres bailarinas rubias
despampanantes nos bailaban eróticamente sobre el regazo y ya casi cuatro botellas de Whisky
absorbidas por nuestro hígado entre los dos, nos hizo olvidar por completo los conflictos
matrimoniales de Mike y su esposa y yo por mi parte había incluso olvidado por que me encontraba
en ese lugar sin mi amigo de juergas.
-Te digo Ed- ¡hip! -ward… yo le ad- ¡hip! -miro hombre- dijo con dificultad –Ya quissie- ¡hip! –ra yo
tirar…me -¡hip! –Las modeloss que sse lle…va- sonreí encantado con su adulación y levante mi
vaso medio vacio para celebrar.
-Puede que no sea una modelo pero en cuanto llegamos a este lugar te ofrecí el cielo y la tierra - le
dije con una sonrisa cómplice y el me la devolvió encantado.
-Mi pobre Jessiquita- dijo escupiendo al enfatizar la "S" –Mi pobre mu -¡hip! –jer que no ssabe llegar
-¡hip! –Al orgasmo- confidencio y yo lo mire raro sin poder creer mucho lo que decía, siempre he
pensado que si una mujer no queda complacida y satisfecha en la cama, no es más que la culpa del
hombre que no sabe como tratarla.
-¿Cómo estas seguro que es su culpa y no la tuya?- le pregunte mientras continuaba bebiendo.
-Porque e ssatissf- ¡hip! –echo a muchas pero pocas veces a ella- dijo con un tono más
melancólico.
-Quizás deberías intentar otras cosas- le dije para que no comenzara a llorar ya que sus ojos se
cristalizaron.
-¿Qué sabe ussted?- pregunto burlón –No tiene ni espossa- se mofo y siguió bebiendo, no le di
mayor importancia a su comentario ya que él hombre estaba completamente borracho, ahora
comprendía por que su esposa se lo prohibía.
-No la tengo precisamente para no tener que vivir con problemas como esos- y escuche que el
bufaba –Sugiérele que a Jessica que se tome unas vacaciones y quizás eso les ayude- le sugerí.
-N…o creo que sse -¡hip! -Las den- dijo molesto –Su jeffe es una mierr -¡hip! -da narcisista que
piensa en él solamente- comencé a reir fuertemente por su comentario.
-¿Dónde trabaja tu esposa?- le pregunte sin dejar de reír pero lo deje de hacer inmediatamente
cuando me contesto.
-En Cullen´ss Limitada- dijo resuelto como si no comprendiera de quien hablaba, los engranajes que
se movían un poco más lentos en ese momento hicieron click y conecte a su Jessica con mi
secretaria "Jessica Stanley" suspire frustrado, muy buena mi suerte de meterme con la esposa de
mi chofer, menuda que se me armaría.
-Creo que a sido suficiente Whisky para ti esta noche Mike- le dije en cuanto le quite el vaso y él
comenzó a protestar, mañana hablaríamos más lucidos obviamente sin mencionar a su mujer, no
quería problemas y el tener que decirle que su mujer no tenia problemas para conseguir un perfecto
orgasmo no era su caso, ya que gemía más fuerte que vaca y que lo sabia por experiencia propia.
-Graciass- me escupió el rostro –Por todo -¡Hip! –Ewar- dijo en cuanto lo subí al taxi y le pedí que lo
llevaran a su hotel.
-¿Todo bien?- me pregunto el dueño en cuanto entre y sentí el peso de esa noche, el sentirme solo
y botado completamente por mi amigo.
-No, no estoy bien- acepte por primera vez en mi vida -¿Sabes donde pueda conseguir una buena
mujer?- le pregunte y él comprendió enseguida.
-Tengo unas tres que cobran algo excesivo pero te aseguro que vale cada peso que cobran- asentí
despreocupado –Eso si, te pediría que no lo mencionaras ya que ese tipo de trabajos no los tengo
patentados.
¿En que punto de la noche había llegado a ese cuarto? No lo recordaba, solo era consiente de la
rubia con excesivos pechos que saltaban al compás de sus movimientos sobre mi endurecido
miembro que reclamaba una pronta liberación.
La chica sonreía satisfecha y me miraba directo a los ojos como si realmente disfrutara de todo ello,
para mi era solo una mujer más y para ella debía ser otro cliente, más dinero sucio que ganaba
gracias a su cuerpo pero algo me decía que no era eso simplemente, en un movimiento que no
procese con la rapidez ella llevo sus manos a mi nuca y acerco sus labios a los míos para
estampando un férreo beso, reaccione y la tome por los cabellos jalando su rostro lejos del mío.
-¡Nunca me beses!- le espete molesto –No se te vuelva a ocurrir hacerlo- sus ojos estaban abiertos
de par en par debido al miedo y asintió temerosa perdiendo un poco el ritmo –Si realmente quieres
ganarte esos dólares tendrás que esforzarte- le gruñí y ella acelero el ritmo restregando su sexo con
el mío –Así esta mejor- disfrute con los ojos cerrados consiente de que no se le ocurriría volver a
intentar besarme, nunca besaba cuando tenia sexo por que eso era un lazo más afectivo que nunca
cruzaba. En mi adolescencia había besado muchos labios y ninguno me había satisfacido hasta que
llegue a los de ella, creí que me volvería loco son su sabor embriagante hasta que fueron otros
labios los que tomaron posesión de ella y me aparte dolido sin volver a querer besar a una mujer
nuevamente.
La mujer se reacomodo mejor sobre mi regazo y yo apoye la cabeza sobre el cabecero del sofá –
Más rápido- ordene autoritario y así lo hizo ella de inmediato peor no me fue suficiente, la tome por
las caderas y ayude en las embestidas que fueron en aumento con tanta fuerza que incluso me dio
un poco de pena ella, por la mañana sin dudas estaría un poco adolorida.
Sus fuertes gemidos me inflaban el ego a grandes escalas mientras mordía mi labio sintiendo el
orgasmo llegar, sentí como las paredes de su sexo comenzaron a contraerse y su rostro reflejaba
contraído el orgasmo que se avecinaba.
-¡Oh señor, más, más- comenzó a pedir desesperadamente mientras yo sonreía satisfecho –Es
magnifico- sus gritos tan fuertes y claros me encendieron aún más y tras una ultima estocada la
chica llego a un violento orgasmo acompañado del liberador mío.
-Nada- dijo con una sonrisa sincera y la mire desconcertado pero me recompuse rápidamente, ella
comprendió y contesto a mi pregunta interna –A sido el mejor sexo de mi vida y por ello no podría
cobrarle- y sus mejillas se encendieron, no le di importancia a su comentario y encontré estúpido
que una mujerzuela como ella pudiese ruborizarse, tome mi cartera y saque un billete de 100
dólares y se lo lancé sin importarme los reclamos que deje a mi espalda y salí de aquel lugar, no
reconocí el lugar hasta que llegue al pasillo principal y en efecto estaba en mi propio hotel solo que
en otra planta.
-Veo que tuviste una excelente noche- me gire asustado cuando escuche la voz de Jacob.
-Esperándote ¿Qué otra cosa? ¿Has visto siquiera la hora?- pregunto algo molesto y como
respuesta alcé mi muñeca para ver la hora ¡2:05! De la tarde, mierda estaba en una muy fea.
-Lamento la demora- dije sinceramente, el vuelo estaba programado para las 11:30 de la mañana y
ahora deberían reprogramar todo el día por mi retraso.
-Por la hora no te queda de otra que bañarte y cambiarte en el avión, tus cosas ya están empacadas
y en el avión- asentí agradecido –Tu chofer extrañamente se enfermo en el transcurso de la noche
por lo que solicitamos uno en el hotel para llevarnos al aeropuerto- sonreí involuntariamente,
realmente lamentaba haber llevado por el mal camino a Mike -¿Debería preocuparme esa sonrisa?-
me pregunto mi amigo y negué sin dejar de sonreír.
-¿Cómo estuvo tu noche?- extrañamente por primera vez no quería saber los detalles.
-Diferente- dijo con una sonrisa soñadora que no supe interpretar realmente.
-No podría explicártelo realmente- dijo sin apartar su mirada de la ventanilla contemplando el
exterior.
-Ya te lo diré mejor la próxima semana- me miro pero vez primera y me sonrío radiante.
-¿Qué sucede la próxima semana?- le pregunte más confundido que antes y sus ojos se iluminaron
extrañamente.
-Tendré una segunda cita con Bella- y el aire se atoro en mis pulmones impidiendo que llegara a mi
cerebro y me dejara procesar mejor la información.
-¿Qué?- le pregunte.
-Lo que escuchaste, anoche nos conocimos y realmente tenemos muchas cosas en común- su
estúpida sonrisa de niño enamorado no se borraba de su rostro –Ella es completamente diferente a
cualquier chica que haya conocido- apreté mis manos formando puños.
-Es una mujer que sabe muy bien lo que hace y me lo estas confirmando con esa estúpida sonrisa-
le dije molesto.
-De verdad hermano, ella es dulce, independiente y sabe muy bien lo que quiere y no necesita de un
hombre que este pagando por lo que ella quiere- bufe exasperado y en ese instante divise el
aeropuerto.
-¿Te das cuenta de la cantidad de sandeces que has dicho en cuestión de minutos?- le pregunte sin
dejar de mirarlo fijamente –Ella actúa así por que precisamente esa es la imagen que quiere
venderte- él negó sin dejar de sonreír.
-Creo que es la primera vez que me alegra de que veas esas cosas en una mujer, de haber sido
diferente y hubieses visto lo que yo veo, créeme que no me cabe la menor duda que ya hubieses
tratado de poner tus manos sobre ella o incluso de haberla corrompido- dijo divertido como si algo
de todo eso lo fuese realmente.
-¿Crees realmente que a ella eso no le gustaría?- lo pique y su mirada se torno dura.
-Ni se te ocurra Cullen- dijo desafiante y ambos nos bajamos del auto para caminar hasta las
escaleras y entrar al avión.
-¿Te asusta que le guste más lo que pueda ofrecerle?- le pregunte cuando él paso por mi lado
directo para subir, al escuchar aquello se detuvo en seco y se giro con la rabia ardiendo en sus
ojos, me tomo por la solapa como si quisiera golpearme.
-Eso me lo confirma- le dije sin intensiones de apartarlo aunque sinceramente me asuste verlo
comportarse así por una mujer y que pasara por alto nuestra amistad.
-No la conoces, realmente no tengo miedo de tus valiosos encantos por que ella realmente te
aborrece- y aquello extrañamente me dolió, sabia que muchas personas lo hacían sobre todo
cuando se trataba de asuntos de la empresa pero que una mujer lo hiciera, eso dañaba
directamente mi amor propio.
-Eso es por que me e mantenido apartado- le conteste sin demostrar lo que habían causado sus
palabras.
-Confío en ella- contesto afianzando aun más sus manos a la solapa de mi chaqueta acercando su
rostro al mío –pero ¿podré hacerlo en ti?- pregunto y mi desconcierto no pude esconderlo.
-¿Qué pasa aquí?- escuche la voz de Jasper preocupado y con ello Jacob me soltó.
-Solo un cambio de palabras- le dijo resuelto y sin mirar a ninguno de los dos, subí enseguida por
las escaleras, al pie de ellas estaba Heidi sonriendo feliz y a su lado estaba ella, avergonzada y
tímida como si algo de toda esa actuación sirviera conmigo.
-Prepárame un baño Heidi que e tenido una noche muy activa- dije arrogante y la sonrisa de ella
decayó un poco, no le di importancia y los ojos de Bella se encontraron con los míos, en los de ella
había cierto sentimiento de lastima que me enfureció pero por el bien de los largos años de amistad
con Jacob no hice amagos por demostrarlo.
-Tú- le dije tosco a Bella –En cuanto este fuera de ese cuarto de baño quiero mi almuerzo y te
sugiero que no me hagas esperar- le dije molesto sin esperar una contestación de su parte me fui
directo a mi cuarto del avión.
¿Desde cuando mi amistad con Jacob pendía de un hilo por una mujer? ¿Desde cuando habíamos
dejado de ser Batman y Robin?
Despídela, me gritaba mi conciencia pero la otra parte me decía que de hacer eso era como
entregarle a mi enemigo el poder para desarmar mi vida, dejar hacer y deshacer con Jake lo que ella
quisiera era entregarle el poder absoluto y eso no lo permitiría, Jake era mi amigo y me pasaría el
resto de la vida redimiendo mis errores del pasado, aquellos pecados que me avergonzaban
reconocer.
En estos momentos lo que realmente me preocupaba era sacarle la absurda idea de la cabeza que
mujeres como Isabella Swan era lo que necesitaban ¿lo seria realmente? De ser así yo sería el más
feliz por mi amigo pero no lo era y eso quería decir algo, la chica no era para él.
¿Siguiente paso? Demostrar que la chica no era lo que decía ser y yo me encargaría personalmente
de ello, si se atrevía a asegurar que me aborrecía por mi manera de ser, es que en definitiva no
conocía lo encantador que podría llegar a ser cuando me lo proponía.
Capitulo 7
Bella
Luego de aquella invitación a cenar de Jacob, Heidi se puso como loca sonriendo como si hubiese
pasado la cosa más emocionante del mundo, a pesar de que nuestra relación se había dado algo
extraña desde que nos conocimos ella sintió cierta complicidad femenina y prácticamente me
arrastro a un centro comercial aquí en Playa del Carmen para que comprar un hermoso vestido para
deslumbrar a Jacob.
-Lo conozco hace muchos años y él no es de invitar a mujeres a cenas de negocios, las mujeres
que les e conocido son de bares o lo más alejado a su circulo de amigos y esto es realmente una
buena señal- dijo más emocionada que yo misma, ya que yo estaba más nerviosa que otra cosa
¿Qué se supone que haría entre hombres que iban solo con la misión de llenarse los bolsillos de
dinero? Sin dejar de mencionar que estaría mi "adorable" jefe para lanzarme sus comentarios de
doble sentido o derechamente insultarme.
Tras pasarnos un par de horas buscando el vestido y zapatos perfectos, nos ayudo a mejorar la
relación con Heidi y puedo arriesgarme a decir que, si su manera de comportarse era a la defensiva
apostaría a que era por que ella estaba realmente enamorada de Edward Cullen pero no se
arriesgaría a decírselo para no terminar despedida.
-Gracias por todo Heidi- le dije mientras me observaba fijamente al espejo y me gustaba lo que veía,
el vestido rojo se ajustaba perfecto a mi cuerpo como una segunda piel, lo que ayudaba a resaltar
las curvas precisas, las sandalias de tacón estilizaban mis piernas dándome más elegancia.
-Te ves preciosa Bella, dejaras a Jacob salivando y a esos Japoneses con los ojos abiertos de
verdad- ambas reímos con su comentario y en ese momento unos golpecitos en la puerta nos
indico que Jacob ya estaba por mi.
Al abrir la puerta me gusto lo que vi, Jacob lucia muy sensual en un terno negro a rayas y camisa a
juego (perfil) pero lo que más me gusto fue ver en sus ojos aquel asombro de verme.
-Sin palabras- dijo deslumbrado recorriéndome el cuerpo con la mirada, le sonreí agradecida y me
extendió su brazo para que lo tomara.
-Muy guapo- le dije cuando íbamos caminando por el lobby hasta el auto.
-Cualquiera queda eclipsado estando a tu lado- en cierto punto me puse algo nerviosa con su
mirada tan intensa, solo esperaba no estar dando señales incorrectas y confundirlo, si bien algo en
Jacob me atraía por su calidez no podría afirmar si eso era suficiente para una aventura o en casos
más extremos una relación más seria.
Al llegar a aquel lujoso restaurante mi mirada se trabó de inmediato con la de Edward y podía
asegurar que desde ese preciso momento mi cuerpo completo se tenso por los nervios, la comida
incluso me cayó un poco mal ya que no podía conseguir digerirla de manera tranquila, su mirada se
posaba en mi muy seguido como si buscase algo en mi manera de comportarme, en mis acciones o
incluso en mis ojos y si a eso le añadía las miraditas lascivas de uno de los japoneses, sin duda
necesitaba salir pronto de ahí.
-¿Estas cansada?- me preguntó Jacob y en su mirada vi cierta preocupación que me gusto un poco,
hace mucho no veía a alguien preocuparse sinceramente por mi aunque ese pensamiento quedo
relegado cuando una tensa mirada de Edward me hizo encogerme en mi asiento, ese hombre
intimidaba realmente, el problema es que no podía entender que le había hecho.
Finalmente la bendita reunión termino y si pensaba que con eso mi suplicio terminaría estaba muy
equivocada, una clase de celos de amigos salio a relucir infantilmente de Edward a causa de la
invitación de Jacob hacia a mi dejando de lado a su amigo.
-Cuida muy bien lo que hagas por que estaré observándote- me dijo amenazadoramente y yo me
asuste ¿Qué pensaba que era, una clase de asesina, ladrona o embaucadora?
Tras un par de palabras más y una que otra indirecta "sutilmente" denigrante tratándome como una
más de sus mujerzuelas, claro deje de lado de inmediato a Ángela, mi pobre amiga que no había
podido resistirse.
También le deje muy en claro que si intentaba algo conmigo aquí el más perjudicado sin duda seria
su ego, del que seguro dormía en otro cuarto por que Edward Cullen y su ego incluso en una cama
King no cabrían.
Pero finalmente el hombre este agoto mi paciencia y tras su sugerente comentario de que me
metiera en su cama, lo mejor de mi salio a relucir y estampe mi mano con tanto entusiasmo que su
mejilla se coloreo de un intenso rojo y apostaría mi salario de un mes completo que le ardía esa
zona como un demonio.
-¡Qué te sucede! ¿Estás loca?- su mirada era despectiva y extrañamente eso me dolió, me dolía que
él fuera de ese modo conmigo sin una explicación.
-Puede que me cueste mi trabajo pero escúcheme bien, tengo dignidad y no pienso romperla por un
hombre como usted- le dije aburrida de su comportamiento, no llevábamos ni una semana y él
hombre se comportaba como si no tuviese educación, esta segurísima de que desde este momento
enfilaba las listas de cesantes del país y cuando Jacob apareció Edward hizo como si no hubiese
sucedido nada, lo que me dejo desconcertada pero intente no demostrarlo. Obviamente volvió a salir
con uno de sus tan conocidos comentarios acerca del sexo ¿Qué no se podía quedar él y su
amiguito tranquilos por una noche? Ninfomano, le gritaba mi cabeza.
Finalmente nos fuimos con Jacob a dar un paseo por el centro de Playa del Carmen y como aún era
temporada de verano, todo estaba muy concurrido lleno de luces y mucho ambiente nocturno,
Jacob me daba mi espacio mientras caminábamos y conversábamos de nuestras vidas en general,
una sola vez entramos en terrenos arenosos cuando le pregunte como había conocido a Edward.
-Nos conocemos desde niños, nuestros padres ya en esos años eran amigos y socios por lo que
nos traspasaron su amistad, aunque Edward siempre era muy reservado en ciertos aspectos- asentí
–La confianza y la amistad se dio de manera natural entre los dos aunque puedo decir que de todos
estos años de amistad solo una vez nos hemos peleado- sonrió como un niño pequeño –El muy mal
nacido no me había contado que tenia novia, se lo tenia de lo más guardadito y cuando lo descubrí
solo dijo que si no me había contado era por que esperaba a que todo fuese más serio- lo mire
asombrada ¿así que alguien como él había tenido novia?
-¿Qué paso con ella?- le pregunte intentando no sonar muy curiosa pero al parecer falle por que
Jacob sonrío con complicidad.
-Se que puede parecer extraño que alguien como Edward haya tenido novia y todo eso pero así fue
y la verdad es que no se que paso con ella, me entere un día que lo escuche hablar por teléfono con
ella y cuando le pregunte él simplemente me dijo que ella lo había cortado- su tono de voz se puso
algo más triste –Podría asegurar que desde ese día él no es el mismo, cuando llegamos a la facultad
conocimos a Emmett que tenia siempre ideas muy alocadas acerca de los deportes extremos y esas
cosas, finalmente Edward se rindió a todo ello y su personalidad cambio a como lo vez ahora,
mujeriego y disfrutando siempre de la vida al limite entre la adrenalina y las fiestas- puse mala cara
–Al menos tengo al seguridad que no consume drogas- sonrío tranquilo.
-¿Nunca le has preguntado que sucedió?- ahora si no podía ocultar mi curiosidad, la vida de Edward
era una maraña de cosas sin sentido.
-Lo e intentado pero siempre termina cambiando el tema- su sonrisa se amplio y se acerco a mi en
modo confidencial –Incluso una vez que estábamos muy borrachos intente sonsacarle algo- sonreí
convencida de que al fin me daría una explicación pero su ceño se frunció –Y aún así el maldito era
conciente de lo que decía, desde ese momento lo premie como el mejor borracho conciente que e
conocido- Jacob comenzó a reírse de sus propios recuerdos.
-Y bueno junto con Edward fue que conocí a mi esposa- me detuve en seco recordando aquella
platica con Riley.
-Yo…- ¿Qué podía decirle? ¿Qué lo sentía? Si se supone que no se nada de ello.
-No te preocupes Bella, lo que le sucedió a Leah no es un secreto de Estado y podría asegurarte
que cuando ella falleció fue tan comentado como cuando un presidente sale electo- sonreí algo
apenada –En cuanto nos vimos fue amor a primea vista y supe en ese momento que ella seria la
mujer de mi vida- su mirada se ilumino solo por el recuerdo –Nuestro amor fue tan intenso que
decidimos casarnos muy jóvenes sin importar lo que el mundo nos dijera , teníamos todo un plan
para vivir ya formados pero las cosas nunca son como uno piensa- y ahora su mirada se opaco por
la tristeza –Yo acababa de unirme al negocio familiar de Edward y precisamente esa mañana le dije
que tenia una reunión importante en la empresa por lo que no podría pasar a dejarla a su trabajo- lo
escuche atentamente, algo en la manera de cómo me hablaba Jacob me hacia entender que él
necesitaba contarle a alguien todo aquello, quizás con Edward al ser hombre no se le hacia muy fácil
–Así que ella manejo hacia su trabajo, yo estaba en mitad de la reunión cuando me informaron que
Leah había sufrido un accidente automovilístico- lleve mis manos a mi boca para acallar el gemido
de horror, la chica no debía pasar los 25 años de edad y ya estaba muerta –Un hombre borracho se
desvío de su pista impactando de lleno con el lado del piloto- sus ojos se cristalizaron y su mirada
se perdió una fracción de segundos, de pronto volvió a la realidad y su mirada se poso en la mía –
Disculpa que te hable de esto Bella, estoy arruinando nuestra cita- sonrío de modo triste.
-No Jacob- lo tranquilice de inmediato –No sabes lo halagada que me siento de que me tengas
confianza para que me cuentes algo como esto, se ve que es importante para ti y me alegra poder
estar para ti en algo como esto- le sonreí verdaderamente y él en una reacción que me enterneció,
me abrazo fuertemente pegándome a su pecho provocando que mis pulmones se llenaran de su
olor entre almizclé, madera y canela.
-Gracias Bella, gracias de verdad- dijo dándome un beso suave en la mejilla y eso me hizo temblar
levemente, lo mire a los ojos y en ellos vi un Jacob diferente, el verdadero Jacob que intentaba
esconderse en esa caparazón de frialdad y banalidades, ese que intentaba borrar su perdida con
mujeres distintas para cada noche, al menos el tenia una razón para todo ello no así Edward Cullen,
¿Y a que se debe a que el salga al baile?, dijo mi conciencia y me odie por la verdad de ello.
Tras esa profunda conversación fue que seguimos nuestro tranquilo paseo mientras observábamos
el agradable habiente estival y sacaba mi cámara para retratar aquellos lindos momentos, tome
varias fotos del lugar y de Jacob que fingía no querer fotos pero terminaba posando de igual
manera, un par de veces me quito la cámara para tomarme fotos en varios sitios e incluso con
lugareños que se veían tan emocionados de ver sus tierras con gente que disfrutaban del lugar,
unos turistas nos tomaron unas fotos a ambos y finalmente fue mi turno de sincerarme al encontrar
esa química especial en Jacob que me hacia ser natural y espontánea, le explique mi relación con
mi padre y como esta era tan intensa debido a que siempre éramos dos ya que mi madre nos había
abandonado, también me inspiro tanta confianza como para que le contara acerca de mi relación
con Henry a pesar de que me avergonzaba de ciertos pasajes de ella.
-Lo conocí en uno de los tantos vuelos de los que e asistido y bueno, él necesitaba viajar de manera
urgente por lo que no le quedo de otra que tomar el primer vuelo que encontró aunque no fuese
clase privada o ejecutiva- Jacob asintió prestándome toda su atención como lo había hecho ya las
dos horas que habían pasado contándole acerca de mi vida –Puedo decirte que él fue mi primera
relación seria de pareja y de cierta manera siento que eso fue lo que me paso la cuenta ya que vivía
temerosa de no llegar a cumplir sus expectativas, él venia de otro mundo completamente diferente
al mío por lo que pasaba gran parte del tiempo intentando ser lo suficientemente buena para él- dije
algo avergonzada, solo de recordar las tantas veces que deje de ser yo misma para satisfacerlo.
-Si tuviste que cambiar tu manera de ser para complacer a ese bastardo es por que sin dudas él no
te merecía- le sonreí agradecida –Créeme cuando te digo que eres del gusto de cualquier hombre-
me miro fijamente como si intentara decirme algo.
-La cosa es que pasaron los meses y nuestra relación se hizo más seria a pesar de que sus padres
aborrecían de que él estuviese conmigo, cuando él les contó de nuestros planes de matrimonio se
opusieron rotundamente obligándoles a elegir entre ellos y yo- justo en ese momento del relato
llegamos a una heladería y Jacob intento comprar para los dos a lo que me negué rotundamente, yo
era lo suficientemente capaz para poder costearme lo que quisiera.
-Continua- me instó.
-Bueno cuando me entere de aquel ultimátum por parte de sus padres lo apoye al cien por ciento y
le dije que no se preocupara que por mi parte jamás lo llevaría hasta el punto de hacerlo decidir por
quienes le dieron la vida por lo que le asegure que me alejaría por mi misma aunque con ello
sufriese en el camino- mi cuerpo completo reacciono a la siguiente parte del relajo poniéndose rojo
por la furia –Un día llego suplicando que no lo dejara y que encontraríamos la manera de
solucionarlo que por el momento segaríamos siendo una pareja pero era necesario que fuese a
escondidas- Jacob enarco una ceja –Como la tonta que era acepte sin reparos y estuvimos así cerca
de ocho meses hasta que descubrí que estaba de novio con una modelo- Jacob se detuvo en seco
sin dejar de mirarme.
-¿Y aún seguía siendo tu novio?- asentí –Hijo de puta- dijo molesto y le sonreí en completo acuerdo.
-Me juro que eso era solo una pantalla para su madre pero cuando llegase la fecha la dejaría para
irse conmigo y le creí- Jake me miraba sin poder creer lo que le decía –Lo se, lo se pero te juro que
ese fue el último error que cometí- le dije y continúe –Estúpidamente decidí darle una sorpresa y lo
fui a ver a su departamento cuando me encontré con la mejor escenita que puedas imaginarte- él
abrió sus ojos esperando a que le dijera que todo era una broma –Yo tenia llaves de su
departamento y creo que eso no lo recordaba o simplemente no se imaginaba que lo sorprendería,
aunque claro, la sorprendida fui yo cuando me los encontré follando arriba de la mesa del comedor-
hice un gesto de asco –Pase meses sin poder sacarme de la cabeza sus gritos de perra en celo- y le
sonreí al verlo preocupado –No te preocupes que eso esta en el olvido hace mucho- le dije segura.
-Ni lo sueñes, aún me quedan muchas anécdotas por contarte y espero que esta no sea la única
tuya- su rostro tenia un matiz infantil que me parecía muy dulce.
-Ya es tarde y mañana volamos temprano, no quisiera darle motivos a mi querido jefe para que me
despida- dije en tono de broma que Jake siguió de inmediato.
-Edward puede parecer duro lo se pero se también que no lo a pasado bien y estos últimos meses
sobre todo no a sido fácil para él- como la gran curiosa que era le iba a preguntar pero él de pronto
se detuvo y fijo su mirada hacia delante, fue en ese momento que me percate que habíamos llegado
al hotel y ni cuenta me había dado.
-Llegamos- dije asombrada por lo rápido que se me había pasado el tiempo junto a Jacob.
-Así es- su voz sonaba algo triste -¿Seria mucho pedir que saliéramos otro día, quizás cuento
estemos de vuelta?- sonreí ante su timidez que me resultaba de lo más extraño y novedoso.
-Realmente disfrute tu compañía Jake- sonrío como un niño cuando lo llame así –Y realmente me
encantaría volver a repetirlo- le dije sinceramente y sonreí al darme cuenta de que hace mucho no la
pasaba tan bien, sin dejar de mencionar la confianza que me inspiraba Jacob y sobre todo que me
sacara aquel estereotipo de que todos los millonarios eran arrogantes, falsos como Henry e incluso
como Edward.
-Buenas noches Bella- dijo acercándose a mi y vi cierta duda en sus ojos cuando estaba a
centímetros de mi, me quede inmóvil sin saber que hacer y agradecí cuando finalmente acorto la
distancia y me dejo un suave beso en la frente en señal de respeto –Y gracias por devolverme esa
alegría de la primera cita- sonreí con él de igual manera y tenia q reconocer que podía llegar a ser
muy fácil llegar a sentir algo por Jake.
-Gracias a ti por demostrarme que aún existe vida en tu mundo- le dije divertida y sus risas me
parecieron muy dulces.
-Querrás decir nuestro mundo Bella, es el mismo solo que no siempre se ve con los mismos ojos y
lamentablemente la gente a dejado de disfrutar de la sencillez de las cosas.
Camine con una enorme sonrisa hasta mi habitación y al entrar Heidi estaba tan despierta que
podría asegurar que hubiese estado así mismo hasta la madrugada de haber sido el caso en que
apareciera, como lo supuse me pidió que le contara lo que hice, así lo hice pero sin entrar en
muchos detalles. Finalmente me dormí pensando en aquella cita que lejos de haber sido forzada,
simplemente me dejo encantada.
A la mañana siguiente me fui directo al aeropuerto con Heidi y Riley, quien extrañamente se estaba
comportando de manera seria.
-Nada- dijo serio y subió las escaleras y sin más entro a la cabina.
-Esta así desde que lo dejaste solo en la playa- me dijo Heidi y me sentí mal inmediato.
-No fue mi intensión hacerlo sentir mal- juntas ascendimos hasta el avión para dejar todo preparado
para el vuelo.
-No te preocupes Bella, Riley quizás se entusiasmo más de la cuenta pero eso no es culpa tuya,
además entre él y Jacob no hay donde perder eh- alzo sus cejas sugestivamente y rodé mis ojos
pero sonreí por sus locuras.
-¿A que hora partiremos?- dije irritada cuando ya llevábamos tres horas esperando.
-Jasper llamo hace unos minutos informando que están en camino, al parecer Edward se quedo
dormido- su voz sonaba tan maternal que me dieron ganas de darle un zape por estarlo
defendiendo.
Cuando al fin el hijito de papá hizo acto de presencia me sentí cohibida nuevamente con su mirada
tan altiva y despectiva.
Claro nuevamente insinúo su vida sexual tan activa lo que me hizo sentir un poco de lastima, si las
conjeturas de Jacob eran ciertas acerca del rompimiento que tuvo con su ex hace muchos años,
eso quiere decir que eso hasta el día de hoy le afecta por lo que intenta buscar consuelo mediante
el sexo.
-Tú-me dijo de pronto sobresaltándome –En cuanto este fuera de ese cuarto de baño quiero mi
almuerzo y te sugiero que no me hagas esperar- hice chirriar mis dientes por el modo mal educado
de pedir las cosas, sin duda el tener dinero no significa que tengas educación, bastardo.
Finalmente cuando le deje su almuerzo al Sr. Cullen a Jasper y a Jacob, quien me sonrío
amorosamente que me hizo devolvérselo involuntariamente.
-Que tierno- escuche decir a Edward en cuanto me gire para volver a la cocina, algo le contesto
Jake que no alcancé a escuchar.
Pasaron las horas y me senté un par de asientos más atrás mientras el resto dormía y saque de mi
bolso mi cámara donde había tomado muchas fotos de aquel viaje, las últimas que se veían en la
pantalla era de la salida con Heidi al centro comercial y los pocos lugares que alcanzamos a ver,
estaba avanzando y llegue a las que nos tomamos con Jacob y avancé más hasta que llegue a las
fotos que Stefan había tomado del día del parapente, recorrí cada una recordando las sensaciones
que aquella experiencia nueva me habían producido y lo mucho que lo había disfrutado, cambie a la
siguiente y observe unas que no había visto antes, era yo en primera plana solo de mi rostro, debo
añadir que la foto en si tenia un toque muy profesional en comparación al resto y captaba
claramente la emoción que sentí en ese instante, un par más en el mismo estilo hasta que llegue a
una que nos había tomado el asistente de Stefan donde estaba él Edward y yo y los tres sonreíamos
como grandes amigos. Me quede observando un par de minutos más la imagen despreocupada de
Edward, ese que por un par de minutos me dejo ver y que me había asombrado de sobremanera,
ese Edward que por minutos me hacia sentir que había otro Edward en su interior,
involuntariamente alcé mi mirada para verlo dormir con su asiento reclinado, su rostro dormido
reflejaba tanta paz que me entristeció saber que él no era feliz consigo mismo y estaba claro que
algo andaba mal en su vida para hacerlo actuar de esa manera, quizás el practicar este tipo de
deportes le devolvía la libertad que había perdido en algún punto de su vida y que por miedo no se
atrevía a recuperarla, él se removió de su asiento y me percate de que lo estaba mirando más de la
cuenta, decidí volver mi atención a la cámara y apareció una foto donde su semblante era
nuevamente el del SR. Cullen, ese hipócrita, superficial, narcisista que me recordó a Henry por lo
que ese sentimiento de odio renació nuevamente.
-Concéntrate en Jacob Bella, él a demostrado ser diferente por lo que una oportunidad no puede ser
mala ¿no?- susurre para mi mientras me acomodaba y el sueño llegaba poco a poco.
Capitulo 8
Edward
Llegue muy temprano a la oficina como cada día con un extraño malestar que me rondaba en la
cabeza.
-Jessica a mi oficina ahora- dije cuando pase al lado de su escritorio sin saludar ni nada, hoy no
andaba con el mejor humor, lo que me decía que debia hacerle una visita a Emmett.
-Si señor, aquí estoy- dijo ella con su libreta en mano y yo ya estaba sentado en el sillón detrás de
mi escritorio.
-¿Qué hay para hoy?- le pregunte mientras encendía mi laptop para revisar mis correos y tomaba mi
café de cada mañana.
-En cuatro días señor- contesto rápidamente. Un nuevo viaje, fue lo primero que pensé.
-¿Jacob esta invitado?- pregunte como si nada mirándola a los ojos y ella reacciono poniéndose
levemente roja.
-Si señor, él ya confirmo su participación por lo que se ira en el jet privado de la empresa- rodé los
ojos, que inteligente el muy sarnoso.
-¿Algo más?- le pregunte sin dejar de lado una idea que me paso por la cabeza.
-Sus padres lo han estado buscando desde la semana pasada que viajo a México y esta semana a
sido igual- dijo algo apenada, lo que me molesto.
-Si vuelven a llamar dices que estoy en alguna reunión o que simplemente no puedo contestar en
ese momento- mi voz salió con un gruñido.
-Eso e hecho señor pero su padre conoce muy bien como funcionan las reuniones aquí en la
empresa- la mire con mala cara –Pero lo seguiré haciendo- hizo un ademán de retirarse y en ese
momento recordé otro asunto.
-Jessica ¿Por qué no me dijiste que te habías casado con Mike?- le pregunte cuando volví a fijar mí
vista en la pantalla.
-¿Eso le molesta?- percibí cierta nota de esperanza en su voz por lo que la mire de inmediato con
una ceja alzada.
-Por supuesto que no, es solo que no me gusta recibir sorpresitas más de mis propios
funcionarios- le espete y ella comprendió el mensaje ya que se ruborizo fuertemente.
-Claro, disculpe Sr. Cullen no se volverá a repetir- asentí y le hice un gesto con la mano para que
saliera de la oficina, ¿Aún no olvidaba lo que había pasado? Que tonta si yo estaba ebrio y
claramente con una necesidad fisiológica, que según la Pirámide de Maslow, seria la más baja pero
para mi era la primaria y Jessica simplemente estuvo en un mal momento.
Pase la mañana revisando proyectos que nos habían llegado para invertir en nuevas empresas y en
otras que eran algo antiguas pero les gustaría recibir el plus que nosotros les dábamos para
resurgir, también revise los últimos movimientos de la bolsa y como iban las inversiones en fondos
mutuo, habíamos decidido comprar algunos bonos para asegurarnos cuando estos estuvieran en
alza y así venderlos.
Edward Cullen te informo desde ya que dentro de cuatro meses me casare con Garret por lo que no
tendrás una excusa para rechazar el parte de matrimonio cuando te llegue en su debido momento,
simplemente me intento asegurar de que asistas y no nos vuelvas a hacer un desaire como lo
hiciste con la pequeña Sasha cuando la íbamos a bautizar, por qué recordaras que Garret te la había
dado como ahijada ¿no? Pero lamentablemente no pudiste asistir por lo que tuvimos que cambiarle
el padrino. Garret esta convencido que no vendrás al matrimonio pero tengo fe en ti Cullen por que
nos conocemos desde hace muchos años, espero no nos falles esta vez, te quiero mucho y lo
sabes. Kate
Bufé molesto ¿Cómo es que no olvidaban ese incidente? No pude asistir al bautizo de su
primogénita porque estaba con mucho trabajo.
¿Estás seguro de eso? Por que yo recuerdo perfectamente que te estabas acostando con una
modelo de "Maxim", me recordó mi conciencia.
-Bueno, bueno puede que haya pasado ese detallito ¿pero cuantas veces se dan esas oportunidades
Cullen?- me dije a mi mismo y una sonrisa se implanto cuando recordé a la rubia despampanante de
curvas exuberantes y abundantes dotes.
-No quiero ni imaginar que anda por esa pervertida cabecita para que sonrías de esa manera- salí de
mis pensamientos cuando escuche a la dueña de esa única vocecita.
-Alice ¿no sabes que tengo una secretaria para que informe las llegadas?- ella sonrío ampliamente y
entró completamente a la oficina.
-Una secretaria que en estos precisos momentos no se encuentra y no pienso esperar a que
aparezca para que me anuncie- dijo como si fuese lo obvio –No por nada soy la mejor amiga del
jefe- camino hasta a mi con una de sus grandes sonrisas –Ven acá tonto, te e extrañado- me levante
de mi silla y la recibí al extenderme sus brazos.
-También yo pequeño demonio- le dije de verdad.
-¿Por qué no nos has ido a visitar?- me tensé de inmediato y ella como muy bien me conocía lo
supo de inmediato –Los arreglos de la casa estarán listos en un par de días por lo que con Jasper
ya nos mudaremos pronto a nuestra casa y dejaremos la de tus padres- asentí y volví a sentarme en
mi sillón.
-Me avisas cuando será la inauguración- le dije con una sonrisa pero que al parecer no la convenció
mucho.
-¿Hubieses preferido acaso que nunca te hayan dicho la verdad?- pregunto a la defensiva.
-¿A eso has venido? ¿A ser de abogado del diablo?- sentí un nudo en la garganta pero lo aparte de
inmediato.
-Que yo sepa no te estoy representando a ti- dijo con una sonrisa suficiente y no pude evitar
devolvérsela –Hablando en serio Edward, tus padres te extrañan, creo que seis meses de tiempo
para que proceses y aceptes los hechos es más que suficiente.
-Pues si no es así explícamelo- la mire a los ojos y en ellos no había más que preocupación, ella no
estaba allí por cotilla o querer saber más que nadie, era simple preocupación.
-Era mi mundo ser un Cullen y saber que en realidad soy un simple huérfano, un bastardo no estaba
en mis planes- confesé derrotado afirmando mis brazos sobre los codos en el escritorio y
recargando mi cabeza en mis manos, pronto sentí las caricias de Alice en mis cabellos.
-No es así Edward, ellos te aman con la misma intensidad que aman a Jasper, entre los dos no hay
diferencias- dijo muy segura.
-¿Entonces por que me lo dijeron? Quizás simplemente ellos pensaron que con eso me alejaría y
estaban en lo correcto ¿no?
-Puedes ser un genio para los negocios pero eres un completo idiota en cuanto a las relaciones
interpersonales- alcé mi vista para verla sonreír –Si ellos te lo dijeron Edward, y te lo digo por que
me consta porque aquí nadie a lavado mi cerebro, es porque ellos siempre han sido muy rectos y
merecías que supieras la verdad, o dime, si te hubieses enterado por otra persona ¿te habrías
sentido mejor que ellos no te lo hayan dicho? O peor ¿no te habrías sentido engañado porque nunca
te contaran la verdad?- me quede en completo silencio aceptando que en parte ella tenia razón.
-Tengo trabajo Alice y pronto tengo un nuevo viaje- dije tajante volviendo a mi máscara.
-No esperaba otra reacción de tu parte amigo, siempre desviando los problemas con trabajo- la
escuche bufar –Solo te pido que esta vez no te lleves a Jasper por muchos días, estoy intentando
quedar embarazada y eso es difícil si esta más contigo que conmigo- la mire feo.
-No necesito tener ese tipo de conocimientos Alice- ella comenzó a carcajearse.
-Deberías intentar eso, sabes- la mire sin comprender ya que ella sabia que en ese aspecto era
bastante activo –Me refiero a la descendencia Cullen- rodó los ojos como si supiese lo que pasaba
por mi cabeza, me levante de mi silla y la bese en la frente.
-Realmente me dio gusto verte- le dije sinceramente y ella sonrío con esa ternura única que la
caracterizaba.
-Calma machote que ya llegara la muchacha que derrita ese corazón de hielo que tienes- la mire feo
–Eres mi amigo pero eso no quita que no deba decir la verdad.
Finalmente Alice se fue dejándome peor de lo que ya estaba ese día, muchas cosas pasaban por mi
cabeza hasta que tome una decisión que a pesar no me agradaba del todo, debía hacerlo.
-Jessica- le dije serio por el intercomunicador –Comunícate con Jenks y dile que lo necesito aquí en
mi oficina hoy mismo- corte la comunicación sin esperar respuesta.
Pase más horas revisando expedientes, balances, informes, traspasos sin darme cuenta que me
había pasado la hora de la comida.
-¿Es que nadie sabe el significado de tener una secretaria?- gruñí molesto y Jake solo se mofó de
mi.
-Jessica sabe que no necesito presentación- lo mire a la cara y note un brillo diferente en sus ojos y
una sonrisa que no veía desde…
-¿Qué a pasado estos últimos días con Jacob Black para que estés así de sonriente?- deje de lado
mi trabajo, algo de todo esto llamaba poderosamente mi atención.
-¿Qué día es hoy?- pregunto como si nada mientras se sentaba frente a mi.
-¿No me digas que ya olvide tu cumpleaños?- le pregunte preocupado y con las ganas de ir a matar
de inmediato a Jessica por no recordármelo, él rodó los ojos y negó.
-No tonto para eso falta un par de meses- me guiño un ojo –Y por cierto, para este que viene
recuerda que ya tengo muchas camisas- se llevo la mano a la barbilla como si estuviese pensando
en algo –Bueno en realidad recuérdaselo a Jessica- le sonreí inocentemente.
-No creo que te tenga así tu futuro cumpleaños ¿no?- la mención de aquel tema volvió a traer ese
aura especial a él.
-Correcto- afirmo entusiasmado –Cuando te preguntaba que día era hoy, es por que hoy es jueves-
asentí aun sin encontrarle la lógica –Ayer fue miércoles.
-No entiendo como es que Einstein es un científico tan importante por su teoría de la relatividad si
tú lo superas majestuosamente- le dije irónicamente con una sonrisa y él me hecho una mirada
asesina.
-Eres un idiota- dijo sin ocultar su molestia pero eso cambio de inmediato –A lo que me refiero con
que ayer fue miércoles es que ayer tuve mi cita con Bella- me envaré en mi asiento capturando por
completo mi atención.
-¿Y?- le pregunte como quien no quiere la cosa –Me vienes a decir que ya te acostaste con ella
¿no? Al menos ya te sacaste las ganas- le dije de manera socarrona.
-No es eso tonto, de hecho- se avergonzó levemente ¿Jacob avergonzado? Eso si que estaba raro –
Aún no llegamos a besarnos- hice un gesto de asco.
-Eso si que no lo creo, para las mujeres esas burradas del primer beso- hice un ademán con la
mano al estilo Romeo –Es la manera que les dice como será la relación y bla bla bla- Jacob negó
con una sonrisa.
-Si vienes a decirme que ella es especial, diferente, única y un sin fin de tonteras, mejor me dejas
seguir trabajando ¿bueno?- le espete molesto ya que empezaba nuevamente con su perorata acerca
de Bella Swan.
-No la juzgues sin conocerla Edward, ella tuvo una relación difícil por lo que le a costado confiar en
los hombres- deje los documentos y lo mire enojado.
-¿Por qué eres así? Dale una oportunidad- pidió como un niño pequeño -En cuatro días viajamos a
Italia ¿no?- su entusiasmo no me gusto para nada.
-Claro se me olvida que la buena mujer es mi azafata y ese será un buen momento para abrirle las
piernas ¿no?- alcé mis cejas sugestivamente.
-Contigo no se puede hablar, si vine a decirte que estoy feliz y entusiasmado es por que eres mi
mejor amigo pero veo que no puedo contar esta vez contigo o debo decir que no puedo contar
contigo nuevamente en éstos asuntos- ese había sido un golpe bajo ya que sabia que se refería al
tema con Leah.
-¿Por que simplemente no reservas para ti tu idílico amorío con Swan y a mi me dejas trabajar?-
volví a bajar mi mirada a los informes que me habían tomado todo el día revisar, no quería
escucharlo hablar de lo que habían y no habían echo en su "cita", ¡puaj!
-Gracias, "amigo"- lo escuche decir antes de que un fuerte portazo rompiera el ambiente.
Dos golpecitos en la puerta me hicieron hervir la sangre ¿Es que nadie podía dejarme trabajar
tranquilo el día de hoy?
-Permiso señor Cullen- dijo cautelosa Jessica y la fulmine con al mirada –El señor Jenks está aquí-
asentí indicándole que lo dejara pasar.
-Buenas tardes señor Cullen- le tendí mi mano y me fui directo a lo realmente importante, directo
como siempre Cullen, sonreí arrogante.
-Jenks necesito que me investigues a unas personas- él de inmediato tomo una libreta para
comenzar a escribir –Es simple, necesito TODO referente a Edward y Elizabeth Masen- Jenks me
miro extrañado -¿Algo no esta claro?- fui tajante.
-No claro que no señor- dijo de inmediato y saco un pañuelo de su bolsillo para secar el sudor en su
frente -¿Es de carácter urgente?- pregunto dudoso y le sonreí con cara de pocos amigos.
-Siempre cuando te solicito algo es de carácter urgente, no me importa si tienes otros encargos,
éste es el mas importante ¿no?- lo desafíe a que dijera lo contrario.
-Por supuesto Sr. Cullen me pondré en marcha de inmediato y a más tardar se lo tendré la próxima
semana.
-Sea lo que sea que encuentres, es un asunto importante por lo que si no me encuentro en la
ciudad, esperas a que llegue, no se te ocurra dejarlo con Jessica o en manos de terceros- asintió
rápido –Bien, eso es todo- lo despache agitando mi mano para que se retirara de mi vista cuanto
antes.
-Señor ¿conoce al menos la ciudad, el país o algún otro dato de los señores?- pregunto tímidamente
y yo hice chirriar mis dientes.
-¿Crees que si conociera otro dato no te lo hubiese entregado? O peor aún, de conocer de donde
son me hubiese encargado personalmente del asunto- le puse mala cara y él asustado asintió y dejo
la oficina.
Ese día realmente había sido muy agotador debido a las eventuales visitas que había recibido,
cuando llegue a la tranquilidad de mi penthouse, deje afuera todas las preocupaciones y malos
ratos.
Fui a la cocina y encontré la cena preparada por Irma, que trabajaba en casa de mis padres desde
que tengo uso de razón y cuando decidí venir a vivir solo, Esme le pidió si podía venir a ordenar y
prepararme las comidas a sabiendas de que esos asuntos domésticos no era lo mío, claro la buena
mujer recibe sueldo doble por lo que eso no es un problema.
-Veo que llegaste con apetito- salte asustado cuando escuche a Irma a mis espaldas.
-¿No deberías estar ya de regreso en casa?- me acerque a ella y besé su frente, la mujer ya estaba
muy entrada en años y siempre me había tratado con amor por lo que podía jactarse de haberse
ganado mi cariño y mi respeto.
-Kevin esta abajo esperándome- asentí –Solo quería hablar unos minutos contigo- y eso no me dio
un muy buen presentimiento.
-Quieres hablarme de mis padres ¿no?- intente tranquilizarme para no perder la paciencia con Irma,
ella me tomo de las manos y me guío hasta el sofá donde nos sentamos juntos.
-No seré quien para decirte lo que debes hacer con tu vida o como reaccionar, solo quiero constatar
el hecho de que te conozco desde que tenias tus partes de este tamaño- e hizo un esto con sus
dedos que bajo por completo mi hombría.
-No es necesario que hagas eso- le dije divertido tomando sus manos para que quietara el gesto,
ella sonrío.
-Es para que veas que te conozco hace mucho y por los comentarios de esas chicas en las revistas,
al parecer eso quedo en el pasado- tengo que decir que la mujer me saco una carcajada.
-Quiero que sepas que tu madre- hice un gesto que ella no paso por alto –Si Edward, es tu madre
por que ella te crío, ella se desvelo con cada gripe, cada vez que llorabas por un cambio de pañales,
ella te educo y estuvo presente en cada evento importante de tu vida- sentí una extraña sensación
de pena.
-Es la verdad hijo, puede que no tengas su sangre pero eso no los identifica como madre e hijo ¿es
que nunca te has dado cuenta del brillo único de sus ojos cuando habla de ti?- no conteste eso –
Eres su orgullo- negué y ella me dio un zape en la cabeza provocando que la mirara molesto.
-Agradece que te quiero porque nadie se atrevería a hacer eso- ella sonrío ampliamente.
-Lo se, por eso lo hice- se levanto con dificultad del sofá y camino en dirección a la puerta –Solo
recuerda en realidad quien eres y no te dejes guiar por el entorno mi niño- asentí agradecido por
sus sabias palabras, se acerco a mi y me pellizco levemente la mejilla y luego la besó –Te quiero
hijo- la abracé agradecido.
-Te quiero nana- le dije de manera cariñosa aludiendo a la manera que le decía desde pequeño.
Con esa última charla por el día y tras prácticamente engullir lo que Irma había preparado, una
excelente lasaña de carne y salsa blanca, me fui a mi cuarto a recuperar energías, estaba a un paso
de conciliar el tan esperado sueño cuando mi móvil sonó fuertemente en señal de que había
recibido un mensaje.
Aunque fuese mentira sabia que con eso dejaría de molestar, esta noche realmente necesitaba mi
casa y descansar, el día había sido agotador no de un modo físico por lo que mi cabeza era un
torbellino de cosas aún por solucionar.
A la mañana siguiente desperté cansado como si no hubiese podido dormir, hice un poco de
ejercicio en el gimnasio que tenia y de eso modo sacar un poco de frustración, luego una rápida
ducha, me subí a Maserati Gran Turismo S y volé a la oficina, en cosa de minutos estaba ahí gracias
a los fieles 440 caballos de fuerza del motor.
-Buenos días señor Cullen- dijo Jessica, la salude con la mano y entre a mi oficina, como cada
mañana mi expreso americano del starbucks descansaba sobre mi escritorio, al menos la chica
sigue siento eficiente, pensé sobre Jessica.
Como todos los días revise el diario financiero para saber sobre las alzas y bajas de la bolsa, algo
que siempre a sido muy volátil por lo que hay que estar informado a cada minuto.
-Señor Cullen, su hermano en la línea dos- dijo Jessica y de inmediato le conteste a Jasper.
-¿Todo bien?- pregunte cauteloso, lo que menos deseaba era comenzar como él día de ayer.
-Todo bien, solo quería saber si ¿me necesitaras en el congreso en Italia?- sonreí al recordar los
sugerentes comentarios de Alice.
-Puedo con ello- le dije sin ocultar la voz picara –Ve por ese descendiente masculino- y no pude
evitar soltar la carcajada.
-Tranquilo Jasper, solo será un congreso sin mucha importancia, ya sabes lo de siempre, aconsejar
a los novatos, mencionar el sacrificio bla bla bla- le dije poco entusiasmado.
-¿Iras con Jake?- su voz cambio a una mas cautelosa alertándome de inmediato.
-No soy tú papá para regañarte –y aquí vamos de nuevo –Si Jake realmente es tu amigo entenderás
que realmente esta ilusionado con Bella- chasquee la lengua –Tú mas que nadie sabrá que no lo
vemos así desde que Leah murió.
-Atente a los hechos Edward y no pongas palabras en mi boca por que no es lo que pienso o he
dicho, aquí no existen culpables pero si tú hubieses hablado en su momento las cosas…- lo corte.
-Ya, ya, ya entendí el mensaje, no te preocupes que dejare a Jacob flotar entre nubes.
-Gracias- fue toda respuesta de mi hermano y luego se corto la comunicación. Retome mi trabajo
pero cuando me di cuenta que ya llevaba tres veces leyendo el mismo párrafo deje los documentos
de lado.
-¿Es que todos me tienen que sacar el tema Bella Swan? ¿Qué tiene la chica, tres pechos?- dije en
voz alta ya cabreado por el tema pero es que me rondaba aún lo de este nuevo viaje y los
sugerentes "adelantos" que había mencionado Jacob en su relación con la chica, si yo permitía eso
volvería a ser un mal amigo ¿pero que podía hacer?
-¿Sr. Cullen?
-¡Que Jessica!- solté de pronto al verme nuevamente interrumpido, ella guardo silencio y comprendí
que había exagerado un poco pero no pensaba disculparme, a ella se le pagaba para que trabajara y
acatara simplemente.
-Disculpe señor es que- dudo unos segundos mirándome con miedo –Pero a llegado una
información- se acerco temerosa y dejo sobre mi escritorio un manuscrito de algo –Es el diario de
mañana- la mire extrañada y ella salio de mi oficina.
Mire la portada y en ella salía mi foto con el edificio de Cullen´s Ltda de fondo, extrañado de
inmediato hojee hasta llegar con la noticia.
El empresario de reconocido nombre Edward Cullen vuelve a hacerlo, rezaba como titulo.
Ya es de índole público el carácter que posee el magnate Edward Cullen y los tantos exitosos
negocios que se ha adjudicado a su corta edad, sonreía orgulloso de mi mismo.
Pero lo vuelve a hacer, se sabe por fuentes fidedignas que el heredero primogénito de Carlisle
Cullen mediante sus juegos financieros a adquirido la empresa "System Progress" del conocido Aro
Vulturi, estaba claro que estos "rumores" habían salido de boca de Aro.
Dejándolo prácticamente en la quiebra y con un severo cuadro de estrés que según los médicos
podría derivar peligrosamente en un ataque al corazón al ser, el ya mencionado hombre, bastante
mayor.
-¿Claro ahora hay que sentir lastima por que tiene unos 30 años mayor que yo? Son negocios- dije
para mi mismo como si fuese obvio y dejaba la noticia de lado, estaba claro que esa noticia se había
divulgado con la intensión de desprestigiarme pero que equivocado estaba si este tipo de noticias
me ayudaban en demasía para conseguir más socios sedientos de poder adquisitivo que querían
aliarse a mi sabiendo que era capaz de cualquier cosa con tal de conseguir lo que se me antojara -
¡Tonteras!- dije con una sonrisa lanzando el manuscrito al basurero, pero ¿cuando mi cabecita se a
quedado tranquila? En ese momento la idea surgió como los rayos del sol tras una tormenta.
¿Rayos del sol tras una tormenta? Te estas convirtiendo en un marica Cullen, dijo mi voz interior
pero no le di importancia ya que otra cosa estaba en mi mente.
-¡Jessica ubícame de inmediato a Isabella Swan y que se presente hoy mismo aquí en mi oficina!-
dije con una sonrisa satisfecha.
Capitulo 9
Edward
Luego de pedirle a Jessica que se contactara con Isabella, organicé algunos asuntos para mi pronta
partida. Espere cosa de horas para que ella apareciera casi echando humos por las orejas, actitud
que me divirtió completamente.
-Tenía entendido que el vuelo sería dentro de tres días por lo que no puedo entender que lo hace
llamarme en mitad de mi descanso- dijo molesta y le sonreí ampliamente.
-No te acostumbres a que doy explicaciones de mis actos- le dije arrogante y me acomodaba en mi
sillón –Pero solo por esta vez lo haré ya que eres nueva- le indique que se sentara más solo se
cruzo de brazos mirándome fijamente esperando que hablara y disfrute de la actitud fierecilla -
Surgió una complicación que me hará adelantar el viaje- ella asintió resignada.
-Cuatro horas más- dije resuelto y a ella casi se le salen los ojos de las cuencas.
-¿Solo cuatro horas? ¡Y me lo dice así como si fuésemos al parque de la esquina!- dijo un poco
alterada y volví a sonreír –No se que tiene de divertido- bufó un poco más tranquila.
-Desde un comienzo se te informo que debías estar preparada para cualquier contratiempo y este es
uno de esos- tome unos informes y me puse a leerlos, quería dejarle claro que la conversación
había acabado.
-¿Por qué Jake no me dijo nada?- la escuche susurrar para ella mientras se daba la vuelta y ese
comentario me saco un poco de mi calma, me levante de mi silla y me acerque a ella molesto.
-¿Qué has dicho?- la tomé por el brazo volteándola a mí con un poco más de fuerza, tengo que
reconocer que esa no había sido una muy buena idea ya que su esencia a fresas me lleno por
completo las fosas nasales sin descontar una extraña sensación que me produjo la suavidad de su
piel.
-Así que con esas confiancitas con Jake que te tiene que informar donde vamos ¿no?- le reproche
con acides.
-Aquí tu jefe soy yo por ende seré yo quien te informe si existen cambios de planes- solté su brazo
antes de que perdiera el poco control y regrese a mi sillón.
-No se preocupe que soy muy profesional, ahí estaré puntual para cuando usted llegue estará todo
listo- dijo con su voz seria y su rostro altivo.
-Espero que así sea Isabella por que estas dando a demostrar muchas cosas y espero no me
defraudes- sus hombros se pusieron rectos y firmes de un modo altanero, volví mi atención al
trabajo pendiente esperando a que se retirara.
-No se preocupe por eso Sr. Cullen que por suerte no tengo que demostrarle nada a usted- salio así
sin más de la oficina dejándome completamente callado.
Después de que Bella se fuera de la oficina me quede cerca de cuarenta minutos más resolviendo
algunos asuntos debido al adelanto del viaje, además, si quería que esto resultara como lo tenia
planeado tenia que ser meticuloso.
-Jessica, llama a Jacob y dile que necesito que me prepare un informe completo acerca de las
inversiones en España y comunícame con Irma que debe estar en mi penthouse- le dije a través del
intercomunicador y sin esperar respuesta, ese seria otro de los complejos financieros que debíamos
visitar dentro de poco y quizás con un poco de suerte aquel informe mantendría lo suficientemente
ocupado a Jake dentro de las próximas 3 horas.
¿A eso le llamas ser un buen amigo, mintiéndole?, mi estorbosa conciencia haciendo actos de
presencia.
-No estoy mintiendo, simplemente omito información y él como economista como yo lo entenderá-
me conteste a mi mismo.
-Sr. Cullen, la Sra. Irma en la línea 3- pulse el botón y pronto ella me contesto.
-Hola hijo ¿Qué te ha hecho Jasper esta vez para que me llames?- sonreí ante el recuerdo, cuando
éramos unos niños con Jasper y nos peleábamos, Irma siempre era como una especie de mediador
para llegar a un acuerdo justo.
-Esta vez nada nana, es solo que necesito pedirte que me prepares una maleta con algunos trajes y
algo cómodo- le pedí a Irma, ella amorosamente acepto y con eso último termine mi jornada laboral
en la empresa.
Mike pasó por la maleta al penthouse y luego me recogió en la entrada de la oficina en donde le
informe que no era necesario que me acompañara en este viaje, más que nada intentaba crear
cierto sutil distanciamiento ya que me sentía aún incomodo de saber que me había acostado con su,
en ese entonces, reciente esposa. Y así finalmente me llevo hasta la pista de vuelo.
Cuando iba ascendiendo por las escaleras divise a una extrañada Bella que me miraba como si
quisiera arrancarme la cabeza de una buena vez.
-Buenas noches Sr. Cullen, espero que todo este bien ya que el vuelo se adelanto de improviso- me
dijo y no pase por alto la leve mirada de soslayo que le dio a Bella.
-Lo de siempre Riley, hombres que intentan desprestigiarme y colgarse de mis logros- Bella bufo
mirando hacia otro lado -¿Algún problema señorita Swan?- le pregunte con una sonrisa que al
parecer no le agradaba para nada.
-Nada señor Cullen, ya esta todo preparado para partir- dijo tan profesional como siempre.
-Bien, Riley espero que estemos mañana temprano en Milano Malpensa- le dije refiriéndome al
aeropuerto internacional más cercano en la provincia de Milán ubicado en Lombardía, él asintió y se
dirigió de inmediato a la cabina de mando, el resto de los hombres cerraron la puerta y ya dentro
del avión me dedique a observar lo nerviosa que estaba Bella.
-¿Señor puedo hacerle una pregunta?- la voz de Bella me saco de la concentración en los informes
y la mire con mala cara.
-¿No lo estas haciendo ya?- ella se ruborizo suavemente y susurro un "claro que tonta" -¿Qué
necesitas?- le pregunte con la voz ronca ya que extrañamente ese rubor que tomo sus mejillas por
unos segundos me parecieron de lo más tierno pero eso era manipulación y yo no lo toleraba.
-¿Quería saber si sabia algo de Heidi?- me erguí en mi asiento algo incomodo –Es solo que me
parece extraño no verla aquí y pensé que quizás le había sucedido algo, Riley no sabe…- la corté.
-Mi secretaria no pudo ubicarla para informarle que el vuelo se adelantaría y yo no puedo darme el
lujo de esperar por una azafata- mentí descaradamente volviendo mi vista hacia la pantalla.
-¿Tampoco pudo ubicar a Jacob?- su pregunta sonó baja como si no quisiera que la oyera pero para
mi fue lo suficientemente clara, la mire a los ojos con rabia y ella comprendió que no debía
mencionar algo como eso –Disculpe, si necesita algo me llama enseguida, permiso- y salio de mi
campo de visión.
¿Es necesario que te tomes todas esas molestias por una sola mujer?, me preguntaba mi
conciencia.
-Necesito saber a que esta jugando- dije para mi mismo sin apartar la mirada de la pantalla pero sin
mirar en realidad lo que allí había.
¿No sería más fácil simplemente pedirle un informe detallado a Jenks?, rodé los ojos.
-Eso si que es darle mayor importancia a la chica- dije ofuscado por que mi conciencia siempre me
dijera lo que no quería escuchar.
Claro y seguro todo lo que has hecho últimamente no lo es, no conteste a ello para no tener que
darme más vueltas al asunto.
Molesto por las cosas que pasaban por mi cabeza y sin una pizca de concentración para continuar
en aquellos malditos informes, finalmente le informe a Bella que me iría a dormir esperando que al
menos el sueño calmara tantas cosas revoloteando por mi cabeza.
A la mañana siguiente me desperté con un fuerte dolor de cabeza, al parecer este no seria mi día.
Salí de mi cuarto y me encontré con Bella dándole algunas indicaciones al chofer acerca del
desayuno.
-Buenos días- dijo ella con esa timidez que no podría decir si era natural o fingida.
Quieres saber de ella pero te comportas como in idiota, me dijo mi yo interior y rodé los ojos.
-No tan temprano- pedí en un susurro cansado por aquella lucha interior que se llevaba últimamente
en mi cabeza.
Ella se acerco solo lo justo y necesario para preguntar por el desayuno que me apetecía y luego
para dejarlo sobre la mesita, luego para informarme que solo quedaban un par de horas de vuelo.
-Isabella- me acerque a ella cuando estaba afirmada sobre al encimera de la pequeña cocina y
tomaba algo así como un café, al parecer no me había escuchado ya que dio un brinco provocando
que vertiera el contenido sobre su camisa.
-¡Quema!- dijo con su rostro contraído por el dolor, lo primero que atine a hacer fue a tomar un
paño de cocina mojarlo y luego sin pensar desabotone su camisa oprimiendo con el paño sobre su
pecho, segundos después me di cuenta de lo que estaba haciendo cuando sus ojos estaban que se
salían de sus cuencas mirándome asustada.
-Yo... bueno...uh...- me aclaré la garganta -Mantén presionándolo así para que la piel absorba la
humedad- me sentí un tonto al ponerme así de nervioso, sin darme cuenta había desabotonado
tanto su camisa que un delicado, abultado y muy transparente brassier se mostraba con tanto
esplendor que involuntariamente sentí ponerme duro. Sin más explicaciones salí de inmediato de
vuelta a la tranquilidad, de la que sin esperármelo, había comenzado a perder desde hace más o
menos dos semanas atrás.
Contrólate, una cosa es querer hacerle ver a tu amigo que ella no le conviene a que la historia se
complique y se repita, me advirtió mi mente y lo acepte de inmediato sin cuestionarla.
-No es lo mismo esta vez- dije para mi mientras caminaba de regreso al asiento -Él se acerco
primero a Bella esta vez- dije como si eso me molestara
Pase el resto del vuelo intentado pensar en otra cosa que no fuera lo seductor que se veía aquella
curvatura de sus pechos amoldados en esa cosa endemoniada de encaje que solía llamarse
brassier.
No eres un adolescente Edward y sobre todo, puedes tener cuantos pechos se te pasen por la
cabeza, me recordó mi cabeza.
-Favor, abrochar sus cinturones que estamos por aterrizar en Milano Malpensa- la voz de Riley me
saco de aquellos pensamientos.
Bella apareció con otra camisa parecida a la que llevaba horas atrás y se sentó en uno de los
sillones más cerca de la cocina y sin mirarme abrocho su cinturón, hice lo mismo con el mío y la
mire esperando alguna clase de conexión que nunca llego ya que ella solo se dedicaba a mirar por
la ventanilla como si ver una pista y más aviones fuera la emoción misma.
La asustaste depravado
Cuando Riley dio nuevamente el aviso de que podíamos soltar los cinturones me acerque a ella con
paso decidido.
-Mantente pendiente de tu móvil por que te llamare en un par de horas- ella me miro algo asustada
–Me acompañaras a visitar a un viejo amigo- le informe sin esperar respuesta me aleje de ahí.
Jessica había pedido reservas en el hotel "Novotel Milano Malpensa Airport" a un par de kilómetros
del aeropuerto, solo para mi comodidad de transporte.
Al llegar uno de los chóferes del hotel nos recibió para llevarnos hasta el hotel.
-Buenos días señor Cullen, soy Benjamin su chofer por los días que requiera- me tendió su mano y
la acepte.
-Necesito que nos lleve al hotel- dije aludiendo a Bella y a mi –Luego necesito que me lleves a
System Progress- él asintió de inmediato y tras abrirlos la puerta del vehiculo nos montamos y nos
fuimos al hotel en un incomodo silencio.
-Señor Cullen no quisiera contradecirle pero quiero recordarle que soy su azafata, más no su
asistente o su dama de compañía- me dijo algo molesta demostrando que aquellas palabras las
tenia de hace mucho en la punta de la lengua.
-Más yo le voy a recordar que trabajas para mi- le dije altanero –¿Solo puedes acompañar a Jacob
en una reunión de negocios?- la desafíe a que contestara y como lo esperé así lo hizo.
-Al menos el me trata como una persona- dijo entre dientes provocando que solo sonriera.
-Nos vemos en unas horas más- le dije simplemente y camine hasta mi cuarto en donde me di una
ducha rápida y me cambie a un traje más formal.
Tal y como le pedí a Benjamin, me llevo a System Progress donde solo encontré a Jane, la asistente
personal de Aro Vulturi.
-Lamento que se haya dado un viaje innecesario Sr. Cullen pero Aro en estos momentos no se
encuentra pero si gusta puede volver mañana ya que él estará de regreso esta misma tarde- me dijo
con una sonrisa coqueta.
-¿Puedes concretarme una reunión con él esta misma noche?- le pedí sonriéndole como sabia que
le gustaba a las mujeres –Y por favor llámame Edward que me haces sentir viejo- ella sonrío
encantada.
-Revisare su agenda pero no te prometo nada, haré lo posible- estaba seguro que por esa mirada
deseosa que me daba, haría más que lo posible para darme la reunión con su jefe, de hecho, podría
apostar a que se llevaría a cabo.
-Te lo agradecería enormemente- le dije sin apartar la mira de sus ojos, ella se sonrojo fuertemente.
-Solo espero no entorpecer alguna cita que tengas esta noche al mantenerte esperando.
-No te preocupes que no tenia nada pensado para hoy- mentí, estaba seguro desde antes de hablar
con ella que me reuniría esta misma noche con Aro Vulturi, de ahí el decirle a Bella que me
acompañaría.
Eres un zorro, aún te gusta presumir delante de las mujeres lo poderoso que puedes llegar a ser al
concretar un negocio, me dijo mi conciencia igual de orgulloso que yo mismo, sonreí ante ese
pensamiento y Jane lo tomo como si fuese para ella.
-Entonces, estamos al habla Edward, te llamaré en cuanto tenga un espacio para reunirte con Aro-
asentí y la besé en la comisura del labio sin dejar de sonreírle de manera seductora y ella soltó un
leve jadeo que sumo más puntos a mi ego.
-Gracias Jane, como siempre a sido un placer verte- me fui directo al auto y Benjamin me llevo de
regreso al Hotel.
Tal cual me lo esperaba, Jane no demoro ni dos horas en confirmar una cita con Aro Vulturi en el
restaurante "Il Luogo di Aimo e Nadia" catalogado mundialmente como uno de los mejores
restaurantes de comida Italiana.
En cuanto me llego la confirmación de Jane, marque al móvil de Bella para informarle a las 8 en
punto nos reuniríamos en el lobby del hotel, ella simplemente contesto un suave si resignado.
Para ir aún más preparado a mí cita con Aro, imprimí un par de documentos que daban cuenta de
las cuantiosas ganancias que obtenía su empresa con los buenos manejos que estaba haciendo.
En ese momento mi teléfono móvil volvió a sonar, ya llevaba cerca de 30 llamadas perdidas de
Jacob y con esta serian 10 de Jasper, saltándome mis propias reglas no conteste ninguna de todas
esas innecesarias llamadas, después me ocuparía de ese asunto.
Cuando dieron las 7, me bañe a conciencia relajando mi cuerpo en los chorros de agua tibia y
desconectándome por unos minutos de la vida que lomismo había optado por llevar.
Tranquilo pero es que eso pareciera cada vez que piensas mucho las cosas que haces, negué
alejando esos pensamientos de mi cabeza. Precisamente apartando las decisiones tomadas a bases
de sentimientos era que había llegado lejos, sobresaliendo por mi mismo.
Y por se un Cullen
-Pues resulta que no lo soy- dije mordaz y en ese momento el timbre de mi cuarto sonó sacándome
de mi absurdo monologo.
La mucama apareció con mi traje negro (perfil) que pedí que plancharan debido al largo viaje desde
America.
Y a las 8 en punto estuve en el lobby esperando por Bella, quien apareció con una sonrisa tímida y
vistiendo un delicado vestido negro (perfil), el cual llegaba un poco más arriba de sus rodillas, algo
ajustado con un sutil escote que mostraba sus encantos pero si parecer grotesco, y en ese
momento recordé el incidente del avión.
-Concéntrate- me dije a mi mismo, concluí que su vestimenta era sugerente pero nada vulgar.
-Espero no parecer muy informal pero no tenia contemplado una cena elegante con mi jefe- y como
me hubiese gustado arrancarle la lengua en ese momento simplemente por el placer de dejarla en
silencio.
-No quiero llegar tarde- dije tajante y camine hacia la salida donde ya nos esperaba Benjamin con la
puerta del vehiculo abierto para nosotros, escuche los pasos acelerados de Bella para no quedarse
atrás –Al "Il Luogo di Aimo e Nadia"- le pedí a Benjamin quien asintió.
-Si señor.
Bella iba mirando hacia el exterior por la ventana mientras las luces de la ciudad se reflejaban en
sus ojos dándole un aspecto tranquilizador.
-¿No conoces Italia?- la pregunta salio involuntariamente de mis labios, ella de inmediato me miro
pensando en si contestar o no.
-No esta parte de Italia- pensó en añadir algo más o no y al parecer algo vio en mi rostro por que así
lo hizo –De cualquier modo en los viajes comerciales no es mucho el tiempo que tenemos entre
viaje y viaje para hacer turismo- dijo simplemente volviendo su vista al exterior.
Al llegar al restaurante el maître nos guió por el lugar hasta la sección privada donde ya nos
esperaban Jane y Aro.
-Vulturi- le conteste pero con una sonrisa y tendiéndole mi mano –Tiempo sin vernos.
-Desde que me robaste mi empresa para ser exactos- contesto mordaz y yo chasquee la lengua.
-Un comentario de muy mal gusto tendiendo en cuanta que pague por esas acciones por lo que no
se puede catalogar como un robo- le conteste sin dejar de sonreírle.
-Buenas noches Edward- Jane se acerco para saludarme apegando su cuerpo más de lo necesario
ya que sentí sus pechos rozar en mi brazo.
-Buenas noches Jane, ella es Isabella Swan- se los presente a ambos y nos sentamos a la mesa y
en cosa de minutos pedimos nuestra orden.
Dejamos los negocios un poco de lado mientras degustábamos nuestra comida, de vez en cuando
Aro le hacia alguna clase de pregunta a Bella donde ella simplemente contestaba con unos escuetos
monosílabos, sintiéndose completamente incomoda.
-No quiero parecer mal educada y menos arruinar sus negocios por lo que me gustaría volver al
hotel, puedo pedir un taxi en recepción- dijo ella mostrándose apenada.
-Nada de eso, ya estamos por llegar a lo importante- le dije sin apartar la mirada de Jane que nos
observaba de manera sospechosa.
En cuanto Aro llego le indique a la recepcionista si podría traer mi portafolio donde tenía los
documentos.
-Como siempre directo- me alabo Aro y al sonreír, sobre el contorno de sus ojos quedo en
evidencia el paso de los años, cuando era un niño lo había visto en sus mejores años cuando hacia
los negocios con mi padre.
-Quiero que revises estos documentos Aro donde constata que compre de manera legal y
transparente las acciones de System Progress- le dije tendiéndole el folio, mantenía mi mano alzada
con la carpeta en mano y él solo me miraba con cierto enojo y tristeza, Jane para no hacerme el
desaire la tomo por él.
-Tú aún estabas en pañales cuando me metí en este mundo de los negocios Edward por lo que
puedo estar seguro de que lo hiciste todo de un modo limpio y legal- en ese momento pude
apreciar más como los años habían pasado por él.
-¿Entonces para que dejar correr ese rumor en la prensa?- percibí milimétricamente que sus ojos se
abrían por el asombro y Jane lo miraba de inmediato algo asustada.
-Puede que para ti aún sea un niño en pañales Aro pero me e abastecido de buenos contactos que
ya me han informado de los "rumores" que se dejaron correr acerca de la compra de tus acciones
dejándome a mi como el maldito millonario de corazón de hielo- le sonreí complacido por el apodo.
-No es necesario que llenes de excusas que solo agravan la falta, tengo pruebas concretas que
avalan que tú diste la información a la prensa- el rostro de Aro cambio a uno preocupado.
-Si no tome cartas en el asunto como correspondía solo fue por tu padre que tiene todo mi respeto-
dijo él ya dejando aquella mascara de pasividad de lado –Él sabia como ser honrado y no pasar a
llevar a la gente- me reí con todo el sarcasmo posible.
-Los negocios son los negocios no- tome mi copa de champagne y la alcé para brindar.
-No me molestaría el que fueras ahora el socio mayoritario si no fuera por que piensas despedir a
más de trecientos trabajadores- me espeto molesto y escuche un leve jadeo a mi lado, Bella estaba
mirándome horrorizada con sus manos en la boca.
-Son trabajadores ineficientes que no cumplen con las expectativas de mi modo de trabajar- le dije
restándole importancia al asunto pero al ver los ojos de Bella que me miraban con incredulidad y
algo más que no supe descifrar me hizo sentir débil por unos segundos.
-Son personas trabajadoras que llevan años en la empresa, con eso mantienen a sus familias- dijo
Aro elevando la voz provocando que varias personas de las mesas aledañas se giraran asustados a
observarnos.
-Son personas que ya no cumplen con lo esperado y menos aún con lo que espera "Cullen´s Ltda"-
le espete con una sonrisa socarrona provocando que él se enojara más impactando su puño
fuertemente sobre la mesa.
-No vas a conseguir pasar sobre mi autoridad Edward Cullen- se levanto de un brinco desafiándome
con la mirada, me pare solo para quedar a su altura y mirarlo a los ojos.
-No intento pasar sobre tu escasa autoridad Aro, de hecho, ya envíe la orden para que se finiquitara
los contratos con esos trabajadores- no comprendí por que dije aquello si era mentira, de un
momento a otro Aro llevo su mano al pecho que se movía de manera más acelerada.
-¿Se encuentra bien?- le pregunto Jane asustada tomándolo por el brazo, él asintió.
-Sácame de aquí Jane- le pidió con dificultad y luego ella hacia lo que le pedía.
Cuando finalmente Jane llamo al chofer de Aro lo sacaron entre los dos del restaurante, me incline
para tomar mi copa y al sentir una intensa mirada me gire para ver a Bella que me miraba con tanta
repulsión que incluso me dolió un poco.
-Eres lo peor que e conocido- dijo enojada, se quito la servilleta del regazo lanzándola sobre la mesa
y se levanto para salir de ahí.
En un reflejo extraño la seguí hasta el recibidor donde me encontré con la recepcionista y le indique
que la cena la cargara a mi cuenta.
-¿Dónde crees que vas?- le pregunte girándola por el brazo cuando la alcancé justo cuando pensaba
tomar un taxi.
-Me regreso a hotel para tomar mis cosas, si me va a despedir hágalo ahora mismo por que de
cualquier manera- me miro a los ojos y en ellos había decepción –Renuncio- dijo con voz acida y se
zafo de mi mano para subirse al taxi dejándome congelado en mi sitio.
Capitulo 10
Bella
Enojada, asombrada y asqueada por todo lo sucedido en ese restaurante me subí al taxi y en
cuestión de minutos llegue al hotel dirigiéndome de inmediato a recepción para pedir mis llaves del
cuarto, al que llegue igual de rápido al subir como un bólido solo por la rabia que sentía en ese
momento.
Tome mi maleta arreglando lo poco que había sacado de ese día, más que nada mi neceser de
higiene, el de los cosméticos y por que no afirmar también que lo había revuelto un poco más de la
cuenta para buscar el mejor vestido para esa noche, que patéticamente, se había arruinado por
completo por el arrogante de mi ex jefe.
Estaba tan asombrada por aquel comportamiento ¿En que estaba pensando? ¿Qué caería a sus pies
viendo el poderío que tenia? Simplemente me pareció un hijito de papá más con complejos de
tirano. En ese momento tocaron a la puerta.
-No e solicitado atención en el cuarto, gracias- dije algo ida y volvieron a tocar la puerta pero esta
vez con más energía lo que me molesto así con el mismo animo conseguido momentos atrás fui a
ver quien molestaba a estas horas, para mi asombro estaba delante de mi con cara de pocos
amigos quien hace minutos atrás había dejado de ser mi jefe.
-¿Qué pasa contigo?- dijo enojado y directo mientras entraba al cuarto sin esperar a que lo invitara.
-¿Y me lo preguntas?- cerré la puerta con más fuerza de la debida pero estaba irritada con su
actitud de ¿Qué hice?
-Veo que ahora me hablas de tú- dijo con una sonrisa socarrona y yo chasqueé la lengua molesta.
-No veo por que no si ya no trabajo para ti- me fui a terminar mi maleta pero al pasar por su lado lo
encare mirandolo enojada -Re-nun-cie ¿recuerdas?- le dije como si fuese un niño pequeño que hay
que explicarle las cosas lentamente y le sonreí complacida al notar que la vena en su frente se hacia
más notoria.
-No seas infantil Bella- dijo molesto y en un rápido movimiento se posiciono a mi lado quitándome
mis pertenencias de las manos, las que estaba guardando en la maleta –Creo que estas algo
grandecita para hacer pataletas por…por- tartamudeo extrañado -¡No se por que!- pestañee y lo
mire como si le hubiese crecido otra cabeza.
-Solo se me ocurren dos opciones- le dije mirándolo a los ojos teniendo una actitud impertérrita –O
eres un estúpido tan arrogante que no se da cuenta lo que hace ¡O!- puntualicé más enfáticamente –
Estás tan acostumbrado a hacer este tipo de asquerosidades que pasan por tu vida sin importancia-
prácticamente le escupí las palabras mientras lo miraba con lastima.
-¿Este show de quinceañera se debe a lo que paso con Aro?- si no supiera como eran los hombres
como él, le hubiese comprado la actitud asombrada.
-¿Qué otra cosa puede ser Edward? ¡Dios! Acabas de decirle a un hombre que despedirás 300
trabajadores, ¡sus trabajadores!- le grite –Y no solo eso, casi le provocas un infarto al pobre hombre
pero tú seguías con tu actitud calmada tomando de tu costoso champagne- podía sentir mi pulso
acelerarse a medida que sacaba toda la cólera.
-Conozco muy bien a Aro y se que estaba fingiendo- dijo calmado como si hablara del clima –Suele
hacer ese tipo de escenas para hacer sentir mal al resto pero conmigo no funciona- su actitud no
mostraba sentirse culpable.
-¿Qué hay de los 300 próximos cesantes de éste país?- me crucé de brazos esperando una
respuesta de su parte, él me observo largos minutos que me pusieron nerviosa.
-Eso es algo que no te tiene que importar, los negocios son los negocios y si estuvieses en mi lugar
donde tienes que mantener una compañía harías…- lo corte.
-Ni se te ocurra decir que haría lo mismo que tú porque no es así, preferiría perder varios dólares
antes de hacer algo como eso- vi que iba a discutir por lo que me adelante –Y me importa un
pepino si me crees o no, mi conciencia es mucho más importante y no podría vivir con la carga de
saber que muchas familias comienzan a pasar complicaciones por una decisión como esa- su
escrutinio seguía siendo intenso poniéndome nerviosa de una manera extraña, sus ojos verdes
intentaban transmitir algo pero su actitud era tan fuerte que se oponía a lo que intentaban reflejar
sus ojos.
-¿Estas intentando demostrar algo?- esa pregunta me extraño por lo que negué demostrándole que
no entendía -¿Qué es lo que quieres?- por un momento vi un Edward diferente, uno que tenia más
una actitud de niño a la de un hombre.
-Yo no quiero nada, ya renuncie por lo que te pediría que me dejaras acabar, necesito llamar al
aeropuerto para buscar un vuelo- lo escuche bufar y pronto vi que su actitud regresaba, me tomo
por las muñecas y me giro fuertemente para que quedara frente a él observándolo por varios
centímetros desde más abajo.
-Te puedo demandar ¿sabes? Por incumplimiento- sonrío complacido y yo se la devolví de la misma
manera.
-Lamento desilusionarte hijito de papá pero mi contrato es hacia Carter, a ti no te debo nada- intente
zafarme pero él, claro, tenia más fuerza.
-Si demando a la compañía de Carter, lo enfurecerás bastante por que puedo asegurarte que tengo
tan buenos abogados que puedo conseguir, incluso, que lo cierren- lo mire con tanto odio pero
lamentablemente él tenia razón y no podia permitirme otro problema en esta nueva compañia.
-¿Qué es lo que quieres?- le pregunte finalmente frustrada al ver esa estúpida, pero
lamentablemente, seductora sonrisa ganadora.
-Dime tú que quieres- creo que mi rostro lo decía todo por que esta vez si que no entendía
absolutamente nada -¿Qué es lo que quieres para que no te vayas? ¿Un auto, un departamento,
mejor sueldo? Dime que es lo que quieres para evitar que no renuencias- abrí mi boca varias veces
para intentar decir algo pero las palabras no salían hasta que finalmente me recompuse.
-¿Por qué tú harías algo como eso? Esta claro que no soy de tu agrado por el modo de cómo me
has tratado desde que nos conocimos- le dije como si fuese lo obvio y él me observo unos minutos
más intentando buscar las palabras, mi corazón extrañamente se acelero solo con pensar en la idea
de que él me quería mantener a su lado pero eso era completamente absurdo.
-Jake es mi amigo y después de todo, si sabe que por mi culpa perdiste tu trabajo se molestara-
dijo escuetamente y lo raro es que no me gusto del todo su respuesta.
-No quiero nada, gracias- dije molesta sin saber por que y esta vez si pude zafarme de sus manos y
sentí las muñecas arder con la sensación de perdida
-No soy de las personas que repiten las cosas pero haré una excepción, por última vez ¿Qué es lo
que quieres para que no te vayas?- ver su rostro tan decidido me llevo a pensar si realmente me
daría lo que yo quería.
-¿Lo que yo quiera?- él sonrío triunfante pero en sus ojos vi algo así como la decepción.
-Lo que quieras- dijo despreocupado pero con cierta acidez ¿Quién lo entiende? Primero me ofrece
el mundo y luego se molesta por que acepto.
-Lo que quiero- dije sin dejar de mirarlo, sabia que sería mucho pero no perdía nada con intentarlo -
Es que no despidas a ninguno de los trabajadores de esa empresa- dije finalmente y su rostro se
desfiguro completamente por el asombro, definitivamente era un completo poema.
-¡¿Qué?- pregunto como si no pudiese creerlo –Te estoy ofreciendo el mundo, aquello con lo que
podrías soñar y me pides eso- alcé los hombros sin saber mucho que decir.
-No necesito nada y las cosas con las que sueño no se consiguen con dinero, por otra parte me
siento con mi conciencia sucia solo con saber lo que planeas y no poder hacer nada, si me ofreces
algo que realmente quiero es eso, nada más- le dije y él seguía sin quitar su mirada de mi, me
asuste cuando dio un paso y comenzó a pasearse por la habitación pensando tan abstraído que no
me atreví a interrumpirlo.
-Estás intentando quedar bien ¿no?- me pregunto de pronto deteniéndose un par de pasos más allá
mirandome intensamente.
-La verdad es que no lo había ni pensado ya que no me interesa la manera en la que me veas, no
todos nos pasamos el día intentando fingir o demostrar lo que no somos- me observó
detenidamente de si creer o no lo que le dije, luego volvió a pasearse por la habitación poniéndome
nerviosa, estaba claro que lo que le había pedido salía de lo real y no lo haría por lo que tome el
teléfono del hotel –Me puede comunicar con el aeropuerto Milano…- Edward me arrebato el
auricular de las manos.
-¿Qué haces?- me pregunto enojado.
-Llamar al aeropuerto ¿Qué más?- le dije extrañada y a la vez molesta por su intromisión.
-Aún no te e dado una respuesta por lo que no te apresures- zanjó en su mismo tono.
-Está claro que no aceptarías algo como eso Edward y yo no pienso perder tiempo mientras tu dejas
un hoyo en el suelo- dije intentando arrebatarle el teléfono de las manos pero él me puso su cuerpo
para impedirlo y al quedar tan cercas, inhale ese aroma que ya una vez me había dejado levemente
aturdida, me aleje rápidamente sintiéndolo un peligro.
-Acepto tu petición- dijo finalmente dejándome completamente asombrada, cuando reaccione iba a
gritar de felicidad pero el alzo su mano para evitar que lo interrumpiera –Pero, hay dos condiciones-
eso si que me olía mal.
-Estas mal si piensas que seré una más de las azafatas que pasan por tus inmundas sabanas- le dije
con asco y él comenzó a carcajearse.
-No te preocupes Bella, no soy de los que chantajea para llegar a eso, descubrirás por ti misma que
es algo que al final terminaras pidiéndome- dijo arrogante y lo mire de mala manera jurándome que
aunque fuese el último hombre jamás le pediría algo como eso.
-No volverás a renunciar pase lo que pase ¡Y!- lo iba a interrumpir pero el enfatizo para que no lo
hiciera –Cuando lo solicite debes acompañarme a unos lugares que quiero mostrarte…sin protestar-
dijo con una sonrisa al ver que precisamente eso era lo que iba a hacer –Partiendo desde mañana-
dijo resuelto.
-Ya lo verás- le puse mala cara –Creo que es lo mínimo que puedes hacer dado la magnitud de lo
que has pedido- en ese momento camino hacia la puerta para salir del cuarto –Mañana tenemos
todo el día libre así que te pasare a buscar a las 8 de la mañana, solo viste ropa deportiva- dijo
tranquilo y antes de que saliera me acerque a él rápidamente.
-¿No piensas llamar para quitar la orden de despido?- le dije asustada, antes de cumplir sus locuras
debía asegurarme de que cumpliera su parte.
-No te preocupes Bella, lo de la orden era una idea que tenia archivada pero aún no la había dado-
sonrío complacido guiñándome un ojo y en ese momento sentí mi sangre bullir, antes de echarle
unas mil palabrotas que se me vinieron a la menta él dejo el cuarto riéndose fuertemente, incluso lo
podía escuchar con la puerta cerrada.
Maldito, se había salido con la suya pero ya me desquitaría.
A la mañana siguiente me desperté cerca de las 7 algo nerviosa, no estaba segura acerca de si su
invitación era real o solo lo hacia para demostrar, que en realidad, me manejaba de cierta forma y yo
como una tonta estaba aceptando, saqué esa idea de mi cabeza pues no me dejaría manejar
nuevamente por un hombre y menos, nuevamente, como había sido Henry.
Me duche rápidamente pero sin dejar de disfrutar, necesitaba pensar con claridad sobre todo los
acontecimientos de la noche pasada ¿Por qué él estaba haciendo todo esto? ¿Estará intentando
hacer lo que hizo con Ángela, Heidi e incluso Tanya? No lo creo, estaba claro que salía de todos sus
cánones de belleza, Riley, Jasper y Jacob se habían mostrado asombrados por algo así como que
yo no figuraba en su radar y ciertamente él lo demostraba con cada palabra desdeñosa que salían
de sus labios hacia mi persona ¿pero a que se debía este extraño cambio?
Me palmee la frente al ver lo obvio, él simplemente esta intentando ver si puedo llegar a ser una
buena mujer para su amigo, su escepticismo había quedado claro cuando mencionaba que intentaba
algo con Jacob quizás por su dinero, como si para mi eso tuviese alguna relevancia.
¿Pero por que actúo de esa forma desde un comienzo? Si antes incluso de que conociera a Jacob él
ya mantenía una actitud desagradable.
Estaba en esos pensamientos mientras terminaba de acomodar una coleta en mi pelo para mayor
comodidad cuando tocaron a la puerta, provocando que se me acelerara el corazón.
-Vamos Bella, ya no eres una chiquilla de primaria- me regañe mientras iba con paso seguro para
abrir la puerta. Intente no demostrar la falta de respiración que me causo verlo en ropa deportiva,
aquel pantalón que se apegaba a sus piernas dejaban entrever su musculatura fuerte y marcada, su
camiseta de franela perfectamente apegada a su pecho y brazos era una invitación clara a quedarse
descansando en ese lugar por varias horas.
-¿Nos vamos?- pregunto de pronto como si supiera que me había perdido en alguna clase de
pensamientos, me ruborice pero intente pensar en otra cosa para lograr mitigarlo.
-¿Dónde esta tu móvil?- pregunto de pronto y eso me extraño, lo saqué de mi bolsito que llevaba a
todas partes ya que dentro llevaba mi cámara fotográfica.
-Aquí- le dije mostrándoselo y él lo tomo de mis manos -¡Ey!- le dije sin entender que hacia, él lo
reviso y me mostró algo en la pantalla.
-Tienes 15 llamadas perdidas de Jacob al igual que yo- me mostró su móvil en la otra mano y
sonrío juguetón, algo extraño en él –Creo que quiere matarme por no haberle avisado del adelanto
del vuelo pero lo dejaremos para cuando volvamos- se acerco a la mesilla al lado de la cama y
deposito los celulares en el cajón.
Bajamos y me guío hasta el ala de los comedores del hotel, por la hora no habían muchas personas
pero de igual manera él decidió sentarse algo apartados, esperamos a que llegara el mozo y vimos
la carta para pedir nuestro desayuno, no hablamos mucho en realidad pero tampoco eso lo hacia
incomodo, la verdad es que sentía cierta clase de miedo al hacerlo hablar y que su actitud irascible
saliera a flote y terminara cambiando los planes que tenia en mente, eso era algo que extrañamente
no quería.
-¿Tienes miedo?- pregunto de pronto y lo mire sin saber que contestar a eso –Ya sabes, no te he
dicho a donde vamos y bueno, puedo intentar abusar de ti- su sonrisa me pareció tan deslumbrante
que trague en seco para apartar cualquier idea lasciva de mi cabeza.
-Claro que no, anoche dejaste muy claro que eso es algo que debería solicitar yo y como no es algo
que esta remotamente en mi cabeza no me preocupa- él sonrío como si no creyera ni una sola
palabra e incluso hasta yo lo dude –No negaré que siento curiosidad pero dado el echo de
conocimiento publico tú alocada manera de vivir y que vestimos de esta manera- dije mostrando
con mis manos mi atuendo –Puedo hacerme a la idea de que haremos alguna de tus peripecias- le
solté tranquila.
-¿Y eso no te asusta?- pregunto curioso con cierta nota de alegría, me lo pensé un poco y
extrañamente no, no sentía miedo.
-Sonara loco para alguien que lo vea desde afuera pero a decir verdad, me gusto la experiencia en
parapente- él sonrío radiante encantado con lo que acababa de decir y pronto recompuso su rostro,
estaba claro que no era de los que les gustaba demostrar mucho pero eso le daba su encanto, de
cierta manera –Eso no quita que me pondré a hacer locuras como demente pero si esta dentro de lo
aceptable, accederé- él asintió y terminamos nuestro desayuno en el mismo silencio tranquilo de un
comienzo.
Cuando acabamos nos retiramos y el hombre llamado Benjamin, su chofer, nos abrió la puerta para
entrar al vehiculo. Éste arranco y cada uno se sumergió en sus pensamientos, los míos vagaban en
los extraños sucesos y en como había cambiado todo de una manera tan rápida, quizás las cosas ni
siquiera habían cambiado, sino que simplemente él estaba intentando ponerme a prueba por su
amigo ya que siempre él terminaba saliendo a flote en nuestras pocas conversaciones, no me
molestaba pero quisiera que por una vez nuestro tema de conversación sea algo más personal pero
sabia que eso con Edward seria terreno peligroso debido a su hermetismo.
La verdad es que pasamos un par de horas viajando sin mucho que decir, las conversaciones eran
reducidas y el contacto era mínimo, de vez en cuando me giraba para mirarlo y darme cuenta que él
me observaba como si intentara descubrir algo, infantilmente cuando lo sorprendía él se hacia el
desentendido como si mirara por mi ventana y luego volvía a lo suyo, sonreí solo por el hecho de
mostrarse un poco más humano.
¿Qué haremos aquí?- había escuchado mucho hablar de ese lugar pues era uno de los lugares más
lujosos y caros de todos aquí en los Alpes Italianos.
-Tengo dos pies izquierdos- dije con un jadeo que al parecer a él le hizo gracia.
-Hoy es un buena día para derribar ese mito de lado- sonrío y me tomo de la mano y me saco del
auto, mis pies temblaban y no sabría decir si por el miedo o por el contacto de su mano.
Edward se acerco a la recepcionista del lugar y le pidió todo el equipo para comenzar con el
senderismo, excursión que comenzaría en pocos minutos más con un guía que para variar, conocía
a Edward en un senderismo en Galicia o algo así llegue a escuchar, cuando nos pusimos en marcha
ya fue muy tarde para negarme.
Ya habíamos pasado varias horas cuesta arriba en el "Gran Paradiso" (perfil) con no menos de
4.061 metros de altitud sobre el nivel del mar, genial, fue lo que pensé cuando me lo hicieron saber
demasiado tarde.
El guía les iba explicando a los otros incursioncitas acerca de la mitologia del lugar, mientras yo iba
guiada por el mío propio, Edward se encargaba de hacerme saber acerca de cada mito, animal o lo
que estuviese relacionado, yo mientras lo escuchaba fotografiaba cada lugar fascinada y maravillada
con el hermoso lugar, nunca me había imaginado verme en un lugar así y menos aún haciendo
senderismo en una cuesta tan empinada llena de rocas dispuestas a matarme, con lo torpe que e
sido siempre, pero debía darle el crédito a Edward ya que había sufrido dos o quizás tres
accidentes, o casi solo gracias a él que iba pendiente mejor que yo misma de mis pasos.
-¿Tienes pensado algo realmente serio con Jake?- salí de mis pensamientos y deje de tomar fotos
para mirarlo asombrada, no era un tema precisamente que quisiera tocar con él rodeada de
desconocidos pero al observar mi entorno me di cuenta que el resto iba mucho más adelante que
nosotros, como si él hubiese esperado este momento para hablar de otras cosas que no fuera flora
y fauna.
-¿Por qué lo preguntas?- le conteste con una pregunta pensando en que eso lo irritaría pero me
asombro al ver que su rostro no expresaba más que simple curiosidad.
-Jake no lo paso muy bien la última vez que tuvo una relación seria y…- no deje que terminara.
-Jake me hablo acerca de Leah- y él se asombro por mi revelación –Entiendo la preocupación por tu
amigo pero no es como tu piensas- era extraño intentar excusarme por algo que no era.
-¿A que te refieres con algo que yo piense? ¿Qué crees tu que pienso?- esto se estaba convirtiendo
en un juego de palabras extraño donde nos contestábamos con otra pregunta.
-Si me hablas de Leah es por que lo estas tomando por una parte sentimental- le dije –Y no es
precisamente lo que quiero en estos momentos, Jake es una gran persona pero solo somos
amigos- le conté y él me miro como si no me creyera.
-Dudo que sea eso ya que desde un tiempo a esta parte es como si tuviese un repelente natural
para los hombres- me miro sin entender –Una mala experiencia- dije sin darle mucha importancia y
retome mi labor de tomar fotos.
-Dame acá- me dijo arrebatándome la cámara –Si no tienes muestras de que estuviste en este lugar
es como si nunca hubieses estado- su voz suave me hizo sonreír suavemente para que no lo notara.
Así Edward tomo varias fotos de mí con aquellos paisajes de fondo, lo mire cómplice y le arrebate la
cámara para hacer unas fotos de él también.
-Es como si nunca hubieses estado- le dije utilizando sus propias palabras al ver que iba a protestar,
él en todas las fotos se veía algo serio pero tranquilo hasta que lo pique un poco para hacerlo
sonreír –Creo que los casi cuatro días que llevas lejos de America te están pasando la cuenta- él me
miro sin comprender –Con esta cara podría adivinar que estas a falta de un revolcón- el sonrío
ampliamente y aproveche ese momento de tomar varias fotos.
Y podría decir que desde ese momento algo cambio, no sabría decir que pero el Edward
desagradable, arrogante y mandón quedó en alguna parte del camino para dejar a este más pasivo y
alegre, incluso me pregunto acerca de mi vida y de esa mala experiencia, no era de algo que me
avergonzara pues yo había dado todo de mi, por lo que se la conté sin importarme el que pensara.
-Así que con Henry Davies- dijo con una sonrisa mientras pensaba en algo –Siempre supe que era
un cerdo- y me reí de algo que encontraba completamente cierto.
-De seguro ya sabes lo que dicen, gay, hombre sin corazón, con el corazón destrozado bla bla bla-
dijo como si todo eso fuera de lo más normal escuchar pero percibí una nota de tristeza en su voz.
-Gay no eres, lo de sin corazón puede ser discutible- le dije divertida y el comprendió lo que
intentaba decirle -¿Qué hay lo de corazón destrozado?- seguimos caminando y cuando pasaron
varios minutos comprendí que no quería hablar de ese tema, al parecer algo de cierto había en ello.
-Me enamore cuando era un adolescente, ya sabes, de esos amores que te hacen perder la cabeza-
sonrío pero sin llegar a sus ojos –Pero si hay algo que e aprendido en todos estos años, es que las
mujeres son como la bolsa de valores- lo mire sin entender –Volátiles y cambiantes por eso hay que
estar constantemente verificando algún cambio- negué sin dejar de sonreírle.
-¿Todo tienes que tomarlo como algo relacionado con la economía?- y él me devolvió la sonrisa.
Caminamos un poco más hablando de trivialidades ya que el tema de su vida amorosa había
quedado zanjado de manera elegante y discreta.
Ya habían pasado varias horas desde que salimos hasta que finalmente llegamos a un terreno plano
y divisamos un gran lugar.
-Ese es el Hotel Bellevue- (perfil) me informo Edward en cuanto vimos el lugar –Nos quedaremos
esta noche, por la mañana vendrá por nosotros una avioneta para llevarnos de regreso a Milán- lo
mire con cara de pocos amigos.
-¿Debo entender que tenias todo preparado sabiendo que aceptaría?- él sonrío angelicalmente y no
tuve las fuerzas para discutirle –Tirano- le susurre sabiendo que igual escucharía, pase por su lado y
escuche como corría para darme alcancé
-¿De verdad crees que soy un tirano?- su voz era divertida, no había ni recriminación o enojo por lo
que le había dicho.
-Si y también creo que eres un déspota, arrogante, mujeriego y caprichoso- le sonreí complacida de
decirle sus verdades a la cara.
-¿Un…encanto?- me reí sin poder evitarlo, era extraño ver un Edward así tan suelto, tan divertido,
tan amable, tan…tan diferente.
-Ya que estamos aquí será mejor que entremos, muero por una ducha- le dije al darme cuenta de lo
cansada que estaba, habíamos pasado prácticamente todo el día caminando sin digerir más alimento
que barritas de cereal, fruta y mucho agua.
Al llegar al hotel nos atendieron como si fuésemos reyes pero al parecer, ir acompañada de un
"Cullen" era garantía de buen servicio. Fuimos solo un par de parejas de la excursión que decidimos
alojarnos en ese lugar, bueno no es que Edward y yo fuésemos como parejas exactamente ya que a
diferencia de las oras tres parejas, nosotros no compartiríamos cuarto.
-Se te esta haciendo costumbre eso de preguntarme lo que quiero más que imponérmelo- le dije sin
dejar de mirarlo.
-Y a ti se te esta haciendo costumbre tratarme de tú- me sonroje al caer en la cuenta por primera
vez en todo ese día que el seguía siendo mi jefe.
-Disculpe…yo
-No seas absurda Bella, de haberme molestado de lo habría dicho hace mucho- dijo tranquilo –Al
llegar a tu habitación encontraras unas mudas de ropa, espero no te incomode pero no tenia la
intensión de acarrear peso en la excursión- asentí.
-Gracias- fue todo lo que dije y con ayuda del botones llegue a mi cuarto, uno perfecta y
lujosamente decorado.
Tal cual Edward había mencionado, sobre la cama un par de bolsas de diferentes marcas
importantes contenían un vestido, zapatos a juego, algo de ropa interior que me hizo ruborizar, y
ropa casual que supuse seria para él día de mañana.
Como deseaba, me fui directo al baño para dejar correr el agua y darme un baño relajante de tina y
dejar la pereza y el cansancio en ese lugar para enfrentarme nuevamente con Edward.
-¿Qué estas haciendo?- me vi preguntándome a mi misma –No por que se comporte diferente un
par de horas dejara de ser lo que es- me repetí.
O puede que lo este intentando, cuando hablo de aquel amor de jóvenes noté que no era una herida
tan vieja, quizás lo esta superando, me respondí mentalmente.
-¿Y tú tienes que ser la conejillo de indias para probar que tan bueno es?
-Eso esta claro, un excelente físico que expele sexualidad y buen sexo, más no hay sentimientos en
ese cascaron- negué sin poder creer lo que estaba diciendo, hoy había demostrado que dentro de
toda esa superficialidad había un corazón, habían sentimientos y emociones, solo que él no sabia
como exteriorizarlo.
Terminaras peor que con Henry, recuerda las miles de veces que tuvo gestos igual de amables
como estos ¿y que paso finalmente? Tenía otra mujer con la que se casaría y donde quedaste tú, a
si, te cambiaron de aerolínea denigrando tu trabajo solo por que a su nueva conquista le daba miedo
que estuvieses cerca de él.
Recordar esa parte de la historia me hizo hervir la sangre, tras la ruptura y conocer a su nueva
mujer, se me bajo e rango y me trasladaron desde Los Ángeles, donde tenia toda mi vida con aquel
agradable clima, hasta Washington donde el agua más que sentirla se inhalaba en épocas
invernales, todos mis logros se vieron opacados solo por que una niñita consentida así lo quiso.
Al recordar la vez que la vi en al oficina de mi jefe y su sonrisa ganadora sentí que la historia se
repetiría, asustada me erguí en la bañera intentando sacar de mi todo lo lindo de hoy y dejándolo de
lado.
-No de nuevo- me dije segura a mi misma, tome el albornoz que deje enganchado y camine hacia el
dormitorio, tome el teléfono y espere a que contestara la recepcionista.
-No e hecho nada- conteste cerrando mis ojos dejando que las gotas de agua llegaran a mi rostro y
recorrieran mi cuerpo.
¿A no? De seguro ahora Bella piensa que eres tan tiernito como Barney, dijo burlón.
-¿Quién es Barney? Da igual- dije restándole importancia –De todos modos creo que no le agrado- y
constatar aquello extrañamente me molesto, recargue mi cabeza sobre los azulejos de la pared
intentando descifrar el torbellino de cosas que tenia en la cabeza.
Y de sobra los motivos amigo, has sido un cerdo estas últimas semanas.
-Su actitud me confunde- suspire frustrado y en parte molesto. Tenia que reconocer que me había
dejado prácticamente en shock al solicitarme que no despidiera a aquellos trabajadores, le había
ofrecido lo que quisiera y ella simplemente opto por los trabajadores
-¿Crees que nos estaba engañando? Por que fue muy buena- ya estaba al borde de darme de
cabezazos al sentirme confundido.
Engaño o no puedo sentir que comienzas a creerle y eso no es bueno amigo, recuerda lo que paso
la última vez, me recordó.
-¡Ya se lo que pasó la última vez!- grite molesto –Me lo recuerdo a diario.
No fue tu culpa, tú siempre fuiste claro e incluso hasta medio baboso, sonreí de mala gana, eso
había sido patéticamente la verdad.
Te estas poniendo como pasa, mire mis manos corroborando que en efecto mi piel comenzaba a
arrugarse debido al exceso de agua.
Salí sin tener la certeza de que lo que estaba haciendo fuese lo correcto, tampoco es como si
estuviese intentando seducirla pero tenia que reconocer muy en mi interior que éste día había sido
completamente distinto y más aún, debía reconocer que me había gustado, sobre todo cuando
ambos pudimos sincerar una parte nuestra, es como si hubiese sido un acuerdo mutuo pero sin
pronunciar.
¿Por qué no te pones a escribir poemas mejor?, me dijo mi conciencia molesta por estar dándole
tantas vueltas al asunto, decidí dejar eso para después y concentrarme en relajarme un poco.
-¿Por qué mejor no me dejas tranquilo unos minutos?- me queje mientras tomaba uno de los
cambios de ropa que solicite que compraran, algo casual (Perfil) para una cena tranquila y en ese
momento pensé en lo que había pedido que le compraran a Bella, solo esperaba no haberme
pasado y que luego se molestara.
Algo más decidido y convencido que esto solo era una cena para limar las asperezas.
-¿Parece otra cosa?- me alisé las arrugas inexistentes de mi camisa por los nervios.
Yo solo corroboro que te estas tomando demasiadas atenciones para con alguien que
"supuestamente" no te interesa.
-No es eso, solo quiero saber si de verdad es así- seguí mi marcha hasta llegar a recepción e
informar que estaría en el restaurante esperando a Bella.
¿Y luego que?
¿Sabes que soy tu conciencia no?, asentí, bueno déjame decirte que tu conciencia no te cree ni una
sola palabra y cree que estas pisando terreno fangoso.
-¿Señor Cullen?- escuche que me llamaban y al parecer por el rostro de la señorita, llevaba un par
de minutos intentando llamar mi atención.
-Tengo un recado para usted- pestañee extrañado ¿Quién podría dejarme un mensaje si nadie sabia
que estaba aquí? La inste a que continuara y ella leyó una tarjeta –La señorita Swan se excusa de no
poder acompañarlo pero se encuentra indispuesta así que lo verá por la mañana- en cosa de
segundos la cólera subió por todo mi cuerpo hasta mi rostro.
Subí los escalones de dos en dos corriendo hasta su cuarto, estaba molesto por que sabia que ella
no estaba enferma precisamente, ella me estaba evitando y lo que quería saber era ¿por qué?
-¡Bella!- aporreé su puerta repetidas veces y al parecer con más fuerza de la debida ya que un par
de señoras salieron de sus cuartos a ver que sucedía.
-Edward ¿Qué sucede?- escuche su voz algo asustada a través de la puerta.
-Ábreme esa puerta si no quieres que la eche abajo- dije más molesto aún, eso corroboraba mi
hipótesis de estarme evitando.
Será mejor que abras Bellita si eres inteligente, escuche a mi cabeza pero no era momento para
frases ridiculas.
Un par de minutos después escuche que los cerrojos eran deslizados y ella aparecía frente a mí
mostrando sus largas piernas desnudas cubiertas por un pequeño short a juego con su bata y blusa
para dormir (perfil)
-¿Qué es lo que quieres?- se veía molesta por lo que me extrañe aún más.
-¿Me podría decir la señorita que hice esta vez?- entre a su cuarto -¡Me dejaste plantado maldición!-
le grite girándome cuando ella cerraba la puerta.
-Me dio una fuerte migraña- se llevo las manos a la cabeza enfatizando sus palabras pero se veía
tan nerviosa que no le creí.
-Pensé que habíamos avanzado con algo acerca de la confianza- sus ojos se veían extraños como si
quisiera revelarme algo pero a la vez se negaba a hacerlo –Y veo que de eso nada- lo se lo
reconozco, eso había sonado patéticamente triste.
-No es eso Edward, solo que no entiendo a que estas jugando y eso me marea- dio frustrada y se
fue caminando hasta un pequeño sofá de interior que había cerca de su cama (perfil).
-No juego a nada- dije sin saber por donde iba todo aquello –Fue una invitación a cenar de lo más
amistosamente posible.
-No es que este pensando de otro modo, es solo que hace una semana atrás era como si fuese la
hija del demonio y hoy haces todo esto ¿Qué pretendes?- me miro fijamente y camine hasta el
pequeño diván que estaba frente a ella.
-Se que no e sido de lo más cortes- dije algo avergonzado –Pero no suelo abrirme de inmediato con
la gente.
¿Para que quieres saber eso?, me pregunto sabiendo desde ya lo que quería saber.
¡Deja de hacer eso!, me reprocho por volver a responder en voz alta y rodé los ojos.
-¿Por qué no quisiste trabajar conmigo hace unos meses atrás?- la mire a los ojos y ella alzo una
ceja.
-No te hagas la desentendida Bella, Jessica me dijo que te negaste a trabajar para mi cuando se te
informo que lo debías hacer y luego Tanya lo corroboró- dije molesto por estarme mintiendo a la
cara.
-¿Te refieres al reemplazo de ahora? Por que es la única vez que se me a informado que debía
trabajar para ti- contesto sin dejar de verse confundida.
-Bella prometo no enojarme ni nada por el estilo, solo es curiosidad de saber por que te negaste si
no me conocías- le pedí amablemente.
-Edward, es que te estoy diciendo la verdad, te juro por mi padre que es lo más importante que
tengo, que esta es la primera vez que se me informa que debo trabajar para ti, y eso- susurró para
ella pero la escuche perfectamente.
-¿A que te refieres con "y eso"?- le pregunte y ella se ruborizo y pensó si decirlo o no.
-El reemplazo de Tanya en un comienzo se lo dieron a Ángela pero al parecer mi amiga es algo
"débil" por lo que me pidió a mi que tomara su reemplazo.
-Lo siento por eso- dije con una sonrisa infantil y ella me la devolvió –Aún así no entiendo por que
no quisiste bajar a cenar- Bella se afirmo al respaldo cerrando sus ojos unos minutos, se veía
contrariada incluso hasta cansada.
-Se que no lo vez de ese modo Edward pero así fue como partí con Henry y el solo recuerdo me
hace mal, creo que después de todo mi papá tiene razón y lo supere demasiado rápido como para
haberlo procesado por completo- y en ese momento quise matar a ese imbécil.
-No puedes creer que somos todos iguales ¿no?- le dije con el ceño fruncido.
-¿Me lo dices tú que me a tratado mal la mayor parte del tiempo que llevamos conociéndonos solo
por que crees que soy como las tantas mujeres arribistas que conoces?
-Touché- le dije con una sonrisa confidente –Te daré la razón por esta vez- ella sonrío.
-Miedosa- le conteste.
Finalmente esa noche por el bien de su paz mental decidimos que cada uno cenaría en su propio
cuarto y que nos veríamos a la mañana siguiente para volver al hotel de Milán.
La avioneta fue puntual tal y como lo solicite, a las nueve de la mañana nos esperaba en la pequeña
pista del "Hotel Bellevue" y con un tímido "Hola" nos subimos ambos, el viaje fue más corto en
comparación al terrestre que habíamos hecho el día anterior, en un cómodo silencio llegamos al
aeropuerto de Milán en donde nos recibió Benjamin que de inmediato nos llevo hasta nuestro Hotel.
-Gracias por ese viaje- me agradeció ella tímidamente cuando entramos en el lobby del hotel, ella se
acerco pero al verme a los ojos titubeo de si acercarse más o no.
-¿Me puedes explicar que estas haciendo Cullen?- aquella voz completamente irritada casi a borde
del colapso nos hizo girar a Bella y a mi completamente asustados.
-Bella- dijo el sin dejar de mirarme intensamente como si con ello me fuese a asesinar.
-Señor Cullen ¿necesitara de mis servicios por el resto del día?- me pregunto Bella mirando hacia
las escaleras que daban hacia los cuartos, la mire con mala cara y negué.
-Nos vemos luego- se despidió de ambos y cuando estaba a los pies de la escalera se giro para
mirarme con una suplica de disculpa.
-¿Me vas a explicar ahora que sucede contigo?- volvió a preguntar Jacob en un gruñido.
-No hagas un escándalo aquí por favor, acompáñame a mi cuarto- no espere respuesta y subí
directo sin mirarlo.
-¿Dónde esta tu móvil? Pensé que era tu política profesional contestarlo siempre sin importar que
estés "haciendo"- pregunto en cuanto entramos a mi cuarto y recordé que lo había dejado en uno
de los cajones de la mesita en la habitación de Bella.
-Lo perdiste- dijo incrédulo -¿y te quedaste así tan tranquilo?- y lo mire con una sonrisa.
-¿Qué estabas haciendo con Bella? Pensé que te desagradaba- me miro expectante.
-Fui a hacer senderitos, sabes como me gusta el paisaje de "Valle de Aosta" y bueno, no la iba a
dejar sola- dije como si fuese obvio, el asintió poco convencido.
-¿Por qué saliste antes y no se me informo? Pensé que nos vendríamos juntos.
-Hubo una complicación con Aro Vulturi y no quise esperar a solucionarlo ya que estaba en juego mi
reputación- precisamente en eso había pensando en cuanto Jessica me entrego aquel manuscrito,
sabia que necesitaría en algún momento una coartada y esa había llegado como caída del cielo.
-¿Qué sucedió?- con esa pregunta de Jacob el tema cambio por completo de Bella a los asuntos de
"System Progress", le conté acerca del manuscrito y en que en cuestión de segundos había
decidido viajar cuanto antes a Italia para solucionarlo derechamente con Aro Vulturi, le dije que no lo
había podido encontrar de seguro por el hecho de que le había pedido un informe acerca de las
inversiones Españolas.
Eres un completo actor y hasta un buen guionista, me alabó mi cabeza por haber enlazado
perfectamente las cosas.
Jacob se fue un par de horas después para alistarnos ya que aún quedaba pendiente el tema del
Congreso Internacional de Economistas que se llevaría acabo en el Auditorio Nacional aquí en Milán.
Me vestí de traje azul con una corbata a juego (perfil), pase rápido por el cuarto de Bella para
recoger mi teléfono móvil y luego reunirme con Jacob, quien en cuanto aparecí lo divise en el lobby
igual de impecable.
El auditorio estaba completamente lleno por colegas que expondrían sus vivencias y centenares si
es que no llegaban a los miles de alumnos deseosos de escuchar hablar a sus mayores referentes.
Llegados a la última instancia y tal cual se me había informado, yo sería el plato fuerte y final de
toda la exposición debido a mi a los varios logros alcanzados a corta edad en comparación al resto,
al momento de la oratoria expuse mi experiencia, mis logros y esfuerzos para alcanzarlos, el
absoluto silencio me indicaba que los alumnos y colegas estaban completamente atentos a mis
palabras.
-Solo se trata de buen olfato e instinto- dije finalmente y el auditorio rompió en aplausos
apabullantes.
-Lo se- dije con una sonrisa burlona mientras alzaba mis brazos agradeciendo al público.
Por la noche salimos con Jake a un pub para bebernos algo a modo de celebrar lo bien que nos
había ido, incluso hasta nos entrevistaron en un par de medios de comunicación.
-Eres un egocéntrico narcisista, reconócelo- dijo Jake divertido –Apostaría mi sueldo completo a que
mañana mismo le pedirás a Jessica que compre todos los diarios donde este tu foto- me reí a
carcajadas de sus tonteras mientras bebía de mi vaso.
-Eso lo dices por que la envidia te corroe, sabes que salgo más guapo- en ese momento cuando el
comenzó a reírse de mi chiste, me sentí completamente bien como si nada entre nosotros hubiese
cambiado extrañamente estas últimas semanas.
-¿Crees que Bella acepte ser mi novia?- escupí el whisky que acababa de tomar.
-¿Estas loco? Apenas la conoces hace una semana- le dije mirándolo casi asustado.
-Así veo pero no creo que él hecho de que ella sea tu relajante sea como para ser novios- Jacob
estaba perdido en alguna clase de pensamiento.
-No aceptara ¿verdad?- negué en ese momento, no solo por que era absurdo para cualquiera que lo
viera, sino por que ella me había dicho que solo era una amistad para ella y no quería darle alas a mi
amigo de cometer una tornera.
-Pero es que si supieras como me siento cuando estoy con ella- bebí nuevamente para evitar dar
una respuesta.
-¿Edward Cullen quiere irse cuando recién comienza la noche?- me pregunto divertido –Creí nunca
vivir lo suficiente para verlo.
-Idiota.
Dos horas más tarde y varios tragos de más en el cuerpo de Jake al fin lo pude sacar del lugar.
-¿No crees que tiene unos ojitos muy lindos?- me iba diciendo bastante borracho mientras me lo
llevaba hasta su cuarto que había pedido en recepción.
-Si, si- era todo lo que le decía como respuesta a la cantidad de cursilerías que iba diciendo acerca
de Bella Swan.
A la mañana siguiente desperté muy cansado por lo que, en cuanto arribe el avión me senté en uno
de los sillones y simplemente dormí largas horas despertando solo para comer de vez en cuando.
Extrañamente, cuando una de esas veces desperté vi a Bella conversar animadamente con Jake, un
miedo me invadió el cuerpo solo con recordar las palabras de mi amigo "¿Crees que Bella acepte
ser mi novia?"
Desechaba la idea y volvía a mi mundo de sueños, solo que cada vez más intranquilo.
Prácticamente un día completo de vuelo entre sueños, comida y ver como ellos hablaban fue que
llegamos a America y yo no había podido hablar con ella en ningún momento ya que él literalmente
la había monopolizado.
-¿Estas seguro que no quieres que Mike te pase a dejar?- le pregunte a Jake cuando llegamos al
aeropuerto y Mike había ido por mi.
-Estos seguro Edward necesito hacer unas cosas antes- analicé su mirada para saber que era eso
importante pero él solo me sonrío –Recuerda lo del viernes- asentí con una mueca, finalmente se
despidió de ambos y salio presuroso del aeropuerto.
-¿Quieres que te lleve?- le pregunte cuando nos quedamos solos y ella me miro escéptica.
-Tomaré un taxi no te preocupes- asentí simplemente ya que no era de los que rogaba.
-Recuerda que me debes una cena- le dije cuando caminamos a la salida, ella me miro especulativa.
-Tu eres una cobarde- iba a protestar –De no ser así no me deberías la cena- sonreí triunfante.
-Está bien, luego me dices cuando y donde y ahí estaré- dijo resignada pero un brillo en sus ojos
me decía que quizás no le molestaba del todo.
Desde ahí saldremos a donde te llevare- le dije cuando un taxi se detuvo delante de nosotros, el
conductor se bajo para guardar su maleta y luego subió nuevamente esperando por ella.
-A una casa que queda fuera de la ciudad, es algo que tengo que asistir si o si- le dije con poco
animo.
-¡Que! ¿Me quieres llevar a un evento familiar?- me miro como si estuviese loco ¿lo estaba?
-No seas miedosa y acompáñame, verás que todos te caen muy bien y bueno si te sientes
incomoda nos vamos y ya- le dije de modo despreocupado, como ya llevábamos varios minutos
prácticamente la empuje al interior del taxi y así no me diera una negativa –Recuerda, el viernes a
las 7 en mi oficina- le dije tras cerrar su puerta y ella iba a protestar pero el taxi emprendió rumbo.
-Creo que es la primera vez que no pienso antes de actuar- conteste con una sonrisa mientras veía
el taxi perderse entre el trafico, ya luego pensaria en lo que sucederia con Jacob.
Capitulo 12
Bella
-No lo puedo creer
-Tampoco es del otro mundo así que no lo tomes tan a lo grande- le dije para calmarla.
-¿Estas loca? ¿Nunca has visto en las revistas como se celebra el cumpleaños de Esme Cullen?- me
lo pensé y con ese momento de silencio ella noto que era un no rotundo –¡Bella es el mejor evento
social!- dijo en un tono incrédulo –No es solo por que van muchos diseñadores exclusivos y
grandes empresarios, sino que en general todo es muy glamoroso- con tremenda explicación fue
muy fácil asustarme y hacer que comenzara a híper ventilar.
-¿Estas segura?- mi voz sonó en un jadeo asustado –Creo que no iré- afirme y en ese momento
sentí mi corazón acelerarse fuertemente.
-¡Isabella Swan, ni se te ocurran no asistir o sino yo misma te jalo de los cabellos y te llevo a
rastras!- dijo decidida.
-Pero Ángela ¿que haré yo en un lugar como ese?, además estará lleno de sus familiares
-¿Y eso no llama a tu curiosidad?- podía jurar que estaba sonriendo -¿A cuantas chicas crees que
Edward Cullen invita a su casa?- pregunto entusiasmada –Es más, ¿crees que él se toma la molestia
de invitar a alguien siquiera?- el tono de su voz cambio a algo más avergonzado y mi cabeza lo
proceso de inmediato.
-¿No me digas que intentaste salir con él?- expuse sabiendo la respuesta de antemano, un largo
silencio me dio mi respuesta y ella añadió.
-¿Si te cuento como fueron las cosas prometes asistir?- me lo pensé unos minutos y finalmente
acepte –La verdad es que ese hombre es un Dios en la cama amiga, los rumores que se dicen de él
quedan cortos y bueno- silencio –Yo pensé por unos segundos que quizás era especial e intente
salir con él.
-Él fue muy diplomático y educado en explicarme que no era hombre de citas o relaciones
duraderas por lo que me pidió que no confundiera las cosas- suspiro –En el fondo rechazo mi
invitación.
-Por eso de lo digo amiga, él fue quien lo hizo y eso si que es un gran paso en lo que sea que
tengan- escuche un fuerte silbido –Tenemos que ir al centro comercial por un vestido- dijo casi
asustada.
-No puedo hoy amiga, iré a ver a mi padre ya que llevo varias semanas sin verlo- le dije y ella
comprendió de inmediato. Finalmente quedamos con Ángela de ir de compras al día siguiente y tras
cortar la llamada, me subí a mi volvo y viaje de regreso a Forks pensando en todo aquello que había
mencionado Ángela.
Me pase prácticamente todo el viaje dándole vueltas a ese asunto hasta que finalmente llegue a una
única y ciertamente, lamentable, respuesta. Él estaba intentando emparejarme con su amigo y en un
evento social como ese seria un buen gancho para hacerlo.
Así que dejando las tontas ilusiones de lado, llegue a aquella casa donde había vivido todos mis
años de adolescencia.
-¡Bella!- grito Seth en cuanto me vio bajar del vehiculo, él corrió hacia mi y me abrazo de inmediato.
-Enano- le dije devolviéndole el abrazo, Seth ya estaba cerca de los 15 años pero por su contextura
delgada y menuda aparentaba tener menos edad.
-No soy un enano, estoy cerca de los 15- dijo como si fuera la mayoría de edad.
-Ya enano no la acapares- escuche la voz de Charlie y me gire para ver a mi padre, él me sonreía
contentísimo.
-¡Que no soy un enano!- dijo Seth enfurruñado y entro a la casa dando morros.
-Hola papi- salude a mi padre con una sonrisa y me acerque a él para abrazarlo.
Entramos a la casa y Sue vino enseguida a saludarme, hablamos un poco acerca de mi vida en
Washington pero sin entrar en mucho detalle acerca de mi nuevo jefe, hasta que Seth entro
corriendo a la cocina cargando una revista.
-Bella tienes que conseguir que tu jefe te firme un autógrafo para mí- pidió batiendo sus pestañas
dándole a sus ojitos un encanto infantil.
-No molestes a tu hermana con eso Seth, su jefe puede molestarse- lo regaño Sue.
-Además, no quiero que mi hijo le deba nada a ese muchacho- la voz de Charlie era ronca y su
rostro estaba molesto solo con la mención de él, entonces ¿para que contarles que quizás asistía a
un evento familiar? Seth asintió triste y dejo la revista sobre la mesita y fue al patio.
-No era necesario que lo regañaran- les dije a ambos y tome la revista donde salía de portada
Edward, había un extenso reportaje acerca de los muchos deportes de alto riesgo que practicaba y
como podía sobrellevar muy bien la carga de la empresa con los placeres de la vida.
-Tenemos una relación meramente profesional papá, no te preocupes- le dije sin mirarlo
exactamente a los ojos.
Aquella tarde compartimos una agradable cena entre los cuatro entre recuerdos y las locas
anécdotas del pequeño Seth que cada vez que se le decía pequeño, él saltaba como resorte de su
asiento.
-Espero que no te pierdas nuevamente Bells, sabes que me gusta recibir tu visita- dijo mi padre y en
ese momento me pareció más viejo aún con su rostro surcado por aquellas arruguitas que
demostraban todos sus años vividos.
-No te preocupes papá que ahora tengo un poco más de tiempo libre al estar operando en un vuelo
privado- él chasco la lengua y frunció su ceño levemente.
También me despedí afectuosamente de Sue, después de todo la consideraba una madre para mi
por todo lo que había echo esos años en que vivimos juntos.
-No te preocupes enano- le dije colocándome a su altura y susurrándole bajito para que ni Charlie ni
Sue que estaban ahí escucharan –Llevo la revista y estoy segura de que Edward no se molestara en
fírmala- le dije y él sonrío de manera sincera y contenta, después de todo estaba segura que Edward
no se molestaría ya que eso añadiría puntos a su maldito ego.
Llegue a mi casa cerca de la medianoche a pesar de que Charlie había protestado y me había pedido
que me quedara para que viajara temprano por la mañana pero una vez que se tiene la
independencia, lo único que se quiere es estar en tu propia cama ¿no?
-¿No crees que te estas pasando un poco? Dudo que tengan alguna tienda abierta a esta hora- le
dije a regañadientes cuando la vi detrás de la puerta y la dejaba pasar al interior.
-¿No has escuchado el refrán que dice "Al que madruga Dios le ayuda"?- dijo con una sonrisita.
-OK- dije poco convencida -¿Y según tú yo necesito ayuda para buscar un vestido?
-Nop- dijo puntualizando la P –Pero la necesitaras para lo que pase luego- y alzo sus cejas
sugestivamente.
-Dejémosle eso al destino, muero por un café- y se arrastro hasta la cocina –Tú anda a bañarte y
cámbiate que tomamos desayuno y salimos de inmediato- bufe.
-Si mami- ella sonrío fuertemente y yo fui a hacer lo que dijo, tenia la leve impresión de que este
seria un día muy cansador.
-Bella ya hemos visto unos preciosos, no entiendo como no te convences- dijo enfurruñada.
-Es solo que aún no siento que sea el indicado- dije cansada, ya llevábamos unas buenas horas
dando vueltas por las mejores tiendas del centro comercial y aún no lograba decidirme por ninguno.
-Ni que fuese un vestido de novia- la escuche decir con voz picara.
-Sabes que lo es- contesto sin dejar de sonreír -¿Cómo no te das cuenta que muchas matarían por
estar en tu lugar- la mire feo.
-Puede que sea guapo pero tampoco es un Dios, además, ¿tú eres una de esas?- le pregunte y ella
se sonrojo.
-Puede que alguna vez lo fuera pero ahora tengo a Ben y soy realmente feliz con él- asentí –
Además, creo que él necesita a alguien como tú.
-Tú realmente le saliste dura y aunque no lo creas, tienen una personalidad parecida- fruncí mi ceño
–Dejando de lado el egocentrismo- la volví a mirar feo –Quizás también lo manipulador- arquee mi
ceja –Y bueno si es un arrogante de vez en cuando pero cuando se lo propone puede ser
encantador.
-Ya, ya defensora de los inocentes ¿viniste a acompañarme para buscar un vestido o para abogar
por Cullen?
-Solo digo que dale una oportunidad a lo que te ofrezca, puede que sea algo bruto pero se ve que
es nuevo en la materia- me lo pensé un rato.
-¿No has pensado en que solo puedo ser un desafío?- me miro extrañada –Ya sabes, por que e sido
la única que se a negado a sus encantos desde el comienzo.
-Al menos reconoces que es un encanto- chasquee la lengua –Puede que esa sea una posibilidad
pero no lo sabremos hasta que intentes algo.
-Nadie esta diciendo que tengas que encamarte a la primera, es cosa de que observes el trato que
te da en frente de su familia y luego sabremos- me sonrío y seguimos caminando un poco más
hasta que me detuve en seco frente a un aparador –Bella es perfecto- sonreí y ella acompaño a mi
sonrisa.
Gracias a Dios llegue sana y salva a mi casa aunque con los pies zumbándome de dolor por lo que
simplemente me acosté esperando un nuevo día.
Ese día decidí dejarlo para ordenar mi casa ya que los últimos días de descanso prácticamente los
había ocupado para salir, me vestí con lo primero que encontré, algo cómodo pero nada importante
por si se manchaba, comencé por mi cuarto sacando la ropa para el lavado y luego por la cocina, el
lugar que más me gustaba de mi departamento (perfil), no se cuanto tiempo habré pasado en mi
tarea lo que si estaba segura es que estaba completamente concentrada ya que cuando mi teléfono
móvil sonó, literalmente salté del susto.
-Muy bien gracias ¿y tú? Mucho trabajo supongo- seguí limpiando sobre la encimera.
-Como siempre ¿Por qué, me has extrañado?- su voz cambio a un tono más pícaro.
-Jake no empieces que ya hablamos de eso la última vez- no era mi intención parecer arrogante por
tener que darle una negativa pero no me encontraba con cabeza para intentar tener una relación.
-Entiendo que aún estés mal por lo de ese desgraciado Bella pero no puedes cerrarte de por vida,
tienes que intentarlo o simplemente dejarlo fluir.
-Jake yo…- pero me cortó y justo en ese momento sonó el timbre de mi casa.
Camine hasta la entrada y al abrir la puerta casi me da un infarto al ver a Edward ahí mirándome con
una de esas sonrisas que me ponen las piernas de flan.
-Te estaba preguntando si querías salir conmigo y simplemente dejamos las cosas fluir por un
cause natural.
-No lo harás por que saldrás conmigo- y sonrío dejándome sin respiración unos segundos, mi
corazón dio un brinco solo con aquella invitación.
-No puedo Hoy Jake, tengo algunas cosas que hacer- dije apenada.
-Claro- conteste sin pensar, solo esperaba que no se lo tomara demasiado a lo literal.
-Creí que no estaban en plan romántico- dijo Edward y en ese momento repare en su aspecto
deportivo.
-Linda cocina- admiro y cuando me gire para verlo, vi que miraba todo de manera detallada.
-Es el lugar que más disfruto por lo que tiene que ser el mejor lugar- le dije mirando aquel lugar que
había decorado de manera personal
-Un arte que tengo que reconocer es mi especialidad- lo mire incrédula -¿Crees que no se necesita
un don para quemar incluso hasta el agua?- me reí prácticamente en su cara pero el pronto
acompaño mi risa.
–A todo esto ¿Cómo supiste donde vivo?- deje de reír y lo mire algo más seria y me sorprendió
verlo ruborizarse -¿Te estas ruborizando?- le pregunte entre asombrada y divertida.
-¡Claro que no!- espeto de inmediato y recompuso su rostro a este duro que siempre demostraba.
-Ser jefe de un lugar no es solo firmar documentos sabes, también puedo tener acceso a los
archivos- y tengo que confesar que encontré adorable cuando comenzó a retorcer sus dedos
inconcientemente y para cambiar aquella postura se sentó en uno de los asientos de la isla.
-Es decir que has estado espiando mi ficha- él me miro quizás esperando una regañada de mi parte
–No se si sentirme alagada o indignada- y le sonreí para que se relajara, la verdad era que me sentía
extrañamente contenta de que hiciera eso.
-De todos modos puedo hacer lo que quiera- rodé los ojos, ¿no seria mejor que se quedara callado
a que arruinara un buen momento? Quizás solo lo hacia de nervioso pero debería aprender a no
hablar de más.
-Y bien, no creo que te hayas tomado esa molestia para venir a decirme que no puedo salir con
Jake.
-¿Querías hacerlo? Yo creo que no y que simplemente te afirmaste del primera salvavidas que viste
cerca- lo mire con mala cara al poner esa nota de arrogancia que siempre le ponía a las cosas.
-La verdad es que no, no quería salir pero por que tengo muchas cosas que hacer aquí en casa-
señale el lavaplatos donde tenia algunos sartenes y ollas remojando con lejía.
-¿Recuerdas cuando te dije cobarde y respondiste que no lo eras?- lo mire de inmediato algo
asustada, esto me olía a experiencia Cullen y no estaba segura de si querer o no.
-Te informo desde ya que no tengo por que andar demostrando si lo soy o no- él sonrío de manera
triunfante.
-Es por que no lo soy- él sonrío más amplio y me golpee mentalmente, era precisamente eso lo que
quería conseguir.
-¿Qué se supone haremos esta vez?- una parte de mi se sintió horrible de haber sido manipulada
tan rápido, la otra se regocijaba con aquella sonrisa que Edward me estaba dando al verse un
ganador como si realmente disfrutara de mi respuesta.
-Sorpresa pero se que te gustara, ahora ve a cambiarte- me hizo un gesto con la mano para que
saliera de la cocina y ¡maldición! Así lo hice.
Cuando llegue a mi cuarto recordé la revista de Seth, la tome y volví a la cocina y me encontré con
que estaba husmeando.
-¿Algo interesante?- le pregunte divertida y él salto del susto, al verse pillado infraganti no le quedo
de otra que sonreírme como un niño pequeño.
-Todo es interesante cuando es nuevo- almacene esa frase para analizarla después ya que no quería
tomármelo en doble sentido.
-Necesito pedirte un favor y dado el hecho de que estabas husmeando en mis cosas creo que no
podrás negarte- él arqueo una ceja esperando –Mi hermano pequeño ¿Seth lo recuerdas?- él asintió
y le tendí la revista donde él aparecía, de inmediato sonrío de esa manera arrogante y orgullosa –Él
quiere que se la firmes- él tomo la revista y comenzó a hojearla.
-Recuerdo esta entrevista- dijo orgulloso y me crucé de brazos esperando –Ve a cambiarte mientras
la firmo- y salí de ahí rodando los ojos.
Me duche de manera rápida para no hacerlo esperar mucho y luego me cambia a una sudadera y
malla (perfil) muy cómoda para ir donde fuese que me llevara Edward.
-Quizás luego- pestañee sin saber como tomarme aquella invitación abierta.
Ya dentro de su vehiculo condujo a una velocidad que estaba claro era sobre el limite de velocidad.
-Debo deducir que las pistas de carrera también son uno de tus sutiles hobbies- él me miro y
sonrió.
-Aunque no me creas siempre me invitan a participar en la copa NASCAR pero mi madre se oponía
fervientemente- alcé una ceja –No soy un hijito de mami si es lo que piensas, es solo que no
deseaba preocuparla con algo como eso pero creo que la próxima vez que me inviten aceptare- dijo
decidido y algo de eso me sonó rencoroso.
Pronto llegamos a una zona lejos de la ciudad donde se podía respirar aire limpio e incluso los
sonidos de la ciudad parecen un simple recuerdo.
-Éste es el freedom- dijo señalando un lugar que al parecer era como la recepción –Es de un muy
buen amigo mío- asentí y juntos caminamos al interior el cual quedo en segundo plano al
percatarme del hombre enorme que estaba detrás del aparador.
-¡EY Cullen!- le grito a Edward y se acerco en dos zancadas para abrazarlo con fuerza –¿Dosis
semanal?- le pregunto y en ese momento reparo en que estaba ahí con ellos.
-Ella es Bella una amiga- le dijo al hombre de inmediato –El es Emmett- me dijo señalando a su
amigo quien me miraba extrañado, incluso una pequeña "O" se había formado en su boca.
-Hola Bella bienvenida a mi humilde fuente de trabajo- le tendí mi mano y él la tomo para acercarme
a su cuerpo y abrazarme como si fuésemos amigos de toda la vida –Gracias- dijo simplemente y lo
mire sin entender –Creo que soy dueño de un Casino- y miro a Edward alzando sus cejas, algo de
aquella conexión de miradas me inquieto ya que Edward negó enfáticamente a alguna clase de
pregunta mental del fortachón.
-¿Hoy estas de chiste no?- le espetó Edward consiguiendo que el amigo comenzara a reírse a
mandíbula batiente.
-Ya, ya ¿desde cuando te urgen mis bromitas?- Edward negó y me arrastro prácticamente al
exterior -¿Cuál quieres probar hoy?- le pregunto él y luego ambos me miraron.
-No se de que hablan- le dije con una tímida sonrisa.
-¿Edward no te dijo que aquí hacemos salto de Bungee?- creo que en ese mismo momento palidecí
y comencé a negar poco a poco hasta que mi cabeza estaba frenética.
-Vamos Bella, conseguiste saltar el monte de Cozumel en parapente y esto será como juego de
niños- me dijo Edward y Emmett el amigo lo miro serio pero con una sonrisa bailando en sus labios.
-¿La llevaste donde Stefan?- le pregunto y claro, en ese momento pensé que entre todos ellos se
conocían ya que había escuchado mencionarse entre ellos.
-Y lo hizo de maravilla unas tres veces ¿no?- le dijo y me miro a mí, yo asentí Y Emmett me mostró
sus pulgares a modo de aprobación.
-Entonces bienvenida al Club, Rose estará encantada de no ser la única mujer- dijo divertido.
-Por que aún no has saltado aquí en freedom- dijo el grandote completamente convencido –En ese
caso deberíamos comenzar con la grúa- le dijo a Edward quien asintió en acuerdo.
Caminamos por un terreno plano hasta que de entre los árboles reconocí una gran grúa que se
conectaba con una especie de rampa que transportaba a quienes saltaban (perfil)
-Respira y tranquila, verás que es la mejor manera de sacar las frustraciones- me calmo Edward.
Cuando estábamos al lado de la grúa Emmett le dio algunas indicaciones al hombre que estaba
operando y nos dejaron pasar por sobre las otras personas que estaban ahí, al parecer el lugar era
bien concurrido y popular.
Dentro de la rampa Edward comenzó a colocarse una serie de arneses y Emmett me ayudo por los
míos.
-Edward saltara primero y te mostrara de manera practica como hacerlo ¿bueno?- me calmo
Emmett y asentí –Si realmente crees que no estas preparada no es necesario que lo hagas Bella, no
tienes que probarle nada…- lo corte decidida.
-Quiero hacerlo- y por el rabillo del ojo vi a Edward sonreír pero no le di mayor importancia y
Emmett asintió.
Al llegar a la cima Edward se aseguro de estar bien conectado y sin esperar una señal de Emmett
simplemente se lanzó abriendo sus brazos disfrutando completamente de la sensación, en ese
momento me puse muy nerviosa ya que quería hacerlo bien pero sobre todo quería hacerlo, no
quería arrepentirme a ultimo momento. A Edward finalmente lo desconectaron después de varios
minutos que estuvo suspendido y Emmett me miro como si fuese una niña traviesa.
-Es tu turno y la única manera de bajar de aquí es mediante ese salto que darás- dijo divertido.
-Mentí- y sonrío pícaro provocando que dos hoyuelos infantiles se marcaran en tus mejillas –Te
aseguro que la experiencia es única, claro no debe ser tan buena como tener sexo con mi amigo
para ti pero…- negué de inmediato.
-Entre Edward y yo no sucede nada- le dije molesta –Yo trabajo como su azafata y anda más- le
aclare.
-Conozco a Edward de hace muchos años y puedo asegurarte y que te a llevado con él a sus
experiencias no es precisamente por un tema meramente profesional, quizás lo haga inconciente
pero lo esta haciendo- sonrío ampliamente y aquello me confundió aún más de lo que lo había
hecho Ángela.
-Solo disfruta el momento- y en un descuido el muy maldito me empujo provocando que saltara al
vació gritando literalmente como una loca y sintiendo el corazón en los oídos, cuando el elástico
llego a su limite sentí que rebotaba pero tenia que reconocer que en esa fracción de segundos me
había sentido completamente libre y deseosa de simplemente disfrutar el momento como había
dicho Emmett.
Capitulo 13
Bella
-¡Emmett, estás loco!- podía escuchar la voz de Edward pero esta era tan tenue que se perdía con
los fuertes latidos de mi corazón, me lleve la mano al pecho para intentar acompasarlos al igual que
mi respiración y de paso comprender lo que acababa de vivir.
-No seas exagerado Edward, está de la misma manera que estuvimos tú y yo en nuestro primer
salto…- ¿de que hablaban? pero que importancia tenia cuando acababa de vivir una experiencia tan
asombrosa que me dejaba sin habla.
-Bella ¿estas bien?- parpadee al tener a Edward tan cerca mirándome de manera preocupada
mientras se aferraba a mis brazos como si me fuese a desmayar en cualquier momento, mi cabeza
procesaba de manera lenta su pregunta pero de igual manera intentaba buscar palabras para
contestarle, palabras que no conseguía formular verbalmente.
-Quizás si la besaras saldría del trance- definitivamente eso si lo había procesado mi cabeza a una
velocidad más rápida y mire a Emmett asustado por lo que había dicho –Nop, parece que no es la
solución- dijo al ver que lo miraba feo.
-¿Estas bien?- volvió a preguntar Edward con su rostro igual de preocupado –Si quieres demandar a
este troglodita estas en todo tu derecho y yo puedo testificar a tú favor- dijo zarandeándome un
poco para que reaccionara por completo a sus palabras.
-Ey- se defendió el alzando las manos –Solo dale unos minutos para respirar y procesar, estas peor
que novio celoso…- de pronto se callo pero no preste mayor atención, parte de lo que decía tenia
razón, necesitaba respirar y entender como me sentía o debería de sentirme, se supone que estaría
asustada y enojada por lo que Emmett había hecho pero la verdad era completa y asombrosamente
diferente.
-Quiero hacerlo de nuevo- dije sin pensar y en ese momento pasaron varias cosas a la vez, primero
Emmett comenzó a carcajearse tan fuerte que pensé que quedaría afónico, luego comenzó a
aplaudir para finalizar acercándose a mi y abrazándome fuertemente entre esos enormes brazos que
eran tan monstruosamente aterrorizantes como seductores, en ese momento caí por completo en la
realidad y me relaje en sus brazos sintiendo como la mirada penetrante de Edward se fijaba en mi
para luego regalarme una radiante y sincera sonrisa.
-Te lo dije sabelotodo, ella será una de las nuestras- le dijo Emmett y sin esperar más caminamos
de regreso a la rampa donde en cosa de minutos estuvimos nuevamente en la cima. El miedo de
volver a repetir el salto fue igual o solo un poquito menos que el primero pero aún así esta vez salte
por mi misma llenando mi cuerpo de una adrenalina tan excitante que incluso cautivaba y dejando
mi voz rasposa debido a los fuertes gritos que daba por la emoción, tengo que reconocer que no
pude ponerme a la par de Edward y Emmett pero este último me aseguro que para ser una novata
lo estaba haciendo tan o mejor que cualquiera de los expertos en sus mejores tiempos de novatos.
-Creo que a sido mucho por hoy- me dijo Edward cuando estábamos en la parte baja esperando a
Emmett que ya había saltado pero le estaba dejando unas instrucciones a sus trabajadores.
-Gracias- fue todo lo que le dije y creo que mi sonrisa fue tan sincera que él me la respondió con
una mejor.
-Ahí estaré con Rose puntual listos para comer lo mejor que siempre nos brinda Esme- dijo
sonriente.
Edward estrecho la mano de Emmett fuertemente y luego lo abrazo con tanto cariño que no pude
evitar sonreír, sin duda este Edward podía llegar a desenvolverse bien entre sus amigos.
-Excelente experiencia- le dije cuando estuve frente a él para despedirme, él volvió a abrazarme de
aquella manera que te corta la respiración pero no evite el contacto pues me parecía que ese tipo de
demostraciones eran parte de él y se lo agradecí.
-Puedo ser algo infantil pero logro ver con claridad lo que para otros no lo es tanto- dijo de modo
confidente y vi por el rabillo del ojo que Edward intento acercarse para escucharlo pero Emmett
volvió a abrazarme y me susurro al oído –Recuerda lo que te dije, no lo dice un deschavetado loco
por la adrenalina, sino uno de los mejores amigos de Edward que lo conoce incluso mejor que él
mismo- me aparte de él mirándolo ceñuda y él solo me guiño un ojo –Espero verte pronto por aquí-
y con esa última invitación salimos del lugar en un silenció tan cómodo y reconfortante que no era
necesario rellenarlos con absurdas platicas.
-Tengo que reconocer que me sorprendiste gratamente- dijo finalmente Edward cuando
acabábamos de llegar al estacionamiento de mi departamento, él caballerosamente se bajo
rodeándolo para luego abrirme la puerta.
-Se lo que intentas decirme, me paso exactamente lo mismo la primera vez que me lancé y bueno,
debo reconocer que soy un adicto- y sonrío de aquella manera que convertía en flan mis piernas.
-Bueno, ya es tarde- dije mirando al cielo que comenzaba a oscurecerse, la verdad es que no sabia
más que añadir –Gracias por la experiencia de hoy, creo que no la olvidare jamás- él asintió con la
satisfacción marcada en el rostro.
-Me alegra, además hay pruebas así que no te preocupes que será más difícil que lo puedas olvidar-
dijo seguro y yo lo mire sin entender, antes de decir cualquier cosa extrajo una pequeña camarita
del bolsillo de su pantalón –Esta vez me toco a mi retratar el momento- y aprecie como se ponía
algo nervioso debido a la mirada extrañada que le estaba dando.
-¿Me tomaste fotos?- le pregunte algo incrédula y él solo asintió.
-Imagine que querías alguna clase de recuerdo, desde los primeros viajes e notado que siempre
andas con una cámara retratando donde andas- alzó los hombros despreocupadamente y yo lo mire
un poco más pero finalmente agradecí el gesto y le arrebate la cámara de las manos.
-¡Dame acá!- le dije y la prendí para revisar las fotos que había tomado.
-Puedes verlas luego cuando te las envíe, si no te has dado cuenta solo ando con una sudadera y
comienza a hacer frío- dijo como si fuese obvio y en ese momento pensé en la posibilidad.
-¿Quisieras…no lo se… digo como para ver las fotos…pasar a tomar un café quizás?- ¿Qué, ahora
tenia 15 que me comportaba así?
-Mientras tú revisas las fotos ¿no?- pregunto pero aquel tono parecía como si intentara excusarse
con alguien –Claro solo serán un par de minutos- asentí extrañada y juntos llegamos hasta el
ascensor para llegar a mi piso.
Ya en mi casa las cosas habían sido relajadas y a la vez me sentía extraña sobre todo por la
conversación con Emmett que no me dejo muy tranquila por decirlo así, por otra parte Edward
estaba demostrando ser bastante diferente y eso más que nada era lo que me asustaba ¿Qué de
todo eso era lo real? ¿podia confiar en él? sinceramente me asustaba.
Puse la cafetera y tras bebernos un café y conversar acerca de cómo me había sentido, las
emociones que recorrieron mi cuerpo pero sobre todo la velocidad que tuvo mi mente de procesar
prácticamente mi vida en un par de segundos, cosa que era completamente embriagadora y
liberadora, él me entregó la cámara para revisar las fotos.
-Yo necesito hacer eso al menos unas tres o cuatro veces al mes- me confesó con una sonrisa
bailando en sus labios.
-Me parece una buena filosofía para dejar de lado el estrés, sobre todo en un trabajo tan competitivo
como el tuyo- expuse mientras observaba las fotografías que había tomado, algunas de ellas me
recordaban a algo pero no sabia exactamente que –¿Además de empresario, aficionado a los
deportes y mujeres?- dije sintiéndome un poco tonta -¡También lo eres en la fotografía?- le pregunte
al ver las imágenes que había tomado de mi rostro de manera muy profesional consiguiendo que mi
rostro se retratara en primera plana y que el fondo estuviese completamente fuera de foco dándole
ese aspecto que me parecía conocido pero sin recordar donde.
-Aunque no lo parezca soy un aficionado a las artes y disfruto el aprenderlas y ponerlas en practica,
amo mi trabajo pero cuando se tiene tanta carga encima de vez en cuando es bueno relajarse-
asentí y en ese momento sentí una extraña corriente recorrer mi cuerpo debido a su mirada.
-Claro- dije sintiendo como el aire se hacia un poco tensó en ese momento.
-Es por eso que disfruto del buen sexo, el mejor de todas las artes- y termine por ruborizarme por
completo.
-Espero que no estés intentando pasarte de listo- le dije entre divertida pero a la vez advirtiéndole.
-Ya te dije que no le ruego a nadie- dijo de manera socarrona –Además solo constataba un hecho,
no es como si estuvieses en mi lista- asentí pero internamente no me había sentido de lo mejor con
su comentario.
¿Quién te entiende? Le dices prácticamente que nunca pasaría algo con él y cuando él te lo deja en
claro eso te molesta, me dijo la vocecita de mi conciencia y de inmediato deseche cualquier
pensamiento –Además nunca e tenido que pedirlo- dijo autosuficiente y yo rodé los ojos, estaba
claro que esa parte de Edward no podía dejarla escondida mucho tiempo -Ya es tarde- dijo mirando
su reloj de pulsera –Y mañana debo estar temprano en la oficina ya que hoy…- en ese momento
me miro asustado como si lo hubiesen pillado en algo, yo solo fruncí mi ceño –Ya que hoy Jessica
me informo que tenia muchas reuniones mañana- dijo escuetamente.
-Nuevamente, gracias por todo Edward- le dije cuando lo estaba despidiendo en el marco de la
puerta de salida, él asintió despidiéndose con la mano, mano que quite de inmediato cuando sentí
aquella descarga que viajaba a todas las terminaciones de mi cuerpo.
-Hasta dentro de dos días Bella- dijo con aquella sonrisa que debería ser ilegal, sonreí
involuntariamente al escuchar que seguía en pie aquella invitación a cenar.
-Hasta entonces- me despedí con un gesto de la mano y cerré la puerta, en cuanto se cerro me vi
suspirando y me horrorice de inmediato –No te confundas Bella, recuerda que los lobos siempre se
visten de ovejita para acercarse a su presa- me repetí y sintiendo el cansancio de aquel largo día fue
que me arrastre hasta mi cuarto envolviéndome por completo en el mundo de los sueños.
Exactamente dos días después me vi caminando hacia el interior de Cullen´s Ltda. Con aquel vestido
que había elegido días atrás junto con Ángela para la celebración de la madre de Edward tapado por
un abrigo negro, sería una gran mentirosa si no reconocía que estaba temblando de nervios e
incertidumbre acerca de que pensarían ellos cuando me vieran llegar junto a Edward.
Al menos ayer por la mañana me dedique a buscar un regalo adecuado para su madre, era obvio
que una mujer como Esme Cullen lo tendría todo y para añadirle dificultad no la conocía para nada
por lo que tuve que inmiscuirme un poquito en su vida buscándola en Google la que me dio como
referencia que era una aficionada a las obras de los antiguos imperios, por lo que estuve
prácticamente todo el día entre tiendas de antigüedades hasta que di con un hermoso jarrón de la
época Romana.
Al llegar a su piso vi algo tan desconcertante que me quede un par de segundos viendo si realmente
no era una falla de mi visión, tosí audiblemente para llamar la atención de Jessica que estaba
literalmente pegada a la puerta de la oficina de Edward intentando escuchar algo desde el otro lado.
-Oh, buenas tardes- dijo avergonzada sentándose de inmediato en su sillón detrás del escritorio.
-Buenas tardes- conteste de manera seca mirándola ceñuda –Me quede de reunir con Edward- le
dije para que le informara que había llegado.
-El señor Cullen no se encuentra disponible- sus ojos me miraron entre asustados y preocupados.
-Quede de reunirme con él a esta hora, llámelo y consúltele- le pedí de la mejor manera pero ella
solo se dedicó a observarme sin mover un solo músculo.
-No es que no quiera- dijo ella mordiendo su labio- Es que el Sr. Cullen me exigió que no dejara
pasar a nadie y a decir verdad ya me estoy preocupando- la mire y en efecto su rostro estaba tenso
de preocupación.
-¿Preocupada por qué, si se puede saber?- le pregunte más calmada para que me contara.
-El Sr. Recibió una visita y desde entonces no se encuentra bien, hace un par de horas escuche una
quebrazón de vidrios ahí dentro y luego un completo silencio- relato –Luego llame al Sr. Cullen para
saber si se encontraba bien pero no me contesto…- la corte preocupada.
-¡¿Y no entraste a ver que sucedía?- alcé mi voz sin querer al encontrarme igual de asustada que
ella.
-¡Por supuesto que si!- dijo indignada –Solo que cuando el señor se percato de que pensaba entrar
comenzó a gritarme de que lo dejara solo- dijo y su rostro nuevamente se contrajo por la
preocupación y la tristeza –Tengo que añadir que jamás en los años que llevo trabajando para él lo
había visto así.
-¿Qué le hace pensar que contigo será diferente?- me pregunto seria y percibí una nota de molestia.
-Una simple corazonada- le dije y camine hasta la puerta tomando el pomo de esta pero cuando
pensaba girarla Jessica me tomo por la muñeca impidiéndomelo.
-Si el señor se molesta por tú intromisión diré que te pusiste violenta y así conseguiste apartarme
de la puerta- dijo decidida alzando su barbilla orgullosa, yo rodé los ojos y tal cual ella lo había
dicho, en cuanto gire el pomo de la puerta para entrar escuche la voz en grito de Edward.
-¡Dije que no quería ver a nadie!- rugió fuertemente provocando que la piel se me erizara
completamente.
-Edward soy yo Bella y entrare quieras o no- le dije decidida viendo como Jessica me miraba como
si tuviese loca.
Solo había estado una vez en esa oficina pero podía apreciar claramente las diferencias, desde los
jarrones decorativos trizados en el suelo, hasta todos los papeles regados que debieron estar sobre
su escritorio por la mañana.
Me adentre un poco más cerrando la puerta algo asustada, no sabia con que Edward me encontraría
en ese momento por lo que debía tantear el terreno.
-Primero que todo te recuerdo que me invitaste a una cena que me debías y no pienso no ir ya que
me compre un vestido- le dije a modo de chiste aunque no funciono mucho ya que no lo escuche
reír –Y segundo no me iré al menos hasta saber que estas bien- le dije decidida.
-Estoy bien- dijo con voz monótona –Siempre estoy bien- y percibí su arrogancia y orgullo en su
voz.
-Sabes, no eres superman y quieras o no tienes sentimientos y sientes emociones, sea lo que haya
pasado te tiene mal- constate y al rodear su escritorio lo vi sentado sobre la alfombra recargando su
cabeza con los ojos cerrados en el gran ventanal que daba al exterior.
-Hoy no soy la mejor compañía- dijo tras dar un largo suspiro, al parecer aún no se percataba de
que lo estaba observando –Y no quiero salir a ninguna parte.
-¿No te parece que debes aprovechar que vamos al cumpleaños de tu madre y así hablar con ella?-
su ceño se frunció –Cuando tenia alguna pena siempre lo compartía con mis padres y sentía como
si pronto todo se solucionara- le dije caminando poco a poco sin emitir ruido alguno.
-No creo que sea lo adecuado en este momento, además ¿no habías dicho que tu madre te
abandono?- no entendí muy bien su analogía pero al pasar por al lado de su escritorio pase a pisar
algunos vidrios que me hicieron quedar en evidencia, Edward abrió sus ojos y me observo
fijamente.
-El que Sue no sea genéticamente mi madre eso no quita que no la vea como tal, ella estuvo
conmigo en todo momento, en cada acto importante en mi adolescencia, ella me ayudo a
maquillarme para mi primera cita, ahí estuvo para mi primer periodo por lo que se gano ese derecho
a pulso- le expuse y él seguía mirándome con aquellos ojos profundos y penetrantes que me
escrutaban.
-¿Y que sientes por tu madre que te abandono?- pestañee sin entender a que venia esa pregunta
pero si con ello lo ayudaría a olvidar lo que le preocupaba lo haría, le indique un espacio a su lado
preguntándole con la mirada si podía sentarme, él miro donde apunte y luego asintió.
-Siempre me pregunte donde podría estar o que fue lo que la llevo realmente a abandonarnos a
Charlie y a mi, sobre todo por que era una niña pequeña sin conocimientos del verdadero mundo-
dije con simpleza –No niego que la extraño o que me hubiese gustado las cosas de otra manera,
quizás un divorcio con mi padre hubiese sido el método simple para alejarse, quizás un bebé no
estaba en sus planes, no lo se, creo que me pase gran parte de mi adolescencia justificándola- le
conté y en ese momento me percate de que Edward me observaba.
-Y ahora que eres una mujer adulta ¿Qué sientes acerca de lo que te hizo?- desvíe la mirada hacia
los restos de vidrio esparcidos más que nada para dejar de sentir esa poderosa conexión con su
mirada.
-Siento pena por ella- dije sinceramente y Edward enarco una ceja incrédulo –No la juzgo por lo que
hizo y hace mucho deje de preguntarme los ¿Por qué? Ahora solo siento pena por ella y por la
hermosa familia que dejo atrás- lo mire y le sonreí.
-No creo que pienses de manera racional- dijo y en ese momento vi claramente la pena en sus ojos,
sea lo que sea que le estaba pasando era algo más fuerte que su orgullo y eso estaba claro en
aquella mirada.
-Me lo dicen a menudo pero al menos me a servido para vivir y salir adelante- en un loco impulso
tome su mano para dejar un para de caricias en ella –Sea lo que sea que te este pasando tiene
solución Edward- le dije sinceramente y lo mire a los ojos –Además, no puedes defraudar a tu
sequito de mujeres que te siguen y les gusta ver a ese Edward altanero y arrogante- él sonrío
tenuemente.
-Extrañamente no a todas las gusta ese Edward- tragué seco cuando él solo se quedo
observándome más de la cuenta, aparte sus palabras y me pare de un brinco soltando su mano.
-¿No tenemos una cena a la que asistir?- le pregunte desviando el tema ya que esto se estaba
poniendo extrañamente algo tensó, él me observó un poco más y finalmente se levanto
acomodándose la camisa y la corbata.
-Creo que esta no fue la mejor recibida ¿no?_ dijo señalando el desastre en su oficina.
-No te preocupes, e tenido peores- le dije divertida consiguiendo que se relajara un poco más,
cuando estuvo completamente listo para salir me tomo del brazo girándome hacia él.
-Te ves hermosa- dijo cuando estuvimos frente a frente con nuestros rostros tan cerca que sentí su
hálito prácticamente entrar por mi boca, mi respiración se acelero y me aparte de él sintiendo un
frío extraño.
-Tú ya estas algo despeinado- (perfil) le dije de broma para distender el tema y me gire nuevamente
para salir o en realidad escapar de esa situación, creo haber odio un bufido pero no me gire para
comprarlo.
Con Edward salimos de su oficina donde se encontraba aún una muy nerviosa Jessica, ésta en
cuanto diviso a Edward se lanzó sobre él preguntándole si se encontraba bien o necesitaba algo, una
mueca de Edward fue suficiente para hacerle ver que él estaba bien y que no necesitaba nada, así
fue que salimos de Cullen´s Ltda.
-Claro pero tengo que ir por algo al mío- le dije y camine hasta mi auto para tomar el obsequio para
su madre, cuando llegue nuevamente junto a él, él observo lo que cargaba.
-No debiste molestarte- dijo frunciendo el ceño.
-No es una molestia, además no pienso llegar a un lugar donde la festejada no me a invitado sin
algo que darle- dije cuando él me abría la puerta del copiloto.
-Te a invitado el hijo así que eso es más que suficiente- me sonrío pero no pase por alto cierta
tristeza que volvió a sus ojos.
Cuando ya íbamos por la autopista el viaje se hizo algo más ligero, ninguno de los dos volvió a tocar
el tema de lo que le había sucedido a Edward, si él no quería contar que le había pasado yo no lo
presionaría para que lo hiciera, simplemente charlamos un poco de trabajo y una que otra locura de
las muchas que Edward había hecho, tengo que confesar que varias veces me había sacado una
sonrisa al escucharlo contar tantas anécdotas.
-No puedo creer que te pasearas desnudo por la playa solo por que una ancianita no dejaba de
mirarte- le dije sin dejar de sonreír.
-La mujer prácticamente me devoraba con la mirada así que no le vi nada de malo hacerle un favor,
quizás no le quedaba mucho en esta vida- dijo alzando los hombros mientras sonreía levemente.
-Eso es por que no sabes de lo que te pierdes- dijo con aquel humor tan característico de él, yo deje
de reír y fruncí mi ceño -¿Siempre termino arruinándolo no?- pregunto algo avergonzado.
-Algo así- le dije restándole importancia –De cualquier modo, si no lo hicieras no serias Edward
Cullen- y ahora fue su turno de comenzar a reírse.
-OK, OK, no más comentarios sexuales para ti- me dijo y se volteo para observarme como si con
ello le creyese más.
Cuando finalmente llegamos a una zona residencial tan lujosa que mis ojos se abrieron
impresionados, fue que me percate de la magnitud del evento, tal cual lo había descrito Ángela,
incluso en vivo se veía más atemorizante.
-Wow- fue todo lo que dije al ver todo el jardín delantero iluminado sutil pero a la vez de manera
impactante.
-Lo se, siempre es lo mismo con las reuniones en sociedad- comentó Edward mientras estacionaba
en uno de los pocos lugares desocupados que iba quedando en el lugar -Conocerás a Alice así que
entenderás que no podía ser para menos- caminamos hasta la entrada donde fuimos recibíos por
unos mozos.
-Sr. Cullen buenas noches- saludaron ambos cuando vieron aparecer a Edward.
-Estaciona el Maserati en el garaje de la familia- le ordeno Edward entregándole las llaves, el
hombre se acerco inclinándose ante él como si fuese un Dios.
-Creo que deberías de dejar de tratar a la gente como si fuesen tus subordinados- le dije algo
molesta.
-Es su trabajo Bella- me contesto en un tono neutro, iba a replicar pero no alcancé ya que escuche
un grito que me asusto.
-¡Edward!- me gire algo asustada por aquel grito y me encontré con una rubia curvilínea el emblema
a la cirugía plástica.
-Hola Irina- saludo Edward educadamente sin entrar en mayor contacto físico pero al parecer para la
mujer eso no era impedimento ya que se tiro a sus brazos como si la vida se le fuera en ello.
-No sabes lo mucho que te e extrañado- le dije agarrándolo por el brazo mientras restregaba
literalmente sus siliconas en él –Has dejado de asistir a los juegos de polo- le dijo ella enfurruñada
como niña pequeña, Edward me miro pidiéndome ayuda y yo no pude hacer más que reír divertida
por la situación, quien lo iba a imaginar, Edward Cullen pidiendo ayuda para que le sacaran una
mujer de encima.
-Edward ¿no nos vas a presentar?- me hice notar en ese momento y la mujer al verse interrumpida
me fulmino con la mirada.
-Claro Bella, ella es Irina, Irina ella es Bella- nos señalo a ambas mientras conseguía zafarse del
abrazo de la mujer.
-Mucho gusto- la salude educadamente tendiéndole mi mano, ella la observo como si tuviese algo
contagioso y luego la acepto con una sonrisa fingida.
-¿Vienes como su pareja?- pregunto algo molesta y yo solo observe a Edward esperando a que él
contestara.
-Esa si es una excelente pregunta Irina- escuche la voz de otra mujer a mis espaldas, no fue
necesario girarme para ver quien era ya que ella se encargo de aparecer rápidamente delante de
nosotros para abrazar a Edward.
-Hola duende- saludo cariñosamente Edward mientras la abrazaba, la mujer llamada Irina observó el
intercambio afectuoso y tras poner una mala cara salio del lugar, la mujer llamada Alice de
contextura delgada, bajita y de un cabello negro intenso se separo del abrazo de Edward y su
mirada se posiciono en mi y me sonrío de manera tan grande que incluso hasta me asuste un poco.
-Hola, Alice Brandon Cullen- me saludo tendiéndome su mano y la acepte devolviéndole la sonrisa.
-Hola Alice, Bella Swan- me presente y sus ojos se desviaron lentamente hacia Edward en una
mirada picara.
-Un gusto- contesto sin dejar de mirarlo a él y de inmediato me puse nerviosa –Sabes que a tu
madre le dará un infarto cuando te vea- dijo la mujer llamada Alice con una enorme sonrisa.
-¿A quien le dará un infarto?- escuche otra voz seguida de un jadeo y de inmediato me gire para
ver, justo detrás de mí estaba una mujer de mirada tierna con aquellos ojos avellana, cabello color
caramelo y rostro más bien redondo, ella observaba embelesada a Edward, como si no lo pudiese
creer –Hijo- dijo ella sin dejar de mirarlo, por extraño que pareciera me daba la impresión de que la
mujer se largaría a llorar en cualquier momento.
-Hola mamá- le contesto Edward con voz suave provocando que a la mujer se le iluminara el rostro
y pasara corriendo por mi lado para lanzarse a los brazos de su hijo.
La escena era bastante emotiva dentro de lo extraño, la mujer bajita se posiciono a mi lado.
-No se que habrás hecho Bella para conseguir traerlo pero te has ganado el respeto y el cariño de
toda esta familia- me dijo ella y aparte la mirada del intercambio afectuoso entre Edward y su madre
para fijarme que Alice me miraba con una gran sonrisa.
-Puede que no lo hayas echo conciente- dijo apartando la mirada de mi para posarla en Edward –
Pero de que algo hiciste, lo hiciste- dijo sin dejar de lado aquella sonrisa orgullosa -Puedo
asegurarte que seremos grandes amigas- me dijo con una sonrisa difícil de ignorar, me gui hacia el
interior de la casa donde finalmente Edward nos presento como correspondía, presentándome
como una amiga lo que al parecer no dejo muy convencida a Alice y a su madre, ya que ambas me
miraban de manera pícara.
Cuando nos adentramos a la casa deje mi obsequió sobre la mesa en donde estaban en resto y fui
presentada a varios de los invitados, algunos eran amigos de la familia, compañeros de trabajo de la
festejada, familiares lejanos hasta que llegamos a los más cercanos, como a su esposo Carlisle
quien miraba a Edward de la misma manera que lo había hecho su esposa, me encontré con Jasper
y Emmett quien de inmediato me presento a Rosalie, su pareja.
-A si que tu eres la famosa Bella- dijo con una sonrisa y juro por Dios que en ese momento prometí
que si alguien más sonreía de aquella manera ya no me comportaría tan educadamente.
-Al parecer causaste una muy buena impresión en Emmett- contesto ella –Por lo que ha de ser
bueno lo que has hecho- no sabia como tomarlo aquello ya que parecía más una recriminación que
un elogio.
La fiesta comenzó a pasar tranquilamente, fue bastante agradable conocer a otras personas que
aunque no eran de mi estilo fui bastante sociable por así decirlo, entre fotografías que estaba segura
seria para las revistas sociales y beber algo de champagne por la festejada fue que llegamos a la
hora de la cena, estaban guiando a los invitados por el pasillo que conducía al patio trasero donde
se encontraban las mesas decoradas perfectamente y estas eran iluminadas por faroles que le
daban un toque más ameno (perfil)
-Bella- escuche que me llamaban y me gire para encontrarme con la madre de Edward que
caminaba hacia mí.
-Nada de señora Bella, puedes llamarme Esme- dijo con una sonrisa maternal, como aquellas que
me daba Sue.
-Las gracias tengo que dártelas yo- y la mire sin entender a que se refería –No se cuanto entiendas
de esto pero me trajiste a mi hijo de regreso- negué pero ella sonrío asintiendo –Conozco a mi hijo y
se que tiene un gran corazón pero ahora lo veo- se giro para observar a Edward que estaba con su
padre entre un grupo de hombres que eran amigos de su padre.
-Yo no…- y en ese momento quedé en completo shock ya que Esme me abrazo cariñosamente.
-Él se ve diferente Bella, no se que haya entre ustedes dos pero por favor cuídalo- su voz cargada
de aquel amor incondicional me hizo flaquear, no sabia que contestarle o como actuar por lo que
solo me limite a responderle el abrazo ¿Qué se supone que significaba esto? Edward no se fijaría en
mi, yo simplemente era la chica que se resistía a caer en sus redes pero no tenia fuerzas para pasar
nuevamente por lo mismo.
Capitulo 14
Bella
Tenia que decir que me sentía completamente extraña en medio de esta familia, inexplicablemente
todos me trataban con mucho cariño como si nos conociéramos de toda la vida, la cena había sido
absolutamente deliciosa, el ambiente cautivante e incluso el discurso de Carlisle, Jasper y hasta el
de Edward habían sido emotivos, yo me había sentado en la mesa familiar al ir como acompañante
de Edward y al ver un poco más de orden me había fijado que Jacob aún no aparecía, cosa que me
extraño.
-Debe ser increíble conocer tantos lugares solo por tu trabajo- dijo Alice, quien se encontraba
abrazada de Jasper, ambos emanaban tanto amor que incluso daba un poco de envidia por ser tan
permanente y verdadero, yo me encontraba con ellos ya que llevaba ya varias horas perdida de
Edward, desde la cena para ser exactos, bueno y tampoco es como si anduviese pegada como
siamesa a él.
-Como todo trabajo tienes sus cosas buenas y malas- dije bajándole el perfil al asunto, algo me
decía que si seguíamos hablando de mi trabajo terminaríamos hablando de Edward y de ese asunto
si que no sabia que comentar.
-Me imagino que la parte mala debe ser trabajar con mi hermano- dijo divertido Jasper,
simplemente le sonreí sin mucho que decir.
-No creo que tu hermano sea un completo ogro- protesto Alice mirándolo ceñuda, luego me miro a
mi con una gran sonrisa –Somos amigos desde que éramos niños- me contó –Y lo conozco muy
bien así que confío en que te a tratado bien- y ahí estaba nuevamente esa sonrisa cómplice que la
familia Cullen llevaba toda la noche regalándome.
-Es por que no tuviste que vivir con él- dijo su marido sonriente y aparte mi mirada de ellos para
darles privacidad.
En ese momento deje viajar mi vista hacia el resto de los invitados, todos muy glamorosos posaban
para las fotografías que saldrían en las revistas sociales, muchos grupos se formaban para una
platica y me quede en un grupo en particular, ya que encontré al fin esa cabellera cobriza poco
usual, Edward interactuaba con varios hombres de edad mayor a él pero se desenvolvía tan bien
como si fuesen de la misma edad.
-Me alegra que estés aquí Bella- salte del susto al escuchar a Alice tan cerca de mi, me voltee a ella
y Jasper ya no estaba, solo Alice mirándome contenta al descubrirme que miraba a Edward.
-Espero que no pienses que intento meterme en tu vida y la de Edward, Bella- la mire preocupada –
Solo quiero decirte de corazón que esperamos que las cosas funcionen entre ustedes ya que nunca
había visto a mi amigo así- declaro mirándolo a él con cierta melancolía –Edward no a tenido mucha
suerte con las mujeres y por eso suele ser algo arisco pero en el fondo es un niño que necesita ser
entendido, nada más- seguí su mirada para verlo a él sonreír entre sus pares pero si lo mirabas
detenidamente ahí estaba esa mirada que expresaba vació y soledad.
-Entre nosotros no pasa nada Alice- preferí ser directa de inmediato y no engañar a esta familia que
tan bien me han tratado.
-Eso es entre ustedes dos Bella, yo solo te pido que sea lo que sea que suceda no te cierres, se ve
que eres una gran chica y definitivamente lo ayudarías mucho aunque sea como amiga- ella me
miro y algo vio detrás de mi hombro que hizo cambiar su actitud –Hola Jacob.
-Bella ¿Qué haces aquí?- pregunto al verme y me gire para ver a Alice quien le fruncía el ceño.
-¿Que crees que hace aquí Jacob? Esta con nosotros celebrando el cumpleaños de Esme- le dijo
como si fuese un bobo.
-No claro que no, es solo que me extraño ver a Bella aquí- dijo sin dejar de mirarme y la verdad es
que me estaba poniendo nerviosa, Alice se alejo de nosotros no sin antes darme una mirada
amistosa.
-Con harto trabajo, tuve que solucionar un problema por eso la demora- dijo lamentándose pero
luego se recompuso y me miro con una sonrisa -Y a la espera de que cierta chica de ojos
chocolates acepte una salida conmigo- dijo con una sonrisa.
-Jake- le advertí –Aceptaré solo si esa salida es meramente amistosa- su sonrisa se redujo
perceptiblemente.
-Bella- dijo él como si le doliera escuchar eso y yo negué para que no comenzara algo que no
terminaría como él quería –Que testaruda eres- dijo a modo juguetón pero sus ojos quedaron sin
rastro de felicidad -¿Al menos un baile?- dijo tendiéndome su mano y en ese momento sentí mi
espalda arder como si alguien me observara minuciosamente, no me gire para comprobarlo, solo
acepte la mano de Jake para no ser descortés, después de todo si él se sentía así era meramente
por mi culpa por haberle dado alas a que pensara que esto podía llegar a otra parte.
-Solo un baile Jake- le advertí y él sonrío satisfecho con algo que paso por su cabeza.
La tranquila música de Jazz nos permitía bailar bastante cerca el uno del otro poniéndome nerviosa,
su rostro que estaba a escasos centímetros del mió y sus ojos fijos en mí mientras yo intentaba
desviar la mirada al resto de los invitados.
-Sabes- me dijo de pronto logrando captar mi atención y lo mire a los ojos, sus ojos estaban
levemente perdidos en alguna clase de recuerdo –Fui al cementerio a ver a mi esposa- dijo de
pronto y fruncí mi ceño sin entender a que iba eso –No e ido desde que murió.
-Llevaba años sin ir negándome a que ella había muerto- mi corazón se contrajo de tristeza al verlo
así, un hombre hecho y derecho quebrándose por el recuerdo de su esposa. Él seguía con una
mano tomada la mía y la otra en mi cintura mientras nos movíamos como autómatas al ritmo de la
música.
-Tú- dijo sin rodeos y yo lo mire como si estuviese mal de la cabeza –Aunque no lo creas Bella
desde que te conocí algo nuevo sucedió conmigo, reabriste todo aquello que había quedado
enterrado, todo aquello que olvide por el dolor a la perdida- sentí mi respiración acelerarse solo por
verlo así, mi cuerpo me estaba diciendo que corriera de ahí pero la mente siempre manda sobre el
cuerpo y ahí me quede para escucharlo, para ayudarlo en lo que yo pudiera.
-Nada- contesto el con un amago de sonrisa –Solo quería decirte que me ayudaste aunque no lo
supieras, me ayudaste a darme cuenta que debo seguir con mi vida, Leah hubiese querido eso para
mi- asentí en acuerdo.
-Ella estaría orgullosa de ti Jake- le dije cariñosamente y en un descuido que sucedió demasiado
rápido, él llevo sus labios sobre los míos dejándome completamente anonadada, él entreabrió sus
labios para succionar los míos mientras yo continuaba con mis ojos completamente abiertos debido
al asombro sin mover un solo músculo de mi cuerpo, quizás no había sido besada una millonada de
veces pero sabia la diferenciar entre el gusto de dar un beso y la necesidad de salir arrancando
como en este caso, él insistió un poco más pero cuando notó que yo no reaccionaba se separo de
mi con sus ojos cerrados.
-No diré que lo siento por que solo con sentir tus labios fue algo increíble, solo diré que lamento no
ser Edward- y en ese momento abrió sus ojos con tristeza mientras yo pestañeaba asombrada y a la
vez negaba vigorosamente.
-No te engañes Bella, puedo ver en tus ojos que sientes algo por él y lo peor de todo es que Edward
será mi amigo pero él jamás se interesará en alguien verdaderamente- aquello me dolió realmente.
-A ya tú si quieres creerme- me solté de su abrazo y cuando me iba a girar para marcharme de ahí,
él me volvió a abrazar.
-Perdóname Bella, no se que me pasa contigo pero me pongo un tonto cuando te tengo cerca- dijo
entre mis cabellos, con ese ángulo pude divisar que Edward nos estaba mirando fijamente y cuando
vio que lo estaba mirando volvió a los suyo fingiendo que no nos había estado observando.
-Suéltame Jacob- le pedí alejando la rabia y él lo hizo –Realmente estoy muy contenta por ti y el
gran paso que has dado pero tienes que entender que eso lo hiciste tu mismo, yo nada tuve que
ver- él comenzó a negar –Si Jake, sobre todo por que nunca te e prometido que entre nosotros vaya
a existir algo- me sentía mal solo con ver su rostro triste.
-¿Qué a pasado en este poco tiempo Bella? Nos llevábamos tan bien y ambos estábamos perdidos
en cuanto a las relaciones de pareja que parecía que juntos nos íbamos a complementar y a ayudar-
me sentí terrible de verlo así y en efecto él se había ilusionado con algo que yo no podía darle.
-No es así Jake, yo no estoy preparada aún para una relación- le dije sinceramente.
-Te bloqueas por eso no resultaría pero si me dejaras intentarlo verás que cambiarias de parecer
pronto…- y volvió a besarme pero esta vez de manera más desesperada y esta vez si reaccioné
alejándolo de manera brusca de mi.
–Por favor no vuelvas a besarme y menos en frente de tantas personas que pueden pensar lo que
no es- le dije al notar que un par de personas nos observaban asombrados, lo mire fijamente a los
ojos demostrándole mi molestia.
-No pienso disculparme- dijo pagado de si mismo –Tengo tiempo y soy una persona insistente-
volvió a acercarse a mi y yo puse mis manos en su pecho para alejarlo, como no deje que me
besara me besó la frente y se fue hacia el interior de la casa dejándome molesta y sin saber como
reaccionar.
-Veo que las cosas van avanzando con Jake- me gire asustada al escuchar la voz de Edward, no
supe como describir su voz o su rostro ya que estaba completamente neutro sin emociones.
-No te estoy pidiendo explicaciones Bella- esta vez su voz fue seria.
-No te las estoy dando pero dado el hecho de que hay ocasiones en que volamos con Jacob no
quiero que se tome por el lado equivocado, soy profesional y no me involucro con parte del trabajo-
él asintió pensativo.
-Da igual- dijo serio –Solo te pido que si quieren dar un espectáculo que sea en otra parte para que
no le arruinen la celebración a mi madre- sentí mi rostro comenzar a colorarse por la vergüenza,
después de todo era lo que yo también había pensado al ver que varias personas habían visto la
escena.
-Lo siento- me disculpe avergonzada –Ya le deje en claro que no quería que…- me cortó.
-Es tú vida Bella, puedes hacer con ella lo que más te acomode- y con esas últimas palabras se
alejo de mi dejándome con una sensación de vació que no me gusto para nada.
El resto de la celebración paso de una manera extraña, Alice y Emmett me acogieron bastante bien y
dado el hecho de que también habían visto la escenita con Jacob me dieron su completo apoyo y
me creyeron cuando les explique que no era algo que yo quería.
-Pude verlo en tu cara Bella, si literalmente no reaccionaste cuando te besó- expuso Emmett
-Que poco tacto tiene Jake- dijo Alice mirándome con cierta incertidumbre -¿Qué te dijo Edward?-
pregunto preocupada y en ese momento sentí un nudo en la garganta ya que desde que hablamos
luego de eso no lo había vuelto a ver.
-En definitiva me pidió que fuera más cuidadosa con mis demostraciones afectivas en la celebración
de su madre- dije restándole importancia.
-Claro, sobre todo no delante de él- dijo bajito Emmett pero Alice y yo escuchamos ya que lo
quedamos mirando, Alice con una sonrisa en acuerdo y yo con mala cara -¿Qué?- me pregunto
inocentemente –Mi mami me enseño a no mentir- y eso nos saco una gran carcajada a Alice y a mí.
-¿De que ríen?- nos pregunto Rose que se incorporo a nuestro pequeño circulo.
-De la cara de asco que puso Bella cuando Jacob la besó- le contó Emmett sin dejar de reírse y
Rose me miro de inmediato con mala cara.
-No, él la besó y ella no reaccionó y luego lo alejo- me defendió de inmediato Alice al verla con mala
cara.
-Emmett ¿me ayudarías a sacar un envase de la cocina, esta sobre la repisa por lo que no lo
alcanzo?- le pidió Alice.
-Veo que te gusta jugar a que dos hombres se peleen por una mujer- me dijo ella con cara de asco.
-Yo no quiero eso, además aquí nadie se a peleado con nadie- dije extrañada, no entendía por que le
caía tan mal a ella si ni me conocía.
-Lo mismo pensaba yo hasta hace un par de minutos que entendí por que dentro de la casa Jacob y
Edward estaban discutiendo, de no ser por que llega Carlisle estoy segura que hubiese terminado en
golpes- dijo ella molesta –Por que simplemente no te decides por uno de los dos y dejas de jugar-
dijo molesta.
-¿Qué?- le pregunté -¿Crees que intento quedarme con alguno de ellos?- le dije sin poder creerlo.
-¿No es así?- espeto arrogante –Llegas aquí con Edward y luego te besas con Jacob ¿Qué otra cosa
puede ser?- negué de inmediato.
-No se cual sea tu problema conmigo Rosalie pero Jacob me besó y le pedí que no volviera a
hacerlo, por otra parte Edward fue muy amable en invitarme pero entre él y yo tampoco sucede
nada- le dije algo molesta y ella me analizo.
-Conocí a Edward gracias a Emmett ¿y sabes que fue lo primero que pensé cuando lo vi?- percibí
que había bajado un poco aquel muro de frialdad hacia a mi, negué ante su pregunta –Que era un
hombre tan solitario y deseoso de amar que tenia miedo de expresarlo, con Emmett amamos los
deportes extremos por que nos sentimos libres, por que olvidamos, Edward intenta ser otra
persona, lo veo en sus ojos en cada salto, en cada riesgo él simplemente quiere alejarse de lo que
se a convertido y le gustaría dejarlo pero es difícil si el resto te juzga sin conocerte, es difícil si te
encasillan y no te dejan escapar- la mire atenta y su rostro se perdió en alguna clase de recuerdo.
Finalmente Rosalie se fue dejándome ahí sola con muchas ideas en la cabeza, no sabia si todo
aquello me lo había dicho para que considerara algo con Edward o para que simplemente me alejara
por que consideraba que yo no era buena para él, decidí la solución fácil y camine hasta la entrada
de la casa decidida a salir de ahí, llamaría un taxi y esperaría a que me recogiera para volver a mi
casa, a mi refugio personal.
-¿Dónde crees que vas?- me llevé las manos al pecho al escuchar a Edward hablarme prácticamente
al odio.
-Volveré a mi casa- dije sin mirarlo –Por favor despídeme de Esme y agradécele su hospitalidad- dije
mirando el camino esperando al taxi.
-No es de muy buena educación irse sin despedirse personalmente, sobre todo si dices que mi
madre fue tan hospitalaria, no se lo merece- me hizo sentir mal y lo mire.
-No quiero causarle más problemas- dije al recordar lo que había mencionado Rosalie con la
discusión entre él y su amigo.
-Además- continuo –No has bailado conmigo- pestañee incrédula por el cambio de actitud.
-¿Sufres de alguna clase de trastorno bipolar?- le pregunte extrañada y él simplemente sonrío de
aquella arrebatadora manera que te hace flaquear.
-Tengo que tratármela con medicamentos pero creo que los olvide este día –bromeo y me tendió su
mano para que entráramos a la casa, cuando la acepte la solté de inmediato al sentir nuevamente
esa corriente que solo me pasaba con él.
Finalmente el dejo su mano en la parte baja de mi espalda y me guío hacia el interior, quitándome el
abrigo nuevamente y entregándoselo al mozo junto con mi cartera de mano.
-Jake… ¿esta bien?- Le pregunte cuando íbamos caminando hacia la pista que ya estaba más
concurrida con otros bailarines, él me miro de manera inquisitiva.
-Creo que si, la última vez que lo vi estaba muy animado con un Jack Daniels en su mano- lo mire
preocupada –No te preocupes, estará bien- cuando llegamos al borde de la pista la misma rubia que
nos recibió se acerco a él con una gran sonrisa.
-Edward ¿quieres bailar conmigo?- le preguntó batiendo sus pestañas de manera coqueta.
-Irina ¿no ves que bailare con otra persona?- le dijo como si fuese lo obvio y lo vi rodando los ojos.
-¿Cómo en los viejos tiempos?- le pregunto de manera seductora como si él no le hubiese dicho
nada, en ese momento sentí pena por ella, como no se daba cuenta del NO rotundo -O mejor aún,
quizás como bailamos aquella vez en Fiji ¿recuerdas?- Edward chasqueo su lengua y al ver la mirada
lasciva de la rubia intente sacarme la idea de que habría sucedido en Fiji que la tiene a la pobre
chica híper ventilando.
-Olvídalo Irina- le contesto de manera educada –Ahora por favor deja de arrastrarte y ve por otro
que si este interesado- en ese momento Edward me tomo de la cintura y me dejo muy apegada a su
cuerpo, Irina me fulmino con la mirada, se giro y se fue indignada.
-Puede que no lo haya sido pero me estaba cansando- unió sus ojos a los míos estremeciéndome.
-¿Qué paso en Fiji?- le pregunte y él se tensó levemente pero se relajo al cambio de la música celta
que daba un toque más relajante al ambiente, pronto nos vimos envueltos en un baile tranquilo pero
a la vez cargado de cierta electricidad al sentirnos tan cerca.
-Digamos que el estar borracho en una playa paradisíaca no es un buen conjunto cuando estas con
una mujer tan- lo pensó –Tan pasional y pegadiza como Irina- dijo con una sonrisa.
-Aunque tengo que añadir a mi favor que hasta bebido soy muy bueno- percibí la nota de diversión
en su voz y recargue mi rostro en su pecho para bailar.
-En que buena estima te tienes- le dije divertida.
-¿No lo crees así?- me separo levemente de su cuerpo para mirarme a los ojos y su mirada intensa
me hizo estremecerme.
-Solo digo el poco amor propio que te tienes- le dije sarcásticamente dejándo mejor de lado ese tipo
de conversaciones.
-¿No crees en el sexo casual?- suficiente Bella, pensé en ese momento pero como siempre mi boca
siempre se adelantaba a mi cabeza.
-Puede ser- y en ese momento me palmee internamente ¿Qué parecía eso, una clase de flirteo?
-Es bueno saberlo- susurró con una amplia sonrisa satisfecha sin dejar de mirarme a los ojos.
Cuidado Bella que a la larga todos los hombres lo único que quieren es llevarte a la cama y luego
desecharte sin importarle tus sentimientos, me recordé.
-Pero que lindos se veeen- nos giramos asustados al escuchar la fuerte voz de Jacob llamando no
solo la atención de nosotros sino que de varios que estaban ahí cerca, y no solo eso, él estaba
borracho por lo que llamaba aún más la atención.
-Amigo estás borracho- dijo Edward preocupado acercándose a él pero Jake levanto sus manos
para impedírselo y ahí note que en una de ellas llevaba una botella de whisky a medio acabar.
-¿Amigo? Dices ser mi amigo cuando intentas nuevamente quitarme a la chica que me interesa-
Edward a mi lado se tensó al escuchar sus palabras, a pesar de que estaba borracho eran fuertes y
claras.
-Jacob- en ese momento se acercaron Emmett y Jasper acompañados de sus mujeres, todas igual
de preocupadas.
-No por favor déjenme acabar y así todos se enteran la clase de amigo que resulto ser Edwarcito, el
hijito bastardo- no entendí mucho sus palabras pero el resto puso mala cara y Edward entristeció
visiblemente.
-Mañana te vas a arrepentir de lo que estas diciendo- lo amenazó Emmett cuando comenzaba a
forcejear con Jasper para sacarlo.
-De lo único que me arrepiento es de haber sido su amigo- le escupió las palabras con su rostro
enmarcado por la desilusión y la cólera, vi a Edward y el seguía entristecido viendo a su amigo
reaccionar así -¿O es que no sabes lo que él me hizo?- provocó a Emmett.
-Jacob es suficiente- esta vez intervino Jasper quien forcejeaba aún más fuerte para sacarlo cuanto
antes, en ese momento divise a Irina con una sonrisa tatuada en su rostro disfrutando la escena.
-¡Él!- dijo apuntando a Edward –Quien dice ser mi amigo se acostó con mi esposa- dijo asqueado y
encolerizado, en ese mismo instante se instauro un silencio tensó dejándonos paralizados ante las
palabras de Jacob, no podía creer lo que estaba diciendo por lo que me gire a ver a Edward pero mi
corazón se quebró sin poder creer al ver su rostro apesadumbrado y arrepentido como aceptando
las acusaciones –Y no conforme con mi esposa muerta ahora intenta tirarse a la chica que me
interesa, si Edward- le dijo al verlo a la cara –Por que tú sabias desde un comienzo que ella me
interesaba y me juraste que para ti ella no significaba nada- algo dentro de mi hizo un fuerte crujido
como de quebrazón –Y resulta que ahora la invitas a las cenas familiares para impresionarla- me
lleve las manos a la boca para acallar el gemido de incredulidad, si eso era verdad yo era
simplemente un nuevo reto para Edward y lo peor de todo es que yo hubiese estado dispuesta a
arriesgarme, en ese momento me di cuenta que todas mis convicciones por hombres como él
habían quedado olvidadas desde que lo conocí verdaderamente, o al menos como él había fingido
ser conmigo ya que de todo lo dicho por Jacob, él no se inmuto a negar nada, solo a mirarlo de
manera triste como si algo de todo eso le doliera pero yo ya no le creería.
Capitulo 15
Edward
Ese fin de semana luego de mí viaje a Milán fue un completo desastre ya que sentía la necesidad de
salir y hacer algo nuevo, era como si algo me faltara por consiguiente fue poco lo que pude
concentrarme en el trabajo pendiente.
Al día siguiente cuando ya estaba en el trabajo me había sucedido algo nuevo y completamente
perturbador, no podía sacarme de la cabeza a Bella a pesar de que me estaba absorbiendo en el
trabajo.
-¿Todo bien?- levante mi mirada de los informes que tenía esparcidos sobre el escritorio para ver a
Jasper que estaba recargado sobre el marco de la puerta de brazos cruzados y mirándome entre
divertido y preocupado.
-No consigo llegar a un balance- le dije y volví mi vista hacia los documentos.
-Extraño en ti- y escuche como cerraba la puerta -¿Algo que te perturbe quizás?- el muy maldito
siempre había tenido esa percepción extrasensorial sobre todo si se trataba de mi.
-Solo quiero terminar esto rápido- le dije sin darle muchas vueltas –Pronto tendremos que viajar a
Japón a cerrar el trato definitivamente con "Corporation & Business"- le dije y en ese momento lleve
mi vista hacia mi correo electrónico que mantenía abierto para recibir información en el momento.
-Lo de siempre- conteste sin mirarlo ya que sabia a que quería llegar -¿Ya solucionaste el problema
que nos esta dando el Banco Central?- le pregunté ya que la semana pasada que no estuve, y que
nadie me informo, más que nada por que había dejado escondido mi móvil en un cajón de hotel
para ir al "Valle de Aosta" sin que nadie me molestara, de la orden del Banco central a la empresa de
reorganizar nuestro modo de trabajo ya que era insólito que nosotros estuviésemos sobre ellos, y
de paso me interrogo de por que no contesté el móvil algo más asombroso aún para él.
-¿Qué es eso de que aplazaste la idea del despido de los trabajadores de System Progress?- levante
mi mirada e inmediatamente me arrepentí al verlo con su ceño fruncido y aquella mirada inquisidora
–Eso si que es nuevo, Edward Cullen retractándose de una de sus decisiones- silbó fuertemente –
Pensé que nunca viviría para eso.
-¿Ya acabaste con las estupideces?- le pregunte molesto y el solo comenzó a reírse.
-Claro- dijo poco convencido –Supongo que estarás el viernes en casa de nuestros padres ¿no?-
tontamente estuve a punto de sonreír solo de pensar en ello.
-No me queda de otra ¿no? Sino después la gente se pone a hablar y no estoy interesado en dar
explicaciones públicas- zanjé el tema y Jasper me miro molesto.
-Al menos se que iras, aunque no sean por las razones correctas- se levanto de la silla para
marcharse.
Cuando él se fue la concentración fue aún peor ya que me estaba poniendo ansioso por que el
viernes llegara.
-Estoy reconsiderando en si hice bien en invitarla, quizás parezca otra cosa, algo así como una cita-
me dije preocupado.
¿Sabes cuales son las estadísticas de las mujeres que fingen orgasmos?
-¿Crees que sea el caso?- pregunte preocupado y solo recibí como respuesta una carcajada –Idiota-
dije.
En ese caso él idiota eres tú si yo soy tú conciencia, rodé los ojos y seguí con mi trabajo o con el
intento que estaba haciendo.
Pase los primeros tres días de la misma manera, absorbido en el trabajo, luego llegaba a casa para
continuar allá y me quedaba dormido hasta tarde pensando en por que esa insulsa chica estaba
llamando tanto mi atención.
Já, trabajo.
Eso era parte de la rutina, los constantes monólogos con mi cabeza acerca de las cosas que estaban
pasando por ella, no me dejaban tranquilo ni en las duchas matutinas por consiguiente en el trabajo
menos.
¿Por qué siento que estas buscando una excusa para ir a buscarla?
Que extraño por que es eso precisamente lo que estas haciendo aquí arriba, iba a replicar hasta que
oportunamente apareció mi amigo.
-¿Tienes alguna idea por que los inversionistas de Grecia quieran afiliarse expresamente con
nosotros?- me pregunto entrando a mi oficina como si fuese el living de su casa, tenia en sus
manos unos documentos que no dejaba de leer –Me parece extraño ese repentino entusiasmo-
declaro y me tendió los informes, los leí y en efecto no era mucho lo que pedían en ganancias lo
que llamaba aún más la atención.
-¿Estas bien? Jasper ya me había mencionado que estas como en otro planeta y las secretarias no
dejan de hablar sobre la orden que diste de no despido- rodé los ojos, ¿es que nada se podía
mantener en estricto secreto profesional? Ya hablaría con Jessica, además tenía un asunto
importante pendiente.
-Estoy intentando terminar un balance desde hace un par de día y aún no lo consigo- le confidencie
causando que Jacob abriera sus ojos asombrados.
-No me causa gracia sabes- retome mi labor pero Jake no se iba de la oficina.
-Estaba pensando en invitar a Bella a la cena de tu madre- OH OH, exacto oh oh apoye a mi cabeza.
¿Por qué no le dijiste de antes que la habías invitado tú? Después de todo era para ayudarlo a él
¿no?
-Si ya se lo que me dirás- abrí mis ojos asustado –Que no te hable de Bella Swan por que no la
crees adecuada para mi, bla bla bla- suspire tranquilo –Dale una oportunidad, la chica es realmente
increíble.
-Gracias- susurre bajito pero volví a mirar a Jake –Aunque no lo creas estaba intentando saber si la
chica tenia buenas intenciones- puse mi mejor cara.
-Entonces no es nada en plan conquista de esos tuyos ¿no?- Jake tenia su ceño fruncido.
-Ella no me interesa para nada- dije seguro y él me miro unos segundos analizando mi respuesta,
luego sonrío brevemente.
-Iré mañana por la tarde a su casa para invitarla a lo de Esme- y con eso último se despidió
dejándome peor aún de lo que ya estaba.
-Necesito preguntarte algo- ella asintió nerviosa -¿Por qué me dijiste que Isabella Swan no quería
trabajar para mi hace dos años atrás?- le pregunte alzando mi ceja esperando su respuesta, su
rostro se descompuso al verse descubierta –Y espero no estés pensando en alguna mentira por que
sabes que igual lo descubriré- ella asintió.
-Fue por Tanya señor, ella me chantajeo para que la dejara a ella en lugar de Isabella- dijo
tímidamente.
-¡Como que te chantajeo! ¿Con que?- le pregunte enojado y ella se ruborizo fuertemente.
-Yo ya estaba casada cuando us…usted y y…o- retorció sus dedos entre si.
-Había solicitado a Ángela Weber solo que al parecer ella no pudo y desde la empresa enviaron a
Isabella Swan como reemplazo, no tuve nada que ver en esa decisión- asentí.
-Déjame a mí- susurre bajito –Pero que sea de la cafetería de la esquina- levante mi voz y le dije
cuando ya iba como a la mitad del pasillo, ella me miro, asintió y de inmediato se puso en marcha a
paso rápido, en cuanto desapareció de mi vista perdiéndose por el ascensor me metí en su
ordenador.
-Pero si le pregunto directamente sabes que mañana o quizás esta misma tarde toda la empresa se
entere- ambos sonreímos en acuerdo.
Y busque en su ordenador los archivos de mis trabajadores directos, conocía muy bien los
programas por lo que pronto di con el folio de Isabella Swan, pase rápidamente la información
laboral hasta que llegue a la personal y anote su dirección.
-He conocido a varias castañas en mi vida- dije restándole importancia, estaba seguro de que si mi
conciencia tuviese ojos, éstos los rodaría.
Cuando sentí el pitido del ascensor acercarse, me levante de un salto y entre a mi oficina
sintiéndome un niño haciendo travesuras.
Cuando llegue a casa esa tarde Irma me estaba esperando con una sonrisa en su rostro.
-Hola nana, si estoy bien gracias algo cansado pero con un buen sueño me repondré ¿Cómo estas
tú?- le pregunte llegando a ella y dándole un beso en la mejilla.
-Me alegro que estés haciendo las cosas bien hijo, tu madre te ama- ella me abrazó con mucho
cariño.
-No te hagas ilusiones nana, iré solo por que no quiero que después comiencen a especular por que
uno de sus hijos no asistió- frunció el ceño molesta.
-¿Hasta cuando seguirás rechazándola? Ella hizo lo que hizo por que te amo desde que te vio- y algo
la hizo callar en ese momento –Será mejor que me vaya, Kevin esta esperando por mí- me abrazo y
me besó y se marcho.
Definitivamente ella sabe algo más de lo que se te dijo hace siete meses atrás, asentí en acuerdo.
Al día siguiente en el trabajo las cosas no habían sido muy distintas, como aún no conseguía
terminar el balance de fin de mes y ya tenia en la cabeza otra idea mejor, decidí relegar mis
responsabilidades a Arthur del sexto piso, contador desde hace ya varios años, solo que como
siempre me encargaba personalmente de hacer esa parte del trabajo, no tenia que contar con él
personalmente.
-Arthur- el hombre se asombro cuando me dirigí a él, de un salto se puso de pie cuando lo tuve de
frente y pude ver que su rostro estaba tan nervioso que su frente se perlo de inmediato con sudor.
-Estoy haciendo una prueba a mis empleados de más años y esta vez te toco a ti demostrarme si
estas realmente capacitado para seguir utilizando este puesto- le tendí los informes que ya por
cuatro días no conseguí sacar nada –Demuéstrame que puedes terminarlos para el viernes por la
mañana- le dije y el los tomo, cuando los leyó su ceño se frunció –Te advierto que tengo las
respuestas por lo que no podrás engañarme- le dije altivo.
-¿Un balance mensual?- pregunto como si no lo pudiese creer y yo lo mire con mala cara.
-¿Qué, es demasiado difícil para ti? Por que si es así puedo ir donde…- el me cortó.
-No señor por supuesto que no, es solo que pensaba que si era una prueba seria algo más
complicado pero puedo hacerlo.
Pobres hombres, los tienes trabajando al borde de los nervios, sonreí satisfecho.
-No me desilusiones- le dije antes de salir y el asintió.
-Gracias por la oportunidad señor- dijo agradecido y salí de ahí antes de que comenzara alguna
clase de escena melodramática, al menos ya podía dar por hecho el balance de fin de mes.
Hasta hace poco que la castaña te hizo cambiar de parecer, gruñí molesto por que me recordaran
las cosas que había hecho.
Me fui hacia los estacionamientos y de la cajuela saqué mi ropa deportiva, paré en un servicio de
gasolinera más alejada de la empresa y me cambie.
Con el GPS dí de inmediato con el departamento de Bella y subí decidido a escuchar un si como
respuesta a lo que tenia pensado.
Según tú ¿todo esto es para que Jacob no este con ella y así no la invite donde Esme?, asentí y
escuche un bufido.
Cuando ella abrió la puerta se vio completamente asombrada por mi presencia, la salude pero ella
me hizo callar ya que estaba hablando por teléfono.
-Si Jake aquí estoy- fruncí el ceño, el muy perro no se resistía ni un minuto ya que era relativamente
temprano, había dicho que vendría por ella por la tarde, cuando escuche que ella le preguntaba por
salir con él le hice señas para que no lo hiciera pero su respuesta de "no quiero mentir" me ayudo
bastante ya que le dije que no lo seria ya que saldría conmigo, ella me miro un poco y le contesto
que no podía.
Me adentre en su casa sintiendo lo acogedora que era, todo muy bien decorado.
Cuando descubrió que la había investigado para saber donde vivía por primera vez en muchos años
sentí que me ruborizaba pero lo negué de inmediato.
Sonreí para mis adentros cuando conseguí mediante la manipulación emocional hacerla venir
conmigo, era un hecho que a nadie le gustaba que le dijeran cobarde y desafiarlo a demostrarlo era
un "si" seguro, así como ella lo había hecho en ese momento.
Cuando se perdió para cambiarse volvió a los pocos minutos cosa que me pareció extraño ya que
estaba vestida igual, me comento que su hermanastro Seth le había pedido que firmara una revista
para él.
-Recuerdo esta entrevista- dije mirando la portada, me quede un par de minutos contemplándola
luego de que le dijera a Bella que fuera a cambiarse.
Me reí cuando recordé que para ese viaje me habían vinculado con dos modelos, la excursionista
guía y hasta con la dueña del "Interlaken" que quedaba en los Alpes Suizos, ese invierno fui a
esquiar con unos amigos pero el cambio de clima me había afectado como nunca dejándome en
cama prácticamente toda la semana de vacaciones, mis amigos aprovecharon los días y los
periodistas al no verme con ellos comenzaron a especular de que estaba en mi cuarto de hotel con
todas esas bellas mujeres, cuando en realidad estaba tomando pastillas, con el papel higiénico como
mi único amigo y con el cuerpo lleno de compresas frías para bajar la fiebre.
Cosas que ellos inventaban para conseguir vender más ejemplares a mi simplemente me divertían
ya que estaba claro que nunca podría sacarme de encima el papel de mujeriego.
No es por que estés intentando cambiar precisamente, es por que no puedes sacarte a cierta
muchacha que en estos momentos esta completamente desnuda un par de cuartos más allá que no
te deja concentrarte ni hasta con nuestras amigas.
Decidí pasar ese comentario por alto y tome el bolígrafo que Bella trajo para firmarle la revista a su
hermano.
"La vida es una sola por lo que hay que disfrutarla 100%
-No seas ridículo, es un niño que necesita que sus héroes sean personas reales, como su hermana-
dije como si fuese lo obvio, cuando era pequeño para mi no existía superman, Batman o tantos
superhéroes que habían, sino que solo era Carlisle, hasta ese entonces.
Cuando Bella salio completamente cambiada no pude evitar mirar su cuerpo que se deleitaba tan
bien en esas ropas ajustadas y para no hacerlo muy obvio simplemente la saqué de su casa con
dirección a "Freedom"
Tal cual lo imaginé las bromas de Emmett no se hicieron esperar, su cara de asombro cuando me
vio llegar con Bella era de portada pero se recompuso ya que sus bromas no se hicieron esperar.
Sentí cierta opresión de admiración cuando ella decidida dijo que saltaría y solo por aquel
sentimiento salté de inmediato, este era el único modo que encontraba de aclarar mi mente, la
libertad, el despojo de toda esta vida la dejaba atrás y lo único que quedaba era este Edward
mundano arriesgando su vida junto con su conciencia y la adrenalina como mejor compañera.
Al llegar abajo me desconecte de los cables y observé un pequeño intercambio de palabras entre
Emmett y Bella hasta que me percaté que él literalmente la había empujado.
Eso no debía ser así ya que se le podía crear cierto miedo y rechazo a las personas hacia las alturas,
cuando la bajamos ella estaba en un estado de shock que me dejo completamente preocupado.
-¡Emmett, estás loco!- regañe a mi amigo, él solo se reía y miraba divertido a Bella, yo no lo
encontraba nada gracioso, solo tenia ganas de matarlo.
Cuando Bella finalmente se recupero luego de la cantidad de insultos que le di a mi amigo, ella nos
sorprendió aún más diciendo que quería hacerlo de nuevo, Emmett menciono que ella seria una de
las nuestras así como lo fue Rosalie, me hizo sonreír como niño con juguete nuevo.
-¿No te parece asombroso que una mujer comparta este tipo de gustos?- dije admirando como ella
saltaba nuevamente mientras le tomaba algunas fotografías con mi cámara.
Lo seria si lo dejaras en el plan deportivo, pero si la sigues mirando con esa cara de bobo creo que
enfermare.
-Exagerado- dije simplemente y seguí retratando, entre los saltos de ella y de Emmett, quien luego
me tomo fotografías a mí.
Cuando ya se hizo tarde nos fuimos y pase a dejarla mencionando que le había tomado algunas
fotografías, yo amaba la fotografía por lo que cuando me percate de que ella disfrutaba con lo
mismo, tuve que tomarle algunas para su propio recuerdo.
Cuando ella me invito a tomar un café a su casa sentí que el corazón se me aceleraba pero ella
menciono que era para ver las fotografías.
-Claro solo serán un par de minutos- conteste molesto ¿es que siempre tenia algo que decir?
La verdad fue bastante agradable la conversación hasta que al parecer metí la pata cuando hable
acerca del tema sexual diciendo que ella no estaba en mis listas.
"¿mira resulta que ya te había visto hace dos años y me llamaste fuertemente la atención?" no seas
ridículo amigo, la gente no da segundas oportunidades, menos a hombres como nosotros, acepte
aquello.
-De todos modos no puede pasar de un encanto físico, ella realmente a demostrado que es una
persona correcta por lo tanto nunca se fijaría en mi- dije apenado cuando me recostaba en mi cama.
Si le hablaras con la verdad quizás ella pueda entenderte y de paso le dices a tu amigo por lo que
tuviste que pasar.
-¡¿Estas loco? Antes de comenzar a explicarle como pasaron las cosas él ya estaría golpeándome y
con justa razón- dije como si fuese lo obvio.
-Para ti es fácil decirlo si te pasas los días ahí arriba sin tener que dar la cara- bufe frustrado y me
acomode de mejor manera para dormir.
Puede que no este dando la cara pero de un tiempo a esta parte se me hace difícil tener que estar
compartiendo este espacio reducido con los pensamientos de ella, no cabemos, sonreí divertido y
me deje llevar por el sueño.
A la mañana siguiente desperté más ansioso de lo que había recordado últimamente, me bañe, vestí
uno de mis trajes para la oficina y desayune algo a la carrera, guarde mi terno para la cena de esa
noche en una bolsa especial y la guarde en la maleta, en la oficina me cambiaria.
Tal cual lo pedí Arthur apareció con el balance de fin de mes en un correcto orden, solo esperaba
que los cálculos fueran los correctos por que ciertamente no tenia cabeza para comprobarlo,
después de todo por algo se los había encomendado a él.
Con mentiras
-¿Esta todo bien Señor?- pregunto Arthur preocupado, yo hice como que los comprobaba desde mi
computadora, que en realidad tenia el juego de Póker Online.
-Felicitaciones Arthur, has hecho un excelente trabajo- nota mental, considerar a este hombre para
un ascenso –Se te notificara pronto la decisión que tome pero puedes estar tranquilo- el suspiro y
me agradeció tendiéndome la mano cosa que me dejo algo asombrado.
-No hay de que- dije remarcando las palabras para apartar las otras de mi cabeza.
Cuando el hombre salio discutí el simple hecho de que el hombre había sido agradecido por lo que
había hecho por él.
Ese es el asunto, tú no hiciste nada por él, en cambio el te salvo el trabajo que tú debiste terminar
desde comienzos de esta semana pero no lo pudiste hacer por estar pensando en…
-¡Ya basta!- lo corte –Eres mi conciencia pero solo tienes derecho a hablar cuando lo necesite o me
veré en la obligación de ir a un psiquiatra- tras esa amenaza en esta oficina solo reinaba un
armonioso silencio que me hizo sonreír y trabajar tranquilo.
Cerca de la hora del almuerzo me cambie de ropa ya que luego tenia una junta con los
inversionistas holandeses por lo que saldría con el tiempo justo, cuando estaba por salir a la junta
Jessica me informo que tenia una visita.
-Hágalo pasar- junte los informes que debía resolver en esa junta y Jenks en ese instante entro
como siempre, nervioso, como si le fuese a hacer algo.
¿Será por que nunca has sido muy sutil para tratar a tus trabajadores?
-Puede dejarme el informe y retirarse, tengo una junta en unos minutos- le dije sin mirarlo.
-Es que necesito explicarle algunas cosas que salen en él- dijo nervioso, levante mi mirada de los
documentos.
-Gracias señor, lo poco que pude averiguar se lo traje de inmediato para no hacerlo esperar- dijo
nervioso rebuscando en su maletín.
-Si señor- dijo y me tendió un folio que tome de inmediato viendo como mi mano tiritaba por los
nervios.
El corazón se me contrajo enormemente cuando vi un par de fotografías de los que serian mis
padres, ella era una mujer rubia, con sus ojos verdes como los mios, delgada con una sonrisa
maternal muy calida mientras que él tenía ese mismo aspecto imponente del que yo me sentía tan
orgulloso, mismo color de pelo, hasta el desorden. Además había datos como fechas y lugar de
nacimiento, ambos hijos únicos, ella dueña de casa, él trabajaba para una empresa de Bienes raíces.
Leí rápidamente hasta llegar a la parte que me interesaba, se mencionaba que ambos fueron padres
de un único hijo cuando ella tenía los 24 y él 30 años de edad.
-¿Dónde están?- pregunte con el ceño fruncido mirando a Jenks a los ojos, el trago en seco y se
secó la frente.
-Eso es lo que quería decirle personalmente señor- añadió nervioso –Se dice que el hombre murió
pasados algunos meses cuando su esposa dio a luz- la garganta comenzó a picarme extrañamente –
Y ella con el bebé desaparecieron en cosa de días luego de ese rumor.
-Si señor, no se a encontrado vestigio aún de que hayan muerto pero eso es lo que se dice- retórico
sus manos.
-¿Y el bebé?- pregunte no muy seguro de que había dado con las persona correctas.
-Se desconoce que sucedió con ellos señor- me levante de mi asiento frustrado.
-¿Estas seguro que son las personas correctas?- me acerque hasta él y él se encogió en su asiento
asustado.
-Si señor, se les vio por última vez en Inglaterra el lugar de nacimiento de ambos.
-¿Y que averiguaste en ese lugar?- no podía quedarme solo con esa información, necesitaba
conocer más.
-Dicen que la pareja era muy solitaria, sin familiares o amigos por lo que me a sido difícil encontrar
algo más, si quizás me dijera algo más acerca de alguna persona que lo haya conocido en persona
podría dar con su paradero.
Sabías que tarde o temprano tenias que hablar con Esme del asunto, el correr como un loco cuando
te dijo que no eras su hijo sanguíneo no fue muy maduro de tu parte y ahora debes enfrentarte a lo
que ella quería contarte, enojado me revolví el cabello aceptando que esta vez mi conciencia tenia
razón.
-Puede marcharse, no prometo nada pero intentare buscar a alguien que pueda saber de ellos-
Jenks asintió y de inmediato dejo mi oficina.
Le pedí a Jessica que no me molestara y que informara que por motivos de fuerza mayor no podría
asistir a la junta pero estarían Jasper y Jacob.
-Resulta que desde que nací soy tan despreciable que mis padres me abandonaron- dije
sintiéndome mal, el dolor de aceptar algo como eso era realmente profundo, como un loco por la
rabia comencé a lanzar las cosas que tenia sobre mi escritorio, los informes, mi laptop, el cuadro
familiar, tantas cosas que en ese momento no tenían importancia para mi.
No saques conclusiones apresuradas, aún no conoces realmente como fueron las cosas.
-¿Entonces puedes explicarme por que las personas me abandonan, todas aquellas que realmente
me importan?
No todos son así, Esme, Carlisle, Jasper, Alice, Emmett, Rosalie hasta Jacob han sido
incondicionales.
-Esme y Carlisle solo sintieron lastima por un guacho abandonado, Jasper creció creyendo que era
su hermano- un fuerte dolor en el pecho se instauro ahí de manera permanente –Emmett ama hasta
las gaviotas, Alice y Rosalie me ofrecieron su amistad por diversas situaciones, la primera por ser el
"hermano" de su esposo y la segunda por pena cuando se entero lo de Leah- era extraño que el
recuerdo no fuera tan doloroso como podía haberlo sido antes –Y Jacob, sinceramente no creo que
pueda considerarlo si no e sido capaz de ser sincero con uno de mis mejores amigo.
Me senté detrás del escritorio, entre mi platica personal podía escuchar perfectamente a Jessica
llamarme preocupada desde la sonajera de mis cosas ser lanzadas pero desde que le grite que no
se le ocurriera entrar así lo había hecho pero al parecer no le quedo muy claro ya que la puerta
nuevamente se volvió a abrir.
-¡Dije que no quería ver a nadie!- grite pero la voz de ella me tranquilizo por completo, como si
desprendiera bálsamos relajantes.
Cuando escuche la puerta cerrarse le advertí que no debió entrar más que nada por que estaba
enojado y triste como nunca antes, no me gustaba que nadie me viera así ya que el sufrimiento de
uno es el poder del adversario.
Su voz se escuchaba preocupada pero le aseguré que estaba bien, siempre lo estaba para el resto
cuando en realidad era el resto quien me encasillaba en algo que a veces me aburría ser, cuando
intentaba salir era el resto que no me lo permitía, las segundas oportunidades no estaban hechas
para alguien como yo.
-Sabes, no eres superman y quieras o no tienes sentimientos y sientes emociones, sea lo que haya
pasado te tiene mal- ¿lo dirá enserio? ¿Será que realmente a ella le importa como pueda llegar a
sentirme?
Escuche sus pasos acercarse y me recordó de la cena familiar a la que no tenia ánimos de ir,
menos ahora que me sentía más despreciable cuando en realidad mi "familia" simplemente me
había recogido, me dieron ganas de reír cuando ella menciono que debía hablar quizás con mi
madre por que eso a ella le ayudaba a superar sus tristezas.
Cuando le recordé lo de su madre me sentí un bruto, no por que yo estuviese pasando por esta
clase de conflictos tenia el derecho a escarbar en su propio dolor pero ella nuevamente me
asombro con su respuesta, la observe largos minutos debatiéndome si dejar que sus palabras me
dejaran convencer o no pero en aquellos ojitos se veía tanta veracidad que no me pude negar
cuando ella me indico un espacio a mi lado para sentarse.
Su capacidad para aceptar las cosas que habían sucedido en su vida me dejaron con una sensación
de admiración, ella era muy pequeña cuando su madre la abandono, al menos yo era un bebé y
crecí con la idea de que mis padres lo eran hasta no hace mucho pero ella creció con ello y en lugar
de optar por el rechazo de su madre, ella acepto que la vida le había dado otra madre, una que
realmente la ama y la cuida.
Como Esme y Carlisle lo son para ti, Como Jasper que es un Seth más crecido.
Pero aún así con todo lo que tuvo que vivir, no era capaz de juzgar a aquella madre que la abandono
sin miramientos.
Tras su explicación el ambiente poco a poco comenzó a calmarse y hasta bromeamos un poco,
cuando acepte su mano para que me ayudara a levantarme sentí un sensación que me recorrió el
cuerpo, pero no era algo así como lujurioso, sino más bien tierno y calido, en ese momento incluso
me deleite con la belleza que se podía ver debajo de ese largo abrigo, no me resistí y así se lo hice
saber.
Con una extraña fuerza que Bella me había entregado decidí ir a enfrentarme a todo aquello que me
atormentaba, desde hablar con mis padres que realmente lo eran por que me amaron desde que
decidieron quedarse conmigo, hasta incluso hablaría con Jacob y le contaría las cosas que habían
sucedido en el pasado.
¿Serás capaz de decirle a la cara que tuviste algo con su esposa difunta?
Sabes mejor que nadie como fueron las cosas y esta noche las aclarare, pensé seguro mientras
caminaba con Bella al estacionamiento para ir a aquella cena que prometía más que cualquiera de
las otra.
Capitulo 16
Edward
Tengo que decir que me agrado mucho cuando Bella menciono que le había comprado un obsequio
a mi madre, definitivamente algo muy considerado.
Cuando ya íbamos de camino a la cena en casa de mis padres, para amenizar el viaje opte por
contarle a Bella algunas anécdotas divertidas que me habían sucedido, lamentablemente siempre
eran en el plano sexual.
De seguro cree que eres un pervertido, deberías mejor contarle anécdotas infantiles y así ella se
enternecerá, aconsejo pero no alcancé a hablar de ello ya que Bella se vio algo incomoda con el
último comentario por lo que mejor se opto por el silencio.
Cuando al fin llegamos a la residencia Cullen, Bella se veía asombrada tanto así que me hizo sonreír
con ella, esa era la misma reacción de quien veía la casa de mis padres por primera vez,
lamentablemente la sonrisa que se me había formulado en los labios desapareció cuando escuche
aquella voz estridente de Irina que se acercaba a saludarnos, nos conocíamos desde la universidad
ya que ella era compañera de habitación de Leah y lamentablemente para mi ella conocía más de lo
que quisiera, cuando ya estuvo cerca de nosotros en realidad se acerco a saludarme a mi ya que a
Bella la ignoro por completo, podía decir que había sido entre una suerte y a la vez no, que justo en
ese momento haya llegado Alice, bien por que al menos me saco a Irina de encima y mal por que su
mirada se volvió entre inquisidora y picara cuando me vio con Bella, ambas se saludaron
amablemente y podía afirmar que ella lo único que quería era ponerse a dar brinquitos de alegría.
-¿A quien le dará un infarto?- escuchamos tras un comentario de Alice, cuando los ojos avellana de
mi madre, los mismos de Jasper, se posaron en mi pude escuchar un jadeo de impresión que salio
de sus labios, quizás ya había perdido la fe en que vendría a su celebración, ella estaba ahí tan
hermosa como siempre esperando mi reacción.
-Hola mamá- le sonreí para que viera que no venia en plan de rechazarla, después de aquella
extraña conversación con Bella en mi oficina, me hacía querer mucho más a mi madre, quizás
agradecido por haberme cuidado, criado y amado cuando mis verdaderos padres no tuvieron el
coraje de hacerlo, cuando ella escucho y vio mi manera de tratarla no lo pensó más y corrió a mi
para abrazarme de aquella manera que siempre me calmaba cuando era un niño y me lastimaba
jugando, cuando me sentía cansado en la universidad o incluso de aquella manera tan protectora
cuando le confidencie mi relación con Leah –Gracias- le dije al oído cuando la tenia entre mis
brazos, ella se separo levemente de mi sin entender mis palabras pero algo en mis ojos la izo
sonreír y besarme la mejilla con tanta emoción que creí que lloraría en ese mismo momento.
Juntos de la mano entramos a la casa para saludar al resto de los invitados, cuando apareció mi
padre y nos observo de la mano con mamá, sus ojos brillaron con tanta emoción que me
revolvieron las entrañas.
-Hijo- fue su saludo con un fuerte abrazo que respondí de inmediato, tenia que reconocer que en el
fondo los había extraño tanto, sus concejos y su manera entregada de amar.
-Necesito que después hablemos- le dije a ambos y ellos se miraron entre afligidos y preocupados –
No es nada malo mamá, solo necesito hacerles algunas preguntas- ella asintió sin muchos ánimos,
quizás sabiendo de antemano lo que necesitaba hablar con ellos.
-No te preocupes hijo, luego de la cena- contesto Carlisle con una sonrisa cortes.
-¿Han visto a Jacob?- les pregunte, estaba decidido a terminar con todos los asuntos pendientes
esa misma noche pero mamá comentó que Jake se había escusado ya que no había podido salir
aún de la oficina.
-Deberían darse un respiro de la empresa hijo, todo marcha estupendamente- comentó papá –
Realmente lo han hecho muy bien Jasper y tú desde que los e dejado a cargo, sobre todo tú que es
quien lleva el mayor peso- su halago me hizo sonreír y el palmeo mi espalda orgulloso –Han crecido
incluso más y en menor tiempo de lo que yo mismo hice- mamá nos pidió que al menos por esa
noche no habláramos de trabajo, cosa que nos hizo reír ya que siempre era lo mismo con nosotros,
al menos antes de que me distanciara.
-Así que Bella ¿eh?- me pregunto mamá con una sonrisa de oreja a oreja imposible de borrar.
-No pienses cosas que no son mamá, ella y yo somos muy amigos- mire hacia donde estaba ella
hablando con Alice y mi hermano.
-Alice es tú amiga y a ella no la ves de la misma manera- aleje mi mirada de ellos por aquel
comentario.
-No la veo de ninguna manera, además no te hagas ilusiones con cosa que no son, Jacob esta
interesada en ella- aquel comentario sonó algo triste por lo que decidí restarle importancia.
-No otra vez hijo- me dijo preocupada mi madre –Se que tienes que seguir sintiéndote culpable pero
recuerda que las cosas se hacen de a dos- asentí pero no conteste, no quería comenzar a hablar de
aquello.
Cuando fuimos al jardín trasero para la cena me encontré la grata sorpresa de que mi madre mando
a colocar un puesto más para la gran mesa familiar, frente a mi estaba una sonriente pero nerviosa
Bella que no dejaba de hablar con Alice, Jasper e incluso Emmett que de vez en cuando me miraba
solo para alzarme las cejas de manera cómplice, como si supiera algo más.
-A que te refieres- le pregunté bajito sin dejar de mirar como ella se desenvolvía cada vez con más
confianza.
A lo bien que ella encaja en tu vida, en tu familia, con tus amigos, bufé con una mueca en mi rostro
y negué de inmediato.
-¿Te sientes bien hijo? ¿Te duele algo?- me pregunto mi madre preocupada que estaba mi lado, le
sonreí y le dije que todo estaba bien solo que me dolía un poco la cabeza, gracias a una vocecita
algo molesta de vez en cuando añadí para mí.
Solo te digo lo que muchos quisieran hacer, solo que si no lo hacen es por que temen a lo que tú le
hagas a ellos pero como a mi no puedes hacerme nada, dijo divertido disfrutando del hecho que era
verdad.
Cuando llegó el momento de los brindis mi padre fue el primero, habló de cómo conoció a mi madre
y lo hechizado que quedo cuando ella le dio una cachetada creyendo que era un acosador cuando
mi padre prácticamente la siguió todo el día para conocer algo de ella luego de verla pasar por una
calle concurrida entre tantas personas, pero él dice que solo ella caminaba junto a él.
Luego fue el turno de Jasper pero éste simplemente le agradeció todo lo que había hecho por ella,
luego me miro a mi para que continuara con algún discurso, sentir las miradas de tantas personas
puestas en mi por primera vez me afecto de una manera que me hizo dudar si hacerlo o no, me alcé
en mi asintió y mire a mi madre quien tenia sus ojos llenos de lagrimas por los discursos pasados.
Por favor no lo vayas a arruinar, si quieres alegarle algo fantástico que hizo por nosotros espera
para después cuando estén solos, me rogó mi conciencia.
-Se lo que estoy haciendo- le conteste molesto y escuche que mi padre al lado de mamá se
aclaraba la garganta para llamar mi atención.
-Creo que es la primera vez que no se como expresarme de la mejor manera- ese comentario saco
varias risas de entre los invitados pero el rostro de mi madre se torno algo triste pensando que era
algo malo para ella –Pero tengo que añadir que no es fácil cuando se trata de hablar de la mejor y
más maravillosa madre que alguien pueda tener- sus ojos brillaron nuevamente y me sonrío
iluminando una parte ensombrecida de mi vida en estos últimos meses –Tú que sin importar las
noches en vela, los llantos de hambre, sueño, malestar e incluso la falta de un cambio de pañales,
me amo como nadie en esta vida- sentí mi garganta a punto de quebrarse cuando ella comenzó a
llorar a mi lado –Te amo por cada concejo, cada caricia y enseñanza que me has dado, te agradezco
lo que has hecho por mi como nadie pero sobre todo de agradezco por aceptarme en tu vida- le dije
sabiendo que ella entendería mejor que nadie lo que quería decirle, ella se levanto de un brinco y
me abrazo de inmediato, los aplausos no se hicieron esperar y por el rabillo del ojo vi que mi padre
e incluso Alice lloraban en silencio por mis palabras, Jasper y Emmett me agradecieron con la
mirada por el gesto y Rose me sonreía orgullosa, Bella solo tenia ojos para el abrazo maternal que
Esme me entregaba con tanto amor, de igual modo pude ver cierta emoción en sus ojos aunque ella
no comprendía muy bien el transfondo de aquella tristeza que nos embargaba como familia.
Cuando la cena termino, con mis padres nos fuimos al estudio de mi padre para tener algo más de
privacidad.
-Tu dirás hijo- dijo mi padre que estaba sentado al lado de mi madre en el sofá, mientras que yo me
sentaba sobre la mesita de centro para quedar más cerca y frente a ellos.
-Investigue a Elizabeth y Edward Masen- dije claro y directo, mi padre asintió comprendiendo
mientras que mi madre se llevo las manos a la boca asombrada.
-¿Piensas dejarnos no, es eso?- dijo asustada y yo tome sus manos para entrelazarlas con las mías
y dejarlas sobre su regazo, la mire a los ojos y le sonreí.
-Les juro que nunca más me alejare de ustedes, si tomé esa decisión es por que necesito conocer
la verdad.
-Es verdad querida, Edward tiene el derecho a saber de sus padres biológicos y eso no quitara que
nosotros dejemos de ser sus padres- le agradecí su comprensión con una mirada, apreté las manos
de mi madre de manera cariñosa.
-Los amo como no se imaginan y estaré agradecido con ustedes toda mi vida por lo que han hecho
por mí, por aceptarme como su hijo.
-¡Por que lo eres!- dijo mi madre de inmediato, sus ojos aún estaba abrumados.
-Lo se mamá- acaricie su mejilla –Y eso jamás cambiara, soy un Cullen tanto como Jasper pero si
quiero avanzar al futuro necesito conocer del pasado- espere unos minutos a que ella lo
comprendiera, no quería agobiarla y podía ver en sus ojos el miedo al pensar que me alejaría
nuevamente al buscar a mis padres biológicos.
-¿Qué te dijeron en la investigación?- pregunto finalmente mi padre y les conté lo poco que había en
el informe de Jenks, cuando les explique lo que él me había pedido acerca de alguien que haya
conocido a Elizabeth los ojos de mi madre se abrieron enormemente sabiendo lo que necesitaba
pedirles.
-Quieres saber como llegamos a ti ¿no?- asentí sin poder mirarla a los ojos ya que ella se veía
realmente triste.
-Te ayudaremos en lo que necesites hijo- dijo mi padre dejando su mano sobre las manos unidas
que teníamos mi madre y yo.
-Gracias papá, lo que puedan decirme ayudaría a entender muchas cosas- dije sintiendo esa tristeza
que sentí en la oficina.
-Si quieres que algo salga de mis labios tienes que prometerme que no pensaras cosas absurdas
como que no eres importante o alguien no pudiera llegar a quererte- dijo mi madre como si supiera
lo que me afligía –Lo que sucedió fueron por razones que se alejan de la lógica normal pero tú no
tuviste la culpa de nada, solo llegaste a nuestras vidas para llenarlas de luz cuando creímos que solo
viviríamos entre las sombras- dijo Esme cariñosamente y yo la mire sin entender mucho.
-Por varios años intentamos tener hijos con Esme- comenzó mi padre –Dando como resultado
cuatro abortos espontáneos- mis ojos se abrieron desmesuradamente con aquello, eso sin duda era
algo de lo que no teníamos conocimiento ni Jasper ni yo.
-El diagnostico era una anomalía en el cuello uterino que me imposibilitaba el poder desarrollar un
embarazo adecuado- continuo mi madre y un fuerte sollozo salio de sus labios y mi padre la abrazo
cariñosamente.
-Esme se sometió a varios tratamientos, incluso viajamos a Inglaterra a una prestigiosa clínica para
intentarlo pero todo fue inútil, para el último aborto que sufrió decidimos dejarlo por su bien físico y
psicólogico- continuo él –Él día que decidimos ir a la clínica para dar por terminado el tratamiento,
una mujer se nos acerco, realmente su semblante era preocupante, recuerdo que simplemente
pensé en tomar a Esme y sacarla de ahí antes de que la mujer le hiciera algo, se veía realmente
perturbada y afligida- sus ojos estaban perdidos en el recuerdo.
-Pero en sus ojos había algo que no me permitió ir- añadió mi madre mirándome a los ojos, sabia
que en los míos veía aquel recuerdo por el parecido –Carlisle intento sacarme pero luche incluso
contra él y fue aún más poderoso cuando escuche un pequeño llantito de bebé- mi madre sonrío
amorosamente –Elizabeth te tenia muy bien cubierto entre unas mantas y cuando me vio observarte
ella simplemente te dejo en mis brazos y me dijo que te llamabas Edward, como tú padre, Edward
Masen- sus mejillas estaban bañadas en lagrimas –Cuando le pregunte que estaba haciendo ella me
dijo que no podía cuidarte, acababa de quedar viuda, sin dinero o familia que pudieran salvarla- mi
corazón se contrajo, después de todo eran ciertos los rumores, mi padre había muerto dejándonos
solos.
-Creí que era alguna clase de broma pero ella literalmente nos rogaba para que te cuidáramos- dijo
mi padre ahora mirándome a mi con una sonrisa –Nos aseguro que te amaba con su alma y que por
ese motivo lo hacia, para darte una mejor vida, una que ella no podría darte por que así la vida lo
dispuso.
-Entre las pocas cosas que dejo contigo, estaba esto- me entrego una cadenita donde había una
pequeña llave, la mire preguntándole con la mirada que era pero ella simplemente se encogió- Y
también estaba tu certificado de nacimiento y así fue fácil poder cambiarte de Masen a Cullen- dijo
mi madre –Y no me arrepiento de haberlo hecho, lo haría nuevamente si te tuviera en mis brazos
recién nacido- eso me hizo sonreírle.
-Y te agradezco por ello- le dije -¿Saben donde estará ella?- le pregunte y la mirada de mi madre se
ensombreció.
-Cuando ella estuvo completamente segura de que Esme no seria capaz de dejarte simplemente
huyo- dijo mi padre y asentí.
-Yo pienso que ella estaba enferma, quizás el verse sola en el mundo no la dejo muy bien pero
siempre le estaré agradecida de ponerte en mi vida- dijo mi madre, me arrodille frente a ella y la
abracé por la cintura.
-¿Cómo es que Jasper…?- quería saber como lo habían hecho para que él naciera.
-Como te dije, llegaste a nuestras vidas a iluminárnosla- dijo ella sin dejar de llorar pero ahora con
una sonrisa –Cuando cumpliste los tres años comenzaste a reunir todos tus juguetes- dijo ella
divertida –Te pregunte por que lo hacías y me dijiste que te estabas preparando para la llegada de tu
hermanito- papá también sonrío y mamá lo miro a los ojos devolviéndole la sonrisa –En ese
momento creí que moriría de la tristeza por no poder cumplir lo que querías pero me dijiste tan
convencido que no me preocupara ya que se lo habías pedido a las velitas del pastel- me reí solo de
imaginarme haciendo eso –Simplemente puedo decir que fue un milagro, al cuarto mes desde tu
cumpleaños me entere que estaba embarazada, con Carlisle no nos hicimos ilusiones pero a medida
que pasaba el tiempo Jasper seguía creciendo fuerte y sano, pensamos que me traería
complicaciones pero con un embarazo tan adelantado jamás lo intervendría, daría mi vida por
ustedes- acaricio mi mejilla –Al octavo mes él simplemente quiso salir y demostrarnos que los
milagros de amor si existen, nos demostró que tu eras su verdadero hermano por que lo querías
desde incluso antes de nacer, por que lo necesitabas y lo amabas tanto como si hubieses
compartido la matriz con él- no me importo dejar de ser un hombre solo por el hecho de llorar pero
así lo hice, abracé a mis padres, si por que lo son, y lloré junto a ellos, tanto por lo que tuvieron que
pasar, por lo que hicieron por mi o por mi hermano Jasper.
Cuando dejamos las lágrimas y volvimos a abrazarnos una vez más decidimos bajar con los
invitados, ya nos habíamos perdido varias horas.
-Mira como me dejaste, Alice me matará si me ve con el maquillaje corrido- bromeo cuando salimos
del estudio, ella se fue junto con mi padre hacia el cuarto y yo me encamine hacia el jardín, divise a
Jasper junto a Alice, sin importarme lo loco que pudiese verme, simplemente me abalancé sobre mi
hermano.
-Te amo hermano- le dije, él no reacciono de inmediato pero pronto lo hizo y me abrazo fuertemente
contestándome de la misma manera.
-También te amo, si eres lo más importante- me dijo y cuando el tiempo se alargo nos separamos
algo nervioso, tampoco es que estuviéramos siempre expresándonos el cariño -¿Te volviste
eunuco?- pregunto divertido para cambiar el tema.
-¡Jasper!- lo regaño Alice ante la falta de delicadeza pero simplemente ambos comenzamos a
carcajearnos, Alice bufó –No se de que me preocupo sin son iguales- dijo cruzándose de brazos.
Luego de aquello me fui con unos amigos de mi padre que estaba ahí hablando sobre los últimos
negocios en Grecia, sin duda era algo que me interesaba ya que a Cullen´s Ltda le había llegado el
reporte de que querían unirse a nosotros, me quede comentando para ver si podía averiguar algo
pero inconcientemente al desviar mi vista me encontré a Bella bailando con Jacob.
-¿Crees que debería acercarme para asegurarme de que todo este bien?- pregunté bajito
perdiéndome la conversación viendo como la pareja conversaba mientras se movían al ritmo del
Jazz.
Creo que si estas a cargo de una mega empresa deberías poner atención a lo que están discutiendo,
me aconsejo pero cuando vimos que Jacob se acercaba para besarla, algo dentro de mí comenzó a
hervir, mis músculos por completo estaban tensos como si quisiera saltarle a alguien y
despedazarlo.
¿Por qué nunca me haces caso?, preguntó frustrado pero yo seguía observándolos. Cuando se
separaron como si supiera que la estaba observando, ella me miro a los ojos y yo fingí que volvía a
mi plática con los demás empresarios.
-Quizás ella no quería que la besara- razoné girándome lentamente para saber si seguía mirándome.
Creo que los negocios con Grecia tendrán que esperar, espetó resignado al percatarse de que no
podía prestar atención, cuando me gire por completo una imagen parecida me recibió, él
nuevamente la estaba besando pero de una manera más voraz.
Definitivamente tienes que acercarte si no quieres que nos la quite, eso definitivamente me tendría
loco aquí arriba, iba caminando y me detuve en seco
-¿Nos?- le pregunte.
Claro, lo tuyo es mío lo mío es tuyo, dijo como si fuese obvio, lo deje pasar y camine hasta donde
estaba Bella ya sola ya que Jake se había ido.
-Veo que las cosas van avanzando con Jake- le dije sin poder contenerme, estaba molesto por
alguna extraña razón.
Ella intentó explicarme pero no la deje, la verdad es que llenarse de excusas agravaba la falta,
siempre lo he pensado así.
De todos modos aunque ella haya querido contestarle el beso, eso no tiene por que importarte ¿no?
Incluso le pedí que no hiciera alguna clase de espectáculo para no hacer sentir mal a mi madre pero
ella aún no llegaba y dudo que le molestara.
-¿A quien vas a apoyar?- pregunte bajito sin obtener una respuesta, la mire a los ojos y tras
asegurarle que no me importaba me fui de ahí dejándola sola.
Cuando entre a la casa Jacob estaba sentado en el sofá solo bebiendo lo que supuse seria whisky.
-¿Con respecto a que?- pregunto él levantándose –Por que al menos aquí el único que veo que no a
sido muy educado eres tú por que no me a saludado- dijo con una sonrisa que estaba lejos de
responder.
-¿Que no sabias que para besar a una mujer lo mínimo que debes esperar es a que ella te deje o
como mínimo también lo quiera?- el rostro de Jake se descompuso pero pronto lo cubrió con una
actitud altanera.
-Ese asunto queda estrictamente entre los afectados y dado el hecho de que tú no estás interesado
en Bella te pediría por favor que no te metas en este asunto-
Soy yo el único que lo notó o ¿Jake está algo molesto con nosotros?, asentí en acuerdo.
-Ella vino conmigo y no quiero que se sienta mal en una celebración familiar así que por favor no la
molestes- le dije acercándome a él, ambos con nuestra barbilla alzada mostrando superioridad.
-Así que tú la trajiste, Alice menciono que ella la había invitado pero claro…- su monologo fue
cortado.
-¿Qué esta pasando aquí?- por suerte intervino Rosalie, y digo por suerte por que la cólera de verlo
tan sonriente como si lo que hubiese hecho era digno de admiración me estaba sacando de mis
casillas.
-Nada que deba preocuparle a Edward- dijo Jacob, intente acercarme a él pero Rose me impidió el
paso quien al mirarme decidió llevarse a Jacob con él.
Salí mejor al aire libre para despejar mi cabeza, unos minutos después vi a los chicos hablando con
ella pero finalmente Rose quedó sola con Bella, ambas no se veían muy amistosas hasta que Bella
se fue a paso rápido hacia el interior de la casa, la seguí y ella ya estaba con su abrigo puesto y
cartera en mano, salio e la casa y por supuesto corrí antes de que cometiera alguna tontera.
En efecto ella quería irse de ahí, la manipulé un poco emocionalmente de cómo podría sentirse mi
madre y no pude resistir el pedirle que bailara conmigo, es que ciertamente ella se veía hermosa en
ese vestido y había querido hacer eso desde que llegamos.
¿Por qué no le hablas de mí? Quizás le guste más que tú al ser más juicioso, me hubiese reído en
ese momento pero parecería un loco.
Tras dejarle sus cosas al mozo caminamos hacia la pista de baile, antes de comenzar a bailar ella
me pregunto por Jake como si supiese que estaba mal.
Quizás si sienta algo por él, cuestiono preocupado pero no quise darle vueltas a ello.
Nuestro baile se retraso cuando Irina se acerco nuevamente a mi pidiéndome que bailara con ella,
ignorando a Bella como si yo fuese a hacer lo mismo, al verse rechazada no encontró nada mejor
que mencionar lo que había sucedido años atrás en las playas de Fiji, esos no habían sido mis
mejores años, ella conocía mi situación y quizás se habría aprovechado de ello pero cuando decidí
dar vuelta la pagina con respecto a Leah, también lo hice con Irina aunque ella no lo tomo muy bien.
Me sentí mal cuando Bella me pregunto que había sucedido en ese lugar tensándome por competo
pero me relaje cuando, como si algo hubiese sido maquinado a propósito, una exquisita música
celta reemplazo el ritmo más movido que había en ese momento, proporcionándome la anhelada
cercanía a su cuerpo.
Le explique a grandes rasgos el "pequeño" desenfreno que sufrí pero es que de todos modos era
un adolescente comenzando a vivir.
¡No lo hagas, no lo hagas siempre lo arruinas!, me rogó mi conciencia al saber lo que le preguntaría.
-¿No crees en el sexo casual?- le pregunte sin poder resistirlo y esta vez su respuesta nos dejó
completamente perplejos.
Creo que ella siente la misma atracción sexual que tú por ella, iba a replicar.
Y ni se te ocurra negarlo por que recuerda que yo estoy ahí cuando te has masturbado por las
mañanas pensando en ella pero quizás eso pueda cambiar.
Estábamos en una burbuja electrizante cuando escuche la voz de Jacob, me tensé de inmediato al
notarlo ebrio.
-Amigo estás borracho- le dije separándome de Bella para verlo, todo lo que sucedió a continuación
me dejo sin aliento, el ambiente de inmediato se tensó, tanto así que mis padres y el resto de mis
amigos llegaron de inmediato, cuando Jacob comenzó a mofarse de nuestra amistad Emmett junto
con Jasper intentaron sacarlo, yo no podía moverme de mi sitio ya que al ver sus ojos una clase de
trastorno ocurrió en mi interior.
Cuando me trato de bastardo termino por dañarme, aunque Carlisle prácticamente hizo que lo
sacaran de ahí él forcejeo para que no lo hicieran, por sobre todas las cosas aquello me había dolido
en lo más profundo pues, además de mis padres, Irma y Jasper junto con Alice, Jacob era quien
también lo sabia, yo mismo se lo había confidenciado cuando me sentía una miseria meses después
de saberlo, él había estado ahí conmigo, apoyándome y brindándome palabras de aliento, él que
ahora se estaba riendo de una pena profunda en mi corazón, él quien en estos momentos solo tenia
unos ojos llenos de recriminación, odio y asco me recordaba que no era más que un recogido.
Podía sentir la mirada de Bella puesta en mi pero yo no podía reacción, mi mundo se fue a pique
cuando el corroboro lo que yo suponía y él por supuesto no tuvo problemas en gritar que me había
acostado con su esposa instaurando un tensó silencio, ya a esas alturas todos los invitados sabían
lo que estaba sucediendo pero a mi no me importaba, necesitaba explicarle las cosas y que él me
perdonara, todo termino por arruinarse cuando hablo de lo que yo le había dicho, que no estaba
interesado en Bella.
Finalmente se llevaron a Jacob y yo reaccione cuando vi a Bella correr hacia el interior de la casa.
-Déjala Edward, yo hablare con ella- me aconsejó Alice, no estaba muy seguro de si permitírselo o
no pero no sabia que hacer, me sentía avergonzado pero no por mi, sino por haberle arruinado la
celebración a mi madre que no sabia como solucionar todo aquello.
Entramos a la casa junto con mis padres y sin muchas fuerzas me deje arrastrar hasta mi antiguo
cuarto, ya en el y pasados unos minutos Alice entro para informarme que ella junto con Jasper se
llevarían de regreso a Bella a su casa.
-Necesito hablar con ella, explicarle algunas cosas- le dije intentando levantarme de la cama pero mi
madre no me lo permitió.
-Dale espacio Edward- resignado volví a recostarme, Carlisle nos dejo solos a mi madre y a mi, ella
estaba ahí, abrazada a mi acariciando mis cabellos mientras yo pensaba en todo lo ocurrido y en
como las cosas se habían arruinado en cosa de minutos –Ella te escuchara hijo, eres una buena
persona, ella solo esta algo confundida por todo lo que a escuchado- intento tranquilizarme.
No podía dejar de sentirme preocupado y revolverme intranquilo sobre la cama, mi madre le pidió a
Irma que trajera algún medicamento para hacerme dormir y aunque me negaba ya que necesitaba
pensar en lo que haría, finalmente termine por ceder.
Con el cuerpo completamente adolorido desperté por la mañana, estaba con el pijama que había
dejado en casa de mis padres y me encontraba completamente solo, baje con un fuerte dolor de
cabeza y en la cocina estaban mis padres desayunando junto con Irma.
-Como si le hubiese arruinado la celebración a mi madre- dije apesadumbrado y ella hizo un gesto
con la mano para que lo diera por olvidado.
-Eso no importa hijo, hoy es un nuevo día y verás que las cosas pronto se solucionan- me sonrío
pero por primera vez su sonrisa no fue capaz de calmarme.
Cuando hube comido algo, gracias a las severas amenazas de mi madre y de Irma decidí volver a mi
departamento, para sumarle preocupaciones al tema, a las afueras de la casa de mis padres me
esperaba un sequito de periodistas que intentaban saber que de todo lo ocurrido anoche era cierto,
salí a toda velocidad con el auto que por suerte tenia los vidrios tintados.
Hazlo, si sabes muy bien que es lo primero que quieres hacer, me dijo mi conciencia, sonreí
agradecido por el apoyo y presione el acelerador para dirigirme hacia la casa de Bella.
En cosa de minutos su departamento apareció ante mí provocando que híper ventilara como un
niño.
-Lo se, solo que ahora no entiendo por que estoy tan nervioso- dije cuando me bajaba de mi auto,
por suerte en ese momento iba saliendo una señora por lo que me basto una sonrisa para que me
dejara pasar sin llamar la atención del vigilante.
Subí por el ascensor y llegue a aquella puerta que había logrado atravesar un par de días atrás,
quizás esta vez me podría ir igual de bien ¿no?
Toque el timbre un par de veces pero nada, toque directamente a la puerta y nada, ya estaba por
darme por vencido cuando escuche pasos al interior por lo que me quedé ahí con el corazón en la
mano, la puerta lentamente comenzó a abrirse mostrándome una Bella somnolienta que se
restregaba los ojos, cuando estos se posaron en mi me fije en lo atormentados que se veían, podía
asegurar también que había estado llorando y no lo digo solo por el maquillaje corrido entre sus
mejillas, sino por el dolor que habían en ellos y lo rojo y cristalinos que estaban.
Cuando reacciono de mi presencia cerró la puerta rápidamente pero yo fui más rápido colocando mi
pie para impedírselo.
-¡Necesito hablar contigo!- le rogué para que dejara de machara mi pie con sus intentos de cerrarme
la puerta.
-No tengo nada que hablar contigo, nos vemos en el trabajo- dijo con voz seria pero podía percibir
la tristeza.
-Bella por favor- le pedí pero era inútil seguía con su intento de cerrarme la puerta en la cara –Ya
esta bien, necesito hablar contigo- dije empujando la puerta utilizando mi fuerza esta vez.
Cuando ésta quedo completamente abierta ella me miraba entre asustada y enojada.
-Que no puedes entender que no siempre las cosas se tienen que hacer como tú quieres- me
espeto ya resignada a que no me iría.
-Pero que terca- bufé molesto -Necesito que me escuches, necesito explicarte como pasaron las
cosas, no es como tú crees- le dije acercándome a ella pero ella retrocedió mirándome con esos
ojitos llenos de desilusión.
-No me interesa lo que tengas que decirme, guárdate los detalles morbosos para tu conciencia, si
es que la tienes- se cruzó de brazos.
¡Claro que al tiene! Solo que no siempre me escucha, rodé los ojos.
-Bella se racional, necesito que me escuches- le rogué desesperado ya que algo dentro de mi
comenzaba a detestar su mirada dolida, su rechazo pero sobre todo que pensara lo peor de mi.
-¡¿Racional? ¿Cómo se supone que hago eso?- dijo molesta –A ya se ¿tengo que meterme con los
esposos de mis amigas para ser alguien racional?- dijo de manera sarcástica.
-Es eso precisamente lo que necesito explicarte- dije desesperado -¡Y deja de mirarme así!- le grite.
-¿Qué importa?-
-¿Qué?- le pregunte al no entender a que se refería.
-Eso ¿Qué te importa a ti lo que piense? ¿Hará alguna diferencia el como te vea?
-…- me quede sin saber que decirle mientras mi cabeza trabajaba a toda velocidad.
¡No te confundas!
-¿Tu que Edward?- me pregunto ella mirándome directamente a los ojos, estremeciéndome por
completo.
No pienses en eso, las cosas no son así, créeme a mí que estoy aquí arriba.
-Bella yo…- ella incluso se asusto al verme tan abatido pero aquel descubrimiento llego de manera
tan violenta que no me dejaba procesar claramente.
-¿Tú que? ¿Estas bien?- me pregunto llegando a mi y tocaba mi frente, sentí un sudor frío
recorrerme la espalda pero el toque de su piel en mi rostro fue más potente.
Vamos amigo, no es como lo estas pensando, me dijo preocupado pero en estos momentos era
otra cosa la que estaba escuchando, un fuerte latido en el centro de mi pecho mezclado con un
fuerte dolor.
-No se que me pasa- dije mirando mis manos, los huesos se me entumecieron.
-Estas temblando- constato acercándose más a mi, llenándome con su efluvio dulzón.
Vámonos Edward, no puedes hacerlo, rogó, ¡No!, grito dentro de mi al percatarse de lo que estaba
pensando pero ya estaba decidido, a pesar de la fuerte lucha interna que tenia no lo pude evitar.
Mire a Bella a los ojos y siguiendo ese fuerte impulso, la tomé por la nuca y estampe mis labios en
los de ella, muchas cosas ocurrieron a la vez, en el momento exacto que sentí sus labios todos
aquellos síntomas de enfermedad desaparecieron brindándome el mejor de los calmantes mientras
que mi corazón se acelero tanto que pensé que explotaría, ella en un principio se impuso
fuertemente rechazando mi contacto pero como un devoto de aquellos carnosos labios comencé a
devorarlos sin importarme el dolor que eso pudiera producirme, simplemente olvide los años que
me autoimpuse a jamás compartir un simple beso con una mujer, aquel acto que años atrás me
parecía la prueba más pura del verdadero amor, ahora estaba saliendo a flote machacando por
completo mis defensas, ella tenia completo control sobre mi y yo no podía hacer nada por ello.
¡Detente, nos harás daño!, protestaba mi cabeza pero eso solo sirvió para que la tomara más
fuertemente entre mis manos, llevando la otra a su cintura y pegándola más a mi cuerpo
ganándome un exquisito jadeo de sus labios, ella finalmente cedió ante mi impulso pero cuando
ambos necesitábamos aire, ella se separo de mi de manera brusca y cuando menos lo esperaba,
ella estampo su mano en mi mejilla mirándome con odio y desprecio.
-No se te ocurra volver a hacer eso ¡nunca!- me grito furiosa y yo solo me dedique a mirarla, como
acto reflejo lleve una mano a mis labios y en ese momento comprendí que la había jodido, ella no
sentía nada por mi más que desprecio, mientras que yo me había dejado guiar por aquel
descubrimiento, ella había traspasado todos mis muros, mis defensas, mi protección de hierro para
fundirlo y dejarme a la deriva con todo esto nuevo que me estaba pasando sin saber como
manejarlo.
Sin proveerlo Edward se acerco a mí de manera violenta y desesperada para tomarme por la nuca y
plantarme un beso.
Tenia que reconocer que el simple toque de sus labios sobre los míos había sido un viaje al paraíso
en cuestión de segundos y por esa misma razón opuse resistencia para no aumentar la perturbación
que estaba sufriendo en ese momento, demasiado tarde me di cuenta que no había viaje de regreso
ya que le conteste pasados unos segundos de la misma manera, aquel contacto había sido sin duda
algo que había esperado al parecer desde que lo conocí pero no desde que lo vi de manera física
sino desde que él me dejo ver aquel Edward con sentimientos, lamentablemente todo aquello había
sido una careta muy bien planeada para estar en su lista, así como lo fue la esposa de su mejor
amigo.
¡Por Dios! ¿Qué clase de hombre puede hacer algo como eso?
Él…
Cuando él relajo su agarre para poder respirar aproveche ese instante y le plante mi mano en su
mejilla, aunque no era por completo un sentimiento de rechazo, necesitaba que él no viera mi
debilidad, el como me había afectado ese simple beso.
-No se te ocurra volver a hacer eso ¡nunca!- le grite molesta cuando en realidad me hubiese
gustado gritarle que lo hiciera de nuevo, una y otra vez más hasta que los labios se me
acalambraran pero yo no quería ser como Heidi, Tanya, Ángela e incluso Leah, que rogaban por
atención, fidelidad o simplemente llegar un poquito a su corazón, yo merecía más que un capricho
del momento o un reto por ser la única que se resistía…por fuera.
-Bella…no- su rostro estaba contrariado y sin poder evitarlo mi mirada se fue a sus labios que
brillaban con luz propia, antes de arrepentirme de algo preferí sacarlo de ahí.
-Será mejor que te vayas Edward antes de que me arrepienta de seguir trabajando para ti- le dije
tomándolo del brazo y arrastrándolo hacia la salida.
-Claro- le conteste sin mucho animo –Ya te di mi palabra de no renunciar por aquellos trabajadores-
él solo dijo un leve "ah" y camino hasta la puerta sin oponerse.
-¿Solo es eso?- pregunto con cierta nota de dolor y la verdad es que ya me estaba sintiendo más
confundida con su actitud, aléjalo Bella era lo único que podía pensar.
-Haremos borrón y cuenta nueva con lo que sucedió hoy y todo quedara en el plano meramente
profesional- le dije decidida pero sin poder mirarlo a los ojos, ese profundo verdemar que se
convertía en mi peor enemigo, antes de cerrarle la puerta en la cara Edward me miro con su rostro
lleno de tristeza.
-Por favor Bella, solo dame cinco minutos para explicarte como fueron las cosas, después de eso si
sigues en no querer hablarme lo entenderé- rogó con cierta nota de desesperación en su voz.
-Solo te pido que dejes las cosas como están Edward- le pedí mirándolo a los ojos, esos ojos que
se veían tan acongojados pero no me dejaría convencer –Creo que seria mejor que intentaras más
hablar con Jacob que conmigo, a mi no debes darme explicaciones de tu vida- Edward bufo
-Que terca es- susurro bajito pero no lo suficiente para que no lo escuchara, finalmente aceptó mi
decisión pero no sin antes decirme lo último –Te daré unos días para que te tranquilices Bella y
luego hablaremos- dijo y se marcho mientras lo veía perderse por el ascensor.
-Fue la mejor decisión- dije para mi cuando ya estaba sola y me recargaba en la puerta principal,
cerré los ojos y de inmediato el recuerdo de sus labios sobre los míos me asaltó acelerándome el
corazón.
Al primer día libre que tuve, Ángela me hizo reunirme con ella cosa que fue un completo error, me
interrogó acerca de todo lo ocurrido en la fiesta de Esme más no quise entrar en detalles y menos
confirmar o negar algo, solo me base en lo que había leído en los medios diciéndole que en ese
momento yo no estaba cerca, no se si ella realmente me creyó o vio algo en mi rostro pero termino
cediendo y dejándolo por la paz.
Dos días más pasaron y no tuve noticias nuevamente de Edward lo cual sinceramente agradecí ya
que no sabía realmente que parte de mi era más poderosa, la que no quería verlo o la que al menos
quería darle el beneficio de la duda y a la vez engañarse por si misma de que ese hombre cambiaria.
Estaba tan metida en mi propia reflección que tarde me di cuenta que estaba sonando el timbre de
la casa, cuando me asome por la mirilla solo alcancé a divisar la filuda de alguien caminando por el
pasillo hacia el ascensor, de inmediato abrí la puerta para ver de quien se trataba y como venia
haciendo hace unas semanas atrás esto de arrepentirme de mis apresuradas decisiones, Jacob se
giro al escuchar mi puerta abrirse.
-¡Bella!- dijo entusiasmado y tuve que poner mucho de mi esfuerzo para que mi rostro no decayera
aún más, no estaba con los ánimos para las insinuaciones de Jacob, menos que viniera a
recordarme mis lamentos.
-¿Eh?- pregunto confundido y yo hice un gesto con la mano para olvidar el asunto.
-La verdad es que no hay nada de que hablar Jake- le dije y esperé a que él lo dejara realmente así
pero como un buen amigo de Edward no entendió la indirecta muy directa y el entro en mi casa.
-Más que hablar simplemente necesito que me disculpes por la descortesía de mi parte en la cena
de Esme, no fue mi intensión meterte en un conflicto entre ese traidor y yo- su rostro se contrajo en
una mueca de asco pero no intento ocultarla.
-Es en serio Jake, lo que pase entre Edward y tú queda entre ustedes, a mi por favor…- no me dejo
terminar.
-Eso es precisamente lo que estoy haciendo Bella- dijo acercándose a mi –Me disculpo por meterte
a ti en un problema nuestro, puede que haya estado un poco o quizás harto celoso por verte junto a
él- fruncí mi ceño –Se cuando ya no tengo posibilidades y puedo retirarme como un caballero, es
solo que no con él- dijo molesto.
-Bella no tienes que mentirme o intentar justificar algo que salta a la vista para el resto pero al
parecer para ti no, es solo que esa noche Irina me confidencio que él se había acostado con Leah
cuando era mi esposa- esa misma sensación de decepción y dolor apareció en mi pecho –Ella lo
sabe porque fueron compañeras de cuarto en la universidad por lo que vio muchas veces a Edward
salir de ahí muy temprano por la mañana, ¿te das cuenta ahora porque me enoje tanto cuando los vi
juntos? Él sabia perfectamente que siento algo por ti y que intentaría tener un mejor acercamiento a
ti- camine hacia el sofá para sentarme ahí unos minutos, necesitaba sentarme y calmar la rabia que
comenzaba a brotar de mi pecho con las palabras de Jacob.
-No tienes que intentar hacerme ver nada Jake, se que Edward solo estaba intentando jugar
conmigo, algo así como un buen reto por no caer como las demás- dije con pesar y dolor.
-Yo realmente quiero intentar algo contigo, solo si tu me…- negué de inmediato.
-Sucediese o no algo con Edward, siempre fui sincera contigo Jake- dije tomando su rostro cuando
el se sentó en la mesita de centro para estar más cerca de mi –Yo no estoy en condiciones de
empezar una relación, hay cosas que aún me duelen y sinceramente no te mereces una relación a
medias- le dije mirándolo a los ojos.
-Pero…-
-Realmente lamento si te di a entender otra cosa Jake y te agradezco que me demostraras que no
todos son iguales, que no debo generalizar ya que aún quedan hombres que valen la pena pero aún
así sigue siendo incorrecto para mí- le pedí, él me observo unos minutos más como si fuese a
cambiar de parecer, minutos después ya dándose por vencido se acerco a mi y yo retrocedí un
poco al pensar que me besaría pero simplemente fue un beso en la frente.
-Yo te agradezco por abrirme los ojos de varias formas, quizás como tú dices no era el momento
para un relación y tu simplemente llegaste para ayudarme, más no quiero que una muy linda
relación de amistad se pierda- sonreí realmente feliz.
¿Por qué con él se podía dar tan fácilmente la reconciliación y con Edward no?
Me golpee la frente por tonta, era obvia la respuesta, él era el culpable más no Jake solo intentaba
protegerme.
-Yo realmente espero sigamos siendo amigos- le tendí mi mano y él de inmediato la tomó.
-Eso dalo por hecho aunque puede que ahora no nos veamos tan seguido- lo mire sin entender.
-Como te podrás suponer no pienso seguir siendo socio de Edward por lo que opte por tomar un
empleo que me ofrecieron hace mucho en Los Ángeles- asentí sintiendo en parte algo de tristeza al
ver que la amistad entre ellos dos termino definitivamente.
-Entonces cuando estés de regreso aquí en Washington solo tienes que llamarme- le dije con una
sonrisa -¿Cuándo te vas?- le pregunte por curiosidad.
-Wow, tú si que no andas con cosas a medias- intente sonar divertida para apartar de su rostro la
tristeza -No piensas hablar con él antes de irte ¿no?- él negó con el dolor y la tristeza en su rostro.
-No se lo merece- dijo tajante –De cualquier modo dudo que me extrañe así que ¿Por qué
amargarse?- cambio rápidamente el tema de conversación, al parecer realmente le causaba dolor a
pesar de lo que quería demostrar -¿Te parece que la próxima semana almorcemos juntos- cuando
fruncí el ceño el alzo las manos a modo de paz –Solo como amigos, lo prometo- juró –Es más como
una despedida, quizás hasta cuando nos volvamos a ver.
Fue así como la relación con Jacob quedo totalmente marcada en un aspecto amistoso.
Por otra parte un nuevo viaje se acercaba a pasos agigantados dejándome con la sensación entre
nerviosa y ansiosa rogando porque al menos los días no fueran simples horas y así poder
prepararme psicológicamente para tener que ver al ángel de mis pesadillas, realmente me sentía
cabreada por no poder entender en que momento había permitido más de lo estrictamente
necesario, sobre todo por mi fuerte convicción acerca de no volver a tropezarme con la misma
piedra, una que sin duda era de la misma naturaleza que Henry y de la que no salí muy bien parada
tras la fuerte caída.
Como si el tiempo estuviese en mi contra finalmente había llegado el día donde tendríamos que
volar a Japón. Tal cual lo esperaba Jacob no apareció pero si Jasper y Edward, quien tenia su
semblante demacrado, como si no hubiese dormido en días.
-Buenos días- saludamos Heidi y yo a la vez con nuestras mejores sonrisas, la de ella era solo para
Edward mientras que yo intentaba simplemente desviar mi mirada para no caer en su embrujo.
-Buenos días ¿listos para un largo vuelo?- pregunto Jasper algo entusiasmado, Edward simplemente
paso por su lado y de inmediato se fue a sentar a los silloncitos para comenzar a revisar en su
laptop.
Cuando ya estábamos a kilómetros de altura y varias horas habían pasado desde el despegue, no
pude evitar notar que cuando Edward se fue a su habitación con su rostro cansado Heidi lo siguió
de cerca, una extraña molestia se alojo en mi estomago como si tuviese un nudo que no me dejara
digerir.
Pasados unos minutos ella salio cabreada y con su rostro completamente rojo, no se por que pero
involuntariamente sonreí como una adolescente.
-¿Qué tal te ha ido Bella?- reaccione de inmediato y Jasper estaba a mi lado mirándome con una
sonrisa picara en los labios.
-Muy bien, gracias- conteste de inmediato -¿Cómo esta Alice?- le pregunte para desviar su atención
y así lo conseguí ya que con él simple hecho de escuchar nombrar a su esposa su rostro se
ilumino.
-Ella esta muy bien, desde la cena a estado como loca hablando de ti y que quisiera salir contigo-
sonreí agradecida –Solo le pedí que te diera algunos días de descanso- le agradecí con la mirada su
comprensión.
-Se lo haré saber- contesto. Jasper también se fue a su recamara por lo que sin saber que más
hacer me fui a la cabina del piloto y hablar un rato con Riley, en un comienzo nuestra relación de
amistad, si se podía llamar así, había sido muy buena y luego se disolvió como agua entre los
dedos.
-¿Cómo va esa turbulencia?- le pregunte divertida y él e giro levemente para mirarme sobre su
hombro.
-Últimamente las cosas en la vida diaria han estado más locas que una simple turbulencia ¿no?-
más que sus palabras, la sugerencia en su voz me alerto de que algo sabía.
-No yo - contesto mirándome a los ojos –Pero no soy un tonto y puedo ver que en este avión hay
tanta tensión que incluso me desestabiliza el avión- dijo jocoso.
-No creo que sea de nuestra incumbencia meternos en asuntos de nuestros jefes.
-Conozco a Edward hace años y puedo ver que sea lo que sea que lo tiene así de mal, es por que
realmente le afecta- sentí su mirada de soslayo pero no quería entrar a analizar sus palabras. Por mi
salud mental preferí salir de su escrutinio y volví al salón principal del avión donde estaba
completamente vació, me senté sobre uno de los silloncitos para intentar descansar pero eso se fue
al carajo cuando vi aparecer a Edward quien se tensó por completo al ver que estaba ahí, sola.
-Hola- saludo nervioso y tengo que confesar que su actitud me pareció adorable hasta que la parte
racional de mi cabeza me indico que hasta ese acto era premeditado.
-Te ves cansado- le dije mientras me mordía el labio por los nervios y sus ojos se desviaban a mi
boca provocando que me ruborizara levemente.
-La verdad es que no e dormido bien los últimos días- sentí preocupación por su salud y decidí
mirarlo.
-¿Problemas en el trabajo?- pregunte escuetamente y él tras darme una mirada significativa negó.
-Quizás si me dejaras hablarte podría comenzar a dormir mejor- dijo con una sonrisa que poco tenia
de feliz.
-No empieces Edward- le pedí alejándome de él antes de que comenzara a afectarme realmente.
-¿Por qué tienes que ser tan terca? Solo necesito que me escuches unos minutos- pidió y me tomo
del brazo para girarme, quedando tan cerca que su particular aroma comenzó a hacer estragos en
mi interior como venia haciéndolo desde que lo sentí por primera vez.
-Tú eres mas terco al no entender que no tienes nada que explicarme, solo eres mi jefe y tu vida
personal a mi no me interesa- su agarre se debilito y sus ojos se entristecieron aún más.
-Claro- dijo sin ánimos –Iré a recostarme nuevamente- y se fue nuevamente al interior de su cuarto
dejándome con una sensación extraña, realmente me sentí mal por la actitud que estaba tomando
pero no quería ilusionarme pensando que le importaba y menos caer en su juego y creerle así de
fácil.
Simplemente decidí no darle más vueltas a ese asunto pues ya estaba sintiéndome mal conmigo
mismo cuando yo no había hecho absolutamente nada.
Edward intento persuadirme casi tres veces más, digo casi tres por que cuando lo vi acercarse a mi
con la palabra lista para salir de su boca, Jasper lo intercepto para hablar de algunas cosas de
negocios, al principio pensé que era mera coincidencia pero cuando se giro y me guiño un ojo
entendí que estaba intentando ayudarme a su manera.
Tras varias horas de vuelo, de sueño y de intentar atender a Edward de la manera más profesional
posible sin tener que mirarlo a los ojos y de paso intentar zafarme cada vez que intentaba alguna
clase de acercamiento, hasta el más mínimo como cuando "accidentalmente" me tomaba la mano o
de la cintura cuando estábamos en algún angosto pasillo, respire tranquila cuando llegamos al fin a
Tokio.
-Sabes, mañana en la mañana hay una competencia de Surf…quizás tú- dijo Edward nervioso
cuando bajamos del avión, me perturbaba de sobremanera verlo así tan nervioso e incluso algo
tímido pero me desesperaba no poder saber que de todo ello era verdad.
-Lo siento Edward, las salidas anteriores no debieron ser, dejémoslo mejor en el plano profesional y
así no habrá problemas- me giré sin esperar alguna respuesta y camine hasta la van donde nos
llevaría al hotel.
Sin duda esa fue la última vez que hable con Edward directamente ya que el resto del viaje
simplemente no hubo acercamiento, al menos dejo de fingir que le interesaba y desistió de sus
inútiles intentos de acercarse a mi.
Pero si quería ser honesta conmigo misma, no me hacia completamente feliz que se hubiese
alejado, lo se soy tonta y extraña ¿Quién me entiende?
Cuando estuve de regreso en mi casa exactamente cinco días después, no sabia si me sentía mejor
o peor o incluso más confundida, ahora que percibía la lejanía de Edward me daba cuenta de varias
cosas y una de ellas era que comenzaba a extrañarlo, a pesar de que tenia un carácter muy fuerte y
dominante, había sido así como lo conocí y así me gustaba, quizás lo que había pasado con Jake
debería aprender a dejarlo de lado al menos para tener una amistad con él.
Bufe molesta, no era precisamente en una amistad en lo que había estado pensando todos estos
días luego de volver de Tokio y maldita sea, aquel insignificante beso había sido mucho más
significativo de lo que hubiese imaginado o querido, necesitaba verlo y darle la oportunidad para que
me explicara todo lo que quisiera, ya después pagaría las consecuencias.
-Buenas tardes Jessica ¿el Sr. Cullen esta disponible?- le pregunte mientras jugueteaba con mis
dedos nerviosa.
-Lo siento pero no esta- no pase por alto su rostro afligido y me pregunte si habrá tenido
nuevamente alguna recaída como la que vi la última vez que estuve aquí.
-¿Él esta bien?- pregunte de tal manera que no pareciera que estaba inmiscuyéndome donde no me
correspondía pero si de manera que estaba preocupada.
-La verdad es que no se-dijo ella y miro a todos lados para asegurarse de que no había nadie cerca,
al parecer tenia tiempo con ganas de hablar de ello ya que le costo muy poco –El Sr. Cullen lleva
exactamente una semana y media sin venir a trabajar, solo su hermano lo expenso ante la directiva
informando que estaba algo enfermo, algo pasajero pero me parece extraño que no haya dejado
indicaciones ya que siempre lo hace cuando no a podido venir y eso han sido exactamente tres
veces- la mire de manera especulativa intentando pensar en que le podría haber pasado.
-Gracias Jessica, nos vemos luego- le dije sin más, ella hizo una mueca como si esperara que luego
de aquella información yo debía confidenciarle otra.
Cuando llegue al lobby de la empresa escuche a un par de chicas murmurar acerca de Edward.
-Estoy segura de se esta tomado unas vacaciones de esas que les gusta a él donde pasa todo el día
encima de alguna chica- apreté mis manos haciéndolos puños.
-Pero sabes lo importante que es su trabajo, él ni por una mujer lo deja de lado.
-Pero quizás Tanya ya lo consiguió- la otra amiga formo una expresiva "O" en sus labios.
-¿Tú también oíste ese rumor? ¿Qué esta con ella de manera más oficial?- la otra chica asintió
entusiasmada y en ese momento me sentí como una tonta, deje fuera todas esas cosas y salí de ahí
a toda prisa, en algún momento creí escuchar la voz de Jasper pero no me gire para comprobarlo.
-¿Estas bien?- me pregunto Jacob tres días después cuando nos reunimos para almorzar juntos.
-Todo bien- le dije con una sonrisa pero creo que no fue muy convincente.
-Sabes que si quieres hablar, de lo que sea- remarco –Estoy aquí para escucharte Bella- asentí
agradecida.
-Bastante la verdad, aunque inesperadamente me tocara trabajar con una persona que no me da
buena impresión- dijo mirando hacia el exterior.
-¿Algún rival del pasado?- le pregunte divertida con una sonrisa en mis labios.
-¿Eso que esta ahí afuera es un fotógrafo?- preguntó señalando al exterior hacia un árbol, me moví
un poco más y en efecto ahí había un periodista sacando fotos, mire nuevamente al interior del
restaurante y había tan poca gente que de inmediato comprendí que era a él a quien estaban
siguiendo.
-Quien debe sentirse mal soy yo Bella, te metí en un problema que no te concernía y ahora tienes
que pagar las consecuencias viéndote expuesta como si estuvieses en un aparador- desde ese
momento intentamos mantenernos alejados para que no se prestara para otro tipo de intensiones,
después de todo Jake se iría en un par de días más y no era precisamente la idea de que se fuera a
otra ciudad con alguna clase de conflicto o malos entendidos y menos aún por lio de faldas.
-¿Sabes por que Edward no ha ido a la empresa?- de inmediato me arrepentí de preguntar aquello
ya que su semblante se ensombreció –Disculpa, yo no debí…- él me cortó.
-Te dije que podíamos hablar de lo que quisieras y si eso incluye a Edward, bueno así será- dijo con
una media sonrisa –Y con respecto a lo que preguntas, pues no tengo la menor idea, quizás este
enfermo o este revolcándose con alguna nueva amiga - dijo divertido pero al ver mi rostro Jacob de
inmediato se calló, en un acto reflejo tomó mi mano para disculparse -¿Él te gusta verdad?- suspire
cansinamente y al fin opte por decir la verdad, asentí algo avergonzada.
-Creo que si- dije simplemente –Pero entiendo que Edward no sea de la clase de hombre de
"vivieron felices para siempre y fieles"- resalte y Jacob sonrío apenado.
Desde ese momento tengo que decir que nuestra amistad se solidifico, realmente él estaba ahí para
escucharme y no para criticarme o hacerme ver que estaba mal, quizás él simplemente tenia la
esperanza de que pronto me daría cuenta yo sola que estaba mal.
Cuando llegue a mi departamento pestañee al ver una menuda figura esperando impaciente en el
pasillo fuera de mi puerta y a una chica rubia recargada en la pared de ésta.
-Si sigues caminando así la señora del piso de abajo me vendrá a regañar por haber traspasando su
techo- bromee logrando captar la atención de Alice quien corrió con una leve sonrisa en sus labios y
me abrazaba fuertemente Y Rosalie posaba su mirada molesta en mi –Hola- la salude cortésmente.
Ambas entraron a mi departamento y tras ofrecerles algo Alice me bombardeo con información.
-¡¿Qué?- le pregunte divertida pero el semblante enojado de Rosalie me la quito de inmediato, Alice
volvió a tomar aire para esta vez hablar más lento.
-Que debes ir donde Edward pronto antes de que enferme- me levante de mi asiento sin saber que
decir, días atrás había estado tan decidida a hablar con él cuando fui a su oficina pero por los
comentarios de la gente que trabajaba APRA él fue que termine arrepintiéndome, quizás él nunca
cambiaria.
-No puedo Alice, es mejor así como las cosas están- un fuerte bufido exasperado de Rosalie llamo
nuestra atención.
-¿Todo esto es por lo que Jacob dijo en casa de Esme?- preguntó mirándome con dagas en los
ojos.
-Rosalie- intervino Alice pero la rubia no dejaba de mirarme como si quisiera sacarme la cabeza.
-Antes de dártelas de jueza y verdugo deberías conocer la versión de ambas partes ¿no?- me miro
de arriba a bajo.
-Rosalie hemos venido para acá para hacerle ver que Edward la necesita no para revelar cosas que
no nos incumbe- le dijo Alice.
-Quizás es justamente eso es lo que deberíamos hacer y no por ella precisamente- dijo
señalándome de mala gana –Edward es tan importante para mi como lo es para ti, de otro modo no
estaría en este lugar- ella se levanto colocándose frente a mi, intentando intimidarme, Alice pronto la
siguió para vitar alguna riña.
-Edward no esta tan conciente para regañar a nadie- pestañee sin entender a que se refería –
Además, yo asumo toda la culpa y si tiene algo que recriminarme lo estaré esperando- le dijo
mirándola a ella y de ese modo Alice volvió a sentarse mirándonos resignada.
-Mejor siéntate Bella- me pidió Alice amablemente, mire a Rosalie y algo en su rostro se suavizo
provocando que bajara la defensa, me senté y ella continuo de pie.
"Un día cuando él iba a los edificio donde dormía Emmett conoció a una chica que lo cautivo por
completo, podría jurarte que nunca lo había visto más entusiasmado por alguien como en ese
momento".
-Hasta ahora- intervino Alice con una sonrisa, Rosalie alzo la ceja pero le resto importancia.
-"Emmett me confidencio que Edward pasaba largas horas en su edificio con aquella chica, se podía
ver que estaba enamorado pero Edward siempre a sido reservado por lo que no le contó a nadie de
esta chica, habrán sido dos o tres veces que compartimos los cuatro en una fiesta de la universidad
y ahí pude apreciar lo feliz que se veía Edward con ella"- Rosalie sonrío ampliamente con el
recuerdo mostrando lo mucho que le gustaba aquella imagen mental.
-Explícale de una vez quien es la chica- dijo Alice y yo la mire intentando descifrar algo de su
ansiedad.
-Gracias Alice- le dijo Rosalie con una mirada enojada pero luego le sonrío tranquilizándome de paso
–No me arruines la concentración, bueno en fin, la chica como muy bien dice Alice es Leah"- me
lleve las manos a la boca por el asombro.
-¿Leah?- pregunte tontamente y ambas asintieron -¿Leah de Jacob?- pregunte sin poder creerlo y
volvieron a asentir.
-Edward conoció a Leah, él estaba completamente enamorado Bella, e incluso hacían planes juntos
pero su felicidad duro solo hasta que ella conoció a Jacob y olvido todas sus promesas, olvido lo
que era la fidelidad, olvido por completo que estaba comprometida con otro hombre dejando atrás a
un Edward destruido, un Edward que ya no podía confiar en las mujeres nuevamente y que solo las
utilizaba como él sentía que lo habían utilizado a él, ella lo destruyó por dentro y ahora cuando él se
estaba abriendo nuevamente a la posibilidad, tu le cierras la puerta en la cara"- Rosalie me miraba
con odio más yo aún no podía salir de mi trancé, no podía creer que no lo deje contarme su verdad,
por eso él estaba desesperado por hablarme, por contarme como habían sido las cosas, él
simplemente quería que no lo juzgara por algo que realmente no había sido culpable.
-Él vino a decírmelo al día siguiente- dije aún sin salir del estupor, pide ver que ambas se miraron
pero no dijeron nada –Y luego é me besó y ay no supe si era verdad o estaba jugando…-
rápidamente salí de mi asombro cuando sentí las manos de Rosalie sobre mis brazos apretándome
fuertemente.
-¿Él te besó?- pregunto asombrada y yo asentí sin entender, Alice soltó un gritito de emoción.
-¡Te lo dije!- le grito con una sonrisa –Es de verdad- yo la mire sin entender y ella me miro a mi sin
dejar de sonreír, viéndome directamente a los ojos ella me confidencio –Edward no besa a una
mujer desde que estuvo con Leah- negué sin poder creerlo –Simplemente dejo de creer en las
muestras de verdadero amor.
-Yo…- n sabia que decir, además la sonrisa de satisfacción de Alice me estaba poniendo nerviosa.
-Ya deja de actuar como una retardada y date cuenta de lo que estamos diciéndote, tienes que
hacer algo- dijo Rosalie quien su rostro estaba más calmado –No creas que me caes bien de buenas
a primeras, tienes que pelear por mi amigo si quieres que te acepte en el grupo como Emmett- y
por primera vez me sonrío de manera sincera.
-¿Cómo es que Jacob nunca se dio cuenta?- les pregunte desviando el tema –Digo, si eran amigos y
luego ella fue su novia ¿Cómo es que pudieron disimularlo tan bien?- pregunte aún sin poder
creerlo del todo.
-Él lo hizo por que realmente veía feliz a su amigo y no se interpondría en ello- dijo Rosalie –Ella era
una perra- dijo la rubia con una sonrisa.
-Un difunto que en vida fue una perra, la cosa es que ella fingía muy bien disque por que "amaba" a
Jacob y no quería ponerlo incomodo delante de su amigo- dijo con mala cara.
-Jacob me dijo que fue Irina quien se lo contó- ambas se miraron y luego negaron a algo en sus
cabezas.
-Esa perra resentida nunca podrá superar que Edward prefiriera a su amiga de cuarto, cuando Leah
dejo a Edward Irina intento por todos los medios atrapar a Edward más solo consiguió un revolcón y
pasar a su lista- alzó los hombros –Nada importante y por eso ahora intenta vengarse.
-¿Por qué no le han dicho la verdad a Jacob y así evitar que ambos amigos no se separen por una
confusión?- les pregunte.
-Conozco a Edward, Bella y el preferiría que su mejor amigo lo odie a cambiar la imagen "perfecta"
que tiene Jacob de Leah- comentó Alice, asentí de acuerdo y me sentí aun peor al ver lo fiel y buen
amigo que era Edward.
-Ahora bien ¿Qué sigues haciendo aquí?- me pregunto Rosalie y yo la mire confundida.
-¡Cómo que quiero decir Bella por Dios!- dijo alzando sus manos al aire –En este mismo momento
moverás esas piernas que tienes e iras al departamento de Edward para mover su culo a una ducha
y lograr que reaccione de la borrachera a la que a estado sumido todas estas semanas-negué de
inmediato.
-Escuche que a estado revolcándose con otras mujeres- ambas bufaron fuertemente.
-Es más terca de lo que él a mencionado- dijo Alice divertida y me pregunte cuando habrá hablado
con él de mi.
-Te puedo asegurar que Edward a estado tan borracho que dudo que su pene reaccione más que
para orinar- dijo Rosalie divertida, yo no sabia si sonreír de felicidad o preocuparme –No te
preocupes que estará bien, nada que una buena declaración de amor no pueda solucionar- me
sonrío ampliamente.
-A la hora que se te ocurra negarlo te prometo que me desquito contigo- dijo haciendo movimientos
de boxeador –Por todo lo que nunca pude hacerle a Leah y no ser lo suficiente mujercita- Alice me
abrazo y me beso y Rosalie me entrego en un papel escrito con su letra la dirección de Edward.
-Suerte- me desearon ambas y así finalmente con el corazón en la mano por tantas cosas que tenia
en la cabeza decidí con firmeza, decisión y con todo el corazón ir a hablar con Edward.
-¡Que sea lo que Dios quiera!- suspiré e hice contacto con la llave al motor del auto y dirigirme a
casa de Edward.
Capitulo 18
Bella
Mire el papel en mis manos y luego al frente corroborando que había dado con el lugar correcto, un
hermoso y lujoso edificio se erguía ante mí demostrando ese mismo poderío del que era acreedor
Edward, suspire audiblemente ya que tenía que llegar hasta el último piso, perfecto un penthouse.
Me baje del auto y entre al edificio, en la recepción se encontraba un hombre que de no ser por que
era tan mayor como Charlie, podía pensar que intentaba flirtear con esa sonrisa tan amplia.
-Buenas tardes, estoy buscando al señor Edward Cullen- conteste de la misma manera y a la vez no
mostrando demasiado interés, él sonrío de lado como si me hubiese pillado en algo, incluso hasta
me guiño un ojo.
-El Señor a estado muy visitado las últimas semanas- dijo mientras esperaba -¿Esta bien?- pregunto
curioso y yo asentí con una sonrisa, no iba a entrar en detalles personales –No contesta, quizás no
este en casa, aunque no lo e visto salir y su auto esta en el estacionamiento- susurro más para él
mismo.
-Es que no la puedo dejar pasar si no tengo la autorización del Sr. Cullen, esas siempre han sido sus
exigencias- lo fulmine con la mirada, pensé en las posibilidades de llamar a Edward a su teléfono y
decirle que lo estaba esperando aquí abajo, puede que no quisiera verme o simplemente no
estuviese muy consiente.
-Es que quiero darle una sorpresita- dije en tono seductor batiendo un poco más de lo necesario
mis pestañas para que entendiera el doble sentido.
-Ooh, ya veo pero aún así señorita no puedo dejarla pasar sin el consentimiento del señor, menos si
él no esta- suspire resignada, maldito viejo del demonio quien me había parecido tan amable ahora
simplemente quería ahorcarlo.
Cuando me gire para marcharme resignada mi teléfono móvil comenzó a sonar con la musiquita
característica de un mensaje.
Suerte. Alice"
Sonreí divertida, pequeño demonio ni que supiera los problemas que enfrentaría pero en el fondo
estaba agradecida por su ayuda, llegue nuevamente a mi auto para cobijarme del frío nocturno, solo
a mi se le ocurría salir con un delgado pantalón de tela y camisa, moví el auto una cuadra más abajo
para no ser vista y que pareciera sospechoso, esperé a que las horas pasaran un poco más rápido,
debía reconocer que estaba algo ansiosa, al menos ese tiempo me sirvió para pensar en las cosas
que tenia que decirle, tampoco es que le fuese a pedir que nos casáramos, si las hipótesis que
habían sacado Alice y Rosalie eran ciertas, puede que Edward sintiese algo por mi y él estaba así
por que yo lo había ignorado y no lo deje explicarse, este seria el momento que le daría para que
dijera todo lo que tenia que decir y quizás con un poquito de suerte, quedaríamos en algo pues ya
era absurdo negarme a mi misma que sentía algo por él.
De solo pensar en aquel besó la piel se me eriza por completo y es que darte cuenta de manera
brusca y violenta que te gusta tu jefe y no solo eso, sino que él es de la misma clase de persona
que jure un día no volver a fijarme lo hacia todo más complicado. Pero es que Edward también
había demostrado ser de otro tipo de hombres complicados, puede que ese haya sido solo su
coraza o la imagen que él quería dar, yo había descubierto otro hombre que me revolucionaba y me
hacia hacer las locuras más impensadas, suspire resignada, ya no había anda que pudiera hacer por
lo que sentía por él, solo esperaba no haberme equivocado nuevamente y salir herida en el intento.
Cuando eran exactamente 5 minutos para que fuese medianoche, me baje del auto sintiendo como
si estuviese haciendo algo ilegal, reí solo de pensar en como se podría Charlie si me viera allanando
una morada. Camine a paso rápido y me quede detrás de un arbusto viendo que el tal Fermín en
efecto revisaba su reloj y a las doce en punto caminaba hacia la puerta de los estacionamientos, de
seguro para ir a buscar a su relevo, entre intentando no hacer ruido y como si la vida se me fuese
en ello corrí hasta los elevadores, al menos en esto tenia un poco más de suerte ya que éste se
abrió enseguida dándome protección para que no me vieran, un sin fin de números habían en el
tablero, simplemente me fui al último.
Un suave ding me indico que ya estaba en el piso que quería, salí del elevador dando la vuelta para
encontrarme con un extenso pasillo y una única puerta, tal cual había mencionado Alice al final del
pasillo había un masetero de base para una frondosa y abundante planta, camine sintiendo el
corazón en la boca, esto de hacer cosas a escondidas tenia su toque excitante y divertido pero no
me gustaría ser descubierta, cuando llegue a la maseta la corrí con un poco de fuerza y debajo de
esta había una pequeña llave de bronce que tome de inmediato.
-Gracias Alice- dije para mí con una sonrisa dándole un beso a la llave, camine de regreso por ese
mismo pasillo hasta la solitaria puerta.
Afirme mi oído en la fría puerta para intentar escuchar algo en el interior, tampoco quería llevarme
una sorpresa que me dejara con el corazón en el suelo destruido, Deje atrás todas las indecisiones e
inseguridades, coloque la llave en el cerrojo y simplemente la gire sin pensar en nada más.
Dentro había un completo silencio, de esos que te dan escalofríos sin descontar la poca luz que
había en el interior, de no ser por la luminosidad de la ciudad que entraba por unos amplios
ventanales que se veían al fondo de seguro me perdía. Con ayuda de la poca luz de mi teléfono
intente ubicar el interruptor en la pared, cuando dí con uno lo active y ésta me dio la luz suficiente
para darme cuenta que el interior de la casa (perfil) era simplemente espectacular, un estilo
completamente minimalista en colores negros y blancos pero con el toque masculino de un hombre
soltero, cerré tras de mi la puerta y así simplemente comencé a caminar hasta dar con algún lugar
que me llevara a Edward, pase por una hermosa cocina (perfil) y por el pasillo que se encontraba al
costado camine hasta llegar a una puerta que estaba semi abierta, la empuje con suavidad y lo que
vi me dejo sin poder moverme por unos extensos y lentos cinco minutos, con la espalda apoyada
en la estructura de la cama, cerca de los pies y a pasos de un gran ventanal, Edward sostenía una
botella mientras observaba unas fotografías que estaban regadas sobre el piso, no podía distinguirlo
del todo por que la poca luz del exterior no me lo permitía pero si pude escucharlo incluso por
sobre la suave música que se escuchaba de fondo "Requiem de Mozart".
-Te prometo que es la última vez que no te hago caso- dijo con dificultad por la embriagues a no se
quien, mire el interior del cuarto (perfil) pero en el lugar solo estábamos él y yo, entre sin hacer
ruido mientras el bebía un poco más de la botella –Son todas iguales, manipuladoras y sin
sentimientos, no les importa jugar si con eso se sienten poderosas.
A mi…
Eran las mismas fotos que él me había tomado el día que fuimos al Freedom a saltar en bungee, la
respiración se me quedo atorada solo de verlo a él mirando aquellas imágenes, aunque estaba de
espaldas a mi cosa que me impedía ver su rostro, podía imaginarme lo afligido que estaba solo de
ver los largos sorbos de su bebida.
-Pero es tan hermosa- dijo sin dejar de mirar la imagen -Nuestra imaginación cada vez va mejor,
ahora la escuchamos en estéreo –sonreí por lo que estaba pensando, mire nuevamente a mi
alrededor quizás estaba pasando a alguien por alto ya que no estaba muy iluminado el cuarto ya que
seguía hablándole a alguien más –Pero tenerla en persona es sin duda lo mejor- sus palabras me
llegaban directamente al corazón, jamás pensé llegar a escuchar algo tan dulce de sus labios, puede
que sea el efecto del alcohol pero aún así lo encontré hermoso.
-Edward soy yo- le dije agachándome a él y apoyando mi mano en su hombro para intentar que me
mirara.
-Wow, este sueño a sido mejor que los anteriores, incluso puedo sentirla más real- apoyo su mano
sobre la mía y lentamente se giro hasta que sus ojos al fin hicieron conexión con los míos –Hasta
sus ojos tienen ese brillo hermoso que tanto nos gusta- pestañee ante el plural de sus palabras,
soltó la foto que tenia en una de sus manos y lentamente la acerco hasta mi rostro –Y la suavidad
de su piel, uhm- gimió levemente mientras cerraba sus ojos disfrutando el toque, incluso para mi
fue el cielo mismo, luego saco su mano de mi mejilla y tomo mi mano que estaba sobre su hombro
para llevarla hasta su rostro y dejar besos sobre la palma y la muñeca –Y su aroma, a fresas
frescas- dijo inhalando fuertemente y mi corazón dio un brinco de felicidad al verlo así.
-Edward soy yo, Bella- le dije haciendo que abriera sus ojos –No estas soñando- él respondió la
sonrisa pero en sus ojos pude ver que él seguía creyendo que esto era un sueño, esta vez fue mi
turno de acariciar su rostro anguloso y la tersa piel de su rostro, era el cielo mismo tenerlo así
frente a mi, completamente entregado sin una muralla de hormigón que nos separara.
-Lo se, lo mismo nos dijo hace unos días atrás y cuando estuve a punto de besarla, nuevamente
despertamos- deje pasar nuevamente sus comentarios en plural, quizás solo hablaba consigo
mismo pero me gusto que reconociera que quería besarme nuevamente.
-¿Entonces lo que quieres es besarme?- le pregunte sin dejar de sonreír y sus ojos brillaron aún
más incluso traspasando la oscuridad de la noche.
-Es lo que más deseo pero no quiero despertar, éste a sido el sueño más real y quiero disfrutarlo-
inhaló nuevamente mi mano y se separó levente para tomar un nuevo sorbo de su botella, se
deslizo por el suelo y se acerco a mi abrazándome por la cintura dejándome estática por la
impresión, poco a poco me relaje hasta que lleve una de mis manos hasta sus sedosos cabellos y
ahí comencé a dejar suaves caricias, con la otra mano intente arrebatarle la botella.
-Uno que no se puede borrar tan fácilmente, cuando eres una mierda de hombre es difícil pedir que
te crean ¿no? Así que simplemente olvidamos por que estamos así y lo idiota que hemos sido-
susurró y en ese momento me sentí la peor persona del mundo, él simplemente me había pedido
unos escasos minutos para explicarme su vida a pesar de que no era su obligación.
-Prefiero simplemente quedarme así, disfrutándote y sintiéndote junto a mi antes de que amanezca
y tenga que despertar- acerque mi rostro hasta su pelo y ahí deje un pequeño beso, su exquisito
aroma aún mezclado con el alcohol eran el cielo, aunque éste le daban un aroma aún más varonil.
-¿Y si te prometo que me quedare contigo todo lo que quieras, me dirás lo que te tiene así?- le dije
y él se quedo unos minutos pensando.
-Hace mucho deje de creer en los milagros pero si no tengo más opciones, está bien, aceptó- dijo
finalmente y soltó el agarre de la botella permitiéndome dejarla sobre la pequeña mesita de noche al
lado de su cama.
-Entonces ¿Por qué has estado bebiendo?- pregunte nuevamente y Edward se removió una vez más
provocando que me deslizara un poco más hacia abajo, quedando inclinada con la espalda
recargada en la cama y parte del suelo, él se acomodo sobre mi pecho recargando su rostro justo
sobre uno de mis pechos.
-No solo este a sido el sueño más real, sino que a sido el más cómodo y suave- dijo mientras
restregaba su mejilla sobre mi pecho haciéndome reír ante su actitud tan infantil cuando se vio
cómodo así se quedo abrazado a mi, suspire sin dejar de acariciar su cabello.
-Bueno ya prometiste que te quedarías aunque siempre que te digo lo que realmente siento te
marchas- dijo con pesar –Isabella Swan no se como lo hiciste pero realmente me gustas- me quede
sin respirar ahí viendo como él se confesaba con tanta simpleza al creer que esto era un sueño y se
acomoda sobre mi con sus ojos cerrados –Puede que no sea el mejor hombre para ti pero
realmente me gustas, me gusta tu personalidad, me gusta tu carácter y tú esencia pero sobre todo
me gusta que no te dejes avasallar por mi- de no ser por que quería hacer las cosas bien le hubiese
dicho todo lo que yo pensaba, lo que sentía y lo que quería pero más necesitaba asegurarme que
todo esto fuese real mañana, cuando él estuviese en sus cinco sentidos –Quizás Esme tiene razón y
si existe la otra mitad- susurró tras un fuerte bostezo y mi corazón dio un brinco de emoción por
sus palabras, nuevamente se acomodo sobre mi, lo mire largos minutos con sus ojos cerrados
estando de manera cómoda sobre mi, este Edward era tan distinto al que demostraba ser si él se
mostrara como realmente era no dudaría en que seria aún más cotizado de lo que ya era.
-Edward ¿estás despierto?- le pregunte unos minutos después, la música ya había terminado por lo
que solo se escuchaba su acompasada respiración.
-Mmmm- fue toda respuesta que recibí cuando el se removió levemente, intente acomodarnos
mejor para poder dormir, estaba claro que no me lo podría para subirlo a su cama y con el peso de
su cuerpo tampoco podría sacarlo de encima de mi por lo que solo tuve que deslizarme un poco
más para que quedáramos completamente tendidos sobre el suelo.
Sintiendo su cuerpo pegado al mío y una de sus manos sobre mi abdomen me quede pensando en
lo que sucedería por la mañana, Edward estaba completamente seguro de que esto era un sueño y
simplemente por ello se expreso un poco más ¿recordaría lo que había dicho esta noche? ¿Le
molestaría que me haya metido en su departamento sin su permiso? Y lo principal, después de
todas mis evasivas y negativas por escucharlo ¿el querrá hablar ahora conmigo? Negué para
quitarme todas esas ideas de la cabeza, ya mañana se verá realmente a que nos lleva todo esto, en
ese momento simplemente sonreí al recordar la imagen tierna de un Edward que creía que estaba
viviendo un sueño, un Edward que había impreso fotos mías para conservarlas para él.
Con todos esos hermosos pensamientos me quede dormida con una sonrisa en mis labios al
sentirlo tan cerca de mí y más cerca aún de mi corazón.
Poco a poco comencé a despertarme y a sentir mi cuerpo algo adolorido, solo que ahora estaba
sobre una superficie suave y blanda, al abrir mis ojos me quede observando un poco más de la
cuenta al no encontrarme con los colores de mi habitación pronto caí en la cuenta que no estaba en
mi casa.
-Edward- susurre sentándome rápidamente sobre la cama, estaba tapada con una pequeña frazada y
observe a mi alrededor, estaba sola.
Me lavé el rostro y del interior de mi cartera saque mi cepillo de dientes que siempre andaba
trayendo, benditas mis costumbres de higiene que nunca me abandonaban.
Cuando vi por última vez mi aspecto quede conforme, al menos no lucia como si acabara de
levarme, aunque las ojeras no podría borrarlas más que con maquillaje.
Al salir de la habitación pude escuchar cierto ruido al final del pasillo, camine tanto o más nerviosa
como si pasara a través de una tabla y que al llegar saltaría a los tiburones.
-Buenos días- salté al escuchar de pronto la voz de Edward, él estaba de espaldas a mi pero aún así
sintió mi presencia, pude ver que estaba preparando café.
-¿Café?- pregunto volteándose a mi, su cabello estaba despeinado y húmedo demostrando que
estaba recién bañado, su aspecto era de completo relajo y vestía unos pantalones sueltos de tela y
una camiseta tipo polo.
-Lamento si dormiste incomoda…yo- paso la mano por sus cabellos, de un momento a otro su
actitud se torno nerviosa pero lo manejo rápidamente –Cuando te vi ahí hoy en la mañana lo primero
que pensé es ¿Qué estabas haciendo aquí? O ¿Como es que Fermín te dejo entrar? Pero solo de
pensar en la pregunta la respuesta me llego al instante…Alice- dijo mirándome a los ojos para ver
que le contestaba.
-Ahora la cuestión es ¿Por qué?- dijo simplemente y trague seco por los nervios.
-Necesito hablar contigo- le dije sin poder dejar de mirarlo a los ojos, sus ojos verdes que me
atraían como imán opuesto.
-¿Ahora quieres hablar conmigo?- pregunto de manera más acida sonriendo de lado de manera
sarcástica –Ahora que ya viste lo penosamente estúpido que puedo ser ¿no?- negué de inmediato.
-Lo de anoche no tiene nada que ver con la decisión de querer hablar contigo.
-Me alegra que pienses así por que lo de anoche fue una estupidez, ya sabes cosa de borrachos-
dijo sorbiendo de su taza y yo sentí tristeza.
-No digas eso Edward para mi lo de anoche fue impor…- no me dejo terminar.
-Vamos Bella no nos engañemos, lo de anoche no significa nada- me levante de mi asiento molesta
por su actitud y rodee la isla para llegar a él, su actitud despreocupada me molestaba sobre todo
porque podía ver lo nervioso que estaba realmente a través de sus ojos.
-Deja de decir eso Edward, yo estoy aquí para hablar con la verdad y tú lo único que haces es
ponerte a la defensiva- le dije llegando a su lado y tomando su brazo para que se girara y así poder
verlo a los ojos –No seas un cobarde que necesita del alcohol para decir las cosas que siente de
verdad- me acerque un poco más a él provocando que abriera sus ojosa sobrados.
-¿Qué es lo que quieres de mi?- pregunto dejando su taza de café sobre la isla y mirándome
intensamente.
-Quiero que me digas que de todo lo que dijiste anoche fue real- le pedí sin dejar el contacto visual.
-Ya te dije que fue una simple borrachera que no debiste presenciar- dijo desviando sus ojos de mi
para tomar su taza de café –Como me recalcaste varias veces, dejemos todo esto en el plan
profesional- bufé cabreada, de no haberlo escuchado anoche lo más probable es que me hubiese
dado por vencida pero no estaba ahí para eso, si yo debía ser el hombre entre nosotros dos, lo
sería.
-¿Entonces podrías explicarme por que tenias fotos mías impresas por todo elsuelo?- su taza que
iba a dirigir nuevamente a sus labios quedo suspendida un par de segundos por la impresión.
-Pensaba regalártelas como una ofrenda de paz, anoche las tenia por ahí ya que pensaba tirarlas a la
basura- mintió, lo se por que poco a poco comenzaba a conocerlo.
-¡Deja eso ya!- le pedí provocando que me mirara asustado –Compórtate como lo que eres ¡y se un
hombre!- le grite enojada.
-¿Y que significa eso Bella, que te este rogando todo los días para que…?- no deje que terminara y
simplemente me acerque más quedando entre sus piernas, tome su nuca y lo besé.
Una paz y un regocijo se instauro en mi pecho cuando sentí sus labios nuevamente, jale sus
cabellos un poco para acercarlo más a mi ya que aún así quedaba con varios centímetros más de
altura, Edward pronto respondió a mi efusivo beso tomándome por las caderas y apegándome más
a su cuerpo.
-Solo te golpeare y vuelves a decir que lo de anoche no fue real- Edward me separo levemente con
su rostro confundido.
-Creo no entender como funciona la cabeza de Bella Swan- dijo mirándome a los ojos intentando
buscar alguna duda o algo que le dijera del por que de mi comportamiento, solo le sonreí y volví a
acercarme para besarlo, nuestro beso rápidamente se volvió desesperado y nada romántico, era un
beso lleno de necesidad y demostraba el tiempo que nos estábamos conteniendo. No necesitaba ser
adivina o una experta en la materia para sentir cierta parte de su cuerpo comenzar a reaccionar por
mi cercanía –Bella- jadeo Edward intentando alejarme pero yo como una gata me aferre a sus
hombros.
-Una vez me dijiste que seria yo la que te lo pidiera- le dije mirándolo a los ojos con una sonrisa
pícara –Pues bien, tómame Edward- le pedí sin una pizca de indecisión logrando que el pestañeara
repetidas veces sin poder creer lo que le estaba pidiendo.
-Oh ya veo, tienes miedo de que me de cuenta de que todo lo que dicen de ti son puras mentiras- lo
pique con una sonrisa ganándome otra de vuelta, una completamente seductora y cargada de los
más profundos deseos.
Sin esperármelo Edward con un rápido movimiento corrió lo que tenia sobre la isla provocando que
un par de tazas, cucharas y otras cosas cayeran al suelo con un ruido seco y fuerte, me tomó de las
caderas y me sentó sobre esta.
Sin preámbulos o invitaciones llevo sus manos a mi delgada blusa para desabotonar uno a uno los
botones de una manera salvaje y desesperada, cuando estuve expuesta a él solo con mi sujetador
un provocativo gemido salio de sus labios.
-Deseaba ver esto desde el accidente con el café- confesó dejando una suave caricia sobre la
curvatura de mis pechos, solo la parte expuesta y mi piel se erizo completamente por su toque.
Me miró a los ojos y dejo un suave besó sobre mis labios para luego atacar con todo mi mandíbula,
cuello y clavícula, sus manos avariciosas bajaron hasta el botón de mis jeans para desabrocharlo
rápidamente mientras yo me quitaba los zapatos con ayuda de mis pies, me afirme a sus hombros y
con esa ayuda él pudo bajar los pantalones por mis piernas dejando caricias fuertes en ellas, me dio
una nueva mirada contemplando el pequeño conjunto negro que utilizaba, sus ojos cargados de
deseo me devoraban de pies a cabeza, esta vez fue mi turno de quitar su camisa polo por sobre sus
brazos y desabotonar su pantalón, todo aquello era bajo el limite de la rapidez, no había paciencia
para lo que sentíamos.
Edward saco mi camisa finalmente y de un experto movimiento se llevo mi sujetador con el,
sonriendo fascinado al ver mis pechos expuestos me dio una lasciva mirada y sin esperar más se
llevo uno de ellos a la boca, degustando cual niño pequeño disfruta de un caramelo, su mano viaje a
mi espalda para recostarme levemente y así tener mejor acceso, yo simplemente deje mis manos
en sus cabellos proporcionando que él no se alejara, esto definitivamente era el cielo.
Con suma maestría capturó un erguido pezón entre sus dientes jalándolo con la suficiente fuerza
para arrebatarme gemidos de placer.
-Mmhh- disfrutaba mientras lo acercaba por las caderas con mis piernas y el contacto de nuestros
sexos aumentaba, ambos estábamos con delgadas prendas cubriendo aquella zona.
-Eres un demonio en cuerpo de ángel- dijo cuando capturaba el otro pezón desatendido y
literalmente lo devoraba con ansiedad.
Me afirme de los codos sobre la isla cuando su mano dejo de afirmar mi espalda para dirigirse a
aquella zona sur que estaba más que húmeda por él, sobre la tela comenzó a dejar caricias
circulares excitándome aún más.
Baje mi mirada para verlo devorar mis pechos, chupaba, lamia y mascaba con tanto placer que me
secaba la garganta, sus ojos se levantaron a mi sin soltar aquellas puntas, una perfecta sonrisa se
formo al verme perder la cabeza con sus atenciones, cerré los ojos disfrutando todo aquello y de un
movimiento no esperado Edward arranco mis bragas dejándome completamente desnuda sobre la
isla de su cocina, cuando alcé mis ojos nuevamente asustada por aquel movimiento repentino pude
ver que él estaba en las mismas condiciones y ¡Dios! Puede que en ese momento haya comenzado
a jadear y a salivar solo con ver su anatomía completamente desnuda y perfecta, me tomo de la
cintura y yo me aferre con mis piernas a sus caderas, antes de girarnos de unos de los cajones de
la isla extraño un pequeño envoltorio de papel metálico y luego me apego a una fría puerta, al mirar
por sobre mi hombro sonreí de ver que me apegaba al refrigerador de su cocina.
-Veo que no alcanzaremos a llegar muy lejos- le dije divertida y el solamente sonrío complacido.
-Nunca me a gustado de la manera simple o normal- dijo bajándome lentamente pero a la vez
tomaba fuertemente una de mis piernas por el muslo y así quede afirmada con una sola pierna al
suelo y la otra seguía enlazada a su cadera, dándole completo acceso a mi centro, abrió la envoltura
y se puso el preservativo, la punta de su glande quedo rozando mi entrada provocándome una
ansiedad abrumadora.
-¡Hazlo!- le pedí de solo pensar que desfallecería por la necesidad de tenerlo en mi interior sobre
todo porque mi sexo latía por la necesidad.
-Pídemelo- me dijo con una sonrisa triunfal mientras se movía de manera lenta para proporcionar
una leve caricia allí en donde aquella zona estaba empapada por su espera, jadee, por Dios como
me gusta este Edward mandón por el que me olvidaría de todas mis convicciones.
-¡Hazlo Edward, penétrame!- le pedí casi en un grito y cerré mis ojos de inmediato al sentir como se
adentraba en mi con una fuerte estocada, Edward se aferro a mis hombros y se apegaba más aún a
la fría puerta mientras sus embestidas se aceleraban y podía escuchar perfectamente sus gemidos
en mi odio.
-Te dije que terminarías pidiéndolo mon cherie- susurro en mi oído con aquella voz seductora y
aferré aún más fuerte mi pierna en su cadera creyendo que desfallecería por causa del placer,
necesitaba más fricción, necesitaba más de él.
-Será la única y última vez- le dije poco convencida mientras me relamía los labios por tenerlos
secos debido a los jadeos que no podía frenar de mis labios.
-¿Segura?- dijo deteniéndose y lo mire molesta, sus mejillas teñidas de un adorable rubor y su
frente perlada por el sudor mientras sus labio estaban levente abiertos por sus propios jadeaos me
hicieron perder la cabeza.
-Lo dejaremos como la última vez de este día- le respondí y el sonrío complacido con mi respuesta,
se acerco para besarme de una manera hambrienta, como si no tuviese suficiente de mi y con su
otra mano jalo mi pezón arrancándome nuevos jadeos.
-Anoche me prometiste que te quedarías todo lo que yo te pidiera- dijo de pronto, lo mire a los ojos
sin saber de verdad si era eso lo que él quería –Quédate conmigo éste fin de semana- me pidió
nervioso y sus ojitos se veían asustados.
-Creí que solo yo era la que pediría cosas- le dije con una sonrisa.
-No se que me haces pero pones mi mundo de cabeza, me haces hacer cosas que creí jamás hacer-
sus ojos brillaron por la verdad de sus palabras y mi respuesta simplemente fue mover mis caderas
exigiendo su atención nuevamente a ésta actividad, estaba llegando a la cima como nunca lo había
hecho y Edward Cullen sin duda era más de lo que se decía de él, él sonrío como si supiese lo que
estaba pensando y sus embestidas aumentaron aún más llevándome a un delicioso orgasmo que
culmino con un gemido de su nombre.
-Edward- dije sin contenerme con mis ojos cerrados, sentí nuevamente sus labios sobre los míos y
como sus manos se aferraban fuertemente a mis caderas en aviso de su inminente llegada.
-Uhhm Bella- gimió de manera rasposa cuando él llego a su anhelado orgasmo, recargo su frente en
mi hombro y así ambos intentamos recobrar la respiración sin romper la unión del momento –Eres
adictiva- dijo sobre mi hombro arrancándome una sonrisa satisfecha.
-Todo lo que dije anoche es verdad- susurro unos minutos después sobre mi hombro y con la
confianza de que quizás no estaba todo mal después de todo, me abracé más a él disfrutando el
momento post orgásmico.
FIN